Centro de Formación de la Cooperación Española
en La Antigua, Guatemala
n.4 ¿ExclusionEs rEnovadas?
TiErra y migración En El siglo xxi
n.5 visionEs pEriféricas.
podEr y coTidianEidad En las
orillas dE la rEpública
n.6 guaTEmala: mEmoria abiErTa.
El conflicTo armado 1954-1996
En pErspEcTiva
n.4
¿ExclusionEs rEnovadas?
TiErra y migración En El siglo xxi
26 de abril, 2007
ParticiPantes:
carlos guzmán böcklEr
ricardo falla
susana gausTEr
Moderador:
sanTiago basTos
¿ExclusionEs rEnovadas?
TiErra y migración En El siglo xxi
santiago bastos
5
inTroducción
La tierra ha jugado históricamente en Guatemala un papel fundamental, no
sólo como base de la distribución –desigual- de la riqueza y el trabajo, sino como
sistema de control de la población. En la colonia fue a base de la reclusión en
los pueblos de indios y el trabajo forzado desde ellos. Con la implantación de la
economía cafetalera el sistema se consolidó con el llamado binomio minifundiolatifundio, que regulaba las migraciones estacionales como base del precario
equilibrio económico que permitía obtener el máximo de provecho de una mano
de obra que el resto del año sobrevivía en sus lugares de origen. Ya en la segunda
mitad del siglo XX las opciones aumentaron, pero también lo hizo la dependencia
de un ingreso salarial que muchas veces sólo se encontraba en las mismas incas.
Para los indígenas en concreto, todo esto supuso que durante la colonia el trabajo
para subsistir y generar tributos se hacía en las tierras que estaban en sus mismas
comunidades. Con la implantación del café, tuvieron que salir a trabajar fuera de
sus comunidades de forma estacional para poder subsistir. Con los cambios de
la modernización, siguió disminuyendo la tierra disponible, por lo que muchos
tuvieron que dejar sus comunidades de forma deinitiva, y viajar a las ciudades o
a las fronteras agrícolas. La vivencia de esta doble articulación ha sido un eje, no
sólo en la conformación social, sino de las identidades y formas culturales que se
han ido creando en Guatemala.
Se supone que desde hace unas décadas estamos entrando en una nueva
fase económica mundial, deinida por reglas distintas a las que generaron estos
esquemas de propiedad y trabajo. Sin embargo, la base agroexportadora de la
economía se ha mantenido, y al café se le unió en su momento el azúcar. Los
llamados productos no tradicionales han transformado las formas de explotación y
trabajo de la tierra, pero también han introducido nuevos actores transnacionales,
que ahora se acrecientan con la búsqueda de recursos minerales a cielo abierto. Al
mismo tiempo, en muchos lugares, el cultivo del café ha entrado a complementar
a los cultivos de subsistencia, mientras el cultivo de verduras para la exportación
está permitiendo la consolidación de una capa de pequeños propietarios rurales.
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Por otro lado, el trabajo estacional en la bocacosta dejó de ser una realidad para la
mayoría de las familias del altiplano indígena, pero en cambio, en casi todo el país
la movilidad se ha acrecentado, cada vez más lejos y por más tiempo. Los Estados
Unidos se han convertido en el lugar donde mucha gente obtiene unos recursos
que acá les es imposible conseguir. Esto está permitiendo que haya familias que
puedan por primera vez invertir en la vivienda y en los estudios de hijos e hijas.
Todos estos procesos juntos no han cambiado el hecho de que Guatemala es una
de las sociedades más desiguales del continente. Parecería que la globalización ha
traído cambios sin alterar patrones previos, como si a las exclusiones históricas se
estuvieran sumando nuevas formas y tipos de exclusión. Esto es lo que se pretende
discutir en este conversatorio, centrarnos en la población rural para ver qué está
ocurriendo con las formas de acumulación de la riqueza ligadas a la tierra, cuáles
son las posibilidades de la economía campesina en este contexto y cómo se liga
ahora a la migración. Queremos analizar quiénes no dependen de ella y gracias
a qué, cuáles son los nuevos recursos que permiten la reproducción campesina,
cómo sobreviven las familias cuya cantidad de tierra no da para ello, etc
Comenzará don Carlos Guzmán Böckler, que nos pondrá al tanto de las principales
tendencias que se han dibujado en la historia de Guatemala alrededor de la tenencia
de la tierra y el trabajo agrícola, y cómo ello ha afectado a la construcción de la
estructura social. Posteriormente, Susana Gauster mostrará cuáles han sido los
procesos más importantes que se han dado en torno la tenencia de la tierra y la
inserción en los mercados, a partir de las dinámicas ligadas a la globalización y los
acuerdos comerciales como el TLC: presencia de transnacionales agrícolas, llegada
de productos externos, interés en recursos del subsuelo. Por último, Ricardo Falla,
a partir de una investigación que está terminando en estos momentos, platicará
sobre cómo vive la migración internacional la juventud rural, esa parte de las
comunidades que migrando está más expuesta al desarraigo, pero también a
conseguir los recursos para toda la familia y lograr superarse.
Esperamos que tras estas intervenciones se pueda organizar un debate abierto,
y que todo ello haga que salgamos hoy de acá conociendo algo más sobre estas
temáticas tan importante como urgentes de nuestra realidad
La temática de la tenencia de la tierra ha sido bastante estudiada, y los trabajos de Severo Martínez,
Castellanos Cambranes, Figueroa Ibarra y Gustavo Palma nos ayudan a entender hasta qué punto estas
formas de explotación agrícola conformaron las relaciones y estructuras sociales hasta recientemente.
Por su lado, Eduardo Baumeister, el Área de Estudios del Campesinado de AVANCSO y el Instituto de
Estudios Agrarios y Rurales de CONGCOOP nos están poniendo al día de los cambios actuales. Respecto
a la migración internacional actual, existe una cantidad de evidencias dispersas, en las que destacan las
producidas por el Instituto Centroamericano de Estudios Sociales y Desarrollo -INCEDES- y alrededor de
la Mesa Nacional por la Migración –MENAMIG-
Daniel Chauche. Trabajo digno, Frogmoor, South Carolina, 983.
Esbozo hisTórico dE la TEnEncia
dE la TiErra En guaTEmala
Carlos Guzmán Böckler
9
Los hechos que determinaron las condiciones en que la tierra ha sido repartida, explotada o dejada sin uso se originaron a raíz de
la invasión europea a inicios del siglo XVI. La
resistencia organizada cesó en estas tierras en
el curso de 524 y fue a partir de entonces
que se llevó a cabo un despojo general a favor
de los invasores, el cual fue regulado desde
505 por las leyes promulgadas en Toro por
Doña Juana “La Loca”. Las siguientes disposiciones se tomaron 67 años después durante
el reinado de Felipe II y es a partir de entonces que tomaron la denominación de Leyes
de Indias. Su característica más acusada fue
el ser casuísticas y excesivamente reglamentarias, lo que provocó una discrepancia maniiesta entre los hechos y las normas legales
que trataron de regularlos, todo lo cual se
agravó por la larga temporalidad transcurrida
entre la emisión de las Leyes en la metrópoli
y la llegada de los textos a las respectivas colonias. Como consecuencia quedó un amplio
margen para la arbitrariedad y para una discrecionalidad muchas veces abusiva de parte
de quienes ejercían la autoridad real.
La forma de entregar en propiedad la tierra
se llevó a cabo inicialmente por medio de las
peonías (dadas a quienes combatieron a pie)
y las caballerías (para quienes lo hicieron a
caballo). Esta diferenciación no tuvo mayores
efectos ya que la extensión de la tierra en
América era mucho mayor que en la Península
Ibérica. Estas concesiones fueron hechas
por los adelantados de conformidad con
los contratos suscritos para el efecto con la
Corona a través de la Casa de Contratación de
Sevilla. Un poco más adelante la entrega de
tierras se llevó a cabo únicamente mediante el
otorgamiento de Mercedes Reales cuyos títulos
fueron expedidos por la Autoridad Real. Este
conjunto de disposiciones creó innumerables
pleitos a causa de la superposición o traslape
de medidas, cuya resolución fue en la mayoría
de los casos imposible, dando pie para la
tramitación interminable de expedientes en
los Tribunales de Tierras y más tarde en la
Sección de Tierras. Indudablemente, atrás de
estas medidas estaba el deseo de mantener
enfrentamientos entre diversos poblados y
también perpetuar la inseguridad en cuanto a
la tenencia de los predios respectivos.
Durante la época colonial solo una parte mínima se dedicó a cultivos de exportación que
fueron, sucesivamente, el cacao durante una
parte del siglo XVI; el añil o xiquilite a inales
del siglo XVII y durante el siglo XVIII; y el nopal
para albergar colonias de cochinilla productoras de grana desde las postrimerías del siglo
XVIII hasta el tercer cuarto del siglo XIX. Dada la
naturaleza de la colonización llevada a cabo
en lo que fue la Capitanía General del Reino
de Goathemala, la actividad más importante
de la agricultura se destinó a la producción
alimentaria, la cual se llevó a cabo de preferencia en las regiones rurales que circundaban a los Pueblos de Indios. Sin embargo,
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la actividad agrícola que produjo rentabilidad
para los dueños de las tierras fue aquella cuyo
destino estaba en la Península Ibérica. Esta
actividad se llevó a cabo en forma intensiva y
no extensiva, por lo que nunca llegó a cubrir
extensiones considerables de tierra. Por otra
parte, la Corona otorgó a las Municipalidades
tierras ejidales y municipales cuyos límites
fueron muchas veces difusos, lo cual dio pie
para otra serie de conlictos irresolubles. Sin
embargo, en los hechos se fueron generando
predios que más adelante tomaron el nombre
de Comunidades Indígenas, muchas de las
cuales, pese a no haber sido favorecidas con
títulos de propiedad ocuparon permanentemente los predios basándose exclusivamente
en la posesión pacíica y reiterada de los mismos.
La actividad minera fue muy escasa dadas
las técnicas que en esa época se empleaban
para la extracción de minerales tales como
la plata y el oro. A diferencia de otras colonias como México, el Perú o el Alto Perú
cuya producción fundamental fue la de los
metales preciosos, en esta región solamente
la agricultura fue capaz de obtener ingresos
monetarios del extranjero, los cuales nunca
fueron suicientes para una vida holgada. La
mano de obra, esclava al principio, pasó a ser
manejada a través de formas de aerrojamiento
personal tales como la encomienda, el repartimiento, la mita, y los servicios personales,
amén del tributo que tuvieron que pagar sin
excepción todos los habitantes de la Colonia.
Para su recepción se llevaron a cabo censos
con alguna periodicidad encomendados a la
Autoridad Eclesiástica, ya que el destino inal
de la mayor parte eran las arcas reales.
La época que rindió más beneicios a
los colonizadores fue la de la exportación
del añil alrededor de cuya producción y
comercio se aglutinó la élite colonial que
se ha perpetuado en algunos casos hasta
la fecha. Estuvo constituida por migrantes
periódicos provenientes de las regiones
vasco-navarras, que emparentaron con las
familias empobrecidas que descendían de
los conquistadores iniciales y asentaron su
poder tanto en la Ciudad de Santiago de
Goathemala cómo en su sucesora La Nueva
Goathemala de la Asunción, en desmedro
de las ciudades y los territorios de las otras
provincias. El negocio del añil duró hasta los
inicios del siglo XIX y es a partir de entonces
que languidece paulatinamente por dos
razones principales: la primera se debe al
adelanto tecnológico en la Europa Central que
produjo colorantes químicos para los textiles
que se producían, fundamentalmente, en
Manchester, Inglaterra. En segundo término
por la invasión napoleónica a la Península
Ibérica y el consiguiente desquiciamiento
político del Imperio Español, lo cual dio
pie para las guerras de independencia que
se desarrollaron con éxito en la década
comprendida entre 80 y 82 en lo que
habían sido los Virreinatos de la Nueva
España (México), la Nueva Granada (Colombia
y Venezuela), la Nueva Castilla (el Perú) y el
Río de la Plata, así como en las Capitanías
Generales adjuntas a cada uno de ellos. En tal
virtud puede airmarse que si bien en América
Central no hubo guerra de independencia, la
razón principal para romper el nexo con la
metrópoli fue la caída del añil en el mercado
internacional. Los grupos conservadores que
asumieron el control de la naciente República
Centroamericana basaron su fuerza en el
cultivo del nopal y la producción de la grana,
pero esta no fue suiciente para cubrir las
necesidades de la joven república por lo
que se desataron una serie de contiendas
civiles que culminaron con la ruptura de la
Federación Centroamericana. Desgajada de
esa república aparece Guatemala, manejada
por los gobiernos conservadores y que contaba
además con la reserva más grande de mano de
obra indígena sujeta a las formas coloniales
de explotación. En términos generales la
tenencia de la tierra no varió en los inicios del
período independiente, siguieron siendo los
grandes propietarios, es decir, la Iglesia, las
distintas ordenes monásticas y la oligarquía
agroexportadora quienes contaban con la
mayor extensión de tierra cultivable. Sin
embargo, dado el hecho ya señalado que tanto
el añil como la grana no se sirvieron de grandes
extensiones de tierra y fueron trabajadas por
una mano de obra hasta cierto punto limitada
y especializada, las comunidades indígenas
pudieron subsistir en forma precaria pero en
su mayor parte autosuiciente.
La decadencia del poder conservador, debida en buena medida al ocaso del comercio del
añil y de la grana en el mercado internacional,
hizo surgir a los grupos autodenominados li-
berales con un nuevo proyecto agroexportador
basado en el cultivo y la exportación del café.
Su característica étnica más visible consistía
en pertenecer a los grupos mestizos, hasta entonces postergados por quienes se hacían llamar criollos. En 87 asumen el control del
país como consecuencia de un movimiento
armado y ponen en funcionamiento una serie de cambios sustanciales conocidos como
la Reforma Liberal. Al tenor de esta reforma
se expropiaron los bienes eclesiásticos y de
las órdenes religiosas. Se dejaron intactos los
latifundios de los conservadores salvo casos
especiales; y se procedió a la expropiación generalizada de las tierras de las Comunidades
Indígenas, con el in de contar con una mano
de obra masiva, forzada y barata. Las líneas
esenciales de esta reforma constituyeron, en
primer término, la producción y la exportación
cafetaleras y paralelamente la construcción
de una infraestructura vial que permitiera sacar el producto hacia Puerto Barrios, el puerto
más importante en el Mar Caribe. Se creó el
Registro de la Propiedad Inmueble a in de dar
fundamento legal a las nuevas incas salidas
de las expropiaciones antes mencionadas; se
creó el Ejército como institución permanente
y la Policía Nacional. El primero con ines de
defensa que nunca quedaron claramente concretados por lo que pasó a ser en los hechos
un Ejército de ocupación en su propia tierra;
la segunda para llevar a cabo el control permanente de la población civil. En los hechos
las tareas de ambos excedieron los límites legales y fueron el soporte de la arbitrariedad y
de los abusos contra la población, especialmente la mayoritaria, es decir, campesina e
indígena. Ante la necesidad de encontrar mercados ijos para el café concertaron tratados
muy favorables a la contraparte alemana ya
que el destino de este producto fue los gran-
11
12
des puertos cafeteros de Europa: Hamburgo
y Bremen. Después de un período de intercambio comercial con el Imperio Alemán este
exigió, a través de los canales diplomáticos, la
presencia de súbditos alemanes no sólo en la
comercialización sino en la producción misma del café, por lo cual el Gobierno Liberal
dio a los migrantes alemanes considerables
extensiones de tierra en la Alta Verapaz y en
la bocacosta del Océano Pacíico de los Departamentos de San Marcos, Quetzaltenango
y Retalhuleu, así como una salida directa a la
Bahía de Amatique a través del Río Polochic,
el Lago de Izabal y el Río Dulce, para lo cual
se construyó el ferrocarril Verapaz y las instalaciones portuarias de Livingston.
La tenencia de la tierra cambió fundamentalmente ya que al crearse las grandes incas
cafetaleras en la bocacosta del Océano Pacíico, su mantenimiento y sobre todo el trabajo
en las épocas de cosecha se llevó a cabo por
grandes contingentes indígenas obligados a
una migración pendular que osciló entre las
tierras bajas planas y de alto rendimiento y las
tierras altas quebradas y de bajo rendimiento;
las primeras dedicadas a la explotación cafetalera en forma de latifundio y las segundas
constitutivas de minifundios explotados por la
masa de trabajadores desposeídos de tierras
en propiedad y con la simple posesión. A toda
esta trama de hechos se le puede designar
con propiedad como un sistema complementario de lati-minifundio ya que uno sin el otro
no tienen explicación lógica. En los inicios la
mano de obra fue reclutada mediante el llamado mandamiento forzoso, constitutivo en los
hechos de una reedición de la encomienda de
la época colonial, ya que se enviaba a contingentes de personas por la fuerza a trabajar en
forma permanente en la apertura de las incas
y en las siembras iniciales de los cafetales, así
como de la sombra de la cual se les dotaba.
A estas personas se les denominó mozos colonos y en los hechos quedaron adscritas de por
vida a la inca en la cual trabajaban.
Con ligeras variantes este sistema de explotación de la tierra y de las personas perduró
hasta 944, cuando un movimiento popular
originado en los centros urbanos, sobre todo
en la ciudad de Guatemala, derribó al gobierno dictatorial de Jorge Ubico, inquero y
General que ocupó el poder absoluto desde
93 hasta junio del citado año. La plataforma ideológica que sirvió de base fue la misma
que los aliados (Estados Unidos de América y
Gran Bretaña) proclamaron durante la Segunda Guerra Mundial en la Bahía de Argentia,
Canadá, conocida como la Carta del Atlántico,
en la que se planteaban las bases ideológicas
de la lucha contra el nazismo y el fascismo
que descansaban en la libertad de pensamiento, la libertad de expresión, y la condición básica de los pueblos para vivir libres de
miseria y libres de temor. En ese panorama
no encajaban las dictaduras latinoamericanas
ribereñas del Mar Caribe por lo que una a una
fueron cayendo. Después del cese de Maximiliano Hernández Martínez en El Salvador,
le llegó el turno a Jorge Ubico y aunque sus
partidarios trataron de perpetuarse luego de la
salida de aquel, un movimiento armado, juvenil y popular logró su derrocamiento deinitivo
el 20 de octubre de 944.
A partir de entonces Guatemala fue dirigida por los jóvenes y de hecho introducida
con bastante retardo a la dinámica del siglo XX
cuando ya mediaba el mismo. La experiencia
de búsqueda democrática se realizó con bastante éxito y entre 945 y 954 dos gobier-
nos fueron elegidos por la voluntad popular
y encabezados sucesivamente por Juan José
Arévalo y Jacobo Arbenz Guzmán. Los rasgos
más importantes de esta época consistieron
en el reconocimiento legal de los derechos individuales y colectivos de los trabajadores con
la consiguiente creación de los órganos administrativos y judiciales necesarios para llevar
al grueso de la población a una justicia social
que antes le había sido negada. Sin perjuicio de los adelantos notorios en el campo de
la educación, tanto elemental como superior,
el rasgo más característico fue el intento serio de poner in a las injusticias derivadas de
la tenencia de la tierra a través de una Ley
de Reforma Agraria. Ésta tuvo su base en los
resultados obtenidos por el censo agropecuario de 950 a cuyo tenor quedó en evidencia
que el 2% de la población poseía el 80% de
la tierra cultivable. Ante tamaña injusticia
se emitió el Decreto 900 (Ley de Reforma
Agraria) en junio de 952. Los efectos de la
misma empezaron a verse inmediatamente
ya que considerables grupos de campesinos,
predominantemente indígenas denunciaron
tierras ociosas. Una vez llevados a cabo los
procedimientos respectivos, se otorgaron las
concesiones de parcelas en usufructo vitalicio y no en propiedad para evitar que con la
venta de las mismas se reconstituyeran los
latifundios. Al mismo tiempo se creó el Banco Agrario que dio las facilidades crediticias
y la asistencia técnica para los cultivos y la
comercialización de los productos. En los dos
años que duró el experimento agrario fueron
expropiadas y repartidas 584.558 hectáreas
beneiciando a 54.000 personas, lo cual da
un promedio de hectáreas per cápita de 0.8.
Lamentablemente dentro de los afectados,
aparte de los latifundistas del país, se conta-
ba la United Fruit Company (gran monopolio
norteamericano de la siembra y la comercialización del banano en América Central y parte
del Caribe),que al ver afectados los latifundios que tenía en forma improductiva se negó
a aceptar los dictados legales del Estado de
Guatemala y recurrió a la reclamación diplomática por la vía oicial, es decir, la que planteó el Departamento de Estado de los Estados
Unidos de América. Hay que tomar en cuenta
que para entonces las alegrías propias de la
victoria aliada en los campos de batalla de Europa y el Océano Pacíico se habían disipado
y en su lugar había surgido la lucha por el
predominio del mundo entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, que en términos publicitarios fue conocida como la Guerra Fría.
El hecho de haber quedado en la esfera de
inluencia de estos últimos fue decisivo para
una intervención diplomática y militar que dio
por tierra con el gobierno de Arbenz y puso en
su lugar a una serie de gobiernos militares que
no solo anularon los logros del período 945954 sino que también devolvieron las tierras
expropiadas a sus antiguos propietarios, emprendieron la persecución despiadada de los
beneiciarios de la Reforma Agraria y a través
de sucesivos gobiernos militares cercenaron a
tal grado los derechos de la ciudadanía que
forzaron inalmente al desencadenamiento de
una guerra civil no declarada que ensangrentó
nuestra tierra durante 36 largos años, cuyos
efectos siguen inluenciando las vidas colectivas e individuales.
Dada la brevedad del tiempo que se dio
para esta exposición y la magnitud del tema,
las ideas aquí expuestas no han podido ser
desarrolladas en toda su complejidad y por
consiguiente quedan muchas preguntas por
formular y muchas respuestas que darles.
13
la rE-EsTrucTuración TErriTorial bajo la
globalización corporaTiva1
Susana Gauster
14
inTroducción
El presente documento desarrolla brevemente los procesos más relevantes que se han
dado en torno a la tenencia de la tierra a partir de las dinámicas ligadas a la globalización
corporativa y los acuerdos y tratados comerciales internacionales; y cómo la producción
campesina alimentaria está siendo desplazada por la agroindustria, industria extractiva y
megaproyectos y recientemente también por
la producción energética a partir de la caña
de azúcar y la palma africana. Nuevamente
estamos atestiguando un despojo de la tierra,
en un marco económico y comercial en el que
los grandes capitales nacionales y transnacionales han estado llegando a obtener el control
sobre los territorios.
implicacionEs
dE la globalización
corporaTiva En El sEcTor agrícola
A pesar de que la tendencia mundial atribuye un papel cada vez menos importante a la
agricultura, Guatemala sigue siendo un país
en que el sector agrícola tiene un papel sumamente importante: a nivel macroeconómico
(39% de la Población Económicamente Ac-
tiva está empleada en la agricultura, genera
24% del PIB y es, junto a las remesas, generadora principal de divisas), y a nivel micro
por generar empleo y alimentación.
De los 830,684 agricultores y agricultoras contabilizados en el Censo Agropecuario
2003, el 92% son productores y productoras
de subsistencia (entre una y diez manzanas)
e infrasubsistencia (menos de una manzana),
6.5 excedentarios (diez a sesenta y cuatro
manzanas) y sólo un .9% comerciales (mayor de una caballería). Más de dos terceras
partes de la PEA agrícola trabajan en la subsistencia y un poco menos de la tercera parte
en la agricultura moderna (no tan vulnerable
al escenario que presenta el comercio agrícola internacional).
De los jornales generados, el 39% corresponde a la producción de maíz blanco, y el
2% a la producción de otros granos básicos.
Estos datos visualizan lo estratégico de la
producción de granos básicos para la vida rural guatemalteca y también de la producción
campesina que es la que mayoritariamente
produce estos granos básicos (son responsables por alrededor de dos terceras partes de la
producción total).
Todo el contenido de la presente ponencia se basa en publicaciones de la Coordinación de ONG y Cooperativas
(CONGCOOP) y su Instituto de Estudios Agrarios y Rurales. Por mayor facilidad no se citará en el desarrollo de la
ponencia sino exclusivamente en la parte bibliográica.
Sin embargo, la globalización corporativa
que se ha manifestado a partir de las políticas
de Ajuste Estructural y Sectorial desde mediados de los años 80, ha dejado sus huellas
en el país. Guatemala parece ser de los países más obedientes a los “mandamientos” de
Washington.
Esto se reiere por un lado a la política
(agrícola) comercial implementada que se ha
caracterizado por una acelerada reducción y/
o eliminación de los aranceles que culmina
en la irma de un Tratado de Libre Comercio
con Estados Unidos (DR-CAFTA). Esta desprotección de la producción nacional afecta de
particular manera la comercialización y por
tanto la producción doméstica de granos básicos –en función de aprovechar las “ventajas
comparativas” que ofrece la importación de
los granos baratos de Estados Unidos y que
supuestamente beneicia a las y los consumidores al ofertar comida más barata; y en
función de reorientar la producción agrícola
hacia actividades “competitivas”, es decir
cultivos mas rentables y aptos para la exportación; “ventajas comparativas” un poco artiiciales ya que vale la pena recordar que en
este mismo período (del Ajuste Estructural)
los países ricos no sólo han mantenido sino
incluso aumentado sus subsidios y apoyos a
la agricultura (entre todos los países gastan
mil millones de dolares por día). Ellos sí, en
total contradicción a los conceptos que han
planteado para los países del sur, se arrogan
el derecho de proteger su agricultura, y dentro
de ella los granos básicos (poco competitivos
allá como acá) por ser fundamentales para la
soberanía y autonomía política.
Por el otro lado, el Ajuste Estructural ha implicado la eliminación/reducción y/o privatiza-
ción de las instituciones estatales. En Guatemala se dio un desmantelamiento casi total
del Sector Público Agropecuario que ha bajado de más de 20 mil empleados a 700. En el
país han desaparecido instituciones como el
Instituto Nacional de Comercialización Agrícola –INDECA- (comercialización y garantía
de precios), la Dirección General de Servicios Agrícolas –DIGESA- (asistencia técnica
agrícola), y la Dirección General de Servicios
Pecuarios –DIGESEPE- (asistencia técnica
pecuaria) que ni siquiera han sido sustituídas
por el sector privado. Dónde han sido sustituídas (como en la asistencia técnica de Fondo de Tierras por ejemplo) se han visto niveles
de corrupción e ineiciencia aún mayores que
en las instituciones estatales.
Otra medida impulsada en el marco del
Ajuste Estructural, la liberalización de los
mercados agrícolas, ha provocado lo suyo. Un
Instituto de Comercialización - a cargo de ijar los precios de garantía a los productores,
vender en épocas de desabastecimiento en
los barrios pobres y determinar la necesidad
y el volumen de eventuales importaciones, y
por tanto asegurar la soberanía alimentaria y
una certeza en precios tanto para productores
como para consumidores pobres - ha sido sustituido por monopolios u oligopolios privados,
que concentran las importaciones, controlan
el mercado doméstico y adquieren de esta
manera el poder de inluir en los precios – que
han evolucionado de manera desfavorable
para la población empobrecida, dejando altos
márgenes de ganancia a un grupo de empresas y comerciantes grandes.
La caída de los precios de los granos básicos, que ha resultado en la quiebra de miles
de productores, es producto de esta política y
15
del hecho de dejar la deinición de los precios
a las “fuerzas del mercado”, sin considerar las
altas distorsiones que afectan a los mercados
agroalimentarios.
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Desde hace más de una década gobiernan
en Guatemala partidos políticos cuyo enfoque
agrícola está claramente dirigido a la agroexportación tradicional y no tradicional, donde
los apoyos van a las capas medias y altas rurales mientras para las y los pequeños productores se reservan las “estrategias de reducción
a la pobreza” (ERP) y políticas asistencialistas
de otro tipo, sin considerarles como sujetos
dignos a ser promovidos y apoyados en el marco de políticas agrícolas. Esta es una visión
asumida por la agro-oligarquía nacional, y respaldada por la visión de una “nueva ruralidad”
que promueven las Instituciones Financieras
Internacionales (IFIs).
Para resumir algunos de los impactos en la
producción alimentaria: el área cultivada de
granos básicos ha descendido en una cuarta
parte de 992 a 200; mientras las importaciones de trigo, arroz y maíz amarillo han
ascendido fuertemente y presentan una parte
cada vez mayor en la disponibilidad de cada
uno de esos productos (arroz: 0% de importaciones del total consumido en 985 – 66% de
importaciones del total consumido en 2002;
trigo: 7% de importaciones en 985 versus
98.6% de importaciones en 2002; maíz amarillo: 0% de importaciones en 985 versus
36.3% de importaciones en 2002).
Es necesario resaltar que al mismo tiempo de sufrir las consecuencias negativas del
Ajuste, las promesas sobre las supuestas
“oportunidades” no se han podido concretar en resultados positivos para la población
campesina. Su participación en la producción
de los cultivos de exportación no tradicional,
sigue siendo marginal, y en donde existe, se
da bajo condiciones difíciles, por la dependencia hacia los intermediarios (empresas de
exportación) y las exigencias de calidad de los
mismos.
Sin embargo, recientemente está ocurriendo un fenómeno interesante. A la hora de entrar en vigencia el Tratado de Libre Comercio
con Estados Unidos, momento que se vinculaba con el tiro de gracia para las producciones de maíz nacionales, se da un giro en los
mercados internacionales de este producto.
La orientación de altos volúmenes de maíz en
Estados Unidos a la producción de etanol ha
provocado el alza de los precios internacionales y, en países que manejan importaciones
fuertes, también los precios nacionales.
El impacto de esta subida en los precios
internacionales ha sido tan fuerte que incluso parte de la industria importadora, histórica beneiciaria de la apertura comercial, ha
considerado que la dependencia de sus insumos principales (en este caso el maíz) de los
mercados internacionales (especulativos) no
es deseable y que por tanto deben reactivarse
las producciones nacionales y regionales de
maíz. Si bien están buscando esta reactivación por la vía pública, y esto implica que la
los subsidios indirectos a sus negocios continúen, también podría ofrecer una oportunidad
a la producción alimentaria campesina y a un
cambio en el paradigma de desarrollo que ha
satanizado la producción de granos básicos en
los últimos años. Sin embargo, hay que considerar que las tendencias mencionadas son
muy recientes y que carecemos del sustento
empírico suiciente para hacer pronósticos
fundamentados al respecto.
impacTo dE la globalización
corporaTiva En la TEnEncia dE la TiErra
Respecto a la tierra, la política que corresponde al modelo de desarrollo impulsado en
Guatemala, es el fortalecimiento de los mercados de tierra – sinónimo de la privatización
de ésta.
Desde que las concepciones del Banco
Mundial (BM) y el Banco Interamericano de
Desarrolo (BID) orientaran las políticas de administración de tierras y territorios rurales en
Guatemala, se pasó de considerar que el acceso a la tierra era un aspecto fundamental para
la generación de condiciones de desarrollo territorial rural, a restarle casi completamente la
importancia al acceso a la tierra, tanto como
factor de reducción de pobreza, como de crecimiento económico y realización cultural.
El BM y el BID plantean tres formas de
acceso a la tierra: . La “reforma agraria”
asistida por el mercado (RAAM), vía la compraventa en el marco de un mercado de tierras;
2. El acceso a la tierra vía el arrendamiento;
y 3. El acceso vía el fortalecimiento de los
derechos de propiedad y la seguridad jurídica;
titulación y regularización de tierras en
posesión con su respectivo marco jurídico e
institucional (Registro, Catastro), a la par de
mecanismos de resolución de conlictos sobre
la propiedad de la tierra, generando seguridad
jurídica y gobernabilidad territorial.
Todas estas formas de acceso han sido impulsadas en Guatemala. De forma resumida,
se pueden apreciar las siguientes tendencias:
• por el programa más prometedor en términos de acceso a la tierra, FONTIERRAS, en
ocho años, tan sólo el 4% de la tierra productiva ha sido redistribuida. Esta ausencia
de cambios sustanciales en la estructura
de la tenencia de la tierra (expresada en un
índice de Gíni sobre la concentración de la
tierra de 0.84 en 2003), mantiene un ordenamiento territorial ineiciente, con un 25%
del suelo sobre utilizado y un 28% subutilizado en su potencial productivo. Al mismo
tiempo, por diversas razones, tampoco se
ha dado una mejora sustantiva en la calidad
de vida de los grupos campesinos beneiciados. Hay suicientes indicios para poder
sostener que los mayores beneiciarios del
programa han sido los terratenientes que
lograron vender sus tierras improductivas
u afectadas por la crisis del café a precios
sobrevaluados.
• En deinitiva, al tratarse de arrendamiento
simple (sin opción de compra y renovable
cada año) que cubre tierras de pequeña
escala y poco potencial productivo, se enmarca más en una estrategia de seguridad
alimentaria que en una de acceso a la tierra. Al no promover un entorno seguro para
la inversión productiva y social a mediano
plazo, el arrendamiento se constituye como
un paliativo, orientado más a liberar mano
de obra en los espacios rurales de cara a las
nuevas necesidades de la inversión agroindustrial y/o extractiva, que a fortalecer sistemas de sustento sostenibles y controlados
por la propia población rural.
• Tras la necesidad de generar certeza jurídica sobre la posesión de la tierra, se encuentra el objetivo de fortalecer y agilizar el
mercado de ésta, ensalzándose el derecho
a la propiedad privada frente a otras formas posibles de propiedad jurídicamente
17
18
seguras. Efectivamente, la tierra legalizada
sin recursos ni capacidades para hacerla
producir, se desnaturaliza como activo productivo para transformarse en un bien de
capital (vendible y/o alquilable), lo que se
considera ha contribuido al fenómeno de su
reconcentración tras la regularización de su
propiedad.
• En in, en el contexto del Ajuste Estructural
y Sectorial, el énfasis en la titulación individualizada, acompañado de la liberalización
de las importaciones alimentarias, la concesión de privilegios (sin contraprestaciones)
a la inversión extranjera y el desmantelamiento de los servicios estatales de apoyo
a las y los pequeños productores rurales,
resulta en la quiebra de muchos agricultores/as, que ahora cuentan con títulos embargables. Ante condiciones tan adversas
para la pequeña producción, muchos optan
por vender su tierra a empresarios agroexportadores o a inversionistas extranjeros a
cambio de (poco) dinero efímero. Este fenómeno las IFIs lo denominan “aumento de la
eiciencia alocativa de productores menos
eicientes a los más eicientes”...
• Por tanto, no sorprende que el proceso de
regularización en Guatemala (al igual que
el de levantamiento catastral) haya avanzado principalmente en zonas de importancia
estratégica en términos de su actual o potencial atractivo para la inversión de carácter extractivo, agroindustrial y para megaproyectos de infraestructura (como el Plan
Puebla Panamá), destinados a generar las
condiciones logísticas y energéticas requeridas para el libre tránsito del capital y las
mercancías desde los territorios rurales.
los
nuEvos acTorEs En El campo
A partir de la reducción o casi eliminación
de la actividad pública en el ámbito rural, el
papel del Estado ha sido asumido por un grupo reducido de empresas, que actualmente
controlan los mercados y territorios rurales.
