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UNION INTERNATIONALE DES SCIENCES PRÉHISTORIQUES ET PROTOHISTORIQUES INTERNATIONAL UNION FOR PREHISTORIC AND PROTOHISTORIC SCIENCES PROCEEDINGS OF THE XV WORLD CONGRESS (LISBON, 4-9 SEPTEMBER 2006) ACTES DU XV CONGRÈS MONDIAL (LISBONNE, 4-9 SEPTEMBRE 2006) Series Editor: Luiz Oosterbeek VOL. 47 Miscellania Edited by Luiz Oosterbeek Cláudia Fidalgo BAR International Series 2224 2011 This title published by Archaeopress Publishers of British Archaeological Reports Gordon House 276 Banbury Road Oxford OX2 7ED England bar@archaeopress.com www.archaeopress.com BAR S2224 Proceedings of the XV World Congress of the I nternational Union for Prehistoric and Protohistoric Sciences Actes du XV Congrès Mondial de l’Union I nternationale des Sciences Préhistoriques et Protohistoriques Outgoing President: Vítor Oliveira Jorge Outgoing Secretary General: Jean Bourgeois Congress Secretary General: Luiz Oosterbeek (Series Editor) I ncoming President: Pedro I gnacio Shmitz I ncoming Secretary General: Luiz Oosterbeek Volume Editors: Luiz Oosterbeek and Cláudia Fidalgo Miscellania © UI SPP / I UPPS and authors 2011 I SBN 978 1 40730782 4 Signed papers are the responsibility of their authors alone. Les texts signés sont de la seule responsabilité de ses auteurs. Contacts : Secretary of U.I .S.P.P. – I nternational Union for Prehistoric and Protohistoric Sciences I nstituto Politécnico de Tomar, Av. Dr. Cândido Madureira 13, 2300 TOMAR Email: uispp@ipt.pt www.uispp.ipt.pt Printed in England by Blenheim Colour Ltd All BAR titles are available from: Hadrian Books Ltd 122 Banbury Road Oxford OX2 7BP England bar@hadrianbooks.co.uk The current BAR catalogue with details of all titles in print, prices and means of payment is available free from Hadrian Books or may be downloaded from www.archaeopress.com LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL SOBRE SOPORTES RUPESTRES EN CAMPANARIO (BADAJOZ, ESPAÑA) UN NUEVO CONCEPTO DE ESTELA DE GUERRERO Y ESTELA-GUIJARRO DIADEMADA A. DOMÍNGUEZ GARCÍA C/ Segovia, nº 21 4ºB, 10005 Cáceres, España arturodga@hotmail.com Mª A. ALDECOA QUINTANA c/ Góndola, nº 9, 28500 Arganda del Rey,, Madrid, España – Fundación Carpetania a_aldecoa@fundacioncarpetania.com Abstract: The documentation in Tamajuso Brook of a great amount of rock at open air with engraving made with incisory or pickaxe tools has shown the outstanding of this steam of water as an artistic-symbolic space of the recent prehistory, in particular of Final Bronze Age and Iron Age. The representations show an excellent technical quality and iconographic diversity. The placing of several rocks with a similar iconographic like Peninsular South-western Warrior Steles next to another one, which there is a female figure comparable to anthropomorphic steles. The importance of this new artistic whole lies in newness of kind of support, where the representations are place: ordinary slate outcrops instead of mobile elements. Key words: Tamajuso Brook, Final Bronze Age, Iron Age, Warrior Steles, Anthropomorphic Stele de la Estelas del Suroeste. Para ello mantendremos la división en zonas geográficas que realiza Celestino Pérez (2001)- I: Sierra de Gata; II: Valle del Tajo-Sierra de Montánchez; III: Valle del Guadiana-Zújar; IV: valle de Guadalquivir- y trataremos de englobar nuestro conjunto dentro de lo que él denomina Zona III o Valle del Guadiana-Valle del Zújar. INTRODUCCIÓN El presente trabajo forma una pequeña parte de los resultados obtenidos tras la ejecución del proyecto de “Prospección intensiva y documentación de arte rupestre en la Z.E.P.A. de La Serena: términos municipales de Puebla de Alcocer, Esparragosa de Lares y Campanario” financiado por la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura (España), ejecutado por la Fundación Carpetania y dirigido por Arturo Domínguez. UBICACIÓN Y ENTORNO Si bien los grabados mantienen cierta uniformidad en cuanto a su técnica de ejecución e iconografía sobre todo en los términos municipales de Puebla de Alcocer y Esparragosa de Lares encontrando paralelos con los grabados de las Hurdes (Sevillano, 1991), podemos observar como en Campanario existen, en algunos casos, claras diferencias que nos permiten realizar ciertas matizaciones crono-culturales. El arroyo Tamujoso, con una longitud aproximada de 8,5 Km, se localiza en el extremo Nordeste del término municipal de Campanario y vierte sus aguas al río Guadiana por su margen izquierda, unos 600 m. por debajo del dique del Embalse de Orellana. Su curso alto discurre entre suaves lomas que apenas impiden la visibilidad del entorno. Una vez superada la carretera Ba634 se encajona flanqueado por pequeños cerros en ambas orillas y su trazado se hace tortuoso. En su último tramo, donde su trazado vuelve a ser más rectilíneo, se abre en una estrecha vega. A lo largo del año, su curso es intermitente, presentando un fuerte estiaje que seca sus aguas. (Fig. 2.1) En el presente artículo se pretende realizar un estudio de aquellos elementos de iconografía adscrita a Edad del Bronce Final que hasta el momento habían sido localizados sobre soportes móviles, ya fueran Estelas de Guerrero o Estelas-guijarro, y que en nuestro caso se han documentado sobre soportes rupestres. En el transcurso de las siguientes páginas realizaremos un estudio pormenorizado de las distintas rocas y de sus elementos, su contextualización dentro del conjunto en el que aparecen, así como su incorporación al contexto general El paisaje que acompaña actualmente al arroyo en todo su recorrido es de tipo estepario con una cubierta vegetal formada casi en exclusiva por pastos para el ganado ovicáprido. Pero si atendemos a los estudios realizados para el yacimiento de La Mata, también dentro del Término Municipal de Campanario, se destaca una mayor humedad ambiental a mediados del I milenio a. C. con una estructuración del paisaje formada por, según orden de importancia, encinares, alcornocales y bosques riparios (fresnos, chopos, sauces, alisos y olmos). Este Dentro del presente proyecto se han localizado un total de 175 rocas grabadas, en su inmensa mayoría inéditas, junto a tres nuevos abrigos con pintura rupestre esquemática. 