BOLETÍN DEL MUSEO CHILENO DE ARTE PRECOLOMBINO
Vol. 21, No 2, 2016, pp. 119-136, Santiago de Chile
ISSN 0716-1530
EL TEXTIL ANTES DEL TEXTIL… ANÁLISIS DE INSTRUMENTAL
ARQUEOLÓGICO COMO REFERENTE DE PRÁCTICAS DE
PRODUCCIÓN TEXTIL
THE TEXTILE BEFORE THE TEXTILE. ANALYSIS OF ARCHAEOLOGICAL
INSTRUMENTAL AS A REFERENCE OF TEXTILE PRODUCTION PRACTICES
SARA LÓPEZ CAMPENYA
En este artículo, presento las perspectivas de análisis de
un estudio centrado en instrumental textil arqueológico
procedente de sitios de Santiago del Estero, Argentina, para
momentos prehispánicos tardíos y/o coloniales tempranos
(siglos xv-xvi). Estos instrumentos son abordados desde
dos planos: (a) técnico-funcional, en relación con su rol en el
proceso productivo, las tecnologías asociadas y los atributos
de la materia prima procesada; y (b) estético, enfocado en el
desempeño o agencia de ciertos atributos visuales/texturales
como diacríticos y/o marcas identitarias y como indicadores
de procesos de aprendizaje y grados de destreza diferenciales.
Palabras clave: producción textil, instrumental arqueológico,
Santiago del Estero, Argentina.
his paper presents the perspectives from analyses already undertaken and in process, within a study of archaeological instrument
assemblages found at sites in Santiago del Estero Province, in
Northern Argentina, dated to the late pre-Hispanic period and/
or early colonial era (15th-16th centuries). he analysis involves
two interconnected levels: (a) technical-functional, in relation
to their role in the production process, associated technologies
and attributes of the raw material processed; and (b) aesthetic,
which focuses on the performance or agency of certain visual/
textural attributes as diacritics and/or identity markers, and as
indicators of learning processes and diferent skill levels.
Keywords: textile production, archaeological instrumental
assemblages, Santiago del Estero, Argentine.
A
INTRODUCCIÓN
Parto del reconocimiento de que las prácticas textiles
involucran todas las acciones destinadas a crear condiciones favorables para las especies de uso textil, en
concordancia con la cosmovisión particular de cada
comunidad productora. Desde esta perspectiva inclusiva,
la producción textil se inicia desde el manejo, cuidado,
cultivo y/o recolección de la especie proveedora de ibra
e implica un proceso complejo y dinámico, en el que
la conjunción de conocimientos, prácticas y tecnología
transforma materias primas en elementos culturales.1 De
manera simultánea, se pone en movimiento toda una
red de relaciones sociales, contextualizadas histórica y
localmente, atravesadas por las prácticas y los signiicados de las propias comunidades productoras. En este
sentido, los textiles constituyen productos tecnológicos
“entramados” en sistemas sociales (Franquemont et al.
1992; Lemonnier 1992; Fischer 2005; Arnold et al. 2007).
Desde un punto de vista arqueológico, entendido
como el abordaje de las prácticas sociales a partir de las
trazas materiales del pasado, resulta útil entender que
la producción textil –como cualquier otra actividad
artesanal– se caracteriza por formas del hacer, las que
pueden remitir a identidades particulares sustentadas
Sara López Campeny, Instituto de Arqueología y Museo, Universidad Nacional de Tucumán, Instituto Superior de Estudios Sociales, Consejo Nacional de Investigaciones Cientíicas y Técnicas (conicet), Suipacha 62, San Miguel de Tucumán, Tucumán cp:
T4000JAB, Argentina, email: marisalopezc@hotmail.com
Recibido: abril 2015. Aceptado: febrero 2016.
120
Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 21, No 2, 2016
en prácticas tradicionales. Estas prácticas productivas y
sus modalidades se desarrollan en un marco complejo
y variable de situaciones, que pueden implicar distintos grados de consenso y uniformidad, pero también
innovación, negociación o imposición, entre múltiples
escenarios posibles. Las formas del hacer comprenden,
entre un sinnúmero de aspectos, la tecnología particular
asociada con la elaboración de las materialidades textiles.
Es sobre este componente de la producción textil y, más
especíicamente, sobre los conjuntos instrumentales que
pone foco este artículo. Estos útiles se constituyen en
intermediarios entre los artesanos y la materia prima,
en nexos entre lo material y lo social (Arnold & Espejo
2013); y de manera más global, debido a que integran
la cadena operativa de producción (Schlanger 2007),
son referentes de actividades particulares del proceso
productivo textil.
Sobre la base de lo anterior, presento una síntesis
de la metodología de análisis –aplicada y en proceso–
empleada con el in de obtener conocimiento acerca
de un conjunto instrumental textil procedente de sitios
arqueológicos de la llanura de Santiago del Estero, área
centro-oeste de la Argentina. Este incluye sintéticamente
ítems relacionados con el hilado/torsionado de las ibras,
artefactos que se emplearon para tensar y/o almacenar
los hilados antes del urdido, útiles accesorios del telar
y, por último, implementos asociados a la terminación
y/o mantenimiento de las prendas. Estas materialidades se analizan en el marco de la problemática del
área de estudio, para momentos prehispánicos tardíos
y coloniales tempranos (siglos xv-xvi), de acuerdo
con los indicadores cronológicos particulares de los
distintos sitios.
Destaco la importancia de que estas son las principales evidencias indirectas de actividad textil perdurables
en ambientes en extremo cálidos y húmedos, como el
que aquí se trata, donde los hallazgos directos han sido
excepcionales.
MANOS A LA OBRA: ESTUDIO DE
INSTRUMENTAL TEXTIL ARQUEOLÓGICO
Antes he señalado que la arqueología argentina cuenta
con escasos trabajos que hayan concretado un análisis
del instrumental textil prehispánico y en los que se
avanzara más allá de mencionar a los “torteros” entre los
ítems recuperados en algunos contextos arqueológicos
(López Campeny 2011-2012). Sin embargo, a pesar de
estas valiosas excepciones, también concluí que ninguna
concretó un verdadero análisis funcional, es decir, uno
que trazara relaciones entre determinados aspectos
tecno-morfológicos del instrumental y ciertas características de los hilados. Ahora bien, al ampliar el repertorio
instrumental para incluir a los ítems involucrados en
otras etapas de la producción, el vacío de información
sobre tecnología textil prehispánica se hace evidente.
En otras palabras, las investigaciones arqueológicas que
abordaron el ámbito textil se centraron –de forma casi
exclusiva– en un estudio de los productos, mientras
que los conjuntos instrumentales asociados recibieron
escasa atención.
Determinar los motivos que subyacen a este
panorama no es una tarea simple. La respuesta más
inmediata sería explicarlo por un concepto de conservación diferencial, pues se trata de objetos elaborados
principalmente en material orgánico (madera, hueso)
y que, por ello, no resistieron el paso del tiempo en la
mayoría de los ambientes. Sin embargo, en varias regiones del área Andina con condiciones de conservación
óptimas (costa de Perú, norte de Chile, Noroeste de
Argentina), las investigaciones se han concentrado con
insistencia en los propios textiles. Ahora bien, cuando
los instrumentos textiles han perdurado, se presentan
distintos escenarios: o bien los conjuntos instrumentales
no se analizan ni, en ocasiones, siquiera se identiican
ni clasiican; o bien se vinculan con secuencias de
producción de otras materialidades (lítico, cerámica)
u otras actividades (agrícolas, decoración corporal), y
entonces se los reiere como retocadores, perforadores,
punzones o azadas. Estimo que ello puede ser el resultado
de un desconocimiento general sobre la participación
de este instrumental en la práctica textil, por tratarse
de una producción tecnológica que ha recibido menor
atención en los estudios arqueológicos, en comparación
con otras materialidades de mayor registro en el territorio argentino. Yendo un poco más lejos, me animo
a considerar que, por algún motivo más complejo de
develar, esta situación puede ser consecuencia de una
sobrevaloración (¿inconsciente?) del producto cultural
per se, por sobre las herramientas que concurren en
su producción.
