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Impacto de las Mujeres en la Ciencia Género y conocimiento Título del Documento: Impacto de las Mujeres en la Ciencia Género y conocimiento ISBN: 978-9978-55-195-0 Organización de Estados Iberoamericanos (OEI-ECUADOR) Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL) Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT) Red de Mujeres Científicas del Ecuador (REMCI) Escuela Politécnica Nacional (EPN) Instituto Nacional de la Biodiversidad (INABIO) Coordinadora editorial María M. Pessina Itriago Diseño Diego Acevedo Portada Bryham Cuellar Impresión Escuela Politécnica Nacional 2020 Índice Prólogo 9 Introducción 11 Capítulo I Género y Conocimiento 15 ¿Por qué la actual interpretación de las diferencias biológicas legitima las desigualdades de género en las áreas de ciencia y tecnología? 17 Reflexiones sobre el androcentrismo y el adultocentrismo en la producción del conocimiento 37 Desigualdades de género en el ámbito de la ciencia uruguaya. Algunas reflexiones sobre la elección de carrera en la Universidad de la República 59 Mujeres de ciencia en la contemporaneidad en Cuba: luces y sombras 79 ¿Por qué es necesario mujeres en ciencia? 93 Mujer en la ciencia: un análisis de su participación en el departamento de Santander, Colombia 109 Transformando nuestro entorno: la Red Mexicana de Ciencia, Tecnología y Género 139 Capítulo II Ciencia, conciliación familiar y maternidad 153 Maternidad: entre la vida privada y la vida profesional en la mujer de ciencia 155 La conciliación entre la vida profesional y personal, el mito de la “mujer maravilla” o la “super woman” en la Universidad de Nariño. 1965 – 2015 181 Decolonizando el parto: diálogos epistémicos desde la cultura del nacimiento 201 Mujer, madre y científica: una diversidad de vivencias que concilian la maternidad y la ciencia en el Ecuador 227 Impacto de las Mujeres en la Ciencia: género, educación y en el marco de la Agenda de Desarrollo Sostenible, con enfoque en el desarrollo de las empresas familiares 247 Capítulo III Género y Educación Superior 269 Estrategias para la aplicación efectiva de los protocolos de prevención y actuación en casos de acoso y violencia basada en género en las IES -Ecuador 271 Nuevos fundamentos para hacer una educación inclusiva en los diferentes niveles educativos 289 Percepción de la violencia de género, desde la perspectiva del estudiantado del ITS Central Técnico 297 Capítulo IV Ciencia, Tecnología y Género 321 Género, ciencia y tecnología: ¿Un problema o muchos? ¿Una solución o muchas? 323 Las mujeres como creadoras de tecnología 351 Participación de la mujer en el proceso de enseñanza-aprendizaje de las nuevas tecnologías. Estudio de caso Universidad Técnica de Machala, Ecuador 373 Paradojas de la inserción laboral de las mujeres en el ámbito técnico-tecnológico en el sector carrocero de Tungurahua y de acería de Cotopaxi 397 Capítulo V Género, Ciencia y Media 415 Impacto del discurso de género y ciencia en Twitter de Ecuador 417 Las redes sociales virtuales de REMCI como herramientas de sororidad y su impacto en la vida académica 441 Capítulo VI Género, cambio climático y arqueología 451 El sesgo patriarcal en la interpretación historiográfica: Análisis de la Cultura Valdivia 453 Mujer y Cambio Climático: propuesta de programa de formación 477 El emprendimiento social de mujeres en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Ecuador 497 Comparación de índices antropométricos para agregación de múltiples factores de riesgo en adultos de Cuenca, Ecuador 515 Prólogo El segundo “Seminario Internacional Impacto de las Mujeres en la Ciencia, Género y Conocimiento” desarrollado en junio del 2019 gracias al trabajo y la coordinación de varias instituciones entre ellas: el Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina – CIESPAL, la Organización de Estados Iberoamericanos -OEI-, la Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas -REMCI- con el apoyo de la Escuela Politécnica Nacional – EPN-, la Secretaria de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación -SENESCYT- y el Instituto Nacional de Biodiversidad - INABIO; permitió el encuentro de mujeres científicas en el Ecuador. Alrededor de 1.200 personas siguieron el evento por formatos digitales y más de 400 personas acudieron al evento desarrollado en las instalaciones de CIESPAL, el propósito fundamental de este Seminario Internacional fue abrir un espacio de discusión y debate para analizar el rol de la mujer en una temática históricamente compleja y masculinizada: la ciencia. Asimismo, se habló sobre el avance hacia la igualdad de género y se analizaron situaciones relacionadas con roles preestablecidos e inequidades. La mujer tiene bajo su responsabilidad las tareas de reproducción e históricamente, el cuidado familiar; a esta tarea poco reconocida, se suman situaciones complejas: desigualdad en las condiciones laborables, violencia intrafamiliar, trata de Género y conocimiento 9 niñas y adolescentes, explotación sexual, entre otras. Por eso, visibilizar el rol de la mujer es fundamental. Este libro recoge y guarda en su memoria lo ocurrido en la segunda edición del “Seminario Internacional Impacto de las Mujeres en la Ciencia”, aquí podrá encontrar análisis sobre los avances de políticas públicas en cuanto a género, ciencia y tecnología. Se recoge también el contenido de varias conferencias magistrales con mujeres de altísima representatividad cuyos temas son: estereotipos de género y diferencias biológicas: aportes desde el feminismo para una nueva interpretación de los cuerpos; transformando nuestro entorno: la red Mexciteg; las mujeres y las tecnologías de información y comunicación en América Latina: del acceso a la creación; las mujeres y la ciencia. La construcción de los discursos históricos. Les invitamos a leer y compartir esta reflexión profunda sobre temáticas que pretenden romper los sesgos de género y apuntan siempre a fortalecer los derechos de los seres humanos. 