INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
E
l territorio del actual estado de Morelos
formó parte del área cultural del Altiplano
Central, una de las áreas en las que se divide Mesoamérica, no solo por sus particularidades fisiográficas, puesto se encuentra en
las estribaciones del lado sur de la Sierra del Chichinautzin, que limita la cuenca de México, sino
también por su participación en un sinnúmero de
procesos sociales en los que concurrieron todos
los territorios de los actuales estados de Hidalgo,
Tlaxcala, Puebla, Estado de México y la Ciudad de
México. Por supuesto, estos procesos sociales no
se limitaron al Altiplano Central, sino que enlazan
a todas las otras áreas culturales que dan forma
Mesoamérica. A lo largo de 3000 años distintos
procesos fueron transformando a las sociedades
mesoamericanas; de tal manera, las manifestaciones culturales de los grupos que habitaron este
territorio, así como su distribución en el espacio,
son los indicadores que nos permiten no solo caracterizar a cada uno de los grupos que habitaron
esta área cultural, sino además proponer sobre los
mecanismos mediante los cuales se relacionaron
entre sí, incluidos el intercambio, la adopción y
transformación de ideas, la guerra, la migración, el
vasallaje, la tributación, entre muchos otros.
Una de las manifestaciones culturales producidas por los grupos mesoamericanos más
abundante es la cerámica, desde su aparición, alrededor de 2500 a.C. hasta la conquista española,
y todavía en la actualidad, la cerámica cubre un
amplio rango de necesidades sociales, políticas
y económicas de los grupos productores y consumidores. Así tenemos la vajilla utilizada para la
preparación y almacenamiento de alimentos (tinajas, ollas, cazuelas, comales); aquella que funcionó como “herramientas” de trabajo, tales como
los pequeños cajetes y malacates utilizados para
el tejido del algodón; la vajilla utilizada en los rituales religiosos (sahumerios, braceros, incluyendo las figuras cerámicas, pequeñas y grandes,
con representaciones de los dioses); y, por último,
está la cerámica cuya decoración les otorgan a los
usuarios una serie de identidades tales como de
grupo, clase, género, etc.
2
Ahora bien, describir el Posclásico Medio, periodo que abarca de 1150 a 1350 d.C., es hablar de
un periodo de gran inestabilidad política caracterizado por varias oleadas de grupos migrantes que
llegaron de manera consecutiva al Altiplano Central
y su integración con las poblaciones locales. Asociado a estos procesos de formación de nuevos
asentamientos con poblaciones pluriétnicas, se
tiene en el registro arqueológico del Altiplano Central la aparición de cerámica con decoración bícroma y polícroma que caracterizó tanto a grupos
como regiones específicas.
Para comprender los procesos que se presentan durante el Posclásico Medio, se debe de
retroceder algunos siglos en la historia mesoamericana. Entre los años 900 a 1150 d.C. se dieron
varios acontecimientos climáticos y sociales que
entrelazados transformarían la organización social, política y económica de los grupos que habitaron la región cultural del Altiplano Central y que
marcarían las características del siguiente periodo denominado Posclásico Medio. La sequía fue
uno de estos acontecimientos, un periodo de más
de 600 años de clima extremadamente caluroso,
que entre los años 500 y 1150 afectaron a toda
Mesoamérica. Esta sequía está asociada tanto al
colapso teotihuacano, como a la contracción de la
frontera norte de Mesoamérica. Esta frontera se
basa en las características culturales entre dos
áreas, las cuales se caracterizan de manera muy
básica como aquella en la que los grupos en su
mayoría tienen como principal sustento económico la agricultura (Mesoamérica) y aquella en que
los grupos en su mayoría obtienen sus recursos
de la recolección y caza de productos silvestres
(Aridoamérica). Esta contracción ocasionó la migración hacia el sur tanto de grupos agricultores
que se encontraban cercanos a esa frontera y que
se quedaron sin tierras propicias para practicar
la agricultura, como de cazadores – recolectores
que se habían acostumbrado a vivir en la periferia
de estos grupos.
El segundo acontecimiento tiene que ver
con la caída de los grandes centros regionales
del periodo Epiclásico, como lo fueron Xochicalco,
SUPLEMENTO CULTURAL EL TLACUACHE / NÚMERO 980
CENTRO INAH MORELOS
Señorío de
Xaltocan
Xoloc
Xocotitlan
Tizayuca
Xaltocan
Cuauhtitlan
Acolman
Señorío de
Coatlinchan
Señorío de
Tenayuca
Texcoco
Tenayuca
Huexotla
Atzcapotzalco
Tlacopan
Coatlinchan
Chimalhuacan
Chapultepec
Culhuacan
Coyoacan
Xico
Xochimilco
Señorío de
Culhuacan
Chalco
Señorío de
Xico
Figura 1. Cuenca de México.
