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Comunicación Audiovisual

Comunicación Audiovisual Curso: 2014/15 RPQUMQV curso 2015-2016 curso 2015-16 Lectura_1: Historia del Cine Enrique Martínez-Salanova Sánchez INDICE Una Breve historia como Introducción. La persistencia de la visión. La Cámara Oscura. La Linterna Mágica. La invención de la fotografía y su relación con el cine. Edison y el Kinetoscopio. Edward Muybridge y sus experimentos: Zoopraxiscopio/ zoopraxinoscopio. Los Hermanos Lumière. Georges Mèliés. Porter y el primer montaje en el cine. Griffith, padre del lenguaje cinematográfico. Segundo de Chomón: pionero y precursor. Los avances hacia la mitad del siglo XX. Rodar en exteriores. El realismo. La crisis del cine (1950-60). Las nuevas olas: cinema novo, nouvelle vague, cine y contra-cine. TEXTO COMPLETO: http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/historiadelcine.htm Una Breve historia como Introducción Desde la antigüedad, una lenta etapa experimental precedió al «Cinematógrafo» de los Lumière. Ya fuera por ciencia, curiosidad o espectáculo, se trabajó incansablemente por ofrecer al publico «lo nunca visto», la «ultima maravilla de la ciencia». Sin esta prehistoria, el cine no hubiera existido. Desde las cavernas, en que la Humanidad dejó plasmados sus dibujos, las sombras chinescas, entre luces de antorchas y sombras, el mito de la caverna de Platón, dejaría de existir, enseñar, divertir y entretener mediante imágenes fue el objetivo de miles de personas, de eruditos e inventores, de actores y saltimbanquis, de fabricantes de juguetes y de comerciantes. El cine, por tanto, fue producto de una evolución lenta, de una necesidad de la especie humana de expresarse mediante imágenes utilizando las técnicas y posibilidades de cada momento. Para ello se utilizaban los propios conocimientos, como la cámara oscura, los mitos, el folclore y la narrativa, la religión y la ficción creativa. Durante siglos, la gente quedaba maravillada por los inventos que se iban sucediendo, por la magia de las imágenes. El interés por buscar nuevos caminos exigió la aplicación constante de la técnica y de la investigación sobre los nuevos descubrimientos, por lo que la base del cine está en el desarrollo de la ciencia y la técnica, en la que se basa y a la que le aportó muchos de sus descubrimientos. Uno de los primeros avances científicos que llevó directamente al desarrollo del cine fueron las observaciones de Peter Mark Roget, que en 1824 publicó un importante trabajo científico con el título de Persistencia de la visión en lo que afecta a los objetos en movimiento, en el que establecía que el ojo humano retiene las imágenes durante una fracción de segundo después de que el sujeto deja de tenerlas delante. Este descubrimiento estimuló a varios científicos a investigar para demostrar el principio, hoy discutido, de la persistencia de la imagen en la retina. Concretamente, se descubrió que si 16 imágenes de un movimiento que transcurre en un segundo se hacen pasar sucesivamente también en un segundo, la persistencia de la visión las une y hace que se vean como una sola imagen en movimiento. Un instrumento que se convirtió en juguete, el zoótropo, es uno de los antecedentes más claros del cine. Consta de una serie de dibujos impresos en sentido horizontal en bandas de papel colocadas en el interior de un tambor giratorio montado sobre un eje; en la mitad del cilindro, una serie de ranuras verticales, por las cuales se mira, permiten que, al girar el aparato, se perciban las imágenes en movimiento. Un ingenio algo más elaborado fue el praxinoscopio, un tambor giratorio con un anillo de espejos colocado en el centro y los dibujos colocados en la pared interior del tambor. Según giraba el tambor, los dibujos parecían cobrar vida. Mientras tanto, nació la fotografía, sin la cual no existiría el cine. Hacia 1852, las fotografías comenzaron a sustituir a los dibujos en los artilugios para ver imágenes animadas. A medida que la velocidad de las emulsiones fotográficas aumentó, fue posible fotografiar un movimiento real en vez de poses fijas de ese movimiento. En 1877 el fotógrafo Eadweard Muybridge empleó una batería de 24 cámaras para grabar el ciclo de movimientos del galope de