10 Impacto de las Mujeres en la Ciencia Introducción OEI-Ecuador Luego de la realización exitosa del II Seminario Internacional, Impacto de las mujeres en la ciencia: Género y Conocimiento, durante el mes de junio de 2019, en Quito- Ecuador, organizado por la Organización de Estados Iberoamericanos -OEI-, el Centro de Estudios Superiores de la Comunicación para América Latina -CIESPAL-, la Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas -REMCI- con el apoyo de la Escuela Politécnica Nacional – EPN- y la Secretaria de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación -SENESCYT- con la presencia de expertas internacionales como fueron Lucia Ciccia (Argentina), Lilia Meza (México), Anabella Benedetti (Argentina) y Berenice Pacheco (República Dominicana) se compiló algunas de las ponencias que se presentaron en el evento. En este seminario participaron más de 80 expositoras de diferentes países de Latinoamérica que compartieron sus reflexiones en torno a los ejes de Género y Conocimiento, en el que se analizaron temas como el adultocentrismo, androcentrismo, epistemologías feministas, masculinidades, teorías biologicistas, y se plantea ¿Por qué es necesario mujeres en Ciencia?, entre otros temas, las autoras que abren estas memorias provienen de países como Uruguay, Venezuela, Colombia, Ecuador, República Dominicana, Cuba y México. Género y conocimiento 11 En el segundo capítulo se incluyeron los trabajos relacionados con la Ciencia, Conciliación Familiar y Maternidad en el que se discuten sobre la relación de la maternidad y la vida profesional, las experiencias entorno a estas relaciones y la decolonización del parto, entre otros temas de gran relevancia y análisis. El capítulo III, Género y Educación Superior se presentan trabajos que desarrolla la problemática del acoso y violencia basada en género dentro de las instituciones de educación superior, sobre la educación inclusiva. Sobre los temas relacionados con la Ciencia, Tecnología y Género se encuentran en el capítulo IV y lo inicia un artículo de Gloria Bonder (Argentina) en el que presenta un panorama de la situación de las mujeres en la ciencia y la tecnología en distintos países, y en los que enfrentan numerosos condicionamientos para desplegar sus capacidades y participar en decisiones que marquen el rumbo hacia innovaciones que aporten bienestar al conjunto de las sociedades. También, hace un recorrido por los diferentes enfoques adoptados por investigaciones de referencia en esta temática, caracterizando los argumentos en que se sustentan, sus principales conclusiones y los interrogantes que suscitan. Finalmente, aborda un conjunto de políticas, a nivel regional y global que, con enfoques teóricos diversos han abordado distintas dimensiones de esta temática, y los aprendizajes que se desprenden de ellas para orientar futuras iniciativas. Además, en este capítulo se analiza sobre aquellas mujeres creadoras de tecnologías. En el capítulo V sobre Género, Ciencia y Media, se encuentran temas como el impacto del discurso de género en redes sociales y en el capítulo VI que aborda el Género, Cambio Climático y Arqueología se habla del sesgo patriarcal en la interpretación historiográfica, sobre la mujer y el cambio climático, el emprendimiento social de mujeres en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 12 Impacto de las Mujeres en la Ciencia Los textos aportan a la discusión y análisis sobre los estudios de ciencia y género y sobre los avances y retos que se deben abordar y trabajar, sobre todo en la inclusión de las mujeres en el campo de la ciencia y la tecnología. Todos los trabajos aportaron una visión profunda sobre las problemáticas que atravesamos las mujeres académicas y científicas dentro este hábitat aún androcéntrico. Nuestra relación con nuestros roles, como la maternidad, que recae, como se aprecia en los trabajos que reflexionan sobre ello, que aún es una tarea que es casi exclusiva de las mujeres, por lo que presenta ciertas tensiones con la vida profesional. Son más de 80 trabajos presentados que plasman el análisis de los objetivos propuestos por el Seminario, bajo diferentes puntos de vista, y que nos advierten una necesidad inminente para lograr una ciencia más humana e integradora. De esta manera, con el éxito de esta segunda edición del “Seminario Internacional, Impacto de las mujeres en la ciencia”, las organizaciones que han hecho posible estos dos encuentros, reiteran el compromiso de seguir trabajando y visibilizando a las mujeres en la ciencia y tecnología, sus aportes y los desafíos que se presentan dentro de los ecosistemas que se forman en las instituciones y los estereotipos que se manejan sobre nosotros, sobre todo cuando se habla de ciencia, tecnología y género, áreas que a pesar de los avances aún siguen siendo masculinizadas y con un profundo sesgo de género. Género y conocimiento 13 Capítulo VI Género, cambio climático y arqueología El sesgo patriarcal en la interpretación historiográfica: Análisis de la Cultura Valdivia Thais Becerra Mayor Universidad de Alicante, España Resumen El presente trabajo pretende analizar la manera en que la interpretación historiográfica ha construido el relato de muchas de las sociedades del pasado. Al introducir el género como categoría de análisis, se pretende identificar posibles sesgos patriarcales que podrían estar detrás de este relato y que definitivamente distorsionan el pasado de tal forma, que termina justificando diversos escenarios discriminatorios del presente. Se analizan algunos de los relatos e interpretaciones sobre la Cultura Valdivia (Ecuador; 3800-1800,ANE). Palabras clave: arqueología feminista, cultura Valdivia, patriarcado. Introducción Numerosas interpretaciones historiográficas sobre los registros arqueológicos hallados en diversos lugares alrededor del mundo, han sido establecidas desde un discurso más bien “hijo de nuestra era”. Esta es la premisa principal que guía el Género y conocimiento 453 desarrollo de las reflexiones plasmadas en este trabajo. Como discurso “hijo de nuestra era”, hago referencia al discurso producido desde el marco epistemológico hegemónico actual, occidental, con sus virtudes y vicios. Entre los vicios que podemos identificar insertos en este marco epistemológico, es posible resaltar diversos sesgos a través de los cuales se han interpretado numerosos registros arqueológicos. Estas miradas construyen un pasado que de alguna manera justifican el presente, haciéndolo coincidir con las bases sobre las cuales se asientan las estructuras de las sociedades modernas. Sin duda, estas miradas del pasado sesgadas de presente se evidencian en frases usadas comúnmente en múltiples ámbitos, por ejemplo: “tal y cómo