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CONSIDERACIONES
CONTEXTUALES EN LA INFANCIA.
INTRODUCCIÓN
AL DESARROLLO DEL NIÑO
Inés Viana Moldes y Mariel Pellegrini Spangenberg
“Los Estados Partes reconocen el derecho de todo niño
a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico,
mental, espiritual, moral y social”.
(Convención sobre los Derechos del Niño, artículo 27).
1. Objetivos
2. Introducción
3. Consideraciones contextuales
en la infancia
4. Introducción al desarrollo
5. Estudio de caso
6. Resumen
7. Preguntas de autoevaluación
8. Bibliografía
1. OBJETIVOS
• Reflexionar sobre el desarrollo infantil como
un todo dependiente de múltiples factores
contextuales relacionados entre sí.
• Analizar los contextos descritos en el Marco de Trabajo para la Práctica de terapia
ocupacional: dominio y proceso (Asociación
Americana de terapia ocupacional - AOTA,
2002), en relación con la infancia.
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Terapia ocupacional en la infancia
• Comprender la importancia de los contextos
circundantes al infante, como base para el entendimiento del mismo y del razonamiento
clínico de terapia ocupacional.
• Conocer algunos aspectos relevantes sobre el
desarrollo infantil y su repercusión en la práctica del terapeuta ocupacional.
2. INTRODUCCIÓN
“…el hombre va dinamizando su mundo a partir
de las relaciones con él y en él; va creando,
recreando, decidiendo. Añade algo al mundo del
cual él mismo es creador. Va temporalizando los
espacios geográficos. Hace cultura. Es el juego
creador de estas relaciones del hombre con el
mundo lo que no permite, a no ser en términos
relativos, la inmovilidad de las sociedades
ni de las culturas” (Paulo Freire).
El niño, a través de su hacer, experimenta en
el mundo, modifica ese mundo y, a la vez, se
apropia de él. En esa interacción dialéctica activa de transformación mutua niño-contexto, el
niño crece y a medida que crece, amplía su conocimiento sus destrezas de exploración y competencia y se enfrenta a nuevos desafíos. Sólo
en el hacer significativo, en el que está implicado voluntariamente y con motivación intrínseca, tiene sentido el crecimiento y desarrollo
simultáneos del ser y del hacer, pues es en esta
acción en la que el niño no se aliena de sí mismo y aprehende a ser, es decir, a conocerse, a
conocer a los demás y a conocer el mundo que
le rodea.
La terapia ocupacional como disciplina
siempre ha incidido sobre el hacer humano,
aunque en épocas en que imperó el mecanicismo renunció a la comprensión profunda de la
influencia contextual sobre el hacer y el ser. Esta práctica reduccionista ha promovido una
ruptura y alienación de la identidad del propio
profesional que, a través del ejercicio reflexivo
individual y colectivo sobre su hacer, ha redimensionado la disciplina hacia la ocupación
significativa del usuario (y de él mismo) que,
por definición, es multicontextual.
Este capítulo inicial pretende introducir al
lector en el mundo del infante desde una apro-
ximación integral de la ocupación humana. Para
ello, se expondrán brevemente algunas consideraciones sobre los contextos definidos en el
Marco de Trabajo para la Práctica de terapia ocupacional: dominio y proceso (AOTA, 2002) y su
interrelación con la infancia.
3. CONSIDERACIONES
CONTEXTUALES EN LA
INFANCIA
“Los contextos se refieren a una variedad de
condiciones circundantes que se interrelacionan e
influyen en el desempeño ocupacional de la
persona” (AOTA, 2002).
La AOTA propone la organización del pensamiento del terapeuta ocupacional a lo largo de
siete contextos de interacción del individuo, que
se exponen a continuación: cultural, social, personal, espiritual, temporal, físico y virtual.
Las autoras consideran que es fundamental
concebir la influencia de los mencionados contextos en la elección y desarrollo de ocupaciones significativas en la vida del ser humano, en
general, y del infante, en particular, como tema
central que aquí nos ocupa. No obstante, parece imprescindible llamar la atención del lector
hacia la interdependencia que existe entre esos
contextos, ya que ninguno de ellos podrá ser entendido aisladamente de la cultura de la sociedad y del momento histórico y político al que
pertenecen.
1.1. CONTEXTO CULTURAL
“Costumbres, creencias, patrones de actividad,
comportamientos estándar y expectativas dentro
del ámbito social al que pertenece un miembro. Incluye aspectos políticos y leyes, que amparan la
utilización de determinados recursos y que confirman los derechos de las personas. Además, incluye oportunidades para la educación, el empleo y el
apoyo económico” (AOTA, 2002).
La cultura es el todo sobre el que se articula la vida humana en un determinado lugar y
Consideraciones contextuales en la infancia. Introducción al desarrollo del niño
tiempo; una función relevante que posee es
aportar sentido, valor y comprensión a las interacciones sociales, económicas, políticas, institucionales y de cualquier otra índole que allí
se producen.
Cada cultura tiene su propia idiosincrasia y
manera de comprender a la infancia: los roles de
los cuidadores y los aspectos del cuidado infantil; el papel del propio niño; el papel de los hermanos, de la familia, del vecindario y de la comunidad; las instituciones creadas o no para
atender a esa población diana; las formas aceptadas de interacción entre los infantes y entre
éstos y los diferentes adultos de la sociedad; los
juegos infantiles; las funciones sociales de los niños y otras funciones.
Según Kielhofner (1995), la cultura es un sistema de patrones aprendidos y de comportamientos compartidos por los miembros de un
grupo, que les aporta mecanismos efectivos para
interactuar y tiene las siguientes características:
• Es un sistema de aprendizaje de patrones de
comportamiento que surgen en el proceso de
socialización.
• Se transmite de generación en generación.
• Se comparte por los miembros de un grupo,
no es propiedad de un individuo.
• Aporta a la persona y al grupo mecanismos
efectivos para interactuar con otros y con el
medio.
Para Christiansen (1991), la cultura es multidimensional, se refiere a patrones observables
y está sostenida por amplios grupos. El autor representa esta multidimensión con cuatro círculos (fig. 1-1).
Desde el círculo exterior hacia el interior se
distingue:
4. El círculo externo, y también el más amplio,
se denomina Región: países y provincias. Al
igual que los demás, ejerce influencia en los
comportamientos ocupacionales de los niños.
3. Enmarcadas en las regiones están las Comunidades. Las diferencias son muy evidentes
cuando se comparan niños de una gran ciudad y de una aldea lejana, aunque pertenezcan ambos a una misma provincia (región) y
tiempo.
2. Dentro de las comunidades, las culturas también difieren entre sí: Familias. Por ejemplo,
dos familias que comparten los círculos anteriores pueden variar a este nivel en cuanto a
estructura familiar, valores, estilo de trabajo,
comunicación y otros factores.
REGIÓN
COMUNIDAD
FAMILIA
NIÑO
Fig. 1-1. Multidimensiones contextuales
propuestas por Christiansen.
