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DOCE SIGLOS DE MATERIALIDAD DEL LIBRO ESTUDIOS SOBRE MANUSCRITOS E IMPRESOS ENTRE LOS SIGLOS VIII Y XIX Manuel José Pedraza Gracia (dir.) Helena Carvajal González Camino Sánchez Oliveira (eds.) … in culpa et PRENSAS DE L A UNIVERSIDAD DE ZAR AGOZA DOCE siglos de materialidad del libro : estudios sobre manuscritos e impresos entre los siglos viii y xix / Manuel José Pedraza Gracia (dir.) ; Helena Carvajal González y Camino Sánchez Oliveira (eds.). — Zaragoza : Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2017 606 p. : il. ; 24 cm. — (—In culpa est ; 4) ISBN 978-84-16935-63-5 Libros–Historia PEDRAZA GRACIA, Manuel José CARVAJAL GONZÁLEZ, Helena SÁNCHEZ OLIVEIRA, Camino 002(091) Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. © Manuel José Pedraza Gracia, Helena Carvajal González y Camino Sánchez Oliveira © De la presente edición, Prensas de la Universidad de Zaragoza (Vicerrectora de Cultura y Proyección Social) 1.ª edición, 2017 Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción por cualquier método de la totalidad o parte de la presente edición sin permiso escrito de los titulares del copyright. Por el contrario, se autoriza la reproducción de los resúmenes y palabras clave de los artículos. También se permite la reproducción de capítulos y textos con objetivos exclusivamente docentes para su uso ocasional en el aula, en cuyo caso se excluye el almacenamiento superior a un mes en un servidor. Los autores se responsabilizan personalmente del cumplimiento de los códigos éticos y la legislación vigente, así como de la obtención de los permisos de copia de materiales ajenos. Esta publicación se ha llevado a cabo con el apoyo de la Universidad de Zaragoza y de la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación del Ministerio de Economía y Competitividad por medio del proyecto «Sumptibus: edición, producción y distribución de libro en la Edad Media y en la Edad Moderna» FFI2014-55524-P. Serie de la revista Titivillus: … In culpa est, n.º 4 Director de la serie: Manuel José Pedraza Prensas de la Universidad de Zaragoza. Edificio de Ciencias Geológicas, c/ Pedro Cerbuna, 12 50009 Zaragoza, España. Tel.: 976 761 330. Fax: 976 761 063 puz@unizar.es http://puz.unizar.es Esta editorial es miembro de la UNE, lo que garantiza la difusión y comercialización de sus publicaciones a nivel nacional e internacional. Impreso en España Imprime: Servicio de Publicaciones. Universidad de Zaragoza D.L.: Z 1385-2017 Índice Manuel José PEDRAZA GRACIA La materialidad del libro: a modo de presentación 13-15 Helena CARVAJAL GONZÁLEZ y Camino SÁNCHEZ OLIVEIRA El libro, objeto material poliédrico 17-21 Laura RODRÍGUEZ PEINADO Morfología de la encuadernación textil en la Edad Media 23-33 María Jesús LÓPEZ MONTILLA «Viajes» de libros en la Baja Edad Media. Mercado y distribución 35-53 Félix de la FUENTE ANDRÉS Estuches de libro bajomedievales. Factores de continuidad y cambio en el tránsito del manuscrito a la imprenta 55-77 María Dolores DÍAZ DE MIRANDA MACÍAS Encuadernaciones en cartera bajomedievales salidas de las manos de encuadernadores judíos. Estudio y evolución 79-101 Caterina TRISTANO Il codice «stretto»: realtà e rappresentazione 101-149 8 Índice Monica BOCCHETTA I manoscritti degli Osservanti di Tuscia dal censimento della Congregazione dell’Indice dei libri proibiti (cod. Vaticano latino 11281) 151-167 Jorge JIMÉNEZ LÓPEZ La materialización de un clásico: Unas Tragedias de Séneca con comentario de Nicholas Treveth (BGH/Ms. 2703) de Diego de Anaya 169-183 Frédérique BARBIER Entre le manuscrit et l’imprimé: les bibliothèques occientales, XVe-XVIIe s. 185-206 Josemi LORENZO ARRIBAS Maniculae monumentales. Traslación de signos librarios a conjuntos murales medievales en Castilla 207-220 Iban REDONDO PARÉS Las marcas de mercader y las filigranas de papel como origen de las marcas de impresor. Una aproximación 221-238 Lucía CONTE AGUILAR Escritos «con pluma de hierro y plomo»: los incunables hebreos de Híjar y sus lectores 239-252 Azucena HERNÁNDEZ PÉREZ Tratados del Astrolabio: el paso del manuscrito al impreso de un manual de instrucciones medieval 253-263 María Eugenia LÓPEZ VAREA La imprenta incunable en Salamanca 265-279 9 Índice María Isabel de PÁIZ La corrección editorial en la imprenta incunable castellana 281-307 Laura FONTOVA SANCHO Impacto sociocultural de la introducción de la imprenta en Huesca 309-320 Carlos María GARCÍA GIMÉNEZ Nuevas aportaciones al estudio del Códice Pomar de la Universitat de València (BH Ms. 9) 321-330 Leonor ANTUNES Um inventário da gravura na tipografia portuguesa do séc. XVII. Algumas relações com livros impressos em Espanha 331-337 Isabel Cristina DÍEZ MÉNGUEZ Sobre tipos y tipografía en los inventarios del gremio de impresores y libreros del siglo XVI en España 339-354 Sandra ESTABLÉS SUSÁN La actividad femenina en los negocios de producción, edición y venta de libros impresos en España e Hispanoamérica (siglos XVI-XVIII) 355-363 Mónica MARTÍN MOLARES Paratextos legales en las relaciones de sucesos impresas entre 1550 y 1650 365-383 Camino SÁNCHEZ OLIVEIRA Análisis del proceso de edición y producción de las cartas ejecutorias de hidalguía en pergamino: un modelo propio de confección y expedición documental 385-400 10 Índice Javier RUIZ ASTIZ El editor y sus exigencias: convenios de impresión en la Pamplona del siglo XVII 401-420 Margarita MARTÍN VELASCO y Almudena TORREGO CASADO Lecturas y grabados para esculpir: Una aproximación a la materialidad gráfica de la librería madrileña de Pompeo Leoni. 421-436 Dominique VARRY Dévoiler la production lyonnaise clandestine des Lumières 437-450 Yolanda CLEMENTE SAN ROMÁN Los aspectos materiales, estructurales y conceptuales de los catálogos de libreros en el siglo XVIII 451-465 Pedro RUEDA RAMÍREZ y Mònica BARÓ LLAMBIAS Los carteles publicitarios del libro en la España del siglo XVIII 467-482 Ana MARTÍNEZ PEREIRA y Víctor INFANTES Correcciones después de imprimir. Juan José Sigüenza y Vera y su ejemplar del Mecanismo del arte de la imprenta (1811) 483-506 Alberto GAMARRA GONZALO Nuevos centros editoriales en el siglo XVIII. El caso de Soria (1785-1803) 507-516 Silvia SALGADO RUELAS y Argentina ENRÍQUEZ ARANA El Manuscrito Tresguerras. De lo material a lo textual 517-530 11 Índice Yohanna Yessica FLORES HERNÁNDEZ Desiderata de la encuadernación: las encuadernaciones de un bibliófilo en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando 531-541 Patricia MEILÁN JACOME Transformaciones de una edición de Ovidio: sobre las Metamorfosis de Ovidio de Francisco Crivell (1805-1819) 543-559 Isaura SOLÉ BOLADERAS «Se hacen toda clase de impresos». Los impresos efímeros en la publicidad de la imprenta y la industria de las artes gráficas en la Barcelona de la segunda mitad del siglo XIX. 561-572 Resúmenes /Abstracts 573-604 La corrección editorial en la imprenta incunable castellana M.ª Isabel de PÁIZ* (Universidad de Salamanca-Instituto de Estudios Medievales y Renacentistas) Para Lotte Hellinga carissimae magistrae Queda mucho por hacer en el estudio de la cartografía de la imprenta incunable castellana. El ancho de la geografía impresora del último tercio del siglo XV está necesitado no solo de un repertorio tipobibliográfico revisado, sino también de atribuciones correctas en libros sin colofón, como ya hiciera notar el insigne Odriozola.1 En función de los avances de la Historia del Libro y de la Bibliografía Material, necesitamos trazar sobre el terreno, en cada ORCID: 0000-0003-1021-3088. Antonio ODRIOZOLA, «La imprenta en Castilla en el siglo XV», en Historia de la imprenta hispana, Madrid, Editora Nacional, 1982, pp. 98-99, recuerda que los meritorios trabajos de Haebler y Vindel fueron revisados por Sheppard y Painter en el tomo X del British Museum Catalogue, el Catálogo de los incunables españoles existentes en el British Museum. La producción total de impresos españoles del siglo XV, que superaba en aquellas tipobibliografías el millar, sufrió por parte de los incunabulistas ingleses una revisión severa: eliminaron 226 ítems (186 de Haebler y 43 de Vindel) al tiempo que añadieron nuevos títulos, cifrando la producción total en torno a 856 libros. A Odriozola se le debe el descubrimiento de al menos 10 títulos nuevos, y algún otro ha aparecido en estas últimas décadas, como las Leyes por la brevedad y orden de los pleitos, impreso en Salamanca, el 16 de junio de 1499. La producción de Antonio de Centenera se ha ampliado y alcanza los 22 libros de la mano de María Luisa LÓPEZ-VIDRIERO, Pedro M. CÁTEDRA, La imprenta y su impacto en Castilla, Salamanca, SEMYR, 1998, pp. 37 y 39. María Eugenia LÓPEZ VAREA trabaja sobre un nuevo catálogo de incunables castellanos. * 1 282 María Isabel de Páiz centro de producción, para cada taller, un cuadro de naturaleza jurídica, económica y social; plantear los modos de edición, producción y comercialización a la vista de los ejemplares impresos, y, en la investigación de cada título, conocer mejor las prácticas de los profesionales del libro. Es de sobra conocido que la acción mecánica de imprimir requiere al menos dos figuras: el componedor o cajista, que colocaba los tipos, y los impresores, que entintaban las formas e imprimían los pliegos. Pero más allá de los requisitos técnicos, la labor editorial, la calidad del texto impreso, hace necesaria la figura del corrector. Se ha identificado en ocasiones la figura del impresor con la del corrector. Ello se debe, sobre todo, a que su trabajo, desde entonces hasta hoy, nos es en gran medida desconocido. Sin embargo, conviene