Son los pocos actores que han salido beneiciados de las políticas inherentes a la globalización corporativa. Estos sectores se resumen
en los siguientes:
a. Las empresas importadoras y procesadoras
de granos básicos
Se trata básicamente de las importadoras
de maíz blanco, maíz amarillo y arroz, élites
inancieras nacionales y algunas empresas
transnacionales que se han venido fortaleciendo, aprovechando la oportunidad en la
importación bajo dumping de sus principales
insumos. En el caso de maíz blanco productoras de harina de maíz, en el de maíz amarillo
la industria avícola y productora de concentrados. En el de arroz los molineros vinculados a
su transformación y/o venta directa.
Estas empresas que de manera mono u
oligopólica controlan los mercados de estos
granos en Guatemala, se han beneiciado de
la apertura comercial que les ha permitido
importar a precios artiicialmente bajos, producto de los subsidios que EE.UU. otorga a
sus productores y corporaciones; y de la desregulación de los mercados agrícolas. En lugar de un ente estatal son ellos quienes ahora
determinan los precios, tanto en términos del
precio de lo pagado a los productores como lo
pagado por los consumidores.
Ha sido una sola empresa responsable por
todas las importaciones de maíz blanco en el
segundo semestre del 2006 (entrada en vigencia del DR-CAFTA); han sido tres grupos
de capital que han controlado dos terceras
partes de las importaciones de maíz amarillo
en 2005; y es una sola empresa de procesamiento de arroz la que ha importado el 40%
del contingente en 2005.
Actualmente estas empresas, ganadoras
históricas de la apertura comercial, están viviendo momentos difíciles. El ya mencionado
inesperado incremento de los precios internacionales del maíz que aún sin pagar arancel
ha encarecido demasiado su importación, les
hace dudar sobre la conveniencia de depender
plenamente de los mercados inancieros internacionales (altamente especulativos) para la
obtención de su insumo principal. Pareciera
que están buscando fomentar nuevamente la
producción maicera en la región, para tener
mayor certeza en el acceso a su principal insumo en volumen y precio.
Otros ganadores de un modelo orientado
a la exportación, son los exportadores de los
denominados “cultivos no tradicionales”: en
algunos casos (como fruta, caucho, ajonjolí,
aceite de palma) productores grandes con el
suiciente capital para superar las barreras
no arancelarias que particularmente Estados
Unidos y Unión Europea ponen; en otros casos (minivegetales, hortalizas, lores y plantas) empresas que se vinculan con pequeños
productores, estableciendo las condiciones
de estas relaciones y determinando precios y
calidad.
c. Industria extractiva de recursos naturales
Con la liberalización de la inversión extranjera que se ha dado en los últimos veinte
años pero que se amarra jurídicamente en el
DR-CAFTA, se abrió la puerta a las empresas
extranjeras (mineras y extractoras de petróleo)
que buscan explotar los recursos naturales del
país.
b. Agroexportadores tradicionales y no
tradicionales
Estas empresas impactan directa y fuertemente en la tenencia campesina de la tierra
ya que la contaminación que produce su actividad no permite continuar cultivando.
Los ganadores más evidentes del DR-CAFTA
por parte de Guatemala son los exportadores
de azúcar, que lograron aumentar la cuota que
Estados Unidos les concede. Sumado a esto,
la actual corriente por la producción de agroenergéticos, da un empuje fuerte a la producción de la caña, ya que el etanol sale como
sub-producto en el proceso de transformación
de ésta en azúcar. Esto está repercutiendo en
una expansión agresiva de los productores de
caña, claramente visible en la Costa Sur, la
Cuenca del Polochic e Ixcán.
El hecho de que bajo el actual modelo de
desarrollo los intereses de los inversionistas se anteponen a los derechos de las y los
ciudadanos, está resultando en que las utilidades de tales operaciones se quedan en las
empresas transnacionales, mientras las denominadas “externalidades” de sus operaciones
(impactos ambientales, sociales y culturales
negativos), les quedan a las y los habitantes
de los territorios rurales.
19
d. Empresas ejecutoras de las grandes obras
de infraestructura contempladas en los
planes tipo Plan Puebla Panamá
20
Los ganadores de las licitaciones para los
megaproyectos que van generando la infraestructura necesaria para el desarrollo exitoso
de las inversiones extranjeras (y nacionales)
mencionadas, son otros de los actores ganadores del actual modelo de desarrollo. Es un
grupo cuyo interés interviene fuertemente en
la deinición de las políticas públicas y que
en su mayoría son parte de, o están, estrechamente vinculados a las élites nacionales.
e. Los productores de los agro energéticos
Si bien la producción de los agro-combustibles bajo determinadas condiciones podría
presentar una opción para las y los campesinos, bajo el actual esquema de concentración
de los recursos y de las inversiones públicas,
son unos pocos ingenios (4) en la Costa Sur,
que a partir de la producción de la caña de
azúcar, más unos productores comerciales de
palma africana (en Petén, Costa Sur y Verapaces), tienen la capacidad de producir etanol
o biodiesel.
Mientras los productores de los agrocombustibles, como hemos mencionado anteriormente, persiguen una estrategia de expansión
agresiva, a costa de la producción alimentaria
que sigue siendo mayoritariamente campesina, la industria vinculada al procesamiento de
maíz, busca reactivar la pro-ducción doméstica de este grano. Con ello la lucha entre ganadores (el grupo de empresas mencionadas) y
perdedores (la población campesina) trasciende a otro nivel: un combate por el territorio por
parte de diferentes sectores de la industria.
4. Perspectivas para la economía campesina
El modelo de desarrollo predominante en
los último veinte años ha llegado a negar la
relevancia de la tenencia de la tierra para el
campesinado empobrecido. De hecho, se ha
argumentado (las IFIs) que el ingreso total de
un hogar es más sensible al capital humano
y la migración de miembros de la familia que
a la tierra u otros activos agrícolas. Proponen
la búsqueda de ingresos diversiicados, entre
los cuales deinitivamente la migración juega
un papel trascendental, y capacitación para
acceder a otros mercados laborales. Llegan a
tal grado de negación de la tierra como factor
de reducción de la pobreza que airman que
inversiones y políticas que apoyen a los pequeños productores y aumenten sus ingresos
agrícolas son contraproducentes pues pueden
resultar en una búsqueda menor de fuentes de
ingresos diversiicados. Al mismo tiempo está
siendo reconocido que las “reformas agrarias”
asistidas por el mercado básicamente han sido
implementadas para reducir la conlictividad
agraria y así generar gobernabilidad pero no
para redistribuir la tierra.
Lo anterior releja una concepción meramente economicista de desarrollo rural que se
reduce a la “competitividad” agrícola en un
mundo supuestamente libre de barreras comerciales (aunque en realidad lleno de ellas
en los países del Norte) en los que caben únicamente la producción y los productores que
cuentan con el capital y la tecnología suicien-
Estrategia que de hecho falló, ya que es probable que la
deuda agraria asumida por los grupos que han accedido
a la tierra, generalmente en contextos de inviabilidad
productiva y, por lo tanto, de imposibilidad de pago de
la misma, vaya a tener una inluencia negativa a corto
plazo sobre la conlictividad agraria en el país.
te, y muchas veces incluso con el apoyo de
sus gobiernos, para poder competir con éxito
en los mercados globalizados. Se ha pretendido que únicamente este segmento se dedique
a la actividad agrícola; y que a los campesinos que no tienen acceso a activos ni ningún
tipo de apoyo público, les quede la opción de
retirarse de la actividad agrícola por falta de
“eiciencia” y “competitividad” y buscar los
ya mencionados “ingresos diversiicados”,
particularmente la migración.
Otros actores que no han llegado a tener un
lenguaje tan directo como el BM y el BID, han
señalado las “oportunidades” de la globalización, particularmente en el contexto de implementación del Tratado de Libre Comercio con
Estados Unidos. Estas oportunidades se reieren a la producción de cultivos aptos para la
agro-exportación (lores y plantas, vegetales,
frutas, ajonjolí, entre otros). Sin embargo, reorientar la producción alimentaria campesina
a una producción de cultivos de consumo suntuario en los países del Norte, está vinculado
con una serie de problemas:
1. La falta de capital para invertir en función de
cumplir con las buenas prácticas agrícolas,
las medidas sanitarias y ito-sanitarias y
para poder invertir en equipo, maquinaría e
infraestructura productiva necesaria
2. Altos riesgos respecto a precios y mercados,
que la agricultura campesina no puede asumir
3. Diicultades para estar a la altura de las
condiciones, cada vez más exigentes y restrictivas, que imponen los supermercados.2
Por lo mismo, la producción de los culti2 Alonso Fradejas y Gauster, op.cit.
vos no tradicionales (igual como la de los
cultivos de exportación tradicional más
exitosos actualmente) se encuentra altamente
concentrada en productores comerciales (particularmente en palma africana, caucho, y
frutas) y no ofrece ninguna oportunidad real
para la producción campesina nacional, más
que para un número reducido en regiones
geográicas reducidas, que pueden participar
en estas “oportunidades”, siempre y cuando
aceptan las condiciones que las empresas
agro-exportadoras les imponen. De hecho,
tampoco se cuenta con una política agrícola
decidida a fomentar esta producción, de lo
cual se puede deducir que ni los promotores
de estas “oportunidades” creen en el éxito de
las mismas.
Ante la falta de apoyo público y en consecuencia de oportunidades reales en la actividad agrícola, tanto para granos básicos
como para otro tipo de cultivos, y la falta de
promoción activa de un desarrollo rural que
contemple opciones de medios de vida complementarias a la agrícola, que además de generar ingresos sean culturalmente pertinentes
y ecológicamente sostenibles, las opciones
que quedan al sector campesino, se reducen
a: engrosar las masas de trabajadores/as del
sector informal; como mano de obra barata
en las explotaciones agroindustriales y/o extractivas de recursos naturales; o emigrar,
principalmente a EE.UU.
Actualmente es cada vez mayor el número
de personas que abandona sus comunidades
y recurre a la emigración internacional para
buscar el sustento propio y el familiar. Las remesas que envían juegan un papel cada vez
más importante. En 2004, las remesas fueron
21
22
8 veces superiores a la Ayuda Oicial al Desarrollo y casi 23 veces superiores a la Inversión
Extranjera Directa Neta. Su valor total (alrededor de 3 mil millones de dolares) equiparó al
de las exportaciones totales de productos de
Guatemala.
Las remesas contribuyen a los sistemas
de sustento de los 773,899 hogares que en
2004, recibieron cada uno como promedio
Q.2,240 mensuales a través de ellas, lo que
equivale a haber contado con los ingresos de
casi dos salarios mínimos más al mes en cada
hogar. De este modo, la propia población rural
emigrante de Guatemala acaba subsidiando al
Estado en su papel de “lucha contra la pobreza”.
Sin embargo, las remesas representan para
la población vulnerable de las áreas rurales de
Guatemala un arma de doble ilo, ya que mientras contribuyen a mitigar la pobreza, pueden
suponer un freno psicológico para aquellos
miembros más emprendedores de las familias receptoras y fomentar la introducción de
patrones de consumo familiar irresponsable.
Además, si bien son un relejo de los lazos de
solidaridad intrafamiliar, las remesas corren
el riesgo de generar agravios comparativos en
el ámbito comunitario, dando lugar a comunidades de dos velocidades, por las diferencias
en el tipo de vivienda, vestuario y calzado de
las familias receptoras de remesas, así como
en sus gustos y preferencias de consumo, frente
a las que no las reciben. Paralelamente, los
precios de los alimentos y de los factores de
producción locales (incluyendo además del
capital y el trabajo, la tierra) sufren fuertes
presiones al alza.
Finalmente, es preciso señalar que posiblemente estemos atestiguando una nueva era
en lo que respecta a la producción y comercialización de productos agrícolas. El “boom”
generado por la orientación de productos
agrícolas a la producción energética - supuestamente más amigable con el ambiente, en
realidad por la forma predominante de producción (monocultivos con uso exagerado de
agroquímicos) y por el hecho que el mismo
proceso de transformación todavía requiere
mucha energía, no tan amigable – puede tener implicaciones diversas para la población
campesina:
1. Si sigue el alza en los precios internacionales del maíz y por tanto acaba siendo
poca atractiva la importación de éste podría
implicar una reactivación de los mercados
nacionales y regionales, para no sólo poder
suplir la demanda de las y los consumidores
sino también de la industria. Esto implicaría que la producción del maíz nuevamente
podría generar los ingresos suicientes para
constituir una opción viable en el fomento
de la economía campesina, y a partir de ello
complementar sus ingresos con otras actividades, pero sin la presión que existe al
carecer de alimentos.
2. Por el otro lado, habrá una presión fuerte
sobre la tierra por parte de la industria productora de agro combustibles. Esto podría
amenazar aún más la pequeña propiedad de
la tierra y la producción campesina alimentaria. De hecho, en algunas partes del país,
se ha podido observar la expansión agresiva
de la industria productora de agro combustibles en perjuicio de las y los campesinos.
Finalmente, en tanto no sustituya la producción alimentaria básica, también existe
la opción de la producción campesina de
bio-energéticos. Por un lado, la producción
familiar de bio-energéticos es posible, no
para exportar, pero sí para ser autosuicientes
respecto al consumo energético (y por tanto
independientes de empresas transnacionales
que han monopolizado los mercados energéticos con las consecuencias negativas que
esta concentración implica). Por otro lado la
producción asociada de bio-energéticos para
la venta y generación de ingresos, implicaría
apoyo público para las inversiones necesarias
y una vinculación, bajo condiciones dignas,
a las cadenas de comercialización. Ambas
cuestiones no se están viendo en este
momento, en el que los mercados siguen
dominados por las agro-oligarquías. Pero no
hay que perder de vista que un cambio del
enfoque paradigmático podría generar muchas
opciones para la población campesina.
bibliografía
Alonso Fradejas, Alberto y Gauster, Susana:
“Perspectivas para la agricultura familiar
campesina de Guatemala en un contexto”
DR-CAFTA, CONGCOOP/MESA GLOBAL/ASC,
Gua-temala, 2006.
Garbers, Frank y Gauster, Susana: “La economía campesina en el contexto de la apertura
comercial: Una aproximación después de la
ratiicación del Tratado de Libre Comercio
entre República Dominicana Centroamérica y
los Estados Unidos de América (TLC RD-CAUSA)”, CONGCOOP, Guatemala, 2004.
Garoz, Byron; Alonso Fradejas, Alberto y
Gauster, Susana: “Balance de la aplicación
de las políticas de tierra del Banco Mundial
en Guatemala: 996 – 2005”, CONGCOOP,
Guatemala, 2005.
Gauster, Susana y Alonso Fradejas, Alberto:
“Propuesta de institucionalidad y políticas
públicas para la promoción de la agricultura
campesina de Guatemala”, Instituto de Estudios Agrarios y Rurales – CONGCOOP, Guatemala, 2007.
23
migración inTErnacional
rETornada -juvEnTud adulTa indígEnaricardo falla
24
Dado que este es un conversatorio, espero
que se me permita cierta informalidad, aun en
este documento.
Hablaré sobre la migración retornada internacional en la juventud adulta indígena, con
datos del municipio de Zacualpa, El Quiché.
Vamos a la informalidad. Yo mismo soy un
migrante retornado. Después de años en la
montaña… migré al claro. ¡Cuántos cambios
en la vida “civilizada”! ¡Cuántos cambios en
uno mismo! Uno narra y uno oye narraciones.
Hay una identidad (o faceta de ella) que se
expresa y se remodela en la historia de cada
uno, exagerada o disminuida, pero en todo
caso, coloreada desde la experiencia del allá
y del retorno.
La investigación es una constante migración de remodelación del propio yo en la ida
y el retorno, en la búsqueda primera y en el
encuentro sorpresivo de lo que no buscaba.
Así nació este proyecto de investigación de
la juventud en que, a pesar de ser ya viejo, he
estado comprometido durante algunos años.
Nació del retorno de la vida en la montaña
a la vida al claro. ¡El contraste del cambio!
Sobre todo el cambio cultural de nuestras sociedades centroamericanas, porque cuando
“retorné” de la montaña fui a parar a Honduras. Surgió, entonces, la pregunta, ¿cómo
aprisionar ese cambio? ¿Desde dónde comenzar a entender esas rupturas de paradigmas?
Gracias a consejos de compañeros, se nos
ocurrió: “¡Tal vez la juventud! ¡Es un sector
más fácil de radiograiar! La juventud está en
el gozne de las sociedades. Todavía no es y
ya es. Está en el umbral, viejo concepto del
también viejo Turner. Una especie de puente
activo entre generaciones. Puente, él mismo
moviéndose, como los puentes colgantes, y él
mismo cambiando de lugar en las orillas donde descansa. Así comenzamos en Honduras
el estudio de la juventud migrante rural, de la
juventud de las maquilas y de la juventud de
las maras, pero sin tener tiempo, ni capacidad, ni aire, para sistematizar nada. Eran sólo
pinceladas, articulitos, asesorías a jóvenes investigando y arriesgándose entre los tiros de
las pandillas.
Al volver a Guatemala y a la Guatemala indígena por predilección y elección – otro paso
del siempre repetido retorno – la pregunta fue:
“¿Y los cambios culturales en los pueblos indígenas?” Ya sin titubear, “¡Vamos a la juventud! Ella nos responderá”.
De lleno en la vida de jóvenes. ¡Otro retorno!
El autobiográico. Desde la crisis profunda de
la entrada a la vejez regresando a las primeras
crisis de la vida. Erikson dice que las crisis
profundas se repiten. No es la adolescencia
la única. Tal vez dos, tal vez tres veces. Chorros de emoción y de lágrimas. Desde allí interpretando el agudo sufrimiento de la juventud.
Amor, siempre amor. Por todos lados el Dios de
las cosas pequeñas, como dice Arundhati Roy.
Los primeros tanteos, en Ixcán. Juventud
de hoy había sido niñez para mí en la montaña. Ahora ya crecida. Y luego, como el proyecto incluía a otros pueblos, nos fuimos a
Zacualpa. Sin diseño. Por razones históricas.
El método, sí, diseñado: como ingenieros de
petróleo triangulando los pozos. Ixcán uno,
Zacualpa otro, luego Santa María Chiquimula
(Tz’olojche’) y tal vez el Puente Belize, juventud urbana.
¿Cómo enfocar la juventud de Zacualpa? Ixcán, no tuvo enfoque especial, fue un tejido
de muchas iguras, pájaros migrantes, corazones traspasados, vientres hinchados antes de
tiempo, pies descalzos jugando el globalizado
deporte… ¿Zacualpa? ¿Así también? Lo puse
en consulta con compañeros y compañeras.
“Indudablemente, la migración”, dijeron.
“Santa María será luego la cultura maya”. Es
que Zacualpa, si vas allí, dos cosas te chocan,
la sangre del genocidio, todavía víva, y el aire
de la migración, aire que dejan en su partida,
vacío por todos lados… 2
dad. Apoyo del grupo de jóvenes parroquial:
la juventud, con entrevistas. Entrevistadoras,
las hermanas indígenas que trabajan con la
juventud en el lugar, un estudiante de doctorado. Y por in, en 2006, el mero trabajo de
campo, mes y medio, chapuceando el k’iche’.
Poco, para los estándares de antes. Pero, no
sé cómo se amontona la información, montón
de papel, montón de cintas. ¿Qué hacer con
todo ello? Tono, una salvación: transcriptor de
entrevistas en castellano y k’iche’. Luego, el
ichaje personal.
¿Pero por dónde entrarle? ¿Qué ichas poner en primer lugar? ¿Juventud adulta o juventud adolescente? ¿Estudiantes con papás
en EE.UU.? ¿Mujeres jóvenes, añorantes del
marido? ¿Noviazgos trasnacionales? ¿Brujería
por teléfono?
¿Trabajo de campo? Sí, cómo no. ¿Cómo
entrar sin eso? Visiteos personales desde
2002, conociendo aldeas y la pequeña ciu-
Sin sospechar de la importancia del tema
de la migración retornada, “¡Comencemos con
la juventud adulta! Es la más articulada en su
discurso”. ¿Pero cuál? ¿La que está aquí o la
que no está aquí? Mejor, la del medio: la que
no estuvo y está. La juventud migrante retornada. Teníamos que incluir la experiencia en
carne propia del norte.
Según Censo 2002, 22,846 habitantes, 0,79 hombres y 2,055 mujeres; 6,65 viven en la pequeña ciudad de Zacualpa y 6,23 en las aldeas, que son 28;
2,525 son indígenas y ,32 no son indígenas (ladinos). La población ladina está casi únicamente ubicada
en la ciudad.
Entonces, no es una investigación de la población migrante que reside allá. No quitamos
méritos a quienes aquí hacen eso, pero es
más propia de investigadores e investigadoras
radicadas allá.
2 En 2006, por ahora (pendientes de más datos) calculamos 5 mil personas en el norte (0 % mujeres),
enviando $0 millones al año (66$ al mes), según estimaciones en base a cifras de Banrural. Si para 2006
la población puede haber subido a 30,000 habitantes,
la remesa anual por persona sería $333 al año, más
alta que la más alta de un departamento (no municipio),
La Unión, de El Salvador, que es $ 240 per cápita en
2004. Informe de Desarrollo Humano de El Salvador,
PNUD 2006, p. 78.
Avanzando en el análisis, acudí al SJM - CA
(Servicio Jesuita para Migrantes de CA), instancia nueva de la Compañía de Jesús. Pretende responder de manera modesta al enorme reto de la migración internacional y divide
25
26
sus tareas en tres dimensiones, la investigativa, la pastoral y la de incidencia política. El
compañero nica del SJM me dio bibliografía
y me puso en contacto con Conway y Potter,
dos especialistas de la migración caribe. ¡Se
me abren los ojos a la importancia del tema!
Citando a otro especialista, dicen: “‘la migración retornada es el gran capítulo todavía por
escribirse en la historia de la migración’”, porque ha habido la “tendencia de mirar la migración internacional como un proceso de una
sola vía: emigración (salida) e inmigración
(llegada)”3. Fui a mi pequeña biblioteca. En
efecto, buscando el Informe sobre Desarrollo
Humano de El Salvador, 2006 (PNUD), estudio exhaustivo sobre la migración del hermano
país, ¡la migración retornada, completamente
ausente! Toma fuerza la idea de que hay que
entrarle. No sólo estudiar las remesas en dinero, sino las remesas vivas. La juventud adulta
migrante retornada es la que mejor puede darle vida a la remesa muerta.
Y según seguí yo mismo migrando en el
análisis de las ricas experiencias, vienen las
dos grandes redadas, la del 2 de diciembre
de 2006 en las fábricas de Swift, 500 guatemaltecos y guatemaltecas son agarradas; y la
del 6 de marzo de este año en New Bedford,
con 35. Tenemos listas. Nombres quichés y
quichés.
La investigación se enfrenta con un nuevo
reto: los deportados, ellos y ellas. Son también migrantes retornados, pero a diferencia
3 Caribbeans Transnational Return Migrants as Agents of
Change en Geography Compass (2006) 0. ,
por Dennis Conway y Robert D. Potter. King, R. (2000).
“Generalizations from the history of return migration”.
En: Gosh, B. (ed.) Return migration: Journey of hope or
despair. Geneva, Switzerland: International Organization
for Migration and the United Nations, pp. 7–56.
del estudio presente, son forzados. Esta investigación, es de la migración retornada voluntaria. Pero lo deja a uno a las puertas de la
forzada. ¿Se construirá en esa población una
identidad de retorno o migrarán de nuevo?
¿Cómo facilitar esa identidad?
El método ha sido el análisis de casos. Método cualitativo que precede al cuantitativo.
Para hipótesis acertadas, a conirmar luego
con números. No son números con hipótesis
torcidas, forzadas. Las hipótesis forzadas cortan el pollo donde hay hueso, no donde hay
articulación. También para hipótesis nuevas,
frescas. No descubre el mediterráneo con
palabras complicadas que sólo encubren el
aburrimiento. Para hipótesis sistematizables
en un conjunto mayor, inteligible, no como a
veces se ve, cuadro tras cuadro como los árboles desde la ventana del bus.
Los casos, personas jóvenes adultas, es decir, con responsabilidades, no adolescentes,
aunque algunas de ellas se fueron al norte de
adolescentes. El rango de edad no es lo decisivo, pero son personas entre 25 y 30 años,
todas ellas ya con hijos pequeños.
Cuatro, tres hombres y una mujer. La migración es mayor en número para varones que
para mujeres y fue difícil encontrar a la mujer
en la ciudad. Tanto varones, como mujeres,
los migrantes retornados no son muchos.
La división del tema fue en tres partes, primero la ida a los EE.UU., desde la decisión
de viajar hasta la estabilización en el trabajo
y en la residencia. Segundo, la estancia en el
norte, con los subtemas recurrentes de trabajo, legalidad (papeles) y descanso. Cada uno
de ellos responde a los tres tipos de relaciones
en que Castells analiza la sociedad: relaciones
de producción, relaciones de poder y relaciones de experiencia. Tercero, el retorno, desde
la decisión de volver hasta el reacomodo y la
acción que transforma. Para cada parte oimos
la experiencia de uno de los tres varones, uno
por parte. Para la mujer, toda su vida en las
tres partes.
La perspectiva del análisis ha sido la identidad: en el viaje al norte, la negociación de
la identidad y el cuestionamiento del viaje
con las crisis por accidentes; en la estancia,
la construcción o deconstrucción de la identidad de migrante (“cambiar el pensamiento”,
dicen) en el sistema de descanso agitado y
accidentado; y en el retorno, la reconstrucción
de la identidad guatemalteca (zacualpense),
contrastando con la identidad de las personas
que se quedan allá y sólo añoran Guatemala,
pero ya “no piensan como guatemaltecas”.
¡Duras palabras!
A estas tres partes añadí una que es la
identidad en acción. El enfoque material es la
acción, una lucha concreta, no sensacional,
de transformación de la sociedad (comunidad)
a nivel público. Y el enfoque formal, cómo la
identidad se traduce en acción.
Identidad en acción del joven adulto retornado de La Florida, que introduce los instrumentos electrónicos en contra de la resistencia
de los directivos parroquiales. Nos reiremos,
tal vez, pero suponía un cambio a nivel de la
estructura de la ciudad de Zacualpa (7 mil
habitantes) y de sus 25 y tantas comunidades rurales en un pueblo que había sufrido el
genocidio más despiadado (CEG uno de los 4
casos ejemplares) y donde la Acción Católica
indígena había sido el foco de la persecución
Identidad en acción de la joven adulta que
interviene en su aldea semi urbana para calmar a la mara de jóvenes a través de una movilización de la comunidad para defender a
las hijas de la posible violación, aunque todo
comenzara con un simple robo de mangos a
los dos o tres días de haber ella retornado de
Boston.
Hasta aquí sobre el proceso de investigación. ¿Conclusiones? ¿Resultados? He aquí
algunos. Pero ojo, son hipótesis. Esperamos
que hipótesis bien planteadas. Parte de la solución del problema es su planteamiento.
Aclaramos, antes, que estamos tratando la
migración retornada de la juventud adulta. No
de la gente adulta o anciana (jubilados). La
migración retornada voluntaria. No la forzada:
deportados. La migración retornada permanente. No la pendular de la gente que viene y
va. La migración retornada individual. No en
grupo: los recientes de Bolivia. Todos cuatro
temas emparentados con el actual, a veces
difíciles de deslindar.
Primero: sobre la identidad misma. La juventud migrante retornada es transformadora.
No por su número (conozco apenas unos 0
casos más en Zacualpa). Por la experiencia
del norte, la conciencia de sí mismos/as y la
decisión de retorno. Han encontrado sentido en volver. Sentido e identidad van juntos.
¡¡Son las remesas vivas!! ¡Tantos estudios sobre la cantidad de dinero que viene de EE.
UU. ! Está bien, pero su suposición inconfesada es que ese dinero ejerce el cambio sin
27
28
la acción de las personas que lo mandan. Lo
más, el varón que las teledirige con la mujer
que las recibe. ¿Pero si él mismo o ella misma
las trajo? ¿O si ella las recibe, pero no con los
ojos vendados? La mujer que conoce cómo se
gana ese dinero no tiene los ojos vendados.
La migración retornada, especialmente de
la juventud adulta, es factor clave de desarrollo. También de agencia política. Si, por
ejemplo, queremos montar una escuela de
liderazgo, ¿a qué gente vamos a buscar? Aquí
tenemos una pista.
Esa identidad es cerrada. No está predeterminada necesariamente en una dirección. Es
más que todo potencia, conciencia, receptividad. La puede aprovechar un movimiento
empresarial. También un movimiento campesino. Un partido de derecha o uno de izquierda. Una iglesia carismática o una liberadora.
Un fundamentalismo maya o un movimiento
abierto. Esta juventud trae la capacidad de relexión sobre la discriminación y la experiencia de explotación en el norte. Pero también
el impulso para mejorar la vida sin pensar en
otros, invertir los microcapitales y formar una
clase social rural distinta. La dirección de esa
conciencia depende mucho del contexto social cercano que la recibe y con el que va a
chocar o dialogar o intentar cambiar.
La identidad de migrante retornado/a es
una construcción del análisis más que una
construcción de las personas retornadas. Se
esfuma en el aire de la abstracción y no debemos confundirnos con ello. A diferencia de la
identidad migrante que se asume al llegar al
norte - “tú eres una migrante”, se les dice- la
identidad de la persona retornada no se ex-
presa en etiquetas, ni causa asociación. Eso
es porque el retorno es de pocos y es un movimiento hacia la asimilación en la comunidad
de origen. Es movimiento de retorno. No hay
que airmar que se es retornado o retornada,
porque entonces no se retorna de verdad. Si
se distingue el retorno, se le quita verdad. Se
pierde la fuerza de transformación. En EE.UU.
se reúnen los quichés de New Bedford en una
asociación Maya K’iché, con su presidente, etc., pero aquí no los “ex migrantes de
EE.UU”. Otras serán las identidades que le
dan vestido a esta identidad que se esfuma,
como la comunitaria, la religiosa, la de transportistas, la étnica, etc.
Tal vez una conclusión más teórica sobre el
análisis identitario. Esto es, sobre la construcción del sentido de la vida migrante retornada. Identidad es sentido antes que contraste.
La hipótesis es que las relaciones de experiencia son las que directamente construyen
la identidad. No las de producción o de poder. La hipótesis encaja con los datos, tiene
capacidad explicativa. Para ilustrar esto: no
es el trabajo bien pagado lo que da identidad
a una persona migrante para que encuentre
sentido en quedarse allá, sino directamente las relaciones de experiencia (descanso,
amistades, novias/ novios, iglesia, deporte…),
aunque estas sean posibles por las relaciones
de producción. Asímismo, no es la tarjeta de
residencia (relación de poder) la que le da la
identidad y sentido, sino una relación de experiencia anterior o posterior a ella. Esta constatación se inscribe en una visión teórica más
amplia. Según esta visión son las marejadas
de las identidades globales (feminismo, ambientalismo, conciencias étnicas, comunidades religiosas…) provocadas por la globaliza-
ción económica las que pueden contrarrestar
su enorme poderío.4
Segundo: sobre la agricultura. Originalmente, se me invitó para el tema agricultura
y migración. Dije, que no era especialista en
ninguna de las dos. Pero, sin serlo, algunos
resultados, a manera de hipótesis. Zacualpa
ha sido municipio de muchísima migración
estacional al café y a la caña. Al café en familia. A la caña los jóvenes y hombres maduros
sueltos. Tan arraigada estaba la migración,
que existía allí, como en otros lugares del
Quiché, la institución de las incas de mozos.
Herencia de los tiempos liberales de Justo Ruino Barrios y compañía de capitalistas cafetaleros. “Te doy tierra en San Antonio Sinaché
(Zacualpa) si trabajas en el Baúl” (Escuintla).
Tanto Sinaché como el Baúl, propiedad de la
familia Herrera. Así aseguraban la mano de
obra. Actualmente, ya desapareció esa institución. Supervacánea, por la abundancia de
mano de obra. Crecientemente, por la represión, migración a la ciudad de Guatemala,
tanto de hombres como mujeres, ellas al trabajo doméstico o a la maquila.
La motivación para migrar a los EE.UU. ha
sido doble. Una, la pobreza, sentida en el trabajo proletario de las costas o en el trabajo
agrícola de sólo granos básicos sin precio de
Zacualpa. Otra, la represión de la década de
4 Castells, Manuel: “La Era de la Información: Economía,
Sociedad y Cultura”. Vol I La Sociedad Red, 996 (en
inglés) y 999 (en castellano), 590 pp; Vol II El Poder
de la Identidad, 997 (en inglés) y 999 (en castellano), 495 pp; Vol III Fin de Milenio, 998 (en inglés) y
999 (en castellano), 446 pp; Siglo XXI Editores.
“Alain Touraine… aventura que su obra ‘será un clásico
del siglo XXI’”, dice Juan Hernández-Pico, en Envío, junio 2003.
los 80: escapar, primero a la costa y luego de
allí al norte. Hay un momento en que estalla
con toda su fuerza el movimiento migratorio
al norte. Principios de los 90. Coincide con la
devaluación del quetzal. Las motivaciones entonces van cambiando. Se hacen más culturales: por el éxito relativamente suntuoso de
los que vuelven (traen carro) y halan a otros.
La agricultura se deprime (se ven laderas
sin sembrar). Hay escasez de mano de obra,
esta se encarece y la producción agrícola se
diversiica lentamente: proyectos de mini riego (inanciados con dinero de la migración)
y productos no tradicionales. Los migrantes
compran terrenos en la ciudad de Zacualpa:
se da migración de la aldea a la ciudad. Esta
ya no es sólo sede de ladinos. Los migrantes
también compran terrenos para cultivar en las
aldeas. No los trabajarán ellos, sino con mozos, que, son escasos y más caros.
Esos migrantes, para irse empeñaron el terreno de la madre o de la esposa. Así le pagaron al coyote (actualmente 35 mil quetzales)
con intereses de 0% al 2% mensual. La
regla general es que paguen, pero hay muchos
que no han pagado. El efecto de la deuda cae
sobre la esposa o la madre, que pierden terreno y a veces casa. Hay mucha mujer sufriendo
esta congoja por maridos que están en el norte
y se chupan su dinero.
Muchos migrantes al ir comienzan con trabajos agrícolas estacionales: pizca de tomate,
de cebolla… Allá migran de estado a estado.
Trabajo estacional supone migración interna
en EE.UU. Toman estos trabajos por necesidad, pero no es a eso a lo que fueron. La agricultura para el migrante es de identidad negativa. Les recuerda la costa. Quieren trabajo
bajo sombra, de más paga, más estabilidad.
