UNION INTERNATIONALE DES SCIENCES PRÉHISTORIQUES ET PROTOHISTORIQUES
INTERNATIONAL UNION FOR PREHISTORIC AND PROTOHISTORIC SCIENCES
PROCEEDINGS OF THE XV WORLD CONGRESS (LISBON, 4-9 SEPTEMBER 2006)
ACTES DU XV CONGRÈS MONDIAL (LISBONNE, 4-9 SEPTEMBRE 2006)
Series Editor: Luiz Oosterbeek
VOL. 47
Miscellania
Edited by
Luiz Oosterbeek
Cláudia Fidalgo
BAR International Series 2224
2011
This title published by
Archaeopress
Publishers of British Archaeological Reports
Gordon House
276 Banbury Road
Oxford OX2 7ED
England
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www.archaeopress.com
BAR S2224
Proceedings of the XV World Congress of the I nternational Union for Prehistoric and Protohistoric Sciences
Actes du XV Congrès Mondial de l’Union I nternationale des Sciences Préhistoriques et Protohistoriques
Outgoing President: Vítor Oliveira Jorge
Outgoing Secretary General: Jean Bourgeois
Congress Secretary General: Luiz Oosterbeek (Series Editor)
I ncoming President: Pedro I gnacio Shmitz
I ncoming Secretary General: Luiz Oosterbeek
Volume Editors: Luiz Oosterbeek and Cláudia Fidalgo
Miscellania
© UI SPP / I UPPS and authors 2011
I SBN 978 1 40730782 4
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Les texts signés sont de la seule responsabilité de ses auteurs.
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LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL
SOBRE SOPORTES RUPESTRES EN CAMPANARIO
(BADAJOZ, ESPAÑA)
UN NUEVO CONCEPTO DE ESTELA DE GUERRERO
Y ESTELA-GUIJARRO DIADEMADA
A. DOMÍNGUEZ GARCÍA
C/ Segovia, nº 21 4ºB, 10005 Cáceres, España
arturodga@hotmail.com
Mª A. ALDECOA QUINTANA
c/ Góndola, nº 9, 28500 Arganda del Rey,, Madrid, España – Fundación Carpetania
a_aldecoa@fundacioncarpetania.com
Abstract: The documentation in Tamajuso Brook of a great amount of rock at open air with engraving made with incisory or
pickaxe tools has shown the outstanding of this steam of water as an artistic-symbolic space of the recent prehistory, in particular of
Final Bronze Age and Iron Age. The representations show an excellent technical quality and iconographic diversity.
The placing of several rocks with a similar iconographic like Peninsular South-western Warrior Steles next to another one, which
there is a female figure comparable to anthropomorphic steles.
The importance of this new artistic whole lies in newness of kind of support, where the representations are place: ordinary slate
outcrops instead of mobile elements.
Key words: Tamajuso Brook, Final Bronze Age, Iron Age, Warrior Steles, Anthropomorphic Stele
de la Estelas del Suroeste. Para ello mantendremos la
división en zonas geográficas que realiza Celestino Pérez
(2001)- I: Sierra de Gata; II: Valle del Tajo-Sierra de
Montánchez; III: Valle del Guadiana-Zújar; IV: valle de
Guadalquivir- y trataremos de englobar nuestro conjunto
dentro de lo que él denomina Zona III o Valle del
Guadiana-Valle del Zújar.
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo forma una pequeña parte de los
resultados obtenidos tras la ejecución del proyecto de
“Prospección intensiva y documentación de arte rupestre
en la Z.E.P.A. de La Serena: términos municipales de
Puebla de Alcocer, Esparragosa de Lares y Campanario”
financiado por la Consejería de Cultura de la Junta de
Extremadura (España), ejecutado por la Fundación
Carpetania y dirigido por Arturo Domínguez.
UBICACIÓN Y ENTORNO
Si bien los grabados mantienen cierta uniformidad en
cuanto a su técnica de ejecución e iconografía sobre todo
en los términos municipales de Puebla de Alcocer y
Esparragosa de Lares encontrando paralelos con los
grabados de las Hurdes (Sevillano, 1991), podemos
observar como en Campanario existen, en algunos casos,
claras diferencias que nos permiten realizar ciertas
matizaciones crono-culturales.
El arroyo Tamujoso, con una longitud aproximada de 8,5
Km, se localiza en el extremo Nordeste del término
municipal de Campanario y vierte sus aguas al río
Guadiana por su margen izquierda, unos 600 m. por
debajo del dique del Embalse de Orellana. Su curso alto
discurre entre suaves lomas que apenas impiden la
visibilidad del entorno. Una vez superada la carretera Ba634 se encajona flanqueado por pequeños cerros en
ambas orillas y su trazado se hace tortuoso. En su último
tramo, donde su trazado vuelve a ser más rectilíneo, se
abre en una estrecha vega. A lo largo del año, su curso es
intermitente, presentando un fuerte estiaje que seca sus
aguas. (Fig. 2.1)
En el presente artículo se pretende realizar un estudio de
aquellos elementos de iconografía adscrita a Edad del
Bronce Final que hasta el momento habían sido
localizados sobre soportes móviles, ya fueran Estelas de
Guerrero o Estelas-guijarro, y que en nuestro caso se han
documentado sobre soportes rupestres. En el transcurso
de las siguientes páginas realizaremos un estudio
pormenorizado de las distintas rocas y de sus elementos,
su contextualización dentro del conjunto en el que
aparecen, así como su incorporación al contexto general
El paisaje que acompaña actualmente al arroyo en todo su
recorrido es de tipo estepario con una cubierta vegetal
formada casi en exclusiva por pastos para el ganado
ovicáprido. Pero si atendemos a los estudios realizados
para el yacimiento de La Mata, también dentro del
Término Municipal de Campanario, se destaca una mayor
humedad ambiental a mediados del I milenio a. C. con
una estructuración del paisaje formada por, según orden
de importancia, encinares, alcornocales y bosques
riparios (fresnos, chopos, sauces, alisos y olmos). Este
Dentro del presente proyecto se han localizado un total de
175 rocas grabadas, en su inmensa mayoría inéditas,
junto a tres nuevos abrigos con pintura rupestre
esquemática.
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PREHISTORIC ART AND SYMBOLIC BEHAVIOUR
Fig. 2.1. Mapa de localización del Arroyo Tamujoso
mayores dimensiones y la mayor densidad de grabados
dentro de todo el conjunto del arroyo. Sus
representaciones son totalmente esquemáticas primando
las retículas y las formas geométricas sobre otros motivos
también no figurativos. Sus grabados están más próximos
a los localizados por nuestro equipo en Puebla de Alcocer
y Esparragosa de Lares que a las representaciones
figurativas que describiremos más adelante. (Fig. 2.2)
tercer ámbito parece poner de manifiesto la existencia de
auténticos bosques de galería, de especies hoy localizadas
en las cabeceras de los ríos. En este sentido, la mayor
humedad ambiental se traduciría en la existencia de
cursos de agua de mayor entidad y permanencia (Grau,
Duque y Cuenca, 2004, p. 68-71). Para nuestro estudio
este aspecto es muy destacable ya que podría cambiar la
idea que tenemos de los arroyos estudiados y su entorno,
y lo que hoy es un cauce puramente estacional podría
haberse tratado de un arroyo con un curso de agua mucho
más constante que discurriría junto a una dehesa.
