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E DI TO R I A L
Espacio de reflexión sobre el sector
cultural, los retos a enfrentar por las industrias creativas y las personas que
trabajan en la cultura. Un lugar para
pensar en torno a las condiciones en
que se ejecutan, producen, distribuyen, exhiben y consumen las artes.
CONTENIDO
En este número Minerva Salguero Gómez*, fundadora y directora
de Ediciones Manivela realiza un
primer esbozo de preguntas en
torno al trabajo en la cultura, tales como:
I ¿Qué se conmemora el Día del
trabajo?
II ¿Qué se entiende por trabajo?
III ¿Cuál es el papel de las humanidades en la sociedad?
IV ¿Cuáles son las condiciones laborales en la cultura?
A esas preguntas agrega otras reflexiones y propone posibles ejes
de acción:
V La aportación y el impacto de
la cultura en la economía
VI Hay trabajo pendiente y necesitamos hacerlo en conjunto
VII Referencias
La cultura también
es un trabajo
A partir de preguntas concretas, en apariencia sencillas, busco considerar los
elementos básicos que dan fundamento al sistema cultural y que nos permitirán en sucesivas reflexiones de mayor complejidad, identificar y estructurar
las diversas posturas, ideas, argumentos, etc., que actualmente están en el
centro del debate sobre la manera en que las actividades culturales deben ser
financiadas, juzgadas, entendidas, enseñadas, difundidas y practicadas.
El principio de toda investigación es la pregunta, es así que desde mi labor
como empresaria de una editorial de libros de arte y mi formación en las artes,
reflexiono. Durante mi trayecto he experimentado las carencias del sistema
cultural, desde el educativo como el laboral. Reconozco que una de las fortalezas de las personas trabajadoras de la cultura es nuestra capacidad de laborar
en la adversidad y transformar las carencias en oportunidades, para emplearnos y para construir redes de colaboración. Hago la invitación a preguntarnos
si es posible un mundo diferente, un entorno en donde el fruto del trabajo sea
valorado suficientemente como para recibir una remuneración equivalente
a los beneficios que otorga a la sociedad. Para esto, será necesario partir de
definiciones sobre lo que entendemos por trabajo, aportación, remuneración,
explotación, entre otros conceptos clave, que marcan la diferencia entre considerar la cultura como entretenimiento, o entender la cultura como un trabajo y
como un derecho.
Ediciones Manivela es una iniciativa de empresa cultural, que aspira a ser
autosustentable, funcionar a partir del fruto de su trabajo, contribuir a la
sociedad con publicaciones que enriquezcan el pensamiento y fortalezcan
al sistema cultural nacional, ser una fuente de empleo e impulsar la carrera
de quienes comienzan. Será posible sólo si contamos con las condiciones de
igualdad de oportunidades para desarrollar nuestro potencial y desempeñar
nuestra profesión con una justa retribución y valoración de nuestro trabajo.
Espero que este boletín contribuya a imaginar la comunidad en la que nos
gustaría habitar. Estas reflexiones se verán enriquecidas en la medida en que
puedan discutirse en conjunto, por lo que queda abierta la puerta a comentarios y sugerencias.
¿Cuál es tu historia?
Comentarios y preguntas:
info@edicionesmanivela.com
*Mtra. en Historia del Arte, Lic. en Artes Visuales, Esp. en Diseño, fundadora de Ediciones Manivela desde 2014.
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I
¿Q U É S E CO NME MO R A E L DÍA DEL TRA BA JO?
El 1º de mayo es un recordatorio de la lucha de los trabajadores por
los derechos laborales. La fecha conmemora a los obreros de Chicago
quienes en 1886 exigían una jornada laboral máxima de 8 horas diarias
y condiciones laborales justas, dignas, seguras y humanas. Los manifestantes que apoyaban a los obreros en huelga fueron severamente
reprimidos e injustamente procesados, por lo que desde entonces son
conocidos como “los mártires de Chicago”. Este acontecimiento junto con una oleada de movimientos sociales consiguieron que en gran
parte de los países del mundo se reconocieran los derechos y condiciones mínimas que debe haber en una relación laboral. Sin embargo,
la lucha no termina pues aún existen sectores de la población que no
cuentan con los derechos mínimos tales como una jornada laboral de
8 horas, una remuneración acorde con las actividades que realizan, seguridad social, fondo de ahorro para el retiro, por mencionar algunos,
ya sea porque existen modalidades de contratación como la “independiente” donde no existe una relación Patrón-Trabajador, o porque las
actividades que se realizan ni siquiera son reconocidas como dignas
de ser remuneradas como el trabajo en el hogar, o el arte que, muchas
veces es considerado como un pasatiempo y no una profesión. También la tecnología, el Internet por ejemplo, ha generado nuevos modelos de negocios, con nuevas maneras de contratación, colaboración y
remuneración, las cuales no han sido legisladas o están en proceso de
ser reguladas, por lo que la explotación laboral, el abuso y la ilegalidad
sucede en los huecos legales.