29
La inalidad es desligarse de ellos, aunque
siempre se da la conexión con las siembras
(landscaping en Florida).
30
Entre tanto, en Zacualpa la migración a la
costa sigue, pero con números menores de
trabajadores y con mejores condiciones de
transporte, vivienda y trabajo en los ingenios.
Los ingenios necesitan ofrecer esas mejorías
en competencia con la migración a los EE.UU.
y con el salario que sube en Zacualpa. También sigue concentración lenta de tierras por
la compra de tierras y por la pérdida de las
propiedades hipotecadas. Se generan más y
más mozos. Saltar a EE.UU. cuesta. Las opciones son: o la costa o Zacualpa. Halados
entre dos.
La mujer del migrante recibe el dinero de
su esposo para pagarle a los mozos. A veces,
son parientes. Ella forma una empresa con el
marido: él manda el dinero, ella lo administra.
Si es retornada, la empresa es más igualitaria: ella conoce las condiciones de EE.UU. y
no se deja engañar por las exageraciones del
marido. Si es retornada, ella pasa de proletaria lava excusados de Boston a agricultora y
ama de casa. Ella misma siembra alrededor
de la casa y cría animales. Ella va al mercado
y vende hortalizas y frijol. Ella sabe que esos
son “dineritos” en comparación de los dólares
de su esposo.
Al retornar, él no irá a trabajar al campo,
pagará mozos. Se dedicará a otros oicios, como
sastrería, albañilería, comercio, carnicería,
letería… Para quedarse trabajando la tierra,
mejor se vuelve a EE.UU. La agricultura, en
general, se desprecia. Sirve para el consumo,
pero no para generar dinero.
En este desprecio inluye el boom escolar. En todas las aldeas ya hay primarias. Van
niños y niñas casi parejo. Hay básico en la
cabecera. El carril está abierto para el diversiicado en otras cabeceras. Este boom da la
espalda al trabajo agrícola. La educación es
una inversión económica. La migrante retornada invierte para que las hijas sean lo que
ella no pudo ser: ella proyecta su identidad
no agrícola en las niñas, añorando un empleo
en oicina. Lleva en su mente un modelo de
mujer. Ese modelo quiere decir que la mujer
ha de trabajar fuera de la casa, que la educación le abrirá puertas para un salario más alto
y ijo. No tendrá que tostarse la piel junto al
comal. En su físico, en su piel mejor cuidada
se notará el ascenso. Buscará una mujer de
aldea que le cocine.
En el horizonte aparece una nueva clase
social. Familias en red conectadas con la
economía de las remesas pero también con
la tierra. Una familia es punto de referencia
en la aldea. Otra familia en EE.UU., hija o
hijo casados y con hijos. Otra en una ciudad
del oriente guatemalteco, hija o hijo casados
y con hijos. Otra, en una ciudad vecina del
Quiché, también hija o hijo casados y con hijos. Son familias abiertas, muy ciertas de su
identidad étnica, pero en alianza con gente
ladina, mestiza, hispana (en EE.UU.), norteamericana… Alianzas en el trabajo, pero también en el juego, en la religión, en la música,
en la política.
El racismo ha tomado otra forma al abrirse
la etnia a la migración. En EE.UU. el racismo
ladino indígena se difumina bajo el paraguas,
del “hispano”, donde caben mestizos de otras
nacionalidades, guatemaltecos indígenas y no
indígenas. Es un paraguas amplio, que no excluye otras identidades, que pueden resurgir
coyunturalmente (caso de Bedford, redada
que afectó mayoritariamente a quichés). Pero
la identidad guatemalteca es más explicativa,
más fácil de entender, que la zacualpense,
por ejemplo.
Pero el racismo se siente como más global.
Se radicaliza al ver que está en todas partes.
La identidad de “migrante” tiene carga racista
fuerte, pero la discrminación no es sólo por razas. Lo es por estatus migratorio y ciudadano.
El chicano desprecia al migrante, así como
al chicano lo desprecia el gringo. Todo eso lo
ha visto el migrante retornado, lo ha visto la
migrante retornada. Ella, con sus patronas, a
veces guatemaltecas, pero que ya no piensan
como guatemaltecas, por ser residentes.
Después de la experiencia de la migración
internacional los parámetros de la contradicción étnica en Guatemala se han trastocado.
Impensable que un candidato o candidata por
ser indígena se lleve el voto indígena. El racismo se está reacondicionando a la vez que se
siente herido. El racismo es como un animal
que nunca muere y se retuerce para morder
siempre a la víctima. En Zacualpa, un candidato ladino migrante retornado logra voto indígena contra candidato indígena no migrante
que blandía la bandera étnica. ¿Cómo se retuerce el racismo para seguir a un candidato
ladino en donde la guerra se marcó por la oposición racista? ¿Cómo el racismo se retuerce
para seguir a un candidato indígena del partido del mayor genocida de pueblos indígenas
de la historia (la manita azul)?
No tenemos datos suicientes, pero es posible que la oposición de familias con la co-
nexión migrante versus familias sin ellas pueda dar alguna razón de esas sinrazones.
Tercero: una palabra sobre mujer y migración. Tema de capital importancia, ligado a la
tierra. Ante todo, la migración internacional es
una aventura patriarcal. Descansa en la idea
de que la mujer es para la casa y el hombre
para la calle; la mujer es para la patria y el
hombre para el dinero; la mujer es para amar
a los hijos y el hombre para trabajar por ellos.
Esto se releja en la organización del viaje al
norte. La mujer va en minoría. A veces, ella
sola en un grupo de 5. Bajo la amenaza de
que la abusen. Busca protección, la necesita en hermanos o primos o parientes icticios
(compadre). La mujer indígena debe dejar su
traje. No porque le moleste para caminar, sino
para esconder su identidad.
El paso en el desierto es de los hombres. Si
ella aguanta el paso del hombre, llega, si no,
allí ella. Es instrumento para robarle dinero al
marido que la espera en EE.UU. El coyotaje
le exige cheques suplementarios desde la ciudad del sur (Phoenix) amenazando con dejarla
allí. Ella es impotente, más que los varones,
para buscarse sus conexiones y liberarse de
esa red.
Muchas mujeres viajan con la motivación de
rescatar al esposo. Dicen que la motivación es
la pobreza, pero van a ganarlo a él, ganar junto a él. Al llegar, la vivienda se complica. El no
puede seguir durmiendo en montón de seis en
un cuarto. Tiene que pagar apartamento para
estar con ella (800$). Si no se logra esto, por
razones económicas, el arreglo de vivienda separada es de mucho sufrimiento para ella. En
la convivencia con el esposo, cambia su idea
de mujer: no pueden tener hijos en EE.UU.
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32
Basta con los que dejó con la abuela. Ella más
difícilmente se adapta a los EE.UU., si tiene
hijos en Zacualpa. ¿El amor maternal es más
fuerte que el paternal? Aunque ésta sea una
construcción patriarcal, la hace sufrir, es una
realidad que funciona así, como si ella amara
más a los niños y se preocupara más que él
por ellos. El ritmo del trabajo por hora le es
nuevo. Si era ama de casa y hacía limpieza
en su casa, lo hacía a su paso. Ahora tiene
que lavar tantos baños en una hora. Pero a
la vez, se da cuenta del valor de su trabajo.
Puede tener dos turnos y ganar más que el
esposo. Si vuelve de noche, del trabajo, él se
molesta. Tiene celos. Es que gana más que él.
Ella no cae en la trampa de los varones que al
ganar más compran carro, viajan a ciudades
vecinas, hacen amigos de juego, de música,
de religión, chupando y endrogándose hasta
que se accidentan. Ella depende del esposo
para esas relaciones de experiencia. Ha ido a
EE.UU. a trabajar por los hijos que han quedado atrás. No puede distraerse. Descuida
su presentación, se arruina las uñas limpiando las estufas… no llega a asumir la identidad del migrante que desea quedarse en los
EE.UU., como tal vez el marido sí.
Al volver, es esposa añorante que ama de lejos al marido, pero no tiene vendas en los ojos.
Sabe regatearle. Forma parte de una empresa
pequeña trasnacional: él manda el dinero y
ella lo administra. El está lejos y no tiene el
olfato para ver dónde se abren posibilidades.
Ella vuelve a ser ama de casa, pero los oicios
los hace “ligerito”, porque sabe que se mide
su valor en tiempo. Trae otro modelo de mujer,
pero para ella la oportunidad de hacerlo realidad ya pasó. En las hijas, como dijimos arriba, quiere realizarlo, a través de la educación.
También en los hijos varones, que sean otra
clase de hombre, que sepan hacer los oicios
y ayudar a su madre y así a su futura esposa.
Se le ocurren, ante la realidad inmediata, no
percibida por el esposo, otros proyectos (horno de pan, carro para negociar, tienda, coser
blusas), pero teme írsele muy adelante al marido y que la empresa que tienen entre ambos
truene. Por eso, no es peleonera, mantiene el
equilibrio. Una feminista práctica, armónica.
Del norte trae sobre todo conciencia, valor
para enfrentarse a situaciones que a la mujer
indígena le dan miedo. Menciona alguna: entrar a los bancos, contra el racismo. Recordar
a Irma Alicia Velásquez. Pasar entre hombres
y jóvenes callejeros sin miedo, contra el machismo. Regañar a la autoridad local, contra el
adultismo. Hablar en la reunión comunitaria,
contra la pasividad de muchas mujeres que la
rodean. Valor que se combina con tácticas insustituibles de la mujer campesina indígena.
Esta se vale de las mujeres y de los niños para
detectar a las maras que pueden violar a sus
propias hijas.
Cuarto: agenda posible de investigación, tareas para adelante.
Contrastes de juventud adulta adultos retornada de acuerdo al tiempo que llevan en Guatemala después de retornar. Es de suponer
que los que llevan más tiempo aquí resaltan
menos en su identidad los rasgos propios de la
experiencia migratoria que los más recientes.
Contrastar juventud adulta retornada de
acuerdo al tiempo que han hecho en los
EE.UU. No es lo mismo, alguien que ha estado sólo un año que alguien que ha estado diez.
Llegará un día en que se pueda contrastar a
la juventud adulta retornada que nació en los
EE.UU., con la que nació en Guatemala. La
primera será casi como extranjera, mientras
que la otra no.
Contrastar a la juventud adulta retornada
por género, etnia y clase.
Contrastar a la juventud adulta retornada
voluntaria con la retornada a la fuerza (deportada) y con la retornada medio a la fuerza,
porque perdieron, por ejemplo, su licencia, y
se vieron forzados a dejar el trabajo que tenían, u otra circunstancia.
Y por in, quizás lo más importante, la juventud adulta retornada con la juventud adulta que no ha migrado al norte.
Contrastar a la juventud adulta retornada
con edad adulta (no joven) retornada. Esta
última puede indicar por dónde se puede desarrollar la identidad de la juventud adulta retornada. Aparecerán factores históricos determinantes, como la experiencia de la violencia
y la represión, de la cual la juventud adulta
sólo se recuerda entre penumbras como elemento importante de su tierna niñez.
Estos contrastes y comparaciones deberían
entrecruzarse en un sistema para ver cómo
cada sector inluye en el otro y en la sociedad
en general.
Se recomienda el análisis de casos, y después, ¡números! Entre población rural indígena, preferir la información de terceras personas conocedoras del lugar a las encuestas.
Todo, orientado a detectar la fuerza y la dirección de la transformación de esta identidad.
33
visionEs pEriféricas.
n.5
podEr y coTidianEidad En las
orillas dE la rEpública
27 de septiembre, 2007
parTicipanTEs
carlos arriola monasTErio
rosa maría chan
mEgan Thomas
modErador:
sanTiago basTos
visionEs pEriféricas.
podEr y coTidianEidad En las orillas dE la
rEpública
Santiago Bastos
37
prEsEnTación
Por su historia, Guatemala es un país en el que el centralismo administrativo convive
con un Estado históricamente débil, por lo que sus orillas diversas han estado ausentes
de la nación y han tenido que desarrollarse con autonomía de hecho y ausencia de recursos. En las últimas décadas, las iniciativas de descentralización han coincidido con la
presencia de actores transnacionales, desde compañías mineras a turistas, desde narcotraicantes a transmigrantes y coyotes. A través de las voces que vienen de Chiquimula,
Petén y Huehuetenango queremos conocer mejor como se vive hoy en la periferia, y
debatir por qué cuesta salir de este centralismo heredado y recreado.
inTroducción
Entre los múltiples contrastes que le dan forma, Guatemala es un país en que un
territorio pequeño da cabida a una gran diversidad de ecosistemas que han sido la base
para una gran variedad sociocultural; que se ha desarrollado históricamente en un marco
centralista que convive con una ausencia del estado en muchas de sus áreas
Dada la tradición colonial y republicana del Estado centralizado al servicio de unas
élites oligárquicas, el poder ha estado muy concentrado en un centro que, si bien se fue
desplazando, siempre estuvo en el altiplano central, en los límites del área maya y la
mestiza. Los intentos de rebelión regional del siglo XIX o triunfaron en la capital –en el
caso de La Montaña- o fueron derrotadas por ésta –Los Altos-. El éxito del centralismo
conservador se pudo poner en duda cuando las élites cafetaleras del occidente del país
triunfaron militar y políticamente en la revolución liberal de 87, pero rápidamente la
incógnita se despejó al aliarse con la oligarquía criolla capitalina. Como cuentan Piel,
Taracena, o Castellanos Cambranes, en la economía inquera, los departamentos -el “interior” del país- se convirtieron en la propiedad de los inqueros, en la reserva de su mano
de obra, o los lugares de donde salían las burocracias: la pirámide de poder se completó
con la expansión de los ladinos por el occidente manejando el poder local con la convivencia del central. Las comunidades indígenas eran muchas veces más periféricas por su
carácter étnico que por su ubicación espacial
38
Desde entonces, como en muchas repúblicas latinoamericanas, la política ha sido
pensada de forma central, lo cual ha incidido en la forma de ver y crear el país. Así lo fue
en la Revolución del 44 y las reformas que siguieron, así fueron concebidas las fuerzas
insurgentes y así les respondieron las fuerzas armadas: las guerrillas se situaron en los
márgenes para atacar al estado en su parte más débil –aunque después dependieran
siempre del centro como retaguardia- ; gran parte del genocidio contra las poblaciones
rurales fue posible precisamente por la condición periférica, “externa“ de las víctimas.
Todo esto se releja en una visión histórica ha sido siempre se ha construido desde el
centro, obviando a los actores y hechos del “interior”; en una estructura de servicios que
concentra la mayoría de la educación secundaria y superior, así como los centros sanitarios de tercer nivel –hospitales- en el centro; pero también se releja en una prensa y
una televisión, que muestran lo capitalino como “nacional” y el resto bajo “departamentales”. Se renueva por enésima vez el mejoramiento de la carretera a Antigua mientras
no haya quien se haga cargo de la Franja Transversal o de la cantidad de kilómetros necesarios en toda la geografía. Incluso los mayanistas –el pensamiento más novedoso en
cuanto a la conformación del Estado y la nación- han avanzado más en su inserción en
el poder central que en la creación de poderes de base regional, y sus demandas por una
reordenación de base étnica del territorio han quedado aparcadas frente a las referidas a
la transformación del aparato estatal.
En deinitiva, tenemos un país en el que convive el autoritarismo político –las decisiones se crean y consultan en el centro- con el centralismo administrativo - no hay capacidad de decisión fuera de él-; y todo ello con un estado históricamente débil, que no ha
pretendido estar presente más allá de hacer funcionar el aparato necesario para el éxito
del sistema oligárquico –maestros, habilitadores, reclutadores, comisionados militares;
y cuando fue necesario, toda la presencia militar. Como consecuencia, en esas orillas
diversas se ha dado una situación que combinaba autonomía de hecho con ausencia de
recursos; y autoritarismos locales con explotación externa de los recursos.
En las últimas décadas se ha dado un proceso de relativa descentralización a base de
autonomía municipal y órganos como los COCODES con cierto aumento de presencia
educativa, sanitaria, judicial, etc, a través de agentes intermediarios. Pero ello se ha
dado a la vez que el Estado neoliberal ha abandonado sus responsabilidades sociales, y
también se renuncia a la soberanía, la seguridad pública y el monopolio de violencia
frente a actores transnacionales diversos: desde compañías mineras y turistas a narcos,
transmigrantes o coyotes. Por estos nuevos actores, en algunos casos se llega a unas
dinámicas que ya no dependen del centro del país, sino de otros procesos globales.
Así que la paradoja de un centralismo sin voluntad –o sin posibilidades de presenciaha dado como resultado lo que O’Donell llamó “zonas grises” prácticamente en todo
el país, unas orillas que empiezan las salir de al capital. Sobre ellas queremos hablar.
No queremos caer en el lamento contra el centro egoísta –aunque claro que se valen
quejas– sino platicar, relexionar, sobre la vida cotidiana en ellas.
Primero, sobre la misma calidad de ser “orillas” del lugar en que viven: ¿Cuáles son
los elementos que son especíicos de cada espacio? ¿Qué es lo que les da su especiicidad como región dentro de la República? ¿Cuáles son las dinámicas que las deinen?
¿Cómo se viven en esos espacios los rasgos que marcan a la sociedad guatemalteca: la
diversidad cultural, la desigualdad social, el racismo? ¿Serán problemas que a niveles
locales no se dan?¿Cuáles son los problemas que hay que destacar y denunciar hoy en
día en ellos? ¿Cuáles podríamos achacar a este centralismo y cuales vendrían por otras
causas?
También interesan las formas locales y regionales del poder: ¿Cómo son las formas
en que se maneja el poder en estos lugares?¿Cómo surgen las redes de poder en estos espacios? ¿Qué tienen de históricas y de nuevas? ¿Cómo se implementa la política
estatal?¿Qué papel juegan las instituciones y delegados del Estado en sus diferentes ramas? ¿Qué son un juez o un diputado vistos desde allá, qué relación tienen con las redes
y “oligarquías” locales? ¿Qué otras fuentes de legitimidad y autoridad manejan? ¿Cómo
se hacen presentes los intereses y representantes de los grupos de poder –económico,
político, militar– nacionales e internacionales, legales e ilegales? ¿Qué capacidad tienen
de intervenir en las decisiones locales y a través de quiénes lo hacen? ¿Cómo se construyen los actores locales y regionales que buscan transformar esas situaciones, y retan a
los poderes establecidos? ¿Cuáles son sus lógicas y sus discursos? ¿Cómo se relacionan
con las iniciativas de carácter nacional e internacional?
Por último, hay que preguntarse sobre las razones de la exclusión, la ausencia de
cohesión con lo nacional, pero desde estas orillas, no desde el centro centralista. ¿Por
qué estas regiones no pueden dejar de ser orillas periféricas? ¿Por qué las agendas y
los problemas regionales no logran salir de estos espacios? ¿Se debe a una cerrazón del
centro, a una incapacidad impuesta o a visiones provincianas y localistas de los actores
políticos y sociales? ¿Qué opciones se manejan entre las fuerzas vivas de los espacios,
qué propuestas ha habido –si las ha habido- para salir de la condición de periféricas?
Nos gustaría responder en lo posible a estas preguntas a través de las palabras, la
relexión y la experiencia de tres personas que viven en tres orillas bien diferentes de esta
República, que desde hace años trabajan en ellas en aspectos diferentes, pero siempre
en contacto con esa cotidianeidad que nos gustaría retratar para poder discutir sobre lo
que signiica vivir en esa periferia de Guatemala en la que vive por lo menos la mitad de
su población.
39
José Manuel Mayorga. Calzada de la amargura. Tarjeta de visita, 2006.
El caso dE jocoTán, chiquimula
Carlos Arriola Monasterio
43
aspEcTos gEnEralEs
Hace 7 años me correspondió realizar mi
Ejercicio Profesional Supervisado Rural (EPS)
de Medicina en la zona de Jocotán, la cual
desconocía por completo y únicamente nos
daban referencia de ir a las “comunidades
postergadas”. Busqué datos de la zona, y encontré algunas cosas como estas:
Situada en la región oriental de Chiquimula
a 200 kilómetros de la Ciudad de Guatemala,
entre los 4º 45´47” y 4º 49’8” de latitud
y 89º 25’50” de longitud. La extensión territorial del área Ch´orti´ es de 762.75 km2, de
los cuales le corresponde a Jocotán 284.75
km2. Limitan al norte con el departamento de
Zacapa, con los municipios de Gualán, Zacapa
y la Unión. Al sur con los municipios de Olopa y Esquipulas, al Oeste con los municipios
de San Jacinto y Chiquimula y al Este con la
frontera de Honduras. El área está situada a
50 kms. al sur de la Sierra de las Minas. Es
una región montañosa, aunque deforestada,
llamada Cerro del Espíritu Santo. Su supericie es quebrada y posee muy pocos valles. La
elevación de la zona varía desde los 300 metros SNM, a las orillas del río Jupilingo hasta
los ,57 metros SNM en el cerro del Nenojá.
El clima de la región es considerado sub tropical, con temperaturas promedio de 30º C. Se
distinguen dos estaciones climáticas al año,
invierno y verano, cada una con un tiempo de
6 meses. Por lo árido de la región y la defores-
tación constante de la zona la precipitación
pluvial cada año va en disminución, lo cual
genera en la zona condiciones desastrosas
para la agricultura.
Al terminar de leer la información recabada, pues me di cuenta que me había quedado
exactamente igual que al principio, ya que no
había nada sobre las personas, sobre su forma de vivir y su comportamiento, y aunque
existían libros como el de Rafael Girard, con
una gama extensa de descripciones sobre los
Chortíes, no tenía en ese momento el tiempo
para leerlo, y con lo poco, por no decir nada
de lo que sabía de la zona, emprendí mi viaje
un 8 de agosto de 990.
Al llegar a la zona lo primero que encontré
fueron dos instituciones de la Iglesia Católica,
un Colegio y un Dispensario. Yo trabajaría en
el Dispensario, al cual luego de ofrecerme un
vaso de limonada me trasladaron a toda prisa,
ya que tenían un mes de no tener médico.
Fue una cosa realmente sorprendente, entrar a una sala de hospital rústica, con más de
40 niños desnutridos y muchos de ellos acostados en el piso sobre petates, eran cuadros
de desnutrición que sólo había leído y visto
en fotografías. Saludé y encontré a tres enfermeras, las cuales con facciones muy serias se
dirigían a los niños, y sin la menor intención
de amabilidad hacían su trabajo.
44
Al día siguiente tuve mi primer día de consulta, donde vi o sería mejor decirlo, me vieron 40 pacientes, ya que a pesar de estar en
Guatemala no entendía los barbarismos con
los cuales me explicaban su sintomatología, y
me pasé más el tiempo buscando a la enfermera para que me ayudara a traducir lo que
me querían decir. Me di cuenta que la semiología de “suros” aquí en Jocotán se había perdido y tenía que encontrar un método común y
cotidiano para entendernos mutuamente.
Recordaba con mucha precisión los consejos de mi padre diciéndome: “¡ahí tenés cuidado, esa gente es machetera, no entiende y
todo lo solucionan a golpes¡ por eso es que
están metidos hasta allí.”
Me dedicaba por las tardes a pasear por el
pueblo, visitar la plaza y hacer amigos, con
los que comencé a jugar al fútbol, la única
distra- cción de todos los domingos, cuando
se reunía gente de las aldeas y del pueblo.
De este modo fui logrando conocer algunas de
las interioridades de las personas de Jocotán,
que de otra manera no se consigue obtener,
pero que hoy me permiten compartir desde
otra óptica.
Jocotán está situado a 200 kilómetros de
la Ciudad de Guatemala y a 23 de la cabecera departamental de Chiquimula, localizado
en lo que han denominado en las últimas dos
décadas, “la región Chortí”, situación que ha
obedecido a una clasiicación clasista. De los
once municipios de Chiquimula, siete componen la “región Perla”, nominada así por
su creciente y pujante comercio, sus mejores
condiciones de vida y sus disminuidos indicadores de mortalidad infantil y materna. Por
otro lado, la región Chortí, compuesta por los
municipios de Jocotán, Camotán, San Juan
Ermita y Olopa, la cual se caracteriza por ser
eminentemente indígena, tienen precarias
condiciones de vida e indicadores totalmente
adversos al desarrollo social tales como, una
tasa de analfabetismo de 65 %, una mortalidad infantil de 56 x 000 nacidos vivos y
una mortalidad materna de 26 X 00,000
nacidos vivos. Al igual que en el resto del país
existe un bajo ingreso económico estimado en
Q 0 diarios. Estos elementos han hecho que
el informe de desarrollo humano del 2005 coloque a la región Chortí como la de más bajos
indicadores, con una ponderación de 0.38.
Históricamente a Jocotán se le ha denominado la cuna de la raza Chortí y ha sido el
centro del comercio de la región. Tiene una
población sumamente desperdigada y organizada a la vez en 32 aldeas y 5 caseríos que
dan cabida a más de 5 mil habitantes, de
los cuales únicamente 8 mil viven en el casco
urbano. Una parte de la población puede vivir
tan cerca del casco municipal como a escasos
0 minutos, pero la gran mayoría, se encuentra a más de dos horas en camino de terracería
y que sólo pueden transitar los vehículo.
El casco urbano ha tenido un crecimiento
desmedido y desorganizado en los últimos
diez años como consecuencia de las precarias
condiciones de vida en el área rural. La población ha sobrevivido únicamente gracias a una
agricultura de subsistencia, siendo el maíz el
único alimento por el cual se debe luchar y
trabajar. La agricultura depende totalmente de
la lluvia y se realiza una sola cosecha al año.
El resto de tiempo existe una fuerte migración
a las incas cafetaleras de La Unión, Zacapa
o Esquipulas o bien a incas de El Salvador a
sembrar frijol.
Estas migraciones laborales trabajan en las
peores condiciones de explotación, donde se
les paga a Q 5 el jornal más la comida, consistente en frijol y tortilla los tres tiempos. Los
campesinos hacen períodos de migración que
no exceden los 20 días. Normalmente dejan
a la familia con una reserva alimenticia reducida, sin dinero líquido y con alto riesgo de
que la población infantil se enferme y hasta
muera.Donde las madres no pueden llevar a
sus hijos a un centro asistencial, por que no
tienen dinero y por que a la mujer siempre se
le ha vedado el derecho de ir al pueblo, ella
siempre debe de estar atenta a las cuestiones
del hogar.
Todas estas características marcan muy
bien la desigualdad social, la discriminación y
la explotación, situación que se hace más grave cuando se es de una zona rural, periférica
y más si se le agrega ser indígena. Las diferencias son tales que puede constatarse que
en las carnicerías del pueblo existe carne para
las personas de las aldeas y carne para las del
pueblo. Los servicios de salud atienden prioritariamente a las personas del pueblo, dejando
de último a las que vienen de las aldeas. Se
llega al extremo que en la misa hay lugares
en las primeras bancas que se destinan a las
personas del pueblo, marcando con esto toda
una discriminación social y étnica.
desigualdad social, etc. van haciendo que al
cerrar los eslabones se torne un círculo vicioso que haríamos la pregunta de siempre, más
cuando no tenemos respuesta, ¿que fue primero, el huevo o la gallina? Y vemos que el
ausente es el Estado neoriberal, que ha recargado sus obligaciones en las organizaciones
no gubernamentales, sosteniendo estas que lo
privado es mejor que lo público y siendo así
cómplices de debilitar más al gran ausente.
En muchas oportunidades se discute que
también existe una responsabilidad cultural,
y que esa cultura de machismo, de conformidad, de sumisión trae sus raíces desde la
historia de la conquista. Sin embargo si somos
críticos con nosotros mismos y objetivamente
analizamos y nos preguntamos ¿ por que si hay
zonas que han despegado?, principalmente la
zona central, es por que allí ha habido apoyo, inversión, pero por sobre todo un esfuerzo
grande de educación, lo que ha permitido que
la cultura se mantenga, se fortalezca y se engrandezca, sin necesidad de cuestionarse cuál
es mejor que otra, y que en lugar de un revanchismo irónico se convierta en un espacio de
convergencia de identidad cultural, situación
que aún está muy lejos de observarse en las
zonas periféricas.
rElacionEs
Muchos de estos problemas obedecen al
centralismo. El Estado Central que ha olvidado sus obligaciones con estas áreas postergadas, si se hace un análisis más profundo,
ninguna de estas cosas se pueden separar,
ya que si se buscara una cadena de causalidad, vemos que los eslabones de analfabetismo, baja autoestima, ignorancia, poca o nula
participación social, discriminación, pobreza,
dE
podEr
Obviamente las condiciones mencionadas
anteriormente generan una desigualdad social
y por lo tanto marcan las relaciones de poder.
Existe en la zona como un recuerdo muy vago
en algunas personas los consejos de ancianos
o los castigos impuestos a través del derecho
consuetudinario. Sin embargo se recuerdan y
se viven con más intensidad tres poderes.
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El primero de ellos, de manera muy sutil, la
iglesia. Ejerce su poder a través de sus estructuras de delegados de la palabra, catequistas
y legionarios, que han marcado una actitud de
conformismo, de resignación en las personas,
dejándolo todo en manos de Dios, y haciendo
válida la frase “Primero Dios”, convencidos totalmente que a través de su pobreza obtendrán
la gloria, no importando para esto que mueran
sus hijos de hambre o que por negligencia ya
no quieran asistir a un centro asistencial por
que es la voluntad de Dios. Este discurso hasta hoy en día obliga y limita la participación
ciudadana, incluso en la diócesis de Zacapa
y Chiquimula hicieron referencia a que nadie
que participara en política podría cumplir sus
cargos de la iglesia a menos que renunciara
temporalmente, situación que la mayoría no
aceptó, ya que los marcaría de “mal vistos”
dentro de la comunidad por haber participado
en política.
El segundo ha sido el poder de los comisionados militares. Cuando que llegué a la zona,
todavía se vivían los tiempos en que llegaban
los camiones del ejercito los días domingos a
reclutar forzosamente a las personas para llevarlas al destacamento militar ubicado en el
Departamento de Zacapa. Este reclutamiento
era favorecido por el comisionado militar, persona a la cual el ejercito otorgó mucho poder,
ya que según cuenta la gente y luego lo conocí,
esta igura tenía el poder de comprar terrenos,
por no decir de quitarlos, de llevar cuantas
mujeres quisiera, no importando si estas eran
casadas o no, y lo peor de todo, hasta desaparecer personas, ya sea por quedarse con
la mujer y la tierra o bien por señalamientos
injustiicados y malintencionados, generando
con esto una igura de temor y de poder.
Todavía recuerdo a un jefe de comisionados
que luego de la irma de los Acuerdos de Paz
abrió una cantina en el pueblo, en su casa.
Yo vivía al lado suyo y a pesar de que él ya no
desempeñaba el cargo la gente le tenía mucho
temor, cuando los clientes se emborrachaban
los echaba a la calle a empujones, les quitaba sus bolsas y el machete, al parecer se los
entregaba al día siguiente, pero fuera de eso
seguía manteniendo una cuota de poder en
los campesinos, quienes le vendían el frijol y
el maíz a un precio más bajo que lo que se
compraba en las tiendas, y mucha gente lo
buscaba para que le ayudara a resolver conlictos en su comunidad.
El tercer poder, que ha sido denominador
común en nuestro país, es el poder económico, donde se hace una marcada clasiicación
entre la gente pobre y la pudiente, y donde
esta última a través de su poderío económico
discrimina al resto de la población.
Muchas de las personas que han mejorado
su situación económica ha sido por esfuerzo
propio, por esmero y dedicación al trabajo.
Luego de pasar muchos años y de adquirir
buena posición económica se les olvida como
empezaron y se aprovechan del pequeño productor para comprar a bajo precio y así continuar la cadena de la explotación.
Este poder económico por no incluir la fuerza no se visualiza como poder, sino como una
astucia de la gente que sabe hacer negocios y
que por eso “Dios lo bendice”.
Pero todo este panorama es parte de la
historia cotidiana del pueblo, la cual va cambiando y modiicándose al mismo tiempo que
surgen los cambios en la política nacional.
Ejemplo de ello es cuando surgen las leyes de
descentralización y de los consejos de desarrollo, donde se creó la igura del COCODE, la
cual, dentro del marco de la ley es una igura muy buena y necesaria. Pero aquí otra vez
comienza el problema, ya que estas personas
miembros del Consejo Comunitario de Desarrollo son puestas a “dedo”, no son electas
democráticamente, sino que al servicio de la
estructura municipal en aras de consolidar la
plataforma política de cara de los procesos
electorales, convirtiéndose entonces estas personas en grupos de poder, no de servicio ni de
gestión de las necesidades de la comunidad,
ya que como se puede apreciar en la mayoría
de las comunidades, son los integrantes del
COCODE y sus familias los únicos favorecidos
con regalías, ni siquiera proyectos.
Estas regalías les marcan dentro del ámbito
comunitario como un grupo privilegiado, que
además tiene un acercamiento estrecho con
las autoridades y por lo tanto comienzan a
tener cuotas de poder a través de la presión
y la manipulación, tal como se pudo observar
en el último proceso electoral, donde los
COCODE manipularon fuertemente a la población haciéndole ver que si no votaban
por la autoridad actual para su reelección
se perderían las obras y las que estaban
comenzadas no se inalizarían, por lo tanto
era necesario y sería culpa de ellos que se
perdieran los proyectos.
como se ha jugado y se sigue jugando con la
ignorancia de las personas, cómo las diferentes cuotas de poder se utilizan para favorecer
intereses particulares anteponiéndolos al bien
público, entonces se vuelve a la interrogante
¿cómo se puede considerar que un pueblo en
la periferia, analfabeto, manipulado, indígena y ahora amenazado y haciéndolo culpable
pueda salir del subdesarrollo?
Vale la pena volverse a preguntar, ¿a quiénes deben recurrir estas personas, si sus representantes –que no son legales ni legítimosno los apoyan? Es aquí donde se iniere que
no existen más iguras políticas y sociales a
las cuales acudir, los jueces son para arreglar
los problemas, máxime si hay peleas, los diputados son los que dan el “pisto para que gane
el alcalde” y las demás iguras ni se conocen
y tampoco se interesan en pueblo.
ausEncia
dE
cohEsión
Todas estas situaciones descritas han propiciado un clima de exclusión, pero lo que podría ser peor aún, muchas de las personas de
Jocotán, principalmente las del área rural, ni
siquiera se sienten o saben que son periferia,
y mucho menos que hay un centralismo marcado y férreo que no ha favorecido al desarrollo de estos sitios.
Ahora además de manipulados, los pobladores también son culpados y hasta amenazados por no votar correctamente por la persona
que ellos están apoyando.
Para conirmar un poco todo lo anterior,
quiero compartir muy brevemente la última
experiencia política vivida en el municipio que
vedó por completo la posibilidad de ir abriendo brecha y dejar de ser orilla.
