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229 El yacimiento de Ametzagaina (Donostia, País Vasco). Un campamento gravetiense al aire libre en el Cantábrico The archaeological site of Ametzagaina (Donostia, Basque Country). A gravettian open air campsite in the Cantabrian region Aitor Calvo Becario del Programa de Formación de Personal Investigador del Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco. Área de Prehistoria, IT-288-07/ UFI 11-09, Dpto. de Geografía, Prehistoria y Arqueología, Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. C/ Francisco Tomás y Valiente, s/n. 01006 Vitoria-Gasteiz (España). aitor_calvo@ehu.es Jesús Tapia Departamento de Prehistoria. Sociedad de Ciencias Aranzadi. Alto de Zorroaga. 20014 Donostia (España) Álvaro Arrizabalaga Área de Prehistoria, IT-288-07/ UFI 11-09, Dpto. de Geografía, Prehistoria y Arqueología, Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. C/ Francisco Tomás y Valiente, s/n. 01006 Vitoria-Gasteiz (España) María José Iriarte-Chiapusso Dpto. Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología, Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. C/ Tomás y Valiente, s/n. 01006 Vitoria-Gasteiz (España) IKERBASQUE, Basque Foundation for Science, 48011 Bilbao (España) Resumen: El yacimiento arqueológico de Ametzagaina fue descubierto de manera fortuita durante el año 2005. Desde entonces, dos han sido las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo en este depósito al aire libre, situado en el entorno urbano de Donostia; en la primera (2006-2007), se practicaron diversas recogidas de material en el lugar, así como varios sondeos, cuyos resultados confluyeron en una publicación preliminar, tanto del conjunto lítico recuperado, como de la secuencia polínica documentada (Tapia et al., 2009). En la segunda, fueron efectuados nuevos sondeos, así como nuevas recogidas superficiales. Tras el estudio del conjunto de evidencias recuperadas, todo apunta hacia un establecimiento de época gravetiense, con una muy deficiente conservación de los materiales orgánicos y de la secuencia estratigráfica, sólo respetada en un mínimo relicto debido a excepcionales circunstancias. Palabras clave: Paleolítico superior, Gravetiense, industria lítica, campamento, aire libre. Pensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 229-240 230 Aitor Calvo, Jesús Tapia, Álvaro Arrizabalaga y María José Iriarte-Chiapusso Abstract: The archaeological site of Ametzagaina was discovered by chance in 2005. Since then, two archaeological interventions have been conducted at this open air deposit, located in the urban area of San Sebastian; in the first one (2006-2007), some collections of lithics were practiced on the site, as well as several sondages, whose results converged in a preliminary publication, both of the lithic assemblage recovered, like of the pollen sequence documented (Tapia et al., 2009). In the second, new sondages were made, as well as new surface collections. Following consideration of all evidence recovered, everything points toward a Gravettian campsite, with a very bad preservation of organic materials and the stratigraphic sequence, only saved in a minimum area (because of very special circumstances). Keywords: Upper Palaeolithic, Gravettian, lithic industry, settlement, open air. 1. Introducción La aparición, en las últimas décadas, de un importante conjunto de yacimientos al aire libre, especialmente en el entorno del Pirineo occidental, ha cambiado sustancialmente nuestra concepción sobre los patrones de asentamiento y las estrategias de aprovechamiento del medio de los grupos humanos gravetienses en el ámbito Cantábrico y pirenaico occidental (Arrizabalaga e Iriarte, 2010, 2011a). Cabe destacar, entre otros, asentamientos como los de Tercis (Normand, 1993), Prado (Sáenz de Buruaga et al., 