Impacto de las Mujeres en la Ciencia
Género y conocimiento
Título del Documento:
Impacto de las Mujeres en la Ciencia
Género y conocimiento
ISBN: 978-9978-55-195-0
Organización de Estados Iberoamericanos (OEI-ECUADOR)
Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación
para América Latina (CIESPAL)
Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e
Innovación (SENESCYT)
Red de Mujeres Científicas del Ecuador (REMCI)
Escuela Politécnica Nacional (EPN)
Instituto Nacional de la Biodiversidad (INABIO)
Coordinadora editorial
María M. Pessina Itriago
Diseño
Diego Acevedo
Portada
Bryham Cuellar
Impresión
Escuela Politécnica Nacional
2020
Índice
Prólogo
9
Introducción
11
Capítulo I
Género y Conocimiento
15
¿Por qué la actual interpretación de las diferencias
biológicas legitima las desigualdades de género
en las áreas de ciencia y tecnología?
17
Reflexiones sobre el androcentrismo y el
adultocentrismo en la producción del conocimiento
37
Desigualdades de género en el ámbito de la ciencia
uruguaya. Algunas reflexiones sobre la elección
de carrera en la Universidad de la República
59
Mujeres de ciencia en la contemporaneidad en Cuba:
luces y sombras
79
¿Por qué es necesario mujeres en ciencia?
93
Mujer en la ciencia: un análisis de su participación
en el departamento de Santander, Colombia
109
Transformando nuestro entorno: la Red Mexicana
de Ciencia, Tecnología y Género
139
Capítulo II
Ciencia, conciliación familiar y maternidad
153
Maternidad: entre la vida privada y la vida
profesional en la mujer de ciencia
155
La conciliación entre la vida profesional y personal,
el mito de la “mujer maravilla” o la “super woman”
en la Universidad de Nariño. 1965 – 2015
181
Decolonizando el parto: diálogos epistémicos desde
la cultura del nacimiento
201
Mujer, madre y científica: una diversidad de vivencias
que concilian la maternidad y la ciencia en el Ecuador
227
Impacto de las Mujeres en la Ciencia: género,
educación y en el marco de la Agenda de Desarrollo
Sostenible, con enfoque en el desarrollo
de las empresas familiares
247
Capítulo III
Género y Educación Superior
269
Estrategias para la aplicación efectiva de los
protocolos de prevención y actuación en casos
de acoso y violencia basada en género
en las IES -Ecuador
271
Nuevos fundamentos para hacer una educación
inclusiva en los diferentes niveles educativos
289
Percepción de la violencia de género, desde
la perspectiva del estudiantado del ITS Central Técnico
297
Capítulo IV
Ciencia, Tecnología y Género
321
Género, ciencia y tecnología:
¿Un problema o muchos? ¿Una solución o muchas?
323
Las mujeres como creadoras de tecnología
351
Participación de la mujer en el proceso
de enseñanza-aprendizaje de las nuevas tecnologías.
Estudio de caso Universidad Técnica de Machala,
Ecuador
373
Paradojas de la inserción laboral de las mujeres
en el ámbito técnico-tecnológico en el sector
carrocero de Tungurahua y de acería de Cotopaxi
397
Capítulo V
Género, Ciencia y Media
415
Impacto del discurso de género y ciencia
en Twitter de Ecuador
417
Las redes sociales virtuales de REMCI
como herramientas de sororidad y su impacto
en la vida académica
441
Capítulo VI
Género, cambio climático y arqueología
451
El sesgo patriarcal en la interpretación
historiográfica: Análisis de la Cultura Valdivia
453
Mujer y Cambio Climático: propuesta de programa
de formación
477
El emprendimiento social de mujeres en el marco
de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Ecuador
497
Comparación de índices antropométricos
para agregación de múltiples factores de riesgo
en adultos de Cuenca, Ecuador
515
Prólogo
El segundo “Seminario Internacional Impacto de las Mujeres en
la Ciencia, Género y Conocimiento” desarrollado en junio del
2019 gracias al trabajo y la coordinación de varias instituciones
entre ellas: el Centro Internacional de Estudios Superiores de
Comunicación para América Latina – CIESPAL, la Organización de
Estados Iberoamericanos -OEI-, la Red Ecuatoriana de Mujeres
Científicas -REMCI- con el apoyo de la Escuela Politécnica
Nacional – EPN-, la Secretaria de Educación Superior, Ciencia,
Tecnología e Innovación -SENESCYT- y el Instituto Nacional
de Biodiversidad - INABIO; permitió el encuentro de mujeres
científicas en el Ecuador.
Alrededor de 1.200 personas siguieron el evento por
formatos digitales y más de 400 personas acudieron al evento
desarrollado en las instalaciones de CIESPAL, el propósito
fundamental de este Seminario Internacional fue abrir un
espacio de discusión y debate para analizar el rol de la mujer
en una temática históricamente compleja y masculinizada: la
ciencia. Asimismo, se habló sobre el avance hacia la igualdad
de género y se analizaron situaciones relacionadas con roles
preestablecidos e inequidades.
La mujer tiene bajo su responsabilidad las tareas de
reproducción e históricamente, el cuidado familiar; a esta tarea
poco reconocida, se suman situaciones complejas: desigualdad
en las condiciones laborables, violencia intrafamiliar, trata de
Género y conocimiento
9
niñas y adolescentes, explotación sexual, entre otras. Por eso,
visibilizar el rol de la mujer es fundamental.
Este libro recoge y guarda en su memoria lo ocurrido en la
segunda edición del “Seminario Internacional Impacto de
las Mujeres en la Ciencia”, aquí podrá encontrar análisis
sobre los avances de políticas públicas en cuanto a género,
ciencia y tecnología. Se recoge también el contenido de
varias conferencias magistrales con mujeres de altísima
representatividad cuyos temas son: estereotipos de género y
diferencias biológicas: aportes desde el feminismo para una
nueva interpretación de los cuerpos; transformando nuestro
entorno: la red Mexciteg; las mujeres y las tecnologías de
información y comunicación en América Latina: del acceso
a la creación; las mujeres y la ciencia. La construcción de los
discursos históricos.
Les invitamos a leer y compartir esta reflexión profunda
sobre temáticas que pretenden romper los sesgos de género
y apuntan siempre a fortalecer los derechos de los seres
humanos.