Teotenango, Cacaxtla, entre muchos otros, alrededor del año 900, lo que ocasionó la fragmentación
y migración de los grupos que los constituyeron.
De tal manera, durante los siguientes 250 años,
excepto por el sitio de Tula, el Altiplano Central
tuvo un tamaño de población disminuido y ningún
asentamiento alcanzó las dimensiones e importancia de los anteriores centros regionales.
La región donde se encuentra la ciudad de
Tula está cerca del límite norte de Mesoamérica,
por lo que tuvo contacto con grupos norteños y
de Aridoamérica al menos desde el año 600 y se
propone que desde el año 800 los asentamientos
tenían ya características pluriétnicas, tal y como
lo mencionan para Tula, cuya fundación data del
año 950. Con el colapso de la urbe hacia 1150
inició el tercer acontecimiento, la entrada de grupos migrantes norteños en mayor cantidad, tanto
agricultores como cazadores recolectores, hacia
la cuenca de México y los valles circundantes. Así,
las fuentes documentales del siglo XVI mencio-
LOS VAIVENES DEL POSCLÁSICO MEDIO EN MORELOS
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INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
nan que los chichimecas encabezados por Xólotl
entran a la cuenca de México hacia 1175 o 1179,
fundando su capital en Tenayuca, mientras que los
mexicas son el último grupo que entra a la cuenca
de México alrededor de 1245, fundando su capital
Tenochtitlán alrededor de 1325; mientras que los
tlahuicas llegan a Morelos alrededor de 1220.
El Posclásico Medio en la Cuenca de México
Por tanto, el periodo Posclásico Medio en la región
del Altiplano Central inició alrededor de 1150 con
la caída de Tula, la presencia de grupos migrantes
de lenguas otopame y nahua en la cuenca de México y valles vecinos, y el fin del periodo de sequía.
Y termina en 1350, fecha que engloba varios acontecimientos como fue el inicio de la expansión del
estado hegemónico tepaneca de Azcapotzalco con
la conquista del importante señorío tolteca de Culhuacán en 1347, así como la ascensión al trono de
Azcapotzalco del Tlatoani Tezozomoc en 1371.
Por consiguiente, este periodo se caracterizó por la formación de comunidades pluriétnicas,
resultado de la llegada a la región de varias oleadas
de grupos migrantes, tanto otomíes, matlatzincas y
principalmente nahuas, y a su incorporación a las
poblaciones locales. No se trató de una conquista,
pues los migrantes no debieron ser grupos abundantes, sin embargo, los grupos locales tampoco
fueron de gran tamaño, resultado de la fragmentación social que se dio en el periodo anterior. Dos
de estos grupos nahuas migrantes son importantes para la historia de Morelos, los tlahuicas y los
xochimilcas a los que volveremos más adelante.
Además de no llegar a regiones despobladas, la mayoría de los grupos migrantes se encuentran con asentamientos importantes con
los cuales van a entablar una serie de alianzas,
por supuesto, la mayoría de las veces en posición subordinada. Por ejemplo, ya mencionamos
al chichimeca Xólotl y la fundación de Tenayuca
alrededor de 1175 en el extremo noroeste de la
cuenca de México. Pero más tarde, hacia 1200
aproximadamente, llegan los tepanecas, otomíes
y acolhuas también de lengua otopame, con otros
4
Figura 2. Azteca I (Séjourné 1990).
grupos migrantes de lengua nahua, quienes deben
solicitar a los que ya eran los dueños de la tierra
un territorio donde asentarse.
Siendo Xólotl el señor principal de esa área,
será él quien les otorgue la tierra, mediante una
alianza por medio del matrimonio de dos de sus
hijas; una con el señor tepaneca y la otra con el
otomí, mientras que el señor acolhua su matrimonio fue concertado con una hija de un señor tolteca
de Chalco. Y así se fundan los señoríos de Azcapotzalco, Xaltocan y Coatlinchan, bajo el control de
Tenayuca; claro está que la subordinación debió
materializarse por medio de la entrega de tributo al
señorío de Xólotl. Posteriormente, los tres señoríos
controlarán su área inmediata, siendo Atzcapotzalco quien termine dominando a Tenayuca.
