Universidad Nacional Autónoma de México
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Secretario General
Luis Agustín Álvarez Icaza Longoria
Secretario Administrativo
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Abogado General
Socorro Venegas Pérez
Directora General de Publicaciones y Fomento Editorial
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
Carola García Calderón
Directora
Patricia Martínez Torreblanca
Secretaria General
Jesús Baca Martínez
Secretario Administrativo
Elvira Teresa Blanco Moreno
Jefa del Departamento de Publicaciones
comunicación y vida cotidiana
en la era digital
Adolfo Gracia Vázquez
Amílcar Chavarría Cruz
Emmanuel Galicia Martínez
Coordinadores
Universidad nacional
aUtónoma de méxico
México, 2022
Esta investigación, arbitrada a “doble ciego” por especialistas en la materia, se privilegia con el aval de la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México.
Comunicación y vida cotidiana en la era digital
Adolfo Gracia Vázquez
Amílcar Chavarría Cruz
Emmanuel Galicia Martínez
(coordinadores)
Primera edición: 10 de octubre de 2022
Reservados todos los derechos conforme a la ley.
D.R. © 2022 Universidad Nacional Autónoma de México
Ciudad Universitaria, Alcaldía Coyoacán, C. P. 04510, cdmx, México
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales,
Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria,
Alcaldía Coyoacán, C. P. 04510, cdmx, México
Oficina del Abogado General
Dirección General de Asuntos Jurídicos
ISBN: 978-607-30-6630-3
Diseño y formación de interiores: iGIRA
Diseño de portada: Iván Christian González Vega
Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta, del contenido de la presente obra, sin
contar previamente con la autorización expresa y por escrito de los editores, en términos de lo así previsto
por la Ley Federal del Derecho de Autor y, en su caso, por los tratados internacionales aplicables.
Las opiniones y los contenidos incluidos en esta publicación son responsabilidad
exclusiva del/los autor/es.
Libro electrónico hecho en México/e–book made in Mexico
Contenido
Introducción
1 El papel de la comunicación y de las herramientas
sociotécnicas para la significación del mundo.
Adolfo Gracia Vázquez
Introducción
Comunicación
Vida cotidiana
Herramientas sociotécnicas para la comunicación
Fuentes consultadas
2 La dimensión axiológica del videojuego
en la vida cotidiana Caso la saga Assassin’s Creed
Emmanuel Galicia Martínez
Introducción
Videojuegos, valores y vida cotidiana
La saga Assassin´s Creed
Precisiones metodológicas
El contenido axiológico en la vida cotidiana
de los jugadores de Assassin´s Creed
Conclusiones
Fuentes consultadas
3 El rompimiento de la seguridad ontológica
de la vida cotidiana: ¿ciudadanía digital en el #19S?
Amílcar Chavarría Cruz
Introducción
Seguridad ontológica en el espacio social
Categorías para el estudio del desastre
Neoliberalismo en el espacio social
Ciudadanía: dos posturas
Ciudadanía digital
Metodología
Análisis de las estrategias metodológicas
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Conclusión
Fuentes consultadas
4. Una mirada a la reconfiguración del
espacio museográfico: aproximación a
las prácticas fotográficas que los visitantes
y usuarios de Instagram realizan en torno
al museo del siglo XXI en la Ciudad de México
Néstor Mazatl Segura Galván
Introducción
El desafío de los museos frente a la era de la información
Un acercamiento al Museo
Museo como lugar de encuentro
El usuario y la tecnología de época
Instagram y el poder de la imagen transmedia
La desmaterialización fotográfica
Conclusión
Fuentes consultadas
5 La conexión entre la digitalización
y el tiempo “postfactual” y su influencia
en la comunicación corporativa
Annika Meissner
Introducción: digitalización y tiempo postfactual
en contexto con las Relaciones Públicas
Desarrollo
El fenómeno de la digitalización
y la opinión de los comunicadores al respecto
Postfactualismo en éste tiempo postfactual. Confianza
en nuestros medios de comunicación cotidianos
y sus efectos en la política
¿Cómo la investigación anterior sobre la credibilidad
de los medios de comunicación se conecta
con el postfactualismo?
¿Cómo ven los profesionales el postfactualismo
en su vida laboral?
