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Revista Austral de Ciencias Sociales ISSN: 0717-3202 revistaustral@uach.cl Universidad Austral de Chile Chile Fortoul, Freddy; Skewes, Juan Carlos Dario Menanteau. "Una función importante de la vida académica es la enseñanza y esta actividad, más que ninguna otra, nos obliga a ser sinceramente modestos" Revista Austral de Ciencias Sociales, núm. 4, 2000, pp. 69-80 Universidad Austral de Chile Valdivia, Chile Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=45900404 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto Revista Astrual de Ciencias Sociales, N° 4, 2000, pp. 69-80 ENTREVISTA Dario Menanteau "Una función importante de la vida académica es la enseñanza y esta actividad, más que ninguna otra, nos obliga a ser sinceramente modestos" Freddy Fortoul *, Juan Carlos Skewes * * Profesores Investigadores del Instituto de Ciencias Sociales, UACh. Esta entrevista fue posible en parte gracias al apoyo de Proyecto Mecesup AUS 9907: "Magister en Desarrollo Rural y Mejoramiento de la Calidad Académica". «La lección que aprendí de él es aquella que los seres humanos no podemos estar ajenos al proceso de cambio social». La obra y vida de Darío Menanteau-Horta se han entretejido junto con la cambiante historia de los mundos rurales. "Así como los modernos astronautas desafían las leyes de la fuerza de gravedad para explorar el espacio y visitar la luna, mi nacimiento en pleno corazón de Colchagua fu e, sin duda, un temerario desafío para aquella antigua tradición que aseguraba que a los niños los traía la cigüeña de Paris", confidencia a sus interlocutores. Desde la primaria, en el Colegio Blanco Encalada de Talca, hasta su posición actual de Director de la Centro de Sociología Rural y de Análisis Comunitario de la Universidad de Minnesota, ha sido testigo íntimo de los procesos que han transformado a la sociedad chilena y al mundo. Y también ha sido un compañero de aventura del Instituto de Ciencias S ociales de la Universidad Austral de Chile, donde cuenta tres de los mejores años de su vida profesional, "vividos en Valdivia, en la bien recordada Casa 6 de la Isla Teja", según además testimonian su mujer, Diana, su hijo e hijas. Darío Menanteau -Horta e s un académico, en el sentido profundo del término. La modestia y la necesidad de aprender son, en su opinión, los elementos principales de la academia. El mismo prefiere hablar de "vida académica" y no de "carrera", puesto que esta "tiene un sentido quizás más utilitario, finalista y angosto, en comparación a una forma de vida académica que implica entrega, dedicación y compromiso". Su vocación es la de conocer, vocación que reconoce un destino cierto: "Una función importante de la vida académica es la enseñanza y esta actividad, más que ninguna otra, nos obliga a ser sinceramente modestos". A través del Internet, y maravillados por la virtualidad en la que se apoya su discurso de compromiso sustantivo, avanzamos en su pensamiento. También lo hace mos en la conversación cómplice en el Café Lorin, a un par de cuadras de su oficina ubicada en el Campus de Saint Paul de la Universidad de Minnesota. Allí Dario Menanteau -Horta también es conocido. Adel, un palestino musulmán migrante a medias en tierra n orteamericana, atiende al maestro. El modesto espacio sirve para el encuentro de las civilizaciones: no falta el alumno griego de Menanteau que se suma a la conversación, ni tampoco su ayudante eritreo, o algún otro habitué latinoamericano. "Los primeros pasos como estudiante universitario los di en la que en aquellos años era la nueva Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, creada en 1954, un año antes de mi ingreso a ella", vocación fundacional que también le acompañará en su vida: más tarde como alumno de la recién creada Escuela de Sociología de la Universidad Católica de Chile y años después como gestor del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Austral de Chile. Gestor privilegiado no sólo por vocación propia sino además p or la orientación que recibe de los grandes maestros de la segunda mitad del siglo veinte. Entre quienes recuerda a los escritores Manuel Rojas, Ernesto Montealegre, a los periodistas Ramón Cortez Ponce, Lenka Franulic, Mario Planet, Santiago del Campo, a los profesores Mariano Clariana, Blanca E. Grove, Leopoldo Castedo, lista que se engrosa con otros personajes que surgen de derroteros distintos, puesto que su paso por el periodismo