HUELLAS COMPARTIDAS
Ensayos sobre el campo
académico de la comunicación
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA
Gabriel Estrella Valenzuela
Rector
Felipe Cuamea Velázquez
Secretario General
Aarón Bernal Rodríguez
Vicerrector Campus Mexicali
Alfonso Vega López
Vicerrector Campus Tijuana
María de Jesús Gallegos
Directora de la Facultad de Ciencias Humanas
Ramón Mundo Muñoz
Director de la Facultad de Humanidades
GOBIERNO DEL ESTADO DE BAJA CALIFORNIA
José Guadalupe Osuna Millán
Gobernador del Estado de Baja California
Ruth Trinidad Hernández Martínez
Oficial Mayor de Gobierno
Marco Antonio Domínguez
Director de Servicios Generales
Manuel Arturo Meillon García
Jefe del Archivo Histórico del Estado
HUELLAS
COMPARTIDAS
Ensayos sobre el campo
académico de la comunicación
en Baja California
Hugo Méndez Fierros
Fernando Vizcarra
(coordinadores)
Universidad Autónoma
de Baja California
Mexicali, B. C., 2009
Huellas compartidas : ensayos sobre el campo académico de la comunicación
en Baja California / Hugo Méndez Fierros, Fernando Vizcarra, comp. -Mexicali, Baja California : Universidad Autónoma de Baja California, 2009.
304 p. ; 21 cm.
ISBN: 978-607-7753-43-8
1.Comunicación -- Enseñanza -- México -- Baja California. 2. Comunicación -Ensayos. I.Méndez Fierros, Hugo. II.Vizcarra, Fernando. III.Universidad Autónoma de Baja California. IV.t.
P91.5.B4 H84 2010
©Universidad Autónoma de Baja California
Facultad de Ciencias Humanas
Castellón y Lombardo Toledano s/n
Mexicali, B. C., México
Teléfono: (01-686) 557-92-00
Edición y formación: Juan de Dios Barajas Cárdenas
Diseño de portada: Rosalba Díaz Galindo
ISBN: 978-607-7753-43-8
Primera edición: 2009
Impreso en México / Printed in Mexico
Contenido
Presentación ................................................................................... 9
Jesús Galindo Cáceres
Nota introductoria ........................................................................ 15
Fernando Vizcarra y Hugo Méndez Fierros
La enseñanza de la comunicación en la Facultad de Ciencias
Humanas de la Universidad Autónoma de Baja California,
1986-2006
Manuel Ortiz Marín ................................................................. 17
Las teorías de la comunicación. Reflexiones desde la docencia
Luz María Ortega Villa ............................................................. 53
El subcampo profesional de la comunicación en Mexicali.
Una visión desde las prácticas periodística y organizacional
Hugo Méndez Fierros y Susana Espinosa Velásquez .......................... 81
La formación del comunicador organizacional
en la Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali
Graciela Paz Alvarado y Yazmín Vargas Gutiérrez ........................... 99
La formación de realizadores de televisión y video
en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Autónoma
de Baja California (1986-2007)
Adolfo Soto y Armando Gutiérrez ............................................. 129
Imágenes sueltas para empezar a rastrear la memoria
del campo académico de la comunicación en Tijuana.
La experiencia de la Universidad Iberoamericana
Ricardo Morales Lira ............................................................... 159
7
Contenido
La emergente comunidad percibida: campo académico
de la comunicación y diseño curricular en Tijuana
David González Hernández, Gerardo León Barrios
y Ángela Lucía Serrano Carrasco ............................................... 179
Entre las ciencias de la comunicación y la búsqueda del ser.
Primeros pasos de la Licenciatura en Comunicación
de la UABC, Ensenada
Nelly Calderón de la Barca ....................................................... 209
Artículos de investigación sobre comunicación y cultura
en torno a Baja California, 1976-2007. Un compendio razonado
Fernando Vizcarra ................................................................... 227
Autores ....................................................................................... 295
8
Presentación
Los flujos de la memoria frente a la historia sólida.
Baja California en el mundo académico de la comunicación
Todo empezó hace poco más de veinte años, es decir, en cierto sentido
hay muy poco por relatar; pero, por otra parte, dos décadas son mucho
tiempo para la vida de una memoria particular, ¿o no? Todo depende
de en qué momento inicie la historia que presentaré. Hubo una vez una
región que estaba muy lejos de todo, principalmente del centro de aquel
país llamado México. Ese lugar se pobló en la ausencia, con un anuncio
de licor y juego, agua de un río y tierra fértil, un desierto circundante,
una extraña axila con un mar interno, una ciudad con nombre de río de
espaldas a un inmenso océano. Piratas, colonos, inmigrantes de tierras
lejanas y de otras cercanas. Todo pasó tan rápido. Hubo una gran guerra,
una avalancha de gente buscando trabajo con contratos hechos entre dos
lenguas. Y más y más gente. Luego apareció una universidad, fenómeno
casi accidental. Y hubo un nuevo personaje que ameritaba el título de
intelectual. ¡Ah!, también hubo rock, una mirada cercana en inglés y
una lejana en español. Y muchos cuentos más. Y de pronto apareció la
comunicación académica.
Y me tocó estar ahí, en forma circunstancial, como testigo y
como participante; lo cual era fácil: acá todo te invita a ser parte,
o a largarte. Nunca había estado en Baja California; para mí era
una pequeña cebolla de unas cuantas imágenes. Un recuerdo de la
adolescencia, cuando el rock llegó a la ciudad de México desde el
norte, tocado y cantado por mexicanos en inglés. Quizás el mito
de la frontera tijuanense. Y la amistad con Martha, una emigrante
de Zacatecas que conocí en la Escuela Nacional de Antropología
e Historia en el Distrito Federal, que tenía parte de su familia en
Tijuana. Y alguna cosa más, o quizás más bien ninguna otra cosa
9
Huellas compartidas
más. La Universidad Autónoma de Baja California tenía un rector
arquitecto, y su hermano Hugo Abel había sido fundador de Radio
Universidad y estaba ligado al proyecto de fundar una escuela de
comunicación en el estado. Fue a estudiar a la ciudad de México,
a la entonces importantísima Universidad Iberoamericana, el lugar
con mayor prestigio en estudios en comunicación del país. También
hacía funciones de representante de la UABC en la capital del país.
Lo conocí a finales de los años setenta, en un curso de sociología
de la comunicación. Primero fue mi alumno, nos hicimos amigos,
me invitó a trabajar en su universidad, pasó a ser mi jefe. Ese acontecimiento me llevó por primera vez a Mexicali y a Tijuana. Desde
entonces no me he marchado, soy parte de la vida bajacaliforniana y
Baja California es parte de mi vida. Esto, por supuesto, es un decir;
he ido y venido desde entonces por diversos motivos y coartadas.
Aquí me siento casi bien.
Hugo Abel Castro llevó a la universidad el primer proyecto
de carrera de comunicación. La vida sucedió, y la licenciatura en
comunicación se abrió en la UABC pocos años después sin su presencia, a mediados de los ochenta. Historias. Mi segunda oleada de
viajes a Baja California coincidió por casualidad con ese momento
de fundación. Tenía en las manos un proyecto de investigación sobre
cultura urbana nacional y regional, y un enorme interés en trabajar en
las tres ciudades más evidentes de por acá; en el camino también me
tocó Tecate. Regresé a la UABC en Mexicali, y los tiempos eran otros;
ahí conocí al primer director de la carrera de comunicación en esta
universidad pública: Norberto Corella. No nos fue muy bien en aquel
contacto. También conocí al actual rector, Gabriel Estrella, director
entonces del Instituto de Investigaciones Sociales. Posteriormente
conocí en la Ibero de Tijuana a Fernando Vizcarra, a quien desde
entonces me une una amistad más allá de estas palabras. Me tocó,
por tanto, la aparición de la carrera en la UABC en Mexicali y en la
Ibero de Tijuana. Aquel proyecto sobre cultura urbana, me parece,
es parte de la historia del campo académico de la comunicación por
acá. Fernando, formado en la Universidad Autónoma MetropolitanaXochimilco, de la Ciudad de México, era entonces un joven brillante
y entusiasta, con muchas ganas de abrir espacios de investigación en
10
Presentación
Baja California. Esta parte de los retazos de la memoria es antecedente de lo que hoy es nuestro flamante Centro de Investigaciones
Culturales-Museo en la UABC, en Mexicali. Por cierto, aquel proyecto
lo patrocinó el Programa Cultura de las Fronteras, asociado en otras
historias con el Centro Cultural Tijuana, la famosa Bola.
El Programa Cultura de la Universidad de Colima, el financiamiento público y los amigos bajacalifornianos me permitieron volver
muchas veces a lo largo de los años que siguieron, entre los ochenta
y los noventa. En ese tiempo apareció otro proyecto que me volvió a
vincular con Baja California, su campo académico de la comunicación, y en particular con otro gran amigo, Ricardo Morales, el Oso.
En esta historia personal de los estudios sobre comunicación en Baja
California, este acontecimiento también aparece como central. Ricardo, veracruzano de origen, formado en la Escuela de Comunicación
de la Universidad Veracruzana, llegó a Tijuana y acá se quedó. Desde
la Universidad Iberoamericana Tijuana, otra vez, se enlaza al proyecto
denominado “La Transformación de las Ofertas Culturales y sus Públicos en México: Genealogías, Cartografías y Prácticas Culturales en
el Siglo XX”. Ahí se forman relevantes investigadores actuales, como
Gerardo León y David González. El proyecto fue coordinado desde
Colima por Jorge González, y en Tijuana tuvo, entre otros frutos,
un libro clásico: La revolución también es una calle, coordinado por
Roberto Castillo, Alfonso García y Ricardo Morales.
De este pequeño relato resaltan varios elementos. Que tengo
buenos amigos por acá. Que la investigación sobre la cultura regional ha sido un tema que ha estado presente en la agenda del campo
académico de la comunicación bajacaliforniano, y tijuanenese en
particular, desde sus inicios. Que la investigación cualitativa fue el
centro de aquellos dos proyectos y de la formación de los cuatro
personajes nombrados, y de otros más, hoy personalidades claves
en el campo bajacaliforniano de los estudios sobre comunicación.
Estos dos últimos puntos me parecen importantes. Marcan una
diferencia muy grande respecto a otras regiones o contextos universitarios fuera de las ciudades de Monterrey, Guadalajara o México.
No es fácil encontrar trayectorias de investigación y de formación
generacional en altos estudios en comunicación en otras partes del
11
Huellas compartidas
país. De ahí la importancia de refrescar la memoria y reconocer lo
que aquí ha sucedido. Aquí hay genealogía de programa académico,
o algo parecido; lo cual es muy buena noticia. La investigación sobre
cultura y comunicación, y los programas metodológicos basados
en técnicas de investigación cualitativas, todo un tema para revisar
con calma.
La coartada más reciente para trabajar en estas tierras aparece
hace tres años cuando Gerardo León, mi buen amigo el Yayo, me
invita a colaborar en la formación de un cuerpo académico en la
Escuela de Humanidades de la UABC en Tijuana, otra vez Tijuana.
Eso ha permitido vincularme a un grupo de profesores y amigos de
la carrera de comunicación, que busca construir un espacio más de
altos estudios en la región, esta vez desde el punto de vista de los
estudios en comunicación y desde una comunicología posible, asunto
este último que me ocupa desde hace siete años. La UABC toma la
iniciativa, lo cual es muy buena noticia, ya que es nuestra universidad
pública en la región. Ahora tenemos tres carreras de comunicación:
en Mexicali, la fundadora; en Tijuana, la segunda, y en Ensenada, la
más reciente, además del ya mencionado Centro de Investigaciones
Culturales-Museo en Mexicali. Una masa crítica está en formación.
El futuro parece estar a punto de aparecer con un rostro inédito y
sorprendente. Ya tenemos los primeros doctores asociados a la vida
académica de la comunicación en Baja California, y hay otros en
formación. Hay estudiantes jóvenes interesados en formarse en altos
estudios; están apareciendo los estudios de posgrado. Estamos a punto
de dar un salto, a punto.
Por supuesto, este relato personal es parcial e incompleto; me
faltan otros componentes de la historia que aparecen en este libro. Por
ejemplo, la referencia a los medios de difusión, que tienen lo suyo.
Aquí hay una característica que ha sido cualidad de los estudiantes
de comunicación por estos rumbos, su curiosidad e inclinación por
el arte. Éste, me parece, es un horizonte pendiente, asociado a la
producción de medios y más allá, y que tiene sus protagonistas y
mundos por construir. Muy interesante, fascinante, todo un reto.
No hay mucho más que agregar para esta breve presentación
de un texto que es indicador de lo que pasa hoy; una nueva forma
12
Presentación
de orden está apareciendo; la organización se está complejizando.
La configuración del campo académico de la comunicación parece
salir de un periodo de gestación; asistimos al alumbramiento de una
criatura múltiple y con novedosos poderes. La cultura ha sido su
territorio, el arte su tarea pendiente, la ciencia su escalera al cielo.
Creo que viene lo mejor. Y para mejor construir, mejor saber desde
dónde. El texto que aquí inicia es una ventana, un cordel en el dedo,
una plataforma de lanzamiento, una fotografía de grupo, una huella
compartida. Qué pasará cuando lo lean muchos jóvenes estudiantes,
compañeros académicos, divulgadores de la ciencia y la cultura,
políticos, empresarios. Vamos a ver, vamos haber.
Jesús Galindo Cáceres
Vallejo, 31 de mayo de 2008
13
Nota introductoria
La idea original de este libro fue hacer un recuento colectivo en torno
a los procesos de institucionalización del ámbito académico de la comunicación en Baja California. Este ejercicio de memoria y reflexión
recoge nueve ensayos escritos por 14 autores, todos ellos profesores
e investigadores de los programas de licenciatura en comunicación
de la UABC y de la Universidad Iberoamericana Tijuana. Desde el
quehacer cotidiano de las aulas y los talleres, dichos profesores también han sido actores centrales en la formación y transformación de
nuestro campo académico. Los textos que aquí se reúnen buscan
recuperar esta experiencia grupal forjada a través de los últimos 23
años. Por supuesto, los ensayos tienen recorridos diversos: van de lo
anecdótico y descriptivo a lo más sistematizado y analítico. Quisimos
hacer un retrato con varias voces. Unas constituyen valiosos esfuerzos
de objetivación de la memoria y otras fueron elaboradas a partir de
trabajos formales de investigación y análisis; incluso, algunos capítulos
se derivan de tesis de posgrado.
Desde los inicios de este proyecto nos propusimos construir
una amalgama de espejos discursivos necesarios para vernos a la
luz de los contextos sociales e institucionales y con el propósito de
comprender mejor los sentidos de nuestras prácticas académicas
cotidianas: cómo se ha organizado el pensamiento comunicacional
en Baja California a partir del diseño e implementación de planes
de estudio, de la adscripción a determinados paradigmas y enfoques
teóricos y metodológicos, en torno a autores y materiales específicos
de lectura, y con relación a ciertos objetos de referencia comunicativos y culturales. Este retrato ampliado de nuestro campo fue
trazado desde la mirada de distintas generaciones: algunos autores
que integran este volumen participaron activamente en la gestación
de las primeras carreras de comunicación en el estado, a mediados de
15
Huellas compartidas
los años ochenta. Asimismo, colaboraron en esta empresa profesores
jóvenes que hoy encabezan, no sólo cuerpos académicos y grupos de
investigación, sino diversas áreas de gestión universitaria.
De modo que abordamos en estas páginas problemáticas comunicacionales relacionadas con el diseño y ejecución de planes de
estudio, con las dinámicas de la docencia, con el auge y el desvanecimiento de los paradigmas teóricos y metodológicos, con los retos
permanentes de la profesionalización y con las orientaciones de la
producción académica en nuestra entidad. Huellas compartidas busca
situarse entre los lectores (estudiantes, académicos y profesionales
vinculados con los diferentes escenarios de la comunicación) como
un puerto de llegada y de partida, un faro que estimule la reflexión
colectiva sobre nuestro campo de estudio, que hoy cumple más de
dos décadas de viaje en alta mar.
Fernando Vizcarra
Hugo Méndez Fierros
16
La enseñanza de la comunicación en la Facultad
de Ciencias Humanas de la Universidad Autónoma
de Baja California, 1986-2006
MANUEL ORTIZ MARÍN
1. Antecedentes de la carrera de Ciencias de la Comunicación
El presente texto refiere los poco más de veinte años de desarrollo de la
Licenciatura de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias
Humanas de la Universidad Autónoma de Baja California. Asimismo,
describe de manera cronológica las distintas fases de su proceso de
creación hasta la fecha, atendiendo aspectos como maestros fundadores,
primeras generaciones, infraestructura y rasgos fundamentales como la
evolución de tres de las funciones sustanciales de la universidad pública:
la docencia, la investigación y la extensión.
El surgimiento de un campo de conocimiento, por lo menos
en las universidades públicas mexicanas, atraviesa por dos etapas
importantes: la legitimidad institucional y la legitimidad del saber.
La primera, para el caso que nos ocupa, proviene de cómo la institución en cuestión se piensa y reflexiona sobre el aporte de una disciplina
científica a la solución de los problemas de la sociedad. Conjuntamente
con dicho proceso, está el proceder a la legitimación social, económica
y política de la apertura de una carrera universitaria que implicará, no
sólo la admisión de nuevos miembros a su comunidad, sino también la
inversión en infraestructura física y humana necesaria para ofrecer con
calidad una alternativa más de educación superior.
Aunado a lo anterior, y de conformidad con sus lineamientos
institucionales, cada universidad consulta a su comunidad acerca de
la pertinencia de la apertura de una nueva carrera. Asimismo, ocurre
17
Huellas compartidas
un proceso importante para proponer una nueva opción educativa:
la legitimación del saber como conocimiento científico.
En este aspecto, el campo del conocimiento científico (para
usar los términos de Bourdieu) en las ciencias de la comunicación en
México, por lo menos hasta los años ochenta, estaba fundamentalmente impregnado por el florecimiento de las teorías funcionalistas,
principalmente de la escuela norteamericana (Adorno, 2004). Este
modelo, como refiere Kuhn en Las estructuras de las revoluciones científicas (2000), ejercía, y aún lo hace en cierta medida, una dominación
preponderante en el enfoque teórico-metodológico de las ciencias
sociales y, por ende, copaba los inicios de la disciplina.
Desde esta perspectiva, la legitimación del saber del campo de las
ciencias de la comunicación estaba sólidamente asegurada por el enfoque positivista, lo cual lo tornaba “seguro” y razonablemente dotado de
“cientificidad” para ofrecerse bajo los cánones de la institucionalidad
de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).
De tal forma que, como lo propone Bourdieu, “la producción
y la circulación de bienes científicos, al mismo tiempo que la de los
productores [y académicos –agregado del autor–] y el de los consumidores de esos bienes, es decir, el sistema de enseñanza” (2000:33),
conjuntamente reproducen las condicionantes de oferta de una carrera universitaria reforzada en una doble determinación: la legitimidad
de lo institucional y la legitimidad del saber científico.
En consecuencia, hablar de la historia de las profesiones modernas
es hablar de la forma en que se estructura y reestructura el pensamiento
y de sus prácticas disciplinarias. Se trata de la historia de complejos procesos de legitimación y exclusión de saberes, prácticas e instituciones,
así como de los diversos agentes sociales que luchan por organizar y
controlar ámbitos específicos de la vida y el trabajo. Es decir, de lograr el
reconocimiento de un saber e imponer una forma de llevarlo a efecto; en
otras palabras, de legitimar y valorar socialmente un saber. Condición que
ocurre en la relación que los saberes guardan con la institución educativa
para avalar las condiciones de legitimación académica.
Entonces, es importante enunciar que los saberes técnicos, objetivados en habilidades y destrezas de un ejercicio disciplinar y profesional,
son producciones construidas en el cuadro de lo social y reguladas histó18
La enseñanza de la comunicación
ricamente por los ejercicios de la práctica profesional, de la relación que
los agentes guardan con las instituciones y, por supuesto, con la trayectoria
específica de éstos en el espacio de la producción de los bienes científicos,
cuyo valor como saber legítimo responde a una construcción histórica sedimentada lentamente en el espacio social como producto de la distribución,
apropiación y utilización práctica de tales bienes; condiciones factibles a
partir de la existencia de una estructura relacional propia del campo que
establece la pertinencia tanto del saber como de la forma de ejecutarlo.
Reflexiones de este tipo son las que ocurren al interior de los
espacios universitarios por quienes participan de los procesos de
planear nuevas alternativas educativas, que deberán responder, con
el tiempo, a los nuevos retos del conocimiento, pero también a las
necesidades de formación de universitarios que se inserten en los
campos laborales existentes o emergentes de la profesión.
Luego entonces, es así como el Consejo Universitario de la
UABC aprobó el plan de estudios de la Licenciatura en Ciencias de
la Comunicación,1 una vez hechas las reflexiones pertinentes sobre
la vialidad de la nueva oferta educativa. Consultada la comunidad
universitaria y revisados los contenidos curriculares considerados en el
programa de licenciatura, se iniciaron las actividades en agosto de 1986,
siendo en ese entonces rector de la universidad el licenciado Gallego
García (ver el “Anexo 1. Rectores de la UABC 1986-2006”). La sede de
la carrera fue la Escuela de Ciencias de la Educación en Mexicali, que
con esta incorporación ya ofrecía tres carreras: Ciencias de la Educación
(1976), Psicología (1985) y Ciencias de la Comunicación (1986).
2. Los inicios de la carrera de ciencias de la comunicación
Primeras generaciones de egresados
Una de las circunstancias que se presentaron en las primeras generaciones fue que se dispuso que en el plan de estudios se destinará
1
Hay que señalar que los realizadores del primer plan de estudios fueron las licenciadas
María Luisa Torres Quiroz y Mónica Katery García, bajo la coordinación del licenciado Hugo
Abel Castro Bojórquez, todos comunicólogos de formación.
19
Huellas compartidas
un semestre propedéutico, mejor conocido como Semestre 0, el
cual tenía la peculiaridad de operar formalmente como un semestre
previo al ingreso a la licenciatura. Este periodo tenía dos características: la primera, que no tenía un valor curricular, y por tanto,
los créditos y las calificaciones de las materias de ese semestre no
aparecerían en el kárdex de los estudiantes. La otra característica
era que también representó la oportunidad de que los estudiantes
pudieran darse idea del perfil de la carrera y tomar una mejor decisión o, en su defecto, por sus mismas calificaciones, no ingresar
o retrasarse en la iniciación de los estudios profesionales.
La primera generación, entonces, tuvo que comenzar sus estudios, como se dijo, en agosto de 1986, pero oficialmente la carrera
comenzó en febrero de 1987. El plan diseñado constaba de ocho
semestres, más el semestre “previo”, de tal forma que la carrera formalmente se cursaba en cuatro años, pero en la realidad fueron cuatro
años y medio de estudios (ver el “Anexo 2. Primer Plan de asignaturas
de la Licenciatura de Ciencias de la Comunicación, 1986-1993” y el
“Anexo 3. Distribución de contenidos por áreas del Primer Plan de la
Licenciatura de Ciencias de la Comunicación, 1986-1993”).
La matrícula de la primera generación fue de 60 alumnos,
que para ese entonces y dadas las condiciones de la carrera se consideró numerosísima, pues sólo tenía el turno vespertino dividido
en los grupos A y B.
Posteriormente se dividió en turno matutino y vespertino,
con aproximadamente 30 alumnos cada uno (ver el “Anexo 4. Listado de alumnos de la primera generación de la materia de Prensa.
Grupo A, 1988-1” y el “Anexo 5. Listado de alumnos de la primera
generación de la materia de Prensa. Grupo B, 1988-1”).
Varias fueron las razones del interés de tal cantidad de estudiantes. Entre ellas, las expectativas de la apertura de una carrera
más de ciencias sociales, que se añadiría a las ofertas tradicionales
existentes en Mexicali, ya que esta licenciatura planteaba una alternativa que combinaba aspectos humanísticos, sociales y de las
artes; el interés por las ciencias de la comunicación se inscribía
en un imaginario colectivo de una carrera de “moda” entre las
nuevas disciplinas sociales; la creciente importancia que tenían los
20
La enseñanza de la comunicación
medios de comunicación masiva en el país, particularmente los
electrónicos, y por otra parte, que en el noroeste de México sólo
había una oferta similar en la Universidad de Sonora, en la ciudad
de Hermosillo,2 distante a cientos de kilómetros de Mexicali.
Como fue natural, la primera generación debió enfrentar, sufrir
y seguramente gozar las múltiples circunstancias que rodean a todo
aquello que implica la apertura de una carrera. Si bien es cierto que
en ese momento, 1986, la UABC era una institución con un prestigio
educativo regional, una infraestructura física respetable y autoridades
universitarias serias, tanto en sus áreas administrativas centrales como
en la dirección de las escuelas y facultades,3 la realidad era que todo
estaba por conformarse para dar cabida a dicha licenciatura.
Debo aclarar que estas condiciones no representaban improvisación en cuanto a planes de estudio, los cuales ya existían para
la autorización de la apertura de la carrera, pero por obvias razones,
más allá de aulas, maestros y cierta bibliografía de contenido general,
había insumos que difícilmente, por el mismo desarrollo del plan
de estudios, se podían tener en el momento del inicio de los cursos,
como eran: equipos, materiales, maestros de la especialidad y literatura
especializada, la cual incluso no existía en las librerías de la localidad.
Sin embargo, debe reconocerse que el conjunto de estudiantes de las
primeras generaciones y los primeros maestros superó con creces las
nacientes dificultades y pudo sobrellevar las momentáneas carencias.
En este aspecto, es pertinente señalar que las dos primeras
generaciones tenían composiciones sui generis, ya que ambas estaban
integradas por una numerosa población femenina, de diferentes edades y condiciones sociales, aunado a que algunos de sus integrantes
ya habían iniciado alguna otra carrera en la universidad y que, al
conocer la oportunidad de cursar comunicación, se decidieron por
esta opción. Otra circunstancia era que en las primeras cinco generaciones había una fuerte presencia de estudiantes de estados limítrofes,
como Sonora, Sinaloa y Baja California Sur.
2
A principios de 1985, la Universidad Iberoamericana del Noroeste, plantel Tijuana, había
iniciado las actividades de una carrera similar, pero era una institución privada y con colegiaturas
muy superiores a las de la UABC.
3
La directora de la Escuela de Ciencias de la Educación en ese momento era la licenciada
en educación Clara Elena Gallego Salas.
21
Huellas compartidas
Unos rasgos que a mi juicio distinguieron a las cinco primeras
generaciones fue su grado de integración, su criticidad y la actitud
de responsabilidad con su formación, además de su comprometida
participación y aportación a la vida académica y cultural de la carrera
y, por ende, al ambiente de la entonces Escuela de Ciencias de la
Educación, así como su contribución a la comunidad. Esto último,
a pesar de las iniciales carencias de todo tipo, tanto materiales como
de profesorado, que se hicieron evidentes en algunas áreas.
Primeros maestros de la carrera
Bourdieu (2000) refiere que el campo científico en las instituciones
universitarias se suele representar por la lucha entre las fuerzas que
se oponen y de manera especial entre aquellos que son dominantes
de dicho campo y los ‘recién llegados’. Lucha de oposiciones cuya
circulación tiene como eje articulador la legitimidad basada en el
conocimiento y el reconocimiento, que, de acuerdo con el autor,
supone la confianza por pertenencia a conceder crédito y fe a la propia
práctica científica transfigurada en el “oficio del científico”.
Aquí es conveniente precisar que tal práctica científica se encuentra
anclada en un sistema de disposiciones generadoras, variables según las
disciplinas, pero con un común denominador: un capital colectivo de
métodos y conceptos especializados que se caracterizan por un conjunto
de condiciones sociotrascendentales que otorgan un mínimo de unidad a
la ciencia, en una función pura y meramente científica; en otras palabras,
las reglas del juego puestas en práctica (Bourdieu, 2000).
Esto probablemente se pudo presentar en el conjunto del
profesorado de la Escuela de Ciencias de la Educación, ya que, por
ser la carrera de este nombre la especialidad “madre” de la unidad
académica, su profesorado era el más antiguo, y por ende, fueron
los maestros de esta formación los que apoyaron decididamente las
primeras materias de corte general de la carrera de comunicación.
En este sentido, debe referirse que por esas fechas el grupo de
licenciados en la especialidad, ya fueran egresados de una carrera con
el nombre de Ciencias de la Comunicación, Periodismo, Publicidad,
22
La enseñanza de la comunicación
Ciencias de la Información o cualquier otra denominación que pudiera tener la disciplina, era sumamente escaso en la localidad (muy
probablemente no se llegaba a un padrón de diez personas); por lo
tanto, la condición que refiere Bourdieu no se presentó en los inicios
de la carrera, no entre los académicos de la disciplina, pero sí con los
de otras carreras de larga data de la facultad.
De tal forma, la primera planta de profesores de la carrera
tuvo escasa presencia de académicos de la disciplina, pues el primer
coordinador de la carrera fue un egresado de Ciencias Políticas y
Administración Pública, el licenciado Norberto Corella Torres (ver
el “Anexo 6. Relación de coordinadores de la carrera de Comunicación 1986-2006”). Fue hasta un poco después, a principios de 1987,
cuando a la licenciada Cecilia Navarro, con un título en ciencias de
la comunicación, le correspondió ser la segunda coordinadora de la
carrera, y hasta la fecha se continúa con esta característica de que
sean de la propia disciplina quienes coordinen la carrera.4
Algunos de los profesores que eran licenciados en ciencias de
la comunicación poco a poco, conforme avanzó el plan de estudios,
se incorporaron a la carrera, y entre ellos podemos citar, en orden
alfabético de apellidos, a los primeros docentes:
Arteaga King, Hilda.
Becerra Villegas, Jesús.
Espinosa Velásquez, Susana.
González Leal, Sandra Mireya.
Navarro, Cecilia.
Ortega Villa, Luz María.
Ortiz Marín, Ángel Manuel.
Torres Quiroz, María Luisa.
Valero Berrospe, Roberto.
Algunos de ellos permanecieron por cierto tiempo en la cátedra; otros en determinado momento dejaron de serlo, y algunos se
incorporaron a diversas funciones dentro de la UABC. Pero éste fue
4
También, por un cierto tiempo, los coordinadores eran profesores que provenían de carreras
de otras universidades, hasta que a la licenciada Graciela Paz Alvarado, egresada de ciencias de la
comunicación de la FCH, le correspondió ser la primera coordinadora de la carrera.
23
Huellas compartidas
el núcleo básico de profesores (varios de los cuales todavía lo son),
quienes fueron, y aún lo son, el eje central de la academia de la carrera
de ciencias de la comunicación.
Es indudable que no se puede olvidar a los profesores comunicólogos que participaron como maestros de asignatura en los inicios
del primer plan de estudios. Entre ellos podemos mencionar a Sergio y
Fernando Ortiz Salinas, Georgina Walther, Jesús Mauricio Manzo (†),
Katery Mónica García, Martha Adriana Márquez, Óscar y Alberto Tapia
Bolfeta, Juan Sánchez, Laura y Andrés Treviño, Juan Terán Terán, Marcela Laphond, Jorge Gómez de Silva, Gabriel Trujillo, Héctor Algrávez,5
y varios más, que en los primeros momentos de la carrera fueron, junto
con educólogos, sociólogos, administradores públicos, filósofos y psicólogos, el sustento del profesorado de la incipiente carrera. Como es
obvio, pido disculpas si omito el nombre de algún académico que como
comunicólogo participó en los primeros cursos de la carrera.
Para 1990 la Licenciatura de Ciencias de la Comunicación
contaba con una planta de seis maestros de tiempo completo y 40 profesores de asignatura, cuyo perfil académico provenía de disciplinas
como sociología, derecho, literatura, administración y arquitectura,
además de la de comunicación, y para ese entonces sus vínculos
extracurriculares eran con la Asociación Nacional de Estudiantes
de Comunicación (Aneco), el Consejo Nacional para la Enseñanza
y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación (Coneic), la
Asociación de Radioproductores Culturales de la Frontera Norte, la
Fundación Manuel Buendía y la Comisión Nacional de Radio.
Sin embargo, la carrera no sólo necesitaba profesores y libros;
por la misma naturaleza de sus competencias, requería de talleres,
equipos y materiales para determinadas asignaturas especializadas.
Espacios e infraestructura académica y técnica
¿Y los talleres y equipos? Pues no estaban cuando empezó la carrera.
No había espacios específicos para las materias de radio, fotografía y
5
Ambos, médicos de profesión, pero cuya amplia experiencia y reconocida trayectoria, uno
en la literatura y otro en la fotografía, los hacen parte de este grupo de profesores.
24
La enseñanza de la comunicación
mucho menos televisión o cine.6 Las primeras generaciones de alumnos y sus maestros tuvieron que improvisar espacios para la práctica
de las materias, y los profesores prestaron sus propios equipos y en
algunos casos, como en la materia de radio, utilizaron equipos caseros
para la producción de pequeños ejercicios.
Estas circunstancias, lejos de desanimar a unos y otros, los
impulsaron a ser más creativos y optimizar tanto espacios como
equipos y materiales en cursos como el de fotografía, por los elementos químicos que se requieren, o los cassetes de audio y video,
reutilizándolos para diferentes grabaciones.
Por supuesto que esta carencia no podía ser permanente, y
tanto la directora de la escuela como la coordinadora de la carrera, el
profesorado y el alumnado gestionaron, presionaron y obtuvieron del
rector la promesa de que tendrían los mejores talleres y equipos de radio,
televisión y fotografía de la región. Y así sucedió, pues en el último
día de gestión del rector Alfredo Buenrostro Ceballos se inauguró el
edificio que albergaría los talleres de la carrera de comunicación, junto
con los laboratorios de psicología y un área de cómputo para servicio
del alumnado y el personal académico de las distintas carreras.
En los inicios de la carrera se utilizaron espacios y equipos no
profesionales que se encontraban instalados para la realización de
las prácticas de los estudiantes de la Licenciatura en Ciencias de la
Educación. Entre otras asignaturas, Microenseñanza contaba con
un espacio en el piso de arriba de la entonces única sala audiovisual,
y a un lado se encontraban equipos sencillos de grabación de audio
y fotografía.
Para 1991 ya había cuatro generaciones, y la primera había
terminado recientemente sus estudios –egresó en diciembre de 1990–.
Para esta generación se gestionó, gracias a la intervención de Sergio
“Checo” Ortiz, la dirección y la coordinación de la carrera, un seminario especializado sobre diversas técnicas de televisión, guionismo
y producción televisiva.
En la adquisición de los equipos se eligieron los últimos modelos
del mercado, además de que en el diseño de los espacios de los talleres
6
En un principio el plan consideraba la posibilidad de abrir materias de cine e incluso
algunos espacios de la planta baja del edificio de los laboratorios y talleres fueron diseñados para
tal efecto; actualmente, se utilizan para cubículos de maestros.
25
Huellas compartidas
intervinieron con su opinión los profesores del núcleo básico, más
aquellos que impartían las materias del área, además de consultar a
especialistas que laboraban en los medios, especialmente ingenieros.
Evidentemente, hubo otras circunstancias que poco a poco fueron
resolviéndose, entre ellas la adquisición de la bibliografía especializada según
avanzaba el plan de estudios, para lo que se contó con la disposición de
la directora de la escuela (ver el “Anexo 7. Directores de la FCH”) y de la
coordinadora del Sistema de Bibliotecas de la UABC, la licenciada Cecilia
Navarro;7 así, se hizo una importante compra de textos de todo tipo que,
con la colaboración de los maestros y del coordinador de la carrera, quienes
se dieron a la tarea de elegir los libros más actuales y acordes al plan de
estudios disponibles en las librerías de la Ciudad de México.
De tal forma, a partir del semestre de 1991-2 la carrera de
comunicación contaba con una excelente infraestructura, salones
adecuados,8 equipos de última generación, como cámaras de fotografía, reveladores y amplificadores de reciente edición y excelente marca,
consolas y equipos de audio, y un conjunto de equipos de cámaras
de televisión, editoras, swichers, tripiés y luces para iluminación.
Aunado a lo anterior, se contaba con espacios más que adecuados
para la enseñanza de radio, fotografía y televisión, en una carrera que
se empezaba a caracterizar por su numeroso ingreso.
Lo anterior, junto con la compra de cientos de libros de tipo
teórico, metodológico y técnico para la enseñanza de la disciplina,
hacía un conjunto de insumos sumamente respetable y solvente para
el desarrollo de la incipiente carrera de comunicación, en la todavía
Escuela de Ciencias de la Educación, al inicio de la administración
rectoral del doctor Luis Lloréns Báez (1991-1994).
3. Desarrollo y posicionamiento de la carrera
En los años noventa, el desarrollo de la carrera de comunicación fue
influido por varios factores, algunos producto de su propia evolución
y otros impactados por los cambios organizacionales de la UABC,
7
En ese entonces ya había dejado la coordinación de la carrera para ocupar este cargo.
Para entonces, el rector Buenrostro también había inaugurado un edificio con un conjunto
de 10 salones y una sala para eventos y ceremonias.
8
26
La enseñanza de la comunicación
que culminaron en el 2006 con la acreditación de la carrera. Para
dar coherencia al análisis de este tema, el siguiente subcapítulo se
ha dividido en tres bloques, que coinciden con las principales funciones de la universidad pública mexicana; es decir, la docencia, la
investigación y la extensión-vinculación.
Docencia
El ejercicio de la docencia en cualquier disciplina implica no sólo el
dominio del saber, sino algo que no se obtiene con los grados o los
años de docencia. Me refiero a la actitud que se asuma con los jóvenes universitarios de transmitir conocimientos, modelar caracteres e
impulsar ejercicios de vida exitosos como profesionales de la comunicación, pero también como universitarios en una carrera y en una
región en la que apenas despuntaba la profesión de comunicólogo,
y en un México que a partir de la década de los noventa inició una
transformación socioeconómica y sobre todo política importante,
en la cual el campo de la comunicación y su referente más claro, los
medios de comunicación masiva y sus comunicadores, tuvieron una
presencia importante en el panorama sociopolítico.
Para el caso de la docencia en el periodo de 1991 a 2006, es
decir en 15 años, ocurrieron varias circunstancias que impactaron en
esta actividad, algunas externas, como se ha referido, y otras con el
carácter propio del desarrollo de la academia correspondiente.
Respecto a las circunstancias externas, sucedieron dos cambios
fundamentales que influyeron decisivamente en la carrera e impregnaron su futuro. La primera transformación ocurrió en 1993 y tuvo
que ver con tres hechos fundamentales. El primero fue el cambio de
denominación de la Escuela de Ciencias de la Educación a Facultad de
Ciencias Humanas (FCH),9 esta última una definición poco ortodoxa
en una universidad que se caracterizaba por la unidisciplinariedad.
De pronto, en 1993, a la Escuela de Ciencias de la Educación se
le impuso un nombre que le dio una denominación amplia y de
9
Dicha denominación se aprobó con la anuencia del Consejo Universitario; además se
integró la carrera de sociología y se reestructuró el plan de estudios de las, ahora, cuatro carreras
para pasar a un modelo flexible, con un tronco común entre ellas.
27
Huellas compartidas
vanguardia, siguiendo el modelo europeo para las humanidades y
las ciencias sociales, y se le integraron cuatro disciplinas y un nuevo
modelo curricular, que inició en esa facultad y después se extendería
a las demás carreras de la UABC.
Lo anterior colocaba a la Facultad de Ciencias Humanas en una
posición envidiable para su desarrollo como modelo educativo y, por
ende, para el caso de la carrera de comunicación, la introducía en una
vertiente de interdisciplinariedad que le aportaba mayores capacidades de referencia académica para evolucionar hacia su desarrollo.
Para el caso de la docencia, la hacía participar del pensamiento, las teorías, metodologías y técnicas de la educación, psicología y
sociología, que le permitían abordar la noción de la comunicación
con mayor versatilidad que la que solía ocurrir en los modelos unidisciplinares. Además, el aporte que ya se daba de académicos de otras
disciplinas y el hecho de contar con tres semestres de tronco común10
posibilitaron que en sus primeras materias compartiera aulas y el
alumnado de esas disciplinas, además de acercarse a otras visiones del
fenómeno social, económico, educativo, político y humanístico.
Estos hechos, como es natural, alteraron tanto positiva como
negativamente la deseada estabilidad de la ahora Facultad de Ciencias Humanas, pues si bien el nombre de facultad le otorgaba otro
estamento universitario, ya que hacía poco el Consejo Universitario
había aprobado un programa de posgrado compartido con el Instituto de Investigaciones Sociales. El impacto de tal vinculación se
centraba en la apuesta de potenciar sustancialmente la orientación
y el desarrollo de la investigación, capitalizando y aprovechando la
madurez del trabajo académico alcanzado hasta ese momento en
dicha unidad académica.
Un segundo factor que impactó su modelo educativo fue el
impulsar un cambio curricular para pasar de un modelo de plan rígido
a uno flexible;11 las posibles transformaciones eran innovadoras en lo
general en la educación universitaria pública, pero por lo mismo sus
ventajas y, sobre todo, sus requerimientos académico-administrativos
eran poco conocidos. Respecto a las ventajas, la Facultad de Ciencias
10
A partir de este tronco común, producto de la reestructuración del plan de estudios,
desapareció el semestre 0 y, con ello, el nuevo plan se constituyó en nueve semestres.
11
Autores como Sánchez (1995:34) le denominan “semiflexibles”.
28
La enseñanza de la comunicación
Humanas inició cursos de capacitación para que los maestros de las cuatro
carreras pudieran dominar el modelo flexible, y en lo concerniente a los
requerimientos, éstos pasaban por los servicios educativos y los sistemas
de información, así como por los recursos humanos y los presupuestos
de las carreras.
El tercer factor que influyó en el avance de la carrera de comunicación como producto de los cambios fue el inicio de dos acciones.
Para los profesores de tiempo completo (PTC), la profesionalización
de su formación docente y la mejoría en su preparación disciplinar;12
pero las modificaciones también implicaron un proceso de selección
cada vez más cuidadoso del profesorado de la carrera, y en consecuencia, la natural y afortunada contratación de los primeros egresados
que ya tenían experiencia en el campo profesional y que aportaban
un nuevo enfoque desde la referencialidad de su contexto.
En continuidad con el ejercicio de la docencia, la capacitación y actualización de los profesores de comunicación impulsó su
inquietud por una mejor docencia, pero también dotó a este cuerpo
académico de un compromiso con el educando, al tiempo que le
permitió visualizarse en ejercicios de cátedra interdisciplinarios
en materias básicas, en las cuales convivían alumnos de las cuatro
carreras de la Facultad de Ciencias Humanas. Lo anterior implicó,
para cada docente de cualesquier carrera, la capacidad de impartir
los conocimientos desde referentes que pudieran ser comprensibles
a estudiantes de diferentes disciplinas.
Esto pareció sencillo en un principio, pero realmente nunca
lo ha sido, pues tanto alumnos como profesores provienen de una
tradición unidisciplinar y resulta complejo pensarse en cuatro escenarios de conocimiento, uno para cada especialidad. Éste ha sido
uno de los mayores retos para el conjunto de la academia del área
de comunicación, pero también para los colegas profesores de las
otras carreras.
La actividad aún no había terminado, pues otra transformación
ocurrió diez años más tarde, en un nuevo plan de estudios para las
cuatro disciplinas, y éste constituye el segundo momento de la transformación. A partir de 1998 la dirección de la Facultad de Ciencias
12
En ese momento la FCH contaba con sólo tres PTC con posgrado, y de ellos sólo uno era
de ciencias de la comunicación y su maestría no era en la disciplina.
29
Huellas compartidas
Humanas impulsó,13 a petición de maestros y estudiantes, una evaluación del en ese entonces plan de estudios flexible. Dicho proceso
se inició en 1998-2, en coincidencia con un cambio de rector (ver
el “Anexo 1. Rectores de la UABC 1986-2006”), y duró un semestre.
Posteriormente, durante los siguientes tres años y medio, se formuló
un nuevo plan de estudios, ahora diseñado por competencias, que fue
aprobado por el Consejo Universitario en el ciclo 2002-2 y puesto
en marcha en agosto de 2003.
Ese plan por competencias situaba a la carrera de comunicación en la vanguardia en este modelo, no sólo por lo novedoso de
la opción sino por refrendar los avances del plan flexible, reconocer
la importancia del conocimiento interdisciplinario y dotarlo con
un tronco común, ahora de un año. Esta condición vanguardista
fue reforzada por la implementación simultánea de la licenciatura
dentro del esquema de modalidades educativas no convencionales
como la semiescolarizada, hecho que ha representado para todos
los participantes en su conjunto, directivos, maestros y alumnos, el
avistamiento y consideración de estrategias didácticas innovadoras;
entre ellas, las apoyadas en el uso de la TIC’s en el proceso de la enseñanza y el aprendizaje, como son los cursos en línea mediante el
uso de plataformas, una práctica diferenciada que demanda trabajos
de capacitación para diversificar el ejercicio docente.
Aunado a lo anterior, y dado que comunicación desde sus
inicios es una carrera altamente demandada, la modalidad semiescolarizada permitió que ingresara un mayor número de aspirantes y
con ello cumplir con una de las mayores demandas de la sociedad a
las universidades públicas: la equidad social.
A partir del plan de estudio, de 2003 a 2007-1 la carrera de
comunicación reflexionó sobre su naturaleza, convocando a foros de
egresados, empleadores y expertos en el campo de la educación basada
en competencias para elucidar cuál era el mejor modelo de plan que
debería impartirse en el campo de la comunicación a principios del
siglo XXI y, sobre todo, cómo se estaban definiendo los mercados
emergentes de la disciplina (Ortiz, 2003).
13
Fue una observación que se recogió de parte de la comunidad estudiantil y académica,
como producto del proceso de auscultación para elegir la nueva dirección de la facultad para
el periodo 1998-2002.
30
La enseñanza de la comunicación
Este ejercicio, realizado por disciplina, permitió que en 2006
Comunicación acreditara su plan de estudios y demás componentes
organizacionales y académicos, mediante la Agencia de Acreditación
de las Ciencias Sociales (Accecisso), para así lograr un reconocimiento
de calidad en su conjunto que, junto con la acreditación que lograron otras licenciaturas, permitía a la Facultad de Ciencias Humanas
ofrecer una educación de calidad, impulsada por el doctor Alejandro
Mungaray Lagarda, en ese entonces rector de la UABC, como parte
de la política institucional que promovía la Secretaría de Educación
Pública (SEP).
En estricto sentido y en un riguroso análisis académico, el
cuerpo de profesores en su conjunto, tanto los profesores de tiempo
completo como los maestros de asignatura, vio reconformada su
integración merced a los siguientes factores:
1) Los cambios institucionales, que ocurrieron como parte de la
natural evolución de la UABC y, por tanto, de la FCH.
2) La transformación del currículum (1993 y 2003).
3) La creciente preparación de los académicos en el orden de la
especialización y el posgrado.
4) La integración de nuevos docentes, egresados en su mayoría de la
carrera, que constituyen un factor de relevo generacional cuyos
efectos se verán con el tiempo.
5) La habilitación impulsada permanentemente, tanto por la FCH
como por la UABC, para mejorar la práctica docente con base
en los cambios curriculares y organizacionales.
6) La modificación en el diseño curricular (1993 y 2003), que actualizó los contenidos de la Licenciatura en Comunicación y colocó
a ésta en la vanguardia curricular en el concierto del país.
7) La construcción de la biblioteca de la FCH y el aporte de ésta al
desarrollo de la carrera por los múltiples servicios que ofrece.
8) La permanente dotación de infraestructura, tanto para la parte
teórico-metodológica como para la técnica.
9) La renovación de los equipos, para la parte tecnológica y técnica, en la especialización de algunas materias, aunque haya sido
insuficiente para las características de la carrera.
10) La impartición de una Maestría en Comunicación, gracias a un
31
Huellas compartidas
convenio con la Facultad de Comunicación de la Universidad
de La Habana, que se ofreció a profesores de tiempo completo
y maestros de asignatura de la facultad.
11) La asignación de plazas de tiempo completo a la planta académica
de la licenciatura, con lo que se incrementó el número de profesores
que constituyen el núcleo base para la atención del programa.
12) La regularización de las plazas mediante concurso de oposición
para otorgar la condición de definitividad a los profesores, y la
incorporación de académicos al núcleo base con la asignación
de plazas vía concurso de méritos.
13) La incorporación, en su mayoría, de los profesores de tiempo
completo a programas de formación doctoral en instituciones
nacionales e internacionales, específicamente de la Universidad de La Habana, en el área de la comunicación social, vía
convenio de colaboración entre ambas instituciones.
14) La participación de los profesores de tiempo completo en estancias académicas en la República y en el extranjero.
15) La participación de los profesores de la licenciatura en el desarrollo de líneas y proyectos de investigación (participación todavía
insuficiente para la complejidad del campo de conocimientos y
problemas que se deben abordar).
16) La participación, el concurso y la obtención de un buen número de
los académicos de la licenciatura del reconocimiento al perfil Promep
de la SEP, para satisfacer los requisitos académicos de habilitación
deseable en un profesor universitario de tiempo completo; y
17) Contar en la planta académica de base de la licenciatura con
un académico doctorado en el área de la disciplina.14
Investigación
Lyotard (2006) propone que el saber es afectado por dos funciones
fundamentales: la investigación y la transmisión de conocimientos.
14
En este proceso, es probable que para fines de 2007 y principios de 2008 haya tres PTC
más con grado de doctor en la especialidad, y en un par de años pueda haber hasta otros cinco
con ese grado, con lo cual se tendrá un núcleo favorable para la investigación y, por ende, para
el desarrollo del conocimiento en el campo.
32
La enseñanza de la comunicación
De ahí que la condición del saber en la UABC atraviesa por dos escenarios: el institucional y, en el caso de la investigación, el factor
humano.
En el contexto de las ciencias de la comunicación, como se
señaló, la condición institucional influyó al inicio de la carrera
y dificultó su desarrollo. Las razones eran, por una parte, que el
profesorado no tenía formación de posgrado (esta condición no
siempre es determinante) y los profesores que lo tenían abordaban
temáticas ajenas a la disciplina; pero la principal razón de su lento
inicio fue que los esfuerzos estaban encaminadas a soportar las
cargas de la docencia, ya que la matrícula crecía notoriamente en
cada convocatoria de ingreso a la licenciatura. Esto último marcó,
y aún lo hace en cierta medida, el surgimiento y desarrollo de la
investigación en el campo en la FCH.
Cuando se hace referencia a la investigación en comunicación
se corresponde con aquella que es registrada e incluso financiada
por la UABC.15 Lo anterior no implica que no existieran en ese lapso
de 20 años trabajos de investigación, los cuales provenían de dos
condiciones fundamentales: a) Investigaciones (maestría y doctorado) producto de la generación de trabajos de tesis de grado16 y b)
el interés, preocupación y a veces ‘heroica’ disposición de algunos
profesores de tiempo completo (PTC) por ir más allá de la docencia
y aportar conocimientos que describieran, comprendieran, explicaran, analizaran y generaran conocimientos nuevos en las ciencias
de la comunicación.
Por ende, las temáticas que se abordaron en las primeras
investigaciones de los académicos fueron de lo más variadas, y ello
generó que no se conformaran líneas o problemáticas centrales de
investigación que ayudaran a fortalecer u orientar temáticamente
esta actividad.
15
A la fecha (2007-1), sólo hay tres proyectos relacionados con el ámbito de las ciencias
de la comunicación, provenientes de PTC de la FCH y a su vez de la carrera mencionada (de
los maestros Hugo Méndez Fierros y Luz María Ortega Villa y del docor Ángel Manuel Ortiz
Marín), que han sido aprobados y financiados por la UABC.
16
En este aspecto, en los últimos cinco años crecieron ampliamente los reportes de investigación, producto de la maestría en comunicación y el posterior doctorado en comunicación,
ambos con la Universidad de La Habana, que varios PTC cursaron en un caso y, en otro, que
actualmente desarrollan.
33
Huellas compartidas
¿Quiénes fueron los primeros investigadores de la carrera de comunicación en la FCH? El maestro Jesús Becerra Villegas, al cursar su
Doctorado en Ciencias de la Educación en la Universidad Iberoamericana Noroeste Campus Tijuana, fue quien más seriamente desarrolló
una investigación como tal sobre la comunicación en su especialidad
que era la semiótica y en su campo de ejercicio de la docencia. Se
puede citar también los trabajos del licenciado Roberto Valero en el
periodismo y de quien esto escribe en el campo de la comunicación
política y el periodismo.17 De esta labor de investigación surgen los
primeros trabajos escritos y publicaciones, que luego se presentarían
en congresos nacionales e internacionales y se publicarían en revistas,
ya fuera de difusión, como las de la UABC, o de investigación, como
el anuario del Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación de
las Ciencias de la Comunicación (Coneicc) o la revista de la ANUIES,
entre otras (Vizcarra, 2007).
Así, en este rubro, el primer libro en el campo de la comunicación producto de un profesor de tiempo completo de la FCH y
comunicólogo fue Testimonios de la radio en Mexicali, del doctor Ángel
Manuel Ortiz Marín, que fue publicado en 1994 por la UABC,18 al que
acompañan un variado tipo de textos sobre los medios, tanto impresos
como electrónicos, del escritor Gabriel Trujillo, de los cuales son notorios dos trabajos, uno dedicado al cine que se produjo en la entidad,
llamado Baja California: ritos y mitos cinematográficos (1999), y el otro
a narrar los orígenes del periodismo, La canción del progreso. Vida y
milagros del periodismo bajacaliforniano (2000). En el 2006, resultado
de la convocatoria de la UABC para conformar una serie temática con
motivo del cincuentenario de la fundación de la universidad, se publica
el libro Los medios de comunicación en Baja California, editado por la
UABC y Porrúa. Este texto, único en su género a la fecha, reúne un
conjunto de trabajos de distinta índole de varios autores sobre el pe17
En 2005, como parte del logro del doctorado, se concluye la investigación sobre el estado,
la prensa y el poder en Baja California, registrada institucionalmente ante la Coordinación de
Posgrado e Investigación.
18
Anteriormente, al licenciado Norberto Corella Torres la UABC le había publicado un cuaderno docente denominado “Apuntes del curso de opinión pública”, que después se convertiría
en el texto La propaganda nazi, de la autoría de este profesor, que en ese momento ya sólo era
maestro de asignatura de la carrera.
34
La enseñanza de la comunicación
riodismo, la radio, la televisión y los medios audiovisuales, y da cuenta
de la evolución mediática en Baja California. La obra es incompleta,
por supuesto, como toda obra integradora, pero seguramente será
continuada en futuros libros sobre el tema.
Destaca también como producto de los profesores de la carrera el trabajo de la maestra Luz María Ortega Villa denominado
Donde empieza la carne asada: consumo de bienes culturales en sectores
populares de Mexicali, fruto de la Selección del Libro Universitario
de la UABC 2005-2006, que refiere una investigación sobre el consumo cultural en la frontera bajacaliforniana.
Es importante anotar que en las universidades públicas mexicanas hay una estrategia de integración de los académicos con la
finalidad de impulsar los ejercicios colectivos e interdisciplinares para
la investigación y sus productos. Por tal motivo y merced a la política
de la SEP en materia de educación universitaria y a la reconformación de los académicos afín a su temática de interés, en el semestre
2007 un grupo de profesores de tiempo completo acaba de integrar
el cuerpo académico de Comunicación, Cultura y Desarrollo, en el
cual hay profesores cuya orientación está en las áreas de comunicación organizacional,19 estudios culturales, periodismo, comunicación
política, comunicación institucional y medios de comunicación, que
deberán desarrollar temas de investigación afines y de preferencia
colectivos o con la participación de varios de sus integrantes.
Este cuerpo académico, al que conforman profesores tanto
de comunicación como de psicología, puede plantearse temáticas
importantes para el abordaje del fenómeno social y en el contexto de
la frontera, y por tanto podrán, con mayores argumentos académicos
y de productividad científica, verse favorecidos con financiamientos
adecuados a la importancia del conocimiento que dominan y de los
problemas sociales que afrontan.20
19
Hay un grupo numeroso de PTC, tanto de las ciencias de la comunicación como de otras
disciplinas, que podría involucrarse alrededor de esta área con enorme potencial a mediano plazo
en términos de investigación y extensión-vinculación.
20
Hay que referir que los PTC de la carrera de ciencias de la comunicación de la FCH no
tienen nombramiento de investigadores y sólo puede asignárseles una carga académica máxima
de 10 hrs/semana/mes para actividades relacionadas, distribuyendo su demás horario de 40 hrs.
semanales entre docencia, formación docente, gestión y otras actividades, acorde a su categoría
como PTC y su grado de habilitación como profesores.
35
Huellas compartidas
De tal suerte que la investigación en comunicación, incipiente
o nula en el principio de la carrera, se avizora con un fuerte potencial,
merced al esfuerzo de sus académicos, un mayor interés en impulsar
la investigación aplicada de parte de las autoridades universitarias y
el reconocimiento social que empieza a tener la investigación en este
campo en el concierto de las ciencias sociales. Es pertinente hacer
notar que, si bien en el momento se hace referencia a la investigación
producto de los académicos de la Facultad de Ciencias Humanas,
habrá que citar también los trabajos de docentes e investigadores de
unidades académicas que actualmente abordan el fenómeno de la
comunicación.21
Pero como suele ocurrir, al tener la Facultad de Ciencias Humanas una vocación a la docencia, la investigación compite en desventaja
en el equilibrio de la carga de los profesores de tiempo completo.
Aspecto que, siguiendo las políticas de la UABC, las trayectorias de los
académicos y el prestigio que logren en el futuro acabará otorgándole
otra condición de mayor apoyo institucional.22
Extensión y vinculación
Campos del saber como las ciencias de la comunicación, que no sólo
se deben a su historia y tradición científica, sino también a la sociedad
que les ha otorgado su condición de conocimiento. Es decir, de su
representación social como ejercicio práctico acreditado, en el que
se tiene, por un lado, la idea de que el saber experto o especializado es garantía de competencia y “buen servicio”, asegurado por la
validación institucional, y por el otro, el de su legitimación social;
21
De ello se pueden citar trabajos de académicos de la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas; del Instituto de Investigaciones Sociales; del Centro de Investigaciones Culturales-Museo
y de las carreras de comunicación de la Escuela de Humanidades de Tijuana y de la Facultad
de Ciencias Administrativas y Sociales de Ensenada, por referir algunos espacios institucionales
ya con productos en el área.
22
Al igual que en otras universidades públicas mexicanas, las ciencias sociales tienen que
disputar los financiamientos, cada vez con mayores argumentos con otras disciplinas y con la
administración universitaria, para verse favorecidos con presupuestos pertinentes a la importancia que las ciencias sociales han adquirido en el conocimiento, pero también al interior de
las propias universidades y de los problemas sociales que abordan.
36
La enseñanza de la comunicación
esto es, de su reconocimiento social al instituirlo como parte de las
competencias sociales y culturales para la aplicación práctica y su
ejercicio público.
De ahí que la tarea extensionista de una disciplina como la
comunicación le compromete con su realidad circundante, y más aún
cuando su entorno está en configuración histórica, como es el caso
específico de la sociedad bajacaliforniana. El dilema para el caso es
que, si bien la carrera no tenía antecedentes en la localidad, no era
así en la condición mediática, pues por otras razones el desarrollo de
los medios había sido temprano, según el caso (Ortiz, 2006).
Primero el periodismo y después los medios electrónicos, hasta
el surgimiento de la carrera de comunicación, sus tareas habían sido
ocupadas por personas cuya experiencia, en unos casos, y en otros
sus innatas habilidades para informar las condujo a desempeñarse
como reporteros, fotógrafos, jefes de prensa o redacción, publicistas
y muchas otras actividades relacionadas con el campo de la comunicación en sus distintas acepciones.
Lo cierto es que los MCM bajacalifornianos, hasta finales de
la década de los ochenta, tenían en sus filas una composición de lo
que Méndez (2004) ha llamado “la generación empírica”, constituida por reporteros formados por la práctica y sin educación superior
(después vendrían la generación intermedia y la comunicológica).23
Al surgimiento de la carrera de comunicación y con el inicio de sus
primeras experiencias en los medios, los incluso todavía “estudiantes
de comunicación”, como fueron llamados por los periodistas experimentados (durante mucho tiempo este apelativo permaneció en el
lenguaje de los periodistas locales, no importaba que fueran estudiantes o ya titulados), se encontraron, por supuesto, con un campo fértil
a las posibilidades laborales, pero también minado por los naturales
obstáculos, envidias, rechazos y dificultades que encontraron en las
distintas puertas de los medios, a los cuales acudían en solicitud de
empleo o simplemente para ofrecer sus servicios como parte de la
formación social de la carrera.
En este sentido, mucho tuvieron que ver con la apertura del
campo profesional, no sólo en los MCM sino también en otras áreas,
23
En distintos momentos, a los MCM bajacalifornianos se incorporaron profesionales de
distintas disciplinas sociales, como sociólogos, abogados, educadores, etcétera.
37
Huellas compartidas
las primeras generaciones y sus maestros, que ayudaron, recomendaron y contrataron para las diversas tareas profesionales que puede
desempeñar un comunicólogo.
Pioneros en esta tarea fueron, al interior de la UABC, la televisión universitaria, gracias a la confianza del maestro de la carrera
y jefe de la emisora Sergio “Checo” Ortiz, y en el campo externo,
el entonces diario Novedades de Baja California, que acogió en sus
diferentes áreas a varios egresados e incluso a estudiantes de la carrera. Esa tarea a la fecha la realizan el periódico La Crónica de Baja
California y, en menor proporción, varios diarios más.
Con ello, paulatinamente se impulsó una creciente inserción
en los diferentes espacios profesionales de la comunicación, y no
sólo en los medios sino también en ámbitos como la comunicación
en las empresas, las organizaciones civiles, consultoría, áreas de
comunicación gubernamental y política, agencias de publicidad, de
relaciones públicas, empresas de grabación y filmación, estudios de
opinión y propaganda, consultorías privadas, promoción de eventos
y, por supuesto, la docencia y la investigación científica.
Dos acciones que merecen mención: la participación de
maestros y estudiantes en congresos del área y la labor de extensionismo como tal de la carrera. En el primer caso, desde sus inicios
la carrera tuvo la acertada disposición de la licenciada Navarro de
promover que maestros y alumnos participaran en eventos tanto
regionales como nacionales. En cuanto a los primeros, al incorporar
la carrera al Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación
de las Ciencias de la Comunicación (Coneicc), la UABC-Mexicali se
sumó a las carreras de la especialidad que ya había en la Universidad Iberoamericana Noroeste Campus Tijuana, la Universidad de
Sonora, la Escuela de Comunicación de Sinaloa y la Universidad
Autónoma de Sinaloa.
Este conjunto de carreras se dieron a la tarea de realizar los
primeros Encuentros Regionales de Comunicación, que permitieron
apreciar los esfuerzos de alumnos y profesores en torno a sus productos escolares, a la par que generar una convivencia académica entre los
asistentes que fue provechosa para la integración de esas escuelas, y en
particular para el inicio de la carrera de comunicación en la FCH.
38
La enseñanza de la comunicación
En esa época también ocurre una circunstancia favorable
para esta naciente carrera: la posibilidad de iniciar una relación
académica con las escuelas de comunicación de la parte sur de California, concretamente en San Diego, gracias a una invitación de
la Universidad Iberoamericana Campus Tijuana y al interés de los
colegas norteamericanos. Y así se participó en el directorio inicial de
la que fue en su momento la Asociación Binacional de Escuelas de
Comunicación de las Californias y ahora denominada Asociación
Binacional de Escuelas y Colegios de Comunicación de California
y Baja California (Binacom), que desde 1990 realiza una serie de
eventos de intercambio académico y muestras de trabajos estudiantiles de seis escuelas de Estados Unidos (Grossmont College, San
Diego City College, San Diego State University, South Western
College, University of California San Diego y University of San
Diego) y dos mexicanas (la Universidad Iberoamericana Noroeste
Campus Tijuana, cuyo principal impulsor de esta integración fue
el psicólogo Efraín Ávila, y la Facultad de Ciencias Humanas de la
UABC en Mexicali). El primer Encuentro Binacional de Escuelas de
Comunicación de las Californias fue organizado por la Universidad
Iberoamericana Noroeste Campus Tijuana y la sede fue la Casa de
la Cultura de Tijuana, con una asistencia numerosa de ambos lados
de la frontera y un éxito más allá de lo pensado que auguraba la
continuidad de las relaciones entre las instituciones convocantes,
como ocurrió más tarde.
Así, poco a poco, a lo largo de estos 20 años de la licenciatura
se pasó de los eventos regionales a tener presencia, ya fuera de los
profesores y/o de los alumnos, en los congresos nacionales del Coneicc y posteriormente en eventos internacionales. Al mismo tiempo,
pasado un periodo varios de los coordinadores(as) de la carrera de
comunicación fueron miembros del directorio de este organismo nacional, que agrupa a las principales universidades y escuelas públicas
y privadas de la especialidad del país, e incluso, en diversas ocasiones,
el doctor Jesús Becerra Villegas, maestro de la carrera, ha sido vocal
de la región noroeste del Coneicc y ha tenido la representación de
México ante la Federación Latinoamericana de Facultades y Escuelas
de Ciencias de la Comunicación (Felafaccs).
39
Huellas compartidas
Otra actividad muy identificada con el extensionismo fue la
participación de maestros y alumnos en dos experiencias sumamente
importantes y que permiten visualizar a la comunicación en escenarios
diferentes al tradicional rol en los medios.
La primera experiencia ocurre en el semestre 1990-2 al participar los alumnos y el maestro de la materia de Radio II en el ese
entonces Centro Interdisciplinario de Atención a la Comunidad
(CIAC), después denominado Centro Interdisciplinario de Atención
Educativa a la Comunidad (CIAEC), que se localiza en las propias
instalaciones de la Facultad de Ciencias Humanas. Esa experiencia
implicó la participación con niños que eran atendidos por los psicólogos del CIAEC por presentar algunas dificultades sociolingüísticas
o educativas, y la tarea en la que se colaboró fue la estimulación de
una serie de diálogos escolares y sociales que, apoyados por la grabación en audio, podían ser escuchados después por los menores.
Un grupo de estudiantes de la materia de radio, en un improvisado
taller de grabación (Zermeño, 2006) y guiados por un profesor y
por el psicólogo responsable del CIAC, Marco Antonio Villa Vargas,
realizaron grabaciones de conversaciones con un pequeño número
de niños en las que, desde el pensamiento de los pequeños, se analizaron la importancia de la escuela, la amistad, el compañerismo y
los maestros, y se emitió su opinión acerca de la sociedad y el medio
ambiente, entre otros temas de igual jerarquía.
Esos programas, ya editados y musicalizados, con las carencias
técnicas que se tenían en ese entonces, conformaron una serie de radio
De niños y para niños, que gracias al interés y genuino apoyo de la
licenciada Patricia Avilés, entonces jefa de Radio Universidad de la
UABC, fueron transmitidos en la programación dominical.
De ahí en adelante y en diferentes momentos y tareas, los estudiantes de la carrera de comunicación participaron, y aún lo hacen,
en las acciones del CIAEC, que es uno de los centros universitarios de
mayor orgullo y ejemplo de extensionismo en las ciencias sociales de
la UABC, pues se dedica a atender niños con capacidades diferentes y
a sus padres les ofrece orientación en torno a la atención y el mejor
ambiente que pueden brindar para el desarrollo de los menores.
La otra experiencia de características similares es de reciente
40
La enseñanza de la comunicación
cuño. Se trata de una acción que impulsa la maestra Elena Zermeño
Espinosa para acercar la comunicación y su función social al campo
de la salud dentro de un entorno universitario. A principios de 2006,
el entonces rector de la UABC, doctor Alejandro Mungaray Largarda,
inauguró un espacio que permanecía sin uso, denominado Centro
de Atención Comunitaria, en la colonia Orizaba de la ciudad de
Mexicali.
En esa labor participarían la Escuela de Enfermería, la Facultad
de Odontología y la Facultad de Medicina. Antes del inicio de las
operaciones en el centro, se le planteó a la dirección de la Facultad
de Ciencias Humanas la posibilidad de ofrecer servicios de orientación psicológica a la comunidad. Diversas razones dificultaron la
participación de esa disciplina en un principio; pero afortunadamente
un grupo de estudiantes de comunicación de la maestra Zermeño
recogió el reto de visualizar las tareas de comunicación desde una
perspectiva más social e incursionar en el campo de la salud pública,
y se incorporó junto con la carrera de enfermería a participar en una
tarea que, por su propia vocación, a las enfermeras les ha sido familiar,
pero que en México es una actividad extraña para los comunicólogos
(Ortiz, 2003).
Así de pronto, un conjunto de comunicólogos participó de
preparar, diseñar y producir mensajes que orientaran a la comunidad
de esa zona sobre la importancia de cuidar la salud de niños, adultos
y ancianos. Esta última labor extensionista de la carrera de Comunicación todavía es incipiente, apenas poco más de un año, pero ha
dado frutos al mantener la presencia de la maestra y distintos alumnos
en dicha actividad, al grado de reconocerse el comunicólogo con un
escenario profesional diferente al tradicional y con un compromiso
evidente de carácter social.
Si bien, estas son las dos principales acciones de extensionismo de
la carrera, pertenecen al ámbito de lo institucional desde el espacio de
la UABC, pero hay diferentes acciones que varios profesores, en muchos
casos de asignatura, impulsan y desarrollan cada semestre como parte
del compromiso de la universidad con quien más lo necesita.
Al margen de ello, también hay acciones de vinculación que
la carrera realiza con sectores sociales públicos y con organizaciones
41
Huellas compartidas
privadas, a partir del cumplimiento de actividades que son parte del
currículum, como son el servicio social en sus dos etapas (primera
o comunitaria y segunda o profesional) y las prácticas profesionales.
Ambas han contribuido y lo siguen haciendo a ampliar los referentes
del campo profesional del comunicólogo, que no se tenía idea que
pudiera éste desempeñarse en tareas diferentes.
4. Perspectivas y futuro de la carrera
de Ciencias de la Comunicación
Pensar en el futuro, desde mi perspectiva, implica voltear al pasado,
como explica Löwy (2005) al describir al ángel de la historia que
propone Walter Benjamin en su tesis IX. Salvo que, a diferencia de
la alegoría que refiere el autor del cuadro de Klee sobre el Angelus
Novus, en el pasado de la carrera de ciencias de la comunicación
los destrozos, invasiones, catástrofes y penalidades no fueron de tal
naturaleza que hubiera que lamentar graves pérdidas.
Tal vez hubo sucesos que faltó que ocurrieran o, al contrario,
algunos que no debieron acontecer y que finalmente acaecieron.
Como la partida de profesores a desempeñar actividades diferentes
o a laborar en otra universidad, el desarrollo de proyectos más vinculados con la realidad circundante, un mayor compromiso académico
tanto de maestros como de alumnos con su formación y aspectos en
los cuales tanto las autoridades administrativas centrales como las
de la propia facultad debieron apoyar para mejorar las condiciones
educativas, al igual que los procesos de enseñanza, e incrementar la
planta académica ante una matrícula creciente.
Con todo ello, el saldo del conjunto de las condiciones
académico-administrativas propone un futuro promisorio para la
carrera. Sin embargo, para que este panorama sea realidad y la carrera
de comunicación pueda convertirse en un referente nacional deben
darse ciertas condiciones tanto externas como internas.
