La lógica constructiva de la fortificación andalusí en Soria
Ignacio Javier Gil Crespo
La actual provincia de Soria ocupa un territorio que
históricamente ha estado envuelto en disputas por su
dominio y ha sido fortificado para defender la conexión del valle del Duero con los del Ebro (a través
del Jalón) y del Tajo. En torno a los siglos X y XII se
produce un proceso de fortificación muy intenso por
parte del Califato con el fin de frenar a León y Castilla en su avance hacia el valle y la cabecera del Duero, ya que en el momento en que se dominase este territorio, quedaría cortado o al menos en peligro la
comunicación entre las mesetas y el valle del Ebro:
entre Toledo y Zaragoza.
La fortificación andalusí en la cabecera del Duero
y la conexión entre los sistemas Central e Ibérico, territorio integrado en la actualidad en las provincias
de Soria, Segovia, Guadalajara y Madrid ha sido estudiada en profundidad (Zozaya 1984, 1991, 1994;
Manzano Moreno 1991; Retuerce Velasco y Cobos
Guerra 2002; Lázaro Carrascosa 2007; Daza Pardo
2015), así como sus aspectos históricos y sociales
(Bueno Sánchez 2012; Díez Herrera 2004; Acién Almansa 2008; García-Contreras Ruiz 2012). Fortalezas y ciudades importantes como Gormaz, Ágreda o
Medinaceli han sido objeto de estudios arqueológicos profundos (Zozaya y Banks 1984; Zozaya 1991,
1994; Schnell Quiertant 1999; Almagro Gorbea
2008). También se ha estudiado desde el punto de
vista territorial el sistema de atalayas que cubría y vigilaba las comunicaciones (Gaya Nuño 1944; Llul
Martínez de Bedoya, Huete, y Molina Bermejo 1987;
Caballero Zoreda y Mateo Sagasta 1988; Melendo
Pardo, Carnicero Arribas, y ARECO SL 2003; Lorenzo Celorrio 2003; Serrano-Piedecasas Fernández
2007), que en la actualidad está siendo intervenido y
puesto en valor. Además de los estudios generales,
particulares y clásicos sobre construcción andalusí
(Bazzana 1993; Azuar Ruiz 1995, 2005; Tabales Rodríguez 2000; Graciani García 2009; Soler Estrela
2009; Navarro Palazón y Jiménez Castillo 2011; Gil
Crespo 2016b), en el ámbito del que tratamos aquí se
han estudiado recientemente las técnicas constructivas (Daza Pardo 2015; Gil Crespo, Bru Castro, y Gallego Valle 2018). Sobre este cuerpo científico, lo
que esta comunicación pretende ofrecer es unas reflexiones sobre la lógica constructiva de estas fortificaciones más allá de la mera descripción de aparejos,
esto es: la construcción de una fortificación o de un
sistema fortificado responde a unas necesidades (militares-defensivas, políticas, administrativas) y a unos
recursos (materiales, humanos, económicos).
La Historia de la Construcción debe explicar la
técnica de la construcción, el conocimiento científico
que permite llevar a cabo la realización material de
un proyecto y los agentes que se encargan de los procesos de la obra. La elección de una técnica de construcción frente a otra puede responder a diversos factores: la carencia o la abundancia de materiales para
la construcción y para los medios auxiliares junto al
conocimiento técnico de los operarios, su formación,
especialización, su estructura jerárquica y organización laboral, la necesidad de ostentación frente a un
utilitarismo más frugal y, en el caso de la arquitectu-
526
I. J. Gil
ra defensiva, la emergencia defensiva y la capacidad
resistente a acciones externas específicas como asaltos, impactos o apertura de brechas.
Los objetivos de este trabajo es ofrecer una reflexión sobre la lógica constructiva que rige la edificación de las fortificaciones andalusíes califales en la
cabecera del Duero en el territorio que actualmente
administra la provincia de Soria, ordenando la información existente, mostrando el sistema fortificado
que estructura el paisaje y el territorio e incorporando algunos de los ejemplos menos conocidos y las
investigaciones más recientes. Se van a tratar las técnicas constructivas agrupando los ejemplos para tratar de entender su razón técnica y las características
comunes.
la razón tErritorial dE la fortificación
El interés de Roma por hacerse con el territorio de
Numancia no residía en ningún tipo de riqueza económica ni social, sino en el control de una región, la
Celtiberia habitada sobre todo por los Arévacos, que
es la comunicación natural entre tres grandes unidades morfoestructurales del relieve peninsular: las
cuencas de los ríos Ebro, Duero y Tajo. En efecto, el
territorio que ocupa la actual provincia de Soria se
estructura entre los sistemas Ibérico y Central, con
cumbres relativamente grandes al norte más la presencia del Moncayo, pero con una sucesión de sierras y páramos que hacen de entronque entre ambos
sistemas. Entre estas sierras se encauzan valles que
vierten al Duero o bien al Jalón y al Ebro. Es a través de estos afluentes cómo se ha organizado históricamente el sistema de comunicaciones.
La visión romana de la Península Ibérica no está
orientada de norte a sur como en la actualidad, sino
que se pensaba desde el Mediterráneo (donde estaban los puertos principales de Tarraco o Cartago
Nova) hacia el interior. Durante las Guerras Hispánicas entre Roma y Cartago y la posterior conquista
de la península por los romanos, se emplearon los
valles de los ríos y las sendas vernáculas como vías
de transito de sus ejércitos, y fueron la base de la
posterior red de calzadas romanas (Taracena Aguirre
1934, 259-61). Por el curso del Jalón se organizaba
el paso entre los valles del Ebro y del Tajo y, por los
afluentes del Jalón (Manubles, Henar, Nágima), se
producía la comunicación con la cuenca del Duero.
Ésta será la base de la futura vía XXIV del itinerario
de Antonino. Es éste el territorio que controlaban los
Arévacos; y éste es el territorio en el que Roma no
podía permitirse ningún problema que interfiriese en
un nudo de comunicaciones que afectaba a buena
parte de la Península. Por este motivo las guerras
numantinas duraron 20 años, hasta que los romanos
tuvieron que contravenir sus propias leyes y costumbres e incluso tuvieron que adelantar la fecha de
elección de los cónsules en 153 a.C. de los idus de
marzo a las calendae de enero, cambiando así el año
consular y marcando la base para la posterior reforma juliana del calendario que hará que hoy día el
año comience el 1 de enero (Schulten 2004; Jimeno
Martínez et al. 2002; Jimeno Martínez y de la Torre
Echávarri 2005).
Varios siglos más tarde, el territorio volverá a estar
en litigio. El avance de la corona de León y más tarde de Castilla obliga al califato de Córdoba a fortificar la Marca Media y a trasladar la capital desde Toledo a Medinaceli. Durante la Edad Media, se
produce en esta zona la frontera entre Castilla y Aragón. La falta de accidentes naturales que formasen la
frontera hizo que la frontera se tuviese que definir
mediante la defensa de los valles de los ríos y las
vías de comunicación.
El sistema territorial se articula en torno a unas
ciudades importantes como Ágreda y Medinaceli y
grandes fortalezas, como Gormaz y, posiblemente,
Peñalcázar (Gil Crespo 2014a). Entre ellas se tiende
una red de atalayas y pequeñas fortificaciones que
controlan visualmente, sirven de apoyo militar con
una reducida guarnición y de organización del espacio social. La Crónica Silense las menciona como
«turres omnes vigiliarum barbarico more … atque
municipia in valle Horcecorex ob tuitionem arantium
boum per agros passim constructa» (citado por Melendo Pardo, Carnicero Arribas, y ARECO SL 2003,
171). Las atalayas se situaban en bordes de parameras o puntos altos con gran control visual de las comunicaciones (Torre Melero, El Tiñón, Carrascosa,
Uxama, El Burgo de Osma, El Enebral, Quintanilla,
La Ojaraca...), pero también en vados de ríos y fondos de valle junto a los caminos (Cántabos, Ontalvilla, Liceras, Montejo de Tiermes, Mosarejos, Nograles, Navapalos…), jalonando de esta manera los
caminos y las rutas militares teniendo como referencia en muchas ocasiones las grandes fortalezas de
Gormaz, Berlanga, San Esteban o Atienza (Retuerce
Lógica constructiva de la fortificación andalusí en Soria
527
Figura 1
Sistema de atalayas: La Veruela y La Ojaraca en Caltojar
Velasco y Cobos Guerra 2002). En ocasiones forman
sub-sistemas entre ellas, como es el caso de las dos
de Caltojar (La Ojaraca, en alto, y La Veruela, en el
valle), desde las cuales se divisa, respectivamente,
Gormaz y Berlanga.