7 PREHISTORIC ART AND SYMBOLIC BEHAVIOUR Fig. 2.1. Mapa de localización del Arroyo Tamujoso mayores dimensiones y la mayor densidad de grabados dentro de todo el conjunto del arroyo. Sus representaciones son totalmente esquemáticas primando las retículas y las formas geométricas sobre otros motivos también no figurativos. Sus grabados están más próximos a los localizados por nuestro equipo en Puebla de Alcocer y Esparragosa de Lares que a las representaciones figurativas que describiremos más adelante. (Fig. 2.2) tercer ámbito parece poner de manifiesto la existencia de auténticos bosques de galería, de especies hoy localizadas en las cabeceras de los ríos. En este sentido, la mayor humedad ambiental se traduciría en la existencia de cursos de agua de mayor entidad y permanencia (Grau, Duque y Cuenca, 2004, p. 68-71). Para nuestro estudio este aspecto es muy destacable ya que podría cambiar la idea que tenemos de los arroyos estudiados y su entorno, y lo que hoy es un cauce puramente estacional podría haberse tratado de un arroyo con un curso de agua mucho más constante que discurriría junto a una dehesa. LOS GRABADOS RUPESTRES DEL ARROYO TAMUJOSO A lo largo de todo el recorrido del arroyo se han localizado un total de 27 estaciones inéditas, más la ya conocida “Peña del Moro” de la Finca de las Gamitas recogida por Alonso Gutiérrez Ayuso (2003) y en adelante Roca 1. Salvando el primer y último kilómetro y medio, las rocas con representaciones rupestres se distribuyen por todo el curso del arroyo. Esto se debe a que, tanto en la parte alta como en su tramo final, las pizarras son casi inexistentes y las que encontramos no crean buenas superficies para ser grabadas. Las diferentes estaciones se localizan de un modo bastante disperso, con la excepción del importante conjunto formado por las rocas 8 a 16, localizado en la desembocadura de un pequeño regato, afluente del Tamujoso por la izquierda, que fluye desde la Casa del Chiquero, en una zona de grandes afloramientos de pizarra que crean importantes planos tanto horizontales como verticales en los que se ejecutan los grabados. La Roca 4 se localiza en uno de los puntos en donde el regato discurre más encajonado y tortuoso. Se encuentra tan próxima al regato que pueden observarse los efectos erosivos del agua producidos en los momentos de grandes crecidas de su curso. Iconográficamente destaca porque únicamente se han representado cazoletas piqueteadas y líneas incisas asociadas entre sí. Una de sus rocas más significativas es la Roca 1. Se localiza en la cabecera del arroyo en una zona de suaves lomas y donde los afloramientos de pizarra son muy someros y dispersos. A pesar de esto, la roca presenta las El conjunto formado por las rocas 8 a 16 es el más interesante de todo el arroyo junto con la Roca 21, de la que hablaremos más adelante. Este grupo se localiza en un afluente de cierta entidad de la margen izquierda del Fig. 2.2. Vista general de la Roca 1 8 A. DOMÍNGUEZ GARCÍA & MªA. ALDECOA QUINTANA: LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL... gran rectángulo ejecutado en un piqueteado más disperso. Junto a todas estas figuras, se localiza también un grupo de ocho cazoletas que no forman ninguna figura identificable, una barra piqueteada, una mancha de tendencia circular de piqueteado disperso y varias líneas incisas dispersas. En los siguientes apartados desarrollaremos con más detalle esta roca. (Fig. 2.4) Tamujoso con una longitud aproximada de dos kilómetros. Será junto a su desembocadura en el arroyo principal en donde se localicen el mayor y más interesante grupo de estaciones. (Fig. 2.3) La Roca 10 presenta la peculiaridad de tener representadas sus figuras sobre un plano vertical que, junto con las rocas 15 y 16 serán las únicas, localizadas hasta el momento, que presentan grabados prehistóricos sobre este tipo de plano. Las figuras representadas poseen también gran interés al tratarse de los únicos zoomorfos conocidos en todo el arroyo. Nos encontramos ante tres animales seminaturalistas identificables como un ciervo, un caballo y otra figura acéfala, posiblemente otro caballo. Junto a ellas se representa también una punta de lanza. No está clavada en ningún animal ni apunta a ninguno de ellos, de modo que no parece representar ninguna escena de caza. Su adscripción cronológica resulta complicada. Algunos de los paralelos conocidos hasta el momento, como pueden ser los grabados del valle de Vermelhosa y Vale da Casa dentro del Parque Arqueológico do Vale do Côa (Simoes, M.; Arca, A.; Jaffe, L., Fossati, A., 2000; Baptista, A. M.,1983), nos llevan a fechas de la Edad del Hierro. Estarían, por tanto, más en relación con los grabados incisos gruesos que con las figuras de la Edad del Bronce del presente estudio. Sólo un análisis detallado de estas representaciones nos ayudará a profundizar sobre sus características y su adscripción cronocultural. (Fig. 2.5) Fig. 2.3. Conjunto de rocas 8-16 La Roca 8 es la primera de las rocas que nos lleva al presente estudio ya que en uno de sus extremos se documenta un guerrero con espada a la cintura, un escudo, una lanza, un espejo y un punto junto a la cabeza del antropomorfo, todos ellos piqueteados. Junto a este conjunto, con una iconografía similar a las estelas de guerrero, se localizan otras figuras también destacables. En trazo inciso se definen tres figuras: dos retículas y una gran figura triangular cruzada por varios trazos transversales que podría definirse como un trineo muy irregular. Junto a ellas y en trazo piqueteado, destaca un antropomorfo de características diferentes al representado junto al armamento, con piernas y brazos en arco y con representación del pene. Sus paralelos hay que buscarlos más en la pintura esquemática que en el mundo de las estelas de guerrero. Este antropomorfo resalta también porque tiene asido un elemento desconocido formado por un trazo vertical en cuyo extremo superior se localiza un Muy próxima a ella se localiza la Roca 11. Se trata de una gran superficie ligeramente inclinada cuya parte inferior forma parte del curso del pequeño regato afluente del Tamujoso. En ella se localizan gran cantidad de grabados de época contemporánea (fechados en 1965 y 71), de cuidada elaboración pero carentes de interés históricoarqueológico. Alejados de ellos, y sin resultar afectados Fig. 2.4. Calco completo de la Roca 8 9 PREHISTORIC ART AND SYMBOLIC BEHAVIOUR cuanto al número de figuras representadas. Entre ellas destacan círculos concéntricos y antropomorfos entre otras figuras. Su mal estado de conservación y el liquen que cubre algunos puntos de la superficie impiden hacer otras apreciaciones. A pesar de esto y a falta de un estudio detallado, no parecen existir interrelaciones entre los círculos y antropomorfos que pudieran representar conjuntos iconográficos comparables a la Roca 8 o, lo que es lo mismo, a las estelas de guerrero. (Fig. 2.7) La Roca 15 es otra de las piedras de elevada importancia dentro de los grabados localizados dentro del término municipal de Campanario. Se trata de una representación femenina con una iconografía comparable a las estelasguijarro diademadas y que estudiaremos en las próximas líneas. (Fig. 2.8) Muy próxima a ella se localiza la siguiente estación. La Roca 16 tiene representada una única figura de difícil interpretación y datación. Su cuerpo central está formado por un conjunto de líneas curvas concéntricas, estranguladas en su zona central y que dejan en la parte interior un espacio en forma de óvalo también estrangulado, en cuya parte superior están inscritos nueve trazos horizontales y paralelos. Los trazos que definen este óvalo se prolongan hacia la parte inferior de la