Y cuando se ve todo esto, vuelvo al punto que mencionaba en párrafos anteriores,
Me postulé para alcalde de Jocotán, después de 7 años de vivir y trabajar en y por
47
48
Jocotán, con el deseo de brindar toda una experiencia de trabajo y de formación académica al servicio del pueblo y reducir la brecha
de injusticia social, principalmente para la
población postergada. Se hizo una campaña
ética y profesional, contando con un plan de
desarrollo integral plasmado en un documento
de casi 50 páginas, que recogía la experiencia y aporte de muchas personas de diferentes disciplinas, producto de muchos talleres y
que habían quedado en las memorias de los
mismo, pero que hoy se les daban vida para la
construcción de una agenda de trabajo coherente y que partía de la realidad.
Con esa herramienta se llegó a todas las
comunidades, a las poblaciones más lejanas
y aisladas y considerando tener un grado de
aceptación considerable por ser una forma diferente de hacer política y sobre todo propositiva y constructiva.
Cada día eran más las personas que nos
atendían y llegamos a tener más de ,800
ailiados, líderes y lideresas de todos los sectores, con toda una estructura organizada para
el día de las elecciones, con 55 iscales de
mesa titulares y 30 suplentes, en in, todo un
montaje para ganar las elecciones. Llegó el
día y la sorpresa desde las primeras horas de
la mañana que solo teníamos 20 iscales, los
otros 35 se habían ido con otro partido por
que les daría Q 300 por el día, ya no teníamos
suplentes por que de igual manera les brindaron dinero.
Se pagaron los votos entre Q 00 y Q 300
cada uno, votantes de otros lugares, cédulas
a menores de edad y muertos votando, el resultado un cuarto lugar con 795 votos y el ganador 3,400.
Con esta situación, ahora que las aguas se
calman, recuerdo como muchos líderes me decían, el mero día se sabrá quien es el ganador,
por que justamente la historia de los procesos
electorales en nuestro país ha sido así. Se le
ha mentido tanto a la gente que pierde toda
capacidad de visión de salir de la periferia y
preiere el regalo o el pago de un día, aunque
la miseria lo consuma cuatro años más.
Ahora también entiendo que los planes de
gobierno local, departamental y nacional no
tienen ninguna coherencia y nunca existirá
adhesión entre uno y otro, ya que los intereses
son bien claros en cada uno de los sectores.
También entiendo por que a la gente no le
importa la igura del diputado o del juez, ni
siquiera la del presidente, preieren la igura
del candidato, que es el que si alimenta sus
vanidades en un día, aunque el resto del período estén sumergidos en la miseria de ser
periferia.
Pero no cabe duda que todo esto es parte
de un proceso histórico que se pudiera pensar
que está estratégicamente diseñado precisamente para que todas aquellas iniciativas de
hacer cohesión con las decisiones centralistas
se trunquen, ya que así siempre será más fácil la manipulación, máxime en un país altamente analfabeto, entonces si tiene cabida el
refrán que dice: “en el país de los ciegos el
tuerto es el rey”
la rEgión pETEnEra: rElacionEs dE podEr
EnTrE El dEsarrollo, consErvación y
gobErnabilidad
Rosa María Chan
49
Se me ha pedido compartir un poco, algunas relexiones sobre las formas de vivencia
en el departamento de Petén, a partir del conocimiento y la experiencia local, dentro de
un marco de las estructuras de poder tanto
centralizadas desde la ciudad capital como
también a partir de las propias estructuras
locales y cómo estas afectan el desarrollo y
la conservación de la biodiversidad en el departamento.
pETén…
Este tema me parece interesante, dado que
nos lleva a relexionar sobre las tendencias
socioeconómicas y políticas desarrolladas en
los últimos años, en el que se han establecido
las plataformas estratégicas para una economía neoliberal, en el que se ven afectados no
sólo la mayoría de la población por la presión
y exclusión sino también la biodiversidad y los
recursos culturales que se encuentran en esta
región.
Petén, el departamento mayor de Guatemala, conforma la tercera parte del territorio,
demuestra un típico caso de una región rica
en biodiversidad, que posee la mayor concentración de vestigios arqueológicos monumentales de la cultura maya clásica en el país,
algunos de los mayores yacimientos de petróleo comercial, los humedales más grandes de
Centroamérica, dentro de un contexto de pobreza socioeconómica para la mayoría.
Mi participación se enfocará en tres etapas:
Dada la magnitud de su territorio, más la
necesidad de buscar salidas a las presiones
agrarias en el resto del país, a través de la
Constitución de la República, se contemplaba
un artículo especial para referirse a la importancia de integrar al departamento de Petén al
resto de la dinámica de la nación, y así mismo
aparecía en la primera Ley de los Consejos de
Desarrollo en 988. La reforma de esta ley, ya
excluye el artículo referido.
1. Deinición de los elementos especíicos que
describen la región y sus dinámicas, a partir
de un Petén como mito hacia la realidad.
2. Cómo las estructuras de poder locales responden a un interés centralizado.
3. Cuáles son las razones de exclusión y desinterés de descentralización.
un miTo o rEalidad
Cuando se habla de Petén, se conoce de
una región inicialmente salvaje como la describe Virgilio Rodríguez Macal en su novela
“Guayacán”. Esa región selvática y casi despoblada ha quedado en la historia y en los recuerdos de los ancianos y ancianas, quienes
descendieron de una cultura que se desarrolló
a base de la existencia de la biodiversidad.
Hubo estrategias de colonización para Petén, no sólo a inales del siglo XIX sino también
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a mediados del siglo XX. Estas fueron diseñadas no sólo para colonizar al departamento,
sino para explotar los recursos naturales de la
región y una puntual para establecer barreras
humanas en la ribera del río Usumacinta y así
evitar la construcción de una hidroeléctrica
por el gobierno mexicano.
Por muchos años, el departamento, ha sido
excluido de programas de desarrollo, ha sido
una región de escape para disminuir presiones
de otras áreas del país, además de concentrar
interés de las élites de poder militar y de la
élite oligárquica. Estas se han enfocado en
concentración de tierras en grandes incas, el
petróleo, el aprovechamiento forestal y a partir de mediados del siglo XX el turismo basado
en Tikal como destino.
Luego de más de medio siglo, sigue el mismo interés, solamente que con estrategias
planiicadas desde hace casi 30 años, por el
poder fuera de Guatemala y las élites socioeconómicas del país, enfocadas nuevamente en
la concentración de la tierra a través de las
grandes incas destinadas para el ganado vacuno y la palma africana, el aprovechamiento
forestal, el petróleo y turismo.
Se olvida que día a día el departamento
que presentan como uno de los pulmones de
América, por sus extensiones de selva tropical, está recibiendo una fuerte cantidad de
migrantes que por la situación socioeconómica y política que vive el país, van buscando
en Petén un pedazo de tierra para asegurar
la productividad agrícola para el sustento de
la familia, o en algunos casos van huyendo
de ciertas amenazas que tienen en otras áreas
del país.
La apertura de la carretera que conduce de
Río Dulce hacia la cabecera departamental,
abrió el espacio para las migraciones de otros
departamentos hacia Petén, especialmente de
la zona de Oriente, Izabal y el sur de Guatemala. Las migraciones Q’eqchi’ que se están
dando desde las Verapaces, la franja transversal del norte, migraciones internas del sur
de Petén hacia el norte, el reasentamiento de
pobladores desplazados y la apertura o mejora de caminos a lo interno del departamento, provocan el establecimiento de distintos
asentamientos humanos en diferentes áreas,
sin mayor control.
Esta situación desordenada está provocando mayor pobreza tanto en la población como
en el área. No se puede olvidar que esta migración más el crecimiento demográico que
se está observando, se está dando dentro de
un área que posee el 65% de su territorio declarado como área protegida.
Los programas y proyectos que se están
desarrollando no responden a una agenda en
común, y demuestran una debilidad institucional por falta de una gestión estratégica con
una visión de desarrollo sostenible que vincule a toda la población. No se retoman las
propuestas locales, pero cuando aparecen iniciativas interesantes, se toman sin consultar,
plagiando las ideas o concepciones de la gente local, sin darle luego el crédito o beneicio
a los autores intelectuales.
EsTrucTuras
y cEnTralización dE podEr
La situación que se observa en Petén, presenta una competencia entre:
• Desarrollo sostenible versus desarrollo
empresarial de individuos o agrupaciones
de otras áreas del país o extranjeros
• La falta de valoración de los esfuerzos
locales versus el aprovechamiento por
la falta de información, conocimiento y
acceso al poder
• Educación, conocimiento y disponibilidad inanciera versus pobreza
• Presencia institucional y participación
versus imposición
• Trabajo en áreas focalizadas y consecución de trabajos por reacción versus visión estratégica de largo plazo.
Estas limitaciones se relejan en la toma de
decisiones y en la diicultad de la población
local en hacerse escuchar. Se observan acciones de personalización del poder y dinámicas
clientelistas, facilitadas por la disponibilidad
inanciera y por el estatus político. Aún no
se ha llegado al nivel de respeto a la diversidad y menos a una costumbre de diálogo
entre diversos actores, al fortalecimiento de
la autonomía municipal, como gobierno local
y mucho menos al respeto de las organizaciones de base, que poco a poco van surgiendo
en el contexto, lo cual si otro fuera el caso
podría promover una mayor cohesión interna
y mayor claridad sobre su propia visión de desarrollo, por encontrarse en el área apegado a
su realidad lo que nos lleva a una ausencia del
Estado de Derecho.
Actualmente, Petén tiene dos municipios
que han sido declarados como los lugares de
mayor ingobernabilidad y de criminalidad en
el país: Sayaxché y San Benito. Ha crecido el
crimen organizado, el narcotráico, el vandalismo y la proliferación de maras.
No se ha fomentado como debiera desde la
institucionalidad, la formación de los Consejos Comunitarios de Desarrollo, ni se respetan ni conocen las formas de organizaciones
tradicionales, ya que esto de alguna manera
promueve la participación y la toma de decisiones de forma más concensuada. A partir de
este gobierno, la forma de manejo del Consejo Regional de Desarrollo, se ha centralizado
privilegiando la agenda de un grupo que se
mantiene en el manejo de las instituciones y
que no representa los intereses comunes de
la sociedad.
Esto es parte de los resultados históricos,
se ha establecido un poder centralizado, en el
que se ha despojado a las autoridades locales
y tradicionales, limitando el pensamiento y la
declaración de la población sobre su propio
desarrollo.
Si vemos atrás, Petén y su población han
sido objetos, no sujetos. De esta forma también se rompe una identidad y desaparecen
las autoridades tradicionales imponiéndose la
cultura occidental.
La estrategia de colonización del FYDEP,
establecida a mediados del siglo XX, desencadenó una colonización desorganizada y masiva sin un verdadero desarrollo, destruyendo
así el sistema de tenencia, las estrategias de
adaptación tradicionales y patrones de vida
comunitaria local, favoreciendo a las familias
pudientes que no vivían en Petén. De esta
manera se ratiican las políticas de exclusión
campesina iniciadas por el régimen liberal de
Barrios, un siglo atrás.
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A partir de su liquidación en 986, se inicia
un proceso de descentralización, sin embargo,
aunque en esta fecha comienza el impulso de
un proceso democrático, es hasta en el año
2002 que se promulga la Ley General de Descentralización y se establecen nuevas instituciones entre las que se destacan el Consejo de
Desarrollo Urbano y Rural.
En 990, el gobierno convierte el área de
Reserva Forestal establecida por el FYDEP en
Reserva de Biosfera Maya, con algunas variantes en su polígono, sin tomar en cuenta a algunas comunidades que ya habitaban dentro
de esta área.
El espacio para la participación de las municipalidades no se ha facilitado ya que como
poder local deberían estar involucrados en el
manejo de sus territorios. Por el contrario, se
fueron recibiendo actores externos para desarrollar y ejecutar los programas y proyectos
establecidos con fondos de cooperación enfocados al fortalecimiento institucional y a la
conservación de la biodiversidad, ya que el gobierno manifestaba que en Petén, no habían
capacidades técnicas.
El inicio del siglo XXI marca una inestabilidad en todo el contexto, y un debilitamiento
en la democracia que había iniciado con el
gobierno de Vinicio Cerezo, dando paso al estado de ingobernabilidad que se ha agudizado
en los últimos años, partiendo del gobierno
de Alfonso Portillo. El gobierno presente ha
retomado algunas acciones para contrarrestar la ingobernabilidad en áreas protegidas
dada la vinculación de estas actividades con
el narcotráico y ganadería a gran escala. Sin
embargo esto se ha realizado sin perder su
visión empresarial y sin presentar resultados
signiicantes.
La participación de la sociedad civil local se
ve coartada por presiones políticas, observándose un fraccionamiento y apatía. Se agudiza
la ingobernabilidad en Petén, especialmente
hacia la ruta a El Naranjo y al Parque Nacional
Laguna del Tigre, presentando una tendencia
a extenderse hacia la ruta a Carmelita en el
municipio de San Andrés.
razonEs
dE Exclusión y dEsinTErés dE
dEscEnTralización
El interés principal se enfoca en el petróleo,
la madera y el turismo. Para ello es necesario preparar con anticipación, una legislación,
políticas y normativas adecuadas para facilitar
el beneicio de los interesados en su explotación y aprovechamiento, además de tener
establecido un mercado fructífero. Luego de
un siglo, la situación no ha cambiado, se ha
agregado la palma africana, no sólo para la
elaboración del aceite comestible y los derivados, sino también para biodiesel, siguiendo las recomendaciones internacionales para
Guatemala.
Históricamente ha habido una manipulación de la legislación y políticas nacionales,
un control de población para favorecer a los
grandes empresarios quienes están en el poder, no sólo ahora, sino también en el pasado.
Para ello, también ha sido necesario, colocar
autoridades institucionales que sirvan para
lograr los intereses de la cúpula. Quiere decir que la estructura elitista establecida en la
ciudad capital, baja a una estructura regional,
colocando gente que sirva como herramientas
para conseguir sus intereses. De esta forma la
planiicación institucional se consolida a favor
de una élite y que favorece al establecimiento
de un grupo ain en el departamento, replicando el mismo modelo, como una cadena de
poder.
Esta tendencia ha dividido el territorio, al
Oeste se encuentra la producción de las grandes incas de ganado y palma africana. Desde
Sayaxché hacia La Libertad, en la misma área
se encuentran los yacimientos de la mejor calidad de petróleo comercial y la concesión que
está por otorgarse al sur del Parque Nacional
Sierra del Lacandón entre La Libertad y Sayaxché. Esta ruta se une a Tabasco, México con
la ruta El Ceibo, a través de una controvertida
carretera promovida por el gobierno departamental y central junto con el gobernador de
Tabasco.
Existe en esta área otra concesión petrolera otorgada en septiembre del año pasado a
la empresa US Oil Guatemala S.A. en el sur
del Parque Nacional Laguna del Tigre, quien
estará sujeta a los beneicios de la Ley de Maquilas. Esta área contiene además la mayor
concentración de fuentes de agua.
Esta situación presiona a los campesinos,
a vender sus tierras para extender las grandes
incas. Actualmente han desaparecido varias
comunidades en el municipio de Sayaxché,
provocando que esta gente invada las áreas
protegidas, especialmente en la Reserva de la
Biosfera Maya, trayendo como efectos, más
ingobernabilidad y mayor pobreza, además de
la destrucción de la naturaleza.
Hacia el Sureste hay una creciente concentración de grandes incas ganaderas, que
integran ya la palma africana. Hay poco desarrollo turístico y se observa cada vez más
la llegada de migrantes que usan la carretera
que comunica al departamento con el resto
del país, una carretera más concurrida que la
de Sayaxché, esta última que conduce hacia
la franja transversal del norte y hacia Cobán.
La vía principal hacia Petén provocó migraciones desordenadas.
Actualmente los municipios que se encuentran en la zona se han organizado en una Mancomunidad, que es una estructura local con
excelentes perspectivas, pero aún el gobierno
central no ha fortalecido esta instancia importante que está estableciendo mayor institucionalidad y espacios de participación, a través
además de mesas de diálogo para dilucidar
diferentes temas.
El Noreste del departamento, se visualiza
como el área con mayor escasez de agua, con
tendencias a fuertes sequía. En esta área, que
forma parte del Corredor Biológico Centramericano, se han establecido las concesiones
comunitarias forestales, en la zona de usos
múltiples de la RBM. Posee la mayor concentración de vestigios monumentales de la cultura maya, a partir de Tikal y cuenca Mirador
y se perila como el destino turístico del departamento dentro del contexto Mundo Maya.
Involucra no sólo a representantes de instituciones gubernamentales, algunas ONGs internacionales, así como a grandes empresarios
como la Asociación de Amigos del Patrimonio la cual está conformada por la Fundación
de la Ruta Maya, Fundación Paiz, Asociación
para la Protección del Patrimonio Natural y
Cultural, Fundación Aventuras Mayas, organizaciones formadas por el sector empresarial
de Guatemala (miembros del CACIF).
En esta área se muestran dos corrientes del
turismo, una casi invisibilizada, con un es-
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quema de sobrevivencia de las comunidades
locales, en las que predomina la necesidad de
una alternativa económica basada en el turismo ecológico cultural. En ella se integran sitios que por su ubicación geográica e historia
llaman la atención como San Miguel Tayazal,
el cual no ha recibido cooperación externa alguna.
La segunda corriente y la más fuerte, es
la de un turismo masivo o de enclave, aunque aún no ha llegado a ese nivel como se
maniiesta en Cancún. A nivel internacional,
y avalado por el gobierno guatemalteco, se
promueve un sistema que busca desarrollar el
área a través de grandes empresarios y transnacionales.
Este sistema de desarrollo económico demuestra el dominio empresarial, que lejos de
apoyar al desarrollo comunitario local, beneicia una visión neoliberal, fomentando la atracción de la inversión de capitalinos y extranjeros donde no existe la competitividad de la
micro y pequeña empresa, nada más que para
el fomento y la creación de empleos para la
gente local, quienes aunque sean los pobladores, no podrán ser dueños de sus propias
empresas sino más bien los trabajadores de
éstas.
Esta situación fomenta la concentración de
la riqueza en la élite económica y el incremento de la desigualdad y exclusión social.
Aunado a las necesidades causadas por los
niveles de pobreza, el turismo en el país, ya
no provee las principales divisas, sino más
que éstas vienen de las remesas familiares,
además debilita la cultura intangible, ya que
se folkloriza la cultura misma.
conclusionEs:
En los últimos años, Guatemala ha fortalecido sus políticas impulsadas por las leyes
de descentralización y de participación. Estos
escenarios, han sido una aproximación a la
democracia. Sin embargo el proceso ha sido
lento, dada la limitación educacional, organizacional y disponibilidad política de las instituciones, ya que continúan los procesos de
ejecución de proyectos sin tomar en cuenta
una verdadera participación, desde la concepción de los mismos hasta su ejecución o toma
de decisiones.
Lamentablemente la historia de Guatemala
fue moldeada por políticas de desarticulación
y de debilitamiento de la identidad a partir de
los gobiernos dictatoriales, el conlicto armado y la educación inducida hacia contenidos
que a los gobiernos les interesaba impulsar,
restringiendo de alguna manera la creatividad
en el pensamiento de los guatemaltecos.
Esta situación ha provocado una sociedad
mayoritaria con falta de motivación, miedo y
desconianza en organizarse y en participar en
empresas de desarrollo o conservación vinculadas al gobierno, ya que la realidad por muchos años fue todo lo contrario. Por lo tanto
es importante iniciar la reconstrucción de una
sociedad, a través de dinámicas participativas y educativas, rompiendo los esquemas
del pasado, estando ahora en una etapa de
transición que implica una compleja reorganización del aparato del Estado, así como también cambios profundos en la cultura política
dominante.
huEhuETEnango: incorporación y
globalización dE las pErifErias
Megan Thomas
55
Varios elementos particulares emergen de
la relexión sobre los rasgos característicos
de Huehuetenango, departamento ubicado
en la frontera noroccidental de Guatemala
con México. Entre sus particularidades resaltan su gran diversidad geográica y sociocultural, con continuidades desde y hacia
departamentos vecinos y México, así como
su larga frontera con ese país y el impacto
profundo y generalizado de la migración en la
vida de su población. Pero las características
particulares del departamento no signiican
que su vida cotidiana sea radicalmente
diferente a la del resto de Guatemala, sino
más bien que la misma transcurre sin que el
centro preste mayor atención y que, más allá
de la región misma, pocos tienen idea de lo
que allí ocurre.
La población de Huehuetenango sigue
siendo fundamentalmente rural y mayoritariamente indígena, con predominio de mujeres
y abrumadoramente joven. En una población
que el Instituto Nacional de Estadística, INE,
estima en más de un millón para 2007, unos
670,000 habitantes son indígenas y alrededor
de 700,000 habitantes son menores de 25
años. Las estadísticas también indican que
cerca de un 75% de la población habita en
el área rural, en comunidades de menos de
2,000 habitantes.
Huehuetenango es un territorio atravesado
y marcado por los Cuchumatanes en el centro
y norte del departamento, cadena montañosa
que continúa hacia el vecino departamento de
Quiché. Desde la epoca precolombina, estas
alturas han sido habitadas por una diversidad
de comunidades lingüísticas, como lo son
los Q´anjob´al, Poptí, Akateca, Chuj y Mam.
En la región colindante con el Quiché habita
también población de habla Kiché, así como
los Awakatecas y Chalchitecos. El sur de Huehuetenango comparte con el departamento de
San Marcos la topografía de la Sierra Madre y
la población Mam. En un rincón entre ambos
departamentos habita la pequeña población
de habla Tectiteca.
Si bien el 65 % de la población es indígena,
este dato no evidencia la alta segregación que
existe en el departamento: en veintidos de los
32 municipios, más del 80% de la población
es indígena, y en 5 de éstos los indígenas
constituyen arriba del 95% de los habitantes.
Así, la mayoría de la población Maya del departamento habita en municipios y comunidades étnicamente homogéneos. ¿Pero qué signiica el que en Huehuetenango existan tantas
comunidades lingüísticas diferenciadas? Si
bien es común que líderes y activistas se identiiquen como Mayas, entre la mayoría de la
población indígena pareciera seguir privando
la identidad territorial y lingüística: Eulalense (de Santa Eulalia) y Q´anjob´al, y Jacalteco
y Poptí, Mam de Colotenango, Todos Santos,
etc. Por otra parte, idiomas que se entienden
entre sí en la actualidad se distinguen como
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comunidades lingüísticas diferenciadas, como es el caso del Q´anjob´al y el Akateco, o
bien del Awakateco y el Chalchiteco. Estas
distinciones pueden ser apreciadas como reconocimiento oicializado por la Academia de
Lenguas Mayas, ALMG, pero también como
creciente fragmentación y particularismo. En
el caso de Aguacatán es evidente este último
rasgo, pues desde hace casi una década se
han exacerbado tensiones entre Awakatecos
y Chalchitecos en base a fricciones históricamente determinadas en los ámbitos económico, político y religioso, pero que se expresan
como contradicciones intra-étnicas, maniiestas en la arena electoral.
Por su parte, la población no indígena
constituye más del 75% de la población en
los municipios de Huehuetenango, Chiantla,
La Libertad y Cuilco, y más del 50% de la
población en otros cinco municipios como
Malacatancito y Tectitán. En los municipios
de población mixta, la segregación tiende a
presentarse entre lo urbano – predominantemente ladino, y lo rural– mayoritariamente
indígena, o bien entre comunidades rurales
étnicamente homogéneas. Si bien Huehuetenango posee una población altamente diversa,
en la vida cotidiana los diferentes grupos conviven poco entre sí.
Una constatación ineludible es que el Huehuetenango que emerge del conlicto, que se
viene conformando en la década transcurrida
desde la irma de la paz, es una región donde
la vida cotidiana ha cambiado notoriamente.
En casi todo el departamento se han abierto
vías de comunicación y han surgido medios
de transporte, incrementando el acceso que
los pobladores rurales tienen a la cabecera de
su municipio, del departamento y más allá.
La telefonía celular se ha extendido también a
todos los rincones del departamento, comunicando a los habitantes entre sí y con lugares
distantes, agilizando relaciones comerciales,
familiares y organizativas, por ejemplo. En el
último par de años se ha extendido la cobertura de servicio de internet a la mayoría de
cabeceras municipales, con el acceso que ello
implica a toda clase de información y comunicación. De manera similar, en años recientes
han surgido servicios de televisión por cable
en casi todos los municipios, con cobertura
en la cabecera municipal y algunas comunidades; esto signiica, entre otras cosas, que por
primera vez se ven los noticieros nacionales
en la televisión, mientras que anteriormente
se veía más la televisión mexicana. O sea que,
en medio de la extrema pobreza y el abandono del que tanto se habla, la población está
actualmente más comunicada entre sí y con
el mundo exterior que nunca antes.
Los servicios educativos también se han
extendido, pero el acceso sigue siendo muy
desigual entre el área urbana y la rural; mientras que en el municipio de Huehuetenango
la cobertura educativa para la población entre
siete y diecinueve años de edad está por arriba del 90%, en Chiantla, con sus vastas áreas
rurales de tierra fría y su población mayoritariamente no indígena, la cobertura apenas alcanza el 46%. En este aspecto, al igual que en
otros, en Huehuetenango se reproduce la desigualdad entre lo urbano y lo rural, el centro
y la periferia. También es notorio que tiende
a reducirse la brecha entre mujeres y varones
en el acceso a la educación, lo cual signiica, potencialmente, un cambio mayúsculo de
mentalidades y actitudes, pues las niñas ya no
son instruidas solamente en el hogar, sino que
están expuestas a inluencias y conocimientos
más amplios, que les posibilitarán oportunidades de diverso tipo en sus vidas.
Paralelamente a la extensión de servicios
educativos, se ha venido ampliando también
la cobertura de servicios de salud, aunque en
menor escala. La privatización en el ámbito de
la salud es notoria, puesto que la gran mayoría
de servicios son privados, tanto en términos
de clínicas médicas particulares como de hospitales o sanatorios. Asimismo, los servicios
públicos de salud se debilitan cuanto más
alejados se encuentran de las cabeceras; la
ciudad de Huehuetenango concentra un altísimo porcentaje de los servicios disponibles,
y los restantes tienden a concentrarse en las
cabeceras con mayor desarrollo urbano, como
lo son San Pedro Soloma, Cuilco o Jacaltenango, por ejemplo. Paradójicamente, es en las
comunidades más alejadas donde la extrema
pobreza hace estragos en la salud de los habitantes y donde sigue sin haber acceso real
a los servicios.
La vida de las personas también está cambiando mucho en cuanto a sus viviendas y patrones de consumo. La migración de huehuetecos a los Estados Unidos, y las remesas que
envían, están posibilitando la construcción de
viviendas hechas de materiales comerciales y
duraderos, como lo son el block y el cemento.
Esto no sólo cambia patrones de uso del espacio familiar – casas con más habitaciones,
por ejemplo, y cocina separada— sino que las
nuevas viviendas aparecen como símbolos de
prestigio social, de modernidad y de desarrollo. El ingreso monetario que signiican las
remesas también ha dado lugar al consumo
de alimentos procesados, comida chatarra,
ropa, muebles, medicina, aparatos electrónicos y entretenimiento en la forma de discos
compactos de música y películas pirateados.
O sea, ha habido un crecimiento notable de la
actividad comercial.
Pero, ¿qué subyace en estos cambios, aparentemente tan positivos y modernizantes?
El principal factor subyacente probablemente sea el del agotamiento de un modelo
de vida campesina, la estructura lati-minifundio, en la cual los municipios indígenas
de Huehuetenango eran una especie de gran
inca de mozos. Los campesinos minifundistas producían parte de su sustento familiar
en sus parcelas y migraban estacionalmente
a las plantaciones de café en las tierras templadas de Huehuetenango y de la bocacosta,
donde muchos inqueros huehuetecos poseen
tierras; con el tiempo, también se requirió de
esta mano de obra para el algodón y posteriormente la caña de azúcar. Actualmente ese
tipo de migración se ha reducido por diversas
razones y la necesidad de ingreso monetario
para complementar lo que se logra producir
en la(s) parcela(s), se resuelve de otras maneras: trabajo agrícola asalariado, por temporadas; migración a Estados Unidos, migración
estacional a México, albañilería, comercio,
servicios como comedores, transporte, etc.
O sea, el modo de vida en el área rural de
Huehuetenango está transitando por cambios
considerables, empezando por que ya no se
puede hablar de un modo de vida predominante, sino de estrategias de vida diversas.
Los cambios de vida alcanzan de maneras
particulares a las mujeres y a los jóvenes,
especialmente en aquellas familias en que
el padre ha migrado al norte, ya sea que
envíe remesas o que haya construido una nueva
vida familiar. Las remesas –y la ausencia del
57
esposo– empiezan a abrir espacios de libertad
personal para muchas mujeres, pero también
las hay que quedan sujetas a los suegros y
expuestas al qué dirán y a la intolerancia
social frente a mujeres adultas solas.
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En estos nuevos contextos, la mujer rural
e indígena empieza a incursionar más en los
espacios públicos y, por ejemplo, ha aumentado signiicativamente el número de empadronadas y que votan. La brecha de analfabetismo entre hombres y mujeres se ha reducido
a menos de 0%, pero sigue siendo alto el
monolingüismo entre las mujeres. Aunque
aún es considerable la cantidad de mujeres
monolingües, el incremento en el número de
niñas que asisten a la escuela está provocando cambios en esta situación. Del total de
estudiantes inscritos en el sistema de educación pública en el departamento en 2006, la
brecha entre varones y mujeres se ha reducido
a un %.
Las nuevas generaciones de jóvenes, por
su parte, empiezan a experimentar estilos
de vida cada vez más distintos a los de sus
padres, abriendo brechas generacionales que
desde hace décadas han sido características
en las sociedades occidentalizadas y económicamente desarrolladas. Estas brechas
crecientes están provocando desencuentros
generacionales que expresan con frecuencia
los mayores, tales como la condena del uso
de cierto tipo de ropa, cortes de pelo y aretes
en los varones jóvenes, por ejemplo, por considerarlo culturalmente ajeno e incluso como
indicador de pandillerismo. Actualmente los
jóvenes estudian durante más años y en números crecientes adquieren una profesión de
nivel medio, sin embargo, la economía depar-
tamental no genera empleos en las cantidades
necesarias, por lo cual muchos laboran en la
economía informal o emigran. Si bien no hay
datos precisos al respecto, entre la población
es claro que cada vez más quienes migran son
jóvenes con educación media. Quienes tienen
acceso a los recursos necesarios –tanto monetarios como de visualización de otros medios
y modos de vida- se lanzan para los Estados
Unidos. Pero los hay también que engrosan
las ilas de las pandillas juveniles que se extienden de manera alarmante y visible hasta
las comunidades más remotas, dando fe de su
presencia con las características pintas.
Por otra parte, la creciente urbanización y
consumo de bienes manufacturados empaquetados, particularmente la comida chatarra
y las bebidas procesadas, ocasiona la contaminación y destrucción ambiental de todo
tipo. La basura, especialmente los plásticos,
prolifera hasta en los rincones más apartados
del departamento.
En muchas cabeceras municipales y en la
cabecera departamental, es deiciente e insuiciente el servicio de agua potable y las aguas
servidas son vaciadas en los ríos. La contaminación por ruido alcanza niveles más allá
de los permitidos por la ley, sin que autoridad
alguna haga nada al respecto.
En cuanto a explotación de recursos naturales sin plan ni regulación, es común ver la extracción de arena y piedra para construcción
justo en las orillas de las carreteras, lo cual
si bien favorece su transporte, pone en riesgo
la infraestructura pública y a veces alcanza
dimensiones que transforman el paisaje. De
manera casi generalizada, el agua de los ríos
está siendo canalizada hacia asentamientos
poblados y para regadío de cultivos, nuevamente sin planes estratégicos ni regulación.
A simple vista es evidente que ni la infraestructura ni los recursos humanos concretamente disponibles están en capacidad de
soportar ni de resolver estos problemas. En la
mayoría de municipios, los gobiernos municipales carecen de la visión y de las capacidades
técnicas necesarias para abordar de manera
seria los problemas de agua, saneamiento y
vías de comunicación, principalmente porque
estos temas no iguran como centrales en la
política electoral. Esta situación se ve agravada por la política de desconcentración de
servicios que el Estado viene implementando
desde hace más de una década: se transieren responsabilidades a los municipios sin el
necesario acompañamiento técnico y, principalmente, sin los recursos para enfrentar los
retos.
la fronTEra porosa y la ausEncia
dEl EsTado
Nueve de los 32 municipios de Huehuetenango tienen frontera con México (Tectitán,
Cuilco, Nentón, Jacaltenango, Santa Ana
Huista, La Libertad, La Democracia, San Mateo Ixtatán y Barillas), y la frontera ha sido
desde siempre un factor en la vida de los pueblos de esta región. Esta ubicación geográica determina que en el territorio huehueteco
se expresen y se vivan situaciones fronterizas
como lo son el movimiento de bienes, mercancías y personas. Sin embargo, en el contexto contemporáneo, estas situaciones se han
vuelto críticas. Entre los factores externos inciden rasgos de la globalización, como lo son
la extensión de la frontera sur de los Estados
Unidos hasta la frontera México-Guatemala, el
Plan Puebla Panamá, y el tráico internacional
de drogas con destino al mercado de consumo
norteamericano. Entre los factores agravantes
internos sobresalen el ascenso del crimen organizado y la impunidad.
En años recientes, Huehuetenango se ha
venido convirtiendo en región de tránsito y
trasiego de migrantes que van rumbo al Norte. Más que detener a los migrantes –como
solicitan y esperan EE.UU. y México– en Huehuetenango se han desarrollado redes de servicios como los coyotes, hoteles, comedores y
transportes, a la par de la corrupción de autoridades y servidores públicos, como policías y
alcaldes, por ejemplo.
La frontera sur de Estados Unidos también
se ha extendido a los límites entre Guatemala
y México en el tema del narcotráico. La persecusión de esta actividad delictiva por parte
de las autoridades guatemaltecas en esta región es, en el mejor de los casos, ocasional. A
manera de ejemplo, un estado de prevención
decretado por el gobierno de Guatemala en
cinco municipios fronterizos de San Marcos
y Huehuetenango en noviembre de 2006,
según informaciones de prensa, resultó en
decomisos de máquinas traganíqueles y los
arrestos fueron básicamente de indocumentados. También se destruyeron sembradíos de
mariguana y amapola, arrestando a algunos
productores campesinos.
“Tras operativos en municipios con estado de prevención, los resultados no son considerables”. Noticias de
Guatemala, 22 de noviembre de 2006. En línea en http:
acj-guate.org/noticiasdeguatemala.asp?liste_id=570
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Sin embargo, no se opera contra bandas
organizadas encabezadas por personas que
todos nombran. Cuando se presenta alguna
circunstancia en que a los grandes narcos se
les encuentra con las manos en la masa, el
cabecilla escapa al cerco y los segundones
capturados salen libres al poco tiempo. Esto
se evidenció en los incidentes en El Carrizal,
zona 3 de la Ciudad de Huehuetenango, en
mayo de 2006, por ejemplo.2 Igualmente se
expresó en incidentes en La Democracia en
mayo de 2006, que llevaron a la expulsión de
la PNC de la cabecera municipal.