un caballo. El cronofotógrafo portátil, una especie de fusil fotográfico, movía una única banda que permitía obtener doce imágenes en una placa giratoria que completaba su revolución en un segundo. Fue un paso relevante hacia el desarrollo de la primera cámara de imágenes en movimiento. Hasta 1890, los científicos estaban interesados principalmente en el desarrollo de la fotografía más que en el de la cinematografía. Thomas Alva Edison construyó un laboratorio en Nueva Jersey, que se convirtió en el primer estudio de cine del mundo. Su ayudante William K. L. Dickson está considerado por algunos como el diseñador de la primera máquina de cine, el kinetoscopio, que no era propiamente una cámara de cine. En Francia, los hermanos Louis y Auguste Lumière llegaron al cinematógrafo, invento que era al tiempo cámara, copiadora y proyector, y que es el primer aparato que se puede calificar auténticamente de cine. Se presentó oficialmente al público el 28 de diciembre de 1895. La persistencia de la visión El cine se desarrolló desde el punto de vista científico antes de que sus posibilidades artísticas o comerciales fueran conocidas y exploradas. Uno de los primeros avances científicos que llevó directamente al desarrollo del cine fueron las observaciones de Peter Mark Roget (1779-1869), secretario de la Real Sociedad de Londres, que en 1824 publicó un importante trabajo científico con el título de Persistencia de la visión en lo que afecta a los objetos en movimiento, en el que establecía que el ojo humano retiene las imágenes durante una fracción de segundo después de que el sujeto deja de tenerlas delante. Este descubrimiento, aunque hoy discutido, estimuló a varios científicos a investigar para demostrar el principio. Tanto en Estados Unidos como en Europa, se animaban imágenes dibujadas a mano como forma de diversión, empleando dispositivos que se hicieron populares en los salones de la clase media. Concretamente, se descubrió que si 16 imágenes de un movimiento que transcurre en un segundo se hacen pasar sucesivamente también en un segundo, la persistencia de la visión las une y hace que se vean como una sola imagen en movimiento. Dr. John Ayrton Paris (Inglés) pone a la venta en Londres el taumatropo. Primer juguete óptico que explota la persistencia de la imagen sobre la retina, compuesto de un disco y de hilos vinculados a las extremidades de su diámetro. Sobre cada cara hay un dibujo; al hacer girar sobre un eje el disco, se ven simultáneamente los 2 dibujos. Tales instrumentos utilizan una técnica comparable a las modernas películas de dibujos animados. El principio es este: Se dibujan una serie de imágenes cada una mostrando una etapa de un movimiento. Mostrando estas imágenes en tan rápida sucesión que el cerebro no tenga tiempo para registrarlas como imágenes separadas, una a continuación de otra, se hacen pasar rápidamente para dar la impresión de movimiento continuo. En 1828, Joseph Plateau (Belga, 1801-1883) establece que una impresión luminosa recibida sobre la retina persiste 1 de segundo después de la desaparición de la imagen; concluye que imágenes que se suceden a más de 10 por segundo dan la ilusión del movimiento (el descubrimiento del principio de persistencia de las impresiones retinianas se remonta al siglo II). La Cámara Oscura (Extraído en parte de trabajos de Laura Rojas Paredes (ILCE, México), de Marcelo Rodríguez Meza, Universidad Nacional Andrés Bello y de investigaciones del autor). Posiblemente nunca se sabrá con precisión quién y cuándo descubrió la cámara oscura; pero sí es posible asegurar que antes de ser utilizada para realizar imágenes fotográficas, fue considerada como una herramienta útil para profundizar en el conocimiento. No fue sino hasta la segunda mitad del siglo XV cuando se volvió a tener noticia de la cámara oscura a través de Leonardo da Vinci, quien redescubrió su funcionamiento y le adjudicó una utilidad práctica por lo que se le ha otorgado el crédito de su descubrimiento. En un principio fue utilizada por observadores de la naturaleza, experimentadores y alquimistas con intereses empíricos o científicos. Esto permitió que con el paso del tiempo se lograra perfeccionar de tal manera que, después de varios siglos de una presencia casi