figura conformando un espacio rectangular con un trazo interior que lo divide en dos. La parte superior de la figura está formada por un rombo compartimentado en seis espacios mediante un aspa y un trazo vertical que cruza tres cuartas partes de la figura. La pátina del grabado y el hecho de que existe una pérdida de soporte que afecta significativamente a la figura nos permite pensar en la antigüedad de la figura. Al no conocer paralelos para esta representación, resulta muy complicado establecer una aproximación crono-cultural. Como presenta unas características similares en cuanto a su ejecución y tipo de grabado con respecto a la figura femenina de la Roca Fig. 2.5. Detalle del calco de la Roca 10 por éstos, se localizan tres figuras piqueteadas, destacando la figura 1 frente a las dos barras verticales. Está representado un antropomorfo con los brazos en asa con su interior relleno de piqueteado muy somero y sosteniendo un elemento en posición horizontal no identificable al carecer de detalles. Presenta las piernas en “V” y su cabeza está representada mediante un punto. De ella se proyectan hacia atrás dos cuernos ligeramente curvos y de gran tamaño. (Fig. 2.6) La Roca 14 es, después de la Roca 1, una de las mayores de todo el conjunto del arroyo Tamujoso y la segunda en Fig. 2.6. Detalle del calco de la Roca 11 10 A. DOMÍNGUEZ GARCÍA & MªA. ALDECOA QUINTANA: LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL... Fig. 2.7. Roca 14 Fig. 2.8. Roca 15 y entorno inmediato en el que se localiza Fig. 2.10. Conjunto de Rocas 18-23 y su entorno estudio y de difícil interpretación ya que, a pesar de su desarrollo y abundancia dentro de la roca no representan ninguna figura identificable, se identifican dos escudos con escotadura en “V”, una lanza, una espada, dos puñales y un espejo. Junto a ellas se hallan cuatro figuras de muy difícil interpretación. Se trata de un círculo irregular con un gran punto central y tres figuras rectangulares, dos de ellas con cuatro puntos inscritos, uno en cada esquina, y otra con seis puntos, uno en cada esquina y dos en la parte central. Su técnica de ejecución y características de trazo es similar al resto de figuras, pudiendo hablar así de una coetaneidad entre ellas. (Fig. 2.11) Fig. 2.9. Calco Roca 16 15, podríamos establecer, con muchas precauciones, una cronología similar para ambas figuras. (Fig. 2.9) Una vez realizada esta breve descripción de las principales rocas localizadas a lo largo de todo el recorrido del arroyo Tamujoso, realizaremos un estudio pormenorizado de aquellas rocas con una iconografía adscribible al Bronce Final, o lo que es lo mismo, de aquellas con representaciones similares a las estelas del suroeste y encuadrarlas así dentro de este fenómeno cultural. Si nos desplazamos unos centenares de metros aguas abajo y sin formar un conjunto tan homogéneo como el anteriormente descrito, encontramos las rocas 18 a 23. Se localizan en la parte alta de la misma elevación y muy próximas entre sí, situándose las rocas 19, 20 y 21 en el mismo afloramiento de pizarra. (Fig. 2.10) La Roca 21 es la última de las piedras con una importancia muy relevante dentro del conjunto de grabados del arroyo Tamujoso al presentar un grupo de figuras con una iconografía similar a las estelas de guerrero del suroeste. Además de otras líneas piqueteadas, infrapuestas a los motivos del presente Soporte y técnica Para la realización del presente estudio nos centraremos en las rocas 8, 15 y 21 ya que son las únicas piedras con una iconografía claramente perteneciente al Bronce final 11 PREHISTORIC ART AND SYMBOLIC BEHAVIOUR Fig. 2.11. Calco Roca 21 A pesar de estas diferencias, las estaciones mantienen algunas características en común como son el hecho de situarse en grandes afloramientos de pizarra, a una altura de entre 1,5 y 2,5 m. con respecto al suelo y el hecho anteriormente descrito de la iluminación solar. y que pueden ser incluidas dentro de los corpus al uso de las estelas del guerrero (rocas 8 y 21) y de las estelasguijarro (Roca 15). Por lo que respecta al soporte en el que se localizaron, todos los grabados están realizados sobre el mismo tipo de roca y se emplearon las superficies planas que crean los afloramientos de pizarras para la disposición de las figuras. Las características de este material permiten la realización de los grabados con bastantes detalles, sobre todo cuando se emplea la técnica del trazo inciso fino. Por lo que respecta a la Roca 15, se observa como existe una clara diferenciación en cuanto a su ubicación y elección del soporte con respecto a las otras dos rocas anteriores. Esta figura femenina se localiza en una superficie de reducidas dimensiones totalmente vertical, prácticamente a ras de suelo y con una orientación que no impide que los rayos del sol incidan directamente sobre los grabados. (Fig. 2.12) En cuanto al plano eligieron para ubicar los grabados sí se observan diferencias. Así, se eligiendo planos horizontales o ligeramente inclinados para la realización de los grabados con una iconografía de estela de guerrero, mientras que para la representación de la figura femenina de la Roca 15 se utilizó una pequeña superficie perfectamente vertical. Por lo que respecta a la forma y tamaño del soporte existen grandes diferencias entre las distintas rocas objeto de estudio. La Roca 8 es una gran superficie horizontal en la que apenas se han grabado figuras. Las que se documentan se concentran en la mitad Sur dejando el resto de la roca sin ningún tipo de grabado. La Roca 21 presenta un tamaño considerablemente menor, con una inclinación de unos 25º y en la que apenas existen espacios libres para ser piqueteados. Otra diferencia entre ambas es la ubicación de los grabados dentro de la superficie. En la Roca 8 las representaciones de estela de guerrero ocupan un lugar marginal dentro de la gran superficie. Se eligió un lateral en el que la iluminación natural apenas incide unas horas a lo largo del día debido a la presencia de un gran afloramiento vertical junto a los grabados que le hacen sombra. A pesar de esta marginalidad, se eligió un espacio claramente definido por grietas que enmarcan las representaciones del Bronce Final y las individualiza del resto de figuras. Con especto a la luz, algo parecido ocurre con la Roca 21, ya que en ningún momento del día la superficie se encuentra totalmente iluminada por los rayos del sol. Este hecho dificultó enormemente la toma de fotografías. Fig. 2.12. Plantas y secciones rocas 8, 15 y 21 Al contrario de lo que ocurre en la mayoría de las estelas de guerrero realizadas sobre esquistos en las que se ha producido una importante pérdida del soporte, en los casos que aquí expondremos la conservación ha sido perfecta, con la salvedad de la pequeña fractura que afecta a la cara de la mujer de la Roca 15. Este excelente estado de conservación de los grabados nos permite tener una visión completa de las nuevas estelas sin los inconvenientes de trabajar con figuras parciales. 