fue más bien breve. --- ¿Qué experiencias lo atraen hacia el mundo de la sociología rural? --- Ingresé como reportero al Diario "El Debate" y al Servicio de Prensa y Relaciones Públicas de Caritas Chile, donde el presidente era, en ese tiempo, el sacerdote salesiano, "Padre Raúl", nuestro Monseñor Silva Henríquez. Lo que más recuerdo de esos años era la fuerza creadora que había en Caritas Chile bajo su liderazgo. La lección que aprendí de él es aquella que los seres humanos no podemos estar ajenos al proceso de cambio social. Es quizás esto lo que nos permite identificar como a tributos y responsabilidades humanas el ser partícipes de la labor creadora de un mundo mejor. Las condiciones estaban dadas para un nuevo giro en la vida de Darío Menanteau-Horta. --- ¿Cómo se incorpora a la Escuela de Sociología? --- Fue como periodista de "El Debate" que asistí a una conferencia de prensa en la cual el Rector de la Universidad Católica, Monseñor Silva Santiago, presentaba a un joven sacerdote belga, Roger Vekemans, quien sería el Director fundador de la Escuela en esa casa de estudios. La personalidad carismática y la idea que la sociología, como una nueva disciplina en Chile, podría ayudar al desarrollo nacional, atrajo mi interés para seguir estudiando. Así fue como me integré al primer curso de esa escuela. «Todo era un nuevo desafío y la sociología debía intentar contribuir al diálogo, al análisis, a la fuerza creadora de la sociedad chilena». Cuatro años más tarde, Vekemans lo tienta junto a su compañero Claudio Orrego Vicuña, para viajar a Alemania. Sin embargo, se presenta s imultáneamente la oportunidad de participar en el concurso de Becas de la Comisión Fulbright y llegar a obtener el grado de Master en Sociología en la Universidad de New Hampshire. Luego es invitado a continuar sus estudios doctorales en la Universidad de Cornell, los que concluye en la Universidad de Minnesota. --- ¿Cuál fue su relación con el mundo rural en esos años? --- En mis dos últimos años de doctorado orienté mis estudios hacia una sociología comprometida con los problemas del cambio social y del d esarrollo. Decidí estudiar los procesos de difusión y adopción de técnicas agrícolas entre los agricultores chilenos. Este tipo de análisis me permitía unir dos áreas de gran interés: las comunicaciones y la difusión de nuevas ideas, prácticas o tecnología s, y la sociología del cambio y del desarrollo. --- ¿Cómo era el contexto histórico en que se sitúa su investigación? --- En esos años – 1966 -1967 – uno de los grandes problemas de Chile y América Latina era la falta de producción agropecuaria frente a un rápido crecimiento demográfico. La agricultura chilena perdía la carrera entre la demanda de alimentos requeridos por la población del país y los niveles de productividad necesarios para satisfacer esa demanda. Chile era un ejemplo típico de desarrollo desbalanceado donde la agricultura se había quedado rezagada en comparación a los otros sectores nacionales. Eran también los tiempos en que comenzaban a diseñarse los primeros planes de reforma agraria y desarrollo rural en el país. Todo era un nuevo desafío y la sociología debía intentar contribuir al diálogo, al análisis, a la fuerza creadora de la sociedad chilena. De este modesto trabajo de investigación surgen para mí otras interrogantes en torno a la organización social, sobre educación para el cambio, sobre desarrollo social, y desarrollo sostenible. --- ¿Cómo surge su vínculo con la Universidad Austral de Chile? --- A mediados de 1972, siendo profesor de un curso Interamericano ofrecido por la OEA en Buenos Aires, tuve ocasión de pasar a Santiago y conversar sobre temas universitarios con don Jorge Millas, Decano de la Facultad de Filosofía y Ciencias Sociales de la Universidad Austral de Chile. De esta entrevista surgió la idea de desarrollar algunos posibles vínculos académicos entre Chile y Minnesota. Desde 1967, me desempeñaba también como Cónsul Honorario de Chile en Minnesota y esta era una oportunidad de explorar esos vínculos. Con el apoyo del Decano Millas, en Chile, y del Dr. William Wright, Director de los Programas Internacionales de la Universidad de Minnesota, comenzamos el diálogo y la búsqueda de recursos. A comienzos de 1973, estando casi con un pie en el avión para ir como profesor a un curso auspiciado por la UNESCO en Nigeria, recibí la información de la Oficina de Programas Internacionales que podría financiar parte de un