10
Impacto de las Mujeres en la Ciencia
Introducción
OEI-Ecuador
Luego de la realización exitosa del II Seminario Internacional,
Impacto de las mujeres en la ciencia: Género y Conocimiento,
durante el mes de junio de 2019, en Quito- Ecuador,
organizado por la Organización de Estados Iberoamericanos
-OEI-, el Centro de Estudios Superiores de la Comunicación
para América Latina -CIESPAL-, la Red Ecuatoriana de Mujeres
Científicas -REMCI- con el apoyo de la Escuela Politécnica
Nacional – EPN- y la Secretaria de Educación Superior, Ciencia,
Tecnología e Innovación -SENESCYT- con la presencia de
expertas internacionales como fueron Lucia Ciccia (Argentina),
Lilia Meza (México), Anabella Benedetti (Argentina) y Berenice
Pacheco (República Dominicana) se compiló algunas de las
ponencias que se presentaron en el evento.
En este seminario participaron más de 80 expositoras de
diferentes países de Latinoamérica que compartieron sus
reflexiones en torno a los ejes de Género y Conocimiento,
en el que se analizaron temas como el adultocentrismo,
androcentrismo, epistemologías feministas, masculinidades,
teorías biologicistas, y se plantea ¿Por qué es necesario
mujeres en Ciencia?, entre otros temas, las autoras que abren
estas memorias provienen de países como Uruguay, Venezuela,
Colombia, Ecuador, República Dominicana, Cuba y México.
Género y conocimiento
11
En el segundo capítulo se incluyeron los trabajos relacionados
con la Ciencia, Conciliación Familiar y Maternidad en el que se
discuten sobre la relación de la maternidad y la vida profesional,
las experiencias entorno a estas relaciones y la decolonización
del parto, entre otros temas de gran relevancia y análisis.
El capítulo III, Género y Educación Superior se presentan
trabajos que desarrolla la problemática del acoso y violencia
basada en género dentro de las instituciones de educación
superior, sobre la educación inclusiva.
Sobre los temas relacionados con la Ciencia, Tecnología y
Género se encuentran en el capítulo IV y lo inicia un artículo de
Gloria Bonder (Argentina) en el que presenta un panorama de la
situación de las mujeres en la ciencia y la tecnología en distintos
países, y en los que enfrentan numerosos condicionamientos
para desplegar sus capacidades y participar en decisiones que
marquen el rumbo hacia innovaciones que aporten bienestar
al conjunto de las sociedades. También, hace un recorrido
por los diferentes enfoques adoptados por investigaciones de
referencia en esta temática, caracterizando los argumentos
en que se sustentan, sus principales conclusiones y los
interrogantes que suscitan. Finalmente, aborda un conjunto de
políticas, a nivel regional y global que, con enfoques teóricos
diversos han abordado distintas dimensiones de esta temática,
y los aprendizajes que se desprenden de ellas para orientar
futuras iniciativas. Además, en este capítulo se analiza sobre
aquellas mujeres creadoras de tecnologías.
En el capítulo V sobre Género, Ciencia y Media, se encuentran
temas como el impacto del discurso de género en redes
sociales y en el capítulo VI que aborda el Género, Cambio
Climático y Arqueología se habla del sesgo patriarcal en la
interpretación historiográfica, sobre la mujer y el cambio
climático, el emprendimiento social de mujeres en el marco de
los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
12
Impacto de las Mujeres en la Ciencia
Los textos aportan a la discusión y análisis sobre los estudios
de ciencia y género y sobre los avances y retos que se deben
abordar y trabajar, sobre todo en la inclusión de las mujeres
en el campo de la ciencia y la tecnología. Todos los trabajos
aportaron una visión profunda sobre las problemáticas que
atravesamos las mujeres académicas y científicas dentro este
hábitat aún androcéntrico. Nuestra relación con nuestros
roles, como la maternidad, que recae, como se aprecia en los
trabajos que reflexionan sobre ello, que aún es una tarea que
es casi exclusiva de las mujeres, por lo que presenta ciertas
tensiones con la vida profesional.
Son más de 80 trabajos presentados que plasman el análisis
de los objetivos propuestos por el Seminario, bajo diferentes
puntos de vista, y que nos advierten una necesidad inminente
para lograr una ciencia más humana e integradora.
De esta manera, con el éxito de esta segunda edición del
“Seminario Internacional, Impacto de las mujeres en la ciencia”,
las organizaciones que han hecho posible estos dos encuentros,
reiteran el compromiso de seguir trabajando y visibilizando a
las mujeres en la ciencia y tecnología, sus aportes y los desafíos
que se presentan dentro de los ecosistemas que se forman
en las instituciones y los estereotipos que se manejan sobre
nosotros, sobre todo cuando se habla de ciencia, tecnología
y género, áreas que a pesar de los avances aún siguen siendo
masculinizadas y con un profundo sesgo de género.
Género y conocimiento
13
Capítulo VI
Género, cambio climático y arqueología
El sesgo patriarcal en la interpretación
historiográfica: Análisis de la Cultura
Valdivia
Thais Becerra Mayor
Universidad de Alicante, España
Resumen
El presente trabajo pretende analizar la manera en que la
interpretación historiográfica ha construido el relato de
muchas de las sociedades del pasado. Al introducir el género
como categoría de análisis, se pretende identificar posibles
sesgos patriarcales que podrían estar detrás de este relato y
que definitivamente distorsionan el pasado de tal forma, que
termina justificando diversos escenarios discriminatorios del
presente. Se analizan algunos de los relatos e interpretaciones
sobre la Cultura Valdivia (Ecuador; 3800-1800,ANE).
Palabras clave: arqueología feminista, cultura Valdivia,
patriarcado.
Introducción
Numerosas interpretaciones historiográficas sobre los
registros arqueológicos hallados en diversos lugares alrededor
del mundo, han sido establecidas desde un discurso más bien
“hijo de nuestra era”. Esta es la premisa principal que guía el
Género y conocimiento
453
desarrollo de las reflexiones plasmadas en este trabajo. Como
discurso “hijo de nuestra era”, hago referencia al discurso
producido desde el marco epistemológico hegemónico actual,
occidental, con sus virtudes y vicios.
Entre los vicios que podemos identificar insertos en este
marco epistemológico, es posible resaltar diversos sesgos a
través de los cuales se han interpretado numerosos registros
arqueológicos. Estas miradas construyen un pasado que de
alguna manera justifican el presente, haciéndolo coincidir con
las bases sobre las cuales se asientan las estructuras de las
sociedades modernas.