1970
Reforma Ley Federal
del Trabajo (México)
1961
Convención de Roma,
sobre la protección de
artistas
1948
Declaración Universal de los Derechos
Humanos
1931
Ley Federal del Trabajo (México)
1919
Creación de la Organización Mundial del
Trabajo
1917
Artículo 123 en la
Constitución
1886
Reducción de la
jornada laboral
1883
Seguridad social
1850
Segunda Revolución
Industrial
1789
Declaración de los
derechos del hombre
y del ciudadano
1750
Revolución
Industrial
Modelo de
producción
capitalista
Modelo de
producción
feudal
Modelo de
producción
esclavista
Modelo de
producción
esclavista
11 000 a.n.e
Agricultura
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II
¿Q U É S E E NT I E ND E PO R TRA BA JO?
En ese día, Luisa María Alcalde Luján, titular de la Secretaría del Trabajo, expresó las acciones que el gobierno actual realiza para garantizar el respeto a los derechos laborales. Es necesario citar algunas
partes de este discurso para analizar lo que el Estado entiende por
“trabajo” “derecho laboral” y “persona trabajadora”, ya que el sector
cultural pasa por un proceso de restructuración económica, legal,
política y social, por lo que es vale la pena conocer el enfoque del
gobierno para poder establecer un diálogo, un terreno común donde
las necesidades de los trabajadores de la cultura sean tomadas en
cuenta y lograr una negociación en cuanto a modificaciones a la ley,
creación de programas gubernamentales, emergencia y fomento de
empresas culturales, además de la regulación de la tecnología sobre
la producción, consumo, explotación, distribución y exhibición de
productos culturales.
“Cuando hablamos de trabajo, hablamos de personas”
“El trabajo es el generador de riqueza”
[Es un recordatorio de lo que está pendiente para lograr que...]
“el trabajo sea una actividad que dignifique y remunere
adecuadamente a todas y todos los mexicanos”
“Llevamos 17 meses de un gobierno que trabaja por las y
los trabajadores y que lo seguirá haciendo hasta que todas y todos, sin excepción, podamos acceder como fruto
de nuestro trabajo a una vida mejor.” Luisa María Alcalde
Luján, titular de la Secretaría del Trabajo.
En la relación laboral asalariada de patrón-obrero, hay un espacio
proporcionado por el primero para realizar las actividades laborales,
asegurando que cuente con las condiciones mínimas de salubridad,
seguridad y equipamiento y jornadas laborales definidas que no deben exceder las 8 horas diarias y entre 40 y 48 horas a la semana,
además de contar con un día de descanso semanal.
A cambio de la fuerza laboral
los empleados reciben como
mínimo:
• Un salario que está regulado de acuerdo a un tabulador
• Servicio médico para quien
trabaja y su familia
• Ahorro para el retiro
• Fondo ahorro de vivienda
• Aguinaldo
• Días de vacaciones con
goce de sueldo
• Reparto de utilidades
• Prima vacacional
• Días de asueto con goce de
sueldo
• Indemnización por accidentes de trabajo
• Servicio de guardería
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Por su parte, el trabajo cultural se realiza regularmente bajo la modalidad
“independiente” o “por honorarios” por lo que no hay relación laboral, sino
más bien un contrato de pago por los servicios o productos realizados. La
ley permite esta modalidad de ejercicio de la profesión; por ejemplo, los consultorios privados de médicos, dentistas, psicólogos, abogados, contadores,
arquitectos, veterinarios, mecánicos, diseñadores y otras profesiones que se
pueden ejercer de manera individual.
Se entiende que el trabajador es independiente a partir del pago de sus
servicios y productos:
• Administra su tiempo, por lo que en caso de tener hijos deberá organizar
y conciliar sus horarios de trabajo y sus labores domésticas o, si cuenta
con los recursos, costear guarderías y empleados domésticos.