Por lo tanto, el espacio geográfico que hoy ocupa
la provincia de Soria (que difiere en sus límites septentrional y meridional con otras divisiones administrativas históricas, pero no en el frente oriental que se
ha mantenido inalterado) es un territorio densamente
fortificado con elementos de gran importancia histórica y de gran valor tecnológico y patrimonial, además de ser representativos de todas las etapas y avances técnicos desarrollados durante el periodo
medieval (Gil Crespo 2016a).
lee en el Muqtabis V (Ibn Ḥayyān 1981, 110-11,
126-27):
fábricas dE tapia dE tiErra
En Ayllón se han datado los restos como pertenecientes al siglo X (Zamora Canellada 1993), si bien
parece haber discrepancias en la datación de estos
restos (Jiménez Esteban 2005). En cualquier caso,
son anteriores a las reformas que María de Molina
realiza en este cerro con la construcción de la torre
La Martina en el cambio del XIII al XIV (Cobos
Guerra y Castro Fernández 1998, 69; Cooper 2015,
502-8), que reviste una muralla previa. En la parte
norte del cerro que domina la población se conserva
un tramo amurallado con cubos de tapia de tierra, denominado Los Paredones, cuyas características constructivas hemos analizado en otro estudio (Gil Crespo 2016b). Es destacable la presencia de maderas de
construcción, con medias agujas y sistemas internos
Las fábricas de tapia de tierra aparentan ser las más
antiguas, quizá previas o al menos en uso a comienzos del siglo X, a juzgar por su empleo en las fortificaciones occidentales y por las reparaciones históricas que aún se aprecian. Esto no significa que todas
las tapias de tierra han de ser coetáneas, pero lo cierto es que en lo que las crónicas llaman los «confines
del país» (esto es, el valle del Duero a la altura de
San Esteban de Gormaz) se conservan fábricas de
esta técnica o sus huellas en Ayllón, San Esteban
(Castro Muros o Castro Moros), Caracena y la primitiva Gormaz. Estas fortalezas quedaron bastante
dañadas en los enfrentamientos del siglo X, como se
El 14 de rabi (4 de septiembre de 917) [an-Nasir, esto es,
Abd al-Rahmán III] sitió la fortaleza de Castro Muros
[San Esteban de Gormaz], donde se habían congregado
los paladines de Castilla, que lucharon con los musulmanes a sus puertas en recia batalla, en la que ambos bandos dieron muestra de gran tesón, pareciendo los musulmanes victoriosos y estando a punto de triunfar contra
los de la fortaleza.
En este año [920] tuvo lugar la expedición de anNasir conocida como de Muez contra territorio enemigo
… donde penetró de lleno, hollando sus llanos y alcanzando los confines del país, que asoló, destruyendo las
fortalezas de Osma y Castro Muros con los correspondientes baluartes y torres, y gran número de conventos e
iglesias.
528
I. J. Gil
Figura 2
Los Paredones del castillo de Ayllón desde el norte, con la presencia de torres de flanqueo macizas de planta rectangular
de atado que también aparecen en San Esteban y Caracena. Estas dos poblaciones se encuentran en los
caminos que comunican Ayllón con Gormaz, que estuvieron bastante transitados a lo largo del siglo X:
El ejército partió de esta acampada e hizo alto junto a la
fortaleza de Gormaz, en el Duero, a 10 millas de Ayllón,
y desde allí fue a la acampada de Qastr.b, a 5 millas de
Gormaz (Ibn Ḥayyān 1981, 256).
En Ayllón se conservan restos de las torres de
planta rectangular y macizas que flanqueaban los
muros. Estas torres están separadas entre sí unos 20
metros. Estos datos son importantes, como luego se
verá a la hora de interpretar el interior de la fortaleza
de Gormaz.
Para comunicar las fortalezas de Ayllón y Gormaz hay dos vías posibles. La primera sigue el trascurso del río Pedro desde Ligos hasta Peñalba de
San Esteban (donde quedan restos que indican la
presencia de una fortificación) para alcanzar el
Duero en San Esteban. Desde aquí no resta más que
continuar por el valle del Duero, pudiendo cruzarlo
en Navapalos, en Vadorrey (Morales) o bajo el castillo de Gormaz.
En San Esteban, el primitivo castillo se situaba en
el paraje conocido como Castro Muros o Castro Moros, con mejor posición topográfica y visual sobre el
valle que el actual castillo bajomedieval. Se conservan algunas tapias, cuya construcción revela ser similar a la de las murallas urbanas. Estas murallas es-
Figura 3
a. Alzado de la muralla de tapia de tierra de San Esteban de Gormaz, identificando los niveles y la dirección del proceso
constructivo a partir de las improntas que, a pesar de la erosión, aún se perciben; b. Detalle de las medias agujas con sistema de anclaje
Lógica constructiva de la fortificación andalusí en Soria
tán en un estado de conservación preocupante, dado
que la erosión de sus paramentos ha mermado su volumen y sus aristas. Aun así, se puede leer el proceso
constructivo de la tapia. Las excavaciones arqueológicas habían desvelado que la base de la muralla en
la cercanía de la Puerta de San Gregorio (cuyo cubo
es de sillería a tizones, como se expondrá más adelante) está datada en el siglo X (Heras 1997; García
Palomar 2001), sin embargo se albergaba la duda de
la datación de la estructura emergente. Esta duda ha
sido solventada por Antonio Almagro, quien amable
y generosamente me ha facilitado unas pruebas de
529
C14 realizadas sobre agujas y maderas de construcción de esta muralla que determinan claramente la
datación en de esta muralla en el siglo X.
Un aspecto singular es la incorporación de una estructura interna de madera en la parte superior de la
muralla, con pies derechos incorporados dentro de la
fábrica apoyados en agujas, formado una suerte de
armazón superior que quizá pudo servir para soportar
un cadalso, adarve volado o simplemente ser un refuerzo del parapeto y/o del remate almenado que
pudo tener la muralla. Otra vez más, ha sido Antonio
Almagro el que nos ha puesto en la pista sobre la uti-
Figura 4
Planta del entorno del castillo de La Raya. La línea a trazos une los restos de tapia de tierra diseminados en el entorno y
aprovechados en el castillo, dibujando la planta hipotética de la fortificación, posiblemente andalusí, previa al castillo bajomedieval: a. Castillo; b. Ermita; c. Foso excavado en la capa superior del bocacerril del páramo de roca caliza; d. Puerta del
castillo; e. Restos de tapia de tierra que tienen continuidad con los conservados dentro del castillo; f. Resto de tapia de tierra encamisada en el interior de un torreón del castillo; g. Restos de la base de mampostería y del calicostrado de una tapia
de tierra; h. Aljibe colmatado de escombros recientemente identificado
530
I. J. Gil
lización de unos palos verticales dentro de la masa de
tierra en las murallas (bastante más tardías) de Mequinez (Marruecos).
La segunda comunicación con Ayllón discurre hacia el sur, remontando el río Caracena hasta llegar al
valle del Pedro y, pasando por Liceras y Montejo, subir hasta Ayllón. Bajo el actual castillo señorial y artillero de Caracena se esconden unas fábricas andalusíes que muestran características similares con las
anteriormente descritas, si bien aquí la tapia se construye inclinada. Aquí también se conservan las medias agujas embebidas en sus agujales (Gil Crespo
2016b). Esta tapia primitiva se reviste y recrece posteriormente con una mampostería de tizones inclinados. Este encamisado es similar al de Gormaz, con la
diferencia de que en éste último no se ha conservado
la tierra.