Conclusiones
Fuentes consultadas
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6 La experiencia de la vida cotidiana, el discurso
político y la constitución de la clase social
Nahum Abram Sánchez Martínez
Introducción
Thompson: clase y experiencia
Castells y la experiencia como metáfora
Laclau: identificación y cadenas de equivalencias
Antagonismo, el paso hacia la subjetivación política
de las experiencias
Articulación conceptual: encuentros y desencuentros
Conclusión
Fuentes consultadas
7 Un fantasma ha salido del clóset:
apuntes de la irrupción del movimiento lgbtttiqa
en México
Raúl Anthony Olmedo Neri
Introducción
Los ‘nuevos’ movimientos sociales
Medios de comunicación: entre la diferencia y la convergencia
Posmodernidad y vida cotidiana
El movimiento lgbtttiqa en México:
acción, política y comunicación
Conclusión: resistir, vivir y sobrevivir en la diversidad
Fuentes consultadas
8 Comportamientos religiosos en seguidores
de mitologías transmedia
Héctor Manuel Lujambio Valle
El pensamiento mítico-simbólico
y las estructuras del comportamiento religioso
Las mitologías transmedia y sus seguidores
Comportamientos religiosos en los seguidores
de mitologías transmedia
Conclusiones
Fuentes consultadas
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7 Un fantasma ha salido del clóset:
apuntes de la irrupción del movimiento LGBTTTIQA
en México
Raúl Anthony Olmedo Neri
¡No hay libertad política, si no hay libertad sexual!
¡Nadie es libre hasta que todos seamos libres!
¡Lesbianas y Homosexuales, estamos por todas partes!
Consignas en la Primera Marcha del Orgullo Homosexual en México
◗ Introducción
Analizar los movimientos sociales de las últimas décadas implica entender la relación entre tres elementos que en su interacción dan pauta a la conformación de acciones, movilizaciones y materialización de demandas que se ciernen, todas ellas,
en la vida cotidiana a través de prácticas culturales. El movimiento Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero, Intersexual, Queer, Asexual (LGBTTTIQA)
es un claro ejemplo de cómo se pueden realizar cambios a través de la organización y
movilización social.
Por ello, el presente trabajo analiza la emergencia de este movimiento a partir de
tres elementos que le dan forma y estructura: el primero son las características del movimiento que le dan herramientas para exigir demandas de orden social y político; el segundo factor son los medios de comunicación a través de la colocación de la diversidad
sexual en la esfera pública; y el tercer elemento tiene que ver con el cambio en el mundo
de la vida derivado de los efectos de la interacción entre los dos elementos anteriores,
lo cual permitió que el movimiento surgiera, creciera y se consolidara en el país.
Estos tres elementos han permitido que el movimiento cambie de objetivos
y acciones; particularmente el uso de las redes sociodigitales en donde se analiza el
caso de una campaña promovida por una asociación civil a través de Twitter, dando paso a nuevas formas de interactuar y participar en la esfera pública, así como
potenciar el alcance de las demandas que poseen los diferentes grupos dentro de la
diversidad sexual.
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7 UN FANTASMA HA SALIDO DEL CLÓSET
◗ Los ‘nuevos’ movimientos sociales
Entender la sociedad actual implica contemplarla en su conjunto e identificar una serie
de elementos que se introducen para modificar la forma en que se producen y reproducen las relaciones sociales de producción e interacción. De esta manera se podrá observar que los cambios emanados del seno social a través de los ‘nuevos’ movimientos sociales no sólo responden a un proceso de reivindicación, sino que encuentran cabida en
un contexto particular en un tiempo y espacio determinado que les permite emerger,
desarrollarse y materializar sus demandas dentro del también denominado ‘mundo de
la vida’ (Lebenswelt).
Así, comprender y analizar los movimientos sociales como el de la diversidad sexual
implica conocerlo en esencia e identificar el contexto histórico, social, político y cultural
que le dan origen y forma dentro de la sociedad mexicana, la cual, de manera particular,
pero que se pueden identificar rasgos similares en otras sociedades latinoamericanas, a
pesar de ser “devotamente católica y machista ha sido testigo de una ampliación sin precedentes de los derechos sexuales en un periodo relativamente breve” (Díez, 2018: 363).
Este proceso de búsqueda de transformaciones en la vida cotidiana, sin embargo,
no siempre se da de manera pacífica y homogénea, ya que en ocasiones se requiere de
organización social para insertar y asimilar dichos cambios ante la aparente resistencia
a los mismos. Allí reside en primera instancia una característica del dinamismo interno
de la sociedad: el conflicto. Esta relación de tensión entre quienes intentan transformar el statu quo y quienes ven en ese cambio la disolución de sus privilegios simbólicos, sociales y culturales, es lo que permite que la sociedad se desarrolle en un proceso
constante de negociación y aceptación, donde la muestra de fuerza e incidencia social y
política, así como la construcción de redes de acción y movilización (para reivindicar o
preservar un contexto) se vuelven un recurso estratégico.