• Emplea sus propias herramientas, al invertir en equipo y costear su reparación y renovación.
• Habilita su lugar de trabajo, ya sea una oficina, un taller propio o en alquiler y lo acondiciona para que sea salubre, seguro y apropiado para su
actividad.
• Consigue nuevos contratos y clientes. Ya que no cuenta con un salario
fijo, sus ingresos dependen de la cantidad de proyectos y contratos que
logre establecer con empresas y terceros.
• Administra sus ingresos y establece el precio de los servicios y productos que brinda en función de sus gastos de operación, los costos del
proyecto o servicio específico y la utilidad para cubrir sus necesidades
como alimentación, salud, vivienda, transportes, capacitación, ahorro
para el retiro, vacaciones, fondo para emergencias y desastres naturales.
En la mayoría de las profesiones mencionadas, la sociedad está consciente
de que los servicios prestados por los profesionales tienen un costo, al igual
de ser justo remunerar a quienes manufacturan productos; sin embargo, a
partir de la iniciativa de reestructuración del sistema de apoyos económicos
para la cultura y las artes, han surgido opiniones encontradas, muchas veces de las personas a cargo de asignar presupuestos y llevar a cabo esta reestructuración, que hacen dudar que exista una conciencia en la sociedad
sobre el valor y los beneficios de la cultura, las artes y las humanidades en
la vida de las personas y para la nación.
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La primer pregunta que surge es saber: ¿en el
ámbito cultural, la sociedad y los mismos trabajadores de la cultura están conscientes y
defienden la idea de que es justo recibir una
remuneración por sus servicios y los productos
de su trabajo?
La siguiente pregunta es: ¿el monto que reciben
cuando llegan a comercializar sus servicios y
productos es suficiente y justo para cubrir sus
necesidades (alimento, vivienda, salud, herramientas, etc.)? En la modalidad de “trabajador
independiente” estas necesidades no son solventadas por un patrón al no existir esa relación de
obligación.
Una tercera pregunta es: ¿hay una cultura del
respeto al trabajo, su justa remuneración y valoración, por ejemplo en relaciones familiares o
“colaboraciones” de amigos?
Por último, ¿cómo garantizar el acceso a la cultura y al mismo tiempo respetar los derechos
de los autores a vivir dignamente del fruto de
su trabajo? Algunos modelos que podríamos tener en mente son: ¿cómo se garantiza el acceso
a la educación y al mismo tiempo que docentes
vivan de su trabajo? o ¿cómo se garantiza el acceso a la salud y al mismo tiempo que el personal de la salud viva del fruto de su trabajo?
Hasta el día de hoy, el gobierno ha consultado a
71,500 trabajadores sindicalizados para preguntarles si están de acuerdo con sus contratos laborales.
¿No sería necesario preguntar a los trabajadores
de la cultura si están de acuerdo con las condiciones laborales actuales, con las oportunidades y
opciones que hasta hoy son las únicas vías para
subsistir; si están de acuerdo con la relación de dependencia que históricamente se ha creado con el
Estado; si el sistema educativo, el marco legal y fiscal promueve la sana competencia, la libre producción y la justa comercialización del producto de su
trabajo y, finalmente, cuál es el sistema cultural
que se podría construir en conjunto?
El gobierno ya reconoce la necesidad de apoyar a
la juventud, al brindar becas mientras se capacitan
en el mundo laboral y adquieren experiencia profesional, incluso considera la necesidad de fomentar
el emprendimiento, como una manera de generar
empleos y de autoemplearse. Para los trabajadores de la cultura el panorama es similar, ya que requieren de apoyos para consolidar sus carreras y
financiar sus producciones, las cuales, si llegan a
alcanzar una sustentabilidad será por contar con
una trayectoria de décadas de experiencia. Sería
deseable una sociedad cuyo sistema educativo fomentara la expresión y apreciación artística desde
la infancia, para que las disciplinas de las humanidades no poseyeran el prejuicio de ser pasatiempos o sólo para personas intelectuales; para que su
presencia en la vida cotidiana fuera reconocida y
valorada y en donde trabajadores de la cultura encontrasen múltiples canales de exhibición, distribución y comercialización para colocar el producto
de su trabajo y recibir una remuneración justa y en
proporción con el beneficio que brindan.
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III
¿C UÁ L ES E L PA PE L D E LAS
H U M AN I DA D ES E N LA S OCIEDA D?
