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Humanismo y pervivencia en el Mundo Clásico, V. 5 (2015), PAG-PAG. 1 José Mª Maestre Maestre - Sandra I. Ramos Maldonado Manuel A. Díaz Gito - M ª Violeta Pérez Custodio Bartolomé Pozuelo Calero - Antonio Serrano Cueto (eds.) HUMANISMO Y PERVIVENCIA DEL MUNDO CLÁSICO HOMENAJE AL PROFESOR JUAN GIL V.3 ALCAÑIZ - MADRID 2015 Humanismo y Pervivencia del Mundo Clásico V. Homenaje al profesor Juan Gil / José María Maestre Maestre, Sandra Inés Ramos Maldonado, Manuel Antonio Díaz Gito, María Violeta Pérez Custodio, Bartolomé Pozuelo Calero, Antonio Serrano Cueto, eds.- Alcañiz: Instituto de Estudios Humanísticos; Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas; Cádiz: Universidad, Editorial UCA; Cáceres: Universidad de Extremadura, Servicio de Publicaciones; León: Universidad, Servicio de Publicaciones; Zaragoza: Universidad, Servicio de Publicaciones; Teruel: Instituto de Estudios Turolenses, 2015. 5 vols.; 24 cms. ISBN Obra completa: 978-84-00-09965-7 eISBN Obra completa: 978-84-00-09968-8 1. Humanismo- Influencia Clásica- España. 2. Literatura Renacentista Española- Influencia Clásica. 3. Gil, Juan- Homenajes. I. Maestre Maestre, José María, ed. II. Ramos Maldonado, Sandra Inés, ed. III. Díaz Gito, Manuel Antonio, ed. IV. Pérez Custodio, María Violeta, ed. V. Pozuelo Calero, Bartolomé, ed. VI. Serrano Cueto, Antonio, ed. VII. Instituto de Estudios Humanísticos, ed. VIII. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ed. IX. Universidad de Cádiz, Editorial UCA, ed. X. Universidad de Extremadura, Servicio de Publicaciones, ed. XI. Universidad de León, Servicio de Publicaciones, ed. XII. Universidad de Zaragoza, Servicio de Publicaciones, ed. XIII. Instituto de Estudios Turolenses, ed. XIV. Título. OTRAS ENTIDADES COEDITORAS Y PATROCINADORAS La publicación de esta obra se ha llevado a cabo también gracias al Proyecto de Investigación de la DGICYT: FFI2012-31097. © INSTITUTO DE ESTUDIOS HUMANISTICOS y CSIC Coordinación editorial de la obra completa: Sandra I. Ramos Maldonado Portada y diseño: Olga Ramos Maldonado Ilustración de cubierta: Joaquín Escuder Viruete Coordinación editorial y premaquetación del Vol. III: María Violeta Pérez Custodio Maquetación del Vol. III: Jesús Serrano Cueto ISBN Obra completa: 978-84-00-09965-7 eISBN Obra completa: 978-84-00-09968-8 ISBN Vol. III: 978-84-00-09979-4 eISBN Vol. III: 978-84-00-09980-0 NIPO: 723-15-119-2 eNIPO: 723-15-120-5 D.L. Vol. III: M-29402-2015 Imprime: Imprenta Kadmos (Salamanca) Humanismo y pervivencia del Mundo Clásico, V. 3 (2015), 1637-1655 El Diálogo de la lengua o el concepto de retórica en el Humanismo renacentista Aurora Martínez Ezquerro Universidad de La Rioja Resumen: El Humanismo renacentista recupera la idea de universalismo retórico, pero tiene que luchar contra la inluencia del sistema escolar, de tal forma que la Retórica se separa de la Dialéctica e incluso de la Poética. A aquélla sólo le quedó el capítulo de la elocución como único ámbito y se convirtió en un catálogo de tropos y iguras, es decir, en un arte de adornar el estilo, en lugar de lo que había sido: el arte de buscar y organizar temas y argumentos. En este contexto se incardina el concepto de retórica que ofrece el Diálogo de la lengua y cuya consideración es general en el Humanismo renacentista. Con el in de mostrar el cambio semántico del término en su desarrollo histórico, se repasan sus diferentes acepciones desde una perspectiva diacrónica, si bien se complementa con otra sincrónica a partir de un corpus formado por textos principalmente renacentistas. Palabras clave: Diálogo. Valdés. Humanismo. Retórica. Semántica. Abstract: he Renaissance Humanism recovers the idea of rhetorical universalism, but it must ight against the inluence of the scholastic system, so that Rhetoric is separated from Dialectics and even from Poetics. he former was reduced to elocution and became a catalog of tropes and igures, that is, the art of adorning the style, rather than what it had been: the art of searching for and organizing subjects and arguments. he concept of rethoric developed in the Diálogo de la lengua appears in this context, which became generalized in the Renaissance Humanism. In order to show the semantical change of the word in a historical background,its diferent meanings are reviewed here from a diachronic perspective, to which a synchronic one, based on a corpus of mainly Renaissance texts, is added. Keywords: Dialogue. Valdés. Humanism. Rhetoric. Semantics. 1637 Aurora Martínez Ezquerro “Si no adornáredes esta vuestra demanda con tanta rectórica, liberalmente me ofreciera a obedeceros; agora, viendo os venir ataviado en vuestra demanda con tantas razones, sospechando que me queréis meter en qualque cosa enojosa, no sé qué responderos, sy primero no me dezís claramente qué es lo que queréis de mí”. Juan de Valdés, Diálogo de la lengua, 2008, pp. 97-98. “Bien, dejando de lado las vanas retóricas y las ceremonias inútiles, que están de más entre nosotros, quiero que sepáis que ordinariamente vivo tan descontenta de mí misma y de todas las cosas del mundo, y tan disgustada que si vieseis mi corazón, estoy segura de que me tendríais lástima porque en él no hallaríais sino confusión, perplejidad e inquietud”. Juan de Valdés, Alphabeto Christiano. Diálogo con Giulia Gonzaga, 1997, p. 375. 1. Introducción En el primer fragmento Valdés dialoga con su amigo Marcio, y su aparente contrariedad ante tal palabrería (“tanta retórica”) se debe a que el italiano no sólo le recuerda lo que habían determinado conversar sino que también vitupera sus cualidades, actitud que sonroja al autor (no olvidemos que en ellas se asoma el ideal renacentista de cortesanía: “siendo vos tan cortés y bien criado con todo el mundo como todos dizen que sois…”, deinido con agudeza no mucho antes por su paisano Castiglione en el Cortegiano). El segundo párrafo1 ofrece similar observación (“vanas retóricas”) por parte de Giulia quien, también en el exordio, responde aparentemente molesta a la manera afectada con que Valdés simula rendirse a su imperativa petición. Ambos diálogos dramáticos se insertan en el contexto histórico del Humanismo renacentista del siglo XVI y son testimonio del quehacer ilosóico y literario del autor. Su celo reformista tiñe toda su producción y lo sitúa dentro de la corriente religiosa que, partiendo de Erasmo de Rotterdam, sacudió los cimientos de la Iglesia. No olvidemos que sus propósitos ideológicos relegan a un término muy secundario la intención artística –literaria– que pudiera haber en sus escritos. Esta inalidad práctica determina las características de su estilo que rehúye todo recurso literario rebuscado, y busca la absoluta claridad y precisión. Así lo declara en el Diálogo: “El estilo que tengo me es natural, y sin afectación ninguna escribo como hablo […] en ninguna lengua está bien el afetación”. Este ideal de sencillez al servicio del docere, también se aprecia 1 Esta obra es una prueba más del misticismo del autor quien trata de aquietar la turbación que causa en su noble catecúmena la predicación de Bernardino Ochino y le enseña la manera espiritualizada de seguir las prácticas exigidas por el catolicismo. Más datos sobre la doctrina cristiana y el espíritu reformista del autor en M. Bataillon, Erasmo y España, en “Aspectos del erasmismo. La Doctrina cristiana…”, pp. 316-363; y M. Bataillon, Erasmo y el erasmismo, en “En torno a Juan de Valdés”, pp. 245-285. 1638 El DIÁLOGO DE LA LENGUA o el concepto de RETÓRICA en el Humanismo renacentista en el interés que muestra Valdés por inluir en las disposiciones del auditorio, y así se cumplen los dos objetivos que los retóricos antiguos consideraban que el orador debía respetar: captar la atención ganándose la benevolencia del público, y anunciar su plan. En esta captatio se aprecia el elemento dinámico de la controversia, siempre presente en los tratados humanistas y que ayuda a crear un efecto de elaborada espontaneidad.2 Estamos, por tanto, ante el ideal valdesiano de prosa concisa, el famoso “todo el hablar castellano consiste en que digáis lo que queréis con las menos palabras que pudiéredes…”. Esta insistencia por huir del estilo afectado, o sea, de las palabras grandilocuentes o “vanas retóricas”, nos lleva a una doble relexión, por un lado cuáles son los matices del uso despectivo que en esta época se hace de la voz retórica y, por otro, qué fundamentos han propiciado tal acepción. 