Partiendo de este hecho, el movimiento LGBTTTIQA es identificado dentro de lo
que se ha denominado como ‘nuevos’ movimientos sociales, debido a que están “especialmente preocupados por la realización humana del yo (…) algunos de ellos tienen
como objetivo prioritario alcanzar un adecuado reconocimiento social de la identidad
de sus miembros” (Monferrer, 2010: 5), por lo tanto, este tipo de movimientos tienen
un carácter identitario emanado de la necesidad de transformar y cambiar la reproducción de la exclusión y marginación en la vida cotidiana por parte de la sociedad y del
Estado.
Así, “los movimientos de la diversidad sexual, pacifistas, antinucleares, feministas,
entre otros, concatenan sus discursos a partir de la necesidad de reivindicar la pluralidad
en una sociedad donde puede –y debe– haber más sociedades” (Olmedo, 2019: 31). Los
objetivos que persiguen estos movimientos sociales poseen una aplicación práctica a
Raúl Anthony Olmedo Neri
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corto y largo plazo, toda vez que intentan cambiar de facto las prácticas discriminatorias,
generar concienciación y con ello impulsar cambios en el ámbito social, cultural, político
y normativo, como los derechos al matrimonio igualitario la generación de políticas que
fomenten el desarrollo compatible, la materialización de condiciones laborales equitativas para mujeres y la constante defensa del territorio ante megaproyectos, por ejemplo.
Así, estas “acciones colectivas han sido decisivas para la consolidación de los estados modernos, en la construcción de la democracia, en el desarrollo social, en la participación y expresión de la sociedad civil” (Moreno, 2014: 95). Sin embargo, este tipo de
participación no es espontánea, sino que responde a un proceso interno e internacional
en el que se reconfiguran los papeles y funciones entre el individuo, la sociedad y el
Estado, por lo que entender esa efervescencia social de movilización, acción y comunicación responde a un contexto desgastado por el discurso de la Modernidad, el cual se
vuelve coyuntural a finales de la década de los sesenta e inicios de los años setenta del
siglo pasado.
Es en ese periodo en que autores como Lefebvre (1972), Lipovetsky (2002), Inglehart (2001) y Harvey (2008) identifican un cambio tanto en los valores como en las
relaciones sociales de (post)producción que se dan entre los individuos, lo que detona
un cuestionamiento de aquellas metanarrativas o grandes relatos que se venían produciendo y reproduciendo sin objeción por parte de los individuos.
En todo caso, estos nuevos movimientos sociales encarnan una demanda en común: la necesidad de reivindicar la diversidad dentro de la pluralidad que las sociedades
democráticas anuncian en el texto y que en muchas ocasiones no encuentran su concreción por las (re)acciones de la resistencia. Es allí donde la movilización se vuelve acción
y donde la acción se vuelve revolución.
◗ Medios de comunicación: entre la diferencia y la convergencia
El desarrollo tecnológico que se ha dado en los últimos años es quizá más visible dentro de la vida cotidiana ya que su inserción ha traído transformaciones no sólo en la
forma de comunicar, sino en la reducción espacial para la práctica comunicativa entre los individuos y la resignificación del tiempo como un recurso que se ve acelerado
con los medios sociodigitales1 (Jensen, 2014; Fuchs, 2015; Han, 2016). Con estos
1
Aunque existe el término en inglés social media, la traducción al español ha estado vertido en caracterizar
ciertos elementos de esos nuevos medios. Algunos autores traducen este término como ‘medios sociales’
y otros más como ‘medios digitales’, no obstante, más allá de una caracterización, tanto lo social como lo
técnico tienen la misma cabida en estos nuevos medios, por lo que el término ‘sociodigital’ intenta abarcar
y complementar la base social cuya materialidad está en la realidad concreta, la cual se proyecta y potencia
en el mundo digital a través de estos medios. Esto no quiere decir que el medio se vuelve un condicio-
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7 UN FANTASMA HA SALIDO DEL CLÓSET
medios de comunicación que se desarrollan en la Internet deviene un cambio en el sentido propio de la Comunicación ya que los medios dejan de responder a su acepción de
vehículo/transporte de mensajes y adquieren el de ambiente/espacio-no-físico donde
se desarrolla la comunicación a través de la interacción de los individuos.
Esta es una característica particular del desarrollo tecnológico sobre la Comunicación; ya no es más un proceso, sino un espacio de interacción entre individuos que
saturan el espacio-no-físico de información y comunicación, lo cual da pauta a la generación de ruido, el cual interviene el fin comunicativo. Esto no ocurría en el caso de los
medios tradicionales como la prensa, radio, televisión y cine, donde existía un proceso
de control y filtro en la interacción entre el corporativo mediático y los receptores; actualmente, esta asimetría de poder se desvanece en los medios sociodigitales ya que a
pesar que los medios tradicionales han generado una versión digital para mantener su
alcance ‘masivo’, “la comunicación digital se distingue por el hecho de que las informaciones se producen, envían y reciben sin mediación de los intermediarios” (Han, 2016:
33); ellos siguen teniendo un alcance mayor en comparación a un usuario, no obstante,
su control en el proceso de retroalimentación se elimina a través de los likes, el número
de personas que comparten la noticia, y los comentarios que se desatan bajo la noticia
publicada por el medio.