imperceptible, con algunas modificaciones y nuevos aditamentos se convirtiera en una de las herramientas indispensables para la obtención de imágenes fotográficas. La Linterna Mágica. (Extraído de Wikipedia y de documentos del autor) Su invención de debe al jesuita alemán Atanasius Kircher (1602-1680), quien en el siglo XVII, basándose en el diseño de la cámara oscura, la cual recibía imágenes del exterior haciéndolas visibles en el interior de la misma, pensó en invertir este proceso, y llevar las imágenes de dentro a afuera. Pudo así proyectar textos a más a 150 m. La definió en su tratado «Ars magnae lucis et umbrae», editado por primera vez en 1645. En ocasiones proyectaba diversas fases de un movimiento mediante grabados en cristales, que cambiaba de forma mecánica, por lo que es considerado un precursor de la animación. El invento de Kircher consistía en una cámara oscura con un juego de lentes y un soporte corredizo en el que colocaban transparencias pintadas sobre placas de vidrio. Estas imágenes se iluminaban con una lámpara de aceite (faltaba mucho para el invento de la luz eléctrica), y para que el humo pudiera tener salida se dotaba al conjunto de una vistosa chimenea. Posteriormente, el italiano Cagliostro (1743-1795), Giuseppe Balsamo, médico y charlatán, mejoró este dispositivo, de modo que con un juego de ruedas se podía aumentar o disminuir el tamaño de la imagen proyectada. Paulatinamente se popularizó la linterna mágica, y se le fueron encontrando aplicaciones prácticas. Mollet y Charles la introdujeron en la Sorbona, son los primeros que utilizan en la didáctica un soporte visual proyectado para apoyar sus enseñanzas. El famoso mentalista Mesmer (1734-1815) la empleó en sus cátedras de «magnetismo animal» y en sesiones de hipnotismo. El profesor Jean Martín Charcot (1825-1893) la usaba como método curativo de ciertos casos de epilepsia e histeria. Pero sin duda la linterna mágica sufrió un cambio fundamental en su diseño cuando fueron descubiertos la lámpara incandescente y el arco voltaico, y su aplicación sustituye con inmensa ventaja la iluminación por lámpara de aceite. Al aparecer la fotografía, las transparencias pintadas fueron sustituidas por diapositivas. La linterna mágica se convirtió en una ampliadora fotográfica antes de convertirse en proyector cinematográfico. La invención de la fotografía y su relación con el cine Las primeras fotografías, llamadas heliografías, fueron hechas en 1827 por el físico francés Nicéphore Niépce. Unos años después el pintor francés Louis Jacques Mandé Daguerre realizó fotografías en planchas recubiertas con una capa sensible a la luz de yoduro de plata: el daguerrotipo. Ambos descubrieron que, haciendo pasar vapores de yodo sobre una placa de plata, se produce en esta última una capa de yoduro de plata que se ennegrece con la luz. Luego eran tratadas con vapores de mercurio que fijaban las imágenes. Pero se obtenía una imagen única en la plancha de plata por cada exposición. En 1861, el físico británico James Clerk Maxwell logró con éxito la primera fotografía en color mediante el procedimiento aditivo de color. Pero la fijación de la imagen perdurable y resistente, flexible, liviana, se logró en 1869 con la invención del celuloide. Hacia fines del siglo XIX fueron fabricadas en escala comercial. La fotografía constituyó así el arte y la novedad de la burguesía de la época. El invento de la película en rollo marcó el final de la era fotográfica primitiva y el comienzo de una etapa durante la cual aparecieron miles de fotógrafos aficionados que se interesaron en el nuevo invento. Estos nuevos descubrimientos hicieron posible el desarrollo del cinematógrafo: la fotografía, ya que sin este invento previo no existiría el cine. Hacia 1852, las fotografías comenzaron a sustituir a los dibujos en los artilugios para ver imágenes animadas. Edison y el Kinetoscopio Hasta 1890, los científicos estaban interesados principalmente en el desarrollo de la fotografía más que en el de la cinematografía. Esto cambió cuando el antiguo inventor y entonces ya industrial Thomas Alva Edison construyó el Black Maria, una casucha cerca de West Orange, Nueva Jersey, que se convirtió en los laboratorios donde realizaba sus experimentos sobre imágenes en