12 A. DOMÍNGUEZ GARCÍA & MªA. ALDECOA QUINTANA: LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL... A diferencia de lo que ocurre en la mayoría de las estelas de guerrero conocidas en la que la técnica de ejecución es la línea incisa, tanto en la Roca 8 como en la 21 se ha empleado el piqueteado para la realización de las figuras pertenecientes al mundo de las estelas de guerrero. En la Roca 8 conviven dos técnicas de grabados. Junto con las representaciones ya citadas se identifican diferentes figuras en trazo inciso pero sin relación aparente con el conjunto del guerrero. Por el contrario, en la Roca 21 se eligió únicamente el piqueteado para la ejecución de todos los motivos. La mayoría de las estelas de la zona de Zújar han sido realizadas sobre un soporte cuarcítico gracias a la abundancia de este material en la zona, siendo importante la presencia de soportes naturales de cuarcitas en amplias zonas de El Viso, Zarza Capilla, Capilla o Cabeza del Buey. En la zona se puede apreciar la gran cantidad de piedras de tamaños y formas similares a estelas amontonadas en estos campos, lo que debió facilitar enormemente su elaboración (Celestino, 2001, p. 80). A pesar de esta matización sobre el área del Zújar, nuestras estelas hay que ponerlas más en relación con las dos localizadas en Esparragosa de Lares debido a la similitud del soporte en los que se han ejecutado. Todo el área comprendida entre esta población y Campanario (varias decenas de kilómetros) está cubierta por una ingente cantidad de afloramientos de esquistos tipo “dientes de perro”, que también pudieron haber servido para la obtención de un soporte apropiado para la realización de estas estelas exentas y que, por motivos hasta el momento desconocidos, se descartaron eligiéndose estos afloramientos naturales con optimas superficies. Se aprovechan, por tanto, los materiales locales sin necesidad importarlos de otras áreas alejadas. Además, su contextualización dentro de uno de los conjuntos postpaleolíticos de grabados de arte rupestre al aire libre más importantes de toda Extremadura recientemente descubiertos por nuestro equipo, nos puede ayudar a comprender un poco mejor este mundo de las estelas del suroeste. El empleo de esta técnica crea problemas a la hora de representar detalles en las figuras. Así, el pequeño tamaño de las representaciones de la Roca 8 no permite ningún tipo de matización en el antropomorfo, espada, lanza o espejo. Por el contrario, en la Roca 21, el hecho de haber grabado sus figuras con unas dimensiones sustancialmente mayores nos permitirá analizar con más precisión las representaciones. Por lo que respecta a la composición de las nuevas estelas encontramos datos muy interesantes. La Roca 8 mantiene una unidad estilística y compositiva muy acorde dentro del conjunto de estelas del Valle de Zújar. Se mantiene la independencia compositiva del escudo con un tamaño no demasiado desproporcionado con respecto a la figura humana. Por el contrario, no se mantiene la proporción del resto de elementos ya que el espejo tiene un tamaño excesivo comparado con el resto de figuras que conforman el conjunto (Celestino, ob. cit., p. 95-98). Su estructura compositiva es comparable a la estela de Magacela, a pesar de que ésta presente un mayor grado de detalle en las figuras y con sustanciales diferencias en el antropomorfo. En ambos casos el escudo cierra la parte inferior de la composición y la lanza y espejo permanecen juntos y en paralelo al cuerpo del guerrero. Con los dos ejemplares de Cabeza del Buey II y Esparragosa de Lares también encontramos similitudes sustanciales en cuanto a la composición, pero pueden encontrarse más diferencias formales que con la estela de Magacela. Las características especiales de nuestras rocas generan diferencias con respecto al resto de estelas conocidas. Con respecto a su disposición horizontal podemos decir que hubo por parte de los autores de los grabados una clara intención a la hora de elegir esta ubicación, ya que existen en la zona importantes planos verticales que pudieron haber sido elegidos para la colocación de las estelas y que fueron rechazados. Este importante hecho hace pensar que estas estelas están concebidas más como una losa que como una estela para ser vista en posición vertical. Por el contrario, para la Roca 15, se eligió un pequeño plano vertical para situar la figura. Este hecho, junto a sus proporciones y la colocación de la figura en la parte alta de la superficie a pesar de no ser necesario clavarla en el suelo, hace que esta nueva roca se mantenga dentro de los parámetros conocidos hasta el momento dentro del mundo de las estelas-guijarro. Además de estas cuestiones de tamaño y distribución de la figura, podemos decir que no existió una intención de trabajar la parte lateral y posterior de la roca para tratar de conferir a la estela un aspecto de betílo. En cuanto a la Roca 21 es difícil encuadrar sus represtaciones en lo que se refiere a su composición y ubicación dentro del Valle del Zújar ya que, a pesar de mantener una estructura bastante similar a las estelas básicas, presenta enormes diferencias con ellas. En primer lugar, como hecho más destacado y enormemente novedoso, presenta dos escudos con escotadura en “V” de características y dimensiones muy similares. Además, sus dos puñales, la espada y lanza no se distribuyen a ambos lados de los escudos, al igual que ocurre con las estelas básicas de la zona de la Sierra de Gata. Este hecho abalaría la tesis propuesta por Celestino (ob. cit., p. 95) según la cual en la zona del Valle del Guadiana-Valle del Zújar se abandona la constante de espada y lanza agrupadas en horizontal sobre el escudo, pasando éste a ocupar posiciones independizadas del resto de la composición. En nuestro caso, la novedad radica en la existencia de dos escudos en una misma estela y en el hecho que parece tratarse de una evolución de las estelas básicas. Así, las dos estelas de guerrero no están concebidas para ser vistas verticalmente, al contrario de lo que ocurre con la representación de la mujer de la Roca 15, en la que su aspecto es el de una roca clavada sobre el terreno. Por lo tanto, se podrían cuestionar las teorías que exponen que las estelas de guerrero con representaciones humanas irían hincadas en el suelo (Celestino, ob. cit., p. 82). 