En ambos casos, sean tradicionales o sociodigitales, estos medios se han atribuido
un papel importante dentro de la vida cotidiana: alimentar la esfera pública. De hecho,
actualmente no sólo la alimentan, sino que ellos mismos se han convertido en parte de
esa esfera pública, la cual es entendida:
… como un conjunto de procesos sociales que desarrollan la democracia, es decir, que
promueven la igualdad y la participación más completa posible en la variedad más
completa posible de la toma de decisiones económicas, políticas, sociales y culturales
(Mosco, 2009: 249).
De allí que su esencia sea bien delimitada e identificada por los movimientos sociales, ya que a través de los medios de comunicación se puede generar no sólo mayor visibilidad de la lucha y las demandas, sino politizar la discriminación para dar paso a una
reforma normativa por parte del Estado y una modificación sociocultural en la sociedad.
Lo anterior no implica que los medios de comunicación sean neutrales y objetivos
al tratar las demandas de la diversidad sexual como el matrimonio igualitario o el derenante de organización, sino que permite ampliar el alcance, hacer alianzas y posibilitar la reproducción del
movimiento en otros espacios geográficos siempre y cuando exista esa base social que pueda realizarlo y
sostenerlo a lo largo del tiempo.
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cho a la adopción, porque incluso dentro de ellos (y sus responsables) subyacen los restos de las construcciones sociales de las metanarrativas (heteronormativas y religiosas)
generadas en la Modernidad. Es necesario, entonces mencionar que “la representación
social de los homosexuales en los medios atraviesa por visiones machistas y heteronormativas que imponen formas de ser desde los espacios de comunicación” (Medina,
2015: 13), por ello la lucha no sólo se da a nivel social (organización y movilización) y
cultural (prácticas, ritos y costumbres), sino a nivel comunicativo (presentación y representación mediáticas) en la esfera pública.
Esta lucha a nivel comunicativo se dio a inicios del movimiento LGBTTTIQA, donde se buscaba la representación de la diversidad sexual como una forma más de la identidad y no como algo atípico y anormal, como lo hizo ver la medicina hasta 1990. No
obstante, con la llegada de los medios sociodigitales se da un proceso sui géneris ya que
han sido apropiados por estos movimientos sociales para potenciar su alcance, construir alianzas con activistas, líderes de opinión y otras organizaciones, así como hacer
comunidad en otros espacios donde se replica la lucha por los derechos de este amplio
grupo de la diversidad sexual.
Esta apropiación no significa que se centren exclusivamente en los medios sociodigitales, pero a través de estos pueden crear, compartir y coadyuvar en la representación de la diversidad sexual desde su quehacer cotidiano. Además, estos
medios, al estar insertados en mayor medida en la vida cotidiana, no requieren de
trámites administrativos ante el Estado para poder operarlos (como una concesión
en el caso de la radio y la televisión), ni de grandes cantidades de inversión en fuerza de trabajo y máquinas para la producción de la información (como el caso de la
prensa o el cine), por lo que se convierten en medios alternativos que coadyuvan a
movimientos emergentes en su proceso de reivindicación. En ese momento se puede hablar de la comunicación emergente, es decir, en el proceso de apropiación de
los medios de comunicación (sean tradicionales o digitales) por parte de los movimientos sociales que dan pauta a difundir sus demandas y acciones en favor de
sus intereses.
En esta comunicación emergente, no obstante, no sólo responde a aquellos movimientos sociales que buscan transformaciones radicales (que van a la raíz), sino
también para aquellos contramovimientos (Monferrer, 2010; Cadena–Roa 2016) que
reconocen esas modificaciones contrarias a los objetivos que ellos persiguen; los contramovimientos también deben ser considerados en este proceso de comunicación
emergente en tanto han participado en la presentación mediática de sus demandas y
también se han apropiado de los desarrollos tecnológicos para dar voz a la percepción
del mundo social que poseen.