éramos…somos”.80 En esta frase podemos identificar elementos que hacen relevante dirigir la mirada hacia la manera en que se han construido ciertos discursos sobre las edades más tempranas del ser humano. Uno de ellos es el concepto de desarrollo unilineal de la humanidad, el cual pretende fijar la idea de que la inmensa diversidad de culturas humanas, en un momento dado de la historia terminan “desarrollándose” de la misma manera. Este elemento es sumamente preocupante, ya que estamos construyendo un relato de la historia que está siendo instrumentalizado para ser funcional a la cultura hegemónica actual y de esta manera justificar escenarios discriminatorios de diversa índole. Al colocar a todas las culturas dentro de una lógica de desarrollo unilineal, también se proyectan hacia el pasado características como el actual ordenamiento patriarcal de las sociedades. Se asume que, en el pasado, las sociedades eran menos civilizadas y que los espacios o roles con mayor estatus han estado siempre 80 Ver artículo: Escoriza-Mateu, Castro-Martínez, 2011 454 Impacto de las Mujeres en la Ciencia ocupados por hombres. De manera simultánea, al aceptar esta premisa, se coloca a las mujeres como entes pasivos de la historia, subordinadas, dependientes, de quienes solamente es relevante su sexualidad, su rol de cuidadoras y su capacidad reproductiva. Si se asume estas bases para realizar cualquier análisis sobre el pasado, también se coloca en duda la condición civilizatoria de las culturas que se intenta comprender. Al intentar entender las sociedades antiguas, se asume que eran más “primitivas” que las actuales, en donde sus individuos tenían por ejemplo, religiones animistas consideradas más simples o una relación mágica81 con la naturaleza. Esta asunción ha hecho posible que se asignen a estas culturas un sinnúmero de prejuicios actuales sobre el pasado, afectando definitivamente nuestra capacidad de entender características elementales como su ordenamiento y estructuración social, su sistema de creencias o las relaciones establecidas con su entorno. Para poner a prueba las aseveraciones hechas en esta introducción, es necesario, sin duda, escoger una cultura representativa del pasado y verificar si existen relatos construidos en la actualidad sobre ella que adolezcan de alguno de los sesgos señalados. Esto no quiere decir, por supuesto, que si se encuentran lecturas sesgadas en el caso escogido estas estarán presentes en todas las lecturas del pasado. Apenas podremos aseverar lo encontrado. Es por esto que este estudio pretende también animar a otras/os investigadoras/es a mirar otros relatos del pasado en otros contextos para saber si existen lecturas similares en otros estudios historiográficos. En el presente artículo se considerarán algunas de las interpretaciones volcadas sobre la Cultura Valdivia en Ecuador. 81 Ver en este sentido el estudio comparativo sobre el pensamiento “primitivo” y la evolución de las religiones de James George Frazer, 1922. Género y conocimiento 455 La Cultura Valdivia La Cultura Valdivia se desarrolló en la costa del Ecuador, en la península de Santa Elena, entre el 3800 y 1800 ANE, por lo que está considerada una de las más antiguas del continente americano, junto con la Civilización de Caral del Perú, y actualmente es la única representante del Periodo Formativo Temprano de la historia del Ecuador. Su gran valor arqueológico radica en que es una de las primeras culturas agro-alfareras del continente americano. Los primeros indicios de la alfarería Valdivia fueron tres formas simples, una olla, un cuenco y un cántaro. Con el tiempo éstas evolucionan conformándose formas y técnicas muy diversas. Sin embargo, uno de los elementos más destacables de la alfarería de la Cultura Valdivia fue la creación de figurillas femeninas. Muestra de todo los procesos que llevaron a esta cultura a una sociedad compleja pueden apreciarse en el yacimiento arqueológico del Real Alto, descubierto por el arqueólogo Jorge Marcos en 1971, en el cual es posible analizar la evolución, a lo largo de 2000 años, de una aldea formativa ecuatoriana, lo que ha brindado contextos de hallazgo muy relevantes para el conocimiento del desarrollo de esta cultura. En Real Alto vemos como el poblado se inicia con una aldea circular de entre 15 y 20 viviendas y una casa de reuniones central con un tipo de organización social tribal y culmina, en su fase más tardía, con una estructura conformada por una plaza central rectangular con un centro político-ceremonial y una organización social basada en una comunidad tribal jerarquizada o cacical (Damp, 1988; Marcos, 2005, 2015). Del mismo modo el registro arqueológico de Real Alto nos ofrece información muy valiosa sobre la evolución del cultivo de la tierra que va desde una producción hortícola en jardines caseros en los inicios del poblado hasta la aparición de claros indicios de agricultura extensiva (Marcos, 2005). En definitiva, y en palabras de Jorge Marcos, la importancia 456 Impacto de las Mujeres en la Ciencia arqueológica de la Cultura Valdivia radica en que es un claro ejemplo “del éxito de la Revolución Neolítica en el Área Septentrional Andina” (2005, p.117). Las figurillas femeninas de la Cultura Valdivia Las figurillas femeninas de la Cultura Valdivia enseguida llamaron la atención de los investigadores y en torno a ellas surgieron un sinfín de interpretaciones que intentaban dar una respuesta sobre su significado. Los primeros arqueólogos en interpretarlas fueron Betty Meggers, Clifford Evans y Emilio Estrada (1959). Ellos proponen que las figurillas habrían tenido uso en rituales de sanación, basándose en analogías, ya que muchas de estas figurillas fueron encontradas de forma fragmentada y desechadas en posibles basurales, lo que hace suponer que estas pudieron haberse usado una sola vez en un contexto ritual. Además Estrada (1958) le añade una significación ligada con el culto de la fertilidad, al igual que Carlos Zevallos y Olaf Holm (Zevallos & Holm, 1960). Por otro lado, Constanza di Capua (2002), basándose en un estudio iconográfico, concluye que las figurillas femeninas representan las diferentes etapas del desarrollo fisiológico de las mujeres (Pre-pubertad, pubertad, adolescencia, madurez, embarazo) y, por lo tanto, éstas formarían parte de rituales de paso. Mariella García, en cambio, interpreta la