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Terapia ocupacional en la infancia
1. El círculo central se refiere al individuo en sí
mismo. En la familia, cada Niño va construyendo la base de sus valores culturales a través de diferentes experiencias y apreciaciones: qué intereses tiene, qué juegos le regalan,
cómo organiza su día, qué lugares conoce, con
quién tiene más afinidad, etc. No obstante,
esta construcción es única y, aun compartiendo todos los círculos anteriores, se espera que
existan diferencias entre dos niños, como
puede apreciarse, por ejemplo, entre dos hermanos.
Según los grupos de pertenencia, cada individuo aprende maneras o modos de comportarse: dentro de su familia, al pertenecer a un grupo de iguales, a una comunidad y a cierta región
geográfica. Estos guiones se transmiten de persona a persona y de generación en generación.
Toda persona y, por lo tanto, cualquier posible
usuario del servicio de terapia ocupacional, tiene una historia cultural y una definición única,
aunque dependiente de la cultura, de distintos
constructos, como vida, amor, juego, salud, trabajo, discapacidad, ocio, actividades cotidianas
y otros.
El terapeuta ocupacional debe evaluar la identidad cultural de la población asistida para proponer actividades adecuadas para la misma, así como conocer sus propios filtros culturales. Sin
ello, le será difícil comunicarse y crear una relación terapéutica empática.
Algunos de los factores que pueden influir en
el desempeño ocupacional del niño son:
• Utilización del tiempo: organización diaria,
jornada escolar, planificación de vacaciones,
horarios cotidianos de alimentación, sueño,
etc.
• Estilos de expresión de las emociones: saludos, abrazos, besos, caricias, expresión verbal
de las emociones, etc.
• Creencias sobre el ser humano, la sociedad,
la ética, la amistad, la salud, el trabajo, la política, el dinero, los roles, etc.
• Costumbres: juegos familiares, estilos de celebrar cumpleaños y otras festividades, etc.
• Religión: las creencias religiosas influyen en
los juegos y actividades del niño; por ejemplo, ir a misa los domingos, etc.
• Estructuras familiares.
• Roles asumidos por la familia: quién ayuda a
poner la mesa, mamá cocina, papá hace las
compras, etc.
• Educación.
• Grado de importancia atribuido a la autonomía: valoración de vestirse solo, coger el autobús/metro, hacer las tareas escolares sin
ayuda, etc.
• Sentido del espacio personal.
• Fuentes de apoyo social; con quién contamos
en situaciones de emergencia, necesidad o
ayuda: familia, amigos, vecinos, etc.
• Cantidad y nivel de asistencia que pueden recibir y proporcionar: cuánta ayuda se les permite “intercambiar”.
• Valores relacionados con las finanzas: en qué
se gasta el dinero, qué compras se hacen,
cuánto dinero pueden manejar y a qué edad,
entre otros.
• Conocimientos sobre la salud, el bienestar y
la discapacidad, y cuáles son las fuentes de información: profesionales, revistas, programas
TV, Internet, etc.
• Otros.
Asumiendo la importancia de los factores
relatados en base a un determinado contexto
cultural, la concepción de Equilibrio
Ocupacional adquiere un potencial dinámico y
flexible de tiempo y prioridad atribuidos a las
Actividades de la Vida Diaria Básicas e
Instrumentales, a la Educación, al Trabajo
(aunque esta área no es aplicable en la infancia),
al Juego, al Ocio y/o Esparcimiento y a la
Participación Social.
Cada cultura tiene un entendimiento propio
de la realidad y de la fantasía que en ella tienen lugar. Una de las principales dificultades a
la hora de trabajar con niños oriundos de otros
contextos culturales diferentes al del terapeuta
ocupacional, es que éste, que representa el conocimiento científico (y, por lo tanto, una forma de dominio y poder en la relación que establece), tenga la debida formación y apertura para
comprender lo que sucede desde la óptica del niño y de su familia, ya que ésta es la única manera de proporcionar soporte y aumentar la parti-
Consideraciones contextuales en la infancia. Introducción al desarrollo del niño
cipación social del usuario. En el caso de que no
existiera tal disponibilidad por parte del terapeuta ocupacional o incluso de su servicio, sería obligada la derivación del usuario, así como la reflexión del profesional, para que hubiera coherencia
ética.
1.2. CONTEXTO SOCIAL
“Disponibilidad y expectativas de individuos
significativos, como el cónyuge, amigos y
cuidadores. Además incluye grandes grupos
sociales que son influyentes en el establecimiento
de normas, expectativas de rol y rutinas sociales”
(AOTA, 2002).
Hay muchos elementos del contexto social
que inciden sobre el desarrollo del niño, como
por ejemplo, el vecindario. Los estudios revelan
que un vecindario comunicativo y solidario ofrece mayor apoyo social que otro con tendencias
individualistas donde prima la intimidad.
No obstante, en este apartado se tendrán en
consideración aquellas estructuras sociales más
directamente relacionadas con el mundo infantil, como la familia y la escuela. Tanto el entorno familiar, como el entorno escolar, son ambientes en los que se producen interacciones y
ocupaciones específicas, por lo que el terapeuta ocupacional debe conocerlos para trabajar al
hilo de lo significativo para ese niño en su contexto inmediato y único.
Familia
Estructura familiar
En la actualidad, ¿cómo es la estructura de la
familia en nuestra sociedad?, ¿quiénes la componen?, ¿cuáles son las funciones de sus miembros
en relación al crecimiento de los niños que se
desarrollan en su seno?
La realidad está compuesta por una combinación variada de familias en cuanto a su estructura y organización interna de funciones y roles.
En nuestra sociedad coexisten diferentes tipos de
familias: familias tradicionales con padre y madre presentes en el mismo domicilio; familias que
conviven con familiares extensos, como pueden
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ser abuelos y tíos, donde confluyen diferentes generaciones; familias transculturales, cuando los
padres son oriundos de diferentes culturas y la
convivencia en la tolerancia y divergencia de
criterios ya se experimenta desde la cotidianeidad del hogar; familias monoparentales; familias
organizadas con las nuevas parejas (y sus posibles hijos) de los padres tras un divorcio y el ejercicio de convivencia se da a partir de un momento concreto; familias inmigrantes, en las que
el proceso de familiarización al nuevo entorno
es una interacción que abarca a todos los miembros y no sólo a los infantes; familias de adopción, en las que tiene que ocurrir un proceso de
acomodación mutuo a las expectativas y necesidades de todos los miembros en un momento
concreto; familias en régimen de acogida temporal y otras.
La variedad de la composición familiar no implica la existencia de diferencias cualitativas en
el desarrollo del infante, sino que indica que la
familia de cada niño es única y que las interrelaciones y funciones de los miembros serán igualmente variables, por lo que es necesario conocer estos datos.
Estilos de educación
Baumrind (1967) ha estudiado los estilos parentales que los padres suelen emplear con sus
hijos y la repercusión de los mismos en las actitudes de los niños. La autora propone la existencia de tres estilos de educación: estilo autoritario, estilo permisivo y estilo democrático, que se
diferencian en cuanto a las variables control/disciplina, afecto y comunicación.
Los estilos autoritario y permisivo se encuentran en posiciones contrapuestas.
• Estilo autoritario: los padres ejercen un control
demasiado estricto sobre la acción del niño;
muestran escaso apoyo emocional y suele haber poca comunicación de hijos a padres. A
su vez, es frecuente que los niños presenten
un elevado nivel de exigencias y expectativas
sobre su propio desempeño.