Me referiré primero a las exógenas, que atañen tanto a las autoridades centrales de la UABC como a empleadores y, por supuesto,
a la sociedad bajacaliforniana en su conjunto:
42
La enseñanza de la comunicación
•PonderacióndelcampodelaComunicacióncomounaformación
universitaria de alto nivel intelectual y técnico por parte de las
autoridades centrales de la UABC.
•Compromisodepartededichasautoridadesparamejorarcuanti
y cualitativamente la planta académica, en proporción a las
condiciones de matrícula y de desarrollo de esta licenciatura a
nivel regional y nacional.
•Dotacióndelpresupuestopertinenteparaelsoportedelosrequerimientos, tanto de infraestructura física, materiales bibliográficos y
de sistemas de información, como de la actualización permanente de
los equipos técnicos necesarios para la enseñanza de la disciplina.
•Porpartedelossectoresdeempleadores,públicosyprivados,
convencerse de que la práctica de la comunicación requiere de
un profesional de la misma, y éste será probablemente de mayor
calidad cuando se contrate a un titulado de la FCH.
•Delconjuntodelasdisciplinasdelascienciassocialesydeotroscampos
del conocimiento que se ofrecen como licenciaturas y posgrados en
la UABC, reconocer y valorar el aporte que las Ciencias de la Comunicación pueden ofrecer para ampliar el horizonte de conocimiento
humano, pero también las posibles respuestas a los innumerables
retos científicos y tecnológicos, así como las demandas sociales que la
UABC tendrá que enfrentar a mediano y largo plazo, para mantener
el liderazgo educativo regional y nacional al que aspira.
•Enestesentido,elaportedelasCienciasdela Comunicación
a partir de la relevancia de la posición o ubicación peculiar
que tiene como disciplina, permite desarrollar tareas de
investigación, en torno al referente cultural de la frontera.
Aspecto que sin duda beneficiará no sólo a la Universidad,
sino a la sociedad en su conjunto.
• De parte de la sociedad bajacaliforniana, un mayor reconocimiento a la importancia de que en los distintos espacios donde
se práctica la comunicación, el papel de un egresado de la UABC
y en particular de la FCH, aportará elementos más críticos y
razonados del fenómeno comunicativo.
•Delascondicionesendógenas,éstasprovienenenmayormedida
del profesorado, pero también de los directivos, y por supuesto
del alumnado que cursa la carrera.
43
Huellas compartidas
•LacontinuidaddeunavaloracióndelacarreradeComunicación
que data de hace varios periodos de directivos de la FCH, que
se traduce en el reconocimiento de la disciplina para cumplir
con la misión y visión de dicha unidad académica. Que por sí
sólo este aspecto le da sentido a la denominación de Ciencias
Humanas y cuyo aporte desde la comunicación la convierte
en un campo de desarrollo científico y humanista invaluable
(Wallerstein, 2005).
•DesdeladireccióndelaFCH, la continuidad de la gestión de apoyos suficientes que se traducirán en los insumos necesarios para
el sostenimiento del esfuerzo de los académicos por la calidad
de la educación que imparten.
•Desdeelconjuntodelasotrasdisciplinasqueseimpartenenla
FCH, el reconocimiento del aporte de las Ciencias de la Comunicación en el contexto de la posmodernidad (cfr. Habermas,
Lyotard, Bauman, Luhmann, Dupas) que permitirá revisar,
enunciar, identificar, abordar, y proponer innovadoras respuestas
inter y multidisciplinares a los nuevos fenómenos sociales que
ocurrirán en la sociedad bajacaliforniana.
•Desdeelconjuntodelosacadémicosqueconformamoslaplanta
docente de la carrera de Comunicación, pensarnos como un
colectivo –que más allá de sus personalidades (presentes en todo
grupo humano); de sus proyectos personales o académicos; de
su preparación o grado; de su cargo, edad, género o cualquier
otra distinción–, que tiene el potencial suficiente para el desarrollo ‘conjunto’ de proyectos científico-académicos, docentes
y humanos de alta significancia para el campo; pero lo más
importante, como colegas y amigos que hemos compartido la
bella experiencia de formar a universitarios en una institución
de educación superior de alto prestigio nacional.
•Desdelacondicióndedocentesuniversitarios,continuaryfortalecer el compromiso cotidiano de la enseñanza de una disciplina
de la cual somos producto genuino de su inicio, desarrollo y
crecimiento en México y en Baja California.
• Desde la condición de docentes de Comunicación, un mayor
compromiso colectivo e individual con un creciente requerimiento mutuo, de profesores a alumnos y viceversa, por una mejor
44
La enseñanza de la comunicación
preparación de ambas partes, conjugada con una mayor exigencia
del docente por elevar el nivel de impartición de la cátedra que
dé por resultado un lenguaje comunicacional más elevado (en
el más amplio sentido) y rico en matices semióticos.
• Desde la condición de investigadores de los diversos campos
del conocimiento de la Comunicación, comprometernos con
abordar problemáticas que contribuyan a la proposición de
soluciones, para mejoramiento de las condiciones de calidad de
vida de los bajacalifornianos.
•DesdelacondicióndeestudiantesdelacarreradeComunicación,
comprender que esta disciplina conjuga no sólo condiciones
intelectuales de alta complejidad social, económica, histórica y
política, más allá de las naturales habilidades y destrezas técnicas
que le son inherentes. Pero también requiere de dos condiciones:
La primera, una alta creatividad para el planteamiento de novedosas propuestas de mensajes comunicacionales que aborden la
amplia complejidad humana y segunda, un fuerte compromiso
intelectual, tanto teórico como metodológico que permitirá al
estudiantado pensar crítica y propositivamente a las ciencias de
la comunicación.
•Portodoloanterior,cabríalaposibilidad,apartirdelaconstrucción de una visión y práctica transdisciplinar –desde la
referencialidad como colectivo humano (autoridades, maestros,
alumnos)–, conjuntamente con una evolución y avance de la
disciplina aunada a la maduración intelectual de la planta académica de la licenciatura en Cs. Com., de una contribución
significativa como campo de conocimiento a la realidad histórica
contemporánea.
Deseo terminar este texto con una frase de Bauman que ilustra
el esfuerzo desarrollado en estos más de veinte años de trabajo académico de la licenciatura de Ciencias de la Comunicación; y mejor aún,
a favor de quienes animaron este proyecto en su momento incierto,
pero que después de todo este tiempo, es cada vez más sólido.
Los hombres y las mujeres hacen aquello que se proponen. Y los
fenómenos sociales, puesto que en última instancia son actos de
45
Huellas compartidas
los hombres y las mujeres, deben ser comprendidos de manera
diferente que a través de su mera explicación. Su comprensión por
lo tanto debe contener un elemento ajeno a la explicación de los
fenómenos naturales: el rescate del propósito, de la intención, de
la singular configuración de los pensamientos y los sentimientos
que preceden al fenómeno social y sólo alcanzan su manifestación,
imperfecta e incompleta, en la evidencia de las consecuencias de la
acción (2002:11).
Fuentes referenciales
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BAUMAN, ZYGMUNT, La hermenéutica y las ciencias sociales, Nueva
Visión, Argentina, 2002.
BOURDIEU, PIERRE, El campo científico en “Los usos sociales de la ciencia” de Pierre Bourdieu, Claves (Colección Problemas), Argentina,
2000.
CORELLA TORRES, NORBERTO, La propaganda nazi, UABC/M. Á. Porrúa,
México, 2005.
KUHN, THOMAS S., La estructura de las revoluciones científicas, Fondo
de Cultura Económica (16a ed.), México, 2000.
LÖWY, MICHAEL, Walter Benjamin. Aviso de incendio, Fondo de Cultura
Económica (1ª reimpr.), Argentina, 2005.
LYOTARD, JEAN-FRANÇOIS, La condición posmoderna, Cátedra (9a ed.),
España, 2006.
MÉNDEZ FIERROS, HUGO, “Ética y periodismo en Mexicali”, tesis para
obtener el grado de maestro en comunicación, Facultad de Comunicación Social-Universidad de La Habana, Cuba, 2004.
ORTEGA VILLA, LUZ MARÍA, Donde empieza la carne asada: consumo
de bienes culturales en sectores populares de Mexicali, UABC (Concurso
del Libro Universitario 2005-2006), México, 2005.
ORTIZ MARÍN, ÁNGEL MANUEL (coord), Testimonios de la radio en
Mexicali, UABC, México, 1994.
–––, “México: profesiones emergentes para los comunicadores”, Revista
Latinoamericana de Comunicación CHASQUI, núm. 84, Centro
Interamericano de Estudios para la América Latina (CIESPAL), Ecuador, 2003.
46
La enseñanza de la comunicación
ORTIZ MARÍN, ÁNGEL MANUEL, Los medios de comunicación en Baja
California, Universidad Autónoma de Baja California/M. Á. Porrúa,
México, 2006.
SÁNCHEZ SOLER, MARÍA DOLORES, Modelos académicos, ANUIES (Colección Temas de Hoy en la Educación Superior, núm. 8), México,
1995.
TRUJILLO, GABRIEL, La canción del progreso. Vida y milagros del periodismo bajacaliforniano, Instituto Municipal de Arte y Cultura de
Tijuana/Larva, México, 2000.
–––, Baja California: ritos y mitos cinematográficos, UABC, México,
1999.
VIZCARRA, FERNANDO, “Estudios sobre la comunicación en Baja California: Tendencias de investigación y análisis 1943-2005”, Global
Media Journal, vol. 4, núm. 7, ITEMS, México, 2007. Disponible en
http://gmje.mty.itesm.mx/vizcarra_fernando.html. Consultado el
17 de octubre de 2007.
WALLERSTEIN, IMMANUEL, “Las ciencias sociales en el siglo XXI”, en Las
incertidumbres del saber, Gedisa (1ª ed.), España, 2005.
ZERMEÑO ESPINOSA, MARÍA ELENA, “Radio comunitaria: una práctica
interdisciplinaria de comunicación popular”, en Ángel Manuel Ortiz
Marín, Los medios de comunicación en Baja California, Universidad
Autónoma de Baja California/M. Á. Porrúa, México, 2006.
Anexos
Anexo 1. Rectores de la Universidad
Autónoma de Baja California, 1986-2006.
Nombre
Lic. Héctor Manuel Gallego García
Lic. Alfredo Buenrostro Ceballos
Dr. Luis Lloréns Báez
Lic. Luis Javier Garavito Elías
C.P. Víctor Everardo Beltrán Corona
Dr. Alejandro Mungaray Lagarda
Dr. Gabriel Estrella Valenzuela
Periodo
1983-1987
1987-1991
1991-1994
1994-1998
1998-2002
2002-2006
2006-2010
47
48
Anexo 2. Primer plan de asignaturas
de la Licenciatura de Ciencias de la Comunicación 1986-1993.
Área básica
Área formativa
Área aplicativa
Tiene como propósito que el estudiante adquiera y desarrolle las actitudes, valores, habilidades, conocimientos teóricos, metodológicos e intrumentales para el estudio profundo
de las ciencias de la comunicación.
Está orientada de manera que el alumno aplique
lo aprendido en cualquier acción comunicativa
derivada de los procesos económicos, políticos
sociales de la comunidad, preparándolo para el
desarrollo de las funciones que habrá de realizar
en los medios masivos y en los de comunicación
humana.
PLAN DE ASIGNATURAS POR SEMESTRE Y REQUISITOS DE SERIACIÓN
Previo
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
Teoría de la
Comunicación I
Teoría de la
Comunicación II
Teoría de la
Comunicación III
Comunicación
Gráfica I
Comunicación
Gráfica II
Comunicación
Externa
Comunicación
de Innovaciones
Sem. de Anal.
de Medios
Principios
de Redacción
Lingüística
Semántica
y Semiótica
Redacción
Avanzada
Opinión
Pública
Editorial
Comunicación
de Grupos
Producción
Audiovisual
Ética de la
Comunicación
Expresión
Oral
Sociología
Economía
y Comunicación
Prensa
Periodismo
Fotografía I
Fotografía II
Cine I
Cine II
Filosofía
del Hombre
Introducción
a la Psicología
Psicología
Social
Legislación
de Medios
Radio I
Radio II
Televisión I
Televisión II
Sem. de Asuntos
Contemporáneos
Literatura Univ.
Contemporánea
Literatura Hispanoamericana
Administración
Administración
de Recursos
Comunicación
Organizacional
Mercadotecnia
Publicidad
Metodología II
Probabilidad
y Estadística
Seminario de
Investigación
Computación
Aplicada
Introd. al Campo de
la Comunicación
Historia Cont.
de México
Taller de
Lectura
Metodología I
Seminario
de Tesis
Huellas compartidas
Ubica la disciplina en un contexto de formación indispensable que toda carrera de ciencias sociales debe tener, proporcionando una visión conjunta de teorías y métodos que
se utilizan para conocer los hechos que la constituyen.
Aborda conocimientos teóricos intrumentales como base
para que el estudiante en comunicación los relacione
con la totalidad de su práctica y así facilitar el aprendizaje
integral.
Anexo 3. Distribución de contenidos por áreas del Primer Plan
de la Licenciatura de Ciencias de la Comunicación 1986-1993.
Humanidades
(15%)
Administración
(10%)
Medios de
Información (34%)
Investigación
(13%)
–Estudiar las diferentes
teorías y corrientes que han
surgido de la investigación
de las ciencias de la
comunicación.
–Estudiar las relaciones que
establecen otras disciplinas
con las ciencias
de la comunicación.
–Estudiar los fundamentos
teóricos de la
administración
y su proceso.
–Estudiar el desarrollo
histórico de los medios.
–Proporcionar al estudiante
una formación sólida para
la realización de
investigaciones en su área.
–Proporcionar al estudiante
los conocimientos para el
manejo verbal, no verbal,
escrito y gráfico del
lenguaje.
–Adquirir los conocimientos
generales respecto a las
modificaciones culturales
del hombre y la sociedad.
–Proporcionar al estudiante los
conocimientos para el manejo
administrativo de la mercadotecnia, publicidad y empresas
de comunicación en general.
–Desarrollar la creatividad para
el manejo de los medios y la
estructuración de los mensajes.
Asignaturas
Teoría de la Comun. I, II y III
Lingüística
Semántica y Semiótica
Redacción Avanzada
Comunicación Gráfica I y II
Opinión Pública
Comunicación Externa
Comunicación de Grupos
Comun. de Innovaciones
Ética de la Comunicación
Asignaturas
Sociología
Introducción a la Psicología
Literatura Universal
Contemporánea
Economía
Psicología Social
Literatura Hispanoamericana
Seminario de Asuntos
Contemporáneos
Asignaturas
Administración
Administración de Recursos
Comunicación Organizacional
Mercadotecnia
Publicidad
Asignaturas
Prensa
Editorial
Legislación de Medios
Periodismo
Radio I y II
Fotografía I y II
Televisión I y II
Producción Audiovisual
Cine I y II
Taller de Análisis de Medios
49
Semestre
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
8
Plan de estudios
Asign.
Horas
6
24
6
24
6
25
6
26
6
26
5
24
5
25
5
24
45
198
Créditos
48
48
50
52
52
48
50
48
396
Área
Básica
Formativa
Aplicativa
3
Áreas académicas
Asign.
Créditos
12
96
19
162
14
138
45
396
–Conocer el manejo técnico
de los medios.
%
24
41
35
100
Área
Medios de inf.
Comunicación
Humanidades
Investigación
Administración
5
–Estudiar la aplicación
de la probabilidad y la
estadística en el desarrollo
de una investigación.
Asignaturas
Metodología I y II
Probabilidad y Estadística
Seminario de Investigación
Computación Aplicada
Seminario de Tesis
Áreas disciplinarias
Asign.
Créditos
14
134
13
112
7
58
6
50
5
42
45
396
%
34
28
15
13
10
100
La enseñanza de la comunicación
Comunicación
(28%)
Huellas compartidas
Anexo 4. Listado de alumnos de la primera
generación de la materia de Prensa, Grupo A
(Semestre 1988-1).
Nombre
Adame Anguiano, Martha Cecilia
Alba Moreno, Adriana
Anaya Estrella, Mónica
Antonares León, María Ildeliza
Aragón Manríquez, Evangelina
Aréchiga Serrano, María del Socorro
Avendaño Millán, Rosa María
Bojórquez Inzunza, Ilsa
Carranza Ramos, Norma Alicia
Carrera Alvarado, Claudia
Castro Leyva, Evangelina
Chacón Aguilar, Genoveva
Corpus Martínez, Alma Dalila
Díaz Valles, Gerardo
Elías Olivares, Alejandro Martín
Estrada Luna, Leticia
Figueroa González, María Teresa
Flores Roldán, Roberto
Gálvez Guzmán, Saúl
Garayzar Miranda, Ana María Gpe.
García Ortiz, Carlos Guillermo
García Sánchez, Aída Angélica
Gómez Castañeda, María Mercedes
Gómez Lizárraga, Juana Amada
Güicho Alba, Felipe Gerardo
Jáuregui Rodríguez, J. Jesús
Lara Montejano, Myrna
Larios Búnker, Luis Joaquín
López Conde, Blanca Estela
López Meza, Yolanda
Manjarrez López, María Idalia
Núñez Ramos, Susana
50
Matrícula
1/16514
1/16536
1/16512
1/16492
1/16543
1/16493
1/16520
1/16488
1/16525
1/16524
1/16534
1/16517
1/14380
1/13750
1/07442
1/16505
1/15212
1/14783
1/16496
1/16506
1/13734
1/16516
1/16518
1/14525
1/16511
1/16497
1/16515
1/16489
1/16485
1/16507
1/16533
1/16530
La enseñanza de la comunicación
Anexo 5. Listado de alumnos de la primera
generación de la materia de Prensa.
Grupo B (semestre 1988-1).
Nombre
Castellanos Villatoro, Maricela
Estrada Caravantes, Alejandra
Longoria Romero, Laura Elena
Martínez Gastélum, Miguel Ángel
Martínez Sánchez, Sara
Mateos Gómez, Haidé Isabel
Medina Romo, Lenin Omar Neftalí
Meza Bravo, Macario
Montejano Martínez, Dalila
Montoya Sánchez, Edna Eduviges
Munguía Espinoza, María del Rosario
Muñoz Franco, María de la Paz
Nájar Arce, Alejandrina Patricia
Ochoa Quintero, Norma Yolanda
Ornelas Jiménez, Mario
Pun Madrigal, Juana María
Ramiro López, Claudia
Rentería Solano, Leticia
Ribo Muñoz, Carmen Gabriela
Silva Paz, Natalia
Soto Curiel, Jesús Adolfo
Tejeda Romo, Laura Elizabeth
Vázquez Carrión, Albina
Vázquez Pesqueira, Florisse Gpe.
Velarde Rodríguez, Julieta
Velásquez Castro, Mónica
Zendejas Márquez, Dina
Zermeño Flores, Ana Isabel
Matrícula
1/16537
1/16613
1/16527
1/16495
1/16503
1/16538
1/13340
1/16519
1/16494
1/16498
1/16545
1/16521
1/03146
1/02707
1/16546
1/16509
1/10590
1/14582
1/16513
1/16523
2/09672
1/16502
1/16528
1/16526
1/16548
1/16605
1/16541
1/16501
51
Huellas compartidas
Anexo 6. Relación de coordinadores(as)
de la carrera de Ciencias de la Comunicación
en la Facultad de Ciencias Humanas* 1986-2007.
Nombre
Lic. Norberto Corella Torres
Lic. Cecilia Navarro
Dra. Luz María Ortega Villa
Dr. Ángel Manuel Ortiz Marín
Dr. Fernando Vizcarra
Mtra. Susana Espinoza Velásquez
Lic. Katery Mónica García
Dr. Fernando Vizcarra
Dra. Graciela Paz Alvarado
Mtro. Marco Ramírez Espinoza
Dr. Hugo Méndez Fierros
Mtra. Yazmín Vargas Gutiérrez
Periodo
1986-2
1987-1 a 1988-2
1989-1
1989-2 a 1991-1
1991-2 a 1993-2
1994-1 y 1994-2
1995-1 a 1996-1
1996-2
1997-1 al 2001-1
2001-2 al 2005-1
2004-2 a 2005-2
2006-1 a la fecha
* La relación refiere los grados que actualmente poseen, ya que como se
explicó anteriormente, hasta el periodo del maestro Marco Ramírez todos los
anteriores coordinadores sólo poseían el grado de licenciados al momento de
ocupar el cargo.
Anexo 7. Relación de directores(as)
de la Facultad de Ciencias Humanas.
Nombre
Lic. Clara Elena Gallego Salas
Lic. Alma Camarena Flores
Dr. Jesús Francisco Galaz Fontes
Mtro. Marco Antonio Villa Vargas
Dr. Ángel Manuel Ortiz Marín
Dra. M. de Jesús Gallegos Santiago
52
Periodo
1983-1987
1987 a 1991
1991 a 1994
1994 a 1998
1998 a 2002 y
2002 a 2006
2006 a 2010
Las teorías de la comunicación
Reflexiones desde la docencia
LUZ MARÍA ORTEGA VILLA
Introducción
A manera de advertencia, conviene aclarar de entrada lo que debiera
ser evidente: que es ésta una reflexión personal respecto a la evolución
registrada en el ámbito de la enseñanza de las teorías de la comunicación, en tanto práctica constituyente de y constituida por el campo
académico de la comunicación, y que esta reflexión está limitada a
una de las instituciones que integran dicho campo en Baja California,
si bien –quizá– es la que cuenta actualmente con mayor reconocimiento, como es la UABC. Por las limitantes anteriores, puede el lector
encontrar omisiones, lagunas u olvidos producto de la perspectiva
desde la que se aborda, o del propio sesgo en que se incurre al ser
quien escribe un agente del campo que se pretende analizar.
Por otra parte, al dar a este capítulo el nombre de “Las teorías de
la comunicación. Reflexiones desde la docencia”, no deja de reconocerse, con Gilberto Giménez (1994:35), que en el campo de las ciencias
sociales las “teorías” son más bien paradigmas, en tanto “marcos de
pensamiento u orientaciones teórico-metodológicas a propósito de
los cuales existe cierto acuerdo dentro de la comunidad científica”, y
más aún, a decir de Caparelli y Stumpf (2005), sería posible que ni
siquiera alcanzaran tal denominación sino la de “cuasiparadigmas”. No
obstante, para fines de comprensión, se utilizará la palabra “teorías”
–más común– para referirse a los paradigmas o modelos teóricos que
pretenden explicar la comunicación. Caparelli y Stumpf (2005:72) no
están de acuerdo en la adopción de una perspectiva paradigmática, ya
53
Huellas compartidas
que eso lleva al investigador “a problematizar ciertas realidades –y no
otras– para constituirlas en objetos de estudio”. Sin embargo, la ausencia de paradigma elimina, entonces, la posibilidad de siquiera hacer
referencia a un “campo” académico de la comunicación, ya que este
término implica –necesariamente– el predominio de una perspectiva
dominante en un momento determinado, como resultado de las luchas
entre paradigmas en pugna por el control del discurso del campo.
Una tercera –y quizá la más importante aclaración– tiene que
ver con la “comunicación”, que si bien alude al objeto de estudio del
campo académico de que trata –y en el cual se inserta– esta obra,
sufre de lo mismo que Giménez (1994) señala respecto del término
“cultura”: no existe un concepto homogéneo, requisito esencial para
poder elaborar un discurso controlado y refutable.
En tanto objeto de estudio, la comunicación es un objeto móvil
que se re-construye en cada ejercicio de investigación y que a fin de
poder ser “aprehendido” lleva siempre la marca de un “apellido”,
que es el que le da, a fin de cuentas, su carácter delimitado. Así, se
habla de comunicación masiva, comunicación política, comunicación
organizacional, comunicación externa, etcétera. En este sentido, en la
medida en que más se logra delimitar los alcances de una de las “ramas” de la comunicación, menos cerca estamos de una definición de
la comunicación en tanto objeto de estudio. De este modo, el objeto
llamado “comunicación” se comporta como las partículas subatómicas
que, en su incesante movimiento en el núcleo del átomo, parecen
“dejarse” ubicar sólo cuando alguien las observa (Capra, 1997).
Como dice Jesús Martín-Barbero, “...la comunicación nombra hoy
a la vez uno de los más fértiles territorios de la investigación social y
el espacio social más denso de ensoñaciones y pesadillas, a las que la
propia investigación no puede sacarle el cuerpo” (2005:24).
Al hacer una revisión de los temas incluidos en unas jornadas
sobre comunicación, Cristina Mata llega a la conclusión de que “en
esa enumeración casuística, la comunicación es un amplio sobreentendido donde caben tecnologías, medios, discursos, sujetos, identidades, imaginarios, políticas, géneros, espacios institucionales... el
estado, la sociedad civil, la globalización, el mundo entero” (Mata,
2000:s/p), y tal dispersión es criticada porque constituye un obstá54
Las teorías de la comunicación
culo para “la contrastación de posturas y marcos comprensivos y/o
normativos desde los cuales pensar la comunicación por endebles y
fugaces que sean los contornos de lo que ella nombra. La diversidad,
amparada en un creciente relativismo, se revela así improductiva y
peligrosa” (Mata, 2000:s/p).
Lo que sí se tiene más definido son las distintas denominaciones
de comunicación “con apellidos”, de modo que encontramos tantos
autores que la nombran y delimitan como “descendientes” tiene la
comunicación a secas. Pero sobre esta última todavía se siguen discutiendo propuestas y definiciones.
La heterogeneidad del concepto comunicación no ha dejado de
manifestarse –como se verá más adelante– en el desarrollo de contenidos de las asignaturas de teorías de la comunicación: muchas veces
descrita por sus funciones, otras por su propósito, las más, asociada a
los recursos tecnológicos que la posibilitan, y las menos, en atención
a los aspectos humanos y filosóficos que implica.
Para Manuel Martín Algarra (2003:46), “Si no se es capaz de
identificar el objeto de estudio, tampoco se está en condiciones de
estudiar ese objeto”, y por ello califica como “esquizofrenia intelectual” la situación que vive el campo de estudio de la comunicación,
pues al abordarla sin una conceptualización común no se hablaría
nunca de lo mismo. Por eso, adelanta como definición normativa
de la comunicación la de que es una interacción cuya finalidad
sería “que lo expresado sea comprendido por el otro, y que éste
efectivamente comprenda lo que significan tanto la acción como su
contenido expresivo” (Martín Algarra, 2003:56), y luego refina su
definición para establecer que es “un intercambio simbólico tendente
a superar el aislamiento entre los hombres en sociedad” (Martín
Algarra, 2003:110). Dice este autor: “El fin de la comunicación es
uno: el conocimiento del mundo, que redunda en la comprensión
mutua, en la comunión, en la integración social de los copartícipes”
(Martín Algarra, 2003:168). Con base en ello, tanto la comunicación
interpersonal como la comunicación pública pueden ser analizadas
aun cuando los elementos (objetivos, subjetivos y práxicos) que intervienen en el proceso presenten características diversas en diferentes
momentos y contextos.
55
Huellas compartidas
Menos difícil que definir a la comunicación como objeto de
estudio lo es delimitarla como campo académico. Para ello se parte
de la descripción que hace Vasallo (2005:44), para quien el campo
académico de la comunicación es “un conjunto de instituciones de
educación superior destinadas al estudio y a la enseñanza de la comunicación, donde se produce la teoría, la investigación y la formación
universitaria de los profesionales de la comunicación”.
De acuerdo con la descripción que la autora hace de dicho
campo, que toma como marco de análisis el propuesto por Pierre
Bourdieu, existen en él tres subcampos: el científico, implicado en
la producción de conocimiento; el educativo, que se caracteriza por
las prácticas de reproducción de conocimiento, y el profesional, en
el que destacan las prácticas de aplicación del conocimiento y que
además es el que promueve la vinculación con el mercado de trabajo
(Vasallo, 2005).
Con base en dicha distinción de subcampos, la enseñanza de las
“teorías” de la comunicación formaría parte del subcampo educativo,
y en tal sentido –a partir de la distribución del capital y los procesos
de legitimación que se presentan en el campo académico de la comunicación– tendría una posición subordinada respecto del subcampo
científico, donde se produce el conocimiento. Sin embargo, en el
desarrollo del campo de la comunicación en Baja California, y en
especial en la Facultad de Ciencias Humanas, no es sino hasta hace
pocos años que dicha subordinación empieza a ser evidente, pues al
inicio de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación hubo de
entrada un mayor peso del campo profesional, que poco a poco fue
cediendo su lugar al de las teorías, para, en fechas recientes, sufrir un
nuevo reacomodo que lo hace asemejarse ya al campo descrito por
Vasallo de Lopes, donde la producción de conocimiento empieza a
adquirir la mayor legitimidad, la enseñanza se ubica en posición subordinada respecto de ella y el subcampo profesional aparece como un
espacio meramente instrumental, que requiere vincularse tanto con
el exterior como con las prácticas de generación de conocimiento.
Puede ubicarse el 2000 como año en que se inicia la inversión de posiciones entre los subcampos educativo (reproducción)
y científico (producción de conocimiento), cuando un grupo de
56
Las teorías de la comunicación
profesores de la Facultad de Ciencias Humanas inicia sus estudios
de maestría mediante un programa en convenio con la Universidad
de La Habana, al tiempo que la planta académica de dicha facultad
se fortalecía con la reincorporación de algunos profesores que habían
cursado su posgrado en otras instituciones.
De 1986 al 2000 la enseñanza de las teorías de la comunicación, y de las asignaturas “teóricas” en general, tuvo un reacomodo
semejante al de los subcampos anteriores: de requisito obligado,
desvinculado de la práctica y en ocasiones hasta despreciado por
quienes se dedicaban al ejercicio profesional, fue ganando posiciones en la medida en que se constituyó en elemento diferenciador
entre “comunicadores” y “comunicólogos”, entre quien se dedicaba
a reproducir esquemas de elaboración de productos comunicativos
y quien –al menos así se decía– era capaz de proponer innovaciones
al quehacer profesional; y al igual que con los subcampos, es en
años recientes que, al vincularse finalmente con la investigación, las
“teorías” han empezado a adquirir mayor legitimación, merced a los
productos académicos puestos en circulación por quienes se dedican a
la docencia y a la investigación,1 y a su impacto en la reestructuración
curricular llevada a cabo en 2003.
A fin de entender el desarrollo de la enseñanza de las teorías
de la comunicación dentro del campo académico bajacaliforniano
correspondiente a ese ámbito de estudios, es necesario recorrer el
camino que va de 1986 a 2007, en que se han instrumentado tres
planes de estudios, cuyas orientaciones y contenidos manifiestan los
reacomodos ya señalados.
Como base de la reflexión, se ha recurrido a las pocas cartas
descriptivas de teorías de la comunicación que aún se tienen de 1986
a la fecha, pues representan la institucionalización de las temáticas,
aunque no se deja de reconocer que –sobre todo, una vez echado a
andar el primer plan de estudios– los contenidos con toda seguridad
se venían abordando desde antes, pues una de las prácticas comunes
1
A manera de autocrítica, cabe reconocer que el campo académico de la comunicación en Baja California continúa siendo un espacio de lucha de posiciones
y acumulación del capital propio del campo, y un libro como éste es uno más de
los productos de esas luchas y de las estrategias puestas en marcha por los agentes
implicados en el campo.
57
Huellas compartidas
en el campo académico es modificar sobre la marcha los temas y
unidades del curso, y uno o dos semestres después hacerlos oficiales
en una nueva carta descriptiva.
Si bien en el recuento que sigue es inevitable aludir a la intervención de los agentes involucrados, se evita la mención específica
de nombres, en función de que, desde la perspectiva bourdieana, son
las posiciones de los agentes y las relaciones establecidas entre ellos,
las estrategias puestas a funcionar y el capital y poder que poseen,
los aspectos que interesan para entender la constitución y funcionamiento del campo.
Evolución de las teorías de la comunicación
El campo académico de la comunicación, pese a su relativa autonomía, se encuentra sujeto a las presiones del campo más amplio del
poder político, sobre todo cuando se trata de instituciones públicas
de educación superior, agentes que dependen en gran medida del
financiamiento que otorga el gobierno federal a través de la Secretaría
de Educación Pública y los diversos programas que aportan o han
aportado recursos extraordinarios, como Fomes, Promep y actualmente PIFI. Por otro lado, y tratándose aquí de un “subcampo” regional,
los cambios en los contenidos que a lo largo de estos 25 años han
formado el corpus de las asignaturas de teorías de la comunicación
reflejan en parte los contactos y acercamientos de dicho subcampo con
los agentes más legitimados y constituyentes del núcleo de poder del
campo académico nacional, sean éstos los organismos legitimadores
(ANUIES, AMIC, Coneicc) o los investigadores destacados de nuestro
país, adscritos a su vez a las instituciones dominantes del campo académico de la comunicación en México: la UNAM, la UIA y la UAM en
los años setenta y hasta mediados de los ochenta del siglo pasado; a las
que se sumaron en la década siguiente la Universidad de Colima y el
ITESO, y hacia fines de los noventa y en años recientes la Universidad
de Guadalajara y el ITESM en sus campi Monterrey y Ciudad de México. Las trayectorias de los agentes, sus reubicaciones en las diversas
universidades y la conformación de grupos de investigación en esas
58
Las teorías de la comunicación
instituciones han provocado a la vez nuevas relaciones de fuerza que,
si bien no directamente, han llegado a tener repercusiones ocasionales
en el campo de la comunicación de Baja California.
Igualmente, para comprender la evolución de la enseñanza de
las teorías de la comunicación en la UABC, que es parte del campo
académico regional que nos ocupa, es necesario tomar en cuenta el
impacto que en el quehacer de profesores e investigadores han tenido
las políticas de evaluación de la educación superior y de la labor de
los trabajadores académicos, implementadas desde instancias como el
SNI del Conacyt, la SEP-SESIC, la ANUIES y los CIEES, cuya influencia
se fortalece continuamente desde fines de los años ochenta del siglo
veinte, y que en la actualidad recurren además a organismos acreditadores de los planes de estudio, como Acceciso y Copac, todos los
cuales se han convertido también –merced al poder de nombrar lo
que es de calidad y lo que no– en agentes legitimadores ya sea de los
programas educativos o de los trabajadores académicos.
Junto con esos elementos “externos” al campo académico de
la comunicación en Baja California, cabe considerar –aunque sea
someramente– la dinámica propia del campo, con los acomodos
iniciales y ulteriores reacomodos de los agentes, como fueron, en
1982-1983, la incipiente Asociación de Licenciados en Ciencias de
la Comunicación, formada a instancias de egresados de la carrera que
ocupaban posiciones privilegiadas en la estructura administrativa de
la UABC y cuyo proyecto se orientaba, por una parte, hacia la apertura
de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y el aseguramiento
de posiciones académicas, y, por otra, hacia la proyección social y
política de la profesión, pero que tuvo corta vida debido principalmente a que sus integrantes eran profesionales preocupados por echar
a andar sus propias empresas (agencias de publicidad, productoras de
video o consultoras) o colocarse individualmente en el mercado de
trabajo (como locutores o periodistas en radio y televisión y en los
dos periódicos locales) y cuyas aspiraciones se encontraban alejadas
de la participación en la academia, puesto que aún no había en ella
un espacio para los licenciados en ciencias de la comunicación, algunos de los cuales se oponían a que se ofreciera la carrera, al menos
en Mexicali.
59
Huellas compartidas
El cambio de administración rectoral en 1983 desplazó de
la administración universitaria a los principales promotores de la
incipiente asociación, pero la presión social por la ampliación de la
oferta de licenciaturas, sumada a la iniciativa de apertura de la carrera
de ciencias de la comunicación echada a andar en la anterior administración, condujeron a que se continuara con el proyecto, aunque
con nuevos protagonistas y, por lo tanto, con diferente orientación
a la que inicialmente se propuso, y que se concretó en 1986 con el
plan de estudios inaugural de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la UABC en Mexicali, conocido como “plan rígido”
(por oposición al plan flexible que se implementó en 1993).
Hacia ese año, en la UABC se sentían los efectos de la crisis
que estalló en 1982, y que terminó con el apoyo a los profesores que
deseaban cursar estudios de posgrado en el extranjero y dio inicio a
la política gubernamental –encabezada por la SEP, el Conacyt y la
ANUIES– de creación de posgrados nacionales, mientras que al interior
de la universidad se daba inicio a una política de impulso a la investigación en su carácter de actividad sustantiva. Las áreas que desde
aquel tiempo se ubicaron como líderes en materia de investigación
y posgrado fueron las de ciencias naturales y exactas –en especial,
las ciencias marinas–, y las de ingeniería y tecnología. De hecho, el
primer posgrado que se ofreció en la UABC, en 1981, fue la Maestría
en Ingeniería de Sistemas y hasta diez años después se dio inicio a la
Maestría en Ciencias Sociales Aplicadas (Gómez Morín, 1997).
Así, se observa que en 1986, año de creación de la Licenciatura
en Ciencias de la Comunicación en la UABC, en el campo académico
de la misma universidad apenas empezaba a destacar lo que 20 años
después constituiría la actividad más legitimada: la investigación.
En agosto del mismo año en que inició el semestre previo de la
Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la UABC Mexicali, la
Universidad Iberoamericana Noroeste (hoy UIA Tijuana) inauguraba
los cursos de su propia licenciatura en comunicación (UIA, 2007),
con un plan de estudios similar al que se impartía en la Ciudad de
México. Así, en los dos extremos de la geografía estatal las ciencias
de la comunicación empezarían a ganar su espacio, que de manera
incipiente se había abierto camino a través de algunos trabajos pu60
Las teorías de la comunicación
blicados por el entonces Centro de Estudios Fronterizos del Norte
de México, que es hoy El Colegio de la Frontera Norte.
La Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la UABC
fue creada durante el periodo presidencial 1988-1994, en el que,
asociada a la apertura comercial que se concretaría con la firma del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la política
educativa federal estableció la necesidad de implementar procesos
de evaluación de la calidad educativa al interior de las instituciones
de educación superior y condicionar los apoyos extraordinarios a
los resultados de las evaluaciones, con lo que nació el Fondo para la
Modernización de la Educación Superior (Fomes). Estas acciones,
a su vez, respondían a requerimientos establecidos por organismos
financieros que presionaban al país hacia la modificación de algunos aspectos de su desarrollo, como condición para su entrada en
los mercados internacionales (Padilla, 1997). De ahí en adelante, la
evaluación institucional de programas educativos y profesores pasaría
a convertirse en un instrumento básico para la toma de decisiones en
materia de asignación de recursos extraordinarios provenientes de la
SEP, y que se aplican tanto al desarrollo de las unidades académicas
como a los programas de estímulo a los trabajadores académicos.
Sobre todo en estos últimos, la obtención de grados (maestría y
doctorado) y la productividad –en la forma de artículos arbitrados,
libros y ponencias en congresos– derivada de la actividad de investigación tienen los más altos reconocimientos. Por homología con
el campo académico nacional, poco a poco se fue estableciendo en
el interior de la Universidad una cultura de reconocimiento a esas
actividades por encima de las propiamente docentes, que para el año
2001 alcanzaría a las ciencias de la comunicación.
Tal como da cuenta Manuel Ortiz en otro capítulo de esta
obra, los primeros profesores de la Licenciatura en Ciencias de la
Comunicación fueron, sobre todo, profesionistas de otras carreras:
abogados, sociólogos, psicólogos y uno que otro “egresado de comunicación” en sus diversas denominaciones. Con tal heterogeneidad,
las fronteras disciplinarias del naciente campo académico eran apenas
perceptibles, pues, además de pocos, los licenciados en ciencias de la
comunicación que impartían clases eran los recién llegados al ámbito
61
Huellas compartidas
docente y, por tanto, tendrían que luchar por su legitimación, de
acuerdo con las reglas vigentes en un campo donde las profesiones
tradicionales gozaban de mayor reconocimiento. En su calidad de
profesores habrían de impartir asignaturas en cuyo diseño –por lo
general– no habían intervenido, y sólo después de haberse “ganado”
un lugar merced a su capital simbólico –derivado de la experiencia
profesional o docente, aún no de la investigación– estarían en posibilidades de proponer modificaciones a los contenidos.
El plan de estudios de 1986 incluía un semestre previo, que los
estudiantes tenían que aprobar para ser admitidos finalmente en la
licenciatura. En él se impartía la asignatura “Introducción al Campo
de la Comunicación”, que era, tal como su nombre lo indica, una
materia introductoria, sobre todo para que los futuros estudiantes
conocieran el plan de estudios y sus alcances, así como algunas nociones básicas. El propósito de esa asignatura, tal como se expresa
en la carta descriptiva, era “Dar a conocer al alumno de la carrera de
comunicación un perfil de la licenciatura así como una orientación
para el estudio de esta ciencia” (UABC, 1990a).
Es de hacer notar que la consideración que se hace de la comunicación como una ciencia, probablemente en seguimiento de la
bibliografía básica de la asignatura: La ciencia de la comunicación en
México, obra de M. Corral publicada en 1986.
En el caso de las teorías de la comunicación, el plan de estudios
las había organizado en tres bloques: comunicación interpersonal,
comunicación de masas y comunicación no verbal, que se abordarían,
respectivamente, en “Teoría de la Comunicación” I, II y III.2 Las
cartas descriptivas de esas asignaturas muestran una fuerte orientación hacia el funcionalismo, como reflejo de la formación específica
de quienes intervinieron en su elaboración, la mayoría egresados de
universidades privadas, poco orientadas hacia la crítica. Ejemplo de
ello es “Teoría de la Comunicación I”, que en la bibliografía básica
tenía por autores a David K. Berlo, Wilbur Schramm, M. Corral,
2
Desde la fundación de la carrera y hasta nuestros días, se ha repetido el error
de denominar a las asignaturas con la singular “teoría” de la comunicación, como si
sólo existiera una explicación para tan complejo objeto de estudio. A pesar de que
los profesores de la carrera hemos hecho notar el error, los planificadores curriculares
parecen no entender las explicaciones que se les dan.
62
Las teorías de la comunicación
C. González Alonso e I. Vidales, y que pretendía “Que el estudiante
comprenda la importancia de la comunicación como propósito
primordial de la vida humana así como dar a éste una visión amplia
de las áreas que comprende el estudiante de dicha disciplina. Como
resultado de este curso se espera que el estudiante analice las diferentes teorías según su aportación a la ciencia de la comunicación”
(UABC, 1990b).
Independientemente de la confusa redacción del párrafo citado
arriba, se observa que en él la comunicación es al mismo tiempo
“propósito primordial de la vida humana”, disciplina y ciencia a la que
“las teorías” (¿cuáles y de qué?) le hacían aportes. Ante esta trinidad
de manifestaciones, ¿qué era la comunicación?
En “Teoría de la Comunicación II” se empezaba a contemplar
a la comunicación de masas como un “recurso” social; el tema de las
mediaciones, de la mano de Jesús Martín-Barbero –anotado apenas
en la bibliografía complementaria– era parte de tan sólo una unidad,
y el papel de los medios masivos de comunicación como mediadores
resultaba tan extraño, que fue anotado entre comillas en la descripción
de los propósitos del curso, que eran:
•Comprenderlaimportanciadelateoríaparalarealización
de la práctica.
•Introduciralestudiantealainvestigacióndelacomunicación
de masas para conocer el uso y manejo del contenido en los mensajes
enviados a las audiencias en la comunicación masiva.
•Comprenderlacomunicacióndemasascomorecursodela
sociedad para interrelacionarse.
•Analizarelpapelactualde“mediador”queseledaalosmedios
masivos de comunicación (UABC, 1989).
La lucha por legitimar las asignaturas teóricas es notoria, pues
el primer punto de los cuatro anotados como propósitos tiene que
ver con la reafirmación de la importancia de la teoría, considerada
como sustento de la práctica (producción en medios); una práctica
para la que, de acuerdo con el segundo punto, es necesario conocer
la forma de usar y manejar el contenido de los mensajes, en una
consideración evidentemente instrumental del conocimiento teó63
Huellas compartidas
rico, al que se defendía en el punto primero. Así, pese a las buenas
intenciones, el esfuerzo por legitimar la teoría tenía el efecto de
reconocimiento del dominio del subcampo profesional, efecto que
es concomitante a la resistencia y la oposición que se presentan al
interior de todo campo.
Era aquella una asignatura sumamente ambiciosa, que combinaba la exposición de algunos modelos teóricos con la aplicación
de los métodos de análisis que de ellos se derivan –en especial, los
análisis de contenido–, a la vez que se hacía énfasis en los estudios
de los efectos de los medios, con lo que se acentuaba la orientación
funcionalista que ya se tenía en la asignatura anterior. En la bibliografía básica se anotaba a Dennis McQuail, Melvin de Fleur, Florence
Toussaint, Ball Rokeach y Antonio Paoli.
Al parecer, en una sola asignatura se pretendían agotar los
contenidos relativos a los paradigmas explicativos de la comunicación masiva –al menos, los que se consideraron importantes para la
formación de los futuros profesionistas–, a fin de que la asignatura
de “Teoría de la Comunicación III”, de la mano de un solo libro
(Comunicación no verbal, de M. Knapp), explorara la comunicación
no verbal, cuyo propósito, más que expresar una intención, manifiesta
de manera general el contenido de la asignatura:
Dentro de la formación teórica del estudiante de Comunicación se
contempla el curso de la Comunicación No-Verbal, el cual sucede
a los contenidos de comunicación interpersonal y comunicación de
masa. Dicho curso consiste en presentar al estudiante una evolución
histórica de este tipo de comunicación en donde se le habilita hacia
la comprensión y análisis de conductas que sin manejar un lenguaje
hablado descrito nos muestran a la comunicación como un quehacer
social del ser humano (UABC, 1990c). [Es probable que por error
de transcripción se confundiera “descrito” con “escrito”.]
Es menester tomar en cuenta que la carta descriptiva fue elaborada por el entonces coordinador del taller de pantomima de la
UABC, y en descargo de éste, es también necesario recordar que la
dinámica de creación del plan de estudios carecía de los elementos
que en el presente son ya parte de las prácticas comunes entre los
64
Las teorías de la comunicación
profesores de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en
la FCH, como son la elaboración de cartas descriptivas de manera
colegiada, la asignación de la responsabilidad de su elaboración a los
agentes más reconocidos por los pares académicos, el establecimiento
de propósitos de asignatura en estrecha vinculación con los objetivos
generales del plan de estudios, etcétera. En aquel entonces, y ante la
premura de ir instrumentando el plan de estudios, era práctica común
que la carta descriptiva fuese elaborada dos o tres semanas antes de
iniciar el semestre, y que ante la escasez de profesores formados en
ciencias de la comunicación se recurriera a profesionistas cercanos o
afines al campo disciplinario.
En la instrumentación del primer plan de estudios, sobre todo
en los cuatro años iniciales, la preocupación estaba centrada en la
consecución de profesores, por una parte, y, por la otra, en la lucha
por la infraestructura mínima indispensable para la producción en
medios, atractivo principal de la carrera para quienes a ella ingresaban.
Dado que la evaluación del plan de estudios se tendría que realizar
al egresar la primera generación, la revisión de cartas descriptivas
podía esperar en tanto se resolvía la urgencia de contar con los anhelados talleres de producción, reclamo tanto de estudiantes como
de profesores.
Aunado a ello, en el campo académico de la comunicación
regional, apenas en formación, los agentes en posiciones dominantes
no eran profesores en sentido estricto, sino profesionistas por cuya
labor, ya fuese en las áreas de extensión universitaria de la misma UABC
o en los sectores público y privado, eran considerados autoridades
para opinar sobre la licenciatura, de modo que, desde la perspectiva
de dichos agentes, la producción era una prioridad. La teoría, a fin
de cuentas, se olvidaba al egresar. La dicotomía comunicador/comunicólogo estaba presente desde el origen.
En el año de 1989, por iniciativa de quien ocupaba la coordinación de la carrera, y aprovechando los eventos que en el contexto
universitario se estaban viviendo –en que la administración rectoral
había reconocido las deficiencias en la formación de los profesores y
había implementado un extenso programa de actualización docente–, se invitó a impartir cursos a dos investigadores que empezaban
65
Huellas compartidas
a despuntar en el panorama nacional de las ciencias de la comunicación: Jorge González y Javier Esteinou. Así, Pierre Bourdieu llegó
al campo académico de la comunicación de Baja California a través
del primero y la propuesta de participación de la sociedad civil en
la comunicación masiva fue expuesta por el segundo; pero, como se
dice en estos rumbos, “pasaron de noche”. La comunidad académica
de la licenciatura no contaba todavía con un elemento fundamental
para el establecimiento de un juicio sobre el capital simbólico de los
instructores: la capacidad de conocer y reconocer las propiedades
tenidas por valiosas en el campo académico de la comunicación en
el país.
A inicios de los noventa, y gracias a los lazos de amistad de un
nuevo profesor con Jorge González, algunos estudiantes de ciencias de
la comunicación participaron en un proyecto de investigación sobre
consumo y prácticas culturales coordinado por ese investigador desde
la Universidad de Colima, colaboración que consistió sobre todo en
la recolección de datos correspondientes a Tijuana y Mexicali. La influencia del Programa Cultura, a cargo de Jorge González, contribuyó
a incorporar en las cartas descriptivas contenidos más actualizados y
problemáticas más relacionadas con la cultura y analizadas desde las
ciencias de la comunicación. En esa misma década impartieron cursos también Guillermina Baena, Beatriz Solís, Francisco Gómezjara,
Andrés Luna y otros investigadores, que en conjunto mostraron a
la comunidad de profesores de la carrera nuevos horizontes teóricometodológicos para el estudio de la comunicación.
Desde el momento en que egresó la primera generación, en
1990, se iniciaron los trabajos de evaluación del plan de estudios, que
culminarían en la propuesta de reestructuración denominada “plan
flexible” (véase el capítulo de Manuel Ortiz), que inició en agosto
de 1993 y fue al interior de la UABC un parteaguas en la planeación
curricular y motivo de orgullo en el ámbito nacional de la educación superior. Propuesto por la Escuela de Ciencias de la Educación
(que luego cambió su nombre a Facultad de Ciencias Humanas)
para las cuatro licenciaturas que entonces se impartían (ciencias de
la educación, psicología, ciencias de la comunicación y sociología),
colocó a esa unidad académica en una posición privilegiada dentro
66
Las teorías de la comunicación
del campo académico universitario tanto regional como nacional. Y
en la facultad los creadores del plan de estudios, los licenciados en
ciencias de la educación, consolidaron su posición de poder como
grupo que establecía reglas y prácticas docentes. El campo académico
de la comunicación, aún débilmente estructurado, recibiría en breve
una oleada de nuevos profesores, licenciados en ciencias de la comunicación que, después de un breve paso por el mercado laboral externo,
se incorporarían como profesores de tiempo completo, mientras que
otros lo harían como profesores de asignatura, combinando así el
ejercicio profesional con la docencia.
Esta expansión de agentes en el campo provocó los consecuentes reacomodos. Al ser la mayoría ex alumnos de quienes ya estaban
desde años atrás ejerciendo la docencia, se ubicaron en posición
subordinada respecto de sus antiguos maestros, y si la experiencia
profesional podría haber representado alguna ventaja, era tan corta
que no los legitimaba lo suficiente ante quienes ejercieron y ejercían
la profesión desde hacía más años que los recién llegados.
Así, la incorporación a la docencia de estos nuevos profesores
tuvo ventajas y desventajas para las asignaturas de teoría de la comunicación. Su experiencia previa como alumnos permitió mejorar
aspectos de la instrumentación del plan, y en cuanto a las asignaturas
de teoría, los contenidos se agruparon de modo que en cada una de
las tres se abordaría una escuela de pensamiento (funcionalismo,
estructuralismo y marxismo), lo que era ya en sí un avance respecto
del plan anterior, donde la agrupación por “tipos” de comunicación
hacía difícil reconocer los diferentes enfoques. Sin embargo, habiendo
sido los nuevos profesores formados en el primer plan de estudios,
les costó trabajo abordar temas que no habían sido comprendidos
plenamente o que ni siquiera habían sido incluidos en su formación
de licenciatura. En las cartas descriptivas el resultado fue que, a pesar de lo innovador que parecía el plan flexible, la reestructuración
consistió en agrupar a los antiguos autores y redistribuirlos, e incluir
algunos nuevos a fin de llenar algunos huecos del anterior plan, como
los correspondientes a la teoría crítica y a los estudios culturales.
No obstante, hubo elementos adicionales que permitieron
enriquecer los contenidos, como lo fue la actividad de investigación,
67
Huellas compartidas
que en semiótica era realizada desde tiempo atrás por el que en ese
entonces era el único profesor con posgrado, o las novedades de las
que se tenía conocimiento merced a las reuniones del Coneicc, cuyo
ejemplo es la utilización del libro La producción social de comunicación,
de Manuel Martín Serrano, en otras asignaturas.
El plan de estudios flexible eliminó el semestre previo e incorporó un tronco común a las licenciaturas que se impartían en la
Facultad de Ciencias Humanas. En ese tronco se incluyó la asignatura
“Principios de Comunicación”, que estaba dirigida a los alumnos de
las cuatro licenciaturas, y de acuerdo con la carta descriptiva elaborada en el semestre 1995-2 tenía como propósito “Proporcionar un
panorama general sobre los procesos de comunicación humana y las
teorías y corrientes del pensamiento más significativas en el campo de
la comunicación. Asimismo, se reflexiona en torno a esta disciplina,
a sus prácticas y retos en el campo profesional” (UABC, 1996a).
Los temas abordados en esa asignatura abarcaban la presentación del plan de estudios, conceptos básicos funcionalistas, un poco
de psicología social, otro poco de comunicación no verbal, a la vez
que un acercamiento a la perspectiva crítica de la comunicación
de masas. No había en ella ya rastros de la lucha por legitimar el
campo de la comunicación. Los autores anotados en la bibliografía
eran David K. Berlo, Ricci Bitti y Bruna, M. Knapp y Florence
Toussaint.
Sin embargo, un año después, para el semestre 1996-2 se
modificaron los contenidos de la carta descriptiva, no así su propósito. El cambio más notorio fue el retorno a la discusión acerca del
campo de la comunicación, el hacer un recorrido histórico por la
evolución de los estudios en el campo, la presentación de modelos
de comunicación y, como novedad, la inclusión como bibliografía
básica de un artículo publicado en la revista Estudios sobre las Culturas Contemporáneas (producto del Programa Cultura) y del libro
Teoría e investigación de la comunicación de masas, de José Carlos
Lozano, publicado en el mismo año en que se reestructuró la carta
descriptiva, y que son ejemplos de cómo el contacto con los investigadores de nivel nacional contribuyó a enriquecer los contenidos
teóricos por parte de quienes los propusieron.
68
Las teorías de la comunicación
A principios de 1997, la carta descriptiva correspondiente a
“Teoría de la Comunicación I”, que se impartía en el cuarto semestre
de la licenciatura (una vez terminado el tronco común), establecía,
más que un propósito, los temas que abordaba la asignatura:
Este curso aborda el campo de la producción de comunicación
a partir del estudio de las matrices de cultura y la producción de
sentido, desde diversos enfoques: la linguistica [sic], los esquemas
básicos de comunicación de las teorías funcionalistas, las corrientes
críticas, el humanismo, la psicología, la filosofía y la antropología.
Este curso estudia principalmente el problema de la emisión interpersonal
y social. Además, es el antecedente para Teoría de la Comunicación
II y III (UABC, 1997) [itálicas en el original].
Haciendo a un lado los errores gramaticales, destaca el hecho
de que se pretendía tener como base el estudio de las matrices de
cultura y la producción de sentido, pero sin hacer mención alguna
–en la bibliografía básica– de la obra que puso en la mesa de discusión dicho enfoque: Procesos de comunicación y matrices de cultura,
de Jesús Martín-Barbero (1988). Es notorio también que, siendo
el planteamiento eje de la obra citada la propuesta de descentrar el
análisis de la comunicación alejándolo de los medios para ubicarlo en
la(s) cultura(s) y en la relación entre lo popular y lo masivo, en esta
asignatura se hace énfasis en “el problema de la emisión interpersonal
y social”. Aún más, el contenido de las unidades temáticas permite
observar cómo se hace un recorrido por los principios y fines de la
comunicación, algunas teorías funcionalistas de viejo cuño (aguja
hipodérmica, usos y gratificaciones, disonancia cognoscitiva), elementos de la teoría crítica, el estructuralismo y culturalismo, según
lo exponen de manera condensada los autores a los que se recurre
en la bibliografía básica: Dennis McQuail, David K. Berlo, Florence
Toussaint, José Carlos Lozano y Miguel de Moragas. Así, parecería
que se adoptaban conceptos y términos novedosos sin una plena
asunción de lo que teórica y metodológicamente implicaban.
Lamentablemente, no fue posible obtener copia alguna de la
carta descriptiva de “Teoría de la Comunicación II” utilizada en el
plan flexible, a fin de establecer la relación entre su antecedente y
69
Huellas compartidas
su consecuente, “Teoría de la Comunicación III”, que para el ciclo
1996-1 establece como propósito general lo siguiente: “Este curso
estudia el campo de los efectos, los procesos de consumo y recepción
de mensajes, desde las distintas teorías de la comunicación, la sociología de la cultura, la antropología y la política. Estudia el cambio
social a partir del fenómeno comunicacional” (UABC, 1996b).
El objetivo de ese curso era que el estudiante comprendiera “la
comunicación como un proceso humano y social a partir del estudio
de la recepción y desde las más relevantes aportaciones teóricas”
(UABC, 1996b).
En esta carta se desplazaba el interés en los medios para enfocarlo en los procesos de recepción, por lo que el contenido temático
hacía un recorrido por los estudios de efectos, el análisis del consumo,
los usos y apropiaciones de los contenidos de los medios masivos
y algunos métodos para el estudio de la recepción, para finalizar
con una unidad en que se reflexionaba sobre las transformaciones
culturales y la comunicación. En congruencia con dichos temas, los
autores mencionados en la bibliografía eran, de manera destacada,
Jesús Martín-Barbero, Guillermo Orozco y Miguel de Moragas,
aunque al parecer en tal año todavía no se conocía la obra de García
Canclini (1993) El consumo cultural en México. Otros autores considerados como complementarios eran Umberto Eco, José Carlos
Lozano, Michel Foucault y un profesor de la propia Facultad de
Ciencias Humanas.
La siguiente carta descriptiva, de cinco años después, muestra
un salto conceptual y, por tanto, de contenido, pues la asignatura
“Teoría de la Comunicación III”, de haber estado orientada al estudio
de los procesos de recepción y consumo de mensajes, transformó para
2001 su propósito, en el que se descubre una ambiciosa intención
normativa y que entremezcla una redacción típica de los objetivos
de la tecnología educativa con un deber ser del licenciado en ciencias
de la comunicación, además de que –nuevamente– se confunden
propósitos con objetivos:
El curso pretende que el alumno logre identificar, a través de la
teoría de la comunicación, el papel relevante de la práctica de la
comunicación, su importancia y sobre todo la trascendencia del
70
Las teorías de la comunicación
hacer comunicacional, el lugar que ocupa en la estructura social,
la sincronía o asincronía existente entre la producción social de la
comunicación y el sistema social.
Descubrirá las afectaciones entre la comunicación pública y el
sistema social, se descubrirá como parte del hacer cotidiano de la
comunicación, pero no sólo como un creador o recreador de representaciones sociales, sino como transformador del sistema social al
que pertenece el medio de comunicación social, lo que lo llevará a ver
la trascendencia de su trabajo como profesional de la comunicación
social, valorando su papel, y sobre todo descubrirá la importancia de
trabajar con ética social ante la trascendencia de su trabajo.
Por lo tanto, a través de la reflexión teórica, será capaz no sólo de
valorar su trabajo desde el punto de vista del desarrollo profesional
sino que lo verá ligado a su desarrollo valoral interno, al entender
que deberá desempeñarse de manera ética y profesional, al pensar
siempre en lo que puede aportar como comunicador y comunicólogo (UABC, 2001).
Tantas ambiciones se verían cumplimentadas con sólo atender
al que se convirtió en el virtual libro de texto de esa asignatura, La
producción social de comunicación, de Manuel Martín Serrano (1986),
al parecer recién descubierto o redescubierto por la comunidad de
profesores de la Facultad de Ciencias Humanas durante sus estudios de
maestría, que habían iniciado en el año 2000. Del objetivo de la carta
descriptiva se puede recuperar el contenido temático de la misma:
El objetivo del presente curso es que el alumno conozca la teoría
social de la comunicación, desde sus orígenes teóricos, los cuales
revisará para luego revisar el planteamiento teórico sobre la producción social de la comunicación y finalizará con la revisión del
planteamiento metodológico para aplicar los diferentes métodos de
análisis de producción social de comunicación (UABC, 2001).
Las repeticiones y tautologías son evidentes, pero más destacable aún es que se mencione “la teoría social de la comunicación” como
si fuera la única; y es también digno de hacer notar que el propósito
vuelve a sacar a colación la división comunicador/comunicólogo, que
parecía haber quedado superada en años anteriores.
71
Huellas compartidas
¿Qué ocurrió en esa época en el campo académico de la comunicación o en la Facultad de Ciencias Humanas y que se manifestó en
esta carta descriptiva? ¿Qué agentes estaban ubicados en posiciones
dominantes como para elaborar desde esas posiciones los discursos
acerca del deber ser del comunicador/comunicólogo? ¿Acaso los primeros contactos con el subcampo de la producción de conocimiento
–el científico– removieron antiguos conflictos o hicieron que quienes
cursaban la maestría empezaran a aplicar estrategias de legitimación
ante aquellos a quienes consideraban sólo como “comunicadores”
por su ubicación en el subcampo profesional?
Responder tales preguntas rebasa los propósitos de este breve
escrito, pero su enunciación pone en evidencia la necesidad de reconstruir la historia de la constitución y evolución del campo académico
de la comunicación en Baja California con mayor profundidad y
haciendo uso de técnicas múltiples, que den cuenta de las luchas
por el poder del campo.
Los años que van del 2000 a 2003 fueron dedicados, por una
parte, a la formación de maestría de gran parte de los profesores de
ciencias de la comunicación; y, por otra, a los trabajos de reestructuración curricular por medio de los cuales la Facultad de Ciencias
Humanas intentaba colocarse nuevamente como “vanguardia”
institucional, al proponer un modelo híbrido al que se denominó
“plan de estudios flexible basado en competencias”, que implicó
transformar no sólo las cartas descriptivas sino, sobre todo, la forma
en que se habrían de instrumentar las asignaturas teóricas, a partir
de ejercicios de aplicación que hacen énfasis en habilidades como el
análisis, la clasificación, la inferencia, la evaluación, la comprensión
de conceptos y la vinculación entre ellos.
Mientras tanto, a nivel institucional se incrementaba la presión
ejercida por los procesos de evaluación interna y externa que exigían
a los profesores mayor productividad académica, presión que habría
de alcanzar un punto climático en la siguiente administración rectoral
(2003-2006), empeñada en colocar a la UABC en un lugar destacado
entre el concierto de las universidades públicas mediante intensos
procesos de reestructuración curricular que llevaron a la adopción por
todas las unidades académicas del modelo basado en competencias,
72
Las teorías de la comunicación
a la vez que mediante la acreditación de los programas educativos
por organismos externos y, en ausencia de ellos, por medio de las
evaluaciones que hicieran los CIEES.
Aunado a ello, la obtención del reconocimiento de perfil deseable Promep se convirtió en una carta de presentación indispensable
para los profesores de tiempo completo, en función del capital simbólico que representa y de su convertibilidad en capital económico
(mediante el programa de estímulo al personal académico); pero
en esos años sólo dos de los docentes –que ya tenían el grado de
maestría– pudieron obtenerlo, pues el resto se encontraban haciendo
estudios de posgrado. Sin embargo, el terreno estaba sembrado, y
en breve se habrían de cosechar los grados y los perfiles Promep que
ayudarían a reconfigurar el campo y a consolidar las reglas del juego,
con lo que la investigación pasaría a ocupar el lugar privilegiado, y
con ella, las teorías de la comunicación. Esta etapa anunció la que
ya se vislumbraba, en la que no bastará con el reconocimiento de
la SEP sino que se aumentará la exigencia hacia la incorporación al
Sistema Nacional de Investigadores. Tal presión ya se deja sentir, y
la iniciación de estudios doctorales por buena parte de los profesores
de la licenciatura en ciencias de la comunicación es una señal de su
inminencia.
En tanto eso ocurre, los principales rasgos que se observan en la
conformación actual del campo académico de la comunicación son, en
general, el fortalecimiento de los procesos colegiados de elaboración de
cartas descriptivas y una mayor y mejor discusión de los contenidos; y
para las asignaturas de teorías de la comunicación, una renovación de
temáticas, como producto del acceso a bibliografía más reciente, que
fue a su vez resultado de la necesidad de fundamentar proyectos de investigación apoyados institucionalmente al participar en la convocatoria
interna, y que estuvieron bajo la responsabilidad de dos de los profesores
que imparten “teorías”, quienes han establecido estrechos vínculos de
colaboración académica con unidades más maduras en las tareas de generación y difusión del conocimiento, como el Instituto de Investigaciones
Sociales y el Centro de Investigaciones Culturales-Museo.
Con muestra de lo anterior, en el plan de estudios 2003-2 la asignatura de “Teoría de la Comunicación I” plantea como propósito:
73
Huellas compartidas
Contribuir a la formación de profesionales de las Ciencias de la
Comunicación en la comprensión de los fundamentos teóricos
y metodológicos positivistas que dieron origen a las Teorías de la
Comunicación Masiva, lo que representa una guía y herramientas
para analizar los procesos comunicativos que intervienen en hechos y
fenómenos sociales, así como para generar productos comunicativos
para la interacción social (UABC, 2004).
Como se observa, se mantiene el esquema de dividir los
contenidos en función de escuelas de pensamiento, pero la novedad es la consideración de la comprensión teórica como una base
tanto para el análisis de los procesos como para la elaboración de
productos comunicativos. Las teorías se convierten, con ello, en la
columna vertebral de las actividades de los licenciados en ciencias
de la comunicación, en cualquiera de las dos vertientes consideradas, que son, a fin de cuentas, las mismas de la antigua oposición
comunicólogo/comunicador: el análisis y la producción, la teoría
y la práctica. Lamentablemente, lo que no ha cambiado mucho es
la bibliografía, pues los antiguos conocidos siguen apareciendo. La
única diferencia es que a los capítulos seleccionados de los libros
de Alsina, Wolf, Paoli, Lozano y De Moragas se añade una obra no
tan nueva: Historia de las teorías de la comunicación, de Armand y
Michele Mattelart, que llegó a estas tierras merced a la influencia de
quienes impartieron cursos en la maestría en comunicación de la
Universidad de La Habana.
Por su parte, “Teoría de la Comunicación II” presenta un propósito más concreto, pero que continúa con la tónica de abordar el
objeto de estudio desde una perspectiva específica, tal como se viene
haciendo desde 1993: “Contribuir a la formación de profesionales
de las ciencias de la comunicación a partir de la identificación de los
principales postulados teóricos de la corriente crítica y los autores
que los han sistematizado” (UABC, 2005a).
En esta asignatura se aborda, sobre todo, la discusión sobre la
cultura de masas, y los autores, de cuyos libros se leen algunos capítulos, son Alan Swingewood, Herbert Marcuse, Raymond Williams,
Umberto Eco (con sus Apocalípticos e integrados), Herbert Schiller,
García Canclini (con Culturas híbridas), y Jesús Martín-Barbero. En
74
Las teorías de la comunicación
una primera versión, del semestre 2004-2, se incluían algunos autores
que tratan el problema del poder y la hegemonía, como Foucault,
Buci-Glucksmann y Bourdieu; pero estos, además de estar desvinculados de la tónica del primer bloque, resultaron ser demasiado
complejos para los estudiantes, por lo que la carta descriptiva fue
reestructurada en el periodo siguiente, para quedar con el mismo
propósito pero con una bibliografía más accesible, en tanto que los
temas de poder y hegemonía pasaron a formar parte de la nueva
“Teoría de la Comunicación III”, cuyo propósito es “Contribuir a
la formación de profesionales de las ciencias de la comunicación a
partir de la identificación de los principales postulados teóricos de los
autores que han sistematizado una teoría social de la comunicación
y de quienes han abordado la comunicación como proceso cultural”
(UABC, 2005b).
Los contenidos de la asignatura orientan hacia la conceptualización de la comunicación masiva desde lo que Martín Serrano denomina “comunicación pública”, además de exponer los planteamientos
básicos de John Thompson respecto de la cultura, la ideología y la
comunicación de masas en la sociedad contemporánea. Se establecen
asimismo las relaciones entre comunicación, cultura, hegemonía y
poder, para lo cual se lee a Foucault, Esteinou y Gruppi; se adopta
el concepto estructural de cultura de Thompson después de leer a
Giménez y a Geertz, y se dedica una unidad a la relación entre consumo y cultura, que incluye, además de La distinción, de Bourdieu
y El consumo cultural en México, de García Canclini, un capítulo de
un libro publicado por uno de los profesores de la carrera.
Nota al calce
Hasta aquí se ha venido haciendo una reflexión sobre la docencia
de las teorías a partir de los contenidos de las cartas descriptivas o
la dinámica del campo académico de la comunicación, pero nada se
ha dicho de quienes son los sujetos sobre los que se lleva a cabo la
actividad docente: los alumnos. Lo que de ellos se pueda comentar
sin haberles consultado su opinión será siempre parcial y visto desde
75
Huellas compartidas
la posición específica de quien ejerce la docencia, y desde ese lugar
no han sido pocas las ocasiones en que se ha considerado la precaria
preparación con que se recibe a los estudiantes, el escaso contacto
con la lectura o, si lo hay, las dificultades para la comprensión de
conceptos abstractos –fundamentales en las asignaturas teóricas–.
Persiste entre los alumnos la necesidad de que se les den ejemplos
ya sea de los conceptos –algo de suyo imposible– o de la aplicación
de la teoría en casos concretos, exigencia que obliga a simplificar la
complejidad de los fenómenos sociales; y cuando esto último puede
hacerse, el estudiante no alcanza a dar el paso que va del modelo a
la teoría, del ejemplo particular a la generalización que representa,
situación que se ve agudizada por el enfoque operacional del desarrollo de competencias. Es entonces cuando el apocalíptico que todos
llevamos dentro levanta la cabeza y con cara de Giovanni Sartori nos
grita “¡Te lo dije, ésta es la generación del homo videns!” Y la pregunta
“¿cómo hacer?” y el reto de querer explicar lo complejo se repiten con
cada reporte que el área psicopedagógica nos da, en que los resultados
de la aplicación de diversas pruebas a los grupos de nuevo ingreso
señalan que estamos ante adultos jóvenes que están cognitivamente
estacionados en lo que Piaget (1986) denomina etapa de pensamiento
operacional concreto, y que corresponde a niños de 11 años.
Conclusiones
A partir del somero análisis realizado a las cartas descriptivas que
aún existen de planes de estudio pasados, y de la vinculación grosso
modo de las políticas educativas nacionales en materia de educación
superior con las de la propia UABC, es posible señalar varios puntos:
el primero es que la evolución del campo académico de la comunicación en la Facultad de Ciencias Humanas no se ha desarrollado
aisladamente, sino que de diversos modos ha recibido influencia de
y ha sido impactado por lo que ocurre en otras latitudes del país,
tanto en el campo de la educación superior como en el específico de
la enseñanza de la comunicación. En segundo lugar, cabe señalar que
a los profesores de ciencias de la comunicación les ha hecho falta for76
Las teorías de la comunicación
mación pedagógica y de redacción para tener la capacidad de plasmar
claramente y sin ambigüedades los propósitos de las asignaturas. En
tercer término, y más allá de lo formal, se observa que muchos de los
contenidos de las cartas descriptivas de teorías de la comunicación
todavía son digest de teorías, a manera de historia y exposición de
la evolución del pensamiento acerca de la comunicación, pero poco
se pone en contacto al estudiante con los autores a los que hacen
referencia aquellos libros de historia de las teorías. A eso hay que
agregar que en la instrumentación de la carta descriptiva todavía hay
profesores que dan “cátedra”, o lo que es lo mismo: el profesor les
dice a los alumnos lo que dice el autor que dijo el teórico original.
