Carlos Gutiérrez Rueda

Partiendo de la idea de que la ciencia es un esfuerzo humano colectivo para adquirir conocimiento, recientemente vienen cobrando importancia los estudios sobre las comunidades científicas y sus prácticas (O’Connor: 2023). Sin embargo, el estudio del papel que juegan estas, así como su incidencia en el cambio científico, no es nuevo. De hecho, las comunidades científicas como objeto de estudio, fueron ya abordadas por filósofos de la ciencia del siglo pasado (Merton, 1942; Popper, 1945 y 1948; Kuhn: 1969; Lakatos, 1971). Y este es, precisamente, el tema del presente escrito: cómo es que Tomas S. Kuhn e Imre Lakatos concibieron el papel que juegan las comunidades científicas en el cambio científico, en relación con el modelo desarrollado anteriormente por Karl R. Popper. Concretamente aquí presentamos un doble debate: por un lado, el que sostuvieron Kuhn y Lakatos, en contra de la concepción de Popper, sobre las comunidades científicas; y por otro, el que sostuvieron ambos filósofos entre sí, sobre el mismo tema. Para desarrollar ambos debates, en primer lugar, y siguiendo un orden cronológico, presentamos la postura popperiana. Posteriormente, desarrollamos el tema del ‘dogmatismo limitado’ -que es la forma en que los especialistas llaman a la postura que, tanto Kuhn como Lakatos, sostuvieron para oponerse a Popper (Carrier, 2016). Una vez planteado esto, exponemos el debate sostenido entre sendos filósofos. Concluimos nuestro artículo presentando una valoración de los aportes que nos dejó este amplio debate sobre el papel que juegan las comunidades científicas en cuanto el cambio científico

En la ponencia se defiende la idea de que aquello que impide que el desarrollo de las prácticas lectoras en los estudiantes de la licenciatua en filosofía, es la confusión misma en el concepto de 'lectura'. En efecto, en la medida en que sigamos pensando que leer es pasar la vista sobre las grafías, identificándolas con un sonido, no diseñaremos unidades de aprindizaje adeucadas para estudiantes universitarios. Se ponen dos ejemplos de lectura filosófica que ilustran el tipo de actividad lectora que se requeire al nivel de licenciatura. Se concluye con una propuesta de definición de lectura.

Recientemente, partiendo de la premisa de que el lenguaje es una herramienta fundamental para la construcción del conocimiento, los analistas del discurso han centrado su atención en los procesos de producción y recepción de textos académicos especializados. El análisis discursivo resulta particularmente útil para comprender los procesos retóricos de creación del conocimiento en el caso de las llamadas ‘ciencias humanas’, pues la escritura de sus propios textos académicos constituye un elemento básico del proceso de investigación. Tal es el caso de la escritura de los artículos de investigación en filosofía, con los que los especialistas dan a conocer los resultados de sus hallazgos. Si centramos nuestra mirada en tales artículos desde la perspectiva socio-retórica (Swales, 1990; Miller, 1984; Bazerman, 1994), resulta sumamente interesante identificar las acciones retóricas que realiza un investigador en filosofía para crear conocimiento en esta área de estudio. Y eso es en lo que consiste la investigación aquí reportada: describimos las acciones retóricas que realiza Lucas Soares a lo largo de su artículo de investigación filosófico Crítica y Empleo Platónico de la Exégesis Sofística de los Mitos y Poemas Tradicionales. Nuestro análisis usó en principio el modelo CARS propuesto por Swales (1990). Pero debido a que ese modelo sólo ofrece pautas utilizables para analizar las introducciones a los artículos de investigación, lo ampliamos para analizar el texto completo. Logramos identificar cada uno de los movimientos retóricos que el autor realiza; introduce, crea el problema que intentará solucionar, describe las dos posturas que adopta Platón en distintos diálogos sobre un mismo tema, cuestiona, argumenta la posible solución interpretativa de dicho dilema y concluye describiendo su postura.

El escrito busca establecer los presupuestos filosóficos que permiten asumir al 'discurso' como una 'actividad social'. Para ello, se clarifica el significado de 'práctica social', tal como se sigue del rompimiento propuesto por L. Wittgenstein con respecto a las viejas concepciones del lenguaje. Además se pone un ejemplo de cómo aplicar este análisis del discurso al estudiar el Protágoras de Platón.