variedad de tocados de las figurillas Valdivia como un símbolo de ubicación social del individuo con respecto a su grupo social (García, 2008). Sin embargo, deja las puertas abiertas a otras interpretaciones al considerar que las figurillas podrían haber tenido otro tipo de funciones por haberse hallado en espacios muy diversos: La muestra de Real Alto presentaría esta peculiaridad: de que, si bien existe un fuerte descarte de figurinas en pisos ocupacionales domésticos, también hay una muestra Género y conocimiento 457 cualitativamente importante en estructuras ceremoniales y en enterramientos que nos indicaría otro tipo de función asignada a la figurina. (2008,p. 43) En la historiografía sobre las figurillas femeninas de Valdivia, las hipótesis que más han trascendido hasta nuestros días son aquellas relacionadas con el rol sexual y reproductor del cuerpo de la mujer. A continuación analizamos como la fertilidad, los rituales de paso femeninos, la existencia de una sociedad matriarcal y la denominación de estas figuras como las “Venus” del pasado ecuatoriano han marcado la interpretación de estas representaciones figurativas. Fertilidad y matriarcado El culto a la fertilidad es la hipótesis que más se ha mantenido con el transcurrir de los años. Emilio Estrada, descubridor de la Cultura Valdivia, asignó a las figurillas de Valdivia ese significado. Con estas palabras las describía: Sus bellísimos figurines, todos femeninos, demuestran el culto a la fertilidad, culto básico en los pueblos primitivos del mundo entero. Nos demuestran ellos un cierto desarrollo cultural a través de una enorme variedad de complicados peinados, propios de un pueblo que había pasado la etapa de simples recolectores, cazadores o pescadores. (Estrada, 1958, p. 26) Estrada menciona el culto a la fertilidad como denominador común de las sociedades del pasado. Lo cierto es que esta teoría gozó de gran popularidad durante la primera mitad del siglo XX influenciada por la obra la Rama Dorada de James George Frazer (1922). Frazer elabora un estudio comparativo sobre la evolución de las religiones y concluye que todas las religiones del pasado crearon mitos muy parecidos basados en cultos de fertilidad. Al mismo tiempo, el hallazgo por todo el continente europeo de figurillas femeninas, respaldó 458 Impacto de las Mujeres en la Ciencia la idea de una divinidad ancestral femenina como culto a la fertilidad la cual empezó a forjarse a finales del siglo XIX de la mano del Romanticismo Europeo (Morris, 2006, en Lozano, 2014). Además esto reforzaba la idea de que el fin último de toda mujer era la maternidad. En los años 50, cuando Estrada empezó a desenterrar las figurillas de Valdivia, la literatura académica sobre una divinidad femenina ancestral gozaba de gran acogida (James, 1959; Neumann, 1955; Crawford, 1957) y Valdivia se sumó a las culturas del pasado que contaban entre su cultura material con imágenes femeninas, con la diferencia de que en toda Europa, como si de una religión paneurpeoa se tratara, estas fueron categoricamente denominadas como la “Diosa Madre”82 y en Ecuador se las dio a conocer con el nombre de “Venus”. Paralelamente, el evolucionismo social justificó la idea de que las primeras sociedades de la humanidad eran primitivas y bárbaras y que su proceso intrínseco unilineal llevaría a todas las culturas a un estado civilizatorio. Dentro de estas ideas se empezaron a enmarcar las teorías sobre el matriarcado en las supuestas sociedades primitivas, las cuales estarían avaldas por la obra del teórico del matriarcado Johan Jakob Bachofen en su obra más influyente El derecho materno (1861). Estrada mencionaba con estas palabras la posibilidad de una sociedad matriarcal en la Cultura Valdivia: “Estos figurines no muestran vestimenta de ninguna especie, más uno, aquel que aparenta tener una especie de corona, tal vez indicativo de un régimen matriarcal” (Estrada, 1958, p. 26). Lo cierto es que las tesis de Bachofen sentaron las bases del relato universal que asociaban a las sociedades primitivas con el sistema matriarcal, sin embargo, éste no sería una imagen 82 Aunque a las imágenes femeninas europeas que datan del Paleolítico Superior también se las ha denominado “Venus”. Género y conocimiento 459 especular del patriarcado,83 sino el de un sistema social “pacífico y dominado por los valores propios de la maternidad femenina, unida a la naturaleza y el cuidado de todos sus seres” (Lozano, 2014). Por lo tanto, vemos como el imaginario construido pretendía minimizar el papel de la mujer en la sociedad, al mismo tiempo que exacerbaba sus valores como cuidadora, dando a entender que este rol es innato en la mujer, cuando la realidad es que esta idea es una construcción cultural y por lo tanto todas las personas nacen con esta capacidad. También es importante añadir que este ideal de mujer que construye la idea de un pasado matriarcal “se alimentó de la moral del Romanticismo europeo y de la Inglaterra victoriana, donde a las mujeres se les atribuía una corrección moral innata, una tendencia escrupulosa hacia la castidad y la decencia, y se las admiraba como madres abnegadas” (Bamberger, 1974, en Lozano 2014, p. 16). En los años setenta del siglo XX con la modernización de los métodos arqueológicos estas teorías habían perdido fuelle, sin embargo, la aparición en el plano académico de las teorías de la arqueóloga Marija Gimbutas, relacionadas con la Diosa Madre y el matriarcado reavivaron la idea de un culto ancestral a una divinidad femenina (1982, 1989,1991). En Ecuador en los años ochenta la idea del matriarcado todavía resonaba de la mano de Jonathan Damp: En la fase final de su crecimiento y evolución social se presenta la conformación de sitios ceremoniales y de prácticas funerarias. Dichos aspectos posibilitaron la elaboración del planteamiento sobre la introducción de figuras sacerdotales, ceremonias, sacrificios, rituales y hasta la posible implementación de una jerarquía matriarcal. (Damp, 1988, p. 22). 83 Ordenamiento de la sociedad basado en la idea de superioridad de lo masculino sobre lo femenino. 