2005), Pelbarte (Sáenz de Buruaga, 2004) o Mugarduia Sur (Barandiarán et al., 2007), vinculados a la explotación de importantes afloramientos de sílex de la región (de las variedades de Tercis, Treviño y, en los dos últimos casos, de Urbasa), así como los de Irikaitz (v. g. Arrizabalaga e Iriarte, 2008 y 2011b) y, de forma reciente, Ametzagaina (Tapia et al., 2009; Calvo, 2012). Todos ellos van esbozando, junto a los ya conocidos depósitos en cueva, un nuevo marco geográfico y económico para el Gravetiense cantábrico, muy distinto del disponible hace algunos años (de la Rasilla y Straus, 2004). En las páginas que siguen exponemos los resultados obtenidos tras un primer estudio de la industria lítica y la secuencia estratigráfica y paleoambiental del yacimiento de Ametzagaina, uno de los más recientes campamentos exteriores documentados en el Cantábrico. 2. Ametzagaina: contexto y actuaciones arqueológicas El yacimiento de Ametzagaina (Donostia, País Vasco) se localiza en el cerro homónimo, el cual se levanta sobre la margen derecha del río Urumea en materiales carbonatados secundarios (formación del Flysch Calcáreo, Cretácico superior). Éste posee una morfología alargada en dirección este-oeste, estando constituido por dos lomas llanas de baja altitud (siendo su cota máxima los 120 m.s.n.m.) separadas por una suave vaguada. Es en el entorno de ambas elevaciones donde fueron recuperados, como se referirá a continuación, los dos conjuntos de industria lítica que aquí presentamos (fig. 1). A pesar de la escasa altitud del cerro, éste ofrece una buena perspectiva del terreno circundante, estando emplazado en un lugar, probablemente, de gran valor estratégico; ello se debe a su proximidad a diversas zonas de presumible interés económico, tales como el litoral cantábrico (a menos de tres kilómetros lineales hacia el noroeste), la vega del rio Urumea (que se extiende hacia el sur), la llanura del corredor DebaIrún (que se abre, a los pies del cerro, hacia el noreste), o los afloramientos de sílex cretácico Pensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 229-240 El yacimiento de Ametzagaina (Donostia, País Vasco). Un campamento gravetiense al aire libre ... Figura 1. Vista del cerro de Ametzagaina, con indicación de las principales zonas de afección del entorno por vertidos y otras actividades antrópicas (sombreado gris) y las áreas de máxima dispersión (sombreado negro suave) y concentración (sombreado negro intenso) de materiales, así como la localización de las catas arqueológicas. Autor: Jesús Tapia. marino de Gaintxurizketa (a aproximadamente 7,5 kilómetros en línea recta hacia el este) (Tarriño, 2006), recurso, este último, ampliamente utilizado por los grupos establecidos en Ametzagaina. La primera noticia sobre la existencia de materiales arqueológicos en Ametzagaina se debe a Jose María Merino y remonta a mediados de los años 80, aunque no fue hasta los años 2006-2007 cuando, debido a la recuperación de nuevos materiales y la puesta en marcha de un proyecto de construcción de un parque urbano en el lugar, dieron comienzo las actuaciones arqueológicas (Tapia, 2007). Éstas, dirigidas por Jesús Tapia, tuvieron como ámbito de actuación, en una primera fase, la loma este de Ametzagaina, donde fueron llevadas a cabo diversas prospecciones y recogidas superficiales de materiales (principalmente en torno a las denominadas Área Norte, Área Sur y Camino), así como un total de 8 catas arqueológicas (fig. 1) (Tapia, 2008). Resultado de estas tareas fue la recuperación de un primer conjunto de industria lítica (Conjunto Este, en adelante Conjunto E), publicado de forma preliminar en el año 2009 (Tapia et al., 2009). La segunda fase de construcción del parque urbano propició, asimismo, una segunda fase de labores arqueológicas, esta vez centradas en la loma oeste (especialmente en torno al fuerte carlista o Área Fuerte), e iniciadas en el año 2008 de manos del mismo equipo. Aquí fueron llevadas a cabo nuevas recogidas de materiales en superficie, así como otra serie de 8 catas arqueológicas (fig. 1). Fruto de estas labores fue la obtención de una segunda colección lítica (Conjunto Oeste, en adelante Conjunto W). 