El documento presenta la historia de la palabra ironía: desde su nacimiento en la Grecia Clásica del siglo V a.C. hasta la propuesta retórica de Quintiliano en el siglo I d.C.  Se señalan sus dos primeras concepciones: ironía como una forma de vida (Aristóteles) y como una de las figuras retóricas (Quintiliano).

Los filólogos especialistas en prosa ática clásica consideran una obra de arte al discurso sobre Eros, que Platón puso en boca del personaje ‘Aristófanes’, en su Symposium (189a-193e). Se piensa que es un discurso muy bien logrado y entre lo más bello que fue escrito en prosa clásica. Pese a este gran prestigio, este discurso inventado por Platón, contiene ciertos elementos sintácticos, semánticos y pragmáticos, que  aún no han sido explicados satisfactoriamente. Precisamente, la investigación aquí presentada tiene como objeto de estudio uno de estos fenómenos lingüísticos: el orden de las palabras dentro de las oraciones. Tradicionalmente, este tema, ha sido estudiado por la sintaxis (Dover, 1960) –área en la que se afirma que el griego clásico tiene un orden de palabras libre. Sin embargo, en las últimas dos décadas, la pragmática ha colaborado en una mejor comprensión de este fenómeno (Dik, 1995; Matic, 2003; Spevak y Denizot, 2017). La propuesta básica que presentamos es que, a diferencia del análisis sintáctico, la pragmática ofrece criterios teóricos precisos que explican claramente el por qué las oraciones tienen el orden de palabras elegido por el autor. Para esto, se analizaron las oraciones del discurso aristofánico bajo las categorías de tópico y foco.

Enseñar a leer filosofía se ha convertido en una de las necesidades más apremiantes en el actual contexto de crisis de la educación superior mexicana. Para sobrevivir, las licenciaturas en filosofía deben mostrar evidencias de que sus egresados desarrollan las competencias requeridas por los organismos acreditadores internacionales. Una de estas competencias es, sin duda, la lectura comprensiva. Pero, ¿cómo enseñar a leer comprensivamente, a nuestros estudiantes, los textos filosóficos de autores clásicos como Platón? Para responder a esta interrogante, asumimos que los diálogos platónicos son un género discursivo que es necesario caracterizar, y esa es la tarea que emprendimos y que aquí se presenta. Para esta caracterización, en primer lugar, nuestro escrito tiene dos partes teóricas: una relativa al género discursivo y otra al diálogo filosófico platónico. En segundo lugar, centramos nuestro análisis en un pequeño fragmento del diálogo platónico titulado Menón, que va de 71d a 73e. Luego de una pequeña descripción del contenido dialéctico-filosófico de ese fragmento, proponemos dos metodologías de análisis: la de Griswold (2012) y la de Cassany (2008). Posteriormente, ofrecemos una breve y primera caracterización del género diálogo filosófico platónico desde ambas perspectivas. Finalizamos nuestro artículo con unas reflexiones sobre nuestros hallazgos.

Presentamos aquí la edición yuxtapuesta (español-griego) de un fragmento de la monumental República de Platón. Lo hacemos con fines didácticos, es decir, como un material de apoyo para el curso de Epistemología impartido durante el semestre de primavera de 2019 en la Facultad de Filosofía y Letras de la UATx.
Esta edición tiene dos finalidades: por un lado, que el estudiante conozca la propuesta epistemológica de Platón, por medio de la lectura directa de un texto suyo; y por otro, que el estudiante adquiera pericia en el manejo de las fuentes, tal como la tradición nos las lego; esto es: en griego ático. Creemos que plantearse ambos fines, en el contexto académico-escolar universitario, es importante porque estamos convencidos de que la mejor forma de aprender a filosofar es dejándose llevar por lo escrito originalmente  por uno de los filósofos más importantes de la historia de nuestra disciplina. En efecto, leyendo a Platón en griego ático, con posibilidad de contrastarlo con su versión española puesta allí al lado, no sólo permite seguir directamente el argumento a favor de que la posibilidad del conocimiento, sino que también se aprecia el método dialéctico empleado por Platón para exponer sus ideas –método que sigue siendo usado, y positivamente valorado, hasta hoy en día.