Más preocupante aún es la apreciación de
que cada vez más tienden a combinarse el trasiego de personas y el trasiego de drogas. Esto
pone en mayor riesgo la vida de los migrantes
y los criminaliza de manera más directa y peligrosa, pues en la mayoría de casos se trata de
personas ajenas al tráico de drogas.
El Plan Puebla Panamá (PPP), es objeto
de múltiples especulaciones y argumentaciones en el departamento, pero de poco debate
serio e informado. El PPP es una propuesta
de integración regional Centroamérica-México
planteada en términos de desarrollo sostenible. Ha corrido mucha tinta y se han realizado
muchas reuniones, pero las iniciativas llamadas “duras” del PPP son las relacionadas a
2 En este incidente, autoridades habrían interceptado un
cargamento de cocaína y quienes se conducían en el
vehículo se refugiaron en una casa en la zona 3, en las
afueras de la ciudad de Huehuetenango, misma que fue
rodeada por PNC y elementos del Ejército. El incidente culminó con el arresto de cuatro personas (supuestamente guardaespaldas y el conductor del vehículo),
mientras que el presunto capo se habría dado a la fuga
luego de, supuestamente, haber incendiado la droga.
Los arrestados salieron libres pocos días después, ocasión en la cual aprovecharon a agredir a miembros de los
medios de comunicación que cubrieron los incidentes.
la interconexión de carreteras, eléctrica y de
comunicaciones. Muchos consideran que este
plan es realmente otra extensión de la frontera sur de Estados Unidos, vía la utilización
de México para extender los alcances de los
tratados de libre comercio a lo largo y ancho
de mercados que van desde Canadá hasta Panamá. Lo cierto es que el trabajo de carreteras
se encuentra en marcha, por ejemplo con la
ampliación en curso de la carretera Panamericana y con los planes de construcción de la
carretera de la Franja Transversal del Norte,
cuyo trazo atraviesa los municipios fronterizos
de Barillas, San Mateo Ixtatán y Nentón, en el
norte de Huehuetenango.
Uno de los elementos más notorios de todo
este panorama es la virtual ausencia del Estado, lo que equivale al incumplimiento del
mandato constitucional de resguardar la seguridad de las fronteras nacionales. En el debate nacional en torno al crimen organizado ha
faltado la constatación de que el Estado no
tiene el control de las fronteras ni las regiones
fronterizas, y que éstas son tierras de nadie
donde lorecen las actividades ilícitas, muchas encubiertas e incluso garantizadas por
funcionarios públicos. Esta situación presenta la complejidad adicional de continuidades
étnicas, familiares e históricas a lo largo de
la frontera entre Huehuetenango y Chiapas,
cuyos intercambios naturales corren riesgo
creciente de ser tildados de ilegales.
dEbaTEs nacionalEs, ExprEsionEs
rEgionalEs
El rechazo a la minería de metales a cielo
abierto probablemente sea el tema que más
se debate y que más participación ha suscita-
do entre la población en el último par de años.
Prácticamente la totalidad del departamento
ha sido concesionado por el Ministerio de
Energía y Minas para la exploración minera,
concesiones que por ley deben ser notiicadas
a los gobiernos municipales para cuyos territorios se conceden las licencias. En respuesta a
estas concesiones, entre 2006 y 2007, se han
realizado consultas populares en diez municipios de Huehuetenango, con la participación
de más de 20,000 adultos, evidenciando
índices de participación similares o mayores
a la participación electoral. Sobresale el que
estos procesos han sido inanciados con recursos propios, principalmente municipales, y
que se han hecho esfuerzos por enmarcarlos
en la Constitución de la República, el Código
Municipal y el Convenio 69 de la OIT. Pasada la coyuntura electoral, actualmente se
preparan consultas en varios municipios más.
La temática también se vincula más ampliamente al debate en torno a la explotación de
los recursos naturales, incluyendo el agua y
las hidroeléctricas, así como a la construcción
de la carretera de la FTN, que atravesará el
norte del departamento.
Resulta evidente que el tema, tal y como
lo entiende la población, ha prendido en la
imaginación y los sentires de la gente, probablemente por el arraigado sentido de pertenencia territorial, lo ajeno que resulta la idea
de que el Estado pueda concesionar los recursos locales, y la casi nula experiencia con
proyectos empresariales foráneos. Asimismo,
en los procesos de concientización en torno a
la temática se funden planteamientos del movimiento Maya –como por ejemplo el concepto
de Madre Tierra, central a la cosmovisión–que
se encarnan y toman fuerza a nivel de base,
encuentran sus raíces y aterrizan.3 Igualmente
notorio es que en la consulta en San Antonio Huista, municipio de población mayoritariamente ladina, los índices de participación
son similares a los de las consultas en varios
municipios indígenas. Los niveles de interés
y de movilización en torno a esta temática son
particularmente notorios porque en Huehuetenango aún no existe ni exploración ni mucho
menos explotación minera contemporánea.
Al igual que en el tema de las consultas
en contra de la minería, en años recientes
poblaciones en Huehuetenango –mayoritariamente rurales e indígenas– se han movilizado
en torno a otros temas abstractos y globalizados. Así, otro complejo de temas, menos
debatidos y conocidos, pero que empiezan a
hacer presencia, tiene que ver con efectos e
implicaciones de las políticas en torno al maíz
en el marco del TLC, los incentivos a la producción de etanol y de medidas en torno a
la seguridad alimentaria. Huehuetenango es
el mayor productor nacional de maíz amarillo, variedad ancestral del grano y que aún se
cultiva con semillas originarias. Activistas de
ONGs basadas en la capital y que trabajan en
torno a estos temas, vienen realizando una
labor de concientización entre poblaciones a
las cuales tienen acceso, sentando bases para
luchas contra el TLC, por ejemplo, y contra
el reparto de ayuda alimentaria que contenga
maíz transgénico.
La corrupción constituye un tercer tema de
preocupación y debate, aunque en este caso,
3 En la memoria de la Primera Jornada… de CEDFOG, se
encuentran transcritas las exposiciones de Alfonso Morales y Rigoberto Juárez, inspiradores y organizadores de
las consultas, el primero en el área Mam, el segundo en
el municipio de Santa Eulalia.
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no ha suscitado movilizaciones organizadas ni
estratégicamente concebidas, lo cual llama la
atención. Entre la población, son temas permanentes de especulación e intercambio cuestiones como los contubernios entre alcaldes y
constructoras, los cobros ilícitos y casuísticos
por licencias y permisos, las contabilidades
poco claras y la ausencia de información sobre el manejo de la cosa pública. En otro ámbito, en el departamento ha surgido toda una
generación de ONG que viven de contratos
con fondos públicos para la implementación
de proyectos de diverso tipo, muchos de los
cuales carecen de solidez técnica, tienen presupuestos groseramente inlados y se ejecutan
mal y/o a medias.
Los recursos del estado que llegan al departamento por la vía del Consejo de Desarrollo
Departamental, CODEDEH, nada desdeñables, se manejan con márgenes considerables
de discrecionalidad en cuanto a procedimientos técnicos y administrativos, lo cual deja
tanto a los alcaldes como a entes ejecutores
de sociedad civil, a merced de presiones y caprichos políticos de iguras como el gobernador departamental, por ejemplo, y el gerente
del CODEDEH. Personas honestas y profesionales pueden hacer una buena labor, pero los
márgenes de discrecionalidad y el volumen de
recursos manejados tienden a atraer más bien
a quienes buscan el enriquecimiento y empoderamiento individual o de grupos de interés.
En un nivel de política institucionalizada
más cerca de los gobiernos municipales y de
las comunidades, encontramos los COMUDES
(consejo municipal de desarrollo) y los
COCODES (consejo comunitario de desarrollo). Hasta donde alcanzamos a conocer, en
muchos municipios el funcionamiento de esos
consejos dista de ser el previsto en el espíritu de la ley. Si bien existen excepciones, el
buen funcionamiento del sistema depende de
manera desmedida de la voluntad política del
alcalde, lo cual perpetúa elementos de discrecionalidad y arbitrariedad de los alcaldes,
en este caso, frente a derechos de participación ciudadana e incluso frente a los intentos de planiicación territorial desde el Estado
central.
Un efecto de haber hecho de los COCODES
prácticamente el único canal institucionalizado para que la población en las comunidades y barrios rurales exprese sus peticiones y
propuestas en materia de desarrollo, es que
se redujo a una sola instancia la organización
social oicialmente reconocida. Así, al interior
y en torno a los COCODES se concentran pugnas y controles políticos. Es frecuente –por no
decir generalizado– que los alcaldes reconozcan solamente a los COCODES que les son
políticamente aines y no tomen en cuenta a
aquellos que no lo son, por ejemplo. Este reduccionismo también incide en que a nombre
del cocode se tomen acciones que no están
contempladas por la ley respectiva, como por
ejemplo regular el transporte en una comunidad, como lo ha sido el caso recientemente en
La Mesilla, comunidad fronteriza del municipio de La Democracia.
Adicionalmente, al haber institucionalizado
los COCODES como único canal oicial para
presentar propuestas, las mujeres nuevamente
salen perdiendo. Al tener ellas menos capacidad de formulación de propuestas y de negociación, sus demandas tienden a ser relegadas,
pues no se entienden como prioridad. Por lo
demás, no tenemos conocimiento de mujeres
presidentas de COCODES. Formas comunitarias tradicionales de autoridad y legitimidad
también salen perdiendo, pues se debilitan al
no disponer de recursos ni de capacidad de
decisión sobre prioridades comunitarias.
En cuanto a los COMUDES, difícilmente se
les puede considerar funcionales. Los alcaldes se encuentran en el centro del sistema de
consejos en los municipios, y es especialmente en los COMUDES que ejercen su poder, tanto de convocatoria como de ignorar o anular el
espacio. Encontramos muchos proyectos en el
departamento que buscan construir espacios
en los COMUDES para la participación ciudadana, para sectores desfavorecidos como las
mujeres, o en torno a temas como la seguridad. El problema con estas estrategias reside
en que generalmente, los COMUDES no funcionan. Un rasgo que hemos encontrado cuando los comudes sí son convocados, es que en
vez de espacios deliberativos para debatir en
torno a los problemas del municipio y sus posibles soluciones, se han convertido en espacios para impartir información. Programas de
entidades de gobierno, de ONGs nacionales y
de la cooperación internacional, utilizan estos
espacios para informar y explicar sus planes y
programas ante una audiencia supuestamente
representativa de la población del municipio.
Estas acciones contribuyen a privar de substancia a estos espacios y a dotarlos de contenidos que no han sido decididos ni plenamente
apropiados por los pobladores del lugar. Así,
encontramos que estas instancias funcionan
formalmente, pero distan mucho de cumplir
su papel como foros de discusión, priorización
y toma de decisiones sobre los temas del desarrollo local, municipal y departamental.
El
podEr siguE siEndo poTEsTad dE éliTEs
Las formas locales y regionales de poder
han cambiado notoriamente en el período de
posguerra, siendo quizás tres los aspectos
más signiicativos: a) el mayor acceso a recursos por parte de los gobiernos municipales;
b) nuevas formas de acumulación de capital,
especialmente mediante y en torno a la migración, y de los negocios ilícitos; y c) mayor
acceso de sectores de población indígena a
recursos económicos y otras fuentes de poder.
Estos rasgos tienen sus orígenes en la transición de posguerra, pero se dan en el contexto
de tendencias globalizadas, como lo son el debilitamiento del papel regulador del Estado y
el traslado de (algunos) recursos y (bastantes)
obligaciones a los municipios, el incremento
de las corrientes migratorias desde países pobres hacia países ricos, y la reivindicación de
los derechos de los pueblos indígenas a escala
mundial.
El mayor acceso a recursos por parte de los
gobiernos municipales data de 985 y ha tenido muchas implicaciones, una de las cuales
es que actualmente hay mucho más en juego
en el poder local, pues existe la facultad de
decidir, casi de manera unilateral y soberana,
sobre el destino de los recursos disponibles:
qué obras se harán, en qué comunidades, en
qué orden de prioridad. En un contexto en
el cual la población tiende a creer que sus
condiciones de vida pueden y deben mejorar,
las obras, los proyectos se han convertido en
foco de atención, controversia y expectativas.
Adicionalmente, en muchos municipios, especialmente los de mayoría indígena, la disputa del poder municipal se da entre grupos y
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facciones de la misma etnia, pues en la posguerra se ha roto el monopolio del poder local
por parte de élites ladinas. Las tensiones políticas contemporáneas en el ámbito municipal tienen ahora mucho que ver con lo urbano
y lo rural, siempre en torno a prioridades y
expectativas. En municipios de población étnicamente heterogénea, estas tensiones con
frecuencia tienen matices de tensión ladinoindígena.
Las nuevas formas de acumulación de capital también están incidiendo notoriamente en
las formas locales y regionales de poder. Una
importante fuente nueva de acumulación reside en recursos provenientes de la migración a
los Estados Unidos, gerenciados familiarmente e invertidos con criterio empresarial. Pero
la acumulación también proviene del aprovechamiento de negocios ilícitos relacionados
a la migración, especialmente el trasiego de
personas –coyotaje-, negocio que tiende cada
vez más a combinarse con el trasiego de drogas. Es novedoso en el departamento el que
los nuevos actores de poder económico que
construyen articulaciones hacia el poder político institucionalizado, son indígenas. Hoteles, gasolineras y construcciones de lujo, son
algunos de los negocios que se rumora existen
gracias al blanqueado de dinero.
Los políticos y funcionarios públicos navegan actualmente en estas nuevas realidades.
Muchos de los actuales diputados distritales
por Huehuetenango, son gestores de obras
a cambio de votos, socios de alcaldes y empresarios de dudosa reputación y, casi sin excepción, personas que han accedido a nuevo
status social y económico mediante la política. Algunos diputados distritales, aquellos
que le ponen esfuerzo y buscan jugar este pa-
pel, funcionan como articuladores de grupos
de interés político en el departamento y de
los mismos hacia el centro. La gobernación
departamental ha evidenciado su potencial
como trampolín político desde el departamento al Congreso, como lo evidencian los
casos de Julio López (FRG) y Mauro Guzmán
(PAN-GANA-UNE). Las articulaciones delincuenciales también transitan de lo regional
a lo nacional, como por ejemplo el caso del
diputado distrital Héctor Loaiza (PAN), quien
en la capital resultó aliado con un jefe policiaco que estuvo destacado en Huehuetenango,
surtiendo de gasolina robada sus expendios en
la capital.
Resulta complicado mapear a lo que podríamos considerar oligarquía regional en el departamento, por varias razones. Los inqueros,
comerciantes y empresarios en general, no
están gremial ni públicamente agrupados, ni
actúan en el espacio público. Por una parte,
presenciamos el debilitamiento evidente de
sectores tradicionales de poder económico, o
al menos de su rol directo en Huehuetenango,
porque las nuevas generaciones han gravitado
hacia la capital y, en el caso del comercio,
porque corporaciones nacionales y extranjeras
– como Paiz, La Curacao y Elektra – han llegado a copar mercados que antes eran coto de
comerciantes locales. A la par de estos procesos se viene dando el ascenso de nuevos actores, de quienes cabe decir que en su mayoría,
se han enriquecido operando en áreas grises
de la cosa pública, en la construcción y en actividades ilícitas como el coyotazgo, el narcotráico y el contrabando. Si analizamos estas
áreas de actividad económica, todas requieren
de la intervención del Estado, sea por acción
o por omisión. Estos nuevos empresarios forjan alianzas con políticos a nivel municipal y
con diputados distritales, e indudablemente,
con los partidos a la hora de luir las contribuciones. No se evidencian mayores disputas
con sectores tradicionales, probablemente por
factores mencionados arriba y porque las nuevas áreas de acumulación son distintas y no
entran en competencia directa con sectores
tradicionales.
Pero también hay vacíos importantes de poder y participación en el ámbito departamental, como lo son la débil presencia en el espacio público de actores del movimiento Maya y
de la sociedad civil en general. Los sectores
de poder económico y político no utlizan mayormente el espacio público para negociar sus
demandas, porque no necesitan hacerlo. Las
organizaciones sociales, en cambio, incluídas
las expresiones del Movimiento Maya, requieren del espacio público como el único en el
cual pueden presentar sus demandas y hacerse oir.
Quizás donde estas debilidades se hacen
más evidentes sea en la participación en el
sistema de consejos de desarrollo. Hay poca
capacidad de propuesta, los temas de interés
no se llevan a debate, no se construyen agendas o cuando se diseñan, no se implementan.
En muchos municipios existe la percepción
–muchos insisten que es realidad—de uso corrupto de los fondos muncipales, pero no existen esfuerzos de auditoría social ni propuestas
de ningún tipo frente a estas situaciones. En
el CODEDEH, como otro ejemplo, los pueblos
Mayas de Huehuetenango ganaron nueve espacios, pero es común que no asistan a las
reuniones, y cuando llegan carecen de propuesta. Esto último, la carencia de propuesta,
vale para todo el sector de sociedad civil en el
CODEDEH, con la excepción del representan-
te empresarial. O sea, que derechos y acceso político no se ejercen, lo cual, entre otras
cosas, evidencia la ambigüedad de muchos
frente a los espacios institucionalizados, pero
también la debilidad de conceptos y prácticas
de ciudadanía.
huEhuETEnango: ¿pErifEria
dEl sisTEma?
o EngranajE
Paradójicamente, a la vez que Huehuetenango sigue pareciendo periferia, literalmente
orilla del país por su carácter fronterizo, es
una región esencialmente sistémica, donde
las cosas funcionan de acuerdo a rasgos comunes al sistema en su conjunto. Algunos
roles pueden haber cambiado –Huehuetenango ya no funciona como gran inca de mozos
en términos de surtir mano de obra para la
agricultura de exportación— pero el funcionamiento del sistema no requiere del desarrollo
regional, ni de la democracia y participación
ciudadana a nivel departamental y local. El
desarrollo y la democratización con equidad
cultural y de género, son aspiraciones y expectativas de algunos de nosotros y que están
plasmadas en los Acuerdos de Paz. Pero no
son requerimientos del sistema imperante en
Guatemala para garantizar su reproducción y
continuidad. Cabe airmar que los rasgos que
encontramos en Huehuetenango son muy similares a los que se presentan en otros departamentos: pobreza concentrada en las áreas
rurales y, de manera concatenada, en la población indígena; marginalidad en los barrios
de la capital, en el campo y en todas partes;
débil institucionalidad del Estado; nula inversión productiva o de carácter estratégico en
las áreas rurales; intensos procesos de cambio
inducidos por la globalización y el mercado,
65
66
sin regulación ni redistribución signiicativa
por parte del Estado; corrupción sistémica;
depredación y contaminación acelerada de los
recursos naturales; ascenso vertiginoso de los
negocios y poderes ilícitos; persistencia de la
segregación étnico cultural y de la marginalidad de las mujeres.
Entre los rasgos profundamente sistémicos
que propician y reproducen este estado de cosas, está el que en Guatemala, y de manera
acentuada en un departamento como Huehuetenango, no se construye ni se ejerce ciudadanía, ni pareciera haber conciencia de que
la carencia del ejercicio ciudadano sea problema. El manejo corrupto de la cosa púbica es
considerada prácticamente normal; abundan
las críticas y las quejas, pero son escasas las
demandas o medidas encaminadas a cambiar
este estado de cosas. Cierto, los estallidos de
descontento son frecuentes, pero éstas no son
acciones ciudadanas, sino que en la mayoría
de casos, devienen en acciones de violencia
colectiva.
Los entendimientos sistémicos son tanto de
la población como de los funcionarios, de los
actores locales y de los nacionales. Se entiende y se acepta que las agendas derivan de lo
nacional; la demanda es por más recursos provenientes del gobierno central, pero no es de
descentralización de toma de decisiones. Con
la salvedad de que se trata de una generalización imperfecta, pareciera que los liderazgos
de derecha y de izquierda, políticos y sociales,
indígenas y ladinos, todos ven el centro como
modelo y esperan acceder a él. La coyuntura
electoral permite apreciar este rasgo nítidamente. También se entiende que cuestionar el
estado de cosas implica el riesgo de quedarse
afuera, marginado de todo beneicio, inversión
pública, acceso a recursos, etc.
Otro rasgo que emerge al ver Huehuetenango es que el departamento, especialmente su
población, se globaliza sin tener que pasar
por una mayor o diferente incorporación cualitativa al sistema imperante en Guatemala.
O sea, se accede, se viven rasgos de punta
de la globalización directamente, sin haber
tenido que pasar por el centro. Los grandes
lujos migratorios desde el departamento hasta Estados Unidos, signiican que poblaciones
que nunca conocieron la capital de Guatemala
ni los mares que bañan las costas del país,
viven y trabajan en ciudades globales como
Nueva York y Los Angeles. Sin embargo, en
su mayoría, mantienen su rol sistémico de
ser mano de obra barata, que se convoca y
utiliza cuando se considera necesaria, se devuelve a las zonas de refugio cuando no se le
requiere. Si bien en estas nuevas situaciones
perduran esencias históricas, no por ello podemos dejar de ver los enormes cambios que
estos movimientos signiican en las vidas de
sus protagonistas. Hoy en día podemos considerar a Huehuetenango como un engranaje
periférico globalizado. Más que regionalismos
o excepcionalidades huehuetecas, muchos
rasgos que mencionamos son engranajes sistémicos en el ámbito del quehacer político, de
la acumulación de capital y de la impunidad
imperantes en Guatemala.
guaTEmala: mEmoria abiErTa.
n.6
El conflicTo armado 1954-1996
En pErspEcTiva
10 de noviembre, 2007
ParticiPantes
EdElbErTo TorrEs rivas
manolo vEla casTañEda
marina dE villagrán
Moderador
sanTiago basTos
guaTEmala: mEmoria abiErTa
El conflicTo armado 1954-1996 En pErspEcTiva
Santiago Bastos
69
prEsEnTación
La segunda mitad del siglo XX estuvo marcada políticamente en Guatemala por el
conlicto armado de tal manera que la muerte y la violencia opacaron y condicionaron
otras tendencias de este período. Tras la irma de la paz, los informes del REMHI y de la
Comisión de Esclarecimiento Histórico condensaron los análisis hechos hasta entonces
y dieron una imagen de las causas, procesos y responsabilidades que permitieron
comprender lo ocurrido. Sin embargo, desde entonces han surgido nuevos análisis de
aquellos años, que proponemos conocer y discutir para que nos ayuden a entender mejor
la realidad social y política que vivimos hoy en día.
inTroducción
La segunda mitad del siglo XX estuvo marcada políticamente en Guatemala por la
tensión entre los intentos cada vez más radicales de ciertos sectores de participar y hacer
cambios en la estructura social; y las reacciones, cada vez más brutales, del estado, para
impedirlo. También podría decirse al revés, que fue un proceso de cierre de espacios
políticos que fue llevando a la radicalización de las posturas opositoras. El caso es que
es un periodo en que la dialéctica entre revolución y represión llegó a dominar el accionar
político de tal manera que el conlicto armado interno lo ha cubierto casi totalmente. La
muerte y la violencia han opacado otras tendencias de este período.
A lo largo del mismo proceso, y sobre todo de las últimas décadas se fueron creando las
versiones que acabarían dando un entendimiento más o menos consensuado en torno a las
causas y efectos de este fenómeno político. El caso es que esta acumulación permitió que
poco después de la irma de la paz en 996, los dos proyectos de recuperación histórica
–el REMHI y la CEH- ofrecieran lo que desde entonces ha sido la versión “canónica”,
“oicial” del conlicto en este país. Han sido las utilizadas de forma “oicial” tanto por
el Estado como por sociedad civil, actores políticos y cooperación. Así, podemos hablar
de que este medio siglo comenzó con un proceso de modernización política truncado;
que hubo unas transformaciones sociales que no tuvieron su correlato en las estructuras
Los esfuerzos pioneros de los pensando en la publicación se consolidaron con los trabajos de Susan Jonas o
Edelberto Torres Rivas y se enriquecieron con otros.
de propiedad; de un estado contrainsurgente de un contexto internacional polarizado e
ideologizado, etc.
70
Sin embargo, ha pasado el tiempo, y esas versiones van mostrando sus carencias, sus
tendencias y sus vacíos. No es que no sirvieran, es que cada interpretación histórica es
hija de su tiempo con sus preocupaciones, su actores y sus cuestionamientos; y las de
de la CEH y REMHI son claramente las respuestas a las necesidades de los momentos de
la irma de la paz. Pero ya han pasado diez años desde aquello y van surgiendo formas
de interpretar esos hechos a raíz de intereses que son actuales. Van apareciendo nuevas
preguntas alrededor de los fenómenos que siempre hemos visto, a veces producidas por
miembros de generaciones cuyas vidas, memorias y sentimientos ya no están atadas a
esos hechos.
¿Qué pasó en esos años en Guatemala? Hay varios grupos de preguntas que tienen
diferentes posibles respuestas, que van más allá de las versiones a veces simpliicadas
que normalmente se manejan.
¿Qué fue lo que puso en marcha toda esta espiral? ¿Cual fue el papel del Ejército?
¿Realmente sólo fueron “guardianes de la oligarquía”, como se decía clásicamente o
manejaron sus propios intereses?
¿Cómo se puede entender el desarrollo del conlicto guatemalteco dentro del contexto
centroamericano y latinoamericano?¿Cómo fueron las relaciones entre la oligarquía y los
poderes norteamericanos ¿Cómo inluyó el contexto que se vivía en la Centroamérica de
inales de los 70? ¿Qué papel jugó Cuba en todo ello?
Hay otras respuestas que quizá no se han discutido tanto como merecieran: la clásica
quizá es la provocación de Edelberto Torres Rivas al decir que en Guatemala no hubo una
guerra civil, sino un período de conlicto con algunos episodios de guerra intercalados.
Estos nos lleva a otras cuestiones ¿Cómo se tejieron en el tiempo las relaciones entre
la izquierda armada, con la civil o política? ¿Vale esa distinción para la “izquierda
revolucionaria” frente a “izquierda democrática” o fueron otros los procesos? ¿Cómo
fueron las relaciones de las fuerzas guerrilleras y las comunidades campesinas?
La dimensión étnica del conlicto, la revolución y la represión, tampoco está aclarada.
Desde la dirigencia maya nos han puesto frente la idea de que a ellos se los usó, que
estuvieron entre dos fuegos en una guerra que no fue la suya. ¿Cuándo y dónde ocurrió
esto y cuándo y dónde se dio esa “incorporación masiva” de que se hablaba antes?
¿Cuál fue la participación política y armada de los indígenas en la revolución? ¿Por qué
la sociedad guatemalteca guardó silencio ante las masacres de los años 80 al 83? ¿El
racismo es suiciente explicación? Si hablamos de genocidio, hablamos sólo de mayas
o podemos ampliar este término a la política de muerte sistemática que no distinguió
sectores de la población? ¿Qué pasó, cómo fue la represión en el oriente del país en el
54 y en los 60? ¿Y en la costa sur?
Estas son algunas de las preguntas, cada uno puede incluir las que más le
preocupen….
Lo que queremos resaltar es que estos cuestionamientos no son ociosos ni su respuesta
es un ejercicio de erudición o auto-laceración. Muy buena parte de la situación que vive
Guatemala ahora proviene de los procesos que en su momento no se cerraron, pese a
tantas ilusiones puestas en la paz. No se pudieron transformar las estructuras de la
propiedad; ni por la fuerza ni en la paz. Continúa una violencia generalizada, el desprecio
por la vida propia y la ajena; pero también la desigualdad cada vez más grande y la
poca necesidad de las élites de hacer pactos políticos. El pasado también aparece en la
recurrencia de las soluciones autoritarias y la diicultad de la izquierda de encontrase
a sí misma y a la sociedad en el plano político-electoral; el miedo presente en muchas
comunidades y la diicultad de auto-imaginarse como actores de cambio.
Ante esta situación, un aporte que podemos hacer desde las ciencias sociales es
precisamente utilizar nuestros instrumentos en la tarea de buscar respuestas al ayer
que nos ayuden a entender el hoy. Por eso hemos querido invitar a personas que en los
últimos años han relexionado sobre lo que ocurrió en Guatemala en la segunda mitad
del siglo XX. Más que testigos o actores –que además lo son- buscamos a gente que nos
ayude a pensar en ello, a buscar matices o vetas de comprensión nuevas, rutas aún no
exploradas para entender nuestro pasado y de ahí nuestro presente…
71
Moisés Castillo. Sin título, 996.
noTas sobrE la violEncia En la guErra:
combaTiEnTEs, civilEs, irrEgularEs, inocEnTEs
Edelberto Torres-Rivas
75
“….Ya se los ordené. Si no aparecen
los culpables, maten a los sospechosos.
Y si no los hay, agarren a unos cuantos
inocentes…. El miedo nos ayuda, no lo
olviden…”
Instrucciones del Coronel Pimentel,
en San Martín Jilotepeque.
Cuando se habla de la violencia del conlicto armado, se formula por lo general una
denuncia. No se exagera, pero se caliica y en
ese acto hay una doble confusión: no se identiica bien el sujeto violentado y no se caliica
bien la violencia empleada. Interesan las relexiones de carácter teorético e histórico que
puedan aproximarnos a la noción de los efectos que produjo la violencia en la sociedad
guatemalteca. ¿Qué efectos o consecuencias
reconocibles colectivamente deja la violencia
en la sociedad? Por violencia entendemos los
daños físicos y morales causados por unos pocos a otros muchos. No importa el número de
los victimarios pero si de las víctimas, importa la intención o los propósitos.
El conjunto de violencias acumuladas en
estos años trazan una realidad que no tiene
semejanzas con nada de lo ocurrido en América Latina, en los conlictos sociales agudos,
con las dictaduras militares y/o las guerras
internacionales del siglo XX. En Guatemala
se desarrollaron diversas modalidades de vio-
lencia en distintos momentos: se inició con
programa de represión política contra la oposición de izquierda (962), sincrónico o no,
con combates propios del inicio de una guerra ‘civil’ (966/69) que intentó cobrar forma
(980/82) y derivó rápidamente a una guerra
irregular con violencia indiscriminada.
Esta, la violencia, tuvo una segunda transformación (982), dejó de ser guerra por falta de enfrentamientos y se convirtió en una
campaña de aniquilación del enemigo. Fue
una estrategia de tierra arrasada por medio de
una cadena de masacres de población civil no
combatiente, que tuvo una dimensión de violencia extrema, la aplicada con las Comunidades de Población en Resistencia (CPR). Lo
que el ejército nacional hizo contra sus compatriotas indígenas que se habían refugiado
en la montaña lo caliica como el ejército más
sanguinario de América Latina.
Con ánimo sereno airmamos que lo ocurrido con las CPR probablemente no corresponde a ninguna inalidad militar sino a la
expresión de un intersticio marginal de odio
y celo político contra los débiles y por serlos.
Las CPR reunieron a población diezmada por
los asesinatos, las capturas, el terror y el hambre; decidieron aplicar una estrategia grupal
de sobrevivencia convirtiéndose en nómadas,
en fuga permanente y aceptando vivir en las
montañas donde no había ni alimentación ni
abrigo.
76
Pobladores de unas 00 aldeas, incas o
parcelamientos, de nueve municipios de dos
departamentos dejaron sus lugares de origen
e iniciaron una existencia nómada, constantemente perseguidos por el Ejército y las PAC.
Se calcula que un l0% de esa población murió
por falta de comida; sus modestas siembras
de maíz fueron bombardeadas ex profeso. El
sufrimiento humano llegó a límites dantescos,
donde la muerte por hambre es un dato peor
que la muerte por un balazo enemigo. Las
CPR eran grupos de civiles inermes, nunca
pelearon, huyeron organizadamente, sembraron, vieron incendiadas sus cosechas. ¿Cómo
justiicar el acoso que fue permanente a un
conjunto humano sin defensa alguna?. Su peligrosidad fue su alta moral organizativa.
Andrés Cabanas indica que la polarización
de la guerra restó espacios de libertad individual; la participación masiva se convirtió
en imperativos para la sobrevivencia de esta
población, “que perdió la iniciativa política y
militar y hubo de pasar a la defensa primordial
de la vida….”
¿Por qué Guatemala es una sociedad violentada; cuáles son las causas de la calidad de
esa violencia? Examinándola de cerca, la caliico como una violencia de carácter ideológica,
de una guerra irregular que no fue guerra civil,
donde hubo rasgos genocidas de contenido racista. Hubo desenfreno de guerra, pero sin
duda posterior a una inevitable planiicación
de la alta jerarquía del Ejército. Hay que saber
si la violencia del primer momento, frente a
ladinos urbanos, fue cualitativamente distinta
de la que se aplicó a los indígenas rurales. Los
Andrés Cabanas, Los Sueños Perseguidos: Memoria de
las Comunidades de Población en Resistencia, Tomo I,
Magna Terra, Guatemala, 999, p.83
indios no murieron en defensa de un proyecto
propio ni tampoco porque lo hicieran con uno
ajeno, dirigiendo comandos o ejercitando el
papel de soldados. Los ladinos, sí.
Los indios formaron parte importante de
las bases de la guerrilla, pero no combatieron en cuanto tales. Esto último no ha sido
esclarecido aún y solo se hace la crónica de
su holocausto, al difundirse la fábula del león
hambriento en la selva y, ni tan siquiera eso,
pues la imagen vuelve falsa la situación. El
animal mata por hambre, por instinto elemental de sobrevivencia y no tortura a su víctima.
¿Hambre u odio? El lobo no odia ni es cobarde. En la conducta de los militares no hubo
animalidad sino algo peor, la razón ideológica
del anticomunismo, del racismo, la deshumanización del enemigo como parte de estudios
académicos.
Importantes preguntas están pendientes:
¿Por qué el ejército actuó con tanta saña criminal? ¿Hubo un plan, o excesos del mismo?,
¿Es posible distinguir responsabilidades entre
jefes y soldados? ¿Se produjo una percepción
equivocada del peligro, de su real magnitud?
En síntesis, dos preguntas son claves ¿Por
qué? ¿Quiénes?
la
violEncia dE la guErra civil
La violencia de la guerra civil es distinta de
la violencia de la guerra internacional, como
lo es la de las guerras irregulares. Pareciera
haber consenso en que una guerra civil es más
brutal y ofensiva que una guerra internacional.
Ya en el lejano 589, Alberico Gentili airmaba que el mayor incentivo para la crueldad es
la rebelión, y Montaigne decía que una guerra
extranjera es menos dolorosa que una guerra
civil2; los pleitos de familia son mortales y la
animosidad es mayor cuando hay elementos
subjetivos (ideológicos, étnicos, religiosos)
que hacen que la peor guerra sea la guerra de
clases o entre hermanos.
