BIBLIOGRAFÍA *
27.
AA. VV., L’orazione nel Carmelo. Passato, presente e futuro. Atti del congresso OCDMessico 2002, a cura di Rafael
Checa, Edizioni OCD, Roma,
Morena, 2004 (=Ripartire
dall’essenziale, 5). 512 pp., 14 ×
21 cm.
Esta Revista ya publicó un comentario amplio acerca del congreso La
oración en el Carmelo teresiano, organizado por la provincia mexicana
de los carmelitas descalzos, que tuvo
lugar entre el 30 de junio al 8 de julio
de 2002 en Valle de Bravo (Estado
de México); cf. DANIEL DE PABLO MAROTO, «La oración en el Carmelo. Pasado, presente y futuro (Congreso
Internacional)», en Revista de Espiritualidad 61 (2002) 457-483.
Lo que aquí presentamos es la traducción al italiano de las actas de ese
congreso, gracias al buen hacer del
Centro Interprovincial OCD sito en
Morena (Roma), lugar donde tiene su
sede, entre otros órganos interprovinciales de Italia, las «Edizioni OCD».
La colección dentro de la cual se publican estas actas puede traducirse
como «Partir (o volver a partir) de lo
esencial», muy en consonancia con el
documento emanado del último Capítulo General que la Orden ha tenido en
Ávila en 2003: En camino con santa
Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz.
Volver a lo esencial (Roma 2003).
Se inicia el volumen con la presentación, por Rafael Checa (ya avanzado en edad pero más vitalista que nunca), inventor de congresos como éstos
desde hace muchos años, y secundado
normalmente o bien por su provincia
mexicana o bien por toda la Orden, lo
cual siempre le augura un éxito rotundo, no sólo a él como creativo que es
sino también a todos los participantes
en la medida que se implican en el
proceso de su desarrollo. A la presentación le sucede el saludo de rigor a
los participantes, por parte del padre
provincial de los carmelitas teresianos
de México, Emilio Hadad, y la introducción al encuentro internacional
que corrió a cargo del entonces padre
general Camilo Maccise (actual provincial), también mexicano.
Las secciones que vertebraron el
congreso, y por tanto las actas, son
cuatro: histórica, bíblico-teológica y
espiritual, científico-humanística y,
por último, pastoral. Las ponencias se
distribuyen, pues, en función de la
especialidad de los relatores. Resumimos su contenido:
En la sección histórica tenemos a
Emanuele Boaga para hablar en dos
charlas de la oración en el Carmelo de
la Antigua observancia (pp. 13-34), y
al citado Maroto para una visión dia-
*
Colaboran en esta sección: Emilio Martínez (EM), Enrique Llamas (ELL), Ignacio Husillos Tamarit (IHT), Ildefonso Peñas (IP), Juan Antonio Marcos (JAM),
Segundo Fernández (SF).
REVISTA
DE
ESPIRITUALIDAD 64 (2005), 313-333
314
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
crónica en dos momentos (desde el
siglo XVI hasta 1950 y desde 1950
hasta 2000) de la oración en el Carmelo Teresiano (pp. 35-90). En la segunda sección, para la parte bíblica
hallamos a dos biblistas punteros latinoamericanos, C. Maccise (pp. 93117) y Silvio J. Baéz (pp. 119-131)
que analizan, respectivamente, la oración en la Sagrada Escritura y la meditación en la experiencia orante de la
Biblia; y para la parte teológica y espiritual encontramos a dos teólogos
españoles de avanzadilla, Ciro García
(pp. 133-152, sobre la tradición contemplativa en el Carmelo) y Santiago
Guerra, éste con dos ponencias que
comparan, una la meditación oriental
y la oración contemplativa del Carmelo (pp. 153-174) y otra, la mística
cristiana y la de las religiones orientales (pp. 175-206).
Dentro de la sección científico-humanística están las aportaciones que
ponen en relación la oración teresiana
con diversos ámbitos: como la filosofía, por parte de Tomás Ostos (pp.
209-239), el análisis sociológico a
cargo de Augusto Guerra (pp. 241260), la antropología teresiana (pp.
261-278) y sanjuanista (pp. 279-299),
ambas ponencias dadas por C. García
y, finalmente, la psicología (pp. 301338) por Benito Goya.
En la cuarta y última sección, dedicada a la pastoral de la oración carmelitana, confluyen los análisis de varios
especialistas: Luis Jorge González reflexiona sobre el cuerpo y la oración
(pp. 341-359); Federico Ruiz presenta
la vida y el método de oración (pp.
361-393), sustituyendo a Jesús Castellano, que no pudo asistir. Un investigador de la pastoral de la espiritualidad como José Humberto Flores
ofrece los datos y las reflexiones del
trabajo de campo realizado a partir de
los cursos graduados de oración
contemplativa impartidos en México
por R. Checa desde hace treinta años
(pp. 394-429). La ponencia de Patricio Sciadini analiza la oración contemplativa del Carmelo en el contexto
latinoaméricano (pp. 431-449) y
Maximiliano Herráiz ofrece una síntesis diacrónica según el título del congreso: «La oración en el pasado, en el
presente y en el futuro del Carmelo»
(pp. 451-492). Concluye y cierra muy
brevemente las actas C. Maccise (pp.
493-494). Siguen la lista de siglas y
abrevituras y el índice general.
Hay que notar que todos los ponentes excepto dos son carmelitas teresianos (E. Boaga es carmelita de la Antigua observancia y J. H. Flores es
seglar) y casi todos ellos han sido
colaboradores de R. Checa en congresos anteriores (véase, por ej., los participantes en el Congreso Internacional de Teología Espiritual en Roma
2000, actas publicadas en Teresianum
2001). Todos los ponentes del congreso mexicano participaron en aquel
congreso romano, excepto el mexicano Tomás Ostos y Benito Goya. Fuera
de éste último, representante de una
corriente psicológica diversa de Luis
Jorge González (ambos participaron
en el congreso mexicano, pero no en
el romano en que sólo éste tuvo una
ponencia), podría decirse que todos
los demás ponentes se alinean en corrientes paralelas, cada uno en su
campo por supuesto. Pero tal intuición
posible (la unilateralidad) no favorecería a la obra y la labor que implica,
desde la idea del congreso hasta la
publicación de las traducciones de las
actas, como la que presentamos.
Fijándonos en los aspectos metodológicos, agradecemos las bibliografías
complementarias añadidas tras las ponencias de E. Boaga y T. Ostos; po-
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
dría haber sido un ejemplo para el
resto de conferencias, puesto que a
ninguna más le acompaña tal subsidio. Aún así, se echan de menos en la
primera síntesis de Boaga (sobre los
estudios de la Regla carmelitana) algunos estudios escritos por carmelitas
descalzos; y en el mismo lugar (cf. pp.
21-22) no aparecen los autores del
extenso artículo «Preghiera» en el
Dizionario degli Istituti di Perfezione
(Roma 1988) o al menos la indicación
de que son varios los autores que lo
escribieron.
Se observa el reiterado uso de la
sigla CETES (traducción errónea italiana), cuando debiera ser CITeS y, en
consecuencia, no una sigla sino un
acrónimo, ya que tanto en italiano
como en castellano coinciden las inciales y las dos primeras letras de Teresiano; a saber: Centro Internacional
Teresiano-Sanjuanista y Centro Internazionale Teresiano-Sangiovanista.
Tal error se repite en la traducción italiana en pp. 35, 155, 341, 395 (en
otros lugares, el acrónimo correctamente traducido se convierte erróneamente en sigla: CITES, cf. pp. 133 y
451).
Nos preguntamos, además, por qué
se generaliza el uso de la palabra castellana «sanjuanista» en la traducción
italiana, cuando existe la voz italiana
«sangiovannista» (de San Giovanni),
dado que en la lengua de Dante no
existe el fonema /x/ (que se representa
en español con el grafema j). Impera
en esta traducción italiana una constante vacilación en los nombres de
personas, bien sean de autores de artículos, de libros o de obras en colaboración, o bien de otros personajes de
la historia de la Iglesia como santos o
venerables: unos se traducen y otros
no; como también llama la atención el
hecho de italianizar algunos apellidos
315
(como el caso de Gonzáles por González; cf. p. 341, 345, 505), así como
algunos títulos de obras españolas (cf.
p. 345 nota 5, 396 nota 2). Además se
dan bastantes erratas de diverso calibre en las citas al pie de página, lo
cual en parte afea la edición italiana
que comentamos. Y, sin embargo, esta
edición de las actas no tiene nada que
desmerezca su presentación, por lo
demás muy cuidada y manejable, aún
a pesar de las más de quinientas páginas con que cuenta.
El público italiano se alegrará de
poder consultar una obra de tal importancia, que marca un jalón en la historia del Carmelo Teresiano en cuanto a
la oración se refiere, y que propone
muchas reflexiones para el futuro que
se va haciendo presente o bien para el
presente que va creando futuro.—IHT.