incorporar a nuestro imaginario la figura del corrector, responsable del recto sentido, por más que se trate de una figura apenas visible. Sabemos muy poco sobre los modos y prácticas de corrección en la imprenta incunable castellana. Nuestros impresos —frente a lo que ocurre por ejemplo en los impresos italianos— apenas aportan datos.2 La corrección es, con todo, consustancial al acto de copia, se trate de una copia manuscrita o de una copia impresa reproducida con tipos móviles.3 La corrección es igualmente consustancial a la lectura del texto. Desde antiguo los autores han asumido con naturalidad la intervención ajena y enmienda a su obra. La formulación más temprana que conozco en un incunable castellano de sometimiento a la enmienda y a la corrección (¿el primer caso de sometimiento al control textual de la Iglesia?) se halla en las Coplas sobre diversas devociones y misterios de nuestra santa fe católica, de fray Ambrosio Montesino, hacia 1495.4 La intitulación, impresa en tinta roja, dice así: Estas Coplas que se siguen todas compuso el venerable señor padre fray Ambrosio Montesino […] Fízolas en diversas artes de trovar según la voluntad de los demandantes, según pareçerá adelante en los títulos de cada obra. En todas ellas se somete a la correçión y sentencia de la sancta madre Iglesia y a la emienda de los que en rimo y prosa son doctos y esperimentados varones.5 Véase Paolo TROVATO, «Con ogni diligenza corretto». La stampa e le revisioni editoriali dei testi letterari italiani (1470-1570), Bologna, Il Mulino, 1991. Y, sobre todo, Anthony GRAFTON, La cultura de la corrección de textos en el Renacimiento europeo, Buenos Aires, Ampersand, 2014, y los trabajos de Lotte HELLINGA, que me han guiado a la hora de escribir estas páginas. 3 A los primeros impresores se les llegó a denominar «escribanos de libros de molde». 4 Sobrevive un único ejemplar de esta edición, adquirido en 1926 por la British Library, junto con una pequeña colección de incunables españoles. Hay edición facsímil: Fray Ambrosio MONTESINO, «Coplas sobre diversas devociones y misterios de nuestra santa fe católica». Reproduced in facsimile from the only recorded copy of the original impression, Toledo, c. 1485, now in the British Museum, introd. by H. Thomas, London, British Museum, 1936. 5 La cursiva es mía. En esta primera edición se incluyen catorce composiciones poéticas, aunque la tabla solo recoja once. Algunas piezas aparecen de nuevo en la edición del Cancionero de diversas obras de nuevo trovadas, impreso en Toledo, por los Sucesores de 2 La corrección editorial en la imprenta incunable castellana 283 El objetivo de este trabajo es presentar tres obras que ejemplifican las diversas formas y niveles en que se lleva a cabo la corrección en las primeras décadas de la imprenta y conocer algo mejor sus distintas motivaciones. Las tres obras son de naturaleza bien distinta: un texto jurídico, otro de autoría clásica y un tercero de carácter historiográfico. Caso 1. Texto jurídico. Exactitud textual y validez de la copia El texto jurídico en el que quiero fijarme es el Cuaderno de las leyes de las alcabalas, dadas por los reyes Fernando V e Isabel I de Castilla en Tarazona, el 18 de marzo de 1484. Lo imprimió en la localidad de Huete, Álvaro de Castro, antes del 9 de abril de 1485.6 Ha sobrevivido en un único ejemplar, que se halla en el Archivo Histórico Provincial de Albacete.7 Hagembach, en 1508, con cambios textuales de calado. Según reza el colofón, Montesino corrigió su obra y estuvo además presente en su impresión. Como ha señalado Bustos Táuler, al confrontar una y otra edición, la doble redacción de algunas piezas realizada por un autor vivo es un fenómeno «muy sugestivo» [Álvaro BUSTOS TÁULER, «Variantes impresas de autor: los dos estadios del Cancionero de Montesino (Toledo, 89AM y 08AM)», en Josep Lluís MARTOS (ed.), La poesía en la imprenta antigua, Alicante, Publicacions de la Universitat d’Alicant, 2014, pp. 13-31, cita p. 16]. «La tipología de las variantes que ofrece el Cancionero respecto de los poemas de A es muy rica: hay corrección de erratas, revisiones métricas y estilísticas, añadido y supresión de estrofas enteras, casos de autocensura estilística, variantes en las rúbricas externas e internas, etc.» (ídem, 18), con ejemplos en el trabajo citado. Sobre la recepción femenina de estas piezas, Miguel M. GARCÍA-BERMEJO GINER, «Las destinatarias de la poesía cancioneril castellana pasional del siglo XV», Literaturwissenschaftliches Jahrbuch, 45 (2004), pp. 57-70. 6 Según se desprende de los datos del propio ejemplar. Véase más abajo figura 3. Hubo dos ediciones posteriores del Cuaderno de las alcabalas. Una con pie de imprenta Burgos, Fadrique Biel de Basilea, ca. 1486, del que se conserva una hoja en la BNE <http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000181039>, [Consulta: marzo de 2017]; y un ejemplar en la Bayerische Staatsbibliothek de Munich, Rar. 753 <http://daten.digitalesammlungen.de/~db/0004/bsb00041387/images/>, [Consulta: marzo de 2017]. Y otra edición, hoy perdida, Zamora, Antón de Centenera, antes del 18 de marzo de 1487, fecha en la que Bartolomé Sáez de Sahagún, escribano del Rey y notario público, añade al ejemplar impreso una legalización suscrita por él. Véase Konrad HAEBLER, Bibliografía ibérica del siglo XV, reimpresión facsímil, Madrid, Julio Ollero, 1992, ítems 175, 176 y 177, respectivamente. 7 Signatura: Planero, 1, Carpeta 18, expediente 2. Agradezco a la directora del Archivo, Dña. Elvira Valero de la Rosa, su amabilidad y respuestas a mis consultas. El Cuaderno se encontraba con otros documentos de gran valor en el Ayuntamiento de El Bonillo. Fue descubierto en 1998 por azar. Lo dio a conocer Francisco Mendoza Díaz-Maroto, responsable junto con Aurelio Pretel Martín de su edición facsímil: Cuaderno de alcabalas de 1484 (Huete, Álvaro de Castro, 1485), Albacete, Instituto de Estudios Albacetenses «Don Juan Manuel» de la Excma. Diputación de Albacete, 2001. El facsímil es accesible en la BIBLIOTECA DIGITAL DE CASTILLA LA MANCHA <http://bidicam.castillalamancha.es/bib digital/bidicam/es/consulta/registro.cmd?id=11992>, [Consulta: marzo de 2017]. Elisa RUIZ GARCÍA, en su libro La Balanza y la Corona. La simbólica del poder y los impresos jurídicos 284 María Isabel de Páiz La alcabala es un impuesto que grava con cierto porcentaje de su valor — en torno al 10% en el último cuarto del siglo XV— todas las compraventas. La recaudación del impuesto iba destinada a la Corona, que se dotaba así de una hacienda eficiente. El cuaderno de los Reyes Católicos pretende poner orden en su recaudación y elaborar un nuevo marco de actuación, pues hasta entonces se habían regido por el cuaderno de su antecesor, Enrique IV. Lo primero que conviene advertir es que nada en la lectura de la carta del Cuaderno de las alcabalas «original» hace suponer que se pensara en su impresión. Su estructura diplomática responde al patrón de Carta o Provisión Real.8 Arranca con la intitulación regia con expresión de dominio: «Don Fernando e doña Isabel, por la graçia de Dios Rey e Reina de Castilla, de León, de Aragón […]». La dirección es amplia, pormenorizada y jerárquicamente organizada. La salutación es breve y convencional: «salud e graçia». El núcleo documental o parte central lo conforma un extenso articulado, que comienza con al adverbio «Primeramente» (fol. 2v), y en el que se van sucediendo los artículos, encabezados cada uno de ellos por el adverbio «Otrosí» precedido de un calderón.9 El final del cuaderno contiene la formulación legal pertinente para que la normativa entre en vigor y se cumpla: es la conocida en términos diplomáticos como cláusula de cumplimiento: «Las quales dichas leyes e hordenanças […] en este dicho nuestro Cuaderno contenidas, queremos e fazemos e constituimos e hordenamos […] que ayan fuerça e vigor de leyes, como si fuesen fechas e promulgadas en Cortes». Y se ordena su promulgación a través del pregón, que era el modo acostumbrado en la época de difundir las leyes (en términos diplomáticos, se identifica como cláusula de publicación): E que las fagan así prego- | nar públicamente por las plaças e mercados e otros lugares acostumbrados de las dichas çibdades e villas e logares por pregonero e ante escrivano público, por que venga a notiçia de todos e ninguno nin algunos non puedan alegar nin pretender inorançia. [fols. 45v-46] La versión impresa del Cuaderno de las leyes de las alcabalas revela la extraordinaria preocupación por la literalidad del texto y su validez legal. castellanos (1480-1520), Madrid, Ollero y Ramos, 2011, le ha dedicado unas páginas oportunas para su contextualización [pp. 119-122]. 8 Un análisis diplomático de la provisión real de aplicación general se encuentra en RUIZ GARCÍA, La Balanza y la Corona, pp. 86-93. Para Ruiz García se trata sin embargo de una carta de cuaderno: «Cuaderno porque su extensión y formato suele ofrecer la forma de un cuaderno o folleto». 