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Revista Eutopía Año 2, núm. 3, enero-junio 2017 pp. 245-253 ISSN 2518-8674 Fecha de recepción: 15-3-2017 Fecha de aceptación: 29-3-2017 Documento y fotografías originales EL EXILIO GUATEMALTECO EN ARGENTINA En años recientes, «el exilio» se ha convertido en objeto de investigación académica, siendo los más estudiados el caso español y los del cono sur (Uruguay, Argentina, Chile) en el siglo XX. En Guatemala, el exilio ha sido una experiencia recurrente aunque aún existen pocas investigaciones al respecto1. Antes de la segunda mitad del siglo XX, sus protagonistas provenían, sobre todo, de las clases altas; pero desde entonces fue también una experiencia vivida por las clases medias (sobre todo políticos, intelectuales y artistas), y los trabajadores urbanos y rurales. El miedo y la incertidumbre generada por la crisis política desatada con la caída de Jacobo Árbenz, en junio de 1954, llevó a cientos de personas a refugiarse en las embajadas de países «amigos de la Revolución» y a solicitar asilo político. La embajada mexicana fue la primera opción y la segunda fue la argentina. En esta última se asilaron más de 200 personas. Entre los asilados se encontraban exfuncionarios del gobierno de Árbenz y de los partidos revolucionarios, así como simpatizantes de la Revolución de Octubre. Algunos nombres: Ernesto Guevara –quien más tarde se convertiría en el mítico guerrillero–, Ricardo Ramírez de León –después comandante del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP)–, Manuel Galich –canciller del gobierno arbencista–, el viejo líder comunista Antonio 1 Manuel Ángel Castillo, Mónica Toussaint y Mario Vásquez Olivera, Historia de las relaciones internacionales de México, 1821-2010. Centroamérica, vol. 2 (México: Secretaría de Relaciones Exteriores, 2011); Guadalupe Rodríguez de Ita, «Exiliados guatemaltecos en México: una experiencia recurrente», en Pacarina del Sur, Revista de Pensamiento Crítico latinoamericano, (2016), http://www.pacarinadelsur.com/home/abordajes-y-contiendas/319-exiliados-guatemaltecosen-mexico-una-experiencia-recurrente Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 245-253 246 UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR VICERRECTORÍA DE INVESTIGACIÓN Y PROYECCIÓN Obando Sánchez, Saúl Osorio Paz –después rector de la Universidad de San Carlos–, Víctor Manuel Gutiérrez –dirigente del Partido Guatemalteco del Trabajo–, Esther de Urrutia, integrante de la Alianza Femenina Guatemalteca y la maestra Victoria Moraga, entre otros. El asilo en la embajada duró alrededor de tres meses, mientras se recibían los salvoconductos. En ese lapso, los asilados se organizaron para cocinar, cuidar de los niños, realizar actividades de ocio y hacer patrullas de vigilancia. Algunos seguidores de Castillo Armas llegaron a la embajada para insultarlos y amenazarlos. En octubre, el presidente de Argentina, Juan Domingo Perón, envió varios aviones a Guatemala para recoger a los asilados, que para entonces se habían reducido a cerca de 120 personas. El gesto de Perón indicaría una manifestación de independencia de su gobierno frente a Estados Unidos, o quizás, el efecto de la influencia de personajes como el novelista Miguel Ángel Asturias o el expresidente guatemalteco Juan José Arévalo, que se encontraban ese año en Buenos Aires. El viaje a Argentina se realizó en varias escalas que estuvieron cargadas de tensión por la vigilancia y el temor a la deportación. Pero también quedaron recuerdos agradables como la calidez con que fueron recibidos en Chile2 y el suspenso al cruzar los Andes3. Al llegar a Buenos Aires, los exilados fueron alojados por unos días o meses en el Hotel de Inmigrantes, mientras encontraban dónde vivir y trabajar. Paulatinamente, y no sin percibir el contraste cultural, se adaptaron al medio argentino. Los niños ingresaron en las escuelas públicas y los adultos consiguieron trabajo en talleres, en la construcción, en la radio y como estibadores, entre otros oficios. Durante su estancia en Argentina, estuvieron obligados a presentarse regularmente a comisarías policiales. La mayoría se concentró en su trabajo y su familia, mientras que algunos buscaron establecer contactos políticos e intelectuales. 