2. De las retóricas A lo largo de la historia –menos actualmente– el término retórica ofrece matiz peyorativo, esto es, se reiere a ‘expresión ampulosa, afectada y artiicial’, prácticas del lenguaje que ya en época de Platón y de los soistas se miraban con recelo.3 Si realizamos un breve repaso por algunas de las consideraciones que tal sentido sugiere en el presente, estamos de acuerdo con Ortega4 en que “el actual uso predominante de retórico como indicador de falso, irreal e inútil, superluo, apunta hacia una interpretación ética, moral y política de la palabra, que hace prevalecer, contra la más justa tradición y signiicado, un aspecto peyorativo y despreciable, aspecto que, por su empleo ambivalente, tiene siempre toda invención intelectual y técnica del hombre, no exclusiva únicamente del arte de la palabra”. Para Mortara5 tal designación procede de la diferencia que se debe observar entre artiicio y arte, y toma como ejemplo la época literaria que rechaza esta disciplina puesto que ve en ella la normativa coercitiva del espíritu libre propio del artista: “El análisis de las iguras retóricas y, en general, de los procedimientos de estilo maniiesta una atención consciente a la diferencia entre el artiicio y el arte que parece 2 El Diálogo de la lengua no es un texto gramatical en sentido estricto, no es un arte de hablar y de escribir correctamente. Pero si no es un texto gramatical, ¿qué es, entonces? “Si hacemos caso al propio Valdés, es perder el tiempo hablando de cosas tan bajas y plebeyas como son ‘punticos y primorcicos de lengua vulgar’. Evidentemente, Valdés está aquí cumpliendo con uno de los preceptos retóricos del exordio: la captatio beneveolentiae”(F. J. Satorre Grau, “El Diálogo de la lengua…”, p. 61). 3 “À presque toutes les époques […] le pouvoir du langage a inspiré de la crainte, surtout à ceux qui n´en étaient pas les détenteurs. Le travail sur le langage a toujours été considéré comme subversif et dangereux” (J. Robrieux, Éléments de rhétorique…, p. 1). 4 A. Ortega, “La retórica hoy”, en Pectora mulcet…, p. 24. 5 B. Mortara, Manual de Retórica, pp. 36-37. 1639 Aurora Martínez Ezquerro desmentir, en principio, los furores antirretóricos de épocas posteriores, en nombre del desbordamiento de la pasión y de la urgencia de la fantasía”. Pero, ¿cómo se puede considerar negativa una disciplina humanística que ha interesado a algunas de las mentes más lúcidas de Occidente, como Aristóteles, Cicerón, Erasmo o Nebrija, entre otros? Afortunadamente, después de un siglo de progresivo descrédito, como airma Beristáin,6 “la retórica ha sido reconsiderada recientemente, en su relación con el discurso moderno y con la literatura, a partir de relexiones propiciadas por el poderoso desarrollo de la ciencia lingüística de este siglo”. En una rápida síntesis, podemos recordar que hay dos “retóricas”7 que son consecutivas dentro de la retórica clásica. La primera –de índole política y cuyo nacimiento se sitúa en Siracusa– se desarrolla en la ciudad y en la calle, es instrumento de acción política8 que emplea libremente el ciudadano y corresponde a la retórica del esplendor de la Atenas de los siglos V y VI a. J. C. La segunda es la retórica escolar, propia del ciudadano del mundo, que ya no es un hombre políticamente libre ni interviene en los asuntos públicos del Estado, es una retórica propia de un individuo que aspira a practicar las normas racionales de una ilosofía principalmente ética9 y a procurarse una formación humanística en la que está presente el conocimiento ilológico y el estudio con ines miméticos de los grandes escritores de un pasado glorioso. Ésta es la retórica que conocieron los romanos y la que pasó a través del latín a nuestra cultura. Con la caída del Imperio Romano y la invasión de los visigodos, la enseñanza se refugió en los monasterios y escuelas catedralicias.10 Hacia inales del siglo XIV se había perdido la fuerza renovadora de un par de siglos atrás, tal vez porque la concepción estética de entonces había evolucionado desde un aprecio de la belleza intrínseca y estructural de las piezas oratorias hacia un 6 H. Beristáin, Diccionario de retórica…, s.v. retórica. A. López Eire, Retórica clásica…, pp. 12-13. 8 Leemos en A. López Eire: “al interés por defender bien la causa en un litigio respondió la enseñanza de la retórica a cargo primero de Córax, que fue maestro sólo en forma oral, y luego de Tisias, que además de enseñar de viva voz escribió un manual de retórica, el primero de su especie: la Tékhne (Arte)” (“La etimología de ‘rhetor’…”, p. 68). 9 A. López Eire (“La retórica clásica y la actualidad de la retórica”, en Quintiliano: Historia…, vol. I, pp. 203-315) ofrece un completo panorama sobre el origen de la retórica ligado a sus conceptos y destaca la importancia de Quintiliano, igura señera de la retórica, para quien la retórica de verdad es la retórica moral, la virtud hecha ciencia. Esta disciplina es, por consiguiente, una vía de educación desde el punto de vista de la moral. 10 J. J. Murphy, en La retórica en la Edad Media…, p. 101, considera que la mayor parte de los documentos antiguos sobre la tradición preceptiva siguieron siendo estudiados durante toda la Edad Media, aunque hubo oscilaciones, lo más importante es que pervivieron. Así las obras clásicas gozaron de una total aceptación. La misma antigüedad de estas obras otorgó un mayor peso a su propia autoridad inherente, pues la auctoritas antiquitatis (la autoridad de lo antiguo) tuvo para la mente medieval un valor especial. 7 1640 El DIÁLOGO DE LA LENGUA o el concepto de RETÓRICA en el Humanismo renacentista cuidado puramente formal y extrínseco. A mediados del siglo XVI se descubre y traduce la Poética de Aristóteles. Su lectura parcial, destinada principalmente a extraer preceptos acerca de la “verosimilitud” de los personajes, disuade a los comentaristas de la solidez de la relación instituida por él entre la retórica y los distintos aspectos de la composición y los lleva a minusvalorar las tareas de la retórica a favor de una poética cuya función será sólo instrumental. Es ahora cuando se produce la escisión de la vieja retórica11 por inlujo de Petrus Ramus (se fracturó la unidad de res et verba, enviando los signiicados a la dialéctica, y dejando a la retórica sólo los signiicantes): la inventio y la dispositio pasaron a formar parte de la dialéctica, mientras que a la retórica sólo le quedó el capítulo de la elocutio como su único ámbito. Este hecho convirtió la disciplina en un catálogo de tropos y iguras, es decir, en un arte de adornar el estilo, en lugar de lo que había sido durante siglos: el arte de buscar y organizar temas y argumentos, y expresarlos en una lengua. Aunque hubo esfuerzos por restaurar la unidad quebrada de la disciplina –jesuitas, Francis Bacon– prevaleció la identiicación de retórica como ornato, y así perdió su función rectora de disciplina que enseñaba la organización del pensamiento y de su adecuada expresión. Con la teoría barroca del ingenio las artes de la palabra vuelven a tener auge: se invocan las técnicas de la inventio clásica para extraer de las cosas sus propiedades ocultas, y el conceptismo invierte la máxima aristotélica inspirada en el sentido de la mesura. El conlicto entre las dos culturas,12 humanista y cientíica, redujo la oposición letras/ciencias a la oposición retórica/lógica. La historia de la retórica a partir del siglo XVII se convirtió en el estudio y el culto de las formas y de los modelos literarios, la atención se centró en la elocutio, en la “forma de la expresión”. 3. De las acepciones de retórica Tomando como punto de partida el étimo de retórica, esto es, el sustantivo rhétor ‘orador’, ‘orador público o político’ –cuyo discurso debía ser eicaz–, estudiaremos el ámbito nocional de la voz haciendo hincapié en los matices semánticos, tanto desde la perspectiva sincrónica como diacrónica. 11 Recordemos cómo se establecían los estudios de Retórica en nuestro Renacimiento y Barroco: en la universidad medieval, el primer año de Trivium era el de Gramática; el segundo, de Retórica y el tercero, de Dialéctica. El Humanismo mantuvo estas disciplinas en ese orden, sólo que cambió la orientación interna de las mismas (L. López Grigera, La retórica en la España…, pp. 23-26). 12 B. Mortara considera, asimismo, que el descrédito en el que cayó en el siglo XIX (“reducida a alquimia y afeite”) ha determinado la percepción común de los hechos caliicados como retóricos (Manual de Retórica, p. 55). 1641 Aurora Martínez Ezquerro López Eire13 explica cuál es el nacimiento del término y cómo surge de forma indisoluble unido a la cualidad de la persuasión: La retórica, pues, es política tanto si seguimos la versión de sus orígenes que nos ha transmitido Cicerón como intérprete de Aristóteles, según la cual nace como arte de la persuasión de jurados populares tras un proceso político en el que el pueblo y la nobleza derrocan al tirano y en su lugar establecen la democracia, como si seguimos la del Prolegomenon […], que nos presenta directamente a Córax como orador político. Según la una y la otra, surgieron “oradores públicos”, “políticos”, que, bien ante la asamblea o bien ante el tribunal de jurados, hablaban persuasivamente a sus conciudadanos ahormando su discurso a los sentimientos […] del sufrido pueblo, que […] se había convertido […] en juez […] de su propio destino. El mismo autor14 considera que la retórica es hija de la democracia y del derecho, y constituye un arte que enseña al ciudadano a defenderse con el uso de la palabra allí donde se respetan las reglas del juego democrático. Para Negro,15 también desde el punto de vista de la dialéctica como herramienta utilizada en política, la retórica es “un saber destinado a formar hombres políticos […], una suerte de lógica de la voluntad de los hacedores de palabras. Hállase, en in, tan ligada a la democracia –a la libertad de discusión– que se consideraba democrático aquel régimen en el cual constituía una realidad la igualdad del derecho al uso de la palabra”. Así la retórica, como expresión de la libertad de palabra, se opone al ejercicio autoritario del poder, y su nacimiento está unido también al descubrimiento y reconocimiento del valor cognoscitivo y educativo de la relexión sobre la lengua. El signiicado etimológico se amplía, especialmente con el uso que del mismo realiza la cultura latina, y se generaliza con el valor de ‘arte de hablar bien’ y, por supuesto, ‘de forma persuasiva’. Hasta nuestro siglo la retórica se ha deinido con pocas variaciones. Para Lausberg,16 el sentido del término procede del griego, que traducido es orator ‘orador’. Quintiliano discute algunas deiniciones de la retórica en inst. 2,15,1-38, de las que la más amplia es ars bene dicendi (QVINT. inst. 2,17,37), aunque añade bene dicendi scientia (QVINT. inst. 2,14,5). En cuanto bene dicendi scientia (ISID. Orig. 2,1,1), la retórica se contrapone a la gramática, que se deine como scientia recte loquendi”. Se considera, por tanto, la retórica herramienta de conocimiento técnico ejercitado por un especialista y encaminado hacia una inalidad pragmática especíica: el orador la emplea para realizar un acto comunicativo persuasivo y eicaz. Lógicamente, el 13 A. López Eire, “La etimología de ‘rhetor’…”, p. 69. A. López Eire, Esencia y objeto…, p. 13. 