• Estilo permisivo: los padres no informan a sus
hijos sobre lo que se espera de ellos, por lo
que es frecuente la escasa comunicación de
padres a hijos; así mismo, ejercen poco con-
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Terapia ocupacional en la infancia
trol sobre sus hijos; la trasgresión de los límites tiene poca o nula repercusión y muestran
un nivel elevado de afecto y comprensión. La
autora ha averiguado que los niños que se desarrollan en un ambiente con predominio de
este estilo parental muestran actitudes inseguras e inmaduras respecto a lo que se podría
esperar en función de la edad.
• Estilo democrático: los padres responden a las
demandas afectivas y de control de sus hijos
con actitudes negociadoras, que propician el
diálogo y la explicación de los acontecimientos sin renunciar a la función de clarificar los
límites permitidos de acción de sus hijos. El
empleo de este estilo parental ejerce un efecto facilitador del desarrollo del infante: los niños tienen un mayor nivel de autoestima, de
control de impulsos y de autonomía en la exploración y adaptación al entorno.
También está descrito en la literatura el estilo negligente de crianza, que se caracteriza por la
presencia de una interacción desorganizada que
no responde a las necesidades del niño. Este estilo de educación consiste en sí mismo un factor
de riesgo para el desarrollo.
Cambios históricos
Otro factor a tener en consideración es la incorporación progresiva de la mujer al mercado
laboral, pues la función de cuidar a los pequeños
y mayores del hogar antes recaía en la figura femenina principal de la casa. El avance histórico
del trabajo remunerado de la mujer va acompañado de la necesidad social de la creación de instituciones especializadas para el cuidado de esas
poblaciones, hasta entonces custodiadas por ella;
así, nacen las guarderías infantiles para ocupar
ese lugar vacante en la estructura social contemporánea (igualmente sucede con los centros diurnos de atención a los mayores, tema que aquí no
trataremos).
La aparición de esa nueva organización social conlleva diferentes cambios en la actuación
con los niños en la práctica diaria, repercutiendo en la disponibilidad temporal de atención a
los mismos, la realización de actividades cotidianas conjuntas y la creciente demanda de actividades extraescolares continuadas, para que
éstos mantengan el tiempo organizado hasta que
sus padres finalicen su horario laboral, entre
otros. Debido al cambio vivido por la mujer en
la organización de las tareas familiares, se aprecia una mayor participación de los hombres en
las labores de cuidado y atención de sus hijos,
sobre todo en lo que se refiere a las actividades
lúdicas y escolares, pero todavía está pendiente
que participen más en las tareas de manejo del
hogar.
Aún es frecuente observar cómo los niños de
hoy representan en sus juegos simbólicos la primacía de la mujer en las actividades propias del
hogar y, por lo tanto, pertenecientes a todos (“los
papás llegan y esperan a que las mamás les sirvan
la comida que han cocinado”, “preguntan por la ropa que ella lava y plancha”...). Ésa es la muestra
más fidedigna de que la responsabilidad de la ejecución de dichas tareas sigue transmitiéndose, en
la mayoría de los casos, como vinculada al género femenino.
La familia tiene una labor importante en la
transmisión de valores, actitudes y normas sociales, y su función es permitir al niño explorar y
adquirir dichos valores.
Cuando un niño acude a terapia ocupacional,
la función del profesional no consiste en emitir
juicios de valor, sino de intentar comprender por
qué demandan sus servicios; si el niño padece
una disfunción ocupacional o tiene riesgo de padecerla; qué características aporta la familia que
se integran entre los factores protectores del desarrollo y cuáles son factores de riesgo, entre
otros. Para ello, será imprescindible recabar información proveniente del ámbito familiar, ya
que ésta arrojará luz sobre las relaciones interpersonales que se producen en ese marco de interacción, la aceptación e integración del niño
en el seno familiar, las expectativas y las responsabilidades que se espera que el niño asuma en
los diferentes contextos de interacción y las tareas que se le adjudican en el hogar (si las elige,
si las realiza y cómo las ejecuta).
Escuela
En la sociedad occidental desarrollada existen diferentes instituciones encaminadas a fomentar el crecimiento del niño a lo largo de su
infancia. Las guarderías, centros infantiles y es-
Consideraciones contextuales en la infancia. Introducción al desarrollo del niño
cuelas dan respuesta a diferentes funciones sociales.
La elección de un tipo u otro de escuela está
íntimamente ligada a los valores y creencias de
los padres en relación con la educación, así como a las necesidades prácticas de funcionamiento y organización de su vida diaria y laboral. Parece lógico comprender que esos valores y
creencias no aparecen mágicamente, sino que resultan de la combinación, históricamente construida, de su propia formación previa, las experiencias vividas y la influencia incesante de las
tendencias dominantes de la estructura social a
la que pertenecen. En este sentido, las instituciones educativas ofertan un abanico de posibilidades que traducen esas preferencias familiares:
centros públicos, privados y concertados (mezcla de los anteriores; una entidad privada que recibe subvenciones del Estado); con o sin formación religiosa; con o sin jornadas horarias
intensivas; con o sin servicio de comedor; con
actividades extraescolares o no; cerca del domicilio y/o del lugar de trabajo de alguno de los
adultos responsables y otros factores. En definitiva, cuando una familia elige un centro educativo, esa elección está impregnada de los valores
que ésta atribuye a la escuela; por ejemplo, es posible que se haya instaurado en la sociedad la
creencia de que la mejor educación está disponible en los centros privados, pues es el lugar de
elección de las familias con mayores posibilidades económicas; igualmente posible es la idea de
que los centros implicados en una acción comunitaria y comprometida con las necesidades sociales de la población circundante son los públicos; otro discurso frecuente es que los profesores
estatales no se comprometen en fomentar un
aprendizaje significativo y desafiante a su alumnado, puesto que su nivel personal de desafío ya
está mermado al lograr un “trabajo eterno e independiente de la calidad de su desempeño”. En
cualquier caso, parece que existe una tendencia
social a la desresponsabilización de la función de
educar, ya que todos los agentes implicados, es
decir, los padres, los responsables de las políticas
educativas, los profesionales y los propios alumnos se reprochan mutuamente su falta de implicación y compromiso.
La educación de los niños incumbe a diferentes actores en función de la estructura social y
cultural a la que éstos pertenezcan. Por ello, la
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mencionada Convención de los Derechos del Niño, en el artículo 29, apartado 1 expone que:
“... la educación del niño deberá estar encaminada a:
a) Desarrollar la personalidad, las aptitudes y la capacidad mental y física del niño hasta el máximo
de sus posibilidades;
b) Inculcar al niño el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales y de los principios consagrados en la Carta de las Naciones
Unidas;
c) Inculcar al niño el respeto de sus padres, de su
propia identidad cultural, de su idioma y sus valores, de los valores nacionales del país en que vive, del país de que sea originario y de las civilizaciones distintas de la suya;
d) Preparar al niño para asumir una vida responsable
en una sociedad libre, con espíritu de comprensión,
paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y
religiosos y personas de origen indígena;
e) Inculcar al niño el respeto del medio ambiente
natural”.