LOS GRABADOS RUPESTRES DEL ARROYO
TAMUJOSO
A lo largo de todo el recorrido del arroyo se han
localizado un total de 27 estaciones inéditas, más la ya
conocida “Peña del Moro” de la Finca de las Gamitas
recogida por Alonso Gutiérrez Ayuso (2003) y en
adelante Roca 1. Salvando el primer y último kilómetro y
medio, las rocas con representaciones rupestres se
distribuyen por todo el curso del arroyo. Esto se debe a
que, tanto en la parte alta como en su tramo final, las
pizarras son casi inexistentes y las que encontramos no
crean buenas superficies para ser grabadas. Las diferentes
estaciones se localizan de un modo bastante disperso, con
la excepción del importante conjunto formado por las
rocas 8 a 16, localizado en la desembocadura de un
pequeño regato, afluente del Tamujoso por la izquierda,
que fluye desde la Casa del Chiquero, en una zona de
grandes afloramientos de pizarra que crean importantes
planos tanto horizontales como verticales en los que se
ejecutan los grabados.
La Roca 4 se localiza en uno de los puntos en donde el
regato discurre más encajonado y tortuoso. Se encuentra
tan próxima al regato que pueden observarse los efectos
erosivos del agua producidos en los momentos de grandes
crecidas de su curso. Iconográficamente destaca porque
únicamente se han representado cazoletas piqueteadas y
líneas incisas asociadas entre sí.
Una de sus rocas más significativas es la Roca 1. Se
localiza en la cabecera del arroyo en una zona de suaves
lomas y donde los afloramientos de pizarra son muy
someros y dispersos. A pesar de esto, la roca presenta las
El conjunto formado por las rocas 8 a 16 es el más
interesante de todo el arroyo junto con la Roca 21, de la
que hablaremos más adelante. Este grupo se localiza en
un afluente de cierta entidad de la margen izquierda del
Fig. 2.2. Vista general de la Roca 1
8
A. DOMÍNGUEZ GARCÍA & MªA. ALDECOA QUINTANA: LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL...
gran rectángulo ejecutado en un piqueteado más disperso.
Junto a todas estas figuras, se localiza también un grupo
de ocho cazoletas que no forman ninguna figura
identificable, una barra piqueteada, una mancha de
tendencia circular de piqueteado disperso y varias líneas
incisas dispersas. En los siguientes apartados
desarrollaremos con más detalle esta roca. (Fig. 2.4)
Tamujoso con una longitud aproximada de dos
kilómetros. Será junto a su desembocadura en el arroyo
principal en donde se localicen el mayor y más
interesante grupo de estaciones. (Fig. 2.3)
La Roca 10 presenta la peculiaridad de tener
representadas sus figuras sobre un plano vertical que,
junto con las rocas 15 y 16 serán las únicas, localizadas
hasta el momento, que presentan grabados prehistóricos
sobre este tipo de plano. Las figuras representadas poseen
también gran interés al tratarse de los únicos zoomorfos
conocidos en todo el arroyo. Nos encontramos ante tres
animales seminaturalistas identificables como un ciervo,
un caballo y otra figura acéfala, posiblemente otro
caballo. Junto a ellas se representa también una punta de
lanza. No está clavada en ningún animal ni apunta a
ninguno de ellos, de modo que no parece representar
ninguna escena de caza. Su adscripción cronológica
resulta complicada. Algunos de los paralelos conocidos
hasta el momento, como pueden ser los grabados del
valle de Vermelhosa y Vale da Casa dentro del Parque
Arqueológico do Vale do Côa (Simoes, M.; Arca, A.;
Jaffe, L., Fossati, A., 2000; Baptista, A. M.,1983), nos
llevan a fechas de la Edad del Hierro. Estarían, por tanto,
más en relación con los grabados incisos gruesos que con
las figuras de la Edad del Bronce del presente estudio.
Sólo un análisis detallado de estas representaciones nos
ayudará a profundizar sobre sus características y su
adscripción cronocultural. (Fig. 2.5)
Fig. 2.3. Conjunto de rocas 8-16
La Roca 8 es la primera de las rocas que nos lleva al
presente estudio ya que en uno de sus extremos se
documenta un guerrero con espada a la cintura, un
escudo, una lanza, un espejo y un punto junto a la cabeza
del antropomorfo, todos ellos piqueteados. Junto a este
conjunto, con una iconografía similar a las estelas de
guerrero, se localizan otras figuras también destacables.
En trazo inciso se definen tres figuras: dos retículas y una
gran figura triangular cruzada por varios trazos
transversales que podría definirse como un trineo muy
irregular. Junto a ellas y en trazo piqueteado, destaca un
antropomorfo de características diferentes al representado
junto al armamento, con piernas y brazos en arco y con
representación del pene. Sus paralelos hay que buscarlos
más en la pintura esquemática que en el mundo de las
estelas de guerrero. Este antropomorfo resalta también
porque tiene asido un elemento desconocido formado por
un trazo vertical en cuyo extremo superior se localiza un
Muy próxima a ella se localiza la Roca 11. Se trata de una
gran superficie ligeramente inclinada cuya parte inferior
forma parte del curso del pequeño regato afluente del
Tamujoso. En ella se localizan gran cantidad de grabados
de época contemporánea (fechados en 1965 y 71), de
cuidada elaboración pero carentes de interés históricoarqueológico. Alejados de ellos, y sin resultar afectados
Fig. 2.4. Calco completo de la Roca 8
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PREHISTORIC ART AND SYMBOLIC BEHAVIOUR
cuanto al número de figuras representadas. Entre ellas
destacan círculos concéntricos y antropomorfos entre
otras figuras. Su mal estado de conservación y el liquen
que cubre algunos puntos de la superficie impiden hacer
otras apreciaciones. A pesar de esto y a falta de un
estudio detallado, no parecen existir interrelaciones entre
los círculos y antropomorfos que pudieran representar
conjuntos iconográficos comparables a la Roca 8 o, lo
que es lo mismo, a las estelas de guerrero. (Fig. 2.7)
La Roca 15 es otra de las piedras de elevada importancia
dentro de los grabados localizados dentro del término
municipal de Campanario. Se trata de una representación
femenina con una iconografía comparable a las estelasguijarro diademadas y que estudiaremos en las próximas
líneas. (Fig. 2.8)
Muy próxima a ella se localiza la siguiente estación. La
Roca 16 tiene representada una única figura de difícil
interpretación y datación. Su cuerpo central está formado
por un conjunto de líneas curvas concéntricas,
estranguladas en su zona central y que dejan en la parte
interior un espacio en forma de óvalo también
estrangulado, en cuya parte superior están inscritos nueve
trazos horizontales y paralelos. Los trazos que definen
este óvalo se prolongan hacia la parte inferior de la figura
conformando un espacio rectangular con un trazo interior
que lo divide en dos. La parte superior de la figura está
formada por un rombo compartimentado en seis espacios
mediante un aspa y un trazo vertical que cruza tres
cuartas partes de la figura. La pátina del grabado y el
hecho de que existe una pérdida de soporte que afecta
significativamente a la figura nos permite pensar en la
antigüedad de la figura. Al no conocer paralelos para esta
representación, resulta muy complicado establecer una
aproximación crono-cultural. Como presenta unas
características similares en cuanto a su ejecución y tipo
de grabado con respecto a la figura femenina de la Roca
Fig. 2.5. Detalle del calco de la Roca 10
por éstos, se localizan tres figuras piqueteadas,
destacando la figura 1 frente a las dos barras verticales.