movimiento y el primer estudio de cine del mundo. Edison inventó el fonógrafo en 1877, y se convirtió en el entretenimiento mas popular del siglo. Para proporcionar un acompañamiento visual al fonógrafo, Edison encargó a William Kennedy-Laurie Dickson, un joven asistente de laboratorio, un sistema de movimiento de imágenes, en 1888. Dickson se basó en el trabajo de Muybridge y Marey, pero fue el primero en combinar los dos fundamentos de la cara de imágenes en movimiento y la tecnología de la proyección. Estos fueron un dispositivo para asegurar el movimiento intermitente pero regular de la tira de película de la cámara y una tira de película de celuloide con perforaciones regularmente distribuidas para asegurar el transporte de la película Edison está considerado por algunos como el diseñador de la primera máquina de cine, el kinetoscopio, pero en realidad ni fue él el inventor ni el invento era propiamente una cámara de cine. Su ayudante, William K.L. Dickson fue quien hizo en realidad casi todo el trabajo, diseñando el sistema de engranajes, todavía empleado en las cámaras actuales, que permite que la película corra dentro de la cámara, e incluso fue él quien por vez primera logró en 1889 una rudimentaria imagen con sonido. El kinetoscopio, patentado por Edison en 1891, tenía unos 15 metros de película en un bucle interminable que el espectador —individual— tenía que ver a través de una pantalla de aumento. El artefacto, que funcionaba depositando una moneda, no puede considerarse por tanto un espectáculo público, y quedó como una curiosidad de salón que en 1894 se veía en Nueva York, y antes de finalizar ese año en Londres, Berlín y París. Edward Muybridge y sus experimentos: Zoopraxiscopio/ zoopraxinoscopio El zoopraxinoscopio es un artefacto que fue importante en el desarrollo inicial de las películas cinematográficas, anterior al cinematógrafo. Creado por Eadweard Muybridge en 1879, proyectaba imágenes situadas en discos de cristal giratorios en una rápida sucesión para dar la impresión de movimiento. En el primer proyector las imágenes eran pintadas en el cristal como siluetas. Una segunda serie de discos, realizados entre 1892 y 1894, usaba dibujos perfilados impresos en los discos fotográficamente y coloreados a mano. Algunas de las imágenes animadas eran muy complejas, incluyendo múltiples combinaciones de secuencias de movimientos de animales y humanos. Las imágenes de los 71 discos conocidos que han sobrevivido has sido reproducidas en el libro Eadweard Muybridge: The Kingston Museum Bequest (The Projection Box, 2004). Fotógrafo que había emigrado a San Francisco (Estados Unidos) en 1850, especializándose en fotografía del paisaje y antropológica. Muybridge era ya muy reconocido por sus viajes desde Centroamérica hasta Alaska, cuando el millonario americano Leland Stanford lo convocó para ganar una apuesta en 1872. Stanford había tomado conocimiento de las investigaciones de Marey, médico y fotógrafo francés Étienne Jules Marey comenzó una serie de investigaciones sobre los movimientos que realizaban los caballos para caminar, trotar y correr. Intentó demostrar que durante el galope el caballo tenía momentos en que sus cuatro patas estaban simultáneamente en el aire. Diseñó ingeniosos dispositivos con hilos atados a las patas para demostrarlo, pero no pudo lograrlo. Stanford se entusiasmó con la idea debido a que él sostenía ya la hipótesis de que el caballo al galope tiene en ciertos momentos las cuatro patas simultáneamente en el aire, y había realizado una apuesta defendiendo la misma psición. Contrató para demostrar la hipótesis a Muybridge y puso a su disposición los recursos necesarios y uno de sus caballos. Muybridge diseñó un sistema de aberturas-trampa de madera que revolucionó la velocidad de obturación: de medio segundo a casi un dosmilavo de segundo. La imagen, sin embargo, salió borrosa y fue imposible corroborar la hipótesis. Esto favoreció aún más las investigaciones de Muybridge. Tras varios intentos y dispositivos, en 1878 incorporó el uso de gatillos electromagnéticos activados por el paso del caballo (en este caso, una yegua llamada Sally) logrando dos series de 12 fotografías cada una al paso de ella. Proyectó en público los resultados utilizando el