programa académico de sociología en Chile. ¡El resto es historia conocida! --- ¿En qué consistió ese programa de intercambio? --- Este se formuló en relación a cuatro áreas consideradas importantes por el Decano Jorge Millas y otros académicos de la Universidad Austral de Chile. Estas incluían la posibilidad de intercambio académico, docente, investigación sociológica, y brindar apoyo al desarrollo institucional, universitario y regional. El grupo de sociólo gos de la Austral, con la cooperación de algunos colegas de la Facultad de Filosofía y Ciencias Sociales, tuvo una importancia decisiva en el desarrollo de estas iniciativas. Como parte de este plan, don Jorge Millas fue por un semestre académico a la Universidad de Minnesota, visitando también otras universidades y estados. Al año siguiente, viajó a Valdivia, por un período de nueve meses, el Dr. George Donohue, Director de Sociología Rural de la Universidad de Minnesota. --- ¿Cuáles fueron los aportes que se desprendieron de este programa? «El desarrollo institucional tenía dos caras. Una miraba hacia adentro, para ver y conocer mejor el "rostro de una universidad intervenida" a consecuencia del Gobierno Militar. La otra miraba hacia afuera de la universidad y buscaba estudiar las posibles áreas de mayor impacto de ésta en el desarrollo local, regional y nacional». --- La investigación sociológica nos dio oportunidades para formar equipos de trabajo en torno a algunos proyectos. Uno de ellos, conocido entre los colegas como el "Proyecto Pandora" realizado en Paillaco, y que tenía como objetivo estudiar la organización y funcionamiento de una comunidad rural de la región, sus recursos humanos y naturales, su capital social y expectativas de desarrollo local. Del "Proyecto Pandora" surgieron otros esfuerzos de investigación tales como uno realizado en La Unión y Valdivia sobre la "demanda por justicia", y otro en Lago Ranco donde el objetivo de estudio eran los factores relacionados con la educación, orientación vocacional y problemas de la juventud en el sur de Chile. Otro estudio arrojó valiosa información sobre el perfil y las condiciones económicas de los estudiantes de la Universidad Austral de Chile y sus familias. La discusión sobre este perfil con el Rector- Delegado de ese tiempo, señor Dupois, sirvió para detener, por lo menos por ese año y el siguiente, el alza en las matrículas y aranceles universitarios recomendados por el Ministerio de Educación del Gobierno Militar de esa época. --- ¿Cómo se plantearon estos aportes en el plano institucional? --- El desarrollo institucional tenía dos caras. Una miraba hacia adentro, para ver y conocer mejor el "rostro de una universidad intervenida" a consecuencia del Gobierno Militar. La otra miraba hacia a fuera de la universidad y buscaba estudiar las posibles áreas de mayor impacto de ésta en el desarrollo local, regional y nacional. Ambos esquemas alentaron conversaciones con especialistas de otras disciplinas y colegas de otras facultades. --- ¿Cuál es la importancia que usted asigna al Seminario El Rol del Sociólogo, organizado por la Universidad Austral de Chile dentro de ese programa? --- Este evento fue celebrado en Valdivia en 1977 y convocó a sociólogos y cientistas sociales del país. En s u realización intervinieron en forma decisiva el Decano don Jorge Millas y los profesores Carlos Amtmann, Freddy Fortoul y Liliana Larrañaga del Departamento de Sociología de la Universidad Austral de Chile. Este seminario fue, posiblemente, el primer encu entro abierto entre sociólogos y otros académicos que se realizaba en Chile después del Golpe Militar. A mi juicio, esta reunión ofreció a los académicos la oportunidad de sostener una franca discusión sobre el papel y funciones de la disciplina sociológica en Chile, al mismo tiempo que dio a conocer algunas de las inquietudes, méritos y logros de los sociólogos de la Universidad Austral de Chile. Al volver a Estados Unidos, Darío Menanteau-Horta se encuentra con un mundo cambiado. La historia ha transforma do también al Primer Mundo y su vocación por y compromiso con el cambio social le invitan a reformular sus investigaciones. --- ¿Cuál es el foco de sus estudios al volver a Minnesota? --- Mis primeras investigaciones al regreso se volcaron al análisis de l os problemas derivados de la desigualdad de los ingresos en la sociedad norteamericana, en particular en las comunidades del estado de Minnesota. La distancia entre los ricos y