Está representado un antropomorfo con los brazos en asa
con su interior relleno de piqueteado muy somero y
sosteniendo un elemento en posición horizontal no
identificable al carecer de detalles. Presenta las piernas en
“V” y su cabeza está representada mediante un punto. De
ella se proyectan hacia atrás dos cuernos ligeramente
curvos y de gran tamaño. (Fig. 2.6)
La Roca 14 es, después de la Roca 1, una de las mayores
de todo el conjunto del arroyo Tamujoso y la segunda en
Fig. 2.6. Detalle del calco de la Roca 11
10
A. DOMÍNGUEZ GARCÍA & MªA. ALDECOA QUINTANA: LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL...
Fig. 2.7. Roca 14
Fig. 2.8. Roca 15 y entorno inmediato en el que se localiza
Fig. 2.10. Conjunto de Rocas 18-23 y su entorno
estudio y de difícil interpretación ya que, a pesar de su
desarrollo y abundancia dentro de la roca no representan
ninguna figura identificable, se identifican dos escudos
con escotadura en “V”, una lanza, una espada, dos
puñales y un espejo. Junto a ellas se hallan cuatro figuras
de muy difícil interpretación. Se trata de un círculo
irregular con un gran punto central y tres figuras
rectangulares, dos de ellas con cuatro puntos inscritos,
uno en cada esquina, y otra con seis puntos, uno en cada
esquina y dos en la parte central. Su técnica de ejecución
y características de trazo es similar al resto de figuras,
pudiendo hablar así de una coetaneidad entre ellas. (Fig.
2.11)
Fig. 2.9. Calco Roca 16
15, podríamos establecer, con muchas precauciones, una
cronología similar para ambas figuras. (Fig. 2.9)
Una vez realizada esta breve descripción de las
principales rocas localizadas a lo largo de todo el
recorrido del arroyo Tamujoso, realizaremos un estudio
pormenorizado de aquellas rocas con una iconografía
adscribible al Bronce Final, o lo que es lo mismo, de
aquellas con representaciones similares a las estelas del
suroeste y encuadrarlas así dentro de este fenómeno
cultural.
Si nos desplazamos unos centenares de metros aguas
abajo y sin formar un conjunto tan homogéneo como el
anteriormente descrito, encontramos las rocas 18 a 23. Se
localizan en la parte alta de la misma elevación y muy
próximas entre sí, situándose las rocas 19, 20 y 21 en el
mismo afloramiento de pizarra. (Fig. 2.10)
La Roca 21 es la última de las piedras con una
importancia muy relevante dentro del conjunto de
grabados del arroyo Tamujoso al presentar un grupo de
figuras con una iconografía similar a las estelas de
guerrero del suroeste. Además de otras líneas
piqueteadas, infrapuestas a los motivos del presente
Soporte y técnica
Para la realización del presente estudio nos centraremos
en las rocas 8, 15 y 21 ya que son las únicas piedras con
una iconografía claramente perteneciente al Bronce final
11
PREHISTORIC ART AND SYMBOLIC BEHAVIOUR
Fig. 2.11. Calco Roca 21
A pesar de estas diferencias, las estaciones mantienen
algunas características en común como son el hecho de
situarse en grandes afloramientos de pizarra, a una altura
de entre 1,5 y 2,5 m. con respecto al suelo y el hecho
anteriormente descrito de la iluminación solar.
y que pueden ser incluidas dentro de los corpus al uso de
las estelas del guerrero (rocas 8 y 21) y de las estelasguijarro (Roca 15).
Por lo que respecta al soporte en el que se localizaron,
todos los grabados están realizados sobre el mismo tipo
de roca y se emplearon las superficies planas que crean
los afloramientos de pizarras para la disposición de las
figuras. Las características de este material permiten la
realización de los grabados con bastantes detalles, sobre
todo cuando se emplea la técnica del trazo inciso fino.
Por lo que respecta a la Roca 15, se observa como existe
una clara diferenciación en cuanto a su ubicación y
elección del soporte con respecto a las otras dos rocas
anteriores. Esta figura femenina se localiza en una
superficie de reducidas dimensiones totalmente vertical,
prácticamente a ras de suelo y con una orientación que no
impide que los rayos del sol incidan directamente sobre
los grabados. (Fig. 2.12)
En cuanto al plano eligieron para ubicar los grabados sí
se observan diferencias. Así, se eligiendo planos
horizontales o ligeramente inclinados para la realización
de los grabados con una iconografía de estela de guerrero,
mientras que para la representación de la figura femenina
de la Roca 15 se utilizó una pequeña superficie
perfectamente vertical.
Por lo que respecta a la forma y tamaño del soporte
existen grandes diferencias entre las distintas rocas objeto
de estudio. La Roca 8 es una gran superficie horizontal en
la que apenas se han grabado figuras. Las que se
documentan se concentran en la mitad Sur dejando el
resto de la roca sin ningún tipo de grabado. La Roca 21
presenta un tamaño considerablemente menor, con una
inclinación de unos 25º y en la que apenas existen
espacios libres para ser piqueteados. Otra diferencia entre
ambas es la ubicación de los grabados dentro de la
superficie. En la Roca 8 las representaciones de estela de
guerrero ocupan un lugar marginal dentro de la gran
superficie. Se eligió un lateral en el que la iluminación
natural apenas incide unas horas a lo largo del día debido
a la presencia de un gran afloramiento vertical junto a los
grabados que le hacen sombra. A pesar de esta
marginalidad, se eligió un espacio claramente definido
por grietas que enmarcan las representaciones del Bronce
Final y las individualiza del resto de figuras. Con especto
a la luz, algo parecido ocurre con la Roca 21, ya que en
ningún momento del día la superficie se encuentra
totalmente iluminada por los rayos del sol. Este hecho
dificultó enormemente la toma de fotografías.
Fig. 2.12. Plantas y secciones rocas 8, 15 y 21
Al contrario de lo que ocurre en la mayoría de las estelas
de guerrero realizadas sobre esquistos en las que se ha
producido una importante pérdida del soporte, en los
casos que aquí expondremos la conservación ha sido
perfecta, con la salvedad de la pequeña fractura que
afecta a la cara de la mujer de la Roca 15. Este
excelente estado de conservación de los grabados
nos permite tener una visión completa de las nuevas
estelas sin los inconvenientes de trabajar con figuras
parciales.