15 D. Negro, “Retórica y dialéctica…”, p. 95. 16 H. Lausberg, Manual de retórica…, p. 83. 14 1642 El DIÁLOGO DE LA LENGUA o el concepto de RETÓRICA en el Humanismo renacentista instrumento que supone la retórica no es sólo su empleo, sino también la suma de instrucciones de uso que le coniere utilidad. Así, en la doctrina antigua es una preceptiva de la interacción pública comunicativamente eicaz, compuesta por una indagación sobre el lenguaje y la comunicación humana, y por el inventario de consejos y recursos que se deducen de esa indagación. Beristáin (s.v. retórica) pone de relieve, asimismo, su carácter suasorio y la deine como ‘arte de elaborar discursos gramaticalmente correctos, elegantes y, sobre todo, persuasivos’. La deinición más antigua de la retórica corresponde a una metáfora personiicada escrita en griego antiguo y que reformula Sócrates a la luz de lo explicado por Platón en Gorgias 453a: “dices que la retórica es artíice17 de la persuasión”.18 Martianus Capella,19 en su De nuptiis Philologiae et Mercurii –fechada alrededor del año 420 d. C.–, la describe como “una mujer muy hermosa, alta y de majestuosa presencia, que viste una túnica adornada de todas las iguras de dicción”. Airma Aristóteles que es “la facultad de teorizar lo que es adecuado en cada caso para convencer” (Retórica 1,1,1355b 25).20 Para Quintiliano,21 como ya se ha expuesto, la retórica es también “la ciencia del bien decir” (II.15.34 y II.16.11) y, por tanto, engloba todas las cualidades del discurso y las costumbres del orador, puesto que no se puede hablar bien sin ser hombre de bien. Son muy numerosas22 las deiniciones ofrecidas desde la Antigüedad clásica. Nos detendremos en el estudio semántico, tanto desde la perspectiva sincrónica como diacrónica, que el término registra en diccionarios lingüísticos e históricos. En el DRAE (s.v. retórica), las dos primeras deiniciones engloban los conceptos ‘disciplina’ o ‘conocimiento técnico’, esto es, ‘arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eicacia bastante para deleitar, persuadir o conmover’ (aquí se sienten las palabras de nuestro insigne calahorrano); y ‘teoría de la composición literaria y de la expresión hablada’. También se 17 A. López Eire traduce: “la Retórica es artesana de la persuasión” (Esencia y objeto…, p. 12). 18 R. Serrano y M. Díaz de Cerio (ed. de Gorgias) consideran que a pesar de que en la Antigüedad se propuso que la deinición era una cita del tratado de Gorgias o del tratado de Tisias y Córax, “la deinición es de cuño platónico” (n. 105, p. 23). 19 K. Spang, Persuasión. Fundamentos…, p. 18. 20 Explica el traductor que este capítulo pertenece a la última redacción de la Retórica elaborada por Aristóteles, de modo que la deinición debe considerarse “una deinición deinitiva de su Téchne rhetoriké” (n. 30, p. 173). 21 Cito palabras de D. Pujante, El hijo de la persuasión…, p. 51, quien también añade que la retórica, según este autor, es un arte práctica. 22 D. Pujante recoge deiniciones de retórica a partir de diferentes concepciones (persuasión, engaño, ética…) hasta llegar a Quintiliano (El hijo de la persuasión…, pp. 4853). 1643 Aurora Martínez Ezquerro recogen otras dos acepciones que ofrecen matices despectivos: el primero, ‘uso impropio o intempestivo de este arte’; y el segundo, coloquial y en plural (se convierte en abstracto y añade un –s que responde al número utilizado en niveles de lengua menos cultos), ‘soisterías23 o razones que no son del caso’. Este último se documenta en otros autores, como veremos. El DUE (s.v. retórica), también alude al matiz desdeñoso, ‘conjunto de principios y reglas referentes al arte de hablar o escribir literariamente’. A veces, tiene sentido peyorativo, como “afectación o grandilocuencia inoportuna: ‘Usa demasiada retórica’”; y “Palabrería: ‘No me vengas con retóricas’. o*Monserga”. SECO (s.v. retórico), también incluye las dos connotaciones, y, aunque diferencia la categoría gramatical, coinciden los valores semánticos: adj. ‘de (la) retórica’, ‘[igura] retórica, [interrogación] retórica’, ‘[pers.] versada en retórica’, (desp) ‘[pers.] que al hablar o escribir concede más importancia a la elegancia y al efecto de la expresión que al contenido’; sust. ‘técnica de hablar o escribir de manera persuasiva y eicaz’, ‘habilidad [de una persona] para expresarse con persuasión’, (desp) ‘forma de expresión especialmente artiiciosa y falta de contenido’. En el Diccionario Crítico Etimológico, DCECH (s.v. retórico), las deiniciones engloban los semas ‘disciplina’ y ‘orador’, esto es, parten del sentido etimológico latino (‘referente a la retórica’, ‘maestro de retórica’), y de su predecesor griego ‘orador’, ‘maestro de retórica’. Incluye la primera documentación de ines del siglo XII (Auto de los Reyes Magos), y anota la variante retóligos en vez de retóricos. Después de este ejemplo aislado, juzga que es palabra rara en la Edad Media. Añade documentación de Alfonso de Palencia, Nebrija y Autoridades.24 En el siglo XVI el vocablo había alcanzado un grado considerable de vulgarización (“¿para qué viene a comer, es de menester tantas retólicas?”, en Lope de Rueda); añade retrónica: retrónica y ataujías ‘retóricas y primores de lenguaje’ en Espinel, y retronicar ‘retoriquear’ en autos del s. XVI, ‘suplicar’ en Lope de Rueda (Fcha.). Como derivado, documenta retórica [h. 1250, Setenario; APal.; “r., arte de bien hablar: rhetorica” Nebr.]. Para Covarrubias (s.v. retórica), ‘es un modo de hablar con arte y compostura; […] artiiciosa eloquentia et oratoria facultasque civilis rationis, ac scientiae magna pars est’. Autoridades (s.v. rhetórica) la deine como ‘el arte 23 Ya se ha mencionado el recelo que provocaban los rétores soistas (el mismo Sócrates fue considerado uno de ellos). Hubo una severa condena de la retórica practicada por éstos, entendida como un ejercicio meramente formal de persuasión que no reparaba en los temas sobre los que se aplicaba; es más, se dedicaban a distraer a la multitud mediante la seducción de su elegancia encantatoria y de sus sonoridades vacuas. 24 Alfonso de Palencia: “entre los retóricos hay dos principales maneras de silogismos” 454d; 134d; Nebrija: “r., maestro desta arte: rhetor; retoricada cosa: rhetoricus”; y Autoridades: “trae ejemplos clásicos”. 1644 El DIÁLOGO DE LA LENGUA o el concepto de RETÓRICA en el Humanismo renacentista de bien hablar’; incluye rhetóricas (s.v.) ‘usado en plural vale la abundancia de palabras y sophisterías, de que alguno usa para engañar, o excusarse de hacer alguna cosa; y assí se dice, No me ande con rhetóricas’; y recoge, asimismo, rhetórico (s.v.) ‘el que habla con eloqüencia, exornando lo que dice’. En el DME (s.v. retórica),25 ‘arte de bien decir, de embellecer la expresión de los conceptos, de dar al lenguaje escrito o hablado eicacia bastante para deleitar, persuadir o conmover’. Según Terreros (s.v. retórico), ‘elocuente, que posee el arte de bien hablar, y persuadir. También se dice de los que enseñan o aprenden la retórica’; retórico, o maestro de la retórica (s.v.) ‘se dice de los Retóricos, o Maestros de elocuencia antiguos que dieron los preceptos de ella. Quintiliano fue gran retórico, o maestro de la elocuencia’. Las deiniciones registradas coinciden en la acepción ‘arte o técnica (en menor medida, habilidad) del bien decir o hablar para persuadir’,26 (en menor medida, deleitar); y en cuanto a la consideración peyorativa, se entiende que deriva del mal uso de la disciplina anterior, es decir, la preponderancia de la forma en detrimento del contenido; es el artiicio sin mensaje y también el poder que coniere la palabra desgajado de los ines éticos que promulgaba Quintiliano, y que llevan a la argucia, engaño o falsedad, que se deiniría como ‘razones o palabras hueras que no son procedentes’. 