Sin duda, estas miradas del pasado sesgadas de presente
se evidencian en frases usadas comúnmente en múltiples
ámbitos, por ejemplo: “tal y cómo éramos…somos”.80 En esta
frase podemos identificar elementos que hacen relevante
dirigir la mirada hacia la manera en que se han construido
ciertos discursos sobre las edades más tempranas del ser
humano. Uno de ellos es el concepto de desarrollo unilineal
de la humanidad, el cual pretende fijar la idea de que la
inmensa diversidad de culturas humanas, en un momento
dado de la historia terminan “desarrollándose” de la misma
manera. Este elemento es sumamente preocupante, ya que
estamos construyendo un relato de la historia que está siendo
instrumentalizado para ser funcional a la cultura hegemónica
actual y de esta manera justificar escenarios discriminatorios
de diversa índole.
Al colocar a todas las culturas dentro de una lógica de desarrollo
unilineal, también se proyectan hacia el pasado características
como el actual ordenamiento patriarcal de las sociedades. Se
asume que, en el pasado, las sociedades eran menos civilizadas
y que los espacios o roles con mayor estatus han estado siempre
80 Ver artículo: Escoriza-Mateu, Castro-Martínez, 2011
454
Impacto de las Mujeres en la Ciencia
ocupados por hombres. De manera simultánea, al aceptar
esta premisa, se coloca a las mujeres como entes pasivos de
la historia, subordinadas, dependientes, de quienes solamente
es relevante su sexualidad, su rol de cuidadoras y su capacidad
reproductiva.
Si se asume estas bases para realizar cualquier análisis sobre el
pasado, también se coloca en duda la condición civilizatoria de
las culturas que se intenta comprender. Al intentar entender
las sociedades antiguas, se asume que eran más “primitivas”
que las actuales, en donde sus individuos tenían por ejemplo,
religiones animistas consideradas más simples o una relación
mágica81 con la naturaleza. Esta asunción ha hecho posible
que se asignen a estas culturas un sinnúmero de prejuicios
actuales sobre el pasado, afectando definitivamente nuestra
capacidad de entender características elementales como su
ordenamiento y estructuración social, su sistema de creencias
o las relaciones establecidas con su entorno.
Para poner a prueba las aseveraciones hechas en esta
introducción, es necesario, sin duda, escoger una cultura
representativa del pasado y verificar si existen relatos
construidos en la actualidad sobre ella que adolezcan de
alguno de los sesgos señalados.
Esto no quiere decir, por supuesto, que si se encuentran
lecturas sesgadas en el caso escogido estas estarán presentes
en todas las lecturas del pasado. Apenas podremos aseverar
lo encontrado. Es por esto que este estudio pretende también
animar a otras/os investigadoras/es a mirar otros relatos
del pasado en otros contextos para saber si existen lecturas
similares en otros estudios historiográficos.
En el presente artículo se considerarán algunas de las
interpretaciones volcadas sobre la Cultura Valdivia en Ecuador.
81 Ver en este sentido el estudio comparativo sobre el pensamiento
“primitivo” y la evolución de las religiones de James George Frazer, 1922.
Género y conocimiento
455
La Cultura Valdivia
La Cultura Valdivia se desarrolló en la costa del Ecuador, en
la península de Santa Elena, entre el 3800 y 1800 ANE, por lo
que está considerada una de las más antiguas del continente
americano, junto con la Civilización de Caral del Perú, y
actualmente es la única representante del Periodo Formativo
Temprano de la historia del Ecuador.
Su gran valor arqueológico radica en que es una de las primeras
culturas agro-alfareras del continente americano. Los primeros
indicios de la alfarería Valdivia fueron tres formas simples, una
olla, un cuenco y un cántaro. Con el tiempo éstas evolucionan
conformándose formas y técnicas muy diversas. Sin embargo,
uno de los elementos más destacables de la alfarería de la
Cultura Valdivia fue la creación de figurillas femeninas. Muestra
de todo los procesos que llevaron a esta cultura a una sociedad
compleja pueden apreciarse en el yacimiento arqueológico del
Real Alto, descubierto por el arqueólogo Jorge Marcos en 1971,
en el cual es posible analizar la evolución, a lo largo de 2000
años, de una aldea formativa ecuatoriana, lo que ha brindado
contextos de hallazgo muy relevantes para el conocimiento del
desarrollo de esta cultura. En Real Alto vemos como el poblado
se inicia con una aldea circular de entre 15 y 20 viviendas y una
casa de reuniones central con un tipo de organización social
tribal y culmina, en su fase más tardía, con una estructura
conformada por una plaza central rectangular con un centro
político-ceremonial y una organización social basada en una
comunidad tribal jerarquizada o cacical (Damp, 1988; Marcos,
2005, 2015). Del mismo modo el registro arqueológico de Real
Alto nos ofrece información muy valiosa sobre la evolución del
cultivo de la tierra que va desde una producción hortícola en
jardines caseros en los inicios del poblado hasta la aparición
de claros indicios de agricultura extensiva (Marcos, 2005).
En definitiva, y en palabras de Jorge Marcos, la importancia
456
Impacto de las Mujeres en la Ciencia
arqueológica de la Cultura Valdivia radica en que es un claro
ejemplo “del éxito de la Revolución Neolítica en el Área
Septentrional Andina” (2005, p.117).
Las figurillas femeninas de la Cultura Valdivia
Las figurillas femeninas de la Cultura Valdivia enseguida
llamaron la atención de los investigadores y en torno a ellas
surgieron un sinfín de interpretaciones que intentaban dar una
respuesta sobre su significado.