9 En el taller se trabajó para lograr una buena puesta en página: se dejó entre artículo y artículo el correspondiente a una línea en blanco, dando aire a la composición; y se colocaron en los márgenes externos ladillos, numerados en romanos, con un breve texto para facilitar la localización y lectura de las disposiciones. Ejemplo: «I. Que todos paguen alcavala de diez, uno». Los ladillos señalan un total de 136 artículos. La corrección editorial en la imprenta incunable castellana 285 El respeto por la literalidad se declara en la inscripción inicial, donde se informa de que se está ante una copia («traslado») de una carta de cuaderno original de los Reyes, manuscrita, escrita en papel (y no en pergamino), firmada por ambos. Además advierte que la copia se ha realizado «de bervo ad bervo», palabra por palabra, vale decir, se trata de una copia fielmente sacada.10 La oficialidad del documento queda también consignada a través de la letra capital historiada con la que comienza el Cuaderno, con el retrato de los Reyes Católicos, que el mismo impresor, Castro, había utilizado como letra inicial “P” en la impresión de las Ordenanzas reales de Castilla, de Alfonso de Montalvo, de 1484 y 1485.11 La literalidad se valida a través de la suscripción notarial autógrafa que añade al final del impreso el escribano Miguel López, que declara haber cotejado la copia impresa con el Cuaderno original, manuscrito («conçerté en uno» dice en su fórmula).12 Ese cotejo se hace delante de testigos. Y realiza sobre el impreso diversas prácticas de autenticación.13 E yo, Miguel López, escrivano del | Rey nuestro señor e su notario público en la su Corte e en todos los | sus reinos e señoríos, que el sobredicho traslado de Qua- | derno de alcavalas de letra de molde conçerté en uno, con los dichos | testigos, con el quaderno oreginal e señalado de çiertas señales | de Juan Rodríguez, Gonçalo Ferrández e 10 La transcripción literal es como sigue: «Este es traslado de una carta de quaderno original del Rey e de la Reina, nuestros señores, escripta en papel e firmada de sus nombres, segund que por ella paresçía. Su thenor de la qual, de bervo ad bervo, es esta que se sigue» (fol. 2). La primera hoja del impreso está en blanco. (Véase Fig. 1). 11 RUIZ GARCÍA, La Balanza y la Corona, pp. 122-123. (Véase Fig. 1). 12 El verbo concertar «cotejar o concordar una cosa con otra» aparece frecuentemente ligado al sentido autorial. En la Carta o Pragmática de Pedro I, con la que preside y confirma el Ordenamiento de Alcalá promulgado en 1348 por su padre, Alfonso XI, se explica cómo se enviaron copias del Ordenamiento a diversos lugares. No obstante, «porque fallé que porque los escrivanos las ovieron de escrivir apriessa, escrivieron en ellas algunas palabras erradas e menguadas e pusieron ý algunos títulos e leyes do non avían a estar, por ende, Yo, en estas Cortes que agora fallo en Valladolit, mandé conçertar las dichas leyes e escrivirlas en un libro que mandé tener en la mi cámara e en otros libros que yo mandé levar a las çibdades e villas e lugares de mios regnos [BNE; ms. Vitr. 15/7, fol. 2. Apud Georgina OLIVETTO, «Don Juan Manuel: autor y autoeditor, Voz y Letra, 25 (2014), pp. 111-132, cita p. 118]. 13 Tal y como reza la suscripción notarial, el recto de cada folio se remata con una raya horizontal, que presenta a ambos lados un signo en forma de visto bueno y en la parte central la rúbrica del notario. En el vuelto de cada folio, en la parte inferior, se encuentra la misma línea horizontal con idénticos remates pero sin la rúbrica del notario. Además, todas las planas del impreso presentan, en la parte superior de la hoja, tres dobles rayas verticales. Otros signos de autenticación son las líneas horizontales que rellenan los espacios en blanco de final de párrafo con una doble misión: que no se añada nada al texto, y que quede constancia de su cotejo y autenticidad. 286 María Isabel de Páiz Françisco Núñez. E va escripto de | letra de molde en quarenta e siete fojas con esta, en que va | mi signo, de pliego entero, de papel çebtí. E en fin de cada | plana de la una parte una rública [sic] de mi nombre e de la otra parte | una raya de tinta. E por ende fiz aquí este | mío sig- [imagen signo] no atal en testimonio de verdad. | [rúbrica en dos líneas] Miguel López14 La lectura atenta del cuaderno muestra que el procedimiento técnicoeditorial fue laborioso, puesto que la corrección del texto se movió en dos espacios o planos paralelos: el espacio burocrático de la corte itinerante y el espacio del taller impresor. Aporto en primer lugar los datos del espacio oficial.15 Corrección en el espacio oficial El cuaderno original de las leyes de alcabalas, firmado por los Reyes y en el que actúa como secretario Fernán Álvarez de Toledo, tiene data de Tarazona, 18 de marzo de 1484. Del cuaderno original se saca una copia, que se valida en Córdoba, con fecha 9 de abril de 1485. La validación se añade manualmente, en el espacio en blanco que se deja en el impreso para ello.16 Fecho e sacado fue este dicho traslado de la dicha carta de quaderno original donde fue sacado [espacio en blanco que se rellena a mano: en la muy noble e muy leal çibdad de Córdova, a nueve días del mes de abril] año del nasçimiento del nuestro salvador Jhesu Christo de mill e quatroçientos e ochenta e çinco años. Testigos que a esto fueron presentes e vieron e oyeron leer e conçertar este dicho traslado con la dicha carta de quaderno original de los dichos señores Rey e Reina. (Véase Fig. 2). El proceso de impresión de las Leyes que en las Cortes de Toledo ordenaron los reyes don Fernando V e Isabel I de Castilla, s.i.t., pero Salamanca: Sucesores de Alonso de Porras, después de 15 de junio de 1480, guarda cierto parecido. Se realiza un ‘traslado’, copia, del original, el 15 de junio de 1480. Actuaron como testigos para leer y concertar (no se menciona el verbo corregir, en este caso) Francisco de Segovia, escribano de cámara de los Reyes, Pedro de Toledo y Fernando Crejo. Ejerció de notario Diego de Valera, que, junto con los testigos, está presente en el concierto y autentifica la copia manuscrita, no el impreso, tal y como se desprende de la lectura del último folio antes de la tabla. Ejemplares en la RAH, digitalizado <http://bvpb.mcu.es/es/consulta/registro.cmd?id=406486#infoe jemplares>, [Consulta: marzo de 2017]; y BIBLIOTECA GENERAL DE LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA: <http://roble.unizar.es/record=b1488905*spi>, [Consulta: marzo de 2017]. 16 Fol. 46, líns. 31-32. (Véase Fig. 3). Encontramos también la práctica de validar actuaciones administrativas en las cartas ejecutorias de hidalguía. Véase en este mismo volumen el interesante trabajo de Camino SÁNCHEZ OLIVEIRA, «Análisis del proceso de edición y producción de las cartas ejecutorias de hidalguía en pergamino: un modelo propio de confección y expedición documental». 14 15 La corrección editorial en la imprenta incunable castellana 287 Se valida en Córdoba porque allí están los Reyes, la Corte y todo su entramado administrativo.17 Y hasta Córdoba se trasladan, para estar presentes y actuar, representantes de las dos partes implicadas: administración regia y taller impresor.18 Por parte de la administración real, figuran como oficialestestigos Juan Hurtado y Antonio de Alarcón, criados de Fernando Jiménez (Fernán Ximénez), escribano mayor de las rentas, «pieza clave en todo el entramado burocrático desplegado por la Hacienda Real para la recaudación de tributos».19 Mientras que Andrés González, vecino de la localidad de Huete, debió de actuar como agente del impresor Castro, ¿al igual que Gonzalo Fernández de Peralta?20 En el espacio oficial de la Corte, tal y como se desprende de la lectura del fol. 47, se trabaja al tiempo con un ejemplar impreso del cuaderno («el sobredicho instrumento de Quaderno de alcavalas de letra de molde») y su copia («e este dicho traslado»), y se cotejan ambos (manuscrito e impreso) con el «verdadero original», término bien conocido en el ars notariae, que equivale a ejemplar autorizado que guarda la literalidad del texto y sirve de ejemplarmodelo para sucesivas copias.21 Hay que valorar sobremanera este modo de proceder por dos razones. En primer lugar, porque se trata de una actuación que en fecha tan temprana (1485) nos era hasta ahora desconocida, y adelanta las prácticas que se El 9 de abril de 1485 los Reyes estaban en Córdoba, como demuestra una real provisión firmada por ellos al día siguiente, 10 de abril, en la que ordenan a Diego López de Haro, gobernador de Galicia, que tome el Castillo de Ponferrada. El documento se localiza en la RAH. Enlace y objeto digital en: <http://bibliotecadigital.rah.es/dgbrah/es/consulta/regi stro.cmd?id=239>, [Consulta: marzo de 2017]. 18 Todo ello en presencia del notario, Fernando de Moncayo, y de un escribano del rey, Miguel López, según consta en el propio documento. 19Apud Francisco de Paula CAÑAS GÁLVEZ, Burocracia y cancillería en la corte de Juan II de Castilla (1406-1454). Estudio institucional y prosopográfico, Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 2012, p. 154. 20 Los Peralta pertenecían a un linaje establecido en el Castillo de Garcimuñoz, pero no he logrado identificar a este Gonzalo Fernández de Peralta. 21 El fragmento del fol. 47 dice así: «Fue sacado este dicho traslado, día mes e año e en la çibdat de Córdova, sobre dichos presentes, los sobredichos Andrés Gonçales, cavallero vezino de la çibdad de Huete e Gonçalo Fernández de Peralta, vezino del castillo de Garçimuños, e Juan Hurtado e Antonio de Alarcón, criados de Ferrán Ximénez, escrivano mayor de las rentas de los sereníssimos Rey e Reina, nuestros señores. Testigos llamados e rogados que vieron e oyeron collaçionar e corregir e conçertar el sobredicho instrumento de Quaderno de alcavalas de letra de molde e este dicho traslado con su verdadero original, en presençia de mí, Fernando de Moncayo, notario público apostólico e real, e de Miguel López, escrivano del Rey». (Véase Fig. 4, líns. 22-31). El concepto de ‘original’ como ejemplar autorizado a partir del cual realizar una copia manuscrita o impresa se traslada al ámbito literario del siglo XV, como recuerda Olivetto en el caso de Cartagena y la edición príncipe del Doctrinal de los caballeros «Fue impreso … sacado del original». Véase Georgina OLIVETTO, «Alonso de Cartagena: ante el manuscrito de autor», Romance Philology, 68 (Spring 2014), pp. 45-64 (cita p. 52). 