Uziel Gonzalez Aliaga

Este artículo estudia el desarrollo del Banco Central de Chile durante la Gran Depresión y el proceso de recu-peración económica implementado durante el Gobierno de Arturo Alessandri Palma (1932-1938). En particu-lar, se analiza la relación del Banco con las autoridades fiscales y la evolución de las políticas adoptadas estos años, identificando dos fenómenos de gran importancia: la reducción de la autonomía del Banco frente al Go-bierno y el cambio de la monetary policy strategy desde el tipo de cambio a la inflación. Proponemos que, si bien el Gobierno subordinó al Banco en los años más complejos de la crisis (1931-1932), durante la Administración de Alessandri se constituyó una relación de cooperación entre el Banco y el Ministerio de Hacienda, especial-mente gracias a las figuras que lideraron ambos organismos. El entendimiento entre ambas autoridades per-mitió una recuperación económica en un plazo relativamente breve y con tasas inflación controladas para la época. Desde un punto de vista metodológico, hemos consultado principalmente las memorias anuales, bole-tines mensuales y actas del Directorio del Banco —estas últimas, escasamente utilizadas por la historiografía—, sobre las cuales hemos podido conocer el detalle de las políticas adoptadas por la institución, además de re-construir las series monetarias y bancarias más relevantes.

Se analiza el desarrollo del sistema financiero chileno durante los dos episodios económicos más críticos del siglo xx en ese país. En particular, se estudia la dinámica de endeudamiento externo, evidenciando una diferencia en la administración de los compromisos internacionales durante las dos crisis. Por otro lado, se observa el impacto de las crisis sobre las instituciones financieras y bancarias respecto de operadores (tipos de instituciones) y flujos (colocaciones, depósitos y capital y reservas). Se sostiene que ambas crisis modificaron el comportamiento y la estructura del sistema financiero chileno. Aunque dichos cambios fueron de distinta magnitud, los shocks externos impulsaron el abandono de las posturas ortodoxas que caracterizaron el período previo a las crisis.