En Guatemala hubo dos momentos incrementales de violencia, el primero fue el de
una guerrilla ‘foquista’, a la mitad de los sesenta, rápidamente desarticulada por el uso
de violencia selectiva urbana, aplicada por
grupos policíacos y paramilitares. Doce años
después, a partir de 980 hubo una guerra
irregular, abiertamente violencia indiscriminada, que por la asimetría de los contendientes
fue mas bien una represión contra la población civil indígena.
De acuerdo con Kalyvas, se deine como
guerra civil los combates armados que ocurren
dentro de los límites de una entidad soberana
reconocida, entre dos partes sujetas a una autoridad común al menos en el comienzo de las
hostilidades3. En el interior de ese escenario
tan formalmente vago, lo que interesa en una
guerra civil es la violencia intencionalmente
cometida contra no combatientes. La guerra
puede ser regular, como las guerras internacionales e irregulares, como una guerra civil.
En aquella se matan los guerreros, los que están en ‘la línea de fuego’, porque está en su
lógica que así suceda.
Asesinar a más de 300.000 civiles (el %
de la población total) no combatientes, como
sucedió en Centroamérica, es la prueba de la
razón violenta que por circunstancias espe-
ciales, es empujada a sus límites. Esta locura
homicida es la distinción clave entre la guerra
civil y la violencia de la guerra civil En nuestro
caso, fue una guerra irregular.
Istvan Kende4 propone tres características
fundantes de una situación de guerra: la existencia de un conlicto maniiesto de alguna
magnitud por el número de víctimas, dos o
más bandos militares que se enfrentan, uno
de los cuales debe ser el ejército regular, y
que de ambos lados debe existir una cierta
coordinación de las acciones militares. Para
que pueda aparecer una guerra civil, agregamos dos componentes más. Uno, que se pelee
en el interior del espacio nacional estatal y
que ambas partes sean nacionales del mismo
Estado. En una óptica descriptiva que no descarta cierto valor normativo, para que la guerra civil no sea sólo la aplicación de una violencia asimétrica, unilateral (porqué entonces
es una simple represión), se proponen cinco
condiciones necesariamente concurrentes:
a) el accionar del ejercito nacional que representa y deiende al Estado y una fuerza militarizada de oposición que busca la
destrucción de aquel;
b) una capacidad sostenida de fuego o un
equilibrio mínimo entre los contendientes armados enfrentados por un tiempo
indeinido;
c) unidad o coordinación de mando y de inalidades táctico-estratégicas en ambas
partes;
d) zona geográica y población liberada, que
2 S. Kalyvas, Op. Cit. p. 7
3 Stathis N. Kalyvas, The logic of violence…. Op. cit. 5
4 Istvan Kende, Twenty ive years of local war, en Journal of Peace Research, 97 Vol. 8, p. 6
77
aseguran la sobrevivencia de las fuerzas
combatientes y su continuidad, y
78
e) reconocimiento internacional como fuerza combatiente a estas últimas, como
vehículo para evitar la deshumanización
del conlicto.
En resumen, son situaciones que permiten
identiicar, diferenciándola, la guerra civil de
la simple asonada militar, de las operaciones
de castigo, de un levantamiento breve, de un
foco guerrillero, de la represión de una dictadura contra la oposición.
Sólo en El Salvador hubo una guerra civil,
conforme la identiicación que permiten las
condiciones anteriores. El Frente Farabundo
Martí fue la suma de cinco organizaciones político-militares que ejerció un mando uniicado en lo militar y en lo político; sostuvo combates propios de una “guerra de posiciones”
durante casi una década (98-992), hubo
momentos en que llegó a tener diez mil hombres con capacidad de fuego con una notable
movilidad en el terreno, un respaldo en la población campesina de los departamentos de
Morazán, San Vicente, Chalatenango y otras
zonas mas precisas como el Volcán de Guazapa, el reconocimiento de fuerza combatiente
en la declaración franco-mexicana de mayo de
987. En Nicaragua, diversas formas de violencia interna se convirtieron en guerra civil
inal como la suma de acciones de la más diversa calidad ofensiva, guerrillas en la montaña, insurrecciones urbanas, huelgas obreras,
lockout empresariales, combates sostenidos,
como ocurrió en el Frente Sur. La conducción
política sólo la logró el FSLN en los meses
inales.
¿conflicTo
armado? guErra irrEgular
con disTinTas clasEs dE violEncia
En Guatemala hubo un “conlicto armado” de 36 años con tres períodos distintos
de violencia, con un escenario general donde
el Estado reprimió a la oposición política de
forma permanente, aunque con muy desiguales formas de terror. La violencia fue selectiva
después de 979/980 cuando frente a la
iniciativa del Ejercito Guerrillero de los Pobres
(EGP), acompañada casi de inmediato por las
otras dos organizaciones guerrilleras, se aplicó una feroz campaña de violencia indiscriminada y destructiva. Pese a ello no alcanzó
a constituirse una situación de guerra civil;
tres organizaciones guerrilleras, sin mando
uniicado, pelearon con iniciativas tácticas
en competencia, sin combates o iniciativas
durables, realizando sin embargo acciones de
propaganda armada, desgaste ofensivo e iniciativas de emboscada “pull and push”.
La estrategia fue dispersar al ejército en todo
el país y concentrar un esfuerzo ofensivo en el
altiplano central (980). La capacidad militar
de la guerrilla no fue suiciente para enfrentar
la dispersión estratégica que ella misma planteó: el ejército hizo lo opuesto, se concentró
en las zonas de Quiché, Sololá y Chimaltenango, derrotando la iniciativa estratégica de la
URNG y de inmediato realizó una campaña
de destrucción no solo del reconocido apoyo
civil, en los tres departamentos mencionados
sino en un espacio mayor que deinió como
territorio inseguro, intermedio, aislando a la
guerrilla en su territorio de refugio.
Aquí de nuevo es importante la distinción
ocurrida, pues la violencia de la guerra civil
se convirtió en violencia política contra los
civiles. No por no ser una guerra civil fue
menos sangrienta; ocurrió lo contrario, pues
frente a los indígenas inermes, sin capacidad
de pelea, fue literalmente una extensa operación de limpieza de enemigos, es decir, la
peor manifestación de violencia indiscriminada. En estos casos, represión contra civiles
que no se deienden, aumentan las víctimas.
Está probado que si hubiesen peleado hubiese
habido menos muertos5.
Es importante, sumar a la noción aceptada de lo que es una guerra, tres elementos
más que la precisan. Primero, fue un enfrentamiento por motivos ideológicos, es decir,
que se traduce como una guerra política, por
razones políticas. Segundo, fue también una
guerra revolucionaria y, por lo tanto, una guerra contrarrevolucionaria: la pasión de los actores, los métodos empleados y los objetivos
perseguidos (que después se sustituyeron), todos de forma congruente se referían a la toma
del poder, la destrucción del Estado, la creación de una nueva sociedad. El conocimiento
de los medios da derecho a elegir los ines,
no a sustituirlos y mucho menos a convertir
los medios en ines como se intentó; conviene
contar con los medios de los ines que se ha
propuesto, y no con los ines de sus medios.
Un análisis sobre este juego en la política de
5 En una perspectiva general la guerra civil es sangrienta no porque los sujetos sean inherentemente violentos
sino porque no lo son. Si una de las partes no pelea,
aumentan los muertos. Es violenta porque abre oportunidades para aplicar la violencia indirecta, o de “pocos”
contra muchos, en una versión hobbesiana de la lucha.
Variaciones sobre este tema en Jack A, Goldstone, “¿Son
las revoluciones racionales desde el punto de vista individual?”, en Zona Abierta, Nos. 80-8, Madrid, 997,
p. 99 y sigs.
los grupos dominantes aparece en Dufrenne6.
Y el tercer elemento es que como guerra/contra revolucionaria atrajo un desproporcionado
soporte internacional, sin él que no la habría
habido. Los recursos técnicos, inancieros y
doctrinarios para hacer la guerra, transmutaron su sentido hasta llegar a alimentar las
estrategias de paz.
Estos componentes aumentaron los efectos
letales del conlicto: las guerras ideológicas
son matanzas fratricidas a quienes la política enemistó, condición que produce el mismo carácter cuando es el factor étnico o el
fanatismo religioso; a esto se suma el carácter
revolucionario que enfatiza el sesgo violento
de los medios empleados y la ayuda externa
que sostiene el conlicto. La guerra revolucionaria, es también guerra contrarrevolucionaria7 porque la hace el Estado. En Guatemala la
“guerra” fue irregular, no por el carácter que
impone la guerrilla sino por las relaciones del
Estado/ejercito y la población/guerrilla; a los
caídos en combate (los menos) se suman las
víctimas de la represión (los mas), que incluye arrestos, desaparecidos, torturas, desplazados. Las mil situaciones de una subjetividad
perversa hacen que la distinción de Kalyvas
deba mantenerse cuando resume que en la
guerra lo decisivo es el carácter intencional
de la violencia contra los no partisanos. Los
problemas de la identidad del combatiente
6 M. Dufrene,Subversión y Perversión, Ruedo Ibérico,
Barcelona, 980, especialmente pgs. 2 y sigs.
7 Peter Waldmann distingue cuatro tipos de guerra, la primera de las cuales “es la dirigida contra el propio régimen, o sea guerra civil que tiene como inalidad la caída
del gobierno establecido y un cambio profundo del sistema; luego están las guerras de secesión, las coloniales y
la internacional..” en P. Waldmann y Fernando Reinares,
Sociedades en Guerra Civil, Conlictos violentos de Europa y América Latina, Paidós, Barcelona, 999, p. 5.
79
y la calidad de lo intencional sólo pueden resolverse en el nivel microsocial, la aldea, el
municipio, lo local.
80
El problema es polimórico cuando se intenta responder qué es violencia y quienes
son los “no” combatientes. La violencia se
deine por si misma en tanto no es sinónimo
de guerra ya que en ésta puede haber distintas formas de aquella. La que deine la guerra
civil es la violencia que es destrucción de vidas humanas, la aniquilación de seres vivos;
ciertamente también hay destrucción física,
material, del entorno infraestructural que les
sirve a la gente. La violencia de la guerra civil
política tiene además un conjunto de dimensiones no estrictamente militares, que al menos no entran en la deinición strictu sensu o
convencional de lo castrense pero acompañan
la deshumanización del enemigo.
El exterminio de los otros pueden estar precedidos de acciones de humillación, lo que
caliico como “la degradación” de la víctima.
Se hace referencia a formas de deshonor que
se aplican al enemigo, como el pillaje, el robo
y otros actos de vandalismo, incendios, profanaciones y actos de canibalismo8, secuestros, violencia sexual, torturas, mutilaciones,
desapariciones, desplazamientos forzosos y,
obviamente, múltiples formas de violencia
moral y sicológica, todas estas, acciones que
8 El ejército de Guatemala realizó actos de canibalismo,
obligando a prisioneros a comer carne humana, lo que
entre otras fuentes, aparece documentado en Prudencio García, El Genocidio de Guatemala, a la luz de la
Sociología Militar, SEPHA-Colección Libros Abiertos,
Madrid, 2005, p. 227 y sigs. En este libro y en el de
Angela Delli Sante, Nightmare or reality? Guatemala in
the 980’s, Thela Publishers, Ámsterdam,996, p-80,
se detallan la interminable pesadilla de crímenes cometidos contra la población.
no ocurren en el campo de combate pero que
forman parte del mismo.
A reserva de precisarlo más, el conlicto
armado o “guerra” contra los civiles9 estuvo
precedida o acompañada por acciones de represión no militar sino policial, como la desaparición, la prisión y la tortura, que como se
dice en el párrafo anterior, no son acciones de
guerra pero le acompañan. En la época previa
al conlicto el Estado, que ya tenía acusados
rasgos autoritarios, reprimía por medio de la
policía y sus modalidades (policías secreta, de
hacienda, rural y otras denominaciones). De
hecho, los regímenes democráticos así suelen
hacerlo y el control de las protestas produjo
un “estilo policial” propio por limitado y adecuado a la cultura política y a la calidad del
descontento0.
No es una perogrullada recordar que las democracias reprimen menos que los regímenes
autoritarios, pues aquellas son por lo general
más eicaces en el control del descontento y
lo producen menos; en tanto que éstas, cuyo
mayor rasgo no es la violencia, generan siempre mayores protestas. La literatura es abundante en este aspecto: las democracias reprimen menos porque tienen menos amenazas y
suelen tener Estados más eicaces. Y los conlictos los solventa pacíicamente, buscando
9 Por razones de presentación, se habla de “guerra civil”
indistintamente del país centroamericano de que se trata; ya se destacaron las diferencias claves para los tres
países en que hubo conlicto armado interno.
0 Robert Reiner, Policing, “Protest and Disorder in
Britain”, en D. della Porta y H. Reiter (eds.) Policing
Protest, the Control of mass Demonstrations in Western
Democracies, The University of Minnessota Press, Minneapolis, 998; en este libro hay varios trabajos sobre
la policía como organismo de control del descontento
en las democracias y no el ejército, cuya función es
otra.
que la fuerza que aplica, sea legítima como lo
pide la teoría (Weber).
La distinción de lo policial o militar terminó por carecer de valor explicativo en tanto la
dictadura militarizó la policía y la violencia se
desplegó con una extensividad brutal que hizo
innecesaria la diferencia. Ella sólo tiene sentido en la clásica distinción entre jus ad bellum
y jus ad belli, que es la legalidad inicial de la
guerra y la que aparece en su desarrollo, que
en cierta forma remite al tema de las causas
del conlicto violento y de las causas de la violencia en el conlicto. El origen y su desarrollo
por lo general, se divorcian.
¿cómo sE idEnTifica al EnEmigo?
El TEma dEl civil no combaTiEnTE
Un problema a considerar en situaciones de
conlicto armado, o de “guerra” se relaciona
con la violencia en función del tema del territorio y la autonomía del sujeto que lo habita. En situaciones de guerra en desarrollo
tiene una particular relevancia la deinición
del terreno del enfrentamiento, el espacio físico donde ocurren los actos de la violencia.
Hay que distinguir entre territorio donde habita la población que apoya a la guerrilla, que
corresponde a lo que líneas arriba llamamos
con otra intención “territorio liberado”, y otros
espacios con gente bajo control del ejército,
del Estado que se combate. Esta dicotomía
es irreconciliable y la deinición del “civil no
combatiente” en este caso carece de sentido.
El problema se plantea en situaciones intermedias y que pueden ser múltiples a partir de una doble calidad del espacio social,
territorio donde hay población que da apoyo
“actitudinal”, por pasividad y otra que presta
apoyo “conductual”, por actividad. Pueden
concurrir en el mismo espacio o estar alejadas. También puede haber, quid pro quo,
neutralidad. Algunos teóricos airman que
no hay neutrales, actitud que ninguna de las
dos partes aceptan. La referencia al territorio
es decisiva porque en el mismo puede haber
población que apoya pasivamente o no, que
tiene simpatía o no. En la guerra regular hay
línea de fuego, zonas de combate.
En Guatemala por la situación de guerra
irregular no hubo línea del frente que separaran y así, distinguieran, a unos y otros. La
deinición es que la población que no da apoyo conductual debe ser destruida. La anormalidad es que en esta identiicación del civil no
combatiente, por extensión, como enemigo,
no solo llevó a su destrucción sino a la aniquilación total (mujeres, niños, ancianos, propiedades) con actos de crueldad. Deinida la estrategia e identiicado el enemigo, lo que resta
es ya bien sabido, lo que sin duda ocurrió en
Guatemala entre inales de 980 y comienzos de 98. La estrategia de tierra arrasada
corresponde a una guerra irregular donde no
hay territorios limítrofes o fronteras de combate sino, por el contrario una indeinición
que establece el ejército (o el poder con mas
iniciativas) en el que zonas completas fueron
deinidas como territorio de la guerrilla.
Finalmente, está el tema de la identiicación del civil “no combatiente” en guerras políticas, un esfuerzo que no se columbra fácilmente por la opacidad de las múltiples situaciones en que puede encontrarse al “partisano”. Hay situaciones tipo: ¿cómo caliicar los
numerosos casos de civiles que colaboraron
con el ejército en tareas represivas? desde los
81
82
“escuadrones de la muerte” inanciados por
empresarios, en El Salvador, hasta las aldeas
de etnias enemistadas entre sí que denunciaban a los vecinos, en Guatemala. O en otro
sentido, en que se recurre a la amenazante
descripción de las tres esferas para deinir los
diversos tipos de compromiso: el militante, el
simpatizante, el ignorante. ¿Hasta donde se
extiende la calidad del combatiente?
Existe en un extremo, el militante efectivo,
el “colaborador”, el simpatizante, hasta el
sospechoso y/o independiente, todo lo cual
ilustra la percepción ilimitada del enemigo
político que las fuerzas del orden utilizan para
castigar. La aplicación o el uso de la violencia
sólo deberían considerar combatiente al que
está en la línea de fuego, el que está realizando funciones de guerra en el campo de combate por más que lo político es un dato que
pertenece a los ámbitos de la subjetividad. Es
una forma de identidad.
Cuando la violencia es política la indeinición misma del adjetivo supera las diicultades
del sustantivo. ¿Cómo distinguir al enemigo
político si para destruirlo la deshumanización
no es distinta cuando se combate por motivos
religiosos o raciales? El enemigo de clase se
deine de forma imprecisa, y mejor si es mas
imprecisa lo que no evita su efectividad letal.
Lo político es una atribución ideológica que
despierta sospecha o temor, mientras que lo
racial es un reconocimiento que moviliza el
desprecio y lo cultural/religioso es un celo que
provoca el odio. En condiciones de violencia,
sospecha, desprecio u odio deine al enemigo. En la medida en que lo político es más
impreciso la violencia es más extensa. Y está
probado ya que en este aspecto, la clave no
está únicamente en la severidad de la repre-
sión, sino en su carácter indiscriminado y la
violencia indiscriminada tiende a ser contraproducente.
Están así descritas las condiciones para las
masacres. Son condiciones socioeconómicas,
políticas y culturales las que concurren como
un dato histórico. Es la historia la que explica
la matanza, porque esta solo puede ocurrir en
una situación de crisis, una enorme crisis política como la que vivió la sociedad guatemalteca desde 962. Las fuerzas guerrilleras se
hospedaron en territorios ijos y de ahí se extendieron a territorios más o menos próximos,
incorporando población local. El agua del pez
donde este sobrevive es la razón del genocidio.
El pez no muere, el drenaje del agua hasta secar sus fuentes es el politicidio, la matanza, el
exterminio total. La metáfora no explica nada,
solo sugiere. En Guatemala hay que sumar
dos circunstancias que no hubo en El Salvador o Nicaragua, y es el profundo racismo de
la cultura nacional y el profundo temor que la
movilización indígena concitó, la intensidad
de la amenaza vivida o imaginada fue el efecto multiplicado de percibir un indígena con un
fusil. En breve, un indio marxista.
Hay otro componente en el estudio de la
guerra irregular que se reiere al contexto
institucional dentro del cual se producen la
interacción entre los actores políticos y los
civiles. Según Kalyvas esa relación se convierte en la existencia de milicias y comités,
unos armadas y con poder de fuego y violencia; los comités son expresiones políticas. La
experiencia guatemalteca es una reiteración
Francisco Herreros Vázquez: “Introducción al Estudio
de la Violencia Política”, en Zona Abierta 2/3,
Ed. Pablo Iglesias, Madrid, 2005, p. 6
de la creación de cuerpos paramilitares cuyo
carácter, inicialmente, fue muy político y que
derivó pronto a un carácter militar.
importante, a la que se le da prioridad estratégica es que la violencia indiscriminada es
contraproductiva en una guerra civil.
En la preparación y desarrollo de la guerra
los comisionados militares o milicias cumplen
unas funciones de inteligencia, control de la
población y castigo. En Guatemala se crearon
primero como grupos cerrados de gente leal
al ejército, o ideológicamente deinidos (los
evangélicos), o enemigos de los enemigos (comunidades rivales). Después se amplió como
una ailiación forzosa, de cuyo resultado obligatorio se llegó a tener mas de un millón de
patrulleros de auto defensa civil (PAC), que
se convirtieron en contra insurgencia militar.
El papel de las PAC ha sido motivo de diversos análisis. Su función inal fue dar apoyo a
las labores antisubversivas del ejército, sobrellevando el peso decisivo de la lucha contra
la guerrilla. De hecho, experimentaron una
transformación que terminó haciendo de las
PAC un grupo con identidad propia, altamente
ofensivo, militarizado. El clima antiétnico no
fue tan decisivo, sino en una dirección ideológica: indígenas castigando indígenas, proceso de confusión entre víctimas y victimarios, volviendo a unos cómplices del ejército.
Perpetraron numerosas masacres, violaron los
derechos humanos, produjeron un mestizaje
estimulado por el odio.
Para los efectos de una deinición general
de los objetivos de una guerra, que es derrotar
al enemigo con el menor gasto, la violencia
selectiva, personalizada es altamente productiva. Es el mejor método para evitar las defecciones, neutralizar a otros o impedir el rechazo generalizado. ¿Cuándo o por qué usarla?
Depende de factores diversos pero relativos a
la cualidad del enemigo. “No se puede discriminar sin información para discriminar” Hay
circunstancias donde la violencia indiscriminada es inevitable, por ejemplo, cuando el
otro es un grupo étnico, religioso o lingüístico,
o simplemente no se tiene información precisa: pues se supone que todos son portadores
de los rasgos punibles. Esa es, de nuevo, otra
razón para explicar las masacres: ¿todos son
indígenas?
El efecto del crimen sin castigo reforzó la
tendencia ilegal, antijurídica, de que no hay
delito sin pena y no al revés, toda pena supone un delito. Como se ha comprobado en
otras latitudes, numerosos crímenes son cometidos a pesar de que son conocidos como
tal, pero con la indiferencia de que no serán
sancionados. Sin embargo, la propuesta más
¿Qué es violencia indiscriminada? Es un
método de guerra en que el enemigo es indiferenciable porque se carece del conocimiento preciso; un ejército que mata por matar se
desacredita, pierde aliados, se descompone;
es más visible. Se le practica porque es más
fácil de ejecutar y es estimulada por la misma
lógica de la guerra y del papel militar. Violencia indiscriminada han practicado los israelitas en Palestina cuando no han identiicado
al responsable, o la que en el inicio ejecutaron los norteamericanos en Irak. En general
es contraproductiva porque es inefectiva: si el
culpable no puede ser identiicado la violencia
tiene que aplicarse a un inocente. Los efectos
no pueden predeterminarse. Pero esta fue la
represión que el anticomunismo utilizó en ca-
83
84
sos que llegaron, una vez más, al extremo: si
al hijo culpable no se le detiene se captura al
familiar inocente.
modelo de una “guerra de baja intensidad”,
se produjo una violencia selectiva: sólo se
destruyeron los objetivos sandinistas.
Es necesario dar un paso más y caracterizar lo
que ocurrió en Centroamérica para inalidades
comparativas. Se viene hablando de violencia
en términos generales, histórico-conceptuales;
son necesarias algunas referencias empíricocontingentes. En Guatemala, El Salvador y
Nicaragua hubo momentos de muertos en
combate y momentos de exacerbación, de
“desenfreno de guerra”. En Nicaragua, en el
momento de la insurrección armada –forma
especial de una guerra irregular- en su fase
inal (979) hubo un enfrentamiento total
(lo que llamamos violencia indiscriminada).
Cuando la guerra mercenaria, una intervención
armada desde el exterior, manejada en el
En El Salvador, la situación revolucionaria
se constituyó como una paulatina insurrección en San Salvador acompañada de una
violencia selectiva. Con el traslado del enfrentamiento al interior, se constituyó una guerra
civil que trajo la violencia indiscriminada cuya
expresión de “desenfreno” ocurrió cuando se
produjo la ocupación de San Salvador. El Salvador es ejemplo de un prologado decenio de
violencia indiscriminada, de una guerra civil.
Guatemala, sin serlo, experimentó una larga
época de violencia indiscriminada. Tres veces
más muertos. Esta no es una denuncia, como
se advirtió al principio, es parte del análisis.
cuaTro TEsis para El dEsarrollo dE
una hisToriografía dE la guErra En
guaTEmala1
Manolo E. Vela Castañeda
85
inTroducción
¿Cuál es la relación entre rebelión y genocidio en Guatemala? Luego de más de dos
décadas de ocurrido aquel episodio en nuestra historia no podemos más que airmar que
carecemos de respuestas. En Guatemala, el
genocidio tuvo lugar en medio de la guerra. Y
la guerra estuvo determinada por un levantamiento campesino, mayoritariamente indígena.
Hasta ahora, nosotros sabemos de muertos,
pero sabemos poco de la guerra y sabemos
mucho menos de aquel levantamiento indígena y campesino. Lo descubierto hasta ahora
es apenas un atisbo de una profundidad. Debemos reconocer que hemos llegado a la supericie: no tenemos un relato exacto de qué
sucedió. Sabemos con certeza quiénes fueron
las víctimas, cómo y cuándo murieron. Sabemos también que fueron asesinadas –en su
gran mayoría- por unidades del ejército. Hasta
allí hemos llegado. De este punto en adelante,
el camino se oscurece. Sabemos de víctimas,
pero no de campesinos indígenas rebeldes; sabemos de organizaciones revolucionarias, pero
no de cómo éstas se relacionaban con aldeas;
y sabemos del ejército, pero no de soldados
-indígenas en su gran mayoría- que actuaron
junto a oiciales –ladinos- encuadrados en estructuras (pelotones, compañías, batallones,
brigadas y fuerzas de tarea). Sobre las alianzas que sostuvieron a la institución armada en
la cima del poder, sigue privando un sentido
de suposiciones y sentidos comunes. Esto, si
bien indica lo mucho que hay por hacer, también marca la inexistencia de puntos de apoyo
para otros estudios. Contar por ejemplo con
una historia militar de la rebelión, o trabajos
que detallen el papel de las élites económicas
en medio de la guerra.
Al inal, el genocidio fue el resultado de
haber perdido la batalla en aquel desafío al
sistema de dominación. Aquí se combinaron
razones militares, que tienen que ver con la
rebelión y no precisamente con la peligrosidad
de las unidades guerrilleras. Importó más, el
carácter masivo del apoyo a las unidades guerrilleras en el altiplano, que la capacidad militar en la bocacosta. Esto fue el desafío que
enfrentó un Estado fuerte, y no débil como
advierten algunos, que siempre contó con sólidas alianzas nacionales e internacionales.
Acostumbrado a emplear el terror y que anteriormente (en 967) ya se había fogueado en
este tipo de guerra.
Las ideas aquí contenidas fueron expuestas -por primera vez- en la Conferencia impartida con motivo del 33 aniversario
de la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Ciudad de Guatemala, 22 de agosto de 2007.
Las notas de aquella conferencia y algo más, se convirtieron en este ensayo.
86
Se precisa indagar en la amenaza y en el
Estado, desde una idea de crisis. Pero también, debemos indagar en un cierto sentido
de oportunidad. Esta puede verse desde dos
perspectivas. Por un lado, lo internacional:
el triunfo del Partido Republicano, en noviembre de 980, en las elecciones para la
presidencia de Estados Unidos. Con el aliado
mayor, los perpetradores alcanzaron un cierto
sentido de impunidad asegurada: no serían
amonestados o perseguidos por lo que sucediera. El segundo aspecto relacionado con
la oportunidad me parece que tiene que ver
con la geografía de las poblaciones víctimas,
como lugares aislados. Combinado con años
de manejo de un poder absoluto, no era difícil
que los perpetradores se cuestionaran ¿Quién
se acordará de Río Negro, San Francisco, Las
Dos Erres? La oportunidad iltra tendencias de
más larga duración que dieron forma a la crisis. También, la idea de oportunidad permite
entender los muchos momentos en los que
aquellos eventos pudieron haber tomado un
rumbo diferente.
Incluir aquí, dimensionándolos, a la religión
y al racismo. La religión jugó un papel, no sólo
como elemento propagador de la ideología de
los rebeldes, sino también, como fundamento
de las razones de los perpetradores. En una
tradición que se extiende –contemporáneamente- a las ideas de la contrarrevolución de
954, cuando nuevamente la religión jugó un
importante papel. Pero también el racismo.
Si bien es cierto que el racismo ha sido parte consustancial de la formación del Estado,
los guatemaltecos no estábamos programados
desde el siglo XIX para matar a otros. El racismo juega un papel, pero a la par de otros
factores. Combinado con esta idea de crisis
histórico-social, es como tiene un efecto explosivo.
Pero se trata de realidades complejas
en las cuales hubo una poderosa mezcla de
factores: un régimen con recursos de poder,
con sólidas alianzas internas y que gozaba
de un poderoso aliado internacional. Una
guerrilla mal equipada, con escasos recursos
provenientes del exterior y con una estrategia
que hizo más énfasis en el triunfalismo que
en campañas militares. Un campesinado que
se levanta contra sus opresores, animado por
los cambios que se habían gestado en el agro
guatemalteco, la politización de parte de partidos políticos permitidos por los regímenes
militares y la iglesia católica y el contacto con
los líderes rebeldes. Tales, me parece, son los
hilos con los cuales debemos escribir estas
historias.
La tarea está allí y nos corresponde a
nosotros contar lo que sucedió. De esa manera, nuestra disciplina, eso que llamamos sociología o ciencias sociales, se acercará más a
sus orígenes: a ser capaz de contar de la vida
y la muerte, el sufrimiento de los seres humanos.
tesis núMero uno
El EsTado dE guaTEmala rEspondió,
con acTos dE gEnocidio, a una rEbElión
indígEna y campEsina
El estudio y la comprensión de la rebelión
indígena y campesina en el altiplano asesta
golpes fulminantes a una interpretación que
presenta a los “pobrecitos indios” presas de
la manipulación de una “banda de estalinistas” obcecados, los “hijos de rígidas sociedades eclesiásticas”, la “gesta de los cristianos
revolucionarios”. Enfocados como víctimas
inocentes en el enfrentamiento entre el ejér-
cito y los insurgentes, los pueblos indígenas,
sujetos principales de la rebelión, terminan
siendo borrados. Esta tesis se halla en Entre
dos fuegos, de D. Stoll (993); y, en La guerra
en tierras mayas, de Yvon Le Bot (992).2 En
síntesis, éstos se adscriben a la idea resumida
por Le Bot, de que: “la lucha armada provocó… un baño de sangre…” (292). Del conjunto de la obra de éstos académicos únicamente
ha cobrado intensidad el debate entre D. Stoll
(999) y Arturo Arias (200) (200a), a propósito del libro del primero sobre Rigoberta
Menchú.3 Al leer los eventos desde esta interpretación (hubo guerra porque hubo rebeldes), los revolucionarios lo son todo. Pero en
los episodios revolucionarios los revolucionarios llegaron a ellas. Se encontraron con ellas,
y en los mejores casos, lograron colocarse al
frente y triunfar.
Aquella rebelión indígena y campesina fue
la base de la guerra que por aquellos años se
vivió en aquella región del país. Lo que para
Le Bot termina generalizado como “la violencia”, “el conlicto”: “El conlicto no hizo
avanzar la solución del problema político guatemalteco; puso un freno a la modernización
comunitaria e infundió por toda la sociedad la
violencia obsesiva del poder ladino; la tentativa de los teólogos de la liberación por transmutar una dinámica de emancipación en afán
de revolución terminó en un callejón sin salida” (Le Bot, 992: 297). En otra parte dirá:
“…haber desencadenado el mecanismo que
a ella condujo, y de no haber sabido ni podido contenerlo. No supo evitar esta guerra…”
(296). También: “…esta guerra fue impuesta
2 Otros textos, ejemplares en la aplicación de ésta tesis
son: Grenier, 999; y Danner, 994.
3 En 999, el Entre dos fuegos… fue criticado por José
Santos García Noval (999).
a los indios; ellos no la quisieron; y es verdad
que éstos han aportado la parte esencial de
los combatientes y de los muertos, los jefes
y los que han decidido fueron casi siempre
ladinos; la estrategia, los objetivos y la lógica
de la lucha revolucionaria no eran los de los
indios” (Le Bot, 992: 288). Pensar que un
grupo de sacerdotes españoles, teólogos de
la liberación, fueron capaces de incendiar el
altiplano guatemalteco es un verdadero disparate. En la explicación de Le Bot, el conlicto
pasa de efecto a causa. Pero no una causa,
sino de aquel tipo de causas que tienen respuestas para todo. Es causa que no hubiera
solución al problema político, es un freno a la
modernización (¿?), y causa de la propagación
del racismo. No hay violencia, conlicto, hay
unos que decidieron alzarse frente a otros, y
éstos les mataron. En Le Bot, la generalidad
sirve para enmascarar. Otra de las “explicaciones” que salen de este canasto de sastre es la
crítica a la organización revolucionaria: verticalismo, ausencia de consulta, impaciencia,
militarismo, autoritarismo, imposición, voluntarismo, populismo, centralización, homogenidad, instrumentalismo, jerarquía, ¿se dice
algo nuevo en esta descripción de la guerrilla
latinoamericana? Probablemente no. Resulta que si el mecanismo explicativo funciona
tan bien, no cabe duda que esta vanguardia,
cristiana, en la que estaban los “curas españoles”, pero tremendamente achacosa, como
la pinta Le Bot, fue la que le prendió fuego al
altiplano guatemalteco.
La explicación simplista de este fenómeno
ha hecho dos cosas: tomar una porción del
territorio, recortarla e introducirla en un tubo
de ensayo. Hacer una correlación –si es que
así puede esto llamarse– entre el accionar del
EGP y el genocidio. Para Le Bot (992) y para
87
88
Stoll (993), aquí no coinciden diversos factores, sino sólo uno: hay accionar del EGP, entonces, hay masacres y genocidio. Me parece
que la realidad es mucho más compleja. Los
dos polos no fueron la insurgencia y el ejército. Sino más bien, la población que se revelaba y el ejército que la castigó. Finalmente,
la guerrilla no logró hacer que la combustión
sirviera para hacer mover el motor. Entonces,
lo importante, más allá de entender la estrategia guerrillera, consiste en entender cómo
aquella estrategia prendió en las poblaciones
que se volcaron a la rebelión. Finalmente, la
interrogante acerca de cómo se dio la incorporación de los indígenas en la guerra, es uno de
los elementos centrales de esta historiografía
por hacerse. En un editorial, escrito a inicios
de 984 se apuntaba lo siguiente:
“Asistimos no sólo al enfrentamiento del
indígena con el ladino poderoso, sino
también a la confrontación del indígena
pobre y explotado con el indígena explotador […] Escuchamos con frecuencia
cómo a la luz de su experiencia, grandes
grupos indígenas decidían con profundidad, inteligencia y lucidez el destino y
el futuro de sus familias […] Los viejos
y los nuevos tópicos sobre los indígenas
–el indígena atrasado e ignorante; el indígena inocente y puro, mezcla de naturalismo y hipismo; el indígena engañado
y utilizado, hasta por la guerrilla, infantil
siempre, sin capacidad de decisión o capaz solamente de decisiones inmadurassiguen tan actuales ahora como quince
años atrás. Como si los pueblos indígenas
no hubieran dado ya suiciente sangre y
pruebas ante la comunidad nacional e internacional de la calidad de su madurez
y de la profundidad y acierto de sus decisiones históricas”4
¿Cuál es la relación entre rebelión y genocidio en Guatemala? ¿Existió realmente una
rebelión en Guatemala? ¿O se trató más bien
de organizaciones insurgentes que realizaban
acciones armadas? Luego de más de dos décadas de ocurrido aquel episodio en nuestra
historia no podemos más que airmar que carecemos de muchas respuestas. Hasta ahora,
nosotros sabemos de muertos, pero sabemos
poco de la guerra y sabemos mucho menos
de aquel levantamiento indígena y campesino. Ignoramos sus raíces, los resortes que propulsaron la movilización y las formas que su
desarrollo fue adoptando a lo largo de aquel
tiempo. Hace falta trabajar en profundidad
aquel conjunto de factores expuestos magistralmente por Arturo Arias (983) en: “El movimiento maya en Guatemala”.