460 Impacto de las Mujeres en la Ciencia Sin embargo, la arqueología ecuatoriana no ha profundizado sobre las características de este posible pasado matriarcal del Periodo Formativo ecuatorino y a día de hoy la asociación de la Cultura Valdivia con una jerarquía matriarcal suele aparecer en espacios de carácter divulgativo84 en los que se dan claros excesos interpretativos. Ritos de paso Otra de las teorías que más se manejan sobre la significación de las figurillas de Valdivia es la desarrollada por Constanza Di Capua acerca de las diferentes etapas del desarrollo fisiológico que representarían estas imágenes, siendo utilizadas, de esta manera, en rituales de paso. Sin embargo, hay varios elementos que deben tenerse en consideración antes de asumir esta teoría: En primer lugar, hay que empezar señalando que las figuras que representan escenas de lactancia, embarazo o cuidados son una minoría, por lo tanto, este dato debería servirnos como indicador para repensar el significado de estas figurillas desligadas de los roles que se asignan a las mujeres en la cultura occidental. Si hacemos un análisis comparativo de las escenas relacionadas con maternidad de la Cultura Valdivia con otras culturas del Ecuador, vemos como estas escenas son características de figurillas femeninas de las culturas Tolita, Tumaco, Jama Coaque, Bahía, Guangala y Jambelí. Cabe señalar, que en estas culturas las representaciones femeninas son una minoría, y al contrario que en la Cultura Valdivia, aquí adquieren protagonismo las figuras masculinas, caracterizados siempre con gran cantidad de adornos, una rica vestimenta, además 84 Por ejemplo http://www.enciclopediadelecuador.com/historia-delecuador/cultura-valdivia/ Género y conocimiento 461 de realizando diversas labores (Uglade, 2017). Sin embargo, la Cultura Valdivia representó en su mayoría imágenes de mujeres sin éstas estar directamente relacionadas con los cuidados, lactancia o embarazo. De todas formas, la historiografía insiste en cualquier aspecto relacionado con la maternidad. En el catálogo de la exposición El ornamento. Belleza y poder en el Ecuador antiguo se dice de ellas que “sus cabellos son voluptuosos e imponentes. Sus poses representan una madre embarazada tocando su vientre, una dando de lactar, y otra en una postura que sugiere el alumbramiento” (Ulchur Rota, 2014, p. 43), dando la idea, en primer lugar, de que estos temas son la norma, y por otro lado, de que el único poder que emana de las mujeres es el relacionado con sus capacidades biológicas. En este sentido, se limita a las mujeres a un espacio natural, aislandolas completamete de lo cultural o político. Por otro lado, otro tema que genera controversia es la problemática en torno al sexo que representan las figuras. Aunque la mayoría de figurillas son femeninas, también hay aquellas a las que no se ha llegado a un consenso. Las figurillas sin senos y una protuberancia en la región púbica han sido identificados por Marcos como masculinas (Marcos, 1988b), sin embargo, estas mismas han sido identificadas por Di Capua como representaciones del inicio de la pubertad en las mujeres (2002, 148). Incluso, Evans y Meggers sustuvieron que estas figurillas podrían indicar bisexualidad (1958: 181), sin embargo, ésta última hipótesis no tuvo mayor transcendencia en la literatura académica. Aunque es importante sexuar a las imágenes del pasado, ya que este dato se convierte en herramienta para conocer las relaciones entre las personas y el rol desempeñado por ellas, cuando nos encontrarnos ante figuras que no representan el 462 Impacto de las Mujeres en la Ciencia sexo de la forma en la que hoy en día esperariamos, no debería suponernos un problema metodológico, sino más bien verlo como una característica intrínseca de las figuras (Alberti, 2002; Lozano, 2008). Además, el problema en la arqueología ecuatoriana es, como menciona Ugalde, que “se asume a priori para todas las culturas precolombinas una estructura social basada en el binarismo sexual, y una forma de relacionarse estrictamente heteronormativa” (2017:108), por lo que estamos partiendo de una premisa errada, ya que no todas las culturas son binarias sexualmente. Para construir su teoría sobre las diferentes etapas de desarrollo fisiológico que representarían las figurillas, Di Capua menciona, en la que ella considera representaciones de la etapa de la adolescencia, que “el largo del pelo [que vemos en las figurillas], que había vuelto a crecer, hubiera servido entonces de marcador para calificar a la joven adolescente como sexualmente madura” (2002, p. 151). En este caso se hace una interpretación de la figurilla femenina y de la mujer como un sujeto meramente sexual, desde la visión del hombre occidental. Además Di Capua señala a esta etapa como “integración del ser femenino en el contexto social del grupo” (2002, p. 151). Esta afirmación nos lleva a hacernos la siguiente pregunta ¿cómo podemos saber que en la Cultura Valdivia la mujer sólo era integrada en su grupo social cuando esta empezaba a ser sexualmente activa? No podemos saberlo, y por lo tanto, son hipótesis influenciadas por la sujetización y erotización que ha sufrido el cuerpo de la mujer en la sociedad occidental. Además Di Capua menciona que “gran parte de estas esculturillas son el reflejo iconográfico de comportamientos rituales, con que se sancionaron, dentro del ámbito doméstico, las etapas de crecimiento del cuerpo femenino, hasta la edad adulta” (2002, p. 165), dando por hecho que lo femenino queda relegado a lo doméstico, interpretando el cuerpo de la mujer Género y conocimiento 463 como objeto pecaminoso y que debe esconderse del resto de la sociedad. Además la teoría de Di Capua resulta ahistórica ya que mantiene un discurso uniforme respecto a los rituales de paso, dando el mismo significado a figurillas de contextos cronológicos separados por 2000 años, lapso de tiempo en el que se dan cambios tan transcendentales como el paso de la caza-recolección a la agricultura sin, según su teoría, afectar al mundo ritual de las personas. Su análisis tampoco considera la procedencia de las figurillas ni valora que puedan pertenecer a diferentes yacimientos arqueológicos o diferentes contextos espaciales. Además, la propia autora afirma que la mayoría de figurines que ha analizado son de “procedencia indocumentada (huaqueo)” (Di Capua, 2002, p.142). Hay que mencionar que todas las figurillas de Valdivia han sido analizadas por sus características plásticas, estéticas e iconográficas (Lubensky, 1991; Di Capua, 1973; García Caputi, 2008) o por el sexo que representan (Marcos & García, 1988). Estos análisis