Concretamente en el área de estudio, son escasas las
referencias sobre el hallazgo de textiles arqueológicos y
muy acotadas sus descripciones (d’Harcourt 1932; Reichlen
1940). A ello se suma la limitación de que en ninguno
El textil antes del textil / S. López Campeny
0
121
10 cm
Figura 1. Conjunto de pesos de hilado arqueológicos (torteros). Museo Antropológico Emilio y Duncan Wagner (maedw), sitio Pueblo Nuevo, Santiago del Estero. Figure 1. Set of archeological torteros (spindle weights). Museo Antropológico Emilio y Duncan Wagner
(maedw), site Pueblo Nuevo, Santiago del Estero.
de estos casos se pudo acceder con posterioridad a las
piezas mencionadas, lo que permitiría una contrastación
(o cuestionamiento) de sus apreciaciones y posibilitaría
emprender estudios actuales más detallados.2 Por otro
lado, abundan para la zona las reseñas relacionadas con
el hallazgo de indicadores arqueológicos indirectos de
producción textil como: torteros, agujas, diversos elementos
accesorios del telar (ajustadores, separadores) e improntas
textiles conservadas en fragmentos cerámicos (para una
síntesis, cfr. López Campeny 2010, 2011). A pesar de
estas numerosas evidencias indirectas, la problemática
textil prehispánica obtuvo escasa profundización en
los planteos arqueológicos de la región durante los dos
primeros tercios del siglo xx, al menos desde un enfoque
especíicamente productivo; en contraposición al gran
cúmulo de evidencias que testimonian un destacado rol
productor y una profunda tradición textil para la zona
(López Campeny & Taboada 2009).
Considerando el panorama esbozado, me concentro en un conjunto artefactual que procede de sitios
arqueológicos del área de la llanura santiagueña que,
según entiendo, se vincularían con las siguientes etapas
de la cadena operativa textil:
a) Elaboración de hilados: el manejo de la materia
prima textil implica, en una de sus etapas iniciales
–luego de su obtención y primer procesamiento–,
la transformación de las ibras individuales discontinuas en un producto continuo que se denomina
hilado. En este proceso las ibras pueden ser torcidas
manualmente o con ayuda de algún instrumento,
cuya función básica es la de producir movimientos
rotatorios y aumentar la velocidad de giro. Entre los
implementos para hilar, el huso de mano (pushka)
es empleado por las comunidades que conservan
técnicas tradicionales de tejido. El huso consiste
en una vara, generalmente de madera, que suele
acompañarse con un implemento que actúa como
contrapeso, el tortero (muyuna). Su función es
controlar la velocidad de giro al facilitar la rotación
del huso, e inluye en diferentes propiedades de los
hilados (López Campeny 2011-2012). Se incluyen,
entre las evidencias arqueológicas correspondientes
a esta etapa de la producción textil, un elevado número de torteros o pesos de hilado, confeccionados
sobre una variedad de soportes líticos y cerámica
(ig. 1; tabla 1).
122
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Tabla 1. Muestra de torteros procedentes de diversos sitios de la Provincia de Santiago del Estero, relevada al presente.
Distribución según colecciones museográicas y excavaciones sistemáticas. Table 1. Sample of torteros (spindle weights) from
diferent sites in Santiago del Estero Province, identiied to date. Distribution by museum collection and systematic excavation.
Localización
Santiago
Reserva
Colección/Procedencia
N=
%
Museo E. y D. Wagner
Expediciones arqueológicas
554
80,65
10
1,45
4,65
inicios s. xx
del Estero
República Argentina
(E. y D. Wagner, Reichlen)
Córdoba
Museo Paleoantropológico
Sitios cercanos al
Rincón de Atacama
Embalse de Río Hondo
Museo de Antropología
Col. Argañaraz
3
Universidad Nacional
Col. Delgado
9
de Córdoba
Col. Von Hauenschild
20
Subtotal
32
Buenos
Museo de Ciencias
Col. Maldonado
Aires
Naturales y Museo
Bruzzone (1939-1942)
Universidad Nacional
Excavaciones A.M.
de La Plata
Lorandi (1967)
Subtotal
Francia
París
3
3,78
23
26
Museo de
Donación Museo del
Quai Branly
Hombre (Hnos. Wagner)
Donación Museo del
31
6,12
11
Hombre (H. Reichlen)
Subtotal
Excavaciones en curso en sitios arqueológicos del sector Río Salado,
42
23
3,35
Santiago del Estero (dirección: Dra. C. Taboada)
Total
b) Tratamiento y/o almacenamiento de hilados: tras la
confección de los hilados, pero antes de las tareas de
urdido en el telar, se pueden utilizar ciertos instrumentos que permiten estirar o tensar los hilos y así
evitan que se replieguen o formen bucles indeseados.
Son los llamados ovilladores (“tesadores” [sic.], Arnold
& Espejo 2013: 76) En este sentido, y apoyándome
en información etnográica y arqueológica recopilada
687 – 100%
para el área Andina (Rivera 2012; Arnold & Espejo
2013), planteo que algunos artefactos arqueológicos
confeccionados sobre huesos planos (escápula, esternón) que presentan incisiones equidistantes (en v o u)
sobre su supericie mayor –lo que da como resultado
bordes aserrados– podrían corresponder a ovilladores
arqueológicos (ig. 2). En cuanto a su modo de uso,
los hilos se tensarían introduciéndolos a distancias
El textil antes del textil / S. López Campeny
regulares entre dichas ranuras y manteniéndose, de
este modo, estirados y sin deformación post torsión.
Rivera (2012: 152) sugiere que en ocasiones estos
artefactos pudieron emplearse además para alisar
los hilos durante el urdido o en el telar. Además, es
signiicativo que una alta proporción (78%) de los casi
700 torteros relevados en detalle presenten series de
ranuras/incisiones equidistantes, dispuestas con su
eje perpendicular al peril del disco. Este frecuente
rasgo morfológico podría adecuarse a los ines de
sujeción/ajuste/estiramiento y/o almacenaje del
hilado, lo que nos lleva a especular que una función
complementaria/alternante a la de pesos de huso
podría haber incluido la de ovilladores y/o implementos usados para el almacenamiento de hilados
(López Campeny & Taboada 2016). De manera más
tentativa, propongo que un conjunto de cantos rodados y pequeñas esferas de cerámica, recuperados
con frecuencia en los sitios de Santiago del Estero,
podrían haberse utilizado con el in de enrollar los
hilos durante el ovillado, de acuerdo también con lo
que se desprende de la recopilación de fuentes orales
(ig. 3) y arqueológicas para el área andina (Arnold
& Espejo 2013).3
c) Tejido de las prendas: luego de montarse los hilados
en el telar, los artesanos utilizan diferentes artefactos
accesorios para la confección de las prendas. La variabilidad del conjunto instrumental en uso dependerá
de la estructura textil con que se confeccione la tela
(faz de urdimbre o de trama) y de su complejidad
técnica. En términos amplios, este instrumental se
emplea tanto para separar las capas de urdimbres de
colores (lizos), escoger y/o contar los elementos de
urdimbre durante las distintas etapas de conformación
de los diseños y, además, para apretar-ajustar los hilos
de cada nueva pasada de trama que se incorpora a
la pieza. Como referentes de esta etapa incluyo un
conjunto de artefactos elaborados en hueso, que
presentan sus bordes aguzados, en bisel, dentados y
romos aplanados que corresponderían a elementos
accesorios del trabajo en el telar (ig. 4). Interpreto
que los mismos habrían cumplido el rol de separadores, seleccionadores y prensadores (variedad de
wichuñas y rukis), a partir de lo que se desprende de
información arqueológica y etnográica (Rolandi &
Jiménez 1983-1985; Gisbert et al. 1987; Abal de Russo
2010; Rivera 2012; Arnold & Espejo 2013).4
123
a
5 cm
5 cm
b
c
10 cm
Figura 2. Instrumentos para el tratamiento de los hilados: a-b)
vista general y detalle de posible ovillador arqueológico, maedwCentro Cultural del Bicentenario (ccb), sitio Colonia, Santiago del
Estero, N° 98/10; c) posibles ovilladores arqueológicos, maedw,
proveniencia desconocida (fotografía de Constanza Taboada);
d) ovillador arqueológico (riqu riqu), Sierra Mokho, Bolivia,
Colección Instituto de Lengua y Cultura Aymara (Rivera 2012:
152). Figure 2. Instruments for treating spun yarn: a-b) overview
and detail of a possible archeological thread winder, maedw-Centro
Cultural del Bicentenario (ccb), Site Colonia, Santiago del Estero,
N° 98/10; c) possible archeological thread winders, maedw, origin
unknown (photo by Constanza Taboada); d) archeological thread
winder (riqu riqu), Sierra Mokho, Bolivia, collection of the Instituto
de Lengua y Cultura Aymara (ilca) (Rivera 2012: 152).