El trabajo es la fuente de toda riqueza,
afirman los especialistas en Economía
Política. Lo es, en efecto, a la par que la
De manera frecuente escuchamos que las personas que se dedican a las humanidades (artistas, filósofos, antropólogos, etc.)
no sirven para nada, ya que no resuelven problemas inmediatos de la sociedad como curar enfermedades, reparar cosas o
realizar procesos legales o administrativos. Sin embargo, este
argumento es equívoco, ya que cada profesión o campo de conocimiento tiene sus propios problemas, métodos, resultados
y productos.
Las humanidades también son un campo de conocimiento y
actividad humana al igual que las Ciencias Físico-Matemáticas, de la Salud, Naturales, Sociales, y los diversos oficios.
La profundidad con la que estos campos pueden conocerse
y practicarse va desde la técnica para resolver problemas inmediatos, hasta la investigación que lleva a la innovación y
construcción de conocimiento.
Así podemos encontrar a una persona que a través de la experiencia y la práctica de la siembra adquirió el conocimiento
y aplica cada temporada las técnicas de la agricultura que le
han resultado efectivas; podemos encontrar, por otro lado, a
una persona que adquiere el mismo conocimiento pero a través del estudio teórico-práctico de la Agronomía o Ingeniería
Agronómica y gracias a sus estudios desarrolla nuevas técnicas de siembra. El valor de su trabajo no debe estar determinado por su grado de estudios, sino por la eficiencia al aplicar sus
conocimientos en la solución de los problemas de su campo
de conocimiento. En este caso, ambas personas practican la
agricultura y atienden problemas distintos dentro de su área.
De la misma manera, la función de una persona no debería
ser desvalorizada por no poder solucionar problemas de otras
áreas. Por ejemplo, pensar que la abogacía no sirve porque
no cura enfermedades, o que la medicina no sirve porque no
repara electrodomésticos es una reducción absurda. Cada actividad humana cumple una función.
naturaleza, proveedora de los materiales que él convierte en riqueza. Pero el
trabajo es muchísimo más que eso. Es
la condición básica y fundamental de
toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos
decir que el trabajo ha creado al propio
hombre. F. Engels, El papel del trabajo en
la transformación del mono en hombre.10
Lo que actualmente identifica a casi
todos los hombres en los países civilizados es que deben buscar trabajo
porque necesitan el salario. Para todos
ellos el trabajo es un medio y no un fin
en sí mismo; por eso son poco sutiles
en la elección del trabajo que realizarán, con tal de que redunde en una ganancia considerable. F. Nietzsche, Contra los apologistas del trabajo.11
Cuando la cultura compite con las necesidades elementales: salud, educación, comida, ¿es la cultura también
una necesidad elemental? Esa es una
consideración filosófica emocionante.
Personalmente respondo a esta pregunta inequívocamente con un “sí”.
Mónica Gtütters, Ministra de Cultura
de Alemania12
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Las humanidades cumplen también una función que de manera
general significa explorar las preguntas del ser humano: ¿qué
es la existencia? ¿Cuál es la esencia de lo humano? ¿Cómo
conocemos y experimentamos el mundo? ¿Cómo y qué significan las cosas? ¿Qué es el lenguaje y cómo nos comunicamos? ¿Cuál ha sido el devenir de la humanidad? ¿Qué hace
diferente o similar una cultura de otra? ¿Cuál es la naturaleza del bien y del mal? Así, entre otras, surgen disciplinas como
la Filosofía, Lingüística, Estética, Historia, Arqueología, Antropología, Ética y Artes.
El trabajo que realizan las personas que se dedican a estas disciplinas se manifiesta en diversos formatos, productos, acciones
y experiencias, razón por la cual es difícil cuantificar en términos de productos y resultados. Sin embargo, todas las personas
hemos experimentado algún producto cultural y nos hemos beneficiado de sus efectos. Por ejemplo, a partir de los estímulos
provenientes de la cultura y las artes:
• Tenemos una experiencia sensible a través del cine, la música, la literatura, la arquitectura, las visitas a museos, sitios
arqueológicos, diseño, vestimenta, decoraciones, artículos
utilitarios...
• Construimos una idea de nosotros mismos al desarrollar una
identidad, razón de existir, sentido de pertenencia, proyecto
de vida, esperanzas, metas...