proyector fenakitoscópico, que a partir de algunas mejoras él rebautizó zoopraxinoscopio, logrando un enorme éxito en la prensa de la época. Con ello se había logrado la descomposición fotográfica del movimiento rápido, quedando libre la vía para la transición del dibujo a la fotografía en la ilusión del movimiento. Al enterarse de los éxitos de Muybridge, Marey redobló su interés y esfuerzos por la descomposición del movimiento, buscando nuevas mejoras, pues se había interesado por el registro de movimientos más difíciles aún, como el del vuelo de las aves. Adaptando el revólver fotográfico, inventado por Jules Jansson en 1874 para registrar el movimiento de los planetas, a los avances logrados por Muybridge, logró en 1882 registrar el movimiento de aves en vuelo gracias a su "fusil fotográfico", cuyo mecanismo de obturación y apertura era análogo al de un fusil común. Los Hermanos Lumière Los hermanos Lumière son considerados históricamente como los padres del cine. Inventaron el cinematógrafo (considerado el primer aparato de cine) basados en el kinetoscopio de Tomas A. Edison. Los experimentos sobre la proyección de imágenes en movimiento visibles para más de un espectador se estaban desarrollando simultáneamente en Estados Unidos y en Europa; en Francia, a pesar de no contar con la gran infraestructura industrial de Edison, los hermanos Louis y Auguste Lumière, en su fábrica de placas fotográficas en Lyon en 1894, crearon el cinematógrafo, invento que era al tiempo cámara, copiadora y proyector, y que es el primer aparato que se puede calificar auténticamente de cine. Por lo que el 28 de diciembre de 1895, ante el público del Gran Café Boulevard de París se hace la presentación pública del cinematógrafo, y a partir de esta fecha los Hermanos Lumière han quedado universalmente como los iniciadores de la historia del cine. Louis Lumière fue un fotógrafo experimentado, que por su particular forma de registrar escenas cotidianas, es considerado el padre del documental. Los hermanos Lumière produjeron además una serie de cortometrajes con gran éxito, de género documental, en los que se mostraban diversos elementos en movimiento: obreros saliendo de una fábrica, olas rompiendo en la orilla del mar y un jardinero regando el césped. Uno de sus cortometrajes más efectistas para demostrar las posibilidades del nuevo invento fue el que mostraba a un tren correo avanzando hacia el espectador, lo que causó el susto de los que lo veían. El cine que se producía mientras en el estudio de Edison era más teatral: números circenses, bailarinas y actores dramáticos que actuaban para las cámaras. Pero para entonces el equipamiento elemental ya había sido estandarizado siguiendo el modelo del cinematógrafo de los hermanos Lumière, y las películas se comenzaron a comercializar a escala internacional. Georges Mèliés Georges Mèliés se entusiasmó con el invento de los Lumiére, y siendo un hombre de una gran sensibilidad, capacidad creativa y espíritu empresarial, enseguida le vio posibilidades al espectáculo. Se la ingenió para adquirir un proyector y comenzó a rodar inmediatamente. Al poco tiempo, debido a su conocimiento del mundo de la farándula, había desarrollado su carrera de cineasta, aplicando sus habilidades al mundo del espectáculo en el Teatro Robert Houdini, de París, que compró para el efecto y al que dotó de todos los inventos necesarios para realizar sofisticadas puestas en escena y sorprender a los parisienses con sus decorados, proyecciones, vestuarios y representaciones. Realizó infinidad de películas utilizando ingeniosos, e ingenuos, trucos, alguno de los cuales todavía es motivo de discusión sobre cómo lo logró. Aplicó fundidos y encadenados tal y como se hacían en las sesiones de diapositivas. A él se deben espectáculos filmados llenos de fantasía y de creatividad y rodó ya en 1899 la primera película de diez minutos, El proceso Dreyfus (L’affaire Dreyfus, 1899), reportaje periodístico sobre dicho acontecimiento. En 1902, filmó Viaje a la luna (Le voyage dans la lune), un prodigio para la época, en la que ya utiliza maquetas, filmación a través de un acuario, superposiciones de imágenes (filmaba sobre fondo negro en doble exposición). Se le considera uno de los precursores de los