Los primeros arqueólogos en interpretarlas fueron Betty
Meggers, Clifford Evans y Emilio Estrada (1959). Ellos proponen
que las figurillas habrían tenido uso en rituales de sanación,
basándose en analogías, ya que muchas de estas figurillas
fueron encontradas de forma fragmentada y desechadas en
posibles basurales, lo que hace suponer que estas pudieron
haberse usado una sola vez en un contexto ritual. Además
Estrada (1958) le añade una significación ligada con el culto
de la fertilidad, al igual que Carlos Zevallos y Olaf Holm
(Zevallos & Holm, 1960). Por otro lado, Constanza di Capua
(2002), basándose en un estudio iconográfico, concluye que
las figurillas femeninas representan las diferentes etapas
del desarrollo fisiológico de las mujeres (Pre-pubertad,
pubertad, adolescencia, madurez, embarazo) y, por lo tanto,
éstas formarían parte de rituales de paso. Mariella García,
en cambio, interpreta la variedad de tocados de las figurillas
Valdivia como un símbolo de ubicación social del individuo con
respecto a su grupo social (García, 2008). Sin embargo, deja
las puertas abiertas a otras interpretaciones al considerar que
las figurillas podrían haber tenido otro tipo de funciones por
haberse hallado en espacios muy diversos:
La muestra de Real Alto presentaría esta peculiaridad:
de que, si bien existe un fuerte descarte de figurinas en
pisos ocupacionales domésticos, también hay una muestra
Género y conocimiento
457
cualitativamente importante en estructuras ceremoniales
y en enterramientos que nos indicaría otro tipo de función
asignada a la figurina. (2008,p. 43)
En la historiografía sobre las figurillas femeninas de Valdivia,
las hipótesis que más han trascendido hasta nuestros días son
aquellas relacionadas con el rol sexual y reproductor del cuerpo
de la mujer. A continuación analizamos como la fertilidad, los
rituales de paso femeninos, la existencia de una sociedad
matriarcal y la denominación de estas figuras como las “Venus”
del pasado ecuatoriano han marcado la interpretación de estas
representaciones figurativas.
Fertilidad y matriarcado
El culto a la fertilidad es la hipótesis que más se ha mantenido
con el transcurrir de los años. Emilio Estrada, descubridor
de la Cultura Valdivia, asignó a las figurillas de Valdivia ese
significado. Con estas palabras las describía:
Sus bellísimos figurines, todos femeninos, demuestran el
culto a la fertilidad, culto básico en los pueblos primitivos
del mundo entero. Nos demuestran ellos un cierto
desarrollo cultural a través de una enorme variedad de
complicados peinados, propios de un pueblo que había
pasado la etapa de simples recolectores, cazadores o
pescadores. (Estrada, 1958, p. 26)
Estrada menciona el culto a la fertilidad como denominador
común de las sociedades del pasado. Lo cierto es que esta
teoría gozó de gran popularidad durante la primera mitad del
siglo XX influenciada por la obra la Rama Dorada de James
George Frazer (1922). Frazer elabora un estudio comparativo
sobre la evolución de las religiones y concluye que todas las
religiones del pasado crearon mitos muy parecidos basados
en cultos de fertilidad. Al mismo tiempo, el hallazgo por
todo el continente europeo de figurillas femeninas, respaldó
458
Impacto de las Mujeres en la Ciencia
la idea de una divinidad ancestral femenina como culto a la
fertilidad la cual empezó a forjarse a finales del siglo XIX de
la mano del Romanticismo Europeo (Morris, 2006, en Lozano,
2014). Además esto reforzaba la idea de que el fin último de
toda mujer era la maternidad. En los años 50, cuando Estrada
empezó a desenterrar las figurillas de Valdivia, la literatura
académica sobre una divinidad femenina ancestral gozaba de
gran acogida (James, 1959; Neumann, 1955; Crawford, 1957) y
Valdivia se sumó a las culturas del pasado que contaban entre
su cultura material con imágenes femeninas, con la diferencia
de que en toda Europa, como si de una religión paneurpeoa
se tratara, estas fueron categoricamente denominadas como
la “Diosa Madre”82 y en Ecuador se las dio a conocer con el
nombre de “Venus”.
Paralelamente, el evolucionismo social justificó la idea de que
las primeras sociedades de la humanidad eran primitivas y
bárbaras y que su proceso intrínseco unilineal llevaría a todas
las culturas a un estado civilizatorio. Dentro de estas ideas se
empezaron a enmarcar las teorías sobre el matriarcado en las
supuestas sociedades primitivas, las cuales estarían avaldas
por la obra del teórico del matriarcado Johan Jakob Bachofen
en su obra más influyente El derecho materno (1861).
Estrada mencionaba con estas palabras la posibilidad de una
sociedad matriarcal en la Cultura Valdivia: “Estos figurines no
muestran vestimenta de ninguna especie, más uno, aquel que
aparenta tener una especie de corona, tal vez indicativo de un
régimen matriarcal” (Estrada, 1958, p. 26).
Lo cierto es que las tesis de Bachofen sentaron las bases del
relato universal que asociaban a las sociedades primitivas con
el sistema matriarcal, sin embargo, éste no sería una imagen
82 Aunque a las imágenes femeninas europeas que datan del Paleolítico
Superior también se las ha denominado “Venus”.
Género y conocimiento
459
especular del patriarcado,83 sino el de un sistema social “pacífico
y dominado por los valores propios de la maternidad femenina,
unida a la naturaleza y el cuidado de todos sus seres” (Lozano,
2014). Por lo tanto, vemos como el imaginario construido
pretendía minimizar el papel de la mujer en la sociedad, al
mismo tiempo que exacerbaba sus valores como cuidadora,
dando a entender que este rol es innato en la mujer, cuando
la realidad es que esta idea es una construcción cultural y por
lo tanto todas las personas nacen con esta capacidad. También
es importante añadir que este ideal de mujer que construye
la idea de un pasado matriarcal “se alimentó de la moral del
Romanticismo europeo y de la Inglaterra victoriana, donde a
las mujeres se les atribuía una corrección moral innata, una
tendencia escrupulosa hacia la castidad y la decencia, y se las
admiraba como madres abnegadas” (Bamberger, 1974, en
Lozano 2014, p. 16).
En los años setenta del siglo XX con la modernización de los
métodos arqueológicos estas teorías habían perdido fuelle,
sin embargo, la aparición en el plano académico de las teorías
de la arqueóloga Marija Gimbutas, relacionadas con la Diosa
Madre y el matriarcado reavivaron la idea de un culto ancestral
a una divinidad femenina (1982, 1989,1991).
En Ecuador en los años ochenta la idea del matriarcado todavía
resonaba de la mano de Jonathan Damp:
En la fase final de su crecimiento y evolución social se
presenta la conformación de sitios ceremoniales y de
prácticas funerarias. Dichos aspectos posibilitaron la
elaboración del planteamiento sobre la introducción
de figuras sacerdotales, ceremonias, sacrificios, rituales
y hasta la posible implementación de una jerarquía
matriarcal. (Damp, 1988, p. 22).