3. La secuencia estratigráfica y paleoambiental Debido a su reciente desarrollo histórico y la inmediatez de su posición respecto al núcleo urbano de Donostia, el cerro de Ametzagaina fue intensamente empleado durante las guerras carlistas como punto de asedio a la ciudad. A lo largo del siglo XX, han sido numerosos los usos de la zona (como huertos irregulares, zona de esparcimiento, e incluso, de escombrera en varias áreas) (fig. 1) que han incidido en una afección casi completa de su suelo arqueológico. Éste, Pensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 229-240 231 232 Aitor Calvo, Jesús Tapia, Álvaro Arrizabalaga y María José Iriarte-Chiapusso Figura 2. Sección estratigráfica de la trinchera carlista (1837) documentada en la localización de la cata 7 de la zona este. Autor: Jesús Tapia. de muy bajo desarrollo (unos veinticinco centímetros de media, con un máximo de cuarenta en puntos aislados), ha resultado alterado en profundidad, impidiendo la conservación de materiales en posición primaria, con una única excepción. La apertura de líneas de atrincheramiento (zanja y terraplén) durante la primera guerra carlista en una zona de la loma este, ha permitido la conservación de limitados testigos en posición primaria bajo los citados terraplenes. Paradójicamente, la conservación parcial del depósito se debe a una actividad de afección del mismo. Por debajo de estos terraplenes se han localizado, en áreas como la llamada cata 7 (de la que se han obtenido las muestras de polen aquí descritas), testigos residuales de hasta cuarenta centímetros de potencia no alterados por los cambios subactuales en el suelo arqueológico (fig. 2). Esta cata 7 ha sido la escogida para realizar el estudio paleopalinológico. Aunque todavía no se ha concluido definitivamente el estudio, los resultados preliminares indican que el paisaje vegetal estaba dominado por un estrato herbáceo-arbustivo. Sin embargo, este registro se diferencia del resto de los registros polínicos gravetienses existentes en la Región Cantábrica (remito al lector al trabajo de Iriarte y Murelaga de esta misma obra) en que sus valores de polen arbóreo son mayores (oscilan entre 20-25%) y, aún más destacable, los taxones caducifolios (Alnus, Corylus, Quercus robur tp. y Betula) predominan frente al pino. Esta cubierta arbórea, junto al papel de algunos taxones herbáceos-arbustivos, como las gramíneas y ericáceas, apuntan a unas condiciones climáticas relativamente benignas. 4. Los tecnocomplejos líticos: Conjuntos Este y Oeste Hasta el momento, el asentamiento de grupos humanos en Ametzagaina se encuentra atestiguado, como hemos comentado, por la presencia de dos conjuntos principales de industria lítica. El primero y más abundante de ellos (Conjunto E), recuperado en los años 2006 y 2007 en el área oriental del cerro, cuenta con un total aproximado de 1500 restos. Más recientemente, Pensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 229-240 El yacimiento de Ametzagaina (Donostia, País Vasco). Un campamento gravetiense al aire libre ... y en el sector occidental de Ametzagaina, fue recogida otra colección (Conjunto W) cuantitativamente más modesta, de 992 efectivos. El grueso de ambos conjuntos es resultado de las recogidas superficiales, siendo mínimo (y en algunos casos testimonial) el material proveniente de las catas arqueológicas. La naturaleza del sustrato y el carácter exterior del yacimiento han impedido, así mismo, la recuperación de más elementos del contexto arqueológico (esencialmente fauna, así como posibles hogares o estructuras de hábitat, entre otros). De igual forma, tampoco han podido ser recogidos otros restos susceptibles de datación. A pesar de este fuerte sesgo, que afecta a todo el registro arqueológico, las industrias líticas recuperadas en Ametzagaina han aportado (y aportaran en futuros estudios) importante información en lo referente al fenómeno del hábitat al aire libre documentado en el Gravetiense cántabro-pirenaico. 