17 288 María Isabel de Páiz impondrán en la Pragmática de 1558 sobre la impresión de libros. A partir de la cual, el impresor o persona encargada de la edición tenía que presentar ante el Consejo el original y «uno o dos volúmenes de los impresos, para que se vea y entienda si están conformes los impressos con el dicho original».22 En segundo lugar, y a mi modo de ver, la presencia de ambos testimonios, copia manuscrita y ejemplar impreso, simboliza una corrección de pruebas adecuada, que permite una evaluación experta. Tener a la vista los diferentes estadios por los que ha ido pasando el texto, ayudaría a resolver la naturaleza del error que justifica la corrección. Y acaso solventaría cuestiones o decisiones complejas. Corrección en el taller impresor El ejemplar impreso del Cuaderno no debió de ser un ejemplar único (aunque se llevara como tal), ni sirvió luego de original de imprenta, porque contiene entre las hojas 47-48 una larga y exhaustiva lista de erratas (véanse Fig. 4, 5 y 2). Todas esas erratas se corrigen a mano, en tinta, en el propio ejemplar.23 Suman en total 147 correcciones a lo largo de 48 hojas y suponen un trabajo concienzudo por parte del corrector encargado de las mismas, que debió de trabajar en el propio taller. Por lo general, son errores menores y fácilmente reconocibles: inserción de palabras omitidas, alguna que otra repetición que se tacha, así como enmiendas con valor de precisión textual.24 En la revisión y examen del original por parte del escribano de cámara, este debía añadir, para evitar el fraude, al final del mismo «el número y cuenta de las hojas» que componía el volumen y exponer la relación de enmiendas que hubiere: «señalando las emiendas que en el tal libro oviere, y salvándolas al fin». Lo que en la práctica venía a suponer la impresión de una fe de erratas. El Cuaderno de alcabalas de 1485 trae al final una fe de erratas (véase Apéndice). En la administración de la Corte hubo, pues, modos de proceder muy asentados desde el principio de la imprenta, que luego se trasladarán al ámbito público y se impondrán en forma de Pragmática. 23 Otro caso de un impreso corregido con anotaciones manuscritas, uniformes en todas las copias conservadas, es el de la edición de san Agustín, De civitate Dei, impresa en Subiaco, por Sweynheym & Pannartz, en 1467, según el estudio de referencia de Carla FROVA, Massimo MIGLIO, «Del ms. Sublacense XLII all’editio princeps del De civitate Dei di Sant’Agostino (Hain 2046)», en C. BIANCAB et alii (eds.), Scrittura, biblioteche e stampa a Roma nel Quattrocento. Aspetti e problemi (Atti del Seminario, 1-2 giungno 1979), Città del Vaticano, Scuola Vaticana di Paleografia, Diplomatica e Archivistica, 1980, pp. 245-273. Se conserva el ejemplar manuscrito que sirvió de original de imprenta, del que parte el riguroso estudio de Frova & Miglio. Este debe complementarse con el trabajo de Hellinga sobre el orden que se tuvo en la composición e impresión del libro, que fue «seriada» (seriatim, hoja tras hoja), lo que permitió al componedor no ajustarse del todo a los cálculos y marcas realizados con anterioridad. Lotte HELLINGA, «Augustinus, De civitate Dei, printed at Subiaco in 1467», en su Texts in transit. Manuscript to Proof and Print in the Fifteenth Century, Leiden-Boston, Brill, 2010, pp. 156-167. 24 Véase el listado completo en el Apéndice de este artículo. 22 La corrección editorial en la imprenta incunable castellana 289 El modo de indicarlas, y su nomenclatura, es común entre los instrumentos legales manuscritos de la época. Es decir, se toman prestadas las fórmulas de los notarios, profesionales autorizados que elaboraban y preservaban los documentos oficiales, lo que supone un nuevo punto de contacto con prácticas notariales vistas más arriba. Se identifica el número de hoja: primera hoja, segunda hoja, etc…, pero no recto y vuelto de la misma. La nomenclatura de la corrección recoge desde el arcaizante «o diz» ‘donde dice’; «escripto sobre raído» ‘raspado y escrito por encima, en el propio renglón, imitando la letra de molde’; «va testado o diz» ‘va tachado25 donde dice’; «va escrito encabo de reglones», ‘va escrito al final de los renglones’. En definitiva, el enorme trabajo, cuidado y esfuerzo que supuso la impresión del Cuaderno de las leyes de las alcabalas —copia, desplazamientos, cotejo, corrección de pruebas en el taller, corrección de ejemplares, personas implicadas, etc.— se explica por lograr un texto correcto, con el menor número de erratas posibles, y uniforme, pero, sobre todo, por alcanzar una mayor difusión.26 Caso 2. Texto clásico. Corrección y conciencia crítica de un profesional experimentado La edición de los Commentarii in bello gallico, de Julio César, impresa por Juan de Burgos, en 1491, utiliza como texto-modelo un ejemplar de la edición veneciana impresa por Ottaviano Scoto, en 1482, como ha demostrado Antonio Moreno Hernández en un impecable trabajo.27 «Testar» como ‘tachar’ lo recoge aún la RAE. Apenas un año más tarde se imprimía de nuevo el Cuaderno de las alcabalas en la imprenta burgalesa de Fadrique de Basilea. La intitulación muestra nuevamente el cuidado y la fidelidad hacia la letra: «Este es traslado del Quaderno de las alcavalas del Rey e la Reina, nuestros señores. El qual se trasladó e sacó de otro traslado que fue sacado del mesmo Quaderno original por Fernando de Moncayo, escrivano apostólico público e escrivano de cámara de los dichos señores Rey e Reina, que es escripto en papel e signado de su signo, segund que por él pareçía. El tenor del qual dicho traslado bien e fielmente sacado es este que se sigue» (fol. 1). La composición del texto incorporó la mayoría de las correcciones realizadas a mano en la edición príncipe, y supone sin duda un trabajo de reconocimiento profesional, estricto cuidado y respeto por la labor desempeñada previamente por sus compañeros. Véase nota 6 más arriba y el Apéndice. 27 Antonio MORENO HERNÁNDEZ, «La edición incunable del Bellum Gallicum de Julio César (Burgos, 1491)», Cuadernos de Filología Clásica. Estudios latinos, 22.1 (2002), pp. 9-42. Se conservan dos ejemplares de la edición veneciana en España, uno en la BNE, con signatura I/1705, incompleto <http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000106648>, [Consulta: marzo de 2017]; y otro ejemplar en la BIBLIOTECA DE CASTILLA-LA MANCHA (olim, BIBLIOTECA PÚBLICA DE TOLEDO), con signatura Inc. 137. También conservamos dos ejemplares de la edición burgalesa: uno en la BNE, con signatura I/2067 25 26 290 María Isabel de Páiz La edición castellana no solo reprodujo el texto de la edición veneciana, sino que se construyó a plana y renglón, adoptando la misma distribución de 41 líneas por hoja, excepto para el último pliego (h8), correspondiente a los folios 43-50v, donde Juan de Burgos alteró la caja tipográfica y añadió una línea más a cada hoja (pasa de 41 líneas a 42) al objeto de ajustar el texto al pliego.28 A pesar de tener la edición veneciana como modelo, el o los cajistas encargados de la composición cometieron errores propios de la manipulación del texto en la imprenta, como la inversión, repetición o supresión de un tipo.29 Con todo, el respeto a la grafía del modelo, uso de mayúsculas y minúsculas, cortes de palabras, etc., de la edición burgalesa frente a la veneciana es lo habitual. Conservamos dos ejemplares de la edición burgalesa. El cotejo de ambos testimonios ha permitido a Moreno Hernández descubrir que se realizaron correcciones sobre la tirada lo que dio lugar a dos estados del mismo texto.30 Lo verdaderamente sorprendente en este caso es que ambos estados se mantuvieran separados en el taller de Juan de Burgos.31 Conviene, en este punto, recordar que «Toda la metodología de la bibliografía textual […] se asienta sobre esta premisa: los ejemplares se obtienen por la reunión azarosa <http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000177182>, [Consulta: marzo de 2017]; y otro en la BIBLIOTECA HISTÓRICA MARQUÉS DE VALDECILLA, con signatura I/275. Véase su descripción en el Corpus de incunables de clásicos latinos en España, <http://www.incunabula.uned.es/cicle.php>, su identificador es CICLE002 [Consulta: marzo de 2017]. También más abajo, la figura 7. 28 Los pliegos son sexternos: a-g6, excepto el último, h8. En la edición veneciana el texto de la obra concluía al inicio de un nuevo pliego (se utiliza el folio 51), porque se edita todo el Corpus Caesarianum, que no imprime Juan de Burgos. La distribución de líneas es idéntica en ambos impresos, a excepción del ligero movimiento, lógico, que se produce al inicio de cada libro, con la impresión de la inicial capitular. 29 MORENO HERNÁNDEZ, «La edición incunable del Bellum Gallicum», p. 29 y ss. 30 Véase nota 27 para los ejemplares. Antonio MORENO HERNÁNDEZ, «Identificación de dos estados en la edición del Bellum Gallicum de Julio César (Burgos, 1491)», Epos, 17 (2001), pp. 13-27. Hay que tener en cuenta ahora otro reciente trabajo suyo, «La forma textual del ejemplar de la British Library, IB. 53296 de la edición del Bellum Gallicum de César (Burgos, 1491)», en María Jesús LACARRA (ed.), Nuria ARANDA GARCÍA (col.), La literatura medieval hispánica en la imprenta (1475-1600), Valencia, Universitat de València, 2016, pp. 191-199, que eleva a tres los ejemplares, con el que ahí estudia de la British Library. 