Estas fábricas nos sirven para conocer y entender
la tapia originaria y desaparecida de la primitiva fortaleza de Gormaz, de época precalifal (Zozaya 1994;
Almagro Gorbea 2008), que será comentada en el último epígrafe de este estudio.
Al este de la provincia, lindando con la de Zaragoza, y por tanto haciendo «raya» entre Castilla y
Aragón, se encuentra el castillo de La Raya, en
Monteagudo de las Vicarías. En un torreón del castillo se conserva una tapia de tierra que en mi tesis
doctoral y posteriores publicaciones (Gil Crespo
2013, 2014b, 2015, 2016a) interpreté erróneamente
como un relleno cuando, tras visitas más atentas, se
trata de un muro de tierra muy deteriorado que es
encamisado por el de mampostería. En otras partes
del castillo bajomedieval se aprecia la huella del basamento de la primitiva tapia, además de en la parte
exterior del castillo, donde se conservan los arranques de unos muros de tapia rotas por el foso del
castillo. Estas tapias, junto con el aljibe recientemente identificado denotan la existencia de una fortificación primitiva, quizá de época andalusí, pero
que no se puede datar hasta realizar estudios arqueológicos más completos.1
En este territorio no se han constatado más fábricas encofradas que la tapia de tierra, y con unas características particulares que las diferencian de otras
fábricas como pudieran ser las norteafricanas más
tardías (Gil Crespo, Bru Castro, y Gallego Valle
2018). En alguna atalaya, como la de Quintanilla, se
percibe cierto afacetamiento de los paramentos cilíndricos o troncocónicos, lo que podría interpretarse
como derivado del uso de encofrados o cajones de
madera que, a modo al menos de guía, ordenasen la
puesta en obra de la mampostería. Sin embargo, la
ausencia (o la ocultación) de marcas constructivas
que denoten el empleo de agujas así como de marcas
de unión entre cajones parce indicar lo contrario. No
obstante, esta duda persiste.
fábricas dE mampostEría dE piEdra
Las fábricas de mampostería, por ser las más comunes, no dejan de tener interés, ya que su empleo re-
Figura 5
Aparejos regulares de mampostería o sillarejos en Belimbre (Santa María de Huerta) y La Ojaraca (Caltojar)
Lógica constructiva de la fortificación andalusí en Soria
vela unas exigencias constructivas muy evidentes.
Se encuentran mamposterías regulares, donde se
buscan y seleccionan los mampuestos para que tengan tamaños similares y se carean un poco con el
fin de que las hiladas sean horizontales y regulares,
como es el caso del castillo de Belimbre, en Santa
María de Huerta, o de varias atalayas como la del
monasterio de Cántabos (Fuentelmonge), La Ojaraca (Caltojar) o Torre Melero (Riba de Escalote), entre otras fábricas.
El proceso constructivo consiste en colocar las piedras sobre un lecho de mortero fresco y aproximarlas,
sin mortero en las llagas, para formar niveles horizontales. Una vez completado una hilada, se vierte un
tendel de mortero, se le pasa la llana y se continúa
con el siguiente nivel constructivo. Es una construc-
531
ción económica, que cuando se realiza con detenimiento, construye muros muy ordenados y potentes.
Sin embargo, hay otro aparejo de la mampostería
que no requiere de labra y que denota una puesta en
obra acelerada: el aparejo inclinado o a espiga. Las
piedras no se seleccionan ni se trabajan, sino que se
colocan apoyadas unas en otras con una inclinación
de manera que las más largas se tienden más que las
más cortas buscando una cierta horizontalidad del
nivel. No obstante, esta horizontalidad se garantiza
no con la piedra, que se coloca en seco, sino con la
gruesa capa de mortero que se vierte una vez completado el nivel. Choisy explica que este tipo de fábrica, en la arquitectura bizantina, aseguraba que el
mortero fraguase antes de secarse en caso de no tener tiempo suficiente de endurecerse durante la
Figura 6
Planta del castillo (bajomedieval) de Caracena con indicación de las fábricas de tierra y sus recrecidos de mampostería inclinada
visibles en el muro exterior del castillo (donde además cierra una brecha en la tapia) (a) y en el muro sur del patio de armas (b)
532
I. J. Gil
Figura 8
Detalle de la puesta en obra de los mampuestos en la atalaya de Navapalos
Figura 7
Axonometría constructiva de una atalaya
emplearla de manera sistemática y por una necesidad de rapidez en tener operativas las fortificaciones (Choisy 1883, 8).
El aparejo de mampuestos inclinados se utilizó
para reformar o reconstruir algunas fortificaciones
que habían quedado dañadas, encamisando o recreciendo sus primitivos muros. Así ocurre en Caracena,
donde sobre una tapia de tierra inicial, que se advierte derrocada y arruinada, se levantan hiladas de
mampostería a espiga. Estas fábricas serían más tarde vueltas a encamisar e incorporar a la fábrica del
castillo bajomedieval.
Algunas de las atalayas en el entorno de Gormaz
también se levantan con esta técnica, como es el
caso de Navapalos. Se observa que cuando se termina cada hilada se le pasa la llana para enrasar. Con
el mortero aún fresco, se comienzan a colocar los
mampuestos del nivel siguiente. En las juntas verticales entre mampuestos no se dispone de mortero;
esto sugiere la celeridad en la construcción. Volvemos a encontrar el empleo sistemático de estos
mampuestos inclinados en la reforma de Gormaz,
como se expondrá en el último epígrafe de esta publicación.
fábricas dE sillEría
puesta en obra. Este singular aparejo se repite en
muchos de los muros de las fortificaciones andalusíes de Soria, lo cual advierte de una decisión de
La arquitectura califal andalusí se ha caracterizado
en varias ocasiones por el uso de aparejos de sillería
Lógica constructiva de la fortificación andalusí en Soria
533
Figura 9
Detalle de las zarpas escalonadas de Gormaz, Soliedra, Barca y Medinaceli
denominados califales en los que se alternan las piezas dispuestas a soga con las colocadas a tizón, en diversos ritmos. La sillería es casi una marca distintiva
de las grandes construcciones estatales, como los casos de Medina Azahara, Córdoba, Ceuta, Mérida o
Vascos (Azuar Ruiz 1995; Pavón Maldonado 1999;
Gurriarán Daza 2008; Bru Castro 2015; Gil Crespo,
Bru Castro, y Gallego Valle 2018).
Además de los muros exteriores de Gormaz, quizá
los más conocidos, en el territorio soriano se conservan otras fábricas de sillería cuanto menos espectaculares en lo que respecta a la calidad de su labra,
como Mezquetillas o Conquezuela, además de otros
restos de menor volumen (aunque revelan construcciones que fueron cuidadas por el aparejo de soga y
tizón o de tizones que aún se puede observar) como
Alcubilla de las Peñas, Barca, Morales, Liceras o los
reutilizados como base de una torre más moderna en
Soliedra o en el campanario de Bordecorex. También
en las murallas y La Muela de Ágreda, donde se
abrían unos arcos califales de herradura, se emplea la
sillería (Gaya Nuño 1935; Ortego y Frías 1980; Benito Martín 1995; Schnell Quiertant 1999; Senent
Díez 2002; Casa Martínez 2011).
Figura 10
Cubo de la desaparecida puerta de San Gregorio en San Esteban de Gormaz, junto a un dibujo del siglo XIX por Isidro Gil
que reproduce la puerta (Rabal 1889, 370)
534
I. J. Gil
Sobre las murallas de Medinaceli hay más incertidumbres que datos sobre su datación, además de que
la falta de estudios arqueológicos metódicos no permite conocer la parte colmatada por escombros (Bertrand y Bertrand 1972; Cobos Guerra 2017). No obstante, hay ciertos detalles tipológicos, como las
zarpas escalonadas de la base de los muros, que podrían ponerse en relación con otras fábricas andalusíes cercanas (Gormaz, Soliedra, Barca, Mezquetillas, Conquezuela…).