4.1. Conjunto Este Como hemos referido, las labores arqueológicas llevadas a cabo en la zona este de Ametzagaina proporcionaron un primer y notable conjunto industrial (Tapia et al., 2009). De los aproximadamente 1500 restos que lo componen, 370 (24,7%) se encuentran retocados, los cuales configuran un total de 383 tipos primarios. Atendiendo a la modalidad del retoque, la secuencia estructural se encuentra dominada por el modo Abrupto (41,7%), seguido por el modo Buril (32,8%), el Simple (18,7%) y el Écaillé (6,5%), no habiéndose identificado ningún tipo primario dentro del modo Plano. En lo relativo a los grupos tipológicos, la secuencia se encuentra encabezada por el grupo de los buriles, que constituyen un tercio del total de la serie (33,4%). Algo más de una tercera parte de estos (37,3%) pueden incluirse dentro de la categoría empírica de «Buril de Noailles», estando, los restantes buriles sobre truncadura y los diedros presentes con porcentajes muy similares (26,9% y 24,6%, respectivamente), muy por encima de lo que lo están los buriles sobre plano natural o fractura (11,1 %). Siguiendo a estos en importancia están los grupos tipológicos de dorso (LD, LDT y PDT), con un porcentaje acumulado del 17,8 %, siendo estos prácticamente en su totalidad láminas de dorso simples. Las (bi)truncaduras están presentes con un 16 %, por encima del resto de grupos que completan la colección, como las raederas (8,9%), écaillés (6,5%), becs (6,3%), raspadores (5,7%) y elementos de sustrato (P, D y A), que cierran la serie con un porcentaje acumulado del 6% (al que debería añadirse el propio de las R). Cualitativamente la serie retocada encaja adecuadamente con una cronología Gravetiense, bien por su composición general, bien por la presencia, en muchos casos cuantitativamente importante, de elementos de atribuido valor cronológico (tales como buriles de Noailles y de «modificación terciaria de bisel», utillaje de dorso y truncaduras). La posibilidad de la existencia de restos atribuibles a momentos previos o posteriores al Gravetiense no debe ser descartada, aunque, en cualquier caso, estos no parecen tener una alta significación y no distorsionan la visión conjunta de la serie. Otro hecho que concuerda con lo observado en otros conjuntos gravetienses del entorno hace referencia a ciertos soportes empleados en la confección del utillaje. De igual forma que ocurre en las series de Amalda o Bolinkoba (Arrizabalaga, 1995) (y, como veremos, en el Conjunto W), dentro del Conjunto E de Ametzagaina se documenta una utilización sistemática de diversos productos tecnológicos (láminas cresta, flancos de núcleo, recortes de buril o débris de tamaño medio) para la elaboración de elementos retocados. Además, en ocasiones estos (así como otros útiles) se encuentran reavivados y reutilizados hasta una perdida total de funcionalidad. Este fenómeno de reaprovechamiento de la materia prima, en ocasiones extremo, esta siendo documentado recientemente en otros conjuntos de cronología Gravetiense del entorno, como en Irikaitz (v. g. Arrizabalaga e Iriarte, 2008 y 2011b) o en Isturitz (Sondeo 8). Pensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 229-240 233 234 Aitor Calvo, Jesús Tapia, Álvaro Arrizabalaga y María José Iriarte-Chiapusso Figura 3. Industria lítica característica del Conjunto E: buriles de Noailles 1-6); láminas de dorso simples (7-12) y