83 Ordenamiento de la sociedad basado en la idea de superioridad de lo
masculino sobre lo femenino.
460
Impacto de las Mujeres en la Ciencia
Sin embargo, la arqueología ecuatoriana no ha profundizado
sobre las características de este posible pasado matriarcal del
Periodo Formativo ecuatorino y a día de hoy la asociación de
la Cultura Valdivia con una jerarquía matriarcal suele aparecer
en espacios de carácter divulgativo84 en los que se dan claros
excesos interpretativos.
Ritos de paso
Otra de las teorías que más se manejan sobre la significación
de las figurillas de Valdivia es la desarrollada por Constanza Di
Capua acerca de las diferentes etapas del desarrollo fisiológico
que representarían estas imágenes, siendo utilizadas, de esta
manera, en rituales de paso.
Sin embargo, hay varios elementos que deben tenerse en
consideración antes de asumir esta teoría:
En primer lugar, hay que empezar señalando que las figuras
que representan escenas de lactancia, embarazo o cuidados
son una minoría, por lo tanto, este dato debería servirnos
como indicador para repensar el significado de estas figurillas
desligadas de los roles que se asignan a las mujeres en la
cultura occidental.
Si hacemos un análisis comparativo de las escenas relacionadas
con maternidad de la Cultura Valdivia con otras culturas del
Ecuador, vemos como estas escenas son características de
figurillas femeninas de las culturas Tolita, Tumaco, Jama
Coaque, Bahía, Guangala y Jambelí. Cabe señalar, que en estas
culturas las representaciones femeninas son una minoría,
y al contrario que en la Cultura Valdivia, aquí adquieren
protagonismo las figuras masculinas, caracterizados siempre
con gran cantidad de adornos, una rica vestimenta, además
84 Por ejemplo http://www.enciclopediadelecuador.com/historia-delecuador/cultura-valdivia/
Género y conocimiento
461
de realizando diversas labores (Uglade, 2017). Sin embargo, la
Cultura Valdivia representó en su mayoría imágenes de mujeres
sin éstas estar directamente relacionadas con los cuidados,
lactancia o embarazo.
De todas formas, la historiografía insiste en cualquier aspecto
relacionado con la maternidad. En el catálogo de la exposición
El ornamento. Belleza y poder en el Ecuador antiguo se dice
de ellas que “sus cabellos son voluptuosos e imponentes.
Sus poses representan una madre embarazada tocando su
vientre, una dando de lactar, y otra en una postura que sugiere
el alumbramiento” (Ulchur Rota, 2014, p. 43), dando la idea,
en primer lugar, de que estos temas son la norma, y por otro
lado, de que el único poder que emana de las mujeres es el
relacionado con sus capacidades biológicas. En este sentido,
se limita a las mujeres a un espacio natural, aislandolas
completamete de lo cultural o político.
Por otro lado, otro tema que genera controversia es la
problemática en torno al sexo que representan las figuras.
Aunque la mayoría de figurillas son femeninas, también hay
aquellas a las que no se ha llegado a un consenso. Las figurillas
sin senos y una protuberancia en la región púbica han sido
identificados por Marcos como masculinas (Marcos, 1988b),
sin embargo, estas mismas han sido identificadas por Di
Capua como representaciones del inicio de la pubertad en las
mujeres (2002, 148). Incluso, Evans y Meggers sustuvieron que
estas figurillas podrían indicar bisexualidad (1958: 181), sin
embargo, ésta última hipótesis no tuvo mayor transcendencia
en la literatura académica.
Aunque es importante sexuar a las imágenes del pasado, ya
que este dato se convierte en herramienta para conocer las
relaciones entre las personas y el rol desempeñado por ellas,
cuando nos encontrarnos ante figuras que no representan el
462
Impacto de las Mujeres en la Ciencia
sexo de la forma en la que hoy en día esperariamos, no debería
suponernos un problema metodológico, sino más bien verlo
como una característica intrínseca de las figuras (Alberti,
2002; Lozano, 2008). Además, el problema en la arqueología
ecuatoriana es, como menciona Ugalde, que “se asume a priori
para todas las culturas precolombinas una estructura social
basada en el binarismo sexual, y una forma de relacionarse
estrictamente heteronormativa” (2017:108), por lo que
estamos partiendo de una premisa errada, ya que no todas las
culturas son binarias sexualmente.
Para construir su teoría sobre las diferentes etapas de desarrollo
fisiológico que representarían las figurillas, Di Capua menciona,
en la que ella considera representaciones de la etapa de la
adolescencia, que “el largo del pelo [que vemos en las figurillas],
que había vuelto a crecer, hubiera servido entonces de marcador
para calificar a la joven adolescente como sexualmente madura”
(2002, p. 151). En este caso se hace una interpretación de la
figurilla femenina y de la mujer como un sujeto meramente
sexual, desde la visión del hombre occidental. Además Di Capua
señala a esta etapa como “integración del ser femenino en el
contexto social del grupo” (2002, p. 151). Esta afirmación nos
lleva a hacernos la siguiente pregunta ¿cómo podemos saber
que en la Cultura Valdivia la mujer sólo era integrada en su
grupo social cuando esta empezaba a ser sexualmente activa?
No podemos saberlo, y por lo tanto, son hipótesis influenciadas
por la sujetización y erotización que ha sufrido el cuerpo de la
mujer en la sociedad occidental.
Además Di Capua menciona que “gran parte de estas
esculturillas son el reflejo iconográfico de comportamientos
rituales, con que se sancionaron, dentro del ámbito doméstico,
las etapas de crecimiento del cuerpo femenino, hasta la edad
adulta” (2002, p. 165), dando por hecho que lo femenino queda
relegado a lo doméstico, interpretando el cuerpo de la mujer
Género y conocimiento
463
como objeto pecaminoso y que debe esconderse del resto de
la sociedad.
Además la teoría de Di Capua resulta ahistórica ya que
mantiene un discurso uniforme respecto a los rituales de
paso, dando el mismo significado a figurillas de contextos
cronológicos separados por 2000 años, lapso de tiempo en el
que se dan cambios tan transcendentales como el paso de la
caza-recolección a la agricultura sin, según su teoría, afectar al
mundo ritual de las personas. Su análisis tampoco considera la
procedencia de las figurillas ni valora que puedan pertenecer
a diferentes yacimientos arqueológicos o diferentes contextos
espaciales. Además, la propia autora afirma que la mayoría de
figurines que ha analizado son de “procedencia indocumentada
(huaqueo)” (Di Capua, 2002, p.142).