28.
ACKERMAN, J., Elijah Prophet
of Carmel, ICS Publications.
Institute of Carmelite Studies,
Washington, D.C., 2003. 294
pp., 14 × 21,5 cm.
Estamos ante una obra de investigación bien documentada (cf. «Bibliography», pp. 269-290) y que propone
un paso adelante en la profundización
y en la divulgación del conocimiento
del profeta Elías. El libro se estructura
en cinco capítulos más dos apéndices
que recogen y sintetizan todo lo dicho, dando la interpretación propia de
la autora, quien ha querido confrontar
toda opinión propia con los carmelitas
y las carmelitas de la Antigua Observancia y del Carmelo Teresiano, fueran religiosos o seglares, pero siempre
especialistas en la materia que trata en
su estudio. De tal modo tiene la autora
el tema entre las manos y el corazón,
que sus agradecimientos sentidos al
316
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
inicio de la obra dan el toque de familiaridad que corresponde a un tratamiento severo y auténtico pero no falto de la cercanía y de la admiración
que provoca la figura del siempre desconocido y sorprendente profeta Elías.
Los capítulos del libro ofrecen las
bases documentales necesarias para
acercarse a tal figura: la Biblia (1.
«Elías en los Libros de los Reyes», pp.
1-32), la tradición y las leyendas (2.
«El profeta en las leyendas posteriores», pp. 35-75), la vida espiritual (3.
«Elías y la vida espiritual», pp. 77111), el Carmelo (4. «El profeta en los
primeros documentos carmelitanos»,
pp. 113-181) y la actualidad (5. «Elías
y la renovación carmelitana», pp. 183253). Los dos mencionados apéndices
llaman la atención, respectivamente,
sobre una obrilla titulada La formación de los primeros monjes (de Felipe
Ribot, fines del s. XIV) y sobre las
tendencias actuales en el estudio carmelitano de Elías. Así, pues, tenemos
en este libro de apenas trescientas páginas todo un manual a la mano del
lector anglófono para entrar de lleno
en la vida y en la experiencia, en el
imaginario y en la leyenda, en el texto
y el documento que nos hablan -a nosotros como a los de antaño y como a
los del futuro- acerca de una persona,
de un símbolo, de casi un talismán o
quizá de un lugar excesivamente común y por ello desconocido para muchos, cual es la figura o, mejor dicho,
la persona de Elías, el profeta, sí, del
Carmelo.
La autora del libro, Jane Ackerman,
es profesora de religión asociada a la
Universidad de Tulsa (Estados Unidos
de América). Tiene en su haber varios
artículos de investigación sobre santa
Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz,
y una traducción completa de la Llama de amor viva de este último, en
sus dos redacciones. Además, le unen
lazos familiares al Carmelo, lo cual
centra con mayor interés su estudio y
el tiempo dedicado a la confrontación
de sus conclusiones.
La metodología que usa su autora
se ciñe a las normas inglesas en cuanto a las citas y al modo de escribir las
referencias bibliográficas (libros, artículos de diccionarios, de revistas y de
libros en colaboración), por lo que el
lector no habituado habrá de entender
que los dos puntos en la puntuación
inglesa en las citas numéricas de un
texto (por ejemplo, 4: 7-8) son equivalentes a la coma en la puntuación española (es decir: 4, 7-8) bien sea en
libros tan conocidos como los bíblicos
o bien en obras menos famosas. Por
último, un recurso muy pedagógico
que utiliza la autora es añadir tras de
cada capítulo un breve, claro y enjundioso epígrafe de bibliografía para
quien quiera leer más y documentarse,
o bien para quien quiera leer los testimonios que ella misma ha tomado y
traducido o compendiado en ciertas
ocasiones. Felicitamos, pues, tan noble como audaz empeño de adentrarse
en el profeta Elías y animamos, desde
aquí, a las editoriales españolas (principalmente a las carmelitanas) a traducir en el menor espacio de tiempo posible esta obra de gran calidad.—IHT.
29.
BOFF, L., La crisis como oportunidad de crecimiento.Vida según el Espiritu, Sal Terrae, Santander 2002, 211 pp.,14 × 21
cm.
Cuando el Autor de una obra, sabe,
puede y quiere aportarnos el núcleo
central de sus escritos, el título (e incluso el subtítulo) lo expresa gráficamente. Y cuando los editores captan
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
el mensaje principal de la obra presentada colocan en la contraportada
las pistas más fundamentales que permiten al lector darse cuenta de la obra
que van a leer satisfactoriamente.
Desde ambos enmarques nos encontramos en el camino más exacto para
reseñarlo con acierto.
Esta apreciación nuestra la encontramos en esta obra de L. Boff: el título y subtítulo nos permiten captar lo
que nos quiere transmitir: la crisis
como oportunidad de crecimiento.
(Obsérvenlo). Los editores nos colocan, en la contraportada, estos fragmentos que el mismo Autor nos presenta en la página 50. Dice L. Boff,
con razón: »Hay momentos en la vida
que, para subir, es preciso descender y
entrar en crisis. Y para seguir siendo
el mismo hay que saber cambiar. Sin
embargo, si comprendemos que la crisis es el nicho generoso en que se
prepara un mañana mejor, la penumbra que antecede a la salida del sol, y
sabemos quedarnos firmes, aceptando
el desafío y esperando contra toda
esperanza, entonces tendremos la
oportunidad de madurar y dar un salto
hacia dentro de un horizonte más rico
en vida humana y divina».
Las cuatro partes o apartados que
integran esta obra de L. Boff son claves para entenderla con precisión: 1.ª)
La crisis de nuestro tiempo: riesgos y
oportunidades, 2.ª) La Espiritualidad
como respuesta a la crisis, 3.ª) Espiritualidad y vida religiosa, 4.ª) Espiritualidad, política y contemplación.
Desde nuestra apreciación personal
acentuaríamos 1os siguientes aspectos: la fenomenología de la crisis:
morir y resucitar; la crisis como estructura fundamental de 1a vida, y los
comportamientos humanos ante la crisis. (Todos estos apartados integran la
primera parte) Estas claves nos permi-
317
ten captar o comprender la espiritualidad como respuesta a 1a crisis, (2ª
parte). La espiritua1idad y vida religiosa, en 1a tercera parte, y Espiritualidad, Política y contemplación, 4ª
parte. La fenomenología de la crisis
es morir y resucitar; la crisis es estructura fundamental de la vida; la fe
como crisis para la teología, y la teología como crisis para la religión.
Apartado especial es el que reseña
el Autor cuando comenta los comportamientos humanos ante la crisis. Para
L. Boff (coincidimos con é1) son los
siguientes: escatologizadores, arcaizantes, futuristas, escapistas, y responsables.
Si parece oportuna nuestra sugerencia, lean la obra reseñada. Comprueben qué comportamientos humanos
presentamos los españoles ante crisis
actuales. Serán -si son sinceras- una
sesión muy sana de terapia que deseamos sea intemporal.
La conlusión que coloca L. Boff a
toda su obra nos recuerda el doctorado «teresiano». «De la larva a la mariposa». «Sin una ruptura instauradora
—dice Boff— lo nuevo no puede nacer ni abrirse paso. Si no se rompe la
larva, no habrá crisálida que se transforme en mariposa, como expresión
radiante y bella de la vida»... «La travesía es larga, y el túnel parece interminable». Así es. A la vida actual (política y eclesial) remitimos.—IP.
30.
FATHER HERRERA-VALENTÍN DE S. J., Ésos, vestidos de
blanco, ¿quiénes son?, EDE,
Madrid, 2005, 132 pp., 13,5 ×
21 cm.
El libro se abre con una presentación, escrita por José Vicente Rodríguez, Vice-Postulador de las Causas
318
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
del Carmen descalzo de Castilla. En la
presentación se explica el contenido
de la obra, dividida en dos secciones:
la primera recoge las semblanzas hechas por quien se firma F. Herrera
(Isidoro García Herrera=José Amado
de Santa Teresita) de los 16 carmelitas descalzos martirizados en Toledo
en 1936; 14 en la capital y dos en los
trigales de Cabañas de la Sagra. Fueron 5 sacerdotes; 8 estudiantes de teología; 3 hermanos donados. Al frente
de cada semblanza va la fotografía del
mártir con los datos esenciales de
cada uno, para que así el lector verifique mejor los datos o alusiones del
escrito de Father Herrera.
En 1990 Fernando Sebastián Aguilar, actualmente arzobispo de Pamplona, escribía a propósito de los 51 claretianos mártires de Barbastro de
agosto de 1936: «Nuestro cristianismo
no será históricamente normal ni
evangélicamente verdadero, mientras
no nos sintamos serenamente y cálidamente herederos de estos testigos del
Evangelio de Jesucristo y de otros
muchos tan admirables como ellos».