Como puede apreciarse, la educación como
concepto teórico, defendida en el mencionado
documento, tiene un carácter amplio de formación del ser y del hacer, y una implicación directa en la construcción de la ciudadanía de ese
niño. No obstante, queda por mencionar que cada sociedad tiene su propia organización interna
de transmisión del conocimiento y apropiación
del mundo; probablemente, la “institución escuela” como la conocemos, no tiene por qué ser
un sistema invariable para que la educación de
los niños se produzca.
1.3. CONTEXTO PERSONAL
“Características del individuo que no forman
parte de las condiciones o estado de salud.
Los contextos personales incluyen edad, género,
nivel socioeconómico y nivel educativo”
(AOTA, 2002).
Así mismo, la Constitución Española recoge el
siguiente texto en su artículo 14: “Los españoles
son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer dis-
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Terapia ocupacional en la infancia
criminación alguna por razón de nacimiento, raza,
sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o
circunstancia personal o social”. Este artículo supone un avance, puesto que garantiza un marco
legal y teórico sobre el respeto a la individualidad humana, pero no implica su aplicación práctica porque ésta depende de una actitud de madurez ciudadana, con profunda consideración de
las diferentes formas de expresión y solidaridad.
Por tanto, el contexto personal es amplio y
abarca características propias del individuo en el
marco de lo que la sociedad espera de él. A continuación, se expondrán brevemente algunas
consideraciones sobre los apartados recogidos en
este contexto.
Edad
Las expectativas sociales y las demandas familiares serán distintas en función de la edad del
niño. Así, los expertos en desarrollo infantil han
descrito que éste evoluciona según determinadas
franjas etareas, respetando la variabilidad individual y la influencia de la estimulación ambiental.
En la medida en que un niño crece, se espera que adquiera independencia en sus acciones
y se desenvuelva con mayor competencia, independizándose progresivamente de los cuidados del adulto. Igualmente, en función de la
edad de los niños, los adultos cambian su rol de
guardianes de su supervivencia, proporcionándoles todo tipo de cuidados, hasta un nuevo papel de guía, apoyo y vigilancia de la seguridad
y del medio en las exploraciones autónomas del
niño.
En cuanto a la intervención de la terapia ocupacional, cuando el profesional evalúa el punto
de partida o el nivel de desarrollo real del niño
–como diría Vygotsky (capítulo 4)–, la edad es
una variable de extremo interés, pues proporciona un parámetro comparativo con el nivel de desarrollo esperado, contextualizado en su medio
cultural. Esto orientará el razonamiento clínico
del terapeuta ocupacional, ayudándole a comprender el ritmo de desarrollo del niño y a determinar la ayuda que se le puede prestar en la
zona de desarrollo próximo o en un lugar óptimo
para conseguir destrezas que todavía están en
proceso de maduración.
Género
A lo largo de la historia, el género ha sido
una fuente de dominio, poder y estigma social.
Aún hoy en día existen sociedades que priman
el nacimiento del varón sobre el nacimiento de
la mujer y, desde esa óptica, organizan las políticas de natalidad. Es evidente que cuando un
bebé llega al mundo, y ese mundo ya le tiene
atribuido un estatus social diferente en función
de su género, eso repercutirá en las demás facetas de desarrollo del mismo.
En la mayoría de las sociedades, el género del
niño influye en los juegos y juguetes que utiliza, puesto que los roles y las funciones sociales
que se espera que desarrollen en la etapa adulta son distintas y deben prepararse para ellas,
adquiriendo las habilidades necesarias a través
del juego y demás acciones durante el proceso
de socialización.
En la actualidad, existe un mayor grado de
concienciación en el mundo adulto y se tiende
a fomentar una educación dirigida hacia la igualdad entre los géneros. En este sentido, es importante que la intervención del terapeuta ocupacional sea fruto de la reflexión y esté sometida a
la autocrítica, para no reproducir la discriminación “heredada históricamente” debida al género del niño. Para ello, será necesario que someta sus propios juicios a cuestionamiento y decida
si permite la libre exploración del niño al jugar,
o si, por el contrario, su acción profesional también mantiene determinadas connotaciones sexistas que perpetúan dicha discriminación.
Nivel socioeconómico
¿Qué se entiende por nivel socioeconómico?,
¿este factor repercute en la infancia? y, si repercute, ¿en qué grado lo hace?
Para arrojar luz a estos interrogantes y aportar elementos de reflexión será necesario introducir algunas citas del antropólogo Marvin
Harris:
“La producción pone límites a la reproducción...
La reproducción conduce a la presión demográfica,
lo que a su vez lleva a la intensificación, al agotamiento de los recursos y a cambios en los modos de
producción”.
Consideraciones contextuales en la infancia. Introducción al desarrollo del niño
“El deseo universal de tener hijos no puede explicar las variaciones en las tasas reproductivas. Más
bien, estas últimas reflejan la variabilidad de los costes y beneficios asociados a la crianza de los niños
bajo diferentes modos de producción... Las tasas reproductivas de los cazadores-recolectores se ven afectadas por el hecho de que las mujeres necesitan evitar el transporte de más de un hijo al mismo tiempo
a través de largas distancias... Los agricultores crían
más hijos porque la agricultura puede ser intensificada y la aportación de la mano de obra infantil es
fundamental... Con la expansión del empleo urbano, industrial, técnico y de oficina, los beneficios de
criar menos hijos, aunque sean más “costosos”, sobrepasan a las ventajas que se derivarían del hecho
de criar muchos hijos, aunque éstos fueran más “baratos”.
Parece ser que los modos de producción y reproducción y/o crianza de los hijos guardan una
estrecha relación y se entremezclan continuamente para dar respuestas a las necesidades específicas de los diversos grupos domésticos en
una determinada sociedad. Esto es de extrema
relevancia porque, una vez más, el lector se encuentra ante la encrucijada de que los contextos
propuestos por la AOTA son meros elementos
organizadores del pensamiento, pero en ningún
caso se entienden aisladamente.
Si se reduce el enfoque hacia una sociedad
contemporánea, capitalista y occidental, es posible comprobar en un nivel más cercano a nuestra realidad, que esta variable delimita las interacciones humanas, los roles y las ocupaciones
esperadas que se propiciarán o penalizarán a lo
largo del crecimiento y en un momento concreto. Así, en función del nivel socioeconómico de
la familia, el niño pertenecerá a un grupo social
con comportamientos determinados, frecuentará diferentes lugares, le serán inculcados unos u
otros valores y actitudes, y todo ello le aportará
distintas experiencias de ser y de hacer en ese
mundo que le rodea.
En cuanto a la intervención del terapeuta
ocupacional, este profesional debe ser consciente de los posibles sesgos e incluso prejuicios y/o
expectativas que pueda tener al evaluar y atender a una persona, cuya realidad socioeconómica está muy alejada de la suya propia. También
debería cuestionarse si todos los niños tienen la
oportunidad de acceder a sus servicios profesio-
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nales o éstos se encuentran restringidos a determinados niveles socioeconómicos.
Nivel educativo
El nivel educativo puede relacionarse con el
desarrollo de las etapas escolares/académicas
que cada sociedad determina como adecuadas
para la preparación del infante y adolescente hacia la autonomía en la vida adulta. En este sentido, es importante que existan mecanismos que
garanticen las oportunidades de formación para
que todos los niños puedan acceder a la escolarización. Por otro lado, el sistema educativo debe fomentar la formación del ser desde un amplio abanico de experiencias que contemplen las
variabilidades individuales en lo que a preferencias y destrezas se refiere.