• Conocemos y nos apropiamos de valores y principios ideológicos que van de acuerdo a los ideales con los que convivimos...
• Reflexionamos sobre la sociedad que queremos, nuestra participación en la construcción de comunidad y ciudadanía, en
el tipo de relaciones que establecemos con otras personas,
para que sean más justas, más humanas...
• Desarrollamos un pensamiento crítico hacia el impacto de
nuestras acciones en el mundo, en el medio ambiente, para
actuar de manera responsable...
• Adquirimos un sentido de memoria del devenir de nuestra
nación, cultura, comunidad, familia y la responsabilidad del
resguardo histórico.
Los productos culturales son el
fruto del trabajo de las personas
dedicadas e involucradas en la
cultura que, en entre otras actividades, se manifiestan en el teatro, danza, música, cine, artes visuales, diseño, objetos utilitarios
hechos a mano, literatura, cómic,
y, además, a través de las personas que permiten el funcionamiento de los espacios: museos,
galerías, salas de espectáculos,
sitios arqueológicos, librerías,
casas de cultura, festivales y los
programas educativos para la
divulgación y aprendizaje de la
cultura y las artes. El desconocimiento del trabajo que realizan las personas involucradas
en la cultura al igual que ignorar sus necesidades y dinámicas seguirá dañando el ecosistema cultural, fomentando la
corrupción, el favoritismo, la
especulación, la segregación y
la discriminación. Es momento de asegurar la igualdad de
oportunidades y reconocer el
valor que tienen las humanidades, la cultura y las artes en
la realización de todas las personas y en la construcción de
nuestra sociedad.
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IV
¿C UÁL ES S ON LAS
C O N DI C I ONES
LABO R AL ES E N LA
C U LT U R A?
Las personas trabajadoras en la cultura se emplean de diversas formas,
la mayoría trabaja de manera independiente; de manera informal pueden establecer convenios de colaboración, recibir pagos en especie o,
de manera formal, bajo la modalidad de honorarios u outsourcing, tal
y como ya comenté al principio de este texto. La mayoría tiene alguna
otra actividad económica no vinculada con la cultura para garantizar un
ingreso constante; otra parte aún más reducida recibe un apoyo económico a través de una beca o patrocinio y una minoría goza de un empleo
asalariado ya sea en una empresa privada o institución gubernamental.
Podría pensarse que la salida “natural” de empleo para las personas egresadas de licenciaturas y posgrados en humanidades es la docencia
y la investigación; sin embargo, no hay suficientes
plazas para cubrir la demanda de egresados, ya
que la mayoría de las disciplinas de las humanidades no forman parte de la currícula obligatoria en los niveles de educación preescolar,
básica y media superior. De igual manera, la
infraestructura del sistema de exhibición, producción, distribución y comercialización cultural es precaria para satisfacer la demanda
de investigadores, promotores, gestores, artistas,
intérpretes, escritores, editores, traductores, museógrafos, curadores, diseñadores, historiadores.
El empleo en outsourcing o freelance es otra manera en que las personas pueden aplicar sus conocimientos en productos y servicios con salidas
comerciales como: diseño, talleres, objetos utilitarios, conferencias, publicaciones; sin embargo,
no es una fuente constante de ingresos ya que
depende de las ventas efectivamente realizadas
o, en ocasiones, el pago es en especie. Aunado a
esto, la legislación existente para la explotación de obras requiere de reformas para garantizar una retribución justa, así como una
regulación de tasas de comisiones de inter-
mediarios, pago de regalías y una verdadera
protección contra la piratería.
Por esta razón, desde principios del siglo XX
los trabajadores involucrados en las industrias
culturales como escritores, músicos, coreógrafos, museógrafos, camarógrafos, escenógrafos,
actores han logrado organizarse de manera colectiva en gremios, para exigir el respeto a sus
derechos y mejorar las condiciones laborales. Algunos ejemplos son: Asociación Nacional de Actores (ANDA), Sindicato único de Trabajadores
de la Música (SUTM), Sindicato de Trabajadores
de la Producción Cinematográfica de la República Mexicana (STPCRM), Sindicato Industrial de
Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio
Similares y Conexos de la República Mexicana
(SITATyR) y otras sociedades de gestión colectiva. Sin embargo, aún estas organizaciones no
logran enfrentar las adversidades o solucionar
la desigualdad de oportunidades, ya que se requiere de una acción conjunta del gobierno,
sociedad, comunidades de trabajadores de
la cultura, empresas, en cuanto a educación,
marco legal, comercialización, financiamiento, promoción, como un primer paso hacia la
sustentabilidad del ecosistema cultural.