31 Moreno Hernández detecta cuarenta correcciones que se concentran en tres cuadernos de los ocho de que consta el impreso, y en tan solo once páginas. E identifica a la vista de ambos ejemplares el orden de impresión de cada uno de ellos: «la presencia en bc de los tres pliegos correspondientes a la primera tirada del texto latino del Bellum Gallicum convierte a este ejemplar en el exponente del estado inicial de la impresión de la obra, mientras que bm registra la versión corregida —y probablemente definitiva— de la misma, es decir, el segundo estado de la edición que salió de la prensa de Juan de Burgos» (MORENO HERNÁNDEZ, «Identificación de dos estados», p. 25). Las correcciones se realizan a la vista del ejemplar de la edición veneciana, que se tiene como modelo. La corrección editorial en la imprenta incunable castellana 291 de los pliegos y, por lo tanto, las diferencias entre los ejemplares impresos se producen de forma caprichosa».32 Mantener separados en el taller ambos estados demuestra, en mi opinión, la conciencia crítica de la casa impresora y del impresor, Juan de Burgos. Una conciencia crítica que comienza, a la hora de encarar la edición, cuando acude a la fuente más fiable —las ediciones italianas, de las que se conservan tres tradiciones con siete impresiones distintas disponibles en esa fecha— y selecciona de entre ellas la edición con más recursos, la edición que sobresale por contener ladillos.33 Una conciencia crítica que se continúa en el taller, con los trabajos del corrector de imprenta que revisa las pruebas, mientras que el impresor organiza la producción manteniendo separados los dos estados del texto. La conciencia crítica de Juan de Burgos hay que vincularla, en mi opinión, con su olfato comercial. Disponer del mejor texto, en las mejores condiciones de presentación y lectura, haría más comerciable la edición, se vendería mejor. Caso 3. La historiografía en la imprenta. Fernando de Pulgar y su Libro de los claros varones de Castilla El tercer caso que quiero traer nos sitúa en un momento previo a la llegada del texto a la imprenta. Se trata del manuscrito 20272/12 de la Biblioteca Nacional de España, al que le he asignado las siglas Sc, y al que he dedicado mi tesis doctoral.34 El manuscrito Sc es un códice del siglo XV que contiene el Libro de los claros varones de Castilla, aunque no completo. Representa un testimonio extraordinario para la historia de la imprenta incunable castellana porque supone un caso de revisión editorial con vistas a la edición príncipe del Libro realizada en Toledo, por el impresor Juan Vázquez, en 1486 (H). No es un manuscrito controlado por el autor, como demuestran las lagunas en blanco del texto y algunos lugares corruptos, aunque es un testimonio bastante correcto. Tampoco se trata de un original de imprenta, puesto que carece de las marcas que el componedor o los componedores hacen en el texto para señalar los fragmentos correspondientes a cada plana del impreso, y que se identifican con claridad por la presencia de números y/o letras correspondientes a la signatura del cuaderno. 32 Apud Lotte HELLINGA, «Peter Schoeffer y su modelo organizativo: una indagación bibliográfica sobre los procedimientos de un protoimpresor», en su Impresores, editores, correctores y cajistas. Siglo XV, Salamanca: Instituto de Historia del Libro y de la Lectura, 2006, pp. 137-173, cita p. 145. La Dra. Hellinga estudia cómo la imprenta de Shoeffer mantuvo separadas dos emisiones simultáneas de las epístolas de San Jerónimo. 33 Más datos en MORENO HERNÁNDEZ, «La edición incunable del Bellum Gallicum», pp. 2123. No hemos valorado suficientemente la labor y actitud del impresor Juan de Burgos. 34 El manuscrito se hallaba en depósito en el Museo de Santa Cruz de Toledo. Preparo una edición del texto, junto con las Letras, de las que se ocupará Pedro Martín Baños, para la Biblioteca Clásica de la RAE. 292 María Isabel de Páiz El texto del manuscrito muestra un trabajo de revisión editorial, con intervenciones por todo el códice, debidas a dos manos, una de ellas preponderante. El número de intervenciones supera las 170. Testimonia una fase primera, temprana, en la preparación del texto, a la que debió seguir, como fase siguiente, su copia en limpio.35 Esta copia en limpio incorporaría todas las adiciones y correcciones bien colocadas y en orden; y haría las veces de original de imprenta. Que se trata de un manuscrito revisado para la imprenta se fundamenta no solo en la proximidad temporal de la escritura del manuscrito y de su impresión, sino porque el impreso reprodujo el texto revisado y acogió todas las intervenciones realizadas en el texto de Sc, tanto las correcciones como las adiciones. Incluso, a la vista de algunas lecciones de la edición príncipe, podemos afirmar que se realizó una lectura repetida de la copia en limpio del texto, en la que se llevó a cabo alguna otra intervención afín a las ya realizadas en el manuscrito. He caracterizado las intervenciones del editor-corrector en cuatro niveles, que recogen bien, opino, la naturaleza de las mismas y los avatares propios de la edición de textos. Son 1) Intervenciones en la ortografía y en la puntuación; 2) Intervenciones de tipo gramatical-discursivo; 3) Intervenciones críticotextuales; 4) Intervenciones relacionadas con el control y censura de los textos. Presentaré a continuación estos cuatro niveles sirviéndome de un ejemplo (véase Fig. 8). Intervenciones en la ortografía y en la puntuación Son intervenciones de tipo técnico y se conocen aún hoy en día como correcciones ortotipográficas.36 Muestran una constante en la labor editorial de todos los tiempos: el deseo de reproducir textos correctos, sin erratas, bien puntuados y organizados. Un caso curioso ocurre en el fol. 27, líneas 18-19. El copista de Sc había escrito: ¶ E | como veemos por e∫periençia la gravesa Coincidiendo con el cambio de línea, la mano del editor-corrector tacha el calderón y la conjunción «E», y coloca ambos elementos en la línea 35 Un caso similar lo encontramos en la Historia natural de Plinio impresa por los clérigos alemanes Konrad Sweynheym y Arnold Pannartz, en Roma, en 1470. La edición se preparó también en dos etapas: una primera, de revisión editorial, sobre el ms. 1097 de la BIBLIOTECA ANGELICA DE ROMA, en la que participó el obispo y bibliófilo Giovanni Andrea Bussi, con la ayuda de Teodoro Gaza. La obra, corregida, fue luego copiada en dos volúmenes, que se utilizaron como originales de imprenta. Se ha perdido el primer volumen. El segundo, que corresponde a los libros 18 a 31 de la Historia Natural, se conserva en la BIBLIOTECA VATICANA. Véase Paola CASCIANO, «Il ms. Angelicano 1097, fase preparatoria per l'edizione del Plinio di Sweynheym e Pannartz (Hain 13088)», en C. BIANCA et alii (eds.), Scrittura, biblioteche e stampa a Roma nel Quattrocento, pp. 383-394. 36 El primer manual técnico es de Jerónimo Hornschuch, Orthotypographia, Lepzig, 1608. La corrección editorial en la imprenta incunable castellana 293 siguiente, al margen izquierdo, ante «como veemos». Los manuales para correctores y componedores tipógrafos del siglo XX insistían en no dejar la primera letra o artículo de arranque de la oración, solo, a final de línea. Lo que casa perfectamente con esta corrección, y muestra a la imprenta con unas normas o usos en la composición muy estables que se transmiten durante siglos. Intervenciones de tipo gramatical-discursivo Las intervenciones de tipo gramatical-discursivo tienen que ver con la competencia gramatical de los copistas —cabe decir también, de editorescorrectores—, la reformulación lingüística del texto y el gusto literario. En el fol. 2, líns. 5 a 7, se lee: en las | abilidades que tovjeron asy en la çiençia | como en las armas El editor-corrector tacha los artículos determinados «la» y «las» ante «çiençia» y ante «armas». La lectura resultante «asi en çiençia como en armas» se incorporó a H (h. sig. a1v). Se trata de un tipo de intervención que tiene que ver más con el retoque estilístico, que tiende a preferir un tipo de expresión frente a otra (aquí la presencia o no de artículos).37 Intervenciones crítico-textuales Un tercer tipo de intervenciones son las crítico-textuales, para corregir lugares corruptos o lagunas. Sc presenta algunas lagunas, que se distinguen claramente porque el copista ha dejado un espacio en blanco. Ocurre por ejemplo en la semblanza del rey Enrique IV, fol. 3v, líns. 3-4: nunca pudo aver a | [espacio en blanco] allegamjento de varon La mano del editor-corrector, como sugiere el tono de la tinta y su ductus, más cursivo, rellena y escribe en el espacio en blanco: «ninguna». La lectura se incorpora a H y a toda la transmisión posterior: «nunca pudo aver a ninguna allegamiento de varón» (h. sig. a2). Los retoques estilísticos son muy difíciles de discernir en crítica textual, como bien apuntó Paul Maas. Para la variación discursiva, sigo los imponentes trabajos de la profesora Inés FERNÁNDEZ-ORDÓÑEZ, que dan un salto cualitativo a la hora de afrontar la edición crítica de un texto: «Tras la collatio o cómo establecer correctamente el error textual», La Corónica, 30.2 (2002), pp. 105-180; idem, «Transmisión manuscrita y transformación ‘discursiva’ de los textos», en J.J. de BUSTOS TOVAR, J.L. GIRÓN ALCONCHEL (eds.), Actas del VI Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española, Madrid, Arco/Libros, 2006, III, pp. 3033-3046. 