4. Del empleo de retórica y retóricas El registro del uso peyorativo del término en nuestra documentación literaria aporta interesantes datos. La búsqueda se ha realizado mediante el sistema de correspondencias que ofrece el CORDE en línea.27 El corpus se compone de obras de prosa narrativa de autores españoles desde los orígenes hasta el siglo XIX. El resultado de las concordancias de la palabra retórica es de 149 casos en 60 documentos y se reparte así: 9 del siglo XIX, 28 del siglo XVIII, 60 del siglo XVII, 48 del siglo XVI, 3 del siglo XV y 1 del siglo XIV 25 Registra documentaciones en Alfonso X (Setenario, 1250), en A. de Palencia (Vocab., 1490: “Que ha maestros de las artes, así como de gramática, et de lógica, et de retórica”), en Alfonso X (Siete Partidas (1256-63) y en Pérez de Guzmán (Generaciones y semblanzas, 1450-55): “Que el estoriador sea discreto e sabio, e aya buena retorica para poner la estoria en hermoso e alto estilo”. 26 El gramático humanista G. Correas en su Vocabulario de refranes (2000: Ed. digital), recoge un dicho sentencioso en el que menciona el sustantivo retórica coordinado con labia, haciendo ambos alusión a la verbosidad persuasiva y a la gracia en el decir: “Otra vez habéis sido pobre, Zapata. / Uno que se llamaba Zapata, pedía limosna con mucha retórica y labia, y decía que sola aquella vez le había sucedido; y un caballero conocido, viendo su destreza, le dijo: ‘Otra vez habéis sido pobre, Zapata’; y quedó por refrán para los que dicen que son nuevos en algo y muestran mucha experiencia en ello.” (Correas, refrán 17438). 27 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico del español. <http://www.rae.es> [octubre de 2010]. 1645 Aurora Martínez Ezquerro (cuando se registra con mayúscula se reiere a la disciplina o se trata de la personiicación de la misma). La entrada retóricas proporciona 62 casos en 52 documentos: 27 del siglo XIX, 6 del XVIII, 23 del XVII y 6 del XVI. Los diferentes matices de esta palabra nos permiten agrupar sus deiniciones de la siguiente manera: 1. sust. s. y pl. ‘manera de hablar artiiciosa, grandilocuente y, por lo general, vacía de contenido’: Yo libre nací. No bastará tu retórica a hacerme esclavo del oro. Lo cual es muy mayor poquedad y vileza que ser un hombre esclavo de otro hombre. Bien dicen que a los viejos no les queda más de el parlar y el beber y el tener. Ca más cansado me tienen tus largas hablas, que espero salir de la batalla de tu caballero. (P. Hernández de Villaumbrales, Peregrinación de la vida del hombre, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2003, párrafo 17). Teo. Grita, niños, que baja el vino; hoy a cuatro, mañana a cinco. Si traíades, Gerarda, esa correduría, ¿para qué era menester tanta retórica? ¿Veis cómo os dije yo que el memorial comenzaba por el servicio de Dios y acababa en el del diablo? (L. de Vega Carpio, La Dorotea. Castalia, 1988, p. 83). Palatino. Dadme por despedido, que no tengo de decir muchas retóricas, sino un “quedaos con Dios” y un abrazado. De camino quiero que veáis estos mis Tellos y leáis el blasón que tienen, que veis aquí la casa de consistorio do están pintados armados de ricas arma. (J. Arce de Otárola, Coloquios de Palatino y Pinciano. Turner, 1995, p. 726). 2. sust. s. y pl. ‘peyorativamente, expresión cuyo signiicado no se comprende’. Celestina. O qué buen dissimular, quebrarle los ojos y vntarle el caxco. Areusa. Decláranos essa retórica, que no la entiendo. Celestina. No ay qué te declarar más que le halagas con dezir que le amas mucho, y juntamente motéjasle de asno. (G. Gómez de Toledo, Tercera parte de la tragicomedia de Celestina. University of Pennsylvania Press, 1973, p. 219). Poncia. Agora digo yo que pudiera dezir Quincia que no entendía essas retóricas. Felides. ¿Ora passas, señora, por el donaire de Pandulfo? Y más por el de agora, que de miedo se ha hecho santo, por no venir comigo, y pienso que es ido, que desde esta mañana no parece. (F. de Silva, Segunda Celestina. Consolación Baranda, Cátedra, 1988, p. 570). 3. sust. ‘conjunto de palabras engañosas’: No se puede creer la retórica con que me persuadió a que sisásemos. ¡Mal año para Cicerón, ni Demóstenes, ni Pericles, de quien tantas cosas contaba el pupilero! (F. Narváez de Velilla, Diálogo intitulado el capón. Visor Libros, 1993, párrafo 96). 1646 El DIÁLOGO DE LA LENGUA o el concepto de RETÓRICA en el Humanismo renacentista Poco antes de anochecer, en la sazón que hay melocotones, me aicioné […]. Juzgué convenía valerme de alguna retórica para que se me diesen buenos. Entré con la runla de ‘Reina mía, por sus ojos que me dé una libra de melocotones muy de su mano; que son para una necesidad, y páguese de lo que quisiere’. (C. Suárez de Figueroa, El pasajero. Promoción y Publicaciones Universitarias, 1988, p. 420). 4. sust. pl. ‘razones que no vienen al caso’: Ama. Dexate de retoricas, y haz lo que tu amo te mandó. (J. de Luna, Diálogos familiares en lengua española. Impr. G. Fuentenebro, 1874, p. 212). 5. sust. ‘peyorativamente, uso del arte retórico’: a la retórica falsa del amor aquí se le reconocen sus iguras; la política para privados aquí se demuestra; la humildad al vasallo aquí se le advierte. (D. de Torres Villarroel, Visiones y visitas de Torres con Don Francisco de Quevedo por la corte. Espasa-Calpe, 1991, p. 198). Felides. No dirá esso aquel borracho de Pandulfo; mas ¿qué cosa es un necio que no entiende las cosas? Bien librados quedaran Virgilio y Homero, con otros tales, si se usara estonces la retórica del burdel que Pandulfo tiene aprendida. (F. de Silva, Segunda Celestina, Cátedra, 1988, p. 225). 6. adj. ‘pomposo, artiicioso’: Apenas acabé mi retórica embestidura, quando el entendimiento me dixo que toda su hazienda la avía yo gastado en juegos que me destruyeron, en conversaciones que me acabaron y en divertimientos que no me fueron de provecho. (Ldo. Carlos Magno, Vejamen. Giovanni Cara, Bulzoni Editores, 2001, p. 237). Si mi locura es burda o política, rústica o retórica, ya te he dicho que no lo entiendes, ni estamos en el siglo de los Quevedos, Solises, Calderones y Guevaras para que hagas ascos de mi lenguaje. (D. de Torres Villarroel, Visiones y visitas de Torres con Don Francisco de Quevedo por la corte. Espasa-Calpe, 1991, p. 215). El estudio semántico de las acepciones recogidas en la documentación literaria amplía los matices del ámbito nocional despectivo de retórica. Asimismo, se aprecian connotaciones que no se registran en los diccionarios históricos consultados. El valor negativo de todas ellas tiene como rasgo signiicativo común ‘artiicio de la forma del discurso’, cualidad que oscurece el signiicado y que da como resultado un mensaje vacuo y falto de interés. 1647 Aurora Martínez Ezquerro 5. De la polisemia de retórica A la luz de lo expuesto, podemos precisar que el término retórica alude a dos realidades diferentes. Una corresponde a la práctica y la técnica comunicativa, y también al modo de expresarse (convincente, adecuado, adornado…, que, cuando degenera, se convierte en falso, artiicioso, vano, altisonante o grandilocuente…). En esta acepción predominan el tono y la intención. Por el contrario, la otra realidad se reiere a una disciplina, esto es, a un conjunto articulado de doctrinas: es la ciencia del discurso, el conjunto de reglas que describen su buen funcionamiento. Los rétores, desde la Antigüedad hasta el siglo XIX, organizaron esta ciencia como la preceptiva del “hablar bien”, de la elocuencia, y la acompañaba la gramática o conjunto de normas para hablar correctamente. Retórica es, por tanto, praxis y teoría: elocuencia y sistema de normas: ejercicio y ciencia que pueden entenderse, conjuntamente, con un uso ambivalente. Dos sentidos y un amplio espectro de juicios diferentes. Con el in de precisar los matices que se han ido modiicando o añadiendo al semema retórica, tanto desde la perspectiva sincrónica como diacrónica, ofrecemos su análisis semántico estructural;28 concretamente aplicamos el análisis semasiológico obtenido a partir de la descomposición y oposición de sus rasgos distintivos en semas29 (‘mínimos elementos de la sustancia del contenido’). Esta disección de elementos semánticos pone de relieve las nuevas connotaciones del término, que se hallan motivadas por su signiicado etimológico. La estructuración de retórica en sus rasgos distintivos muestra de forma detallada su campo de signiicaciones o campo semasiológico. En el siguiente cuadro se aprecia la doble perspectiva sincrónica (clásica y etimológica, en primer lugar, y la que se va gestando a partir del siglo XVI con matiz peyorativo) de las acepciones de la voz que, inalmente, dará lugar a la polisemia que la caracteriza desde la época señalada: 28 K. Baldinger, en Teoría semántica…, ofrece un estudio de semántica estructural (sintagmática y paradigmática) que incluye interesantes aportaciones de Saussure, Ullmann, Wartburg, Heger, Coseriu, Pottier… y que tiene como objetivo teorizar sobre cuestiones fundamentales para esta ciencia. 29 K. Baldinger denomina sema a cada rasgo mínimo distintivo, y semema a la reunión de sememas diferentes (Teoría semántica…, p. 79). 