Hay que mencionar que todas las figurillas de Valdivia han
sido analizadas por sus características plásticas, estéticas e
iconográficas (Lubensky, 1991; Di Capua, 1973; García Caputi,
2008) o por el sexo que representan (Marcos & García, 1988).
Estos análisis pueden ayudar al historiador a reconocer y
clasificar símbolos, sin embargo, la tarea más ardua es la
de dar un significado a estos símbolos, la cual es imposible
cuando de sociedades ágrafas estamos tratando. Trinidad
Escoriza Mateu y Pedro V. Castro Martínez en un análisis sobre
las representaciones figurativas de las sociedades ágrafas lo
expresan así:
La realidad es que no se pueden hacer interpretaciones
ontológicas de los pensamientos del pasado a través del
análisis de los objetos recuperados pretendiendo darles
determinados significados. La única posibilidad de decir
que entendemos los significados, es pensar que hay un
imaginario colectivo, una forma de pensamiento ahistórico
compartido. […] Toda representación figurativa es un signo
de algún símbolo o símbolos. Definimos el signo como la
parte del símbolo perceptible por los sentidos, de ahí su
464
Impacto de las Mujeres en la Ciencia
riqueza pero también su gran ambigüedad. Por lo tanto,
el signo muestra y denota, pero no significa. Además, un
mismo signo puede tener significados diferentes, según
los sujetos sociales, en relación a éstos, y, si no media el
lenguaje no podremos conocerlos. Es decir, no podemos
reconocer el símbolo en el signo a no ser que de antemano
conozcamos su significado (2011, p. 104).
En definitiva, las hipótesis que apoyan el culto de la fertilidad
o los rituales de paso, están construidas desde una perspectiva
actual, asignado un único valor asociado con la sexualidad. De
nuevo es un discurso limitante que reduce a la mujer a ocupar
un ámbito natural y no cultural.
Repensando el nombre “Venus de Valdivia”
Todo el sesgo patriarcal acumulado en las interpretaciones
anteriores aterriza en el nombre que se ha asignado al conjunto
de figurillas femeninas: “Las Venus de Valdivia”.
Venus, en la mitología romana es la diosa del amor,
belleza y fertilidad, por lo tanto, en este nombre se recoge
el trasfondo de ideal erótico y el canon de belleza que
subyace en la mirada patriarcal (Escoriza-Mateu & CastroMartínez, 2011).
Un primer paso para eliminar la carga patriarcal de estas
figurillas empezaría con el cambio de la denominación “Venus”
por otro que no otorgue una carga meramente sexual a la
mujer. Más allá de un cambio semántico, sería un cambio
de perspectiva que llevaría a la práctica una nueva forma de
observar la imagen de una mujer desde la igualdad.
Actualmente, tanto la institucionalidad85, la prensa86 o la
85 Recordando a la Cultura Valdivia: https://www.diariopinion.com/
web2018/primeraplana/verArticulo.php?id=966790
86 Guía de identificación de bienes culturales y patrimoniales p.23: http://
www.competencias.gob.ec/wp-content/uploads/2017/06/09IGC2011GUIA06.pdf
Género y conocimiento
465
academia87 todavía hacen un uso sistemático de este nombre
y, es que, a día de hoy, todavía la academia no ha hecho un
análisis crítico del caso. De esta manera las mujeres de la
Cultura Valdivia sólo son recordadas por el uso de su cuerpo,
lo que conlleva que las figuras femeninas, más que un objeto
de estudio científico para el conocimiento del pasado, se haya
convertido en inspiración para estudiantes de moda88 o en
inspiración para la creación de certámenes de belleza89.
Su uso reiterado funciona como mecanismo de anulación de
cualquier otro tipo de interpretación. Es mejor, antes de seguir
introduciendo el nombre de “Venus” con un “las mal llamadas”,
reflexionar sobre como la denominación tradicional no se
ajusta a datos empíricos y por lo tanto dejar de mencionarlas
de ese modo.
La vinculación de lo femenino con el espacio doméstico
Como se ha analizado, las figurillas femeninas han sufrido de
una imposición semiótica que las ha construido en la actualidad
como una proyección de nuestra propia sociedad, es decir, que
han sido interpretadas bajo los parámetros epistemológicos
occidentales, en donde las mujeres han sido colocadas en la
subalternidad frente a los hombres.
Sin embargo, este sesgo patriarcal no sólo aparece en la
interpretación de las figurillas femeninas que acabamos de
analizar. Es un factor que podemos hallar en otros ámbitos
de la cultura. En este caso, se analizan las interpretaciones
87 Las figurinas de Real Alto. Reflejos de los modos de vida Valdivia (García,
2008: 18) Culturas ancestrales del Ecuador: lo masculino y lo femenino
(Yépez, 2004: 24)
88 Cultura Valdivia inspira a nuevos diseñadores https://lahora.com.ec/
noticia/1000242439/home
89 Valdivia se vistió de gala en busca de su nueva Venus: https://www.
expreso.ec/actualidad/valdivia-se-vistio-de-gala-en-busca-de-su-venusAF1546516
466
Impacto de las Mujeres en la Ciencia
volcadas en el sitio arqueológico del Real Alto de la Cultura
Valdivia sobre los espacios domésticos y su constante relación
con las mujeres.
Diferenciar en el registro arqueológico espacios femeninos
y masculinos basándonos en los actuales esquemas de
distribución de estructuras y en los actuales roles de género,
supone un ejercicio yermo que puede conducir al historiador a
conclusiones equivocadas. No podemos dar por hecho que el
actual ordenamiento de la sociedad ha sido inalterado desde el
origen de la humanidad, cuando la realidad es, que las ciencias
sociales han documentado una gran variedad de esquemas
culturales, lo que demuestra que las sociedades pueden
estructurarse de formas muy variadas. Hay que recordar que
el feminismo es una corriente de pensamiento que critica los
escenarios discriminatorios construidos por la concepción
patriarcal. En este sentido, una arqueología feminista está
obligada, no a visibilizar a las mujeres (que ya sabemos que
existían, aunque es cierto que se las ha invisibilizado), sino,
por una lado, a hacer explícitos los sesgos patriarcales que
construyen un relato de la historia complaciente con las
desigualdades, y, por otro lado, construir un nuevo relato de la
historia en el que las mujeres estén presentes.