efectos especiales. Un poco más de Mèliés: http://www.miradas.net/2005/n40/homenaje.html Porter y el primer montaje en el cine Un operador de Edison, en estados Unidos, Edwin S. Porter, tuvo la genial idea de montar por separado una serie de escenas de archivo de incendios y acciones de los bomberos por un lado, y por otro secuencias de bomberos tomadas por él mismo. El resultado fue, probablemente, la primera película de montaje de la historia del cine: Vida de un bombero americano (Life of an American Fireman, 1903). Su descubrimiento lo perfeccionó en Asalto y robo al tren (The great train robbery, 1903), en la que mezcla varias historias rodadas por separado que confluyen en un momento determinado. Entre las secuencias, son de destacar: unos bandidos que han asaltado la estación, la hija del telegrafista que al que han amordazado, y un baile en el que está la gente del pueblo. La historia finaliza en la confluencia de estos tres relatos en un final en el que los bandidos son rodeados y vencidos. El final de la película es otro avance indiscutible: el primer plano del actor George Barnes, jefe de los bandidos, que apunta su revólver hacia el público, y dispara. Desde esta película el avance del lenguaje cinematográfico fue imparable. Griffith, padre del lenguaje cinematográfico Aunque Griffith se creó su propia historia adjudicándose el ser el pionero de varios descubrimientos cinematográficos sin serlo, no hay quién dude de la importancia decisiva de su tarea de realizador para servirse de la técnica y descubrir, expandir y consolidar gran parte de lo que hoy se considera el lenguaje cinematográfico. Su primera aportación está en la forma de utilizar el conjunto de habilidades técnicas para contar mejor sus historias. Desde 1908 rodó infinidad de cintas, hizo todos los experimentos concebibles, en momentos, como afirman varios autores en los que, al no existir reglas ni escuelas de rodaje, todo era permitido. Rodó igualmente casi todos los tipos y géneros del cine, y se le adjudican la mayoría de los descubrimientos del lenguaje cinematográfico. Con su película El nacimiento de una nación (The birth of Nation, 1915) el cine comienza una nueva era, que pasa de los balbuceos de sus pioneros a adquirir técnicas y lenguaje propios. Otro film clásico suyo, Intolerancia (1916), define su sentido de los tiempos y los espacios cinematográficos, en los que juega con el tiempo narrativo, muy diferente ya al tiempo real. Le preocupa más la imaginación y el mensaje que quiere trasmitir que la cronología de los hechos y la coherencia y adecuación con la realidad, al igual que a algunos directores rusos pocos años más tarde. Una curiosidad de Griffith es que no hacía guión por muy complicada que fuera la historia que contar; todo estaba en su cabeza y dirigía, rodaba y montaba sus películas al mismo tiempo. Algunas incoherencias de sus filmaciones son fruto de su estilo de trabajo. Segundo de Chomón: pionero y precursor. Segundo de Chomón fue uno de los directores pioneros del cine mudo. Director, técnico de iluminación y de fotografía, especialista en trucajes y revelado, pionero del cine fantástico y del cine de animación fue una de las personalidades más relevantes –y fascinantes– de los primeros treinta años de existencia del séptimo arte y trabajó al lado de algunos de los directores europeos más importantes del período. Fue, junto a los hermanos Lumière, George Méliès y Charles Pathé uno de los pioneros de la historia del cine. Impresionado por el descubrimiento del cinematógrafo, viajó a París en 1897 para poder estudiar el magnífico invento de cerca. A su vuelta a Barcelona fundó un estudio para la coloración de películas. En 1906 fue contratado por la empresa francesa Pathé, para la que realizó más de 100 cortometrajes. Chomón trabajó incansablemente en nuevos descubrimientos técnicos y efectos especiales que luego aplicaba a sus películas fantásticas. Sus colaboraciones en mitos del cine mudo como Cabiria de Pastrone o Napoleón de Gance le hicieron ganarse el apodo de «el Mèliés español». En sus comienzos el cine utilizaba para lograr los colores el coloreado a mano. Se aplicaba manualmente el color a una fotografía o fotograma, por lo general con pinceles y algodones. Segundo de