1648 El DIÁLOGO DE LA LENGUA o el concepto de RETÓRICA en el Humanismo renacentista semas disciplina utilizada público, emisor con ines con o ciencia por político especiali- éticos eicacia un o zado orador privado para persuadir para deleitar lexema retórica (clásica) + + + + + + + + retórica/ retóricas (S. XVI) _ _ _ _ _ _ _ _ El signiicado que procede de la vieja retórica se caracteriza porque incluye todos los semas expuestos; en cambio, a partir de mediados del siglo XVI, el matiz peyorativo con que se utiliza va desdibujando no sólo su núcleo signiicativo, esto es, ‘disciplina’ (y que ahora se modiica en ‘práctica o modo de hablar’) sino también el resto de rasgos distintivos primordiales de manera que adquiere un sentido muy diferente al etimológico (no es utilizado por una persona especializada, no tiene carácter público y, puesto que es un modo de hablar grandilocuente y afectado, sus ines éticos y disuasorios desaparecen). Realizamos tres cortes sincrónicos en los que se muestran los signiicados de retórica en diferentes épocas; partimos de sus rasgos distintivos con el in de precisar los signiicados que han ido cambiando o ampliando el sentido original. La signiicación general, la base, se ve, pues, limitada o restringida por la utilización de la palabra en situaciones nuevas; se modiica el signiicado porque el término ha pasado de la lengua profesional o más especializada a la lengua común, a situaciones particulares. Esta palabra está formada de un núcleo semántico más o menos denso que se ha ido rodeando de un halo de asociaciones secundarias sociales y afectivas que, al pasar a un primer plano signiicativo, han dado lugar a la polisemia del término. Veamos los tres momentos considerados relevantes: 1. EN SUS ORÍGENES (etimológicamente): DISCIPLINA / CIENCIA: precepto, arte de buscar y organizar temas y argumentos. FINES ÉTICOS: verdad. ORADOR: político/público, especializado. EFICACIA: bien decir, convincente. PERSUASIÓN: adecuación, deleite. 1649 Aurora Martínez Ezquerro Es la ‘disciplina que enseña la organización del pensamiento y de su adecuada expresión con ines disuasorios’. 2. A PARTIR DE MEDIADOS DEL SIGLO XVI (es una estimación empírica), se empieza a documentar un signiicado “desplazado” del etimológico debido a la ESCISIÓN de la vieja retórica: DISCIPLINA / ARTE PURO, arte de adornar el estilo. FINES: elegancia de la expresión sin ines éticos, culto de las formas, estudio de los signiicantes (elocutio: ornatus: catálogo de tropos y iguras). ORADOR: público / individuo, menor especialización. EFICACIA: ARTIFICIO en detrimento del contenido, poder de las palabras. PERSUASIÓN: decrecimiento. Comienza a generalizarse el concepto de ‘arte de adornar el estilo con inalidad principalmente estética’. Se escinde la vieja retórica en res y verba: los signiicados se envían a la dialéctica (inventio y dispositio); y los signiicantes, a la retórica (elocutio). Así se pasa de la belleza intrínseca y estructural al cuidado formal y extrínseco. 3. LA CONVIVENCIA POLISÉMICA HASTA LA ACTUALIDAD, se generalizó el matiz peyorativo en el acervo popular a partir del Humanismo y llega hasta el presente (afortunadamente, se recupera a mediados del siglo XX el sentido etimológico de retórica al unirse dialéctica y retórica y, por tanto, el ornatus deja de considerarse independiente): PRÁCTICA / MODO DE HABLAR: acto comunicativo. FINES ÉTICOS: su ausencia lleva al engaño y la falsedad. ORADOR: particular/individuo, no especializado. EFICACIA: afectación, no convincente. PERSUASIÓN: rechazo por su inadecuación, sin deleite. Este matiz peyorativo parte de una forma de expresarse grandilocuente, y se deine como ‘modo de hablar artiicioso y rebuscado, vacío de contenido y que, por lo general, produce rechazo’. Según Spang,30 la causa de la polisemia del término corresponde a su concepción básica como técnica e instrumental de elaboración de comunicaciones de cualquier índole, aspecto que le coniere una gran 30 K. Spang, Persuasión. Fundamentos…, pp. 13-19. 1650 El DIÁLOGO DE LA LENGUA o el concepto de RETÓRICA en el Humanismo renacentista adaptabilidad. A lo largo de su extensa vigencia, la retórica ha vivido épocas de aislamiento forzoso y es cuando se vuelve sobre sí misma porque no tiene posibilidad de persuadir a nadie, y se ve obligada entonces a inventar adversarios y circunstancias de forma que la elocuencia se convirtió en mero ejercicio de declamación y adulación, aunque también desembocó en creación literaria. Hay otra causa que pudo contribuir a este descrédito –especialmente en el ámbito de la retórica no literaria– fue el uso continuo de las técnicas retóricas que hacían caso omiso de una de las fases preparativas más importantes, la intellectio. También contribuyó a esta degradación la reducción del sistema retórico a una unilateral restricción de las fases de la elaboración del discurso a un solo aspecto del sistema –además muy marginal– que eran las llamadas iguras retóricas. Nos hallamos, por tanto, ante la independización del ornatus, que es una de las cualidades estilístico-persuasivas que la retórica clásica pone a disposición de los comunicadores y que desde el siglo XVIII y hasta muy entrado el siglo XX en numerosos autores y publicaciones se ha convertido en el campo único de los estudios y de la enseñanza de la retórica. 6. Conclusiones En el Diálogo de la lengua, Juan de Valdés trata de armonizar las dos corrientes relativas a la norma del buen hablar durante el Renacimiento: la de los partidarios de la lengua culta, literaria y cortesana, y la de los defensores de la autoridad absoluta y exclusiva del uso común, inclusive vulgar. Como buen erasmista, deiende el saber natural –casi divino– encerrado en los adagios y refranes, y personiica el ideal de lengua clara y sencilla, alejada de “vanas retóricas”, de todo tipo de afectación. El matiz peyorativo de retórica resulta determinante para averiguar no sólo los fundamentos de tal actitud, sino también los cambios que se producen en los rasgos distintivos que conforman el semema. Con este in estudiamos sus signiicados tanto desde la perspectiva diacrónica como sincrónica. La retórica fue fundamental para la preparación del ciudadano en el mundo greco-romano, del cristiano en la Edad Media, y del hombre sabio (elocuente y virtuoso) en el mundo moderno; abrió el camino al Humanismo y a la ciencia, principalmente por el descubrimiento que los helenos hicieron de dos facultades del lenguaje: la facultad poética o productora de mundos verbales y la psicagógica o seductora de las almas y las voluntades. Además esta disciplina es el arte del discurso-razón, del lógos, la capacidad que diferencia al hombre del animal y promueve y facilita la comunidad lingüística y social. Pero las vicisitudes que experimentó la transformaron en arte puro, esto es, se centraron sus intereses sólo en recursos de estilo. En esta circunstancia, el embellecimiento del lenguaje amenazaba la forma, por encima del contenido 1651 Aurora Martínez Ezquerro (la retórica ha pertenecido siempre a la comunicación oral y se fragua en el “escribir bien”). Hacia mediados del siglo XVI se produjo la división de la retórica: se quebró la unidad de res et verba, se enviaron los signiicados a la dialéctica, y se dejaron sólo los signiicantes en la retórica. Así la inventio y la dispositio pasaron a formar parte de la dialéctica, y la retórica se refugió en la elocutio, hecho que la convirtió en un catálogo de tropos y iguras. Retórica se convirtió en sinónimo de ‘artiicio’ y esta imagen de futilidad, de formalismo, oscureció su papel decisivo como formadora de toda la cultura occidental, de código ideológico y metalingüístico. El descrédito en el que cayó en el siglo XIX determinó la percepción común de los hechos caliicados como retóricos. Pero a pesar de los furores antirretóricos, esta ciencia nunca desapareció del todo de los manuales literarios y sobrevivió como catálogo de iguras, asociada a la estilística. Retórica se identiicó con rebuscamiento, insinceridad y decadencia, y así quedaba una imagen deformada de la antigua ciencia del discurso. Los matices peyorativos fueron generalizándose (buena cuenta de ello han dado los ejemplos literarios aportados) y este “desplazamiento semántico” creó la acepción despectiva ‘modo de hablar artiicioso y rebuscado, carente de contenido’ (curiosamente el uso que se le dio por parte de los rétores soistas), también con cambio de número, como sustantivo abstracto y con el sentido ‘argumentos que no son propios del momento, soisterías’. El sesgo negativo con que se utilizó y su permanencia en el tiempo acrisolaron este valor que todavía sigue utilizándose –cada vez menos– para referirse a la ‘manera de expresarse alambicada y huera’. Afortunadamente, en lo que respecta a la disciplina, se ha “rescatado” su consideración de ‘arte de bien decir con inalidad disuasoria’, sentido que engloba los semas propios de su étimo. La vuelta a la concepción de la retórica como teoría del discurso persuasivo que tiene en la argumentación su eje y razón de ser fue la que determinó el gran renacimiento de la disciplina a mediados del siglo XX. La retórica es, pues, teoría y praxis de la comunicación. Como teoría, permite elaborar modelos que explican verosímilmente el fenómeno comunicativo –y así se convierte en ciencia–; mientras que, como praxis, permite abstraer el elenco de reglas aplicadas al fenómeno comunicativo de la persuasión, lo que la convierte en técnica. 