Israel Putnam
Israel Putnam (7 de enero de 1718- 29 de mayo de 1790) fue un general estadounidense del Ejército Continental del cual destaca su participación en la Batalla de Bunker Hill durante la Guerra de la Independencia.
Juventud
[editar]Putnam nació en Massachusetts, pero con 22 años se mudó a Connecticut. Estando allí, dio caza al último lobo del Estado, adentrándose en su guarida y disparándole.
La cueva es visitable y la carretera próxima a ella se llama ahora Wolf Den Road (Carretera de la Guarida del Lobo).[1]
Carrera militar
[editar]Antes de la Guerra de Independencia
[editar]Putnam luchó en la Guerra franco-india (1754–1763) como soldado raso. En 1758, fue capturado por los indios y más tarde liberado.[2]
Posteriormente, participó en la rebelión de Pontiac (1764) al mando de cinco compañías de Connecticut.[3]
Durante la Guerra de la Independencia
[editar]En 1774, con el inicio de la Guerra de la Independencia, Putnam se unió a los Hijos de la Libertad y fue uno de los principales opositores a la Ley del Timbre. Más tarde, llegó a ser teniente coronel del undécimo regimiento de las milicias de Connecticut.[3]
Tras recibir noticias de las Batallas de Lexington y Concord, decidió ofrecer sus servicios militares al movimiento patriota. Así, llegó a participar en la Batalla de Bunker Hill como mayor general bajo el mando de William Prescott.[3] Durante la batalla, desempeñó un papel clave, y a él se le atribuye la orden de «no disparar (a los soldados ingleses) hasta ver el blanco de sus ojos», una de las frases más memorables de la guerra.[4]
Putnam fue temporalmente comandante de las tropas patriotas de Nueva York hasta la llegada de George Washington a la ciudad, el cual le sustituyó.[3]
A pesar de sus éxitos iniciales, fue derrotado en la Batalla de Long Island, y, aunque participó en otros conflictos (Batalla de Harlem Heights, 1776), nunca volvió a desempeñar un papel importante en el frente. Estuvo al mando de un comando militar en Hudson Highlands y capitaneó dos fuertes, pero una estratagema británica le hizo perder el control de ambos. Por ello, Putnam fue llevado ante un tribunal de investigación, aunque fue exonerado de toda culpa.[3]
En 1779 un ataque de parálisis le obligó a retirarse, poniendo punto final a su carrera militar. Murió en Brooklyn (Connecticut) en 1790.[3]