Con ello se torna aún más difícil que el estudiante pueda apropiarse
los conceptos y luego ser capaz de utilizarlos para explicar la realidad,
pues su comprensión de dichos conceptos está doblemente mediada
antes de llegar a él.
Si bien la mayor consolidación del campo académico de la
comunicación y el mayor nivel de calificación educativa de los agentes
docentes ha impactado favorablemente en algunos contenidos de
las asignaturas, persisten enfoques ya rebasados o cuando menos ya
desde hace años revisados o reexpuestos a partir de nuevas perspectivas en el campo académico de la comunicación nacional –y no se
diga internacional–.
Por otra parte, las obras y los autores considerados en las bibliografías indican que, desde sus inicios y hasta la fecha, se ha analizado
a la comunicación desvinculada de otros procesos sociales, quizá porque, en el afán de legitimarse como campo, el de la comunicación –al
menos en este caso regional– se separó de su origen sociológico.
Ante ello, cabe concluir con una reflexión de Armand Mattelart, para quien el problema de las ciencias de la comunicación “es que
no dan a los estudiantes, a quienes se integran al campo, un punto
de partida disciplinario para introducirse en lo interdisciplinario [...].
En muchas formaciones en comunicación e información faltan nociones básicas como Estado, sociedad civil o institución” (Rodríguez,
2004:s/p); o como expresó Cristina Puga (2007) en una conferencia
dictada hace poco en Mexicali: “a las carreras de comunicación les
hace falta teoría social”. Y algo de filosofía.
77
Huellas compartidas
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Glosario de siglas y acrónimos
Acceciso, Asociación para la Acreditación y Certificación en Ciencias
Sociales, A.C.
AMIC, Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación.
ANUIES, Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de
Educación Superior.
CIEES, Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación
Superior.
Conacyt, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Coneicc, Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Ciencias
de la Comunicación.
Copac, Consejo para la Acreditación de la Comunicación.
Fomes, Fondo para la Modernización de la Educación Superior.
ITESM, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
ITESO, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente.
PIFI, Programa Integral de Fortalecimiento Institucional.
Promep, Programa de Mejoramiento del Profesorado.
SEP, Secretaría de Educación Pública.
SESIC, Subsecretaría de Educación Superior e Investigación Científica,
hoy SES, Subsecretaría de Educación Superior.
SNI, Sistema Nacional de Investigadores.
UAM, Universidad Autónoma Metropolitana.
UIA, Universidad Iberoamericana.
UNAM, Universidad Nacional Autónoma de México.
80
El subcampo profesional de la comunicación en Mexicali
Una visión desde las prácticas periodística y organizacional
HUGO MÉNDEZ FIERROS
SUSANA ESPINOSA VELÁSQUEZ
Introducción
En este capítulo se presenta una retrospectiva de las relaciones entre
el campo académico de la comunicación y algunos de los principales sectores del mercado laboral en Mexicali, desde 1986, año de
la creación de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en
la Escuela de Ciencias de la Educación, hoy Facultad de Ciencias
Humanas (FCH), de la Universidad Autónoma de Baja California
(UABC), hasta 2006, fecha en que este programa académico arribó
a sus 20 años de edad.
Esta memoria reúne una serie de datos que, párrafo a párrafo, tejen una descripción histórica del surgimiento e inicio de la
consolidación del campo académico de la comunicación en Baja
California, visto desde el subcampo denominado como profesional
o de aplicación de conocimientos (Vasallo, 2005; Fuentes Navarro,
2003, 1998, 2001).
Para lograr lo anterior, se define conceptualmente el campo
académico de la comunicación, y de manera particular el subcampo
profesional integrado por el conjunto de prácticas de aplicación del
conocimiento, en el que intervienen decididamente fuerzas externas
al campo.
Posteriormente, se plantean algunas de las prácticas desarrolladas durante el nacimiento del primer plan de estudios de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la UABC, que fue la primera
81
Huellas compartidas
institución que ofreció esta carrera universitaria en Mexicali, y con
ello se describe el surgimiento del subcampo profesional, a través de
algunos testimonios de protagonistas de este suceso.
Con el objeto de complementar el trabajo en este apartado,
se describen los casos de dos sectores del ámbito laboral de los egresados de la carrera de ciencias de la comunicación, que han sido
consustanciales para la historia del propio campo académico: los
medios de comunicación y las oficinas de comunicación social u
organizacional.
Para cerrar este capítulo, se ensayan algunas consideraciones
finales en torno al subcampo de aplicación de conocimientos en
la actualidad, y para ello se revisan lacónicamente los ejercicios de
servicio social y prácticas profesionales que los estudiantes de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias
Humanas de la Universidad Autónoma de Baja California desarrollan
como una primera fase de su vinculación con el mercado laboral,
con el propósito de observar las primeras opciones institucionalizadas
que tienen estos jóvenes para su desarrollo profesional, tanto en la
iniciativa privada como en el sector público.
Dentro del campo académico: el subcampo profesional
Para la investigadora brasileña María Immacolata Vasallo de Lopes,
el campo académico de la comunicación se puede definir como el
“conjunto de instituciones de educación superior destinadas al estudio
y a la enseñanza de la comunicación, donde se produce la teoría, la
investigación y la formación universitaria de los profesionales de la
comunicación” (Vasallo, 2005:44).
A partir de la concepción anterior, dentro del campo de la
comunicación operan entre sí tres subcampos definidos de manera
particular por las prácticas que en cada uno de ellos se desarrollan:
el de producción (investigación), el de reproducción (docencia) y el
profesional (aplicación de conocimientos).
Raúl Fuentes Navarro, investigador del campo de la comunicación en México, plantea que el
82
El subcampo profesional de la comunicación
primer modelo heurístico (estructural) del campo académico de la
comunicación sobre el que se orientó la investigación tuvo como
propósito distinguir (y relacionar entre sí) tres modalidades de prácticas académicas: las centradas en la producción, en la reproducción
y en la aplicación del conocimiento sobre la comunicación [...]
cada una de estas modalidades está sujeta a determinaciones (tanto
‘internas’ como ‘externas’) diversas, y que deberían estar articuladas
entre sí mediante un núcleo común de sentido básico compartido,
que constituiría lo que podría llamarse ‘matriz disciplinaria’ (Fuentes
Navarro, 1998:68).
Por el propio objetivo de este capítulo, y porque tanto lo referente a las prácticas de producción de conocimientos identificadas
propiamente como investigación como lo concerniente a las prácticas
de reproducción o de docencia son tratados por otros autores en distintos apartados de esta publicación, nos centraremos en las prácticas
de aplicación del conocimiento vinculadas de diversas maneras al
ejercicio profesional en el mercado laboral.
Las prácticas de aplicación del conocimiento se centran en el ámbito
general de la “profesión” que operan los sistemas de comunicación
social y son reguladas por el mercado en que concurren tanto las
instituciones especializadas en esta función (medios “masivos”,
agencias de publicidad o de noticias, etc.), como individuos calificados formal (título universitario, colegio o asociación profesional)
o informalmente (“experiencia” reconocida) como competentes en
alguna de las múltiples especialidades de esta rama de la actividad
económica (Fuentes Navarro, 1998:69-70).
En el mismo sentido, Vasallo de Lopes (2005) señala que el subcampo profesional se define a partir de las prácticas de aplicación del
conocimiento adquirido formalmente en las instituciones de educación
superior y que promueve vínculos diversos con el sector laboral.
Para entender el desarrollo del subcampo profesional en Baja
California, y concretamente en Mexicali, es menester revisar el toral
papel que el propio campo laboral relacionado con las prácticas
comunicativas institucionalizadas ha jugado desde el surgimiento
del primero.
83
Huellas compartidas
Aquí es importante anotar que el diálogo con el campo laboral
de los medios de comunicación masiva regionales y de las oficinas
de relaciones públicas y de comunicación social del sector público
de los tres órdenes de gobiernos fue germen para el nacimiento y lo
sigue siendo en la incipiente consolidación del campo académico de
la comunicación en la frontera noroeste de México.
Ahora se revisarán algunas de las prácticas desarrolladas durante
el surgimiento del primer plan de estudios de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la UABC, que fue la primera institución
que ofreció esta carrera universitaria en la capital bajacaliforniana,
para lo que se incorporan las voces de algunos actores importantes
en esta historia.
Ciencias de la comunicación en la UABC-Mexicali
Raúl Fuentes Navarro (2003) señala que, “Con todas las variantes del
caso, en México y América Latina han predominado sucesivamente
tres “modelos fundacionales” para la formación de comunicadores
universitarios, que de diversas manera articulan en el currículum los
saberes recortados como pertinentes en función de diversos perfiles y
determinaciones profesionales. Cada uno de estos modelos, a su vez,
ha configurado de distintas maneras el núcleo operante de la comunicación como disciplina académica, sin que, no obstante, ninguno
de ellos haya logrado la consistencia suficiente para legitimarse ni
profesional ni universitariamente” (Fuentes Navarro, 2003:401).
El modelo de mayor arraigo y antigüedad en las universidades
mexicanas es el de la formación de periodistas. El segundo modelo es
el del reconocimiento del comunicador como un intelectual, desde
una perspectiva humanista. Y el tercero se mueve hacia el derrotero
de la concepción del comunicólogo como científico social (Fuentes
Navarro, 2003, 1998).
En el caso que nos ocupa, el de la carrera impartida en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Autónoma de Baja
California, es posible inferir que presenta en su seno una hibridación
de los tres modelos enunciados. Surge emulando en el diseño cu84
El subcampo profesional de la comunicación
rricular al segundo modelo planteado párrafos arriba, pero con una
fuerte influencia del primero en la práctica y en el diálogo con el
sector laboral. Y lo que nos enseña la historia del último lustro es la
emergencia de un tránsito veloz y decidido hacia la concepción del
comunicólogo como científico social.
Si bien la carrera fue creada oficialmente en 1986, fue en el
periodo agosto-diciembre de 1990 cuando egresa la primera generación, que de manera sintomática eligió como padrino al periodista
Pedro Ferriz de Con. En Baja California, eran los tiempos en que
para pensar el proceso de la comunicación social obligadamente se
debía partir de los medios, que eran conceptuados como fines en
sí mismos, en buena medida porque el campo académico de esta
región norteña tiene raíces profundas en el hacer comunicativo, en
la práctica laboral, pues los profesores fundadores y diseñadores del
plan de estudios inicial de esta licenciatura eran profesionistas de
otras áreas teóricas, como la sociología, el derecho o la educación,
o bien periodistas, diseñadores editoriales, publicistas, gestores de
comunicación institucional, o productores de audio y video.
Francisco Chang Leo, director de la Escuela de Ciencias de
la Educación en el periodo 1980-1983, relata el surgimiento de la
carrera de ciencias de la comunicación de la siguiente manera:
Como director de la Escuela de Ciencias de la Educación promoví
en el final de mi gestión la creación de cuatro carreras: Licenciatura
en Psicología, Licenciatura en Relaciones Internacionales, Licenciatura en Periodismo y Licenciatura en Ciencias de la Comunicación;
entonces, cuando yo las propuse me dijeron:
Mira, periodismo y comunicación son muy similares, escoge
entre una de las dos. Y me decidí por comunicación, porque ésta
era más diversa, y entonces periodismo la dejamos de lado. Sobre
Relaciones Internacionales hubo ciertas objeciones, y entonces se
quedaron las carreras de Psicología y Ciencias de la Comunicación.
En ese momento estaba terminando el periodo rectoral de Rubén
Castro Bojórquez (1979-1983), no había plan de estudios, no había
nada. Nada más estaban con un voto de confianza del rector para
que cuando él creyera conveniente se hicieran todos los trámites.
Salí por motivos políticos de la dirección de la escuela y me
sumé al equipo de la Dirección de Planeación en la Rectoría, y en
85
Huellas compartidas
este ínter me tocó el cambio de rector. Llegó el licenciado Héctor
Manuel Gallego García (1983-1987), y él impulsó la generación de
estas nuevas carreras y le asignó la responsabilidad, precisamente, al
área de Planeación, y ya en esa área, pues, me tocó a mí iniciar con el
proceso, porque, como yo tenía formación de profesor, estaba en el
área de Proyectos Educativos. De esta forma a mí me tocó desarrollar
el plan de estudios de la carrera de Ciencias de la Comunicación.
Así surgió la carrera de Comunicación en la UABC.
La carrera de ciencias de la comunicación nace en 1986 de
manera coyuntural, para dar soporte a la Escuela de Ciencias de la
Educación y evitar se cerrara como unidad académica, previniendo
la falta de interés por la carrera de ciencias de la educación.
La propuesta y aceptación de la carrera generó inquietud y preguntas tanto al interior de la universidad como fuera de ésta, sobre todo
entre los trabajadores de los medios de comunicación, quienes mostraron una fuerte resistencia y clara oposición a la creación de la carrera.
A mediados de la década entre 1980 y 1990 las empresas informativas
tenían como una característica principal la incorporación en sus filas de
periodistas empíricos, hechos en el seno del ejercicio profesional; algunos
habían aprendido el oficio como aprendices de los compañeros más
experimentados, a quienes acompañaban en sus jornadas, y éstos iban
preparando, aconsejando a sus pupilos; otros habían recibido cursos de
capacitación con duración promedio de dos semanas.
El trabajo para el diseño del primer plan de estudios se inició en
este contexto; las primeras ideas surgieron de una búsqueda entre las
universidades del país que en ese momento ya ofrecían la carrera.
Chang Leo lo explica así:
“Indagué cuántas y cuáles tenían la carrera de periodismo y cuáles la
de comunicación. Me acuerdo que comunicación estaba en Puebla,
en la Universidad Iberoamericana y en la UNAM; eran tres nada más.
Y en Periodismo nomás había una, la Carlos Septién. Entonces, aquí
en el noroeste no había nada, nada, y entonces dijimos: “Pues, vamos
a crearla”. Todo el proceso de búsqueda lo realizamos por teléfono;
eran llamadas de hasta un par de horas. Y ya cuando estábamos en el
diseño del plan de estudios, me tocó hacer dos viajes a la UNAM.1
1
86
Por supuesto, aunque Chang Leo haya detectado ese número de programas,
El subcampo profesional de la comunicación
Primero, para desarrollar el plan se acudió con algunas personas que laboraban en los medios de comunicación o que sabíamos
que tenían estudios en el área; aunque eran pocos, como tres, y no
recuerdo sus nombres. La periodista Colilá Eguía nos contactó con
varios reporteros; pero ¡no te imaginas cómo nos trataron los periodistas de ese entonces. ¡Nos trataron muy mal! En general, podemos
decir que no querían ellos que se abriera la carrera en Mexicali; yo
pienso que sus reacciones eran por miedo a la competencia. Nos
decían: “No, esa carrera no tiene futuro. Aquí en Mexicali no va
haber gente interesada. ¿Para qué la traen acá? Déjenla en el centro.
Esa licenciatura es para personas preparadas”. Así, de ese tamaño,
fueron las críticas.
Ya después, cuando ya se estaba desarrollado el plan, viajamos al
Distrito Federal y nos entrevistamos con varios académicos y periodistas. Les propusimos las materias, ellos nos recomendaron alguna
bibliografía y otras fuentes; nos pidieron que se los mandáramos
nuevamente por correo [postal], y así trabajamos.
Tema esencial de este capítulo es la observación del perfil de
egreso del primer plan de estudios, puesto que ahí se concentra la
perspectiva que se había construido en torno a la aplicación de los
conocimientos de los egresados de la licenciatura, un puntal para el
entendimiento del subcampo profesional del campo académico de
la comunicación en Baja California.
El responsable del diseño del primer plan de estudios, Francisco
Chang, explica cómo se definió el perfil de egreso:
El perfil de egreso lo definimos a partir de la separación entre las concepciones de comunicadores y de comunicólogos, porque sobre eso nos
hicieron mucho énfasis en la UNAM y en la Ibero. Nos decían: “¿Qué
quieren ustedes, comunicadores o comunicólogos? En ese momento,
definir eso era muy importante. Y bueno, yo les decía. “¿Cuál es la diferencia?” Porque, pues mi formación era otra. Y entonces me decían:
“Mira, [los] comunicadores son personas que van a andar en el gremio
ya en los años ochenta había muchos más. Tan sólo en la región noroeste, el Coneicc
tenía registradas las siguientes licenciaturas en comunicación, con sus respectivos
años de fundación: Escuela de Comunicación Social de Sinaloa (1977), Universidad
Autónoma de Chihuahua (1978), Universidad del Noroeste (1979), Universidad de
Sonora (1982) y Universidad Kino (1985).
87
Huellas compartidas
periodístico; van a trabajar en televisión, en radio, como diseñadores.
Y por otro lado, el comunicólogo es un cuate que va a estar detrás de
un escritorio haciendo estudios de ciencias de la comunicación...” Ah,
entonces el perfil de egreso del estudiante de ciencias de la comunicación
tenía un énfasis de 80 por ciento de comunicadores y 20 por ciento
de herramientas para en caso de que quisiera hacer investigación. Así
surgió el perfil de egreso del primer plan de estudios.
El primer plan de estudios 1985-2 plantea en su perfil de
egreso que el
egresado de la carrera de ciencias de la comunicación es el profesional
que se especializa en el manejo teórico-práctico de los diferentes
medios masivos de información.
•Elegresadodeestalicenciaturadominaelusodellenguajeoral,
escrito y no verbal, así como el manejo humano de la comunicación.
•Poseeconocimientosgeneralesparalaadministraciónderecursos humanos y económicos; está capacitado para la implementación
de campañas dentro de una organización.
•Porsuformaciónprofesional,esconscientedelafunciónsocial
que como innovador le toca desempeñar dentro de su comunidad.
•Porotraparte,estácapacitadoparaimpartirdocenciaanivel
técnico, medio superior y superior.
•Encuantoalainvestigación,cuentaconlosconocimientosy
las habilidades necesarias para efectuarla en cualquiera de las áreas
de su carrera.
• Atiende lo referente a los procesos comunicativos desde la
planeación, ejecución, difusión, análisis y control en cualquier
organización donde se realice una acción comunicativa.
•Produce,creayproponelasformasdecomunicaciónparasatisfacer necesidades y atender problemas en la sociedad (UABC, 1985).
Dentro del subcampo profesional: la práctica periodística
Entre los distintos ámbitos del campo laboral relacionados con las
prácticas comunicativas institucionalizadas con los cuales se estableció
un diálogo para la definición de los contenidos, propósito, perfil de
88
El subcampo profesional de la comunicación
egreso e ingreso del primer plan de estudios, destaca el de los medios
de comunicación por una paradoja.
En primer lugar, de este ámbito laboral emergieron las voces que
se opusieron férreamente al surgimiento de la carrera; a la vez, los medios de comunicación representaron en los inicios de la licenciatura una
de las principales fuentes de empleo de los egresados de la carrera.
El gremio periodístico de Mexicali está conformado actualmente
por tres distintas generaciones, definidas con base en los años de experiencia en el oficio y en la formación profesional con que cuentan
los reporteros: Generación empírica: periodistas que se formaron en
la práctica diaria, que no cursaron una carrera profesional y que a la
fecha cuentan con más de 20 años en el oficio periodístico. Generación
intermedia: periodistas egresados de diversas carreras universitarias, mas
no de ciencias de la comunicación; que integran conocimientos teóricos
y experiencia práctica en su labor periodística; cuentan con más de 15
años en el oficio. Y la Generación comunicológica: reporteros egresados de
la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, que fueron formados
en las aulas universitarias como especialistas en el manejo de diversos
lenguajes, entre ellos el periodístico, y que cuentan con menos de 15
años de experiencia en el oficio (Méndez, 2006).
Se observa que a un gremio tradicionalmente ocupado por
trabajadores empíricos y de formación universitaria ajena a la comunicación se incorporaron a principios de la década de 1990 distintos
grupos de egresados de las primeras generaciones, lo cual impactó en
las prácticas periodísticas y en su relación con el poder político.
Respecto al primer caso, el escritor y profesor universitario
Gabriel Trujillo Muñoz señala en La canción del progreso: vida y
milagros del periodismo bajacaliforniano que en los primeros años de
los noventa “la situación de la prensa bajacaliforniana [está] bajo la
presión ocasionada –mediante las críticas y nuevas formas de hacer
las cosas– por parte de las nuevas generaciones de egresados de las
escuelas de comunicación [...]. La aparición de las carreras de ciencias
de la comunicación en Mexicali y Tijuana implica la creación de una
conciencia más crítica del trabajo periodístico” (2000:473 y 474).
En el segundo caso, es importante hacer notar que la institucionalización del campo académico de la comunicación en Baja
89
Huellas compartidas
California inicia paralelamente a la implantación del primer gobierno
estatal de oposición al priísmo en México. En 1989 se reconoce el
triunfo de Ernesto Ruffo Appel a la gubernatura de Baja California,
lo que generó nuevas relaciones entre la prensa y el poder político;
sin duda, estos nuevos aires también influyeron favorablemente para
que cada vez más jóvenes se incorporaran a los nuevos medios que
surgieron con el nuevo gobierno de oposición.
Las formas tradicionales y las modernas de hacer y vivir el periodismo
chocan y dan por resultado un boom de publicaciones de toda índole,
que buscan capitalizar algo que la prensa oficial había ignorado: la
voz de una sociedad harta de manipulaciones y mentiras, la cual exige, multitudinaria y visceralmente, ser escuchada y atendida en sus
reclamos populares. 1989 es, así, un parteaguas político de magnitud
nacional. Por ello los reacomodos en los medios de comunicación locales, que son una de las manifestaciones más visibles de los reacomodos
de las fuerzas políticas de la entidad (Trujillo, 2001:447-448).
En el panorama actual de las empresas de comunicación asentadas en Mexicali se cuenta con radiodifusoras, televisoras, diarios,
semanarios, revistas en formato impreso y en páginas web. Entre las
características de estas empresas destaca su carácter oligárquico, en
cuanto a la pertenencia de la mayoría de ellas a familias de empresarios
que mantienen intereses en actividades productivas diversas y no sólo
en el ámbito comunicacional. Reflejo de lo anterior es que las empresas
mediáticas de Mexicali, en los más de los casos, no son dirigidas por
periodistas ni por profesionales de las ciencias de la comunicación.
La oferta del universo mediático electrónico de Mexicali está compuesta por 20 estaciones de radio, que se concentran básicamente en tres
grupos oligárquicos: Grupo MVS, Organización Radiorama y Cadena
Baja California. En Televisión se cuenta con tres canales de televisión
abierta y tres de señal privada por cable, que, además de pertenecer a
consorcios como Televisa y TV Azteca, son orientados hacia el entretenimiento y dejan de lado los programas de noticias y análisis.
El desarrollo tecnológico ha exigido nuevas competencias, y
ahora los reporteros egresados de ciencias de la comunicación representan mayor número que los reporteros empíricos. Los primeros –por la
90
El subcampo profesional de la comunicación
diversidad de su formación– han llegado a ocupar distintos espacios en
los medios, en las áreas de preproducción, producción y posproducción,
como reporteros gráficos, publicistas, diseñadores editoriales y gráficos,
y en áreas administrativas con diversas responsabilidades.
Dentro del subcampo profesional:
la comunicación organizacional
Para responder a la evolución del mercado de trabajo, una tendencia
que se ha ido generalizando es la formación de comunicadores especializados en desarrollar dos perfiles: el de comunicación organizacional y
el de medios. El primero también es denominado “comunicación de
fuentes” (Piñuel en Ribeil, 1998), por ser las organizaciones quienes
generan información dirigida hacia el entorno social, y el segundo es
diseñado para la difusión de información generada por la dinámica
social a través de los medios masivos. Otras instituciones hacen énfasis
en la importancia de la investigación, pero también cuentan con talleres
de creatividad audiovisual, producción y realización televisiva.
Al revisar el caso concreto de la comunicación organizacional,
la Asociación Mexicana de Comunicación Organizacional (AMCO,
1998) se dio a la tarea de reunir teoría y práctica mediante una serie
de acciones en las que académicos y consultores analizan y discuten la
formación del comunicador organizacional para integrarse al campo
laboral, y ha elaborado las siguientes propuestas:
•Formarencomunicaciónynoenadministración.
•Investigarlamaneraenqueafectalaeconomíaenlaactividad
productiva de la empresa.
•Consideraralosmedioscomoherramientasparaeldiseño
de estrategias corporativas.
•Tenercreatividadparainterrelacionarseconelcampolaboral
y diseñar soluciones imaginativas, así como para tener una visión de
mediano plazo.
•Crearcapacidaddediscernimiento,fundamentadoenbases
filosóficas, para facilitar la identificación de lo que las organizaciones
91
Huellas compartidas
son, quieren ser y su deber social, así como la capacidad de distinguir
y analizar las diferentes realidades organizacionales.
• Desarrollar habilidades de comunicación interpersonal,
expresar conceptos en palabras familiares y claras para el interlocutor, manifestar puntos de vista y necesidades con claridad, escuchar
con precisión e intuición, identificar las necesidades, características,
recursos, valores y capacidades del interlocutor, así como los rasgos
culturales de los diferentes públicos y grupos.
•Desarrollarhabilidadesenelmanejodepaqueteríadesoftware.
Aquí es menester hacer notar que, en el caso concreto de los egresados de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Facultad
de Ciencias Humanas de la UABC, la mayor concentración de empleo
de los egresados del perfil organizacional se encuentran en las áreas de
comunicación social, relaciones públicas, recursos humanos, agencias
de publicidad e instituciones de educación media y superior.
De acuerdo con un análisis realizado por Espinosa (2003)
respecto a la evaluación expresada por los supervisores de prácticas
profesionales y las autoevaluaciones de los practicantes en cada área
de desempeño, se identifica que en el caso de la comunicación social
la mayor queja es la falta de conocimiento sobre análisis político y
económico, así como acerca del periodismo.
En cuanto a la publicidad, es una de las áreas más solicitadas
por los practicantes y, a su vez, la que más ha generado autoempleo,
con la apertura de agencias por los propios egresados. Aun así, los
supervisores recomiendan que:
• Se requiere desarrollar habilidad en diseño con soporte
teórico.
•Sedesarrollanhabilidadesdediseñoúnicamenteaquienes
ya las tienen.
•Aloscreativoslosencuentrantibiosensuspropuestas;los
describen como temerosos y repetidores de lo que ven localmente.
•Lospropietariosnosproponenmejormanejodepaquetería
especializada, seguridad en la presentación de proyectos y conocimiento de la elaboración de presupuestos.
92
El subcampo profesional de la comunicación
En lo que a las relaciones públicas y la comunicación social respecta, el manejo de información para medios es tal vez el punto débil.
De manera específica, la constante queja está relacionada con:
•Faltadeinformaciónparaelaboracióndeboletinesyrealización de conferencias de prensa.
•Análisisymonitoreodeinformacióngeneradapormedios.
•Faltadeconocimientosobrelasituaciónpolíticayeconómica
del estado.
En la comunicación organizacional, a pesar de que esta disciplina se conforma por publicidad, relaciones públicas e información
interna y comunicación social, se evaluó a aquellas organizaciones
en las que se encuentra un área de comunicación relativa, y aunque
ésta se trabaja muy poco, la constante es la necesidad de:
•Mejorarconocimientosdeadministración.
•Mejorarredacción.
•Diseñográico.
•Diseñoeditorial.
•Mayorcreatividad.
•Habilidadparahablaranteauditorios.
Cabe hacer notar que las empresas de medios solicitan practicantes de este perfil con mayor frecuencia, así como la industria
maquiladora y las paraestatales. El nivel que están alcanzando es
como responsables con tendencia gerencial.
Actualmente, el interés por estudiar e intervenir en las organizaciones va en aumento, así como la búsqueda de nuevos modelos y
paradigmas que permitan entender y promover una sinergia a partir
de una verdadera participación activa de las personas y grupos con
los que la organización interactúa. Se está generando un eclecticismo
teórico, metodológico y operativo a partir del enfoque de sistema
abierto, por lo que se pueden encontrar propuestas de sistemas simbólicos interpretativos, interaccionistas y lingüísticos.
Entre las coincidencias que se encuentran entre todas esas
93
Huellas compartidas
propuestas, se reconoce que las organizaciones conforman un sistema
social estructurado y estructurante en una relación dinámica con su
medio ambiente, que requiere de la comunicación dinámica y participativa para transformarse a sí mismo y contribuir a la transformación
de las organizaciones en sus componentes, estructuras, procesos y
demás partes internas, como órganos productivos de la sociedad
(Nosnick en Rebeil, 1998; Denison, 1991; McLeod, 2000).
Otra coincidencia se halla en la concepción de que las organizaciones requieren un sistema filosófico que incluya pensamiento,
valores, concepciones y propósitos organizacionales para satisfacer
las necesidades del sistema, estableciendo la estructura en la que el
equipo pueda desarrollarse bien, y para asegurar que así sea necesita
crear espíritu de equipo y mantener una alta moral de grupo para el
logro de resultados. Finalmente, las propuestas coinciden también
en que la organización ha de ser un sistema cultural que no dependa
de unos pocos con poder de determinar las políticas, sino que esté
compuesto por todos los individuos y grupos que la integran.
A manera de cierre en este apartado, se puede decir que la
praxis de la comunicación organizacional es cada vez más requerida
tanto en el sector público como en el privado, y que su principal
fuerza radica en la capacidad de generar procesos de producción
de un verdadero intercambio de ideas para la toma de decisiones
participativas y consensuadas, que generen una unidad de visión,
la capacidad de hacer circular a tiempo la información con sentido
y pertinente de manera bidireccional al sistema, y la capacidad de
ser sensible para identificar los diferentes usos del consumo que
se producen entre los actores del proceso de interacción inter e
intraorganizacionales.
La comunicación organizacional no sólo debe fundamentarse
en informar y difundir lo que hacen otros, sino en proporcionar
las facilidades para que los diferentes actores puedan comunicarse,
realizar los análisis y el seguimiento de los procesos comunicativos
necesarios para poder proporcionar asesoría a quienes lo requieran,
trabajar en equipo con las diversas áreas que también trabajan la comunicación e información y, sobre todo, ser sensibles a las diferencias
y tener actitud de servicio.
94
El subcampo profesional de la comunicación
Consideraciones finales
Las carreras con mayor número de egresados en México son educación
básica secundaria y normal, contaduría, derecho, ingeniería computacional, medicina, ciencias de la comunicación, pedagogía e ingeniería electrónica, de acuerdo con “Escenarios de prospectiva 2000-2006-2010”,
la investigación realizada por la Asociación Nacional de Universidades e
Instituciones de Educación Superior (ANUIES, 2003) sobre el comportamiento del mercado laboral de profesionistas en México. En el caso de
las ciencias de la comunicación, en 2002 había en el país 250 escuelas
que ofrecían la carrera relativa y cerca de 70 mil estudiantes.
En ese mismo trabajo de investigación se realizó un análisis del
comportamiento de los egresados de acuerdo con los sectores económicos de la sociedad; en ese análisis las ciencias de la comunicación,
o en su caso la industria de los medios masivos de comunicación, no
aparecen registradas por la ANUIES. Sin embargo, otro de los análisis
que presenta la misma ANUIES es el comportamiento del empleo, y
en este análisis las ciencias de la comunicación se encuentran en sexto
lugar respecto a las 12 carreras que presentan mayor dinamismo o
mayor crecimiento en materia laboral.
Por otra parte, según el Consejo Nacional de la Enseñanza e Investigación de las Ciencias de la Comunicación (Coneicc), para 2005 la carrera
se ofrecía en más de 372 instituciones educativas de la República.
En el caso de los más de 1 300 egresados de la Licenciatura en
Ciencias de la Comunicación de la UABC, Campus Mexicali, 739 se han
titulado. Hasta 2005, en promedio, el 80 por ciento de la matrícula eran
mujeres y el 20 por ciento hombres. Para 2007 esta relación cambió: el
54.7 por ciento eran mujeres y el 45.3 por ciento hombres. De acuerdo
con el Padrón de Titulados de 2005, 493 son mujeres y 162 hombres,
con un 60 por ciento de los egresados ejerciendo la carrera.
Ahora bien, tras la retrospectiva realizada, se puede inferir que en
el subcampo profesional del campo académico de la comunicación en la
frontera noroeste de México hay dos sectores del ámbito laboral que han
sido consustanciales a la historia del propio campo: los medios de comunicación y las oficinas de comunicación social y/o organizacional.
La importancia de estas dos grandes áreas de aplicación del co95
Huellas compartidas
nocimiento de los egresados en la historia del campo académico está
registrada, no solamente en ocupación de espacios por parte de los comunicólogos, sino por las vertientes de formación profesional inscritas
en los planes de estudio, y tanto en el plan de estudios de 1985 como
en los de 1993 y 2003 las áreas, los perfiles y ahora líneas de electividad
vinculadas al ejercicio profesional en medios de comunicación y en la
comunicación organizacional han sido eje rector en este sentido.
Aunado a lo anterior, la propia formación de posgrado de la
mayoría de los docentes de tiempo completo ha seguido el derrotero de estos dos caminos, si bien es cierto que en otro nivel, el de la
producción de conocimientos o de la investigación, los objetos de
estudio pueden ser ubicados en las áreas mencionadas.
Otro de los referentes del papel toral que tanto medios de
comunicación como oficinas de comunicación social y/o organizacional han jugado está plasmado en las distintas unidades que
en el campo de la reproducción o de la docencia han gestionado
para la aplicación de los conocimientos a través de los programas
de servicio social y de prácticas profesionales.
En cuanto al programa de servicio social, es importante hacer mención que en la UABC el reglamento para prestar ese servicio también cambió,
y a partir de 2005 únicamente pueden obtener apoyo de los prestadores de
servicio social comunitario y profesional las instituciones del campo social
cuyas actividades sean de apoyo a la sociedad y no lucrativas.
La medida fue tomada a causa de que en muchos casos se utilizaba
a los estudiantes como “mano de obra moldeable y barata”. Se cancelaron
cientos de programas, y entre ellos todos los de medios masivos, puesto
que cada uno de ellos representa intereses de grupos privados. En la actualidad, únicamente se permite prestar servicio social en instituciones no
lucrativas cuyas actividades apoyen el desarrollo y el bienestar social.
En 2005 se registraron 27 programas de servicio social; en
2006, 32, y en 2007, 31, todos ellos en la etapa profesional. En 2005
las instituciones del sector público gubernamental fueron quienes más
programas registraron, sobre todo en las áreas de relaciones públicas,
comunicación organizacional y publicidad. En 2006 el panorama
mostró cambios nuevamente, y en los 14 programas registrados las
actividades más solicitadas fueron las de capacitación y comunicación
96
El subcampo profesional de la comunicación
social; pero para 2007 nuevamente la comunicación organizacional
y las relaciones públicas fueron las más requeridas.
En el caso de los prestadores de servicio social de la etapa comunitaria, en 2005 la más requerida fue la comunicación social. En el directorio
2007 del Departamento de Información del Gobierno del Estado hay
registradas 49 dependencias, 25 de las cuales tienen programas de servicio
de comunicación social, lo que representa más del 50 por ciento.
Al revisar las condiciones en las que se encuentran las unidades
homologadas a departamentos en Mexicali, se observa que cada una
de ellas está integrada por tres personas y el 98 por ciento es atendido
por egresados de la UABC.
Finalmente, en lo que al programa de prácticas profesionales
se refiere, en el último mes de 2007 éste integra un total de 53
unidades receptoras de estudiantes de ciencias de la comunicación.
Los medios de comunicación, la propia UABC y las áreas de comunicación social u organizacional tanto del sector público como de
la iniciativa privada componen los tres grandes subsectores que
han registrado el mayor número de programas de práctica profesional y que, por ende, mayor número de estudiantes de ciencias
de la comunicación han contribuido a formar.
Las entidades del campo laboral del comunicólogo que mayor
número de programas de práctica profesional mantienen en la fecha
indicada son los medios de comunicación, con 13 unidades registradas, seguidas de la propia UABC con 12 programas; en este caso,
predominan las actividades de producción audiovisual y relaciones
públicas, el apoyo a investigaciones en curso, etcétera.
Las distintas oficinas de comunicación organizacional del
sector público suman 11 programas registrados, mientras que las de
la iniciativa privada registran nueve.
Estas cifras pueden ilustrar la retrospectiva de las relaciones entre
el campo académico de la comunicación y dos de los principales sectores
del mercado laboral en Mexicali: los medios de comunicación y las
áreas de comunicación organizacional, los cuales, desde la fundación
de esta licenciatura hasta nuestros días, han dejado una impronta en la
formación y el desarrollo profesional de los estudiantes de ciencias de
la comunicación de la Facultad de Ciencias Humanas de la UABC.
97
Huellas compartidas
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EDUCACIÓN SUPERIOR (ANUIES), “Sobre el comportamiento del
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98
La formación del comunicador
organizacional en la Universidad
Autónoma de Baja California, Mexicali
GRACIELA PAZ ALVARADO
YAZMÍN VARGAS GUTIÉRREZ
La educación, en su sentido más amplio, es entendida como el proceso
de formación y desarrollo del sujeto para insertarse en una sociedad determinada, o sea, como formación para la vida en sociedad, y en un sentido
más estrecho, como el proceso de enseñanza-aprendizaje que se realiza en
determinadas instituciones docentes, sujeto a normas preestablecidas y
evaluaciones periódicas, que conduce a la obtención de una forma concreta
de reconocimiento, como un título o un grado académico.
Formación proviene del latín formatio, que significa “acción y
efecto de formar”. La formación del hombre se considera el “fin de la
educación”, porque la conduce al desarrollo ponderado de todas las
facultades específicas. Pero esta práctica del desarrollo debe, además,
hacerse evidente a través del ejercicio docente del educando.
En la formación se destacan dos paradigmas: el tradicional, que
toma a la formación como sinónimo de educación; y el ambientalista
o intervencionista, que entiende la formación como resultado de todas
las influencias que “con-forman” al hombre (Mesanza, 2002).
Por lo tanto, la formación se da en dos vertientes: de investigadores, cuya finalidad es la generación de nuevo conocimiento
científico, y de profesionales, que proporcionan un servicio social.
En estas vertientes subyace el conocimiento científico-técnico como
articulador del currículo, a fin de lograr la formación profesional en
determinados modelos coexistentes de ejercicio o práctica laboral”
(De Alba, 1993).
99
Huellas compartidas
Así, la formación profesional se entiende como la preparación para
llevar a cabo actividades laborales productivas. Debe estar en estrecha
conexión con la dinámica del empleo y, dada la frecuencia con que hoy
se producen los cambios de actividad laboral, ha de preparar para una
posible reconversión profesional, lo cual se consigue fundamentalmente a
través de una preparación básica polivalente, que no se restrinja a un área
del saber o a la preparación para un campo concreto de trabajo, sino que
permita el desarrollo de la persona en todas sus dimensiones mediante
una enseñanza lo más amplia posible. La formación profesional facilita
las readaptaciones laborales posteriores (Mesanza, 2002).
Una profesión se concibe como la ocupación que requiere un
conocimiento especializado de alto nivel, control sobre el contenido
del trabajo, autoorganización y autorregulación, altruismo, espíritu de
servicio a la comunidad y elevadas normas éticas” (Marín, 1993).
Las profesiones, según la perspectiva de Tenti referido por Marín,
“constituyen mediaciones entre las necesidades individuales y las necesidades funcionales de la sociedad, y contribuyen a la regulación y al control
que permiten el buen funcionamiento de la sociedad” (De Alba, 1993).
En un mundo globalizado y de constantes cambios, las facultades
de comunicación no sólo tienen el reto, sino la obligación de formar
comunicadores capaces de intervenir profesionalmente en la vida pública y ciudadana de su país. La formación eficiente y competitiva para la
inevitable movilidad laboral de los profesionales de la comunicación son
valores imprescindibles en las decisiones para formar comunicadores
responsables que impulsen el desarrollo social.
En ese sentido, el Consejo Nacional para la Enseñanza y la
Investigación de las Ciencias de la Comunicación, en un primer reporte de trabajo sobre los campos profesionales y mercados laborales,
“¿Desde dónde se enseña la comunicación en México?”, muestra
estadísticas, resultado de sus investigaciones, que indican que en 1994
había un total de 21 252 alumnos inscritos y 52 106 egresados de
la carrera de comunicación de 42 instituciones de carácter público
y privado del país (Benassini, 1996).
De igual forma, datos obtenidos de la Asociación Nacional
de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES)
dan cuenta de que en 2002 había aproximadamente 250 escuelas de
100
La formación del comunicador organizacional
comunicación y cerca de 70 mil estudiantes. Del mismo modo, el presidente del Coneicc anunciaba que para 2005 ya eran 372 las escuelas
de comunicación en el país y 75 mil los estudiantes (Mirabal, 2005).
Año
Escuelas
Matrícula
1994
2002
42
250
52 106
70 000
2005
372
75 000
Referencia
Benassini, 1994
ANUIES en
Benassini, 1994
Mirabal, 2005
Lo anterior indica que la formación de comunicadores en el país
va en aumento día con día, lo que implica una urgente reflexión al interior de los espacios académicos universitarios a fin de ofrecer programas
de estudios donde se refleje una planeación profesional formativa que
sea acorde tanto con la oferta como con la demanda que se exige de un
comunicador, para así responder a las necesidades del contexto social.
Asimismo, lo antes comentado también es un indicador de
que las carreras de comunicación en México han tenido desde sus
primeras ofertas cada vez mayor demanda y, por ende, mayor participación social. Las primeras opciones académicas en el campo se
ofrecieron en las escuelas de periodismo, en las que se formaron los
profesionales capaces de responder a las demandas del mercado laboral
que exigían los medios masivos de comunicación de ese momento.
Hoy las exigencias son otras; la diversidad de opciones de ofertas
académicas en comunicación se ha sumado al crecimiento y avance
del desarrollo social del país.
La variedad de opciones académicas ha traído consigo la diversificación de la formación del comunicador; incluso, la ubicación
geográfica de las instituciones que ofrecen el programa de estudios
se establece de acuerdo con estudios en los que se detectan las necesidades del mercado laboral.
Definir cómo ha de llevarse a cabo la formación del comunicador no es tarea sencilla; se requiere que el sector académico
profundice y reflexione sobre el quehacer de formador y la estrecha
relación entre el ejercicio profesional docente y el currículo que se
101
Huellas compartidas
ha definido institucionalmente, para dar una mejor respuesta a las
demandas que el sector laboral va señalando como predominantes,
como emergentes o bien como decadentes.
El ejercicio académico en el área de la comunicación no ha sido
tarea fácil; ha tenido que conquistar su espacio paulatinamente, pues
en su desarrollo histórico están involucradas otras disciplinas sociales,
cuya aplicación en el mercado laboral pareciera aún, hoy en día, confundirse o interponerse con el ejercicio laboral de la comunicación, o
bien encasillarlo en ciertos sectores dominantes vinculados a la industria
de los medios masivos de difusión, cuando la realidad es que “hoy no
podemos comprender la comunicación sin reflexionar que el comunicador es un mediador de los significados sociales, un ingeniero en
la incesante construcción y reconstrucción de los sentidos sociales, un
árbitro de la edificación cultural cotidiana” (Vera, 1998).
Si bien es cierto que los orígenes de la formación profesional del
comunicador se remontan a la formación de los periodistas, no hay
que olvidar que la maternidad de la comunicación ha sido adjudicada
a diversas áreas; entre otras, hacemos referencia a las más comunes:
la psicología, la sociología, la filosofía, la política, la economía, la
semiótica y la antropología.
En México, el desarrollo del campo de estudio en la formación
profesional del comunicador se encuentra en tres importantes escuelas
de periodismo, fundadas a finales de los años cuarenta y principios
de los cincuenta: la Escuela Carlos Septién García, la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y la Universidad Veracruzana,
las cuales han tenido como fin capacitar al personal que demandaba el
mercado laboral desde un concepto de comunicación que respondiera
a las necesidades de los medios masivos de información.
La formación profesional del comunicador organizacional
Varias son las interrogantes que con frecuencia se plantean al interior
de las universidades y facultades de comunicación. Las más frecuentes
tienen que ver con aspectos fundamentales de la vida social, política,
económica y cultural del país; por ende, suelen referirse a los procesos
102
La formación del comunicador organizacional
de cambios tan frecuentes y tan rápidos del contexto social, lo que necesariamente hace importante atender la formación de los estudiantes
que han de incorporarse al campo laboral como comunicadores en las
distintas instancias de la sociedad. De ahí que los planes y programas
de estudio han de encaminarse a la actualización y profesionalización
de los egresados para que sean capaces de responder a los grandes retos
que le deparan los tiempos presentes y futuros del campo laboral.
Los inicios del siglo XXI han estado marcados por grandes y
graves acontecimientos sociales y naturales que aquejan, lastiman y
hasta destruyen sociedades de la comunidad nacional e internacional.
La inseguridad social, que se manifiesta en atentados, asaltos, secuestros, homicidios, violaciones, robo de infantes y guerras, etcétera, toca
todos los días a la puerta de un número cada vez mayor de países,
hogares, familias, empresas e instituciones, que buscan protegerse de
innumerables formas para contrarrestar el peligro.
México, como otras naciones, vive la gravedad de los acontecimientos de igual o peor forma que el resto del mundo. La transformación social, política, económica y cultural que vive el país desde
las últimas décadas del siglo XX se han manifestado de una y mil
maneras, con sucesos que van de mal en peor; los medios masivos
de información pareciera que dan mayor énfasis a las noticias negativas, y como resultado de ello, vemos una sociedad poco receptora
a la información de los hechos que dan paso a una comunidad que
compite en un mercado internacional inmerso en la globalización y
que marca un definitivo avance social.
Entre otros acontecimientos que hacen estragos en la vida política, económica, social y cultural de México están los movimientos
magisteriales, que propician paros de labores educativas en algunas
entidades federativas del país que afectan a una buena parte de la
ciudadanía con consecuencias varias, y la federalización policiaca
desplegada a lo largo y ancho del territorio nacional, con la presencia
del Ejército y la Armada nacional que combaten a las organizaciones
dedicadas al narcotráfico, las cuales en su disputa de cotos y territorios de poder generan espacios de inseguridad social inimaginables e
incuantificables. Ambos fenómenos son temas de primerísimo orden
en la agenda nacional que los medios de información hacen llegar
103
Huellas compartidas
con prontitud a la población. Los medios discuten y se disputan las
primicias de la exclusividad, y tienen siempre la mayor prisa para
informar sobre los infortunios del país.
Se podría continuar con el recuento de los diversos acontecimientos que no dejan de sobresaltar a la sociedad, pero que de
igual forma afectan a las pequeñas sociedades organizacionales. La
incertidumbre en que viven los miembros de una institución en relación con los impactos que han de sufrir por los sucesos del exterior
constituye un atentado contra la vida laboral cotidiana de cualquier
sistema organizacional.
Pero ¿cómo puede afectar a los trabajadores de una empresa
determinada de Colombia, Argentina, México o Brasil la caída de las
Torres Gemelas de Nueva York, la guerra de Irak o el rompimiento de
relaciones diplomáticas de los países? ¿En qué afecta a los empleados
de empresas como Nestlé, Bimbo, Coca-Cola, Petróleos Mexicanos
o la Comisión Federal de Electricidad los escándalos de políticos que
de alguna forma encabezan las principales propuestas políticas de sus
respectivos partidos? Interrogantes como éstas y otras se plantean
los empleados de las instituciones cada vez que un suceso de gran
magnitud hace presencia en el contexto social, las que difícilmente
son respondidas por los dirigentes de las organizaciones.
Los comunicadores sociales cumplen con su quehacer comunicando e informando los acontecimientos que impactan la vida social,
política, económica y cultural de la población; pero ¿quién cumple
la tarea comunicativa de una organización?, ¿quién trabaja para que
los empleados de una institución aminoren la incertidumbre que
le provocan los acontecimientos sociales?; ¿quién debe mantener
informados y comunicados a los miembros de las organizaciones?
Sin duda, la tarea compete a los comunicadores.
De ahí que desde su origen la formación de los comunicadores
haya sido pensada y planeada para responder a las problemáticas
donde intervienen los diversos procesos comunicativos; por tanto, las
escuelas y facultades de comunicación consideran de gran importancia, en la estructura de sus programas de estudio, dar respuesta a las
expectativas que la sociedad les demanda y que el campo profesional
les está planteando a los comunicadores.
104
La formación del comunicador organizacional
Sin embargo, el desarrollo de los hechos sociales no deja de
afectar a las empresas; por ello, las instituciones educativas asumen
el compromiso de darle la importancia debida a la formación de los
comunicadores, para que sean capaces de responder a la diversidad
de procesos de comunicación que surgen tanto interna como externamente en las grandes y pequeñas sociedades organizacionales.
No obstante, en un mundo con tantos cambios en su contexto
y donde la globalización de culturas, pensamientos y economías es el
imperativo primordial, escasean las instituciones de educación superior que imparten la carrera de comunicación que se han interesado
por realizar estudios que les permitan responder a las necesidades
de los procesos de comunicación de las empresas. La Universidad
Iberoamericana de México es una de ellas. En 1990 y 1991, a través
de su Departamento de Comunicación, se dio la oportunidad de
convocar a un grupo de expertos, tanto del sector educativo como
del empresarial, para discutir principalmente sobre el tema de la
comunicación organizacional.
Una de las aportaciones obtenidas en este cónclave de expertos,
que compete directamente a la formación profesional, es referida a una
primera descripción del perfil formativo que debería poseer el comunicador organizacional. Así, el maestro Pablo Casares (1991) describe:
Características formativas
del universitario en general
•Capacidaddeanálisis
crítico
•Concienciayresponsabilidad
•Creatividad
•Dominiodelenguajes
ytécnicasdesuprofesión
Características específicas
del comunicador organizacional
•Investigador
•Sensibleparaentenderalotro
en sus términos
•Pensador
social
•Negociador
•Consultor
•Estratega
•Traductor
•Agentedecambio
•Ejecutor
•Evaluador
•Educador
105
Huellas compartidas
De igual forma, existe información que indica que la última
década del siglo XX y lo que va de la primera década del presente siglo
han sido propicias para que algunas facultades de comunicación, en
su oferta educativa, reformen sus planes de estudio e incorporen a su
programa un conjunto de cursos, materias o unidades de aprendizaje,
y una salida de profesionalización en comunicación organizacional;
ejemplos de ello son las escuelas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) –una de las pocas universidades públicas del país
que cuenta con una licenciatura en comunicación organizacional–,
del Tecnológico de Monterrey, de la Universidad Iberoamericana,
de la Universidad Anáhuac y de la Universidad Autónoma de Baja
California, entre algunas otras.
La formación de comunicadores organizacionales en las universidades de México se ha llevado a cabo en función del desarrollo
práctico de la comunicación en las empresas e instituciones nacionales, que la han adoptado como un conjunto de estrategias y acciones
integradas, pero al mismo tiempo independientes, encaminadas a
mejorar los procesos comunicativos tanto internos como externos
de la organización.
Se le ha denominado de diversas formas: “comunicación
interna”, “comunicación externa”, “comunicación corporativa” y
“comunicación institucional”, o “relaciones públicas”, “publicidad
institucional”, “comunicación gerencial” y “comunicación de negocios”, pero lo cierto es que al ejercer cualquiera de estos títulos se
desempeñan también una serie de actividades y tareas que implican
los conocimientos, la experiencia, la técnica y la creatividad de un
comunicador social (Rebeil, 1998).
El quehacer del comunicador organizacional en México ha sido
evaluado y considerado solamente por algunas universidades del país
para ser incorporado en sus procesos de formación curricular como
tal; sin embargo, aquellas instituciones que se dedican a la formación de la alta dirección, como son las escuelas de administración
de empresas, consideran sumamente importante la comunicación
gerencial para ejercer un buen liderazgo empresarial, y tienen como
meta fundamental “desarrollar y difundir aquel conocimiento que
106
La formación del comunicador organizacional
incrementa la eficiencia y la efectividad de los gerentes en el contexto
de los negocios” (Smeltzer, citado por Rebeil, 1998).
La diversidad de conceptos aplicados a la comunicación organizacional ha sido quizá la causa por la que el sector universitario no
ha dado pasos firmes para responder a las necesidades de instrucción
curricular para un comunicador organizacional, cuya formación profesional garantice a las instituciones el establecimiento y desarrollo
de un programa integral de comunicación para su organismo.
Las universidades públicas o privadas, como sistemas vivos
con independencia social limitada, son los organismos responsables de generar profesionales de la comunicación que respondan al
sector privado o comercial, al sector público en sus distintos niveles
de gestión, así como al sector social con fines no lucrativos, y para
que pueda dar esa respuesta, la formación y profesionalización del
comunicador organizacional ha de contar con una amplia gama de
conocimientos, habilidades, aptitudes y actitudes que le permitan
responder cada vez mejor a las distintas necesidades que surgen del
entorno social en el que se encuentra inmersa la organización.
Por tanto, vale la pena entonces considerar
al currículo como eje articulador de la formación educativa que se
da en una escuela o facultad y lo importante de la redefinición de
objetivos, perfil profesional, contenidos, métodos, materiales de
enseñanza, entre otros aspectos, que permitan una mejor relación
del currículum con el entorno económico social, para que exista
congruencia entre lo que una carrera ofrece y lo que la sociedad
requiere. Es aquí que la evaluación curricular ha de permitir actualizar la enseñanza de la práctica profesional de la comunicación,
ajustando la calidad de la formación lograda para su justificación
(Aguilar, 2002).
La oferta educativa de los distintos centros de estudio donde se
enseña la comunicación en México, sin lugar a dudas (tomando en
cuenta el interés y la apertura al campo de estudio de la comunicación
organizacional en las dos últimas décadas), se ha visto enriquecida
con los resultados de eventos como el encuentro “La Comunicación
en las Organizaciones: Perspectivas Laborales y Académicas”, orga107
Huellas compartidas
nizado por la Universidad Iberoamericana en noviembre de 1996
(Rebeil, 1998).
De las mesas de discusión tanto de académicos de la educación superior que se desempeñan en carreras de comunicación
en distintas universidades del país, como de consultores que se
dedican a investigar, estudiar, enseñar o diseñar, e implementar
procesos de comunicación que transforman a las organizaciones, se
obtuvieron y compartieron valiosas aportaciones para ser tomadas
en cuenta en los diseños curriculares de formación profesional del
comunicador.
De ahí que la comunicación organizacional, hoy en día, no sólo
es considerada sino también incorporada en los cursos y programas
de estudio de comunicación, bien en áreas básicas de tronco común,
bien en áreas disciplinarias o en áreas de énfasis, profesionalización
o salidas terminales en comunicación organizacional, e incluso en
algunas licenciaturas de especialización en el campo organizacional, como es el caso de la que ofrece la Universidad Autónoma de
Aguascalientes.
La esencia de este encuentro fue la formación profesional del
comunicador organizacional o la formación académica del comunicador que ha de insertarse en el campo laboral de las organizaciones.
Su importancia trasciende e impacta en el seno de las instituciones
que con seriedad, formalidad, legalidad y legitimidad trabajan en
la construcción o diseño de un modelo de formación académicoprofesional de un comunicador que pueda “contribuir a la modernización de nuestro país y al desarrollo de la comunicación como una
disciplina del ser humano y a las organizaciones como plataforma de
extraordinario dinamismo y especialización” (Rebeil, 1998).
Las necesidades que demanda el contexto social en el que han
de insertarse los comunicadores resultan prioritarias para la elaboración tanto del sistema total que integran los planes de estudio como
de cada una de las partes que lo constituyen.
Por tanto, todo trabajo que se realice con los mínimos requisitos de rigor que debe contener un ejercicio académico resulta ser
una aportación para el campo de estudio de la comunicación, más
aún si son tomadas las consideraciones de Flores Fahara, referido
108
La formación del comunicador organizacional
por Aguilar, cuando habla de la educación actual y “señala que
ésta requiere estar acorde con los cambios que a nivel nacional
e internacional están sucediendo, la globalización, la tecnología,
la crisis de valores y las crecientes tecnologías de información. El
reclamo por un nuevo modelo educativo de calidad es imperativo
en todos los niveles de educación, incluyendo el universitario”
(Aguilar, 2002).
La descripción de una primera aproximación del perfil del
comunicador organizacional hecha por Pablo Casares en 1991; la
edición del libro La comunicación en las organizaciones, de Carlos
Fernández Collado (1991); Razón y Palabra, revista electrónica
bajo el auspicio del Tecnológico de Monterrey; el I y el II Simposio
Latinoamericano de Comunicación Organizacional, organizados
por la Felafacs en 1991 y 1993, respectivamente; el encuentro “La
Comunicación en las Organizaciones: Perspectivas Laborales y Académicas”, organizado por la Universidad Iberoamericana en 1996;
el X Encuentro de Comunicación Organizacional, realizado por la
Felecs en 1998; la edición del libro El poder de la comunicación en
las organizaciones, de María Antonieta Rebeil y Celia Ruiz Sandoval
(1998 y 2000); la integración de la AMCO, y el interés del Coneicc
por promover y otorgar reconocimientos a los trabajos de tesis de
comunicación, por lo que los trabajos de comunicación organizacional han tenido un apartado de premiación especial, son sólo algunos
ejemplos que permiten comprobar los espacios que el campo de la
comunicación ha ido logrando.
Poco a poco, la comunicación organizacional ha tomado
importancia como objeto de estudio específico, por lo que cada vez
más, en los centros de estudios universitarios habrán de considerar
su propio espacio de desarrollo para el campo laboral. Las mismas
instituciones son las que tendrán que considerar tanto los requerimientos que debe poseer un egresado de comunicación para ingresar
a una organización cuando se integre al mercado de trabajo, como las
oportunidades que el mismo egresado ha de tener en dicho mercado,
sin olvidar que son responsables del impacto que sus egresados han
de tener en las organizaciones que integran los distintos sectores
productivos de la sociedad.
109
Huellas compartidas
La formación del comunicador
organizacional de la UABC-Mexicali
La Universidad Autónoma de Baja California (UABC) está consciente de que ya no es posible seguir empleando procesos, métodos y
fórmulas insuficientes para enfrentar los retos que no se han podido
resolver, mucho menos aquellos aún desconocidos (PDI, 1999).
Por ello ha sido necesario implementar procesos educativos
y contenidos en los planes y programas de estudio acordes con los
nuevos tiempos, teniendo como prioridad la formación de recursos
humanos competentes capaces de comprender la multiplicidad de
situaciones que su contexto les exige.
Con plena conciencia de ser parte importante del contexto al
que pertenece, la UABC asume la necesidad de reflexionar en beneficio
de la construcción de “métodos e instrumentos que le permitan dar
respuesta con mayor calidad y pertinencia a las exigencias del entorno
de Baja California y de México” (UABC-PDI, 1999).
A partir de su formación (1957), la UABC ha sido impulsada
por el acelerado crecimiento económico del estado. Desde su inicio,
la implementación de carreras en la institución ha ido en aumento
con el fin de responder a las exigencias sociales del momento. Sus
planes y programas de estudio han tenido el propósito de preparar
profesionistas competentes que respondan a la solución de problemas
que demanda el desarrollo de la sociedad.
Marcando paso al desarrollo social que exigen las necesidades
de la región, el surgimiento de los institutos de investigación universitaria, desde su creación en 1961 (Instituto de Investigaciones Sociales
y Económicas), tuvo como fin “desarrollar estudios regionales en sus
respectivas áreas” (Piñera, 1997), que consistieron en proporcionar
información en beneficio de la mejora continua de los planes de
estudio de la universidad.
En la constante búsqueda de la calidad educativa, la Universidad Autónoma de Baja California se ha planteado con frecuencia la
interrogante sobre la pertinencia y funcionalidad de sus programas
de estudio, “ya que en ellos se explicitan los valores, actitudes y conocimientos con que se forma a los estudiantes” (UABC-PDI, 1999).
110
La formación del comunicador organizacional
Esta tarea la ha llevado a cabo mediante programas estratégicos de desarrollo curricular con el fin de “mantener actualizados los
planes de estudio de las carreras que se atienden, mediante el análisis
e investigación para su renovación permanente, incorporando las
nuevas metodologías, así como los avances científicos, tecnológicos
y culturales del conocimiento humano” (UABC-PDI, 1995).
Del análisis informacional sobre la evaluación y reestructuración de los planes de estudio implementados, así como del seguimiento de los egresados, se ha obtenido información oportuna y
necesaria de gran valor académico para que la universidad cuente con
los elementos que le permitan responder tanto a la necesidad como
a la pertinencia en la implementación de una formación profesional
en la carrera de ciencias de la comunicación que sea competitiva,
específica y acorde a las necesidades que demanda el nuevo orden
económico mundial.
La Facultad de Ciencias Humanas (antes Escuela de Ciencias
de la Educación) de la UABC ha sido la unidad académica responsable
de ofertar el programa de Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, la que se ha constituido desde su implementación en 1986 en
tres modelos de formación diferentes, considerando una evaluación
y reestructuración entre ocho y diez años, respectivamente: en 1986
el primero, con una estructura curricular rígida; en 1993 el segundo,
con flexibilidad curricular; y en 2003 el tercero, que sigue vigente en
la actualidad y que está basado en el desarrollo de competencias.
Formación profesional en el Plan de Estudios 1986
El primer plan de estudios de comunicación data de1986; en él se
establecieron como objetivos curriculares que el profesionista egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación debía ser
capaz de:
— realizar los procesos comunicativos a partir del conocimiento
de las variables contextuales e individuales en la solución de
problemas determinados de su comunidad;
111
Huellas compartidas
— utilizar los elementos teóricos, metodológicos y técnicos proporcionados por la ciencia y la tecnología en la información y
producción de cualquier medio comunicativo;
— prever, planear, ejecutar, controlar y evaluar planes y procesos de
programas institucionales centralizadas, descentralizadas, paraestatales, públicas y privadas, en las cuales se encuentra inmersa
una acción comunicativa, interna o externa;
— realizar investigaciones sobre los fenómenos comunicativos, proponiendo alternativas de solución a los problemas detectados;
— administrar empresas o entidades comunicativas sean éstas públicas o privadas, centralizadas, descentralizadas y paraestatales;
— analizar fuentes de información y los medios utilizados en su comunidad para las asesorías, consultoría y proposición de acciones
que se le presenten en el desarrollo de su práctica profesional;
— promover, difundir, extender y coordinar programas y acciones
que se derivan de alguna institución;
— ejercer su actividad profesional crítica, creativa y responsablemente para la satisfacción de los problemas y necesidades
de comunicación que se le presenten en la práctica cotidiana,
convirtiéndose en promotor permanente del desarrollo íntegro
de los miembros de su comunidad.
El egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación que inició sus estudios en 1986 podía participar en el proceso
comunicativo en todas sus manifestaciones, por lo que debía poseer
ciertas características: conocimientos, habilidades y aptitudes:
a) Conocimientos: de las diversas teorías, tendencias, tipos y formas que ha tenido el fenómeno de la comunicación humana y masiva y
de los planteamientos filosóficos, históricos, sociológicos y psicológicos
que las han determinado; de la metodología de la investigación, que
proporciona los elementos teórico-prácticos para el planteamiento y
resolución de los problemas que se presentan en el desarrollo de la
comunicación; de los elementos teóricos, metodológicos y técnicos
proporcionados por las ciencias y la tecnología que involucran los
procesos de administración, planeación, producción, implementación
y evaluación de acciones y medios en el campo de la comunicación.
112
La formación del comunicador organizacional
También hubo que dar cuenta de los elementos teóricos,
metodológicos y técnicos proporcionados por las ciencias para el
estudio de las variables individuales y contextuales involucradas en
el proceso de la comunicación; de la estructura jurídica, política e
ideológica en la que se encontraba inmersa la relación comunicativa
nacional e internacional; de los principios y estructura jurídica que
determinen el marco normativo de cualquier acción comunicativa
y nacional y su tipo de administración, que por su nivel podrá ser
federal, estatal y municipal, y por su forma, pública y privada; de los
elementos teóricos, metodológicos y técnicos para la comunicación
interna y externa de una organización, y de la estructura, características y posibilidades de los diversos medios de comunicación masiva
y humana.
b) Habilidades: para la aplicación de teorías, métodos y técnicas
que intervienen en los procesos de comunicación masiva y humana;
para clasificar y manejar las variables contextuales e individuales que
inciden en los procesos comunicativos para la solución de problemas
determinados; para generar, implementar y evaluar programas a
través de los diferentes medios de comunicación masiva y humana;
para prever, planear, organizar, integrar, ejecutar, asesorar y evaluar
planes y programas de desarrollo organizacional y comunicativo en
materia de comunicación.
Igualmente, habría que obtener habilidad para planear, realizar y evaluar investigaciones en el terreno de la comunicación;
para trabajar de manera interdisciplinaria con profesionales de otras
áreas; para planificar, organizar y administrar empresas o entidades
periodísticas, publicitarias o de cualquier acción comunicativa; para
el manejo de los elementos técnicos involucrados en el proceso de
producción y comunicación, y para el manejo del lenguaje oral,
escrito y no verbal.
c) Aptitudes: de valoración de la metodología e instrumentos
científicos como medios de análisis de los fenómenos comunicativos
que le permitan incidir sobre éstos; de aceptación respecto a sí mismo
y a los demás; de participación activa y crítica en los procesos socia113
Huellas compartidas
les comunicativos; de participación en el desarrollo de la actividad
científica de las disciplinas relacionadas con la comunicación; de la
aceptación de la necesidad de permanente actualización de los conocimientos adquiridos; de la aceptación y aprecio de las manifestaciones culturales, artísticas y filosóficas; de crítica y autocrítica hacia la
vida personal, hacia el ejercicio profesional y hacia los compromisos
sociales y políticos; de trabajo en equipo uni e interdisciplinario en
la solución de necesidades y problemas sociales, y de búsqueda constante de las respuestas a las principales interrogantes de la sociedad
de su tiempo.
El campo ocupacional del egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en 1986 estuvo descrito para desarrollar
su actividad profesional en cualquier acción comunicativa de los
procesos económicos, políticos y sociales de la comunidad en los
sectores de servicio, social, de apoyo y productivos; en instituciones
centralizadas, descentralizadas, paraestatales, públicas y privadas, y
en el ejercicio libre de la profesión.
También puede ejercer la carrera en los medios masivos de
comunicación en las siguientes funciones: información, publicidad,
administración, guionismo, producción, organización, análisis,
asesoría, promoción, difusión, programación e investigación, así
como en los medios de comunicación humana en las funciones de
planeación, organización, promoción, supervisión, análisis, evaluación, consultoría, coordinación y desarrollo de grupos, difusión,
extensión e investigación.
En el Plan de Estudios 1986 de la Licenciatura en Ciencias
de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Humanas –antes
Escuela de Ciencias de la Educación– es posible darse cuenta de
que, para obtener el perfil de egreso deseable, la estructura curricular
se organizó fundamentalmente en cinco áreas de conocimiento:
administración, que integró cinco asignaturas; comunicación, 13;
humanidades, siete; investigación, seis, y medios de información,
14, que conforman un currículo profesional para el licenciado en
ciencias de la comunicación de 45 asignaturas, un servicio social
y una distribución de nueve periodos semestrales, incluyendo un
semestre previo obligatorio.
114
La formación del comunicador organizacional
Formación profesional en el Plan de Estudios 1993
En la formación profesional de comunicador del plan de estudios
de licenciado en ciencias de la comunicación 1993, se planteó el
dominio de la teoría y práctica respecto a los diversos medios de
difusión: radio, televisión fotografía, prensa y medios impresos.
Además, desarrolla actividades en la organización y administración
de las relaciones humanas, y en el campo de la investigación y el
análisis sobre procesos de comunicación, orientados hacia la solución
de problemas específicos en el ámbito comunicacional.
Para el perfil de ingreso, el estudiante debería de poseer las
siguientes capacidades: comprender materiales de diversos niveles
de profundidad; analizar e interpretar lo que sucede a su alrededor;
observar y reconocer los elementos de una situación específica y jerarquizarlos para darles la explicación adecuada; y, concebir proyectos
y llevarlos a la práctica. Asimismo, debía contar con buen dominio
de la teoría y la escritura, y disposición para adquirir conocimientos
de áreas muy diferentes entre sí, además de interés por el quehacer
intelectual, crítico y creativo.
Entre los objetivos curriculares, el profesionista egresado de la
licenciatura en ciencias de la comunicación debía ser capaz de:
— realizar los procesos comunicativos con base en el conocimiento
de las variables contextuales e individuales en la solución de
problemas determinados en el campo de la comunicación;
— utilizar los elementos teóricos, metodológicos y técnicos disponibles en la producción y análisis de mensajes a través de cualquier
medio comunicativo;
— procesar, planear, ejecutar, controlar y evaluar planes, procedimientos y programas institucionales en los cuales se encuentra
inmersa una acción comunicativa;
— utilizar la metodología científica y tecnológica disponible para
la generación de conocimiento y la solución de problemas en
materia de comunicación;
— administrar empresas o entidades comunicativas; analizar las
fuentes de información y los medios utilizados en la comunidad
115
Huellas compartidas
para la asesoría, consultoría y proposición de acciones en el marco
de la práctica profesional, y,
— ejercer la actividad profesional crítica, creativa y responsablemente, convirtiéndose en promotor permanente del desarrollo
integral de los miembros de la comunidad.
El egresado de la carrera de licenciado en ciencias de la comunicación debe ser capaz de participar en los procesos comunicativos
en todas sus manifestaciones, para lo que ha de poseer las siguientes
características: conocimientos, habilidades y aptitudes:
a) Conocimientos: de la historia de la comunicación humana
y masiva, y de los planteamientos filosóficos, históricos, sociológicos y psicológicos que la han determinado; de la metodología de la
investigación necesaria para el planteamiento y resolución de los
problemas que se presentan en los procesos de comunicación; de los
elementos teóricos, metodológicos y técnicos proporcionados por
la ciencia y la tecnología que involucran los procesos de administración, planeación, producción, implementación y evaluación de
acciones y medios en el campo de la comunicación; de los elementos
teórico-metodológicos y técnicos proporcionados por la ciencia para
el estudio de las variables individuales y contextuales involucradas
en los procesos de comunicación.
De igual forma, debía contar con conocimientos de la estructura jurídica, política e ideológica en la que se encuentra inmersa la
relación comunicativa nacional e internacional; de los principios y
estructuras jurídicas que determinan el marco normativo de la realidad comunicativa nacional y su tipo de administración, que por su
nivel podrá ser federal, estatal y municipal, y por su forma, pública
y privada; de los elementos teórico-metodológicos y técnicos para
la comunicación interna y externa de las instituciones en su forma
pública o privada, y de la estructura, características y posibilidades
de los diversos medios de comunicación masiva e institucional.
b) Habilidades: para la aplicación de las teorías y las técnicas
que intervienen en los procesos de comunicación masiva y humana;
116
La formación del comunicador organizacional
para clasificar y manejar las variables contextuales e individuales que
inciden en los procesos comunicativos para la solución de problemas
determinados; para realizar programas para los diferentes medios de
comunicación, y para prever, planear, organizar, integrar, ejecutar,
asesorar y evaluar planes y programas de desarrollo organizacional
y comunicativo.