Este grupo de mártires de Toledo, junto a otros muchos de la misma familia
carmelitana, son de veras testigos del
reino de Jesucristo.
En la segunda sección de este libro
se publica un escrito hasta ahora inédito del P. Valentín de San José. Escribe
el autor la vida de su hermano mártir
P. Eusebio del Niño Jesús (Ovidio
Fernández Arenillas). El P. Eusebio es
el que aparece como primero del grupo de los mártires de Toledo. Las paginas del P. Valentín está escritas, no
con el atildamiento literario de las
semblanzas del P. Herrera, pero sí con
un estilo claro, llano y ameno que nos
hace ver la calidad de la personalidad
del P. Eusebio como religioso, apóstol, escritor, mártir.
«El 25 de mayo de 2004 se tuvo el
Congreso especial sobre el martirio de
estos 16 carmelitas descalzos; los
nueve teólogos consultores de la Congregación de los Santos «expresaron
su voto plenamente afirmativo (9 sobre 9), auspiciando que estos heroicos
miembros de la orden de los carmelitas descalzos de la Iglesia de España
puedan ser prontamente declarados, si
así lo tuviera a bien el Padre Santo,
mártires de Cristo y de la Iglesia»
Mientras se prepara un gran libro
sobre estos mártires, las semblanzas
escritas por el P. Herrera y la biografía valentiniana del P. Eusebio, que
era el Prior de la comunidad toledana,
ayudarán a identificarlos como grandes testigos del evangelio y, en concreto, de la vida religiosa.—JAM.
31.
GANDHI, M. K., La Verdad es
Dios. Escritos desde mi experiencia de Dios, Sal Terrae,
Santander, 2005, 230 pp., 13 ×
20 cm.
El Mahatma Gandhi utilizó la prensa escrita con profusión para difundir
su pensamiento sobre diversos temas:
políticos, sociales, religiosos, etc. Es
por ello que, para hacerse una idea
general sobre el mismo, es necesario
recurrir a síntesis más o menos extensas que agrupan por temas todo lo
escrito por él en diversos medios y a
lo largo de un período muy amplio de
tiempo. El libro que presentamos busca hacer una presentación del pensamiento religioso de Gandhi, recopilando un gran número de textos que, a
su vez, se agrupan en 42 capítulos.
Como indica el título del libro,
Gandhi definía a Dios como la Verdad. Los textos a los que accedemos
en este libro nos explican, en primer
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
lugar, qué sentido da el Mahatma a
esta afirmación: al decir que Dios es
la Verdad, le está señalando como
sujeto al que nuestra vida converge, a
la vez que sustento y razón de dicha
vida. Para Gandhi, el hombre está
llamado a cumplir una misión concreta en el mundo y debe cumplirla de
una manera determinada, pues medios
y fines están íntimamente relacionados y es imposible alcanzar estos si no
se logran mediante un escrupuloso
respeto de aquellos. La vida humana, por tanto, para ser vivida dignamente, exige una empresa de desvelamiento de su propia Verdad, y esa
Verdad Gandhi la identifica con Dios
mismo. Por eso tituló su autobiografía
Historia de mis experiencias con la
Verdad.
Muy bien agrupados, los textos que
el libro recoge expresan a la perfección este pensamiento religioso que
sustenta todo el sistema gandhiano.
En los primeros 10 capítulos encontraremos afirmaciones del Mahatma
acerca de la naturaleza de Dios. Una
vez conocida ésta, el hombre ha de
disponerse a vivir según ella, ajustando su quehacer cotidiano, sea del género que sea, a la Verdad que es Dios:
el desarrollo de esta afirmación y los
modos en que Gandhi exponía el
modo de concretarla lo encontraremos
en los capítulos siguientes, en los que
somos invitados a conocer la no violencia, la oración, el ayuno, la purificación, la común empresa de las formas religiosas concretas, expresión
subjetiva de la única verdad objetiva
que es Dios, la vida familiar, el trabajo, etc... Muchos aspectos de la vida
de cada día se nos presentan, pues,
bajo la óptica del Mahatma, como
caminos a través de los cuales el hombre puede adecuar su vida a Dios, es
decir, a la Verdad.
319
Como cualquier elenco de textos,
puede aducirse que, sacados de su
contexto, ellos no nos permitirán hacernos una idea completa del pensamiento de Gandhi. Sin embargo no
creemos que este prejuicio pueda tener un excesivo fundamento. Un estudio crítico del autor exigirá el acceso
a su obra completa, pero la pretensión
de este libro no es ésa, sino acercarnos al pensamiento religioso de Gandhi y mostrar el modo en que éste
sustenta la forma concreta de vivir por
él escogida y, sobre todo, la no violencia como único modo auténtico de
praxis individual y social que se ajusta a la Verdad que es Dios. En ese
sentido el libro alcanza plenamente su
objetivo y permite al lector una
aproximación a la figura de Gandhi en
su vertiente religiosa, mostrando además que ella es fundamento de su vida
y la empapa por completo, en todas
sus facetas.
Son muy útiles la cronología gandhiana, así como el glosario de términos indos y los índices analítico y
onomástico que incluye esta obra. El
lector podrá encontrar también una
breve bibliografía de las fuentes de
donde se toman los textos, toda ella
en inglés.—EM.
32.
GAUTHIER, J., Thérèse de
L’Enfant Jesús. Au Milieu des
Homes, Parole et Silence, Paris,
2005, 134 pp., 14 × 21 cm.
Es sabido que, desde el año en el
que se cumplió el centenario de su
muerte, las reliquias de santa Teresa
del Niño Jesús comenzaron una peregrinación mundial que se extiende ya
a los cinco continentes; pues bien, el
libro que presentamos es una crónica
de la visita de las reliquias de santa
320
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
Teresita a Canadá entre el 16 de septiembre y el 17 de diciembre de 2001.
Como afirma el autor en la introducción, la visita de la Santa de Lisieux
no es simplemente el paso de un relicario por distintas ciudades. Allá donde peregrina, la urna que contiene sus
restos lleva consigo el mensaje de
amor y esperanza que Teresa proclamó inspirándose en el Evangelio:
Dios es amor y nosotros somos sus
hijos.
Con el fin de profundizar en esa
intuición y hacer de la peregrinación
de las reliquias de Teresa algo más
que un hecho puntual y devocional,
Jacques Gauthier ha realizado un diario del paso del relicario por más de
un centenar de pueblos y ciudades del
Canadá que no es una simple crónica,
sino, sobre todo, una serie de meditaciones sobre la doctrina de Teresa que
pone de relieve el impacto de su presencia como fuente de evangelización.
Un libro de interés por cuanto nos
muestra la validez pastoral y evangelizadora de la peregrinación de las
reliquias; éste y no otro es el objetivo
de quienes fomentan su presencia en
las distintas diócesis y países y el libro que presentamos es un buen ejemplo de que, más allá de lo anecdótico,
el paso de Teresa puede provocar una
auténtica renovación en clave de
Evangelio.—EM.
33.
GRÜN, A., Nuestro Dios cercano. Imágenes bíblicas de la Redención, Narcea, Madrid, 2005
(=Espiritualidad). 112 pp., 13,5
× 21 cm.
Antes de comenzar a comentar esta
obra, hemos de advertir que está dirigida principalmente a los cristianos y,
de entre ellos, a los que no acaban de
entender la redención de Jesucristo o
bien la idea que se han formado de
esa misma redención les produce cierto esclavismo y la consecuente pérdida de libertad. Para paliar esas consecuencias negativas provenientes de
ideas erróneas, el autor pasa revista a
todo el Nuevo Testamento explicando
el concepto de redención cristiana
presente en él (cf. pp. 21-100). Preceden, a esta explicación, unas pocas
palabras sobre «la redención en el
Antiguo Testamento» (pp. 13-19) y lo
cierra, como ya es habitual en las
obras del autor, una «conclusión» (pp.
101-108), algo más extensa.
De ella entresacamos algunas
ideas: «Las imágenes de la redención,
muchas y variadas, nos llevan a la
conclusión de que el misterio de la
redención es demasiado profundo y
rico para expresarlo en una sola frase.
Es el núcleo de nuestra fe cristiana.
Creemos en un Dios redentor y liberador desde siempre, que nos saca de
nuestras angustias, nos libra de la
mano de nuestros enemigos, viene en
nuestro auxilio cuando ya no hay esperanza y no se ve más salida humana
que la desesperación. Imposible la fe
en el Dios de la Biblia sin cantar las
maravillas de su redención. El mensaje de la redención responde a las aspiraciones de nuestros deseos más profundos. (...)» (p. 101).