Me parece increíble cómo los estudios en
torno a lo maya en Guatemala no han podido
ofrecer una explicación consisitente en torno a la participación de los indígenas en la
guerra. Muy a pesar incluso del desafío que
estos dos intelectuales, uno francés y el otro
nortamericano, hace más de una década nos
han planteado. La clave para comprender este
vacío podría estar en que mucha de la producción intelectual se ha separado de las raíces de clase. También, las explicaciones en
torno a este pasaje de la historia se buscan
a través de entrevistas individuales, las que
generalmente carecen de un enfoque de aná-
4 IGE (Iglesia Guatemalteca en el Exilio) (984), “Editorial: Indígenas de Guatemala: más allá del mito”, Iglesia Guatemalteca en el Exilio, Año 4, No. 2, (febreromarzo) 984.
lisis. Así, más que interpretación de eventos
históricos, esto se queda en las percepciones
individuales. Más contemporáneamente, a pesar que sigamos ignorando las formas en que
guerrilleros y pueblos indígenas, al cruzarse,
dieron forma al movimiento social más grande
en la historia nacional, interesa más explicar
las relaciones multiculturales. Ahora además,
este esfuerzo de investigación tropieza con un
discurso de posguerra que premia a las víctimas. Entonces, se recrean historias de victimización y se da un paso al costado cuando
de asumirse como rebeldes se trata.
¿Qué debemos entender por rebelión?
Se trató de un proceso de movilización a gran
escala, durante un largo período de tiempo
en una gran parte del territorio nacional, que
hace uso de forma -más o menos intermitentede la violencia, en un conlicto entre grupos
de clase y estatus y el Estado, en relación
con la soberanía estatal, fundamentada en
reivindicaciones culturales, sociales, políticas y económicas, cuyas mediaciones transformaron al Estado y a la sociedad (Walton,
984: 6-9, 3).5 Aquellas masas indígenas
del altiplano encontraron en las organizaciones
insurgentes una oportunidad de movilizarse
contra sus agresores más directos: los in-
5 La idea de rebelión permite entender aquellos procesos que no derivan en revoluciones sociales, tal y como
éstas son deinidas por T. Scokpol (979) en el clásico
Los Estados y las revoluciones, en función del resultado
que distingue aquel proceso: las rápidas transformaciones de la estructura de clases y el Estado. Las rebeliones pueden producir resultados no esperados, a nivel
de las estructuras sociales y políticas. Por ejemplo, el
empleo de formas más violentas de represión por parte
del Estado, o también, la transformación del régimen
político. Hay rebeliones nacionales sin resultados revolucionarios. El concepto se sitúa en medio entre las
protestas de corta duración, las rebeliones localizadas,
y las revoluciones sociales.
queros y sus intermediarios locales. Una
de las características señaladas por varios
testimonios airma el carácter colectivo que la
movilización asumió en aquellas poblaciones.
Así, reiteradamente, hemos encontrado evidencia de que las comunidades se alzaban de
forma colectiva. Obviamente, aquella lógica
rompió presupuestos de seguridad propios de
una organización clandestina. Esto es lo que
queda claro en el testiominio de Pablo Ceto
(2006) cuando airma:
“…las comunidades Popti, Chuj, Ixhil,
K’ich’e, Q’eqch’i, Mam y otras, registran
en su memoria histórica la decisión de
sus autoridades tradicionales, los Mamines en San Miguel Acatán, los Mama’
y B’aalvatztiixh en la Región Ixil, entre
otros, de incorporarse de manera colectiva y comunitaria al proyecto revolucionario como continuación de su resistencia
maya de siglos atrás, fue una decisión
histórica de los consejos comunitarios
mayas. Con la masiva participación indígena, en distintas regiones del país la
lucha revolucionaria guerrillera se insertó
en las miles de formas de la resistencia
indígena, esta vez, en sus propias montañas, barrancos, bosques y milperíos,
desarrollando frente al enemigo común,
el ejército y su política de represión y
genocidio, la creatividad más grande, de
indios y ladinos revolucionarios, hombres
y mujeres, para llevar al movimiento guerrillero a sus momentos más álgidos y
de mayor fortaleza a inales de los años
70.”
Aunque aquel proceso dista mucho de haber adquirido un carácter homogéneo, en clave de pensar por ejemplo que todo el altiplano
89
90
funcionó de esta forma, sí puede ser asumido
como una evidencia detrás de la cual poder
rastrear otros casos en los cuales las circunstancias fueron éstas. Como caso en contrario
está el ajusticiamiento de Sebastián Guzmán
(EGP, 982).
La constitución de esta rebelión indígena
y campesina fue paulatina, lenta, larvada a
lo largo de décadas. La puerta para su comprensión son los momentos de emergencia,
cuando una relación de poder dual empieza a
ser evidente ante el desafío de un conjunto de
fuerzas sociales, políticas y militares en contra del Estado. Durante aquellos períodos de
falsa calma, cuando todo parecía asemejarse
al orden burgués, la forma como las piezas
encajaban, conigurando el escenario de la
revolución, no era evidente. En secreto, en
la “infrapolítica de los grupos subordinados”
(Scott, 990) se preparó el terreno de la ebullición social que años después tomaría por
asalto la escena. Más que el hecho duro de
la decisión de una vanguardia de “encender
la revolución”, propongo estudiar la rebelión
indígena y campesina que tuvo lugar en Guatemala como una codiicación estratégica de
una amplia variedad y diversidad de focos,
ubicados en caseríos y aldeas, y razones de
resistencia que fueron incorporados por las
organizaciones guerrilleras. Éstas tradujeron
aquel sentido de rebelión en formas de lucha,
tácticas y estratégicas. Me interesa ver cómo
se construyó el complejo enjambre de resistencias. (Moore, 978) (Foucault, 976). Entonces, la pregunta clave aquí es ¿Qué cambios fueron precisos para hacer que aquellos
campesinos del altiplano guatemalteco, después de siglos de sometimiento, decidieran
a alzarse contra el Estado? ¿Por qué en ese
preciso instante?
Tras el in de la era colonial, el campo guatemalteco conoció un período muy agudo de
motines. Aunque nunca colocaron al régimen
en una posición de crisis, éstos alcanzaron
cifras muy altas ¿Por qué aquella serie de
eventos nunca llegó a inquietar a las élites capitalinas? Porque eran conlictos localizados.
Las revueltas de aquel entonces, estuvieron
limitadas a localidades o apenas grupos muy
reducidos de éstas. Así, la serie de cambios
políticos por las que transitó el período de la
independencia, se les mantuvo lejos de los
micro-conlictos locales. Generalmente, éstos fueron el resultado del roce del sistema
tributario con los pueblos de indios. Cuando
el recaudador de impuestos exigía más, a pesar del hambre que esto signiicara para los
vecinos. Además, no hubo un elemento articulador, como pudiera ser una organización,
un fenómeno natural, una crisis repentina
que afectara la sobrevivencia campesina, que
desenmascarara a uno o más culpables con
claridad. Más de siglo y medio hizo falta para
que estas características cambiaran. Cuando
cambiaron, entonces, la violencia emergió con
furia. La paz que durante siglos sostuvo el sometimiento de las mayorías indígenas estaba
basada en el sistema de autonomía comunal
campesina: el pueblo de indios. En aquel territorio se gozaba de terrenos comunales, con
los que se combinaba el trabajo temporal en
las incas, como cuadrilleros. El conjunto de
agravios sufridos por generaciones halló una
vía de salida y se conectó, además, a una
serie de factores que lentamente fueron presentando oportunidades para ir constituyendo
la conciencia indígena. Esto puede rastrearse
en varios números de La Voz del Comité de
Unidad Campesina, órgano informativo del
CUC. Se trata de un sujeto que a la vez que
es campesino, es también jornalero temporal.
Pero aquel sistema que combinaba una cierta
seguridad comunitaria, con la explotación y el
trato vil en las incas comenzó a deteriorarse.
Y estalló frente al inquero. Las víctimas de la
violencia fueron los inqueros de las cercanías
¿Quién pretendía conquistar el Estado e implantar el socialismo? Los campesinos, muy
seguramente no. Para ellos, tierra y vengar ancestrales afrentas era lo fundamental.
Este enfoque permite ver eso que llamamos
guerra en general, o guerra de guerrillas, como
lo que en realidad es: un conjunto de aldeas en
las cuales existen ciertos niveles de organización y disposición para rebelarse. En aquellas
circunstancias, dicha disposición signiicaba
apoyar de diversas formas e intensidades,
aquel movimiento. Pero el carácter distintivo
era eso: aldeas y pobladores organizados. Se
trata de cambios complejos. El decisivo, fue
la capacidad para propagar el malestar. Ese
fenómeno fue el que en deinitiva permitió
colocar el detonador en aquella situación de
suyo explosiva, larvada durante siglos.
En medio de la guerra, el ejército supo dar
respuestas diferentes a enemigos diversos.
Más allá del genérico objetivo de tomar el poder por medio de las armas para hacer “los
cambios que el país necesita”, los insurgentes
eran muy heterogéneos entre sí. Su deinición
de las fuerzas motrices de la revolución, elemento determinante de las zonas –geográicas
y sociales- de implantación y desarrollo, y de
su composición, abrían profundas brechas entre ellos. La implementación de la estrategia
de la guerra popular prolongada (o revolucionaria), en su componente militar y político,
de masas, relaciones con movimientos y organizaciones sociales, diferían de organización
a organización. Eso que se llama “la guerra”
como fenómeno general, no existió en la realidad. Se vivieron cuatro guerras, contra cuatro
adversarios diferentes. El Ejército entendió las
diferencias de los grupos guerrilleros.
Contra el Partido Guatemalteco de los Trabajadores (PGT), realizó un sistemático trabajo de inteligencia en los ámbitos urbanos
y rurales. Ello permitió al ejército mantener
a raya al partido comunista de Guatemala,
al asestarles severos golpes en los niveles de
dirección y de cuadros medios. Para controlar a las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) en
el departamento de Petén, constantemente
hacía ajustes a la forma como las unidades
militares estaban desplegadas en aquel territorio. Ello estuvo a cargo de la Brigada Militar
Luis García León (BM-LGL), la que contaba
con el apoyo de la Base Aérea del Norte. Para
hacer frente a la Organización Revolucionaria
del Pueblo en Armas (ORPA), creó un teatro
de operaciones. El Teatro de Operaciones Sur
Occidental (TOSO) concentró en un mando el
accionar de dos Brigadas Militares. Se trató
de la Brigada Militar Manuel Lisandro Barrillas (BM-MLB), en Quetzaltenango; y la Base
Militar de Tropas Paracaidistas General Felipe
Cruz (BMTP-GFC), en Escuintla. Esto comprendía un área que iba del volcán Tacaná, en
el departamento de San Marcos, hasta el departamento de Santa Rosa. Abarcaba el área
sur de los departamentos de Quetzaltenango,
Sololá, Chimaltenango y Sacatepéquez, y los
departamentos del Retalhuleu, Suchitepéquez
y Escuintla.
Contra el EGP, diseñó una estrategia basada
en Fuerzas de Tarea (FdT). Esta manera de
conducir las operaciones militares, implicó un
cambio en la estrategia militar. El mando, el
despliegue, el apoyo de servicios y el apoyo
91
92
aéreo fueron modiicados. El Estado Mayor
designaba a los jefes de las fuerzas de tarea,
quienes contaban con un Estado Mayor. En
el despliegue se empleaban batallones orgánicos de distintas zonas militares, durante
largos períodos de tiempo en la realización de
operaciones. Sobre el apoyo aéreo se ejercía
un control más directo, desde el mando de la
Fuerza de Tarea.
Entre 98 y 982, se crearon cinco FdT:
Iximché, que cubría Chimaltenango, Sacatepéquez, el este del departamento de Sololá y
el sur del departamento de El Quiché (CEE-III,
999: 307-309); Gumarcaaj, con la cual se
cubría el sur y el centro del departamento de
El Quiché (CEH-III, 999: 309, 30); Tigre,
en el municipio de Ixcán, al norte del departamento de El Quiché (CEH-III, 999: 3234); Xibalbá, que cubría los departamentos
de Alta y Baja Verapaz (CEH-III, 999: 3);
y, Zacualpa, que cubría el departamento de
Huehuetenango (CEH-III, 999: 30-3).
En los 8 meses en que se detalla la información de las masacres cometidas por Fuerzas
de Tarea, de junio de 98 a diciembre de
982; se revela que el 57% del total de masacres cometidas a lo largo de la guerra en
cinco departamentos (El Quiché, Huehuetenango, Chimaltenango, Alta y Baja Verapaz)
fueron cometidas por Fuerzas de Tarea en
aquel tiempo. 5% cuando el dato se compara con el total de masacres cometidas en
todo el país a lo largo de la guerra. 7.5% del
total de masacres a lo largo de la guerra son
atribuibles a la fuerza de tarea Xibalbá; 5% a
la FT-Tigre; 5% a la FT-Gumarcaaj; 5% a la
FT-Iximché; y 9% a la FT-Zacualpa. Aproximadamente ocho de cada diez masacres cometidas entre 98 y 982 en aquellos cinco
departamentos fueron perpetradas por fuerzas
de tarea (346 de 454).
La Comisión de Esclarecimiento Histórico,
empleando el marco conceptual y jurídico establecido en la Convención para la Prevención
y Sanción del Delito de Genocidio (de diciembre de 948), (CEH-III, 999: 34-36) concluyó que los pueblos indígenas, que sufrieron
actos de genocidio fueron: maya-q´anjob´al,
y maya-chuj, en los municipios de Barillas,
Nentón y San Mateo Ixtatán, de departamento de Huehuetenango, donde el 3.6% de la
población fue aniquilada y el 80% tuvo que
desplazarse (CEH-III, 999: 395-46); Mayaixil, en los municipios de Santa María Nebaj,
San Juan Cotzal y San Gaspar Chajul, del departamento de Quiché, asesinando alrededor
del 5% del total de habitantes, arrasando
el 70% de las aldeas y provocando el desplazamiento del 60% de la población (CEH-III,
999: 326-359); Maya-k´iche´, en el municipio de Zacualpa, departamento de Quiché,
donde la población fue diezmada en un %
(CEH-III, 999: 377-394); maya-Achi, en el
municipio de Rabinal, departamento de Baja
Verapaz, donde un 5% de la población fue
asesinada (CEH-III, 999: 360-377).
La comparación de los resultados (en términos del genocidio) creo que sirve para ilustrar
lo que sucedió. Debemos de dejar de ver la
guerra como un fenómeno homogéneo y más
bien entender la evolución diferenciada de regiones, las que juegan un papel en su relación
con otras. De esa forma, en 98 se libraban
cuatro guerras contra cuatro adversarios diferentes. En su enfrentamiento contra uno de
estos adversarios el Estado cometió genocidio.
La pregunta entonces es ¿Por qué allí y no
en otras zonas? La clave de aquellas diferencias, en torno a la geografía del genocidio en
Guatemala, no está en los líderes rebeldes y
sus ideas, sino en la relación entre el tipo de
campesino y los territorios. Es esto lo que de-
bemos desentrañar. Es esto lo que está detrás
de las diferencias entre la misma organización, que también tuvo resultados diferentes
de territorio en territorio6.
Aquí la pregunta es ¿qué fue el altiplano
para el Estado de Guatemala? Es el lugar de
los pueblos de indios. Y de las repercusiones
de esta respuesta se hallan –me parece- las
diferencias entre los resultados de ORPA y
EGP. A pesar, reitero, de la capacidad militar –superior en los primeros, de acuerdo a
conclusiones preliminares desde mis investigaciones- de sus unidades militares permanentes.7 Si alguna rebelión podía darse en
Guatemala ésta iba a desencadenarse en el
altiplano. El altiplano estaba articulado a la
economía capitalista a través de las plantaciones. Pero también, allí se fueron ensanchando
ciertos márgenes de protesta que se articularon entre sí. Tal y como en 969, las propias
FAR lo habían intuído, el altiplano era la zona
de inserción más apropiada. Éstas fracasaron
en aquel intento por implantarse allí. Otros lo
lograron en 972.
Si sabemos que la geografía de la violencia
no fue homogénea en todo el territorio nacional, me parece disparatado pensar que esa diferencia se halla en las capacidades –que entonces serían gigantescas-, de la organización
que llegó en 972 al altiplano. Se precisa
6 Elemento que emergió de una conversación entre el autor y Yolanda Colom.
7 Entrevistado número 0, Soldado del Ejército de Guatemala, entrevista realizada durante 2005 (tercera sesión
del primer año), relata un combate que se entabló con
unidades de ORPA en el volcán Tacaná: “… las FAR y
el EGP nunca tuvieron combates como los que algunas
unidades sostuvieron con ORPA. En una ocasión, con
ORPA se tuvo un combate que inició a las cinco de la
mañana y eran las tres de la tarde y la unidad no había
podido entrar todavía al campamento de ellos.”
entender más bien las dinámicas regionales,
la organización económica en el territorio, su
articulación con la economía nacional y su relación con el Estado y el régimen político. Ver
conjuntos articulados de corredores geográicos y demográicos. De cómo se pasó de las
zonas periféricas de colonización campesina,
a áreas de frontera y a zonas más ricas, lo que
se concretó en la presencia –no creo que se
haya llegado a tener el control, o eso es algo
que hay que indagar a fondo- en el corredor de
la ruta interamericana que conecta la Ciudad
de Guatemala con Huehuetenango.
El enconado debate que la tesis ha suscitado se halla en relación dos asuntos de compleja resolución: ¿Cuál era el carácter de la
revolución guatemalteca? y, ¿Cuál fue el papel de la vanguardia revolucionaria en ésta?
¿Comprendieron las élites revolucionarias el
papel del indígena en la revolución o más
bien, sus acciones desencadenaron ofensivas
militares contra la población civil, que ellos
nunca fueron capaces de prever? ¿Por qué la
guerrilla fue incapaz de conducir la guerra en
Guatemala? Una cuestión de profunda responsabilidad histórica.
tesis núMero dos
los pErpETradorEs dEl gEnocidio fuEron
jóvEnEs, indígEnas y analfabETos,
somETidos a un EnTrEnamiEnTo dE corTa
duración
Hasta ahora sabemos quiénes fueron algunas de las víctimas, cómo y cuándo murieron.
Sabemos también que fueron asesinadas –en
su gran mayoría– por unidades del ejército.
Algo hemos logrado reconstruir en relación
con el alto mando de la institución militar,
93
94
En el corazón del genocidio en Guatemala
hubo una breve, pero intensa ola de masacres
cometidas en el área rural. No se trató de un
largo período de tiempo a lo largo del cual
ocurrieran matanzas de forma gradual y dispersa. Se trató de una ofensiva militar a gran
escala ejecutada de forma relámpago por soldados regulares encuadrados en el esquema
operacional de las Fuerzas de Tarea. Para ello
resulta importante rastrear dos elementos: el
tiempo y el espacio.
de 996.8 A pesar de las agudas diferencias en
cuanto a la intensidad de la batalla, es posible
concebir aquel conjunto de eventos como un
fenómeno en tres ciclos. El que va de 960
o 962 y llega hasta los primeros meses de
967; el que va de 967 a 982; y el que va
de 983 a 996. A inales de 98, aquella
guerra alcanzó su momento más álgido.
Entonces, las fuerzas armadas lanzaron una
contraofensiva que arrasó con las bases de los
insurgentes. 626 masacres fueron cometidas
por fuerzas de seguridad del Estado y aparatos
paramilitares (CEH-III, 999: 252); miles de
personas fueron asesinadas o desaparecidas;
un millón y medio tuvieron que desplazarse de
sus comunidades de origen, buscando refugio
en distintas partes del país; dos cientos mil
salieron a México. 9
Aunque de forma intermitente, la guerra
atravesó treinta y seis años de la historia de
Guatemala. De noviembre de 960 a marzo
Antes que término jurídico, “las masacres”
fue la denominación que los guatemaltecos
le dieron a lo que estaba pasando durante
sus personajes más visibles. Pero hasta allí
hemos llegado. De este punto en adelante,
el camino se oscurece. Sabemos del ejército todavía en términos generales, pero no de
soldados, encuadrados en pelotones y compañías.
8 El punto de partida es objeto de serias discusiones. El
debate se cierra entre dos eventos: el alzamiento militar
del 3 de noviembre de 960 y el ataque que tuvo
lugar el 7 de febrero de 962. Un tercer elemento que
vendría –creo- a precisar el inicio de la guerra devendría
de dos procesos que hay que esclarecer: a) el momento
en que aquellos militares que en vez de regresar a los
cuarteles, tras ser derrotados en noviembre de 960,
empiezan a considerar la guerra de guerrillas como una
opción. Un momento que debe estar fechado entre noviembre de 960 y febrero de 962. Me parece que el
año 96 fue un momento de gran importancia. Durante ese año tuvo lugar la implantación de la unidad
guerrillera que realizó el ataque de febrero de 962. b)
el segundo proceso que es necesario esclarecer es el
momento en que la izquierda, que empezó a ser perseguida tras la invasión de 954, pasó de considerar
la vía de las armas como el camino a tomar. Me parece
que estos dos procesos conluyen en el año 96. Hay
un hecho más que me parece que no puede quedar al
margen de las fechas en las que hemos estado moviéndonos: la revolución cubana. El inlujo de ésta puede
servir para medir el peso de los eventos que sirven como
parámetros al inicio de la guerra. Lo advierto de esta
forma: el 3 de noviembre hubiera sido posible sin
la revolución cubana; el 7 de febrero no. Para otros,
la guerra inicia en 966, cuando el ejército inicia la
matanza de más de 35 líderes de izquierda, lo que se
conoce como el asesinato de los 28.
9 Un panorama sobre la magnitud de los desplazados y
los refugiados puede leerse: “En los cuatro departamentos donde se registraron desplazamientos masivos, El Quiché, Huehuetenango, Chimaltenango y Alta
Verapaz, aproximadamente un 80% de los pobladores
(o sea, más de .3 millones de personas) (dicha cifra
signiicó más del 7% de la población total del país
en ese período) abandonaron, al menos temporalmente, sus comunidades, principalmente a ines de 98 y
parte de 982” (Mack, 990: ). El dato de los refugiados guatemaltecos en México varia, entre los aproximadamente 50 mil, de acuerdo a las cifras oiciales de
ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
Refugiados) y COMAR (Comisión Mexicana de Ayuda a
Refugiados), a los 200 mil. La base de esta oscilación
radica en el número de personas que de forma dispersa
cruzaron la frontera, asentándose en territorio mexicano con o sin estatuto de refugiado. Sobre el tema
ver: Aguayo (985), Mack (990) (992); y, Castillo
(999).
aquellos años. Aunque la masacre implica
la ocurrencia de varias ejecuciones arbitrarias, en ellas regularmente ocurren otro tipo
de hechos: desapariciones forzadas; violaciones sexuales; lesiones graves; tortura y tratos
crueles; la destrucción de bienes de personas,
lo que sometió a poblaciones a condiciones
de existencia que propiciarían su destrucción
física; el traslado por la fuerza de niños; y, la
mutilación de cadáveres, entre otros. Para los
guatemaltecos, el término masacre hace alusión, deine y sintetiza todo este conjunto de
acciones (CEH-III: 249-252).
Pero hasta inales de 98 casi nada de
esto había ocurrido. Las víctimas del genocidio guatemalteco seguían aún con vida. A inicios de 983, los números estaban casi completos. Los años del genocidio fueron 98
y 982.
Tomemos ahora en cuenta que nueve de
cada diez masacres fueron cometidas en cinco departamentos. Esto es: 554 de 626 casos. Ocho de cada diez masacres tuvieron lugar entre 98 y 982 en esos cinco distritos
departamentales. De diez casos de masacres,
ocho tuvieron lugar entre 98 y 982 para el
caso de El Quiché (247 de 327); y nueve, en
los otros casos de Alta y Baja Verapaz (73 de
8); Chimaltenango (56 de 63); y Huehuetenango (78 de 83) (CEH-III, 999: 258; CEHXIII, 999: 228).
Entre junio de 98 y marzo de 982, 79
masacres fueron cometidas (para un promedio mensual de 8). El mismo número de masacres que va de abril a diciembre de 982
(con un promedio mensual de 9). Con todo,
982 es el año en que más masacres se ejecutaron, 27 en total (para un promedio men-
sual de 23). De junio de diciembre de 98
fueron 75, para un promedio mensual de
(CEH-III, 999: 258; CEH-XIII, 999: 228).
Como ya adelantamos, nueve de cada diez
masacres realizadas por fuerzas de seguridad del Estado o estructuras paramilitares,
tuvieron lugar en cinco departamentos.0
Éstos fueron: El Quiché (327), Huehuetenango (83), Chimaltenango (63), Alta Verapaz
(55), y Baja Verapaz (26). El genocidio se
concentró en esta pequeña porción de territorio, equivalente a un tercio del total nacional
(29 de 08 mil kilómetros cuadrados).
Las unidades del ejército actuaron solas en
seis de cada diez masacres. Se hicieron acompañar por comisionados y patrulleros civiles
en tres de cada diez. Las Patrullas de Autodefensa Civil ejecutaron masacres sin presencia
de efectivos militares en un 3% del total de
casos. Además de estos grupos de vecinos organizados por las fuerzas armadas, participaban en las matanzas comisionados militares,
“conidenciales”, administradores y propietarios de incas (CEH-III, 999: 256).
Durante aquel año y medio que duró el genocidio en Guatemala, la intensidad de las
operaciones llevadas a cabo por el ejército
hace pensar que se empleó a casi la totalidad
de unidades militares disponibles. El entrevistado número 32, Oicial del Ejército de Guatemala, en sesión realizada en el mes de julio
de 2005, cuenta cómo uno de los aspectos
previstos era –desde 98– el incremento de
las tropas del ejército, lo que inalmente se
alcanzó en 982.
0 Guatemala cuenta con un modelo de Estado central.
Departamentos es el nombre que reciben las porciones
de territorio en que se da la división político territorial.
95
96
“Entonces (98) la propuesta del Ministro de la Defensa fue aumentar los efectivos del Ejército para poder soportar ese
vendaval que se vislumbraba, porque ya
estaba muy cerca de llegar a Guatemala.
El Presidente Romeo Lucas, no creyó que
fuera cierto lo que se le estaba diciendo.
Cuando aceptó, lo que hizo fue autorizar
una compañía de ingenieros, porque él
estaba más preocupado por las carreteras,
y no le daba mucho crédito a la cuestión
de la guerra. Hasta ahí llegó la propuesta con el Presidente. […] Cuando aparece Ríos Montt se le vuelve a plantear la
misma situación. Entonces, él autoriza el
incremento. Él habla de una movilización
parcial, ese fue el término que él utilizó,
para incrementar las fuerzas militares en
más o menos un 33% de lo que había en
ese momento. Como se necesitaba de inmediato contar con soldados capacitados
para mandarlos a la guerra, se invitó a los
que ya habían prestado su servicio militar
a que volvieran al ejército…”
Como todo ejército, éste se compone de
soldados y oiciales. Durante toda la guerra el
sistema de reclutamiento militar fue forzado
y discriminatorio. Luego de su reclutamiento,
los nuevos soldados eran llevados al Centro de
Adiestramiento de Reemplazos (CAR), ubicado en Jutiapa. Allí transcurrirían tres meses,
hasta incorporarse a un pelotón. Alrededor de
la mitad de los reclutados lograban escapar de
aquella base militar.
“…no se podían tener pelotones de 40,
como era puro reclutamiento, día a día,
a la hora de sacar el estado de fuerza
(pasar lista), decía: - faltan 30 reclutas;
o -40 reclutas se desertaron anoche; faltan 25; - que faltan diez; y así... […]
entonces ahí ya iban rebajando y rebajando. Cuando veníamos a salir de los tres
meses de entrenamiento, ya salían los
pelotones de 50, 55, porque ya se había
desertado la mitad.” (Entrevistado número 0, soldado del Ejército de Guatemala,
sesión realizada en 2005, primera sesión
del primer año).
De la mitad que llegaba hasta el día en que
juraban bandera y salían de aquel centro se
realizaba una selección. En la narración del
entrevistado número 0, soldado del Ejército de Guatemala, en entrevista realizada en
2005 (primera sesión del primer año):
“Aparte, aparte, bueno los que no saben
leer nada pasen para allá; los que pueden
escribir pero no saben leer pasen para
acá; los que pueden leer pero no pueden
escribir pasen para acá y así, entonces y
ya se agarraban. Entonces decían bueno,
para Poptún vamos a mandar 200, 200,
entonces comenzaban a contar, vamos a
ver de los que pueden leer pero no pueden escribir, pues hay 70, bueno 35 pasen para allá. Y de los que saben leer de
sexto a ver este y este, cinco pasen para
allá; de cuarto, uno, dos, tres, cuatro,
cinco pasen para allá; de primero taz, taz
para allá; y estos otros tantos que saben
escribir pero no saben leer pasen allá; ya
ajustaron los 200”.
Al inal, las unidades fundamentales de
todo ejército, los pelotones, quedaban integrados al azar. En palabras del entrevistado
número 36, Oicial del Ejército de Guatemala,
entrevista realizada en agosto de 2005:
“Había uno (un soldado) de Toto (Totonicapán), dos de Huehue (Huehuetenango),
uno de Zacapa, uno de Cobán, diez de
Jutiapa, tres de Guate (Guatemala), cinco
de Escuintla. A mí lo que me interesaba
era tener mis cuarenta hombres. De ahí
yo me encargaba de hacer el proceso de
homogenización.”
Dado que los reclutas que sabían leer y
escribir eran seleccionados para pasar a determinadas unidades, al resto de pelotones se
integraban con jóvenes analfabetas:
“…en las zonas pelean los que saben leer,
los pelean, si, ahí los capitanes se pelean
por los que saben leer. Las unidades que
agarran a los que saben leer son las de
blindados, o sea mortero (20 y la batería 05). Esas unidades se integran sólo
con puros estudiantes. Luego, mandan a
ellos (a los que sabían leer y escribir) los
mandan a la Guardia Presidencial y a las
cuarteles de la capital.” Entrevistado número 0, Soldado del Ejército de Guatemala, sesión realizada en 2005 (primera
sesión del primer año):
¿Cuál fue el papel del racismo en 98982? ¿Se puede hablar de un incremento
del racismo a medida que fue propagada una
idea/ sensación de amenaza? ¿De qué forma,
el añejo racismo de pronto se convierte en el
punto donde se rematan todos los hilos que
justiican la matanza? ¿cómo se maniiesta el
racismo en la relación entre el alto mando del
cuerpo de oiciales y la oligarquía? Lo cierto
es que los indígenas guatemaltecos fueron colocados al borde de la muerte cuando, entre
la oligarquía y el alto mando del cuerpo de
oiciales, se consolidó la idea de que éstos
habían sido engañados por la subversión. Es,
precisamente esa mezcla, subversión e indios,
la singularidad de Guatemala en el contexto
de la guerra fría en América Latina. Es esto
también lo que explica este genocidio.
El Ejército de 98 era el relejo de la sociedad. No se trataba de una institución cuyo
personal tuviera rasgos excepcionales. Engarzaba a las clases bajas del campo, jóvenes
indígenas, en su mayoría analfabetas, con los
ladinos de clase media y todavía algunos elementos de las clases altas. No eran, desde el
punto de vista de la estratiicación, una institución excepcional o diferente de la sociedad
guatemalteca. No mataban ante el ejercicio
de la coacción. Más bien, lo hicieron con una
voluntad forjada en medio de la guerra misma.
No eran un tipo especial de guatemalteco, ladinos, que iban sobre los indígenas; ni se trataba de pelotones conformados por patrones
étnicos, conformados para atacar a otra étnia
en particular, en base a estudios antropológicos, como en algún momento se ha pensado.
tesis núMero tres
las razonEs dE la dErroTa
insurgEnTE
no hay quE buscarlas únicamEnTE En
los insurgEnTEs sino –sobrE Todo- En
El régimEn políTico, la coalición dE
clasEs quE lE sosTEnía y las alianzas
inTErnacionalEs
El desenlace de todo proceso revolucionario
no es siempre la revolución. Se precisa ver a
los revolucionarios, pero también a los contrarrevolucionarios. Aquí la pregunta clave es
¿Cuál es el Estado que había que derrotar?
97
98
En Guatemala, la coalición de clases se parapetó detrás de la institución armada y del
gran aliado, los Estados Unidos. Nunca se dividió, como sucedió en los otros casos, cuando los rebeldes triunfaron. Todo apunta a que
esta oligarquía exigió el genocidio al alto mando del cuerpo de oiciales. Aquella rebelión
se topó con una élite agraria graníticamente
consolidada alrededor de cuatro aspectos:
a) el terror en su contra, en los ámbitos rurales y urbanos;
b) la propagación del sentido de terror que
generó el ejemplo de la caída de la Nicaragua somocista; dada la crítica situación
de El Salvador, muchos somocistas encontraron refugio de en Guatemala;
c) el uso del terror para acabar con la guerrilla;
d) el recuerdo del pánico de 952, época
de la reforma agraria.
No obstante, las alianzas que sostuvieron a
la institución armada en la cima del poder,
sigue privando un sentido de suposiciones y
sentidos comunes. Uno de los entrevistados,
el identiicado como número 32, Oicial del
Ejército de Guatemala, en entrevista realizada
en 2005 airmó:
“…Sí había una exigencia de parte de
la iniciativa privada al Presidente de la
República: y ahora ¿qué va a pasar con
nosotros? ¿qué vamos hacer? ¿qué va a
pasar con Guatemala? […] tal vez una
presión mucho más fuerte que la que
pudo haber ejercido el Ejército sobre el
Presidente vino del empresariado guatemalteco para hacer algo.”