los pobres, que es frustrantemente visible en los países de menor desarrollo, también aparece menos escondida ahora que antes en Estados Unidos, un país de tan vastos recursos. Este estudio logró demostrar una estrecha correlación entre la distribución de los ingresos y los indicadores de bienestar social y de calidad de vida. Este trabajo ha sido incorporado a la temática internacional de investigación sobre el funcionamiento y desempeño de sistemas sociales y publicado como uno de los capítulos del libro The Performance of Social Systems (2000), editado por Francisco Parra -Luna, publicado por Kluwer Academic/Plenum Publishers New York. «La sociología actual tiene las herramientas para entender el proceso de la globalización y visualizar el impacto que ésta tiene en Chile». Dentro de este mismo contexto norteamericano he comenzado a investigar los procesos de adaptación, aceptación y/o rechazo a que se encuentran enfrentados los hispanos en los Estados Unidos. La composición demográfica de este país está cambiando rápidamente y los hispanos en los Estados Unidos alcanzan al doce por ciento de la población de ese país y, sin embargo, aún subsisten serios problemas en relación a la igualdad de oportunidades en educación, trabajo, ingresos y servicios para este grupo. Fruto de esta investigación se ha incorporado a la Revista de la Sección de Sociedad para el Avance de la Socio -Economía (SACE) el artículo "La Retórica de Aceptación y Prácticas de Exclusión hacia la Población Hispana de los Estados Unidos". --- ¿Cómo se mantiene vinculado a la realidad chilena? --- Una manera de hace rlo es a través de la docencia. En la universidad de Minnesota dicto un Seminario sobre Desarrollo Social Internacional y, en años recientes, he sido invitado como profesor adjunto de la Universidad de Santo Tomás de Minnesota para enseñar un curso graduad o sobre economía política de América Latina. Esta experiencia condujo a la publicación de un libro titulado Latin America -MERCOSUR, editado por Peter Coffey en 1998. --- En su opinión, ¿cuál es el rol de la sociología hoy? --- Por una parte, hay que estudiar la forma como los cambios políticos y económicos han repercutido en lo social. En los valores, en la solidaridad o falta de solidaridad, en el capital social. La sociología actual tiene las herramientas para entender el proceso de la globalización y visualizar el impacto que ésta tiene en Chile. Esta es una interrogante seria, especialmente en el contexto de toda la publicidad que se ha hecho acerca de la globalización. Pero, ¿es ésto algo nuevo, algo realmente innovador?. Para una parte importante de la humanidad el problema no es nuevo, el problema del subdesarrollo se mantiene. Los cientistas sociales deben buscar respuestas para resolver los problemas sociales que están produciendo estos cambios globales. Por la otra, es preciso mirar hacia dentro del ámbito universitario, rescatar lo más posible el desafío de la educación universitaria, atendiendo a los desafíos de la organización social. Se trata de una sociología comprometida con el problema del bienestar económico y social, con la armonía de la comunidad y el desarrollo político. Para ello necesitamos una buena formación universitaria, lo que significa seriedad, rigor científico, mejoramiento institucional. --- ¿Cómo evalúa su participación el penúltimo proceso eleccionario para la Rectoría de la Universidad Austral de Chile? --- Es la ruta no seguida. Estoy contento porque la Universidad Austral de Chile volvió a manos de los académicos después de tantos años. Cada rector, después de la intervención ha tenido un desempeño honorable en hace r avanzar a la universidad en un sentido. El rector Haverbeck hizo una gran labor y, actualmente, Manfred Max-Nef ha contribuido al avance institucional. No fue posible participar en esa elección y, además había mejores candidatos, gente más cabal, que ha estado en Chile. Yo, en cambio, he estado lejos, a lo que debo sumar las responsabilidades familiares que en ese momento tenía. «La identidad de la sociología rural está dada por su posición de sociología aplicada. Desde sus orígenes hasta hoy, la sociología rural se ha fundado en la práctica, desde donde han surgido todos sus enfoques teóricos». --- ¿Cuál es nuestro papel como Facultad de Filosofía y Humanidades en la Universidad Austral de Chile? --- Nos cabe recoger el legado de don Jorge Millas y cumplir lo mejor posible con las tres funciones de la