Sin embargo, a menudo, se pretende aplicar la perspectiva de
género en la visualización de espacios estereotipados. Es en
este sentido cuando aparece la trampa. En arqueología hablar
de espacios domésticos, en muchas ocasiones, se convierte en
sinónimo de espacio femenino o parafraseando a Di Capua de
“microcosmos femenino” (Di Capua, 2002, p. 4), como si desde
los albores de la humanidad la mujer hubiera estado relegada
al espacio privado y a las actividades de mantenimiento.
Por otro lado, la división de espacios en función de lo
masculino y lo femenino cae en el grave error de considerar
Género y conocimiento
467
a las sociedades del pasado binarias sexualmente, algo que es
intrínseco de la sociedad occidental, sin tener en cuenta que
hay culturas que pueden considerar hasta tres, cuatro o cinco
sexos90. Además el sexo de una persona no siempre ha servido
de indicador en el cual basar la división del trabajo.
Sin embargo, como mencionan Escoriza y Castro, donde más
observamos este sesgo es en la literatura especializada sobre
arqueología y género:
Podemos señalar también el desmesurado uso
del componente emocional cognitivo por parte de
determinadas propuestas arqueológicas, como sucede
con las denominadas Arqueología del Género, que
llegan a afirmar la posibilidad de recurrir a la empatía
para acceder al conocimiento de determinadas prácticas
sociales del pasado. Una suposición que conlleva
renunciar explícitamente a realizar un análisis racional
y científico. La ecuación es simple, a priori se fijan ideas
y pautas de conducta en relación a mujeres y hombres,
que con posterioridad no son contrastadas. Así, se llega
a afirmar que los objetos nos acercan a las manos, gestos
y pensamientos de las mujeres del pasado. E incluso que
es fácil imaginar cómo fueron las mujeres las responsables
de los espacios domésticos desde los orígenes de la
humanidad. (Escoriza-Mateu 2007, en Escoriza-Mateu y
Castro-Martínez, 2011, p. 99)
Aunque parezca una paradoja, las publicaciones en esta
disciplina son las que más sesgos reproducen. Un ejemplo
de ello, que ayuda mucho a clarificar la cuestión, es la obra
Culturas Ancestrales del Ecuador: lo masculino y lo femenino
(Yépez, 2004). En los diferentes ejemplos expuestos por la
autora vemos recurrentemente como lo que hoy se asocia
con lo doméstico, - la acción de cocinar o los utensilios para
preparar alimentos- se relaciona de manera automática con la
90 Por ejemplo los Buguis de Indonesia, los Hijras de la India, los Mahu de
Polinesia, los Fa’afafine de Samoa, etc.
468
Impacto de las Mujeres en la Ciencia
mujer. En este sentido Yépez sintetiza de la siguiente manera el
desarrollo de la Cultura Valdivia:
Algunas visiones feministas han propuesto que en
estas sociedades la mujer pierde estatus, puesto que
el desarrollo de la agricultura implica una forma de
vida sedentaria donde el rol del extractivismo pierde
importancia frente a la función de producir alimentos.
En estas circunstancias la mujer perdería el control sobre
la producción y con ello perdería importancia social. Sin
embargo, la evidencia demuestra lo contrario, las mujeres
gozan más bien de nuevos roles, los que son reconocidos
dentro de las unidades domésticas. (Yépez, 2004, p. 26)
Aunque, por falta de referencias, no sabemos a que visiones
feministas hace mención el fragmento, el primer punto da
por hecho la típica construcción de la prehistoria, aunque no
tengamos evidencias empíricas de ello, en que la mujer se
dedicaría a la recolección y el hombre a la caza. La aparición
de la agricultura estaría, según refiere el texto, asociada con
la perdida de estatus de la mujer, ya que perdería su rol de
recolectora. Sin embargo, cuando la autora parece querer ser
complaciente con la mujer del pasado, inmediatamente cae
en la trampa del binomio doméstico/femenino, y le asigna a
la mujer nuevos roles que serían los asociados con el hogar, de
nuevo sin haber de ello ninguna evidencia empírica.
Por otro lado, tenemos los estudios de James Zeidler (1984),
basados en la asignación de género en función del análisis
de los espacios habitacionales.91 Zeidler lleva a cabo en su
investigación un estudio etnoarqueológico en el que establece
una analogía entre las zonas habitacionales de Real Alto
de la Cultura Valdivia y las viviendas de la Cultura Achuar
actuales. García menciona que “Zeidler también las utilizó [a
las figurillas femeninas] como herramienta para detectar áreas
91 También citado en Yépez (2004) como ejemplo de análisis que permite
una aproximación a las relaciones de género.
Género y conocimiento
469
de actividades femeninas, suponiendo que eran de factura
doméstica” (García, 2008, p.38).
Zeidler, en su análisis de la estructura 20, de la fase Valdivia
III, encuentra un total de noventa y cuatro figurillas femeninas
asociadas a las áreas de preparación de comida, actividad que
el autor asocia con espacios femeninos al tratarse de tareas
generalmente desarrolladas por las mujeres. En este sentido
Zeidler concluye que “la figurina, en este contexto doméstico,
se presentó dentro del ámbito de preparación de comidas,
como fogones o áreas quemadas, con uso de cerámica
y almacenamiento: ambas actividades asociadas al sexo
femenino” (Zeidler, 1985, p. 443, en García, 2008, p. 36).
Mientras vemos que todo lo relacionado con la cerámica y los
fogones está automáticamente relcionado con la mujer, García,
basándose en el estudio de Zeidler, asocia las evidencias
materiales relacionadas con indicadores de tráfico y trabajo
de conchas, con tareas y espacios masculinos (García, 2008,
pp. 126,147). Y al mismo tiempo, todo lo que escapa de lo
doméstico es relacionado con lo masculino como por ejemplo
el espacio que en el sitio del Real Alto ha sido identificado como
“Casa de Reuniones” o también llamada “Casa de hombres”
(Marcos, 2015, p. 82), basándose en analogías etnográficas
documentadas por Claude Lévi-Strauss de sociedades
tropicales que él denominó primitivas (Marcos 2015, p. 85),
reforzando así la idea de que los hombres siempre han sido los
responsables de producir y reproducir cultura.