pueden ayudar al historiador a reconocer y clasificar símbolos, sin embargo, la tarea más ardua es la de dar un significado a estos símbolos, la cual es imposible cuando de sociedades ágrafas estamos tratando. Trinidad Escoriza Mateu y Pedro V. Castro Martínez en un análisis sobre las representaciones figurativas de las sociedades ágrafas lo expresan así: La realidad es que no se pueden hacer interpretaciones ontológicas de los pensamientos del pasado a través del análisis de los objetos recuperados pretendiendo darles determinados significados. La única posibilidad de decir que entendemos los significados, es pensar que hay un imaginario colectivo, una forma de pensamiento ahistórico compartido. […] Toda representación figurativa es un signo de algún símbolo o símbolos. Definimos el signo como la parte del símbolo perceptible por los sentidos, de ahí su 464 Impacto de las Mujeres en la Ciencia riqueza pero también su gran ambigüedad. Por lo tanto, el signo muestra y denota, pero no significa. Además, un mismo signo puede tener significados diferentes, según los sujetos sociales, en relación a éstos, y, si no media el lenguaje no podremos conocerlos. Es decir, no podemos reconocer el símbolo en el signo a no ser que de antemano conozcamos su significado (2011, p. 104). En definitiva, las hipótesis que apoyan el culto de la fertilidad o los rituales de paso, están construidas desde una perspectiva actual, asignado un único valor asociado con la sexualidad. De nuevo es un discurso limitante que reduce a la mujer a ocupar un ámbito natural y no cultural. Repensando el nombre “Venus de Valdivia” Todo el sesgo patriarcal acumulado en las interpretaciones anteriores aterriza en el nombre que se ha asignado al conjunto de figurillas femeninas: “Las Venus de Valdivia”. Venus, en la mitología romana es la diosa del amor, belleza y fertilidad, por lo tanto, en este nombre se recoge el trasfondo de ideal erótico y el canon de belleza que subyace en la mirada patriarcal (Escoriza-Mateu & CastroMartínez, 2011). Un primer paso para eliminar la carga patriarcal de estas figurillas empezaría con el cambio de la denominación “Venus” por otro que no otorgue una carga meramente sexual a la mujer. Más allá de un cambio semántico, sería un cambio de perspectiva que llevaría a la práctica una nueva forma de observar la imagen de una mujer desde la igualdad. Actualmente, tanto la institucionalidad85, la prensa86 o la 85 Recordando a la Cultura Valdivia: https://www.diariopinion.com/ web2018/primeraplana/verArticulo.php?id=966790 86 Guía de identificación de bienes culturales y patrimoniales p.23: http:// www.competencias.gob.ec/wp-content/uploads/2017/06/09IGC2011GUIA06.pdf Género y conocimiento 465 academia87 todavía hacen un uso sistemático de este nombre y, es que, a día de hoy, todavía la academia no ha hecho un análisis crítico del caso. De esta manera las mujeres de la Cultura Valdivia sólo son recordadas por el uso de su cuerpo, lo que conlleva que las figuras femeninas, más que un objeto de estudio científico para el conocimiento del pasado, se haya convertido en inspiración para estudiantes de moda88 o en inspiración para la creación de certámenes de belleza89. Su uso reiterado funciona como mecanismo de anulación de cualquier otro tipo de interpretación. Es mejor, antes de seguir introduciendo el nombre de “Venus” con un “las mal llamadas”, reflexionar sobre como la denominación tradicional no se ajusta a datos empíricos y por lo tanto dejar de mencionarlas de ese modo. La vinculación de lo femenino con el espacio doméstico Como se ha analizado, las figurillas femeninas han sufrido de una imposición semiótica que las ha construido en la actualidad como una proyección de nuestra propia sociedad, es decir, que han sido interpretadas bajo los parámetros epistemológicos occidentales, en donde las mujeres han sido colocadas en la subalternidad frente a los hombres. Sin embargo, este sesgo patriarcal no sólo aparece en la interpretación de las figurillas femeninas que acabamos de analizar. Es un factor que podemos hallar en otros ámbitos de la cultura. En este caso, se analizan las interpretaciones 87 Las figurinas de Real Alto. Reflejos de los modos de vida Valdivia (García, 2008: 18) Culturas ancestrales del Ecuador: lo masculino y lo femenino (Yépez, 2004: 24) 88 Cultura Valdivia inspira a nuevos diseñadores https://lahora.com.ec/ noticia/1000242439/home 89 Valdivia se vistió de gala en busca de su nueva Venus: https://www. expreso.ec/actualidad/valdivia-se-vistio-de-gala-en-busca-de-su-venusAF1546516 466 Impacto de las Mujeres en la Ciencia volcadas en el sitio arqueológico del Real Alto de la Cultura Valdivia sobre los espacios domésticos y su constante relación con las mujeres. Diferenciar en el registro arqueológico espacios femeninos y masculinos basándonos en los actuales esquemas de distribución de estructuras y en los actuales roles de género, supone un ejercicio yermo que puede conducir al historiador a conclusiones equivocadas. No podemos dar por hecho que el actual ordenamiento de la sociedad ha sido inalterado desde el origen de la humanidad, cuando la realidad es, que las ciencias sociales han documentado una gran variedad de esquemas culturales, lo que demuestra que las sociedades pueden estructurarse de formas muy variadas. Hay que recordar que el feminismo es una corriente de pensamiento que critica los escenarios discriminatorios construidos por la concepción patriarcal. En este sentido, una arqueología feminista está obligada, no a visibilizar a las mujeres (que ya sabemos que existían, aunque es cierto que se las ha invisibilizado), sino, por una lado, a hacer explícitos los sesgos patriarcales que construyen un relato de la historia complaciente con las desigualdades, y, por otro lado, construir un nuevo relato de la historia en el que las mujeres estén presentes. Sin embargo, a menudo, se pretende aplicar la perspectiva de género en la visualización de espacios estereotipados. Es en este sentido cuando aparece la trampa. En arqueología hablar de espacios domésticos, en muchas ocasiones, se convierte en sinónimo de espacio femenino o parafraseando a Di Capua de “microcosmos femenino” (Di Capua, 2002, p. 4), como si desde los albores de la humanidad la mujer hubiera estado relegada al espacio privado y a las actividades de mantenimiento. Por otro lado, la