1652 El DIÁLOGO DE LA LENGUA o el concepto de RETÓRICA en el Humanismo renacentista Corpus Bibliográico Fuentes Lexicográicas [DME] Alonso, M. 1986. Diccionario Medieval Español. Desde las Glosas Emilianenses y Silenses (S. X) hasta el siglo XV, Salamanca, Universidad Pontiicia de Salamanca, 2 vols. [DCECH] Corominas, J. y Pascual, J. A. 1992. Diccionario Crítico Etimológico Castellano e Hispánico, Madrid, Gredos, I-VI. [Covarrubias] Covarrubias, S. de. 2006. Tesoro de la Lengua Castellana o Española, Ed. integral e ilustrada de I. Arellano y R. Zafra. Madrid, Universidad de NavarraIberoamericana. [Nebr.] Nebrija, E. A. de. 1989. Vocabulario español-latino. 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Cartas, Madrid, Biblioteca Castro, 1997, pp. 369-478. 1655 ÍNDICE GENERAL LIMINAR José María Maestre Maestre, “Prólogo ................................................... Emma Falque Rey, “Semblanza del profesor Juan Gil (I)” ....................... Daniel López-Cañete Quiles, “Semblanza del profesor Juan Gil (II)” ... Juan Gil Fernández, “Mis maestros”........................................................ 9 49 59 67 VOLUMEN I: FILOLOGÍA GRIEGA Y LATINA MANUSCRITOS, EDICIONES, TRADUCCIONES Y COMENTARIOS Juan Francisco Alcina Rovira, “Un comentario medieval al De oiciis de Cicerón y su difusión hispana: mss. Esc. T.II.14, MBN 9225, BAV Chigi H.VII.224, B.CORSINIANA Rossi 66” .................................... Luis Gil Fernández, “La Epistola de rebus Persarum de don García de Silva y Figueroa”...................................................................................... Jesús Luque Moreno, “Pro- y re- desde la prehistoria hasta el latín más reciente” .................................................................................................. Francisca Moya del Baño, “Don Francisco de Quevedo, ‘ilo-ilólogo’ clásico” .................................................................................................... heodericus Sacré, “De Alexandro Antonio Bischetti sive Iohanne Francisco ab Iesu Maria (l. 1640-1664) Alexandri VII P.M. praecone” ................................................................................................ 2897 85 113 143 185 211 Índice general Manuel Ayuso García, “Aportaciones de la edición de Basilea (1532) del De Nuptiis Philologiae et Mercurii al texto de la exposición de Geometría”.............................................................................................. Ramón Baltar Veloso, “Un fantasma decapitado y sin aspiración”......... Matilde Conde Salazar, “Los impresos incunables de las Vitae duodecim Caesarum de C. Suetonius Tranquillus conservados en bibliotecas españolas”................................................................................................ Ignacio J. García Pinilla-Antonio Alvar Ezquerra, “Para una edición del De rebus gestis a Francisco Ximenio Cisnerio de Álvar Gómez de Castro” .................................................................................................... Paraskevi Gatsioufa, “Notas sobre los manuscritos griegos de la abadía del Sacromonte” ..................................................................................... Alejandro Martínez Sobrino, “Jodocus Badius Ascensius a las Sáturas de Persio: De Auctoritatibus”........................................................................ Javier Moraleda Díaz, “El incunable valenciano de Salustio (1475): análisis del texto y iliación” .................................................................... ª M José Muñoz Jiménez, “Marcial en el manuscrito 246 de la Biblioteca Histórica de Santa Cruz de Valladolid”.................................................. Carmen Teresa Pabón de Acuña, “Incunables de Cicerón en España que contienen el diálogo De legibus” ............................................................. José Palomares Expósito, “Varia: adiciones al Satiricón y enmiendas a la Garcineida (con un excurso sobre la bóveda de Fernando Gallego)” .... Sandra Inés Ramos Maldonado, “De usu Pliniano: Erasmo y Longueil ante Plinio el Viejo y sus ediciones de la Naturalis Historia” ................. Mª Ángeles Robles Sánchez, “Richardus Bentleius (1662-1742) y su edición de Horacio a la luz de su correspondencia” ............................... Ángel Urbán, “El discurso de Dión Crisóstomo, Diógenes o sobre la Virtud (Or. 8)” ................................................................................................... Irene Villarroel Fernández, “Ovidio en el ms. 94 de la Biblioteca Pública del Estado en Tarragona” ........................................................... 2898 235 253 255 273 287 309 327 343 355 367 385 401 415 443 Índice general FUENTES EPIGRÁFICAS Jaime Siles Ruiz, “Juan Gil: aportaciones a la epigrafía prerromana de la Península Ibérica”.................................................................................... Marta Bailón García, “El culto a Fortuna Dea y sus advocaciones en la Lusitania romana visto a través de las fuentes epigráicas” ..................... Joan Carbonell manils, “Las supuestas síloges epigráicas de Alfonso y Gaspar de Castro. A propósito de los papeles J. Matal y A. Agustín del Ms. Vat. Lat. 6040” ................................................................................ Xavier Espluga Corbalán, “Fuentes epigráicas hispanas en las Castigationes Plinianae de Ermolao Barbaro (1491)” ............................ Gerard González Germain, “E scholio in lapidem. Recreaciones humanísticas epigráicas de un pasaje de Juvenal (sch. 6, 638)”............ Mª del Rosario Hernando Sobrino, “Apuntes de epigrafía de Nicolás Antonio: manuscritos autógrafos de la Biblioteca Nacional de España (Madrid)”................................................................................................ 457 467 477 497 511 523 JUAN GIL Y EL MILENARISMO Eustaquio Sánchez Salor, “El mesianismo sobre Jerusalén de la Edad Media y del Renacimiento. A propósito de: Juan Gil, ‘Carlomagno, el imperio y Jerusalén’” ............................................................................... Emilio Suárez de la Torre, “Juan Gil y el in del mundo”...................... Pablo Toribio Pérez, “Alanos, vándalos y suevos en la exégesis apocalíptica de Isaac Newton: una fuente y un texto desconocidos”......................... 2899 543 557 575 Índice general VOL. II: LITERATURA TARDO-ANTIGUA Y MEDIEVAL. LITERATURA HUMANÍSTICA (I) HISTORIOGRAFÍA CRISTIANA Mª Teresa Muñoz García de Iturrospe, “El tirano ilósofo como canis rabidus: el emperador Juliano desde Jerónimo” ..................................... Miguel Ángel Rábade Navarro - Francisca del Mar Plaza Picón, “Valor y uso del término barbarus en Orosio y Salviano” ................................. 607 623 RELIGIÓN: CORÁN, BIBLIA Y CONVERSOS César Chaparro Gómez, “A propósito de una antología de plegarias bíblicas de la Biblioteca de Barcarrota” ........................................ Tomás González Rolán, “El humanismo cívico entre las soluciones al problema converso en la Castilla de mediados del siglo XV”.... José Martínez Gázquez, “Las traducciones latinas del Corán, una percepción limitada del Islam en la Europa Medieval y Moderna”.................................................................................... Helena Carvajal González, “Cives Romanus sum: la pervivencia de la herencia clásica en la representación de San Pablo” .................. Cándida Ferrero Hernández, “Pervivencia de tópicos medievales en el humanista Pedro Guerra de Lorca” ..................................... 635 651 663 683 695 NUEVO MUNDO Y LITERATURA DE VIAJES Gregorio Hinojo Andrés, “Inluencias clásicas en el Libellus de medicinalibus Indorum herbis” ..................................................... J. Eduardo López Pereira, “Del relato literario de viajes al viaje como peregrinación del Mundo Antiguo al Renacimiento” ......... Jesús Paniagua Pérez, “Animales y mitos clásicos en Indias”........... Consuelo Varela, “El oicio de intérprete en el Nuevo Mundo” ...... Eulogio Baeza Angulo, “Ouidius in Orbe Nouo” ............................ Manuel Antonio Díaz Gito, “El oráculo del cemí: Ignacio de Loyola en la Columbeis de Giulio Cesare Stella” ...................................... 2900 709 739 753 777 793 805 Índice general José Carlos Martín de la Hoz–Eduardo Fernández Fernández, “Un humanista en la corte de los Reyes Católicos: Juan López de Palacios Rubios”.......................................................................... Antonio Ignacio Molina Marín, “Un nuevo mundo, una nueva geografía” .................................................................................... Raúl Platas Romero, “El uso de las fuentes clásicas en el libro II de De bello hereticorum del Fortalitium Fidei de Alfonso de Espina” . Xavier Tubau, “La decretal Quod super his y el Democrates secundus de Juan Ginés de Sepúlveda” ....................................................... Israel Villalba de la Güida, “Virgilio y la épica neolatina de tema colombino: el episodio de Dido y Eneas en la Columbeida de Giulio Cesare Stella (1585-1589)” .............................................. 