Igualmente, habría que obtener habilidad para realizar investigaciones en el terreno de la comunicación; para trabajar de manera
interdisciplinaria; para planificar, organizar y administrar empresas
o entidades periodísticas, publicitarias o de cualquier actividad comunicativa; para el dominio de los elementos técnicos involucrados
en el proceso de producción y comunicación; para el manejo del
lenguaje oral, escrito y no verbal, y para el desarrollo de una conducta
emprendedora.
c) Aptitudes: de valoración de la metodología científica como
medio de análisis de los fenómenos comunicativos; de aceptación
respecto a sí mismo y a los demás, y de participación activa y crítica
en los procesos sociales.
El campo ocupacional del egresado de la Licenciatura en
Ciencias de la Comunicación en 1996 incluye cualquier acción comunicativa derivada de los procesos económicos, políticos y sociales
de la comunidad en los sectores productivos y de servicio social, en
instituciones centralizadas, descentralizadas y paraestatales, públicas
y privadas, y el ejercicio libre de la profesión.
También puede ejercer la carrera en los medios masivos de
comunicación en las siguientes funciones: información, y en publicidad, administración, guionismo, producción, organización,
análisis, asesoría, promoción, difusión, programación e investigación,
así como en los medios de comunicación humana en las funciones
de planeación, organización, promoción, supervisión, análisis, evaluación, consultoría, coordinación y desarrollo de grupos, difusión,
extensión e investigación.
La estructura curricular del plan de estudios de la Facultad de
Ciencias Humanas estuvo organizada en tres áreas fundamentales:
básica, disciplinaria y profesional.
117
Huellas compartidas
El área básica la integran materias como Sociología del Lenguaje,
Español y Literatura Hispanoamericana, Introducción a la Investigación
Científica, Principios de Educación, Principios de Psicología, Principios
de Comunicación, Principios de Sociología, Principios de Economía,
Comprensión y Elaboración de Textos, Desarrollo del Espíritu Emprendedor, Desarrollo de Habilidades y Razonamiento, Comunicación Humana, Educación Sexual, Formación de Valores y Actitudes
Profesionales, Historia del Pensamiento Social, Historia de la Cultura,
Administración, Derecho y Sociedad, Estadística Básica, Seminario de
Asuntos Contemporáneos, Fundamento de Arte y Cultura, Desarrollo
Humano, Introducción al Siglo XXI y México Contemporáneo.
El área disciplinaria se integró con las materias de Semiótica,
teorías de la Comunicación I, II y III, Comunicación Gráfica I y II,
Teoría Organizacional, Teoría de la Imagen, Investigación en Comunicación, Investigación Avanzada en Comunicación, Comunicación
Organizacional, Radio I y II, Tópicos Selectos de Radio, Prensa,
Historia y Teoría de la Imagen, Periodismo, Tópicos del Periodismo
I y II, Estadística Aplicada a la Comunicación, Historia y Estética del
Cine, Fotografía, Televisión I, Liderazgo de Innovaciones Sociales,
Sociología de la Cultura, Administración de Recursos, Redacción
Avanzada, Psicología de la Comunicación, Opinión Pública, Sociología del Trabajo, Sociología del Cine, Sociología de las Organizaciones, Psicología de la Creatividad, Psicología Social, Computación
Aplicada, Literatura del Siglo XXI, Problemas Actuales del Lenguaje,
Narrativa Mexicana Contemporánea, Historia y Teoría del Arte y
Taller de Investigación y Análisis de Procesos Comunicativos.
El área profesional se conformó con las materias de Comunicación Externa, Tópicos Selectos de Comunicación Organizacional
I y II, Publicidad, Televisión II, Tópicos Selectos de Televisión I y II,
Desarrollo Organizacional, Editorial, Tópicos Selectos de Medios Impresos, Análisis de Procesos Comunicativos I y II, Fotografía Avanzada,
Mercadotecnia, Comunicación para Educación, Producción Audiovisual, Tópicos Selectos de Mercadotecnia y Publicidad, Enseñanza de la
Comunicación, Administración de Recursos, Planeación e Integración
de Recursos Humanos, Calidad Total, Culturas Organizacionales,
Psicología de las Organizaciones, Teoría y Dinámica de Grupos, Ética
118
La formación del comunicador organizacional
de la Comunicación, Seminario de Tesis I y II, Diseño Gráfico, Medios
Masivos de Comunicación y Práctica Profesional.
El desarrollo y avance de los acontecimientos sociales, así como los
nuevos y sorprendentes adelantos e innovaciones tecnológicas, obligan a
las instituciones académicas a trabajar en la evaluación y reestructuración
de sus programas de estudio a fin de poder brindar a los distintos sectores
sociales profesionales que puedan desenvolverse con mayor competitividad en correspondencia con las demandas del mercado laboral.
Formación profesional en el Plan de Estudios 2003
En la actualidad la universidad ha considerado que
una de las posibilidades de formación profesional son los modelos
curriculares por competencias. Su consideración en la educación
superior es precisamente la oportunidad de reconstrucción, reelaboración, reconceptualización del elemento núcleo –competencia–,
y el aporte y ganancia del sistema de la educación universitaria es
justamente recontextualizar la competencia como unidad de aprendizaje, como objeto de conocimiento de uno de los fines y funciones
sustanciales de toda institución de educación superior, a saber, la
generación y aplicación de conocimientos (Santillán, 2002).
Es así que la UABC se ha propuesto responder a los retos que
le imponen los constantes cambios que se derivan de la dinámica
globalizadora, por lo que sus propuestas generales de evaluación y
reestructuración de los planes de estudio pretenden responder a las
necesidades de la sociedad ofreciendo programas de formación con
base en el modelo por competencias en un currículum organizado
en principios académicos de excelencia, calidad, autoaprendizaje y
actualización permanente, y centrado en el estudiante, con alternativas pedagógicas diversas e innovadoras que estimulan el aprendizaje
a lo largo de la vida (FCH-UABC, 2003).
La evaluación y reestructuración del programa de la Licenciatura
en Ciencias de la Comunicación obedece a la idea de formar profesionales
en el área que vengan a satisfacer las demandas que surgen como producto
119
Huellas compartidas
de las transformaciones sociales en los ámbitos local, regional y nacional,
a partir del entendimiento de que la comunicación es pieza clave de las
nuevas definiciones y configuraciones de la distribución de los saberes y
competencias sociales y culturales (Ruiz, referido en FCH-UABC, 2003).
Con el antecedente de la implementación de dos planes de
estudio (1986 y 1993), con un modelo curricular rígido el primero
y flexible el segundo, se puso en marcha la evaluación y reestructuración de ambos, con la sola intención de establecer una búsqueda
constante de la excelencia académica, de una formación integral,
interdisciplinaria y de relevancia social de los profesionistas que
egresan de ciencias de la comunicación (FCH-UABC, 2003).
El modelo curricular flexible orientado al desarrollo de competencias, propuesto en la reestructuración del plan de estudios de la Facultad
de Ciencias Humanas, describe al programa de formación profesional
del licenciado en ciencias de la comunicación de esta manera: “bajo el
enfoque de conexión entre la idea de conocimiento profesional y competencias profesionales, se ha procurado un plan de estudios no centrado
en cómo hacer uso del conocimiento, sino en qué se puede aprender a
partir de un contexto específico caracterizado por su complejidad, heterogeneidad y cambio. Esto implica pasar de una concepción disciplinar
(dominio de la disciplina) a otra centrada en la resolución de problemas
del ejercicio profesional (competencia profesional) (FCH-UABC, 2003).
El ordenamiento curricular del plan de estudios atiende a la
estructura organizacional en tres tipos de categorías, que a la vez
corresponden a tres etapas secuenciales (FCH-UABC, 2003).
El tronco común (etapa básica) introduce al estudiante en la comprensión de las relaciones posibles del ser humano, su contexto y su cultura,
y funda tal proceso en conocimientos, habilidades y actitudes de carácter
interdisciplinario que le permitan configurar las de su profesión.
Etapa disciplinaria. Constituye el espacio curricular que comprende el contenido científico (teórico, práctico y metodológico) específico de la profesión, a través del cual se consolidan los aprendizajes
nucleares a la vez que se profundizan, se integran y se van configurando
los perfiles de competencias genéricas y profesionales especiales.
Etapa profesional. Es un espacio curricular integrador que
tiene como propósito la convergencia disciplinar para hacer posible
120
La formación del comunicador organizacional
la diversidad profesional a través del abordaje de líneas de formación
en términos de efectividad profesional según intereses y necesidades
de formación del estudiante.
Otra característica de la estructura curricular corresponde a las
líneas de efectividad profesional; se caracteriza por las opciones y la
electividad de las profesiones, que coadyuva a la formación, transferencia y aplicación teórica, metodológica y técnica, lo que posibilita
la diversificación de la práctica profesional, a saber, en desarrollo organizacional, desarrollo social, divulgación y promoción de la cultura,
política y gestión, salud y bienestar social, y calidad de vida.
Las tres primeras son las que aluden de forma más cercana a
la formación profesional del comunicador organizacional, dado que
involucran aspectos de carácter interdisciplinario a fin de generar
estrategias que permitan el análisis y explicación del campo de relación entre las ciencias del comportamiento humano y las ciencias
administrativas: las organizaciones humanas y sus efectos en los
individuos, los grupos y en las propias estructuras organizativas, con
lo que se privilegia el desarrollo social y comunitario, mediante el
cual los procesos de cooperación y organización tienden a elevar las
condiciones de vida social, política, económica y cultural.
La formación profesional del comunicador organizacional de la
UABC se ha llevado a cabo en función del desarrollo práctico de la comunicación en las empresas e instituciones, que la han adoptado como un
conjunto de estrategias y acciones encaminadas a mejorar los procesos
comunicativos tanto internos como externos de la organización, para lo
que han contado con una gama de habilidades y actitudes, así como con
contenidos teóricos, prácticos y metodológicos, que permiten a los egresados responder a las expectativas y necesidades del mercado laboral.
Los planteamientos formativos descritos en los programas de estudio
en ciencias de la comunicación de la UABC han mostrado una constante
en las informaciones obtenidas de diversos estudios de seguimiento y
ubicación profesional de sus egresados (Nieblas y Estrella, 2002), de algunos foros de discusión que han concentrado las opiniones de maestros,
graduados, empleadores, e incluso de ciertos estudiantes, lo que refleja la
complementariedad de un sistema integral de formación profesional.
No obstante la participación por igual de circunstancias para
121
Huellas compartidas
vincular esfuerzos, la UABC permanece inquieta a la apertura de informaciones que ofrezcan nuevas formulas para plantear modelos de formación
profesional donde se vea reflejada la universalidad de conocimientos y
opiniones de los diversos agentes responsables de la evaluación, reestructuración e implementación de planes y programas de estudio que
respondan a las expectativas y necesidades del campo profesional.
Con frecuencia, la UABC realiza interrogantes en aras de una
búsqueda de actualización de conocimientos múltiples que conduzcan
a nuevos rumbos en el diseño de planes de estudio para la formación
profesional. Un ejemplo de ello es el proyecto de investigación “La
formación profesional del comunicador organizacional en el plan de estudios de la Facultad de Ciencias Humanas” (Paz, 2003), que se plantea
un análisis comparativo de los planes de estudio nacionales y extranjeros
y cuya información tiene la intención de hacer nuevas propuestas para
la formación profesional del comunicador organizacional.
Del análisis de los planes de estudio aplicados en un contexto social
nacional e internacional se ha obtenido información de gran valor académico para que la UABC cuente con algunos elementos que le permitan
realizar algunos planteamientos para dar respuesta tanto a la necesidad
como a la pertinencia en la iniciativa de evaluación y reconstrucción de
un plan de estudios más competitivo, específico y acorde a las necesidades
que demanda en nuevo orden social, económico, político y cultural.
Una de las finalidades del análisis consistió en establecer un argumento a partir de la equivalencia de cada una de las materias seleccionadas
como formadoras de comunicadores organizacionales. La argumentación se
estableció teniendo como marco referencial la descripción genérica del concepto de las materias obtenidas y contenidas en los planes de estudio.
Al relacionar la formación profesional del comunicador
organizacional del plan de estudios de la carrera de Ciencias de la
Comunicación de la Universidad Autónoma de Baja California con
la que ofrecen otras universidades nacionales e internacionales, se
logró establecer la tendencia formativa que guía el comportamiento
nacional o internacional; de igual forma, se encontró que la tendencia
de la formación profesional del comunicador organizacional en el
plan estudios de la UABC responde en mayor medida a las expectativas
de formación profesional que se tienen en México.
122
La formación del comunicador organizacional
Entre las instituciones públicas, el plan de estudio que más se asemeja al plan de la UABC campus Mexicali es el de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM), con 51 por ciento; le siguen, en orden
descendente, la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), con
46.9 por ciento; la Universidad Veracruzana (UV), con 44.8 por ciento;
la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), con 40 por ciento,
y la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), con 38.7 por
ciento. Y entre las privadas el plan más parecido es el de la Universidad
Anáhuac, con 44.8 por ciento; le siguen el Instituto Tecnológico y de
Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), con 42.8 por ciento, y la
Universidad Iberoamericana (UIA), con 38.7 por ciento.
Tendencia de la formación profesional del comunicador
que se desempeña en espacios organizacionales en el plan
de estudios de la Universidad Autónoma de Baja California, con relación
a la formación profesional de ciertas universidades nacionales.
Universidad
objeto de estudio
Unidades de
análisis
Universidad
Autónoma de
Baja California
Universidad Nacional
Nacional Autónoma
de México
Universidad Autónoma de Aguascalientes
Universidad
Veracruzana
Universidad Autónoma
de San Luis Potosí
Universidad Anáhuac
Instituto Tecnológico
de Estudios Superiores de Monterrey
Universidad Iberoamericana Tijuana
Universidad Autónoma
del Estado de México
Número de materias/indicadores
considerados en
el análisis por
cada universidad
En porcentajes
49
100
25
51
23
46.9
22
44.8
20
22
40.8
44.8
21
42
19
38.7
19
38.7
123
Huellas compartidas
En el ámbito internacional, la relación con el plan de estudios
de la Universidad de la Santa Cruz de la Sierra de Bolivia (USCSB),
es 40.8 por ciento; le siguen la Universidad de La Habana (UH), con
38 por ciento; la Universidad de Belgrano de Buenos Aires (UBBA),
con 38.7 por ciento; la Universidad César Vallejo de Perú (UCVP),
con 32.6 por ciento, y la Universidad Central de Venezuela (UCV), la
Pontificia Universidad Javeriana de Colombia (PUJC) y la Universidad
Complutense de Madrid (UCM), con 28.5 por ciento.
Tendencia de la formación profesional del comunicador que se desempeña
en espacios organizacionales en el plan de estudios de la Universidad
Autónoma de Baja California, con relación a la formación profesional
de ciertas universidades internacionales.
Universidad
objeto de estudio
Unidades de
análisis
Universidad
Autónoma de
Baja California
Universidad Autónoma
de Baja California
Universidad de la Santa
Cruz de la Sierra,
Bolivia
Universidad César
Vallejo de Perú
Universidad de La
Habana, Cuba
Universidad Belgrano
de Buenos Aires
Universidad Central
de Venezuela
Universidad Complutense de Madrid
Pontificia Universidad
Javeriana de Colombia
Número de materias/indicadores
considerados en
el análisis por
cada universidad
En porcentajes
49
100
49
100
20
40.8
16
32.6
19
38
19
38
14
28.5
14
28.5
14
28.5
Esta información ha constituido un elemento importante de
aporte importante para:
124
La formación del comunicador organizacional
•Laconstrucciónyreconstruccióndelasmateriasoprogramasdecomunicación organizacional del plan de estudios 2003-2 de la Facultad
de Ciencias Humanas de la UABC, el cual tiene en su estructura la
identificación de competencias genéricas (enseñar, administrar, comunicar, investigar, innovar, adaptar, evaluar, diagnosticar e intervenir) y
específicas (diseñar, instrumentar, evaluar, planear, organizar, ejecutar,
interactuar, utilizar, decodificar, generar, identificar, aplicar, desarrollar, elaborar y construir), que le dan forma a un modelo curricular
orientado al desarrollo por competencias (UABC, 2003).
•Realizaraccionesquepermitanreencauzarlatendenciadelaformación profesional del comunicador hacia el ámbito internacional, y
fortalecer al mismo tiempo el ámbito nacional, con el fin de que los
comunicadores puedan, competentemente, transitar por los campos
profesionales que correspondan a su formación, de tal manera que
la “modificación, reorientación curricular sustancial propicie la
apertura de mercados profesionales acordes con la realidad contemporánea del comunicador y con las demandas de la nueva sociedad
de la información y la comunicación” (Castro, 2003).
Conclusión
El campo de la comunicación de educación superior ha buscado, desde
sus orígenes (en las escuelas de periodismo), estar en competencia para
el desarrollo social. Los ejercicios académicos de diseño, evaluación
y reestructuración de los currículos han mostrado, no sólo el interés
y la preocupación por formar profesionales de la comunicación que
respondan a la demanda del mercado laboral, sino también ha hecho
grandes intentos por ocuparse, desde su estructura curricular, de la incorporación e implementación de innovaciones tecnológicas, aplicadas
a su propio campo en particular, que apoyen y den respuesta a las nuevas
tendencias que exige el campo profesional de los comunicadores.
De ahí que el tiempo sea siempre en presente para la posibilidad
de reencauzar la tendencia de la formación profesional, con el fin
único de que los comunicadores puedan ser competentes y transitar
por los campos profesionales que corresponden a su formación.
125
Huellas compartidas
Por tanto, los comunicadores se enfrentan a un campo de complejización del fenómeno comunicativo en las sociedades actuales. En
tal sentido, resulta imperativo pensar en el comunicador como “un
estratega de la comunicación (...) alguien que debe saber intervenir
en un proceso regulable, de comunicación, para lo que tiene que
disponer de conocimientos generales y específicos, en sincronía con
las destrezas que le aseguren la toma de una decisión óptima en cada
momento (Zalba y Bustos, 2000).
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128
La formación de realizadores de televisión y video
en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad
Autónoma de Baja California (1986-2007)
ADOLFO SOTO
ARMANDO GUTIÉRREZ
Introducción
Han pasado 22 años desde aquel lejano agosto de 1986. La entonces
Escuela en Ciencias de la Educación daba la bienvenida a la primera
generación de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Más
de dos décadas, seis rectores, seis directores, 12 coordinadores de carrera y tres programas de estudio después, la ahora Facultad de Ciencias Humanas ha formado 34 generaciones de comunicólogos.
La vocación, las circunstancias y la propia evolución del campo
laboral han permitido a estos egresados desempeñar su profesión en
diversos campos. Se puede ver a quienes se especializaron en comunicación organizacional involucrados en áreas de comunicación o de
relaciones públicas de instituciones públicas o privadas. Por otra parte,
los medios de comunicación han representado el espacio natural para el
ejercicio de esta licenciatura: prensa escrita, periodismo gráfico, radio,
televisión, video, cinematografía y nuevos medios son algunas de las
áreas de impacto. Es importante también mencionar áreas de práctica
emergentes, como la gestión cultural, la salud y la docencia.
En este capítulo se abordará de forma particular el área de la
producción audiovisual; para ello se habrán de revisar cuáles fueron
y son las principales circunstancias y características de un ejercicio
en constante transformación; cómo fueron evolucionando los objetivos y contenidos de estas generaciones; qué impacto generaron la
129
Huellas compartidas
construcción de laboratorios de práctica y la organización de grupos
de productores; cómo se transformaron los planes de estudio para
adaptarse al entorno, y cuál es la perspectiva de desarrollo futuro de
los alumnos especializados en las imágenes en movimiento.
Las primeras generaciones
La primera generación estaba integrada por 100 alumnos que ingresaron al semestre previo distribuidos en dos grupos. Los grupos
“A” y “B” estarían divididos no sólo por el orden alfabético de sus
integrantes, sino por la vocación e inclinaciones profesionales de sus
miembros. Los estudiantes del grupo “A” centraban su interés en la
comunicación organizacional y las relaciones públicas, en tanto que
el grupo “B” se inclinaba por la expresión audiovisual.
El plan rígido que estaba vigente en aquel momento programaba las primeras materias de Fotografía y Televisión entre el quinto y el
séptimo semestres, por lo que esta generación habría de ser altamente
receptiva a la propuesta presentada por Sergio Ortiz Salinas, entonces
director del Departamento de Tecnología Audiovisual, por integrar
un grupo de jóvenes productores.
A mediados de 1987 Sergio Ortiz lanzó una convocatoria,
dirigida principalmente a estudiantes de la carrera en ciencias de la
comunicación, para formar un espacio de capacitación, reflexión y
producción televisiva: el Taller de Creación Imágenes en Movimiento.
La respuesta fue inmediata y numerosa. Tras una serie de entrevistas,
el grupo quedó conformado por 17 miembros, todos alumnos de
Comunicación con excepción de uno, quien cursaba la Licenciatura
en Psicología.
Ortiz Salinas había egresado de la Licenciatura en Cinematografía de la Universidad Iberoamericana y comprendía el valor de
la formación académica en este ámbito. De esta forma, en el taller
se realizaban una serie de ejercicios que tenían como finalidad el
desarrollo de la capacidad de pensar en imágenes y de la habilidad
en el dominio del lenguaje y de las herramientas de la realización en
video y televisión.
130
La formación de realizadores de televisión y video
Cuando el juego termine, de Mónica López, José Ramón
Martínez, Juan Carlos López y Alejandro Elías; ¿Y ahora qué hago?,
de Miguel Ángel Martínez, María del Socorro Aréchiga e Ildelisa
Antonares, y Las nuevas narraciones de la cachora cromada, de Maité
Borbón, Gabriela Ribó, Adolfo Soto y Checo Ortiz, fueron algunos
de los primeros productos del Taller de Creación.
La calidad de las producciones se hizo evidente en 1988,
cuando Las nuevas narraciones... obtuvo el primer lugar nacional en el
Festival de Producciones Audiovisuales, Gráficas y Escritas-ICOQUIH,
realizado en Hermosillo, Sonora. De esta manera, sería además la
primera producción realizada por alumnos de Comunicación en
obtener un reconocimiento de esta categoría.
Además de estas producciones en video, el taller también empezó
a realizar televisión. Llevando a la práctica una dinámica de formación
innovadora, el grupo se reunía cada sábado para realizar grabaciones en
estudio. Durante la semana se producían los segmentos de reportaje y
documental que habrían de editarse para integrar el programa.
Lo más enriquecedor de este ejercicio era la rotación en los
puestos; cada integrante del taller fue en distintos momentos director
de cámaras, switcher, iluminador, microfonista, operador de audio y
VTR, director, camarógrafo y floor manager. Producto de esta práctica
fue el programa Culturas en Movimiento, una producción con temas
fronterizos que llegaría a transmitirse en red nacional, superando en
su difusión a producciones de instituciones de educación superior
tan prestigiosas como la UNAM.
Cuando llegó el momento de cursar las materias de televisión,
la realidad escolar era frustrante: no había equipos de producción y
posproducción, los talleres existían sólo como proyectos, las clases
tenían que ser necesariamente teóricas, la bibliografía resultaba escasa
y, por lo tanto, el éxito de las materias dependía en su totalidad de
la experiencia de los maestros en turno. Un caso que ejemplificaba
estas carencias fue el hecho de que, para conocer algunos de los
equipos que se utilizaban entonces, los docentes llegaron a utilizar
catálogos de venta impresos donde los alumnos pudieran conocer
cámaras, sistemas de edición, sets de iluminación e incluso cables y
formatos de grabación.
131
Huellas compartidas
Estas primeras generaciones exigirían a las autoridades universitarias la construcción y equipamiento de los talleres de radio,
fotografía, prensa y televisión. Los alumnos estaban conscientes de
que no habrían de utilizar estos espacios, pues la primera generación
egresaría en diciembre de 1990; pero había que dar prioridad al
desarrollo de la infraestructura escolar y la profesionalización de las
futuras generaciones, más que pensar en el beneficio propio.
La creación del Taller de Televisión
Mucho antes de que se impartiera la Licenciatura en Ciencias de la
Comunicación ya había un antecedente del Taller de Televisión: un
pequeño “departamento” que producía piezas audiovisuales como
apoyo a la dirección y a algunos docentes. Se encontraba ubicado en
el edificio número uno de la escuela y era coordinado por Socorro
Aréchiga; más tarde se trasladaría al edificio tres y en diferentes momentos estaría a cargo de Checo Ortiz y José Luis Campos.
Ya en agosto de 1991 fue inaugurado el edificio de talleres y
laboratorios. Este suceso iniciaría una nueva etapa en la formación
de los alumnos en las áreas de realización de televisión y video, pues
esta construcción albergaba el Taller de Televisión, conformado con
un estudio de televisión, un master, cinco cabinas de edición, la
oficina del coordinador, camerinos, almacén y sala de juntas, todo
perfectamente equipado con equipos de producción y posproducción
S-VHS y 3/4.
La creación de este espacio tenía como objetivo la realización
de una serie importante de actividades; entre ellas, preproducción,
producción y posproducción de proyectos audiovisuales, elaboración
de discursos, reproducción y transferencia de materiales en video,
servicio de videoteca, funciones de un cineclub, elaboración de cuadernos de cine, cursos de capacitación y atención a los alumnos que
cursaran las materias de televisión.
Contar con un taller de estas características facilitó la enseñanza
de las etapas de realización de televisión y video; así, los alumnos pasaban de la teoría inmediatamente a la práctica y tenían la oportunidad
132
La formación de realizadores de televisión y video
de realizar en este espacio su servicio social y prácticas profesionales;
algunos pasaban horas en el Taller de Televisión simplemente por
gusto y ganas de aprender, e invertían horas en ejercicios de prueba
y error para así conocer y en algunos casos dominar los sistemas de
grabación y edición.
En esta etapa también se adquirió una colección bibliográfica
de las editoriales Focal Press y Centro Universitario de Estudios
Cinematográficos de la UNAM, colecciones enfocadas precisamente
en el lenguaje de las imágenes en movimiento. Llegaron a la biblioteca de la escuela títulos tan importantes como La gramática de las
imágenes en movimiento, Iluminación para cine y video, Las 5 C’s de
la cinematografía y Montaje cinematográfico – arte de movimiento,
entre otros.
Además, en conjunto con el Taller de Creación Imágenes en
Movimiento, de Tecnología Audiovisual, en la escuela se ofreció
un ejercicio de enseñanza denominado Taller de Imágenes en Movimiento, un curso teórico-práctico integrado por seis módulos:
“Fundamentos de la producción de imágenes en movimiento”,
“Edición”, “Realización de cine y video documental”, “Laboratorio
cinematográfico”, “Teoría de luz y color” y “Guionismo”. Estos
módulos fueron impartidos por instructores como Alejandro Parodi,
Federico Campbell, Jorge Farré y Edith Horvath. Este ejercicio no
se repetiría en la escuela, pero sí se realizaría de manera constante en
las instalaciones de Tecnología Audiovisual.
Este incremento en la oferta de capacitación, la posibilidad de
tener horas de práctica en el Taller de Televisión, el acervo bibliográfico de la escuela, la opción de titilación con videotesis, la continua
capacitación y trabajo práctico en el Taller de Creación Imágenes en
Movimiento (que a esas alturas ya había integrado nuevos miembros,
seleccionados también entre los alumnos de ciencias de la comunicación), así como el egreso y desarrollo profesional de los alumnos
de las primeras generaciones, generarían la producción de una serie
interesante de trabajos de televisión y video.
En esta etapa se desarrollaron trabajos que mostraban claramente una influencia de la forma de hacer televisión y video de
Checo Ortiz, o que dejaban ver una búsqueda de nuevas formas
133
Huellas compartidas
de contar historias y sucesos, de retratar nuestro entorno, nuestra
vida cotidiana a través del lenguaje de las imágenes en movimiento;
hubo también prácticas y productos que buscaron refrescar lo que
la televisión local ofrecía.
De esta época podemos mencionar trabajos como Kiliwas,
volverán a nacer y Aliviáname, Cupido, de Juan Carlos López y Adolfo
Soto; Las conchitas, de Carlos Fernando Gómez Urbina; Vivamos, de
Laura Athié y María Galicia; La repatriada, de Carla Zárate, Elizabeth
Rodríguez y Armando García; Bordercrimes, de Rafael González, y
las emisiones de Prende tu Foco y Culturas en Movimiento.
Una gran cantidad de trabajos surgieron también como producto final de las materias de televisión; el problema fue que estos
videos no tuvieron una proyección más allá del salón de clases y
de las muestras de video que se realizaban en la misma escuela. El
proceso de formación teórico-práctica y de realización de un video
como producto final del curso se daba, pero el círculo no se cerraba;
faltaba siempre la interacción con un público.
En este lapso de tiempo también se pasó del plan de estudios
rígido a uno nuevo, el plan 1993-2 de tipo flexible, en él que se
ofrecieron las materias de Televisión I, Televisión II, Tópicos Selectos
de Televisión I y Tópicos Selectos de Televisión II.
Fue en esta etapa también cuando los alumnos egresados de la
carrera que habían ya recorrido algo de camino laborando en casas
productoras de video, o en el mismo Departamento de Tecnología
Audiovisual, y que habían estado en constante actualización académica en diversos cursos relacionados con las imágenes en movimiento,
se empezaron a integrar a la planta académica.
De lo análogo a lo digital
En 1999 el equipo digital llegó a la Facultad de Ciencias Humanas,
y el Taller de Televisión fue equipado con dos cabinas de edición no
lineal y una cámara de formato DVC-Pro. Ya para 2002 en el Taller
de Televisión se trabajaba sólo con equipo digital, y así es hasta la
fecha.
134
La formación de realizadores de televisión y video
En esta etapa, los alumnos que habían trabajado con los sistemas
análogos conocieron las bondades de la edición no lineal. “Es como editar
cine”, decían, aunque ninguno hubiera editado en cine alguna vez.
Con la transición de lo análogo a lo digital, se privilegió la
forma más que el fondo de los trabajos de televisión y video, y las
generaciones de alumnos que cursan las materias audiovisuales crecieron ya con una estructura de pensamiento basada en las formas
electrónicas de entretenimiento y manejo de la información. Este
manejo constante de la tecnología los lleva a utilizar más un lenguaje
basado en crear una impresión atractiva con el uso de los efectos visuales, que en sorprender al espectador con las historias que cuentan.
Forma por encima del fondo.
Sin embargo, es en esta época cuando los trabajos de los alumnos
y egresados de la facultad se han dado a conocer un poco más, gracias
al surgimiento de festivales y muestra de video nacionales e internacionales, como la Retrospectiva de Cine y Video de Baja California,
organizada por el Centro de Investigaciones Culturales-Museo de la
UABC y coordinada por Fernando Vizcarra; VideoFest, organizado
por el Instituto de Cultura de Baja California y coordinado por José
Luis Campos; Golosina Visual, organizado por Piraña Producciones
y Kamikaze Producciones y coordinado por Adolfo Soto; el Chicali
Film Festival, coordinado por Perla Martínez, y Visión Frontera,
organizado por el Centro de Investigaciones Culturales-Museo de la
UABC y Kamikaze Producciones y coordinado por Alejandra Navarro
y Adolfo Soto. Además, en las materias de Televisión I y Televisión II
se ha manejado como requisito final de aprobación que el producto
audiovisual realizado como constancia de desempeño sea enviado a
alguna muestra o festival de cine y/o video nacional o internacional.
En esta etapa, producto de la enseñanza en la facultad, se han
realizado diversos trabajos, como Sentido común, de Marco Gómez
Urbina; Chicali Rangers, de Ismael Castro; Carne fría, de Manuel
Quintero y Juan Aguilar; Zynthea Warrior (vols. 1 y 2), de Ángel
Zaragoza y Teresa Rodríguez; Nubes, de Marco Gómez Urbina;
Overwheels Supermarke y Veot, de Teresa Rodríguez; Que Dios te
bendiga, de Antonio Villegas; Al cielo con to’ y zapatos, de Daisy
Presichi; Los males de Micaela, de Ismael Castro y Julián González;
135
Huellas compartidas
Forma y función, de Marco A. Gómez Urbina; Xkater Project, de
Héctor Bonilla, y Michelle, música y tacones, de Enrique Vega.
Los planes de estudio/Por donde hemos navegado
En el plan de estudios con el que se trabajó de 1986-1 a 1993-1, las
materias relacionadas con la formación de realizadores de televisión
y video de la carrera en ciencias de la comunicación fueron, en sexto
semestre Televisión I, en séptimo semestre Televisión II, Cine I y
Producción Audiovisual y en octavo semestre Cine II.
Ya para el periodo 1993-2 a 2003-1, las materias que formaban a los
futuros realizadores fueron, en la etapa disciplinaria, Historia y Teoría de la
Imagen, Historia y Estética del Cine y Televisión I; y en la etapa terminal
y como materias optativas, Sociología del Cine, Producción Audiovisual,
Tópicos Selectos de Televisión I (con enfoque en guionismo) y Tópicos
Selectos de Televisión II (con enfoque en dirección de documental).
Desde el 2003-2 a la actualidad, la formación en el aspecto
de lenguaje audiovisual se da a través de las materias de Historia y
Teoría de la Imagen, en la etapa básica, e Historia y Estética del Cine,
Guionismo, Televisión I, Producción Multimedia y Televisión II, en
las etapas subsecuentes.
De estas materias, las que influyen de manera más directa en la
formación de los futuros realizadores son Televisión I y Televisión II. Al
revisar las cartas descriptivas de estas materias y tomando como base
la práctica real de los maestros en clase, resalta como dato interesante
que, a pesar de que la carrera ha pasado ya por tres planes de estudios,
la bibliografía básica para estas materias es la misma desde los inicios
de la carrera: Televisión, de Miguel Ángel Quijada Soto, y Manual de
Producción de Video – un enfoque integral, de Verónica Tostado Span.
Factores extras de aprendizaje
Desde la primera generación hasta las actuales en formación, ya sea
por iniciativa de los titulares de la materia, de los coordinadores de
136
La formación de realizadores de televisión y video
la carrera o del Taller de Televisión, o por elementos externos, como
el Centro de Estudios y Producción Audiovisual (CEPA), siempre se
ha buscado ofrecer opciones a los realizadores en preparación para
reforzar y poner en práctica sus conocimientos.
Seminarios, talleres, conformación de entidades productoras,
cursos y demás actividades han permitido tener en la facultad y en
el ya mencionado CEPA a profesionales de cine, video y televisión
impartiendo cursos a los estudiantes interesados de la carrera en
ciencias de la comunicación. Entre ellos podemos mencionar a Juan
Carlos López (“Iluminación”), Adriana Trujillo (“Cómo Realizar una
Entrevista en Video”), Ernesto Herrera (“Dirección de Fotografía”),
Alejandro Parodi (“Realización de Documental y Ficción”) y Tin
Dirdamal (“Dirección y Apreciación de Cine Documental”).
Unido a esto, dos diplomados de televisión con opción a titulación han enriquecido también la formación de nuevos realizadores.
La experiencia e involucramiento de los alumnos en la realización del Noticiero Universitario Al Instante, que se realizó en el
estudio del Taller de Televisión durante el periodo de 1996 a 1999, fue
también factor importante en la formación de los nuevos realizadores,
como también lo es hasta la fecha la participación de estudiantes
y egresados en las múltiples y premiadas producciones de video y
televisión del Centro de Estudios y Producción Audiovisual.
La creación de nuevas formas de aprendizaje a través del desarrollo de prácticas reales de producción audiovisual dentro de la
carrera en ciencias de la comunicación, especialmente en el Taller de
Televisión, se ha reforzado en épocas recientes con la conformación
de dos equipos de trabajo denominados Cotidianas y Kamikaze
Producciones.
El caso Cotidianas
Cotidianas, proyecto coordinado por Armando Gutiérrez, pretende
rescatar las memorias de una ciudad construida día a día en el hacer
y en el imaginario de quienes la habitan.
Con formato de programa de televisión con periodicidad
quincenal, Cotidianas logra el encuentro de los estudiantes de la
137
Huellas compartidas
carrera de ciencias de la comunicación con la vida de Mexicali, y
permite a los realizadores de televisión y video en formación ver
desde otros ojos lo que no ven en el diario recorrido que hacen
por su ciudad.
Con un contenido más emotivo que informativo, Cotidianas
enseña a los alumnos que se involucran en su realización la belleza e
importancia del relato citadino, del transcurrir del tiempo sobre las
calles y los edificios, lo rico de las expresiones surgidas de la actividad
diaria; los pone en contacto con los esfuerzos, las hazañas y, sobre
todo, las esperanzas de los mexicalenses. Pero además los acerca al
trabajo de los entrevistados, establece redes con ellos y les permite
interactuar con investigadores sociales, creadores o testigos de situaciones dignas de contar.
Dividido en segmentos como “Espacios”, “Leyendas o historias”, “Análisis”, “Oficios”, “Creadores” y “Experimental”, el
formato permite abordar el tema principal (se trata de programas
monográficos) desde diferentes perspectivas. Así, los alumnos han
realizado a la fecha programas de televisión con los siguientes temas:
Tránsito, Luz y color, Barrio, Sonidos, Sobre ruedas, Sabores, Clima y
Celebraciones.
Cotidianas se transmitió durante dos temporadas por el canal
universitario La Imagen del Conocimiento. En él participaron los
siguientes alumnos y egresados: Elliot Macías, Ángel Zaragoza, Taydé
Ruiz, Teresa Rodríguez, Eva Alejandra Ávila, Rodolfo Ibarra, Brenda
Sández, Lisandro Lechuga, Yasbeth Esparza, Joan Valadés, Sandra
Murillo, Iraís Pérez, Óscar González, David Gallardo, Marco Gómez
Urbina y Max Montaño.
El caso Kamikaze Producciones
Kamikaze Producciones nació como una entidad productora de video
documental, con el objetivo de ir más allá de las temáticas planteadas
por los medios de comunicación comerciales.
En sus diversos trabajos audiovisuales, que ayudan en el cumplimiento de dos de las tareas sustantivas de nuestra Alma Mater:
138
La formación de realizadores de televisión y video
la investigación y la promoción de la cultura, busca comprender y
mostrar las razones étnicas, religiosas, pedagógicas, estéticas, económicas, y repensar los patrones de consumo de bienes materiales y
culturales en Baja California.
Creado como un taller de realización documental centrado
en el desarrollo de la divulgación de la ciencia y la cultura a través
del video documental, Kamikaze ha sido otra opción de formación para los alumnos interesados en la realización de productos
audiovisuales con carácter de colaboradores o en cumplimiento
de sus prácticas profesionales. A los alumnos que aquí se integran
se les ha capacitado con cursos básicos de edición, uso de cámara,
guionismo y apreciación documental, y sobre todo, se les ha integrado en el trabajo práctico al ocupar puestos estratégicos dentro
de cada una de las realizaciones de Kamikaze. De esta manera,
en un lapso de cinco años han reforzado su formación alumnos
como Gladys Paola Valdés, Gabriel Rodríguez, Adriana Canett,
Víctor Cuadras, Max Montaño, Teresa Rodríguez, Brenda Sández, Yaznaia Torres, Nayeli Perales, Jannet Jiménez, Nancy Reyes,
Enrique López Ábrego, Ángel Zaragoza y Sonia Gisel Martínez,
entre otros.
Esta entidad también ha dado realce a nuestra facultad y la ha
posicionado en el ámbito regional, nacional e internacional, debido
a que sus trabajos han formado parte de más de 30 festivales de
cine y video, entre los que destacan el Festival Internacional de Arte
Alternativo, el Borderland Film Festival, el Imperial Beach Festival
y el Festival de Cine y Video Este Corto sí se Ve, evento en el que
se obtuvo una mención honorífica con el video La calavera nos pela
los dientes. De igual forma, las labores de promoción cultural que ha
desarrollado Kamikaze con las muestras de cine y video internacional
Golosina Visual, Visión Frontera y DocsTown han permitido ganar
espacios importantes para que los alumnos desarrollen labores de
gestión y promoción, así como tener la oportunidad de que sus trabajos sean presentados en conjunto con trabajos de corte nacional
e internacional, y además se ha logrado la creación de redes, pues
las selecciones oficiales de estos eventos han tenido proyección en
Argentina, Ecuador y la Ciudad de México.
139
Huellas compartidas
A la fecha, Kamikaze ha realizado los videos La calavera nos pela los
dientes, Vivir de segunda, Pepenadores, Más allá del río, Oxxo le mío, No soy
gordito “de oquis” y Ska de locos. Kamikaze fue fundado y es coordinado
por Adolfo Soto.
Propuesta de formación/
Un crecimiento en contenidos
Tras analizar el camino de la formación de realizadores de video y
televisión en la facultad, se sugiere un índice temático para reforzar
la enseñanza del lenguaje audiovisual y el análisis de los contenidos,
dividido con base en las materias destinadas para ello en el plan de
estudios 2003-1, es decir, en Televisión I y Televisión II.
Propuesta Televisión I –
Narrativas y Lenguaje Audiovisual
Teoría de la narración audiovisual
— La narrativa audiovisual: Un lenguaje para expresar.
— La morfología narrativa.
— Pilares de la narrativa audiovisual.
Introducción al lenguaje audiovisual
— El cine y la TV como medios audiovisuales.
— La percepción de la realidad.
— La reproducción como primera estrategia.
— El comentario como segunda estrategia.
Conceptos básicos
— Imágenes.
— Espacio y tiempo.
— La percepción de las imágenes.
— El espacio.
— La luz.
140
La formación de realizadores de televisión y video
La imagen en movimiento
— Escala de planos.
— Signos de puntuación.
— Movimiento interno de cámara.
— Reglas de continuidad.
— Elipsis.
Montaje y guión
— Construcción, relato y expresión.
— El montaje en televisión.
— Guión en la ficción.
— La idea.
— Story Line/Story Board.
— Guión argumental y guión documental.
— Guión literario y guión técnico.
Sonido
— Características básicas del sonido.
— Elementos del lenguaje sonoro.
La producción audiovisual documental
— La realidad mediada.
— La realidad documental.
— La realidad de la ficción.
El lenguaje audiovisual y su utilización en la educación
— El pensamiento crítico en relación con el lenguaje audiovisual.
— El pensamiento creativo en relación con el lenguaje
audiovisual.
— El pensamiento sensible en relación con el lenguaje
audiovisual.
— Pensar, leer y hablar de y con el lenguaje audiovisual.
— El lenguaje audiovisual como recurso didáctico.
— El lenguaje audiovisual como provocador de pensamiento.
141
Huellas compartidas
Propuesta Televisión II – Dirección de documentales
Introducción, historia y futuro del documental
— Historia breve y funcional del documental.
Estética y autoría
— Teoría del documental.
— Elementos del documental.
— Forma, control e identidad.
— Preconstitución, reconstrucción y docudrama.
— Ética, autoría y cometido del documental.
Identidad y autoría
— En busca de la identidad creativa.
— Desarrollo de ideas básicas.
Estrategias de la pantalla
— El lenguaje de la pantalla.
— Análisis del lenguaje de la pantalla.
— Proyectos básicos de realización.
Preproducción
— Investigación inicial y propuesta.
— Investigación previa del rodaje.
— Desarrollo del equipo.
Producción
— Elección del equipo.
— La iluminación.
— Evitar los problemas.
— Las entrevistas.
— Dirección de los participantes.
— Dirección del equipo.
— Los autores.
— Proyectos de producción.
142
La formación de realizadores de televisión y video
Posproducción
— Un vistazo a la posproducción.
— La edición sobre papel: diseño de una estructura.
— El primer montaje.
— El montaje: el proceso de refinamiento.
— La narración.
— El montaje: el partido final.
— Proyectos de posproducción.
Propuesta del Centro
Junto al reforzamiento de contenidos en cuestión de lenguaje audiovisual y análisis de contenidos, también se propone, en bien de
la formación de nuevos realizadores, la unión y consolidación de
los talleres y laboratorios de la facultad para lograr la creación de
un Centro de Estudios y Realización del Lenguaje Audiovisual, que
para efectos de propuesta llamaremos “Centro”.
Centro deberá ser un espacio altamente competitivo y
reconocido por la utilidad educativa, proyección social y vanguardia tecnológica de sus producciones, con sólidas líneas de
trabajo vinculadas con la docencia, la investigación, la difusión
de la cultura, la divulgación científica y la extensión, con productos y servicios de calidad, además de ser un centro con la
capacidad de ofrecer servicios de calidad a precios competitivos
a los sectores público y privado.
Ubicación de Centro
Centro estará ubicado en el primer y segundo pisos del edificio de
talleres y laboratorios de la Facultad de Ciencias Humanas de la
UABC; conjuntará los espacios correspondientes a los talleres de televisión, radio, medios impresos y fotografía, y recibirá apoyo, asesoría
y colaboraciones de los laboratorios y miembros de las carreras de
psicología, educación y sociología.
143
Huellas compartidas
Objetivos principales de Centro
•Ampliar el ámbito de acción de la Facultad de Ciencias Humanas en docencia, investigación, extensión, divulgación
y difusión, utilizando los recursos tecnológicos de video,
televisión, medios impresos, radio, fotografía, multimedia
y nuevas tecnologías.
• Fortalecer el proceso de enseñanza aprendizaje a través de
dichos medios.
•Promoverladivulgacióndelainvestigación.
•Ampliarelaccesodelacomunidadacadémicaafuentesde
información a través de productos multimedia y la conformación de videotecas educativas.
•Promoverlacapacitaciónyactualizaciónquepermitaeldesarrollo profesional de los miembros de la facultad.
•Coordinarlaatenciónalasnecesidadesdeformaciónycapacitación a través del diseño de servicios educativos presenciales
y no presenciales.
•Contribuiralaformaciónintegraldelosalumnos.
•Contribuiralintercambiodeconocimientoscientíicos,académicos y humanísticos.
•PropiciaryfortalecerlapresenciadelaFacultaddeCiencias
Humanas a través de su múltiple producción en muestras
y festivales, congresos, foros y demás, en el contexto local,
regional, nacional e internacional.
•Organizar,preservarydifundirlosacervosproducidospor
entidades independientes, otras instituciones y la propia
UABC.
•Ofrecerserviciosdecalidadaprecioscompetitivosalsector
privado.
Recursos humanos de Centro
En Centro deberá laborar un equipo de profesionales compuesto por
académicos y/o investigadores con posgrado o en proceso de obtenerlo, además de colaboradores, becarios y prestadores de servicio
social y de prácticas profesionales.
144
La formación de realizadores de televisión y video
Productos que deberá generar el Centro
— Planeación, diseño, producción y evaluación de recursos didácticos.
— Cursos.
— Diplomados.
— Congresos.
— Investigaciones.
— Series documentales.
— Programas de radio.
— Bandas sonoras.
— Locuciones.
— Videos institucionales.
— Promocionales y spots de radio y televisión.
— Muestras y festivales de video de ficción, documental y experimental.
— Servicios de videoteca.
— Digitalización de imágenes.
— Transfers entre formatos y de sistema analógico a digital.
— Venta de imágenes de archivo.
Factores que aseguran el éxito del Centro
— Compromiso con el desarrollo institucional.
— Mejora continua a través de un programa establecido.
— Su contribución a la formación integral de los alumnos.
— Su vinculación con la docencia, investigación, extensión, difusión y divulgación.
— Personal experimentado, competente, capacitado para realizar
diversas tareas y una cantidad variable de colaboradores, becarios,
prestadores de servicio social y de prácticas profesionales.
— Trabajo en colaboración con académicos e investigadores.
— Experiencia y conocimientos acumulados en los años de operación de los diversos talleres y laboratorios.
— Herramientas modernas de trabajo.
— Actualización constante.
145
Huellas compartidas
— Capacidad de producción con altos niveles de eficiencia.
— Reconocimientos obtenidos.
— Apoyo constante de las autoridades de la facultad.
LA PRIMERA GENERACIÓN COMO ESTIGMA:
LA EXPERIENCIA DE ADOLFO SOTO
Este caminar por la formación de realizadores de televisión y video me ha
tocado recorrerlo completo, pues soy egresado de la primera generación de
licenciados en ciencias de la comunicación por la Universidad Autónoma
de Baja California, con todo lo que ello significa; sobre todo, un inicio
de instrucción universitaria lleno de carencias, lo que me llevó desde un
principio a solicitar mi ingreso al entonces recién creado Taller de Creación
en Movimiento del Departamento de Tecnología Audiovisual. Ése sería mi
despegue rumbo a lo que actualmente soy, una mezcla de realizador de video,
académico y gestor cultural.
En el Taller de Creación Imágenes en Movimiento aprendí de
Checo Ortiz los conocimientos básicos de la realización de video y
televisión; estos conocimientos los complementé con las materias de
Televisión y Cine que cursé en mi carrera. En ese entonces impartían la
materia de Televisión Sandra Mireya González y Fernando Ortiz y la de
Cine, Laura Treviño y su hermano Andrés. De Laura rescato su capacidad
para fomentarnos un amor por el cine y sobre todo por los clásicos; de
Andrés, la experiencia inolvidable de haber producido en cámara de cine
superocho y editado en moviola un cortometraje.
Del Taller de Creación recibí conocimientos que me han ayudado
siempre en mi desarrollo profesional. Ahí fue donde conocí lo valioso de
una buena composición en imagen, la paciencia para capturar lo mejor
de un suceso, la disciplina de trabajo, el compromiso por los momentos
y elementos que grababa en cámara, la importancia de un cuadro de video, de escuchar al informante, de empaparse del tema a tratar; aprendí
a manejar la cámara, a editar, a entrevistar, a coordinar producción, a
dirigir cámaras, a ajustar audios, a “pensar en imágenes”, como bien
decía Checo. También fue ahí donde conseguí mi primer trabajo en el
área del video y la televisión.
146
La formación de realizadores de televisión y video
En 1998 solicite el trabajo de asistente de producción en Telearte,
la primera casa productora de video de la ciudad. Bueno, en realidad
solicité el trabajo de intendencia, pero Checo Ortiz, copropietario del
negocio, me lo negó. Así empecé a involucrarme en trabajos de video
de capacitación, institucionales, de promoción y spots de televisión; en
un mes había pasado de ocupar el puesto de asistente de producción a
camarógrafo. Trabajé en los inicios con equipo de grabación VHS; ya
después lo hice con equipo ¾. Pero sobre todo logré muchas horas de
vuelo en cámara; no así en edición, pues éste era un trabajo desarrollado
por Checo y otra estudiante de la carrera, Gaby Ribó. Sin embargo, pasé
muchas horas viendo cómo trabajaban con el material que yo había
grabado, lo cual me permitió mejorar mi trabajo como camarógrafo y
llenarme de “tips de edición” que más tarde utilizaría. Aunque ya laboraba
en esta empresa, continué con el trabajo que desarrollábamos en el Taller
de Creación Imágenes en Movimiento, específicamente en el programa
de televisión Culturas en Movimiento.
Al egresar de la carrera en 1990, me ofrecieron integrarme como
maestro de asignaturas; decidí no hacerlo pues sentía que aún me faltaba
cometer más errores, eso que pomposamente se llama “lograr experiencia”. Ya para 1993, con un poco más de trabajos realizados y algo
de reconocimiento profesional, regresé a mi escuela para integrarme a
la planta de maestros. Ésta ha sido una experiencia de vida que me ha
marcado. Transmitir conocimientos y filosofía de trabajo a los jóvenes
estudiantes me atrapó, me parece enriquecedor; esto me llevó, de ser un
maestro de asignaturas con cuatro horas clase semanales, a lo que hoy soy,
un maestro de tiempo completo con 20 horas clase por semana.
También por estas fechas me encontraba realizando lo que después sería mi videotesis, el primer trabajo de una entidad cultural de
realización de video llamada La Tierra de la Iguana, que conformaría
con otro egresado de la escuela, Juan Carlos López. Ese trabajo, denominado Kiliwas, volverán a nacer, aparte de arrancar los trabajos de La
Tierra de la Iguana, sería el inicio de un largo andar por el registro de
la cultura de la región.
En 1994 recibí la beca del Fondo Estatal para la Cultura y las
Artes de Baja California para realizar el video Aliviáname, Cupido.
Después vendrían trabajos como Sangolotiadito, compadre, que realice
147
Huellas compartidas
con el apoyo del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMYC).
En el ámbito de la producción comercial de video, había pasado
de trabajar en Telearte a trabajar en Creatividad Conjunta, negocio de
Beto Castillo y Luis Felipe González, que se dedicaba a la comunicación
organizacional. En ese espacio aprendí algo que le sigo transmitiendo
a mis alumnos: trabajar como lo hacen los realizadores estadunidenses;
aprendí a trabajar como realizador free lance y a darle una mayor importancia al trabajo de preproducción.
Al no contar Creatividad Conjunta con equipo de producción
ni posproducción de video, adoptamos el modo de trabajar con base en
arrendamiento de equipo, lo que me hizo ser más eficiente en el uso de
los equipos y disminuir los tiempos muertos de edición, ahorrando así
dinero y esfuerzo.
El método era el siguiente: una vez listo el guión, desglosaba todas
y cada una de las necesidades de imagen (además, las numeraba); después
ponía esas necesidades de producción dentro de un plan de grabación,
buscando disparar la mayor cantidad de imágenes necesarias en la menor
cantidad de días posibles –la renta del equipo de producción era de 300
dólares diarios–; una vez hecho esto, rentaba el equipo de grabación, para
ese entonces formato Betacam, y procedía a la grabación de imágenes.
Al terminar con el plan de grabación, transfería el material a formato
VHS con código de tiempo en pantalla.
Para la etapa de posproducción también “arrastraba el lápiz” antes
de entrar a una cabina de edición –300 dólares la hora–. En las cintas
VHS revisaba una y otra vez hasta seleccionar la mejor imagen que habría
de utilizar para cierta parte del guión, y la numeraba ubicándola con su
código de tiempo respectivo; una vez seleccionadas todas las imágenes,
procedía a solicitar tiempo de cabina de edición en La Máquina Producciones, en ese entonces la más vanguardista casa productora de Mexicali,
pues ya trabajaba con equipo de edición no-lineal.
Al tener seleccionadas previamente mis imágenes y conocer su
orden en el trabajo final, el uso del tiempo de cabina se reducía notablemente, se volvía más efectivo. Esta manera de trabajar la he seguido
aplicando a lo largo de mi vida profesional y me ha vuelto más eficiente;
además, creo que este método es el que puede lograr que nuestros alum148
La formación de realizadores de televisión y video
nos y egresados creen sus propias casas productoras sin tener que hacer
una gran inversión en equipo.
Después de esta experiencia y tras el rompimiento de la sociedad
Castillo-González, fui contratado para crear el Departamento de Comunicación de la Secretaría de Fomento Agropecuario del Gobierno
del Estado. La experiencia no fue del todo agradable, pues no realizaba
ningún tipo de producción de televisión y/o video. Así fue que me lancé
a la aventura de trabajar en Estados Unidos, obviamente sin papeles. En
Los Ángeles, California, trabajé en la empresa Manoyo Productions,
propiedad de Ramón Navarro y Félix Castillo, una empresa de management y apoyo audiovisual para artistas de la onda grupera; un negocio
pequeño pero que contaba con el apoyo de Fonovisa, y trabajaba para
gran parte de su catálogo de artistas.
En Manoyo Productions apliqué de nuevo el método de trabajo
utilizado en Creatividad Conjunta; además, estando en Los Ángeles
podíamos encontrar empresas de renta de equipo casi en cada esquina.
Me dediqué durante pocos meses a realizar videos y sesiones fotográficas
para artistas como Banda Machos, Los Tigres del Norte, Marco Antonio
Solís “El Buki”, entre otros.
El paso natural estaba por venir. Juan Carlos López, con quien
había codirigido tantos videos y con quien había fundado La Tierra de la
Iguana, dirigía La Máquina Producciones y necesitaba un nuevo productor;
hablamos, y a la siguiente semana estaba en Mexicali integrado al equipo
de esta casa productora. Después de varios años de continuo aprendizaje,
de una gran variedad de trabajos de video, de una larga experiencia laboral,
decidí dejar esta empresa para crear la propia. Como ya existía el nombre,
retomé La Tierra de la Iguana para firmar los trabajos realizados en esta
nueva casa productora de video. Inicié trabajando con el método que había
implementado en Creatividad Conjunta; esto me permitió comprar equipo
propio hasta tres años después de iniciado el negocio.
A la par del trabajo en La Tierra de la Iguana, continué mis labores
docentes en la UABC. Buscando siempre nuevos espacios para los realizadores en formación y no limitarme a la enseñanza en el aula, fundé en 2002
Kamikaze Producciones, donde reuní a un grupo de alumnos con ganas de
aprender y trabajar el video. Fue con este grupo, y con el apoyo en escritura
de textos de Hugo Méndez, con quien se inició la serie Chicalense way of life,
149
Huellas compartidas
que tantas satisfacciones nos ha dado. En este mismo año inicié el posgrado
en escritura de guión para cine y televisión.
Nuevamente, en 2003 fui becario PACMyC, con el proyecto de
video Más allá del río: El Pueblo Nuevo, que relata, a través del hilo conductor de algunos de los pioneros y ex habitantes del barrio, cómo fue,
es y debería ser este tradicional barrio de Mexicali.
En este andar de ya casi 20 años como realizador de video y televisión, y 15 como académico universitario, mis labores no se han centrado
sólo en las de productor y realizador; también he buscado promover el
trabajo realizado por jóvenes videoastas con la organización de muestras
internacionales de video, que han venido a animar el ambiente cultural
de la región, crear nuevos públicos y lograr, además, que los trabajos de
video cierren el círculo y logren llegar al espectador. Esta labor me ha
ayudado también a crear redes entre muestras de cine y video y realizadores de países como España, Nicaragua, Ecuador, Francia, Argentina,
Estados Unidos, Israel, Bolivia y Chile.
El recorrido ha sido largo. Egresado de la entonces Escuela en Ciencias de la Comunicación, he tenido que compensar las carencias iniciales de
mi instrucción como realizador de cine y video buscando acercarme a toda
oportunidad de actualización académica; aprovechando las oportunidades
de colaboración en proyectos de videoastas reconocidos o emergentes; tomando diplomados, cursos y seminarios de realización documental, ficción
y experimental; fungiendo como jurado en múltiples muestras y festivales;
poniendo a prueba los trabajos realizados, respondiendo a múltiples convocatorias, y sobre todo, sabiendo que jamás dejaré de aprender y que nadie
es menos que yo en este ambiente de la realización de video.
EL APRENDIZAJE COTIDIANO DE LAS SEGUNDAS
GENERACIONES: LA EXPERIENCIA DE ARMANDO GUTIÉRREZ
La producción audiovisual, la vida profesional y la actividad docente se encuentran entrelazadas de tal forma que es imposible distinguir dónde se ubican
con exactitud sus fronteras. Supongo que ingresé a la carrera pensando, como
tantos otros, que en algún momento me encontraría dirigiendo cine, pasión
e inclinación que desde la infancia buscaba un espacio donde redimirse; de
150
La formación de realizadores de televisión y video
modo que recién descubierto el Taller de Televisión me incorporé al grupo
de colaboradores.
A diferencia de otras generaciones, la nuestra tuvo la gran oportunidad
de tener un conjunto de laboratorios completamente equipados para realizar sus
prácticas. En mi caso, no era sólo la novedad lo que llamó mi atención, sino la
posibilidad real de crear proyectos en las etapas tempranas de formación.
Curiosamente, habría de iniciarme en la práctica de la producción
audiovisual, al menos de manera indirecta, desde el grupo de Creación Imágenes en Movimiento. Fue una compañera que miró en mí la inquietud del
productor en ciernes quien me presentó a Sergio Ortiz y Juan Carlos López, y
este último me sugirió que si realmente me interesaba el video y la televisión
sería una buena idea ingresar al grupo. La experiencia resultó enriquecedora,
aunque la estancia breve: tras mi ingreso al grupo, tuve la oportunidad de
participar sólo en cuatro sesiones y un proyecto inconcluso, pues el taller fue
cancelado de improviso por la administración central. Sin embargo, aquel
ambiente de libertad en la creación, la disposición de los integrantes por enseñar desde su propia experiencia y el trabajo colectivo fueron el estimulante
que habría de marcar para siempre mi visión de este medio.
De esta forma, en la primera mitad de 1992 ingresé como colaborador al Taller de Televisión, y aprendí a ser productor desde una parte
del exilio del Taller de Creación: las coordinadoras María del Socorro
Aréchiga (Manina) y Blanca López formaban parte de ese grupo y fueron
las responsables de brindarme las bases de mi formación audiovisual.
Nuestro trabajo en el taller era simple: colaborar en la organización y
administración de sus servicios, ayudar en la instalación de los nuevos equipos y participar en un grupo de capacitación y discusión que se reunía cada
sábado. Resultaba evidente el estilo de Sergio Ortiz en el esquema de trabajo
de Manina y Blanca. Desde el principio se fomentó el trabajo en equipo, el
respeto por el discurso audiovisual, la formación teórica y práctica como base
del desempeño profesional y, sobre todo, el cariño por el medio.
Los esfuerzos de este grupo habrían de consolidarse y ponerse
a la práctica a finales de 1992, cuando la Escuela en Ciencias de la
Educación firmó un convenio con los noticieros matutinos de Televisa.
El compromiso era producir un segmento de cinco minutos semanales
que sería transmitido dentro de Notivisa al amanecer de cada lunes; las
temáticas se determinarían de mutuo acuerdo y no había ningún tipo
151
Huellas compartidas
de limitación en cuanto al contenido o punto de vista. Este proyecto
habría de titularse Puntos de Encuentro.
Reconozco que en un principio cinco minutos parecían cosa fácil,
pero una vez puesto en marcha el aparato de producción del taller, sobre
todo con el ostentoso –y voluminoso– equipo UMatic, la práctica resultó
demandante. A las clases debían de sumarse las reuniones de producción
con propios y ajenos al taller; en ocasiones se filtraron algunos puntos de
vista desde el propio noticiero para ver si se podía influir en el contenido,
aunque siempre se mantuvieron respetuosos de nuestro ejercicio. Las
sesiones de producción, sobre todo en el verano, eran toda una experiencia: en más de una ocasión el filtraje de la luz, los niveles de audio o
las densidades neutras fueron factor para repetir la grabación. El trabajo
tras la botonera en la cabina de edición ofrecía sus propios retos: quitar o
poner cuadros, corregir el chroma, bajar o subir el pedestal de la imagen.
Al final de la temporada, podíamos mostrar orgullosos una colección de
14 segmentos realizados profesionalmente, y sobre todo, cimentar las bases
de una producción televisiva propia de nuestra licenciatura.
Puntos de Encuentro concluyó actividades en 1994, año en el que
dejé de participar en el Taller de Televisión. En ese mismo año Sergio
Ortiz invitó a un grupo de estudiantes de la Licenciatura en Ciencias de
la Comunicación a formar parte de otro proyecto: Bajacalifornianos.
Retomando una propuesta elaborada al llegar a Mexicali a mediados de los ochenta, Sergio Ortiz elaboró un proyecto que mezclaba
el reportaje periodístico, el documental social y la ficción. A partir de la
creación de un grupo de personajes se abordaban diversas temáticas de
gran impacto social: tarifas eléctricas, problemas de abastecimiento de
agua, migración. El personaje principal era un periodista con el que el
público descubría la información relevante y los personajes reales relacionados con ella; además, el público tenía la oportunidad de adentrarse
en el trabajo periodístico y televisivo, con lo que el proyecto tenía una
doble función: por un lado, reposicionar una agenda de opinión mucho
más cercana a los intereses del público, mientras, por otra parte, formaba
audiencias críticas en cuanto al contenido y forma de este medio.
Ángel Norzagaray y Berta Celaya fueron los elegidos para llevar los
roles principales; pero de nuevo la mala fortuna no permitió que el proyecto
llegara a concretarse, y se canceló antes de terminar el programa piloto.
152
La formación de realizadores de televisión y video
Mi egreso en 1995 estuvo acompañado de una propuesta de trabajo
en el canal de la Universidad; sin embargo, por asuntos personales habría
de ingresar a la “Imagen del conocimiento” (lema del proyecto televisivo
universitario) a finales de 1996. Carlos Fernando Gómez Urbina, director
del Departamento de Tecnología Audiovisual, me invitó a participar en
la reestructuración de Fronteras, un programa de reportaje televisivo que
representaba uno de los proyectos emblemáticos del canal.
Se integró un equipo joven para elaborar y producir la nueva
propuesta. Mónica González en la dirección, Alejandro Green en videografía, Eva Ávila en guionismo y yo como editor. Se decidió producir un
programa híbrido, con espacios para reportajes, entrevistas y comentarios
sobre diversos temas sociales. La mayor aportación sería el desarrollo de
una línea de interés no explorada hasta el momento: una voz en off y la
presencia de un personaje como hilo conductor. Este último habría de
convertirse en el ariete que llamaría la atención del público. Su nombre:
Jesús El Salado Arenas, interpretado brillantemente por Ramón Tamayo.
La mezcla de juventud y experiencia, responsabilidad y experimentación, realidad y parodia colocarían a este proyecto como un referente
de la producción universitaria a finales de los noventa.
Experimentamos de todo: recomendaciones de la Secretaría de
Gobernación, comentarios favorables del público, luchas de egos e incluso
el disgusto de sectores empresariales. Es necesario reconocer la defensa
que el rector Luis Javier Garavito hizo del proyecto ante las presiones
por cambiar su contenido temático y punto de vista, dejando en claro
el papel crítico de una institución como la UABC.
En lo personal, éste es uno de los proyectos que más satisfacciones
habría de dejarme. Trabajar al lado de personas talentosas y comprometidas; aprender de Ramón a escuchar y entender, no sólo a los personajes
creados para el proyecto, sino a las voces reales que le daban cuerpo y
espíritu al programa, y tener contacto con el entorno social y mediático,
representan los grandes maestros de mi formación.
La otra gran experiencia habría de ser aquello a lo que nunca
imaginé dedicarme: la docencia.
En 1998, la coordinación de la Licenciatura en Ciencias de la
Comunicación prácticamente exigió mi presencia como docente. Un año
antes, Jaime García y yo habíamos ingresado a la Facultad de Ciencias
153
Huellas compartidas
Humanas como encargados del Taller de Televisión. Al obtener la licenciatura y debido a la necesidad de profesores especializados en el área de
televisión, me integré a la planta docente como responsable de la materia
Televisión I. De esa fecha hasta ahora no he dejado de impartir clases.
Tuve la oportunidad de colaborar en la reestructuración del
plan académico tanto de las materias audiovisuales como de la carrera
en general. Al lado de un equipo de profesores, se buscó consolidar la
formación de los alumnos apuntalando las áreas de pre-producción, la
capacitación técnica en el uso de los nuevos equipamientos, el desarrollo
del lenguaje audiovisual y el discurso televisivo.
Al llegar la gran transformación que representó la llegada de la tecnología digital, se requirió no sólo la adecuación de las prácticas, la capacitación
y los contenidos; también fue necesario regresar a los profesores a las aulas.
Cada uno encontró la vía para acceder a la nueva tecnología: los
afortunados pudimos participar de algunos cursos que se organizaron
en tecnología audiovisual; otros, en cambio, llegaron a la práctica por
medio del ensayo y error.
De pronto nos empezamos a encontrar con alumnos que ingresaban desde la preparatoria utilizando equipo mejor al nuestro, jóvenes
con la habilidad y una especie de disposición natural para entender los
nuevos implementos, aplicaciones y posibilidades de esta evolución.
Nos encontramos con productores no profesionales que sabían
darle una forma por demás aceptable a sus propuestas.
Un alumno habría de ser quien me capacitara en el uso de un
software de animación vectorial. Hasta el momento, no deja de admirarme la capacidad de algunos estudiantes para resolver el programa de
edición como si se tratara de un videojuego: uno de los colaboradores
recientes del taller entró a una cabina con la firme intención de aprender
a usar After Effects; tres días después y con sesiones de trabajo de 12
horas, regresó a mi oficina para decirme que ya sabía cómo utilizarlo.
La muestra fue contundente: un ejercicio de animación en 3D que yo
mismo no sé a ciencia cierta cómo llegó a producir.
Para algunos de nosotros fue necesario ponerse nuevamente los
zapatos de estudiante y ver la producción en televisión y video con aquella
mirada que tuvimos cuando fuimos alumnos de nuevo ingreso: mezcla
de fascinación y sorpresa, pero sobre todo plagada de esperanza.
154
La formación de realizadores de televisión y video
La lección más grande, sin lugar a dudas, la he recibido de mis
alumnos. Estos años ha sido un privilegio compartir con ellos. Cada nueva
generación tiene la semilla de uno o dos productores en ciernes y brinda la
oportunidad de recuperar a cada paso la memoria, revivir el camino andado y,
sobre todo, mirar el futuro desde una visión que se construye en colectivo.
La experiencia de compartir proyectos, anhelos, certezas y temores con aquellos que han sido mis estudiantes, colaboradores, amigos
y cómplices representa, a la distancia, el mejor profesor que he llegado
a tener. Enseñar es también aprender de los demás y hacer de ello un
ejercicio cotidiano.
Reflexiones finales
Desde sus orígenes a la fecha, la formación de los realizadores de
televisión y video nació accidentada. Durante los primeros años, los
maestros carecían de experiencia; en su mayoría, pasaron directamente
del pupitre al pizarrón. Efectivamente, habían egresado de instituciones
educativas ubicadas fuera del estado, donde pudieron trabajar con
equipos de vanguardia; sin embargo, no contaban con experiencia en el
ámbito laboral y no pudieron transmitir a los alumnos conocimientos
que fueran más allá de lo que ellos mismo habían recibido.
La segunda generación de maestros en las áreas correspondientes a
televisión presentaba tres perfiles diferentes: el primero, similar a lo que
se vivió en las primeras generaciones; el segundo, egresados recientes con
experiencia laboral en un solo lugar de trabajo, y el tercero, egresados de
comunicación formados en el estilo de producción de Checo Ortiz.
Es precisamente este punto lo que lleva a la teoría de que la
base de la enseñanza en la Facultad de Ciencias Humanas siempre nos
remite a lo realizado en el Taller de Creación Imágenes en Movimiento
o en el Departamento de Tecnología Audiovisual. Haciendo un recuento de los maestros que han impartido las materias de televisión,
de 17 sólo seis no se formaron en uno de estos dos espacios, y de los
maestros que han coordinado o subcoordinado el Taller de Televisión,
de 10 sólo tres no pertenecían a estos proyectos de capacitación y
producción externa. Esto no es malo, pero la consecuencia que se
155
Huellas compartidas
percibe es que durante un largo tiempo todos los alumnos formados
en esta área han sido formados con las mismas bases.
A este panorama hay que unirle dos aspectos más: las cartas
descriptivas y el material bibliográfico básico y complementario no
han cambiado, a pesar de que los planes de estudios han pasado de
rígido a flexible y al actual por competencias, y falta actualización
académica entre los maestros que imparten las materias.
Otro aspecto importante es que, una vez que la escuela contó con el
Taller de Televisión, la enseñanza se centró en el uso de las herramientas más
que en la calidad de los contenidos de los mensajes; unido a esto, el análisis
de productos televisivos y/o de video y el estudio de las teorías de la narrativa
audiovisual han sido escasos a lo largo de los años de formación.
