Art History

I. Introducción. II. Actos paralelamente disímiles. III. Las fundaciones es-pañolas. iv. Actos de justicia en la Muy Noble y Leal Ciudad de México. v. Las fundaciones mexicas. VI. Actos de sacrificio en el Templo Mayor de Tenochtitlán. VII. Los castigos de los nahuas. VIII. Los castigos de los españoles en la Nueva España. IX. Paisajes del terror. X. Semejanzas nota-bles y sus transformaciones. XI. Manifiesto intercambio. XII. Bibliografía. I. introDucción Existen temas del conocimiento para los cuales los saberes propios de los abogados resultan lejanos para nosotros los historiadores del arte. Sin embargo , a lo largo de mis estudios y trabajo académico, me he ido enterando que varios de mis maestros y colegas han sido inicialmente, o de manera pa-ralela, juristas. Sus investigaciones muestran que el bagaje del derecho-en sus varias vertientes-es fundamental; la forma de aproximación a los fenó-menos históricos-epistemológicos-heurísticos ha conferido una manera de acercarnos al estudio de ciertos temas: la Historia de las Instituciones, por ejemplo. De tal modo, al intentar enriquecer este diálogo, y orientada por la experiencia dentro del dominio de la historia del arte, disciplina que busca entender el pasado a partir del estudio de la imagen, al redactar este texto intenté mostrar la manera en la que la reconfiguración del lugar de sacrificio de los mexica, el tzompantli, recubierta por categorías españolas ligadas a sus castigos, fue forzada a acomodarse a sus concepciones, espacios e insti-tuciones, en el momento en el que fue sujeto a términos y conceptos que le resultaban ajenos. 1 * Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM. 1 Como indica Víctor Castillo Farreras (2010, p. 5) "en lo relativo a las diferentes con-cepciones de índole política, económica e ideológica que ambos tenían, la condición pre-dominante de los frailes hizo que las propias se incluyeran en el lenguaje de los vencidos,

El propósito de este texto es presentar los resultados del análisis de un crá-neo humano localizado al centro de la cancha de juego de pelota de Santa Ro-sa, Chiapas, y revisar las implicaciones que presenta para el estudio del juego de pelota mesoamericano. Es un caso único en el que los datos arqueológicos duros asocian de manera directa un cráneo con el juego de pelota. 1 Permitirá revisar la propuesta generalizada de que los jugadores (ganadores o perdedo-res) eran sacrificados en el contexto del juego y explorar la posibilidad de que la decapitación no necesariamente tiene una relación directa con la práctica del juego y su desenlace Exploración del juego de pelota Entre 1970 y 1974 la sección de Salvamento de Patrimonio Cultural del INAH llevó a cabo el Proyecto de Salvamento Arqueológico de La Angostura, Chiapas, anterior a la construcción de la presa hidroeléctrica. Antes de que toda la El cráneo localizado al centro de la cancha del juego de pelota de Santa Rosa, Chiapas, sirve para demostrar que los procesos rituales vinculados al juego de pelota mesoamericano fueron variables. Su análisis permite proponer que su disposición fue una acción central en la consa-gración de la cancha. Se discute la relevancia de incorporar información osteológica cuando se estudian las representaciones de decapitaciones y cráneos asociados al juego. The skull found at the center of the ball court in Santa Rosa, Chiapas demonstrates that ritual processes related to the Mesoamerican ballgame were variable. Its analysis shows that its placement was an action central to the consecration of the court. The relevance of including osteological information in the study of the representation of decapitations and of the skulls associated with the game is also discussed. Algunos datos relevantes de este texto fueron publicados previamente en Martínez Muriel y Carreón (2008). 1 Castro Leal (1972: 457-462) asienta que un cráneo se localizó en el juego de pelota núm. 2 de Tula, Hidalgo. La autora no registra el origen de su afirmación. La revisión puntual de todos los datos y publicaciones relevantes a este sitio no muestra el dato. Posiblemente futuras investigaciones explicarán esta inconsistencia. Una afirmación similar se encuentra en el estudio de Susan Gillespie (1991: 322) respecto a una cancha de la tradición Teuchitlán, pero en este caso no se tienen datos concretos para apoyar el supuesto.