Figura 3. Pequeñas rocas usadas para ovillar los hilos en la comunidad de Qaqachaka, Oruro, Bolivia (Arnold & Espejo 2013:
77, igs. 2-14). Figure 3. Small rocks used for winding yarn in the
community of Qaqachaka, Oruro, Bolivia (Arnold & Espejo 2013:
77, igs. 2-14).
d) Terminación y/o mantenimiento de las prendas: la
etapa inal de la producción implica el acabado de
la prenda textil, con la culminación de sus bordes
y, en algunos casos, la incorporación de elementos
accesorios de carácter visual-estético. Como referentes
124
Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 21, No 2, 2016
de esta etapa, incluyo artefactos interpretados como
agujas, las que se utilizan para diferentes tareas del
acabado del textil; por ejemplo, para introducir las
últimas pasadas de trama y para la terminación de
bordes, la realización de costuras (refuerzo, unión,
reparación, mantenimiento) y/o la aplicación de
bordado en las telas.5
Desde una perspectiva arqueológica, nuestra visión
de estos conjuntos instrumentales pretende integrar la
dicotomía planteada entre el artefacto funcional y su
dimensión estética, para lo cual aborda aquellos planos
como partes indivisas de una misma totalidad. De forma
resumida, estos abordajes pueden expresarse como:
1) Plano tecnológico-funcional: alude a un estudio
detallado de los artefactos desde los puntos de vista
tecnomorfológico (atributos y variables de composición,
morfológicos, dimensionales) y de micro-desgaste.
Con ello, se busca indicadores certeros que permitan
plantear el rol particular (función) que desempeñaron
en el proceso de producción textil. En este plano,
además, se vincula los aspectos relevados en los
ítems con propiedades inherentes de la materia prima
trabajada, la tecnología empleada y las características
de los productos textiles obtenidos.
2) Dimensión perceptivo-visual: está enfocada en el análisis
de los atributos perceptivos (conjunción de materias,
formas y diseños) presentes en los instrumentos textiles. Tales atributos interesan en virtud de su posible
desempeño o agencia como rasgos diacríticos (Barth
1976) que pudieron remitir a grupos particulares de
artesanos, a la vez que permiten trazar vínculos entre
diferentes sitios arqueológicos y/o regiones culturales.
Por otra parte, documentan procesos de aprendizaje
y grados de destreza diferenciales en la confección
de los artefactos.
Finalmente, considero que la suma de prácticas que
involucra la producción textil no puede aislarse de las
situaciones culturales, sociopolíticas y económicas particulares en las que se desarrollan. Es por ello que, en
busca de esa trama de relaciones pasadas, examino esta
problemática a partir de las fuentes documentales históricas (siglos xvi-xvii) y de la interpretación de evidencias
arqueológicas asociadas con momentos prehispánicos
tardíos y/o coloniales tempranos (siglos xiv-xvi).
5 cm
Figura 4. Instrumentos para el tejido (maedw-ccb). Posibles
seleccionadores para escoger los hilos: a) N° 83/10, sitio Lázaro;
b) N° 80/10, sitio Laguna Muyoj; c) N° 78/10, sitio Averías; d) N°
77/10, sitio Sequía Vieja; e) N° 94/10, sitio Laguna Muyoj; f) N°
93/10, sitio Laguna Muyoj; g) posible prensador para ajustar los
hilos, N°70/10, sitio Laguna Muyoj. Figure 4. Weaving instruments.
Possible selectors for selecting yarn: a) N° 83/10, site Lázaro; b) N°
80/10, site Laguna Muyoj; c) N° 78/10, site Averías; d) N° 77/10,
site Sequía Vieja; e) N° 94/10, site Laguna Muyoj; f) N° 93/10, site
Laguna Muyoj; g) possible press for adjusting the yarn, N°70/10,
site Laguna Muyoj.
Indias de ylado, indios texedores: la
problemática textil desde las fuentes
Emprender un estudio arqueológico sobre las prácticas
de producción textil prehispánicas en el área de la llanura
santiagueña implica un desafío a distintos niveles. El
más inmediato es la naturaleza perecedera de las ibras
textiles, la que, en un ambiente cálido y de extrema
humedad, condiciona un análisis basado sobre todo en
trazas indirectas de esta actividad. En este contexto, uno
de los aspectos más destacados por los trabajos pioneros
acerca del instrumental textil –y especíicamente sobre
los torteros– fue su elevada densidad en los sitios de
interés, de lo que se dedujo una consecuente intensidad
y una notable escala de producción textil. En segundo
lugar, la mayoría de los investigadores resaltó su gran
variabilidad de formas y diseños, el sumo detalle puesto
en su ejecución y su alto grado de “estética”, esto último
interpretado como prueba de la gran destreza y habilidad
de sus productores (Wagner & Wagner 1934; Reichlen
1940; Righetti 1942; Wagner & Righetti 1946; Gramajo
1978; Lorandi 1978, entre otros).
Fue Reichlen (1940) el primer investigador
que logró conjugar ambos aspectos y esbozar una
El textil antes del textil / S. López Campeny
tendencia comparativa, al marcar una clara distinción
entre los abundantes torteros recuperados en los sitios de
montículos con cerámica Averías –pequeños, livianos y
inamente decorados– y aquellos escasos torteros de los
asentamientos con cerámica Sunchituyoj –más temprana en parte de su secuencia de registro–,ejemplares de
mayor peso y tamaño, así como menos elaborados en su
aspecto formal y representativo. Años más tarde, Lorandi
y Carrió (1975) insistieron sobre estas diferencias en la
frecuencia y la “estética” de los torteros correspondientes
a cada estilo cerámico; poco tiempo después, la primera
interpretó el incremento de los pesos como resultado de
un “auge en la industria textil” (Lorandi 1978: 76) hacia
momentos tardíos (ca. 1350 a 1600 años dc), de lo que
se infería “el desarrollo de la técnica textil y un aumento
cuantitativo de su producción” (Lorandi 1977: 76). La autora
ligó este proceso –sobre la hipótesis de que la materia
prima trabajada fue la ibra de camélido– a relaciones
más estrechas con poblaciones del área Valliserrana y,
más tarde, a posibles vínculos con los incas (Lorandi
1977, 1978). Luego, apoyada fundamentalmente en el
análisis de los conjuntos cerámicos Averías/Yokavil, Lorandi (1980, 1984) efectuó un quiebre en la arqueología
regional al postular el traslado de mitimaes de origen
“santiagueño” a los valles.
En años recientes, se ha avanzado sobre estos
innovadores planteos de Lorandi gracias a estudios
contextuales detallados que profundizan en el análisis
de los indicadores textiles, los que, a su vez, han sido
integrados a un conjunto de evidencias metalúrgicas
y cerámicas. Así, a partir de la presencia de piezas de
metal, de diseño y factura incaica y valliserrana tardía,
recuperadas en algunos sitios del área, se interpretó
que ellas podían estar relejando “dones” que ponían
de maniiesto contactos con los incas (Angiorama &
Taboada 2008). Esta interacción parecía desenvolverse
especíicamente en torno a las poblaciones de una zona
acotada del río Salado centro-sur (Bañados de Añatuya),
en la misma donde también se concentraba la mayor
densidad de torteros (ig. 5). Respecto a estos últimos,
se propuso que su alta frecuencia sería relejo de una
intensiicación en la elaboración de hilados, vinculada
con una intervención estatal en la organización de la
producción textil bajo modelos incaicos que pudo ser
aprovechada por los colonizadores europeos (Taboada
& Angiorama 2010; Taboada & Farberman 2014). Se
planteó, asimismo, que la destreza local de los artesanos
textiles y/o ciertas materias primas de distribución local,
125
como el algodón (Gossypium sp.) y la “seda del monte”
(Saturniidae rothschildia),6 podrían haber motivado
el interés y aun la intervención incaica (Taboada &
Angiorama 2010; López Campeny 2011-2012). A su
vez, la presencia de elementos típicos de la llanura en
contextos incaicos de los valles intermontanos también
parecía remitir a un contacto sostenido con los incas
y con las poblaciones de los valles. Entre estos indicadores, destacan las marcadas similitudes –en el plano
formal representativo– que hemos detectado entre los
torteros de numerosos sitios de la llanura santiagueña
y los procedentes de sitios correspondientes a cronologías tardías e incas en el área Valliserrana del noroeste
argentino (Morohuasi, Tastil, La Paya, Potrero de
Chaquiago, Valle de Lerma) (Taboada et al. 2013). Hace
algunos años, gracias a la recuperación de una serie de
elementos ajenos a la tradición local (asociados con las
tierras altas, el Chaco y el Litoral) y de signiicancia en
el mundo prehispánico por su uso ritual y/o de marcadores de estatus, se propuso que esta zona particular del
Salado –Bañados de Añatuya– donde se concentra la
mayoría de los torteros pudo constituir una región con
desarrollos particulares, que representó un espacio de
encuentro y articulación de redes locales, regionales e
interregionales en tiempos pre y post-contacto hispano
(Taboada 2014).