819 833 849 859 869 TRADUCTORES Benjamín García-Hernández, “Descartes en latín y traducido, a la vista de Plauto” ........................................................................... José Luis Moralejo, “De nuevo sobre el tacitismo español del siglo XVII: el traductor autocensurado” .............................................. Miguel Rodríguez-Pantoja, “Versiones de Erasmo al castellano en el siglo XVI: los coloquios Pietas puerilis y Funus” ....................... José A. Beltrán Cebollada, “Pedro Simón Abril, traductor de las Epístolas Familiares de Cicerón (1589)” ....................................... Marco Antonio Coronel Ramos, “Las traducciones castellanas (Valencia, 1528 y Alcalá, 1529) del De institutione feminae Christianae de J. L. Vives (Amberes, 1524)” ................................ Ramiro González Delgado, “Primeras traducciones del griego a lengua asturiana” ......................................................................... Julián Solana Pujalte – Ignacio J. García Pinilla, “Erratas y correcciones manuscritas de autor en la traducción latina de la Política de Aristóteles de Juan Ginés de Sepulveda editada por Michel de Vascosan (París, 1548) (II): los escolios” ..................... Hélène Rabaey, “La Nueva traslación y interpretación española de los cuatro sacrosantos evangelios de Jesu Christo de fray Juan de Robles, un alegato a favor de la lectura en lengua vulgar de los Evangelios y la concordia entre cristianos” .................................................... Raimon Sebastian Torres, “Las fuentes latinas de Ferrer Sayol como traductor de Paladio” ......................................................... 2901 889 907 937 971 989 1003 1019 1037 1055 Índice general EL PROBLEMA DE LA LENGUA EN EL SIGLO XVI Jenaro Costas Rodríguez, “Ambrosio de Morales y sus observaciones críticas sobre el castellano del siglo XVI: la carta latina al maestro Valentín” ..................................................................................... 2902 1069 Índice general VOL. III: LITERATURA HUMANÍSTICA (II) RETÓRICA Y PÓETICA LATINAS Trinidad Arcos Pereira, “Los primeros niveles de la enseñanza de la retórica: los progymnasmata” ............................................................... Andrés Gallego Barnés, “Orar en tiempos revueltos” ...................... Juan Lorenzo Lorenzo, “Los tres ‘tenores’ de la Retórica clásica en retóricas renacentistas” ................................................................ ª M Elisa Cuyás de Torres, “Lorich: el lugar común” ...................... Toribio Fuente Cornejo-Luis Alfonso Llera Fueyo, “Observaciones a las anotaciones a la Poética de Aristóteles del humanista valenciano Pedro Juan Núñez” .................................................... Mª Dolores García de Paso Carrasco, “La sententia en Alardus Aemstelredamus” ........................................................................ Ferran Grau Codina, “Un ejemplo de comentario ramista: el Artiicium orationis Ciceronis pro Caio Rabirio perduellionis reo de Pedro Juan Núñez” ..................................................................... Mª Luisa Harto Trujillo, “Exempla y consolationes” ...................... Manuel López-Muñoz, “Las Praelectiones de Agustín Valerio a su Rhetorica Ecclesiastica ad Clericos” ................................................ Manuel Márquez Cruz, “La Oratio in funere Iohannis Strozzi de Leonardo Bruni y la Oración fúnebre de Pericles recogida por Tucídides: ¿sólo inspiración retórica?” ......................................... Luis Merino Jerez, “La memoria en la Tertia et ultima pars Rhetoricae de Juan Lorenzo Palmireno” ........................................................ Carlos de Miguel Mora, “Aristóteles, Escalígero y Weinberg” ........ Mª Violeta Pérez Custodio, “La recepción de los ejercicios retóricos del Pseudo-Hermógenes en la España del XVI”........................... María Asunción Sánchez Manzano, “El uso de la terminología y doctrina retórica en la edición que hizo H. Alonso de Herrera de los Rhetoricorum libri de Jorge de Trebisonda” ............................. 2903 1163 1191 1217 1237 1247 1257 1271 1287 1301 1315 1327 1339 1351 1365 Índice general EPISTOLOGRAFÍA Juan Mª Núñez González, “La doctrina de epistolis conscribendis de Pedro Juan Núñez” ..................................................................... Mª Elena Curbelo Tavío, “La teoría epistolar en Christoph Hegendorf”................................................................................ Bartolomé Pozuelo Calero, “El epistolario latino perdido de Pedro Vélez de Guevara y su valor documental” .................................... 1385 1409 1415 POESÍA Y TEATRO Rosa Mª Marina Sáez, “De oicio feminae. Sobre un epigrama de Pedro Ruiz de Moros” ................................................................. Darío Martínez Montesinos, “Cinco epigramas inéditos del humanista Pedro Juan Perpiñán (1530-1566)” ............................ Luis Pomer Monferrer, “La temática mitológica en los epigramas de Falcó” ..................................................................................... Mª Dolores Rincón González, “Sobre la égloga dramática: M. Verardi y Juan del Encina” .......................................................... Antonio Serrano Cueto, “Hacia un repertorio de la poesía nupcial latina de los siglos XV y XVI” ..................................................... Gorana Stepanic, “El reloj de arena en un epigrama latino de Dubrovnik del siglo XVIII” ........................................................ 1435 1447 1467 1475 1485 1529 GRAMÁTICA Y LENGUA José Ramón Carriazo Ruiz, “Las palabras y las frases romances contenidas en la Tertia et ultima pars rethoricae de Juan Lorenzo Palmireno” .................................................................................. Javier Durán Barceló, “Sexto Pompeyo Festo en la collectio vocabulorum (1488) de Alfonso de Palencia” ............................... Juan Francisco Fraile Vicente, “Genitiuus neque graece nec latine a uerbo regi potest o la defensa de la elipsis nominal por parte de ‘El Brocense’” ................................................................................... 1545 1561 1583 RETÓRICA Y POÉTICA EN CASTELLANO José Javier Iso Echegoyen, “Para una edición de la Agudeza y arte de ingenio de Gracián” ..................................................................... 2904 1597 Índice general Pere Bescós Prat, “Sia cosa més per poetas que de istoriògrafos tractada: poética y traducción en Francesc Alegre” ..................................... Francisco Javier Escobar Borrego, “Tradición retórica e Historiografía clásica en la España defendida, de Francisco de Quevedo (con un enfoque comparativo respecto a la Vida de Marco Bruto)” ............................................................................. Aurora Martínez Ezquerro, “El Diálogo de la lengua o el concepto de retórica en el Humanismo renacentista” .................................. 2905 1607 1615 1637 Índice general VOLUMEN IV: LITERATURA HUMANÍSTICA (III) BIOGRAFÍA E HISTORIOGRAFÍA José María Maestre Maestre, “¿Gonzalo de Santa María, fuente de la biografía latina de Juan II de Aragón compuesta por Lucio Marineo Sículo?” ................................................................................................... Juan R. Carbó García, “Tanto monta. Pervivencias clásicas y goticismo en las genealogías legitimadoras de los Trastámaras” .............................. José Solís de los Santos, “La buena lid del césar Carlos o el panadero de Barbarroja” .............................................................................................. Jorge Tomás García, “Motivos plinianos de la ‘Vida de Pausias de Sición’ en las Vite dei Pittori Antichi Greci e Latini de P. M. Guglielmo della Valle” ....................................................................................................... 1675 1769 1785 1807 POLÍTICA Y PENSAMIENTO Carmen Codoñer Merino, “Modelos de monarcas y validos en la literatura española del siglo XVII. Rómulo. Séneca y Nerón” ................ Marc Mayer Olivé, “El prefacio de las Antiquitates de Juan Annio de Viterbo: oportunidad e intención política” ............................................ Jordi Pérez i Durà, “Los escritores clásicos, soporte de las críticas de los diaristasa Gregorio Mayans” ................................................................... Francisco Calero Calero, “La autoría de Europa Heautentimorumene”.. Gregorio Rodríguez Herrera, “Propercio en la Polyanthea de Nano Mirabelio” ............................................................................................... Guillermo Soriano Sancha, “Felipe III y Enrique VIII en el aula de Quintiliano. La educación del gobernante en Sir homas Elyot y Juan de Mariana” ............................................................................................ José Luis Teodoro Peris, “El Specimen veteris Romanae litteraturae deperditae... (1784) y el Novum Lexicon historicum et criticum antiquae Romanae litteraturae deperditae... (1787) de Mateo Aymerich: biblioteca de autores y herramienta ideológica”...................................................... 2906 1823 1853 1869 1897 1911 1925 1939 Índice general FILOSOFÍA Y CIENCIA Luis Charlo Brea, “Pervivencia de la lengua latina en una obra médica del siglo XVII” ........................................................................................ Miguel Ángel González Manjarrés, “La Oratio in laudem physiognomoniae de Jodocus Willich” ..................................................... Ana Isabel Martín Ferreira–Cristina de la Rosa Cubo, “Antiguos y modernos en los orígenes de la pediatría y la ginecología modernas: el Liber de afectionibus puerorum de Francisco Pérez de Cascales (1611)”.................................................................................................... Mª Jesús Pérez Ibáñez–Alejandro García González, “António Luíz, aproximación a un médico humanista” ................................................. 1955 1973 1991 2009 EMBLEMÁTICA Francisco Talavera Esteso, “Los Collectanea hyeroglyphicorum en las ediciones facticias de los Hieroglyphica de Pierio Valeriano” .................. Jaume Alavedra i Regàs, “El concepto renacentista de emblema en los Hieroglyphica de Horapolo” .................................................................... 2025 2043 HUMANISMO, LITERATURA Y SOCIEDAD Alfredo Alvar Ezquerra, “La escritura y el festejo del recuerdo en primera persona: la santiicación de san Isidro y los madrileños (beatiicación 24-VI-1619, canonización 12-III-1622)”.............................................. Aires Augusto Nascimento, “Humanismo, uma atitude mais que um momento na história” ............................................................................. Alfonso Alcalde-Diosdado Gómez, “Beatrice y Maria Rogia, almas gemelas” .................................................................................................. José M. Cañas Reillo, “Aspectos del humanismo en Cuenca” ................ Fermín Ezpeleta Aguilar, “Los Coloquios de Erasmo en los Diálogos de Bartolomé de Argensola” ........................................................................ José Manuel Floristán Imizcoz, “El enigmático destino de Nicolás de la Torre, copista griego de Felipe II” .......................................................... Guillermo González del Campo, “Argumentos humanísticos a favor y en contra de la leyenda de Trajano” ........................................................ Alejandra Guzmán Almagro, “La magia amorosa y sus fuentes clásicas en Martín del Río (Disquisitionum Magicarum libri VI, III.3)” ................. Ángel Narro Sánchez, “Conoce a tu enemigo. Vives, lector de Ovidio” 2907 2059 2093 2117 2127 2143 2153 2173 2189 2201 Índice general Joaquín Pascual Barea, “Rodrigo de Santaella en la Roma humanista de Sixto IV (1475-1480)” ........................................................................... Carolina Real Torres, “Del humanismo a la Ilustración: Bernardo Cólogan y Fallon” ................................................................................... Juan Jesús Valverde Abril, “Los Apophthegmata de Conrado Licóstenes y la Collectanea moralis philosophiae de Fray Luis de Granada: un camino de ida y vuelta”........................................................................................ 2908 2215 2229 2241 Índice general VOLUMEN V: PERVIVENCIA DEL MUNDO CLÁSICO TRADICIÓN CLÁSICA EN LAS LITERATURAS VERNÁCULAS Joaquín Mellado Rodríguez, “De Ovidio a Garcilaso: Apolo y Dafne en el soneto XIII” ............................................................. Fernando Navarro Antolín, “Macrobio y el sueño literario. Pervivencia y tradición en las letras hispanas” .............................. Antonio Pérez Lasheras, “Algo más sobre la tradición clásica en Góngora” .................................................................................... José Luis Vidal Pérez, “Mendelssohn, intérprete de Sófocles” ........ Guillermo Aguirre Martínez, “Perspectiva del mito clásico en la poesía de José Ángel Valente” ...................................................... Mª Teresa Amado Rodríguez, “Álvaro Cunqueiro y la ‘Canción rodia de la golondrina’” ............................................................... José Ignacio Andújar Cantón, “El mundo clásico en El rapto de las Sabinas de Francisco García Pavón, humanista del siglo XX” ...... Juan Luis Arcaz Pozo, “Catulo, símbolo de la postmodernidad” .... Rocío Badía Fumaz, “La igura de Orfeo como imagen del poeta en Aníbal Núñez” ............................................................................ Jesús Bermúdez Ramiro, “La igura de ‘Venus’ en la poesía de Rafael Alberti” ....................................................................................... Francisco José Bravo de Laguna Romero, “Mundo clásico y crítica social en el teatro del ecuatoriano Peky Andino Moscoso” ........... Sandra Camacho Cuenca, “Inluencias clásicas en el Amadís de Gaula” ........................................................................................ Vicente Cristóbal López, “Tradición clásica en Juan del Encina” .. Pablo Cuevas Subías, “La Huesca del mecenas Lastanosa y el Arte de ingenio de Baltasar Gracián” ........................................................ Mª Concepción Fernández López, “Una cita más temprana de la Eneida” ....................................................................................... 2909 2275 2305 2331 2347 2363 2369 2383 2401 2415 2423 2437 2447 2463 2477 2493 Índice general Flavio Ferri-Benedetti, “Metastasio adaptado para el teatro español: el caso de la “Issipile”..................................................... Mª Cruz García Fuentes, “Tradición e innovación en la fábula mitológica Júpiter y Dánae del aragonés A. Díez y Foncalda” ....... Joaquín García Nistal, “Ecos de la tratadística clásica en la Nueva España del siglo XVII: La obra teórica y práctica de fray Andrés de San Miguel” ........................................................................... Inés Illán Calderón, “Hacer los deberes. Humanismo e innovación para la pervivencia democrática” ................................................. Manuela Ledesma Pedraz, “El helenismo del emperador Adriano en Mémoires d’ Hadrien de Marguerite Yourcenar” ...................... Mª Pilar Lojendio Quintero - Francisco Salas Salgado, “Madrid por dentro de Cristóbal del Hoyo o la erudición clásica en el siglo XVIII” ........................................................................................ Estela Martínez Cabezón, “Medea la encantadora: la igura de la hechicera en las novelas de caballerías” ........................................ Heinrich Merkl, “El Quijote cervantino como respuesta al Eutidemo de Platón. Sobre mentira y contradicción” .................................. Rubén Josep Montañés Gómez, “Caronte en la cultura popular griega”......................................................................................... Andrés Ortega Garrido, “Materiales clásicos en Exorcismos de esti(l)o de Guillermo Cabrera Infante” ......................................... Vanessa Puyadas Rupérez, “El Egipto grecolatino en las manifestaciones pictóricas del s. XVIII: Cleopatra VII en la obra de Angelika Kaufmann” ............................................................. Elena Redondo Moyano, “Gore Vidal y su recreación novelesca de Juliano el Apóstata” ..................................................................... Antonio Río Torres-Murciano, “Valerio Flaco en el Siglo de Oro” ........................................................................................... José Riquelme Otálora, “Herencia situacional recibida por la Calamita de Torres Naharro del Heautontimorumenos y Eunuchus terencianos” ................................................................................ Adrián J. Sáez García, “Ecos y referentes clásicos en el Coloquio de los perros de Cervantes” ............................................................... Pilar Saquero Suárez-Somonte, “Notas sobre la pervivencia del Bursario de Juan Rodríguez del Padrón en las letras castellanas y portuguesas del siglo XV” ........................................................... 2910 2501 2525 2539 2555 2569 2583 2593 2607 2621 2641 2651 2659 2673 2685 2701 2717 Índice general ENSEÑANZA DEL LATÍN, DIDÁCTICA E INNOVACIÓN Iohannes Cienfuegos García, “Qualis in Hispania discetur Latinitas?” ................................................................................... Javier Espino Martín, “Barroquismo carnavalesco o empirismo ilustrado en la enseñanza del latín en el siglo XVIII: La Gramática y conducta del dómine Don Supino (1790) de Manuel de Vegas y Quintano” .................................................................................. Manuel López-Muñoz - Luis Inclán García-Robés, “Chiron, una propuesta didáctica para el siglo XXI” ......................................... Fotografías para el recuerdo ............................................................. Índices de nombres propios ............................................................. Índice antroponímico ................................................................. Índice toponímico ...................................................................... Índice de autores ............................................................................. Índice general de la obra .................................................................. 2911 2731 2743 2763 2773 2805 2807 2873 2887 2895