Chomón, fue uno de los pioneros en esta técnica a principios del siglo XX. Los avances hacia la mitad del siglo XX El cine se apoyó en su crecimiento, en los años de la posguerra, en los avances tecnológicos producidos, algunos de ellos resultado de la contienda, y en la ideología, económica y social que dominó el mundo occidental en aquellos años. Los avances tecnológicos tuvieron que ver con la utilización de cámaras más versátiles, la mejora del soporte en el que se filmaba y su tratamiento del color y los avances en la grabación y reproducción de sonidos. El elemento ideológico lo aporta el encuentro del cine con el realismo, el neorrealismo en Italia, que permitió liberar a los cineastas de muchos encorsetados prejuicios sociales y al mismo tiempo abarató los costes de la cinematografía. Rodar en exteriores. El realismo. Desde los comienzos del cine, lo normal era rodar en estudios, que permitían controlar mejor la iluminación y el resto de posibles incidencias. Los decorados permitían recrear en interiores cualquier ambiente y situación y los efectos especiales se encargaban del resto. Rodar en exteriores era mucho más caro y se corrían riesgos innecesarios. Las nuevas tecnologías y sobre todo las corrientes realistas que desde Europa pudieron atisbar los realizadores norteamericanos, lograron que la industria de Hollywood se viera abocada al realismo, en forma de temas basados en la vida real, en las transformaciones sociales y en el rodaje en escenarios naturales. La influencia del neorrealismo italiano, de temas de actualidad, dramas de la vida real, películas de bajo coste y de alta aceptación por los espectadores hizo que los directores de todo el mundo se dispusieran a realizar películas «realistas», con menos presupuesto, recurriendo a actores «no estrellas» y abaratando así sustancialmente los costes. La crisis del cine (1950-60) La televisión, hecho sociológico de relevancia ya durante la década de 1950, hizo revisar todos los esquemas que parecían incuestionables de la industria cinematográfica. Para muchos de los artífices de Hollywood, el pasado resulta inservible y el futuro se tambalea. El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard, 1950), de Billy Wilder, refleja magistralmente la crisis. La audiencia del cine decayó a niveles nunca sospechados, y muchos técnicos cinematográficos se pasaron al mundo de la televisión. La industria comenzó a realizar telefilmes, con el fin de adecuarse económicamente a los cambios y a vender para la televisión las películas antiguas. Fue el momento en el que las grandes productoras comenzaron a investigar las posibilidades de, no solamente aliarse con la televisión, cosa que hicieron, sino al mismo tiempo competir por los espectadores de la pequeña pantalla, todavía en blanco y negro, con medios tecnológicos a los que la televisión no podía acceder. Surgieron así las grandes pantallas y el relieve. Como resultado de la magnificencia del tamaño, de la misma manera se llegó a las grandes superproducciones, a la elevación al firmamento de lo económico de grandes estrellas, a los guiones sobre temas históricos y bíblicos y al espectáculo de masas en la pantalla. Las nuevas olas: cinema novo, nouvelle vague, cine y contra-cine. El llamado «cinema novo» surgió en Brasil a comienzos a mitad del siglo XX entre jóvenes críticos y escritores brasileños en oposición a la colonización del cine de Hollywood y al «falso populismo» de los estudios nacionales. Su lema era Una cámara en la mano y una idea en la cabeza y su fuente de inspiración principal fue el neorrealismo italiano y la «nouvelle vague» francesa. Tuvo mucha influencia el cine documental de Nelson Pereira dos Santos sobre la vida de la gente sencilla de Río de Janeiro, Río, 40 Grados (Río, 40 Graus, 1955) y Río, Zona Norte (1956), Vidas Secas (1963). Al final de la década de los 60, los temas del «cinema Novo» se alejaron de las «favelas» (barrios de chabolas) y del «sertáo» (la dura región del Nordeste del Brasil) y se dedicaron a filmar la cultura urbana de la clase media con el fin de dar conocer las implacables actuaciones del gobierno y de la policía tras el golpe militar de 1964 . Hacia 1960 nació en Francia un movimiento que constituyó una verdadera revolución en el