láminas de dorso truncadas (13-17); truncadura normal o recta (18), truncaduras oblicuas (19 y 20) y truncadura normal cóncava (21); buriles multiples sobre retoque transversal o truncadura (22 y 23), buril doble de paños planos múltiples (24), buril normal y plano sobre truncadura (25) y buril de paños laterales múltiples (26); raederas laterales (27 y 28). Dibujos: Aitor Calvo. Pensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 229-240 El yacimiento de Ametzagaina (Donostia, País Vasco). Un campamento gravetiense al aire libre ... A pesar de la homogeneidad y coherencia general del conjunto, la cadena operativa se encuentra incompleta, a falta de núcleos y soportes brutos enteros. Habida cuenta de la notable representación de restos de pequeña talla (laminitas y recortes de buril), esta parcialidad de la cadena operativa parece tener relación con la naturaleza del asentamiento, y no así con un posible sesgo producido durante la recogida de materiales en superficie. Ello tiene relación con otro de los aspectos destacables del Conjunto E, como lo es la alta «entropía relativa» del utillaje retocado, cuyos valores alcanzan, a nivel de Ordenes, el 0.757 y, a nivel de Grupos tipológicos, el 0.787. Estos datos indicarían, con ciertas reservas, que la industria tiene un significativo grado de diversidad y una especialización poco marcada. A falta de más elementos contextuales, nuestra aproximación a la interpretación de la funcionalidad de los asentamientos que tuvieron lugar en Ametzagaina deriva de la información aportada por la industria lítica, la cual parece estar en relación, como hemos visto para el caso del área este, con una ocupación continuada y económicamente diversificada. 4.2. Conjunto Oeste Las tareas arqueológicas llevadas a cabo recientemente en el sector más occidental de Ametzagaina (especialmente en torno al Área Fuerte) han procurado la recuperación de otro conjunto de industria lítica (Calvo, 2012). De los 992 restos obtenidos, 159 (16%) presentan retoques de fabricación, los cuales configuran un total de 172 tipos primarios. La secuencia estructural por modos de retoque está encabezada por el modo Buril (34,3%), seguido de los modos Simple (32%), Abrupto (25, 6%), Écaillé (8,1%) y Plano, dentro del cual no se ha identificado ningún útil retocado. El grupo tipológico dominante es, también en este caso, el de los buriles (34, 3%), entre los que destacan, nuevamente, los del tipo Noailles (39% del total de estos), además de los diedros (27%) y los de retoque transversal o truncadura (17% sin contabilizar los Noailles). Menos peso cuantitativo tienen los buriles sobre plano natural y fractura (12%), así como los de «modificación terciaria de bisel» (5%), también presentes en el Conjunto W. Les siguen en importancia las truncaduras (13,4%), un buen número de elementos de retoque simple (tales como raederas [12,2%], raspadores [9,3%] y denticulados [8,7%]), écaillés (8%), láminas de dorso simples y truncadas (5,9%), becs (4,1%), y otra serie de grupos presentes en porcentajes menores al dos por ciento (cantos tallados simples [1,7%], abruptos [1,2%], puntas de retoque simple [0,6%] y puntas de dorso [0,6%]). El Conjunto W cuenta además con un total de 31 núcleos (y 4 fragmentos de núcleo), de los cuales 22 son simples nódulos testados (en su mayoría de la variedad de Gaintxurizketa). Los otros 9 presentan morfologías más estandarizadas, siendo cuatro piramidales, tres prismáticos y dos de tipo écaillé. La gran mayoría están vinculados a la extracción de lascas, destacando, por otro lado, un gran núcleo prismático elaborado sobre un nódulo de sílex tabular del que se han obtenido láminas de gran formato (de 11 centímetros o más). Esta serie presenta, por tanto, ciertas similitudes tecno-tipológicas con el Conjunto E (buriles de Noailles, buriles de «modificación