El escenario se vuelve todavía más complejo, porque la caída de la ciudad de Tula también
ocasionó la diáspora de su población, quienes
se dirigieron hacia el sur de la cuenca de México,
unos se refugiaron en Culhuacán, antiguo aliado
de Tula y con el cual muy probablemente estuvieron emparentados; otro grupo fundó el señorío
SUPLEMENTO CULTURAL EL TLACUACHE / NÚMERO 980
CENTRO INAH MORELOS
Figura 3. Azteca II (Séjourné 1990).
de Chalco; y un tercer grupo se trasladó hasta
la ciudad de Cholula, donde se asentaron bajo el
permiso de los olmecas – xicalancas, a quienes
posteriormente los toltecas vencieron y tomaron
su ciudad.
La ubicación del señorío de Culhuacán fue
estratégica, ocupó el extremo noroeste de la península de Ixtapalapa; de esa manera, controló la
entrada hacia el lago de Xochimilco, así como la
orilla oeste del lago de México hasta Chapultepec.
Y es a este territorio que llegan los migrantes de
Aztlán llamados xochimilcas, alrededor de 1182,
y fundan varios señoríos en la orilla del lago, por
supuesto con el permiso de los señores toltecas.
Podemos concluir que la cuenca de México
está dividida en dos grandes grupos. Por una parte,
tenemos a los grupos chichimecas recién llegados que ocupan el norte, que incluye los lagos de
Texcoco y Zumpango y, por otra parte, hacia el
sur está la población que se considera heredera
de la tradición Tolteca. En la figura 1 se presenta
un plano retomado de Barlow 1958, pero con modificaciones que muestra este escenario.
El Posclásico medio en la Cuenca de México
desde el registro arqueológico
Desde una perspectiva de los materiales arqueológicos, el periodo del Posclásico Medio es sencillo
de ubicar, ya que es diagnóstico de su presencia
los materiales cerámicos de pasta de color anaranjado, realizada con las arcillas del lago sobre la
cual se colocó una decoración pintada con líneas
de color negro, a la cual se ha denominado de manera genérica como Azteca. Para este momento
son fácilmente distinguibles por sus motivos decorativos los tipos cerámicos Azteca I y Azteca II,
el primero corresponde a las ciudades fundadas
por los toltecas, siendo su principal exponente
Culhuacán, mientras que el segundo, corresponde
a las poblaciones fundadas por Xólotl, principalmente Tenayuca. El Azteca I se caracteriza porque
los motivos decorativos están compuestos de líneas negras paralelas al borde y formando motivos geométricos (figura 2); mientras que el Azteca
II sus motivos tienden a formar lo que se ha denominado “motivo de Zacate” líneas ligeramente
curvas y consecutivas simulando el crecimiento
de un pasto, o más propiamente los tules en la laguna (figura 3).
De tal manera, se puede apreciar en el registro una distribución similar a la que se plantea
por las fuentes, con dos cabeceras principales,
Culhuacán y Tenayuca, con un área de influencia
LOS VAIVENES DEL POSCLÁSICO MEDIO EN MORELOS
5
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muy clara para cada una de las mismas, teniendo
como diagnóstico de sus respectivas influencias
los tipos Azteca I y II.
El Posclásico Medio en Morelos
De la misma manera, que sucedió con los otomís,
los acolhuas y tepanecas, al llegar los tlahuicas a
la región poniente de Morelos, alrededor de 1220,
se encuentran con Teopanzolco, que es el señorío
propietario de las tierras que pretenden ocupar y,
muy probablemente, al cual solicitaron permiso
para ocupar la loma al poniente del señorío, por
lo cual debieron pagar tributo al propietario de las
tierras cedidas, si bien no se tiene ninguna información sobre si esta alianza se estableció mediante un matrimonio. Cabe aclarar que el nombre
de Teopanzolco de este importante asentamiento
es relativamente moderno, “el lugar de los templos
viejos”, lo que ha llevado al investigador Michael
E. Smith a plantear que es posible que las fuentes registren su presencia, pero bajo el nombre de
Cuauhnáhuac, principalmente con base en que
los Anales de Cuauhtitlán, documento redactado
a finales del siglo XVI, menciona una alianza entre
Tollan, Cuauhnáhuac, Huaxtepec, Cuauhchinango
y Cuahuacán, lo que ha sido interpretado por Smith como que Cuauhnáhuac ya existía en tiempos
toltecas, así como también el señorío de Huaxtepec (Smith 1983: 73).