Es frecuente que la variable nivel educativo
constituya en sí misma un sesgo en el desarrollo
de la exploración y la competencia de las ocupaciones que tienen lugar en ese contexto. En
nuestra sociedad, el rol de estudiante es el papel
principal que debe desempeñar con progresiva
eficacia una persona desde la primera infancia
hasta el inicio de la etapa adulta. Aunque sólo
se contemple la duración temporal de dicha formación, ello nos informa acerca de las expectativas de desempeño ocupacional que recaen sobre el individuo y la relevancia del área de
educación durante ese largo período. Existen estudios realizados con adolescentes que cometieron acciones delictivas (cuyo fracaso escolar ha
sido documentado) que presentan un porcentaje
de horas destinadas a ocupaciones bastante inferior a lo esperado para su edad, tanto en actividades productivas, como de ocio y de participación social. Esto nos hace reflexionar sobre las
escasas alternativas que posee la sociedad contemporánea para dar respuestas a las necesidades
de una parte de la población que, por diferentes
razones y trabas sociales, no se adapta al vigente sistema educativo. Por ello, puede considerarse que las dificultades en la consecución de la escolarización o de un nivel educativo, constituyen
un factor de riesgo para el desarrollo y para la futura participación e inclusión social del individuo en la sociedad.
En relación con el terapeuta ocupacional, su
nivel educativo debe evidenciarse en su capa-
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Terapia ocupacional en la infancia
cidad de transformación social (Teixeira, 1991),
a través de una práctica profesional democrática, donde las elecciones y decisiones sobre el
proceso terapéutico incluyen y recaen sobre el
potencial de participación social y ciudadanía
del usuario. Sólo así, la educación del profesional posibilita la inclusión y transformación, en
la medida en que también fomenta la educación del otro y no se manifiesta bajo una forma enmascarada de poder y dominio en las relaciones establecidas con los usuarios (donde
uno sabe porque es el “profesional” y el otro
tiene que seguir lo indicado, aunque no entienda ni el vocabulario, ni la técnica, ni su significado).
1.4. CONTEXTO ESPIRITUAL
“La espiritualidad es la orientación
fundamental de la vida de una persona,
la cual inspira y motiva al individuo”
(AOTA, 2002).
Atribuir al ser humano una dimensión espiritual es partir del principio de que el individuo se
pregunta cuál es el significado de su vida. Esta reflexión hace que la experiencia humana esté rodeada de misterio (Brown, 1985). En muchas
ocasiones, la espiritualidad se ha relacionado con
las religiones. Sin embargo, en 1996, Bates afirma que la espiritualidad no está confinada a las
prácticas religiosas formales. Los individuos pueden sentir una conexión espiritual o especial
cuando escuchan música, miran el atardecer, exploran la naturaleza, escriben un poema, dan a
luz, recuerdan momentos con sus abuelos o ayudan a reparar una escuela.
En 1919, Trent valoraba la integración de la
mente, cuerpo y espíritu, pero aún hoy continúan las discusiones acerca del concepto de espiritualidad en terapia ocupacional. El Modelo
Canadiense del Desempeño Ocupacional considera la espiritualidad como el elemento central,
la esencia del ser humano. Cada persona es un
ser único y espiritual, y esa espiritualidad es la
expresión de la voluntad, impulso y motivación,
fuente de autodeterminación, de control personal y orientación vital. Para Urbanowski y Vargo (1994) la espiritualidad es el significado de la
experiencia personal cotidiana y es importante
para alcanzar una calidad de vida satisfactoria
(Do Rozario, 1992, 1993, 1994).
Los terapeutas ocupacionales exploran la espiritualidad observando y escuchando lo que los
niños señalan como relevante en sus vidas. Por
ello, los profesionales interesados en integrar activamente la espiritualidad en su práctica diaria
deberían aprender a escuchar, implicar al usuario y respetarle y adoptar un razonamiento abierto que comprenda sus creencias y las de su familia. El rol de terapeuta ocupacional es acompañar
a las personas en su autorrealización a través de
las ocupaciones y descubrir qué las conecta con
el mundo de un modo significativo –el juego, en
el niño–. Bates (1996) afirma que el terapeuta
ocupacional interesado en trabajar holísticamente con sus usuarios debe reflexionar sobre este contexto.
1.5. CONTEXTO TEMPORAL
“Localización en el tiempo del desempeño
ocupacional” (AOTA, 2002).
“El tiempo es aquel que uno cuenta en el reloj, pero
...se define, se siente, vive y recrea en el alma de
un ser, cuya esencia es histórica,
social y cultural” (Viana, 2007).
A continuación se exponen algunos elementos a considerar en el análisis del tiempo y las
ocupaciones humanas.
Ritmos internos y externos
Rosenzweig y Leiman (1992) postulan que los
ritmos circadianos tienen la función de sincronizar la conducta y los estados corporales con los
cambios del entorno. Así, desde el inicio, los ritmos circadianos son una muestra interna de la
fuerte presencia de este contexto en nuestras vidas. El bebé, desde la etapa intrauterina, ya está
sometido a los ritmos biológicos de su madre, y
su propio organismo va desarrollándose en un ritmo determinado según las semanas de gestación.
Al nacer, su interacción con el mundo está absolutamente condicionada por el ritmo de ingesta y ésta, entre otros factores, contribuirá a la organización del tiempo de sueño y vigilia y, por
Consideraciones contextuales en la infancia. Introducción al desarrollo del niño
lo tanto, establecerá la estructura temporal de los
cuidados proporcionados por los adultos de referencia. La progresiva sintonía del neonato (y
posteriormente del niño) con los ritmos propios
de su familia será una de las primeras adquisiciones que les permitirá desarrollar actividades conjuntas.
La naturaleza también se organiza a lo largo
de un ciclo; en este caso, a través de un ritmo
anual. En función de la latitud en que uno resida, la influencia de las estaciones del año condicionará de forma diferente la experiencia, el
funcionamiento diario y las ocupaciones del niño y su familia.
Así, en cuanto a la práctica del terapeuta
ocupacional será importante considerar las
“imposiciones naturales” del ritmo interno y
externo del niño y, a ser posible, de la familia,
a la hora de organizar la intervención profesional. Algunos de los factores a tener en cuenta
son los horarios de sueño y alimentación (evitar que la intervención coincida con los momentos de descanso o ingesta), las estaciones
del año y las características del hogar (adecuación a la intervención propuesta; por ejemplo,
un invierno riguroso y una casa sin calefacción
contraindicarían el entrenamiento de las AVD
de vestido/desvestido hasta una fecha más adecuada); y otros.
11
• Desarrollo del juego: sensoriomotor, simbólico y de reglas.
• Participación en el juego/actividades: individual o solitaria, en paralelo, asociativa y cooperativa.
• Otros.
Como puede apreciarse, existe un ritmo natural para la aparición y consolidación de los
comportamientos esperados en cada etapa de desarrollo. Desde la terapia ocupacional se procurará fomentar que el niño alcance el mayor grado de sincronía entre las ocupaciones realizadas
según su edad cronológica y de desarrollo.