terciaria de bisel» y truncaduras), encajando también de esta forma con lo descrito para los conjuntos líticos gravetienses de la región. Otra similitud con respecto a la otra serie se encuentra en algunos de los soportes empleados para la fabricación del utillaje. En el Conjunto W se ha documentado, así mismo, un uso reiterado de avivados (láminas cresta, cuñas y flancos de núcleo y tabletas de avivado) como soportes a retocar. La principal diferencia con respecto al Conjunto E radica en el gran peso cuantitativo que tienen en el Conjunto W los elementos de retoque simple y la moderada representación de los útiles abruptos, notablemente importantes en aquél (figs. 5 y 6). El estudio estadístico comparativo de ambas colecciones (Calvo, 2012) confirmó la alta significación de los simples (por Pensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 229-240 235 236 Aitor Calvo, Jesús Tapia, Álvaro Arrizabalaga y María José Iriarte-Chiapusso Figura 4. Industria lítica característica del Conjunto W: buriles de Noailles (1-6); buril sobre retoque transversal o truncadura (7); buril de paños latero-transversales (8) y buril de paños laterales (9); raspador frontal simple (10) y raspador frontal con retoque bilateral (11); truncadura normal o recta (12), truncadura angulosa (13) y truncadura normal cóncava (14); lámina de dorso pedunculada (15); raedera bilateral (16) y raedera lateral (17). Dibujos: Aitor Calvo. Pensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 229-240 El yacimiento de Ametzagaina (Donostia, País Vasco). Un campamento gravetiense al aire libre ... Figura 5. Histograma porcentual de los modos de retoque de ambos conjuntos. Figura 6. Histograma porcentual de los grupos tipológicos de ambos conjuntos. presencia) y de abruptos (por ausencia) dentro del Conjunto W. Esta divergencia podría tener un origen cronológico, tal y como pueden estar evidenciando algunos elementos que remiten a los tecnocomplejos auriñacienses, como láminas robustas o raederas elaboradas con netos retoques escaleriformes (en algún caso sobre soportes de negativos centrípetos). La existencia Pensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 229-240 237 238 Aitor Calvo, Jesús Tapia, Álvaro Arrizabalaga y María José Iriarte-Chiapusso de una fase(s) de ocupación previa(s) al Gravetiense debe ser, por tanto, tenida en consideración, aunque, en cualquier caso, ésta debió tener un papel menor en relación con la constatada en el periodo Gravetiense (debiendo ser asociada la mayor parte de la industria del Conjunto W a este último). La cadena operativa está bien representada, a falta, quizás, de soportes brutos enteros. Al igual que ocurre en el Conjunto E, esto parece responder, con toda probabilidad, a la propia naturaleza del asentamiento, y no así a un posible sesgo originado en la recolección de materiales en superficie. Los datos que arroja el cálculo de la «entropía relativa» (0.796 para los ordenes y 0.791 para los grupos tipológicos) parecen reflejar un relativamente bajo nivel de especialización del conjunto retocado. Ello nos lleva a considerar que los grupos humanos pudieron asentarse en la loma oeste de Ametzagaina con cierta continuidad y desarrollando un amplio espectro de actividades (el sitio no aparece marcado desde una perspectiva funcional). 