13 PREHISTORIC ART AND SYMBOLIC BEHAVIOUR Fig. 2.13. Estelas de guerrero de las rocas 8 y 21 Como ya se ha esbozado líneas arriba, es también una novedad la representación de dos puñales en una misma estela de guerrero. La presencia de este tipo de arma sólo es conocida en la estela de Pedro Abad dentro del Valle del Guadalquivir en la que se representa un puñal sin ningún tipo de detalles. Los dos puñales de la Roca 21 ocupan una posición central dentro del conjunto, paralelos a la espada, situada en la parte derecha, y superpuestos, al igual que ésta, a una gran cantidad de piqueteado que no llega a configurar ninguna figura reconocible. En el siguiente apartado realizaremos un estudio formal mucho más detallado de los distintos elementos representados. Fig. 2.14. Roca 21 no estar asociados entre ellos y la ausencia de otros elementos que nos pudiesen acercar al mundo de las estelas de guerrero nos hace desvincular, a falta de un estudio más detallado de la roca, estas figuras con las representaciones de las estelas del suroeste, aproximándonos más a la iconografía del arte rupestre esquemático. LAS ESTELAS DE GUERRERO Elementos decorativos representados Si atendemos ahora a los elementos decorativos representados en las estelas localizadas en el arroyo Tamujoso, no encontramos grandes diferencias con respecto al resto de las documentadas en la zona del Guadiana-Zújar. En nuestro caso son siete los elementos que analizaremos: la figura humana, las espadas, las lanzas, los puñales, los escudos y, como único elemento de prestigio, el espejo. Junto a ellos analizaremos también otros elementos que aparecen junto a estas figuras pero de difícil identificación. (Fig. 2.13 y 2.14) En cuanto a la Roca 11, si bien su relación con el mundo de las estelas del suroeste es más dudosa, la figura antropomorfa representada con casco, asiendo un elemento de difícil interpretación entre sus manos, nos recuerda a muchos de los antropomorfos conocidos en éstas. Por ello, su descripción en este apartado trata más de realizar una aproximación crono-cultural, dentro de un contexto muy determinado como es el arroyo Tamujoso, que de incluir la roca y la figura dentro del mundo de las estelas del suroeste. Los antropomorfos Dentro del conjunto de rocas localizadas en el arroyo Tamujoso sólo en las rocas 8, 11 y 14 encontramos este tipo de figura. En la última de ellas, como ya describimos en las primeras páginas, predominan las representaciones de círculos concéntricos y los antropomorfos. El hecho de Es en la Roca 8 donde nos encontramos el único antropomorfo de indudable relación con el mundo de las estelas de guerrero. Está piqueteado y siguiendo los 14 A. DOMÍNGUEZ GARCÍA & MªA. ALDECOA QUINTANA: LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL... mismos patrones que en las estelas ya conocidas, con los brazos en ángulo recto y la espada a la cintura, aunque carente de cualquier tipo de detalle como en las estelas de Cabeza Buey II, Esparragosa de Lares I y II, Navavillar de Pela, Zarza Capilla I, Valdetorres I o Belalcázar. (Fig. 2.15) Fig. 2.16. Evolución de los tipo de espadas representa dos en las estelas, según las distintas zonas geográficas (Celestino, 2001) vertical sin ningún tipo de detalle ni punta y con una longitud algo superior a la altura del guerrero, en la Roca 21 ocupa una posición central y tiene marcada claramente la hoja con una forma ovalada y apuntada. Sus dimensiones son desproporcionadas, presentando una hoja demasiado grande con respecto al resto de armas y un astil demasiado corto para el tamaño de ésta. Fig. 2.15. Evolución de la representación de los antropomorfos en las estelas según las diferentes zonas geográficas (Celestino, 2001) Su posición con respecto al resto de figuras es diferente. Mientras que en la Roca 8 su disposición está acorde con el antropomorfo y el resto de figuras manteniendo uniformidad compositiva con respecto al resto de estelas del área del Guadiana-Zujar, en la Roca 21 su ubicación difiere en cuanto a las rocas básicas. No debemos olvidar que no nos encontramos ante una típica estela básica con las localizadas en la zona de Gata, sino que podría tratarse de una evolución de éstas (Celestino, ob. cit., p. 101 y 102), ya que en la zona de Guadiana-Zújar no se ha localizado ninguna estela de este tipo. Así, la lanza no está dispuesta de modo horizontal, en posición de ser lanzada y junto a un escudo, sino que aparece representada en una posición central, casi dividiendo la composición en dos mitades y con una colocación oblicua. Las Espadas Como ya hemos citado, este tipo de arma sólo lo encontramos en las rocas 8 y 21. En la primera de ellas aparece representada en la cintura del guerrero, dispuesta en posición paralela a la línea de los hombros y muy próxima a las manos, pero sin llegar a asirla. Su pequeño tamaño, el hecho de estar piqueteada y ceñida a la cintura del guerrero impide la realización de cualquier tipo de detalle que nos permita realizar cualquier tipo de identificación o matización. Únicamente presenta un gran trazo perpendicular a la hoja a modo de apéndice de la empuñadura. La espada de la Roca 21, a pesar de sus 41 cm. de longitud, no ha sido realizada con una gran precisión. Está realizada en piqueteado ligeramente abrasionado. La empuñadura carece de detalles que permitan hacer grandes matizaciones. Su guardamano está representado de manera irregular y está rematada mediante un pomo. La hoja, engrosada en su parte distal, parece estar realizada en dos momentos diferentes ya que se nota cierta discontinuidad en el trazo en el punto donde la hoja cambia su trazo recto y comienza a engrosarse para acabar rematada en punta. Su forma, tanto por la empuñadura como por la hoja, se encuadra dentro de las espadas pistiliformes (Coffyn, 1985; Fernández, 1986). (Fig 2.16) Los Puñales Las Lanzas Los Escudos Aparecen en las rocas 8 y 21 y, en cuanto a los detalles, su representación es muy diferente. Mientras que en la Roca 8 únicamente aparece dibujada mediante un trazo Se encuentran presentes en nuestras dos estelas de guerrero, existiendo claras diferencias entre ellos. En la Roca 8 se localiza un escudo formado por dos círculos Representados únicamente en la Roca 21, se trata de un elemento bastante novedoso dentro de la iconografía de las estelas de guerrero ya que únicamente se conoce la existencia de este tipo de arma en la estela de Pedro Abad del valle del Guadalquivir. Son dos los puñales representados en nuestra roca y de tipología totalmente diferente. El primero de ellos, a pesar de su irregular ejecución recuerda a las formas pistiliformes, mientras que el segundo debido a su hoja triangular parece remitirnos a época posteriores al Bronce Final. 