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7 UN FANTASMA HA SALIDO DEL CLÓSET
◗ Posmodernidad y vida cotidiana
Tanto la emergencia de estos movimientos sociales como la apertura mediática que supone el desarrollo tecnológico en la comunicación responden a un contexto específico:
la posmodernidad. En ella se describe el resultado del desgaste de esas meta narrativas
que antaño dieron estabilidad a los individuos en su actuar; con el derrumbe de este
modo/estilo de vida, se da paso a una liberación (que puede terminar en libertinaje) del
sujeto; ya no más el anquilosamiento de lo socialmente aceptado, sino la reivindicación
del individuo en la complejidad social.
El concepto ‘posmodernidad’ ha sido criticado por la falta de sustanciación epistémica (Berman, 2011), no obstante, más que una falta de construcción teórico–conceptual, la cual “quizá sea el filósofo italiano Gianni Vattimo el único que se ha ocupado
de mostrar los supuestos teóricos de la posmodernidad” (Rivas, 2013: 10), es un término que explica los procesos transformativos que resultan del desgaste de las meta
narrativas que se venían desarrollando en la sociedad desde la búsqueda de un mundo mejor por y desde el Estado–Nación; esa búsqueda infinita y llena de sacrificios
para conseguir la utopía terminó imponiendo la idea que “el crecimiento humano tiene
sus costes humanos; todo el que lo desee deberá pagar el precio, y el precio es alto”
(Berman, 2011: 49).
El papel preponderante que tenía el Estado a inicios del siglo XX, fue disminuyendo
conforme se implantó el neoliberalismo en la práctica política y económica; así particularmente en los años sesenta y setenta del siglo pasado, se llevaron a cabo movimientos
sociales internacionales que dieron paso no sólo al cuestionamiento, sino a una nueva
forma de ser/estar en sociedad a través de lo que Lipovetsky (2002: 6) define como el
‘proceso de personalización’, con el que “[se] designa la línea directriz, el sentido de lo
nuevo, el tipo de organización y de control social que nos arranca del orden disciplinario–revolucionario–convencional que prevaleció hasta los años cincuenta”.
Este proceso interno genera cambios ya que “la realidad de la vida cotidiana se me
presenta además como un mundo intersubjetivo, un mundo que comparto con otros”
(Berger y Luckman, 2015: 38), por lo que este proceso de individualización implica una
transformación problemática de un elemento que antes no se presentaba con tal fuerza
que requiriera atención. Cuando las demandas del movimiento LGBTTTIQA fueron
puestas en la esfera pública de la sociedad mexicana supuso una irrupción dentro de
las múltiples realidades y particularmente en la realidad de la vida cotidiana, la cual es
la realidad suprema (Berger y Luckmann, 2015), por lo que estos movimientos son el
última instancia un proceso de reconfiguración de esa realidad suprema que se fractura
ante las pluralidad de la diversidad que supone el proceso de personalización dentro de
la posmodernidad.
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Este proceso de transformación, que más tarde será revolucionario por los cambios
subyacentes que acarrea, convierte la vida cotidiana en un espacio por demás estratégico ya que “la transformación social no ocurre sólo en la vida cotidiana, pero, si
no ocurre ahí, no podemos hablar de un verdadero cambio o transformación” (Millán,
2019: 159). Así, la vida cotidiana adquiere relevancia no sólo por el efecto de la individualización de la sociedad, sino por la reconstrucción de la realidad de la vida cotidiana
en un conjunto de cúmulos que le dan sentido por parte de los diferentes sujetos que la
objetivan y legitiman.
Así, la vida cotidiana, dentro de su aparente repetición, que más bien es un proceso de reproducción, se vuelve un espacio que da cabida a las prácticas culturales de
la diversidad sexual que antaño permanecían tanto en la intimidad del individuo y la
delimitación de su hogar y que hoy se desbordan hacia el espacio público.
◗ El movimiento LGBTTTIQA en México:
acción, política y comunicación
Si bien, el movimiento tiene inicios precisos en 1971 con la creación del Frente de Liberación Homosexual (FLH), el cual estuvo precedido por intelectuales como Nancy Cárdenas y Carlos Monsiváis, lo cierto es que existen dos eventos fundamentales anteriores
a este grupo que dan visibilidad a la diversidad sexual. El primero de ellos es la “Redada
de los 41”, ocurrida el 20 de noviembre de 1901 en la 4ta calle de Plata (actualmente calle
Ezequiel Montes) en la Colonia Tabacalera, Alcaldía Cuauhtémoc, en la Ciudad de México,
donde una fiesta realizada por personas de la clase media del Porfiriato fue terminada por
la policía. En ella había hombres vestidos con prendas femeninas; el destino de aquellos
hombres fue diferente, ya que “(…) los humildes fueron sentenciados, encarcelados y obligados a realizar trabajos forzados en las fincas henequeneras de Yucatán; y los ricos purgaron “su vergüenza” con el desprestigio el resto de sus vidas” (Medina, 2015: 32). Quien
resultó salvado de este evento y el linchamiento mediático fue, se presume, el yerno de
Porfirio Díaz.