Con todo, hay tres fábricas en que las sillerías a tizones destacan por su calidad. Una es el torreón circular al cual se adosó la puerta de San Gregorio en
San Esteban de Gormaz, donde, a pesar de algunas
intervenciones agresivas que ha sufrido (como su intento de alicatado), se advierte una fábrica de gran
calidad constructiva de sillares dispuestos a tizón con
delgadas juntas de mortero de cal. En 1997 se realizaron unas excavaciones arqueológicas en el entorno
de esta puerta, revelando que la cimentación de la
muralla se realizaba con bloques de caliza (denominada «piedra nuez» en la zona) rectangulares a tizón
de 2 m de ancho y con unas hiladas a soga y tizón,
sobre la que apoyaba la perdida (en esta área) muralla
de tapia de tierra (Heras 1997; García Palomar 2001).
Las otras dos fábricas de sillería mejor conservadas son las de las antiguas fortificaciones reformadas
en iglesias de Mezquetillas y Conquezuela, que se
perfilan como las más interesantes. Se trata de sendas
iglesias que aprovechan los muros de antiguos torreones rectangulares y que adaptan su planta en tres
lados, desmontando uno para formar la cabecera, y
recreciendo la altura necesaria para construir la iglesia. Aún con estas transformaciones, los alzados de
sus muros muestran una sillería califal de refinada
calidad.
En Conquezuela se emplean sillares a tizón y soga,
sin seguir un ritmo establecido. Es apreciable el nivel
de labra, que llega a concertar varios sillares. La fortificación reutilizada debía tener planta rectangular,
con talud.
La sillería de Mezquetillas alcanza un grado de trabajo de espléndida finura, tanto que las juntas entre
sillares llegan a ser milimétricas. La planta de la actual iglesia aprovecha tres de los lados del torreón andalusí: sólo la zona de la cabecera fue desmontada y
parece que sus sillares reutilizados en la nueva construcción (Gaya Nuño 1935, 151-55; Gaya Nuño 1946,
202-4; Daza Pardo 2015; Arrieta Berdasco 2015).
Toda la parte inferior de la torre, que también presenta una zarpa escalonada en los primeros niveles, es de
fábrica de tizones. Sólo en la zona superior del muro
sur, a partir de la decimocuarta hilada, hace su intervención el característico aparejo califal de una soga
entre tres tizones. Las juntas entre sus sillares son milimétricas hasta un punto de extrema exquisitez. La
regularidad de sus niveles horizontales —no precisa
en ningún punto de concertar el aparejo, como sí ocurre en Conquezuela— no lleva, sin embargo, de la
mano una regularidad en las dimensiones. Aunque todos los niveles rondan los 45-50 cm (un codo) no hay
una intención de exactitud en mantener esta dimensión. Lo pragmático de la construcción —en este
caso, la forma y el tamaño de la piedra de la que se
Figura 11
Alzados comparados de las fábricas de sillería de Mezquetillas y Conquezuela
Lógica constructiva de la fortificación andalusí en Soria
extrae el sillar— prevalece sobre la intención proyectual de igualar dimensionalmente la obra.
Aunque este conjunto, por sí significativo, no llega
a la importancia y desarrollo de otras arquitecturas
que expresan la potencia del califato, sí pueden formar parte del programa estatal de fortificación, siendo la expresión de unas directrices de construcción
comunes y que se encuentran repartidas por todo el
califato. La orden y las directrices para la construcción de fortificaciones nacen desde la estructura estatal de funcionarios encargados por el califa, como el
caíd de la Marca Media Durri ibn ‘Abd al-Rahman,
quien tuvo el cometido de la construcción del alcázar
de Toledo y de las fortificaciones entre Atienza y Talavera (Ibn Ḥayyān 1981, 295), o el visir Galib ibn
‘Abd al-Rahman, que se encargó de reconstruir Medinaceli y Gormaz en 946 y en 965-966, respectivamente (Gurriarán Daza 2004). La decisión, la orden
y la dirección de la construcción de una obra de estas
características surgen de la estructura estatal, pero el
desarrollo técnico se lleva a cabo por operarios locales, cuya calidad técnica a veces no alcanza el estándar oficial (Manzano Moreno 1991, 154; Gurriarán
Daza 2004).
En este sentido, es interesante la cita de Ibn Hayyan sobre el envío, por parte de Abd al-Rahman III
a Musá b. Abi l-Afiya, de obreros para la construcción del castillo de Yara en el año 935-936:
535
An-Násir le respondió en excelentes términos a esta
carta, favoreciéndole en extremo y secundando su solicitud de construir su fortaleza, pues le mandó a Muhammad b. Walid b. Fustayq, su protoarquitecto, con 30
albañiles, 10 carpinteros, 15 cavadores, seis hábiles caleros y dos estereros, escogidos entre los más hábiles de
su profesión, acompañados de cierto número de herramientas y accesorios para los trabajos que ejercían,
todo lo cual le hizo llegar el sultán para superar el periodo que duraría el trabajo requerido, llevando también
a Musa abundantes vituallas para sustento de él y los
suyos, con que los reanimó a más de preciosos regalos
de variadas telas y tapices valiosos y otros peregrinos
objetos de consideración, cual nunca le diera (Ibn
Ḥayyān 1981, 290).
Se constata la presencia de un protoarquiecto y la
existencia de alarifes profesionales, que serían ayudados por obreros locales y, en algunos casos de
emergencia militar, por las propias tropas, como también se recoge en estas crónicas y de lo que ya hemos
tratado en un reciente artículo publicado (Gil Crespo,
Bru Castro, y Gallego Valle 2018).
un caso complEto: El castillo dE gormaz
Se han visto hasta ahora tres técnicas: tapia de tierra,
mampostería de tizones inclinados y sillería califal.
Hay un caso en el que se aglutinan y superponen las
Figura 12
Vista exterior de Gormaz con el puente sobre el río Duero en primer término
536
I. J. Gil
Figura 13
Planta de la fortaleza de Gormaz. Se indica, en un tono blanco, la extensión de las improntas que denotan la existencia de
una fábrica de tapia de tierra previa que es encamisada por la mampostería inclinada y la sillería
tres, un caso de extrema singularidad, importancia y
calidad: el castillo de Gormaz.
La poderosa imagen exterior de la fortaleza de
Gormaz es impactante: en la escala territorial, por su
emplazamiento topográfico; en la escala cercana,
por sus fábricas de sillería con aparejo a sogas y tizones y la presencia grandiosa de la magnífica puerta de arco de herradura. Gormaz, aunque también es
un recinto defensivo para albergar una tropa militar
y punto de vigilancia del paso del Duero por el
puente que lo cruza a los pies de la fortaleza, es una
propaganda del Califato de Córdoba en los límites
con el reino de León y con el condado (y luego reino) de Castilla.
La fortaleza de Gormaz domina un cerro testigo de
forma alargada a cuyos pies discurre el río Duero y
cuyo valle domina. El campo visual del castillo abarca un territorio enorme en todas las direcciones y es
una de los fundamentos de la estrategia de dominio
territorial basada en el control y la comunicación visual. La cresta del cerro se fortifica con un muro
flanqueado por torreones cuadrangulares. En el extremo oriental se levanta la zona palaciega y alcazaba, que fue ampliamente transformada a finales de la
Edad Media. En la proa occidental se ubica un potente torreón con estelas talladas con significación espiritual como protección de los genios maléficos. No
obstante, el elemento más sobresaliente del castillo
es su puerta monumental, que ha sido estudiada por
Antonio Almagro (Almagro Gorbea 2008).2
Los muros exteriores son de sillería con sogas y tizones. A pesar de que en algunos tramos hay cierto
ritmo del aparejo (s-t-s; s-t-t-s; s-t-t-t-s…) no se
mantiene en todo el paramento. La base de los muros
se ensancha con zarpas escalonadas formadas principalmente con tizones. Esto se advierte en otras fortificaciones de la zona, como Soliedra.
Las torres están distribuidas a lo largo de todo el
perímetro con una separación entre los 16-18-20 m, y
se conservan fundamentalmente las del lado norte y
parte de los lienzos del sur. Estas torres, actualmente,
están huecas. Estas torres coinciden en gran medida
en su forma, dimensiones y separación con las del
castillo de Ayllón. Por este motivo se puede pensar
que la fortaleza primitiva de Gormaz no diferiría mucho de las características que aún se conservan en
Ayllón.