Por su parte, las fuentes históricas señalan que la
Gobernación del Tucumán se especializó en la producción
de hilados y tejidos, especialmente de algodón (Lorandi
1988). Los pueblos de indios y las encomiendas de la
jurisdicción de Santiago del Estero no escaparon a esta
situación general, y la producción textil fue sin duda una
actividad relevante (Garavaglia 1986; Palomeque 2005;
Farberman & Boixadós 2006). De singular interés es el
padrón o “numeración” de caciques, indios e indias tributarios y reservados del partido del río Salado, Santiago
del Estero, elaborado como parte de la visita del Teniente
de Naturales Francisco Luis el año 1607 (Castro 2013a,
2013b). Dicho padrón releva, a principios del xvii, un
total de 2.669 indígenas sujetos al régimen de tributo. La
división por sexos discrimina que el padrón se componía
de 1359 “yndios de travaxo” y 1310 “indias de ylado”. Es
decir que, de modo signiicativo en la época, el trabajo de
servicio personal femenino de este partido correspondía
con exclusividad a actividades de hilado. En otros casos,
las fuentes mencionan la existencia de “indios texedores”,
los encargados de transformar en lienzo los hilados de
algodón producidos por las mujeres (Farberman &
126
Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 21, No 2, 2016
Figura 5. Mapa con localización de sitios y/o localidades arqueológicas –con cronologías y contextos diversos– que
presentan evidencias de producción textil. Detalle del área con mayor concentración de sitios, zona del Salado
Medio, Bañados de Añatuya (Palavecino 1940; Reichlen 1940; Lorandi & Carrió 1975; Taboada & Angiorama 2010;
Taboada & Farberman 2014). Figure 5. Map showing the location of archeological sites and/or localities—with diferent
chronologies and contexts—displaying evidence of textile production. Detail of the area with the highest concentration
of sites, Salado Medio zone, Bañados de Añatuya (Palavecino 1940; Reichlen 1940; Lorandi & Carrió 1975; Taboada
& Angiorama 2010; Taboada & Farberman 2014).
El textil antes del textil / S. López Campeny
Boixadós 2006). Casi un siglo después (1692 y 1693),
cuando el oidor Antonio Martínez Luján de Vargas
visita las encomiendas de la Gobernación del Tucumán,
continúan las mismas quejas por los abusos cometidos en
relación a la producción compulsiva de hilados en varias
de las encomiendas asentadas en los márgenes del Salado
(Matará, Matará Real, Lasco, Inquiguala y Guaype).7 En
vista de lo anterior, podría plantearse que la alta proporción de torteros recuperados en el sector del Salado se
debe a esta especialización textil de las encomiendas de
la llanura santiagueña, auténtica explotación de la que
dan sobrado testimonio distintas fuentes coloniales.
Sin embargo, hay fuertes indicios que nos llevan a
proponer que este “auge” de la actividad textil pudo ser
contemporáneo a la ocupación incaica en el noa (Taboada
& Angiorama 2010; Taboada et al. 2013). Asimismo, la
hipótesis de su data prehispánica puede apoyarse también
en las referencias a hallazgos de torteros en contextos
fechados para momentos prehispánicos tardíos o sin
evidencia colonial asociada (Lorandi & Carrió 1975).
Más recientemente, el hallazgo de ejemplares en excavaciones sistemáticas, en un sondeo fechado en el sitio
Sequía Vieja (sv19), permite sostener su presencia desde
momentos prehispánicos (Taboada 2014),8 mientras que
nuevos datos radiométricos disponibles para otro sector
del sitio (sv150) abarcan un rango prehispánico-colonial,
pero con mayor probabilidad de ser prehispánico (López
Campeny & Taboada 2016).9
Considerando entonces la problemática sintetizada para el área y el importante rol que parece haber
desempeñado la producción textil local en tiempos
prehispánicos-tardíos, incas y coloniales, presento a
continuación la metodología de análisis implementada
para el estudio del instrumental textil arqueológico.
Artefactos vinculados con la producción
de hilados: los torteros
En el caso del instrumental textil, el mayor avance de
la investigación se presentó respecto del conjunto de
torteros, cuya elevada densidad en los sitios de la llanura
santiagueña los convirtieron en el foco de los análisis.
Metodología de análisis tecnológico-funcional
En primer lugar, recopilé fuentes de diferente naturaleza
(arqueológica, histórica y actual), con el in de sistematizar y evaluar críticamente la información disponible
127
sobre la producción de hilados cuando esta involucra
el uso de torteros como complemento del huso manual.
Me interesaba identiicar los aspectos productivos más
involucrados con la variabilidad tecnomorfológica de
los torteros a partir, sobre todo, de lo que opinaban los
propios artesanos textiles (López Campeny 2011-2012).
Sobre la base de este análisis, pude concluir entonces
que las variables más estrechamente vinculadas con las
características de la materia prima procesada y de los
hilados resultantes se reducen a dos: el peso del tortero
y el diámetro de su oriicio central. En el primer caso,
la variable peso estará determinada por la conjunción
entre la materia prima y el tamaño general de la pieza,
en términos de su diámetro y espesor. En cuanto al diámetro del oriicio, este representa un indicador indirecto
del grosor de la varilla y, de modo más indirecto, de su
peso. Esto último, en tanto es esperable que el peso de
la varilla se incremente proporcionalmente conforme
al aumento de su grosor y longitud, lo que –dependiendo de la materia prima especíica usada para su
confección– determinará el peso total del instrumento
compuesto (huso).
En segundo lugar, pude determinar que, aun considerando el espectro de variabilidad cultural relevada,
estas diferencias tecno-morfológicas de los torteros,
como instrumentos integrados a la producción de hilados, se relacionan con dos aspectos principales: a) el
procesamiento de ibras textiles de diferente naturaleza,
con distintas propiedades físico-químicas inherentes
y/o b) la producción de hilados con diferentes atributos técnicos, principalmente: diámetro inal del hilado
(grosor) y número de torsiones (primera torsión: cabo;
segunda torsión o retorsión: hilado, etc.). Esto último
estaría determinado, a su vez, por la combinación de
ciertos factores y/o necesidades (funcionales, estructurales, técnicas, estéticas, sociales) de la producción
(López Campeny 2011-2012). En términos generales,
cuando se indaga sobre los aspectos productivos que
subyacen a la decisión de usar el tortero, a pesar de las
diferencias entre los testimonios, los discursos coinciden en señalar que el empleo del contrapeso permite
trabajar más rápido y obtener un hilado más regular. Es
decir, que el uso del tortero tiene incidencia tanto en la
cantidad (escala) como en la calidad (estandarización)
de los hilados producidos.
El paso siguiente fue elaborar una icha de registro
ad hoc de los torteros, que integra un conjunto de atributos y variables: información contextual, dimensiones,
128
Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 21, No 2, 2016
morfología, aspectos tecnológicos, diseño y conservación.