A diferencia de otras circunstancias, cuando los levantamientos agrarios derivan en revoluciones, esta vez, en Guatemala, las élites
permanecieron unidas detrás del ejército, empujando a éste a actuar de manera decisiva y
feroz. Nuevamente, la comparación histórica
da la clave para entender los acontecimientos.
Las tres revoluciones triunfantes del siglo XXI
en América Latina se alzaron sobre los pedazos
de dictaduras personales. Me reiero a México,
Cuba y Nicaragua. Fueron momentos en los
cuales, además, la coniguración internacional de fuerzas se hallaba confundida. Estados
Unidos no logró articular una respuesta que
echara por el suelo lo que estaba sucediendo.
En Guatemala, el autoritarismo militar tomó
una forma más bien colegiada y aquella oportunidad en las relaciones internacionales se
cerró la misma noche del 9 de julio de 979,
con el triunfo del Sandinismo. Uno de los entrevistados, el número 35, Oicial del Ejército
de Guatemala airmó en entrevista realizada
en agosto de 2005:
“…aquella promoción de oiciales de la
Escuela Politécnica debió haberse graduado en diciembre, pero, debido a la
sensación que dejó la caída de Somoza,
se graduó el primero de septiembre. El
avance de los sandinistas y la consolidación de esa revolución, dio fuerza a
los salvadoreños y a los guatemaltecos.
Prácticamente esto –la caída de Somoza
García- encendió los ánimos y apresuró
las cosas. Esa anticipación permitió al
ejército soportar esa primera ola de movilización casi nacional.”
El mismo entrevistado, en sesión realizada en agosto de 2005 (sesión número uno)
airmó, a propósito de las conexiones entre
el régimen de Lucas García (en Guatemala)
y Somoza:
“…no era extraño para nosotros lo que
estaba pasando en Nicaragua. El general
Lucas estaba muy bien enterado porque
él había dispuesto todo lo que se pudiera
hacer para apoyar al ejército de Somoza. Ese sí era puro ejército de Somoza.
Habían oiciales (guatemaltecos) que
entrenaban y conducían a las unidades
nicaragüenses… y ellos cada vez que
venían contaban como estaba de mal la
situación allá…”
De inales de 979, se abre un momento
en el que todos se preparan para la guerra que
habrá de librarse en 98. El año clave –me
parce- fue 980. Fue el gran momento de la
preparación. A diferencia de lo que sucedió en
El Salvador, donde la Fuerza Armada de aquel
país se lanza a la conformación de batallones
de fuerzas especiales con el apoyo de Estados
Unidos, aquí, se contaba con el curso kaibil.
De aquel curso, ya sabemos de las imágenes
grotescas de personas comiendo animales. Un
perro, para ser precisos. Pero el aporte de este
curso a la guerra fue vital. A lo interno de la
institución armada se vivió un proceso que se
llamó kaibilización. Cito al entrevistado número 36, Oicial del Ejército de Guatemala:
“Bueno ahí hay un fenómeno en el Ejército que se llama la kaibilización de todos
los cursos. Nosotros hacemos del curso
kaibil como la bandera o la insignia de
la fuerza del Ejército […] Los egresados
de la Escuela Kaibil llevan la semilla. Se
convierten en pequeños conductores de
cursos que van en esa dirección en los
diferentes puntos de la República. En-
tonces, por ejemplo, los paracaidistas
tenían un entrenamiento especial, pero
el curso interno se llamó “Kaibilito”. En
la Escuela Politécnica se dio el caso de
un instructor que recién egresado de la
Escuela Kaibil llegó. Para él se le estaba
pidiendo al cadete 0 veces más que a
un oicial que está yendo a sacar el curso (kaibil). Las pruebas eran tremendamente más difíciles. Esto se genera en
todas la bases…Un proceso de hacer de
que las técnicas que los kaibiles estaban
recibiendo en el Inierno se desarrollarán
en todo el Ejército.”
Otro de los oiciales entrevistados conirma
este proceso. Entrevistado número 34, Oicial
del Ejército de Guatemala, entrevista realizada en julio de 2005.
“…esa mística de kaibil se llevó a muchos lugares. Entonces, se hicieron pequeños cursitos de entrenamiento de lucha irregular en casi en cada lugar a donde usted iba. Estaba por ejemplo, en la
Alta Verapaz, el curso Sultacá; en Santa
Rosa, el curso Xinca; en Izabal, el curso
Cobra. Éstos eran como “kaibilitos”, cursos para entrenar a la tropa en términos
irregulares. Entonces ¿qué pasa? los comandantes, los que hicieron estos cursos
eran kaibiles. Así se reprodujo y se multiplicó el esquema en muchos ámbitos de
acción. Eso llevó a que el Ejército dejara
de pensar en términos regulares y fuera a
una lucha irregular a nivel de todas sus
unidades.”
Además del tipo de Estado y sus alianzas
internas y externas, se trató de un régimen
acostumbrado a emplear de forma brutal e in-
99
discriminada el terror para controlar cualquier
intento de protesta social.
100
Esta tesis invita a pasar de las historias de
las organizaciones revolucionarias, a ver la interacción entre los rebeldes y el Estado, el tipo
–patrimonial o burocrático– y las capacidades
de éste para llevar adelante sus objetivos.
tesis núMero cuatro
rasTrEar El punTo dE parTida
dE la
dEcisión miliTar por EmprEndEr El
gEnocidio dilucida con claridad la
rEsponsabilidad insTiTucional dEl
EjérciTo, la coalición dominanTE y sus
aliados inTErnacionalEs
En torno a la institución armada ha prevalecido el argumento de que su participación en
el genocidio se dio a nivel operativo. Cuando
se acepta la participación en las masacres el
argumento que prevalece es que la extensión
de las operaciones no pudo hacer efectivo el
control sobre las tropas. Así, los mandos operativos cometieron lo que bajo este argumento
es caliicado como excesos. Esto se condensa
de forma clara en este párrafo:
“En la medida en que se abrieron las operaciones usted tiene que improvisar cuadros de control. En la medida en que se
abrió el abanico se fue perdiendo control
operacional. Entonces, las patrullas en
el nivel táctico tuvieron mayor independencia, mayor capacidad de decisión en
el terreno, empezaron ha hacer su propia inteligencia de combate para poderse
orientar, pero se perdió el control operacional. Entonces ¿cómo podía el nivel estratégico estar seguro de las operaciones
en el nivel táctico si estaba improvisando
el nivel de control operacional? No se podía. Realmente lo que hubo aquí fue un
desborde de las operaciones, que llevó a
desbordar también la capacidad operacional del control.” (Entrevistado número
34, Oicial del Ejército de Guatemala, entrevista realizada en julio de 2005).”
Pero ¿cuál fue el punto de partida de ese
momento? El punto de partida fue una reunión en la cual se tomó la decisión de modiicar la estrategia que hasta entonces se había
empleado. Antes, entre septiembre y octubre
de 98, el Ejército había replegado varios
batallones de Huehuetenango y Quiché, concentrándolos en el Agrupamiento Táctico de
Seguridad. Allí dio inicio un período de entrenamiento. El entrevistado número 3, en
sesión sostenida en agosto de 2005, da un
panorama de la situación que atravesó la institución armada en 98:
“Se conocía la situación. Estaba “ploteada” la situación en los mapas. Lo que
pasa es que no se actuaba. Se sabía. Se
sabía que (los guerrilleros) venían, llegaban, emboscaban y todas las cuestiones.
Pero todo se quedaba. Medio sobrevolaba
una helicóptero allí sólo viendo y se iba y
Un testigo, oicial del ejército de Guatemala, airmó a
la CEH (Comisión para el Esclarecimiento Histórico):
“Se reunían muchos generales y coroneles en el Agrupamiento Táctico de Seguridad para planiicar en secreto.
Una mañana nos dieron la orden de hacernos cargo de
nuestras unidades y trasladarnos de inmediato a Chimaltenango y nos prohibieron que les avisáramos a nuestras
familias. En Chimaltenango nos comunicaron cuál era la
operación que íbamos a hacer, y la Fuerza de Tarea Iximché era la concentración de tropa más grande que se
hizo en Guatemala hasta ese momento, 2,800 hombres
de todas las armas, con equipo de combate. ” (CEH-II:
49)
punto. El Jefe del Estado Mayor General
estaba bien documentado de todo lo que
estaba sucediendo, porque él les iba a
dar lineamientos para las operaciones…”
La respuesta del ejército se concreto la
madrugada del 2 de noviembre de 98. El
silencio fue cortado por un largo silbido de
un comboy de camiones militares. Enilaron
por la carretera Interamericana. Ninguno de
los soldados y oiciales –excepto el mandoestaban enterados de que aquellos pelotones
iniciarían la mayor matanza en la historia contemporánea de América Latina.2 Una semana
antes, el 4 o 5 de noviembre, en el aniteatro
de la Fuerza Aérea, tuvo lugar una reunión en
la que se tomó la decisión de llevar adelante
un nuevo esquema en la lucha contraguerrillera. Las fuerzas de tarea sustituirían el diseño
operacional centrado en las brigadas militares.3
2 La fecha exacta proviene de la siguiente referencia: “El
2 de noviembre el Ejército sacó a todas sus unidades y
las trajo para Chimaltenango porque la guerrilla estaba
a punto de declarar liberado el Altiplano. Sólo quedó el
destacamento de Playa Grande y la única autoridad era
la guerrilla”. (CEH-II: 28).
3 El entrevistado número 35, Oicial del Ejército de Guatemala, en entrevista realizada en julio de 2005 evaluó
el despliegue de la Fuerza de Tarea Iximché en estos
términos: “Fuerza de Tarea daba un despliegue masivo.
Aquí estamos hablando que la Fuerza de Tarea Iximché
movilizó aproximadamente unos dos mil efectivos, con
un plan súper secreto, hecho por los mismos oiciales,
ahí no entraron especialistas ni nada. Por eso no se
iltró ninguna información hacia fuera. En un día se
desarrolló tal movimiento nocturno de toda la Fuerza
de Tarea que ocupó Chimaltenango, parte de Sacatepéquez, parte de Sololá y parte de Chichicastenango.
En un solo despliegue. De esos puntos para arriba (al
norte), hasta más o menos la cuenca del río Motagua.
Entonces, al día siguiente el Ejército apareció por todos
lados.”
Tras haber escuchado de boca del Jefe de la
Segunda Sección la situación militar del país,
y del Jefe de la Tercera Sección, las opciones
operacionales, se procedió a nombrar al coronel Luis Arturo Getellá Solórzano como Jefe
de la Fuerza de Tarea Iximché (FT-Iximché).4
El relato de aquel cónclave, a través de alguien que allí estuvo presente dice:
“…allí pasa a exponer todo el oicial de
inteligencia: como está la situación; y
el oicial de operaciones. Entonces, el
oicial de abastecimiento, de abastos,
no tiene más que cumplir ciertos lineamientos. Y el oicial de asuntos civiles,
cumplir ciertos lineamientos que se le
dan allí. Porque los que más tienen que
ver allí son inteligencia, y de acuerdo a la
inteligencia se desarrollan las operaciones, se van a desarrollar las operaciones,
pero ya empleando la táctica contraguerrillera…”. (Entrevistado No. 3, Oicial
del Ejército de Guatemala, sesión número
dos, realizada en agosto de 2005).
El 9 de noviembre, con la ayuda del subjefe
de la FT-Iximché y de los cinco oiciales que
integraban su Estado Mayor, Getellá presentó
al Jefe del EMG el conjunto de planes que ejecutarían las tropas bajo su mando. También,
se dispuso cuántos batallones y la manera
como éstos serian relevados a lo largo de las
4 “allí se nombró al mando de la Fuerza de Tarea. Ya estaban allí presentes, ya sólo se designaron allí de una vez
para que empezaran a trabajar.” (entrevistado No. 3,
Oicial del Ejército de Guatemala, entrevista realizada
en agosto de 2005). Getellá Solórzano es egresado de
la academia militar de West Point (Nueva York, Estados
Unidos) en 963, Getellá estudió en la Escuela de Infantería del Ejército de Estados Unidos (974), donde
también realizó el curso de Comando y Estado Mayor
(978) (Osorio, 2000).
101
operaciones que se planiicaron (entrevistado
No. 3, Oicial del Ejército de Guatemala,
sesión número dos realizada en agosto de
2005).
102
Con el in de aquella reunión, se selló
también la suerte de miles de indígenas del
altiplano guatemalteco. La crueldad extrema
que sobre ellos se desató convirtió el momento de rebelión que se vivía en un momento de
grandes sufrimientos.
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EnTrEvisTas
ciTadas:
Entrevistado número 36, Oicial del Ejército
de Guatemala, sesión realizada en agosto de
2005.
Entrevistado número 35, Oicial del Ejército
de Guatemala, sesión realizada en agosto de
2005.
Entrevistado número 34, Oicial del Ejército
de Guatemala, sesión realizada en julio de
2005.
Entrevistado número 32, Oicial del Ejército
de Guatemala, sesión realizada en julio de
2005.
Entrevistado número 3, Oicial del Ejército
de Guatemala, sesión realizada en agosto de
2005 (sesión número dos).
Entrevistado número 0, Soldado del Ejército
de Guatemala, entrevista realizada en 2005
(primera sesión del primer año).
la dEsaparición forzada
hErramiEnTa prEdilEcTa dE la guErra sucia
Marina de Villagrán
105
La presentación del día de hoy parte de dos
premisas: La primera enuncia que la guerra
de Guatemala, dadas sus características especíicas, puede ser clasiicada como de carácter
contrainsurgente, mejor conocida en América
Latina como “guerra sucia”. La segunda establece que la desaparición forzada se constituye en una herramienta altamente eicaz
de la violencia instrumental utilizada por un
Estado en su esfuerzo por implantar el terror,
objetivo que se alcanza a través de una serie
de políticas, estrategias y acciones, en franca violación a preceptos legales –nacionales
e internacionales- y a normas de convivencia
socialmente aceptadas.
falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de
informar sobre el paradero de la persona,
con lo cual se impide el ejercicio de los
recursos legales y de las garantías procesales pertinentes”.
Tomando en consideración los elementos de
tipo legal antes aludidos y fundamentada en
una deinición de Ricardo Sánchez,2 se puede airmar que la desaparición forzada es:
Un acto de violencia extrema, cometido
por agentes del Estado o por personas
autorizadas por éste, que se constituye a
partir de la captura ilegal, el ocultamiento deliberado de una persona y la consecuente pérdida de su presencia física
(o material), sin que exista la posibilidad
de establecer con certeza las circunstancias que determinan su “no presencia
física”.
En el marco de la ilegalidad y las atrocidades de un Estado terrorista, y teniendo
como objetivo la consolidación del ambiente
de zozobra que permite la magniicación y la
interiorización del miedo, los actos de violencia extrema se multiplican y se perfeccionan.
Entre ellos, la desaparición forzada.
Desde el punto de vista legal, la desaparición forzada se deine como:
“La privación de la libertad a una o más
personas, cualquiera que fuere su forma, cometida por agentes del Estado o
por personas o grupos de personas que
actúen con la autorización, el apoyo o la
aquiescencia del Estado, seguida de la
Artículo II de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, adoptada en Belém do
Pará, Brasil, el 9 de junio de 994, en el vigésimo cuarto período ordinario de sesiones de la Asamblea General.
Firmada por Guatemala el 24 de junio de 994 en la
Secretaría General de la OEA, hecho el depósito de ratiicación el 25 de febrero de 2000.
2 La deinición de Ricardo Sánchez plantea como desaparición forzada: “La pérdida de la presencia real de un
ser humano, sin que exista la posibilidad de establecer
con certeza si esta <<no presencia real>> se debe a la
muerte de éste”.
106
Las condiciones de persistencia e incertidumbre que la acompañan hacen de ella
un sutil instrumento de tortura con las
consiguientes secuelas físicas y severas
alteraciones a nivel del psiquismo individual y colectivo.
La práctica sistemática de la desaparición forzada implica la alteración de los
sistemas de relaciones sociales y el implantamiento del terror.
Como antecedente cercano de la desaparición puede señalarse que, en el último siglo,
a partir de la Segunda Guerra Mundial, la
desa-parición forzada surgió como un recurso sistemático de la violencia política. El 7
de diciembre de 94, el Mariscal de Campo
del ejército alemán, Wilhelm Keitel promulgó
un decreto que Adolfo Hitler había concebido
algún tiempo atrás, conforme a lo que consideraba los más altos intereses de Alemania.3
Algunos días más tarde, el 2 de diciembre
del mismo año, Keitel escribió una carta
en la cual expresaba: “la voluntad del
Führer muchas veces manifestada es que
(...) los infractores tienen que ser tratados
con medidas que hasta ahora no se han
usado (...). Si se cometen tales actos (atacar
al Reich o a las fuerzas de ocupación), la
cárcel o la prisión perpetua son signos de debilidad. Una intimidación efectiva y duradera
sólo se puede conseguir mediante la pena de
muerte o mediante medidas que dejen a los
familiares y a la población
3 Ávila Rincón, Calixto. Noche y Niebla, la desaparición
forzada de personas, en http://www.derechos. org.ve/
ongs_ven/provea/Opina/Opina.2000NocheNiebla.html,
30 de diciembre de 2002, p..
en general en completa incertidumbre sobre
la suerte de los infractores”.4
El decreto, denominado “Nacht and Nabel” (en Español: Noche y Niebla) prosiguió a
una orden militar dictada por Hitler, conocida
como “balance del terror” orientada a reprimir severamente, con resultado de muerte,
los actos de los grupos de la resistencia en
los países ocupados. La idea general surgió a
partir del caso especíico de una mujer francesa, organizada en la resistencia, que fue
indultada personalmente por Hitler, cuando
consideró que su desaparición “sería más impresionante que su ejecución y que tendría la
ventaja de no hacer de ella una mártir (...) y
después concibió la idea de generalizar ese
caso aislado. En una entrevista con Keitel,
Hitler le impartió instrucciones: las actividades comunistas en los países ocupados se
extendían, y las sentencias de los tribunales,
que exigían largos procedimientos y condenaban en general a penas de prisión, carecían
de todo efecto psicológico. Ordenó entonces
que sólo se iniciaran procesos judiciales en
los países ocupados en los casos en que, de
acuerdo al derecho vigente, se podía contar
con certeza y en el más breve plazo con condenas a muerte.
Por el contrario, todos los demás acusados
(y esta fue la expresión misma utilizada por
Hitler) debían ser enviados ‘en la noche y en
la niebla’ del otro lado de la frontera, a Alemania, donde serían completamente aislados del
mundo exterior. Esto produciría un efecto de
4 ¿Qué es Noche y Niebla? en http://www.nocheyniebla.
org.queesnyn.html, 2 de octubre de 2002.
intimidación (...)”. 5 Por lo general, se informaría solamente que: “habían sido detenidos
y que no se permitía más información sobre el
estado del proceso”.6
“Noche y Niebla” transmitía con exactitud
la imagen de una persona que se sumerge en
la obscuridad de la noche o en la niebla, hasta perderse para no ser vista nunca más. El
prisionero “en situación de noche y niebla”
no tendría nombre, sus familiares jamás podrían conocer ni su situación temporal, ni su
destino inal. Si se le mantenía vivo nunca
tendrían información de dónde o cómo y, si
se le asesinaba, nunca deberían saber cómo,
cuándo o por qué y menos aún dónde había
sido enterrado.
El decreto expresaba: “Las siguientes regulaciones promulgadas por el Jefe del Alto
Comando de las Fuerzas Armadas, (...) son
dadas a conocer por este medio: Después de
amplia consideración el Führer ha decidido
que las medidas tomadas contra aquellos culpables de ofensas contra el Reich o contra las
fuerzas de ocupación en áreas ocupadas deben ser cambiadas. El Führer es de la opinión
que en tales casos la servitud penal o una
sentencia de trabajo forzado perpetua será
considerada como un signo de debilidad. Una
forma de disuasión más efectiva y duradera
puede lograrse sólo con la pena de muerte o
tomando medidas que dejen a la familia
5 Citado por Matarolo, Rodolfo, en http://www.derechos.
org/nizkor/chile/libros/memoria/cap5.html, 29 de junio
de 2003, p.2.
6 ¿Qué es Noche y Niebla? en http://www.nocheyniebla.
org.queesnyn.html, p..
y a la población incierta sobre el destino del
ofensor”.7
En 942 Hoffman, encargado de instrumentalizar el decreto, escribió en sus instrucciones: “puesto que la inalidad de este
decreto es dejar a los familiares, amigos y
conocidos del preso en la incertidumbre acerca de su paradero, no se les permitirá ningún
contacto con el exterior; por la misma razón,
no podrán escribir cartas, ni recibir visitas o
paquetes, etcétera”.
Finalmente, un bando del Mariscal
Keitel esclarecía la situación al dictar que:
“a) los presos desaparecerán sin dejar rastro;
b) no podrá brindarse ninguna información sobre el lugar donde se encuentran, ni sobre su
destino”. Con esta orden, se deinía el destino de aquéllos que se oponían a la ocupación
alemana de sus países.
La mayoría de las víctimas de Noche y Niebla fueron ciudadanos de Francia, Bélgica y
Holanda que eran detenidos por la noche para
trasladarlos a los campos de concentración sin
que nadie supiera de ellos, sin una acusación
concreta, sin juicio y sin explicaciones. Bajo
la categoría de “exterminios sin explicación
alguna (...) muertes y ‘desapariciones en tránsito’ hubo un total de ,308,000 personas”.8
Sintiéndose amenazado, el Estado guatemalteco optó por el uso del terror como medio
para acallar las demandas del pueblo al que
7 Payne, Robert. La Biografía de Hitler, citado en
http://www.laneta.apc.org/afadem-fedefam/historia.html,
30 de diciembre de 2002, pp.2-3.
8 Conadep, Op.Cit., p.3.
107
108
debía servir, se convirtió en el primer violador
de las normas socio-políticas que debía respetar y defender, diluyó la responsabilidad por
los actos delictivos cometidos en su nombre,
cubrió con el manto de la impunidad a sus
agentes represores y transitó inevitable e irreversiblemente de la legalidad a la ilegalidad y
desde la violencia coactiva legitimada hasta
la atrocidad.
EfEcTos psicosocialEs dE la
guErra sucia
Se hará referencia en este apartado a los
efectos del llamado trauma político. Se puede airmar que la convivencia cercana con la
muerte y con la violencia cotidiana caracterizan a este tipo de trauma. Si se suma a esos
condicionantes un evento desencadenante de
la magnitud de la desaparición forzada y se
transmite a la sociedad un mensaje claro de
amedrentamiento, se consigue imponer el terror y mantener vigente una sensación generalizada de indefensión e impotencia.
Las consecuencias de ese tipo de trauma
han sido analizadas de manera sistemática
desde hace un poco más de dos décadas por
equipos de médicos, psiquiatras, psicólogos
y sociólogos españoles y latinoamericanos,
especialmente chilenos y argentinos, en un
encomiable afán por entender y explicar las
consecuencias que tienen las acciones del
Estado sobre las personas que las sufren. En
el caso de la desaparición forzada, se ha intentado explicar los efectos sobre las personas
cercanas al desaparecido, el impacto sufrido
por las víctimas indirectas así como por quienes las han vivenciado.
El trabajo realizado por estos profesionales,
de manera individual o en equipos multidisciplinarios, ha permitido identiicar en los
sobrevivientes de un acto de desaparición y
en las víctimas directas e indirectas una serie de perturbaciones emocionales difíciles de
superar. También se ha podido establecer que
estos efectos van más allá de los individuos y
que, de manera silenciosa, invaden otros ámbitos de la vida social, perduran en el tiempo y
pueden afectar a más de una generación.
De una manera muy general, se pueden deinir los efectos psicosociales a los que hemos
aludido, de la manera siguiente:
En las víctimas directas (desaparecidos-aparecidos):
• La huella indeleble de los daños al cuerpo, el miedo, la desorientación temporoespacial, la pérdida del proyecto personal
y colectivo
• La certeza de lo acontecido, el conocimiento de los límites (propios y ajenos),
la recuperación del control, la “velada
sensación de triunfo”, el desarrollo de un
nuevo proyecto persona, el reclamo por la
digniicación.
En las familias
•
•
•
•
La incertidumbre
La fantasía
El sufrimiento
Las percepciones alteradas en relación a
el (ella)
• La culpa del sobreviviente
• La internalización del discurso del agresor
• La culpabilización de la víctima
• La idealización de la víctima
• El duelo alterado
• La esperanza
vamente. Por estas y otras razones, en el colectivo social aún prevelacen:
•
•
•
•
En el grupo
• La desconianza
• La percepción de “fortalecimiento grupal”
• Pérdida de la representación grupal
• El efecto “oveja negra”
• El apoyo social
• La solidaridad
•
•
•
•
•
La desconianza y el miedo
El silencio
La naturalización de la violencia
La identiicación con el agresor y la internalización de su discurso
La culpabilización de las víctimas
La ausencia de fuertes vínculos y redes
sociales
La estigmatización de lo político
La inhibición
La desesperanza
Pese a todo, actividades como la de hoy
que consiguen convocar a la juventud, apoyos
Hoy, aunque la guerra terminó en 996, la externos encaminados a la construcción de la
paz está muy lejos. El Estado guatemalteco
aún no reconoce su responsabilidad, la violencia alcanza niveles insospechados, no existe
credibilidad en las instituciones, se reorganizan y se reposicionan algunos poderes ocultos
y la juventud es víctima de la mal llamada
“limpieza social”. Por acción o por omisión,
el Estado guatemalteco se compromete nue-
paz, académicos ocupados por escribir la historia reciente de nuestro país, así como personas y grupos como los aquí presentes que
desean conocer la verdad de lo acontecido son
una manifestación clara de que no todo está
perdido y que la esperanza sigue viva.
109
carlos arriola
Médico y cirujano egresado de la Universidad de
San Carlos de Guatemala en 99. Se especializó en Análisis de Políticas y Estrategias de Salud
en la Universidad Rafael Landívar y tiene una
Maestría en Administración Pública del INAP.
Por más de 7 años ha trabajado en el área rural
de Jocotán, en proyectos relacionados con salud, desarrollo y educación, conjuntamente con
instancias nacionales e internacionales. Es catedrático de la carrera de Medicina, área de salud
Pública, en el departamento de Chiquimula.
sanTiago basTos
dE los auTorEs...
Español de origen. Profesor investigador de la
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
(FLACSO-Guatemala) desde 988 es Investigador Asociado del Centro de Investigaciones
Regionales de Mesoamérica (CIRMA). Doctor
en Antropología Social por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS-Occidente) en Guadalajara,
México, Centro del que ahora es Profesor Investigador . Ha trabajado la dimensión étnica del país
desde varios ángulos, con resultado de libros
como Relaciones étnicas en Guatemala, 944200 y Entre el mecapal y el cielo. Desarrollo del
Movimiento en Maya en Guatemala, y la colección Mayanización y vida cotidiana. La ideología
multicultural en la sociedad guatemalteca. Entre
2007 y 2008 ejerció como Coordinador Académico del Espacio Lectura a Fondo...
rosa maría chan
Graduada de Licenciada en Arqueología en el Centro Universitario de Petén de la Universidad de
San Carlos de Guatemala. Su experiencia y formación se ha enfocado a las Tierras bajas mayas,
con especial énfasis en Petén, no sólo en la investigación histórica sino también a partir del
desenvolvimiento de la vida actual, lo que la ha llevado a incursionar en temas de gestión cultural y ambiental, manejo de áreas protegidas y desarrollo sostenible. Con estas experiencias ha
realizado trabajos para organismos y agencias internacionales como GTZ, UNESCO, UNOPS y el
Fondo de Monumentos Mundiales, así como para organizaciones nacionales y locales además de
entidades gubernamentales. Ha participado en diferentes cursos y eventos de especialización, de
cooperación e intercambio en los países centroamericanos. Actualmente es la Directora Ejecutiva
de la Fundación ProPetén.
ricardo falla
Sacerdote jesuita, es Doctor en Antropología. Acompañó a las Comunidades de la Población en
Resistencia (CRP) en el Ixcán, entre 983 y 992. Entre sus libros se encuentran: Masacres de
la selva (992) y Migración transnacional retornada. Juventud indígena, Zacualpa, Guatemala
(2008). Actualmente reside en Santa María Chiquimula, Totonicapán.
susana gausTEr
Socióloga por la Universidad de Viena, Austria. Es coordinadora-investigadora del Instituto de
Estudios Agrarios de CONGCOOP, Guatemala. Sus investigaciones se centran fundamentalmente
en tenencia, uso y acceso a la tierra; impacto de las políticas comerciales agrícolas en el campo,
agro-negocios; soberanía alimentaria; institucionalidad y políticas agrícolas y agrarias, nacionales
e internacionales.
carlos guzman bocklEr
Abogado y notario por la Universidad de San Carlos de Guatemala, se doctoró en Sociología
por la Universidad de La Sorbona, en París. Es profesor e investigador en diversas instituciones
nacionales e internacionales. Ha brindado numerosas charlas y conferencias sobre el tema de la
bipolaridad ladino-indígena en Guatemala y el extranjero.
mEgan Thomas
Periodista y analista con experiencia en agencias y publicaciones como Inforpress, Nuevo Diario,
Noticias de Guatemala, revista Compañero y otras. Feminista, con participación en La Cuerda y
en el programa radial Voces de Mujeres, de Radio Universidad. Trabajó con organizaciones de
la cooperación internacional como consultora y oicial de programas. Es además, consultora en
temas de fortalecimiento institucional y diseño programático. Actualmente es directora del Centro
de Estudios y Documentación de la Frontera Occidental de Guatemala (CEDFOG), una asociación
civil dedicada a la investigación, generación y difusión del conocimiento, la promoción de la relexión y el debate en función de la democratización y el desarrollo de Huehuetenango.
EdElbErTo TorrEs-rivas
Doctor en Sociología por la Universidad de Essex, Inglaterra, Maestro en Sociología por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales
por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Ha sido docente en diversas universidades centroamericanas y es investigador incansable de la historia política de América Latina, manteniendo
una perspectiva centroamericana en todas sus investigaciones y publicaciones. Jugó un importante papel en la Comisión para el Esclarecimiento Histórico establecida como parte de los Acuerdos
de Paz y como Secretario del Instituto Guatemalteco de Estudios del Desarrollo y la Paz.
manolo vEla casTañEda
Doctor en Ciencias Sociales por el Colegio de México, Maestro en Ciencias Políticas por la
Universidad Rafael Landívar y Licenciado en Sociología por la Universidad de San Carlos de
Guatemala. Fue coordinador del área de Estudios Políticos y de Seguridad de FLACSO Guatemala
y es catedrático de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) y la Universidad Rafael
Landívar. Ha sido invitado como participante y conferencista a reuniones académicas en
Centroamérica y América Latina. Ha realizado y publicado numerosas investigaciones, la última
de ellas De la contrarrevolución a la rebelión, Guatemala 954-98: las masas, las armas y las
élites, FLACSO Guatemala, 2008.
marina dE villagrán
Maestra en Psicología Social y Violencia Política y Licenciada en Psicología por la Universidad de
San Carlos de Guatemala. Ha sido catedrática en la Universidad Rafael Landívar y en la USAC.
Durante más de 4 años ha sido docente y supervisora de Práctica en Psicología Social Comunitaria. Ha realizado investigaciones sobre problemas de salud mental de la sociedad guatemalteca
y sobre las desapariciones forzadas y sus impactos psicosociales.
moisés casTillo
Guatemala, 975
Fotoperiodista. Desde hace 7 años trabaja para
la agencia The Associated Press. Es editor de
fotografía en El Periódico de Guatemala desde su
fundación. Imágenes suyas han sido publicadas
en periódicos, libros y revistas de todo el mundo,
entre las que destacan Time Magazine, The New
Yorker, The New York Times y Vogue.
dE los arTisTas...
Su ensayo fotográico sobre las migraciones recorre
actualmente varios países, junto a las imágenes
de Andrea Aragón y Sandra Sebastián. Con estas
dos artistas inauguró en septiembre del 2008 la
exhibición El Viaje, como parte de Foto 30, en el
Museo del Ferrocarril de la Ciudad de Guatemala.
Es colaborador de la Fototeca Guatemala del Centro
de Investigaciones Regionales de Mesoamérica
(CIRMA).
daniEl chauchE
Worcester, MA. EE.UU., 95
Reside en Guatemala desde 975
Ha trabajado en Guatemala por más de 30 años,
fotograiando en todo el país. Ha sido maestro de
una gran cantidad de fotógrafos guatemaltecos,
marcando con sus enseñanzas a la mayoría de los
más importantes artistas nacionales de la lente.
Su obra es considerada una de las más importantes dentro de la fotografía documental que se
ha realizado en el país y la región centroamericana. Ha participado en numerosas exhibiciones,
personales y colectivas, en galerías y museos de
Guatemala y el exterior. En los últimos años, ha
colaborado en diversos proyectos de rescate de la
fotografía guatemalteca.
josé manuEl mayorga saravia
Guatemala, 96
Estudió en la Escuela de Fotografía Chez Daniel con el maestro Daniel Chauche, en
Antigua Guatemala. Su primera muestra individual se realizó en el 2005 en la sede del
Instituto Guatemalteco Americano (IGA).
En el 2007 exhibió Revisitaciones, Tarjetas de visita de la capital en Sol del Río Arte
Contemporánea. He participado en bienales locales y centroamericanas. Su obra también
ha sido exhibida como parte de las exposiciones Imaginando Guatemala (2007) y en
la muestra de fotografía latinoamericana contemporánea Sujetos de Poder y Devoción,
(2008) ambas en el Museo de las Américas de la OEA, Washington D.C.
Carmen Diéz Orejas
Embajadora
Diego Nuño
Consejero Cultural
Centro de Formación de la Cooperación Española, Antigua
–GuatemalaMercedes Flórez
Directora
Miriam Legarreta
Mariana Cabrera
Sindy Cuellar
Mariajosé Salazar Meza
Biblioce
David Ruiz López-Prisuelos
Cristina Rodriguez
Espacioce
Mariola Álvarez
Comunicación y Prensa
© de esta edición
Centro de Formación de la Cooperación Española en
Antigua Guatemala
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Tel: (502)7832-276/268
Fax: (502) 7832280
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© ponentes sobre sus textos
© fotógrafos sobre sus imágenes
ISBN
Cuidado de Publicación
Arteasesores, S.A.
Diagramación
Ximena Chapero
Septiembre, 2008
Esta publicación es un proyecto editorial del Centro
de Formación de la Cooperación Española de Antigua,
Guatemala, entidad que asume todos los gastos de
edición, publicación y distribución. Se enmarca dentro de
la Estrategia de Cultura y Desarrollo de la Agencia Española
de Cooperación Internacional para el Desarrollo, y por ello
es absolutamente gratuita. Queda, por lo tanto, prohibida
su venta. Se autoriza la reproducción total o parcial de esta
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y cuando se cite la fuente y los titulares de copyright.