Grün observa atentamente la problemática de la redención y describe
dos peligros: «Pero al hablar de redención hay que protegerse contra dos
posibles peligros: uno es la obsesión
por el pasado, el otro consiste en el
error de limitar la redención a la cruz
de Jesús considerada como un hecho
histórico aislado» (p. 102). Esos peligros suelen venir a causa del lenguaje,
del modo de presentar la redención,
porque como él mismo afirma, «el
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
mensaje de la redención apenas llega
hasta la gente de hoy» (p. 107). Y por
eso concluye: «Siempre tenemos la
necesidad de descubrir o inventar un
lenguaje capaz de hacer comprensible
el mensaje y de llevarlo al corazón de
las personas. Dos cosas son necesarias: esfuerzo para encontrar ese lenguaje y corazones dispuestos a dejarse
interpelar por él. Yo mismo —añade
humildemente el autor— no estoy seguro, al concluir este escrito, de haber
usado ese lenguaje. Me doy cuenta de
que a veces uso formulaciones religiosas congeladas sin acertar a traducirlas de manera que las entiendan todos» (p. 107), todos los cristianos al
menos, deberíamos añadir.
El lenguaje es la cruz y la gloria de
todo escritor espiritual —y Anselm
Grün lo es ya consagrado—, pero ahí
es donde se diferencian unos de otros:
los clásicos, los oportunos y los oportunistas. El autor, con estas reflexiones de carácter divulgativo y científicamente documentadas, viene a ser
muy oportuno para muchos cristianos
que no acaban de entender bien (por
defecto o por exceso) qué es eso de la
redención y cómo influye en sus vidas.
Por eso, la lectura de esta obra es muy
recomendable no sólo a sus lectores
asiduos sino también a otros ocasionales a quienes interese «dar razón de
vuestra esperanza» (cf. 1Pe 1,21) y
profundizar, así, en su fe.—IHT.
34.
GRÜN, A., La oración de cada
día. Orar por la mañana y por
la noche los siete días de la semana, Sal Terrae, Santander,
2005 (=ST Breve, 49). 128 pp.,
11,5 × 20 cm.
Podríamos decir, al comentar este
libro de A. Grün, que se trata simple-
321
mente de una recopilación de oraciones para cada día de la semana (dos
por día) más otras dos que se pueden
emplear en cualquier ocasión; y como
colofón, un pequeño comentario al
padrenuestro, la oración de oraciones
para todo cristiano. Y diciendo sólo
esto nos quedaríamos en la estructura
del libro pero no habríamos entendido
el porqué de su contenido.
La razón de esta obrita se dice al
inicio: «Con las oraciones que he escrito desearía ayudarte a expresar los
pensamientos que tú tienes y para los
que muchas veces no encuentras palabras. (...). Por eso en estas oraciones
he querido ofrecerte palabras con las
que puedas decir a Dios lo que sientes» (p. 5). Y, sin embargo, en esta
explicación reside una pequeña falacia que perdonamos a su autor; a saber: estas oraciones van dirigidas a los
que no saben expresar sus sentimientos hacia Dios, pero ellos viven bloqueados en su interior, presas de infinitud de complejos, ignorancias y
obsesiones paralizantes que les impiden, precisamente, orar; y, por ello,
no podrían decir esas mismas palabras
que les ofrece el autor, porque antes
de la palabra viene el pensamiento y,
antes aún, la voluntad de vivir y desarrollarse. Y esto es lo que precisamente tienen paralizado.
Por tanto, los valores de vida que
pretende transmitir —sin decirlo—
este monje benedictino con sus oraciones, con el fin de desbloquear la voluntad de sus lectores, son los siguientes: el descanso, el abandono (a Dios),
el centro, la confianza (en Dios y en
uno mismo: autoestima), el silencio, la
consciencia de las cosas, la bendición,
la aceptación, el amor (de Dios), la
apertura, la sanación, la transformación, la unidad, el agradecimiento, la
presencia (de Dios), el optimismo, la
322
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
gratuidad, la felicidad, el desprendimiento, el encuentro, etc.
Así podemos entender mejor cómo
un psicólogo religioso-espiritual se
pone a escribir unas oraciones que
aparentemente son bien simples y
que, por el contrario, poseen en su
interior unas cargas de fondo llenas de
bien y de paz para todos los necesitados de oración y de trascendencia,
incluso los que se han desentendido
de Dios por falta de voluntad propia,
por miedo a sí mismos o por la falsa
creencia de que tendrán entonces (al
orar) que abandonar su libertad. Nada
más lejos de la realidad que pretende
mostrar a las claras y muy positivamente el autor, para todo aquel que
quiera escucharle.—IHT.
35.
GRÜN, A., Para que tu vida
respire libertad. Ritos de purificación para el cuerpo y el alma,
Sal Terrae, Santander, 2005
(=El pozo de Siquem, 172). 176
pp., 13,5 × 20 cm.
El autor aborda, una vez más, una
cuestión fundamental tanto para la
psicología como para la espiritualidad
de todos los tiempos: la purificación
como medio y la pureza como fin
(aunque no absoluto). Él parte del
ideal de pureza propuesto a mediados
del siglo XX (la vivida en su niñez y
adolescencia) con la figura de María
Goretti, ideal algo manipulado y exagerado. Luego explica algunos casos
de purificación que han llegado a sus
oídos y se propone «indagar cómo se
ha entendido el tema de la pureza y la
purificación a lo largo de la historia
de las religiones [cap. 1: pp. 19-25],
en la Biblia [caps. 2-3: pp. 27-46 y pp.
47-58] y, sobre todo, en la tradición
mística [cap. 4: pp. 59-79; cap. 6: pp.
87-109]» (p. 16), con el propósito de
«conectar con el anhelo de pureza y
transparencia, de libertad y limpieza
que sienten tantas y tantas personas»
para «que sus lectores y lectoras encuentren el camino que les permita
volverse puros y limpios, de suerte
que sus vidas respiren libertad» (p.
18). También trata el asunto desde la
psicoterapia (cf. cap. 5, pp. 81-85:
«La catarsis en psicoterapia»).
Como se puede observar, los capítulos dedicados a los místicos (4 y 6)
son los más amplios. Después aborda
los ritos de purificación a lo largo de
50 páginas, lo que supone casi un tercio del libro (cap. 7), para terminar en
«la cima de la purificación» (cap. 8:
pp. 163-167), con una breve conclusión y una mínima bibliografía.
Agradecemos a Anselm Grün su
interés y su dedicación por intentar
actualizar un tema de la vida espiritual tan antiguo como el de la purificación (los autores clásicos, por ejemplo, hablaban de la «vía purgativa»).
Quizá el hecho de presentar este tema
«para el cuerpo y el alma» pueda influir en que algunos sigan pensando
que el ser humano está dividido en
dos partes y no que es una unidad.
Quizá, digo, se podría haber presentado el mismo tema en clave de «purificación integral», siguiendo el modelo
de otros ámbitos como la enseñanza o
el pensamiento (en los que se habla de
formación integral, de desarrollo integral, de acción integral, etc.), para que
nadie tuviera remotamente la tentación del dualismo o de la esquizofrenia antropológica.
Pasando a comentar aspectos metodológicos, hay que notar que el autor
ha incluido todas las citas textuales en
el cuerpo del texto (y no en nota al pie
de página), y además nunca cita las
obras y el lugar de donde toma las
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
323
ideas o las frases de los autores que
más conoce (psicólogos y psiquiatras,
principalmente C. G. Jung) tal vez
porque prefiere ofrecer un libro espiritual y no una investigación en toda
regla sobre temas espirituales; de hecho, la traducción española que comentamos está incluida en una colección ad hoc para su propósito. Hemos
de reprochar levemente al traductor
que si conoce traducciones actuales al
castellano de la Vida de Antonio escrita por Atanasio (1994), así como de la
Regla benedictina (2000), por el contrario no tenga noticia de las ediciones
españolas más recientes de las Obras
de San Juan de la Cruz, ya que cita
una edición de 1960 cuando Grün
emplea una alemana de 1994 (cf. «Bibliografía», pp. 173-174). Además,
los artículos del Dictionnaire de Spiritualité, editado por los jesuitas franceses, no se cita por número de páginas sino por número de columnas.
Por lo demás, seguro que esta obra
clarifica a muchas personas los conceptos y las prácticas derivadas o
dirigidas a la purificación; y por ello
felicitamos al autor en su constante
reflexión sobre temas espirituales de
importancia en la vida cristiana.—
IHT.
cánticos del Antiguo y Nuevo Testamentos, principalmente litúrgicos.
El objetivo de nuestro autor es presentar una colección de plegarias que
puedan servir como apoyo para la oración personal y de grupos y va precedida de una introducción en la que se
nos invita a acogerlas como instrumentos válidos para la oración de interioridad. Se trata, pues, de un libro
de gran interés para los grupos orantes
y también para todas aquellas personas que quieran apoyar su oración
personal partiendo de textos cuyo uso
concreto facilita el hecho de que estén
agrupados por temas, lo que es de
gran ayuda para su uso en celebraciones litúrgicas y de oración.