Hay que destacar que incluir materias de guionismo ha venido
a enriquecer los contenidos de las piezas audiovisuales, que la creación
de festivales y muestras de cine y video ha fomentado la producción
de cortometrajes de animación, ficción y documental, que los trabajos
realizados en las materias de televisión, en el proyecto Cotidianas y en
Kamikaze Producciones han venido a enriquecer la oferta cultural de
la entidad y han dado renombre a la facultad en otros espacios, que la
creación de redes ha permitido la libre circulación de materiales realizados
en otros países y que los realizados por nuestros alumnos encuentran otros
espacios de difusión, que se han formado nuevos públicos y, sobre todo,
que los alumnos que han decidido seguir el camino de la realización de
televisión y video, así como algunos de sus maestros, están en la búsqueda
constante de nuevos lenguajes, de nuevos conocimientos, de formación
más allá de las aulas y de nuevos espacios por conquistar.
Algo que es necesario que suceda en un futuro inmediato es incluir
teoría y análisis de los lenguajes audiovisuales en las materias de televisión,
además de reforzar la enseñanza de la realización documental y darle
importancia a la televisión educativa y cultural, y sobre todo, lograr que
los espacios y las dinámicas del Taller de Televisión pasen de la simple
enseñanza técnica a la creación de un espacio de desarrollo integral productor de medios audiovisuales, multimedia y nuevas tecnologías.
La modificación de contenidos, la formación constante de los
académicos del área, la creación de redes, la participación y organización
de muestras y festivales, la conformación de un Centro de Estudios y
156
La formación de realizadores de televisión y video
Realización del Lenguaje Audiovisual, el balance entre el fondo y la forma,
la gestión cultural y las ganas de nuestros estudiantes que buscan la oportunidad, a través del trabajo realizado con rigor y disciplina, de convertirse
en realizadores de televisión y video sin más recompensa que la satisfacción
de un trabajo bien realizado, nos llevarán a formar realizadores de televisión y video plenos, que conjunten en su desarrollo profesional técnica y
creatividad, elementos que los llevarán a cumplir con las tareas sustantivas
de nuestra universidad: docencia, vinculación e investigación.
ANEXOS
Maestros de las asignaturas de Televisión
a lo largo de la carrera (por orden alfabético):
María del Socorro Aréchiga
Guadalupe Burciaga
Laura Campos de la Cruz
Cristina Conde
Jaime García
Sandra Mireya González
Armando Gutiérrez
Ernesto Herrera
Edith Leyva
Blanca López
Juan Carlos López
Checo Ortiz
Fernando Ortiz
Marcos Ramírez
Estela Solís
Adolfo Soto
Ernesto Vega
Integrantes del Taller Imágenes en Movimiento
en sus inicios (por orden alfabético):
Ildelisa Antonares
María del Socorro Aréchiga
Rita Beadle
Maité Borbón
César Castro
Alejandro Elías
Alejandra Estrada
Yael Jiménez
Laura Longoria
Mónica López
Juan Carlos López
Natalia Silva
Adolfo Soto
Gabriela Ribó
Florisse Vázquez
157
Huellas compartidas
Coordinadores y subcoordinadores del Taller
de Televisión desde su creación a la fecha
(por orden alfabético):
María del Socorro Aréchiga
Guadalupe Burciaga
Laura Campos de la Cruz
Jaime García
Sandra Mireya González
Armando Gutiérrez
Edith Leyva
Blanca López
Estela Solís
Adolfo Soto
Algunos realizadores egresados de la facultad
en sus 34 generaciones (en activo y por orden
alfabético):
Juan Aguilar
Paloma Ayón
Ana Bautista
Rosa Beltrán
Héctor Bonilla
Armando Camacho
Reinaldo Cantú
Ismael Castro
Claudia Cisneros
Ramón Celaya
Cristina Conde
Luis Cristerna
Héctor Chavira
Xavier Fajardo
Mario Fabela
Héctor Gálvez
Jaime García
Marco Antonio Gómez Urbina
Julián González
Alejandro Green
Armando Gutiérrez
158
Ernesto Herrera
Abelardo Hernández
Porfirio Landeros
Salvador León
Blanca López
Juan Carlos López
Basilia Madrid
José Antonio Maldonado
Jorge Martínez
Manuel Quintero
Juan Pablo Reyes
César Ramírez
Gabriel Rodríguez
Teresa Rodríguez
Roberto Sánchez Banda
Laura Saucedo
Carlos Simental
Adolfo Soto
Flor Torres
Antonio Villegas
Carla Zárate
Ángel Zaragoza
Imágenes sueltas para empezar a rastrear la memoria
del campo académico de la comunicación en Tijuana
La experiencia de la Universidad Iberoamericana
RICARDO MORALES LIRA
Hacia allá apunta el desafío: en las transformaciones de la sensibilidad
que emergen en la experiencia comunicacional hay un fermento de
cambios en el saber mismo, el reconocimiento de que por allí pasan
cuestiones que atraviesan por entero el desordenamiento de la vida
urbana, el desajuste entre comportamientos y creencias, la confusión
entre realidad y simulacro.
Jesús Martín-Barbero
Primera imagen: ciertas historias convergentes
La década de los ochenta del siglo XX fue escenario fundamental para repensar y replantear la comunicación en América Latina en todos sus ámbitos.
Producto de crisis estructurales de larga duración, las de este periodo se
renovarían conectadas a nuevos movimientos políticos y sociales, cuyos
resultados exigirían otras formas de organización de la vida social y, por lo
tanto, diferentes paradigmas interpretativos acordes a estos contextos.
Las ciencias sociales encaran estos nuevos retos; la de la comunicación lo hace también, pero ahora con estructuras disciplinarias
más sólidas, fruto de experiencias académicas, profesionales y de investigación que para los ochenta ya contaban con más de 25 años.
Asimismo, esta revisión tiene orígenes distintos; uno de ellos es el
resultado de procesos históricos que hicieron posible la génesis y desa159
Huellas compartidas
rrollo del campo académico de la comunicación en el continente, el cual
para los noventa se confirmaría con el “surgimiento de una comunidad
académica” (Marques de Melo, 2008), y para el caso de México, con la
tarea de encarar “los retos de su consolidación como práctica académica
profesionalizada y legitimada” (Fuentes Navarro, 1998:25).
La diversidad de ritmos, temporalidades, escenarios, actores,
productos y conocimientos pertenecientes al campo académico de
la comunicación, paradójicamente, permitió la convergencia de un
conjunto de preocupaciones y reflexiones que se venían gestando
desde 20 años atrás.
Algunos de los ejes problemáticos más importantes giraron en
torno a la construcción y consolidación de una disciplina científica
que de manera reflexiva pudiera delimitar sus objetos de estudio a
partir de la búsqueda de autonomía epistemológica, teórica y metodológica ante el paradigma positivista imperante en las ciencias sociales,
específicamente el del funcionalismo sociológico, y frente al conductismo de la psicología social, modelos que, siguiendo a Marques de
Melo (1984), fueron adoptados acríticamente.
En todos estos procesos juega un papel primordial el Centro
Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América
Latina (CIESPAL), nacido en 1959 en Quito, Ecuador, por iniciativa de
la UNESCO.
El CIESPAL se convertiría en uno de los espacios académicos más
relevantes en la formación de periodistas y comunicadores de América
Latina; asimismo, sería promotor de una importante (y hasta la fecha
sostenida) producción editorial, compartiendo con las universidades
el impulso institucional de estudios científicos en comunicación, con
sus correspondientes líneas de investigación, las cuales inicialmente
se adhirieron a marcos provenientes del funcionalismo, el desarrollismo y el difusionismo norteamericanos; situación esta última que
posteriormente cambiaría de directrices, marcando pautas tanto en
el quehacer de la investigación como en los contenidos de los planes
y programas de estudio de las entonces nacientes carreras de comunicación de finales de los sesenta y principios de los setenta.
Este cambio sería constatado en el cobijo institucional que el
CIESPAL le daría a la búsqueda de autonomía epistemológica, teórica y
160
La experiencia de la Universidad Iberoamericana
metodológica, en franca oposición crítica a las corrientes funcionalistas
norteamericanas, continuando con la de la Escuela de Frankfurt,
utilizada en los estudios marxistas de la comunicación realizados por
la llamada “reacción crítica”, declarada ésta como una ruptura con las
herencias y adopciones tomadas en préstamo de los modelos foráneos
(Beltrán, 1984); ruptura que para los ochenta sería considerada “más
afectiva que efectiva” (Martín-Barbero, 1983:101), por contener
una visión instrumental y mecanicista de los procesos masivos de
comunicación, entre otras consideraciones.
Siguiendo esta línea del tiempo, como mencionábamos antes,
en los setenta se dará la primera ruptura con el funcionalismo estadunidense a partir de trabajos con orientaciones crítico-marxistas cuyas
temáticas se dirigían a develar las argucias del imperialismo cultural
vía los contenidos de los medios masivos de difusión.
El escenario anterior es el más conocido; sin embargo, existen
otros más que comparten este periodo. Uno de ellos es el de la comunicación alternativa, en la cual se inscribía a la comunicación popular,
educativa, autóctona, autogestionaria, emancipadora, participativa,
etcétera (Prieto Castillo, 1979; Simpson Grinberg, 1986).
Contextualizada al interior de procesos comunicativos emergentes pertenecientes a las culturas populares tanto del espacio rural
como del urbano, así como de las comunidades eclesiales de base,
la comunicación alternativa se nutre de las experiencias y planteamientos de Paulo Freire y de la concepción gramsciana de la cultura,
conservando rasgos, a la vez, del marxismo denuncista, en lo concerniente a las estructuras y contenidos de los grandes medios, marcando
su diferencia a partir de la participación en procesos comunicativos
más horizontales y dialógicos, con la intención de democratizar la
propiedad, formatos, discursos y contenidos para el desarrollo comunitario y las expresiones de las culturas subalternas.
Como una de las corrientes de pensamiento más acorde a
nuestros contextos locales, la comunicación alternativa aportaría los
elementos necesarios para que, ya entrados los años ochenta, pudiera
pensarse la comunicación desde la cultura y las mediaciones sociales
(Martín-Barbero, 1987) como un parteaguas interpretativo que abrirá
las puertas a los estudios culturales de los noventa.
161
Huellas compartidas
Hasta aquí este breve recorrido, que, por supuesto, ni es exhaustivo ni pretende dar cuenta de la historia de una parte del campo
académico de la comunicación en América Latina. De ello se han
encargado investigadores importantes, como José Marques de Melo
y Raúl Fuentes Navarro, entre otros, quienes desde Brasil y México,
respetivamente, se han preocupado por la puesta en marcha de una
historiografía campal de la comunicación a nivel continental, y nacional en cada caso; esto es, una escritura de la historia (De Certeau,
1993) de una serie de prácticas, saberes, instituciones, espacios, discursos y sujetos especializados en la construcción de sentido; trabajos
dirigidos a entender tanto la formación de profesionales del campo
comunicativo como el quehacer disciplinario de la investigación,
desde el cual se generan y difunden representaciones e interpretaciones sobre un conjunto de “objetos móviles, nómadas, de contornos
difusos, imposibles de encerrar en las mallas de un saber positivo y
rígidamente parcelado” (Martín-Barbero, 2005:15-16): esto es la
comunicación.
Por lo anterior, esta parte simplemente intenta resaltar ciertos
derroteros que se conectan en diferentes modalidades con los procesos de configuración del campo de la comunicación en México,
sobre todo con los más consolidados, como el del centro del país y
el del Bajío, el primero representado por la Ciudad de México y el
segundo por Guadalajara; ambos con largas tradiciones académicas,
que a la vez han participado en la institucionalización, legitimación
y emergencia de esa comunidad académica –a la cual hace referencia
Marques de Melo– que encarna el campo especializado de la comunicación en nuestro continente.
Pero cabe preguntarse: ¿Cómo han sido estos procesos en
otras partes de México? ¿Cuáles son, por decirlo de esta manera, sus
microhistorias convergentes y divergentes en relación a los procesos
macrovividos y trazados desde la cartografía campal someramente
esbozada líneas atrás? Desde sus particularidades, ¿cómo se han articulado dichos campos al interior de sus contextos específicos?
Para el caso de Baja California, creemos que los textos reunidos
en esta compilación son, sin duda, el primer intento por empezar a
responder éstas y otras preguntas, por iniciar la sistematización de lo
162
La experiencia de la Universidad Iberoamericana
que ha sucedido en nuestros espacios institucionales, profesionales,
de formación e investigación, mismos que articulan nuestro campo
académico de la comunicación, el cual para estos momentos cuenta
con 22 años de existencia.
Para dar cuenta de ello, es pertinente realizar el registro de
algunos trazos históricos que desde nuestras memorias compartidas
permitan ubicar orígenes, procesos y guías a futuro. Lo que sigue
intentará hacer su parte desde la Universidad Iberoamericana Tijuana.
Segunda imagen: algunas conexiones fractales
En 1982, Benoît Mandelbrot, el creador de la geometría fractal,
descubre que nuestra naturaleza está compuesta de objetos y formas
que se repiten a escalas progresivamente reducidas.
En otras palabras, las totalidades no son la suma de las partes,
ni éstas son una serie de unidades aisladas que componen el todo;
por el contrario, las imágenes mandelbrotianas indican que el todo
es un universo contenido en cada una de las partes y que, a su vez,
éstas son un todo con las mismas características del sistema general
al que pertenecen, solamente que ubicadas en una dimensión diferente de la escala mayor: órdenes implicados en múltiples realidades
(Bohm, 1992).
Pero lo más interesante de todo esto es que cada elemento tiene
sus propias particularidades, que lo hacen idéntico y distinto a la vez
de las demás totalidades del sistema.
Como metáfora, la imagen de la fractalidad puede servir para
observar el campo de la comunicación en México desde sus regiones,
en este caso Baja California, y más concretamente lo que la Licenciatura en Comunicación de la Universidad Iberoamericana Tijuana
aporta desde su especificidad en la construcción del campo académico
de la comunicación local. Hagamos algunos apuntes al respecto.
En 1960 se funda la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la UIA Ciudad de México, por iniciativa del doctor
José Sánchez Villaseñor, quien con su lema “La técnica sometida
163
Huellas compartidas
al espíritu” resumía las intenciones educativas del ahora Sistema
Universitario Jesuita (SUJ) de “Formar hombres y mujeres libres para
los demás”, lema que se traducía en la formación de una especie de
filósofos prácticos que mediante el uso de las técnicas de comunicación pudieran incidir en problemáticas concretas. En palabras del
padre Sánchez Villaseñor:
Esta carrera es nueva en su forma y planeación. Busca ante todo
formar un auténtico intelectual, un hombre apto para pensar por sí
mismo, para comprender a los demás hombres en la circunstancia
histórica en que vive, abierto plenamente a los problemas que la
actual crisis plantea. Para ello requiere una profunda base cultural
filosófica. Pero ese intelectual no puede ser un sabio de gabinete,
al margen de la vida, espectador impasible en torre de marfil, desvinculado de la comunidad. Su saber hondo, claro y viviente en
torno al hombre y su tarea en nuestro tiempo constituye un mensaje luminoso. Hay que dotar por ello al nuevo intelectual de los
medios de contacto, del puente que lo saque de su aislamiento, de
los instrumentos y técnicas para llegar al hombre de hoy, al hombre
anónimo, al hombre angustiado, extrovertido y disperso, en las mil
solicitudes del dramático y complejo vivir cotidiano. Su misión es
comunicar el rico saber acumulado en su mensaje mediante técnicas
de difusión, relaciones públicas, publicidad, radio, televisión, cine y
periodismo (carta del doctor José Sánchez Villaseñor, S.J).
Por primera vez en América Latina se profesionalizaba la enseñanza de la comunicación, diferenciándose de la capacitación técnica
de periodistas, imperante en las escuelas de comunicación social de la
mayoría de los países del área; instituciones que hasta 1974, después
de dos propuestas curriculares hechas por el CIESPAL, una en 1964 y
otra en 1968, readaptarían sus planes de estudio, en los que se incluyeron contenidos con bases sociológicas, psicológicas y de investigación
(Proaño, 1984), pero manteniendo la orientación en la formación
de profesionales del periodismo y la opinión pública. Catorce años
antes, este proceso ya había ocurrido en la UIA México.
Heredera de dicho proceso, así como de 25 años de trayectoria
académica proveniente de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UIA México, en agosto de 1985 nace la Licenciatura en
164
La experiencia de la Universidad Iberoamericana
Comunicación de la UIA Tijuana, como parte del proyecto educativo
del SUJ.
Desde sus inicios la carrera adoptará el modelo curricular del
campus de la Ciudad de México. Esto implicó una relativa centralización y dependencia, pero posteriormente no impidió la puesta
en marcha de cierta autonomía administrativa y académica actual,
materializada –como en los demás planteles– en la reestructuración de
planes y programas de estudios de todas las licenciaturas con el Plan
de Estudios 2004, cuyos ejes distintivos son la contextualización de
los contenidos a la realidad fronteriza y el enfoque de competencias
en la formación, compartiendo con los demás planteles del sistema los
principios de formación integral humanista de inspiración cristiana
emanados de la filosofía educativa de la Compañía de Jesús.
Con 23 años de existencia, la Licenciatura en Comunicación
de la UIA Tijuana ha sido uno de los espacios clave en el surgimiento
y desarrollo del campo académico local. La afirmación anterior puede
parecer una obviedad, si consideramos que fue la primera carrera
de comunicación hasta la apertura en 1991 de la correspondiente
a la Escuela de Humanidades de la Universidad Autónoma de Baja
California.
Pero lo que sí es pertinente apuntar es que la carrera de comunicación de la UIA Tijuana abonará los terrenos de la formación
académica con la oportunidad de participar con estudiantes, egresados y académicos en el espacio de los medios en un momento de
coyuntura política crucial para el estado. Asimismo, el quehacer de la
investigación, a pesar de haber tenido un momento muy breve, saldrá
del aula y colaborará en un primer proyecto a nivel nacional.
Formación académica, campo laboral e investigación son tres
de los ejes que necesitan ser bosquejados en un ejercicio descriptivo,
como primer intento de sistematización.
Tercera imagen: la conectividad de los ejes
Como en la totalidad de las carreras de comunicación de América
Latina, la de la UIA Tijuana inicia la formación de los profesionales
165
Huellas compartidas
del área a partir de las condiciones y requerimientos que los medios
de difusión imponen en el mercado laboral: la capacitación técnica
para la producción periodística, radiofónica y televisiva.
El espacio mediático no exige reflexión; no hay tiempo para
pensar, conceptualizar e investigar lo que sucede en ellos ni su presencia en la vida social.
Es el tiempo fundacional. El primer coordinador, José Luis
Pardo, dura muy poco. En 1986 entra en escena Judith Moreno Berry,
tijuanense, comunicóloga y figura determinante en la orientación
académica hacia los medios y la investigación, así como en el apoyo
para la inserción de egresados en el campo laboral de ese tiempo.
La presencia en el espacio socioprofesional también tuvo que
ver con académicos que conectaron los proyectos comunicativos a la
realidad fronteriza de Tijuana. Menciono algunos de ellos.
Jaime Cháidez, periodista cultural, impulsaría la participación
de los alumnos en este género. La misma Judith Moreno Berry lo
haría, pero hacia un periodismo más de carácter político; ejemplo de
ello fue Communicare, revista que trascendió las aulas universitarias,
creada por la entonces estudiante de comunicación María Isabel
Peredo.
En 1986 Fernando Vizcarra conformaría un grupo que incursionaría por primera vez en la investigación con el proyecto “Cultura
nacional, cultura regional. Percepción, memoria y conciencia de la
organización social”, coordinado por Jesús Galindo, del Programa
Cultura de la Universidad de Colima. Algunos de los resultados
fueron presentados en el Primer Encuentro Regional del Consejo
Nacional para la Enseñanza e Investigación de las Ciencias de la
Comunicación (Coneicc), organizado por la vocalía noroeste en la
Universidad de Sonora (Unison), en Hermosillo, Sonora.
Por su parte, Arturo Valencia abriría en 1989 el espacio de la
radio oficial del entonces Estéreo Frontera, perteneciente al Instituto
Mexicano de la Radio (Imer), ahora Fusión 102.5 FM; y en colaboración con El Colegio de la Frontera Norte (El Colef ), alumnos de
la carrera estarían al frente de varios programas radiofónicos: por
ejemplo, Palabras de Cierto Mar, sobre literatura en la frontera, con
entrevistas y lecturas dramatizadas; Tocuen Tameuncuen, dramatiza166
La experiencia de la Universidad Iberoamericana
ciones infantiles sobre leyendas y cuentos indígenas, y Narraciones
Reteordinarias, especie de revista radiofónica que difundía literatura
y música local, con los ingredientes inmejorables del humor y el
sarcasmo.
Gaby de la Mora, Márgara de León, Gloria González, Aída
Silva, Roberto Castellanos, Raúl Marín y Roberto Castillo, en ese
entonces estudiantes de la carrera, harían sonar una parte del cuadrante cultural radiofónico en la frontera.
Si bien en ese tiempo la mayoría de los medios de difusión
dieron cabida a proyectos compartidos, es justo reconocer la relevancia de Carolina Aubanel en el aprendizaje y capacitación de los
comunicadores de la Ibero en el medio televisivo, primero en uno
de los espacios de TV Azteca y hasta la fecha en Síntesis TV. Algunos
casos ejemplares son Artemisa Fernández Pinto, Héctor Javier González Delgado y Roxana di Carlo. En 1997, el vínculo profesional
y afectivo de Carolina Aubanel con la UIA Tijuana se estrecha aún
más con la apertura de un espacio para la difusión del programa
universitario Caldero.
Así las cosas, la carrera se hacía presente en el contexto socioprofesional de los medios, ligando la academia con proyectos
concretos. Sociólogos, psicólogos, filósofos, historiadores, literatos
y comunicólogos compondrían un fuerte claustro de profesores,
que haría posible la continuidad del proyecto académico en 1989
con la entrada a la coordinación de Efraín Ávila Delfín y la salida
de Moreno Berry.
Efraín Ávila, psicólogo de formación, entendería el proyecto
académico anterior y le daría seguimiento hasta los primeros meses
de 1991. Uno de los logros más trascendentes de la coordinación de
Efraín Ávila fue la creación, en 1990, de la Asociación Binacional de
Escuelas de Comunicación de las Californias (Binacom), organismo
que reúne a académicos y estudiantes del condado de San Diego y de
otras ciudades fronterizas en Baja California. La actividad fundamental
de Binacom es organizar un encuentro bienal en el que tanto estudiantes como educadores de la región compartan y discutan sus obras
y experiencias de trabajo; también contribuye en la organización de
diversos eventos académicos regionales en el área de la comunicación,
167
Huellas compartidas
como conferencias, intercambios estudiantiles y proyectos cooperativos
de producción en multimedia (consultar www.binacom.net).
El año de 1991 es crucial para la UIA Tijuana. Cambió de
plantel hacia las nuevas instalaciones en Playas de Tijuana. Como
tal, el proceso tuvo sus aciertos e inconvenientes. En el caso de la
carrera de comunicación, vivimos la salida de ciertos académicos, la
baja de alumnos en la matrícula y la dificultad de seguir vinculados
estrechamente con el movimiento del campo socioprofesional, en
concreto el de los medios.
Estos retos, entre otros, los asume la carrera con Cecilia Castellanos
Barone en la coordinación. La relación con los medios continúa, pero
ahora con menor intensidad; la presencia de la carrera en su espacio
social comienza a desdibujarse, entre otras cosas, porque los tiempos
han cambiado. Han aparecido más carreras de comunicación donde la
formación es al estilo fast food, con lógicas impuestas por la racionalidad
productiva y la tecnificación. Por supuesto, para estas lógicas la reflexión,
la conceptualización, la investigación, el pensamiento comunicacional
disciplinario no sirven para gran cosa, pues a pesar de ser contemplados
estos elementos en los planes de estudio como parte del desarrollo de
las habilidades de un futuro comunicólogo, en el currículum vivido se
reflejan de manera tangencial. Para agravar el escenario, el campo laboral
de los medios se satura, y desde la academia no tuvimos la capacidad de
imaginar y construir otros paisajes posibles.
Era el momento de redirigir la mirada, de explorar otros terrenos, de atrevimientos y ensayos tanto de conocimiento como de
práctica profesional. Un ejercicio inicial fue replantear la formación
a partir de contenidos más acordes a un conjunto de problemáticas,
procesos y necesidades emergentes. A pesar de que en el principio
estas estrategias no estuvieron planeadas claramente, la intuición, la
corazonada y un poco de suerte nos llevaron a otros caminos que
orientaron esta etapa de la carrera.
Tres sucesos fueron definitivos para un nuevo despunte de la
licenciatura. Dos de ellos se enmarcan en la puesta en marcha de los
subsistemas de Comunicación Organizacional y de Letras y Producción
de Medios, ambos como formas de especialización de los alumnos para
enfrentar las demandas comunicativas recientemente aparecidas.
168
La experiencia de la Universidad Iberoamericana
Cecilia Castellanos impulsa el primero. Los egresados con
esta especialización se insertarían rápidamente en un ámbito más de
carácter empresarial, el cual hasta hoy cuenta con la permanencia de
comunicadores pertenecientes a las primeras generaciones, así como
a las más recientes. En cierta manera, la UIA Tijuana fue pionera al
abrir el espacio de las organizaciones desde la comunicación.
El segundo parte de la iniciativa de Roberto Castillo. El énfasis
en este subsistema es la formación de comunicadores en la promoción y difusión de la cultura; es decir, que fueran mediadores entre
las manifestaciones simbólicas de toda índole y los públicos con la
puesta en común de las ofertas culturales de la frontera.
En este viaje aventurero, docentes como Alfonso García, Luis
Humberto Crosthwaite, Gonzalo González, Leobardo Sarabia, entre
otros, se embarcarían colaborando con sus experiencias como escritores, músicos, productores de radio y video, promotores, etcétera.
Difusión en medios, gestión de la cultura, producción editorial independiente y creación literaria son los nichos en los cuales
convergen saberes y destrezas de este perfil profesional.
Por citar algunos ejemplos: Gabriela Olivares, en el periodismo
cultural; Roxana di Carlo, en el periodismo televisivo; Luisa María Gómez
de Silva, en la producción cinematográfica a nivel nacional e internacional;
Alma Delia Ábrego, en la promoción y procuración de fondos para las artes;
María Luisa Clemente Jordán, en departamentos de comunicación social
de instancias gubernamentales; Luis Rojo y Cynthia Ramírez Comparán,
en la producción editorial independiente, con Espina Dorsal de 1995
al 2000 y posteriormente con la Red de Distribución de Publicaciones
Independientes del país, SUBTE-PTRESS, y así diciendo.
Paradójicamente, la creación literaria de jóvenes universitarios
sería la impronta distintiva del subsistema. Paradójico, en la medida
en que el campo literario es aparentemente ajeno a las prácticas
tradicionales de comunicación en medios.
Varios casos constatan lo anterior: María Isabel Velázquez Olivier gana en 1990 el Premio Nacional Puebla (concurso de cuento y
ciencia ficción) con su trabajo Manco a orillas del Floss. Regina Swain
obtuvo en 1992 el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen, y
en 1993 su trabajo La señorita supermán y otras danzas es publicado
169
Huellas compartidas
por el Fondo Editorial Tierra Adentro. Javier Fernández Aceves, gana
en 1992 el Premio Estatal de Literatura, convocado por el Instituto de
Cultura de Baja California (ICBC), y en 1993 esta institución le edita
el libro Si tarda mucho mi ausencia. Javier Hernández Quezada (hoy
catedrático de la universidad) obtiene en 2003 el Premio Nacional
de Ensayo Joven José Vasconcelos, convocado por la Universidad
Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, y para el siguiente año esta
universidad, en coedición con el CNCA, publica mediante el Fondo
Editorial Tierra Adentro su texto No está en mis mano escribir con
vehemencia. Autobiografía y picaresca de las memorias de Fray Servando. En 2007 el Centro Cultural Tijuana edita su segundo libro: Lo
mexicano en Paradiso, producto de su tesis doctoral.
A los dos esfuerzos anteriores se sumaría un tercero, ubicado
ahora en el ámbito de la investigación. En octubre de 1993, el Programa
Cultura, del Centro Universitario de Investigaciones Sociales (CUIS) de
la Universidad de Colima, convoca a la capacitación y participación en
el proyecto de alcance nacional con miras a generar información básica
sobre determinadas dinámicas culturales en el siglo XX; estamos hablando de La transformación de las ofertas culturales y sus públicos en México
(FOCyP),1 auspiciado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
(CNCA) y el entonces Seminario de Estudios de la Cultura (SEC).
El objetivo de la investigación se centraba en observar, describir
y comprender la configuración histórica y actual de ocho campos
culturales2 en dos modalidades; a saber, por un lado, la génesis, desarrollo y situación actual de instituciones y sujetos dedicados a la
elaboración, promoción, difusión, preservación y puesta en escena de
objetos, prácticas y discursos especializados, y por el otro, la constitución de públicos culturales y su relación con la primera modalidad,
que se denominaron campos culturales desde la perspectiva teórica
de Bourdieu (1990) (González, 1993).
La carrera de comunicación es la encargada de realizar el proyecto
en Tijuana. Ricardo Morales lo coordina, Alfonso García Cortés se encarga de una de las áreas más importantes, las Cartografías Culturales,
y alumnos de la licenciatura participan en él, formándose a la vez en el
El proyecto total se puede encontrar en González Sánchez, 1993.
Estos campos fueron los de religión, educación, cultura legítima o bellas artes,
medios de difusión masiva, salud, abasto, alimentación y diversión.
1
2
170
La experiencia de la Universidad Iberoamericana
quehacer de la investigación: Laura López, Maricruz Espinoza, Aída
Silva, Lis Elia Flores, Javier Hernández Quezada, Cynthia Ramírez
Comparán, Luis Rojo, Nora Pérez Orduña, Graciela Mondragón, Liliana Vázquez, Gerardo León, Omar Foglio, David González, Karla Torres
y Kiyoko Nishikawa. Para 1995, el equipo de la UIA Tijuana concursa
en la convocatoria de apoyos emitida por el Seminario de Estudios de
Cultura del Conaculta, institución que otorgaría financiamiento para
llevar a cabo el proyecto de investigación propuesto, “La Revolución
también es una calle”, cuyo producto fue un libro colectivo coeditado
por la UIA Tijuana y el Decimoquinto Ayuntamiento de Tijuana.3
Un breve recuento de los productos de esta experiencia, que
duró más de tres años continuos, permite mostrar la importancia que
tiene el desarrollo de competencias de investigación en los alumnos:
ocho tesis de licenciatura, la participación en otros proyectos, así
como en simposios, encuentros nacionales y formando parte en redes
de investigación y creación; asimismo, la entrada a la docencia de la
mayoría de los egresados que participaron en los proyectos tanto en
la Ibero como en la UABC, la formación en grados de maestría y, por
supuesto, el libro antes mencionado, entre otros logros.
Concretamos con ejemplos ligados directamente al campo
académico de la comunicación: Nora Pérez Orduña, docente de la
carrera de comunicación de la UIA Tijuana por un tiempo, ahora es
maestra de asignatura en la UABC; Omar Foglio, miembro fundador
de Galatea Audio/Visual, pasó por ambas instituciones como maestro;
también fue el caso de Graciela Mondragón; Laura López lo hizo en la
UABC y Liliana Vázquez en el Centro Universitario Tijuana (CUT).
Sin embargo, es pertinente destacar las trayectorias de tres egresados de la UIA Tijuana, quienes ahora, como docentes en sus espacios
correspondientes, han empezado a ser protagonistas en la configuración
actual del campo académico de la comunicación en el estado.
Kiyoko Nishikawa Aceves, editora la Revista Electrónica de Investigación Educativa (REDIE), asimismo es académica de tiempo completo,
ligada a proyectos de investigación en el área de tecnología educativa y de
educación superior, en el Instituto de Investigación y Desarrollo Educativo
de la Universidad Autónoma de Baja California en Ensenada.
3
Cfr. Castillo, García. y Morales, 1995, y Morales y García, 1995.
171
Huellas compartidas
David González Hernández, premio nacional de tesis de
maestría por el Coneicc, ha sido docente en las carreras de comunicación de la UIA Tijuana y de la UABC, y en esta última ha realizado
investigación de audiencias, además de haber coordinado hasta hace
poco la licenciatura.
Gerardo León Barrios, de igual manera, ha colaborado en
ambas instituciones. En la UABC, además de llevar a cabo trabajos
de investigación, ha participado en las reformulaciones de los planes
de estudio, y en estos momentos es el subdirector académico de la
Escuela de Humanidades de la UABC.
Iniciados en los noventa, los últimos tres procesos descritos
tendrían desenlaces distintos, de acuerdo con las trayectorias de sus
personajes y por situaciones concretas propias de la universidad.
El Subsistema de Letras y Producción de Medios no volvería a
ofrecerse, entre otras cosas, por el desinterés de los alumnos, que
de nueva cuenta, maravillados, volvían la mirada hacia los medios;
o peor, porque quizá no nos dimos cuenta de que la mirada nunca
la quitaron, siempre estuvo allí. El cierre final se dará con la salida
momentánea de Roberto Castillo de la universidad. A su reingreso,
desafortunadamente, ya no se pudo reactivar esta experiencia.
Por su parte, Ricardo Morales gana la beca Konrad Adenauer
Stiftung, y de 1998 al 2000 realiza estudios de maestría en la UIA Ciudad de México. Con este hecho, las líneas de investigación promovidas
con los dos proyectos realizados no tuvieron continuidad; entre otras razones, porque no se fue lo suficientemente inteligente para legitimarlas
institucionalmente, además de que la carrera de comunicación no haría
nada por retener a los recién egresados, quienes, habiéndose formado
en investigación y participando ahora en la docencia, quizá hubieran
mantenido el quehacer de la investigación. La mayoría de ellos hoy se
encuentra en la carrera de comunicación de la UABC Tijuana.
El Subsistema de Comunicación Organizacional tiene otras
peculiaridades que llaman la atención. Al interior de la carrera fue
sumamente demandado por los alumnos. Si bien es cierto que había un campo laboral virgen al respecto, la demanda del subsistema
probablemente también tuvo que ver, por la construcción de un
imaginario que, desde una versión de la comunicación empresarial
172
La experiencia de la Universidad Iberoamericana
muy al estilo norteamericano, aseguraba el trabajo en empresas con
un salario digno del primer mundo.
No negamos que esto haya pasado, pero estos casos fueron los
menos, pues ha sido evidente el hecho de que el trabajo del comunicador
en las empresas y organizaciones lo hicieron y lo siguen haciendo profesionales formados en otras áreas, como la psicología, la mercadotecnia
o las relaciones industriales, por ejemplo; o bien, la realidad de que el
comunicador hace de todo menos comunicación organizacional.
El panorama ha cambiado, por supuesto; tan es así que el
especialista en comunicación organizacional en estos momentos se
dedica a la consultoría, el diagnóstico, la investigación e intervención
de estructuras organizacionales complejas.
Con lo anterior y con la salida de Cecilia Castellanos en 1999, al
término de su segundo periodo como coordinadora, el Subsistema de
Comunicación Organizacional ya no tendría la preferencia y concurrencia que había tenido en años anteriores. Hoy sólo existe como materia.
Desde mi punto de vista, lo sucedido hasta aquí no solamente
fue resultado de los cambios en el mercado laboral local, íntimamente
relacionados con los procesos de globalización en todos los niveles; hay
otros factores decisivos. Entre ellos se encuentra el desarrollo vertiginoso
de las llamadas nuevas “tecnologías de información y comunicación”
(TIC), desarrollo que, ligado al ciberespacio y a la consolidación de la
sociedad del conocimiento, pondrá en crisis los sistemas productivos y
educativos, así como el papel que venían jugando los medios electrónicos
tradicionales y la comunicación misma.
Como se mencionaba, la crisis propia del sistema educativo mexicano y su inclinación a la profesionalización pragmática, que tanto le
sirve a la lógica del mercado, se harán sentir en el Sistema Universitario
Jesuita, y por supuesto, la UIA Tijuana no será ajena en todas sus áreas.
Al interior de estos contextos macro, a mediados de 1999 y hasta
agosto del 2008 la carrera de comunicación será coordinada por Moisés
Camarena. En este periodo el programa de televisión Caldero se convertirá
en uno de los proyectos de vinculación de la universidad con su entorno,
pero para la carrera de comunicación prácticamente será el único.
Otros proyectos de instituciones, organismos e instancias externas fueron asumidos por la carrera. Por ejemplo, el estudio de audien173
Huellas compartidas
cias solicitado por Televisa al Departamento de Comunicación de la UIA
Ciudad de México, desde el cual se convoca a las áreas homólogas del
sistema, entre ellas la Licenciatura de Comunicación de la UIA Tijuana.
Otro proyecto es el estudio solicitado localmente por Gasmart.
Dos eventos más son considerados importantes. El primero:
a través de la carrera, la universidad será en varias ocasiones una de
las sedes de la Muestra Internacional de Video Documental “Contra
el Silencio Todas las Voces”. El segundo, en 2005 se lleva a cabo el
Primer Coloquio Regional de Comunicación, como parte de las
celebraciones de los 25 años de la universidad.
El periodo de Camarena se distinguió por la total atención a los
alumnos, en una especie de acompañamiento centrado en los planes
de vida y en los procesos personales internos de cada uno de ellos.
Esta forma de apoyo estará ligada a ciertos principios de la filosofía
humanista de la Compañía de Jesús, lo cual representa un acierto en
la formación de valores.
No obstante, este acompañamiento se tradujo en el descuido de
la parte académica y administrativa, así como el de vinculación con otros
espacios profesionales de la comunicación. La imagen es la de un repliegue hacia el interior de la carrera con muy pocos vínculos externos. Dos
ejemplos: se perdió la membresía del Consejo Nacional para la Enseñanza
e Investigación de las Ciencias de la Comunicación (Coneicc) y la correspondiente al Binacom, asociación de la cual la carrera fue fundadora.
Por último, la coincidencia de esta coordinación en la revisión
de los planes de estudio de todo el SUJ (proceso que finaliza con el
actual Plan de Estudios 2004, el cual nuevamente entra a revisión
para estas fechas) abrió las posibilidades de una reorientación en la
formación de comunicólogos, al replantear los contenidos con base
en las necesidades y demandas sugeridas por los espacios laborales
tradicionales y las fuerzas socioprofesionales emergentes.
Buena parte de esta estrategia curricular había estado confinada al conjunto de documentos que sustentaban y justificaban
la propuesta específica del plan de estudios de la Licenciatura en
Comunicación de la UIA Tijuana, pues, sin temor a equivocarme, es
hasta agosto de 2007, con la designación de Martha Márquez como
coordinadora de la carrera, cuando se empiezan a realizar, quizá de
174
La experiencia de la Universidad Iberoamericana
manera incipiente por el momento, algunas estrategias de formación,
investigación, vinculación e incidencia en el campo académico de la
comunicación en Tijuana y Baja California.
Es muy pronto para hacer un balance de la nueva coordinación; pero a pesar de su corto tiempo ya se vislumbran avances, con
proyectos, actividades y reorganizaciones al interior de la carrera y
con la conexión con espacios sociales, laborales y profesionales propios de la comunicación. Puntualizo a continuación algunas de las
estrategias promovidas hasta el momento.
1. La creación del Centro de Comunicación Audiovisual y Multimedia (Cecam) para el apoyo en la producción de medios
audiovisuales, el programa Caldero y la administración de las
páginas web de la licenciatura.
2. La búsqueda de financiamiento para equipar dicho centro.
3. Una nueva propuesta de organización, producción y contenidos
para el programa Caldero.
4. La propuesta de la revista electrónica de comunicación Enredados.
5. La reactivación de las membresías en el Coneicc y el Binacom,
así como la participación en estos organismos.
6. La vinculación necesaria con los egresados de la carrera.
7. La vinculación con el campo socioprofesional.
8. La realización del evento académico “Entretenimiento. La nueva
comunicación”.
9. La creación del Sistema de Información para la Comunicación
en Tijuana (SICT).
10. La puesta en marcha del “Diplomado en Desarrollo, Gestión
y Producción de Proyectos Visuales“.
11. La campaña publicitaria “Es por Ti”, como parte del Proyecto
E de la UIA Tijuana.
12. El inicio del proyecto de investigación “Culturas de banda ancha.
Juventud, ciudad y uso social del tiempo”, apoyado por el IMJUV.
Cierro esta parte con algunas aclaraciones que merecen la pena
plantear, sin el afán de justificar o deslindar responsabilidades sobre
lo que he venido desarrollando en el texto. En consecuencia con ello,
inicio diciendo que las opiniones, puntos de vista, argumentaciones e
175
Huellas compartidas
inferencias son totalmente mías y de nadie más. Por lo tanto, es una
versión personal totalmente refutable. Ojalá que esto pudiera suceder;
ganaríamos en reflexividad como comunidad académica.
Las menciones u omisiones de personas, eventos, proyectos,
productos, etcétera, no fueron deliberadamente planeadas; simplemente, que a falta de información, o en el mejor de los casos por
la dispersión de ésta, tuve que recurrir a la memoria compartida de
algunos protagonistas de esta historia, pues la mía es muy volátil.
Por último, el reconocimiento de premios, grados académicos,
experiencias y demás cuestiones que nos han formado como comunicólogos, comunidad universitaria y campo disciplinario, no se hizo
como una probanza de méritos o exaltación de virtudes, sino como
un simple ejercicio de la memoria para registrar la historia.
Cuarta imagen: algunas consideraciones
de cierre para mirar la profundidad del campo
La historia como arte de la memoria es el título de un pequeño pero maravilloso libro de Georg Eickhoff sobre la disciplina y el quehacer historiográfico. En las primeras dos líneas de la página 27, en la tercera parte, se
encuentra una afirmación que bien nos podría parecer un galimatías, pero
una relectura más atenta nos revela la enorme importancia de organizar
nuestra memoria a partir de la escritura de la historia. Transcribo la sentencia de Eickhoff: “El presente es un futuro pasado y un pasado futuro, un
porvenir que ya vino y un pretérito que vendrá cuando se haya ido”.
El que haya decidido usar el recurso de la cita textual para esta parte
de cierre no tiene nada de ingenuo; por el contrario, tiene la intencionalidad de hacer énfasis en la necesidad de detonar nuestras memorias para
construir, sistematizar y documentar nuestro campo académico.
Por supuesto que no soy historiador profesional; es muy probable que tampoco lo sean los coautores de este libro. Pero esto no
es pretexto para el olvido y la desmemoria histórica, tan arraigados
en estas regiones norteñas.
La pregunta es si quienes formamos parte el campo académico
de la comunicación estamos dispuestos a vincularnos para generar
176
La experiencia de la Universidad Iberoamericana
estrategias de sistematización campal. Todo indica que sí, a pesar
de que desde mi experiencia tengamos que sortear ciertas inercias
institucionales, como el poco apoyo a la investigación y la mínima
existencia de docentes/investigadores. La realización y continuidad
de proyectos requiere de mínimas condiciones, entre otras cuestiones,
para que éstos sean un espacio de formación y práctica profesional,
además de que la investigación dejaría de ser una materia más de los
planes curriculares circunscrita exclusivamente al aula.
A pesar y por encima de estas inercias, este libro es una muestra
de intereses, estrategias y acciones concretas para empezar a trazar las
primeras coordenadas de nuestro mapa campal que nos permitan ver
su movimiento histórico y su situación actual; pero, sobre todo, es un
reto a mirarnos como referentes concretos, como actores de la multiplicidad de escenarios con los que se configura nuestra disciplina.
Si los que hemos vivido en distintos tiempos, espacios y experiencias
no escribimos esta historia como “arte de la memoria”, es posible
que nos pase lo de siempre: alguien desde fuera vendrá a narrarnos,
a decirnos de donde venimos, cómo somos, para dónde vamos, qué
y cómo lo hemos hecho, y, lo más preocupante, cómo tenemos que
ser y qué hacer con nuestro campo de la comunicación.
En este juego de la memoria se nos escaparán muchos de los lugares, personajes y sus acciones, como seguramente es el caso de este escrito.
Y ante este olvido, más que ofrecer una merecida disculpa a quien se
sienta aludido por su ausencia, mejor hago la invitación a que se presente
y nos cuente su versión explicitando, desde su experiencia, su trayectoria,
su quehacer, su ruta como parte de la construcción de nuestra historia
campal, que en el presente ya es un porvenir que ya vino, en palabras de
Eickhoff. De seguir como espectadores en este juego de la memoria, lo
que seguirá en juego es precisamente nuestra memoria.
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La emergente comunidad percibida: campo académico
de la comunicación y diseño curricular en Tijuana
DAVID GONZÁLEZ HERNÁNDEZ
GERARDO LEÓN BARRIOS
ÁNGELA LUCÍA SERRANO CARRASCO
La comunicación en Baja California,
¿una cuarta marginalidad?
Si las condiciones tradicionales han hecho de la investigación de la
comunicación una actividad triplemente marginal y si se han dado
pasos importantes para la unidad institucional (que dará como
consecuencia una emergente comunidad académica que hasta el
momento se reduce a las trayectorias y travesías de un grupo reducido
de investigadores), habría que preguntarse por lo que sucede en la
mayoría de las regiones mexicanas. Otros rostros de marginación
aparecen, y otras formas de abordar al campo académico de la comunicación habrán de tomarse en cuenta.
Estas palabras, escritas en 1998 por Héctor Gómez Vargas, un académico abocado a reflexionar lo que implica el estudio y la enseñanza de
la comunicación desde el ámbito regional, resumen en buena medida
la situación del campo académico bajacaliforniano y tijuanense.
No nos resulta difícil tomar como acertada la visión del campo
que nos transmite, o comprender por qué Gómez Vargas –un investigador de León, Guanajuato, de la “provincia”– asume una postura
contra la histórica tendencia al generalismo y el centralismo de la investigación de la comunicación en México, que contó en su mayoría
con una concepción rígida, estática y estereotipada de la provincia
mexicana, todavía a finales del siglo pasado. No obstante, a pesar de
179
Huellas compartidas
la distancia que separa nuestra región de la suya, existe un rasgo de
importancia fundamental que nos une (además de una cuarta marginalidad debido a nuestra condición geográfica): la reconstrucción
reflexiva del campo académico y sus circunstancias como una agenda
pendiente, por un lado, y el reconocimiento urgente a considerar los
programas de investigación y la estructuración de las licenciaturas
en comunicación, por otro, como elementos constituyentes de las
universidades bajacalifornianas, especialmente la UABC.
Ahora bien, aunque el tema de este capítulo señala una delimitación de la ciudad de Tijuana, nuestra participación abarcará una
escala más amplia como la mexicana, que consideramos indispensable
para explicar con mayor alcance el caso tijuanense, que tiene cierto carácter notable en su desarrollo regional. En una síntesis del argumento
que pretendemos exponer, cabe reconocer que la institucionalización
de la comunicación como licenciatura en las universidades de Tijuana
(Universidad Iberoamericana y la Universidad Autónoma de Baja
California, principalmente) sigue ciertas pautas que se originaron
fuera de la ciudad y del estado, y que las especificidades locales del
campo académico formado alrededor de las actividades universitarias
y de formación profesional son producto de factores nacionales y
regionales, sobre todo en el área de la investigación y los planes de
estudio de las carreras de comunicación.
Entre otras cosas, en la cita de Gómez Vargas se mencionan tres
ideas importantes para introducir la discusión del campo académico
de la comunicación en Tijuana y cómo ha sido su impacto en la
licenciatura en comunicación de la Universidad Autónoma de Baja
California. La primera es producto de un análisis de las condiciones
en que se realiza investigación la investigación de la comunicación
en el país, sujeta a una “triple marginalidad” (Fuentes Navarro y
Sánchez Ruiz; 1989) con relación a las ciencias sociales, éstas dentro
de la investigación científica en general, y ésta última a su vez entre
las prioridades del desarrollo y la cultura nacional. Esta condición
estructural explicaba el estado de la disciplina de la comunicación
como “ciencia pobre” dentro de un contexto de “escasez” tanto para
generar y aplicar conocimiento, como para dialogar con otros espacios
académicos de la ciencia social, e incidir en los sectores considerados
180
La emergente comunidad percibida
claves para el desarrollo del país (productivo, educativo, cultural).
Por ello, a principios de los noventa –en los primeros balances del
campo académico de la comunicación a treinta años de su fundación
en México en ese entonces-, Raúl Fuentes Navarro (1991) nombró
a la comunidad de investigadores de la comunicación, como una
“comunidad desapercibida”.
Además de esta concepción del estatuto de la comunicación
en el ámbito estructural, habría que agregarle la de Jorge González
(1997) que observó la condición “piramidal” del conocimiento, misma que para el autor impide el desarrollo de una débil comunidad
de investigadores de la comunicación en circunstancia de prejuicios
cientificistas, pobrezas teóricas, metodológicas, informativas, debilidad crítica, epistemológica y política.
Las descripciones anteriores inquietan profundamente todavía, y llevan a cuestionar los cimientos de la comunicación en su
configuración institucional. Esta es la segunda idea (que nos llevó a
reflexionar el caso local y regional). Según Jesús Galindo (1995) lo
distintivo del campo académico de la comunicación en México son
las escuelas de comunicación. La cotidianeidad del campo relaciona
al medio escolar, y ello permite la base institucional y su existencia.
“Pero sucede que ese nivel básico no configura una institucionalización gremial, colectiva. El campo no es una institución en el sentido
de que no posee ni la estructura ni la organización que una a todos
sus miembros en algo parecido a una trayectoria en común. Sucede
entonces que si hay institucionalidad pero de órdenes y niveles diversos” (Galindo, 1995: 13). Entonces, si la mayor parte de los miembros
del campo académicos son docentes y estudiantes de licenciatura,
reflexionar sobre el campo académico de la comunicación en Tijuana, es hablar de las licenciaturas de las universidades y sus planes de
estudio. Por ello, otra frase contundente de Galindo para dar cuenta
de esta condición: “el campo es la carrera de licenciatura”.
La tercera idea está muy relacionada con el razonamiento
anterior, sobre todo en el caso local: lo que hemos denominado
todavía como una “emergente comunidad” se reduce a trayectorias
individuales o travesías de un grupo reducido de investigadores en lo
que respecta al campo académico de la comunicación. En gran parte,
181
Huellas compartidas
jóvenes académicos. Trayectorias que, con algunos años transcurridos
de este siglo, cuentan con formación en posgrado. En buena medida
había sido así porque desde el inicio de las carreras de comunicación
a mediados de los ochenta hasta finales de los noventa no había solicitud institucional de formación a fondo en las universidades. A los
académicos – ya no digamos investigadores- no se le había pedido
la figura del maestro, además escaseaban los posgrados o programas
de formación de otro nivel en comunicación en Tijuana y Baja California. La figura del académico con maestría en comunicación no ha
sido común, lo que prevaleció durante los primeros quince años en
las licenciaturas en comunicación fueron docentes de programas de
formación profesional. En la mayoría de las universidades de Tijuana
continúa esta situación.
De tal forma, este avance en la reflexión de la constitución
de nuestra práctica académica cuestiona a su vez lo que hasta estos
momentos ha sido nuestro conocimiento sobre la comunicación en
nuestra región y ayuda a elaborar los primeros perfiles de la conformación de una comunidad académica. Así, nuestro propósito de este
capítulo es trazar los contornos del campo académico de la comunicación en Tijuana y sus implicaciones de lo que denominaremos
como la re-estructuración de la licenciatura en comunicación en
la Universidad Autónoma de Baja California, así como reflexionar
algunas de las consecuencias hacia donde nos lleva en la región. Trataremos de demostrar que el incipiente desarrollo de la investigación
de la comunicación y la creación de carreras –desde los primeros
investigadores y licenciaturas hasta las recientes aperturas de lo que
sería como la “carrera del futuro” e investigaciones realizadas en
redes académicas- constituyen una parte integral del surgimiento de
programas de investigación y rediseño curricular.
El desarrollo de la investigación en comunicación en Tijuana se
mezcló de manera compleja con un determinado número de procesos
de desarrollo paralelos a escala nacional que, tomados conjuntamente, constituyeron lo que en este libro hemos convenido en llamar
“Campo Académico en Baja California”. Utilizamos el concepto de
¨campo académico¨ a la manera como Raúl Fuentes Navarro (1998)
lo conceptualiza mediante la homologación del concepto de ¨campo
182
La emergente comunidad percibida
científico¨ elaborado por Pierre Bourdieu (2003) y publicado originalmente en 1976, es decir, como un espacio social de ¨tensiones
entre sujetos, entre sujetos y estructura, y entre la estructura y el
entorno sociocultural en que se constituye el campo¨ (Fuentes Navarro, 1998: 62), donde el sentido de campo académico refiere a la
operacionalización autorreflexiva desde un habitus correspondiente
que mediante un proceso de objetivación participante recurre al análisis
de las relaciones entre los sistemas de representación que subyacen
a las prácticas de los académicos. Es decir, aunque Fuentes Navarro
realizó un estudio doctoral sobre el campo académico –que no es la
pretensión de este capítulo-, el elemento que retomamos es la labor
de la reconstrucción reflexiva del campo en esta región, en gran parte
porque la conclusión de las discusiones sobre el campo académico
en México es que ¨lo que usualmente llamamos ¨campo académico¨
de la comunicación está constituido por varios ¨subcampos¨, que no
necesariamente se han desarrollado en forma articulada¨ (Sánchez
Ruiz, 2002: 26).
Por lo tanto, si lo que queremos es comprender la naturaleza
del ¨subcampo¨ académico de la comunicación en la región entonces debemos conceder un papel importante a las licenciaturas, su
rediseño curricular en nivel básico, su impacto en el ámbito profesional así como a los sujetos empíricos que llevaron a cabo dichas
prácticas en un contexto institucional y regional determinado. Si el
campo académico de la comunicación se configura de instituciones
de educación superior, con posibilidades de generar conocimiento,
entonces nuestra región no es ajena a los condicionamientos históricos estructurales, definidos éstos por Sánchez Ruiz (1995) como
situaciones de marginalidad, carente de recursos, y muchas veces de
preparación deficiente en cuestiones conceptuales y metodológicas
en las escuelas de comunicación, y por ende, en la investigación de
la comunicación.
En este sentido, las escuelas de comunicación en México enfrentan una serie de retos –más adelante abordaremos estos aspectos
de manera detallada-. En los últimos años, investigadores y teóricos
sociales han evidenciado la infinidad de implicaciones de una marcha
histórica que deja entrever un recorrido capitalista que ha resultado
183
Huellas compartidas
en una cierta sociedad global (Ianni, 1998). La era de la globalización, con acelerada expansión de diversos procesos que penetran los
rincones de la sociedad moderna, ha transformado los sistemas de
comunicación y la cultura, y sobrepasado con creces las apuestas de
la mayoría de los planes de estudio en el país.
En virtud de esta idea general, se imponen varios desafíos
para la elaboración de los planes de estudio que nosotros tomamos
en cuenta para la re-estructuración curricular de la licenciatura en
comunicación. Desafíos puestos con relación a situaciones de los
planes de estudio en el país, que ¨se mueven a partir del peso de la
tradición de la “teoría de la comunicación”, las orientaciones educativas centradas en formar profesionistas para los medios masivos y
la burocracia administrativa que le han impedido hacerse cuestionamientos de fondo y las reformas necesarias¨ (Gómez Vargas, 1998:
15). Desafíos que de no atenderse tendrán el riesgo formar profesionales y académicos rebasados o desplazados de su conocimiento
frente a una realidad comunicacional demasiado compleja para una
competencia de generación y aplicación de conocimiento frágil. Y
esto parece ser la situación actual:
Al igual que en el resto del mundo, el estudio académico de la comunicación enfrenta en México una tensión creciente en diversas
dimensiones de su práctica: entre las condiciones de su institucionalización universitaria y su articulación social; entre los avances
acumulados a lo largo de varias décadas y las rupturas emergentes
teóricas y epistemológicas; entre su consolidación como especialidades profesionales y docentes y su creciente transdisciplinarización
como campo de investigación; entre su legitimación académica y
su contradictoria inserción en los procesos de cambio sociocultural
(Fuentes Navarro, 2007:1).
Por ello, uno de los retos y programas a futuro sobre el campo o subcampo académico de la comunicación en la región, además de realizar esta
reconstrucción relexiva del papel que ha desempeñado en varios aspectos,
sería –siguiendo a Gómez Vargas– estudiar y pensar la comunicación desde
la región desde el mundo de las regiones, premisa básica para enfrentar los
retos y el avance del campo de la comunicación en Baja California.
184
La emergente comunidad percibida
Emergencia e institucionalización del campo
de la comunicación en Tijuana desde dos elementos estructurales
Como parte de la reflexividad de lo que estamos nombrando como
Campo Académico en Baja California (CACBC) y en Tijuana, recuperamos algunos elementos históricos que consideramos son
estructurales en la conformación de dicha entidad académica. La
práctica de la enseñanza de la comunicación (planes de estudio) y la
investigación de la comunicación mediante el vínculo con actores y
grupos de trabajo (redes), como son, a nuestro juicio, los elementos
que determinaron lo que hoy se enseña, promueve, investiga y se
reproduce como noción de comunicación desde la vida académica
de la UABC Tijuana.
Trayectorias curriculares en comunicación
La primera licenciatura en comunicación en Tijuana se funda en la
Universidad Iberoamericana en 1985, hace 23 años. De lo cual consideramos la presencia de un “incipiente” o “desapercibido” campo académico mexicano por la llegada, a través de esta licenciatura, de planes
de estudio formulados en la cuna de la fundación de las licenciaturas
en comunicación en América Latina, la Universidad Iberoamericana
del Distrito Federal. Este hecho trae consigo lo que llamamos un efecto
“retardado” de la llegada de los modelos del comunicólogo1 a esta zona
1
En el afán de poner en perspectiva histórica la propuesta académica y de licenciatura de la UABC Tijuana, es tarea fundamental conocer cómo se ha configurado
el campo de la comunicación en Tijuana desde sus objetivos socioprofesionales que
han fundado la profesionalización del comunicólogo. Raúl Fuentes Navarro ubica
tres hasta entrada la década de los noventa, y a la fecha uno emergente. El primero es
la profesionalización del comunicador con formación de periodista, modelo gestado
alrededor de los años cuarenta con las escuelas de periodismo, posteriormente fundamentado en las representaciones de las prácticas periodísticas con el objeto de formar
en una habilitación técnico-profesional que contribuya al cambio social, buscando dar
a conocer “hechos”`sociales con “objetividad”. El segundo modelo es el comunicador
como intelectual, desarrollado en 1960 en la Universidad Iberoamericana Ciudad de
México, con el padre José Sánchez Villaseñor, creando lo que se puede considerar la
primera licenciatura en comunicación en América Latina; la fuente académica fue la
185
Huellas compartidas
del país, como lo es el caso de los cinco programas de estudio de la UIA
Noroeste, en Tijuana, siendo para el primero el modelo profesional del
“periodista” y el segundo el modelo profesional “intelectual”, ambos
con un campo laboral centrado en los medios, fundamentalmente en
el periodismo y en las áreas de promoción y difusión de bellas artes
y cultura para mediados de los años noventa. Este hecho, no necesariamente fortuito, debe leerse como la presencia de un pensamiento
en comunicación muy concreto por la forma en cómo se enseñaba lo
que se entendía por comunicación, reflejado también en la bibliografía
que se leía, los profesores que impartían clases, así como una escasa
vinculación con otros académicos del campo académico del país. A
la fecha, la UIA Tijuana cuenta con un plan de estudios elaborado por
académicos del mismo plantel, aunque el modelo sigue el esquema de
una mezcla del segundo y el cuarto de los “modelos fundacionales”
que plantea Fuentes Navarro.
Licenciatura en Comunicación en la UABC Tijuana
La Licenciatura en Comunicación de la UABC Tijuana se funda
en 1991. Su diseño curricular tiene en su esencia el modelo de
profesional de la comunicación “intelectual” y del “periodista” por
dos cuestiones. La primera de ellas es que este plan de estudios se
elabora siguiendo la currícula de la licenciatura en comunicación de
la UNAM, con María del Carmen Hernández Hernández como la
tradición humanística que formara profesionales de la comunicación (cultos desde las
humanidades) que rescataran los “valores humanos universales” frente al vertiginoso
proceso de tecnificación de la comunicación colectiva. El comunicólogo como científico
social, como un tercero objetivo, es una articulación de varios elementos de los dos
modelos anteriores. El egresado de este modelo se visualizaba como un analista crítico
(su fuente científica es básicamente la teoría crítica) que denuncia los intereses de los
“grupos hegemónicos”, sobre todo los mediáticos. Para finales de los noventa emerge
en el campo de la comunicación lo que podría ser la fundación del cuarto modelo:
el comunicólogo como burócrata de la comunicación. Este proyecto académico se ha
preocupado por la inserción eficiente del profesional en la dinámica laboral que exige
la maquinaria global de la comunicación, tanto mediática como la de instituciones
privadas y públicas; este profesional ejerce su labor desde una lógica informacional y
administrativa (cfr. Fuentes, 1998).
186
La emergente comunidad percibida
primera coordinadora, y ella es quien implementa y coordina el plan
rígido de 1991 a 1995, siendo directora de la Escuela de Humanidades Glery Cruz Coutiño. En segundo lugar, como la licenciatura
se ubica en la Escuela de Humanidades, venía bien seguir con este
modelo de profesional de la comunicación incorporando materias
humanísticas de las carreras que aquí se imparten, como Lengua y
Letras de Hispanoamérica, Filosofía e Historia.
En 1996 la Licenciatura en Comunicación enfrenta su primera
reestructuración, que se elabora bajo el esquema de la “flexibilidad”,
pero el modelo del profesional sigue la tradición humanística-teórica,
junto con una habilitación práctica para manejar tecnologías en
producción de medios.
Este proceso de diseño curricular no tiene como fundamento
una ubicación en el campo académico y las perspectivas profesionales
–que ya estaban en crisis– y no se consideran tampoco datos referentes
al campo profesional, lo que hace que los perfiles profesionales sean
pensados más por la demanda del mercado laboral que por un proyecto con objetos socioprofesionales bien delineados. De esta manera, la
Licenciatura en Comunicación del plan de estudios 1997-1 responde
a ese impacto de la “tradición” de la teoría de la comunicación frente
a la formación técnica como elemento que ha prevalecido en las currículas a nivel nacional y en las orientaciones educativas centradas
en formar profesionistas para los medios masivos y la burocracia
administrativa, lo que le impidió hacerse cuestionamientos de fondo
sobre las transformaciones de la vida profesional.
En 1995 se incorpora como coordinadora de la Licenciatura en
Comunicación Carolina Peraza, quien la dirige hasta 1999. Durante
su gestión, la licenciatura se incorpora al Coneicc como miembro
asociado y le toca asumir la sede de la Segunda Asamblea Ordinaria
en 1998-2. Este hecho marca una relación distinta con el ámbito
académico nacional, si consideramos que uno de los elementos
estructuradores del campo académico de la comunicación ha sido
su institucionalización, vía la fundación del Consejo Nacional para
la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación
(Coneicc), que busca la institucionalización mediante un permanente
diálogo académico para llevar a cabo los lineamientos fundamentales
187
Huellas compartidas
del campo académico. En Tijuana se puede decir, entonces, que se
cuenta con este vínculo desde 1996.
En 1999-1, Gerardo León Barrios asume la coordinación
de comunicación durante un semestre, junto con Fernando López
Mateos todavía como administrador del plan 1997-1, y en el último
semestre de la gestión de Rogelio Arenas Monreal como director de
la Escuela de Humanidades.
Cuando asume la dirección de la Escuela de Humanidades Jorge Gustavo Mendoza González, Patricia Margarita Aceves Calderón
releva a los anteriores coordinadores de la carrera, y para principios
del 2000 se hace pertinente la necesidad de reestructurar el plan de
estudios, pero únicamente se alcanzan a hacer los primeros trazos de
los lineamientos institucionales.
En el periodo 2000-2 toma la coordinación Graciela Mondragón Paredes, y hay pocos avances en el rediseño curricular por la
necesidad de atender otros aspectos relacionados con la operatividad
flexible del plan.
En los periodos 2001-1 y 2001-2, Carlos Adolfo Gutiérrez
Vidal toma la coordinación, seguido por Héctor Jaime Macías Rodríguez de 2002-1 a 2002-2. Ambos logran un primer trazo del plan
de estudios, pero aun así faltaban algunos elementos para lograr una
propuesta académica renovadora tanto para la vida profesional como
para el campo académico.
Ángela Lucía Serrano Carrasco coordina la licenciatura en los
semestres 2003-1, 2003-2 y 2004-1, y posteriormente es sucedida por
David González Hernández, de 2004-2 a 2007-1. En este periodo,
con Ángela Serrano en la coordinación de Formación Profesional y
Vinculación, se retoman las actividades de reestructuración curricular
con una metodología por competencias que contempla los ámbitos
profesional, académico e institucional.
Cabe mencionar que, como parte de la búsqueda de alimentar
la vida académica, en el periodo de 2003-2 a 2004-2 se abrió una
maestría en comunicación de la Universidad de La Habana, a la
que se inscriben algunos técnicos académicos y varios profesores de
tiempo completo y de asignatura.
Desde 2007-2 se hace cargo de la coordinación de la Licencia188
La emergente comunidad percibida
tura en Comunicación Pablo Filemón Guadiana Lozano, egresado de
la misma licenciatura y de la mencionada maestría de la Universidad
de La Habana.
Al periodo 2006-2, la Licenciatura en Comunicación contaba
con 969 egresados –de los cuales 498 están titulados (51.39%)– y
tres planes de estudio, y se había colocado como una de las mejores
ofertas educativas para estudiar comunicación, por sus avances en la
calidad académica (acreditada por Acceciso), por sus instalaciones y
por su propuesta curricular.
Investigación de la comunicación y “redes de futuro”
Jesús Galindo, miembro fundador del Programa Cultura de la Universidad de Colima, desarrolla entre 1987 y 1988 el proyecto “Cultura
Mexicana en los Ochenta”, y Fernando Vizcarra2 da los trazos de una
trayectoria que se funda con lo que podría llamarse el prototipo de
una primera red de investigación en comunicación, donde participan
estudiantes del propio Vizcarra de la Licenciatura en Comunicación
de la Universidad Iberoamericana Noroeste, en Tijuana.
En 1993, por una recomendación académica, Ricardo Morales Lira, profesor de la UIA Noroeste en Tijuana, se incorpora –al
mismo tiempo que Fernando Vizcarra en Mexicali– al proyecto de
investigación nacional “Formación de las Ofertas Culturales y sus
Públicos” (FOCyP), dirigido por el doctor Jorge González Sánchez
(1994), fundador del Programa Cultura. En este proyecto nacional
de la Universidad de Colima participan profesores y estudiantes de
comunicación, y en 1996, en el marco del Primer Coloquio Internacional de Estudios sobre Culturas Contemporáneas, realizado en
Colima, se funda la Red de Investigación y Comunicación Compleja
(RICC), en donde se hace visible la importante participación de estudiantes y profesores de Tijuana y León, principalmente. Este gran
proyecto de investigación fue semillero para la futura vida académica
del campo de la comunicación en Tijuana por dos razones: en primer
2
Investigador del Centro de Estudios Culturales-Museo de la
Mexicali.
UABC,
en
189
Huellas compartidas
orden, porque en él se aprende investigación haciendo investigación
(en los planes de estudio la investigación era una materia que se enseñaba desde las aulas, y muy escasamente en proyectos específicos);
en segundo término, porque en ese proyecto se incorpora el análisis
de la cultura a preguntas de comunicación en temas de la frontera.
Esto se puede considerar como otro trazo en el mapa académico en
Tijuana, espacio desde donde se han venido conformando algunas
trayectorias académicas que ahora están presentes en el campo de la
comunicación regional.
La experiencia del proyecto FOCyP fue clave en la sensibilización
de los estudiantes hacia la investigación, que tuvo como producto
el libro La Revolución también es una calle, editado por el XV Ayuntamiento de Tijuana y la UIA Noroeste en 1996. Este documento
reúne relatos etnográficos y de historia oral en torno a los oficios de
la Avenida Revolución de Tijuana desde la perspectiva culturalista,
realizada por estudiantes de investigación de la UIA (Castillo, García
y Morales, 1996). Algunos de ellos más tarde pasarían a ser profesores
y académicos de carrera en ambas universidades.
La investigación en red ya formaba parte del espíritu académico
de algunos académicos de la UABC, lo que permite que en 1998 se
integre la UABC Tijuana a otros proyectos de investigación a nivel
nacional que se trabajan en red, como “Hacia una Nueva Cultura
Televisiva: Análisis de los Públicos de ‘Mirada de Mujer’”, con las
doctoras Karla Covarrubias y Ana B. Uribe en la coordinación general
y con investigadoras del Programa Cultura; en el proyecto participan
profesores como Omar Foglio, David González, Kiyoko Nishikawa y
Luz Aída Ruiz Martínez, además de Gerardo León como coordinador
en la ciudad de Tijuana, y estudiantes de la UABC y de la UIA Tijuana
(Covarrubias y Uribe, 1998).
Estas experiencias son en parte posibles, para algunos de los
académicos de la UABC Tijuana, debido a una búsqueda de formarse
y profesionalizarse en tareas investigativas en comunicación, que si
bien tenían como base los proyectos de investigación anteriormente
mencionados, se fortalecen con el Diplomado en Técnicas de Investigación en Sociedad, Cultura y Comunicación, creado y dirigido
por Jesús Galindo, y llevado a cabo en la UIA Tijuana en 1997, que
190
La emergente comunidad percibida
resulta en otra red en cultura de investigación llamada Grupo de
Acción en Cultura de Investigación (GACI).
Si consideramos que la investigación en comunicación ha sido
posible fuera del D.F. sólo en ciertas ciudades del país, como Guadalajara (Departamento de Estudios de la Comunicación Social de la
Universidad de Guadalajara, el ITESO, entre otros) y Colima (Programa Cultura), con centros de investigación y programas de posgrado,
es importante destacar en esta reflexión que, en el “equilibrio” que
han cimentado para que la balanza no cargue el peso al tradicional
centralismo de nuestra vida académica mexicana, la presencia del
Programa Cultura, como un centro promotor y formador, ha sido un
elemento estructurador externo de nuestro campo en Baja California,
donde, a través de la investigación en comunicación y cultura, fueron
beneficiadas varias generaciones de profesionales y académicos de la
comunicación que actualmente continúan en la conformación de
una comunidad académica. Por otra parte, el Programa Cultura ha
sido punta de lanza en la formación de redes académicas y activador
de la investigación de la comunicación en “la provincia”, lo que ha
ido gestando trayectorias de grupos y producción que, si no han destacado frente a otras del país, sí ha sido reconocido su impulso ante
la escasa productividad científica de otras regiones. En este sentido,
James Lull, investigador de la Universidad de San José, California,
anuncia en un artículo publicado en la revista European Journal of
Cultural Studies que un grupo de estudiantes y futuros investigadores
estaban dando un giro a los estudios en comunicación y cultura en
la frontera bajacaliforniana (Lull, 1998). Esta reflexión más tarde se
estaría concretando con algunos de esos estudiantes ya como parte
del cuerpo docente de la UABC Tijuana.
Desde la reflexión latinoamericana, el brasileño José Marques
de Melo afirma que en México estaba emergiendo una nueva generación de académicos e investigadores llamada “Generación Yogurt”,
constituida por jóvenes que se habían formado en las experiencias
de la Red Programa Cultura de la Universidad de Colima y de la
Red de Investigación y Comunicación Compleja (RICC), y que formaban parte de la Red de Jóvenes Investigadores en Comunicación
(REJIC).
191
Huellas compartidas
Para aprovechar los vínculos establecidos con esas redes,
los profesores David González Hernández y Gerardo León, de la
UABC Tijuana, invitan en 1999 a Aníbal Ford y a Nora Mazzioti,
investigadores argentinos, a impartir un seminario sobre temas de
comunicación y estudios culturales, lo cual constituyó un principio
de acercamiento a esferas académicas internacionales.