12
A. DOMÍNGUEZ GARCÍA & MªA. ALDECOA QUINTANA: LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL...
A diferencia de lo que ocurre en la mayoría de las estelas
de guerrero conocidas en la que la técnica de ejecución es
la línea incisa, tanto en la Roca 8 como en la 21 se ha
empleado el piqueteado para la realización de las figuras
pertenecientes al mundo de las estelas de guerrero. En la
Roca 8 conviven dos técnicas de grabados. Junto con las
representaciones ya citadas se identifican diferentes
figuras en trazo inciso pero sin relación aparente con el
conjunto del guerrero. Por el contrario, en la Roca 21 se
eligió únicamente el piqueteado para la ejecución de
todos los motivos.
La mayoría de las estelas de la zona de Zújar han sido
realizadas sobre un soporte cuarcítico gracias a la
abundancia de este material en la zona, siendo importante
la presencia de soportes naturales de cuarcitas en amplias
zonas de El Viso, Zarza Capilla, Capilla o Cabeza del
Buey. En la zona se puede apreciar la gran cantidad de
piedras de tamaños y formas similares a estelas
amontonadas en estos campos, lo que debió facilitar
enormemente su elaboración (Celestino, 2001, p. 80). A
pesar de esta matización sobre el área del Zújar, nuestras
estelas hay que ponerlas más en relación con las dos
localizadas en Esparragosa de Lares debido a la similitud
del soporte en los que se han ejecutado. Todo el área
comprendida entre esta población y Campanario (varias
decenas de kilómetros) está cubierta por una ingente
cantidad de afloramientos de esquistos tipo “dientes de
perro”, que también pudieron haber servido para la
obtención de un soporte apropiado para la realización de
estas estelas exentas y que, por motivos hasta el momento
desconocidos, se descartaron eligiéndose estos
afloramientos naturales con optimas superficies. Se
aprovechan, por tanto, los materiales locales sin
necesidad importarlos de otras áreas alejadas. Además, su
contextualización dentro de uno de los conjuntos
postpaleolíticos de grabados de arte rupestre al aire libre
más importantes de toda Extremadura recientemente
descubiertos por nuestro equipo, nos puede ayudar a
comprender un poco mejor este mundo de las estelas del
suroeste.
El empleo de esta técnica crea problemas a la hora de
representar detalles en las figuras. Así, el pequeño
tamaño de las representaciones de la Roca 8 no permite
ningún tipo de matización en el antropomorfo, espada,
lanza o espejo. Por el contrario, en la Roca 21, el hecho
de haber grabado sus figuras con unas dimensiones
sustancialmente mayores nos permitirá analizar con más
precisión las representaciones.
Por lo que respecta a la composición de las nuevas estelas
encontramos datos muy interesantes. La Roca 8 mantiene
una unidad estilística y compositiva muy acorde dentro
del conjunto de estelas del Valle de Zújar. Se mantiene la
independencia compositiva del escudo con un tamaño no
demasiado desproporcionado con respecto a la figura
humana. Por el contrario, no se mantiene la proporción
del resto de elementos ya que el espejo tiene un tamaño
excesivo comparado con el resto de figuras que
conforman el conjunto (Celestino, ob. cit., p. 95-98). Su
estructura compositiva es comparable a la estela de
Magacela, a pesar de que ésta presente un mayor grado de
detalle en las figuras y con sustanciales diferencias en el
antropomorfo. En ambos casos el escudo cierra la parte
inferior de la composición y la lanza y espejo permanecen
juntos y en paralelo al cuerpo del guerrero. Con los dos
ejemplares de Cabeza del Buey II y Esparragosa de Lares
también encontramos similitudes sustanciales en cuanto a
la composición, pero pueden encontrarse más diferencias
formales que con la estela de Magacela.
Las características especiales de nuestras rocas generan
diferencias con respecto al resto de estelas conocidas.
Con respecto a su disposición horizontal podemos decir
que hubo por parte de los autores de los grabados una
clara intención a la hora de elegir esta ubicación, ya que
existen en la zona importantes planos verticales que
pudieron haber sido elegidos para la colocación de las
estelas y que fueron rechazados. Este importante hecho
hace pensar que estas estelas están concebidas más como
una losa que como una estela para ser vista en posición
vertical.
Por el contrario, para la Roca 15, se eligió un pequeño
plano vertical para situar la figura. Este hecho, junto a sus
proporciones y la colocación de la figura en la parte alta
de la superficie a pesar de no ser necesario clavarla en el
suelo, hace que esta nueva roca se mantenga dentro de los
parámetros conocidos hasta el momento dentro del
mundo de las estelas-guijarro. Además de estas
cuestiones de tamaño y distribución de la figura, podemos
decir que no existió una intención de trabajar la parte
lateral y posterior de la roca para tratar de conferir a la
estela un aspecto de betílo.
En cuanto a la Roca 21 es difícil encuadrar sus
represtaciones en lo que se refiere a su composición y
ubicación dentro del Valle del Zújar ya que, a pesar de
mantener una estructura bastante similar a las estelas
básicas, presenta enormes diferencias con ellas. En
primer lugar, como hecho más destacado y enormemente
novedoso, presenta dos escudos con escotadura en “V” de
características y dimensiones muy similares. Además, sus
dos puñales, la espada y lanza no se distribuyen a ambos
lados de los escudos, al igual que ocurre con las estelas
básicas de la zona de la Sierra de Gata. Este hecho
abalaría la tesis propuesta por Celestino (ob. cit., p. 95)
según la cual en la zona del Valle del Guadiana-Valle del
Zújar se abandona la constante de espada y lanza
agrupadas en horizontal sobre el escudo, pasando éste a
ocupar posiciones independizadas del resto de la
composición. En nuestro caso, la novedad radica en la
existencia de dos escudos en una misma estela y en el
hecho que parece tratarse de una evolución de las estelas
básicas.
Así, las dos estelas de guerrero no están concebidas
para ser vistas verticalmente, al contrario de lo que ocurre
con la representación de la mujer de la Roca 15, en la
que su aspecto es el de una roca clavada sobre el terreno.
Por lo tanto, se podrían cuestionar las teorías que
exponen que las estelas de guerrero con representaciones
humanas irían hincadas en el suelo (Celestino, ob. cit., p.
82).
13
PREHISTORIC ART AND SYMBOLIC BEHAVIOUR
Fig. 2.13. Estelas de guerrero de las rocas 8 y 21
Como ya se ha esbozado líneas arriba, es también una
novedad la representación de dos puñales en una misma
estela de guerrero. La presencia de este tipo de arma sólo
es conocida en la estela de Pedro Abad dentro del Valle
del Guadalquivir en la que se representa un puñal sin
ningún tipo de detalles. Los dos puñales de la Roca 21
ocupan una posición central dentro del conjunto,
paralelos a la espada, situada en la parte derecha, y
superpuestos, al igual que ésta, a una gran cantidad de
piqueteado que no llega a configurar ninguna figura
reconocible.