El valor literario de las plegarias es
alto y, a diferencia de lo que ocurre
con otras colecciones al uso, son profundas e invitan a la meditación. Saludamos la publicación de este volumen
por su utilidad en la pastoral orante.—
EM.
36.
Corría el año 1978 cuando el Centro de espiritualidad carmelitana
(CESCA) de Caudete (Albacete) publicaba el librito titulado La Virgen
del Carmen y las Coplas populares, y
al año siguiente otro cuyo título fue
La Virgen del Carmen en la Poesía
española. Ambos forman en la presente obra de reedición como un díptico inseparable, en el que se explican
mutuamente y se conjuga el anonimato de los copleros con el renombre de
los poetas. Unos y otros, conocidos y
LOIDI, P., Mar adentro. Plegarias para orar, Sal Terrae, Santander, 2003, 366 pp., 13 × 21
cm.
Como su propio título indica, nos
encontramos ante un libro constituido
por plegarias agrupadas bajo 14 temas
diferentes. Los 12 primeros capítulos
recogen textos elaborados o recopilados por el autor para diferentes circunstancias, mientras que los dos últimos son una compilación de salmos y
37.
LÓPEZ-MELÚS, R. M.ª, La
Virgen del Carmen en la poesía
y coplas populares, Apostolado
mariano-carmelita (AMACAR),
Onda (Castellón), 2002. 224 pp.,
12 × 21 cm.
324
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
desconocidos, insignes todos, que han
jalonado la historia mariana de España, y que han hallado en el padre
Rafael María a un paciente recopilador. El fruto de ese trabajo de búsqueda de artículos y libros que otros eruditos hayan escrito con anterioridad,
la transcripción de los versos que ha
ido encontrando con el tiempo... todo
ello es lo que se ofrece al lector o al
consultor en este libro.
No se trata de un diccionario, ni de
una obra de investigación, sino de una
interesante recopilación que siempre
puede dar más de una sorpresa al sabihondo y más de una noticia al ignorante. Ésa es la gracia de obritas como
la que presentamos, que sin buscar un
puesto en la crítica ni pretender alcanzar cotas de popularidad, consigue ser
muy popular entre las personas devotas y muy útil a la hora de buscar cierto autor o cierto poema, sobre todo
cuando no se poseen las obras científicas de mayor calado y coste.—HT.
38.
LORENZO DE BRINDIS, SAN,
Marial, María de Nazaret, «Virgen de la plenitud», trad. del latín por Augusto Guzmán Sancho
y Bernardino de Armellada, introd., notas, revisión del texto
por Bernardino de Armellada,
BAC, Madrid, 2004, 694 pp., 13
× 20 cm.
La publicación de esta obra eleva
muchos puntos el nivel de la riqueza
bibliográfica de la «Mariología en la
BAC», porque en este caso no se trata
de una obra que aporte solo la explicación, o el comentario a unas cuestiones de la mariología, por importantes que sean. Este Marial de San
Lorenzo «contiene toda la mariología», como afirmó el Papa Beato Juan
XXIII, en la Carta Apostólica en la
que proclamó al Santo capuchino
«Doctor de la Iglesia» en 1959.
San Lorenzo de Brindis (15591619) es una figura eminente, que
enlaza los dos siglos más importantes
de la mariología, al menos de la mariología española: el siglo XVI y el
XVII. Murió precisamente en 1619,
cuando había cobrado ya un auge insospechado el movimiento inmaculista, que fue el motor más importante y
efectivo del desarrollo de la mariología en España, a lo largo de todo el
siglo XVII. Los méritos de la obra que
presentamos hacen honor a las cualidades excepcionales de su autor, que
mereció justamente ser declarado
«Doctor de la Iglesia» en nuestros
días. Tanto es así, que algunos de los
mariólogos más destacados de la última época de la mariología, han glosado, y analizado puntualmente este
«Marial», y —desde el punto de vista
de su contenido doctrinal— lo han calificado como una obra «sólida, completa y genial». Incluso el P. Gabriel
M. Roschini, formador de mariólogos
y una de las figuras más destacadas de
la mariología moderna, consideró a su
autor como «el mariólogo más grande
de su tiempo», a la altura —añado por
mi parte— de su contemporáneo el
franciscano Juan de Cartagena, autor
de una obra de Homiliae Catholicae
sobre los misterios y las fiestas de la
Virgen María (1611), que constituyen
también un compendio de mariología,
según las exigencias de la época. No
se pueden restar valores a la importancia del contenido de la obra del
«Doctor Apostólico» San Lorenzo de
Brindis, teniendo en cuenta la época y
las circunstancias determinantes de la
mariología de su tiempo.
San Lorenzo de Brindis fue un predicador incansable, persuasivo, efi-
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
ciente, que sabía acercar al pueblo la
riqueza doctrinal de la palabra de
Dios, y hacía vivir ante él, ávido de
doctrina, la imagen de Jesucristo, de
la Virgen María y de los Santos. Fue
también un escritor prolífico, que dejó
redactados muchos escritos de diversas materias. Sus obras vieron la luz
muy tardíamente: tres siglos después
de su muerte (1928 y ss.); pero, mereció la pena el esfuerzo hecho para dar
vida a sus manuscritos. La obra que
presentamos, la primera de la serie,
publicada en 1928, tuvo una segunda
edición en 1964, que indica la buena
acogida que se le dispensó en el campo de la teología y de la predicación.
Esta tercera edición presenta unas
características particulares, en cuanto
a la presentación del texto. Va precedido de una amplia introducción, obra
del P. Bernardino de Armellada, del
Instituto Histórico de Capuchinos de
Roma, seguida de una nota bibliográfica. En esta introducción su autor
hace una semblanza de la figura de
San Lorenzo, como predicador y escritor mariano, y establece unas claves de lectura de sus sermones, para
facilitar su comprensión. Tratándose
de sermones marianos, resalta algunos
temas particulares, que ponen de relieve el valor de sus contenidos, en el
ambiente de su tiempo, destacando
algunas líneas que definen la fisonomía espiritual y salvífica de la Madre
de Dios.
La obra tiene dos partes, divididas
en diversas secciones. La parte primera recoge los sermones de «Alabanzas
e invocaciones a la Virgen Madre de
Dios» (siete secciones, y en total, 60
sermones). La parte segunda contiene
los sermones en las fiestas de la Bienaventurada Virgen María (cinco secciones, y en total 26 sermones). Un
inmenso caudal de doctrina mariana y
325
mariológica, que interesa también a la
cristología, a la espiritualidad, a la liturgia y a la historia de la predicación.
Creo que es de agradecer al autor
de la edición, y a la BAC, este esfuerzo por poner a nuestra disposición una
obra de este género, tan valiosa para
el conocimiento de la doctrina mariana y la historia de la mariología. Su
ejemplo debería mover a emprender
una labor que posibilitara la lectura y
la consulta de tantas obras valiosísimas, similares a esta, como atesora la
mariología española de los siglos XVI
y XVII, muchas de ellas inaccesibles
hoy aun para los mismos estudiosos y
especialistas.—ELL.
39.
LOUF, A., Mi vida en tus manos. El itinerario de la gracia,
Narcea, Madrid, 2004, 192 pp.,
13,5 × 21 cm.
Entrevistado, entrevista, entrevistador. Este es el triple eje de esta obra
que reseñamos. Contenidos, o episodios, de una singular entrevista entre
Stéphane Delberghe y André Louf
(monje trapense). Título y subtítulo
nos indican, gráficamente, los dos enclaves de la obra. Más específico el
subtítulo. La vida del autor transcurrida en las manos de Dios como fuente
y molde de su gracia. Esto es lo que
nos quieren reseñar entrevistador y
entrevistado.
A. Louf va desgranado la etapas por
la que transcurre la vida del monje
orante (el mismo autor) desde los primeros pasos (de duda y esfuerzo) hasta gustar la soledad, la comunión con
los demás, la oración, la pobreza, el
desierto, la llamada de la palabra de
Dios, las constantes experiencias en
las que se revela su gracia. No busquemos más. Estos pasos encierran el de-
326
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
sarrollo de esta interesante entrevista.
No es un catálogo de acontecimientos,
sino un itinerario para recorrer.
El entrevistador expresa este singular deseo que asumimos con interés:
«¡Ojalá pueda el lector itinerante —
dice S. Delberghe— entrar en la experiencia que se propone, y descubrir su
fuerza vivificante! Así, estas palabras
de vida enraizadas en la Palabra se
conviertan en carne y vida». Para lograr el objetivo que el entrevistador se
propone en esta obra, reseña sus contenidos fundamentales en estos apartados: Orígenes, Tradición viva, Solitario para Dios, Transmitir la vida,
Elegir a Dios, De le gracia de la ilusión a 1a gracia de lo real (un gran
capítulo, rea1ista y sincero), Desierto,
obediencia, celibato, pobreza, Caminos de humanidad, Un corazón quebantado, La oración del corazón,
Lejos del mundo y cerca de él, Testimonios de ayer, palabras de hoy (otro
gran capítulo), Vida monástica y ecumenismo, El futuro de la Iglesia y del
mundo.