Pero detrás de esta potente y buscada imagen se
encuentran diversas fases de construcción. Basta observar las cortinas y torres desde el interior del castillo para advertir que la construcción se hizo rápidamente encamisando y recreciendo los muros previos,
posiblemente de tapia de tierra, como bien advirtió
Antonio Almagro (Almagro Gorbea 2008). Lo que
hoy se ve desde el interior es el negativo de un primitivo núcleo posiblemente de tapia de tierra (¿similar
a Ayllón, San Esteban y Caracena, quizá?) que pudo
quedar dañada con las incursiones leonesas y castellanas de 934 (Cobos Guerra y Castro Fernández
1998, 38-39; Sanz Antón 2008). En efecto, hacia el
año 965 el general Galib recibe el encargo de refortificar al-Ṭagr al-awsaṯ (Marca Media). Para esto debió emplear a las tropas, pero bajo una dirección y
unas instrucciones precisas que denotan la capacidad
organizativa de la construcción califal. Los viejos
muros de la fortaleza primitiva se revisten y se repa-
Lógica constructiva de la fortificación andalusí en Soria
537
Figura 14
a. Vista del interior de una torre con el recrecido del cuerpo de guardia y de una cortina en el frente norte de Gormaz. Obsérvese cómo la parte superior de la fábrica de mampostería en la cortina vuela, indicando que originalmente se apoyaba
sobre una fábrica de tierra, hoy perdida. b. Detalle de la fábrica de mampuestos inclinados sin mortero en las llagas y con
gruesos tendeles de regularización
ran con un forro de mampostería de tizones inclinados sobre una gruesa cama de mortero con la previsión de que la cara exterior se realiza en una cuidada
sillería que le otorga una categoría oficialista y estatal a esta fortaleza.
La reforma del siglo X reviste por el exterior las
fábricas primitivas de tierra con torres cuadrangula-
res macizas y eleva la altura de las torres con muros
de sillería y mampostería. Sobre las torres se disponen cuerpos de guardia con saeteras en los flancos y
el frente. La presencia de revestimiento indica que
estuvieron cerrados y cubiertos. El adarve y parapeto
posiblemente fue almenado, a juzgar por las improntas que permanecen en la parte de la alcazaba, si bien
Figura 15
Axonometría constructiva que explica el proceso de reparación de la fábrica primitiva de Gormaz
538
I. J. Gil
esta parte es la más alterada por su uso posterior en
la Baja Edad Media. La reparación de Gormaz debió
ser parecida a la que narra la crónica de Abd al-Rahman III sobre la reconstrucción de las murallas de
Évora en 913:
Conmoviéronse todas las gentes de occidente, y los demás, fuertemente con lo ocurrido a los de Evora y, temiendo grandemente al enemigo, comenzaron a reparar
sus murallas, proteger sus puntos débiles y fortalecer sus
baluartes diligentemente. Fueron los de Badajoz, la mayor de sus ciudades, quienes mejor lo hicieron, gracias a
su poderío: como la muralla de su alcazaba hasta entonces era de tierra apisonada y adobes, obra de su primer
emir ‘Abdarrahmán b. Marwán al-Yilliqi en los primeros
tiempos en que estuvo con ellos, hablaron a su señor,
‘Abdalláh b. Muhammad b. ‘Abdarrahmán b. Marwán b.
Yünus, de que habían decidido fortificar la zona por el
pavor que les había producido lo sucedido a sus hermanos de Évora, resolución a la que les animó, supervisando los trabajos en persona, en unión de sus capataces y
obreros de la construcción de la muralla y fortificación
de su coronación, haciendo que tuviese una anchura de
diez palmos, en un solo bloque y continuando el trabajo
hasta terminarlo con la mayor celeridad dentro de este
mismo año (Ibn Ḥayyān 1981, 83).
Esto es: una primitiva muralla de tapia de tierra
queda arruinada por causas bélicas y se repara rápidamente para que tenga un grosor resistente y fortificando su coronación. Con todo, la fortaleza de Gormaz es un compendio de las técnicas constructivas
empleadas durante la dominación andalusí de este territorio hasta los siglos XI-XII (Gormaz se reconquista en 1060; la parte oriental del Duero y el valle
del Jalón, entre 1119 y 1124 por parte de Aragón). Se
han interpretado estas reparaciones como pertenecientes a la intervención del año 965, pero exite mayor diversidad de técnicas y fases de intervención, lo
que parece indicar que no son las únicas reparaciones
de la fortaleza. Desde esta puesta a punto de Galib en
965-966 hasta la reconquista por Fernando I hay 94
años de asedios y ataques cristianos que, con toda seguridad, tuvieron que provocar daños y reparaciones,
aunque no estén documentadas. Se necesita, por tanto, un estudio atento y completo de la historia particular de la construcción, destrucciones y reconstrucciones de la fortaleza de Gormaz.
conclusionEs
La construcción califal en la frontera de la Marca
Media tiende a ofrecer una imagen potente, dentro de
la línea oficialista de las construcciones estatales, si
bien el acabado no puede estar tan bien cuidado
como las arquitecturas de la capital y sus cercanías.
La celeridad en la construcción en una zona de frontera donde se están produciendo actividades bélicas
continuas y donde las fortificaciones cambian de
mano constantemente hace que se tengan que levantar y/o reparar con técnicas que no necesitan una
mano de obra especializada (aunque sí bien dirigida)
ni unas técnicas que requieran herramientas ni medios auxiliares complejos ni grandes esfuerzos económicos. No obstante, a la vez, la imagen que se requiere y ofrece es de gran potencia y calidad. Por eso
conviven, a veces en la misma obra, técnicas económicas como la mampostería inclinada a espiga con
técnicas «finas» como la sillería de sogas y tizones.
Es lo que ocurre en Gormaz: por un lado, esta gran
fortaleza debe reflejar el aparato estatal a modo de
propaganda que le otorgue de una imagen potente,
permanente y de superioridad técnica. Es algo más
que un mero reducto de fuerzas militares: es la imagen de unidad y poder del califato cordobés ante el
reino de León y el condado y posterior reino de Castilla. Pero, a la vez, debe construirse rápido y reparar
la primitiva fortaleza emiral que había quedado dañada tras los enfrentamientos del siglo X.
Lo que se constata al estudiar la construcción andalusí en este territorio es la profunda sistematización de las técnicas. En los casos de fortificaciones
menores del sistema, como las atalayas, se tiende a
emplear la mampostería más o menos regular, aunque colocada de forma rápida. En otras ocasiones, y
sobre todo en las reparaciones, la mampostería es totalmente irregular, siendo el tendel de mortero el que
regulariza los niveles constructivos.
Se han presentado aquí una serie de fortificaciones
pertenecientes a un sistema que, si bien tiene un gran
número de elementos, hay lagunas por la pérdida, reutilización o desconocimiento de castillos y torres que
debieron ser importantes, como son los casos de Gómara o Peñalcázar (Gil Crespo 2014a). El sistema se
completaría con la presencia de alquerías y entidades
de población rural ligadas a la ciudad (medina) como
centro de poder civil y económico y el castillo (hisn)
como centro militar (Bueno Sánchez 2009, 2012).