15 PREHISTORIC ART AND SYMBOLIC BEHAVIOUR concéntricos, algo irregulares, con un punto central, aunque ligeramente desviado, a modo de umbo. Como evidencia (Celestino ob. cit., p. 121) este tipo de escudos pierde protagonismo dentro de la escena compositiva, presentando un tamaño más acorde con el resto de las armas y aparecen por lo general integrados dentro de la panoplia del guerrero. Según este argumento, la distribución de la Roca 8, su tipo de escudo, proporciones y ubicación encajarían perfectamente dentro del conjunto de estelas de la zona del Guadiana-Zújar. presencia en uno de nuestros escudos de un apéndice en forma de “U” en la diagonal opuesta a la escotadura en “V”. Como paralelos sólo tenemos la estela de Buoux II. Si bien, los distintos autores tratan de interpretarla como una escotadura, ya sea en “U” o en doble “V”, en nuestro caso parece claro que no se trata de una escotadura y sí de un apéndice inferior cuya función desconocemos por el momento. (Fig 2.17) Por lo que respecta a los escudos con escotadura en “V” de la Roca 21, el primer hecho que llama la atención, es la existencia de dos escudos dentro de una misma estela, no conociéndose hasta el momento ningún caso parecido dentro del mundo de las estelas del suroeste. Ocupan un lugar destacado dentro del conjunto de la roca y su ejecución es bastante precisa, manteniéndose las distancias en todo momento a la hora de disponer los círculos concéntricos. Presentes de igual modo en las dos estelas estudiadas, sus características son bastante diferentes. En la Roca 8, el espejo se representa en una posición central dentro de la composición general con un tamaño desproporcionado con respecto al resto de las figuras. Por el contrario, en la Roca 21 su posición es marginal y su tamaño es bastante reducido comparado con resto de motivos. Los Espejos Su presencia en ambas rocas encaja perfectamente dentro del área del Guadiana-Zújar en donde aparece en el 80% de las estelas (Celestino, ob. cit., p. 165-166). Del mismo modo, su ubicación dentro del conjunto de grabados y su importancia dentro de la escena es también desigual. Por lo que respecta a sus formas, en la Roca 21 aparece representado mediante dos puntos piqueteados de distinto diámetro unidos por un trazo horizontal mientras que en la Roca 8 se diseña mediante un gran círculo piqueteado y un mango largo. En ambos casos carece de más detalles que permitan deducir sus tipos y analogías formales. (Fig 2.18) Por otro lado, al igual que ocurre con el resto de estelas en las que figuran escudos con escotadura, éstos no presentan una homogeneidad absoluta, sus escotaduras son en forma de “V” y, a pesar de no tener asideros, las escotaduras están claramente dispuestas en la parte superior del escudo. La representación en ambos de un umbo podría explicar la falta del asidero, muy común en la zona que nos ocupa, y significaría la intención por parte del autor de los grabados de marcar la cara exterior del escudo (Celestino, ob. cit., p. 116). Destaca la Fig. 2.17. Tipología de los escudos según las distintas zonas geográficas (Celestino, 2001) Fig. 2.18. Representaciones de espejos en las estelas, según las zonas geográficas (Celestino 2001) 16 A. DOMÍNGUEZ GARCÍA & MªA. ALDECOA QUINTANA: LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL... líneas piqueteadas, que en algunos casos forman ángulos, pero que no forman ninguna figura claramente definida. Este hecho junto con la misma técnica de ejecución nos hablaría de la coetaneidad entre todas las figuras formando parte todas ellas de la estela de guerrero. Otros elementos Como ya citamos líneas atrás, en la Roca 8 aparecen representados otra serie de elementos que, a priori, no tienen relación con la escena del guerrero. Su relación hay que buscarla más dentro del conjunto de grabados que constituyen los yacimientos de Campanario, Puebla de Alcocer y Esparragosa de Lares y cuya cronología parece estar más cercana a la Edad del Hierro que a los momentos finales de la Edad del Bronce. Por eso, estos elementos no los tenemos en cuenta a la hora de estudiar la composición de la estela de guerrero ya que se encuentran bien diferenciados y no parecen formar parte de ninguna escena más compleja. Por el contrario, en la Roca 21 nos encontramos otros elementos que parecen tener una clara relación con las figuras que aquí nos ocupan y cuya identificación resulta enormemente complicada al no haber encontrado ningún paralelo dentro del mundo de las estelas del suroeste que nos permita realizar cualquier tipo de aproximación interpretativa. Se trata de tres figuras rectangulares (Figs. 2.11 y 2.13) en cuyo interior se han inscrito una serie de puntos con una ordenación muy cuidada. Se han buscado las esquinas interiores para ubicar estos puntos y, en uno de los casos, se han dispuesto dos puntos más en el centro de la figura. Junto a ellas, se localiza una cuarta figura formada por un círculo muy irregular, casi cuadrangular, con un gran punto central (Fig. 2.13). LA ESTELA-GUIJARRO DIADEMADA La Roca 15 supone un nuevo concepto dentro del mundo de las estelas-guijarro, ya que se trata de la única estelaguijarro conocida diseñada sobre un soporte no móvil. A pesar de esto, responde al mismo concepto ideológico por lo que respecta a sus características generales, encajando tanto su diseño como su composición dentro del conjunto de estas particulares estelas como veremos en las siguientes líneas. (Figs. 2.19 y 2.20) Además, estas figuras junto con el conjunto formado por las armas y espejo se superponen a una gran cantidad de A pesar de que los hallazgos de estelas diademadas son cada vez más numerosos, este dato no se traduce en una mayor dispersión geográfica de la serie, muy centrada en el suroeste peninsular y más concretamente en las tierras interiores de esa área (Celestino, ob. cit., p. 239-240). Además, atendiendo a su área de distribución, observamos que en la zona de Guadiana-Zújar no se localiza ninguna estela-guijarro. Nuestra estela supone, por tanto, una ampliación del territorio de dispersión hasta ahora conocido para este tipo de representaciones, localizándose en una de las áreas en donde las estelas de guerrero y diademadas son más abundantes y presentan una iconografía más compleja. Con ello, se enriquece aún Fig. 2.19. Detalle del calco de la Roca 15 Fig. 2.20. Detalle de la Roca 15 17 PREHISTORIC ART AND SYMBOLIC BEHAVIOUR Fig. 2.21. Mapa de dispersión de las estelas-guijarro diademadas (círculos) y de las estelas diademadas (triángulos) (Celestino, 2001) En nuestro caso, la diadema no aparece adosada a la cara de la figura, como ocurre en casi todas las demás representaciones. Parece existir una individualización con respecto al rostro dejando un pequeño espacio en blanco entre ambos elementos. más esta zona y su ubicación, por tanto al Este de la provincia de Badajoz, rompe con la concentración de estelas-guijarro al Oeste de Extremadura y Salamanca. (Fig. 2.21) Será en el soporte en el que se representa la figura en donde encontramos la gran diferencia con respecto al resto de estelas-guijarro diademadas conocidas. Mientras éstas se representan sobre guijarros o estelas propiamente dichas, en nuestro caso nos encontramos con un pequeño afloramiento vertical de pizarra sin ningún tipo de preparación o remate por parte de los autores. Por lo que respecta a sus dimensiones, 42 cm. de alto por 17 cm. de anchura máxima, encaja perfectamente entre los 40 y 80 cm. del tamaño de los guijarros en los que se representan este tipo de figuraciones. Por lo que respecta a los collares y cinturones, elementos también muy característicos de este tipo de figuras, no aparecen dibujados. Según Celestino (ob. cit., p. 246-247) la desaparición de estos dos elementos y el hecho de