Del capítulo 2º acentuaríamos las
pp. 36 y 37; del 3º las pp 42-45 y 47;
el 4º merece una atención especial al
tratar del acompañamiento espiritual.
Para A. Louf, la noche ayuda al hombre a abrirse a su otro lado, a su cara
escondida; se refiere a la dimensión
masculina y femenina de la personalidad, y pide reconciliarse con ambos
polos; todo contemplativo se convierte en un eminente experto en ateísmo;
el trato con los demás nos convierte
en conscientes de su soledad; el místico es quien siente ya, lo que el cristiano aún no; allá donde la razón se
para, el amor penetra más a fondo,
etc.
Lean, pues, la obra surgida en una
entrevista, pero cuyo contenido es la
vida misma. Es un itinerario —vivido
por el autor— desde la gracia. Sus
debilidades son también las nuestras.
Su fuerza radica en las manos de Dios
en las que ha colocado su vida, y en
las que también están las nuestras.
Buenos cimientos siempre para vivir.—IP.
40.
MALLEY, J.; MACCISE, C.;
CHALMERS, J., In obsequio
Jesu Christi. Cartas Circulares
de los Superiores Generales
O. Carm. – O.C.D. 1992-2002,
Edizioni OCD, Morena (Roma),
2003, 192 pp., 12 × 19 cm.
Son nueve las cartas circulares que
este libro contiene, emanadas del diálogo y buenas relaciones entre los
superiores generales del Carmelo de
la Antigua Observancia y del Carmelo
Teresiano: John Malley y Joseph
Chalmers por el primero y Camilo
Maccise por el segundo. Está acompañado el texto de la obra con dos fotografías del P. Maccise y cada uno de
los dos carmelitas en sus respectivos
mandatos como superiores generales.
La mayor parte de los textos son
bien conocidos por los miembros de
una y otra orden, y sin embargo alguno de esos documentos ha pasado desapercibido por esos miembros (al menos por el poco uso que de él se hace
y las pocas o ninguna cita que de él se
ven en los estudios que podrían citarlo). Se trata de la «Propuesta para
uniformar la forma de citar la Regla
carmelita», del 31 de mayo de 1998,
solemnidad de Pentecostés. Podemos
decir que el documento todavía no ha
conocido su éxito entre los estudiosos
de la Regla. Esperemos que para el
2008, su décimo aniversario, haya
penetrado las capas doctas de estas
órdenes.
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
Los títulos del resto de textos oficiales son como siguen: «Fraternidades orantes al servicio del pueblo»,
con ocasión del V Centenario de
la Evangelización de América
(16.07.1992); «Volver al Evangelio.
El mensaje de Teresa de Lisieux», en
ocasión del Centenario de la muerte
de santa Teresa de Lisieux
(16.07.1996); «Una doctora para el
tercer milenio», por el doctorado de la
anterior y «Abiertos al futuro de
Dios», con motivo de los 750 años de
la aprobación definitiva de la Regla
del Carmelo por Inocencio IV (ambos,
el 1.10.1997); «Perder para ganar. El
itinerario de la beata Teresa Benedicta
de la Cruz (Edith Stein)», por su canonización (9.8.1998); «Para cruzar
la Puerta Santa. Vayamos como hermanos y hermanas al encuentro del
nuevo milenio», con ocasión del Gran
Jubileo del 2000 (14.11.1999); «Con
María la madre de Jesús (Hechos 1,
14)», para celebrar los 750 años del
Escapulario (firmado en Aylesford,
Inglaterra, el 16 de mayo de 2001,
fiesta de san Simón Stock); y «Para
que el mundo crea (Jn 17-21). Once
años de diálogo y colaboración
O.Carm. – O.C.D. Balance y proyección», escrita para Navidad de 2002 y
Año Nuevo de 2003. Todas las cartas
circulares se firmaron en Roma excepto Con María la madre de Jesús.
Éste es el contenido.
El continente, por su parte, es limpio y a tono con la utilidad de los
documentos expuestos. Es manejable,
con los títulos de los textos referidos
al pie, junto al número de las páginas
impares. El único error grueso de concordancia es la equivocación de las
cifras del índice final que hacen referencia a las páginas donde se hallan
en el libro cada una de las cartas circulares. Abiertos al futuro no está en
327
la p. 87 sino 73, Perder para ganar no
en la p. 117 sino 119, la Propuesta
para uniformar la forma de citar la
Regla no en la p. 149 sino en la 125,
Para cruzar la Puerta Santa no en la
p. 167 sino 141, Con María la madre
de Jesús no en p. 187 sin 157, y Para
que el mundo crea no en la p. 213
sino en 177 (pues el libro tiene 192
págs.). Esto no quita un ápice de la
utilidad para todos los carmelitas de
este librito enjundioso.
Las notas de cada una de las cartas
circulares aparecen al final de las mismas y los textos están presentados con
caracteres legibles y claros. Agradecemos a Edizioni OCD la traducción
de esta obra que apareció originalmente en italiano, para que todos los
lectores hispanohablantes puedan enriquecerse de la doctrina de los documentos oficiales aquí reunidos.—IHT.
41.
MESTERS, C.*, Junto a la fuente. Círculos de oración y meditación sobre la Regla del Carmen, Ediciones Carmelitanas,
Madrid , 2004, 334 pp., 15 ×
21,5 cm.
El subtítulo clarifica el contenido y
el carácter de este libro del Carmelita
Carlos Mesters y traducido por Fr.
José Donaire González: Círculos de
oración y meditación sobre la Regla
del Carmen. Porque el libro nos trasmite la finalidad, y el método que se
sigue en esas reuniones que se organizan para profundizar y actualizar la
Regla de Vida de los Carmelitas, la
*
Transcribimos de nuevo esta recensión por los fallos que aparecieron en el
número anterior de Revista de Espiritualidad en relación con el Autor de la
obra.
328
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
Regla es la fuente en torno a la cual se
reúnen y meditan los y las carmelitas
para ahondar en su identidad y «hacer
que cada una de nuestras comunidades sean una fraternidad orante y profética en medio del pueblo, y ... puedan fortalecer entre nosotros el
espíritu de familia y la ayuda mutua
en la realidad de nuestra misión aquí
en América Latina» (p.12).
El libro contiene una larga introducción y una serie de círculos. En la
introducción (pag. 8-48) el autor estudia brevemente quienes somos los
Carmelitas, una doble presentación de
la Regla, la primera el texto de la
misma dividido en capítulos y la segunda, una agrupación del texto bajo
diversos epígrafes que dirigirán el trabajo de los círculos, una historia sintética de la Regla desde su aparición
como Fórmula de vida en 1207 hasta
su aprobación como Regla de la Orden de los Carmelitas en 1247 por el
Papa Inocencio IV y con ella de la
propia Orden Carmelitana con su paso
a Occidente. Termina la introducción
con la exposición de la dinámica de
los círculos, un índice de los mismos,
y una serie de cánticos útiles, aunque
solo indicativos, en la celebración de
dichos círculos. Cada círculo consta
de una apertura-ambientación, tres
momentos y una acción de gracias.
Expone lo que cada uno de estos apartados contiene. Cada círculo reflexiona sobre uno o varios números de la
Regla, y algunos números dan materia
para varios círculos.
A partir de la pagina 49 ofrece el
contenido de cada uno de los 23 círculos según la dinámica que les caracteriza. Resaltamos la ayuda que supone
para profundizar en el contenido de la
Regla el contexto histórico doctrinal
que ofrece cada círculo, dándonos información sobre la historia y la espiri-
tualidad. La obra se cierra con un
apéndice que ofrece diez puntos sobre
el método y lectura mística de la Biblia.—SF.
42.
RENAULT, E., Ce que Thérèse
de Lisieux doit à Jean de la
Croix, Cerf, Paris, 2004, 220
pp., 13,5 × 21 cm.
Buen conocedor de la doctrina de
santa Teresa de Lisieux, el carmelita
francés E. Renault nos presenta en
este libro un interesante estudio sobre
su figura en relación con san Juan de
la Cruz. Teresa misma afirma en su
autobiografía haber tenido una gran
influencia del Santo reformador del
Carmelo. En el ambiente del Carmelo
femenino francés, Juan de la Cruz era
mucho más conocido que santa Teresa
de Jesús. Pero es que, además, un
acercamiento a su obra permite descubrir en la espiritualidad teresiana vinculaciones muy fuertes con la doctrina sanjuanista, hasta el punto que es
posible afirmar que la doctrina de
Teresita es una explanación vital y
sencilla de la expuesta por san Juan de
la Cruz.