En el siguiente apartado realizaremos un estudio formal
mucho más detallado de los distintos elementos
representados.
Fig. 2.14. Roca 21
no estar asociados entre ellos y la ausencia de otros
elementos que nos pudiesen acercar al mundo de las
estelas de guerrero nos hace desvincular, a falta de un
estudio más detallado de la roca, estas figuras con las
representaciones de las estelas del suroeste,
aproximándonos más a la iconografía del arte rupestre
esquemático.
LAS ESTELAS DE GUERRERO
Elementos decorativos representados
Si atendemos ahora a los elementos decorativos
representados en las estelas localizadas en el arroyo
Tamujoso, no encontramos grandes diferencias con
respecto al resto de las documentadas en la zona del
Guadiana-Zújar. En nuestro caso son siete los elementos
que analizaremos: la figura humana, las espadas, las
lanzas, los puñales, los escudos y, como único elemento
de prestigio, el espejo. Junto a ellos analizaremos también
otros elementos que aparecen junto a estas figuras pero de
difícil identificación. (Fig. 2.13 y 2.14)
En cuanto a la Roca 11, si bien su relación con el mundo
de las estelas del suroeste es más dudosa, la figura
antropomorfa representada con casco, asiendo un
elemento de difícil interpretación entre sus manos, nos
recuerda a muchos de los antropomorfos conocidos en
éstas. Por ello, su descripción en este apartado trata más
de realizar una aproximación crono-cultural, dentro de un
contexto muy determinado como es el arroyo Tamujoso,
que de incluir la roca y la figura dentro del mundo de las
estelas del suroeste.
Los antropomorfos
Dentro del conjunto de rocas localizadas en el arroyo
Tamujoso sólo en las rocas 8, 11 y 14 encontramos este
tipo de figura. En la última de ellas, como ya describimos
en las primeras páginas, predominan las representaciones
de círculos concéntricos y los antropomorfos. El hecho de
Es en la Roca 8 donde nos encontramos el único
antropomorfo de indudable relación con el mundo de las
estelas de guerrero. Está piqueteado y siguiendo los
14
A. DOMÍNGUEZ GARCÍA & MªA. ALDECOA QUINTANA: LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL...
mismos patrones que en las estelas ya conocidas, con los
brazos en ángulo recto y la espada a la cintura, aunque
carente de cualquier tipo de detalle como en las estelas de
Cabeza Buey II, Esparragosa de Lares I y II, Navavillar
de Pela, Zarza Capilla I, Valdetorres I o Belalcázar. (Fig.
2.15)
Fig. 2.16. Evolución de los tipo de espadas representa
dos en las estelas, según las distintas zonas geográficas
(Celestino, 2001)
vertical sin ningún tipo de detalle ni punta y con una
longitud algo superior a la altura del guerrero, en la Roca
21 ocupa una posición central y tiene marcada claramente
la hoja con una forma ovalada y apuntada. Sus
dimensiones son desproporcionadas, presentando una
hoja demasiado grande con respecto al resto de armas y
un astil demasiado corto para el tamaño de ésta.
Fig. 2.15. Evolución de la representación de los
antropomorfos en las estelas según las diferentes
zonas geográficas (Celestino, 2001)
Su posición con respecto al resto de figuras es diferente.
Mientras que en la Roca 8 su disposición está acorde con
el antropomorfo y el resto de figuras manteniendo
uniformidad compositiva con respecto al resto de estelas
del área del Guadiana-Zujar, en la Roca 21 su ubicación
difiere en cuanto a las rocas básicas. No debemos olvidar
que no nos encontramos ante una típica estela básica con
las localizadas en la zona de Gata, sino que podría
tratarse de una evolución de éstas (Celestino, ob. cit., p.
101 y 102), ya que en la zona de Guadiana-Zújar no se ha
localizado ninguna estela de este tipo. Así, la lanza no
está dispuesta de modo horizontal, en posición de ser
lanzada y junto a un escudo, sino que aparece representada en una posición central, casi dividiendo la composición en dos mitades y con una colocación oblicua.
Las Espadas
Como ya hemos citado, este tipo de arma sólo lo
encontramos en las rocas 8 y 21.
En la primera de ellas aparece representada en la cintura
del guerrero, dispuesta en posición paralela a la línea de
los hombros y muy próxima a las manos, pero sin llegar a
asirla. Su pequeño tamaño, el hecho de estar piqueteada y
ceñida a la cintura del guerrero impide la realización de
cualquier tipo de detalle que nos permita realizar
cualquier tipo de identificación o matización. Únicamente
presenta un gran trazo perpendicular a la hoja a modo de
apéndice de la empuñadura.
La espada de la Roca 21, a pesar de sus 41 cm. de
longitud, no ha sido realizada con una gran precisión.
Está realizada en piqueteado ligeramente abrasionado. La
empuñadura carece de detalles que permitan hacer
grandes matizaciones. Su guardamano está representado
de manera irregular y está rematada mediante un pomo.
La hoja, engrosada en su parte distal, parece estar
realizada en dos momentos diferentes ya que se nota
cierta discontinuidad en el trazo en el punto donde la hoja
cambia su trazo recto y comienza a engrosarse para
acabar rematada en punta. Su forma, tanto por la
empuñadura como por la hoja, se encuadra dentro de las
espadas pistiliformes (Coffyn, 1985; Fernández, 1986).
(Fig 2.16)
Los Puñales
Las Lanzas
Los Escudos
Aparecen en las rocas 8 y 21 y, en cuanto a los detalles,
su representación es muy diferente. Mientras que en la
Roca 8 únicamente aparece dibujada mediante un trazo
Se encuentran presentes en nuestras dos estelas de
guerrero, existiendo claras diferencias entre ellos. En la
Roca 8 se localiza un escudo formado por dos círculos
Representados únicamente en la Roca 21, se trata de un
elemento bastante novedoso dentro de la iconografía de
las estelas de guerrero ya que únicamente se conoce la
existencia de este tipo de arma en la estela de Pedro Abad
del valle del Guadalquivir.
Son dos los puñales representados en nuestra roca y de
tipología totalmente diferente. El primero de ellos, a
pesar de su irregular ejecución recuerda a las formas
pistiliformes, mientras que el segundo debido a su hoja
triangular parece remitirnos a época posteriores al Bronce
Final.
15
PREHISTORIC ART AND SYMBOLIC BEHAVIOUR
concéntricos, algo irregulares, con un punto central,
aunque ligeramente desviado, a modo de umbo. Como
evidencia (Celestino ob. cit., p. 121) este tipo de escudos
pierde protagonismo dentro de la escena compositiva,
presentando un tamaño más acorde con el resto de las
armas y aparecen por lo general integrados dentro de la
panoplia del guerrero. Según este argumento, la
distribución de la Roca 8, su tipo de escudo, proporciones
y ubicación encajarían perfectamente dentro del conjunto
de estelas de la zona del Guadiana-Zújar.
presencia en uno de nuestros escudos de un apéndice en
forma de “U” en la diagonal opuesta a la escotadura en
“V”. Como paralelos sólo tenemos la estela de Buoux II.