García sostiene que las primeras cerámicas de américa fueron
realizadas por mujeres92. Sobre una de las figurillas halladas
en el Real Alto García menciona que “esta pieza nos parece
interesante porque su factura no está terminada. Esto nos
92 https://www.eluniverso.com/noticias/2019/03/26/nota/7252388/rolmujer-valdivia-charla
470
Impacto de las Mujeres en la Ciencia
indicaría que el lugar en el que se la fabricaba era el propio
contexto doméstico donde fue hallada” (García, 2008, p.
94). Este dato empírico se entremezcla con el sesgo de los
espacios estereotipados. García para sostener su hipótesis
se basa en los estudios de Zeidler (1984) y concluye que las
figurillas femeninas al haberse hallado, muchas de ellas, en
contextos domésticos esto es indicador de que se han sido
manufacturadas por mujeres. En este sentido, aunque la
afirmación de García es poderosa y parece ser complaciente
con las mujeres en el pasado, se sostiene bajo premisas
erróneas y desde la mirada de la arqueología feminista no
puede ser aplaudida ya que se sustenta en los estereotipos y
roles occidentales. Es importante aclarar, que el estudio de la
historia no debe buscar ser complaciente en base a géneros,
etnias o clases sociales sino que debe visibilizar a todos sin
aplicárseles ningún sesgo. De este modo, el propósito de la
arqueología feminista no es dar con sociedades no patriarcales
o más igualitarias en el pasado, sino más bien, acabar con la
proyección del sesgo patriarcal de la sociedad occidental hacía
el pasado y escribir una historia más justa.
Por último, esta relación biológico-subjetiva que se ha establecido
entre las mujeres y los espacios domésticos sigue presente en
la interpretación volcada sobre uno de los enterramientos del
sitio del Real Alto. Esta tumba se ha relacionado con una mujer
de alto rango,93 por haberse encontrado, asociados a ella, una
gran cantidad de objetos, como restos de piedra de molienda,
manos de moler y metates partidos por la mitad. Además, se
encuentra acompañada por otros entierros menores que se han
relacionado con sacrificios periódicos en honor a la fallecida
(Marcos, 1988). Este enterramiento ha sido interpretado por
Yépez del siguiente modo: “El simbolismo que rodea al entierro
principal tiene una aparente relación con el rol que cumplían
93 Ver capítulo “Los entierros Valdivia de Real Alto”, Marcos 1988.
Género y conocimiento
471
las mujeres dentro de la actividad doméstica. Los metates
utilizados en la preparación de la tumba se relacionan con el
espacio doméstico que fue posiblemente su dominio” (Yépez,
2004, p. 26). Una vez más, se lanzan hipótesis que no solamente
no están fundamentadas en una base empírica, sino que hacen
una interpretación libre que reduce a la mujer asociándola con
el espacio doméstico, cuando su ajuar funerario nos indica
que era una persona que gozaba de gran estatus y respeto en
su comunidad. Esta relevancia social que se podría inferir de
los hallazgos, podría hablarnos más bien, de que su actividad
cotidiana disfrutaba de un reconocimiento importante, como
podría haber sido la medicina o la práctica ritual. En este caso,
el registro arqueológico nos puede estar dando información
muy valiosa que el sesgo patriarcal no nos deja ver con claridad.
Conclusiones
Como se ha podido analizar en este trabajo, la interpretación
de los registros arqueológicos de la Cultura Valdivia que se
han considerado en este trabajo, han construido un relato
sesgado sobre ella. Se ha mostrado que las figurillas de Valdivia
han tratado de ser entendidas solamente a través de los
estereotipos de género construidos por la sociedad actual. Los
estereotipos basados en el género de las sociedades actuales
han establecido una imagen sobre las mujeres que las presenta
como depositarias de una supuesta condición biológicasubjetiva que las hace naturalmente más aptas para las labores
de cuidado y gestión de los espacios privados.
Al proyectar estos constructos sociales sobre las mujeres hacia
el pasado, las figurillas de Valdivia se transforman en símbolos
de los estereotipos de género actuales, en el pasado. Se
transforman así en Diosas de la fertilidad o en representaciones
de las diferentes etapas del desarrollo fisiológico de las mujeres.
Es difícil pensar que una de las consideradas altas culturas de
472
Impacto de las Mujeres en la Ciencia
América, con una cosmovisión tan desarrollada como se puede
presumir de sus figurillas abstractas, haya dejado una inmensa
cultura material solamente dedicada a cultos a la fertilidad.
Cuando al haberse hallado figurillas, en su mayoría femeninas,
pero también en formas asexuadas, masculinas o abstractas, y
en tan variados contextos de hallazgos, más bien nos indicaría
una amplía variabilidad en su uso y, por lo tanto, no sería
adecuado asignarles un solo uso ni un solo significado.
Aunque la mayoría de las figurillas encontradas sean de
mujeres, ninguna investigación las relaciona con el poder
político de esa sociedad, por ejemplo. De la misma manera,
se ha relacionado de manera sistemática los espacios que se
han considerado más importantes, por su ubicación y posible
relevancia, con actividades realizadas por hombres.
Es necesario, sin duda, repensar el significado de estos
registros, tanto en el caso de las figurillas como en el caso de los
espacios, desligados de los estereotipos actuales, solamente de
esta manera podremos acercarnos más fielmente a estructurar
un relato histórico más justo y enriquecedor del actual que,
queriéndolo o no, justifica de alguna manera estructuras de
dominación y discriminación, en este caso, en contra de las
mujeres.
Síntesis curricular
Thais Becerra Mayor es Licenciada en Historia del Arte y Magíster
en Arqueometría por la Universidad Autónoma de Madrid
y Magíster en Cooperación Internacional por la Universidad
Complutense de Madrid. Actualmente realiza los estudios de
Doctorado por la Universidad de Alicante (España). Sus áreas
de interés son el análisis de las sociedades del pasado con un
enfoque crítico de las metodologías tradicionales, muchas
veces sesgadas por cargas conceptuales contemporáneas.
Género y conocimiento
473
En este sentido, sus investigaciones desarrollan un análisis
multidisciplinar que incluyen herramientas desarrolladas por
las ciencias sociales, así como las perspectivas de género y
decolonial. Recientemente ha publicado Ruta de Patrimonio
Histórico de Figueres por el Ayuntamiento de Figueres (2018)
y ¿Por qué fracasó la Iniciativa Yasuní-ITT? por la Universidad
Complutense de Madrid (2016).
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