La presentación de nuestro autor es
sumamente original: se trata no sólo
de mostrar las afinidades de la espiritualidad de maestro y discípula –el
modo común de abordar este tema-,
sino de poner de manifiesto la profunda afinidad espiritual y vital que existe entre ambos santos carmelitas. Salvadas las diferencias culturales que
los rodean, Juan de la Cruz y Teresa
del Niño Jesús se identifican como
santos entregados al Amor que realizan en su vida mediante el seguimiento del ideal del Evangelio. La profusión de temas comunes no es, para
Renault, fruto de un aprendizaje que
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
Teresa habría hecho de la doctrina
sanjuanista, sino de una profunda comunión espiritual y vital. Más que
aprender del Santo, Teresa ha encontrado en él un alma gemela, alguien
que le muestra realizado el camino
que ella intuye, un padre del que ser
hija espiritual o, mejor, un hermano
del que ser hermana.
Entre Juan de la Cruz y Teresa hay,
al decir de nuestro autor, que compartimos, una historia de encuentro más
que una de magisterio. Así, de la
mano de la vida de Teresa, el P. Renault nos va narrando la aventura de
ese encuentro, los modos y lugares en
los que Teresita va topando con la
doctrina de Juan de la Cruz y va descubriendo en él un eco de sus propios
sueños hecho realidad. De esta aventura son testigos excepcionales los
escritos teresianos, que el autor rastrea buscando en ellos indicios de la
comunión de ambos santos, de los temas por ellos compartidos y las maneras comunes de abordarlos.
Recomendamos la lectura de este
libro por su interés para el conocimiento de una relación tan esencial
para comprender a Teresa como la
que mantuvo con Juan de la Cruz.—
EM.
43.
RYKWERT, J., La idea de ciudad. Antropología de la forma
urbana en Roma, Italia y el
mundo antiguo, prólogo de Eugenio Trías, Sígueme, Salamanca, 2002 (=El peso de los días,
30), 296 pp., 17,5 × 25 cm.
El autor, Joseph Rykwert, es uno de
los más afamados y prestigiosos historiadores de la arquitectura. La mayor
329
parte de su vida la ha dedicado a la
enseñanza universitaria en Europa y
Estados Unidos. De hecho, el original
de la obra que presentamos está escrito en inglés (The Idea of a Town),
publicado ya en 1976 y reeditado en
1988. Aquí tenemos la traducción española que llega a distancia de casi
treinta años. Tiempo suficiente para
que el autor se haya convertido en un
clásico de la historia de la arquitectura y aquí, en España, se hayan dignado a introducirlo en las listas editoriales de autores cuyas obras resulta
interesante publicar.
En 1972 otra editorial española (no
confesional) publicaba uno de los primeros estudios de Rykwert, como lo
fue La casa de Adán en el paraíso: la
idea de cabaña primitiva en la historia de la arquitectura (Barcelona,
Gustavo Gili). Como vemos, pues,
este autor se ha empeñado en investigar las ideas en el ámbito de la arquitectura. En consecuencia, ha debido
introducirse en disciplinas muy humanísticas, tales como la filosofía, la
antropología, la etnología, la arqueología, la sociología, la historia del
pensamiento, etcétera. En esos ámbitos se adentra también el libro que
presentamos, La idea de ciudad.
Transporta al lector a la Urbe, la eterna Roma, de modo que asista a su
fundación; ésta se trata en el primer
capítulo: «Ciudad y rito: Roma y Rómulo» (pp. 39-54), en el segundo: «La
ciudad y el solar» (pp. 55-87) —donde se analiza la elección del solar en
el que se fundará la ciudad— y en el
tercero: «El cuadrado y la cruz» (pp.
89-117), en que se investiga el porqué
de la forma de la ciudad.
En el capítulo siguiente (el cuarto),
el autor amplía el marco de visión y
su análisis se dirige hacia los límites
330
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
de la ciudad: «Guardianes del centro,
guardianes de los límites» (pp. 119179). En el quinto capítulo se presentan «Los paralelos» (pp. 181-208), es
decir, aquellas otras experiencias a lo
largo y ancho del mundo que se dieron antes o después de Roma en torno
a la fundación de una ciudad o, al
menos, de algo parecido a lo que hoy
entendemos como ciudad, bien fuera
un poblado, una aldea primitiva, un
asentamiento de tipo sedentario y
organizado, etc. La idea de ciudad es
lo que busca el autor, así que tiene
que vérselas con la paleografía, la numismática, la sigilografía, el análisis
detenido y pormenorizado de los restos arqueológicos, la transcripción de
inscripciones —cada cual más rara
y estrambótica—... Todo ello lo ofrece de un modo altamente pedagógico,
acompañado desde el principio por
imágenes que tienen su explicación
al lado y que orientan al lector, siempre profano en la materia, ya que
sólo existen unos pocos especialistas que han tenido el valor de investigar y estudiar todos los documentos y
monumentos a los que el autor ha tenido acceso personal y pacienzudamente.
Rykwert, además, entra en discusiones que a nosotros pudieran parecernos diatribas sin fundamento, pero
que en su esencia exponen diversas
visiones y concepciones de un mismo
hecho (interpretaciones) o, sencillamente, proponen hipótesis que necesitan de fundamento histórico verificable. Así funciona toda ciencia desde la
Ilustración. Pero por muy ilustrado y
liberal que uno sea no hay modo de
abordar una cuestión tan crucial como
la idea de ciudad si no es partiendo de
la religión, de la religiosidad esencial
al hombre, del deseo de trascendencia
que habita en él desde su misma concepción, de lo cual el mismo autor
presenta restos y documentación diversa que lo afirma y explicita. Por
eso recensionamos un libro como éste
en una revista como ésta. Porque la
espiritualidad está presente hasta en la
idea de la ciudad.
El último y brevísimo capítulo del
libro (el sexto) es del todo sugerente,
ya que va dirigido a las mentes de los
lectores urbanos de nacimiento, de
constitución y de creencia. Su título
ya es interpretativo: «La ciudad como
un mal curable. Ritual e histeria» (pp.
209-215), en donde pone en diálogo la
ciudad antigua, milenaria, con la ciudad contemporánea, sacando a la luz
el influjo que la ciudad puede tener en
la psique humana (cita, entre otras, las
investigaciones de Freud en este campo) y confrontando, como a lo largo
de toda la obra, unos ejemplos y otros
de ciudades, sacados de estudios específicos que el autor ilumina con tino
en su reflexión.
Una conclusión y varios índices finales ponen el colofón a una obra bien
escrita, bien presentada, bien encuadernada y bien diseñada, que no tiene
desperdicio alguno y que, aunque dirigida a un grupo de lectores no demasiado amplio, produce cierto gozo y
algunas reflexiones según sea el ámbito de lectura de esos lectores. Lo cual
ya es mucho para un libro de estas
características, puesto que cumple con
la función sociológica de producir en
los lectores el quid del pensamiento
que es la reflexión, la meditación, la
provocación de ideas que llevan a
otras ideas y, quién sabe, a una idea
de ciudad más acorde al ser humano
que, en definitiva, es quien la funda,
quien la conforma, la ordena y para
quien está pensada.—IHT.
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
44.
VÁZQUEZ BORAU, J. L., Teresa de Lisieux. Un camino
evangélico para el siglo XXI,
BAC, Madrid, 2003, 129 pp., 14
× 20,5 cm.
La enorme fecundidad de la figura
de Teresa de Lisieux es una invitación
constante a la realización de estudios
que analicen su vida y su obra desde
diferentes puntos de vista. Recientemente declarada Doctora de la Iglesia
por Juan Pablo II, santa Teresa del
Niño Jesús ofrece a la Iglesia y a la
Humanidad un testimonio auténtico
de vida cristiana que es profundamente evangélico y de enorme valor. J. L.
Vázquez intenta en su libro, precisamente, hacer una presentación en clave evangélica de la doctrina de Teresa, proyectando su ser y su mensaje
hacia el siglo recién comenzado.
De santa Teresita se ha dicho que
de su mano es posible volver al Evangelio. Efectivamente, en contraste con
una espiritualidad demasiado centrada
en las propias obras, conflictiva con
su entorno sociopolítico y, con frecuencia, victimista, Teresa ha desarrollado la suya propia, de raíz hondamente evangélica, inspirada en la
misericordia de Dios que ella ha experimentado personalmente y que, a través de la lectura de los evangelios,
reconoce personificada en Jesús.