Si bien, los distintos autores tratan de interpretarla como
una escotadura, ya sea en “U” o en doble “V”, en nuestro
caso parece claro que no se trata de una escotadura y sí de
un apéndice inferior cuya función desconocemos por el
momento. (Fig 2.17)
Por lo que respecta a los escudos con escotadura en “V”
de la Roca 21, el primer hecho que llama la atención, es
la existencia de dos escudos dentro de una misma estela,
no conociéndose hasta el momento ningún caso parecido
dentro del mundo de las estelas del suroeste. Ocupan un
lugar destacado dentro del conjunto de la roca y su
ejecución es bastante precisa, manteniéndose las
distancias en todo momento a la hora de disponer los
círculos concéntricos.
Presentes de igual modo en las dos estelas estudiadas, sus
características son bastante diferentes. En la Roca 8, el
espejo se representa en una posición central dentro de la
composición general con un tamaño desproporcionado
con respecto al resto de las figuras. Por el contrario, en la
Roca 21 su posición es marginal y su tamaño es bastante
reducido comparado con resto de motivos.
Los Espejos
Su presencia en ambas rocas encaja perfectamente dentro
del área del Guadiana-Zújar en donde aparece en el 80%
de las estelas (Celestino, ob. cit., p. 165-166). Del mismo
modo, su ubicación dentro del conjunto de grabados y su
importancia dentro de la escena es también desigual. Por
lo que respecta a sus formas, en la Roca 21 aparece
representado mediante dos puntos piqueteados de distinto
diámetro unidos por un trazo horizontal mientras que en
la Roca 8 se diseña mediante un gran círculo piqueteado
y un mango largo. En ambos casos carece de más detalles
que permitan deducir sus tipos y analogías formales. (Fig
2.18)
Por otro lado, al igual que ocurre con el resto de estelas
en las que figuran escudos con escotadura, éstos no
presentan una homogeneidad absoluta, sus escotaduras
son en forma de “V” y, a pesar de no tener asideros, las
escotaduras están claramente dispuestas en la parte
superior del escudo. La representación en ambos de un
umbo podría explicar la falta del asidero, muy común en
la zona que nos ocupa, y significaría la intención por
parte del autor de los grabados de marcar la cara exterior
del escudo (Celestino, ob. cit., p. 116). Destaca la
Fig. 2.17. Tipología de los escudos según las distintas zonas geográficas (Celestino, 2001)
Fig. 2.18. Representaciones de espejos en las estelas, según las zonas geográficas (Celestino 2001)
16
A. DOMÍNGUEZ GARCÍA & MªA. ALDECOA QUINTANA: LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL...
líneas piqueteadas, que en algunos casos forman ángulos,
pero que no forman ninguna figura claramente definida.
Este hecho junto con la misma técnica de ejecución nos
hablaría de la coetaneidad entre todas las figuras
formando parte todas ellas de la estela de guerrero.
Otros elementos
Como ya citamos líneas atrás, en la Roca 8 aparecen
representados otra serie de elementos que, a priori, no
tienen relación con la escena del guerrero. Su relación
hay que buscarla más dentro del conjunto de grabados
que constituyen los yacimientos de Campanario, Puebla
de Alcocer y Esparragosa de Lares y cuya cronología
parece estar más cercana a la Edad del Hierro que a los
momentos finales de la Edad del Bronce. Por eso, estos
elementos no los tenemos en cuenta a la hora de estudiar
la composición de la estela de guerrero ya que se
encuentran bien diferenciados y no parecen formar parte
de ninguna escena más compleja. Por el contrario, en la
Roca 21 nos encontramos otros elementos que parecen
tener una clara relación con las figuras que aquí nos
ocupan y cuya identificación resulta enormemente
complicada al no haber encontrado ningún paralelo
dentro del mundo de las estelas del suroeste que nos
permita realizar cualquier tipo de aproximación
interpretativa. Se trata de tres figuras rectangulares (Figs.
2.11 y 2.13) en cuyo interior se han inscrito una serie de
puntos con una ordenación muy cuidada. Se han buscado
las esquinas interiores para ubicar estos puntos y, en uno
de los casos, se han dispuesto dos puntos más en el centro
de la figura. Junto a ellas, se localiza una cuarta figura
formada por un círculo muy irregular, casi cuadrangular,
con un gran punto central (Fig. 2.13).
LA ESTELA-GUIJARRO DIADEMADA
La Roca 15 supone un nuevo concepto dentro del mundo
de las estelas-guijarro, ya que se trata de la única estelaguijarro conocida diseñada sobre un soporte no móvil. A
pesar de esto, responde al mismo concepto ideológico por
lo que respecta a sus características generales, encajando
tanto su diseño como su composición dentro del conjunto
de estas particulares estelas como veremos en las
siguientes líneas. (Figs. 2.19 y 2.20)
Además, estas figuras junto con el conjunto formado por
las armas y espejo se superponen a una gran cantidad de
A pesar de que los hallazgos de estelas diademadas son
cada vez más numerosos, este dato no se traduce en una
mayor dispersión geográfica de la serie, muy centrada en
el suroeste peninsular y más concretamente en las tierras
interiores de esa área (Celestino, ob. cit., p. 239-240).
Además, atendiendo a su área de distribución,
observamos que en la zona de Guadiana-Zújar no se
localiza ninguna estela-guijarro. Nuestra estela supone,
por tanto, una ampliación del territorio de dispersión
hasta ahora conocido para este tipo de representaciones,
localizándose en una de las áreas en donde las estelas de
guerrero y diademadas son más abundantes y presentan
una iconografía más compleja. Con ello, se enriquece aún
Fig. 2.19. Detalle del calco de la Roca 15
Fig. 2.20. Detalle de la Roca 15
17
PREHISTORIC ART AND SYMBOLIC BEHAVIOUR
Fig. 2.21. Mapa de dispersión de las estelas-guijarro diademadas (círculos)
y de las estelas diademadas (triángulos) (Celestino, 2001)
En nuestro caso, la diadema no aparece adosada a la cara
de la figura, como ocurre en casi todas las demás
representaciones. Parece existir una individualización con
respecto al rostro dejando un pequeño espacio en blanco
entre ambos elementos.
más esta zona y su ubicación, por tanto al Este de la
provincia de Badajoz, rompe con la concentración de
estelas-guijarro al Oeste de Extremadura y Salamanca.
(Fig. 2.21)
Será en el soporte en el que se representa la figura en
donde encontramos la gran diferencia con respecto al
resto de estelas-guijarro diademadas conocidas. Mientras
éstas se representan sobre guijarros o estelas propiamente
dichas, en nuestro caso nos encontramos con un pequeño
afloramiento vertical de pizarra sin ningún tipo de
preparación o remate por parte de los autores. Por lo que
respecta a sus dimensiones, 42 cm. de alto por 17 cm. de
anchura máxima, encaja perfectamente entre los 40 y 80
cm. del tamaño de los guijarros en los que se representan
este tipo de figuraciones.