Lógica constructiva de la fortificación andalusí en Soria
Estas reflexiones sobre la lógica de la construcción
andalusí en la actual provincia de Soria están incompletas hasta que se hagan estudios específicos sobre
aspectos de la construcción como la composición de
los morteros y su posible sistematización (dosificaciones y estándares de mezclas de cal y yeso) en la
parte de la fábrica en que se usa, como se está estudiando en otros restos y yacimientos (Peña Ruiz, Gallego Valle, y Molero García 2018). Otro campo de
estudio abierto es la búsqueda de improntas constructivas que expliquen los medios auxiliares de construcción, como andamios, apeos, anclajes y reparaciones durante el proceso constructivo.
notas
Esta comunicación pretende ser una puesta al día y
mostrar unas reflexiones sobre la lógica constructiva
de las fábricas con las que se levantaron las fortificaciones andalusíes en el territorio de la actual provincia
de Soria. Nace de, y desarrolla, la ponencia oral presentada en el Seminario Patrimonio rural/defensivo de
Al-Andalus, la construcción de un paisaje. Últimos
avances en su conocimiento, proyecto y conservación
celebrado en Baeza en octubre de 2018 y organizado
por la Universidad Internacional de Andalucía. Sobre
la historia, las relaciones territoriales y la arqueología
de estas arquitecturas defensivas se ha estudiado y escrito mucho (y, en muchas ocasiones, bien). Para la redacción de estas notas han sido de gran ayuda los comentarios y la información facilitada por Antonio
Almagro así como por Elena Heras (JCyL). Algunas
de estas fortalezas se han recorrido y disfrutado con la
compañía y magisterio de los arqueólogos Miguel Ángel Bru Castro, David Gallego Valle y Pablo Schnell
Quiertant y las arquitectas Estefanía Herrero García y
Sanaa Niar. También quiero agradecer a los alcaldes y
vecinos de Serón de Nágima y Monteagudo de las Vicarías sus comentarios durante los dos Talleres de Arqueología y Arquitectura Fortificada Medieval que se
han celebrado en estas localidades en 2017 y 2018, organizados por la Fundación Cárdenas con el patrocinio de la Diputación de Soria y la colaboración de diversas instituciones.
1.
En octubre de 2018 se desarrolló el Segundo Taller de
Arqueología y Arquitectura Fortificada Medieval en
Monteagudo de las Vicarías. Una de las actividades fue
2.
539
una visita técnica al castillo de La Raya recorriendo e
identificando sus partes, restos y elementos. Los asistentes locales llamaron nuestra atención sobre una cueva excavada en la década de 1940 por indicación de un
zahorí en busca del oro que parecen esconder todos los
castillos españoles. Al reconocer el interior advertimos
que al excavar habían dado con un antiguo aljibe amortizado que, por su situación paralela al foso excavado
posteriormente y frente a la puerta del castillo, indica
que es previo a la construcción del castillo (Gil Crespo
2015) y que pudo ser utilizado como trampa.
Aunque no sean visibles sus restos, hay indicios para
pensar que pudo haber una barrera o albacar que si no
rodeaba el castillo, al menos en sus frentes septentrional y oriental ofrecía una primera defensa o articulaba
la subida rodeando sus muros, lo cual será objeto de
una investigación que se está realizando con la Fundación Cárdenas y la Fundación Castillo de la Estrella de
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Actas del XI Congreso Nacional de
Historia de la Construcción
undécimo congrEso nacional dE Historia dE la construcción.Soria, 9 –12 octubre 2019
Organizado por
Sociedad Española de Historia de la Construcción
Instituto Juan de Herrera
Ayuntamiento de Soria
Diputación Provincial de Soria
Junta de Castilla y León - Consejería de Fomento y
Medio Ambiente
Colaboran
Subdelegación del Gobierno en Soria
Ministerio de Fomento
Centro de Estudios Sorianos
Centro de Estudios José Joaquín de Mora
Fundación Cárdenas
Director
Ignacio Javier Gil Crespo
Presidente de la SEdHC
Santiago Huerta
Comité Organizador
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Rafael Hernando de la Cuerda
Alba de Luis Fernández
Yolanda Martínez
Comité de Honor
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Ricardo Aroca Hernández-Ros. Presidente del
Instituto Juan de Herrera
Carlos de la Casa Martínez. Jefe del Servicio
Territorial de Cultura de la JCyL en Soria
Manuel López Represa. Delegado Territorial de la
Junta de Castilla y León en Soria
Ángel María Marinero Peral. Director General de
Vivienda, Arquitectura y Urbanismo de la JCyL
Comité Científico
Bill Addis
Inmaculada Aguilar Civera
Antonio Almagro Gorbea
Ricardo Aroca Hernández-Ros
Rafael Azuar Ruiz
Jorge Bernabéu
Dirk Bühler
José Calvo López
Pepa Cassinello
Fernando Cobos Guerra
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Juan Ignacio del Cueto
Manuel Durán Fuentes
Paula Fuentes González
Rafael García García
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Rafael Marín Sánchez
Esther Redondo Martínez
Ana Rodríguez García
Javier Martín Ramiro. Director General de
Arquitectura, Vivienda y Suelo. Ministerio de
Fomento
Carlos Martínez Mínguez. Alcalde de Soria
Jesús F. Puerta García. Jefe del Servicio Territorial
de Fomento de la JCyL en Soria
Luis Rey de las Heras. Presidente de la Diputación
de Soria
Amparo Graciani García
Rosa Ana Guerra Pestonit
Miguel Ángel Hervás
Santiago Huerta
Benjamín Ibarra Sevilla
Alfredo Jimeno Martínez
Fabián López Ulloa
Rafael Marín Sánchez
Gaspar Muñoz Cosme
Pedro Navascués Palacio
Enrique Nuere Matauco
Enrique Rabasa Díaz
Esther Redondo Martínez
Antonio Ruiz Hernando
Cristina Segura Graíño
Miguel Taín Guzmán
Fernando Vela Cossío
Arturo Zaragozá Catalán
Actas del Undécimo Congreso Nacional de
Historia de la Construcción
Soria, 9 – 12 de octubre de 2019
Edición a cargo de
Santiago Huerta
Esther Redondo Martínez
Ignacio Javier Gil Crespo
Paula Fuentes
Prologo
Ignacio Javier Gil Crespo
Volumen I
instituto Juan de Herrera
Escuela Técnica Superior
de Arquitectura de Madrid
© Instituto Juan de Herrera
ISBN: 978-84-9728-576-6 (Obra completa); ISBN: 978-84-9728-577-3 (Vol. I)
Depósito legal: M-21528-2019
Portada: Detalle de A. W. J. Ahlborn Blick in Griechenlands Blüte (copia de Karl Friedrich Schinkel) 1836
Fotocomposición: GRACEL.
Impresión: Imprenta Provincial de Soria
Libros Juan de Herrera: librosjuandeherrera.wordpress.com
Índice
Volumen I
Prólogo. Ignacio Javier Gil Crespo
xv
ComuniCaCiones
Addis, Bill. El uso de pruebas de modelo a escala reducida por William Fairbairn para el diseño del Puente
Britannia, 1845-47 1
Agulló de Rueda, José; Francisco J. Castilla Pascual. Comportamiento sísmico de la construcción
tradicional Tamang en el norte de Nepal 13
Alho, Ana Patricia; Pedro Machado. El agua en el Real Edifício de Mafra: Actores do Projecto
Hidráulico 25
Alonso Durá, Adolfo; V. Llopis Pulido; A. Martínez Boquera; L. Mazarredo Aznar. Estudio HistóricoConstructivo de la Iglesia Santa María la Mayor de Rubielos de Mora 31
Alonso Rodríguez, Miguel; Ana López Mozo; Enrique Rabasa Díaz. Trazados y ejecución de las bóvedas de
la cabecera de la iglesia de Priego (Cuenca) 39
Ampliato Briones, Antonio Luis; Juan Clemente Rodríguez Estévez. El legado arquitectónico de Diego de
Riaño en España y México 49
Antuña Bernardo, Joaquín. Ensayos en modelos de estructuras laminares. Los primeros resultados de Torroja
en el Laboratorio Central 61
Aranda Alonso, María. Geometría, concepción y desarrollo de las troneras en el «Libro de traças de cortes
de piedras» de Alonso de Vandelvira 71
Arteaga Botero, Gustavo Adolfo. Contraste de los contextos históricos y algunas características constructivas
de dos estructuras de puentes en madera construidos antes del siglo XVIII en la zona centro de
Colombia 81
Atienza Fuente, Javier. Estudio tipológico y funcional de los elementos decorativos marmóreos recuperados
durante las campañas de 2017 y 2018 en las termas públicas romanas de Valeria (Cuenca) 93
Barreiro Roca, José Carlos. Armaduras de madera cuadradas y ochavadas en Galicia. Análisis históricoconstructivo 105
Barroso Becerra, Manuel; Francisco Pinto Puerto. Las bóvedas de terceletes sin diagonales. El caso de la
capilla Riquelme de Jerez de la Frontera 115
viii
Índice
Beldarrain-Calderón, Maider. La construcción de los hornos de calcinación de carbonatos de hierro en el
Coto minero Covarón de Muskiz, Bizkaia 127
Bellido Pla, Rosa; José Antonio Balmori. Las estructuras de cubierta de las iglesias salón columnarias
tardogóticas de Valladolid 139
Bru Castro, Miguel Ángel. Las atarjeas y sistemas de evacuación de agua en Vascos, Navalmoralejo, Toledo.