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L A A PO RTAC I Ó N Y E L IMPACTO DE
L A C U LT U RA E N LA ECONOMÍA
Los productos y actividades culturales impactan en la economía local, nacional y mundial, ya sea de manera directa o indirecta, inclusive
cuando las personas “comparten” y creen que sus obras circulan de manera gratuita. La lógica capitalista monetiza el supuesto “acceso libre”
a través de modelos de negocios en plataformas de Internet, como la
extracción de datos personales, la venta de bases de datos, la venta de
publicidad segmentada y dirigida, entre otras transacciones. El tránsito
en un sitio web, generado a partir del contenido de un tercero, es monetizado, por ejemplo, para la venta de publicidad a empresas, gobiernos
y organizaciones. Los beneficios de esta explotación indirecta son administrados por la plataforma que mediatiza su acceso, sin que necesariamente lleguen a la persona que originalmente produjo y “compartió”
el contenido.
PREG UNTAS CLAVE
¿Cuál es el porcentaje
del PIB generado por las
actividades y productos
culturales?
¿Cuál es el impacto en
otros sectores económicos
a partir de las actividades
A partir de los censos existentes es necesario actualizar las estadísticas y productos culturales?
en cuanto a las modalidades de empleo, sus condiciones e integrar a
todas las personas trabajadoras de la cultura. Al cruzar esta informa- ¿Cuál es la ganancia que
ción con las estadísticas de consumo de productos culturales, desde el obtienen las plataformas
consumo en línea ya sea gratuito o de pago, la afluencia en eventos cul- de Internet al mediar
turales, gratuitos o de pago, podemos determinar el impacto económico la “libre” circulación de
de actividades derivadas de la producción, exhibición, gestión, distribu- contenidos culturales?
ción, comercialización y difusión de la cultura. Existen investigaciones,
agentes e instituciones que aportan métodos, datos y modelos para co- ¿Qué porcentaje de innocer lo que sucede, por ejemplo:
gresos no llegan a quie• Los estudios de Néstor García Canclini El consumo cultural en México y Las industrias culturales y el desarrollo de México1
• Los estudios de Ernesto Piedras en torno a la economía cultural en
¿Cuánto vale la cultura?2 (próximamente saldrá una segunda edición de esta obra) ofrece un acercamiento a los mecanismos, indicadores y retos que enfrenta la cultura para medir su verdadero impacto económico.
• El Sistema de Información Cultural (SIC)3 que es una fuente de información que ha registrado una parte de la infraestructura cultural,
aunque los espacios independientes o proyectos efímeros no son
considerados en esta base de datos gubernamental.
nes trabajan en la cultura debido a la piratería?
¿Cuál es el porcentaje de
evasión de impuestos vinculado a la informalidad
en el trabajo cultural?
¿Cuál es el valor simbólico de las actividades y
productos culturales?
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• Las encuestas de IBBY4 y los datos provenientes de la Asociación de Internet MX5 reconocen el consumo de productos culturales como:
ebook, streaming de cine y música, así como
un estudio en torno al porcentaje de acceso
a Internet, dispositivos y medios digitales en
México, aunque un mayor detalle en cuanto
al streaming de eventos culturales, recorridos
virtuales de espacios expositivos, así como el
consumo informal e ilegal de libros, películas,
música, nos orientaría en cuanto al trabajo
pendiente para identificar y cuantificar estos
consumos.
• La Encuesta Nacional de Hábitos y Consumos Culturales6 es un buen ejercicio estadístico e intento por sistematizar; sin embargo, a
lo largo de 10 años estas cifras han cambiado
y es necesario incluir un apartado en torno al
consumo de productos culturales y sus efectos
en la salud mental de las personas durante la
contingencia COVID-19, lo cual ayudaría a reconocer el valor de la cultura en la vida de las
personas.
• Existen organismos internacionales que reconocen la contribución económica de las industrias basadas en la creatividad y la necesidad
de proteger los derechos de autor como la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)7 que genera reportes anuales así
como la Guía para determinar la contribución
económica de las industrias relacionadas con
el derecho de autor. La UNESCO8 realiza estudios en torno a la economía creativa. Declaró al
23 de abril como el Día internacional del libro
y los derechos de autor. Ofrece publicaciones y
bases de datos en línea en torno al patrimonio
cultural; promueve acciones, recomendaciones
y censos. En México contamos con el Instituto
Nacional del Derecho de Autor9 (INDAUTOR)
quien registra la producción de obras y vela por
el respeto de los derechos de autor.