La información compilada se concentra en una planilla
Excel con uso de iltros dinámicos, lo que permite procesar y comparar simultáneamente un gran caudal de
información. Así, esta icha viene siendo puesta a prueba
como instrumento de recolección de información y como
base de datos dinámica para análisis interpretativos. Al
presente, contamos con la información correspondiente
a un total de 687 ejemplares arqueológicos relevados,
de los cuales la mayoría (97%) pertenece a colecciones
museológicas (tabla 1). Si bien esta condición implica
limitaciones en cuanto a precisiones cronológicas y/o
asociaciones contextuales,10 la mayoría de los ejemplares
consigna el nombre del sitio y/o localidad de recuperación, ya que fueron codiicados siguiendo la práctica de
la época; y la mayor parte de estos lugares de origen se
han podido identiicar (ig. 5) en mapas, a partir de los
trabajos pioneros (Wagner & Wagner 1934; Palavecino
1940; Reichlen 1940; Lorandi & Carrió 1975), junto con
otros más recientes (Angiorama & Taboada 2008; Taboada & Angiorama 2010; Taboada & Farberman 2014).
En cuanto al análisis de los torteros, me concentré
en las variables funcionales que atañen a las características de las posibles materias primas procesadas y de los
hilados que se obtendrían. Los resultados del estudio
de una muestra inicial ya han sido presentados (López
Campeny 2011-2012). En esa oportunidad, y sobre una
muestra inicial de N=81 ítems, se concluyó que la mayor
proporción de torteros (70%) corresponde a ejemplares
de bajo peso (5-15 g) y reducidas dimensiones (20-50
mm), con una marcada estandarización en los valores
de ambas variables. Lo primero permitió proponer que
este subconjunto mayoritario podría relacionarse con
la obtención de hilados de escaso diámetro y/o hilados
simples (primera torsión), y lo segundo, inferir una
mayor regularidad del hilado en aquellos atributos
vinculados a estas variables, como el grosor y los tipos
de torsión. Por otro lado, al incorporar la información
actual, histórica y arqueológica, concluí que este conjunto
mayoritario de torteros estaría involucrado en tareas de
hilado de ibras de algodón u otras materias primas con
propiedades similares. Es importante destacar que, al
incorporar a este primer análisis la muestra mayor de
torteros relevada al presente (N=687), las tendencias
registradas en los valores de peso y dimensión máxima que predominan en el conjunto inicial (N=81) se
mantienen en el grupo más elevado de torteros que
conforman la muestra actual.
De forma complementaria al estudio de los atributos y variables intrínsecas de los instrumentos, otro
conjunto de análisis especíicos permitió profundizar en
los aspectos tecnofuncionales de los torteros: (a) restos
adheridos y (b) estudios experimentales. En el primer
caso, se procedió a la indagación en laboratorio –previa
limpieza mecánica del sedimento adherido– de posibles
restos conservados que se asociaran a la supericie de
torteros procedentes de excavaciones arqueológicas.
Estos procedimientos se efectuaron bajo observación
controlada con lupa binocular estereoscópica (40x).
Entre los resultados alcanzados, destaca la recuperación
de hilados inmersos en el sedimento adherido al oriicio
central y al surco lateral de un tortero procedente del sitio
Sequía Vieja (sv150), hoy en proceso de excavación bajo
la dirección de la Dra. Constanza Taboada. La observación
a través del microscopio óptico permitió identiicar ibras
de algodón (Gossypium sp.) como materia prima de los
hilados (ig. 6). Este dato es excepcional para el área, ya
que constituye la primera identiicación especíica de
una materia prima textil implicada en la manipulación
de ibras para la confección de hilados, las que además
están directamente asociadas con un tortero proveniente
de contextos arqueológicos locales que dataría de la
época prehispánica-tardía (López Campeny & Taboada
2016, ver nota 9). Es también relevante porque aporta
información sobre problemáticas abordadas desde el
proyecto marco, como la discusión sobre si el cultivo/
uso del algodón en Santiago del Estero es de data prehispánica o si fue introducido durante la Colonia (López
Campeny 2011-2012; Taboada et al. 2013); y, en el primer
caso, la potencial relación entre la disponibilidad de
algodón local y los vínculos que los incas sostuvieron
con las poblaciones de la región (Angiorama & Taboada
2008; Taboada 2014). En apoyo, el hallazgo reciente de
un fragmento textil de algodón asociado con una placa
de metal que habría llegado a Santiago en momentos de
vínculos con los incas sugiere el uso local de esta ibra
en la indumentaria (Taboada et al. 2015).
En cuanto al análisis experimental, se compararon
las propiedades de tenacidad (resistencia a la rotura
por aplicación de una fuerza mecánica o tensión) y
ductilidad (capacidad de soportar una fuerza sin sufrir
deformación plástica) en una muestra (n=15) que incluyó ibras arqueológicas y actuales de origen animal
(camélidos, cabello humano y seda de “coyuyo”) y vegetal
(bromeliáceas y algodón) e hilados textiles (camélido)
diferenciados de acuerdo a su función estructural en
El textil antes del textil / S. López Campeny
a
5 cm
b
c
20 μm
Figura 6: a) vista de peril y cara superior de tortero procedente de
excavación (Sequía Vieja 150, up 1105) que conservó asociados restos
de hilados; b) detalle de fragmento de ibra hilada en el interior del
oriicio central; c) ibra de algodón en microscopio óptico (400x).
Figure 6: a) side and upper front view of a tortero (spindle weight)
from an excavation (Sequía Vieja 150, up 1105) that included the
remains of spun thread; b) detail of a yarn fragment found inside
the central oriice; c) cotton iber under optical microscope (400x).
los tejidos a telar (trama y urdimbre) y su tensión de
torsión. Para ello, se realizaron ensayos de resistencia
mecánica a la tensión-tracción de fibras e hilados,
con el in de obtener curvas de fuerza-deformación
y rotura para distintos tipos de ibras. Mediante este
método se tensiona la ibra individual con una velocidad de deformación constante, hasta que se produce la
fractura de la misma.11 Los resultados obtenidos abren
un panorama signiicativo, que permite analizar las
pautas de selección y procesamiento de ibras textiles
en el pasado (Romano & López Campeny 2015). En
lo que respecta a los datos que aportan información
novedosa y abren nuevos cuestionamientos sobre las
características del instrumental involucrado en el hilado, es signiicativo que –durante los ensayos– las ibras
de algodón mostraron similar resistencia a la tensión
(por igual sección transversal de la ibra) que las de
origen animal (camélido). Este dato empírico contrasta
con la idea arraigada de que el empleo de torteros de
menor peso (y tamaño) para hilar ibras de algodón se
debe a que, al presentar menores grosores, estas ibras
ofrecen una menor resistencia que las de origen animal
(ver datos compilados en López Campeny 2011-2012).
Esto conlleva, a su vez, diversas implicancias sobre
129
nuestra “mirada” al registro arqueológico. En primer
lugar, parece dar más sustento a la proposición de que
el peso de los torteros está más fuertemente vinculado
con los atributos del producto obtenido (diámetro del
hilado) y con la etapa que cumplen en el proceso de su
elaboración (primera torsión, retorsión, etc.) –lo que a
su vez se relaciona con requerimientos de la producción
textil (tipo de pieza a elaborar, función estructural en
la tela, etc.)– que con la tenacidad de la materia prima
usada; como ya había sido sugerido (López Campeny
2011-2012). Por otra parte, permite ampliar el rango de
pesas arqueológicas que podrían haberse usado para
hilar ibras vegetales, las que habrían sido empleadas
para obtener hilados de mayor grosor o bien durante
tareas de retorsión de hebras hiladas.
Metodología de análisis de la dimensión perceptivovisual
Como se mencionó, los torteros del área de llanura
santiagueña concentraron la atención de numerosos
investigadores quienes resaltaron, además de su elevada
densidad, su aspecto representativo. Este alto “grado de
estética” y calidad de manufactura se interpretó como
prueba de la destreza y habilidad de sus productores y,
por tanto, de la calidad de los tejidos (Wagner & Wagner
1934; Reichlen 1940; Righetti 1942; Wagner & Righetti
1946; Gramajo 1978; Lorandi 1978). Sin embargo,
ninguno de estos investigadores analizó cuantitativa
ni sistemáticamente la diversidad de representaciones
visuales presente en el instrumental. Tampoco se planteó
clasiicaciones u ordenamientos tentativos de la variabilidad en diseños, la que solo se resaltó cualitativamente
en los planos estético y técnico. Además, esta insistencia
en la calidad de los ejemplares condujo a su sobrevaloración y esbozó un panorama casi homogéneo en este
sentido que, según entiendo, encubrió una situación
en realidad más variable respecto de los atributos que
exhiben estos conjuntos instrumentales. Es por ello
que a la primera etapa se agregó otra, enfocada en la
dimensión perceptivo-visual de los torteros, con el in
de sistematizar el repertorio de motivos y estructuras
compositivas que exhibía una alta proporción (66%)
del conjunto (López Campeny 2013).