Ritmos sociales
• Desarrollo motor (grandes rasgos del primer
año): control cefálico, sedestación, arrastre,
gateo y bipedestación.
En cada cultura y sociedad existen comportamientos ocupacionales esperados y vinculados a
las diferentes etapas del ciclo vital. Por ejemplo,
en algunos países, el horario de la escuela infantil (que comprende las edades de 0 a 6 años) es
opcional, habiendo disponibilidad horaria matutina y vespertina, según las prioridades familiares. Como la escuela es una ocupación relevante y propia de nuestra sociedad, destinada a los
infantes y adolescentes, es posible que la semana del niño esté más orientada al desarrollo de
ocupaciones relacionadas con las actividades de
la vida diaria (básicas e instrumentales), educación y juego; y que esto varíe en el fin de semana, ya que la ausencia de la misma permite una
mayor dedicación al descanso, ocio y participación social.
Las distribuciones y prioridades temporales
destinadas a las ocupaciones varían de una a otra
familia, bien en las horas del día elegidas, en la
duración, en la frecuencia o en otros aspectos.
No obstante, los condicionantes externos a uno
mismo también ejercen cierta influencia en la
organización y estructuración temporal; por
ejemplo, la jornada escolar y/o laboral, la apertura de las tiendas de alimentación, etc. Así, en
cada contexto familiar, ¿cuál es la hora para...? y
¿cuánto tiempo el niño puede dedicar a…?
• Desarrollo cognitivo, según los períodos
propuestos por Piaget: sensoriomotor; preoperatorio, operatorio concreto y operatorio
formal.
... realizar los deberes? ... ayudar en las tareas
del hogar?
... cuidar a la mascota? ... pasear?
Ritmos del desarrollo
El desarrollo humano en sí presenta unas etapas organizadas temporalmente que se producen
en consonancia con la interacción ambiental,
dando lugar a la aparición de las adquisiciones
del infante. Así, cuando el lector estudie los capítulos de esta sección destinados al desarrollo
infantil, encontrará que existe cierta estructura
en su evolución:
• Ciclo vital: nacimiento, infancia, adolescencia, juventud, etapa adulta, vejez y muerte.
12
Terapia ocupacional en la infancia
... jugar con los amigos? ... leer o ver la televisión?
... dormir? ... comer? ... bañarse?
La ubicación temporal en nuestra sociedad de
éstas y otras actividades de la infancia suelen venir dadas y organizadas por los adultos. Así, gradualmente, el niño podrá ir eligiendo y organizando más autónomamente sus horarios pero, en
la niñez, éstos deberán estar organizados externamente.
En el ámbito metodológico, un grupo de individuos que comparten su franja etaria, aunque
desconocidos y oriundos de diferentes lugares,
constituyen una cohorte. Así, se postula que los
valores dominantes, el razonamiento y la explicación de los acontecimientos históricos afectan
de una manera más homogénea a los individuos
de una misma cohorte que a individuos de cohortes distintas.
Tiempo e historia
Aparte de las connotaciones anteriores acerca del tiempo, es fundamental hacer mención de
la historia y su imperativo determinante en la
comprensión y significado de las acciones y ocupaciones desarrolladas en un momento concreto. No ajena a esto, es la construcción social sobre el desarrollo infantil en un determinado
contexto histórico, que, en definitiva, condiciona las interacciones, las expectativas, los derechos, las obligaciones y el rol de infante, en lo
que al desempeño ocupacional se refiere.
Para finalizar, se invita a la reflexión. La dimensión temporal es tan abstracta y, a la vez, tan
exacta que ¿quién se atreve a delimitarla? Efectivamente, se trata de un constructo complejo
cuyas dimensiones objetivas y subjetivas son difíciles de imaginar desde la óptica de otra persona. Kielhofner y Romero (2005) señalan que “El
conocimiento del pasado y el futuro le da a la conciencia humana un carácter especial (Kerby, 1991).
Conocemos nuestras vidas porque están desplegadas
en el curso del tiempo. Por otro lado, gran parte de
lo que hacemos en el presente está dirigido hacia
algún conjunto de cosas que deseamos para algún
momento futuro. Por tanto, nuestras ocupaciones
no sólo llenan y marcan el tiempo, sino que también
forman el curso de nuestras vidas en el tiempo”.
Por ello, una vez más, el profesional de terapia
ocupacional se encuentra con la necesidad de recabar la información relevante procedente de este contexto, para la adecuada comprensión de
las necesidades del infante y su familia.
1.6. CONTEXTO FÍSICO
“Aspectos no humanos de los contextos.
Incluye la accesibilidad, y el desempeño dentro
de ambientes que tengan terrenos naturales,
plantas, animales, edificios, muebles, objetos,
herramientas o ayudas técnicas”
(AOTA, 2002).
Al analizar el contexto físico se aprecia cómo
el niño va ampliándolo progresivamente. Inicialmente, utiliza y se desenvuelve en el espacio que
ocupa su propio cuerpo y, según adquiere mayor
independencia motora, su ámbito de exploración
y dominio aumenta al entorno inmediato, al
contexto del hogar y, posteriormente, a la escuela, al parque y así, sucesivamente.
Así mismo, se observa cómo en el desarrollo infantil, los juegos, objetos, estímulos ambientales y ocupaciones están condicionados
por este contexto. Es importante que todos los
espacios físicos estén debidamente adaptados y
sean accesibles a toda la población. Por lo tanto sería conveniente realizar la evaluación de
los diferentes lugares en los que el niño se desenvuelve.
Otra dimensión menos explorada del contexto físico es la subjetividad que conforma la representación mental del individuo en relación
a “los lugares de su vida”. Es frecuente la preocupación de los terapeutas ocupacionales por
realizar las debidas adaptaciones funcionales del
hogar y del puesto escolar, refiriéndose únicamente al criterio accesibilidad, sin tener en consideración otras variables fundamentales en la
construcción de la autonomía del sujeto como
son el significado y la historia de esos objetos
y/o espacios que se proponen remodelar. En este sentido, Rowles (2005) propone un análisis
interesante sobre las dimensiones de pertenencia a un lugar: uso del espacio (compuesto por actividad física inmediata, actividad cotidiana y
viajes); orientación en el espacio (esquemas: per-
Consideraciones contextuales en la infancia. Introducción al desarrollo del niño
sonal, específico y general); afiliaciones emocionales con el lugar, tanto personales, como compartidas; participación sustituta en ambientes desplazados en el espacio, el tiempo o ambos (reflexiva
y proyectiva).
Tras la incorporación de la profundidad que
representan “los lugares de una persona”, al plantearse la realización de una visita domiciliaria, el
terapeuta ocupacional debe analizar su manera
de aproximación y respeto hacia ese territorio íntimo e histórico que es el hogar del niño y su familia. Antes de hacer cualquier apreciación se
debería reflexionar y consensuar cualquier sugerencia de modificación.
Igualmente, el departamento de terapia ocupacional constituye un lugar ajeno a la realidad
del infante, y facilitarle la apropiación de ese espacio será uno de los objetivos iniciales del profesional para lograr que la interacción sea agradable.
1.7. CONTEXTO VIRTUAL
“Ambiente en el cual la comunicación ocurre por
medio de líneas u ordenadores y con la ausencia
del contacto físico (chat, radiotransmisores,…)”
(AOTA, 2002).