Las personas trabajadoras de la cultura debemos
estar informadas y constantemente capacitarnos
en materia legal, fiscal, económica e iniciativas internacionales, para poder conocer nuestros derechos, obligaciones y el impacto que tiene nuestro
trabajo, en nuestra comunidad, nación y a nivel
mundial. Por ejemplo, el Sistema de Administración Tributaria contabiliza las transacciones sólo
de aquellas personas físicas y morales que están
registradas en Hacienda, por lo que una gran cantidad de intercambios económicos no son tomados en cuenta.
En cuanto a impacto económico, también es necesario considerar que los intercambios entre las
personas de la cultura no son siempre monetarios,
ya que prolifera la colaboración, trabajo colectivo,
intercambio de trabajo, pago en especie, trabajo
comunitario, voluntario, entre amigos y familiares.
La desigualdad en oportunidades también es significativa si revisamos índices de participación entre
diferentes sectores de la población, por edad, lugar
de origen, nivel de estudios, raza, idioma y género.
Es necesario invertir en estudios económicos, de
audiencias y mercado con enfoques antropológicos y divulgar los resultados para:
• Reconocer las actividades culturales y sus
condiciones de producción, comercialización,
distribución y explotación
• Conocer los obstáculos presentes en el sector
cultural en cuanto a educación, acceso, informalidad, piratería, distribución, cobranza
• Identificar oportunidades de comercializa-
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ción, distribución, importación, exportación,
financiamiento, empleo
• Lograr un equilibrio, recuperación de la inversión, entre los productos culturales que
son para nichos, grupos reducidos, especializados y los productos que gozan de mayor
aceptación y popularidad. Lo anterior considerando que la oferta cultural no debe de
ser determinada exclusivamente por su
“rentabilidad” y las ganancias económicas directas.
México, al igual que la mayoría de los países en
el mundo, forma parte de un modelo económico
capitalista. En nuestro caso, históricamente el
Estado ha sido benefactor de diversos sectores
de la población que no podrían subsistir o serían
víctimas de una explotación y abuso mayor si se
dejaran a la suerte del mercado y sus leyes de
oferta y demanda, debido a la desigualdad social
provocada por siglos de una injusta repartición
de la riqueza.
Sería conveniente considerar modelos económicos más justos, que vayan de acuerdo a las
necesidades y condiciones locales. Aún ahora,
tenemos comunidades que de manera local conviven en la economía comunal dentro de la lógica capitalista. Sabemos que por la diversidad y
desigualdad de nuestro país debemos encontrar
modelos económicos que protejan a las comunidades dentro de una economía mundial.
El Estado garantiza y vigila el cumplimiento de
los derechos humanos y las garantías individuales, y también debe garantizar que exista la
igualdad de oportunidades para que todas las
personas puedan alcanzar su plenitud, realización y felicidad en el ejercicio de su profesión. La
cultura, al igual que el resto de las actividades
humanas, sucede y no puede escapar de las condiciones y la lógica del modelo económico de la
sociedad que las produce.
VI
H AY T R A BA J O PENDIENTE Y NECESITA MOS
H AC ERLO EN CONJUNTO
Al comprender la interrelación de las actividades y productos culturales en
los ámbitos político, económico, legal, psicológico de la sociedad que los
produce, es posible trazar líneas de acción para mejorar las condiciones laborales de las personas trabajadoras de la cultura, al igual que mejorar la
infraestructura del sistema cultural para garantizar el derecho humano del
acceso a la cultura. A partir de contar con información sólida y conciencia
de las diversas realidades culturales, nuestro plan de acción podrá ser mejor, más efectivo y consensuado. Aquí enlisto algunas posibilidades, de entre muchas otras que podríamos imaginar y construir en conjunto.
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E n m ate r i a so c i a l
En infraest ruct ura :
• Cambiar la percepción de la sociedad hacia
el trabajo cultural y las personas profesionales de las humanidades, a través de divulgar
los beneficios que estas profesiones aportan
a la sociedad en términos de la vida diaria;
de su salud emocional y mental; construcción
de ciudadanía y fomento de un pensamiento
crítico. La cultura y las artes no son un beneficio para una élite o para “aquellos que
saben”; la cultura y las artes están para el
beneficio de todas las personas.