Por lo que respecta a los collares y cinturones, elementos
también muy característicos de este tipo de figuras, no
aparecen dibujados. Según Celestino (ob. cit., p. 246-247)
la desaparición de estos dos elementos y el hecho de
representar a la figura de cuerpo entero, responde al
hecho de encontrarnos ante las estelas más avanzadas
dentro de la serie. Partiendo de los modelos más extendidos, donde sólo se hace hincapié en la cara y manos del
antropomorfo, se tiende paulatinamente a representarlos
de cuerpo entero, momento que coincide con la decadencia figurativa tanto del cinturón como del collar. Por
el contrario, la diadema mantendrá todo su valor simbólico. En nuestro caso, esta teoría podría verse reforzada
ante la individualización existente entre ella y el rostro.
La clasificación realizada Almagro-Gorbea (1977, 1998)
resulta la base para intentar encuadrar nuestra
representación dentro del mundo de las estelas-guijarro.
(Fig. 2.22)
Por último, y como elemento más novedoso y claramente
diferenciador con respecto al resto de estelas, nos
encontramos con la representación del sexo femenino en
el que parece existir una clara intención de representarlo
de modo bastante explícito. Si bien no existían entre los
distintos investigadores muchas dudas con respecto al
sexo de este tipo de figuras, esta representación sería la
prueba irrefutable para definirlas como figuras femeninas.
En primer lugar y como elemento fundamental nos
encontramos con la diadema, que junto con su ojo
izquierdo son los únicos elementos parcialmente
perdidos, hecho que no interfiere para observar la figura
con su máximo detalle. Tipológicamente difiere en
algunos aspectos con respecto a la gran mayoría de
estelas, pero en esencia su similitud es clara. La
diferencia está en su diseño para el que se emplearon
únicamente dos arcos paralelos para definir su contorno
frente a las tres líneas de la mayoría de las restantes.
Frente a esta pequeña discrepancia, nos encontramos con
el otro elemento característico de las diademas como son
las líneas radiadas que rellenan el espacio interior.
CONCLUSIONES
Una vez estudiados y analizados los distintos elementos iconográficos representados, parece claro poder
18
A. DOMÍNGUEZ GARCÍA & MªA. ALDECOA QUINTANA: LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL...
Fig. 2.22. Estelas-guijarro diademadas basadas en la tipología de Almagro-Gorbea:
1. Esperança; 2. Crato; 3. Hernán Pérez I; 4. Conquinho; Torrejón el Rubio V; 5. Robledillo de Gata;
6. Hernán Pérez V; 7. Hernán Pérez IV; 8. Ciudad Rodrigo II; 9. Arrocerezo; 10. Los Santos;
11. Salvatierra de Santiago; 12. Cerezal I; 13. Cerezal II; 14. Toniñuelo; 15. Hernán Pérez VI;
16. Hernán Pérez II; 17. Hernán Pérez III; 18. Hernán Pérez VII; 19. Bodonal; 20. Riomalo;
21. Ciudad Rodrigo I; 22. Cambroncino; 23. La Lentejuela. (Celestino, 2001); 24. Arroyo Tamujoso
su amplio estudio (1995, p. 107 y 110), o la roca
localizada por Gutiérrez Ayuso (ob. cit., p. 15-16)
también en el Término Municipal de Campanario,
localizada en lo alto de un cerro y dentro de otro conjunto
de grabados al aire libre parcialmente estudiados dentro
del presente proyecto de investigación bajo el topónimo
de la Serrezuela con la representación de un gran escudo
con escotadura en “V” entre otras figuras piqueteadas,
junto con las rocas del presente trabajo ayudarán a
ampliar el concepto de estela y conocer con más precisión
este fenómeno cultural. Por lo tanto, nuestras rocas no
son un hecho aislado sino que parece abrirse ante
nosotros un nuevo campo aún por descubrir, en el que
hay que comenzar a buscar este tipo de representaciones
sobre los afloramientos naturales de pizarra u otras
superficies (Figs. 2.23 y 2.24).
adscribirlas dentro del Bronce Final e incluirlos dentro
del corpus de estelas de Suroeste. El hecho de englobarlos dentro de los fenómenos culturales de las estelas
del Suroeste conlleva la necesidad cambiar la idea que
tene-mos de ellas y ampliarla a este tipo de representaciones al aire libre que repiten la misma iconografía y los
mismos esquemas de distribución de las figuras.
Nos encontramos ante un hecho todavía muy desconocido
pero con ejemplos cada vez más numerosos de rocas
grabadas con este tipo de representaciones. Los hallazgos
realizados por Varela Gómes (1989) de los grabados
rupestres de Cachão do Algave entre Castelo Branco y
Portoalegre en los que se representan dos espadas y un
escudo con escotadura en “V”, actualmente bajo las aguas
del Pantano de Fratel y recogidos por Galán Domingo en
19
PREHISTORIC ART AND SYMBOLIC BEHAVIOUR
Fig. 2.23. Roca 8 en su entorno inmediato
Fig. 2.24. Conjunto de rocas 19-21
Una vez dentro del mundo de las estelas del suroeste, las
características de las rocas estudiadas, el contexto general
en el que se localizan, junto con el hecho de encontrarlas
in situ y completas, nos ofrecen una información muy
amplia que nos pueden ayudar a conocer un poco más el
mundo de las estelas de guerrero y estelas-guijarro
diademadas.
para ser vistas desde lejos. Los afloramientos en los que
se localizan, si bien son de gran tamaño, no destacan con
respecto al resto del paisaje. Así, las rocas 8 y 15 se
encuentran más bien escondidas en uno de los puntos en
donde el arroyo discurre más encajonado. Al no tratarse
de una zona de paso directa, hay que conocer
perfectamente el entorno para llegar al lugar exacto en
donde se ubican y poder observar los grabados, ya que no
pueden verse hasta que uno no se encuentra
prácticamente encima del conjunto.
Por lo que respecta a las particularidades de las rocas
podemos ofrecer algunas consideraciones significativas.
Parece existir una clara intención de representar las
estelas de guerrero sobre planos horizontales descartando
las superficies verticales como sería lo más lógico si se
quisiese dar a la escena un aspecto de estela. Si bien es
cierto que las mejores superficies para la realización de
grabados son las horizontales, existen superficies
verticales optimas en las que pudieron haberse realizado
los grabados. Este hecho se observa perfectamente en las
rocas 11, 15 y 16 en las que se eligieron estos planos para
ubicar las representaciones. Esta apreciación podría
ayudar a corroborar parte de las teorías según las cuales
las estelas de guerrero estaban dispuestas como losas, a
pesar del hecho bastante contrastado y aceptado de la
aparente disposición vertical de la gran mayoría de las
estelas conocidas.