2 3 Entrevista a Manuel Urrutia por el autor, 5 de junio de 2010. Manuel Obando Sánchez, Memorias la historia del movimiento obrero en Guatemala en este siglo (Guatemala: Editorial Universitaria, 1978). Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 245-253 FRANCISCO RODOLFO GONZÁLEZ GALEOTTI EL EXILIO GUATEMALTECO EN ARGENTINA 247 Con la llegada a la presidencia del general Miguel Ydígoras Fuentes, a los exiliados se les presentó la opción de regresar a Guatemala o echar raíces en Argentina. En 1957, Ydígoras les ofreció amnistía como parte de su política de «conciliación». Además, el Comité Pro-retorno de Exiliados, integrado por varias mujeres –entre ellas Victoria Martínez Ulloa, madre de Victoria Moraga– había estado presionando por el retorno. Algunos guatemaltecos se quedaron en Argentina y constituyeron nuevas familias, tal el caso de Miguel Ángel Asturias Amado, hijo homónimo del novelista guatemalteco. Pero la mayoría regresó en varias «tandas», entre 1957 y 1959; varios de ellos, o sus hijos, se incorporaron en los movimientos insurgentes surgidos en los años sesenta y setenta, del siglo pasado, y vivieron un segundo exilio. A continuación presentamos algunas fotografías que pertenecen a colecciones privadas de las familias González Galeotti y Urrutia Zea. La primera fotografía ilustra el asilo de cientos de personas dentro de la Embajada de Argentina y las demás, el exilio en Buenos Aires, protagonizado por estas dos familias capitalinas de clase media. Francisco rodolFo González Galeotti Universidad de San Carlos de Guatemala/Colegio de Michoacán, A. C. Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 245-253 249 Alrededor de 200 personas se asilaron en la Embajada de Argentina y permanecieron ahí por algunos meses luego de la caída de Árbenz. Aquí una parte de este grupo frente a dicha Embajada (colección González Galeotti). FRANCISCO RODOLFO GONZÁLEZ GALEOTTI EL EXILIO GUATEMALTECO EN ARGENTINA Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 245-253 Foto 1 Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 245-253 VICERRECTORÍA DE INVESTIGACIÓN Y PROYECCIÓN 250 UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR Foto 2 La maestra Victoria Moraga Martínez, el 22 de octubre de 1957 en la Plaza Congreso, Buenos Aires. Moraga había trabajado en el Ministerio de Educación durante el gobierno revolucionario y se asiló en la Embajada de Argentina junto con su hija Anaité Galeotti. Regresó en 1958 con la amnistía decretada por el presidente, Cnel. Miguel Ydígoras Fuentes (colección González Galeotti). Foto 3 FRANCISCO RODOLFO GONZÁLEZ GALEOTTI EL EXILIO GUATEMALTECO EN ARGENTINA Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 245-253 Esther de Urrutia, integrante de la Alianza Femenina Guatemalteca, junto con sus hijos, nueras y nietos en la casa de Manuel de Pinazo (hoy José C. Paz). Dos de los hijos de Esther pertenecían al Partido de la Revolución Guatemalteca (PRG). La familia Urrutia decidió asilarse por temor a la persecución desatada contra las personas cercanas al gobierno arbencista (colección Urrutia Zea). 251 Miguel Ángel Urrutia, su esposa Alicia Zea de Urrutia con algunos de sus hijos y sobrinos en el último invierno que pasaron en Buenos Aires. En Guatemala y en Argentina, Manuel Urrutia se desempeñó como linotipista y no tenía ninguna militancia política (colección Urrutia Zea). Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 245-253 252 UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR VICERRECTORÍA DE INVESTIGACIÓN Y PROYECCIÓN Foto 4 FRANCISCO RODOLFO GONZÁLEZ GALEOTTI EL EXILIO GUATEMALTECO EN ARGENTINA Revista Eutopía, año 2, núm. 3, enero-junio 2017, pp. 245-253 El niño Manuel Urrutia como abanderado en el acto del día de la Independencia de la República Argentina, Escuela núm. 4 Vicente R. Rotta. Foto tomada el 9 de julio de 1955 (colección Urrutia Zea). 253 Foto 5