• Rehabilitar y aumentar la infraestructura
para la exhibición, producción, comercialización, distribución, divulgación, enseñanza, investigación y conservación de
las humanidades.
En e c o n o mí a :
• Asegurar una constante capacitación en materia legal, fiscal y financiera a artistas para:
• Saber comercializar su trabajo, proteger
sus derechos de autor, morales y patrimoniales
• Cumplir con las obligaciones tributarias y
conocer las modalidades, beneficios y estímulos fiscales.
• Conocer los principios básicos financieros para construir un modelo de negocio
para la explotación de sus obras, para recaudar donaciones, recibir patrocinios y
aplicar el estímulo fiscal del ISR en empresas culturales.
• Otorgar créditos blandos a proyectos, emprendimientos y empresas culturales de personas
físicas y morales legalmente constituidas.
En from ación p rofesional :
• Aumentar y diseñar programas de capacitación para las profesiones culturales con
orientación y aplicación en: Conservación,
Publicaciones, Exhibiciones, Eventos, Divulgación, Gestión, Pedagogía, Turismo, Economía, Derecho, Contabilidad.
En t ra ba jo:
• Promover una cultura de la legalidad y garantizar los mecanismos para una justa remuneración para las personas que producen
obras y que son explotadas por terceros.
• Fomentar la formalidad en el ejercicio de las
profesiones, garantizando que todas las personas contribuyentes al erario se beneficien
de los servicios del Estado.
En educ ación:
• Incorporar la asignatura de apreciación y expresión artística como obligatoria para todos
los niveles de educación. Contratar a profesionales de la cultura para impartir estas
clases, una vez que se hayan capacitado en
técnicas de didáctica y pedagogía.
No. 1
Mayo, 2020
Ciudad de México
Página 13
L A V U E LTA
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NOTAS
1 Néstor García, Canclini El consumo cultural en México y Las industrias culturales y el desarrollo de
México.
2 Ernesto Piedras, ¿Cuánto vale la cultura? (próximamente saldrá una segunda edición de esta obra)
3 http://sic.conaculta.gob.mx Leer: Atlas de infraestructura y patrimonio cultural de México
4 https://www.ibbymexico.org.mx/que-hacemos/encuesta-nacional-sobre-consumo-de-medios-digitales-y-lectura/
5 https://www.asociaciondeinternet.mx/estudios
6 https://www.cultura.gob.mx/encuesta_nacional/#.Xqm0bJp7kWo
7 https://www.wipo.int/portal/es/
8 http://www.unesco.org/new/es/culture/themes/creativity/creative-industries/
9 https://www.indautor.gob.mx/
10 Engels, El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre.
11 F. Nietzsche, Contra los apologistas del trabajo.
12 Mónica Gtütters, Ministra de Cultura de Alemania, “Cultura” en La Jornada, 11 de abril 2020.
REF E R E N C I AS Y R EC O M E NDACIONES
HÍJAR SERRANO, Alberto. (2007). Frentes, coaliciones y talleres. Grupos Visuales en México del siglo XX. México: Casa Juan
Pablos, CONACULTA.
GARCÍA CANCLINI, Néstor. (2004). Diferentes, desiguales y desconectados: mapas de la interculturalidad. España: GEDISA.
___. (2006). Las industrias culturales y el desarrollo de México. México: SIGLO XXI.
___. (2007). Lectores, espectadores e internautas. España: GEDISA.
___. (2015). Hacia una antropología de lectores. México: ARIEL-UAM-TELEFÓNICA.
MANTECÓN, Ana Rosas, “Los estudios sobre consumo cultural en México” en Estudios y otras prácticas intelectuales latinoamericanas en cultura y poder, CLACSO Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires, 2002.
PIEDRAS, Ernesto y GARCÍA CANCLINI, Néstor. (2008). Las industrias culturales y el desarrollo de México. México: SIGLO XXI
PIEDRAS, Ernesto y GARCÍA CANCLINI, Néstor. (2008). Las industrias culturales y el desarrollo de México. México: SIGLO
XXI
VANOLI, Hernán. (2019). El amor por la literatura en tiempos de algoritmos. CABA: SIGLO XXI.
VV. A.A. (2009) Colección VERSUS, 12 Tomos. México: TUMBONA ED.
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