mundo el cine: la nouvelle vague. El fenómeno, la nueva ola de los cineastas franceses, era un impulso intelectual, ideológico y creativo que partió de un grupo en su mayor parte integrado por jóvenes realizadores, procedentes en general del mundo de la crítica, y más en concreto de las páginas de la revista francesa «Cahiers du Cinéma», uno de cuyos fundadores había sido André Bazin. Durante varios años la revista, y sus críticos, habían perseguido de forma inexorable con sus artículos el cine francés de la época. Cuando llegó el momento propicio, los nuevos realizadores de mayor talento, Godard, Truffaut, Chabrol, Jacques Rivette y Eric Rohmer, eran precisamente los críticos que colaboraban en «Cahiers du Cinéma», la revista que había mantenido con mayor eficacia la crítica. Atacaban con virulencia a directores como Welles o Renoir, a los que llamaban directores de «cámara-pluma», por su métodos de producción de películas «en cadena», utilizando el símil de que tomaban la cámara igual que un escritor usa la pluma; es decir, para formular ideas personales o describir visiones personales. Al mismo tiempo que fustigaron a viejos directores conocidos, enaltecieron en sus artículos a otros desconocidos como Samuel Fuller, Robert Aldrich, Don Siegel y Jacques Tourneur, hasta entonces infravalorados por considerárseles como simples «artesanos» al servicio de la industria. Cuando los directores de la «nouvelle vague» llegaron a realizar sus películas fue paulatinamente adquiriendo importancia la «política del cine de autor». El director debía ser considerado como responsable del estilo de una película, al igual que al escritor se le atribuía el de una novela. Aún a pesar de los condicionamientos comerciales que tiene la industria cinematográfica, un auténtico cineasta debía estructurar a su forma los personajes, las situaciones y las actitudes para imponer en la película su personal estilo y forma de ver las cosas. El film de Jean Luc Godard À bout de souffle (Al final de la escapada, 1959) , realizado con el respaldo de Truffaut, marcó un punto de referencia sustancial en la cinematografía francesa, con un relato antiheroico que rompía con bastantes de los convencionalismos tradicionales, en el que se desarrolla la nueva tendencia de un cine más espontáneo comenzada en los años cincuenta, con sus saltos de eje, mucha cámara en mano, y rodajes sin iluminación especial. El llamado contra-cine nació a partir de las experiencias de los realizadores de la «nouvelle vague». Los estudiosos del cine fueron atraídos por la novedad de un cine que tenía en cuenta lo social y lo cinematográfico al mismo tiempo, sin huir de los mensajes ideológicos y de la crítica a las políticas conservadoras. El cine se convirtió en objeto de estudio académico para una gran cantidad de intelectuales, a los que no gustaba considerarlo simplemente como un entretenimiento. El cine se analizó desde todas sus perspectivas, desde las puramente ideológicas hasta sus mecanismos del lenguaje cinematográfico. La desconfianza que se tenía en Europa hacia el cine norteamericano y en su manipulación política influyó notablemente en el nacimiento de nuevas formas de hacer cine, comenzadas posiblemente por Godard, de la «nouvelle vague». Se cuestionó profundamente el cine de entretenimiento como manipulador, alienante y creador de valores sexistas, racistas, y alimentadores de los valores burgueses. La obsesión por librarse del cine tradicional llevó a algunos cineastas a evitar las historias «bien contadas» y a buscar nuevas formas de expresión que provocaran la compresión interpretativa del espectador. La «ilusión cinematográfica», o las diversas formas de interpretar una película, lejanas a las directrices de Hollywood y tan cercanas a las tesis de Godard, se pueden apreciar en películas como BlowUp, de Antonioni, Persona, de Ingmar Bergman (ambas de 1966) y Belle de jour (1967), de Luis Buñuel, que fueron clásicos del cine de «arte y ensayo». El director, autor, actor y productor de cine alemán Rainer Werner Fassbinder, ha sido considerado el más importante entre los realizadores germanos contemporáneos, por la carga crítica de sus planteamientos dramáticos y la calidad plástica de sus imágenes. Powered by TCPDF (www.tcpdf.org)