El vertiginoso avance tecnológico ofrece cada día más instrumentos para la comunicación
virtual, desde ordenadores con acceso a Internet,
radiotransmisores, teléfonos, móviles, hasta lugares como son los cyberespacios.
Desde hace unos años, los valores atribuidos
a este tipo de actividades han variado de generación en generación o según las cohortes. Para
muchas personas adultas, la utilización de esos
medios está relacionada con el trabajo y la educación, mientras que, para otros, supone un
tiempo de ocio y disfrute. Una parte de las generaciones infantiles de algunas sociedades, ha
integrado este contexto en la vida cotidiana, utilizándolo cada vez con mayor naturalidad.
Como terapeutas ocupacionales se puede
apreciar la gran utilidad de este contexto virtual
en situaciones clínicas (programas de evaluación, de estimulación, etc.).
Sin embargo, empiezan a observarse en adolescentes diagnósticos de adicción a la informática (Internet, juegos en red, etc.). En
13
Argentina, en el año 2005 se han diagnosticado los primeros tres casos de ingresos en clínicas psiquiátricas con síntomas de dependencia
y abstinencia similares a los provocados por
otras adicciones.
Desde el punto de vista de las autoras, este
contexto es saludable en la población infantil
en general, siempre y cuando no se convierta
en el único medio de juego, comunicación y expresión.
Teniendo en consideración que este contexto
aporta un nivel elevado de motivación y significado para el niño, los terapeutas ocupacionales
deberían incluirlo para facilitar el compromiso
y la participación del usuario en el proceso terapéutico.
1.8. CONTEXTO POLÍTICO
Este contexto no ha sido asumido por la AOTA como un contexto independiente a tener en
cuenta. No obstante, sería conveniente su inclusión puesto que garantizar la igualdad de oportunidades a todos los niños pertenecientes a una
misma cultura, es de vital importancia para el
adecuado desarrollo y la plena participación social de los mismos.
4. INTRODUCCIÓN
AL DESARROLLO
A través de la exploración y la experimentación el niño avanza en el conocimiento del mundo, a la vez que se desarrolla y consigue las habilidades esperadas según su cultura, sociedad y
edad.
El desarrollo infantil se produce como un todo integrado aunque, en ocasiones, determinadas facetas puedan desarrollarse más rápidamente que otras, bien debido a una mayor capacidad
y destreza en un área, o bién porque exista una
mayor estimulación ambiental.
En los departamentos de terapia ocupacional
es frecuente encontrar a niños con determinadas limitaciones en la realización de la actividad,
que repercuten sobre su funcionamiento, participación y, en definitiva, en su bienestar (Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la
14
Terapia ocupacional en la infancia
Discapacidad y de la Salud, 2001). Esto suele
afectar a la posibilidad y calidad de la exploración y experimentación anteriormente mencionadas, por lo que, desde esta disciplina, se facilitarán ambas para que se enriquezca el
desempeño ocupacional del niño en cualquiera de las áreas de relación social.
En la tabla 1 se contemplan algunos aspectos
fundamentales para la práctica del terapeuta
ocupacional en la infancia:
“Sin el arte de la profesión, el proceso de
terapia ocupacional es sólo la aplicación
estéril de conocimiento científico”
(Peloquin, 1989).
5. ESTUDIO DE CASO
A continuación se presenta una actividad
práctica para reflexionar sobre el mundo de los
contextos. Así mismo, se remite al lector al estudio de caso presentado en el Capítulo 18: Unidades de Atención Temprana, en el que toda la intervención está centrada en el infante y en sus
características contextuales.
Aprendiendo a ponerse en el lugar
del otro
Con bastante frecuencia, los alumnos de terapia ocupacional relatan sus dificultades en el
trabajo con las familias de los usuarios y hacen
los siguientes comentarios “... es imposible que los
padres colaboren...”.
La práctica descrita a continuación ha sido
elaborada por una de las autoras y se desarrolla
en el marco de la asignatura troncal titulada terapia ocupacional Aplicada II: infancia, con los
alumnos de tercer curso de terapia ocupacional
de la Universidad de A Coruña.
El grupo de estudiantes no deja de constituir una microrrepresentación de los valores
imperantes en nuestra sociedad. Por ello, la
aplicación de esta técnica está basada en la necesidad de la toma de conciencia de sus propias
concepciones sobre la infancia, el embarazo, la
discapacidad, la familia y el posterior análisis de
las mismas.
El objetivo perseguido consiste en lograr una
mayor comprensión de los futuros profesionales
terapeutas ocupacionales hacia la actitud de los
padres de los niños que se atienden en los servicios de terapia ocupacional.
Metodología
• Rondas individuales de comentarios verbales
sobre la infancia, el embarazo deseado y el
anuncio médico de que tu hijo presenta alguna discapacidad.
• Fase de comentarios grupales sobre las aportaciones individuales, reflexión y conclusiones del grupo.
• Visionado del vídeo Buscando a Nemo con
pautas de análisis preestablecidas y tarea individual de reflexión escrita sobre las mismas.
• Entrega del informe individual.
• Puesta en común con el grupo y cierre.
Ronda 1:
- Con el fin de facilitar la comunicación se dispone a los miembros del grupo en círculo y se
les pide que comenten palabras que les evoquen la infancia.
- Frecuentemente, aparecen vocablos vinculados a acciones propias del crecimiento, sentimientos de alegría, objetos infantiles, instrumentos de juego, lugares, etc.
Ronda 2:
- Siguiendo la misma metodología de la ronda
1, se les pide que comenten palabras que les
evoquen la idea de un embarazo deseado.
- Frecuentemente aparecen vocablos vinculados a los cambios corporales y psicológicos de
la pareja, sentimientos variados tanto de alegría y euforia como de miedo y temor y, en
general, parece que el momento refleja gran
expectación.
Ronda 3:
- Siguiendo la misma metodología de las rondas anteriores, se cuestiona ahora acerca de
Consideraciones contextuales en la infancia. Introducción al desarrollo del niño
15
CUADRO 1-1. ASPECTOS A CONSIDERAR EN LA INTERVENCIÓN DE TERAPIA OCUPACIONAL
EN LA INFANCIA.
Infancia
Terapeuta ocupacional
• La evaluación y el conocimiento de
los contextos circundantes del
infante son fundamentales para su
comprensión, así como para orientar la intervención al hilo de lo significativo.
• Apertura hacia situaciones, formas y significados diferentes a los de uno mismo.
• Actitud respetuosa y empática.
• Capacidad de escucha.
• Habilidad de conectar los datos provenientes de diferentes contextos en un todo integrado: el niño.
• Habilidad en la detección de factores protectores y factores de riesgo para el desempeño
ocupacional del infante.
• Respeto a la esencia de la disciplina: la ocupación significativa y, por lo tanto, contextualizada (sólo así se logra que no sea alienante).
• La infancia es una etapa del ciclo
vital con su propia idiosincrasia: a
diferencia de los demás usuarios, el
niño está empezando a construir su
historia de vida.
• Confidencialidad de los datos y manejo ético de la información.
• Registro de la totalidad del proceso terapéutico.