representar a la figura de cuerpo entero, responde al hecho de encontrarnos ante las estelas más avanzadas dentro de la serie. Partiendo de los modelos más extendidos, donde sólo se hace hincapié en la cara y manos del antropomorfo, se tiende paulatinamente a representarlos de cuerpo entero, momento que coincide con la decadencia figurativa tanto del cinturón como del collar. Por el contrario, la diadema mantendrá todo su valor simbólico. En nuestro caso, esta teoría podría verse reforzada ante la individualización existente entre ella y el rostro. La clasificación realizada Almagro-Gorbea (1977, 1998) resulta la base para intentar encuadrar nuestra representación dentro del mundo de las estelas-guijarro. (Fig. 2.22) Por último, y como elemento más novedoso y claramente diferenciador con respecto al resto de estelas, nos encontramos con la representación del sexo femenino en el que parece existir una clara intención de representarlo de modo bastante explícito. Si bien no existían entre los distintos investigadores muchas dudas con respecto al sexo de este tipo de figuras, esta representación sería la prueba irrefutable para definirlas como figuras femeninas. En primer lugar y como elemento fundamental nos encontramos con la diadema, que junto con su ojo izquierdo son los únicos elementos parcialmente perdidos, hecho que no interfiere para observar la figura con su máximo detalle. Tipológicamente difiere en algunos aspectos con respecto a la gran mayoría de estelas, pero en esencia su similitud es clara. La diferencia está en su diseño para el que se emplearon únicamente dos arcos paralelos para definir su contorno frente a las tres líneas de la mayoría de las restantes. Frente a esta pequeña discrepancia, nos encontramos con el otro elemento característico de las diademas como son las líneas radiadas que rellenan el espacio interior. CONCLUSIONES Una vez estudiados y analizados los distintos elementos iconográficos representados, parece claro poder 18 A. DOMÍNGUEZ GARCÍA & MªA. ALDECOA QUINTANA: LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL... Fig. 2.22. Estelas-guijarro diademadas basadas en la tipología de Almagro-Gorbea: 1. Esperança; 2. Crato; 3. Hernán Pérez I; 4. Conquinho; Torrejón el Rubio V; 5. Robledillo de Gata; 6. Hernán Pérez V; 7. Hernán Pérez IV; 8. Ciudad Rodrigo II; 9. Arrocerezo; 10. Los Santos; 11. Salvatierra de Santiago; 12. Cerezal I; 13. Cerezal II; 14. Toniñuelo; 15. Hernán Pérez VI; 16. Hernán Pérez II; 17. Hernán Pérez III; 18. Hernán Pérez VII; 19. Bodonal; 20. Riomalo; 21. Ciudad Rodrigo I; 22. Cambroncino; 23. La Lentejuela. (Celestino, 2001); 24. Arroyo Tamujoso su amplio estudio (1995, p. 107 y 110), o la roca localizada por Gutiérrez Ayuso (ob. cit., p. 15-16) también en el Término Municipal de Campanario, localizada en lo alto de un cerro y dentro de otro conjunto de grabados al aire libre parcialmente estudiados dentro del presente proyecto de investigación bajo el topónimo de la Serrezuela con la representación de un gran escudo con escotadura en “V” entre otras figuras piqueteadas, junto con las rocas del presente trabajo ayudarán a ampliar el concepto de estela y conocer con más precisión este fenómeno cultural. Por lo tanto, nuestras rocas no son un hecho aislado sino que parece abrirse ante nosotros un nuevo campo aún por descubrir, en el que hay que comenzar a buscar este tipo de representaciones sobre los afloramientos naturales de pizarra u otras superficies (Figs. 2.23 y 2.24). adscribirlas dentro del Bronce Final e incluirlos dentro del corpus de estelas de Suroeste. El hecho de englobarlos dentro de los fenómenos culturales de las estelas del Suroeste conlleva la necesidad cambiar la idea que tene-mos de ellas y ampliarla a este tipo de representaciones al aire libre que repiten la misma iconografía y los mismos esquemas de distribución de las figuras. Nos encontramos ante un hecho todavía muy desconocido pero con ejemplos cada vez más numerosos de rocas grabadas con este tipo de representaciones. Los hallazgos realizados por Varela Gómes (1989) de los grabados rupestres de Cachão do Algave entre Castelo Branco y Portoalegre en los que se representan dos espadas y un escudo con escotadura en “V”, actualmente bajo las aguas del Pantano de Fratel y recogidos por Galán Domingo en 19 PREHISTORIC ART AND SYMBOLIC BEHAVIOUR Fig. 2.23. Roca 8 en su entorno inmediato Fig. 2.24. Conjunto de rocas 19-21 Una vez dentro del mundo de las estelas del suroeste, las características de las rocas estudiadas, el contexto general en el que se localizan, junto con el hecho de encontrarlas in situ y completas, nos ofrecen una información muy amplia que nos pueden ayudar a conocer un poco más el mundo de las estelas de guerrero y estelas-guijarro diademadas. para ser vistas desde lejos. Los afloramientos en los que se localizan, si bien son de gran tamaño, no destacan con respecto al resto del paisaje. Así, las rocas 8 y 15 se encuentran más bien escondidas en uno de los puntos en donde el arroyo discurre más encajonado. Al no tratarse de una zona de paso directa, hay que conocer perfectamente el entorno para llegar al lugar exacto en donde se ubican y poder observar los grabados, ya que no pueden verse hasta que uno no se encuentra prácticamente encima del conjunto. Por lo que respecta a las particularidades de las rocas podemos ofrecer algunas consideraciones significativas. Parece existir una clara intención de representar las estelas de guerrero sobre planos horizontales descartando las superficies verticales como sería lo más lógico si se quisiese dar a la escena un aspecto de estela. Si bien es cierto que las mejores superficies para la realización de grabados son las horizontales, existen superficies verticales optimas en las que pudieron haberse realizado los grabados. Este hecho se observa perfectamente en las rocas 11, 15 y 16 en las que se eligieron estos planos para ubicar las representaciones. Esta apreciación podría ayudar a corroborar parte de las teorías según las cuales las estelas de guerrero estaban dispuestas como losas, a pesar del hecho bastante contrastado y aceptado de la aparente disposición vertical de la gran mayoría de las estelas conocidas. Con respecto a la Roca 21, su ubicación en la parte superior de un pequeño cerro le confiere una posición dominante de su entorno inmediato. A pesar de esto, el afloramiento de pizarra tampoco destaca en la zona y la visión que se tiene desde la roca no va más allá de la pequeña vega en la que se abre el arroyo en el tramo en el que se localizan los grabados. Su localización resulta también complicada entre la gran cantidad de afloramientos de pizarra de similares características de su entorno. Entendemos que tanto las estelas de guerrero como la estela-guijarro diademada hay que comprenderlas dentro de una apropiación del territorio de un modo ideológicoespiritual en el que el arroyo funciona como eje vertebrador y dentro de un fenómeno