5. Conclusiones. Ametzagaina en el contexto gravetiense regional Como ha sido recientemente planteado (Arrizabalaga e Iriarte, 2011a), la gran novedad en lo que se refiere a los yacimientos gravetienses cantábricos radica en el hallazgo de hasta cinco nuevos depósitos al aire libre, con una distribución sobre el mapa y altitudinal muy diferente de los habituales establecimientos en cueva. Tres de los casos (Pelbarte, Mugarduia Sur y Prado) aparecen vinculados a la explotación de recursos minerales de los afloramientos del interior. Los dos restantes (Irikaitz y Ametzagaina), no están tan claramente sesgados en lo funcional, aunque también es cierto que comparten área y altitud de dispersión con los tradicionales depósitos en cueva. A lo largo de las pasadas dos décadas, hemos asistido a una progresiva permeabilización de los territorios interiores del País Vasco (en el Valle del Ebro) a efectos, tanto de prospección de establecimientos superopaleolíticos, como de resultados obtenidos, por lo general, en depósitos al aire libre (Barandiarán et al., 2006). Esta inflexión historiográfica está permitiendo superar moldes antiguamente acuñados acerca de la falta de idoneidad de los territorios situados por encima de los 500 m de altitud (como el alto valle del Ebro) para su explotación durante las condiciones pleniglaciares dominantes en el Paleolítico superior. Igualmente, permite un diseño más adecuado de las estrategias de prospección para los años venideros. Más allá de las consideraciones acerca del propio yacimiento de Ametzagaina (su interesante emplazamiento, el polimorfismo de sus tecnocomplejos, el empleo masivo de materias primas locales, etc.), sobre un marco regional debemos destacar esta nueva imagen que nos transmiten los campamentos al aire libre. Como puede entenderse del análisis polínico de este depósito, propio de unas condiciones relativamente benignas, a lo largo de amplias fases del OIS2 se dan las circunstancias para que se puedan producir establecimientos exteriores. Los mecanismos de complementariedad entre estos asentamientos y los coetáneos vecinos, en cueva, requieren de una mejora sustancial del soporte geocronológico. Así, Ametzagaina se ubica a unos cinco kilómetros de Aitzbitarte III (cuyo nivel gravetiense está marcado por un frío intenso) (Altuna, 2002 y 2003), al igual que en las inmediaciones de Irikaitz se localizan los niveles gravetienses de Amalda (Altuna et al., 1990) y Ekain (Altuna y Merino, 1984). Finalmente, Ametzagaina nos aporta una pieza más en el complejo entramado del Gravetiense cantábrico. A pesar de que resulta complicado ordenar a los distintos conjuntos sobre el eje cronológico, discriminando fases sucesivas dentro de esta cultura, los tecnocomplejos líticos entre la Cueva de la Viña (Asturias) (Fortea, 1992) y la cueva de Alkerdi (Navarra) (Cava et al., 2009) muestran circunstancias muy contrastadas. Se trata de series marcadamente superopaleolíticas, en las que a veces se destacan los elementos de dorso y pedunculados, en Pensando el Gravetiense: nuevos datos para la región cantábrica en su contexto ... | Págs. 229-240 El yacimiento de Ametzagaina (Donostia, País Vasco). Un campamento gravetiense al aire libre ... ocasiones los objetos truncados y bitruncados y, casi siempre, son los buriles los modos de retoque dominantes (Ametzagaina se sitúa entre estos últimos). Sin embargo, resulta difícil establecer pautas transversales y válidas para todas las series gravetienses. Bibliografía ALTUNA, J. (2002): Cueva de Aitzbitarte III (Errenteria), Arkeoikuska 2001, pp. 128-130, Gobierno Vasco, Vitoria. — (2003): Cueva de Aitzbitarte III (Errenteria), Arkeoikuska 2002, pp. 116-118, Gobierno Vasco, Vitoria. ALTUNA, J.; BALDEÓN, A., y MARIEZKURRENA, K. (dirs.) (1990): La Cueva de Amalda (Zestoa, Pais Vasco). Ocupaciones paleoliticas y postpaleoliticas, Eusko Ikaskuntza, San Sebastián. ALTUNA, J., y MERINO, J. M. (dirs.) (1984): El yacimiento prehistórico de la cueva de Ekain (Deba, Guipuzcoa), Colección Beca Jose Miguel de Barandiarán, 1, 351 pp. Eusko Ikaskuntza, San Sebastián. ARRIZABALAGA, A. (1995): «La industria lítica del Paleolítico Superior Inicial en el Oriente Cantábrico». Tesis doctoral. Universidad del País Vasco, p. 1000, Vitoria. ARRIZABALAGA, A., e IRIARTE, M. J. (2008): Irikaitz (Zestoa, País Vasco). 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