En el mismo año, Héctor Gómez Vargas (a quien puede considerarse como el único académico que ha estado actuando seriamente,
desde la misma investigación, en la conformación de un campo
académico en la “provincia” mexicana) viene a impartir un seminario sobre el tema “Campo Académico de la Comunicación: Una
reflexión desde sus Regiones”, lo que abrió algunas líneas de análisis
y comprensión sobre los acontecimientos que han venido marcando
la configuración académica de la comunicación en Tijuana.
Estos hechos, aunque parezcan aislados, han sido los ingredientes del caldo de cultivo que han representado la investigación
de la comunicación y los vínculos académicos que han potenciado
la mirada hacia lo que es la comunicación. Podemos decir, complementariamente, que esas experiencias son importantes en tanto que
nos permitieron dar seguimiento a la trayectoria biográfica/académica
de lo que ha pasado en la UABC Tijuana como parte de un proyecto
académico que se está fortaleciendo con el Cuerpo Académico Comunicación y Cultura, de la Escuela de Humanidades.
En 2001 y 2002 se inicia el fortalecimiento de un área que
parece ser pertinente para el contexto regional. La comunicación
organizacional, si bien era ya un área emergente a principios de
los noventa, no se había desarrollado como parte del pensamiento
comunicacional con la formalidad que tenían las materias de los
planes curriculares. Frente a ello, Ramón Mundo Muñoz y Héctor
Macías Rodríguez, ambos académicos de tiempo completo de la
Escuela de Humanidades, realizan dos diplomados en comunicación
organizacional con los miembros de la Asociación Mexicana de Comunicación Organizacional (AMCO). Esa actividad le dio sustancia
y reforzó la práctica académica en esta materia en la Licenciatura en
Comunicación de la UABC Tijuana.
Por otro lado, algunos de los profesores de tiempo completo de
192
La emergente comunidad percibida
la UABC Tijuana, desde la licenciatura y al estudiar posgrados, hemos
sido o somos discípulos de los académicos e investigadores que han
venido configurando el campo académico de la comunicación fuera
del centro del país, con lo que se ha conformado una generación
de investigadores que se encuentra en plena formación pero que ha
estado en diálogo con perspectivas distintas del campo académico de
la UABC, especialmente en dos de los espacios de acción que Gómez
Vargas (1998) identifica:
1. Los configuradores del campo: Raúl Fuentes Navarro, Enrique
Sánchez Ruiz, Pablo Arredondo y Carlos Luna.
2. Los configuradores de ejes analíticos/temáticos: Guillermo Orozco, Jesús Galindo, Jorge A. González y Rossana Reguillo.
Después del 2000 se incorporan al cuerpo docente los profesores Ángela Serrano y Héctor Macías, con grado de maestros y
formados en universidades fuera de la región (la UNAM y la Universidad de Guadalajara, respectivamente); ellos han contribuido al
fortalecimiento de la formación en la Licenciatura de Comunicación
de la UABC Tijuana; así también, tomaron parte en la reestructuración
curricular –junto con David González y Gerardo León–, de la que
ya hablamos en este mismo documento.
Plan de estudios de comunicación UABC Tijuana
Características conceptuales del plan
El equipo coordinador de la reestructuración del plan de estudios se
enfrentó al reto académico de formular un plan de estudios de comunicación actualizado, que no podía realizarse sin establecer una ruta
de reflexión que nos ayudara a definir la dimensión del impacto que
ese plan de estudios tendría en el contexto sociocultural en el que nos
encontramos. Además de las necesidades estrictamente institucionales
de reestructuración de los planes y de la acreditación de los mismos,
la labor académica emprendida nos llevó en un primer momento
193
Huellas compartidas
a preguntarnos cómo se inserta un programa de licenciatura en las
dinámicas y factores campales de la comunicación, así como acerca
de su relación con los factores sociogeográficos y temporales donde
se ubicaría la propuesta. Asumimos, entonces, dos retos ineludibles:
en primer lugar, pensar la propuesta con la responsabilidad de estar
aportando en la conformación de una práctica profesional de comunicación en la región y, a su vez, en la conformación del campo
académico de la comunicación en México.
En segundo lugar y como producto de la reflexión crítica
del campo, fue pertinente partir de una propuesta conceptual de la
comunicación que se reflejara en la enseñanza de profesionales de la
comunicación, entendiendo a éstos como agentes estructurantes de
una práctica comunicacional de alcance social, económico, político
y cultural en nuestra región.
Ante esto, y con la idea de colocar con precisión los ejes del
nuevo plan, realizamos un estudio para poder obtener un diagnóstico lo más cercano posible a las transformaciones y tendencias
profesionales. El diseño metodológico se estructuró en dos grandes
ámbitos que se articulan con nuestra propuesta: escenarios y sujetos.
Los escenarios representan el campo académico y la región fronteriza
en términos de la dinámica laboral y profesional. Estos escenarios
fueron definidos para su estudio como contexto sociocultural, contexto institucional, contexto del campo de la comunicación, contexto
socioprofesional y contexto del plan de estudios frente a otros de la
región. Respecto a los sujetos, identificamos aquellos implicados
en el proceso de formación: maestros, estudiantes, empleadores y
egresados, que nos sirvieron como referencias empíricas en una fase
más concreta y delimitada de la obtención de información acerca de
los problemas reales del campo profesional de la comunicación en
nuestro entorno fronterizo.
1. A partir del diagnóstico de los escenarios3 construimos las siguientes premisas:
3
Fue una investigación crítico-documental realizada bajo las categorías que
denominamos contextos, mencionadas líneas atrás. Se puede encontrar la versión en
extenso del análisis en el documento del “Plan de Estudios de la Carrera de Comunicación 2006-2” (Escuela de Humanidades, 2005).
194
La emergente comunidad percibida
a. Partir de un marco conceptual de la comunicación
sobre la cual construir la propuesta del plan de estudios
Ante la ausencia de una noción consensuada de comunicación,
ante la diversidad de los enfoques de enseñanza de los planes de estudio
a nivel nacional4 y ante lo que Fuentes denomina “la doble tensión
entre la ‘formación generalista’ y las ‘especialidades’ en
la carrera de comunicación, y entre la ‘estructuración
disciplinaria’ y la multidisciplinariedad” (Fuentes, 1998,
2007), nos planteamos los siguientes cuestionamientos para diseñar
nuestro plan de estudio: ¿cuál sería la base teórico-conceptual de la
comunicación que sustente nuestra propuesta curricular?, ¿cuál sería
la propuesta disciplinaria y profesional para definir los perfiles de
egreso?, ¿cuál sería el aporte profesional de nuestros estudiantes en
el ámbito de lo social? (González, León y Serrano, 2006).
Apostamos, como punto de partida, a una noción de la comunicación entendida como una práctica social (por ello, quien la estudie y
se diga profesional de la comunicación tendrá que insertarse y desempeñarse profesionalmente en el ámbito social) que permite el encuentro
e intercambio de sentidos y significados: conceptos, ideas, una visión de la
vida y del mundo, que ocurre permanentemente entre dos o más personas
(ante esto el profesional de la comunicación deberá comprender las
dimensiones de expresión, difusión, interacción y estructuración de
todo fenómeno comunicacional) (Galindo, 2007; Macías y Cardona,
2007), siempre y cuando esta práctica posibilite la interacción humana
dentro de un sistema sociocultural específico (bien sea a través de medios
masivos o no, y por lo tanto, la producción mediática, tan arraigada en
la formación del comunicólogo, queda contenida bajo este enfoque)
(Torrico, 2004; González, León y Serrano, 2006).
b. Reducir la escisión teoría-práctica
Ante la falta de articulación teoría-práctica en los planes de
estudio de comunicación, y con base en una revisión de los mode4
Fuentes Navarro identifica en México 56 denominaciones diferentes para los
estudios de licenciatura en comunicación, los cuales agrupan a 349 programas ofrecidos a lo largo del territorio nacional (Fuentes, 2005). Por su denominación, estos
programas fueron reagrupados en cinco segmentos que giran en torno a un núcleo
central con contenidos similares.
195
Huellas compartidas
los fundacionales de la enseñanza de la comunicación en México:
el periodístico, el humanista y el científico social (Fuentes, 1998),
encontramos que el diálogo entre la teoría de la comunicación y su
impacto en el ámbito de lo social no solamente ha sido escaso en la
formación de los profesionales de la comunicación, sino que ha sido
antagónico en esta historia. Es más, “crece la convicción de que en los
últimos treinta años no se han incorporado elementos de renovación
de esos proyectos y la especificidad de la carrera se ha establecido más
por el ‘peso’ de los números que por la congruencia de sus postulados
curriculares” (Fuentes, 2007).5
En nuestro caso comienza a figurar un cuestionamiento acerca
de la finalidad de la formación teórica de la comunicación y su vínculo
con la práctica o con el ejercicio profesional. Cuando pensamos en la
teoría de la comunicación no podemos desligarnos, por un lado, de
la condición incipiente de nuestra disciplina y, por el otro, del papel
que le hemos asignado a ésta en la enseñanza de la comunicación,
cuyo impacto es limitado a un recuento histórico de los postulados
que resultan inoficiosos a la hora de ejercer profesionalmente la
carrera en el mundo laboral.
Ante esta condición, nos proponemos reducir en nuestra
propuesta las limitantes que la dicotomía teoría/práctica ha originado
en el campo profesional, articulando la generación de conocimiento en comunicación con la práctica profesional. En consecuencia,
nuestra postura frente a la teoría de la comunicación es que ésta debe
ofrecer herramientas conceptuales y metodológicas para el ejercicio
y la práctica profesional, con énfasis en el alcance formativo de un
programa de licenciatura.
c. Definimos el ámbito profesional
del comunicólogo a partir de su intervención social
Dado que el mal manifiesto durante parte de la historia de la
enseñanza de la comunicación ha sido su desarticulación con la práctica
social (Fuentes, 2007), la propuesta conceptual de la comunicación
que sustenta el plan de estudios deberá pensarse estrictamente en la
Se contempla que las carreras de comunicación a nivel nacional albergan a cerca
de 70 mil estudiantes, lo que la ubica en el séptimo lugar de las más demandadas en
México (Fuentes, 2005).
5
196
La emergente comunidad percibida
dimensión social, en las posibilidades de una intervención social del
profesional de la comunicación.
Retomando nuestra propuesta conceptual expresada en el apartado anterior, la intervención social del profesional del comunicólogo
se convierte en el punto nodal de la formación y deberá reflejarse en
la estructura curricular, en los contenidos de las asignaturas y en las
experiencias de aprendizaje.
d. Trascender la visión “mediológica”
tradicional de la enseñanza
El desafío para la conformación de nuestro plan de estudios
es, por un lado, comprender el medio social como ámbito de intervención profesional asumiendo la reflexión sobre el papel de los
medios de comunicación en la conformación de la sociedad actual
(Canelas, 2005), tal como otro profesional de las ciencias sociales lo
haría. Y por otro lado, comprender a los medios desde sus lenguajes
y narrativas para estudiarlos, analizarlos y conocerlos, así como para
saber producir mensajes con fines informativos o de entretenimiento.
Esto último, con la convicción y la evidencia de que la producción de
discursos constituye el área tradicional por excelencia en la formación
de comunicadores en el ámbito latinoamericano, “tradición pedagógica” que ha descuidado otras áreas del fenómeno comunicacional no
interpeladas por lo mediático: procesos microsociales de comunicación
interpersonal, comunicación grupal y comunicación organizacional,
importantes para la formación del comunicólogo en Tijuana.
2. Por otra parte, la información empírica del diagnóstico sobre
los sujetos que intervienen en el proceso de formación profesional
(empleadores, egresados, estudiantes y profesores) nos sugirió otro
paquete de premisas útiles a la hora del diseño curricular, dado que
sus reflexiones se realizaron en torno al plan de estudios que iba a
ser reestructurado:6
6
Para este diagnóstico diseñamos un paquete tecnológico multimétodo que se
adaptara a las características de los sujetos y a nuestras necesidades de información.
Así, los estudiantes participaron en un grupo de discusión, los egresados a través de
encuestas, los empleadores con entrevistas semiestructuradas y los profesores mediante
un taller (Escuela de Humanidades, 2006).
197
Huellas compartidas
a. Consolidar la fundamentación de las áreas
del conocimiento y enfatizar la articulación entre las mismas
Entre nuestros sujetos se ha experimentado cierta dificultad
al momento de articular los contenidos de las asignaturas entre sí
en el ejercicio de formar un cuerpo de conocimiento integrado que
responda a su quehacer profesional. Parte de esta sensación es el mal
endémico de la enseñanza de la comunicación acerca de la construcción antagónica de la teoría y la práctica. En lo que compete a nuestra
propuesta curricular, ésta deberá establecer las áreas del conocimiento
de tal manera que integre la formación teórica y la formación práctica bajo la premisa de que la primera deberá proveer herramientas
conceptuales y metodológicas a la segunda, tal como se ha señalado
arriba (Escuela de Humanidades, 2006).
b. Ofrecer experiencias de aprendizaje
ante problemas reales sobre fenómenos de comunicación
Con base en las opiniones de los empleadores y de los egresados, es patente la carencia de un conocimiento del medio en el
que se van a desempeñar. Los empleadores lo asumen como un
problema de los profesionales y los egresados como una carencia
en la formación.
El reto del nuevo plan es propiciar la habilidad en la reflexión y
análisis sobre el contexto sociocultural e histórico en el que se ubican
las dinámicas contemporáneas de la comunicación (lo global y lo local), así como el pensamiento crítico y analítico en situaciones reales
donde se relacionen los conocimientos en comunicación (González,
León y Serrano, 2006).
Lo anterior deberá materializarse en el desarrollo de competencias profesionales con elementos propios de la realidad sociocultural
local y regional, así como con situaciones de la vida profesional
donde el futuro profesional tendrá que intervenir. Se trata de llevar a
escenarios reales y prácticas de campo las experiencias de aprendizaje,
incluso para las materias más teóricas de la carrera (González, León
y Serrano, 2006). Allí reside el postulado de que el profesional de la
comunicación deberá ser un interventor que pueda integrar en su
quehacer teoría y práctica social.
198
La emergente comunidad percibida
c. Fortalecer la formación en las áreas emergentes
Los egresados señalaron que su desempeño profesional
había sido principalmente en el área tradicional de la producción
mediática,7 pero identificaban como emergente el área de la comunicación organizacional y el uso de nuevas tecnologías, que
incluyen el dominio del lenguaje multimedia, la programación
html y la internet, así como la producción y posproducción con
paquetería adecuada para las ediciones no lineales (Escuela de
Humanidades, 2006).
Esta información nos orienta para definir, por un lado, una
nueva postura reflexiva acerca de la práctica de la comunicación
en torno a lo mediático, en concordancia con lo señalado páginas
atrás acerca del papel de los medios masivos de comunicación en la
comprensión de la sociedad actual (Thompson, 1998), y por otro
lado, el diseño de contenidos y prácticas necesarios para la formación
en comunicación organizacional y en la elaboración de discursos
en nuevas tecnologías. En todo esto, la noción de comunicación
planteada desde el principio nos apuntala que el énfasis debe estar
en la comprensión de fenómenos de comunicación que posibiliten
la interacción humana.
d. Reflejar la propuesta conceptual en el diseño
curricular con base en competencias profesionales
El proceso de enseñanza aprendizaje debe estar diseñado bajo
un área de integración en la que se articulen conocimientos y se
hagan evidentes de manera práctica las habilidades necesarias para
la formación en las diferentes áreas de la comunicación.
La evidencia empírica nos demuestra que independientemente
de los conocimientos teóricos que conforman un área de desempeño
laboral, la resolución de problemas comunicacionales, el saber buscar
y manejar adecuadamente la información, el saber proponer estructurando coherentemente las ideas, son algunas de las habilidades
7
Mientras estudiaban, el 25.3 por ciento de nuestros egresados laboraba en medios
de comunicación: prensa, radio y televisión. Después del egreso, el 32.9 por ciento,
y al momento de aplicar el cuestionario, el 48.4 por ciento; en todos los casos, con
los puntajes más altos entre todas las opciones de desempeño profesional (Escuela
de Humanidades, 2006).
199
Huellas compartidas
requeridas en el campo profesional en la región. En cuanto al ámbito
actitudinal y valoral, se señaló la actitud propositiva y de liderazgo,
así como el compromiso con la realidad social de la región (Escuela
de Humanidades, 2006).
En un diseño curricular con el enfoque en competencias profesionales, la formación del profesional de la comunicación en nuestra
región deberá integrar estas necesidades del ámbito profesional con
la postura teórico-conceptual de la comunicación, enriquecida por
la experiencia de la conformación del campo académico en México.
La propuesta, por tanto, deberá construirse con el establecimiento
de competencias profesionales que se vayan desarrollando a lo largo
del tránsito del estudiante en su formación.
Construcción de las competencias generales del plan de estudios
Como paso siguiente después de la comprensión de quiénes somos
y de la identificación del lugar que ocupamos en la discusión de
la enseñanza de la comunicación, nos abocamos a rescatar las tres
problemáticas a las que se enfrenta nuestro egresado en la región,
con el objeto de establecer las competencias generales que deberán
desarrollarse en la formación profesional a través del nuevo plan de
estudios.
En términos del desempeño profesional, nuestros egresados
se enfrentan a:
• Diicultadparaidentiicarlosprocesosdecomunicaciónexistentes en el contexto social, cultural, político, económico e histórico,
así como las problemáticas comunicacionales asociadas a dichos
procesos.
• Diicultad para proponer soluciones a problemas comunicacionales debido a la falta de articulación de sus recursos
(conocimientos, habilidades y actitudes) para enfrentarse a las
transformaciones del campo profesional.
• Diicultadpararesolverproblemasdecomunicación,loquelo
hace participar limitadamente en el ámbito profesional.
200
La emergente comunidad percibida
En tanto problemáticas del profesional egresado de comunicación, en el diseño del plan de estudios asumimos el reto de plantear
como competencias generales:
• Identificar procesos y problemas de comunicación articulando
información de la realidad social, política, cultural, económica
e histórica en distintos ámbitos y niveles del entorno, con la utilización de diversas herramientas teórico-metodológicas propias
de las ciencias sociales para su análisis.
• Proponer estrategias de solución a problemas de comunicación
con la articulación de manera innovadora de los conocimientos,
habilidades y actitudes propias de la disciplina, para que los
egresados impulsen el desarrollo y que la organización donde
participan tenga un impacto social.
• Resolver problemas de comunicación en diferentes ámbitos
profesionales, mediante la integración a grupos multidisciplinarios y el empleo de los recursos teórico-metodológicos propios
de las ciencias sociales, a fin de contribuir al desarrollo social
considerando las dinámicas del entorno transfronterizo.
El campo académico de la comunicación en Tijuana hoy
Una manera de responder a esta pregunta sería argumentar que el
trabajo en redes académicas, el rediseño curricular con estudios de
factibilidad y la formación en posgrado son elementos sintomáticos
de una normativa actual en los estándares académicos nacionales de
las universidades públicas, sobre todo en aspectos relacionados con
la investigación. Así, se podría señalar, por ejemplo, que la noción de
cuerpo académico –rasgo común de la política nacional desde el sexenio
pasado– es una apuesta contemporánea para un desarrollo general de
las instituciones universitarias. De la misma manera, podría argüirse
que los requerimientos de maestría y/o doctorado que surgieron en
la UABC en gestiones pasadas son efecto de los niveles progresivos de
probidad entre los académicos. No obstante que ésta puede ser una
explicación plausible para establecer el avance en la conformación
201
Huellas compartidas
del campo académico de la comunicación en Baja California en el
contexto de una relativa marginalidad regional, todavía falta mucho
por discutirse.
Hay una serie de aspectos importantes que subyacen en el
desarrollo y conformación del campo de la comunicación en Tijuana
en esta década y que de cierta manera perfilan el futuro y aclaran el
pasado para el proyecto académico de la UABC; aquí nos centraremos
en dos de ellos, en tono especulativo, con la confianza de que puedan
incitar algunas reflexiones. Cada aspecto refiere a los puntos centrales
abordados en este capítulo.
El primero refiere a la continuidad y al mayor impulso a la
investigación a partir de las redes académicas y el trabajo colectivo
intra e interinstitucional. El campo académico de la comunicación
en México ha experimentado varios cambios. Estos cambios han
contribuido tanto a constituir la condición actual del campo y en
su definición como al establecimiento de una mayor legitimidad
(Fuentes, 2001) y de redes académicas (Galindo, 2007), y han
ayudado a asegurar en su conformación presente un grado de
mayor institucionalidad, que fue incipiente en el pasado. Ante la
calificación de “comunidad desapercibida” que padecían los investigadores de la comunicación a principios de los noventa, se ha
reparado en que dicha calificación tenía que ver más con la carencia
de lo necesario para alcanzar sus propósitos que tenía la comunidad
académica que con la condición de que pasara inadvertida. Estos
aspectos son importantes por esta razón: hacen cada vez más fácil
la colaboración académica individual e interinstitucional, y por
ende, con investigaciones más sofisticadas y con contactos con
mayor intensidad. Es indudable que, en parte debido a la creciente
accesibilidad de tecnologías digitales, las condiciones para que exista
mayor contacto entre los académicos están cambiando de modo
fundamental los estudios en comunicación.
De cierta manera, la formulación de la reestructuración curricular tuvo sus fases de interlocución, diálogo y evaluación debido a los
antecedentes de las redes académicas, que han continuado en la UABC
Tijuana. Este factor potencia, a su vez, la formación en comunicación,
que por sí sola no ha transformado las prácticas de investigación en
202
La emergente comunidad percibida
nuestra comunidad académica, pero sí ha contribuido a crear un
clima en el que se alienta la necesidad de la creación de un programa
de posgrado en comunicación, que por su naturaleza de generación y
aplicación de conocimiento impactaría en la disciplina, y sobre todo
en la licenciatura, si los académicos participan en estos niveles.
El segundo factor es el que ha contribuido a la emergencia del
campo académico de la comunicación en Baja California: el programa educativo o licenciatura en comunicación. Los programas de
licenciatura tienen sus raíces en la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM) y en la Universidad Iberoamericana (UIA) –dos
universidades con fuertes lazos con la UABC, como hemos constatadoy han experimentado una serie de transformaciones estructurales que
dieron forma a diversas carreras de comunicación en México, que hoy
estudian los futuros comunicadores tanto en universidades públicas
como privadas. Particular importancia ha tenido, en este sentido, la
gradual diversificación de los programas de licenciatura basados en
los tres “modelos fundacionales” para la formación de comunicadores, con propuestas curriculares que de diversa manera articulan en
el currículo los varios conocimientos y perfiles socioprofesionales.
Hasta el día de hoy, ninguno de los modelos ha logrado la consistencia
suficiente para legitimarse ni profesional ni universitariamente.
Estos modelos, a veces amplios y yuxtapuestos, nos ayudan
a comprender, por un lado, lo que Fuentes Navarro denomina una
“crisis sucesiva de los tres modelos” y de “sus mezclas más o menos
confusas en las escuelas de comunicación, ha sido evidente y generalizada desde mediados de los ochenta y no se ha resuelto, ni se podrá
resolver, al menos mientras el crecimiento anárquico y la dispersión
institucional de las licenciaturas continúen” (Fuentes, 2001:143), y
por otro, la creciente importancia de la elaboración de propuestas de
licenciaturas de comunicación con base en un proyecto académico
para tratar de no derivar en lugares comunes. Una de las razones por
las que el diseño de los programas de licenciatura en el país (incluyendo el Coneicc) y en la región se ha vuelto tan gravitante hoy es que se
ha convertido en todo un desafío articular las diversas competencias
en un plan de estudio y los alcances propuestos con cierto grado de
identidad y sentido para los futuros comunicadores.
203
Huellas compartidas
En el dictamen realizado por Fuentes Navarro en marzo de
2005 al diseño curricular de la licenciatura en comunicación de la
Escuela de Humanidades (2006-2) podemos recuperar mejor esta
idea:
Es evidente que el desafío principal para avanzar en la concreción
de los propósitos declarados y en la implantación y extensión de los
procesos diseñados está en la capacidad institucional para convertirlos en prácticas cotidianas orientadas por un sentido compartido
entre los distintos agentes. Como en todo proceso educativo institucionalizado, la mediación de los profesores es determinante para el
proceso formativo de los estudiantes. El plan de estudios rediseñado
deberá ser intensa y extensamente referido a la responsabilidad
colectiva de los profesores, de manera que pueda ser el modelo de
base de la interlocución con los estudiantes, sujetos primordiales
del aprendizaje.
En los comentarios de Jesús Galindo al plan de estudios de
comunicación de la Escuela de Humanidades de la UABC (2006-2),
hechos en marzo de 2005, la figura del estudiante también es importante:
Los estudiantes quieren saber hacia dónde van y sentir la formación
como un todo coherente e integrado. Que los maestros actúen
como un equipo, que hagan sentir que lo que aprenden los alumnos
tiene aplicación en la vida profesional, les conseguirá un empleo,
un lugar en la vida social. Esto supone a la universidad como una
empresa que se mueve frente a un mercado o un público, al cual
atiende con eficiencia, con conocimiento, con agresividad. Este
punto es clave.
Los estudiantes quieren estar en un lugar que les garantice el
futuro, pero de acuerdo a lo que ellos creen. ¿De dónde salen esas
creencias? Hace falta un ajuste entre la información que ellos tienen,
la que tienen los profesores y el gran marco de la percepción posible
sobre el mundo. Este punto me parece muy importante, central.
Hemos usado este ejemplo para ilustrar la importancia de los
estudiantes de comunicación, tratada a propósito del campo académico de la comunicación en la región y en Tijuana. El estudiante es
204
La emergente comunidad percibida
el profesionista del mañana formado en un plan de estudios. Vivimos
hoy en una era de acreditaciones y exigencias sociales, y aquellas
universidades que detentan o aspiran posiciones de importancia
en la sociedad se enfrentan a un ambiente universitario diferente
de aquel que existía algunas décadas atrás. Debido al desarrollo de
múltiples formas de comprender los procesos de aprendizaje y al
surgimiento de políticas educativas centradas en los alumnos, los
académicos deben actuar en un ambiente educativo más intenso y
con mayor articulación con la sociedad de lo que fue en el pasado.
Más intenso en cuanto a que la cantidad de información y conocimiento es mucho mayor que antes. Y con mayor articulación con la
sociedad en el sentido de la proliferación de distintas organizaciones profesionales e instituciones públicas en la región fronteriza, es
un desafío para los profesionales de la comunicación articular sus
conocimientos, habilidades y actitudes alrededor de prácticas de
intervención en diferentes niveles y ámbitos socioculturales, porque
dichos conocimientos y habilidades en comunicación ¨necesitan de
la ciencia básica, de la teoría, para aplicarla, para resolver problemas.
En comunicación la pregunta es por la ciencia básica que necesita,
y los campos problemáticos a resolver con sus aplicaciones. Como
la ingeniería civil y la física¨, según comentó Jesús Galindo, en un
sentido metodológico, en sus observaciones y comentarios al plan
de estudios de comunicación 2006-2 de la UABC.
En la primera década del siglo XXI resulta imperativo e irrenunciable rescatar y compartir la experiencia colectiva e individual,
reconocer los senderos posibles y seguir apostando por la búsqueda
y la innovación. La situación de relativa “cuarta” marginalidad actual
al parecer nos acompañará un buen tiempo, si asumimos el proceso
sociohistórico en el que nos ubicamos, que en la comunidad refuerza
el sentido del campo académico.
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Entre las ciencias de la comunicación
y la búsqueda del ser
Primeros pasos de la Licenciatura
en Comunicación de la UABC, Ensenada
NELLY CALDERÓN DE LA BARCA
Saberse parte de algo que no está definido puede traer incertidumbre,
pero también puede impulsar el aliento del todo por hacer. La situación del campo tiene tiempo social para las dos perspectivas, para aquellos que se esfuercen en institucionalizar lo que existe, en formalizar lo
logrado; pero también para aquellos que tienen impulso aventurero,
explorador, empresarial. La combinatoria de ambos intentos puede dar
la configuración energética que la extensión dispersiva actual requiere
para organizar y dirigir un horizonte de pluralidad y esfuerzo colectivo.
Y lo mejor, es realmente posible.
Jesús Galindo y Carlos Luna
Introducción
Una gran dosis de incertidumbre, la búsqueda de sentido y la aventura que ha permeado el desarrollo del campo de la comunicación
a lo largo de su historia están presentes en el impulso de un nuevo
espacio desde el cual estudiar y enseñar la comunicación en el norte
del país: el puerto de Ensenada, Baja California.
Si observamos el campo académico de la comunicación como
un conjunto de instituciones de educación superior donde se produce la teoría, la investigación y la formación universitaria de los
profesionales de la comunicación (Vassallo de Lopes, 2002:44), en
este municipio apenas se inicia la labranza. El camino por andar es
209
Huellas compartidas
largo, pero se vislumbra acompañado por las filiaciones y la genealogía
compartida con los campos tijuanense y “cachanilla”.
Para las generaciones de comunicólogos en ciernes, formarse
en un territorio donde aún huelen a nuevo desde el pizarrón hasta los
maestros en momentos pareciera una ruta desconcertante. “Somos
conejillos de Indias”, dicen algunos; “nos tocará abrir brecha”, piensan
los menos. Lo cierto es que esta experiencia colectiva genera tanto
innumerables preguntas como infinitas posibilidades. El sentir y las
perspectivas que prevalecen entre los distintos actores que participan
de los inicios de la carrera en el puerto reproducen en mucho las
disyuntivas de numerosas licenciaturas en ciencias de la comunicación en diferentes puntos del país: la búsqueda de legitimidad y
de identidad epistemológica (Martino, 2001:75). Esta difusa raíz
atraviesa nuestra tarea, y poco antes de egresar la primera generación
en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) porteña
prevalece la pregunta de cómo trascender añejos cuestionamientos
ontológicos y dotar de sentido y claridad a la labor emprendida en
la universidad.
Tras estos primeros años de la licenciatura la demanda por
ingresar a la carrera aumenta, igual que las preguntas respecto a con
quién dialogar, qué camino seguir y cómo responder, en el caso de la
UABC, a las expectativas de tres centenares de jóvenes ávidos de encontrar solidez en su elección profesional. La dinámica de introducir
una carrera dirigida a formar especialistas en comunicación en este
municipio brinda también la posibilidad de definir nuevos derroteros para un territorio conocido más por las ciencias exactas que por
una orientación a lo social. Es así como la situación marginal de las
ciencias sociales en el puerto invita a convocar a todo aquel dispuesto
a trabajar una tierra en común y definir agendas y rutas de acción,
lo que ha generado una serie de espacios de discusión e intercambio
fuera de las aulas, como son mesas redondas, conferencias y un Foro
de Comunicación Internacional.
Para quienes han participado desde un inicio en la labor de
sembrar y coordinar la tarea, el esfuerzo desplegado ha sido intenso;
para dar cuenta de ello, a continuación describimos algunas de las
percepciones y experiencias de diversos integrantes del ámbito aca210
Ciencias de la comunicación y búsqueda del ser
démico y profesional de la comunicación, así como de miembros de
la red a la que las nuevas generaciones aspiran ingresar.
Los inicios
La ausencia de carreras relacionadas con la comunicación en la entidad
a principios de los años ochenta propició que los medios de difusión
que deseaban profesionalizar su labor en los diferentes municipios
de Baja California “importaran” universitarios de otros estados para
armar sus equipos editoriales. Ensenada no fue la excepción, y desde
la Universidad Veracruzana y la Escuela Carlos Septién arribaron al
puerto diversas generaciones de jóvenes periodistas, como lo recuerda
Enhoc Santoyo, director del diario El Vigía:
El gremio periodístico comenzó a envejecer; los periódicos tenían
la necesidad de crecer; las estaciones de radio ya no querían transmitir sólo música y pasar comerciales: ya requerían de un segmento
informativo propio; también los incipientes canales de televisión
requerían de un noticiero, de reporteros, editores, conductores, y
fue así como se vio la necesidad de que los medios de comunicación
impresos y electrónicos de Baja California tuvieran que mirar hacia
otro lado.
Santoyo, uno de aquellos jóvenes que desde Veracruz llegaron
a la entidad a mediados de los ochenta para cubrir ese vacío atendido
por los empíricos, relata que en el caso de Ensenada los primeros
comunicadores con formación universitaria eran recién egresados
pero con experiencia en el ámbito periodístico. Muestra de ello son el
propio Enhoc Santoyo y Alberto Sarmiento, ambos de la Universidad
Veracruzana y hoy directores de los dos periódicos con producción
de notas locales, El Vigia y El Mexicano.
En aquellos años, los comunicadores insertos en los medios observaron con recelo su llegada; la ciudad no parecía requerir especialistas
en comunicación para dar cuenta de la vida tranquila y “localista”,
como lo recuerda Santoyo. Sin embargo, desde una década atrás los
lugareños demandaban saber más sobre su entorno inmediato. De
211
Huellas compartidas
acuerdo con el decano de la comunicación en el puerto, Luis Mario
Lamadrid Moreno, en los setenta no se difundía información local,
“quizá porque seguramente la gente creía que no pasaba nada aquí”.
Don Luis, quien hizo la primera transmisión radiofónica en el
puerto en los años cincuenta del siglo pasado, relata que a partir de
1976 empezó a impulsarse la información local de manera rudimentaria
pero con bastante éxito. En aquellos años, recuerda, “la gente siempre
estaba al pendiente de nosotros porque sólo había dos programas de
radio”. Han transcurrido tres décadas desde entonces, y don Luis ha
atestiguado las dificultades que enfrentan las emisoras locales para sobrevivir en una plaza no tan fructífera como la de los otros municipios
de la entidad. Él y sus colegas, que con su voz cautivaron durante varios
lustros a través de la amplitud modulada, comentan que su historia
cambió con la llegada de emisoras con proyección nacional y fuerte
predominio de música pop en español e inglés, como la EXA.
Por la economía principalmente, aquí la radio en Ensenada está un
poquito estancada. Las FM han tenido un surgimiento más poderoso y la mayoría de la personas prefieren escucharlas, aunque su
contenido no sea tan constructivo ni tan trascendental, ni mucho
menos de tanta importancia en su información.
Para las empresas periodísticas el panorama no resulta muy
alentador, y sus directivos expresan que los ensenadenses no suelen
leer periódicos, y cuando los consultan es sólo para revisar la sección
de deportes, la policiaca o la de espectáculos. El horizonte es tal que
en esta ciudad, la de “más científicos per cápita” y con medio millón
de habitantes, la circulación promedio de cada uno de estos diarios
es de ocho mil periódicos.
Surgimiento de escuelas
de comunicación, publicidad y periodismo
Con todo y escasez de lectores, el interés por fortalecer la tarea periodística llevó a Javier Cruz Aguirre, egresado de la Escuela Carlos
212
Ciencias de la comunicación y búsqueda del ser
Septién, a impulsar en 1995 la Escuela Técnica de Periodismo Ricardo
Flores Magón. El total de egresados con certificado oficial de estudios
que los acredita como Técnicos en Periodismo es de aproximadamente 45 alumnos. Cabe destacar que de esta escuela surgieron varios de
los jóvenes que actualmente laboran en los periódicos locales.
La propuesta de la Escuela Flores Magón sobrevivió 11 años,
hasta que surgió en 1997 la primera licenciatura en comunicación en
el municipio, impulsada por el Centro Universitario Tijuana (CUT).
La carrera nació con una fuerte orientación a la publicidad y una
serie de asignaturas prácticas dirigidas a dotar de manera inmediata
de habilidades técnicas en el área de la producción de audio y video.
En sus 10 años de existencia, el CUT ha sumado 250 egresados; el 50
por ciento de ellos labora actualmente en los medios electrónicos e
impresos y en agencias de publicidad; el resto, en la iniciativa privada
y en instancias gubernamentales.
El CUT experimentó una considerable disminución de solicitudes de ingreso y de permanencia de estudiantes en 2003, cuando
la UABC oferta la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en
Rosarito. De acuerdo con los directivos del Centro Universitario
Tijuana Campus Ensenada, con el paso de los años la demanda de
ingreso se ha vuelto a equilibrar y jóvenes deseosos de menos teoría
y “más práctica” han reconsiderado su salida.
Cuando la UABC instauró la carrera en Rosarito, el plan inicial
era que los alumnos eligieran para la segunda etapa entre Tijuana y
Mexicali. Al adoptar el plan de estudios de Mexicali, fue más fácil que
el alumno continuara sus cursos en Ensenada, por lo que ya iniciado
el tercer semestre se consideró que, dada la demanda que había de
alumnos y la dificultad que representaba acreditar posteriormente
los estudios con un plan de estudios diferente, era más factible que
la carrera se continuara en Ensenada.
La carrera inició en esta ciudad prácticamente sin coordinador,
pero al año siguiente se colocó al frente de la carrera a Nina Martínez
Arellano, quien más de una década atrás emigrara del puerto hacia
Mexicali para estudiar ciencias de la comunicación. Cuando Nina
toma la coordinación en 2004, encuentra que todo está por construirse y a una generación de 17 muchachos deseosos de incursionar
213
Huellas compartidas
de lleno en el terreno de la comunicación, tras un año de cursar el
tronco común con los estudiantes de psicología.
A mediados de 2007, antes de que esta primera generación
de la UABC egresara, un nuevo cartel publicitario da la bienvenida
al llegar a la ciudad: una risueña joven, con audífonos y micrófono,
invita a sumarse a las filas de la nueva licenciatura de comunicación
en Ensenada, ésta promovida por la Universidad Xochicalco. Al
contrario de lo que su cartel promueve, la directora de la licenciatura
en Xochicalco, Yolanda García, asegura que su objetivo es formar
profesionistas que no sólo laboren en medios informativos, sino
que también puedan trabajar en diversas áreas de la comunicación.
“El profesionista que se gradúe de esta carrera podrá solucionar los
problemas de transmisión de ideas, pensamientos y de expresiones
que al momento existen entre la población”.1
De acuerdo con Mónica Monsiváis, asistente de la Coordinación
de Desarrollo Curricular, el programa de la carrera capacita al egresado
para desarrollarse en oficinas de comunicación social tanto del sector
público como del privado, de tal manera que visualizan el espacio profesional de sus estudiantes “en el campo de la educación, la divulgación
científica, y en los sitios donde se requiera traducir y transmitir ideas
en un lenguaje comprensible para todos”.2 Antes del lanzamiento de
la licenciatura, en Xochicalco se realizó un estudio para identificar los
intereses de los jóvenes que podrían aspirar a ella, e identificaron que
éstos se interesan por la especialidad para estar en los medios informativos, pero también hay quienes desean diseñar y planear estrategias e
incursionar en el cine y en los medios alternativos.3
A diferencia de la UABC, Xochicalco tiene una orientación
más mediática e introduce desde el primer semestre materias como
fotografía, diseño gráfico por computadora y creatividad.
1
El Vigía, 26 de julio de 2007.
La carrera cuenta con dos perfiles, el licenciado en comunicación y el
profesional asociado en comunicación, que podrá diseñar y planear proyectos
y estrategias para el mercado. La modalidad académica de la licenciatura es
cuatrimestral y se cursará en nueve periodos; es decir, los estudios se efectuarán en tres años.
2
La investigación arrojó que los gerentes y dueños de las empresas de comunicación requieren de personas con alto valor ético, por lo que, según los administrativos
de la universidad, el plan de estudios atiende estas necesidades.
3
214
Ciencias de la comunicación y búsqueda del ser
El reto de definir perfiles
Más allá de la competencia por el estudiantado, en la carrera que se
impulsa desde la UABC se enfrenta el reto de definir cuál es la orientación que ésta seguirá, cuál será su perfil predominante. Lo que se sabe
a ciencia cierta es lo que no se quiere: una formación que privilegie
una orientación mediática. La apuesta de la mayoría de los profesores
es que los jóvenes sean impulsores de una conciencia crítica, sea cual
sea el espacio en el que se desarrollen profesionalmente.
Por su parte, entre las diversas generaciones de estudiantes de
comunicación de la naciente carrera prevalece el deseo de crear y
expresarse a través de micrófonos y diferentes disciplinas artísticas,
pero también la inquietud de contribuir a generar cambios en la
sociedad global. ¿Son las ciencias de la comunicación una vía efectiva para lograrlo?, se preguntan propios y extraños. Los jóvenes le
dan el beneficio de la duda a esta carrera, tan de moda en los años
noventa y que en su desarrollo se ha debatido entre la multiplicidad
de posibilidades que implican los fenómenos comunicativos.
El plan de estudios de la licenciatura en la UABC de Ensenada
es el 2003-2, que cuenta con seis ejes o líneas de electividad para
dirigirse a áreas de especialidad, como son desarrollo social, política
y gestión, salud y bienestar social, calidad de vida, desarrollo organizacional, y divulgación y promoción de la ciencia y la cultura. De
acuerdo con la actual coordinadora, Nina Martínez, las líneas que se
proyectan fortalecer son la promoción de la ciencia y la cultura y el
campo de la comunicación organizacional, por considerar que son
las que más futuro tienen en el entorno inmediato.
Los docentes que laboran en la licenciatura coinciden en la
necesidad de definir con más claridad la orientación de la licenciatura,
porque muchas de las veces los estudiantes no conocen a ciencia cierta
por qué llegaron a ésta y cuáles son los posibles caminos a recorrer,
más allá de los medios de comunicación. Marcela López, maestra en
el área organizacional, considera que esto propicia que los estudiantes
carezcan de visión, misión y plan de vida con relación a su carrera,
por lo que sería muy útil concretar los ejes terminales que se desean
impulsar en una oferta precisa.
215
Huellas compartidas
“La carrera es demasiado amplia; falta una línea de especialización”, comenta al respecto Karla Navarro, una de las integrantes de la
primera generación y quien considera necesario que en un mediano plazo
los alumnos definan su perfil desde el principio. Para que esto sea posible,
según Jesús Caos Huerta, filósofo y responsable de la materia Deontología
de la Comunicación en la UABC, primero se requiere claridad y consenso
respecto hacia dónde dirigir la carrera y a qué vocación puede responder
la licenciatura en Ensenada. Elisa Álvarez, docente en la UABC desde hace
dos años, apunta que una alternativa es establecer metas en común entre
profesores y alumnos, en pos de un perfil bien definido.
En Ensenada, los maestros planean proponer un perfil de ingreso
más acorde a lo que se desea lograr con la carrera, y que así quienes ingresen estén conscientes de que la pretensión es contribuir a la sociedad
con científicos sociales expertos en comunicación, más que con técnicos
de la comunicación. Algunos de los que cursan la carrera e ingresaron
con una expectativa más mediática comentan que es frustrante escuchar
esta premisa, pero también hay quienes dicen encontrar un panorama
más amplio del que inicialmente imaginaron, como lo expone Christian
Román, de cuarto semestre: “Yo esperaba aprender a moverle a los aparatos, cosas técnicas, pero me gusta la perspectiva científica a la que nos
están llevando. Aunque, además de ver lo ‘malo’ de los medios, falta ver
más de lo bueno que los medios pueden darle a la sociedad”.
Varios docentes coinciden en que el principal reto en su labor
dentro de las aulas ha sido insistir en una formación teórica ante las
tendencias actuales que privilegian la técnica. Entre los logros está
el atestiguar los avances académicos de los muchachos, “cuando demuestran que son capaces de elaborar trabajos de alto profesionalismo
y nivel académico, igual a [como se hace en] las universidades más
prestigiadas del país”, expone Elisa Álvarez, egresada de la Universidad
Autónoma Metropolitana.
Comunicólogos a granel y el anhelo de talleres
Entre los retos para la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la UABC en Ensenada está el de fortalecerse para enfrentar
216
Ciencias de la comunicación y búsqueda del ser
algunos de los desafíos que experimentan las universidades públicas
en México, como son la necesidad de más profesores de tiempo
completo, su permanente actualización y el creciente número de
alumnos. “Creo que es negativo, aunque comprensible de cierta
forma, privilegiar la cantidad de alumnos en lugar de la calidad”,
subraya al hablar del tema Antonio Maccagnan, quien imparte la
materia de Guionismo.
El incremento en el número de alumnos en la UABC ha favorecido a las escuelas particulares, que destacan entre sus virtudes
la atención personalizada que pueden brindar a sus estudiantes, lo
que difícilmente puede lograrse con grupos de medio centenar de
jóvenes. Otra de las inquietudes de los estudiantes de las primeras
generaciones durante más de tres años fue el hecho de no contar con
talleres de radio, fotografía y televisión para desarrollar sus prácticas;
frente a ello, el maestro de Fotografía, Rodolfo Ramírez, considera
que se quiso abarcar mucho en poco tiempo. “No termino de asimilar la realidad que vivimos con las clases de tipo práctico. ¿Cómo
puede entenderse que se oferta una materia para la cual no se tiene
las condiciones necesarias para realizar las prácticas?”, subraya el
fotógrafo y docente.
Por otro lado, entre las expectativas de los estudiantes de
ciencias de la comunicación está la de contar con maestros más
experimentados que logren vincular la teoría con la práctica. La
planta docente de la licenciatura está integrada por 18 maestros, tres
de ellos de tiempo completo, un técnico académico y el resto por
asignatura. El cuerpo de profesores está compuesto casi en un 40 por
ciento por egresados de ciencias de la comunicación de la Facultad de
Ciencias Humanas en Mexicali. La otra mitad la integran profesores
dedicados a la docencia en diferentes escuelas, profesionistas que se
desenvuelven en la iniciativa privada, las relaciones públicas, el rubro
editorial, etcétera. El 50 por ciento de los docentes por asignatura
está por concluir estudios de maestría y el 20 por ciento ya cuenta
con una.
Una vía de acción para optimizar la práctica docente, de acuerdo con Sergio Cruz, catedrático desde hace un par de años, es buscar
mayor congruencia entre el plan de estudios y la forma en que los
217
Huellas compartidas
maestros lo llevan a la práctica. “Si es un plan por competencias, que
la manera en como lo llevamos a cabo sea de acuerdo a como está
planeado... quizás, si está desvinculado, (tal vez) no se puede evaluar
bien el alcance que tiene el plan como tal... habría que uniformar
más esos criterios para decidir en el futuro qué ajustes tendríamos
que hacerle al plan de estudios”.
La estrategia empleada por el CUT es la de contar en su planta
docente con personas directamente involucradas en los medios de difusión locales, ya que “a los muchachos les agrada ver que la gente que
escuchan o ven en la tele son los mismos que les imparten clases...”,
comenta el responsable de Servicios Escolares de la institución, Israel
Villanueva González. Esta dinámica ha posibilitado que se generen
áreas de oportunidad para los estudiantes, de tal manera que los
medios de difusión en que laboran los comunicadores y docentes han
invitado a colaborar y/o trabajar a los alumnos más destacados.
Imaginario en torno a la comunicación
y la apertura del campo laboral
En Ensenada, poco a poco, los diferentes sectores de la sociedad,
como la iniciativa privada, diversos proyectos editoriales y algunas
instancias gubernamentales, visualizan posibilidades de enriquecer y
cumplir sus objetivos de mejor manera de la mano de un comunicólogo. De acuerdo con Marcela López, especialista en comunicación
organizacional, entre los retos que se le presentan a la licenciatura
están sensibilizar a la iniciativa privada en torno a la necesidad de
invertir en comunicación de calidad para brindar oportunidades de
desarrollo a los comunicólogos en formación y, a su vez, optimizar
la calidad de sus mensajes.
Entre los grupos que también están demandando expertos en
el diseño de mensajes y estrategias para hacer efectiva su difusión
se encuentran algunos partidos políticos, que desde las elecciones
estatales incorporaron a los estudiantes en sus filas prometiéndoles
becas y futuras fuentes de empleo. “Los políticos y empresarios se
están dando cuenta de que necesitan asesoría en estos campos, y no
218
Ciencias de la comunicación y búsqueda del ser
hay gente local que la brinde”, expone Elisa Álvarez, quien imparte
cursos relacionados con la comunicación política.
Para Juan Antonio Ávila, quien coordinó la carrera en el CUT
durante seis años, el panorama laboral en Ensenada es amplio, siempre
y cuando se supere la idea de que el comunicólogo tiene como principal campo de acción los medios de difusión. En el presente ciclo,
la coordinación de la carrera en la UABC ha recibido varias solicitudes
de practicantes para diferentes áreas, y uno de los campos con el que
se empiezan a tejer redes es el de los profesionistas de las ciencias
exactas. Científicos del ramo de las ciencias marinas perciben también
que un comunicólogo puede ser de gran ayuda para proyectar de
manera más efectiva el conocimiento construido en los laboratorios
y en largas jornadas de investigación, el que aún no se ha logrado
socializar entre los diferentes sectores de la población.4
Por otro lado, varias de las organizaciones sociales de Ensenada
que años atrás desarrollaron de manera empírica sus estrategias de
posicionamiento y difusión de sus mensajes son actualmente quienes
más demandan jóvenes estudiantes de comunicación como prestadores de servicio social o de prácticas profesionales, conocedoras
de la necesidad de posicionar su lucha en diferentes sectores de la
sociedad. Algunas de estas organizaciones, como las conservacionistas,
exponen que el trabajo es cada vez mayor, por lo que requieren gente
comprometida interesada en proyectar un trabajo que regularmente
se hace con pocos recursos.
En ese sentido, las organizaciones sociales requieren posicionarse frente a los posibles patrocinadores de sus proyectos, pero
también ante los diferentes sectores de la sociedad, para generar una
nueva conciencia frente a los recursos naturales; si no, el impacto de
su trabajo es nulo. “Creo que allí es donde la comunicación tiene
que brindar soluciones más estructurales, no tanto técnicas”, expone
Cruz Hernández. La demanda paulatina de comunicólogos para
diferentes áreas muestra que se están reconociendo nuevos temas
que a mediano o largo plazo pueden formar parte de un imaginario
4
En años anteriores, en los periódicos locales se ha cuestionado la labor de los
científicos en Ensenada, al desconocer los resultados de sus investigaciones y, por
otro lado, percibir que su labor no impacta de manera efectiva en la vida de sus
habitantes.
219
Huellas compartidas
sobre las carreras de comunicación distinto al que se ha construido
(Benassini, 2002:32-33).
Panorama en los medios de comunicación
Más allá de constituirse en territorio provisional para las prácticas
profesionales, alumnos y maestros coinciden en que el ámbito de los
medios de difusión es limitado como campo de acción para las próximas
generaciones. Por ello, la mayoría visualiza como principales áreas de
oportunidad la comunicación organizacional, la comunicación social
y la comunicación política. “Es mi campo, está poco trabajado y hace
mucha falta en Ensenada”, subraya Marcela López, quien durante dos
años impartió materias relacionadas con la comunicación organizacional en la UABC. Nina Martínez coincide en señalar a la comunicación
organizacional como una de las principales áreas de oportunidad en
el puerto, mas al nivel de asesor o consultor externo y como un medio
de ganar terreno en maquiladoras y medianas empresas.
El campo laboral en los medios de difusión locales para algunos es desalentador y para otros promisorio, considerando la fuerte
necesidad que tienen estos espacios de profesionalizarse. Sin embargo,
una realidad es que, para impulsar proyectos de comunicación en
los medios electrónicos, estos espacios primero requieren venderse.
Al respecto, Juan Ávila, docente en la UABC y ex coordinador de
la licenciatura en el CUT, considera que un área estratégica que se
descuida en las licenciaturas en comunicación es la de ventas. Antes
de que una propuesta pueda ser transmitida en los medios locales,
recuerda, quienes la impulsan requieren lograr vender el espacio.
Don Luis Mario Lamadrid, decano de la comunicación en el
puerto, considera que mientras en la entidad no existan espacios de
comunicación donde los jóvenes puedan participar sin antes vender
espacios, una vía de aprendizaje significativa son los propios medios
de comunicación de la universidad, espacios donde más que el dominio técnico se puede ejercitar la formulación de ideas y debates,
y en donde los jóvenes pueden desarrollar su talento sin convertirse
necesariamente en vendedores.
220
Ciencias de la comunicación y búsqueda del ser
Partiendo de la premisa que asegura que una sociedad tiene
los gobernantes que se merece, nos preguntamos si la sociedad ensenadense tiene los medios que se merece. La mayoría de los docentes
universitarios coincidió en que en estos espacios se brinda poca información que sea útil para generar opinión y tomar decisiones. Por
su parte, los comunicadores locales coinciden en que la economía
del puerto no permite el crecimiento de los medios locales, ya sea en
radio, periódicos o televisión.
La perspectiva de los maestros es diversa. Algunos observan que
Ensenada tiene una gran necesidad de especialistas en comunicación
en ámbitos como la iniciativa privada, las instituciones gubernamentales y los medios de difusión; pero también hay quienes opinan que,
“considerando la naturaleza global de la comunicación, un profesionista bien preparado se deslinda de la demanda local”.5
La percepción que en varios medios de difusión locales se tiene
de la formación de las nuevas generaciones que están inscritas en
las tres diferentes escuelas de comunicación de la ciudad es que esta
formación es insuficiente, sobre todo en el terreno de la ortografía
y redacción y en el conocimiento del entorno. “No resulta sencillo
reclutar gente”, expone el periodista Gerardo Sánchez, en lo que
coincide Enhoc Santoyo, director del diario El Vigía:
Veo en las nuevas generaciones que no hay esa disciplina de leer,
no hay esa formación; eso es peligroso. Hay jóvenes que estudian
comunicación y les doy un texto, un cuento corto para que lo
lean... y el posicionamiento de sus ojos no resiste ni cinco minutos;
comienzan a desesperarse, porque construyen el conocimiento de
otra manera, a través de imágenes, no de textos.
Desde el punto de vista de los comunicadores que actualmente
laboran en los medios de difusión de la ciudad, una manera de recortar la distancia entre lo que se aprende en las aulas y lo que requiere el
mundo laboral es que los programas académicos consideren prácticas
de aprendizaje fuera de las aulas desde los primeros semestres y que
dentro de la universidad se generen escenarios virtuales del campo de
trabajo, como pueden ser revistas, emisoras, agencias, departamentos
5
Antonio Maccagnan, profesor de guionismo.
221
Huellas compartidas
creativos, consultorías en comunicación y espacios de análisis de
diferentes problemáticas.6
Alfredo Cañas, gerente de una de las cadenas radiofónicas más
fuertes en la localidad, considera que falta formar en los universitarios
una “mentalidad empresarial y promover en ellos mayor iniciativa”;
esto, con el fin de que sean capaces de crear sus propias fuentes de
trabajo, asumiendo que el mercado laboral no es tan amplio como
se desearía.7
El sentido primordial de la comunicación
El desarrollo de la comunicación como oportunidad para crear espacios de contracultura y contribuir al cambio social es una premisa
que surge en algunos cursos dentro de la Licenciatura en Ciencias
de la Comunicación de la UABC, pero que desde la perspectiva de
varios docentes requiere cobrar fuerza y profundidad para que las
nuevas generaciones palpen que no sólo en la iniciativa privada es
donde pueden activar procesos de comunicación. Así lo expone Sergio
Cruz Hernández, quien durante varios años ha apoyado el trabajo de
diversas organizaciones de la sociedad civil en el municipio.
Éste es un ámbito que se ha ido desarrollando, pero además de
eso las organizaciones se dan cuenta cada vez más que necesitan
estrategias de comunicación especializadas y profesionales en la
localidad. En otros lugares hay recursos que se destinan específicamente para eso; aquí en Ensenada como que apenas empieza a
crecer esa percepción.
Al respecto, el maestro Jesús Caos Huerta comenta que, partiendo de una visión interdisciplinaria de las ciencias sociales en los
diferentes cursos, podría dotarse a los estudiantes de comunicación
de más elementos para fungir como conciencia crítica en la sociedad
y constituirse a largo plazo en científicos sociales:
Foro “Campo laboral del comunicólogo”, organizado por estudiantes del Tronco
Común en Ciencias Sociales de la UABC, Ensenada, B. C., octubre de 2007.
7
Idem.
6
222
Ciencias de la comunicación y búsqueda del ser
Eso que en un momento dado fue el filósofo, creo que ahora el comunicólogo tiene el potencial de hacerlo, porque el nuevo empaque del
producto es a partir de los medios de comunicación..., si el lenguaje
predominante es el lenguaje mediático, ¿quién es el experto para descifrar, analizar, proponer y para mover toda esta información mediática?
Son los comunicólogos... debieran ser los comunicólogos, no nada
más en la parte técnica, sino también en la parte teórica.
¿Qué estrategias seguir para dotar a los estudiantes de herramientas que les permitan contribuir a reconstituir el tejido social y
crear comunidades de comunicación más que alimentar una sociedad
de la información? (Galindo, 1998). La coordinadora de la licenciatura en la UABC, Nina Martínez, expresa que, independientemente
de la velocidad y de la prontitud del internet, en la actualidad las
relaciones humanas se han deteriorado de una manera muy profunda.
“Yo creo que ahí también está la labor de un comunicólogo: el estar
más de cerca con la gente, más que con la tecnología, y siento que
eso es algo de lo que tenemos que sensibilizar a los alumnos”.
El comunicador Luis Mario Lamadrid expresa que los medios
de difusión locales requieren recuperar un sentido propositivo de
la comunicación para discutir ideas nuevas. “¿Y quiénes, si no los
jóvenes, pueden hacerlo?”, pregunta.
Entre los docentes de la UABC existe la convicción de que un elemento fundamental del perfil que se requiere impulsar entre los jóvenes
es el ejercicio de la investigación, como una herramienta que permita
desarrollar un trabajo comunicativo de mayor profundidad, cualquiera
que sea su área. “La comunicación podría ser una vía de acceso a la información para proyectos de desarrollo social; hasta una vía especializada
en comunicar las problemáticas culturales o el desarrollo sustentable, que
es una necesidad cada vez mayor”, añade Cruz Hernández:
Ensenada es un lugar estratégico a nivel económico como modo de
intercambio comercial con Oriente; incluso, los proyectos turísticos,
las plantas de gas y eso [son] un intercambio a gran escala con Oriente.
Es una vocación que Ensenada no tiene bien definida; igual sí la tienen
definida, pero la sociedad no sabe. Entonces, como respuesta, [en]
ese lugar estratégico en donde está Ensenada hay que fortalecer una
comunicación de esas necesidades y que afectan al medio ambiente...
223
Huellas compartidas
el desarrollo sustentable como que se deja abajo y como que es una
banderita de un valor agregado a las campañas de mercadotecnia y
publicidad; no se ve como algo realmente efectivo.
En cuanto al terreno de la investigación, se están haciendo algunos esfuerzos por impulsar proyectos; pero más allá de eso, se está en
la búsqueda de las líneas prioritarias por desarrollar en un mediano y
largo plazos, en las que los estudiantes puedan también involucrarse.
“Debe haber plataformas en las cuales se vayan insertando los jóvenes y
nosotros mismos como maestros, y de allí para que empiece a caminar;
ya lo que salga de allí es una base”, considera Sergio Cruz.
Caminos posibles
¿Cómo contribuir de mejor manera a la formación y el permanente diálogo con el entorno? Los diferentes actores consultados coinciden en que
son necesarios de manera prioritaria solventar los siguientes puntos:
•Deinicióndelosperilesprofesionalesconclaridad.
•Fortalecimientooreestructuracióndelplandeestudios,altiempo
que se entretejen los objetivos y propósitos de cada una de las
materias.
•Actualizaciónyfortalecimientodelaplantadocente.
• Una vinculación más efectiva con los diferentes sectores de la
sociedad.
•Unespaciofísicocomúnatodaslascienciassociales.
•Gruposdealumnosmenosnumerosos.
•Promocióndeunsentidodepertenenciaentreelalumnado.
Sumado a lo anterior, consideramos vital asumir como retos la
apertura sistemática de las escuelas a nuevas formas de saber y su conversión en espacios de exploración, descubrimiento e invención, en entornos
de aprendizaje que estimulen con más fuerza (Pérez Tornero, 2000).
A tres años de iniciar la travesía, entre los principales logros que
los maestros visualizan de la carrera en Ensenada está el impulso de una
agenda académica que busca trascender el espacio de las aulas, articulada
224
Ciencias de la comunicación y búsqueda del ser
en conferencias, mesas de trabajo y el desarrollo del Foro Internacional
de Comunicación Facetas. A través de este encuentro la licenciatura ha
buscado tejer más vínculos, proyectarse regionalmente y conformar un
capital que rinda frutos para las siguientes generaciones.
Los docentes de la UABC en Ensenada también consideran
que existen condiciones favorables para establecer redes y proyectos
con los colegas de Mexicali y Tijuana, a quienes perciben como impulsores de un trabajo muy bien estructurado, con líneas de estudio
precisas. En estos nuestros primeros años, en el puerto trabajamos
en la búsqueda y definición de nuestra razón de ser.
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estudio. Perspectivas reflexivas latinoamericanas, ITESO, México, 2000.
Entrevistas
ENHOC SANTOYO (3 de noviembre de 2007), periodista y director del
diario El Vigía.
LUIS MARIO LAMADRID (5 de noviembre de 2007), comunicador de
medios electrónicos.
GERARDO SÁNCHEZ (noviembre de 2007), periodista de medios impresos y electrónicos.
MARCELA LÓPEZ (octubre de 2007), ex catedrática de la materia de
comunicación organizacional.
ELISA ÁLVAREZ (23 de octubre de 2007), docente de las materias de
comunicación política y semiótica.
ANTONIO MACCAGNAN (4 de noviembre de 2007), profesor de guionismo.
RODOLFO RAMÍREZ (12 de octubre de 2007), profesor de fotografía.
JESÚS CAOS HUERTA (20 de noviembre de 2007), profesor de deontología de la comunicación.
NINA MARTÍNEZ ARELLANO (28 de septiembre de 2007), coordinadora
de la licenciatura y docente en la materia de comunicación humana.
SERGIO CRUZ HERNÁNDEZ (octubre de 2007), docente de teoría de la
comunicación y análisis de la cultura.
JUAN ANTONIO ÁVILA SOLTERO (22 de noviembre de 2007), profesor
de televisión digital en la UABC y coordinador durante seis años de
la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en el CUT Campus
Ensenada.
ISRAEL VILLANUEVA GONZÁLEZ (22 de noviembre de 2007), coordinador de Servicios Escolares del CUT Campus Ensenada.
226
Artículos de investigación sobre comunicación
y cultura en torno a Baja California, 1976-2007
Un compendio razonado
FERNANDO VIZCARRA
Introducción
Este trabajo tiene como antecedente los resultados de un ejercicio
de sistematización documental y de análisis descriptivo sobre el
conocimiento, tanto académico como no especializado, producido
en torno a los ámbitos de la comunicación en nuestro estado. Ese
primer proyecto, de tipo exploratorio, denominado “Estudios sobre
comunicación en Baja California. Referencias documentales 19432006” (Vizcarra, 2006 y 2007), se propuso registrar y catalogar los
escritos que abordan la problemática comunicacional, en su sentido
amplio, relacionada en alguna medida con el entorno bajacaliforniano. Lo anterior, con el objetivo de dar cuenta del camino avanzado
y, asimismo, sugerir algunos escenarios y trayectorias posibles para
los proyectos de investigación y análisis que se desarrollan en nuestro campo. Por su parte, el presente compendio busca actualizar
y delimitar dicho universo documental al ámbito exclusivo de las
revistas de investigación arbitradas, a fin de profundizar en el análisis
descriptivo de la producción sociocientífica sobre comunicación y
cultura en la entidad, a la luz del debate actual sobre las temáticas
y enfoques desarrollados en el escenario académico mexicano y
latinoamericano.1
¿Bajo qué premisas y enfoques se ha constituido la comunidad
Agradezco a Carmina Ortiz Márquez y a Ismael de la Torre, estudiantes de
comunicación de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) en Mexicali,
su entusiasta colaboración en las diferentes etapas de este proyecto.
1
227
Huellas compartidas
académica de la comunicación en nuestro estado en los últimos
veinte años? ¿Cuáles han sido sus preocupaciones docentes e investigativas? ¿Bajo qué condiciones institucionales se ha desarrollado?
¿Cómo se ha organizado nuestro pensamiento comunicacional
con relación a determinados paradigmas, modelos y objetos de
estudio, de acuerdo con el contexto nacional e internacional? ¿Cuál
es el estado actual de dicha esfera y sus trayectorias posibles? Este
catálogo razonado busca aportar algunos datos y argumentos para
responder estas interrogantes, por lo menos de manera tangencial,
precisamente, porque a través de los artículos publicados en revistas arbitradas se puede observar el desarrollo de ciertos contornos
del campo académico de la comunicación en la entidad; no todos,
por supuesto, pero sí una parte significativa, que nos permite
vislumbrar algunas tendencias, perfiles y rumbos de la actividad
investigativa.
Criterios de selección y fuentes de consulta
Se reunieron en este compendio crítico referencias de artículos
arbitrados que abordan algún aspecto de la comunicación y la
cultura respecto al entorno bajacaliforniano. Estos textos fueron
publicados en revistas de investigación, impresas y electrónicas,
editadas tanto en México como en el extranjero. Se incluyeron,
asimismo, artículos de investigación publicados por autores (no
necesariamente nacidos en Baja California) que desarrollan algún
tópico de la comunicación en su dimensión local y global, y cuya
presencia en la entidad ha sido determinante para la constitución
de este campo académico. Con relación a estos autores, se incluyeron únicamente aquellos artículos que fueron producidos en el
estado, o que fueron concebidos y madurados durante la estancia
del autor en Baja California. En este último caso estuvieron los
textos de José Carlos Lozano (Tecnológico de Monterrey) y Jesús
Becerra Villegas (Universidad Autónoma de Zacatecas), pioneros
de nuestro campo académico y cuya hemerografía es más vasta que
la considerada para el presente capítulo.
228
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
Sin duda, la pulverización de las fronteras disciplinarias y la
fragmentación de las áreas de conocimiento representan un desafío
para cualquier ejercicio de delimitación de lo comunicacional. Las referencias hemerográficas aquí seleccionadas abordan la comunicación
como objeto de investigación y análisis sociocientífico. Es decir, se
integran aquellos artículos arbitrados que atienden la comunicación
como objeto, categoría y proceso, pero también los que tratan las
distintas problemáticas de los medios y las mediaciones, los procesos
de producción de sentido y de intercambio simbólico, los lenguajes
y las discursividades, las representaciones sociales, la comunicación
y sus dominios económicos, políticos y culturales, los sujetos de la
comunicación, la construcción y desarrollo del propio campo académico, y otros temas pertinentes para nuestra tradición académica.
A fin de identificar en revistas de investigación nacionales e
internacionales un acervo de artículos arbitrados sobre comunicación
y cultura en torno a Baja California, se consultaron las bibliotecas de
la Universidad Autónoma de Baja California, en Mexicali y Tijuana, y
de la Universidad Iberoamericana y El Colegio de la Frontera Norte,
ambos en Tijuana. Se exploraron también el catálogo actualizado
del Centro de Documentación Coneicc (www.coneicc.org.mx) y los
inventarios sistematizados de Raúl Fuentes Navarro (1987, 1996 y
2003) y de Enrique Sánchez Ruiz (1992). Asimismo, se recorrieron
los sitios web de la Red de Revistas Científicas de América Latina y
el Caribe, España y Portugal (Redalyc), de la Universidad Autónoma
del Estado de México (www.redalyc.org); de Citas Latinoamericanas
en Ciencias Sociales y Humanidades (CLASE), de la UNAM (www.
dgbiblio.unam.mx/clase.html); de Latin American Research Review,
de la Universidad de Texas (http://lanic.utexas.edu), y de Journal
Storage JStor (www.jstor.org). Además, se solicitó por escrito a un
grupo importante de profesores e investigadores de la entidad sus
referencias documentales y posibles contactos con otros informantes. En la búsqueda exhaustiva que permitiese sustentar un balance
confiable, tal vez se omitieron algunos artículos que no estuvieron a
mi alcance. No obstante, creo que el diagnóstico que se ha obtenido
puede ser de utilidad para diversos propósitos docentes, de investigación y profesionales.
229
Huellas compartidas
Campo académico y producción de conocimiento
A lo largo de los últimos 45 años, las llamadas “ciencias de la comunicación” se fueron configurando como una plataforma de preguntas
y problemas de investigación acerca de los procesos de producción de
mensajes, de las interacciones sociales y simbólicas, de los contenidos
mediáticos y sus efectos en el comportamiento de las audiencias. Los
insumos teóricos y metodológicos, pertenecientes a la sociología,
la psicología social, la lingüística, la semiótica y la ciencia política,
entre otras disciplinas, contribuyeron a la delimitación de un saber
sociocientífico en torno a los procesos y fenómenos comunicacionales:
la producción de sentido, el discurso, los medios y las mediaciones,
la apropiación de los símbolos y la construcción identitaria. En el
ámbito específico de la enseñanza, las escuelas de comunicación en
México fueron integrando, durante las últimas cinco décadas, las
cuatro tendencias principales en la formación de comunicadores: 1)
periodistas e informadores, 2) humanistas y divulgadores de la cultura, 3) científicos y analistas sociales y 4) publicistas y comunicadores
organizacionales. Estas cuatro identidades profesionales no sólo se
fusionaron en los planes de estudio de las carreras de comunicación
en la entidad, con sus diferentes énfasis, tensiones y dispersiones,
sino también determinaron las agendas de investigación y análisis
de la comunicación a nivel regional.
Aunque la experiencia bajacaliforniana acogió gran parte de las
pautas académicas del entorno nacional y latinoamericano durante la
década de los ochenta, periodo en que surgen las primeras escuelas
de comunicación en el estado (véase el cuadro 1), sus características
locales, tanto institucionales como individuales, fueron modelando
los rasgos específicos de este escenario en la entidad. Algunas de estas
pautas y características pueden observarse en el cuadro 2, donde se
propone un itinerario general, dividido en lustros, de la composición del campo académico de la comunicación en Baja California.
El primero lustro, de 1985 a 1989, se distingue por la aparición de
las primeras licenciaturas, en la Universidad Iberoamericana, Campus Tijuana, y en la Universidad Autónoma de Baja California, en
Mexicali (véase el cuadro 2). Es una tierra casi baldía, donde los
230
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
Cuadro 1. Instituciones de educación superior
en Baja California que ofrecen la Licenciatura
en Comunicación.
Institución
Universidad Iberoamericana
Noroeste*
Universidad Autónoma
de Baja California* **
*
Universidad de las Californias**
Universidad de Tijuana CUT
Universidad Univer
Universidad del Valle de México
Universidad Xochicalco
Año de
fundación
de la
carrera
Lugar
Licenciatura en
1985
Tijuana
Comunicación
1986
1991
2003
1994
1994
1995
1997
1997
2002
2006
2007
2007
Mexicali
Tijuana
Ensenada
Tijuana
Tijuana
Mexicali
Ensenada
Tijuana
Mexicali
Mexicali
Ensenada
Tijuana
Ciencias de la Comunicación
Ciencias de la Comunicación
Ciencias de la Comunicación
Ciencias de la Comunicación
Comunicación y Publicidad
Comunicación y Publicidad
Comunicación y Publicidad
Ciencias de la Comunicación
Ciencias de la Comunicación
Ciencias de la Comunicación
Comunicación
Comunicación
2008
Mexicali
Comunicación
*Miembro asociado del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias
de la Comunicación (Coneicc).