La propuesta metodológica que pretende “delinear
los límites” de esta diversidad representativa comprende
dos niveles de análisis integrados: (a) motivos y (b)
diseños. En el primer caso, y sin discriminar aún entre
130
Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 21, No 2, 2016
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
1
2
3
4
5
6
7
Figura 7. Grupos principales (i-viii) y subgrupos (1-7) de motivos no igurativos determinados en el conjunto de torteros analizados: i)
trazos (rectilíneos, curvilíneos); ii) iguras de contorno abierto; iii) iguras de contorno cerrado regular; iv) iguras de contorno cerrado
lobulado; v) espirales; vi) espirales con línea; vii) espirales dobles (trazado alterno invertido); viii) puntiformes (aislados, agrupados,
perimetrales, alineados). Figure 7. Main groups (i-viii) and subgroups (1-7) of non-igurative motifs identiied in a set of torteros analyzed:
i) lines (straight, curved); ii) open-contoured igures; iii) regular, closed-contour igures; iv) lobed closed-contour igures; v) spirals; vi) spirals
with line; vii) double spirals (inverted alternating outline); viii) dotted shapes (isolated, grouped, perimeter, linear).
las técnicas expresivas empleadas (incisión, grabado,
pintura), comencé por deinir un repertorio base de
motivos geométricos presentes en el conjunto de torteros.
Se lograron establecer ocho grupos principales que dan
cuenta de la variabilidad de motivos y que, de forma
progresiva, incluyen a su vez subgrupos y variedades
(ig. 7). Para su registro desarrollé una notación ad hoc,
informativa de cada uno de estos niveles de detalle. Este
ordenamiento jerárquico permite trabajar con diferente
resolución en el análisis de la variabilidad de motivos,
los que pueden articularse de manera lexible. Además,
la alta integridad de la muestra permitió realizar un
análisis visual de la supericie completa de un importante
número de ejemplares con diseños, los que asimismo
constituyen unidades visuales de ejecución sincrónica.12
En cuanto al segundo aspecto, relativo al diseño,
analicé la manera en que los motivos se presentan en
la supericie de los torteros. En este sentido, existen
distintas formas de ocupar un plano (bidimensión) por
repetición de un mismo motivo base o celda-módulo,
mediante la realización de distintas operaciones de
simetría. Dentro de los grupos de simetría bidimensional, las representaciones de los torteros responden
al conjunto de diseños initos, es decir, aquellos que se
encuentran limitados a una supericie discreta y que
pueden adscribirse a lo que se conoce como “rosetón”
(ig. 8a). Un rosetón es una distribución regular de un
dibujo alrededor de un punto ijo central, en la que sus
elementos constituyentes pueden rotar y/o relejarse a
partir de un centro o ejes de giro, pero carecen del resto
de las isometrías, como desplazamientos y traslaciones
(Armstrong 1988; Weil 1990). Por ello, solo hay dos
clases posibles de rosetones: (1) los que únicamente usan
rotaciones se denominan grupos cíclicos (ig. 8b), y (2)
los que emplean rotaciones y relexiones, diedros (ig. 8c).
Se han propuesto diferentes notaciones para expresar a
El textil antes del textil / S. López Campeny
qué grupo de isometría pertenece un rosetón, es decir,
para describir el conjunto de operaciones simétricas
que hacen al diseño invariable. Al respecto, opté por la
notación propuesta por Fejes (1964), que designa a los
grupos rotacionales como Cn1, en donde “n” es el orden
del centro de giro, y a los diédricos como Dn1, en donde
“n” representa el orden de los ejes de relexión central.
Esta metodología de clasiicación permite reunir los
ejemplares que pertenecen a un mismo grupo de isometría en los que, aunque la combinación de motivos varíe,
subyace una misma estructura simétrica. Esto posibilita
trazar relaciones entre ejemplares en apariencia distintos
y facilita un análisis comparativo en una muestra de
numerosos torteros (ig. 8 d-n).
Desde el punto de vista interpretativo, el foco está
puesto en testear si los aspectos perceptivo-visuales (forma
y diseño) de los torteros pudieron desempeñar un rol
como diacríticos o marcas identitarias que remitieran
a grupos particulares de artesanos y/o familias. Esta
idea se sustenta en la presunción de que la necesidad
de diferenciar entre grupos de productores de hilados
podría reforzarse en situaciones vinculadas al pago de
tributos estatales, ya sea en momentos incaicos o de
producción colonial temprana. En este sentido, en los
Andes, los atributos visuales de las prendas textiles se
han interpretado casi naturalmente como marcadores
identitarios (Berenguer 1993; Agüero et al. 1999; etc.),
pero no se ha abordado esta problemática en relación
con los instrumentos o artefactos involucrados en la
producción textil. Una hipótesis alternativa es que los
aspectos visuales de estos instrumentos codiican algún
tipo de información que atañe a la tecnología de producción textil, tales como ciertos atributos de la ibra
procesada y/o de los hilados obtenidos. En el primer caso,
las expectativas de contrastación conllevarían tendencias
de distribución de los diseños o agrupamientos de los
mismos según la procedencia de los ejemplares, si asumimos que los instrumentos de hilado permanecieron
mayormente en los espacios de producción. En el caso
hipotético alternativo, y sobre la base de las conclusiones
del estudio tecnológico-funcional, los aspectos estéticos
deberían guardar correspondencia con los atributos de
los torteros que se relacionan con las características de
la producción textil (peso y dimensión máxima). Al
respecto, las tendencias preliminares observadas parecen
mostrar que la primera hipótesis es –por ahora– la que
más se aproxima a la distribución de los motivos; con
una presencia bastante más elevada de piezas con diseños
a
131
c
b
d
C2
e
C3
f
C4
g
C5
h
C8
i
C10
j
D2
k
D3
l
D4
m
D6
n
D8
5 cm
Figura 8. Análisis de simetría en torteros: a) distribución en patrón
de tipo “rosetón”; b) patrón cíclico o rotacional; c) patrón diédrico.
Fuente: <http://www.acorral.es/disini.htm>. Ejemplos de patrones
cíclicos en torteros: d) N° 1129/10 (1514), sitio Averías; e) N° 1339,
sitio Sequía Vieja; f) 1051/10 (1603), sitio Laguna Muyoj; g) N°
2070, sitio Sequía Vieja; h) S/N°, sitio Sequía Vieja; i) S/N°, sitio
Sequía Vieja (recolección supericial, 2012). Ejemplos de patrones
diédricos: j) N° 1054/10, sitio Pueblo Nuevo; k) N° 1049/10 (1239),
sitio Sequía Vieja; l) N° 1222/10 (486), sitio Averías; m) N° 1188/10,
sin procedencia; n) N° 1052/10 (2230), sitio Mancapa. Localización:
maedw-ccb (d, f, j-n); maedw (e, g, h); material arqueológico bajo
análisis (i). Figure 8. Symmetry analysis of “torteros”: a) distribution
into “rosette” pattern; b) cyclical or rotational pattern; c) dihedral
pattern. Source: <http://www.acorral.es/disini.htm>. Examples of
cyclical patterns: d) N° 1129/10 (1514), site Averías; e) N° 1339, site
Sequía Vieja; f) 1051/10 (1603), site Laguna Muyoj; g) N° 2070, site
Sequía Vieja; h) S/N°, site Sequía Vieja; i) S/N°, site Sequía Vieja
(surface collection, 2012). Examples of dihedral pattern: j) N° 1054/10,
site Pueblo Nuevo; k) N° 1049/10 (1239), site Sequía Vieja; l) N°
1222/10 (486), site Averías; m) N° 1188/10, source unknown; n) N°
1052/10 (2230), site Mancapa. Current localization: maedw-ccb (d,
f, j-n); maedw (e, g, h); archaeological material under analysis (i).