Así, se puede observar que en esta primera aparición no sólo medió la comunicación, sino la política, por lo que no constituyó un espacio fértil para el desarrollo de un
movimiento social de esta índole.
Ese acontecimiento representa la primera vez en que la homosexualidad se sitúa en
la esfera pública, ya que “la homosexualidad era aceptada en general entre ciertos sectores de la sociedad como intelectuales y sectores de la clase obrera, siempre y cuando
no se reconociera públicamente” (Díez, 2018: 151), por lo que este evento en los medios de comunicación “(…) para muchos constituye en gran medida nuestro Stonewall”
(Capistrán, 2018: 47). No obstante, esta primera aparición no forjó el movimiento en
100
7 UN FANTASMA HA SALIDO DEL CLÓSET
tanto existía un Estado regulador de la vida social, económica y política del país, así
como un discurso progresista y modernizador que no permitía la disidencia (en cualquier sentido).
Figura 1: Portada Gaceta callejera, 20 de noviembre de 1901
Fuente: Baltazar (2018)
Desde este momento, las apariciones de la diversidad sexual en la esfera pública
estuvieron marcados por la discriminación y la homofobia ya que “la herencia de ese
estigma se replicó todo el siglo XX en los medios de comunicación; primero en los periódicos con grabados y fotografías, después en la radio, el cine; y a principios de los años
50, en la televisión” (Medina, 2015: 32)
El segundo evento tuvo efecto en enero de 1971, donde el evento más que tener
una relación comunicación–política, fue en la interacción comunicación–vida cotidiana, ya que se publicó una nota periodística en la que “un empleado de Sears, Roebuck
& Co. fue despedido por exhibir una conducta homosexual” (Díez, 2018: 148); Fernando
Vigortto sin saberlo, se volvió en la trasgresión que puso fin a la pasividad de la diversidad sexual. En este entonces, no sólo se tenía de antecedente lo ocurrido en 1901, sino
los movimientos internacionales como el Mayo Francés y el Movimiento Estudiantil en
México que, ambos ocurridos en 1968, permearon a que se formara y trabajara, primero en la clandestinidad y luego en la movilización, el FLH.
Raúl Anthony Olmedo Neri
101
El FLH se desintegró por diferencias entre sus militantes, pero de él surgió el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR, creado en 1978) que aglutinaba en
su mayoría a homosexuales, que junto a Oikabeth2 (1978), que se caracterizaba por
ser mayoritariamente de lesbianas y Lambda (1978) “el primer grupo realmente mixto
también feminista, también socialista pero plural (calificados por los otros como “pequeños burgueses”)” (Lizarraga, 2018: 353), realizaron los primeros actos de apropiación del espacio público.
El 26 de julio de 1978 un contingente formado por integrantes del FHAR participó
en la conmemoración de la Revolución Cubana. La nota periodística del siguiente día
no hablaba de razzias3 o asesinatos por homofobia, sino por un acto de solidaridad
con un hecho revolucionario internacional. De ello derivó la realización en 1979 de la
primera marcha del orgullo homosexual en México. Esa primera marcha es descrita por
Xabier Lizarraga (2018), fundador del grupo Lambda, como:
… [una] marcha un poco tímida y “chamaqueada” por la policía que nos desvió por la
calle de Lerma, lateral al Paseo de la Reforma, y que concluyó en la hoy desparecida
Plaza Carlos Finlay, a un costado y atrás del Monumento a la Madre, donde, quizá para
borrar de la memoria nuestra osadía, construyeron el edificio del Registro Público de la
Propiedad y de Comercio del Distrito Federal (hoy Ciudad de México)(355).
Aunque es el primer evento, los activistas de aquella época lo consideran el segundo
ya que el contingente del FHAR en 1978 fue, para ellos, el parteaguas en que no sólo se
apropiaron de los medios de comunicación, sino del espacio público en su forma terrenal
y temporal. Una vez en la esfera pública, la homosexualidad fue politizada para demandar derechos dentro de la vida cotidiana; primero fue la aceptación, después la inclusión.
A partir de este momento, el movimiento LGBTTTIQA ha cambiado de objetivos
conforme el contexto y sus propias necesidades han surgido: por ejemplo, el caso de
la propagación de VIH–Sida en México repercutió severamente en las organizaciones
del movimiento, por lo que algunas desaparecieron y otras más centraron sus acciones
hacia la comunidad para dar atención, información y acompañamiento a una enfermedad que en esos momentos (los primeros casos aparecieron en 1983) era desconocida
y mortífera.