Aliviaderos e ingenios estructurales de la fortificación andalusí 151
Bühler, Dirk. La maqueta del puente de Neuilly en el Deutsches Museum 159
Burgos Núñez, Antonio. El puente de hierro sobre el río Guadalimar y su originalidad estructural 171
Cacciavillani, Carlos Alberto. Tipologías, materiales y técnicas de construcción de la ciudad romana de
Saepinum 181
Camino Olea, María Soledad; M. A. Rodríguez Esteban; M. P. Sáez Pérez; A. Llorente Álvarez; A. Cabeza
Prieto; Fco. J. León Vallejo. La trabazón de las fábricas de ladrillo y el aparejo figurado 191
Cañas Palop, Cecilia; Eva María Valenzuela Montalvo. Análisis constructivo de la armadura que cubre la
actual Sala de Audiencias del Palacio de Pedro I 201
Cejudo Collera, Mónica. Materiales y sistemas constructivos de los apoyos corridos en la arquitectura
maya 209
Cervero Sánchez, Noelia. Paul Rudolph. Fundamentos tectónicos 219
Chamorro Trenado, Miquel Àngel; Ramon Ripoll; Jordi Soler. El tardogótico gerundense: emergiendo del
olvido 229
Chiovelli, Renzo; Giulia Maria Palma; Vania Rocchi. Abbaziale carolingia o cripta romanica? Il dubbio
cronologico della chiesa del Santissimo Salvatore al Monte Amiata indagato attraverso l’individuazione
delle sue fasi costruttive 237
Clemente Espinosa, Diego. Materiales y técnicas constructivas de la arquitectura tradicional a través de las
fuentes documentales: el caso de La Mancha 245
Como, Maria Teresa. Soluzioni e dettagli costruttivi nel Succorpo del duomo di Napoli 253
Compte Guerrero, Florencio. Las compañías constructoras italianas y su aporte a la tecnificación de la
arquitectura de Guayaquil, 1922-1943 263
Contreras Padilla, Alejandra. Arquitecturas en esquina y su solución estético-constructiva en el México del
siglo XVIII 273
Cortés Meseguer, Luis; Jorge García Valldecabres; Alba Soler Estrela; José Pardo Conejero. Una cúpula
heptagonal para la ermita heptagonal de Carlet 285
Costa Jover, Agustí; Cèlia Mallafrè Balsells; Sergio Coll Pla. Registro y análisis de construcciones
cupuliformes de piedra seca. Los cocons, una tipología singular 293
Cusano, Concetta; Claudia Cennamo; Vincenzo Cirillo; Ornella Zerlenga. La escalera del Palacio Persico en
Nápoles: análisis geométrico, constructivo y mecánico 303
Díaz Del Campo Martín Mantero, Ramón V. Epidermis de hormigón. Fisac y el edificio IBM 311
Índice
ix
Domouso De Alba, Francisco. Las patentes de Joseph Monier y la empresa Lecanda Macià y Cª, sociedad en
comandita (1895-1904) 321
Escobar González, Ana. Tres mercados de Bukhara en la Ruta de la Seda 329
Escorial Esgueva, Juan. Aportaciones en torno al uso del dibujo arquitectónico en Burgos durante el siglo
XVI 339
Escudero Lafont, Ma Eugenia; Soledad García Morales; Salvador Roig. Las cubiertas planas de tierra en
Ibiza. Aproximación histórico-constructiva 349
Fernández Correas, Lorena. El estudio de la construcción en la Edad Media a través de la Iconografía: el
caso de los medios auxiliares 359
Ferrer Forés, Jaime J. Aarno Ruusuvuori. Constructivismo 369
Flores Sasso, Virginia; Esteban Prieto Vicioso. La escalera de caracol con ojo abierto helicoidal de la
Catedral de Santo Domingo Primada de América. Una pieza singular de cantería y destreza del
tardogótico español en América 383
Font Arellano, Juana. Erhard Rohmer y la construcción con tierra 393
Fonti, Roberta; Paolo Gardelli. The mechanics of opus reticulatum: Reticulata structura, qua frequentissime
Romaestruunt, rimis opportuna est! 405
Frechilla Alonso, M. Almudena; Noelia Frechilla Alonso. La llegada del ferrocarril a Zamora durante la
segunda mitad del siglo XIX: elementos y estructuras singulares en la nueva trama urbana 415
Freire Tellado, Manuel J. Bóvedas enrejadas por cruceros del Monasterio de San Martín Pinario: rasgos
constructivos y estructurales 425
Fuentes, Paula; Ine Wouters. La construcción de bóvedas ligeras en Bélgica 1830-1940 437
Galarza Tortajada, Manuel. Algunas técnicas y sistemas constructivos con denominación de origen
documentado 449
Galindo-Diaz, Jorge; Joan Fontás Serrat. La escollera de Bocagrande en Cartagena de Indias (Colombia):
una obra maestra de la ingeniería española en ultramar (s. XVIII) 459
Gallego Valle, David; Jesús Manuel Molero García. La reparación del castillo de Montiel (Ciudad Real) a
través de los mandatos de obra de 1478: estudio documental y material 469
Galatea Aznar, Paula. La configuración del muro en el entorno del valle medio del Ebro: iglesias abaciales
del monasterio de Irache, monasterio de la Oliva y monasterio de Veruela 481
García García, Alberto Julio. Bóvedas nervadas del valle del Lozoya 491
García García, Rafael. Cascarones de coronación. Láminas vaídas de hormigón en la década de los 60 en
España 503
García Sáez, Joaquín Francisco. Sistema estructural del castillo de Almansa 515
Gil Crespo, Ignacio Javier. La lógica constructiva de la fortificación andalusí en Soria 525
Gilabert Sansalvador, Laura; Riccardo Montuori. Neveras o pozos de nieve: arquitectura preindustrial en el
interior de Alicante 543
x
Índice
Giovannini, Fabio. La forma de la piedra, la forma del poder. La génesis de un señorío territorial en el este
de la Toscana a través de la arqueología de la arquitectura: el caso de los Marchiones en el Val di Chiana
de Arezzo entre los siglos XI y XII 553
Gómez Arellano, Salvador; Adolfo Enrique Saldivar Cazales. La arquitectura del camino del azúcar en
Morelos 563
Hernández Hernández, Agustín. Formulación de criterios técnicos para conservar una cúpula en condición de
riesgo dañada por impacto sísmico 571
Huerta, Santiago. El arco límite: breve historia de un problema estructural 579
Hurtado-Valdez, Pedro. Características constructivas de la torre vigía del palacio del Marqués de Casa
Arizón: una casa de cargadores de Indias en Sanlúcar de Barrameda 593
Volumen II
Lluis I Ginovart, Josep; Mónica López Piquer; Cinta Lluis i Teruel. El capítulo de la catedral, el quadrivium,
y la construcción de la catedral gótica 603
López Patiño, Gracia. Prefabricados belgas en España 613
López Ulloa, Fabián S; Rosa Ana Guerra Pestonit; Ana Angélica López Ulloa. La cúpula oval de la iglesia
del monasterio de Santa Clara de Quito y su sistema de contrarresto 623
Luengas-Carreño, Daniel; Maite Crespo de Antonio; Santiago Sánchez-Beitia. La Casa-palacio de Badaia,
en Iruña de Oca (Álava): Análisis del sistema constructivo y elementos arquitectónicos originales 631
Maira Vidal, Rocío. La estereotomía románica: trazas y cortes de cantería en la iglesia de San Juan de
Rabanera 645
Marrero Cordero, Alain. El hierro en las construcciones habaneras 1850 - 1930. Del ornamento a la
estructura 655
Martín Jiménez, Carlos; Beatriz del Río Calleja; Julián García Muñoz. Unidad formal, material y funcional.