Esta es la intuición que sostiene el
desarrollo de nuestro autor: la seguridad de que la doctrina de Teresa es
eminentemente evangélica y, por ello,
puede ser expuesta a la luz de la bienaventuranza que es el Evangelio. De
hecho el capítulo X del libro –segundo de la parte dedicada a la doctrina
de Teresa-, anuncia en el título una
presentación de la espiritualidad de
Teresa de Lisieux en el marco de las
bienaventuranzas de Jesús; creemos,
331
sin embargo, que el proyecto así presentado no se cumple en las páginas
que siguen, pues el autor no ha buscado tanto enmarcar la espiritualidad de
Teresa en las Bienaventuranzas de
Jesús, cuanto enumerar unas nuevas
bienaventuranzas de sabor evangélico
pero plenamente inspiradas en la doctrina de Teresita; es decir, que se recrea el mensaje de los Evangelios a la
luz de la espiritualidad teresiana, con
lo que el estudio se aleja de la originalidad que prometía el título de este
capítulo.
Uno de los elementos más valiosos
del libro, prologado por J. F. Six, es
mostrar la figura de Teresa de Lisieux
como mística. En demasiadas ocasiones se confunde al místico con una
persona abierta a fenómenos extraordinarios y alejada de la vida normal
de los creyentes. Nuestro autor remarca con acierto que la mística es, ni
más ni menos, que la vivencia actual,
la experiencia personal, de la verdad
del Evangelio. En ese sentido Teresa
de Lisieux es una mística de modo
pleno y su experiencia mística es un
camino evangélico perfectamente
transitable por los hombres y mujeres
de nuestros días, pues no consiste en
hechos extraños, sino en abandonarse
en manos del Jesús de los evangelios
para que él nos lleve al amor misericordioso del Padre.
El autor muestra un buen conocimiento de las fuentes teresianas –en
concreto, son constantes las referencias a Juan de la Cruz-, y acompaña el
estudio de la espiritualidad de Teresa
de una presentación muy correcta del
ambiente histórico – filosófico y la
vida de Teresa, así como de su vida,
su cronología y sus escritos. Esta parte introductoria es, quizás, demasiado
extensa en relación al conjunto del libro y, quizás, podría reordenarse o
332
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
incluso haberse obviado, por el gran
número de estudios que existen ya
sobre este tema, salvada la exposición
de las corrientes filosóficas contemporáneas de Teresa, que nos parece el
punto de más interés de esta parte introductoria. Igualmente, como capítulo final del libro, es valioso el encuadre de la doctrina teresiana en
nuestros tiempos de pensamiento posmoderno.
En suma, un libro de lectura interesante –prologado por J. F. Six- por lo
que supone de actualización de la
doctrina teresiana como doctrina
evangélica y eminentemente mística,
pero cuyo título despierta algunas esperanzas que no son del todo satisfechas. Ojalá nuestro autor retome con
más extensión el tema en un futuro no
muy lejano.—EM.
45.
TOLIN, A., De la montaña al
llano. Claves para el encuentro
con Jesús, Narcea, Madrid 2003,
116 pp., 13,5 × 21,5 cm.
Claves para el encuentro con Jesús,
nos parece excesiva su expresión; claves para un encuentro, nos parece más
exacto. Lo que nos parece más pedagógico y desafiante es el título de la
obra: De la montaña al llano. Si no se
baja no se realizará el encuentro con
Jesús que el autor propone como meta
de su obra.
Por otra parte, sin olvidarnos de 1as
aportaciones que nos brinda toda la
obra, el encuentro que propone se realiza en otras pistas que reseña A. Tolín a través de la obra: Primeros pasos, De la montaña al llano, Hacerse
como niños, Vivir en nuestro mundo,
Estar alegres, Establecer nuevas relaciones, con el Epílogo: llamados a
crecer.
Las nuevas relaciones que el Autor
nos propone se concretan en: relaciones con la naturaleza, relaciones con
uno mismo, y relaciones con los demás. Exacta labor del llano y no de la
montaña. Desde una perspectiva más
amplia acentuaríamos también las siguientes pistas: «Hay un momento de
la andadura cristiana que podríamos
calificar de pre-cristiano y es el inicio,
la iniciación cristiana. Parece que en
los últimos tiempos hemos perdido o
disminuido la realidad y la importancia del proceso de iniciación. Así nos
encontramos con cristianos que, o
nunca se han iniciado como tales o
que su iniciación ha sido muy deficiente, a trompicones y sólo gracias a
Dios». Y concluye: «Necesitanos,
pues, iniciar en la andadura cristiana a
unos cristianos que se suponen ya iniciados».
Esta obra de A. Tolin ayudará a
tener en cuenta este momento precristiano y los pasos siguientes. Si
mal empezamos, el progreso se aborta... y la meta no se alcanza. Construir
sin cimientos es como arar en el mar.
Las bases fundamentales, las pastorales —dice A.Tolin—; después, las
doctrinales. «Hay que desarrollar una
fe en el Dios de Jesús, en el Dios del
llano, que camina y se encuentra donde tenemos edificada nuestra vida» (p.
10). Ahí se realiza el verdadero encuentro. Desde la infancia y en la infancia; no antes de ella. Caminar y
crecer en ella.
La obra de A. Tolin no es un tratado de nada, ni pretende redondear las
cosas que se tratan. Más bien se ofrecen ideas, sugerencias, reflexiones,
intuiciones, meros planteamientos...
Una buena obra, gratificante y estimulante. Mana de la experiencia pastoral, no de un gabinete alejado de la
vida.—IP.
REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)
46.
RODRÍGUEZ, J. V., La sonrisa
interminable de Dios. Biografía
de la Hermana María Cristina
de Jesús Sacramentado (Cristina de los Reyes Olivera) carmelita descalza (1890-1980), EDE,
Madrid, 2005, 456 pp., ilustrada, 13 × 22 cm.
Acaba de abrirse el Proceso de beatificación y canonización de la protagonista de esta obra. El libro consta
de 24 capítulos con un prólogo clarificador. Se cierra con un Epílogo escrito por el famoso P. Ismael Bengoechea (+ 10-I-2005), en el que se
hace una presentación muy elogiosa
de la biografía, llamándola documentada, real, completa, válida. En la obra
se trata de alguien que pasó por el
mundo sonriendo y que sigue haciéndolo y transmitiendo el evangelio de
la paz y la alegría desde el sacramento
de su sonrisa. El autor acierta de lleno
al titular el libro: La sonrisa interminable de Dios.
M. Cristina nació en Sevilla; se crio
en Huelva y después de haber estado
en la fonda Ávalos de la capital onubense, entró en enero de 1921 en el
Carmelo descalzo de Ogíjares (Granada). De allí pasó a San Fernando (Cádiz) en 1946 como una de las fundadoras de aquella casa, donde murió en
1980.
Figura singular. Rodeada desde su
juventud de la fama de «alguien extraordinaria» por los favores celestiales que se salían de lo corriente: visiones, revelaciones, asunción empática
de dolencias y enfermedades ajenas,
etc., etc., tuvo que pasar por esto mismo y por la fama de santa que la rodeaba por no pocas tribulaciones.
La verdad de su vida de seguimiento de Cristo no se basaba en ese trasmundo sino en la solidez de sus virtu-
333
des, bien acrisoladas. Su lema repetido mil veces: «Orar, callar, sufrir», lo
va sembrando a voleo, escanciando su
sonrisa en esos tres verbos emblemáticos con los que se teje su vida. Su
espiritualidad se sustancia en la oración, en el silencio fecundo, en la cruz
que la llevaba a la luz. Uno de los
mejores capítulos del libro viene a ser
el 21: Lo extraordinario en la vida
de Cristina, en el que con buen pulso
y equilibrio se trata ese tema tan delicado.
De temperamento artístico como su
padre y de inteligencia despierta, pero
iliterata y con bien poca formación
cultural, supo vivir a fondo las verdades de la fe. Las gentes venían a ella
en busca de consejo y de orientación
en las dificultades individuales y familiares de la vida. Su bufete fue el
locutorio conventual donde consoló e
iluminó a tantísimas personas.
Desde su correspondencia abundante, con la que estimulaba la caridad de
los bienhechores llamándose «la mendiga de Jesús», alentaba a los destinatarios al cumplimiento de sus deberes
cristianos y a ser santo. Se trata, el
libro lo muestra con toda diafanidad,
de un testimonio vivo y verdadero de
la alegría con que se ha de servir a
Dios. Su gran arma es la confianza en
Dios y la red para conquistar almas
para Dios es su sonrisa, sonrisa interminable porque era trasunto de la sonrisa de Dios.
Quien recorra este libro entenderá
perfectamente lo que dejó dicho Martín Descalzo: «Si yo tuviera que pedirle a Dios un don, un solo don, un
regalo celeste, le pediría, creo que sin
dudarlo, que me concediera el supremo arte de la sonrisa. Es lo que más
envidio en algunas personas. Es, me
parece, la cima de las expresiones
humanas».—JAM.