37 294 María Isabel de Páiz Intervenciones relacionadas con el control textual Sc presenta otro tipo de intervenciones relacionadas con el control ideológico, que pone de manifiesto la especial sensibilidad que se siente hacia los textos historiográficos. Un claro ejemplo son las cuestiones que afectan al linaje. En la semblanza del cardenal Juan de Carvajal, Sc dice que era «de linaje de ombres | çibdadanos» (fol. 38v, líns. 11-12). La mano del editor-corrector tacha «çibdadanos» y escribe al margen derecho, a la altura de la línea, «fijosdalgo». La lectura «de linaje de ombres fijosdalgo» se incorpora a H (h. sig. d2v). La lección de Sc es más correcta por lo que sabemos de los orígenes familiares del cardenal. Quien mejor ha estudiado por el momento su figura, Gómez Canedo, señala que su padre fue «Juan Tamayo, corregidor de Trujillo».38 La expresión «linaje de ombres çibdadanos» puede acaso chocar, pero el propio Relator —en el informe confidencial que envía en 1449 a Juan de Torquemada en defensa de la nación hebrea y del linaje judío tras el «alboroto de Toledo»— afirma: «hay muchos linages en Castilla, fijos e nietos e visnietos de el linage de Israel, ansí legos como clérigos, ansí de el linage de nobles, como de caballeros e ciudadanos».39 Era, pues, una expresión de uso común en la cancillería regia, en la que nuestro autor, Fernando de Pulgar, ejerce su oficio. En definitiva, el margen de maniobra del editor-corrector de Sc es amplio y desborda la imagen típica del corrector. No se limita a la revisión lingüística, también corrige el texto, sanando lugares corruptos, e incluso recreando algún lugar hasta convertirse en autor de algún fragmento espurio que no tengo tiempo de traer aquí. Es, sin duda, un corrector profesional, especializado. Por tanto, con vistas a la edición del Libro de los claros varones de Castilla se produjo un gran esfuerzo editorial, de recuperación, de corrección y de control sobre el texto por parte del impresor Juan Vázquez o de quien estuviera detrás de él sosteniendo ese proyecto editorial. Quiero concluir este trabajo sobre la corrección editorial en la imprenta incunable con una atinada afirmación de López Vidriero & Cátedra: «muchas de nuestras imprentas son algo más que talleres de perentoria fortaleza económica y técnica para pasar a convertirse en verdaderas oficinas tipográficas, en donde el proceso de producción del libro no se limita al acto mecánico de la composición e impresión, sino que también el espacio de la oficina se abre a los trabajos de edición o preparación de textos».40 38 Lino GÓMEZ CANEDO, O.F.M., Don Juan de Carvajal, un español al servicio de la Santa Sede, Madrid, CSIC, 1947. 39 Fermín CABALLERO, Noticias de la vida, cargos y escritos del doctor Alonso Díaz de Montalvo, Madrid, 1877, Apéndice, doc. 3, pp. 243-254, cita p. 252. 40 La imprenta y su impacto en Castilla, p. 27. La corrección editorial en la imprenta incunable castellana 295 Apéndice Fe de erratas del Cuaderno de las alcabalas de los Reyes Católicos según la edición príncipe (Huete, Álvaro de Castro, antes del 9 de abril 1485), y su reflejo en la siguiente edición (Burgos, Fadrique de Basilea, ca. 1486)41 Hoja r-v línea Primera foja v, lín. 28 Edición príncipe: Huete, Álvaro de Castro, abril 1485 «previllejos» sobrerraído42 Segunda foja v, lín. 29 r, lín. 16 «por» entre renglones43 «rrobo» entre renglones44 r, lín. 18 ¿? v, lin. 34 «o ygual destas pensada o non pensada» va testado45 «que a» va testado «vis» entre renglones46 ¿? «para» entre renglones47 Terçera foja y Burgos, Fadrique de Basilea, ca. 1486 Corrección incorporada. Fol. 2r, lín. 9 «con». Fol. 2r, lín. 10 Incorporada pero con modificaciones. Fol. 2v, lín. 5 Corrección incorporada. Fol. 2v, lín. 7 Corrección incorporada. Fol. 3v, lín. 1 Este trabajo ha contado con la lectura, sugerencias y correcciones de tres grandes filólogos, amigos: Miguel M. García-Bermejo, Arturo Jiménez Moreno y Georgina Olivetto. Gracias también a los revisores anónimos de este trabajo, por su lectura y sugerencias. 41 Véanse notas 6 y 7 para la relación de ejemplares. El impreso de Burgos está foliado, no el de Huete. La fe de erratas arranca en la hoja 47 (véanse figuras 4, 5 y 2). Como he dicho en el cuerpo del artículo, se identifica cada hoja como: foja primera, foja segunda, etc; no recto y vuelto de las mismas ni línea. La primera hoja impresa es realmente la segunda a efectos tipobibliográficos, puesto que la primera hoja del impreso está en blanco. La fe de erratas recoge casi todas las intervenciones. No sigue un orden lineal, sino de tipo de intervención (todos los sobrerraídos juntos, etc.). En la tabla que he elaborado, coloco interrogaciones en aquellas intervenciones que se consignan en la fe de erratas pero que no logro identificar en el ejemplar único impreso. Por otra parte, conviene hacer notar que en la edición de Burgos, en el fol. 52r, en la última línea, se deja un espacio en blanco, de unos 17 caracteres, por mal cálculo del original de imprenta. Es muy probable que al tratarse el Cuaderno de las alcabalas de un texto importante, en el que la administración oficial había estado detrás, no se atrevieran a utilizar estrategias tales como la adición de formulismos. Sucede también en el tránsito del fol. 53r al 53v. 42 Lectura resultante: «por cartas e previllejos e alvalaes». 43 Lectura resultante: «nin por otra». La lectura en el impreso de Burgos pasa a ser: «nin con otra», en vez de «nin por otra». Es probable que se trate de un error paleográfico, por mala lectura. 44 Aunque la fe de erratas dice «robo» a secas, en realidad se escribe: «o por rrobo». La lectura de la príncipe es: «por fuego o por agua o por robo [o por robo escrito s.l.] o por guerra». Mientras que la lectura de la edición posterior es: «por fuego o por robo alguno o por guerra». El que «o por robo» se escriba cerca de «por agua» debió hacer sospechar que «agua» era lectura errónea por «alguna» y se enmendó el texto. La lectura es correcta, porque se impele a racaudar las alcabalas de las rentas a pesar de los ‘casos fortuitos’ que las hubieran podido dañar. 45 Se trata de una repetición, y se tacha la primera vez que aparece. 46 Lectura resultante: «visahuelo». 296 María Isabel de Páiz «en el axafe de Sevilla e la rribera e las ventas» en la margen Corrección incorporada. Fol. 4r, lín. 29 v, lín. 16 «bivieren e moraren» testado48 «la dicha» entre renglones49 r, lín. 22 «salvadas» va testado50 Corrección incorporada. Fol. 5r, lín. 15 Corrección incorporada. Fol. 5v, lín. 16 Corrección incorporada. Fol. 6r, lín. 31 ¿? v, lín. 21 «nuestras» va testado «nuestras» entre renglones51 Sesta foja v, lín. 3 «obligados» entre renglones52 Setena foja ¿? r, lín. 5 «por» testado «pongan nin» entre renglones53 Octava foja ¿? v, lín. 11 «que» entre renglones «dicha» sobrerraído54 v, lín. 24 «tiempo» sobrerraído55 v, lín. 25 «car» sobrerraído56 ¿? v, lín. 9 «que» entre renglones «dicho» sobrerraído57 Quarta foja Quinta foja Novena foja v, con señal en lín. 13, escrito al margen izquierdo r, lín. 24 va Corrección incorporada. Fol. 7r, lín. 2 Corrección incorporada. fol. 7v, lín. 26 Corrección incorporada. Fol. 8v, lín. 6 Corrección incorporada. Fol. 10v, lín. 6 Corrección incorporada. Fol. 10v, lín. 20 Corrección incorporada. Fol. 10v, lín. 22 No incorporada. Fol. 11v, lín. 26 No localizo esta corrección. Como ya he dicho, las correcciones no localizadas en el impreso las indico mediante signos de interrogación. 48 Lectura resultante: «que agora biven e moran e bivieren e moraren». 49 Lectura resultante: «de non pagar la dicha alcavala». 50 La lectura primigenia del impreso es: «Otrosí que sean salvadas e guardadas las franquezas». Tal y como recoge la fe de erratas, «salvadas» aparece tachado. En realidad, habría que haber tachado también la conjunción «e» que aparece inmediatamente después, pues se leería: «Otrosí que sean e guardadas las franquezas». En la edición de Burgos la conjunción «e» también desaparece, luego se deduce que el corrector y/o componedor del taller burgalés revisará de nuevo el texto de la primera edición para realizar cambios menores. 51 Lectura resultante: «de las dichas nuestras alcavalas». 52 Realmente se escribe «e obligados». Y en la edición posterior, se incorpora «e obligados». Lectura resultante: «que sean thenudos e obligados de registrar todos los ganados». 53 Lectura resultante: «e que por ello non nos pongan nin puedan poner». 54 Lectura resultante: «la dicha fiança». 55 Lectura resultante: «en el dicho tiempo». 56 Lectura resultante: «cargados». 47 La corrección editorial en la imprenta incunable castellana Dezena foja60 Honzena foja Dozena foja v, lín. 20 «dello» entre renglones58 ¿? ¿? «alguna» testado «vendedor» testado59 v, lín. 25 v, lín, 35 «que les fuere demandado fasta terçero día» va testado61 «e pedir» va testado62 v, lín. 36 «e traperos» va testado63 v, lín. 29 «fueren» sobrerraído64 v, lín. 30 «prueva» sobrerraído65 ¿? r, lín.12 «prueva» enmendado «e trocaren» sobrerraído v, lín. 5 «esecuten» sobrerraído v, lín. 29 «por lo que vale» va testado67 ¿? v, lín. 7 «como» va enmendado «de los» entre renglones68 297 Corrección incorporada. Fol. 12r, lín. 2 Corrección incorporada. Fol. 11v, lín. 27 Corrección incorporada. Fol. 13r, líns. 25-26 Corrección incorporada. Fol. 13v, lín. 4 Corrección incorporada. Fol. 13v, lín. 5. Matizada en «fuere». Fol. 13r, lín. 31 Corrección incorporada. Fol. 13r, lín. 33 Incorporada en parte66. Fol. 13v, lín. 22 Corrección incorporada. Fol. 14r, lín. 24 Corrección incorporada. Fol. 14v, lín. 17 Corrección incorporada. Fol. 15v, La lectura del pasaje es como sigue: «Pero si el dicho vendedor lo fiziere saber en el dicho término, que en caso quel comprador [sec. man. inser. dicho] non lo faga saber, non caya por ello en pena alguna…». La lectura de «dicho» tras «comprador» resulta algo forzada, y quizás sea la razón por la cual no se incorpora en la edición posterior de Burgos. 