universidad, con una docencia que forme y enseñe a pensar. El estudiante debe tomar responsabilidades y eso ocurre en la medida en que los maestros tengan expectativas que así ocurra. Necesitamos una d ocencia de excelencia para responder a las responsabilidades intelectuales que tenemos frente a la realidad social. Las cosas no se pueden hacer hoy como se hacían hace veinte o treinta años. Hay que desarrollar una investigación rigurosa. Me complace ver los trabajos de investigación salidos de la Universidad Austral de Chile, los que pueden servir la docencia y a las líneas de pensamiento que mejor contribuyan a la sociedad chilena. Es preciso mantener y expandir los proyectos de investigación fundamentales para el desarrollo sostenible. Siempre se puede mejorar y expandir la investigación, reconociendo la importancia y la vitalidad que las ciencias sociales tienen para la universidad. Es necesario aprovechar todos los mecanismos y recursos humanos de la u niversidad y de las ciencias sociales para establecer y mejorar los puentes con la comunidad y con la región. Existe una calle de doble vía que transitar a través de la extensión. Aquí culmina el proceso de educación por excelencia. Se trata de mantener el alumbrado con un suministro constante que permita iluminar el camino a seguir. Así se consigue una universidad comprometida y proactiva. --- ¿Cuál es la situación actual de la sociología rural? --- Como disciplina es parte de la sociología general, enfoca da a los aspectos de la organización, el desarrollo y el cambio en las comunidades rurales y de los procesos agrícolas, las migraciones y otras aspectos relacionados con las áreas rurales. La identidad de la sociología rural está dada por su posición de sociología aplicada. Desde sus orígenes hasta hoy, la sociología rural se ha fundado en la práctica, desde donde han surgido todos sus enfoques teóricos. Lo que nos ha perjudicado, en este sentido, ha sido ese mal necesario que fue llegar a un cierto grado d e especialización. Pero, ahora, enfrentados a la globalidad, las fronteras ficticias que se han dibujado en nuestras disciplinas comienzan a desaparecer. Las especialidades dan ciertas respuestas, sin embargo, ellas no dan cuenta de las interrogantes globa les. Los nuevos inmigrantes, por ejemplo, son una realidad mundial. ¿Cuál es la respuesta que a ese problema se da desde las ciencias sociales? Se necesitan nuevos paradigmas, nuevas herramientas teóricas y metodológicas para establecer el diálogo entre cientistas sociales. En este sentido debemos ser proactivos. --- ¿Qué pasa con la ruralidad? --- En las sociedades donde declinan el sector agrícola y la población rural se piensa en el fin de la ruralidad. Pero no ocurre lo mismo allí donde las poblaciones rurales son importantes numéricamente y menos en aquellas donde, a pesar de la importancia del sector, los recursos para el desarrollo se han destinado a las grandes ciudades. Aquí los temas de preocupación principal se relacionan con la aplicación del conocimiento a los procesos de desarrollo del mundo rural, a la difusión y adopción de ideas y tecnologías, a la validez de los cambios ocurridos en las comunidades rurales. Ya no es el mundo rural separado de lo urbano sino la continuidad que desde el punto de vista sistémico se produce a un nivel más global. --- ¿Hacia donde orienta hoy su investigación? --- En los últimos años, como miembro del grupo de investigación sobre sociocibernética de la Asociación Internacional de Sociología he orientado también mi curiosidad de investigador hacia el estudio de los aspectos teóricos y prácticos de la sociocibernética en relación al desarrollo. Tema que tal vez pueda volcar en el nuevo vínculo que se establece entre las universidades Austral de Chile y Minnesota en torno al Magíster de Desarrollo Rural, magíster que comienza a hacerse eco de las profundas transformaciones del mundo rural, transformaciones de las que Darío Menanteau -Horta ha sido un testigo privilegiado. Algo no ha cambiado en Darío Menanteau-Horta. Su vida académica en el hemisferio norte no lo ha desterrado de su mundo más íntimo, más profundo, y hasta un poco más rural. "Mi gran ventaja sobre todo lo extranjero y extranjerizante ha sido el hecho que, desde un comienzo, recibí el amor y cuid ado generoso de mis padres, el estímulo de amigos y maestros, el tibio calor del sol y de la tierra, más la brisa que baja de los Andes o aquella que arranca del Pacífico".