132
Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 21, No 2, 2016
que proceden de los sitios emplazados en la zona del río
Salado centro-sur, en contraste con los conjuntos de la
zona del río Dulce. Asimismo, se observan diferencias
entre los motivos dominantes en cada una de estas dos
grandes áreas, y también se ha relevado cierta variabilidad
intersectorial (entre sitios de cada sector). Asimismo,
si a ello agregamos que se registran torteros con pesos
muy disímiles (rango 4 a 68 gr) con idénticos motivos,
la evidencia parecería –por el momento– inclinarse a
favor de la primera hipótesis.
Desde una perspectiva perceptiva, también es
posible identiicar diferentes grados de destreza manual
y competencias adquiridas en la confección de los instrumentos, los que a su vez pueden dar testimonio de
procesos de enseñanza-aprendizaje. Como mencioné
antes, la manufactura de una gran parte de los torteros
es de gran calidad, especialmente en relación con sus
aspectos representativos. Sin embargo, en el conjunto
del material se observan situaciones muy variables. Por
una parte, hay ejemplares que exhiben gran regularidad
en sus diseños y precisión en los trazos, equilibrio en el
manejo del espacio plástico, exactitud en la aplicación de
la simetría entre los motivos y un alto grado de estandarización que se traduce en piezas que resultan casi idénticas
(ig. 9 a-c). A la vez, otros torteros parecen mostrar una
menor habilidad o experiencia de los artesanos para
plasmar los diseños: trazos irregulares e imprecisos,
desequilibrios o asimetrías en la disposición espacial
de los motivos, fallas o “errores” en la conformación
de los diseños y composiciones inconclusas (ig. 9 d-f).
TRATAMIENTO DE HILADOS, TEJIDO, TERMINACIÓN Y MANTENIMIENTO DE LAS
PRENDAS: LOS ARTEFACTOS DE HUESO
Acerca del conjunto de artefactos óseos, el estado de la
investigación es preliminar y se encuentra en una etapa
inicial de recolección y sistematización de información.
Los datos compilados hasta ahora proceden de fuentes
bibliográicas y de un primer relevamiento de colecciones
museográicas. Sobre la base de esta información y su
comparación con datos arqueológicos, históricos y actuales
sobre tecnología textil andina (Abal de Ruso 2010; Rivera
2012; Arnold & Espejo 2013), es posible plantear que un
conjunto de los artefactos óseos registrados, provenientes
de diversos sitios arqueológicos de Santiago del Estero,
estarían implicados en la cadena de producción textil
a
b
5 cm
d
c
5 cm
e
5 cm
5 cm
f
5 cm
5 cm
Figura 9. Grados de destreza diferencial: a-c) ejemplos de alto
grado de destreza; d-f) torteros que parecen ser el resultado de
una menor pericia técnica en su manufactura. maedw-ccb. Sitios:
Pueblo Nuevo, Sequía Vieja, Tulip Loman, Averías, Guayana y
Matadero, N° 1098/10 (1083); N° 1165/10 (884); N° 1228/10; N°
1212/10 (701); N° 1155/10; N° 1067/10. Figure 9. Diferent degrees
of skill: a-c) examples of high degree of skill; d-f) torteros that seem
to display less technical expertise in their manufacture. maedw-ccb.
Sites: Pueblo Nuevo, Sequía Vieja, Tulip Loman, Averías, Guayana
and Matadero, N° 1098/10 (1083); N° 1165/10 (884); N° 1228/10;
N° 1212/10 (701); N° 1155/10; N° 1067/10.
como instrumentos accesorios del trabajo de telar. Estos
habrían desempeñado diversas funciones en el tejido a
telar, como el tratamiento y/o almacenamiento de los
hilos, el tejido mismo y el acabado o terminación de las
prendas u otros objetos textiles (ig. 10).
En cuanto a los datos arqueológicos, es frecuente la
mención de artefactos óseos desde los trabajos pioneros.
Reichlen (1940: 176-178) destaca el sitio Laguna Muyoj,
ubicado en la zona del río Salado medio, de cuyos túmulos habitacionales proceden “centenares” de este tipo
de piezas. Entre los artefactos, menciona que algunos
podrían vincularse con tareas textiles, como “punzones”
y “espátulas” de diversas formas y tamaños y objetos
de bordes dentados o peines, mientras que otros son
especíicamente involucrados en estas funciones (los
“cuchillos de tejedores” y las agujas). Este autor clasiica
los punzones según su variación de tamaño (gruesos,
finos, delgados y pequeños) e identifica a grandes
rasgos el material soporte (huesos de mamíferos, asta
de cérvidos y huesos de aves). También en la primera
El textil antes del textil / S. López Campeny
a
b
133
c
Figura 10. Artefactos óseos posiblemente vinculados con tareas textiles: a) procedencia: Túmulos de Sunchitúyoj (Reichlen 1940: 194,
ig. 30); b) procedencias: Túmulo Beltrán (Mazama), localidad Quiroga (s/i), Túmulo Vilmer Sur (Lama guanicoe), Túmulo Vilmer Sur
(Mazama) y localidad Quiroga (ave) (Rusconi 1933: 13); c) procedencias: Túmulo Vilmer Norte (¿Chunga burmeisteri?), sin procedencia
(Cariama cristata), Túmulo Las Rosas (s/i) y sin procedencia (Cariama cristata) (Rusconi 1933: 21). Figure 10. Bone artifacts possibly
linked to textile-related tasks: a) origin: Túmulos de Sunchitúyoj (Reichlen 1940: 194, ig. 30); b) provenance: Túmulo Beltrán (Mazama),
Localidad Quiroga (s/i), Túmulo Vilmer Sur (Lama guanicoe), Túmulo Vilmer Sur (Mazama) and localidad Quiroga (bird) (Rusconi 1933:
13); c) provenance: Túmulo Vilmer Norte (Chunga burmeisteri?), origin unknown (Cariama cristata), Túmulo Las Rosas (s/i) and origin
unknown (Cariama cristata) (Rusconi 1933: 21).
mitad del siglo xx, Rusconi (1933) describe en detalle
un conjunto de artefactos óseos de Santiago del Estero,
resultado de las excavaciones efectuadas por J. von
Hauenschild. El área incluye sobre todo sitios ubicados
en la Región de Beltrán (Departamento Robles) y La
Banda, cerca del cauce del río Dulce: sitios Túmulo Vilmer
Norte (túmulo 35) y Vilmer Sur, Túmulo Beltrán; La
Bajadita, y escasamente sitios vinculados al río Salado,
como Llajta Mauca, Averías y Pampa Pozo. Según el
investigador, el conjunto de “agujas, cuchillos, husos”
se utilizó para confeccionar “sus tejidos y sus propias
vestimentas” (Rusconi 1933: 5). Rusconi (1933: 15-17)
interpreta estos artefactos óseos como “objetos para
telares”, y enumera: “cuchillos de tejedor, separadores
de urdimbre y mangos de huso tripartido”. Luego asocia
otro grupo de elementos deinidos como punzones,
espátulas y objetos agujiformes [sic] con la producción
cerámica y la elaboración de tatuajes, aunque no se
puede descartar su vínculo con tareas textiles. El autor
identiica con mayor precisión el uso de [sic] guanaco
(Lama guanicoe), vicuña (Vicugna vicugna), puma (Puma
puma), guazú-birá (Mazama sp.), zorro (Pseudalopex
sp.), chuña patas rojas (Cariama cristata), chuña patas
negras (Chunga burmeisteri) y ñandú (Rhea americana
albescens) para la confección de los artefactos óseos. A
ello se agregan unos escasos artefactos hechos de cuernos
de cérvidos, entre los “millares de piezas” enviadas por
los hermanos Wagner (Wagner & Wagner 1934). De
manera complementaria, en el inventario de materiales
procedentes de los sitios Vilmer Norte (La Banda) y
Vilmer Sur (Robles), exhumados por von Hauenschild
(1948), se enumeran una veintena de artefactos óseos
descritos como “punzones”, “espátulas” y útiles para tejer
a telar correspondientes a “separadores de urdimbre”.
Ya avanzada la década del setenta, las excavaciones
sistemáticas de Lorandi dan cuenta de agujas y inos
punzones procedentes del sitio Icaño –zona del Salado
Medio– en componentes asociados con la cerámica de
estilo Averías (Lorandi 1974; Lorandi & Carrió 1975).