• Coordinación con los demás adultos y profesionales que interaccionan con el niño (la
ausencia de ello puede ser un factor de riesgo para el desarrollo adecuado del infante).
• Intervención consensuada con el usuario, su
familia y el equipo.
• Habilidades de comunicación y negociación.
• Creatividad y conocimientos.
• Responsabilidad profesional elevada.
• El desarrollo infantil, en todo su
espectro, es de obligado conocimiento.
• Facilita la observación y el entendimiento
del nivel de desarrollo real.
• Ayuda a identificar la zona de desarrollo
próximo, para propiciar un desafío ocupacional atractivo (motivación intrínseca) y
al alcance del niño (con el apoyo de otro
más experto).
• Fomento de la exploración, competencia y
logro.
• Ambiente atractivo, que facilite la
exploración y la expresión.
• Organización del espacio: el infante tiene el
derecho a encontrarse con el ambiente “preparado para recibirlo”.
• El lugar es único, es decir, se transforma en
esos cinco minutos previos a la llegada de cada niño como un ambiente que le es propio
y cómodo “con sus señas de identidad”.
(Continúa)
16
Terapia ocupacional en la infancia
CUADRO 1-1. (CONT.) ASPECTOS A CONSIDERAR EN LA INTERVENCIÓN DE TERAPIA
OCUPACIONAL EN LA INFANCIA.
Infancia
Terapeuta ocupacional
• ¿Qué le pasa a este niño?
Wilcock (1988) propone tres diagnósticos ocupacionales, a saber:
• Desequilibrio Ocupacional: es la falta de
equilibrio entre las áreas del desempeño.
• Deprivación Ocupacional: se produce cuando las limitaciones o circunstancias no permiten que la persona adquiera, utilice o disfrute de la actividad. Ej. Aislamiento, falta
de transporte o pobreza, entre otras.
Deprivación ocupacional relacionada con el
juego: deprivación lúdica primaria y secundaria
(Pellegrini, 2001).
• Alienación Ocupacional: es la falta de satisfacción de una actividad (por considerarse
estresante, aburrida o no significativa).
En realidad, es la ausencia de conocimiento
y compromiso con lo que uno hace.
• Conocimientos de factores que inciden en la infancia ocasionando disfunciones ocupacionales o riesgo de
padecerlas.
• Conocimiento de las patologías biopsicosociales más frecuentes en la infancia que cursan con disfunción ocupacional o riesgo de
desarrollarla.
• Habilidad en la búsqueda de información en
la literatura.
• Reconocimiento de las propias fortalezas y
limitaciones profesionales.
• Realización de consultas y/o derivaciones,
cuando sea necesario.
ese momento en que el médico informa, con
todo el tacto y profesionalidad que le corresponde, de que el bebé padece una disfunción.
- Aquí aparecen varias emociones incorporadas
en el abanico de los sentimientos de tristeza
y de rabia, además de un profundo desconcierto y falta de información respeto a cómo
deberá ser el proceder de los padres.
dos, estableciendo nuevos puentes de conexión con sus aportaciones previas y experiencias personales, familiares, históricas y
culturales.
- En cuanto al papel de los padres y sus respuestas probables ante la existencia de una discapacidad en su hijo, los alumnos empiezan a
cuestionarse por qué algunos de ellos tienden
a mostrarse sobreprotectores, reticentes a la
asesoría profesional, etc.
Comentarios
- Habitualmente, en la etapa de discusión grupal sobre lo aportado individualmente, los
alumnos integran la información proveniente de los demás compañeros, replanteando
sus ideas originales sobre los temas discuti-
Vídeo: “Buscando a Nemo”
El visionado del vídeo permite afianzar la
discusión y reflexión previa. Así mismo, los estudiantes deberán entregar un informe escrito
con la reflexión individual sobre dicho vídeo,
Consideraciones contextuales en la infancia. Introducción al desarrollo del niño
en cuanto a los siguientes elementos de análisis:
• sobreprotección del padre de Nemo tras la situación traumática vivida;
• análisis de los diferentes estilos de crianza: padre de Nemo y “padre tortugas”;
• abordaje de las diferencias individuales en el
vídeo;
• colectivos que podrían beneficiarse del visionado y discusión del vídeo en los diferentes
ámbitos de actuación de la terapia
ocupacional: propuesta y argumentación.
Puesta en común final y cierre
En esta etapa final de puesta en común, los
alumnos replantean sus ideas originales sobre
las actitudes de los padres, que hasta entonces
se permitían sojuzgar, sin profundizar en el razonamiento del motivo de dichas respuestas.
Así, los estudiantes comprenden que las diferentes respuestas, ya sea de negligencia en la
atención, de sobreprotección, de rebelión hacia el equipo profesional o de cualquier otro tipo, no dejan de ser tentativas adaptativas para manejarse ante una nueva situación que
inicialmente les desborda y que, además, desconocen profundamente. Es indiscutible que la
mayoría de los progenitores desean la máxima
evolución de sus hijos, aunque, a veces, no sepan cómo modular su acción para permitir que
éstos exploren y se relacionen con el medio circundante.
Para finalizar, desde este nuevo lugar, es posible que la actitud empática del terapeuta ocupacional sea más favorable para asesorar a los padres en la consecución de esa relación parental
deseada por todos y fundamental para el desarrollo del infante.
“La educación es posible para el hombre, porque
éste es un ser inacabado y se sabe como tal.
Esto lo lleva a la perfección. La educación,
por tanto, implica una búsqueda realizada por un
sujeto que es el hombre. El hombre debe ser el
sujeto de su propia educación.
No puede ser objeto de ella. Por ello,
nadie educa a nadie”
(Paulo Freire)
17
6. RESUMEN
La infancia es una etapa de la vida humana
de especial interés debido a que es la primera
oportunidad que el niño tiene para desenvolverse y conocer el mundo que le rodea. Así, el terapeuta ocupacional debe poseer amplios horizontes de perspectiva al analizar y aplicar su
razonamiento clínico. Por tanto, “... el terapeuta ocupacional no centra su trabajo en la enfermedad. Al contrario, el objeto de atención es el hombre, la persona, que es un conjunto de relaciones y
que vive en un determinado contexto ético, político, social, cultural y económico” (Berenice Francisco, 1988).
7. PREGUNTAS
DE AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Para qué es importante considerar las características contextuales en la infancia?
2. Reflexione sobre la interacción existente entre los contextos.
3. ¿Considera que las personas priorizan los contextos en un mismo orden? Arguméntelo.
4. ¿Cree que su actitud profesional fomenta
la inclusión de la información proveniente
de los contextos? ¿En qué evidencias se
basa?
5. ¿Cree que los diferentes contextos inciden
igualmente sobre el infante? Arguméntelo.
6. Reflexione sobre la tabla 1 y añada la información que considere importante para trabajar con la población infantil.
7. Analice un caso clínico que conozca bajo la
óptica contextual y luego añada la información vinculada a las áreas ocupacionales y demás factores relevantes para el terapeuta ocupacional.
- ¿Dispone de la información contextual necesaria?
- ¿Este planteamiento le ha ayudado a comprender la demanda del usuario?
- ¿Le resulta fácil mantenerse en una práctica
centrada en la persona y en los valores significativos para ella?
18
Terapia ocupacional en la infancia
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