división de espacios en función de lo masculino y lo femenino cae en el grave error de considerar Género y conocimiento 467 a las sociedades del pasado binarias sexualmente, algo que es intrínseco de la sociedad occidental, sin tener en cuenta que hay culturas que pueden considerar hasta tres, cuatro o cinco sexos90. Además el sexo de una persona no siempre ha servido de indicador en el cual basar la división del trabajo. Sin embargo, como mencionan Escoriza y Castro, donde más observamos este sesgo es en la literatura especializada sobre arqueología y género: Podemos señalar también el desmesurado uso del componente emocional cognitivo por parte de determinadas propuestas arqueológicas, como sucede con las denominadas Arqueología del Género, que llegan a afirmar la posibilidad de recurrir a la empatía para acceder al conocimiento de determinadas prácticas sociales del pasado. Una suposición que conlleva renunciar explícitamente a realizar un análisis racional y científico. La ecuación es simple, a priori se fijan ideas y pautas de conducta en relación a mujeres y hombres, que con posterioridad no son contrastadas. Así, se llega a afirmar que los objetos nos acercan a las manos, gestos y pensamientos de las mujeres del pasado. E incluso que es fácil imaginar cómo fueron las mujeres las responsables de los espacios domésticos desde los orígenes de la humanidad. (Escoriza-Mateu 2007, en Escoriza-Mateu y Castro-Martínez, 2011, p. 99) Aunque parezca una paradoja, las publicaciones en esta disciplina son las que más sesgos reproducen. Un ejemplo de ello, que ayuda mucho a clarificar la cuestión, es la obra Culturas Ancestrales del Ecuador: lo masculino y lo femenino (Yépez, 2004). En los diferentes ejemplos expuestos por la autora vemos recurrentemente como lo que hoy se asocia con lo doméstico, - la acción de cocinar o los utensilios para preparar alimentos- se relaciona de manera automática con la 90 Por ejemplo los Buguis de Indonesia, los Hijras de la India, los Mahu de Polinesia, los Fa’afafine de Samoa, etc. 468 Impacto de las Mujeres en la Ciencia mujer. En este sentido Yépez sintetiza de la siguiente manera el desarrollo de la Cultura Valdivia: Algunas visiones feministas han propuesto que en estas sociedades la mujer pierde estatus, puesto que el desarrollo de la agricultura implica una forma de vida sedentaria donde el rol del extractivismo pierde importancia frente a la función de producir alimentos. En estas circunstancias la mujer perdería el control sobre la producción y con ello perdería importancia social. Sin embargo, la evidencia demuestra lo contrario, las mujeres gozan más bien de nuevos roles, los que son reconocidos dentro de las unidades domésticas. (Yépez, 2004, p. 26) Aunque, por falta de referencias, no sabemos a que visiones feministas hace mención el fragmento, el primer punto da por hecho la típica construcción de la prehistoria, aunque no tengamos evidencias empíricas de ello, en que la mujer se dedicaría a la recolección y el hombre a la caza. La aparición de la agricultura estaría, según refiere el texto, asociada con la perdida de estatus de la mujer, ya que perdería su rol de recolectora. Sin embargo, cuando la autora parece querer ser complaciente con la mujer del pasado, inmediatamente cae en la trampa del binomio doméstico/femenino, y le asigna a la mujer nuevos roles que serían los asociados con el hogar, de nuevo sin haber de ello ninguna evidencia empírica. Por otro lado, tenemos los estudios de James Zeidler (1984), basados en la asignación de género en función del análisis de los espacios habitacionales.91 Zeidler lleva a cabo en su investigación un estudio etnoarqueológico en el que establece una analogía entre las zonas habitacionales de Real Alto de la Cultura Valdivia y las viviendas de la Cultura Achuar actuales. García menciona que “Zeidler también las utilizó [a las figurillas femeninas] como herramienta para detectar áreas 91 También citado en Yépez (2004) como ejemplo de análisis que permite una aproximación a las relaciones de género. Género y conocimiento 469 de actividades femeninas, suponiendo que eran de factura doméstica” (García, 2008, p.38). Zeidler, en su análisis de la estructura 20, de la fase Valdivia III, encuentra un total de noventa y cuatro figurillas femeninas asociadas a las áreas de preparación de comida, actividad que el autor asocia con espacios femeninos al tratarse de tareas generalmente desarrolladas por las mujeres. En este sentido Zeidler concluye que “la figurina, en este contexto doméstico, se presentó dentro del ámbito de preparación de comidas, como fogones o áreas quemadas, con uso de cerámica y almacenamiento: ambas actividades asociadas al sexo femenino” (Zeidler, 1985, p. 443, en García, 2008, p. 36). Mientras vemos que todo lo relacionado con la cerámica y los fogones está automáticamente relcionado con la mujer, García, basándose en el estudio de Zeidler, asocia las evidencias materiales relacionadas con indicadores de tráfico y trabajo de conchas, con tareas y espacios masculinos (García, 2008, pp. 126,147). Y al mismo tiempo, todo lo que escapa de lo doméstico es relacionado con lo masculino como por ejemplo el espacio que en el sitio del Real Alto ha sido identificado como “Casa de Reuniones” o también llamada “Casa de hombres” (Marcos, 2015, p. 82), basándose en analogías etnográficas documentadas por Claude Lévi-Strauss de sociedades tropicales que él denominó primitivas (Marcos 2015, p. 85), reforzando así la idea de que los hombres siempre han sido los responsables de producir y reproducir cultura. García sostiene que las primeras cerámicas de américa fueron realizadas por mujeres92. Sobre una de las figurillas halladas en el Real Alto García menciona que “esta pieza nos parece interesante porque su factura no está terminada. Esto nos 92 https://www.eluniverso.com/noticias/2019/03/26/nota/7252388/rolmujer-valdivia-charla 470 Impacto de las Mujeres en la Ciencia indicaría que el lugar en el que se la fabricaba era el propio contexto doméstico donde fue hallada” (García, 2008, p. 94). Este dato empírico se entremezcla con el sesgo de los espacios estereotipados. García para sostener su hipótesis se basa en los estudios de Zeidler (1984) y concluye que las figurillas femeninas al haberse hallado, muchas de ellas, en contextos domésticos esto es indicador de que