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Para resaltar la importancia de las publicaciones compartiré con ustedes una anécdota sobre uno de mis maestros, el Profesor Maximino Ruiz con quien tuvimos varias charlas filosóficas sobre este tema. En el año 1972 el Prof. Ruiz presentó su tesis Doctoral 3 en la Universidad de Buenos Aires que recibió el Pre-mio Facultad de Medicina a la tesis sobresaliente. El tema fue prediabetes partiendo de la hipótesis de que las alteraciones metabólicas y de órgano blan-co comienzan antes de la aparición de la diabetes. Para ello estudió personas sin diabetes que tenían el antecedente de ambos padres con diabetes tipo 2 (DMT2), personas con antecedente de primer grado de DMT2, personas con obesidad sin antecedentes DMT2 y grupo control (normopeso y sin anteceden-tes de DMT2). A todos les realizó examen clínico, laboratorio que incluía prueba de tolerancia oral a la glucosa oral y EV con insulinemia en cada control, y biopsia de piel y conjuntiva. Sus resultados más importantes encontrados en los grupos con ante-cedentes de DMT2 y con obesidad comparados con los normales fueron: • Retardo en la secreción de insulina con aumen-to tardío en la secreción de insulina. • Índice de reserva insulinógeno de Seltzer superior a lo normal. • En biopsia de piel y conjuntiva engrosamiento de membrana basal capilar. Concluyó así, en 1972, que existen alteraciones en la secreción pancreática y éstas tienen impacto en lesiones de órganos blanco en la etapa previa a la aparición de diabetes en los grupos de alto riesgo de desarrollo de DMT2. Parte de su trabajo se publicó en la Prensa Mé-dica, que era una revista no indexada de escasa di-fusión. Por ello no fue conocido por otros investi-gadores que llegaron a conclusiones similares años después. El Profesor Ruiz habría querido que sus hallazgos fueran conocidos por otros colegas con la finalidad de favorecer el avance en las investigacio-nes de este tema. Con este relato quisiera brindar un homenaje al querido Maestro resaltando su obra y señalar que un trabajo excelente y novedoso pasó inadvertido debido el escaso alcance de la revista donde fue publicado. Actualmente la Organización Mundial de la Sa-lud (OMS) y la Asociación Americana de Diabetes Actualización en Nutrición Vol. 17 Nº 1 Marzo de 2016: 1-2 ISSN 1667-8052 (impresa) / ISSN 2250-7183 (en línea) Las revistas científicas son uno de los principales canales de comunicación y difusión de los resultados de las investigaciones y de esta forma favorecen la transmisión de conocimiento y potencian la amplia-ción del mismo. Etimológicamente "publicación" viene de "pueblo", es decir llevar la noticia a toda la población, y en este sentido estas revistas especia-lizadas difunden los conocimientos y resultados de las investigaciones a toda la comunidad. En el año 1665 apareció la primera revista científica, "Journal des Scavans", cuya primera edición se publicó en forma de panfleto de 12 páginas, y en 1679 surgió la primera revista médica, "Nouvelles Découvertes", ambas en París, editadas por Nicolás de Blegny. Des-de entonces el número de las mismas se ha multipli-cado pero sin dudas en el siglo XX es cuando se pro-dujo el mayor crecimiento asociado al gran número de investigaciones a nivel internacional. El número e impacto de las publicaciones científi-cas de un país se considera entre los predictores de po-tencialidades de desarrollo científico y tecnológico. Se-gún el informe de la UNESCO 1 a nivel mundial, en las publicaciones científicas predomina la Tríada: Estados Unidos, Europa y Asia. Dado el tamaño de la población asiática, es posible que Asia se convierta en el conti-nente dominante en el ámbito científico en los próxi-mos años. El Informe de la UNESCO sobre la Ciencia demuestra la heterogeneidad de la ciencia y la tecno-logía en el mundo y pone de manifiesto la desigualdad en la creación de conocimientos a nivel mundial. El total de las publicaciones en biotecnología 2 registradas en Science Citation Index (SCI) alcanzó a nivel global en 2012 un total de 81.843 documen-tos, mientras que las citas en publicaciones cientí-ficas en su conjunto crecieron entre 2000 y 2012 en aproximadamente un 50%, y las destinadas a biotecnología lo hicieron casi un 130%; esto seña-la lo ascendente de la producción de conocimiento científico. Iberoamérica también ha participado de este fenómeno, más que duplicando su producción científica (pasando de menos de 2 mil publicaciones a más de 7 mil en los últimos 12 años) y escalando posiciones. Un indicador positivo para la región lo constituye la creciente participación de Iberoamérica en la producción de conocimiento asociado a la bio-tecnología y la existencia de numerosos y diversos grupos de investigación.