2
3
Juego de siglas de las siguientes palabras mayas Olín Ikispan Katuntah Bebezah Thoth, cuyo significado
es “Movimiento de Mujeres Guerreras que abren camino y esparcen flores”.
Redadas ilegales realizadas por la policía del entonces Distrito Federal (hoy Ciudad de México) donde
detenían homosexuales, quienes eran llevados a las estaciones de policía donde eran humillados y extorsionados para no delatar sus ‘gustos’ ante sus respectivas familias.
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7 UN FANTASMA HA SALIDO DEL CLÓSET
Figura 2: Cartel de Marcha del Orgullo Homosexual, 28 de junio de 1979. Fuente: Villasana, Garnica e Hidalgo (2018).
Dentro de las acciones hacia la comunidad del movimiento de la diversidad sexual
se encuentra la realización de sesiones informativas en espacios socialmente aceptados
por los integrantes de la comunidad que no necesariamente eran oficiales o estatales.
Uno de ellos fue la implementación de “El Taller de los Martes” cuya primera presentación fue el 14 de abril de 1987 en Zona Rosa, donde se dio información a la comunidad
de una manera amena y sin emplear el argot médico que ello suponía. Con el flujo de
información al respecto, se sensibilizó a la población en general, y se alejó el estigma
que dicha enfermedad, denominada por grupos conservadores como “el cáncer gay” o
“cáncer rosa”, era propagada por los homosexuales y que sólo les afectaba a ellos. En la
siguiente tabla se observa el movimiento LGBTTTIQA en estos 40 años de activismo
político, social y cultural.
Actualmente, el movimiento LGBTTTIQA ha encontrado en sí una diversificación
de las demandas y acciones, por lo que su campo de acción se ha ampliado por las diferentes organizaciones civiles que desarrollan actividades en beneficio de la comunidad
de la diversidad sexual, por lo que más que “el movimiento” en realidad, actualmente se
debe hablar de “los movimientos” LGBTTTIQA.
De esta manera los objetivos de cada organización civil no necesariamente concuerdan con los de otras asociaciones. No obstante, más que la concordancia, que puede ser
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Raúl Anthony Olmedo Neri
importante, mas no debe ser la regla en tanto que hay pluralidad dentro de la propia
diversidad, existe un proceso de apropiación de los medios sociodigitales que permiten
visualizar los objetivos que devienen del actual contexto, y que deben ser considerados
como una nueva forma de irrumpir y participar en la esfera pública (digital o análoga).
TABLA 1 Historia del Movimiento LGBTTTIQA
Fuente: Salinas (2017: 97).
Figura 3: Red sociodigital a partir del Hashtag
#NoMásECOSIG. Fuente: Ackland (2005).
Uno de ellos es la denuncia por parte de
diferentes colectivos sobre los Esfuerzos para
Corregir la Orientación Sexual y de Identidad
de Género (ECOSIG) que grupos conservadores
han promovido con base en la idea de antaño sobre la diversidad sexual como ‘enfermedad curable’. La campaña en contra de los ECOSIG ha
sido implementada por parte de la Asociación
Civil Yaaj México a través de redes sociodigitales
como Twitter y Facebook, por lo que analizar su
impacto requiere el uso de software que permita recopilar y jerarquizar información de dichos
medios sociodigitales.
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7 UN FANTASMA HA SALIDO DEL CLÓSET
Para este análisis se utilizó el software desarrollado en la Universidad Nacional de
Australia, el Virtual Observatory for the Study of Online Networks (VOSON), el cual
“puede mapear la estructura de las redes y los sitios involucrados, así como identificar
qué sitios son más importantes dentro de una red y cuál es la dirección de los flujos
de información entre los sitios” (Gunter, 2014: 422). Con VOSON se realizó una recolección de tweets y retweets del Hashtag #NoMásECOSIG, obteniendo 742 tweets
recolectados, de los cuales 687 fueron retweets y donde 655 usuarios participaron en la
difusión o comentando al respecto.
En la figura 4 se puede observar la construcción de la red sociodigital en torno a
este Hashtag.
Figura 4: Relación de significados alrededor del Hashtag #NoMásECOSIG
Fuente: Ackland (2005).
Dentro de esta red sociodigital se observa el impacto de un usuario que potenció
el alcance del Hashtag (recuadro negro). El usuario @Pat_MercadoC hizo que al menos
399 personas interactuaran con su retweet y que de ellas 397 lo compartieran en sus
respectivos perfiles. Esta usuaria es senadora por Movimiento Ciudadano, por lo que
su posición en el ámbito político es un factor que le dio la posibilidad de generar un
alcance de tal magnitud.