se han sido manufacturadas por mujeres. En este sentido, aunque la afirmación de García es poderosa y parece ser complaciente con las mujeres en el pasado, se sostiene bajo premisas erróneas y desde la mirada de la arqueología feminista no puede ser aplaudida ya que se sustenta en los estereotipos y roles occidentales. Es importante aclarar, que el estudio de la historia no debe buscar ser complaciente en base a géneros, etnias o clases sociales sino que debe visibilizar a todos sin aplicárseles ningún sesgo. De este modo, el propósito de la arqueología feminista no es dar con sociedades no patriarcales o más igualitarias en el pasado, sino más bien, acabar con la proyección del sesgo patriarcal de la sociedad occidental hacía el pasado y escribir una historia más justa. Por último, esta relación biológico-subjetiva que se ha establecido entre las mujeres y los espacios domésticos sigue presente en la interpretación volcada sobre uno de los enterramientos del sitio del Real Alto. Esta tumba se ha relacionado con una mujer de alto rango,93 por haberse encontrado, asociados a ella, una gran cantidad de objetos, como restos de piedra de molienda, manos de moler y metates partidos por la mitad. Además, se encuentra acompañada por otros entierros menores que se han relacionado con sacrificios periódicos en honor a la fallecida (Marcos, 1988). Este enterramiento ha sido interpretado por Yépez del siguiente modo: “El simbolismo que rodea al entierro principal tiene una aparente relación con el rol que cumplían 93 Ver capítulo “Los entierros Valdivia de Real Alto”, Marcos 1988. Género y conocimiento 471 las mujeres dentro de la actividad doméstica. Los metates utilizados en la preparación de la tumba se relacionan con el espacio doméstico que fue posiblemente su dominio” (Yépez, 2004, p. 26). Una vez más, se lanzan hipótesis que no solamente no están fundamentadas en una base empírica, sino que hacen una interpretación libre que reduce a la mujer asociándola con el espacio doméstico, cuando su ajuar funerario nos indica que era una persona que gozaba de gran estatus y respeto en su comunidad. Esta relevancia social que se podría inferir de los hallazgos, podría hablarnos más bien, de que su actividad cotidiana disfrutaba de un reconocimiento importante, como podría haber sido la medicina o la práctica ritual. En este caso, el registro arqueológico nos puede estar dando información muy valiosa que el sesgo patriarcal no nos deja ver con claridad. Conclusiones Como se ha podido analizar en este trabajo, la interpretación de los registros arqueológicos de la Cultura Valdivia que se han considerado en este trabajo, han construido un relato sesgado sobre ella. Se ha mostrado que las figurillas de Valdivia han tratado de ser entendidas solamente a través de los estereotipos de género construidos por la sociedad actual. Los estereotipos basados en el género de las sociedades actuales han establecido una imagen sobre las mujeres que las presenta como depositarias de una supuesta condición biológicasubjetiva que las hace naturalmente más aptas para las labores de cuidado y gestión de los espacios privados. Al proyectar estos constructos sociales sobre las mujeres hacia el pasado, las figurillas de Valdivia se transforman en símbolos de los estereotipos de género actuales, en el pasado. Se transforman así en Diosas de la fertilidad o en representaciones de las diferentes etapas del desarrollo fisiológico de las mujeres. Es difícil pensar que una de las consideradas altas culturas de 472 Impacto de las Mujeres en la Ciencia América, con una cosmovisión tan desarrollada como se puede presumir de sus figurillas abstractas, haya dejado una inmensa cultura material solamente dedicada a cultos a la fertilidad. Cuando al haberse hallado figurillas, en su mayoría femeninas, pero también en formas asexuadas, masculinas o abstractas, y en tan variados contextos de hallazgos, más bien nos indicaría una amplía variabilidad en su uso y, por lo tanto, no sería adecuado asignarles un solo uso ni un solo significado. Aunque la mayoría de las figurillas encontradas sean de mujeres, ninguna investigación las relaciona con el poder político de esa sociedad, por ejemplo. De la misma manera, se ha relacionado de manera sistemática los espacios que se han considerado más importantes, por su ubicación y posible relevancia, con actividades realizadas por hombres. Es necesario, sin duda, repensar el significado de estos registros, tanto en el caso de las figurillas como en el caso de los espacios, desligados de los estereotipos actuales, solamente de esta manera podremos acercarnos más fielmente a estructurar un relato histórico más justo y enriquecedor del actual que, queriéndolo o no, justifica de alguna manera estructuras de dominación y discriminación, en este caso, en contra de las mujeres. Síntesis curricular Thais Becerra Mayor es Licenciada en Historia del Arte y Magíster en Arqueometría por la Universidad Autónoma de Madrid y Magíster en Cooperación Internacional por la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente realiza los estudios de Doctorado por la Universidad de Alicante (España). Sus áreas de interés son el análisis de las sociedades del pasado con un enfoque crítico de las metodologías tradicionales, muchas veces sesgadas por cargas conceptuales contemporáneas. Género y conocimiento 473 En este sentido, sus investigaciones desarrollan un análisis multidisciplinar que incluyen herramientas desarrolladas por las ciencias sociales, así como las perspectivas de género y decolonial. Recientemente ha publicado Ruta de Patrimonio Histórico de Figueres por el Ayuntamiento de Figueres (2018) y ¿Por qué fracasó la Iniciativa Yasuní-ITT? por la Universidad Complutense de Madrid (2016). Referencias bibliográficas Bamberger, J. (1974). The Myth of Matriarchy: why men rule in primitive society. En M. Rosaldo, & L. Lamphere, Women, Culture and Society (págs. 263-280). Standford: Standford University Press. Crawford, O. (1957). The Eye Goddess. Londres: Phoenix House. Damp, J. (1982). La primera ocupación Valdivia de Real Alto: patrones económicos, arquitectónicos e ideológicos. Quito: Corpporación Editorial Nacional. Damp, J. (1988). La primera ocupación Valdivia de Real Alto: patrones económicos, arquitectónicos e idiológicos. 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