58 Lectura resultante: «de pagar alcavala dello». 59 No aparece esta corrección en el ejemplar único conservado pero la sitúo en el fol. 9v, líns. 9 y 10, que leen: «pero si el | dicho vendedor o trocador fuer persona…». En la edición posterior de Burgos, ca. 1486, fol. 11v, lín. 27, desaparece aquí la lectura «vendedor o». 60 Véase figura 6, para las correcciones de esta hoja. 61 Se trata de una repetición: «que sobre ello fagan desde el día que les fueren de-| mandado fasta terçero día que les fuere demandado fasta terçero día so pena» (líns. 14-15). 62 La lectura es «pedir e demandar». Y se tacha solo «pedir», aunque en la edición posterior se omite ambos elementos: «pedir e». Véase lo dicho en nota 50. 63 Es el mismo caso que la lección anterior, pero sobre «algunos traperos e borzeguineros». 64 Lectura resultante: «lo que fueren de çinqüenta maravedís». La edición burgalesa corregirá por «fuere». 65 Lectura resultante: «por prueva». 66 La edición príncipe lee: «vendieren e trocaren». La edición posterior no trae la conjunción «e», necesaria para el sentido. 67 Lectura resultante: «Que de todo se pague el alcavala por lo que vale al arrendador». 68 Lectura resultante: «en qué de los logares». 57 298 Treze foja Quatorze foja Foja quinze María Isabel de Páiz r, lín. 34 v, lín. 22 «juramentados de lo que fuere apreçiado que pague el alcavala» escripto en la margen69 «tener» enmendado ¿? ¿? r, lin. 28 «nuestro» testado «fiziere nin» testado «qualesquier» entre renglones70 v, lín. 16 «samente» entre renglones71 ¿? v, lín. 21 «e si el logar» entre renglones «nombrar» escripto entre renglones72 «e condiçión» entre renglones73 v, lín. 38 Foja diez e seis r, lín. 1 «estar» va testado74 «e pagar» escripto en cabo de renglones «dichas» en cabo de renglones «dellos que lo puedan cobrar» en cabo de renglones75 «pesa» sobrerraído «escrivió» sobrerraído r, lín. 23 «poderosas» entre renglones76 r, lín. 30 «lo que renglones77 ¿? r, lín. 4 ¿? r, lín. 30 Foja diez e siete montare» entre líns. 10-11 Corrección incorporada. Fol. 16v, lín. 17 Corrección incorporada. Fol. 17r, lín. 10 Corrección incorporada. Fol. 17v, lín. 27 Corrección incorporada. Fol. 18r, lín. 22 Corrección incorporada. Fol. 19v, líns. 14-15. Corrección incorporada. Fol. 19v, lín. 34 Corrección incorporada. Fol. 20r, lín. 5 Corrección incorporada. Fol. 20v, lín. 1 Corrección incorporada. Fol. 21r, lín. 21 Corrección incorporada. Fol. 21v, lín. 12 Corrección incorporada. Fol. 21v, lín. 20 La corrección manuscrita presenta aquí dos leves cambios: lee «juramentados e de» y «pague», y no «juramentados de» y «que pague» tal y como indica la fe de erratas. La edición burgalesa incorpora la lección tal y como la trae la fe de erratas. 70 Lectura resultante: «otras personas qualesquier». 71 Se lee «cabtels»; se corrije la «-s» final en «o» y se añade por encima «samente», para que lea «cabtelosamente». 72 La lectura en línea dice «E si alguno dellos non quisier estar e | poner»; se tacha «estar e» y se escribe por encima «nombrar». Nótese que se tacha la conjunción copulativa que, sin embargo, sí aparece en la edición posterior: «nombrar e poner». 73 Esta corrección no aparece en el ejemplar único que conservamos impreso, pero se saca de la lectura del ejemplar de la siguiente edición. 74 Es probable que se trate del mismo «testar» que aparece citado en el pasaje comentado en la nota anterior. 75 Lectura resultante: «o non la quisiere cobrar dellos, que lo puedan cobrar del tal señor del vino». 76 Lectura resultante: «las tales personas poderosas». 77 Lectura resultante: «detenga en sí lo que montare el alcavala». 69 299 La corrección editorial en la imprenta incunable castellana Diez e ocho foja82 Foja veinte v, lín. 9 «carne» entre renglones78 v, lín. 36 v, lín. 6 «la dicha alvala» renglones79 «e fagan» testado80 v, lín. 19 «aquel» sobrerraído81 r, lín. 9 «vegada» enmendado r, lín. 10 «tales» sobrerraído v, lín. 1 v, lín. 15 «defendemos» escrito sobre renglones83 «todas» entre renglones84 v, lín. 21 «otra» entre renglones85 v, lín. 31 v, lín. 22 «prometido» va escripto e sobrerraído «prometido» va escripto e sobrerraído «aquí» va escripto e sobrerraído86 «ante» va escripto e sobrerraído v, líns. 2324 «pusieren en preçio» va escripto e sobrerraído v, lín. 3 «carguen» enmendado v, lín. 37 Foja veinte e una r, lín. 25 entre Corrección lín. 4 Corrección lín. 3 Corrección lín. 1 Corrección lín. 17 Corrección lín. 14 Corrección lín. 16 incorporada. Fol. 22r, incorporada. Fol. 22v, incorporada. Fol. 22r, incorporada. Fol. 22r, incorporada. Fol. 22v, incorporada. Fol. 22v, Corrección incorporada. Fol. 23r, lín. 30 Corrección incorporada. Fol. 23v, lín. 2 Corrección incorporada. Fol. 26r, lín. 17 Corrección incorporada. Fol. 26r, lín. 24 No se incorpora. Fol. 26v, lín. 21 Corrección incorporada. Fol. 27r, lín. 28 Corrección incorporada. Fol. 27r, lín. 29, aunque lee «pusiere» (no plural) «cargue». Fol. 27r, lín. 3 Lectura resultante: «qualesquier personas que tajaren pesaren carne». El fragmento lee: «sin [la dicha alvala s.l.] les demandar…» y la edición posterior de Burgos leerá: «sin la dicha alvala demandar…», sin el pronombre «les». 80 Lectura resultante: «que lo puedan fazer e fagan». 81 Lectura resultante: «en aquel día». 82 En el vuelto, lín. 31, hay una intervención debida a una mano distinta a la del corrector profesional, que escribe «en sus» en un blanco en la línea ante «casas e tiendas». 83 No es una corrección propiamente dicha. Se trata de un aspecto curioso, que sucede en el paso del folio 18r al 18v. Se lee: «… Por ende mandamos e defende-| mos que ninguna…». La lectura «e defendemos» se halla de nuevo escrita sobre la primera línea del fol. 18v. ¿La intervención trata de evitar un corte de palabra en el cambio de folio? Las normas de composición tipográfica desaconsejaban mostrar un corte en la última palabra de la última línea de la plana. 84 Lectura resultante: «todas qualesquier mercaderías». 85 Lectura resultante: «E la otra quinta parte». 86 Parece leerse algo pero con dificultad, como si no se llegara a incorporar. La edición posterior de Burgos no la trae. 78 79 300 Foja veinte e dos Foja veinte e tres Foja veinte e quatro María Isabel de Páiz v, lín. 4 «ofiçiales» va sobrerraído v, líns. 4-5 «por la» sobrerraído v, lín. 24 «notificada» sobrerraído r, lín. 11 «que» entre renglones87 r, lín. 31 ¿? r, lín. 15 «término que se pusieren para el» entre renglones88 «con» entre renglones «puja» testado89 r, lín. 21 «non» testado v, lín. 6 «manera» sobrerraído ¿? v, lín. 10 «cuerpo» sobrerraído «nos» entre renglones90 v, lín. «renta» sobrerraído «dicha» entre renglones91 «qualesquier» va testado92 Foja veinte e çinco Foja veinte e r, lín. 8 «recab» sobrerraído93 r, lín. 37 «dichas» entre renglones94 r, lín. 24 «mayor» testado95 r, lín. 29 «mayores» testado96 r, lín. 12 «e meros» sobrerraído97 Corrección incorporada. Fol. 28r, lín. 26 Corrección incorporada. Fol. 28r, lín. 27 Corrección incorporada si bien lee «notificado». Fol. 28v, lín. 14 Corrección incorporada. Fol. 29r, lín. 9 Corrección incorporada. Fol. 29r, lín. 33 Corrección incorporada. Fol. 29r, lín. 14 Corrección incorporada. Fol. 29r, lín. 21 Corrección incorporada. Fol. 29v, lín. 13 Corrección incorporada. Fol. 29v, lín. 19 Corrección incorporada. Fol. 31r, lín. 1. Corrección incorporada. Fol. 31r, lín. 14 Corrección incorporada. Fol. 31v, lín. 2 Corrección incorporada. Fol. 31v, lín. 11 Corrección incorporada. Fol. 32r, lín. 11 Corrección incorporada. Fol. 31v, lín. 31 Corrección incorporada. Fol. 32r, lín. 1 Lección distinta, por lectio facilior: «e Lectura resultante: «que sobre el preçio». Lectura resultante: «desde el primero remate fasta el término que se pusieren para el postrimero remate». 89 Se lee «puja o contía» y se tacha «puja o». 90 Lectura resultante: «ayamos nos». 91 Lectura resultante: «la dicha puja». 92 Lectura resultante: «por los dichos nuestros arrendadores e recabdadores mayores e otras personas qualesquier que las han de recabdar». 93 Lectura resultante: «recabdador». 94 Lectura resultante: «de las dichas nuestras rentas». 95 Lectura resultante: «al dicho nuestro arrendador e recabdador mayor». 96 Lectura resultante: «a los dichos nuestros arrendadores e recabdadores mayores». 87 88 301 La corrección editorial en la imprenta incunable castellana siete Foja veinte e ocho Foja veinte e nueve nuestros». Fol. 34r, lín. 22 ¿? v, lín. 29 «por» sobrerraído «declare» sobrerraído r, lín. 16 v, lín. 36 «de» entre renglones98 «ventas» sobrerraído v, lín. 34 «renta de» testado99 v, líns. 1-3 «e logares» entre renglones. Corrección no indicada en la fe de erratas100 «e que los dichos notarios e alcaldes de la nuestra corte e los alcaldes de las çibdades e villas e logares de los nuestros reinos» escripto en la margen «consejo» entre renglones101 v, lín. 10 ¿? ¿? r, lín. 33 Foja treinta v, lín. 11 «nuestra» entre renglones «luego» testado «maravedí» entre renglones. Esta corrección no se recoge en la fe de erratas102 «mayor» testado103 Foja treinta e dos v, lín. 15 «por» entre renglones104 v, lín. 19 «dichas» testado105 Corrección incorporada. Fol. 35r, lín. 18 No incorporada. Fol. 34r, lín. 27 Corrección incorporada. Fol. 36v, lín. 12 Corrección incorporada. Fol. 36v, lín. 10 Corrección incorporada. Fol. 37r, lín. 25 Corrección incorporada. Fol. 37r, lín. 25-27 Corrección incorporada. Fol. 37v, lín. 2 No se incorpora. Fol. 37r, lín. 18 Corrección incorporada. Fol. 38v, lín. 23 Corrección incorporada. Fol. 41r, lín. 31 Corrección incorporada. Fol. 41v, lín. 1 Lectura resultante: «ante otros juezes e meros esecutores por nos dados». Lectura resultante: «E aun faziendo (s.l. de) una demanda muchas». 