** Miembro actual de la Asociación Binacional de Escuelas de Comunicación (Binacom)
escasos licenciados en comunicación, egresados del Tecnológico de
Monterrey, la UIA de la Ciudad de México, la UAM Xochimilco, la
UNAM o el ITESO, no tienen problemas para dedicar algunas horas
de su práctica profesional a la docencia universitaria. Son escasas las
plazas para profesores de tiempo completo y la investigación, aunque
forma parte de la retórica institucional, es una actividad definida por
el voluntarismo de cada docente. En las escuelas donde se ofrece esta
licenciatura no hay condiciones institucionales para la investigación
formal. Los profesores no tienen posgrados y, salvo algún programa
de El Colegio de la Frontera Norte, no hay maestrías ni doctorados
en las áreas de ciencias sociales y humanidades.
231
Huellas compartidas
Cuadro 2. Tendencias y rasgos
de composición del campo académico
de la comunicación en Baja California.
Años
Tendencias
Rasgos
1985-1989
Escuelas pioneras
UIA Tijuana
UABC Mexicali
Comunicadores sociales
e institucionales
Cefnomex/El Colef
Pocos profesores de tiempo completo
Académicos sin posgrado
No hay proyectos de investigación
No hay posgrados en ciencias sociales
Comunicación centrada en medios
e instituciones
1990-1994
UABC Tijuana
Ingreso de la UABC al Coneicc
Formación del Binacom
Primeras redes: UCol, Iteso,
U de G, UIA-Santa Fe, UAM-X, UNAM
UABC Mexicali:
de escuela a facultad
Comunicación
organizacional
Inicio de redes
Universidades privadas
Crisis de la sociología marxista
y de las perspectivas disciplinarias
FOCYP Mexicali y Tijuana
1995-1999
Incremento de la
producción académica
Expansión de la matrícula
Síntesis profesionales
Más universidades privadas
Cambio en tecnologías de información
y comunicación
Académicos de tiempo completo
Publicaciones arbitradas
Crisis del estructuralismo
Regreso del sujeto en la comunicación
2000-2004
Posgrados
Redes e intercambio
académicos
Profesores con posgrado
Universidad de La Habana en la UABC
Investigación empírica
Perspectivas integracionistas
2005-2007
Cuerpos académicos
Revisión del campo
Publicaciones arbitradas
Desniveles de calidad en
las licenciaturas en B. C.
Maestrías y doctorados con líneas
en comunicación
Investigación institucionalizada
Reestructuración curricular
Resurgimiento de Estudios Fronterizos
Aparición de Culturales
232
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
En esos primeros años, en las escuelas se sigue leyendo a los
autores anglosajones de la tradición funcionalista: Paul Lazarfeld,
Wilbur Schramm, David K. Berlo, Harold Laswell, Robert Merton, Frazer Bond y otros. Se leen las revisiones de Dennis McQuail,
Melvin de Fleur, Miguel de Moragas y Antonio Paoli. Pero también
a los filósofos de la Escuela de Frankfurt y otros pensadores provenientes de la sociología crítica: Antonio Gramsci, Louis Althusser,
Michel Foucault, Pierre Bourdieu, Michel de Certeau y demás. En
la mayoría de los planes de estudios, la semiótica se aborda como
asignatura independiente de las teorías y las metodologías: Ferdinand de Saussure, Pierre Giraud, Umberto Eco, Roland Barthes,
A. J. Greimas, Marshall McLuhan y Yuri Lotman son los más consultados. Igualmente, se atienden las perspectivas de la economía
política de la comunicación y la cultura: Herbert Schiller, Graham
Murdock, Daniel Bell y Armand Mattelart, entre otros. Los investigadores mexicanos e hispanoamericanos también aparecen en la
bibliografía de los cursos teóricos y metodológicos: Javier Esteinou,
Enrique Sánchez Ruiz, Fátima Fernández, Gilberto Giménez, Jesús
Martín-Barbero, José Marques de Melo, Luis Ramiro Beltrán, Antonio Pasquali, Aníbal Ford, Daniel Prieto Castillo, Manuel Martín
Serrano y otros. Es una etapa en la que se discute sobre las industrias
culturales, las lógicas de producción y distribución de los contenidos
mediáticos, los discursos, las mediaciones y las identidades culturales.
Sin embargo, en este primer lustro hay una escasa problematización
de los procesos locales.
El segundo lustro, 1990-1994, registra las primeras redes institucionales que servirán para orientar en los próximos años, con un
mayor grado de información y conciencia, los planes de estudios y los
programas de trabajo de cada licenciatura. La UABC y la UIA Tijuana
ingresan al Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de
las Ciencias de la Comunicación (Coneicc) e impulsan la formación
de la Asociación Binacional de Escuelas de Comunicación (Binacom),
que posteriormente vinculará a nuestras universidades con las del sur
de California (San Diego State University, University of California San
Diego, University of San Diego, Southwestern College, San Diego
City College y otros centros de educación superior). Se desarrollan
233
Huellas compartidas
también los primeros proyectos de investigación interinstitucional con
el Programa Cultura de la Universidad de Colima, que encabezan Jorge
A. González y Jesús Galindo, cuyo proyecto nacional de investigación,
denominado “La Transformación de las Ofertas Culturales y sus Públicos en México: Genealogías, Cartografías y Prácticas Culturales en
el Siglo XX” (FOCyP), dejará profunda huella en una generación de
estudiantes que en la siguiente década serán los profesores e investigadores de la comunicación y la cultura en Baja California. En esta
etapa surgen universidades privadas en todo el estado que ofrecen esta
licenciatura (véase el cuadro 1) y cuya expansión, tanto en número de
escuelas como en matrícula, continuará hasta la actualidad.
Se puede afirmar que éste es un periodo de legitimación para
el campo académico de la comunicación. Con cierta autonomía, se
habla de la perspectiva comunicacional para delimitar ciertos objetos de
estudio, y los resultados de investigaciones y análisis en esta materia son
utilizados frecuentemente por diversas instituciones. Al mismo tiempo,
se extiende la crisis de la sociología marxista a los diversos frentes de
las ciencias sociales y las humanidades, dando paso a las posdisciplinas
y a un llamado global a abrir las ciencias sociales. En las escuelas de la
entidad, cada vez se consulta a más autores mexicanos e hispanoamericanos: Raúl Fuentes Navarro, Rossana Reguillo, Jorge González,
Jesús Galindo, Guillermo Orozco, José Carlos Lozano, Néstor García
Canclini, Maria Immacolata Vassallo de Lopes y otros.
El lustro 1995-1999 marca el inicio de la producción de conocimiento sistematizado y continuo en materia de comunicación en
Baja California. Mediante publicaciones que registran la investigación
empírica o la reflexión crítica, este campo va ampliando sus redes
institucionales y va acreditando sus prácticas al interior del espacio
universitario y frente a otras instituciones públicas y privadas. Se amplía el número de profesores de tiempo completo, lo que posibilita el
desarrollo de proyectos académicos de mayor alcance y continuidad.
Sin embargo, también comienzan a manifestarse ciertos desniveles en
la calidad de la enseñanza de algunas universidades privadas emergentes. Las que registran mayores rezagos son aquellas que posponen
la incorporación de profesores de tiempo completo a sus programas,
las que desestiman la formación de sus recursos humanos a nivel de
234
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
posgrado, las que desdeñan la vinculación y el intercambio académico, las que renuncian a los proyectos editoriales y otras iniciativas de
divulgación y se concentran únicamente en la docencia.
En cuanto a los contenidos curriculares, la tradición funcionalista en
este periodo queda reducida a una historia de las teorías de la comunicación
y la crisis del estructuralismo anuncia el regreso del sujeto en los estudios
de la cultura. Se lee en las aulas a Anthony Giddens, John B. Thompson,
Klaus Bruhn Jensen, Jeffrey Alexander y otros integracionistas. Igualmente, a Niklas Luhmann, Giovanni Sartori, Jürgen Habermas e Immanuel
Wallerstein. Pero también a un grupo de académicos mexicanos que analizan la problemática de las industrias mediáticas, las telecomunicaciones,
las tecnologías y sus flujos de información, las relaciones entre política y
comunicación, así como la reglamentación de los medios, desde enfoques
vinculados con la economía política, la sociología y el derecho: Florence
Toussaint, Delia Crovi, María de la Luz Casas, Carmen Gómez Mont,
Francisco Aceves, Octavio Islas y Ernesto Villanueva, entre otros.
En los periodos comprendidos del 2000 a 2004 y de 2005 a 2007
observamos un notable crecimiento, tanto cualitativo como cuantitativo,
del escenario académico bajacaliforniano. Se impulsan programas de posgrado pertenecientes a diversas áreas de las ciencias sociales: la Maestría en
Comunicación ofrecida por la Universidad de La Habana para profesores
de la UABC; la Maestría en Comunicación y Diseño de la UIA Tijuana; la
Maestría en Ciencias Sociales del Instituto de Investigaciones Sociales y la
Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales de la UABC; la Maestría
en Estudios y Proyectos Sociales que suscriben la Facultad de Ciencias
Humanas, la Facultad de Ciencias Sociales y Políticas, y el Instituto de
Investigaciones Sociales; la Maestría en Estudios Socioculturales que
conjuntamente ofrecen el Centro de Investigaciones Culturales-Museo
y El Colegio de la Frontera Norte, y el Doctorado en Estudios del Desarrollo Global de la Facultad de Economía de la UABC, próximamente
con un área de especialización en comunicación y cultura.
Otro rasgo central de esta última etapa lo constituye la reorganización del espacio docente e investigativo a través de los cuerpos
académicos, que sin duda resultará determinante para las estrategias de
consolidación de este campo en el futuro inmediato. Mientras tanto, la
investigación académica se institucionaliza mediante los mecanismos
235
Huellas compartidas
de apoyo de cada universidad y por efecto de las convocatorias nacionales (Promep, Conacyt, etcétera) e internacionales (Fulbright-García
Robles, Guggenheim Foundation Fellowship, Rockefeller Foundation,
etcétera). En este contexto, resurge la revista Estudios Fronterizos y
aparece Culturales, publicación arbitrada del CIC-Museo UABC. Junto
con Frontera Norte, editada por El Colef, ambos proyectos editoriales
se han convertido en el espacio académico más importante para la divulgación de las ciencias sociales y las humanidades en Baja California.
Son una fuente de formación, consulta y apoyo para las actividades
de docencia, investigación y reflexión de diversas problemáticas, entre
ellas la sociocultural. Pero, además, estos medios buscan constituirse
como un soporte para la planeación, implementación y evaluación de
políticas sociales y culturales desarrolladas en universidades, centros
de investigación e instituciones públicas y privadas.
Aunado a esto, es tiempo de reestructuraciones curriculares, de
revisiones de autores y obras, y de escrutinios sobre el campo y sus
competencias. Manuel Castells y Armand Mattelart tienen regresos
espectaculares, y sobre todo, este último se sitúa en el centro de los
recuentos y balances sobre estudios de la cultura y la comunicación.
Los autores que interpretan la cultura en el seno de la posmodernidad, como Michel Maffesoli, Zygmunt Bauhman y Gilles Lipovetski,
resultan muy atractivos principalmente para aquellos profesores
universitarios jóvenes que crecieron en la red, en el anime y el manga. Se lee también a Ulrich Beck, James Lull, Dominique Wolton y
Alejandro Piscitelli. Asimismo, son lecturas recomendadas en el aula
y entre los grupos de investigación aquellas que abordan las relaciones
entre la producción discursiva y las representaciones sociales. Aquí se
inscriben los trabajos de Margarita Zires, Carmen de la Peza, Sarah
Corona, Ana Uribe, Karla Covarrubias, Patricia Torres, Marta Rizo,
Héctor Gómez y Tanius Karam, además de otros.
En este complejo escenario, se incorporan a la discusión académica un grupo de investigadores y profesores que laboran en universidades y centros de investigación en Baja California, y que son objeto
de análisis de este ensayo. Entre ellos destacan José Manuel Valenzuela,
investigador de El Colegio de la Frontera Norte, cuyo objeto de estudio
son las identidades y representaciones socioculturales en la frontera
236
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
México-Estados Unidos; Jesús Becerra Villegas, pionero de nuestro
campo y actualmente investigador de la Universidad Autónoma de
Zacatecas, quien estudia, sobre todo, la semiótica de la comunicación
y la cultura; Norma Iglesias, quien inició su proyecto de investigación
sobre las representaciones culturales y de género en el cine y el arte
fronterizos en El Colegio de la Frontera Norte y lo continúa ahora en la
San Diego State University; Manuel Ortiz Marín, profesor de la UABC
en Mexicali y analista de las relaciones entre Estado, medios y poder
político en Baja California; Luz María Ortega Villa, también adscrita a
la UABC en Mexicali e investigadora de los públicos y las ofertas culturales en esta región; Maricela López Ornelas, quien desde el Instituto de
Investigación y Desarrollo Educativo de la UABC, en Ensenada, analiza
el fenómeno de la divulgación científica por medios electrónicos; David
González, profesor de la UABC en Tijuana y premio nacional de tesis
de maestría del Coneicc, quien estudia la confluencia entre los jóvenes
fronterizos y los contenidos televisivos, y Ricardo Morales, académico
de la Universidad Iberoamericana Tijuana, cuyo ámbito de análisis son
los jóvenes, las redes sociales y la cultura urbana.
Los rasgos constituyentes del campo académico de la comunicación en Baja California, hasta aquí esbozados, con sus determinaciones
nacionales e internacionales, en alguna medida se expresan a través de
las temáticas, enfoques y contenidos de los artículos de investigación
que en este ensayo se refieren. Es así, porque en Baja California, como
en el resto del país, la elaboración de conocimiento y análisis en esta
materia ha estado articulada a las escuelas de comunicación.
Artículos de investigación
La producción de saberes acerca de la comunicación y la cultura no se
reduce a las publicaciones especializadas, por supuesto. Pero es a través
de los artículos de investigación como se pueden obtener valiosos indicadores del grado de especialización y orientación de nuestro entorno
académico. Para los objetivos de este trabajo, un artículo sociocientífico
se define como un informe escrito y publicado que describe resultados
originales derivados de un proceso de investigación formal, de acuerdo
237
Huellas compartidas
con las normas de presentación y edición establecidas por una amplia
tradición, tanto metodológica como ética, que determina las formas de
construcción y comunicación del conocimiento. Desde una perspectiva
hermenéutica, un artículo sociocientífico es también un ejercicio de argumentación de ideas en torno a una pregunta, objetivo o planteamiento
central. Se trata de una exposición reflexiva donde el autor plantea argumentos sustentados en teorías, conceptos o referentes empíricos.
Como se mencionó, la información hemerográfica que compone
este trabajo fue tomada de un catálogo más amplio constituido por 692
referencias documentales de tipo académico, periodístico y de divulgación, además de tesis y trabajos terminales de licenciatura y posgrado,
seleccionados por su formato bajo la siguiente clasificación: libros y
cuadernos, capítulos de libros, conferencias y ponencias publicadas en
memorias, artículos en revistas de investigación, artículos en revistas
de divulgación, artículos en revistas electrónicas, artículos en revistas
en línea, artículos y reportes en discos compactos, y tesis y trabajos
terminales de licenciatura, maestría y doctorado (Vizcarra, 2007). De
este compendio actualizado se eligieron para el presente análisis aquellos
artículos publicados en revistas de investigación impresas y electrónicas,
tanto nacionales como internacionales. Así se obtuvo un registro de
92 artículos de investigación sobre comunicación y cultura en torno a
Baja California, publicados de 1976 a 2007 (véase el cuadro 3).
Cuadro 3. Artículos de investigación sobre comunicación
y cultura en torno a Baja California, por lustros.
Periodo
Cantidad
% del total
Promedio de publicaciones por año
1976-1980
1981-1985
1986-1990
1991-1995
1996-2000
2001-2005
2006-2007
1
3
4
13
22
31
18
1.086
3.260
4.347
14.13
23.913
33.695 77.173
19.565
Total
92
100
238
0.2
0.6
0.8
2.6
4.4
6.2
9
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
Como puede observarse en este cuadro, la cantidad de artículos de investigación publicados está relacionada con la aparición
y consolidación de escuelas de comunicación en la entidad y, específicamente, con la incorporación a las universidades de profesores
e investigadores de tiempo completo. A partir de 1996 se registra
un incremento significativo en la publicación de textos de corte
sociocientífico, que continuará en aumento hasta el presente. Si las
primeras licenciaturas en comunicación en el estado surgieron hace
23 años, aproximadamente, es a partir de la última década cuando
este espacio alcanza cierto nivel de especialización, ya que de 1996 a
2007 se publicó más del 77 por ciento de los artículos de investigación. Un proceso inducido, además, por la ampliación en la oferta de
posgrados, la multiplicación de revistas impresas y electrónicas, y las
pautas de evaluación y acreditación académicas que se implementan
desde el Conacyt, la Secretaría de Educación Pública, a través del
Promep, y el programa de estímulos al personal académico denominado PPREDEPA, de la UABC, principalmente.
El cuadro 4, por su parte, muestra las principales revistas de
investigación donde fueron publicados estos ensayos. No es accidental
que Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, publicación semestral del Programa Cultura de la Universidad de Colima, encabece
la lista, junto con Razón y Palabra. Fueron Jorge González y Jesús
Galindo, fundadores de este programa, quienes propusieron los
primeros contactos con las carreras de comunicación de Baja California e impulsaron desde principios de los noventa la formación de
equipos de investigación entre profesores y estudiantes de la UABC
y la UIA Tijuana. El Programa Cultura fue un proyecto exitoso en la
formación de colectivos de investigación, integrados en su mayoría
por profesores jóvenes y estudiantes que, a partir de los noventa,
hicieron de ese órgano uno de sus primeros espacios de publicación.
Por su parte, Razón y Palabra, revista electrónica del Tecnológico
de Monterrey, Campus Estado de México, impulsada por Octavio
Islas y Fernando Gutiérrez desde 1996, se ha convertido en uno de
los foros más importantes de México y Latinoamérica para pensar
la comunicación, y en uno de los medios que más ha divulgado el
trabajo de la academia bajacaliforniana. Destaca también el Anuario
239
Huellas compartidas
Cuadro 4. Artículos de investigación
sobre comunicación y cultura en torno
a Baja California, por revistas.
Revista de investigación
Cantidad
% del total
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Universidad de Colima
12
13.043
Razón y Palabra
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de
Monterrey, Campus Estado de México
12
13.043
Anuario Coneicc
Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación
en Ciencias de la Comunicación (Coneicc)
10
10.869
Estudios Fronterizos
Universidad Autónoma de Baja California
7
7.608
Comunicación y Sociedad
Universidad de Guadalajara
6
6.521
Culturales
Universidad Autónoma de Baja California
6
6.521
Frontera Norte
El Colegio de la Frontera Norte
5
5.434
Espacios de la Comunicación
Universidad Iberoamericana Santa Fe
4
4.347
Texto Abierto
Universidad Iberoamericana León
3
3.260
Quórum Académico
Universidad del Zulia
2
2.173
Revista de la Educación Superior
Asociación Nacional de Universidades e
Instituciones de Educación Superior
2
2.173
Revista Mexicana de Sociología
Universidad Nacional Autónoma de México
2
2.173
Aztlán: A Journal of Chicano Studies
Universidad de California, Los Ángeles
2
2.173
La Crítica Sociológica
SIARES/ Roma
2
2.173
Otras 17 revistas
17
18.478
Total
92
100
240
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
de Investigación de la Comunicación Coneicc, publicado desde 1994
por el Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las
Ciencias de la Comunicación. Es un proyecto de carácter interinstitucional que se ha consolidado en esta década como el referente
indispensable de nuestro campo académico en el país. Estas tres
publicaciones concentran el 37 por ciento de los artículos registrados en el presente catálogo. Parece extraño que los comunicólogos
de la entidad aún no hayan contemplado como espacios idóneos de
publicación a Global Media Journal en Español, del Tecnológico de
Monterrey, Campus Monterrey; a Versión, de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, y a Diálogos de la Comunicación,
de Felafacs, entre otras importantes revistas.
Los cuadros 5, 6 y 7 muestran algunos indicadores sobre los
lugares de edición de revistas tanto impresas como electrónicas, así
como la distribución de los textos en dichos medios. En el cuadro 3 se
observa un equilibrio entre el número de revistas mexicanas impresas
(13) y electrónicas (4) donde se han publicado artículos en torno a Baja
California y la cantidad de revistas de investigación impresas (10) y
electrónicas (4) de otros países. No es así en cuanto a los artículos, que
en el caso de las revistas mexicanas, impresas y electrónicas, incluyen
un total de 75 textos, con relación a las revistas extranjeras, donde se
han publicado sólo 17. Si la investigación académica en el estado es
una actividad emergente, la publicación en revistas extranjeras, por su
parte, está en ciernes. Con respecto al lugar de edición de las revistas
mexicanas, el cuadro 6 apunta hacia la Ciudad de México como el
primer surtidor de opciones editoriales. Son revistas de la UIA Santa
Cuadro 5. Artículos de investigación
sobre comunicación y cultura en torno a Baja
California, por formato y lugar de edición.
Lugar
de edición
Revistas
impresas
o en línea
México 13 76.47%
Otros
países 10 71.42%
Total
23 74.20%
Revistas
electrónicas
Total de
revistas
Artículos
impresos
Artículos
en revistas
electrónicas
Total de
artículos
60
15
20%
75
100%
4
19
23.53%
20.65%
17
92
100%
100%
4
23.53%
17
100%
4
8
28.58%
25.80%
14 100%
31 100%
80%
13 76.47%
73 79.35%
241
Huellas compartidas
Cuadro 6. Artículos de investigación sobre comunicación y cultura
en torno a Baja California, por lugar de edición de revistas mexicanas.
Revistas mexicanas
Lugar de edición
Espacios de la Comunicación
Universidad Iberoamericana Santa Fe
Estudios Sociológicos
El Colegio de México
Ciudad de México
Revista de la Educación Superior
Asociación Nacional de Universidades
e Instituciones de Educación Superior (ANUIES)
Revista Mexicana de Sociología
Universidad Nacional Autónoma de México
Sociológica
Universidad Autónoma Metropolitana
Culturales
Universidad Autónoma de Baja California
Baja California
Estudios Fronterizos
Universidad Autónoma de Baja California
Frontera Norte
El Colegio de la Frontera Norte
Speculum
Universidad Autónoma de Baja California
Global Media Journal en Español
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores
de Monterrey, Campus Monterrey
Nuevo León
Hipertextos
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores
de Monterrey, Campus Monterrey
Comunicación y Sociedad
Universidad de Guadalajara
Jalisco
Eslabones
Universidad de Guadalajara
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas
Universidad de Colima
Colima
Razón y Palabra
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores
de Monterrey, Campus Estado de México
Estado de México
Texto Abierto
Universidad Iberoamericana León
Guanajuato
Anuario Coneicc
Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación
en Ciencias de la Comunicación
Varios estados
242
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
Cuadro 7. Artículos de investigación
sobre comunicación y cultura en torno a Baja California,
por lugar de edición de revistas extranjeras.
Revistas extranjeras
Lugar de edición
Aztlán: A Journal of Chicano Studies
Universidad de California, Los Ángeles
Discourses
Wayne State University
Estados Unidos
Intercultural Communication Studies
University of Louisville
International Journal of American Linguistics
University of Chicago
Río Bravo, a Bilingual Journal of International Studies
The University of Texas-Pan American
Pixel-Bit, Revista de Medios y Educación
Universidad de Sevilla
España
Revista Latina de Comunicación Social
Universidad de La Laguna
Zer, Revista de Estudios de Comunicación
Universidad del País Vasco
Quórum Académico
Universidad del Zulia
Venezuela
Utopía y Praxis Latinoamericana
Universidad del Zulia
Periferia
Universidad Surcolombiana
Colombia
Question
Universidad de La Plata
Argentina
Electronic Journal of Information Systems Evaluation
Academic Conferences Limited
Inglaterra
La Critica Sociologica
Fabrizio Serra Editor
Italia
Fe, El Colegio de México, la UNAM, la UAM y la ANUIES donde se han
publicado textos relacionados con la academia bajacaliforniana. Le
siguen las publicaciones locales, rubro en el que la UABC y El Colegio
de la Frontera Norte se presentan como las únicas alternativas para
243
Huellas compartidas
la divulgación de temas comunicacionales y socioculturales. De esta
lista sobreviven Culturales, indexada en la Red de Revistas Científicas
de América Latina y El Caribe, España y Portugal (Redalyc), Estudios
Fronterizos y Frontera Norte, estas últimas inscritas en el índice de
revistas científicas mexicanas del Conacyt. Nuevo León registra dos
revistas electrónicas del Tecnológico de Monterrey, que posteriormente
se convirtieron en una: Global Media Journal en Español, indexada en
Redalyc. Jalisco aporta a este inventario dos revistas de enorme tradición, de las que sobresale Comunicación y Sociedad, que ha jugado
un rol esencial en la conformación del campo sociocientífico de la
comunicación en México. La presencia de textos vinculados con Baja
California en revistas de Colima (Estudios sobre las Culturas Contemporáneas), del Estado de México (Razón y Palabra) y Guanajuato (Texto
Abierto), entre otras entidades, revela, por una parte, las configuraciones
y trayectorias de las redes académicas de los bajacalifornianos y, por
otra, exhibe la ausencia de vínculos más estrechos con universidades
y centros de investigación del noroeste: la Universidad de Sonora, El
Colegio de Sonora, la Universidad Autónoma de Sinaloa y la Universidad Autónoma de Baja California Sur, por citar algunos. No se
encontraron trabajos sobre esta temática en Región y Sociedad, de El
Colegio de Sonora; en Estudios Sociales, del CIAD, o en Arenas, de la
Facultad de Ciencias Sociales de la UAS.
Con respecto al cuadro 7, se muestran las 14 revistas extranjeras
identificadas en este compendio, así como las universidades que las
auspician y el país de origen de cada título. Estados Unidos encabeza
esta lista y le siguen España y Venezuela. A diferencia de los artículos
diseminados en revistas mexicanas, que expresan de alguna forma la
madurez de las redes interinstitucionales (Coneicc, El Colef, Universidad
de Colima, ANUIES, etcétera) y de cuerpos académicos específicos, los
textos en revistas foráneas revelan los alcances de las relaciones personales
de cada profesor e investigador con sus homólogos de otras universidades
extranjeras. De allí que estas revistas no reflejen un patrón estratégico
o un programa de vinculación de cuerpos académicos internacionales.
Seguramente, esta será la tarea por desarrollar en los próximos años.
El cuadro 8 presenta a aquellos profesores e investigadores
asociados con el campo académico de la comunicación y la cultura en
244
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
Cuadro 8. Artículos de investigación
sobre comunicación y cultura en torno a Baja
California, por autores con mayor número
de artículos publicados.
Autor
Jesús Becerra Villegas
Fernando Vizcarra
Ricardo Morales
José M. Valenzuela A.
Maricela López Ornelas
David González Hdez.
Norma Iglesias Prieto
José Carlos Lozano
Manuel Ortiz Marín
Graciela Cordero Arroyo
Gerardo León Barrios
Luz María Ortega Villa
Kiyoko Nishikawa
Total
Artículos
11
10
9
8
7
6
6
5
5
4
4
4
3
82
Institución
Universidad Autónoma de Zacatecas
Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali
Universidad Iberoamericana Tijuana
El Colegio de la Frontera Norte
Universidad Autónoma de Baja California, Ensenada
Universidad Autónoma de Baja California, Tijuana
San Diego State University
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey
Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali
Universidad Autónoma de Baja California, Ensenada
Universidad Autónoma de Baja California, Tijuana
Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali
Universidad Autónoma de Baja California, Ensenada
Porcentaje con respecto al total de las referencias documentales: 89.13.
Baja California que más artículos de investigación han publicado. No
es de ningún modo gratificante observar que más del 89 por ciento
de los artículos registrados aquí han sido producidos por tan sólo 13
autores. Mucho menos atestiguar que, en un estado que cuenta con
14 escuelas de comunicación y un centro de investigación Conacyt,
únicamente la Universidad Autónoma de Baja California, la Universidad Iberoamericana Tijuana y El Colegio de la Frontera Norte aporten
conocimiento y análisis sobre este ámbito. Sin embargo, este escenario,
a corto y mediano plazo, parece venturoso. El impacto de los posgrados,
la formación de grupos de investigación en las facultades e institutos,
la permanencia y consolidación de revistas arbitradas y, sobre todo, la
necesidad de construir instituciones sociales sustentadas en la información y el conocimiento, seguramente serán factores que incrementen
la productividad académica en términos de calidad y cantidad.
Orientaciones temáticas y metodológicas
En los siguientes cuadros se exponen las orientaciones temáticas y metodológicas de los 92 artículos incluidos en este trabajo. Los criterios
245
Huellas compartidas
de selección implementados en este rubro no son excluyentes, de tal
forma que un texto puede tener varias orientaciones y ser admitido
en varios cuadros simultáneamente. Al final de este ensayo, en el
anexo 1, se encuentran las 92 referencias hemerográficas que aquí
se examinan, y en el anexo 2 se desglosa un índice temático que da
cuenta de la distribución de dichas orientaciones.
El cuadro 9 registra la cantidad de artículos referidos al
propio campo académico de la comunicación. Aquí sobresalen los
textos cuyos contenidos hacen énfasis en la teoría y la metodología,
por encima de las tendencias de investigación y análisis, el diseño
curricular y la formación profesional de los comunicólogos. Cabe
mencionar que en su mayoría son ensayos que tienden a la revisión
de determinados establecimientos teóricos o que proponen alguna
metodología o instrumento para el estudio de fenómenos comunicativos y socioculturales específicos.
Cuadro 9. Artículos de investigación
sobre comunicación y cultura en torno
a Baja California, por referencia al propio
campo académico (1976-2007).
Referencia
Teoría y metodología
Tendencias de investigación y análisis
Diseño y evaluación curricular
Formación profesional
Cantidad
21
2
1
1
Aquellos ensayos que hacen referencia a los medios de comunicación y la comunicación masiva se agrupan en el cuadro 10. Si
bien se ha llegado al consenso de que la comunicación no se agota
en los medios, éstos continúan teniendo una presencia dominante
en las agendas de investigación y análisis. Son el referente de los
procesos socioculturales emergentes vinculados con la globalización
y los efectos radicalizados de la modernidad. En este contexto, no
resulta extraño que el cine y las computadoras despunten como
objetos privilegiados de indagación, por encima de la televisión y
246
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
la prensa. Por otra parte, sorprende que en el entorno académico
bajacaliforniano la publicidad, la propaganda, la mercadotecnia, el
diseño gráfico, el cartel, la historieta y la fotografía no sean abordados
en revistas de investigación arbitradas. Al parecer, estos asuntos son
pensados principalmente en revistas de divulgación y otros medios.
Es posible, además, que dichos tópicos sean asociados más con la
dimensión profesional de nuestro campo que con la académica. Tampoco existen en las revistas de investigación auscultadas referencias
a la historia de los medios de comunicación en Baja California, una
problemática que se dirime sobre todo en libros, capítulos de libros,
memorias de congresos y revistas de divulgación.
Cuadro 10. Artículos de investigación
sobre comunicación y cultura en torno a Baja
California, por referencia a medios de comunicación
y comunicación masiva (1976-2007).
Referencia
Cine
Computadoras, software e internet
Televisión
Prensa y periodismo
Comunicación de masas
Industrias culturales y mediáticas
Radio
Video y audiovisual
Museos
Cantidad
12
10
9
8
4
3
2
1
1
El cuadro 11 ilustra las orientaciones temáticas de los artículos
aquí registrados con respecto al entorno sociocultural. En este cuadro
sobresale un primer grupo de textos comunicacionales relacionados con las identidades y prácticas sociales, las representaciones e
imaginarios, y los dominios del discurso. Dichos temas son los más
desarrollados por la academia bajacaliforniana. Y es así porque la
frontera que comparten México y Estados Unidos es un complejo
surtidor de fenómenos simbólicos e identitarios, muchos de carácter
emergente, cuyas dinámicas plantean interrogantes inéditas para las
ciencias sociales. Este énfasis también consigna uno de los principios
247
Huellas compartidas
más reconocidos por la tradición sociocientífica acerca de los estudios
de la comunicación: la comprensión de los procesos comunicativos
como procesos culturales, y viceversa.
Cuadro 11. Artículos de investigación
sobre comunicación y cultura en torno
a Baja California, por referencia al contexto
sociocultural (1976-2007).
Referencia
Identidades y prácticas sociales
Representaciones e imaginarios sociales
Discurso, código, sentido y significado
Divulgación de la ciencia y la cultura
Lenguaje, lengua, oralidad y expresión
Oferta y consumo cultural
Ciudad y cultura urbana
Globalización, multiculturalismo e interculturalidad
Arte, estética y creación
Educación y tecnologías de información
Música
Comunicación interpersonal
Ecosistema y medio ambiente
Cantidad
25
23
19
13
9
9
8
6
5
3
2
1
1
Por su parte, el cuadro 12 muestra los trayectos temáticos de los
artículos en cuestión con referencia al contexto sociopolítico, una esfera
casi inexplorada por la academia bajacaliforniana en revistas de investigación. Los escasos trabajos acerca de este asunto se encuentran sobre
todo en libros, revistas de divulgación y tesis de licenciatura y posgrado.
La mayoría de estos textos pertenecen a José Carlos Lozano, elaborados
durante su estancia en El Colef a fines de los ochenta, y a Manuel Ortiz
Marín, profesor investigador de la UABC en Mexicali. Quedan pendientes,
en este rubro, incrementar y actualizar el análisis de las relaciones entre
medios y procesos electorales en Baja California, promover el examen de
las estrategias de comunicación social y las políticas públicas, e incorporar
a las revistas de investigación el debate sobre la legislación de medios y el
derecho a la información, entre otras agendas importantes.
248
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
Cuadro 12. Artículos de investigación sobre
comunicación y cultura en torno a Baja California,
por referencia al contexto sociopolítico (1976-2007).
Referencia
Cantidad
Estado, política y medios de comunicación
Política, cultura y ciudadanía
Medios de comunicación y relaciones internacionales
Opinión pública y democracia
5
1
1
1
La relación entre economía y comunicación es otra línea todavía no emprendida por profesores e investigadores de nuestro estado.
Temas como los mercados de la comunicación en la frontera, las
trasnacionales de la comunicación y sus impactos económicos en la
región, las tecnologías de información y comunicación en las relaciones comerciales, la publicidad y los nuevos mercados, así como las
dinámicas de la comunicación institucional y organizacional, entre
otros, deberán incorporarse en los próximos años como problemas
de investigación sociocientífica, y no sólo como saberes asociados a
prácticas profesionales.
Cuadro 13. Artículos de investigación sobre
comunicación y cultura en torno a Baja California,
por referencia a actores sociales (1976-2007).
Referencia
Cantidad
Jóvenes
Chicanos
Mujeres
Migrantes
Familias
Indígenas
12
4
4
3
2
1
En cuanto a los artículos de investigación referidos a determinados actores sociales, el cuadro 13 consigna la inclinación de
nuestra academia hacia la problemática de los jóvenes. No obstante,
en general, los sujetos específicos son mucho menos estudiados que
los procesos y productos de la comunicación. Nuestras agendas
249
Huellas compartidas
de investigación giran principalmente alrededor de los escenarios
de interacción, las instituciones y los discursos mediáticos. ¿Y los
actores sociales? Es decir, ese ámbito preinterpretado que es la doxa,
o, como lo plantea J. B. Thompson (1998), la hermenéutica de la
vida cotidiana necesaria para la elaboración de una interpretación
profunda, todavía no adquiere centralidad en nuestra investigación
comunicativa y sociocultural. Como se observa en el cuadro 14, los
estudios sobre comunicación en esta entidad son poco antropológicos.
Los enfoques disciplinarios que sustentan estos artículos se orientan
preferentemente hacia los estudios culturales, la sociología de la
comunicación y la sociología de la cultura, cuyas fases de análisis
privilegian, sobre todo, lo estructural y lo discursivo.
Cuadro 14. Artículos de investigación sobre
comunicación y cultura en torno a Baja California,
por referencia a enfoques disciplinarios (1976-2007).
Referencia
Estudios culturales/estudios de la cultura
Sociología de la comunicación
Sociología de la cultura
Semiótica/semiología
Lingüística y ciencias del lenguaje
Antropología
Comunicología
Historia e historiografía
Educación y pedagogía
Enfoques multidisciplinarios e interdisciplinarios
Cantidad
31
24
18
7
4
3
3
3
2
2
Dado que el campo académico de la comunicación en Baja
California está articulado a las escuelas (a diferencia de otras disciplinas, como la antropología, donde existen investigadores, actividades
académicas y generación de conocimiento en dicha área, a pesar de
que no se ofrece esa licenciatura en la entidad), los enfoques disciplinarios que han predominado entre profesores e investigadores
durante las últimas dos décadas se acercan más a las sociologías
(normativa, crítica y estructural), la ciencia política, la psicología
social, las humanidades, la semiótica y la administración. En nuestras
250
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
licenciaturas se lee poco a Clifford Geertz, Marc Augé, Guillermo
Bonfil Batalla, Renato Rosaldo, Esteban Krotz y otros antropólogos.
Por eso, la etnografía es un recurso relegado en nuestra cultura de
investigación, como lo muestra el cuadro 15. En Baja California, los
académicos que están incorporando perspectivas antropológicas a la
comprensión de los fenómenos comunicacionales se formaron en el
ITESO, o bajo la tutela del Programa Cultura de la Universidad de
Colima, o hicieron posgrados en antropología.
Pero tampoco se han desarrollado las perspectivas del derecho
y la educación (a pesar de que en Mexicali la licenciatura en comunicación comparte con la de educación el espacio de la Facultad
de Ciencias Humanas). Quizás por ello se explica la pasividad de
nuestros estudiantes y profesores ante el debate nacional sobre las
reformas legales en materia de medios de comunicación y la permanente indiferencia hacia los dilemas de la comunicación educativa.
No obstante, el recuento exhaustivo que integra este compendio deja
ver un saldo muy favorable para el crecimiento y consolidación de
este enclave de saberes.
Cuadro 15. Artículos de investigación
sobre comunicación y cultura en torno a Baja
California, por referencia a recursos
técnico-metodológicos (1976-2007).
Referencia
Análisis cultural
Análisis descriptivo y comparativo
Análisis documental y bibliohemerográfico
Análisis cuantitativo
Análisis de contenido
Biografía, testimonio e historia oral
Encuesta
Entrevista y grupo de discusión
Estudios de recepción
Análisis cualitativo
Análisis del discurso
Etnografía
Bases de datos
Cantidad
27
23
15
8
5
5
5
5
4
3
1
1
1
251
Huellas compartidas
Por último, el cuadro 15 constata la implementación de los
análisis cultural, descriptivo y documental como recursos técnicometodológicos privilegiados en los artículos de investigación aquí
consignados. Sobresalen los enfoques cualitativos sobre los cuantitativos, pero también son cada vez más los trabajos que buscan
integrar ambas estrategias en la construcción de sus objetos y en la
presentación de los resultados de investigación.
A manera de conclusión
Mediante una labor de registro y sistematización hemerográfica, así
como de análisis descriptivo, este proyecto se propuso dar cuenta
del estado de la investigación académica de la comunicación en y
sobre Baja California, a través de artículos publicados en revistas
especializadas con arbitraje. Se esbozaron ciertas tendencias y rasgos
de composición de nuestro campo académico a partir de las últimas
dos décadas, señalando algunas condiciones institucionales y contextuales que incidieron en determinadas orientaciones de investigación
y análisis.
Se pudo observar que las premisas y enfoques de carácter teórico-metodológicos que han constituido a la comunidad académica de
la comunicación en nuestro estado se inscriben en los paradigmas de
las ciencias sociales y las humanidades contemporáneas y, específicamente, en las principales tradiciones anglosajonas y latinoamericanas
relacionadas con los estudios sociocientíficos de la comunicación y
la cultura. En cuanto a las preocupaciones docentes e investigativas,
se constató el paso gradual de la revisión o consulta de autores nacionales y extranjeros durante los ochenta y noventa al escrutinio,
también, de autores bajacalifornianos en la presente década. Los
principales temas de investigación y análisis han girado en torno a
los medios y las nuevas tecnologías de información y comunicación.
Las identidades, las representaciones sociales y los discursos han sido
el objeto de estudio privilegiado en la academia bajacaliforniana.
Entre los enfoques disciplinarios sobresalen los estudios culturales y
la sociología de la comunicación y la cultura. Los recursos técnico252
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
metodológicos más utilizados en este ámbito han sido, hasta ahora,
los análisis cultural, descriptivo y documental.
Asimismo, la cantidad y la calidad en la producción de artículos
de investigación en la entidad revelan la reorientación y surgimiento
de un importante grupo de profesores, cuya actividad académica,
anteriormente centrada en la docencia, se transformó en una práctica
que hoy incluye la investigación formal. Lo anterior, gracias al impulso
de ciertas iniciativas institucionales, como la aparición de posgrados
y centros de investigación, el desarrollo de proyectos editoriales y el
establecimiento de estímulos a la generación de conocimiento.
Tanto el catálogo de referencias como su sistematización permitieron arrojar luz, por lo menos parcialmente, sobre algunas formas
cómo se ha establecido nuestro razonamiento comunicacional con
relación a paradigmas, modelos y objetos de estudio específicos. Pero
el objetivo central de este texto no se agota aquí. Su propósito es que
sirva para promover distintas lecturas y preguntas de investigación,
otros análisis y nuevas categorías para comprender los contornos
cambiantes y emergentes del espacio académico y profesional de la
comunicación en Baja California.
Bibliografía
CERVANTES, CECILIA, “Investigación mexicana o sobre México basada
en análisis de contenido. Bibliografía preliminar”, Comunicación y
Sociedad, núm. 20, pp. 181-196, enero-abril de 1994, Universidad
de Guadalajara, Guadalajara.
UENTES
NAVARRO, RAÚL, La investigación académica sobre comuniF
cación en México. Sistematización documental 1995-2001, ITESO,
Guadalajara, 2003.
–––, La investigación de la comunicación en México 1986-1994, ITESO/
Universidad de Guadalajara, Guadalajara, 1996.
–––, La investigación de la comunicación en México 1956-1984, Ediciones
de Comunicación, México, 1987.
GALINDO, JESÚS, TANIUS KARAM y MARTHA RIZO, Cien libros hacia
una comunicología posible, Universidad Autónoma de la Ciudad de
México, México, 2005.
253
Huellas compartidas
GÓMEZ VARGAS, HÉCTOR, “El campo académico de la comunicación
y las reflexividades regionales”, Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, época II, vol. IV, núm. 8, pp. 9-34, diciembre de 1998,
Universidad de Colima, Colima.
LOZANO, JOSÉ CARLOS (ed.), La comunicación en México: diagnósticos, balances y retos, Coneicc/Tecnológico de Monterrey, México,
2005.
SÁNCHEZ RUIZ, ENRIQUE, Tendencias en la investigación sobre televisión en
México 1950-1990, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, 1992.
THOMPSON, JOHN B., Ideología y cultura moderna, UAM-Xochimilco,
México, 1998.
VIZCARRA, FERNANDO, “Estudios sobre comunicación en Baja California. Tendencias de investigación y análisis 1943-2005”, en revista
electrónica Global Media Journal en Español, vol. 4, núm. 7, primavera de 2007, ITESM Campus Monterrey (www.gmje.mty.itesm.mx/
vizcarra_fernando.html).
–––, “Estudios sobre comunicación en Baja California. Tendencias de
investigación y análisis 1943-2004”, en Everardo Garduño (coord.),
Cultura, agentes y representaciones sociales en Baja California, pp.
53-70, Porrúa/UABC, México, 2006.
ANEXO 1. Artículos de investigación
sobre comunicación y cultura
en Baja California, 1976-2007
Un compendio razonado
1. BECERRA VILLEGAS, JESÚS
“La subsunción simbólica”, en Culturales, vol. III, núm. 6, julio-diciembre de 2007, Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali,
pp. 7-26.
A las etapas lógico-históricas de la dominación del capital que Marx
llama de “subsunción formal” y “subsunción real”, debe añadirse una tercera que explique la naturaleza y funcionamiento del capitalismo actual.
Esta tercera forma, que completa y comprende las anteriores, consiste
en la dominación simbólica. La naturaleza de la tercera subsunción es
254
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
cultural y, por ello, opera tanto a nivel estructural como individual.
Asistimos, con esto, al primer modo de producción que es también un
modo de comunicación en pleno. La postulación de un modo social de
producción de sentido supone, por una parte, introducir la categoría
“comunicación” como demarcador lógico-histórico y desglosarlo en
el operador lógico “modo de apropiación” y la disposición histórica
como “configuración simbólica”. Lo que esta propuesta pone en juego
es la posibilidad de generar una teoría comprensiva que coloque a la
comunicación como un centro de los procesos sociales desde donde
pueda erigirse la necesaria comunicología.
2. BECERRA VILLEGAS, JESÚS
“Creencia narrativa y ciencia positiva”, en Utopía y Praxis Latinoamericana, año 11, núm. 32, enero-marzo de 2006, Universidad del
Zulia, Maracaibo, pp. 77-92.
La legitimación social opera a partir de creencias que, al modo
de narrativas, derivan su eficacia de la capacidad que tienen para
ofrecerse como homologías del orden a cuya satisfacción se deben. El
rasgo distintivo de la mala divulgación audiovisual de la ciencia es su
organización del mundo en un sistema de explicaciones y pronósticos
bajo narraciones que, al describir/mostrar, aparentan objetividad y
ocultan una doxa de legitimación. Adicionalmente, la lógica posmoderna de la divulgación impone la demanda estético-epistemológica
de un saber espectacular, banal, serial y efímero. Estas características
emergentes del campo definen a la ciencia neopositivizada.
3. BECERRA VILLEGAS, JESÚS
“Culturas de pantalla y violencia simbólica”, en Quórum Académico,
núm.2, vol. II, julio-diciembre de 2005, Universidad del Zulia,
Maracaibo, pp. 89-103.
En este artículo se analiza el papel que los medios masivos de
comunicación, en especial los audiovisuales, juegan en la constitución
de las culturas que llaman de pantalla. Éstas derivan sus características
de las formas de producción de mensajes seriales y efímeros, de modo
que entre las generaciones que se han apropiado de tales formas de
cultura, existen sujetos que exhiben rasgos de serialidad y de pérdida
de sentido de lo temporal. A partir de ello, el texto discute el concepto
de violencia simbólica, de Pierre Bourdieu, en dos aspectos mayores:
la relación cultura– desarrollo y, desde el modelo adquisicional de la
255
Huellas compartidas
semiótica del relato de A.J. Greimas, la homología entre la producción
del sujeto operativo y la producción del sujeto narrativo.
4. BECERRA VILLEGAS, JESÚS
“Los medios de la globalización”, en revista electrónica Razón y Palabra,
núm. 37, febrero-marzo de 2004, Instituto Tecnológico de Estudios
Superiores de Monterrey, Campus Estado de México (http://www.
razonypalabra.org.mx/anteriores/n37/jbecerra.html).
Una de las prácticas humanas que van consolidándose como
resultantes de la instalación del pensamiento histórico en la imaginación popular es la tendencia a la identificación de las características
de la época propia, respecto a la cual se presume que existen rasgos
suficientemente discernibles para distinguirla de las precedentes y
a la vez ligarla a ellas. Se trata de un ejercicio de construcción de la
propia identidad de lo social en el eje del tiempo. Las circunstancias
que trae cada época no sólo definen lo que es dable a sus sujetos
pensar, sentir y hacer, sino que además facultan la proposición de la
categoría “época”. Como en todo caso de percepción, alguna dosis
de diferencias se requiere para notar el paso del tiempo social: los
cambios reajustan las prácticas sociales hasta volver a unas reconocibles y a otras las dejan intocadas sólo para significarlas de pasado, de
ritualidad, de vínculos.
5. BECERRA VILLEGAS, JESÚS
“La comunicación: de objeto a categoría”, en Estudios sobre las Culturas
Contemporáneas, época II, vol. X, núm. 19, junio de 2004, Programa
Cultura-Universidad de Colima, Colima, pp. 53–65.
El autor retoma la vieja discusión acerca del estatus de la comunicación como objeto de un campo académico no consolidado. Repasa
las posturas de Jesús Martín-Barbero y Armand Mattelart respecto a la
centralidad de la comunicación para señalar la necesidad de instituir
una categoría propia de pensamiento social. A partir de la semiótica,
discute finalmente algunas implicaciones ontológicas que derivan de
postular la categoría histórica como modo de comunicación.
6. BECERRA VILLEGAS, JESÚS
“Apropiación, cultura y mediaciones”, en Quórum Académico, vol. 1 núm. 1,
enero-junio de 2004, Universidad del Zulia, Maracaibo, pp. 45-62.
256
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
La comunicación puede ser entendida como un proceso derivado
de condiciones objetivas al mismo tiempo que contribuye a definirlas.
Invirtiendo la tradición que enfatiza el papel activo de las configuraciones materiales, el documento evalúa el rol de lo simbólico como
factor de producción de condiciones objetivas. Propone el modo de
apropiación social como categoría de análisis tanto material como simbólico y desde él repasa las etapas lógico-históricas de la fundación del
capitalismo. Después de establecer la dimensión de lo estético como el
orden para pensar los procesos simbólicos, repasa las principales líneas
de investigación en comunicación, según objeto y método.
7. BECERRA VILLEGAS, JESÚS
“El lenguaje y el ser: la naturaleza de las culturas desde una perspectiva
fronteriza” (reedición), en revista electrónica Hipertextos, núm. 5, 2003,
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus
Monterrey (http://hiper-textos.mty.itesm.mx/becerranum5.htm).
Lo que podríamos llamar “experiencia social”, integrada por lo
que ha ocurrido, no a nosotros mismos, sino a nuestro consenso,
insiste en que la diferencia básica entre sociedades como la mexicana
y la estadunidense no es más que una hendidura entre dos tramos
de la misma línea. Historiadores, sociólogos, economistas políticos,
publicistas, y nosotros mismos hemos preferido ver a las organizaciones primermundistas más como nuestro modelo, como retrato
vivo aproximado de lo que para bien y para mal nos espera, como
un proyecto quizá no incluido en nuestro porvenir.
8. BECERRA VILLEGAS, JESÚS
“Registro poligráfico de proxémica corporal y temática”, en Anuario de
Investigación de la Comunicación Coneicc, núm. 6, 2000, Universidad Iberoamericana/Coneicc/Instituto Tecnológico de Estudios
Superiores de Monterrey, México, pp. 13-18.
La proxémica es una rama de la semiología que tiene como objeto
de estudio las distancias y las disposiciones corporales de los interlocutores, en tanto que todo ello supone un mensaje por sí mismo,
en el mismo sentido de la conversación o en un sentido opuesto. Así
pues, un estudio sobre cercanías y lejanías entre dos sujetos es un
asunto de proxémica. Sin embargo, un estudio sobre la “distancia”
emocional del discurso es más bien inédito para el dominio de la
proxémica tradicional.
257
Huellas compartidas
9. BECERRA VILLEGAS, JESÚS
“El lenguaje y el ser: la naturaleza de las culturas desde una perspectiva
fronteriza”, revista electrónica Speculum, vol. I, núm. 1, 2000, Universidad Autónoma de Baja California, Tijuana (http://www.uabc.
mx/humanidades/speculum/volino1/becerra.htm).
Lo que podríamos llamar “experiencia social”, integrada por lo
que nos ha ocurrido no a nosotros mismos, sino a nuestro consenso,
insiste en que la diferencia básica entre sociedades como la mexicana
y la estadunidense no es más que una hendidura entre dos tramos
de la misma línea. Historiadores, sociólogos, economistas, políticos,
publicistas y nosotros mismos hemos preferido ver organizaciones
primermundistas como nuestro modelo, como retrato vivo aproximado de lo que para bien y para mal nos espera, como un proyecto
quizá no incluido en nuestro porvenir.
10. BECERRA VILLEGAS, JESÚS
“Notas para una semiótica del mundo como relato”, en Estudios sobre
las Culturas Contemporáneas, época II, vol. 2, núm. 4, diciembre
de 1996, Programa Cultura-Universidad de Colima, Colima, pp.
151-165.
Existe en la semiótica toda una problemática teórica. Desde una
de las perspectivas posibles, esa problemática deriva de lo que la semiótica es. Desde otra, deriva de aquello que estudia. Habría al menos
una opción más: fusionar ambos puntos de vista y considerar que, en
algún sentido, el objeto y el instrumento se asimilan. El mundo como
recurso, como punto en el itinerario de la mirada, muestra que lo complejo no es necesariamente rico y, sobre todo, que no está terminado.
La semiótica al hacer ciencia lo modela y al hacer ficción lo adula. El
programa implicado en esto es una sistematización de relaciones entre
una experiencia y otra; en términos estrictos, un relato.
11. BECERRA VILLEGAS, JESÚS
“Tecnología del lenguaje”, en Estudios sobre las Culturas Contemporáneas,
vol. V, núm. 15, marzo de 1993, Programa Cultura-Universidad de
Colima, Colima, pp. 227-281.
Diversas evidencias empíricas y científicas muestran una íntima relación que vincula directamente lenguaje, inteligencia y conocimiento.
La línea de proporcionalidad que se establece entre ellos manifiesta,
258
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
según análisis efectuados en los ámbitos de distintas disciplinas:
semiótica, psicología, pedagogía y filosofía, principalmente, que la
relación sostenida por estos elementos constituyentes del ser social es
de casualidad. En la actualidad existen varios modelos de análisis en
los mensajes que permiten de alguna forma aprehender los mecanismos más finos del lenguaje. Sin embargo, poco se ha avanzado en la
determinación de las características heurísticas del lenguaje.
12. CROVI DRUETTA, DELIA, SOLEDAD ROBINA
BUSTOS Y FLORENCE TOUSSAINT ALCARAZ
“La frontera y la televisión”, en Anuario de Investigación de la Comunicación Coneicc, núm. 3, 1996, Coneicc/Universidad de Guadalajara,
México, pp. 187-196.
Las autoras hablan sobre la frontera norte de México, que, al
ser compartida con el país más poderoso del planeta, aparece como
una zona compleja pero a la vez claramente definida en el discurso
de políticos, periodistas y comunicólogos, así como por la televisión
misma. En la mayoría de los países del mundo, en menos de cuarenta años, la televisión ha ocupado un lugar predominante en la vida
cotidiana de los seres humanos. Los medios de comunicación en la
era de las nuevas tecnologías ofrecen múltiples posibilidades y no
respetan fronteras.
13. FOGLIO ALMADA, OMAR
“Formación de agentes y prácticas de cultura en la vida cotidiana: rock
en Tijuana”, en revista electrónica Razón y Palabra, primera edición
especial, julio de 1997, Instituto Tecnológico de Estudios Superiores
de Monterrey, Campus Estado de México (www.razonypalabra.org.
mx/mcluhan/mcluhan.html).
Nadie nos enseña a pensar y estructurar aquello que no podemos
ver. Nadie nos enseña a observar y relatar nuestras vidas. Y si no
observamos eso que estamos viviendo, no nos queda otra más que
vivirlo. Todos tenemos por lo menos un impulso que nos motiva a
vivir, que desenvolvemos a ciertas horas y días, con distintas personas
y en diversos lugares. No es fácil conocer la naturaleza y el origen de
ese impulso. Quizás está fuera de nosotros. En cambio, las habitaciones, calles y barrios en los que dejamos una gran cantidad de energía,
se pueden describir. No se diga de las personas, ya sean familiares y
259
Huellas compartidas
amigos, con quienes convivimos. Además, a lo largo de nuestras vidas
somos capaces de distinguir y valorar algunas personas, lugares o épocas. Tal vez el vecino, la abuela o el bar, la casa, etcétera, que hayan
dejado una fuerte impresión en nosotros. Una impresión clave para
un momento decisivo. Un momento a partir del cual hubo cambios
drásticos. Cambios drásticos del tipo que te hacen recordar el pasado
bajo nuevas perspectivas y enfrentar el futuro con nuevos retos.
14. GAVALDÓN, LOURDES
“Bilingüismo y desplazamiento del español. Notas sobre el caso Tijuana,
B. C.”, en Estudios Fronterizos, año 1, núm. 1, mayo-agosto de 1983,
Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali, pp. 65-74.
La interacción de las culturas mexicana y estadunidense se lleva a
cabo en forma cuestionable a lo largo y a lo ancho de ambos territorios
nacionales. Sin embargo, es la frontera entre los dos países donde se
efectúan los procesos socioculturales más dinámicos. Su importancia
se manifiesta en muchas direcciones y con diferente grado de alcance.
Estudios sobre tan compleja relación son necesarios para conocer, por
lo menos, sus características más importantes y orientar su estudio.
15. GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, DAVID
“Medios, interacción y audiencia”, en revista electrónica Razón y
Palabra, núm. 57, junio-julio de 2007, Instituto Tecnológico de
Estudios Superiores de Monterrey, Campus Estado de México
(www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n57/index.html).
Este trabajo examina los avances de tres reestablecimientos teóricometodológicos de la comunicación y su estudio, particularmente, de
la complejidad que presentan los medios de comunicación de masas
en su interacción con las audiencias: John B. Thompson, desde la
teoría social y el marco interpretativo de la hermenéutica profunda;
Klaus Bruhn Jensen, desde el pragmatismo y la semiótica peirciana,
y Guillermo Orozco, desde las mediaciones, la comunicación y la
educación.
16. GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, DAVID,
GERARDO LEÓN Y ÁNGELA SERRANO
“La formación en Comunicación en Tijuana: Apuntes sobre un modelo
de plan de estudios de la Licenciatura en Comunicación de la UABC,
260
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
Tijuana”, en Anuario de Investigación de la Comunicación Coneicc,
núm. 13, 2006, Coneicc/Universidad de Anáhuac/Universidad
Iberoamericana, México, pp. 429-441.
Este artículo es una síntesis del documento original de la reestructuración del plan curricular de la Licenciatura en Comunicación de
la UABC Tijuana, bajo el modelo por competencias. En él se expone,
primeramente, un mapa de las dimensiones y contextos desde donde
se hace dicha reestructuración. De manera central, se exponen algunos
aspectos metodológicos sobre los cuales se diseñó y aplicó un estudio
para diagnosticar la situación de la enseñanza de la comunicación en
esta frontera. Finalmente, partiendo de los resultados de dicho diagnóstico, se presentan los ejes vectores sobre los que se fundamenta
la nueva propuesta curricular para desarrollar las competencias de
formación en el contexto fronterizo.
17. GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, DAVID
“En busca del entretenimiento: televisión y audiencia juvenil en la
frontera norte”, en Comunicación y Sociedad, nueva época, núm.
5, enero-junio de 2006, Universidad de Guadalajara, Guadalajara,
pp. 157-179.
Este artículo ofrece un análisis intercultural de la recepción televisiva estadunidense y mexicana entre los jóvenes de la ciudad de Tijuana
mediante la exploración de la subjetividad, así como una descripción
de la oferta televisiva en la frontera. Lo anterior busca enfatizar el
potencial y el papel legitimador, especialmente de entretenimiento,
que conllevan los programas estadunidenses en la configuración de la
cultura televisiva en la frontera, estructurada, en este caso, mediante
interacciones transfronterizas en tiempos de globalización.
18. GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, DAVID
“Vetas de investigación: análisis de televisión e interculturales de
recepción en la frontera norte”, en Anuario de Investigación de la
Comunicación Coneicc, núm. 12, 2005, Coneicc, San Luis Potosí,
pp. 219-223.
La televisión norteamericana es una industria que dinamiza económicamente el entorno transnacional (publicidad, mercadotecnia,
deporte, música, entre otros); olvidar esto es no asumir la complejidad
de su naturaleza comercial y de poder simbólico, es decir, cultural.
261
Huellas compartidas
La televisión es un foro y dispositivo de sueños de la que casi nadie
se sustrae. El “sueño americano” no es sólo visión de ejecutivos estadunidenses y sus programas: es una manera de legitimar proyectos
a futuro en espacios culturales juveniles populares e internacionales
mediante la socialización lúdica y mediática que define el humor, la
estética y ciertas identidades.
19. GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, DAVID
“Diálogos entre dos re-establecimientos teóricos–metodológicos: las
propuestas de John B. Thompson y Klaus B. Jensen”, en Anuario de
Investigación de la Comunicación Coneicc, núm. 9, 2003, Coneicc,
México, pp. 172-193.
Dos autores han re-establecido algunas certezas teórico-metodológicas en relación con la comunicación y su estudio: Klaus Bruhn
Jensen, desde el pragmatismo y la semiótica peirciana, y John B.
Thompson, desde la teoría social y el marco interpretativo de la
hermenéutica profunda. Este ensayo pretende exponer cómo ambos
sistemas de interpretación encontraron un anclaje sustancial en la
teoría de la estructuración de Anthony Giddens, y algunas pistas
para fundamentar el análisis de la recepción televisiva, especialmente
en el nivel de los esquemas de interpretación, desde una perspectiva
estructural.
20. GONZÁLEZ HERNÁNDEZ, DAVID
“Las materias dispuestas: campo educativo, formación docente y familia”,
en revista electrónica Razón y Palabra, edición especial, julio de 1997,
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus
Estado de México (http://www.cem.itesm.mx/dacs/publicaciones/
logos/mcluhan/materias.htm).
En las instituciones educativas, en sus oficinas administrativas y
salones de clases, se relacionan personas con particularidades, sujetos
de la educación que interactúan día con día. Estos sujetos se involucran
en la realidad inmediata de un sistema especializado en la construcción
de un conocimiento escolar y bajo un contexto histórico y colectivo
determinado. En estos espacios confluyen toda clase de resistencias
o apuestas por un cambio en la organización institucional, donde
cada participante –alumno o profesor– juega un rol que se configura
en estatus, autoridad-maestro, aprendiz-educando, roles de género:
262
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
masculino y femenino, que mantienen patrones, distancias o coincidencias de interacción. En el salón de clases constantemente ocurren
procesos de comunicación, donde hay intercambio de información y
significaciones, formas de ver, representar y vivir en la cotidianidad la
realidad educativa. El aula escolar es un espacio donde se llevan a cabo
actividades que constituyen un pequeño mundo tanto de educadores
como de educandos.
21. IGLESIAS PRIETO, NORMA
“Gazes and Cinematic Readings of Gender. Danzón and its Relation to
its Audiences”, en Discourses, 26, 1 y 2, invierno y primavera, 2004,
Wayne State University Press, Detroit, pp. 173-193.
En este artículo se muestran algunos de los hallazgos de investigación sobre la recepción cinematográfica desde la perspectiva de género
(sexo-género). En concreto, se analiza la recepción de la cinta Danzón,
de la realizadora mexicana María Novaro, por distintos grupos de
audiencias, según grupos de edad, sexo-género y preferencia sexual.
Se parte de la idea de que la realizadora muestra en esta película su
subjetividad femenina y que ésta motiva, estimula y cuestiona las
convenciones de género del sujeto que la interpreta. Además de hallazgos concretos, el artículo debate sobre las dificultades y los retos
metodológicos que enfrenta la realización de este tipo de estudios.
22. IGLESIAS PRIETO, NORMA
“En pocas palabras: Representaciones discursivas de la frontera MéxicoEstados Unidos”, en Aztlán: A Journal of Chicano Studies, vol. 29,
núm. 1, primavera de 2004, Chicano Studies Research Center
(CSRC), University of California Los Angeles, Los Ángeles, pp.
145-153.
En este artículo se analiza la forma en la que jóvenes universitarios
de Tijuana y San Diego representan discursivamente (en 10 palabras
aisladas) a la frontera México-Estados Unidos; es decir, la forma en la
que imaginan, recrean y representan esta compleja y dinámica región
del mundo. Se muestra cómo las formas de representación están
pautadas y matizadas por el lugar que se ocupa en este espacio transnacional, por el tipo de relación que se tiene con “el otro lado” y por
el perfil sociocultural y étnico de quien representa. Se comprueba que
a mayor relación con ambos lados de la frontera, mayores capacidades
y formas más complejas de representar esa realidad.
263
Huellas compartidas
23. IGLESIAS PRIETO, NORMA
“Rappresentazioni della frontiera Messico-Stati Uniti nel cinema di
frontiera”, en Critica Sociologica, núm. 146, septiembre de 2003,
SIARES/Fabrizio Serra Editor, Roma, pp. 25-38.
En este artículo se analizan las principales representaciones de la
frontera México-Estados Unidos en el cine mexicano (1938-2002).
Se hace un análisis detallado a partir del género cinematográfico, el
tema y el periodo histórico.
24. IGLESIAS PRIETO, NORMA
“Reconstruyendo lo femenino: identidades de género y recepción cinematográfica”, en Frontera Norte, vol. 9, núm. 18, julio-diciembre de
1997, El Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, pp. 45-62.
Este artículo es una reflexión y una justificación de tono teórico y
metodológico sobre la importancia de estudiar la identidad de género
en la recepción cinematográfica. Las problemáticas y conceptos que se
discuten son, por tanto, los de las identidades sociales, las identidades
de género, la recepción de cine y el lenguaje. El estudio de la recepción
de cine exige el análisis de los procesos interpretativos de los espectadores. Los procesos interpretativos están marcados por el género,
ya que éste no es sólo una categoría analítica, sino que se constituye
también en una especie de código para interpretación, o, dicho de
otra forma, en aparato semiótico que otorga y delimita el sentido
del mundo. El reconocimiento de esto exige una reflexión de tono
epistemológico, puesto que involucra al mismo sujeto investigador. El
género, como forma primaria de relaciones significantes, está presente
en el propio proceso analítico-interpretativo. En palabras de Mabel
Piccini, el análisis de la recepción por género “es la lectura de la lectura,
es pregunta y respuesta de preguntas anteriores, es, por consiguiente,
un momento estructurante y estructurado de la recepción”.
25. IGLESIAS PRIETO, NORMA
“El placer de la mirada femenina. Género y recepción cinematográfica”,
en Frontera Norte, vol. 6, núm. 12, julio-diciembre de 1994, El
Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, pp. 93-110.
Con la incorporación de la mujer a la producción cinematográfica se
ha abierto la posibilidad de incluir el punto de vista femenino. Se incorporaron al cine nuevas tramas, nuevas perspectivas, nuevos personajes,
264
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
nuevos ritmos y espacios, pero también, y de manera muy importante,
se cambió la tradicional relación entre la película y su público, es decir,
el proceso de recepción. Una de las características de las actuales películas
realizadas por mujeres es el favorecimiento de relaciones de subjetividad
ajenas a las promovidas por las formas de significación dominante.
En este trabajo se analizan las características de la recepción
cinematográfica por género, es decir, se dan a conocer los elementos
centrales a los que el auditorio femenino y masculino prestan especial
atención, así como los elementos (temáticos, narrativos y discursivos)
en los que se hace evidente la lectura diferenciada por género. El
trabajo de campo se realizó en Madrid entre enero y mayo de 1994,
utilizando la técnica de “grupos de discusión”. La película que sirvió
de estímulo a la discusión en grupo fue Danzón, de la cineasta María
Novaro.
26. IGLESIAS PRIETO, NORMA
“La producción del cine fronterizo. Una industria de sueño”, en Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, vol. IV, núm. 11, Programa
Cultura-Universidad de Colima, Colima, 1991, pp. 97-130.
En este ensayo se analiza el cine fronterizo desde la perspectiva
de la producción, y para ello recurrimos a la entrevista con tres
productores-realizadores importantes dentro de este género. Tomamos como premisas fundamentales: 1) el hecho de que el cine es una
industria que fabrica mercancías: las películas, y 2) que el interés de
los productores está puesto únicamente en el aspecto del cine como
negocio, dejando de lado su papel como comunicadores. Esto es, su
interés por la frontera es estrictamente económico, y no el de comunicar una realidad. Como empresarios del cine, han visto a la frontera
simplemente como un instrumento temático y productivo. En esto
estriba que el cine de la frontera no proyecte de manera objetiva (y
sí parcializada y estereotipada) la realidad.
27. LEÓN BARRIOS, GERARDO GUILLERMO
“Huellas de la incertidumbre en la frontera: migración juvenil en Tijuana”, en Periferia, núm. 7, noviembre-diciembre de 2006, Facultad de
Ciencias Sociales y Humanas-Universidad Surcolombiana, Bogotá,
2006, pp. 89-97.
Presenciamos, indudablemente, tiempos de una profunda crisis
social que pone en serios cuestionamientos al relato de la modernidad
265
Huellas compartidas
y sus promesas. La pregunta por el actor social y sus maneras de enfrentar la(s) incertidumbre(s) se convierte hoy, no sólo en importante
y necesaria, sino más bien en estratégica, porque representa una clave
para comprender la construcción de los sentidos sociales en el mundo
actual. De esta forma, la migración juvenil emerge como una marca
sociocultural que requiere nuevas formas de abordaje desde la comunicación y la cultura, si bien ésta representa una práctica social –que
emprende y construye el actor joven– que nos acerca al entendimiento
sobre la tensión que se da entre la acción juvenil y la estructura social.
La apuesta interpretativa de esta investigación tiene como eje analítico
la categoría de ciudadanía cultural que analiza la forma de agencia del
actor joven en el contexto fronterizo de Tijuana. La migración juvenil
se hace visible a modo de condición compleja en la que se ponen en
acción nuevas formas de participación en la vida social bajo atmósferas
–locales y globales– de incertidumbre, en donde el actor joven escenifica formas de apropiación y lucha por el territorio en su búsqueda de
construcción de imaginarios de futuro en la migración.
28. LEÓN BARRIOS, GERARDO GUILLERMO
“El grupo de discusión como artefacto científico para el análisis social”,
en revista electrónica Razón y Palabra, núm. 57, junio-julio de 2007,
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus
Estado de México (www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n57/
gleon.html).
En este escrito la intención es presentar algunas líneas de reflexión
metodológica acerca de la técnica del grupo de discusión y su potencial para el análisis de lo social desde la perspectiva cualitativa; el
objetivo es revalorar uno de los elementos constitutivos del orden
social, como lo es el sujeto y su subjetividad como principio de acción
en sociedad, en tanto que el grupo de discusión se ha erigido en el
análisis científico-social como una técnica de construcción de datos
que produce discursos sociales mediante enunciaciones de un grupo
de personas, a partir de lo cual se busca estudiar el fenómeno social
en su complejidad.
29. LEÓN BARRIOS, GERARDO GUILLERMO
“Habitar el mundo: ciudadanía cultural y migración juvenil. Notas para
una discusión desde la cultura”, en Texto Abierto, año IV, núm. 6,
2005, Universidad Iberoamericana León, León, pp. 175-188.
266
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
La migración juvenil se ha convertido una expresión sociocultural
que caracteriza nuestra época. Este artículo busca tejer algunos puntos
de discusión sobre el reto de estudiar, desde las ciencias sociales, este
fenómeno. Se coloca en el centro del debate la categoría de ciudadanía
cultural como articulación analítica en el plano de lo simbólico sobre
las formas de agencia del actor joven en la vida moderna.
30. LÓPEZ ORNELAS, MARICELA
“La cibermetría, una nueva alternativa para evaluar la visibilidad de la
publicación académica electrónica. El caso de la REDIE”, en revista
electrónica Razón y Palabra, núm. 58, agosto-septiembre de 2007,
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus
Estado de México (http://www.cem.itesm.mx/dacs/publicaciones/
logos/actual/mlopez.html).
Con la globalización del acceso a la información, surgen en los noventa las primeras revistas arbitradas en internet, y simultáneamente, el
estudio de los métodos informétricos utilizados en la evaluación de la
comunicación científica sufre una metamorfosis. Para la llamada “era
digital” ambos sistemas convergen entre sí y, como parte de un proceso de
fusión y adaptación, emerge la cibermetría. El presente trabajo bosqueja
la primera fase de una investigación cuyo objetivo es evaluar cuantitativamente la visibilidad de la Revista Electrónica de Investigación Educativa
(REDIE) a través de la aplicación de indicadores cibermétricos.