Construcción de la bóveda de la bodega de Valdemonjas 663
Martín Talaverano, Rafael; José Ignacio Murillo Fragero. Evolución del proceso constructivo durante la
Edad Media (ss. XI-XVI) 673
Mayo Corrochano, Cristina; David Sanz Arauz. Relación entre los procesos de fabricación y la textura
petrográfica de los cementos históricos 685
Mazzanti, Claudio; Crayla Alfaro Aucca; Giuseppe Brando; Simone Karim Sovero Ancheyta. La técnica
constructiva del centro histórico de Cusco 693
Menéndez Menéndez, Andrea. Aproximación a la evolución histórico-arqueológica de un espacio de culto. La
iglesia de San Juan Bautista (Burguillos del Cerro, Badajoz) 703
Índice
xi
Miguel Sánchez, Manuel de. La simetría del cuadrado en los artesones renacentistas españoles: origen y
evolución 713
Miranda, Selma Melo. Especificaciones y prácticas de albañilería y cantería en Iglesias de Minas Gerais,
Brasil 723
Molero Sañudo, Antonio Pedro. Juan de Palafox y Mendoza y su contribución a la vanguardia arquitectónica
de la Nueva España 733
Molina Sánchez De Castro, Vicente Emilio. El puente de hormigón armado sobre el río Alberche a su paso
por Talavera de la Reina. Un ejemplo de los nuevos procedimientos constructivos aplicados a la
ingeniería de puentes del siglo XX en España 751
Moreno Dopazo, Pablo. Las reglas aritméticas de Rodrigo Gil de Hontañón para el dimensionado de pilares
y contrafuertes: aplicación práctica 763
Muñoz Fernández, Francisco Javier. Materiales, técnicas y agentes de la construcción en época de crisis.
Bilbao durante la II República y la Posguerra 773
Muñoz Rebollo, Gabriel. Puente de Olloqui (Navarra) para el vía estrecha del Plazaola 783
Natividad Vivó, Pau; Macarena Salcedo Galera; Ricardo García Baño; José Calvo López. La sacristía de la
antigua colegiata de San Patricio en Lorca. Levantamiento y análisis constructivo 793
Navarro Catalán, David Miguel. La materialidad de la fachada de la iglesia de la Casa Profesa de la
compañía de Jesús de Valencia 803
Navarro Moreno, David. Las villas de Cartagena: un ejemplo de arquitectura rural palaciega a principios del
siglo XX 809
Núñez Izquierdo, Sara. Constructores y contratistas en la arquitectura salmantina del segundo tercio del siglo
XX 819
Ortueta Hilberath, Elena de. El museo de la necrópolis de Tarragona: rehabilitación y soluciones
constructivas en la posguerra 827
Palenzuela Navarro, Antonio. Una aproximación al carácter defensivo de la iglesia fortaleza de Nuestra
Señora de la Encarnación en Vera (Almería) 837
Paradiso, Michele; Alessandra Angeloni. The Church of S. Giovanni Battista Decollato at Mensano (Siena):
an assessment of the structural condition of the Pisan Romanesque fabric. Initial research findings and an
example of analysis of the construction phases of the church 847
Peralta González, Claudia. El uso de técnicas constructivas precolombinas en la construcción de la
arquitectura colonial y republicana de Guayaquil 857
Pérez Sánchez, Juan Carlos; R. T. Mora García; R. Pérez Sánchez; M. F. Céspedes López. Los sistemas
constructivos de la ermita de San Francisco de Asís en Elche (Alicante) 865
Pérez-Valcárcel, Juan; María Victoria Pérez Palmero. Orientaciones atípicas en la arquitectura prerrománica
en la península ibérica 875
Piñuela García, Mila. Bóvedas de mocárabes en la carpintería de lo blanco 885
xii
Índice
Pitarch Roig, María. La antigua fortaleza gótica del Palau Comtal d’Oliva a través de su lectura métricoconstructiva 897
Plasencia-Lozano, Pedro. Apuntes constructivos sobre el ferrocarril Peñarroya-Fuente del Arco. Apuntes
constructivos y de diseño 907
Pons Poblet, Josep Maria. Benoit Clapeyron y Hardy Cross: dos referentes en la ingeniería 919
Ribera, Federica; Pasquale Cucco. Armonia di Pratica e Leggenda. I fari del Sud Italia tra tecnologie
costruttive, tradizioni e urgenze conservative 927
Rinaldi, Simona. Las técnicas de construcción en los sitios arqueológicos de Appia Antica: los baños de la
villa de Capo di Bove (Roma) 937
Rodríguez García, Ana; Rafael Hernando de la Cuerda. Tirantes versus contrafuertes. Bóvedas tabicadas en
la obra de Rafael Aburto, 1943-1963 945
Romero Medina, Raúl; Romero Bejarano, Manuel. Historia constructiva de la iglesia de Santiago de Jerez de
la Frontera (1496-1603) 959
Rotaeche Gallano, Miguel. Los dos puentes de José Eugenio Ribera en San Sebastián 969
Ruiz Hernando, J. Antonio. Maestros de carpintería y albañilería en Segovia en el siglo XVII 981
Saborido Forster, Gustavo Adolfo. La construcción del patrimonio compartido en el Camino de las Estancias
Jesuíticas. El conjunto de Alta Gracia 995
Sáiz Virumbrales, Juan Luis; José Ignacio Sánchez Rivera. La flecha románica de la torre de Santa María la
Antigua de Valladolid: geometría, construcción e influencias 1005
Sánchez Núñez, Giordano; Bárbara Eva Díaz Carús. La utilidad de las técnicas antiguas para la salvaguarda
del patrimonio arquitectónico contemporáneo 1015
Scibilia, Federica; Vincenzina La Spina. Ciudad y arquitectura después del terremoto del 1829 en el área de
la Vega Baja del Segura y la Región de Murcia 1023
Serafini, Lucia; Stefano Cecamore. Construcción y conservación de las superficies de la arquitectura.
Experiencias de Italia 1033
Serra Clota, Assumpta. Estudio comparativo de la masía catalana entre varias comarcas y distintos
momentos históricos 1041
Server Llorca, Paula; Ignacio Matoses Ortells. Un edificio «industrial» para la cría de gusanos de seda en la
Granja de Sinyent 1053
Tello Peón, Berta E. La modernidad al desnudo en dos íconos de la Ciudad de México. El Kiosco Morisco y
el Museo del Chopo 1061
Terán Bonilla, José Antonio. Evolución histórica de la construcción de La Constancia Mexicana, la fábrica
textil más antigua de México 1069
Toloza Torres, Luis Eduardo. Las murallas del Fuerte de Nacimiento: la construcción de un enclave
defensivo del siglo XVIII en la Frontera del Biobío 1081
Uranga Santamaría, Eneko Jokin; Lauren Etxepare Igiñiz; Íñigo Lizundia Uranga; Maialen Sagama
Aranburu. Escuela oficial de náutica «Blas de Lezo» de Laorga y Zanón: ejemplo de arquitectura
brutalista en la bahía de Pasaia 1091
Índice
xiii
Van Nievelt Nicoreanu, Hendrik. Creatividad paleolítica en la construcción de hábitats 1103
Vegas López-Manzanares, Fernando; Víctor M. Cantero Solís; Camilla Mileto. La construcción según Juan
José Nadal 1115
Yusta Bonilla, José Francisco; Josemi Lorenzo Arribas. La tribuna perimetral románica de la iglesia de San
Miguel de San Esteban de Gormaz (Soria) 1123
Zaragozá Catalán, Arturo; Rafael Marín Sánchez; Federico Iborra Bernad. Hacia una clasificación de los
entrevigados cerámicos y de yeso en el área valenciana (siglos XIII al XVI) 1133
Zayas Rubio, Lynne. Tipologías constructivas de las residencias del Vedado de finales del siglo XIX hasta
mediados del siglo XX. Caso de estudio: Casa de Emilia Borges 1143