99 Lectura resultante: «pague la nuestra renta de alcavala». 100 La corrección es algo más compleja de lo que parece a simple vista, porque se rehace el texto. Originalmente, el impreso lee así: «E esto es nuestra merced que se guarde así en la nuestra corte e [fol. 29v] por los escrivanos de los nuestros notarios e alcaldes como en las çibdades e villas de los nuestros reinos costringan e apremien…». Aquí primero se añade tras «çibades e villas», supra lineam, «e logares». Esta adición no indicada en la fe de erratas se incorpora en la edición posterior de Burgos. Por otra parte, en el ejemplar único que existe en el Archivo Histórico Provincial de Albacete no se indica el lugar de inserción de la adición larga, que figura en la edición posterior colocada antes de «costringan». Es muy probable que el error por omisión primigenio se deba a un salto de igual a igual ante «villas e logares de los nuestros reinos». 101 Lectura resultante: «nin aver sobre ello consejo con abogado». 102 Lectura resultante: «e otro maravedí de la sentençia condenatoria». 103 Lectura resultante: «recabdador mayor». 104 Lectura resultante: «fechas por el arrendador». 105 Lectura resultante: «de amas las dichas partes». 97 98 302 Foja treinta e tres Foja treinta e quatro Foja treinta e çinco110 Foja treinta e seies María Isabel de Páiz r, lín. 18 «previllejos» escripto sobrerraído r, lín. 2 «renta» entre renglones106 v, lín. 11 «por» entre renglones107 r, lín. 5 «recabdo» sobrerraído108 v, lín. 6 «es» testado109 v, lín. 20 v, lín. 28 «recabdadores» renglones111 «en el» sobrerraído v, lín. 27 «pujador» en cabo de ringlón112 r, lín. 26 «que la consientan fazer nin fagan» escripto en la margen113 «çierta» escripto en la margen114 v, lín. 23 v, lín. 25 Foja treinta e ocho entre r, lín. 1 «de las rentas» escripto en la margen115 «diez» sobrerraído r, lín. 2 «cuenta» sobrerraído r, lín. 5 «fazedor» sobrerraído r, lín. 11 «cuenta» sobrerraído Corrección incorporada. Fol. 41v, lín. 26 Corrección incorporada. Fol. 42v, lín. 10 Corrección incorporada. Fol. 43r, lín. 10 Corrección incorporada. Fol. 43v, lín. 24 Corrección incorporada. Fol. 45r, lín. 21 Corrección incorporada. Fol. 45r, lín. 30 Corrección incorporada. Fol. 45r, lín. 29 Corrección incorporada. Fol. 46r, líns. 1-2 Se deja un espacio en blanco en la línea, ¿porque no se ha entendido la corrección? Fol. 46v, lín. 10 Corrección incorporada. Fol. 46v, lín. 12 Corrección incorporada. Fol. 48r, lín. 9 Corrección incorporada. Fol. 48r, lín. 11 Corrección incorporada. Fol. 48r, lín. 14 Corrección incorporada. Fol. 48r, Lectura resultante: «la renta que le». Lectura resultante: «por mayor ni por menor». Hace referencia al «por» ante «menor». La partícula «ni» también se escribe en línea pero no se menciona en la fe de erratas. Ambas correcciones se incorporan. 108 La lectura resultante: «el dicho recabdador mayor». 109 Lectura resultante: «sin condiciones». 110 Hay en el vuelto, lín. 17, otra corrección no tenida en cuenta en la fe de erratas: «de» escrito supra lineam ante «rematarla». Corrección que se incorpora en la edición posterior de Burgos, fol. 45r, lín. 17. 111 Lectura resultante: «si algunos de los dichos recabdadores e arrendadores». 112 Lectura resultante: «el segundo pujador». 113 Lectura resultante: «En caso que las dichas rentas se fagan, que la consientan fazer nin fagan». Es probable salto de igual a igual ante «fagan». 114 Lectura resultante: «copia çierta». Está escrito supralineam, no al margen como indica la fe de erratas. 115 Lectura resultante: «escrivano de las rentas». Como en el caso anterior, aparece escrito s.l., no al margen, como indica la fe de erratas. 106 107 La corrección editorial en la imprenta incunable castellana Foja treinta e nueve Foja quarenta Foja quarenta e una lín. 21 Corrección incorporada. Fol. 48v, lín. 17 Corrección incorporada. Fol. 49r, lín. 2 Corrección incorporada. Fol. 49r, lín. 16 Corrección incorporada: «tiene»116. Fol. 49r, lín. 25 Corrección incorporada. Fol. 48r, lín. 23 Corrección incorporada. Fol. 49v, lín. 20 Corrección incorporada. Fol. 49v, lín. 32 Corrección incorporada. Fol. 50r, lín. 16 Corrección incorporada. Fol. 50r, lín. 32 No se incorpora. Fol. 49v, lín. 36 Corrección incorporada. Fol. 50r, lín. 19 Corrección incorporada. Fol. 50v, lín. 30 r, lín. 36 «que estovieren» sobrerraído v, lín. 16 «cuentas» sobrerraído v, lín. 28 «cuentas» sobrerraído v, lín. 36 «tienen» sobrerraído r, lín. 13 «librados» va enmendado r, lín. 22 «tales libranças» sobrerraído r, lín. 32 «esperar» sobrerraído v, lín. 9 «quito» sobrerraído v, lín. 22 «penas» sobrerraído r, lín. 35 v, lín. 12 «dicho» entre renglones117 «libren» va enmendado118 r, lín. 13 «cuenta» sobrerraído119 ¿? v, lín. 29 «requiriere» sobrerraído «an» testado120 ¿? «vengan» entre renglones v, lín. 33 «un día antes de» entre renglones121 «jurados» entre renglones122 v, lín. 35 r, lín. 32 «mayores» renglón123 en fin 303 Corrección incorporada. Fol. 51v, lín. 23 de otro No se incorpora la correción. Fol. 53r, lín. 12 Corrección incorporada. Fol. 53r, lín. 15 Corrección incorporada. Fol. 52v, lín. 3 Le falta el signo de nasalización sobre la «-e» final. Lectura resultante: «e del dicho prínçipe». No se incorpora en la edición posterior. Quizás porque supone ir para atrás: en la príncipe, se mencionan primero los sobrerraídos y luego el resto de intervenciones. No sigue un orden de colocación, sino un orden de tipo de intervención. 118 Se imprime «e lo libraren» y se raspa posteriormente la «-en» final de «libraren. Pero la lección resultante, «e lo librar» no se corrige por encima para que lea «e lo libren», como ocurre en la edición posterior. 119 Lectura resultante: «de dar cuenta». 120 Lectura resultante: «nin esperavan resçebir». 121 Lectura resultante: «en tal manera que un día antes de primero día de henero». 122 Lectura resultante: «arrendadores e jurados». 123 Lectura resultante: «recabdadores mayores». 116 117 304 Foja quarenta e dos Foja quarenta e tres Foja quarenta e quatro Foja quarenta e çinco María Isabel de Páiz r, lín. 5 «mandamos» entre renglones124 r, lín. 22 «el día» entre renglones125 v, lín. 10 «por fieles» entre renglones126 ¿? r, lín. 31 «sanear» sobrerraído «hordenamos» va testado127 v, lín. 4 «contentar» sobrerraído v, lín. 14 «cosas» sobrerraído v, lín. 3 «mul» sobrerraído128 v, lín. 35 «esecutar» sobrerraído129 v, lín. 35 «ese» sobrerraído130 v, lín. 4 «cosas» entre renglones131 ¿? v, lín. 35 «se contiene» entre renglones «dichas» entre renglones132 r, lín. 24 «do» entre renglones133 Corrección incorporada. Fol. 53r, líns. 22-23 Corrección incorporada. Fol. 53v, lín. 7 Corrección incorporada. Fol. 54r, lín. 4 Corrección lín. 3 Corrección lín. 13 Corrección lín.25 Corrección lín. 33 Corrección lín. 35 Corrección lín. 35 Corrección lín. 34 incorporada. Fol. 55r, incorporada. Fol. 55r, incorporada. Fol. 55r, incorporada. Fol. 56r, incorporada. Fol. 56v, incorporada. Fol. 56v, incorporada. Fol. 56r, Corrección incorporada. Fol. 56v, lín. 35 Corrección no incorporada. Fol. 57r, lín. 32 Lectura resultante: «Otrosí mandamos que». Lectura resultante: «nombrando el día, la cosa e la persona». 126 Lectura resultante: «que las dichas persona o personas que así fueren puestas e nombradas por fieles». 127 Cierto, aparece tachada la lección «hordenamos», sin embargo, la lección que no se incorpora es la que aparece inmediatamente antes, una lección extraña: «adevamos». El pasaje lee así: «Las quales dichas leyes e condiçiones mandamos e adevamos e hordenamos e queremos e es nuestra merçed que». 128 Lectura resultante: «promulgadas». 129 En realidad hay dos correcciones del mismo vocablo en la misma línea: «esecuten» y «esecutar». La lectura resultante es: «que guarden e fagan guardar e esecuten e fagan esecutar todas las leyes». 130 En «esecutar». Véase la nota inmediatamente anterior. 131 Lectura resultante: «todas las cosas que». 132 Lectura resultante: «las dichas leyes». 133 Lectura resultante: «salvado». 124 125 La corrección editorial en la imprenta incunable castellana 305 Figuras Fig. 1. Cuaderno de las leyes de las alcabalas, Huete, Álvaro de Castro, antes del 9 de abril de 1485. Folio 2. Inicial capital historiada, con el retrato de los Reyes Católicos. Fig. 2. Cuaderno de las leyes de las alcabalas, Huete, Álvaro de Castro, antes del 9 de abril de 1485. Folio 48. Fin de la fe de erratas y suscripción notarial autógrafa. Fig. 3. Cuaderno de las leyes de las alcabalas, Huete, Álvaro de Castro, antes del 9 de abril de 1485. Folio 46. Validación autógrafa. Fig. 4. Cuaderno de las leyes de las alcabalas, Huete, Álvaro de Castro, antes del 9 de abril de 1485. Folio 47. Con el último párrafo se da comienzo a la fe de erratas. 306 Fig. 5. Cuaderno de las leyes de las alcabalas, Huete, Álvaro de Castro, antes del 9 de abril de 1485. Folio 47v. Continua la fe de erratas. María Isabel de Páiz Fig. 6. Cuaderno de las leyes de las alcabalas, Huete, Álvaro de Castro, antes del 9 de abril de 1485. Folio 10v. Ejemplo de las intervenciones del corrector recogidas en la fe de erratas. Véase Apéndice Fig. 7 a y b: Julio César, Commentarii in bello gallico, edición de Venecia, Ottaviano Scoto, 1482; y ejemplar impreso a plana y renglón en Burgos, por Juan de Burgos, en 1491. La corrección editorial en la imprenta incunable castellana Fig. 8. Fernando de Pulgar, Libro de los claros varones de Castilla. BNE, ms. 20272/12. Fragmentos. 307