más extendido de grabados al aire libre. Este esquema puede observarse también en los yacimientos de arte rupestre localizados en los términos municipales de Puebla de Alcocer y Esparragosa de Lares en los que parece existir una clara vinculación entre arroyos y conjuntos de arte rupestre, en los que preferiblemente se eligieron los afloramientos de las zonas bajas de los ríos y arroyos para realizar los grabados. Como es lógico pensar, al localizarse los grabados en un afloramiento de pizarra descartaría la teoría, si bien es cierto muy denostada, que expone que las estelas son marcadores de enterramientos. Aunque su uso en otro tipo de rituales funerarios no está descartado, parece que también podría rechazarse la idea de depositar el cuerpo del fallecido sobre la superficie grabada, ya que, si bien en la Roca 8 se puede realizar sin ningún tipo de problema, en la Roca 21 la inclinación de su superficie impediría la colocación de un cuerpo inerte. Si nos fijamos en la ubicación del arroyo Tamujoso y sus grabados con respecto a las rutas ganaderas tradicionales siguiendo las teorías de Ruiz-Gálvez y Galán (1991; y Galán 1995) observamos como el arroyo Tamujoso, y por tanto los grabados, se localizan entre una cañada, un cordel y una colada que, junto con el río Guadiana, enmarcan nuestro yacimiento (ver mapa). Si bien la relación entre el arroyo y las rutas ganaderas podrían Por el contrario, la disposición de la Roca 15 apoyaría las teorías que apuntan a que las Estelas-guijarro diademadas estarían hincadas en el suelo y dispuestas para ser vistas verticalmente. Si atendemos ahora a su emplazamiento en el espacio podemos decir que, nuestras estelas no están dispuestas 20 A. DOMÍNGUEZ GARCÍA & MªA. ALDECOA QUINTANA: LAS REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS DEL BRONCE FINAL... transición, en los que no se ha documentado ningún yacimiento relacionado directamente con los grabados rupestres. Sólo han sido localizados yacimientos arqueológicos en el Cerro del Álamo, Finca Bahondillo (Campanario) y junto a la Fortaleza de Lares (Esparragosa de Lares), todos ellos en la parte alta de destacadas elevaciones, no habiendo sido localizado ningún yacimiento en las zonas de llanura junto a los grabados. Por tanto, los pocos datos existentes en la zona impide sacar cualquier tipo de conclusión en lo que respecta a la relación ente arte rupestre y yacimientos de habitación. parecen claras, nosotros pensamos que los grabados no están señalizando estas rutas, y sí parecen tener una relación más marcada con el curso fluvial en el que se localizan los grabados. Entendemos, por tanto, esta proximidad con las rutas ganaderas más como la simbiosis entre una población ganadera que reflejan parte de su idiosincrasia en los arroyos, en un entorno en el que el único aprovechamiento del suelo es el de pastos, que el hecho de definir rutas de tránsito. Esta idea se ve reforzada con el conjunto de grabados localizados por nuestro equipo en Puebla de Alcocer y Esparragosa de Lares en el que, junto con Campanario, puede observarse una clara relación entre grabados y cursos fluviales. Una vez incluidas nuestras rocas dentro del mundo de las estelas del Suroeste queda pendiente analizar los motivos que llevaron a sus autores a elegir en unos casos la realización de una estela exenta y en otros a la utilización de estas superficies naturales localizadas sobre el terreno. Los nuevos estudios deben dirigirse a la búsqueda de los motivos que llevaron a los autores de los grabados a elegir un tipo u otro de soporte y ver si tuvo el mismo significado una estela exenta y un grabado sobre un soporte no móvil, o por el contrario nos encontramos ante una misma iconografía que encierra dos realidades simbólicas diferentes. Podría también pensarse en la señalización de puntos para uso como abrevadero de ganado, pero no debemos olvidar que nos encontramos en un curso de agua muy secundario con grandes estiajes, a pesar de lo expuesto en las primeras líneas, y en el que parece más lógico pensar en la utilización de las aguas del río Guadiana distante apenas tres kilómetros y con agua todo el año. Siguiendo con las teorías de estos autores, las estelas aquí estudiadas no parecen tratarse de hitos destacados del paisaje. No se localizan en un área de contraste geográfico en donde se constituya una frontera natural entre espacios de aprovechamientos diferenciados (RuizGálvez y Galán, ob. cit., p. 269) ni se sitúan en lugares elevados con buena visibilidad (p. 263) ni son referencias en el paisaje (p. 264). Únicamente podría relacionarse con la relativa proximidad al vado que la Cañada Real Leonesa realizaba sobre el río Guadiana antes de la construcción del Embalse de la Orellana, ya que el vado prehistórico recogido por Enriquez Navascués (1982, p.10) para cruzar el Guadiana se localiza en Cogolludo, junto al yacimiento prehistórico y romano de Lacimurga y lugar próximo a la aparición de la estela de Orellana la Vieja, que se ubica casi una decena de kilómetros aguas arriba. A pesar de esta cercanía, la disposición de nuestras estelas con respecto al paisaje en el que se ubican, a priori no parece que tenga una estrecha relación con este vado de Orellana la Vieja y sí con el arroyo en el que han documentado. Bibliografía ALMAGRO GORBEA, M. (1977) – El Bronce Final y el Periodo Orientalizante en Extremadura. Biblioteca Praehistorica Hispana XIV. Madrid. ALMAGRO GORBEA, M. (1998) – Precolonización y cambio sociocultural en el Bronce Atlántico. In Intercàmbio e comércio: as economías da Idade do Ferro. Lisboa, pp. 81-100. BAPTISTA, A.M. (1983) – O complexo de gravuras rupestres do Vale da Casa (Vila Nova de Foz Côa. Arqueologia, 8. Porto. CELESTINO PÉREZ, S. (2001) – Estelas de guerrero y estelas diademadas. La precolonización y formación del mundo tartésico. Ed. Bellaterra. Barcelona. COFFYN, A. (1985) – Le Bronce Final Atlantique dans la Péninsule Ibérice. París: Difusión de Bocard. Con respecto a la localización de yacimientos de habitación a lo largo de los trabajos de prospección tenemos que hacer varias apreciaciones. En primer lugar hay que destacar que los trabajos estuvieron dirigidos a la búsqueda de arte rupestre siguiendo las directrices marcadas por la Dirección de Patrimonio de Junta de Extremadura. Por este motivo, se descartó prospectar aquellos lugares susceptibles de presentar yacimientos de habitación, como pueden ser por ejemplo destacados cerros, siempre que no tuviesen algún tipo de afloramiento susceptible de presentar arte rupestre. Por eso, la información relativa a la relación entre yacimientos y arte rupestre es demasiado sesgada. A pesar de esto, podemos decir que nuestro trabajo no sólo se limitó a la revisión de los afloramientos de pizarra sino que al efectuar los traslados desde una estación con arte a otra a pie, se prospectaron igualmente los espacios de ENRÍQUEZ NAVASCUÉS, J.J. 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