En este ejemplo, la relación comunicación-política no es la misma que la ocurrida
en 1901, por el contrario, esta nueva relación de interacción-comunicación dio paso a
la formación si no de alianza, sí de difusión ante un problema que identifican y comparten: los procesos de conversión que lejos de ayudar, incitan a la represión de la identidad disidente a la heteronorma socialmente reproducida.
Raúl Anthony Olmedo Neri
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Esta información, puede presentar la relación de significados que se da alrededor
de este Hashtag, que lejos de ser la simple suma de sus partes (letras) adquiere una
concatenación de significados acordes al contexto de su publicación y difusión, lo que
genera un conjunto de relaciones paradigmáticas (significación).
Como se puede observar, más allá de la frase generada con el Hashtag, lo cierto es
que se construyeron al menos tres Hashtag más, a saber: #noestoyenfermx;#nadaquecorregir; y #nomásecosig (similar al original). Con esto se puede inferir que esta representación no sólo generó impacto en términos de alcance, sino también en términos
de significación ya que dio paso a la conformación de más Hashtags, los cuales dan el
mismo sentido al que pretendía la campaña iniciada por Yaaj México: denunciar los
ECOSIG como formas de represión y tortura promovidas por grupos reaccionarios, que
en conjunto conforman el contramovimiento, hacia personas que deciden aceptarse y
asumirse como diferente.
Finalmente, este breve análisis de una campaña en una red sociodigital da paso
a corroborar que los movimientos de la diversidad sexual están apropiándose de los
medios de comunicación sociodigitales para incrementar su alcance, identificar aliados
y sobre todo de formar parte de la esfera pública a través de la presentación y representación mediática de la diversidad sexual en la sociedad mexicana.
◗ Conclusión: resistir, vivir y sobrevivir en la diversidad
A lo largo del presente trabajo, se ha visto que el movimiento LGBTTTIQA, los medios
de comunicación y el contexto posmoderno que aquí se han explicado son elementos
que en su relación van generando un proceso de interacción–comunicación, el cual en
suma ha derivado en visibilizar la injusticia, difundir las demandas y materializar la
lucha a través de cambios específicos que poco a poco se vuelven parte de la realidad de
la vida cotidiana.
Además, conforme se ha desarrollado el movimiento, sus objetivos también han
cambiado ya sea por el contexto, por la llegada de nuevos retos, de la propia resistencia emanada de los contra movimientos o de la propia diversificación de un colectivo
amplio que comparten la diversidad de su identidad y la represión vivida en distintos
ámbitos por las meta narrativas basadas en la heteronormatividad.
Si el contexto es importante para poder evidenciar el cambio en la forma de ser/
estar en sociedad, las innovaciones tecnológicas en el plano de la Comunicación suponen nuevas formas de crear alianzas, difundir mensajes y organizar acciones, sin
embargo, hay que mencionar que estas nuevas y fascinantes formas de socialización
no desplazan las anteriores, sino que sirven para abrir espacios de comunicación que
tienen en última instancia una base social, material y real que sustentan las acciones
106
7 UN FANTASMA HA SALIDO DEL CLÓSET
en los medios sociodigitales. Inhibir este hecho remitiría al discurso del determinismo
tecnológico, lo cual desde este trabajo representa un error conceptual y discursivo, ya
que los cambios no se dan (ni se darán) por las revoluciones tecnológicas en las formas
de comunicación, sino en el nivel y modo de apropiación de estos desarrollos tecnológicos por parte de organizaciones y colectivos que se encuentran dentro del movimiento
social y que han visto en estos medios sociodigitales otras formas de insertarse en la
esfera pública (digital o análoga) más allá de aparecer y ser presentados de una forma.
Hoy, los colectivos organizados en favor de la diversidad sexual tienen la posibilidad de presentarse y representarse desde su accionar en la vida cotidiana, contribuyendo desde sus trincheras a realizar esos cambios en las formas de ser/estar en sociedad,
mostrando que quien debe salir del clóset no es la diversidad sexual, sino la propia
sociedad… ya que lo normal es ser diferente.
◗ Fuentes consultadas
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de: http://vosonlab.net/
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La primera edición electrónica de Comunicación
y vida cotidiana en la era digital, realizada por la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM,
se finalizó el 31 de marzo de 2023. La producción de
esta obra estuvo a cargo de Guimark Total Quality
S. A. de C. V. Carolina 98-101, colonia Ciudad de los
Deportes Alcaldía Benito Juárez, C. P. 03710, Ciudad
de México. En su composición se utilizó la tipografía
Dashiell Bright 10:12. Cuidado de la edición a cargo
de Clara Isabel Martínez Valenzuela, Departamento de
Publicaciones, FCPYS.