31. LÓPEZ ORNELAS, MARICELA
“Las revistas académicas electrónicas en México. Un camino para resistir
o desistir ante el reconocimiento del Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología”, en revista electrónica Razón y Palabra, núm. 52, agostoseptiembre de 2006, Instituto Tecnológico de Estudios Superiores
de Monterrey, Campus Estado de México (http://www.cem.itesm.
mx/dacs/publicaciones/logos/anteriores/n52/mlopez.html).
El presente artículo plantea brevemente el esfuerzo consolidado
por algunas instituciones de educación superior, organismos, índices
y bases de datos, que se han dado a la tarea de establecer criterios,
filtros o mecanismos de evaluación para reforzar y elevar la calidad
de las publicaciones académicas electrónicas en México. Es por eso
que las revistas científicas en formato digital siguen trabajando para
ser reconocidas (evaluadas) por el Consejo Nacional de Ciencia y
267
Huellas compartidas
Tecnología (Conacyt); esto no ha sido en vano, pues se ha hecho
presencia. En este sentido, la publicación digital sigue navegando
corriente arriba, ya que el mundo de las tecnologías de la información
y la comunicación apenas comienza.
32. LÓPEZ ORNELAS, MARICELA
“Confiabilidad y prestigio en las publicaciones electrónicas, un solo
camino: la evaluación”, en Revista Latina de Comunicación Social,
núm. 60, julio-diciembre de 2005, Universidad de La Laguna,
Tenerife (http://www.ull.es/publicaciones/latina/revistaweblopezornelas.htm).
La incorporación de la publicación en internet ha sido para la sociedad
académica un fenómeno capaz de transformar los métodos tradicionales
de difusión, edición, diseminación, acceso y evaluación del conocimiento
científico. La búsqueda de calidad en las publicaciones académicas se ha
venido desarrollando desde hace aproximadamente medio siglo; empieza
con la selección, revisión y evaluación interna, es decir, la que realiza el
propio autor al elegir lo que considera pertinente y relevante para él,
aunque finalmente resulta insuficiente, ya que se hace necesario la certificación y reconocimiento de la comunidad. En este sentido, la evaluación
de las revistas científicas ha evolucionado los criterios, los parámetros y,
en general, las exigencias de quienes realizan esta ardua tarea.
El presente trabajo es el resultado de tres fases de una investigación enfocada al desarrollo de mecanismos para evaluar la calidad
de las revistas electrónicas. La primera fase consistió en el diseño y
validación del instrumento; en la segunda fase se incorporaron los
resultados de la validación por 16 editores de revistas electrónicas; la
tercera y última fase es, pues, el instrumento para evaluar la calidad
de revistas en línea.
33. LÓPEZ ORNELAS, MARICELA, GRACIELA CORDERO ARROYO
Y EDUARDO BACKHOFF
“Measuring the Quality of Electronic Journals”, en Electronic Journal of Information Systems Evaluation, vol. 8 (2), julio de 2005,
Academic Conferences Limited, England (http://www.ejise.com/
volume-8/v8-iss-2/v8-i2-art6-lopez.pdf ).
This paper presents the methodology developed to create a system
to evaluate academic electronic journals. This methodology was deve268
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
loped in two stages. In the first stage, a system to evaluate electronic
journals was created. The criteria framework and the indicators for
assessment for academic electronic journals were selected and defined. According to this framework, several questions were designed
to measure each indicator and, as a result, an instrument to evaluate
academic electronic journals was built. In the second stage, this instrument was validated by 16 editors of electronic journals of different
countries and different areas of knowledge that were considered as
judges to evaluate clarity, importance, relevance and coverage of each
question, indicator and criteria. This instrument was distributed by
e-mail. The opinions given by the judges were processed and then
used to help in the construction of a new instrument that is ready to
be presented to the Mexican Council of Scientific Research in order
to evaluate Mexican academic electronic journals.
34. LÓPEZ ORNELAS, MARICELA,
GRACIELA CORDERO ARROYO
“Un intento por definir las características generales de las revistas
académicas electrónicas”, en revista electrónica Razón y Palabra,
núm. 43, febrero-marzo de 2005, Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Estado de México (http://
www.razonypalabra.org.mx/libros/libros/caracrevelec.pdf ).
Y
El presente artículo pretende aproximarse a las características generales de las revistas académicas electrónicas, documentando sus antecedentes en el surgimiento, desarrollo y evolución de las publicaciones
científicas impresas (pues atender el adjetivo electrónico, sin considerar
el impreso, podría ser, más que riesgoso, imposible). En esta misma
línea se abordan las transformaciones que las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación han generado en el ámbito editorial.
35. LÓPEZ ORNELAS, MARICELA, GRACIELA CORDERO
ARROYO, JAVIER ORGANISTA SANDOVAL
Y KIYOKO NISHIKAWA ACEVES
“Revista impresa o electrónica. ¿Cuál es la alternativa? El caso de la
Revista de Investigación Educativa (REDIE)”, en revista electrónica
Pixel-Bit. Revista de Medios y Educación, núm. 25, enero de 2005,
Universidad de Sevilla, Sevilla (http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/
pdf/368/36802503.pdf ).
269
Huellas compartidas
En primer término, se presenta una breve descripción acerca del
desarrollo de las publicaciones académicas en formato electrónico
en el ámbito internacional. Posteriormente se aborda el tema de la
conceptualización de las revistas electrónicas y se presentan las ventajas
y los retos de estas publicaciones, ejemplificados con la experiencia de
la Revista Electrónica de Investigación Educativa (REDIE). Finalmente,
se reflexiona sobre los cambios económicos, técnicos y legales que
trae consigo el impacto de las nuevas tecnologías de la información
en la difusión del conocimiento científico.
36. LÓPEZ ORNELAS, MARICELA,
GRACIELA CORDERO ARROYO
“La experiencia de validar un instrumento para evaluar revistas académicas electrónicas”, en revista electrónica Razón y Palabra, núm. 31,
febrero-marzo de 2003, Instituto Tecnológico de Estudios Superiores
de Monterrey, Campus Estado de México (http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n31/mlopez.html).
Y
Las revistas académicas digitales, cuya característica es la distribución de su información a través de redes “electrónicas”, particularmente internet, resultan ser, independientemente de su formato,
tan legítimas como las que emplean un soporte analógico para su
divulgación. Los retos que enfrentan este tipo de publicaciones, a
partir de la incorporación de las innovaciones tecnológicas, crearon
la necesidad de establecer un instrumento para evaluar la calidad de la
publicación. Diseñado el esquema, se consideró indispensable utilizar
un método para medir su capacidad y riesgo antes de ser aplicado.
En este trabajo se describe la metodología utilizada para validar la
pertinencia del esquema a partir de la opinión de 35 editores de
revistas académicas electrónicas difundidas en internet. Los jueces
invitados a participar analizaron y comentaron los criterios e indicadores requeridos en el instrumento, determinando hasta qué punto
el instrumento resultó adecuado para su propósito: evaluar revistas
académicas electrónicas en internet.
37. LOZANO RENDÓN, JOSÉ CARLOS
“Del imperialismo cultural a la audiencia activa: aportes teóricos recientes”, en Comunicación y Sociedad, núm. 10-11, septiembre de
1990-abril de 1991, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, pp.
85-106.
270
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
Se propone un debate teórico en que la validez conceptual particular, tanto de la tesis del imperialismo cultural como de las más
recientes críticas de sus oponentes, pueda discutirse a la luz de estudios
empíricos recientes. Ni la tesis del imperialismo cultural ni sus críticas
empíricas han sido adecuadamente expuestas. Una combinación de
los dos enfoques, aunque parezca imposible, podría lograrse eventualmente buscando con mayor detenimiento las ventajas y desventajas
comparativas específicas.
38. LOZANO RENDÓN, JOSÉ CARLOS
“Enfoques teóricos para el estudio de la cultura en la frontera de México
con los Estados Unidos”, en Río Bravo. A Bilingual Journal of International Studies, vol. I, núm. 1, otoño de 1991, The University of
Texas-Pan American, Edinburg, pp. 27-46.
Este artículo revisa primero las opiniones de algunos de los
investigadores de la frontera más prominentes sobre la identidad
psicosocial de los fronterizos. Posteriormente, se sugieren algunos
enfoques teóricos para el estudio de la ideología y la cultura de la
región. Finalmente, se revisan algunas evidencias empíricas sobre la
penetración y la resistencia cultural en esta área de México.
39. LOZANO RENDÓN, JOSÉ CARLOS
“Identidad cultural, actitudes políticas y valores socioculturales en Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y San Luis Potosí”, en Estudios
Fronterizos, núm. 22, mayo-agosto de 1990, Universidad Autónoma
de Baja California, Mexicali, pp. 59-80.
Mediante el uso de la base de datos que constituye la Encuesta
Socioeconómica Anual de la Frontera 1987 (ESAF87), de El Colegio
de la Frontera Norte, el presente artículo discute las actividades políticas hacia Estados Unidos y ciertos valores familiares tradicionales de
México en los encuestados de Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo
y San Luís Potosí. Mediante el análisis de las escalas de actitudes sobre
el sistema capitalista, sobre los Estados Unidos y sobre las premisas
socioculturales definidas por Rogelio Díaz Guerrero, como características de elementos de la cultura tradicional mexicana, se concluye que
la clase social y el sexo constituyen variables más útiles para predecir
la pérdida de identidad cultural que la proximidad geográfica con
los Estados Unidos.
271
Huellas compartidas
40. LOZANO RENDÓN, JOSÉ CARLOS
“Imágenes de México en la prensa norteamericana: análisis comparativo
de la cobertura de México en Times y Newsweek de 1980 a 1986”, en
Comunicación y Sociedad, núm. 7, septiembre-diciembre de 1989,
Universidad de Guadalajara, Guadalajara, pp. 77-102.
Este trabajo analiza el tipo de cobertura informativa que la prensa
norteamericana ofrece sobre México e intenta evaluar la medida en
que dicha cobertura destaca, principalmente, crisis y conflictos. El
principal supuesto de la investigación es que la forma en que la prensa
norteamericana cubre y define los sucesos mexicanos influye y refleja
al mismo tiempo la política exterior de Estados Unidos sobre México
y el apoyo público a dicha política.
41. LOZANO RENDÓN, JOSÉ CARLOS
“Issues and Sources in Spanish-language TV: A comparison of Noticiero Univisión and NBC Evening News”, en Frontera Norte, vol. I, núm. 1, enerojunio de 1989, El Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, pp. 151-173.
El artículo presenta los resultados de un análisis de contenido sobre
los temas y las fuentes informativas incluidas en el Noticiero Univisión
y los compara con el contenido del programa noticioso nocturno de la
cadena NBC. El autor concluye que no hay diferencias radicales entre
uno y otro programas en temas y enfoques, y que el Noticiero Univisión
proporciona mayor acceso a fuentes informativas anglosajonas que
hispanas. En el plano nacional, el noticiero en español brinda la mayor parte de su tiempo a funcionarios gubernamentales anglosajones
del más alto nivel, y difunde las noticias desde Washington y Nueva
York, no desde las ciudades norteamericanas con mayor número de
habitantes hispanos. En la información internacional, el noticiero
parece reproducir la tendencia típica de subrayar accidentes y violencia
en el tercer mundo, especialmente en América Latina.
42. MÉNDEZ FIERROS, HUGO
“Representaciones mediáticas del agua, el clima y la energía eléctrica
en zonas áridas. El caso de Mexicali, B. C.”, en Culturales, vol. III,
núm. 6, julio-diciembre de 2007, Universidad Autónoma de Baja
California, Mexicali, pp. 121-146.
En este ensayo se analizan las representaciones mediáticas de la
interacción entre seres humanos y entorno natural. Fueron evaluados
272
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
tres elementos fundamentales en la historia de la ocupación de territorio árido, que devino la ciudad de Mexicali: agua, clima y energía
eléctrica. Para tal efecto, se realizó un análisis de contenido de 618
notas periodísticas en tres diarios locales: La Voz de la Frontera, Novedades y La Crónica de Baja California, en distintos momentos que
cubren el periodo entre 1967 y 2006.
43. MARTÍNEZ LOZANO, CONSUELO PATRICIA
“El esquema cultural de género y sexualidad en la vida cotidiana. Una reflexión teórica”, en Culturales, vol. I, núm. 2, julio-diciembre de 2005,
Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali, pp. 30-62.
El presente trabajo intenta desarrollar una breve reflexión teórica
en torno a los roles de género y sexualidad construidos de acuerdo
con patrones culturalmente establecidos y en contraste con la manera
en que mujeres y hombres ejercen su sexualidad en su entorno inmediato y en su vida cotidiana. Esto nos lleva a reflexionar acerca de los
procesos y formas en que los individuos enfrentan cotidianamente
los esquemas de género socialmente aprendidos, imprimiéndoles variaciones o resistencias en el ejercicio de la vida cotidiana. La vivencia
y práctica diaria de los roles de género y sexualidad que mujeres y
hombres desarrollan a diario no siempre corresponden a la configuración cultural de dichos roles.
44. MIXCO, MAURICIO J.
“The linguistic affiliation of the ñakipa and yakakwal of Lower California”, en International Journal of American Linguistics, vol. 43, núm. 3,
julio de 1977, The University of Chicago, Chicago, pp. 189-200.
El objetivo de este artículo es el determinar la afiliación lingüística de los pueblos ñakipa y yakakwal de Baja California, que se
extinguieron antes de la llegada del siglo XX. Las conclusiones son
presentadas con base en algunos apuntes de campo coleccionados
por J. P. Harrington en Baja California, que contienen los únicos
vocabularios disponibles del lenguaje de estos pueblos.
45. MORALES LIRA, RICARDO
“De sujetos, redes y prácticas culturales”, en Anuario de Investigación
de la Comunicación Coneicc, núm. 8, 2001, Coneicc, México, pp.
139-152.
273
Huellas compartidas
Cada sociedad tiene su concepción de juventud a partir de su
constante ejercicio histórico en la construcción de las múltiples
formas de ser joven. Desde los efebos atenienses, los guerreros
romanos, los nobles y plebeyos medievales hasta los punks, rastas,
rockers y fresas de nuestros días (entre otras tipificaciones), las
instituciones adultas (Iglesia, milicia, escuela, familia, sistemas
jurídicos, etcétera) han puesto en marcha estrategias de configuración de mentalidades, culturas, sensibilidades, cuerpos, miradas,
y que desde la óptica de la hegemonía consideran lo propio para
este grupo.
46. MORALES LIRA, RICARDO
“La juventud como imagen”, en Texto Abierto, año 1, núm. 1, 2001,
Universidad Iberoamericana León, León, pp. 139-151.
El concepto de juventud encierra en sí mismo una rica gama polisémica plena en adjetivaciones y, sobre todo, referentes semánticos
sobre un momento específico de la vida. Reflexionar sobre la construcción de imaginarios de juventud es la propuesta que se presenta
en este artículo.
47. MORALES LIRA, RICARDO
“Cultura tecnológica. Los avatares de los maestros del Programa Nacional
de Educación a Distancia”, en Anuario de Investigación de la Comunicación Coneicc, núm. 6, 2000, Universidad Iberoamericana/Coneicc/
Instituto Tecnológico de Monterrey, México, pp. 175-180.
El estudio tiene como objetivos fundamentales explorar y describir
las relaciones y los usos que establecen los maestros con las tecnologías,
así como su competencia tecnológica desarrollada en relación con su
práctica pedagógica.
48. MORALES LIRA, RICARDO
“Rutas laborales y conexión tecnológica. Biografía tecnológica de Raúl
Garza y Treviño”, en Anuario de Investigación de la Comunicación
Coneicc, núm. 6, 2000, Universidad Iberoamericana/Coneicc/Instituto Tecnológico de Monterrey, México, pp. 181-190.
La modernidad llega a México y con ella, entre otras cosas, la
intensificación de la apertura de nuestros mercados nacionales hacia
los internacionales. En medio de esta modernidad, mientras las clases
274
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
medias se hacían presentes en el escenario urbano reclamando su
presencia social, las estructuras de la sociedad se masificaban, y conjuntamente con lo anterior se daba la explosión y desarrollo acelerado
de los grandes medios de difusión electrónica; el área terciaria de
servicios iniciaba su imposibilidad de atender las demandas; también
la educación se masifica imponiendo un proceso de especialización
y segmentación educativa.
49. MORALES LIRA, RICARDO
“La juventud como imagen”, en Espacios de la Comunicación, núm. 4,
2000, Universidad Iberoamericana, México, pp. 373-384.
El autor explora el contexto histórico en el que aparecen las culturas juveniles y sus manifestaciones en diferentes ámbitos como el
cine y la literatura, así como su inserción en los estudios culturales;
hace también una revisión de los trabajos realizados en México sobre
este tema.
50. MORALES LIRA, RICARDO
“De redes, creadores y sujetos otros: las redes de comunicación y cultura en los jóvenes”, en Espacios de la Comunicación, núm. 2, 1998,
Universidad Iberoamericana, México, pp. 237-246.
Este texto es una propuesta para investigar las redes sociales que
generan los jóvenes dentro de sus entornos urbanos. El autor plantea
la importancia de indagar acerca de los nuevos sujetos e identidades;
sobre sus redes de relaciones y lo que culturalmente crean, y sobre la
construcción de sensibilidades juveniles.
51. MORALES LIRA, RICARDO
“El filin de la vida. Cultura, comunicación y cotidianidad urbana”, en
Espacios de la Comunicación, núm. 3, 1998, Universidad Iberoamericana, México, pp. 285-300.
En palabras del autor, este trabajo, más que una propuesta
académico-discursiva, es una apuesta emocional-reflexiva por
comprender(nos), conocer(nos) como sujetos inmersos en relaciones
y prácticas culturales múltiples. Se trata de una serie de notas que
quieren ser guías reflexivas nacidas en la experiencia propia de la
investigación. El autor profundiza sobre las identidades en la vida
urbana, los otros sujetos y los otros lenguajes.
275
Huellas compartidas
52. MORALES LIRA, RICARDO
“De redes, creadores y sujetos otros. Las redes de comunicación y cultura en los jóvenes”, en revista electrónica Razón y Palabra, primera
edición especial, julio de 1997, Instituto Tecnológico de Estudios
Superiores de Monterrey, Campus Estado de México (http://www.
razonypalabra.org.mx/mcluhan/mcluhan.html).
Preguntarnos por el otro una y otra vez. Indagar su actuar,
su estar en el mundo. Escudriñar sus miradas y admirar la manera como éstas se moldean junto con los cuerpos. Rastrear las
improntas, las huellas que hombres y mujeres dejan a través de
sus rutas, viajes, navegaciones, y que se convierten en índices a
ser leídos. Leer en ellas nuestra memoria, los proyectos vitales e
históricos que hacen de la cotidianidad nuestra pequeña ínsula,
nuestra gran aventura. Es, entonces, el momento de comenzar a
indagar acerca de los nuevos sujetos e identidades; sobre sus redes
de relaciones y lo que culturalmente crean; sobre la construcción
de sensibilidades jóvenes con características hasta hace poco
inexistentes, impensables, mismas que hoy tienen un papel protagónico en los escenarios sociales. Así las cosas, este texto es una
primera propuesta para investigar las redes sociales que generan
los jóvenes en sus entornos urbanos. El documento está armado
por ideas sueltas que funcionan como punto de arranque para
cuestionarnos acerca de las nuevas configuraciones de relaciones
entre los actores-red ubicados justo en el lugar “natural” de su
existencia: la estructura social.
53. MORALES LIRA, RICARDO, Y ALFONSO GARCÍA CORTEZ
“La Revolución también es una calle. De frentes, fronteras y cruces
culturales”, en Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, época II,
vol. 1, núm. 2, diciembre de 1995, Programa Cultura-Universidad
de Colima, Colima, pp. 9-32.
Desde hace aproximadamente dos décadas, el estudio sobre las
problemáticas relacionadas con la cultura ha recobrado bríos y, a
la vez, ha renovado las maneras de mirar e investigar las distintas
modalidades de la organización social de los sentidos. El objetivo de
esta investigación se centra en conocer qué tipo de ofertas, prácticas
y públicos culturales se han venido conformando en lo que va del
siglo en México.
276
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
54. MURÍA, MAGALI, Y TEÓFILO CHÁVEZ
“¿Cómo vemos a nuestros vecinos del norte? Apuntes sobre la representación de San Diego en la prensa de Tijuana”, en Comunicación y
Sociedad, nueva época, núm. 6, julio-diciembre de 2006, Universidad
de Guadalajara, Guadalajara, pp. 37-57.
Las fuertes contradicciones de la relación bilateral entre México y
Estados Unidos son mucho más visibles en la frontera. Esto se observa en
el contenido periodístico, que refleja y refuerza imágenes y estereotipos,
e influye en cómo se ve a quienes viven del otro lado de la línea divisoria.
Por medio de un análisis de contenido de las noticias, anuncios publicitarios y clasificados del periódico El Mexicano, se busca aquí encontrar
algunas pautas para abordar la discusión en torno a la representación
de San Diego en la prensa de Tijuana, y sugerir vínculos con tendencias
históricas y prácticas culturales presentes en la región.
55. NISHIKAWA ACEVES, KIKOYO
“La difusión vía Internet del conocimiento sobre educación en México.
Estudio de la primera generación de revistas electrónicas de educación”, en revista electrónica Zer. Revista de Estudios de Comunicación,
núm. 14, mayo de 2003, Universidad del País Vasco, Bilbao (www.
ehu.es/zer/zer14/difusion14.htm).
El medio electrónico, específicamente internet, es una herramienta
de comunicación que ha sido escasamente utilizada para la difusión
del conocimiento en las ciencias humanas y sociales en México. En
el campo de la educación, hasta los últimos cuatro años no se puede
hablar de un desarrollo en este tipo de publicaciones. El presente
trabajo parte de una revisión de la primera generación de revistas
en línea sobre educación editadas en México, con el propósito de
analizar cómo se aprovechan los recursos y las ventajas de difusión
y comunicación que ofrece este tipo de medio a la producción de
publicaciones periódicas en educación.
56. NISHIKAWA ACEVES, KIKOYO
“La oralidad como acercamiento a las identidades culturales en la vida
familiar”, en Espacios de la Comunicación, núm. 4, 2000, Universidad
Iberoamericana, México, pp. 283-296.
La autora expone una propuesta metodológica para comprender
la construcción de identidad en dos familias de migrantes japoneses
277
Huellas compartidas
residentes en la ciudad de Ensenada. La estrategia sigue dos líneas
principales: la historia oral y las genealogías sociales. En este ensayo
se exponen tanto las técnicas como el trabajo de campo en sí.
57. ORTEGA VILLA, LUZ MARÍA
“Uso de métodos cualitativos y cuantitativos en el estudio del consumo
de bienes culturales en sectores populares de Mexicali, B. C.”, en
Estudios Fronterizos, nueva época, vol. 8, núm. 16, julio-diciembre
de 2007, Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali, pp.
43-63.
En este trabajo se presenta de manera sucinta la metodología con
la que se ha abordado el consumo de bienes culturales en sectores populares de Mexicali, y que incluye tres fases: aplicación de una encuesta
(técnica cuantitativa), elaboración de una tipología a partir de un
análisis multivariado (minería de datos) y realización de entrevistas a
casos-tipo seleccionados (técnica cualitativa), las cuales son analizadas
desde una perspectiva multidimensional cuyas categorías recuperan
los aportes de la mercadotecnia respecto de la elaboración de visiones
del consumo y la puesta en marcha de estrategias de resolución de
conflictos en la toma de decisiones de consumo de bienes culturales,
y las contribuciones de la sociología para la identificación de aspectos
reproductivos del consumo relacionados, sobre todo, con el capital
educativo y el origen social, así como para el registro de estrategias de
evaluación simbólica de los bienes culturales legitimados.
58. ORTEGA VILLA, LUZ MARÍA
“Tipología del consumo de bienes culturales en Mexicali, B. C.”, en
Frontera Norte, núm. 36, julio-diciembre de 2006, El Colegio de la
Frontera Norte, Tijuana, pp. 53-85.
A partir de la información de un estudio realizado en 2003 entre
sectores populares de la ciudad de Mexicali, Baja California, este
trabajo presenta los resultados de la aplicación de técnicas de análisis
multivariado a un conjunto de variables seleccionadas, con el propósito de establecer una tipología del consumo de bienes culturales entre
la población objeto de estudio. Para ello se delimitan los conceptos
utilizados, se exponen brevemente los antecedentes del estudio que
sirvió de base, así como la metodología utilizada, y se describen las
características de los cuatro tipos de consumo resultantes. En esta
tipología, el nivel de marginalidad, como expresión de la desigualdad
278
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
económica, resulta elemento fundamental para comprender las diferencias identificadas en el consumo de bienes culturales.
59. ORTEGA VILLA, LUZ MARÍA
“El conocimiento de la función extensión por parte de sus trabajadores en la UABC”, en Revista de la Educación Superior, vol. XXXII (2),
núm. 126, abril-junio de 2003, ANUIES, México, pp. 25-39.
La extensión de la cultura y los servicios es reconocida como una
función sustantiva de las universidades mexicanas; sin embargo, en la
práctica enfrenta diversos problemas, entre los que se cuenta la falta
de inteligibilidad que tiene tanto para la comunidad externa como
para los propios universitarios, en especial los que laboran en las áreas
de la función de extensión.
La investigación que sustenta este artículo tuvo cuatro objetivos
particulares, de los cuales se muestran los resultados relativos a los
niveles de conocimientos que tienen los extensionistas de la Universidad Autónoma de Baja California acerca de la misión universitaria
y los fines de la función extensión.
60. ORTEGA VILLA, LUZ MARÍA
“De los puentes para los campos. Reflexiones en torno a la divulgación de
la ciencia”, en revista electrónica Razón y palabra, núm. 32, abril-mayo
de 2003, Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey,
Campus Estado de México (http://www.razonypalabra.org.mx).
La divulgación de la ciencia ha transitado un difícil y largo camino
para ir legitimándose como actividad profesional. Sin embargo, aun
cuando las instituciones nacionales dedicadas al fomento de la ciencia
y la tecnología ya le reconocen su importancia como elemento para
promover el desarrollo de una cultura científica, continúa ubicada en
una posición subordinada, y muchas veces todavía marginal, quizá
por el equívoco de querer incluirla en el campo de la ciencia y no en
el de la cultura.
61. ORTIZ MARÍN, MANUEL
“Las fronteras entre poder, Estado y medios de comunicación masiva
desde la teoría crítica”, en Estudios Fronterizos, nueva época, vol. 7,
núm. 14, julio-diciembre de 2006, Universidad Autónoma de Baja
California, Mexicali, pp. 9-31.
279
Huellas compartidas
Se presenta una concepción de poder, desde la mirada de la teoría
crítica, que permite comprender el complejo tejido que engarzan
las relaciones de poder en la mayoría de las actividades humanas.
Asimismo, se aborda el papel del Estado como elemento regulador
de las distintas fuerzas de carácter institucional que operan en su
interior como estructuras de poder y la función que cumplen los
medios de comunicación masiva en la complejidad de las sociedades
modernas.
62. ORTIZ MARÍN, MANUEL
“La interdependencia estructural entre el Estado y la prensa en Baja California”, en Question, núm. 10, mayo de 2006, Facultad de Periodismo
y Comunicación Social-Universidad de La Plata, Buenos Aires.
En el estudio de los fenómenos de comunicación social se han
analizado y discutido, desde distintos enfoques teóricos, los procesos
de mediación entre poder, Estado y medios de comunicación masiva.
En noviembre de 1989, en Baja California, México, tomó posesión
Ernesto Ruffo Appel como gobernador de la entidad. En particular,
el caso bajacaliforniano fue importante ya que por primera ocasión
en casi 70 años en la historia moderna de México, mediante un proceso democrático, arribó al poder un miembro del Partido Acción
Nacional (PAN), un partido de oposición al entonces gobernante
Partido Revolucionario Institucional (PRI). Los seis años de gestión
administrativa estatal de Ruffo y la interdependencia de éste con la
prensa escrita de Baja California son el motivo de este trabajo de
investigación, que busca esclarecer las relaciones de poder entre los
diferentes actores sociales que participaron en esta importante etapa
de la historia de Baja California.
Este reporte de investigación podrá ofrecer a quienes se interesen
sobre el tema de las relaciones entre el Estado y los medios de comunicación masiva un modelo para futuros ejercicios de investigación de corte
crítico mediante la utilización de metodologías de corte cualitativo.
63. ORTIZ MARÍN, MANUEL
“La comunicación social en Baja California. La mediación entre el
Estado y la prensa (1989-1995)”, en Anuario de Investigación de la
Comunicación Coneicc, núm. 6, 2000, Universidad Iberoamericana/
Coneicc/Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey,
México, pp. 139-152.
280
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
Analizar el espacio político es adentrarse en la opacidad de una
realidad social que, como la mexicana, ofrece múltiples lecturas
desde distintos ángulos. La propuesta de este ensayo es iniciar un
acercamiento al quehacer político que emerge de la alternancia en
el poder en Baja California a partir de 1989 y reflexionar acerca del
relato de los hechos que hicieron los medios de difusión masiva, en
especial la prensa estatal, que convirtió a la ciudadanía bajacaliforniana, a sus partidos políticos y a su gobierno en protagonistas de uno
de los capítulos más importantes de la historia reciente del México
contemporáneo.
64. ORTIZ MARÍN, MANUEL
“La radio universitaria en la UABC”, en Revista de la Educación Superior, núm. 103, julio-septiembre de 1997, ANUIES, México, pp.
129-143.
La radio en México es un medio de comunicación social indispensable para el logro de nuestra identidad e integración nacionales,
pues presenta en su conjunto la máxima cobertura y penetración
comparativamente con cualquier otro de los medios de comunicación.
¿Cuál es el objeto de una radio universitaria? Según Sixto Candela, “las
emisoras universitarias cumplen tareas concretas en apoyo a la cultura,
la orientación, la enseñanza y la difusión de la investigación científica y
humanística… promueven la cultura y la historia universal, sobre todo
la música de alto valor estético y folklórico”. Los precarios inicios de
la estación universitaria de Baja California ejemplifican finalmente las
carencias de equipo, recursos financieros, personal capacitado y reconocimiento social que muchas de esas emisoras carecen hoy en día.
65. ORTIZ MARÍN, MANUEL, FELIPE GÜICHO Y OTROS
“Cobertura informativa en la prensa regional mexicana”, en Anuario de
Investigación de la Comunicación Coneicc, núm. 2, 1995, Coneicc,
México, pp. 241-259.
Por mucho tiempo, el estudio de la prensa mexicana fuera del
Distrito Federal fue escaso e inconsistente. En los últimos años, sin
embargo, el incremento en el número de investigadores en universidades y centros de investigación en provincia ha revertido esta tendencia,
presentándose un relativo auge de estudios sobre las características,
contenidos y contextos institucionales y económico-políticos en los
que se desarrollan los medios informativos. El Coneicc convocó en
281
Huellas compartidas
septiembre de 1993 a un taller nacional donde se propuso diseñar
un proyecto comparativo entre los representantes de las 15 escuelas
asistentes. Después de tres días de trabajo, el equipo decidió llevar
a cabo un análisis de contenido de la información nacional de los
principales periódicos diarios y noticieros de televisión de cada una
de las regiones geográficas de donde provenían los participantes. El
reporte aquí incluido constituye el primer avance relacionado con los
datos generados por este proyecto.
66. OVALLE, LILIAN PAOLA
“Entre la indiferencia y la satanización. Representaciones sociales del
narcotráfico desde la perspectiva de los universitarios de Tijuana”,
en Culturales, vol. I, núm. 2, julio-diciembre de 2005, Universidad
Autónoma de Baja California, Mexicali, pp. 63-89.
Tijuana es una de las ciudades latinoamericanas que fungen como
epicentro de la actividad transnacional del narcotráfico, y el hecho
de que en su territorio se manifieste este fenómeno, no sólo influye
en el deterioro de su sistema de seguridad pública, sino que tiene
implicaciones sociales y culturales que esperan ser estudiadas. En
este sentido, en este artículo se aborda el estudio de las representaciones sociales del narcotráfico tomando como unidad de análisis a
los jóvenes universitarios. ¿Consideran al narcotráfico un negocio o
un crimen? ¿Hasta qué punto lo perciben como una opción laboral
válida? ¿Perciben que ha disminuido o ha aumentado en la ciudad?
¿Qué sentimientos se asocian cuando piensan en los narcotraficantes
y vendedores de droga: atracción, repulsión, admiración? Todas estas
cuestiones y algunas otras son respondidas mediante esta investigación, aportando así al debate que se debe dar para descifrar los sutiles
pero fuertes lazos culturales que ha establecido el narcotráfico en una
ciudad como Tijuana.
67. PÉREZ ORDUÑA, NORA E.
“Un viaje en familia: historia oral y genealogías culturales”, en revista
electrónica Razón y Palabra, primera edición especial, julio de 1997,
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus
Estado de México (http://www.razonypalabra.org.mx/mcluhan/
mcluhan.html).
En 1993, el Programa Cultura de la Universidad de Colima llevó
a Tijuana y a otras ocho ciudades la propuesta de una investigación
282
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
nacional, titulada “La Transformación de las Ofertas Culturales y sus
Públicos en México. Genealogías, Cartografías y Prácticas Culturales
en el Siglo XX”, cuyo objetivo principal fue la generación de información básica sobre los procesos culturales de la sociedad mexicana a
lo largo de los últimos cien años. Uno de los objetivos que se debían
cumplir en forma paralela al trabajo de FOCyP, era, precisamente,
crear las condiciones propicias en las diferentes ciudades de la República para el surgimiento de equipos regionales de investigación
que de manera independiente profundizaran en los resultados de la
investigación nacional y posteriormente generaran nuevos trabajos.
Esto, con el fin de descentralizar hacia las regiones la responsabilidad
de producir información.
68. RODRÍGUEZ SALA, MARÍA LUISA
“Identidad cultural en grupos sociales de la zona fronteriza de Baja
California”, en Estudios Fronterizos, año III, núm. 7-8, mayo-agosto/
septiembre-diciembre de 1985, Universidad Autónoma de Baja
California, Mexicali, pp. 69-83.
El estudio de la identidad cultural en la zona fronteriza mexicana
ha constituido un tema de investigación sociológica de creciente interés por su relación con la actual situación de crisis que se presenta
en México y que hace destacar precisamente la importancia de los
elementos identificatorios a nivel nacional y regional. No es, pues,
casual que instituciones de investigación como el Cefnomex (ahora
El Colegio de la Frontera Norte) y el Instituto de Investigaciones
Sociales de la UNAM hayan realizado trabajos sobre esta temática que,
si bien con enfoques teóricos y metodológicos diferentes, y a pesar
de ello, coinciden en sus resultados generales y se complementan y
refuerzan mutuamente.
69. RODRÍGUEZ SALA DE GOMEZGIL, MARÍA LUISA
“El lenguaje como elemento cultural de identidad social en la zona fronteriza”, en Estudios Fronterizos, año I, núm. 2, septiembre-diciembre
de 1983, Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali, pp.
153-164.
Los aspectos sociológicos de la cultura han permitido captar la importancia que para su integración, su mantenimiento y su cambio ha
tenido el aspecto simbólico, y más concretamente, el lenguaje mismo,
como el representante por excelencia del mundo simbólico. Los sociólo283
Huellas compartidas
gos y lingüistas, tanto los clásicos como los contemporáneos, han visto el
cimiento y la expresión de la cultura en el lenguaje, considerado éste en
su dimensión totalizadora, que cubre tanto al lenguaje articulado como
al gestual, al artístico y, en general, a todos aquellos que corresponden a
la zona central: la simbólica designativa, de la que hablan los lingüistas
y que se contrapone y se complementa con la existencia de la zona
periférica en la cual se ubican las formas expresivas y exclamativas, las
cuales constituyen también parte de los códigos culturales.
70. SAMANIEGO LÓPEZ, MARCO ANTONIO
“Prensa y filibusterismo en los sucesos de 1911”, en Estudios Fronterizos,
núm. 33, enero-junio de 1994, Universidad Autónoma de Baja
California, Mexicali, pp. 125-155.
Durante el siglo pasado y mediados del presente, se hizo manifiesto
el interés expansionista de empresarios norteamericanos que voltearon sus ojos hacia su frontera sur, en especial hacia Baja California.
Basado en un exhaustivo trabajo de revisión hemerográfica de los
principales diarios de la época, en este estudio se realiza un recorrido
por los diferentes sucesos que demuestran el continuo asedio de que
fue objeto la península bajacaliforniana y por las diversas posturas
que adoptó el capital norteamericano ante los intentos de anexión
de este territorio, así como la respuesta que dieron los habitantes de
la región. Todo esto enmarcado en los acontecimientos históricos del
movimiento magonista y la Revolución Mexicana.
71. SÁNCHEZ VÁZQUEZ, MARÍA ALEJANDRA
“The trouble with boredom: Contextualising the disposition, analysing
its potential”, en Culturales, vol. III, núm. 5, enero-junio de 2007,
Universidad Autónoma de Baja California, Mexicali, pp. 43-78.
En el presente artículo se analiza el aburrimiento en ambientes
museísticos. A partir de una perspectiva etnográfica, se marca la
importante diferencia entre la monotonía que afecta a los empleados
de una institución y la indeseable conducta de aquellos que parecen
andar aburridos entre los corredores. Uno de los objetivos es repensar
la importancia del aburrimiento para la vida humana; especialmente
cuando se trata de fomentar la introspección y el entendimiento. El
corolario de este artículo es el recordar que un ambiente de trabajo
poco interesante y estático es evidencia del fracaso museográfico, no
así el andar contemplativo y silencioso de los visitantes.
284
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
72. TOUDERT, DJAMEL
“La WWW en la frontera mexicana. Hacia el descubrimiento de una dimensión desconocida”, en Frontera Norte, vol. 13, núm. 24, julio-diciembre
del 2000, El Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, pp. 7-33.
El creciente uso de la World Wide Web genera un nuevo campo
de almacenamiento y de circulación para una producción discursiva
de actores localizados con la pretensión de un largo alcance espacial.
Más allá de las lógicas de desarrollo de las tecnologías de información
y su papel en la conformación de la nueva sociedad de la información,
el autor se pregunta sobre la pertinencia territorial y la fiabilidad de
las ventajas de localización frente a la tesis de la disolución espacial de
la corriente posmodernista. El desarrollo de un dispositivo empírico
para el análisis de los contenidos en red de la frontera norte mexicana
nos arroja resultados con capacidad de sustentar un campo de investigación multidisciplinario y cumplir con el propósito de fomentar
una nueva reflexión ajustada a la observación.
73. TOUSSAINT, FLORENCE, Y RAÚL NAVARRO
“Frontera Norte: estructura de poder y medios de comunicación”, en Estudios
sobre las Culturas Contemporáneas, vol. IV, núm. 11, marzo de 1991,
Programa Cultura-Universidad de Colima, Colima, pp. 131-168.
El presente trabajo es un resumen de una investigación más amplia
sobre los medios de comunicación en ambas fronteras, que se propuso
describir las características de prensa, radio y televisión de cada ciudad;
presentar a manera de reporte los rasgos que los definieran; escribir la
propiedad, la concentración y el vínculo entre los capitales invertidos,
así como, en lo posible, el origen de los mismos y la composición
de los grupos y los nexos entre ellos. Aunque muchos de los datos
que se presentan aquí se sustentan en entrevistas no acompañadas
de documentos, la información que proporcionan es indicativa. Su
validez radica en la repetición de algo que se ha convertido en dominio
público. Otro objetivo fue averiguar las preferencias y los hábitos de
la población respecto de radio, televisión y prensa. Para ello se realizó
un sondeo de opinión resuelto en forma de encuesta.
74. TRUJILLO MUÑOZ, GABRIEL
“Cine eres y en cine te convertirás”, en Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, época II, vol. 2, núm. 4, diciembre de 1996, Programa
Cultura-Universidad de Colima, Colima, pp. 125-136.
285
Huellas compartidas
¿Qué es el cine? Y tú me lo preguntas. El cine eres tú. Así podría
contestarse, en forma expedita y parafraseando los famosos versos
del poeta español Gustavo Adolfo Bécquer, una pregunta que ha
mantenido insomne a más de uno y que ha provocado polémicas y
debates de toda laya y expresión. Y es que la respuesta no es una sino
múltiple: el cine es (y usted, lector, escoja la que mejor le convenga
o atraiga) una tecnología, un espectáculo, un registro visual, una
industria, un arte, un mecanismo publicitario, un acto subversivo,
una suma de conocimientos, una visión del mundo, una puesta en
escena, un guión filmado, un híbrido, un documento.
75. VALENZUELA ARCE, JOSÉ MANUEL
“Fronteras y representaciones sociales: la figura del pocho como estereotipo del
chicano”, en Aztlán: A Journal of Chicano Studies, vol. 29, núm. 1, primavera de 2004, Universidad de California, Los Ángeles, pp. 125-133.
El término “pocho es una palabra peyorativa con la cual se ha
etiquetado a la población chicana y, en muchos casos, a los residentes
de la frontera norte de México. Este ensayo, de carácter sociohistórico,
busca desentrañar los significados que en torno a la imagen del chicano
se han construido desde diversos lugares sociales.
76. VALENZUELA A., JOSÉ M., Y FIAMMA MONTEZEMOLO
“Nortec: il movimento elettronico a Tijuana”, en Critica Sociologica,
núm. 146, septiembre de 2003, SIARES/ Fabrizio Serra Editor,
Roma, pp. 39-48.
Este texto presenta un panorama sociocultural de la música
electrónica en Tijuana a partir de uno de sus principales exponentes:
Nortec. Analiza el contexto social y geográfico de este movimiento
musical, así como la propuesta estética y argumentativa de las canciones del colectivo Nortec.
77. VALENZUELA ARCE, JOSÉ MANUEL
“Al otro lado de la línea. Representaciones socioculturales en las narrativas sobre la frontera México-Estados Unidos”, en Revista Mexicana
de Sociología, año LXII, núm. 2, abril-junio de 2000, Universidad
Nacional Autónoma de México, México, pp. 125-149.
En este artículo se analiza la conformación de diversos ámbitos socioculturales en la frontera entre México y Estados Unidos, destacando
286
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
su condición heterogénea y sus expresiones rizomáticas. Para ello, se
abordan algunas de las principales representaciones sobre “la frontera”,
“lo fronterizo” y “las fronteras culturales” entre la población mexicana,
chicana y anglosajona y se definen varios conceptos relevantes para
una discusión teórica sobre las culturas fronterizas.
78. VALENZUELA ARCE, JOSÉ MANUEL
“Norteños ayankados. Discursos y representaciones de la frontera”, en
Comunicación y Sociedad, núm. 38, julio-diciembre de 2000, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, pp. 37-57.
Las representaciones sociales constituyen construcciones intersubjetivas que se recrean a partir del uso del lenguaje. Por ello, resulta
relevante analizar la construcción de los discursos sobre la frontera. La
concepción acerca de ésta, la forma en la que se integran los discursos
sobre lo que la frontera representa para México, para los fronterizos
propiamente considerados y para los norteamericanos, resalta la necesidad de establecer mecanismos de análisis sobre la articulación y
el sentido de los discursos sobre la frontera, a partir de una revisión
de la literatura sobre estos aspectos en una dimensión historiográfica
y simbólica.
79. VALENZUELA ARCE, JOSÉ MANUEL
Las identidades culturales frente al TLC”, en Sociológica, año 8, núm.
21, enero-abril de 1993, Universidad Autónoma MetropolitanaAzcapotzalco, México, pp. 103-129.
En este trabajo se discuten los procesos de asimilación, recreación y
resistencia cultural frente a las tendencias de globalización económica
y social que se presentan en el mundo. Para ello se analizan algunos de
los principales argumentos esgrimidos en relación con el Tratado de
Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá y sus efectos
previsibles sobre las identidades culturales de los mexicanos.
80. VALENZUELA ARCE, JOSÉ MANUEL
“Permanencia y cambio de las identidades étnicas: la población de origen
mexicano en Estados Unidos”, en Estudios Sociológicos, vol. X, núm.
28, enero-abril de 1992, El Colegio de México, México.
En este artículo se presentan algunos de los modelos teóricos a
través de los cuales se ha analizado la situación de la población de
287
Huellas compartidas
origen mexicano en Estados Unidos, enfatizando aquellos que han
tenido mayor relevancia interpretativa. Antes de entrar al análisis de
los enfoques, el autor describe dicha población, en un breve recorrido
histórico, poniendo de relieve sus características sociodemográficas.
Los enfoques a los cuales se remite son: deterministas, de aculturación
y asimilación, la teoría plural, el enfoque clasista, el colonialismo
interno y el de identidades múltiples y sincretismo cultural.
81. VALENZUELA ARCE, JOSÉ MANUEL
“Racismo y resistencia cultural: la población de origen mexicano en
Estados Unidos”, en Eslabones, núm. 4, julio-diciembre de 1992,
Universidad de Guadalajara, Guadalajara, pp. 122-128.
Este ensayo se propone reconstruir el escenario histórico y social
que ha determinado las diversas expresiones de discriminación y racismo en torno a la población de origen mexicano radicada en Estados
Unidos, así como las dinámicas y estrategias de resistencia cultural y
política de este sector social.
82. VALENZUELA ARCE, JOSÉ MANUEL
“Modernidad, postmodernidad y juventud”, en Revista Mexicana de
Sociología, vol. LIII, núm. 1, enero-marzo de 1991, Universidad
Nacional Autónoma de México, México, pp. 167-202.
Uno de los ejes centrales de la discusión en torno al ambiente
cultural de las dos últimas décadas, se refiere a la impugnación de
los conceptos de progreso y desarrollo como aspectos definitorios de
la idea de futuro de la modernidad. En el primer apartado, el autor
presenta una visión general de la modernidad y de la idea de desarrollo
y progreso; en el segundo, aborda distintas posiciones posmodernas,
y en el tercero se señalan algunas características culturales de la época
de los años sesenta, setenta y ochenta.
83. VIZCARRA, FERNANDO
“Estudios sobre comunicación en Baja California. Tendencias de investigación
y análisis 1943-2005”, en revista electrónica Global Media Journal en Español, vol. 4, núm. 7, primavera de 2007, Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey (www.gmje.mty.itesm.mx/vizcarra_fernando.html).
El presente artículo es resultado de un proceso de registro y sistematización documental, mediante el cual me propuse establecer un
288
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
panorama descriptivo sobre las publicaciones académicas, periodísticas
y de divulgación, así como tesis y trabajos terminales de licenciatura
y posgrado, encaminados a producir conocimiento y reflexión acerca
de los fenómenos comunicacionales relacionados en su sentido más
amplio con el entorno bajacaliforniano.
84. VIZCARRA, FERNANDO
“Coordenadas para una sociología del cine”, en Intercultural Communication Studies, vol. XIV-3, 2006, University of Louisville, San
Antonio, pp. 190-199.
Uno de los acontecimientos socioculturales más importantes
del siglo XX es el desarrollo del fenómeno cinematográfico. Este artículo propone algunos elementos teóricos y metodológicos para la
investigación y el análisis del universo fílmico, desde una perspectiva
fundamentalmente sociológica. Particularmente, sugiere la exploración de las categorías de lo artístico y lo industrial en el discurso
cinematográfico.
85. VIZCARRA, FERNANDO
“Arte, cine y modernidad. Los orígenes de un nuevo lenguaje”, en Texto
Abierto, año 4, núm. 6, primavera de 2005, Universidad Iberoamericana León, León, pp. 53-88.
Este ensayo se interroga por la constitución histórica del campo de
producción artística contemporáneo y sus vínculos con los orígenes
del arte fílmico, enfatizando el proceso mediante el cual las vanguardias de principios del siglo XX se apropiaron del cine como vehículo
legítimo de expresión artística.
86. VIZCARRA, FERNANDO
“Opinión pública, medios y globalización. Un retorno a los conceptos”,
en Culturales, vol. I, núm. 1, enero-junio de 2005, Universidad
Autónoma de Baja California, Mexicali, pp. 57-73.
El ensayo propone un panorama conceptual para el abordamiento
de algunos problemas esenciales de las democracias en el mundo globalizado. Sobre todo, aquellos relacionados con el papel de los medios
de comunicación como actores políticos en la formación de la opinión
pública y su responsabilidad en la preservación y profundización de
las tradiciones democráticas.
289
Huellas compartidas
87. VIZCARRA, FERNANDO
“El cine futurista y la memoria del porvenir”, en Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, época II, vol. 9, núm. 18, diciembre de 2003,
Programa Cultura-Universidad de Colima, Colima, pp. 87-100.
El ensayo registra y comenta la evolución del cine de ciencia ficción
producido principalmente en Hollywood a partir de los cincuenta. Se
trata de un breve panorama de las tendencias argumentativas, estéticas
e ideológicas situadas en el contexto de los grandes cambios sociales
y tecnológicos que han determinado el espectáculo cinematográfico,
y particularmente la ciencia ficción y su más reciente vertiente, el
cyberpunk.
88. VIZCARRA, FERNANDO
“Premisas y conceptos básicos en la sociología de Pierre Bourdieu”, en
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, época II, vol. 8, núm.
16, diciembre de 2002, Programa Cultura-Universidad de Colima,
Colima, pp. 55-67.
En la tradición de las ciencias sociales, Pierre Bourdieu pertenece
al grupo de pensadores que han logrado desarrollar formas originales
de interpretación de los fenómenos sociales y culturales a partir de la
integración creativa de la investigación empírica y la reflexión epistemológica. Lejos de pretender una síntesis de su vasta y compleja
obra, el presente texto es un intento por recuperar algunos conceptos
y argumentos centrales que articulan sus aportaciones a la sociología
de la cultura.
89. VIZCARRA, FERNANDO
“Lo artístico y lo industrial en la estética del cine. Una propuesta de
investigación”, en Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, época
II, vol. 8, núm. 15, junio de 2002, Programa Cultura-Universidad
de Colima, Colima, pp. 113-131.
En Latinoamérica, los estudios socioculturales en torno al campo
del arte y los medios de comunicación, con algunas excepciones, se
han realizado de forma paralela, con escasos lugares de encuentro y
con poca presencia en las agendas académicas, a pesar de que ciertos
elementos del arte contemporáneo y de la cultura de masas se han
amalgamado con frecuencia en los contenidos audiovisuales, principalmente en el terreno del lenguaje cinematográfico. Este artículo es una
290
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
propuesta de investigación para explorar ciertas zonas de convergencia
estética entre medios de comunicación y arte contemporáneo, en una
muestra de la vertiente del cine futurista denominada cyberpunk.
90. VIZCARRA, FERNANDO
“La formación del campo de producción artística contemporáneo y el
nacimiento del cine como arte”, en Comunicación y Sociedad, núm.
40, julio-diciembre de 2001, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, pp. 245-273.
Este ensayo analiza los principios estéticos que el arte ha transferido
al lenguaje cinematográfico, en el marco de un sistema simbólico delimitado por escenarios de confrontación entre diversos actores, grupos
e instituciones en torno a la definición y control del mundo artístico.
91. VIZCARRA, FERNANDO
“Las ciudades nómadas. Notas sobre comunicación y cultura”, en
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, época II, vol. 2, núm.
4, diciembre de 1996, Programa Cultura-Universidad de Colima,
Colima, pp. 83-92.
Con los recursos de la especulación literaria, el autor registra una
serie de paisajes y situaciones cotidianas que ilustran la complejidad
del espacio urbano. La ciudad es comprendida como un espacio de
significación donde confluyen el poder, la imaginación, la memoria,
el intercambio simbólico, los frentes culturales y la resistencia.
92. VIZCARRA, FERNANDO
“Artes, humanidades y comunicación”, en Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, época II, vol. I, núm. 2, diciembre de 1995, Programa
Cultura-Universidad de Colima, Colima, pp. 107-116.
El ensayo revela algunas tendencias generales de las sociedades
contemporáneas, a fin de establecer los marcos esenciales para incorporar los contenidos del arte y las humanidades en la formación universitaria de los comunicólogos. El punto de partida de esta reflexión
son las profundas paradojas de nuestra modernidad: globalización y
auge de las identidades tradicionales, creación de entornos artificiales y decadencia del medio ambiente, individualismo competitivo y
pobreza extrema, avance de las tecnologías de información y rezago
en la conciencia social.
291
Huellas compartidas
ANEXO 2. Índice temático
CAMPO ACADÉMICO
Diseño y evaluación curricular, 16
Formación profesional, 16
Tendencias de investigación y análisis, 37, 83
Teoría y metodología, 1, 5, 6, 8, 10, 11, 15, 19, 24, 28, 30, 33, 36, 37,
38, 43, 56, 57, 84, 88, 89
MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y COMUNICACIÓN MASIVA
Cine, 3, 21, 23, 24, 25, 26, 74, 84, 85, 87, 89, 90
Computadoras, software e internet, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 47, 55, 72
Comunicación de masas, 15, 19, 37, 61
Industrias culturales y mediáticas, 4, 26, 37
Museos, 71
Prensa y periodismo, 40, 42, 54, 62, 63, 65, 70, 73
Televisión, 3, 12, 15, 17, 18, 19, 41, 65, 73
Radio, 64, 73
Video y audiovisual, 3
ENTORNO SOCIOCULTURAL
Arte, estética y creación, 84, 85, 89, 90, 92
Ciudad y cultura urbana, 27, 42, 50, 51, 52, 53, 67, 91
Comunicación interpersonal, 8
Discursos, códigos, sentidos y significados, 1, 3, 6, 8, 10, 17, 18, 21, 22,
23, 24, 25, 40, 41, 75, 76, 77, 78
Divulgación de la ciencia y la cultura, 2, 30, 31, 32, 33, 34, 35, 36, 55, 59,
60, 64, 71.
Ecosistema y medio ambiente, 42
Educación y tecnologías de la información, 47, 48, 55
Globalización, multiculturalismo e interculturalidad, 4, 17, 77, 79, 80, 86
Identidades y prácticas sociales, 7, 9, 13, 17, 20, 24, 27, 29, 37, 38, 39,
43, 50, 51, 52, 53, 56, 67, 68, 69, 77, 79, 80, 81, 82
292
Artículos sobre comunicación y cultura en torno a BC
Lenguaje, lengua, oralidad y expresión, 7, 8, 9, 10, 11, 14, 44, 56, 69
Música, 13, 76
Oferta y consumo cultural, 6, 13, 17, 18, 21, 57, 58, 71, 73
Representaciones e imaginarios sociales, 4, 7, 9, 18, 20, 21, 22, 23, 25, 27,
29, 42, 43, 45, 46, 49, 54, 66, 75, 77, 78, 87, 91
ENTORNO SOCIOPOLÍTICO
Estado, política y medios de comunicación, 41, 61, 62, 63, 86
Medios de comunicación y relaciones internacionales, 40
Opinión pública y democracia, 86
Política, cultura y ciudadanía, 39
ACTORES SOCIALES
Chicanos, 75, 77, 80, 81
Familias, 56, 67
Indígenas, 44
Jóvenes, 17, 18, 22, 27, 29, 45, 46, 49, 50, 52, 66, 82
Migrantes, 27, 29, 56
Mujeres, 21, 24, 25, 43
ENFOQUES DISCIPLINARIOS
Antropología, 43, 44, 71
Comunicología, 1, 5, 6
Educación y pedagogía, 20, 47
Enfoques multidisciplinarios e interdisciplinarios, 57, 72
Estudios culturales/estudios de la cultura, 13, 17, 18, 21, 22, 23, 24, 25,
27, 29, 43, 49, 50, 51, 52, 53, 56, 66, 67, 74, 75, 76, 77, 78, 79,
80, 81, 82, 84, 91, 92
Historia e historiografía, 70, 78, 80
Lingüística y ciencias del lenguaje, 7, 9, 11, 14
Semiótica/semiología, 3, 5, 8, 10, 11, 15, 19
Sociología de la comunicación, 2, 17, 18, 21, 23, 24, 25, 26, 37, 40, 41,
42, 54, 61, 62, 63, 65, 73, 83, 84, 85, 86, 87, 90
Sociología de la cultura, 2, 3, 4, 7, 9, 15, 19, 22, 28, 38, 39, 45, 46, 48, 58, 68
RECURSOS TÉCNICO-METODOLÓGICOS
Análisis cualitativo, 28, 57, 89
Análisis cuantitativo, 30, 32, 33, 39, 57, 58, 66, 73
Análisis cultural, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 17, 45, 46, 51, 74, 75,
76, 77, 78, 80, 81, 82, 87, 91, 92
293
Huellas compartidas
Análisis de contenido, 41, 42, 54, 65, 72
Análisis de discurso, 23
Análisis descriptivo y comparativo, 14, 30, 32, 33, 34, 35, 36, 40, 41, 42,
47, 53, 55, 59, 62, 63, 64, 65, 68, 69, 72, 73, 83
Análisis documental y bibliohemerográfico, 5, 15, 19, 37, 38, 43, 44, 49,
61, 70, 84, 85, 86, 88, 90
Base de datos, 39
Biografía, testimonio e historia real, 13, 48, 53, 56, 57
Encuesta, 39, 57, 58, 66, 73
Entrevistas y grupos de discusión, 21, 22, 25, 26, 28
Estudios de recepción, 17, 21, 24, 25
Etnografía, 71
294
Autores
NELLY CALDERÓN DE LA BARCA GUERRERO
Licenciada en ciencias de la comunicación por la Universidad
Autónoma de Baja California, cuenta con maestría y doctorado en
ciencias humanas y tiene la especialidad en estudio de las tradiciones
por El Colegio de Michoacán. Actualmente es profesora de tiempo
completo en la UABC de Ensenada. Sus líneas de investigación e interés son el espacio público y los usos sociales de la comunicación.
Su más reciente publicación es “Música p’urhépecha y su difusión
masiva: entre el sentimiento y la hibridación” (Boletín del Instituto
Nacional de Antropología e Historia, México, 2007) y como fotógrafa
participó en Patrimonios. Cuenca del Río Tepalcatepec, libro de Esteban Barragán (El Colegio de Michoacán/Gobierno del Estado de
Michoacán, México, 2007).
SUSANA ESPINOSA
Licenciada en ciencias de la información colectiva con especialidad en periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de
México y maestra en ciencias de la comunicación social por la Universidad de La Habana, Cuba, donde actualmente cursa el Doctorado
en Ciencias de la Comunicación. Es profesora de tiempo completo
en la Facultad de Ciencias Humanas de la UABC. Allí coordina la
Unidad de Comunicación Organizacional. Su campo de interés es
la construcción de sentidos en los procesos de comunicación organizacional. Su publicación más reciente es “Mercado y campo laboral
del comunicador organizacional” (Revista Universitaria de la UABC,
año 4, núm. 53, 2006, Mexicali).
DAVID GONZÁLEZ HERNÁNDEZ
Es licenciado en ciencias de la comunicación por la Universidad Iberoamericana Noroeste (UIA) y maestro en comunicación con
295
Autores
especialidad en difusión de la ciencia y la cultura por el Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) en Guadalajara, Jalisco. Actualmente estudia el Doctorado en Comunicación
en la Universidad de California en San Diego (UCSD). Es profesor
de tiempo completo y coordinador de Posgrado e Investigación en
la Escuela de Humanidades de la UABC, Unidad Tijuana. Es coordinador académico de la Asociación Mexicana de Investigadores en
Comunicación (AMIC), periodo 2007-2009, donde además coordina
desde 2005, junto con Guillermo Orozco, el Grupo de Investigación
sobre Recepción, línea de investigación en la que trabaja junto con las
de medios de comunicación y frontera. Sus publicaciones recientes
son “Watching Over the Border: A Case Study of the Mexico-United
States Television and Youth Audience” (Angharad N. Valdivia –ed.–,
Latina/o Communication Studies Today, Peter Lang, Nueva York,
2007) y el libro El sueño americano en México. Televisión estadounidense y audiencias juveniles en Tijuana (Universidad Autónoma de
Baja California, Mexicali, 2008).
ARMANDO GUTIÉRREZ
Licenciado en ciencias de la comunicación por la UABC y
pasante de la Maestría en Comunicación de la Universidad de La
Habana, Cuba. Es productor de video y televisión. Actualmente es
profesor de tiempo completo en la Facultad de Ciencias Humanas
de la UABC, donde funge como coordinador del Taller de Televisión.
Su ámbito de interés es la cultura urbana y los medios audiovisuales.
Publicación reciente: “Nuevas tecnologías y televisión: evolución
del consumo y la producción televisiva en Baja California” (Manuel
Ortiz –coord.–, Los medios de comunicación en Baja California, UABC/
Porrúa, México, 2006).
GERARDO LEÓN BARRIOS
Licenciado en ciencias de la comunicación por la Universidad
Iberoamericana Tijuana y maestro en comunicación por el Instituto
de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Es profesor de tiempo
completo en la Escuela de Humanidades de la UABC en Tijuana.
También ha impartido cátedra en la Universidad Iberoamericana en
296
Autores
Tijuana y León. Sus áreas de interés son el campo académico de la
comunicación en México, comunicación y cultura urbana, y comunicación e intersubjetividad. Entre sus publicaciones se encuentran
“La formación en Comunicación en Tijuana. Apuntes sobre un
modelo de plan de estudios de la Licenciatura en Comunicación
de la UABC, Tijuana” (Anuario de Investigación de la Comunicación
Coneicc, XIII, México, 2006), “El grupo de discusión como artefacto científico para el análisis social” (Razón y Palabra, núm. 57,
junio-julio de 2007, ITESM-Estado de México –http://www.razonypalabra.org.mx/–) y “¡Taxi, taxi to the border! Los taxistas de la
calle Revolución: vida cotidiana y prácticas culturales de un oficio”
(Castillo, García y Morales –coords.–, La Revolución también es una
calle (Universidad Iberoamericana Noroeste/XV Ayuntamiento de
Tijuana, Tijuana, 1996). Actualmente se encuentra en proceso de
edición su libro Huellas de la incertidumbre: prácticas de la migración
juvenil a Tijuana. Un estudio desde la comunicación y la cultura, que
será publicado por la UABC.
HUGO MÉNDEZ FIERROS
Licenciado en ciencias de la comunicación por la Universidad
Autónoma de Baja California, maestro en ciencias de la comunicación
por la Universidad de La Habana y doctor en estudios del desarrollo
global por la UABC. Se desempeña como profesor de tiempo completo en la Facultad de Ciencias Humanas de la UABC, donde ha sido
coordinador de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Su
campo de interés son las relaciones entre comunicación, cultura y medio ambiente. Actualmente desarrolla dos proyectos de investigación:
“Identidad y entorno natural en el desierto de Sonora” y “Políticas y
representaciones de los usos sociales del agua: caso ciudad de Mexicali”. Entre sus publicaciones más recientes destacan: “Representaciones
mediáticas del agua, el clima y la energía eléctrica en zonas áridas.
El caso de Mexicali, B. C.” (Culturales, núm. 6, julio-diciembre de
2007, CIC-Museo UABC, Mexicali) y los capítulos “Comportamiento
humano y cultura en el desierto” y “Frontera, desierto, migración:
vida y muerte” (Michael Schorr –ed.–, Estudios del desierto, Porrúa/
UABC, México, 2006).
297
Autores
RICARDO MORALES LIRA
Licenciado en ciencias y técnicas de la comunicación por la
Universidad Veracruzana y maestro en comunicación por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Es profesor de tiempo
completo en el Departamento de Arte y Comunicación de la Universidad Iberoamericana Tijuana. Sus temas de interés son redes
sociales, metodología en ciencias sociales, cultura urbana y sistemas
emergentes. Entre sus publicaciones destaca “De sujetos, redes y
prácticas culturales” (Anuario de Investigación de la Comunicación Coneicc, núm. 8, Coneicc, México, 2001), “La juventud como imagen”
(Texto Abierto, año 1, núm. 1, 2001, Universidad Iberoamericana
León, Guanajuato), la coordinación del libro, junto con Castillo y
García, La revolución también es una calle. Vida cotidiana y prácticas
culturales en Tijuana (Universidad Iberoamericana Noroeste/XV
Ayuntamiento de Tijuana, Tijuana, 1996).
LUZ MARÍA ORTEGA VILLA
Es licenciada en ciencias de la comunicación por la Universidad
Autónoma Metropolitana-Xochimilco, maestra en ciencias de la educación por la Universidad Iberoamericana Noroeste y doctora en ciencias de
la comunicación social por la Universidad de La Habana. Actualmente
es profesora de tiempo completo en la Facultad de Ciencias Humanas
de la UABC, donde además realiza investigación sobre oferta y consumo
de bienes culturales. Entre sus publicaciones más recientes se encuentran
“Uso de métodos cuantitativos y cualitativos en el estudio del consumo
de bienes culturales en sectores populares de Mexicali, B. C.” (Estudios
Fronterizos, núm. 16, julio-diciembre de 2007, UABC, Mexicali), “El norte
está más cerca de lo que parece” (Razón y Palabra, núm. 49, marzo-abril
de 2006, Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México –http://
razonypalabra.org.mx–), “Números para pensar la cultura en Baja California” (Everardo Garduño –coord.–, Cultura, agentes y representaciones
sociales en Baja California, Porrúa/UABC, México, 2006), “Tipología del
consumo de bienes culturales en Mexicali, B. C.” (Frontera Norte, núm.
36, julio-diciembre de 2006, El Colegio de la Frontera Norte, Tijuana)
y Donde empieza la carne asada. Consumo de bienes culturales en sectores
populares de Mexicali (UABC, Mexicali, 2005).
298
Autores
MANUEL ORTIZ MARÍN
Cursó la Licenciatura en Periodismo y Comunicación Colectiva en la UNAM, es maestro en docencia y administración educativa
por la UABC y doctor en comunicación social por la Universidad de
La Habana, Cuba. Asimismo, posee un posdoctorado en la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. Actualmente, es profesor de
tiempo completo de la Facultad de Ciencias Humanas de la UABC,
donde se desempeñó como director de facultad y coordinador de la
carrera de ciencias de la comunicación. Su campo de investigación
son las relaciones entre medios de comunicación y Estado en Baja
California. Sus publicaciones más recientes son “El Estado y la prensa
en Baja California (1989-2007)” (Las claves necesarias de una comunicación para la democracia, Asociación Mexicana de Investigadores
de la Comunicación –AMIC–, México, 2008), La interdependencia
estructural entre el Estado y la prensa en Baja California 1989-2007
(UABC, Mexicali, 2007) y la coordinación del libro Los medios de
comunicación en Baja California (UABC/Porrúa, México, 2006).
GRACIELA PAZ ALVARADO
Licenciada en ciencias de la comunicación por la UABC y
maestra en ciencias de la comunicación por la Universidad de La
Habana, Cuba, donde actualmente cursa el programa de Doctorado
en Comunicación Social. Es profesora de tiempo completo de la Facultad de Ciencias Humanas de la UABC, donde se desempeñó como
coordinadora de la Licenciatura en Comunicación de 1997 a 2001,
fue coordinadora de la Modalidad de Estudios Semiescolarizados de
2005 a 2006 y actualmente funge como subdirectora. Asimismo,
fue coordinadora de 2001 a 2003 del Programa de Intercambio
Académico de la Maestría en Ciencias de la Comunicación de la
Universidad de La Habana. Sus intereses de investigación giran en
torno a los planes de estudio y las orientaciones de la enseñanza de
la comunicación en México. Su publicación más reciente es “Formación y actualización profesional del comunicador organizacional.
El caso de la Facultad de Ciencias Humanas de la UABC” (Revista
Universitaria, nueva época, año 5, núm. 57, enero-marzo de 2007,
UABC, Mexicali).
299
Autores
ÁNGELA SERRANO CARRASCO
Licenciada en comunicación social y periodismo por la Universidad
Externado de Colombia y maestra en estudios latinoamericanos por la
Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente es profesora
de tiempo completo en la Escuela de Humanidades de la UABC, donde
coordina el área de Formación Profesional y Vinculación Universitaria Su
línea de investigación es interacciones y medios de comunicación en la
frontera México-Estados Unidos. Entre sus publicaciones más recientes se
encuentra “Campo académico y formación universitaria: una experiencia
de diseño curricular en la frontera”, escrito con David González y Gerardo
León (Guadalupe Chávez y Tanius Karam –coords.–, Campo académico
de la comunicación en México, Universidad Autónoma de Baja California/
Universidad de Colima, México, 2007) y “La construcción de la oferta
informativa en la prensa diaria local de la ciudad de Tijuana. Análisis del
comportamiento periodístico binacional en el periodo electoral de 2004,
como caso de estudio” (Manuel Ortiz Marín –coord.–, Los medios de
comunicación en Baja California, UABC/Porrúa, México, 2006).
ADOLFO SOTO
Licenciado en ciencias de la comunicación por la UABC y maestro
en escritura de guiones para cine y televisión por la Universidad Autónoma de Barcelona. Desde 1988 se dedica a la realización de video
documental, divulgativo y promocional. Es profesor de tiempo completo
de la Facultad de Ciencias Humanas de la UABC, donde imparte materias
correspondientes a los lenguajes audiovisuales. Es coordinador de Kamikaze Producciones, entidad productora de la misma unidad académica
y director de las muestras internacionales de cine y video Golosina Visual
y Visión Frontera. Es miembro de la Red Iberoamericana de Narrativas
Audiovisuales y del Foro Mexicano de Documentalistas. Actualmente
cursa el posgrado en políticas culturales y gestión cultural, que ofrece el
Conaculta, la OEI y la UAM-Iztapalapa, con el tema: “El cine documental
en México: situación actual, gestión y políticas culturales”.
YAZMÍN VARGAS GUTIÉRREZ
Licenciada en ciencias de la comunicación por la UABC y
maestra en ciencias de la comunicación por la Universidad de La
300
Autores
Habana, Cuba. Es profesora de tiempo completo de la Facultad de
Ciencias Humanas de la UABC, donde coordina la carrera de ciencias
de la comunicación. Fue presidenta de la Asociación Binacional de
Escuelas de Comunicación (Binacom) de 2003 a 2005. Su línea de
investigación es la comunicación organizacional.
FERNANDO VIZCARRA
Licenciado en ciencias de la comunicación por la Universidad
Autónoma Metropolitana-Xochimilco, maestro en comunicación
por la Universidad de Guadalajara y doctor en sociología por la
Universidad de Zaragoza, España. Actualmente es investigador del
Centro de Investigaciones Culturales-Museo de la UABC y director
de la revista semestral Culturales, publicación arbitrada de dicho
centro. Sus intereses de investigación se inscriben en el campo de
los estudios socioculturales y la comunicación: cine, discurso e imaginarios sociales, así como la construcción del campo académico de
la comunicación en Baja California. Entre sus publicaciones más
recientes destacan: “Estudios sobre comunicación en Baja California.
Tendencias de investigación y análisis 1943-2005” (Global Media
Journal en Español, vol. 4, núm. 7, primavera de 2007, Tecnológico
de Monterrey, –www.gmje.mty.itesm.mx–), “Coordenadas para
una sociología del cine” (Intercultural Communication Studies, vol.
XIV-3, 2006, University of Louisville, San Antonio) y “En busca de
la frontera. Identidades emergentes y migración. Apuntes para una
aproximación reflexiva” (Everardo Garduño y otros, La frontera interpretada. Procesos culturales en la frontera noroeste de México, UABC,
Mexicali, 2005).
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Esta obra terminó de imprimirse en diciembre
de 2009 en Impresora San Andrés, S. A. de C. V.,
Río Mocorito y Vasco de Quiroga, núm. 801, Col. Pro-Hogar,
Mexicali, Baja California, México.
El tiraje fue de 500 ejemplares.