También Gómez (2009) registra punzones de hueso
en el sitio La Cuarteada (o La Dársena), al norte de la
ciudad de La Banda, algo alejado del actual río Dulce.
El estudio funcional de estos conjuntos instrumentales óseos se encuentra aún en su etapa inicial. Hasta
ahora, se ha conirmado la localización de las piezas en
varias colecciones de museos nacionales y del exterior, la
134
Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 21, No 2, 2016
mayor de las cuales (cientos de artefactos) se conserva
en el Museo Provincial de Santiago del Estero.
Los planes a futuro prevén realizar, en primer lugar,
un relevamiento sistemático de estos ítems que permita
conocer su densidad, determinar su procedencia y trazar
vínculos cronológicos y contextuales entre ellos. En el
plano comparativo, es relevante poder determinar si
existe una correlación positiva entre estos artefactos
óseos y los sitios arqueológicos con registros de torteros.
En segundo lugar, interesa realizar una clasiicación
general de estos instrumentos que permita agrupar en
distintas categorías la diversidad morfológica relevada,
principalmente sobre la base de los atributos presentes
en su porción activa. Se priorizará el uso de criterios
morfológicos descriptivos, que no involucren denominaciones que a priori impliquen funcionalidad. De acuerdo
con ello, se conformará una muestra representativa de
su variabilidad morfológica, sobre la que se plantearán
análisis microscópicos para determinar la presencia de
micro restos y/o huellas de uso que permitan testear
las hipótesis propuestas sobre su empleo especíico en
distintas actividades textiles.
A MODO DE REFLEXIÓN FINAL
En concordancia con algunas propuestas recientes
acerca del tema textil andino (Arnold 2009; Arnold &
Espejo 2013), destaco la importancia de ir más allá de la
visión tradicional que concibe la producción textil como
una expresión conectada exclusivamente con aspectos
identitarios locales de las comunidades productoras,
para avanzar en un análisis que contemple también
las relaciones regionales –establecidas con otros actores–surgidas a partir de las propias actividades textiles,
como hemos comenzado a plantear en trabajos previos
(Taboada et al. 2013).
Por otra parte, considero que la identiicación de
un conjunto instrumental arqueológico referido a distintas etapas de la cadena de producción textil permite
ampliar el rango de tareas que fueron orginalmente
visibilizadas en la problemática local; la que estuvo enfocada prioritariamente en las evidencias relacionadas
con las actividades de hilandería, en contextos de una
producción textil intensiicada, debido a la elevada
proporción de torteros recuperados. De este modo,
aunque restan numerosos aspectos por profundizar, es
posible comenzar a proponer la integración de otras
tareas textiles además del hilado de las ibras, tales
como el tejido, la terminación y el mantenimiento de
los ítems textiles, todas las cuales se vincularían con
el conocimiento de determinadas tecnologías (hilado
con uso, tejido a telar) y al manejo de ciertas materias
primas (algodón) en varios sitios arqueológicos del
área de la llanura santiagueña. Para ello, se considera
necesario concretar un estudio integral –que incluya
aspectos cronológicos, contextuales, distribucionales,
tecno-morfológicos y estético-perceptivos– de los
conjuntos artefactuales textiles, con el objetivo de testear un abanico de hipótesis acerca de la variabilidad
relevada. En este sentido, es fundamental apoyarse en
información etnográica disponible sobre el asunto, pero
integrada siempre al uso de indicadores arqueológicos
de contrastación independiente.
RECONOCIMIENTOS Las investigaciones se desarrollaron en el
marco de proyectos coordinados por la Dra. Constanza Taboada
en Santiago del Estero, que contaron con diferentes subsidios: pip
11/265 (dirección C. Taboada); foncyt pict 1021 (dirección J.
Faberman), ciunt 26/G402 (dirección C. Angiorama) y foncyt
pict 241 (dirección S. López Campeny). A los directores de museos
y personal encargado de las colecciones relevadas: Museo de la
Universidad Nacional de La Plata: Rodolfo Raino y Ana Igareta;
Museo Rincón de Atacama: Sebastián Sabater; Museo E. y D. Wagner:
Andrés Chazarreta; sede Centro Cultural Bicentenario: María Inés
Bravo de Gentile y Museo de Antropología de la Universidad de
Córdoba: Mirta Bonnin y Eduardo Pautassi. A todos ellos, por su
permanente colaboración y suma cordialidad. A Judith Farberman, por
su generosidad al compartir la información transcrita de las fuentes
documentales de la visita de Luján de Vargas. A Constanza Taboada
y a los revisores anónimos, por la lectura del manuscrito original y
sus valiosas recomendaciones y comentarios, aunque solo a mí me
cabe toda la responsabilidad por lo aquí expresado.
NOTAS
1
De acuerdo con la perspectiva de otros investigadores que han
considerado la confección del textil como parte de un proceso productivo más amplio (Arnold & Espejo 2013; Dransart 2002; Reigadas
1996; Rolandi de Perrot & Jiménez de Pupareli 1983-1985; Romano
2007, 2012).
2
El panorama se ha modiicado recientemente con la suma de
análisis que se han podido concretar gracias al hallazgo de un fragmento textil asociado a una placa de metal. Esta asociación particular
metal-textil motivó la conservación excepcional de este último (Taboada et al. 2015).
3
Son ejemplos los siguientes materiales del acervo del Museo
de Quai Branly: 71.1910.13.592, 71.1910.13.776, 71.1910.13.777,
71.1910.13.778, 71.1910.13.779 y 71.1910.13.644. Fuente: <http://
collections.quaibranly.fr> [Citado 20-01-2015].
4
Algunos referentes de estos casos corresponden a los siguientes instrumentos arqueológicos del Museo de Quai Branly:
El textil antes del textil / S. López Campeny
71.1910.13.790, 71.1940.3.75 y 71.1940.3.249. <http://collections.
quaibranly.fr> [Citado 20-01-2015].
5
Ver los casos 71.1910.13.791 y 71.1940.3.247. Colecciones arqueológicas, Museo de Quai Branly. <http://collections.quaibranly.
fr> [Citado 20-01-2015].
6
Se conoce con el nombre vulgar de “coyuyo” a la oruga de una
especie de mariposa nocturna (rothschildia) que vive en los montes
espinosos del centro-oeste de Argentina. Este gusano produce un capullo (“bolsita”) que se recolecta y se somete a un proceso particular
para obtener la ibra de “seda del monte”, con la que se elaboran diversos tejidos (Kriscautzky & Gómez 1984; Corcuera 2006).
7
La transcripción paleográica de la visita de Luján de Vargas a
los “pueblos” de Santiago del Estero (Archivo Nacional de Bolivia)
fue cedida gentilmente por la Dra. Judith Farberman.
8
El fechado radiocarbónico ubica a un contexto doméstico, sin
evidencia de material postcontacto, entre 1426 y 1497 años cal. dc
(p=0,984). Es decir, en un momento claramente prehispánico y parcialmente contemporáneo al período incaico, en coherencia con los
materiales asociados (Taboada 2014).
9
El rango calibrado con la mayor probabilidad de ocurrencia
es 1432-1500 cal. dc (p=0,881682) y el menor 1597-1611 cal. dc
(p=0,118318) (López Campeny & Taboada 2016).
10
La excepción la constituyen los materiales procedentes de las
excavaciones sistemáticas efectuadas por Lorandi en los años setenta,
para los cuales se cuenta con asignaciones cronológicas absolutas y
relativas, aunque deben reconstruirse las relaciones contextuales para
los torteros en base a la información publicada. Además, el estudio
arqueológico de algunos asentamientos del Salado ha sido retomado
en los últimos años, bajo la dirección de la Dra. Constanza Taboada,
lo que ha permitido contar con nueva información contextual.
11
Los ensayos fueron realizados por el Prof. Gustavo Guinea,
Departamento de Ciencia de Materiales, Universidad Politécnica
de Madrid, siguiendo el procedimiento detallado en la norma astm
C1557-03 Standard Test Method for Tensile Strength and Young’s Modulus of Fibers.
12
Más de un 76% de los ejemplares con diseños se conservan
enteros, y en la fracción de fracturados casi un 45% de ítems exhiben
fracturas menores al 15% de su supericie total.
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