Con respecto a la Roca 21, su ubicación en la parte
superior de un pequeño cerro le confiere una posición
dominante de su entorno inmediato. A pesar de esto, el
afloramiento de pizarra tampoco destaca en la zona y la
visión que se tiene desde la roca no va más allá de la
pequeña vega en la que se abre el arroyo en el tramo en el
que se localizan los grabados. Su localización resulta
también complicada entre la gran cantidad de
afloramientos de pizarra de similares características de su
entorno.
Entendemos que tanto las estelas de guerrero como la
estela-guijarro diademada hay que comprenderlas dentro
de una apropiación del territorio de un modo ideológicoespiritual en el que el arroyo funciona como eje
vertebrador y dentro de un fenómeno más extendido de
grabados al aire libre. Este esquema puede observarse
también en los yacimientos de arte rupestre localizados
en los términos municipales de Puebla de Alcocer y
Esparragosa de Lares en los que parece existir una clara
vinculación entre arroyos y conjuntos de arte rupestre, en
los que preferiblemente se eligieron los afloramientos de
las zonas bajas de los ríos y arroyos para realizar los
grabados.
Como es lógico pensar, al localizarse los grabados en un
afloramiento de pizarra descartaría la teoría, si bien es
cierto muy denostada, que expone que las estelas son
marcadores de enterramientos. Aunque su uso en otro
tipo de rituales funerarios no está descartado, parece que
también podría rechazarse la idea de depositar el cuerpo
del fallecido sobre la superficie grabada, ya que, si bien
en la Roca 8 se puede realizar sin ningún tipo de
problema, en la Roca 21 la inclinación de su superficie
impediría la colocación de un cuerpo inerte.
Si nos fijamos en la ubicación del arroyo Tamujoso y sus
grabados con respecto a las rutas ganaderas tradicionales
siguiendo las teorías de Ruiz-Gálvez y Galán (1991; y
Galán 1995) observamos como el arroyo Tamujoso, y por
tanto los grabados, se localizan entre una cañada, un
cordel y una colada que, junto con el río Guadiana,
enmarcan nuestro yacimiento (ver mapa). Si bien la
relación entre el arroyo y las rutas ganaderas podrían
Por el contrario, la disposición de la Roca 15 apoyaría las
teorías que apuntan a que las Estelas-guijarro diademadas
estarían hincadas en el suelo y dispuestas para ser vistas
verticalmente.
Si atendemos ahora a su emplazamiento en el espacio
podemos decir que, nuestras estelas no están dispuestas
20
A. DOMÍNGUEZ GARCÍA & MªA. ALDECOA QUINTANA: LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL...
transición, en los que no se ha documentado ningún
yacimiento relacionado directamente con los grabados
rupestres. Sólo han sido localizados yacimientos
arqueológicos en el Cerro del Álamo, Finca Bahondillo
(Campanario) y junto a la Fortaleza de Lares
(Esparragosa de Lares), todos ellos en la parte alta de
destacadas elevaciones, no habiendo sido localizado
ningún yacimiento en las zonas de llanura junto a los
grabados. Por tanto, los pocos datos existentes en la zona
impide sacar cualquier tipo de conclusión en lo que
respecta a la relación ente arte rupestre y yacimientos de
habitación.
parecen claras, nosotros pensamos que los grabados no
están señalizando estas rutas, y sí parecen tener una
relación más marcada con el curso fluvial en el que se
localizan los grabados. Entendemos, por tanto, esta
proximidad con las rutas ganaderas más como la
simbiosis entre una población ganadera que reflejan parte
de su idiosincrasia en los arroyos, en un entorno en el que
el único aprovechamiento del suelo es el de pastos, que el
hecho de definir rutas de tránsito. Esta idea se ve
reforzada con el conjunto de grabados localizados
por nuestro equipo en Puebla de Alcocer y Esparragosa
de Lares en el que, junto con Campanario, puede
observarse una clara relación entre grabados y cursos
fluviales.
Una vez incluidas nuestras rocas dentro del mundo de las
estelas del Suroeste queda pendiente analizar los motivos
que llevaron a sus autores a elegir en unos casos la
realización de una estela exenta y en otros a la utilización
de estas superficies naturales localizadas sobre el terreno.
Los nuevos estudios deben dirigirse a la búsqueda de los
motivos que llevaron a los autores de los grabados a
elegir un tipo u otro de soporte y ver si tuvo el mismo
significado una estela exenta y un grabado sobre un
soporte no móvil, o por el contrario nos encontramos ante
una misma iconografía que encierra dos realidades
simbólicas diferentes.
Podría también pensarse en la señalización de puntos para
uso como abrevadero de ganado, pero no debemos
olvidar que nos encontramos en un curso de agua muy
secundario con grandes estiajes, a pesar de lo expuesto en
las primeras líneas, y en el que parece más lógico pensar
en la utilización de las aguas del río Guadiana distante
apenas tres kilómetros y con agua todo el año.
Siguiendo con las teorías de estos autores, las estelas aquí
estudiadas no parecen tratarse de hitos destacados del
paisaje. No se localizan en un área de contraste
geográfico en donde se constituya una frontera natural
entre espacios de aprovechamientos diferenciados (RuizGálvez y Galán, ob. cit., p. 269) ni se sitúan en lugares
elevados con buena visibilidad (p. 263) ni son referencias
en el paisaje (p. 264). Únicamente podría relacionarse
con la relativa proximidad al vado que la Cañada Real
Leonesa realizaba sobre el río Guadiana antes de la
construcción del Embalse de la Orellana, ya que el vado
prehistórico recogido por Enriquez Navascués (1982,
p.10) para cruzar el Guadiana se localiza en Cogolludo,
junto al yacimiento prehistórico y romano de Lacimurga
y lugar próximo a la aparición de la estela de Orellana la
Vieja, que se ubica casi una decena de kilómetros aguas
arriba. A pesar de esta cercanía, la disposición de nuestras
estelas con respecto al paisaje en el que se ubican, a
priori no parece que tenga una estrecha relación con este
vado de Orellana la Vieja y sí con el arroyo en el que han
documentado.
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Con respecto a la localización de yacimientos de
habitación a lo largo de los trabajos de prospección
tenemos que hacer varias apreciaciones. En primer lugar
hay que destacar que los trabajos estuvieron dirigidos a la
búsqueda de arte rupestre siguiendo las directrices
marcadas por la Dirección de Patrimonio de Junta de
Extremadura. Por este motivo, se descartó prospectar
aquellos lugares susceptibles de presentar yacimientos de
habitación, como pueden ser por ejemplo destacados
cerros, siempre que no tuviesen algún tipo de
afloramiento susceptible de presentar arte rupestre. Por
eso, la información relativa a la relación entre
yacimientos y arte rupestre es demasiado sesgada. A
pesar de esto, podemos decir que nuestro trabajo no sólo
se limitó a la revisión de los afloramientos de pizarra sino
que al efectuar los traslados desde una estación con arte a
otra a pie, se prospectaron igualmente los espacios de
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