Poco sabemos de este señorío de Teopanzolco, desafortunadamente, no contamos con
fuentes documentales del siglo XVI que nos permitan reconstruir su devenir; sin embargo, gracias a
investigaciones arqueológicas sobre este periodo
en Morelos se pueden plantear algunas conjeturas
sobre ello. Con base en el análisis de materiales
cerámicos de Teopanzolco y su relación con otros
sitios del poniente de Morelos, Smith propone la
fecha de su fundación alrededor de 1100 (2010); a
esto tenemos que sumar las excavaciones de Barbara Konieczna, quien encuentra una subestructura del Templo Doble de Teopanzolco y propone
que esta etapa temprana fue construida para 1150
(2018). Asimismo, Smith propone que este señorío fue ocupado por grupos de lengua otopame,
probablemente matlatzinca. Estas propuestas nos
6
Figura 4. Negro sobre rojo Teopanzolco.
permiten considerar a este gran asentamiento del
poniente de Morelos más o menos contemporáneo
con Tenayuca, con el que además comparte grandes similitudes arquitectónicas.
En cuanto al territorio controlado por Teopanzolco, contamos con la distribución de la cerámica decorada perteneciente a este sitio en toda la
región poniente de Morelos. Esta cerámica consiste
en varios tipos entre los que sobresalen el denominado A cuya decoración consiste en una banda
blanca tanto al interior como al exterior con líneas
onduladas entre cuyas curvas colocan tres líneas
rectas cortas formando semicírculos o un signo
con forma de S que se repite en todas las vasijas en
negro o rojo. En general las líneas negras delimitan
espacios en la vasija, raramente forman motivos.
Pero también resalta el tipo Negro sobre rojo que
enlaza a Teopanzolco con Tenayuca (figura 4).
Estos tipos cerámicos son encontrados en
sitios como Coatlán, Ixtlán, Tehuixtla, Mazatepec,
Xochicalco y Capilco; así que partimos de la idea
de que todo el poniente de Morelos estuvo bajo el
dominio teopanzolca. Hacia el sur, es posible que
el río Amacuzac y la Sierra de Huautla funcionaron como límites físicos de su territorio; aunque
su avance pudo ser detenido por varios grupos
étnicos del norte del actual estado de Guerrero,
como chontales y mazatecos. Con todo, se tiene
evidencia en Teopanzolco y en varios de los sitios
SUPLEMENTO CULTURAL EL TLACUACHE / NÚMERO 980
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del poniente de Morelos del intercambio con la región Chontal, así como con el centro de Guerrero,
vinculada a la presencia del tipo cerámico Yestla-Naranjo.
El límite este del territorio de Teopanzolco
tampoco es fácil de suponer. Teotenango es el
gran asentamiento ubicado al sur del valle de Toluca, ubicación estratétiga para controlar los principales pasos de las rutas de intercambio hacia
la tierra caliente del Estado de México, de donde
se obtenía sal, hacia los yacimientos de obsidiana
del Ucareo, Michoacán, y hacia el valle poniente
de Morelos, de donde el señorío obtenía algodón
y tintes. Si bien debieron ser competidores por el
control de algunas de esas rutas, parece ser que
Teopanzolco y Teotenango estuvieron fuertemente vinculados, al grado de que el primero emuló la
decoración de la cerámica matlatzinca (tipos F, G y
H de Teopanzolco), además de considerar que los
dos grupos compartieron la lengua otopameana
El límite oeste del territorio teopanzolca parece ser la Sierra Montenegro, ya que la evidencia
de su presencia en el valle oriente de Morelos es
mínima. Asimismo, la Sierra de Chichinautzin debió ser el límite norte del territorio de Teopanzolco,
ya que la evidencia de su relación con el sur de la
cuenca de México es sumamente escasa, es decir,
con los señoríos de Culhuacán y Chalco; sin embargo, son varios los indicadores que muestran
una fuerte la relación con Tenayuca, a pesar de
su ubicación en la lejana esquina noroeste de la
cuenca de México, visto desde la distancia de Morelos, pues además de las semejanzas arquitectónicas, comparten de manera abundante el estilo
decorativo cerámico Negro sobre rojo; sin embargo, la cerámica Negro sobre anaranjado Azteca II,
que debió funcionar como un elemento identitario
para Tenayuca, aparece en Teopanzolco y el poniente de Morelos de manera escasa, probablemente solo como una cerámica de intercambio.
De tal manera, tenemos en la región poniente un proceso de centralización que permitió
la fundación de Teopanzolco, como anteriormente
facilitó la formación de Xochicalco; y si bien ca-
Figura 5. Banda Blanca Oaxtepec.
recemos de datos que nos permita hablar de que
este señorío fue un estado conquistador, a la manera de los más tardíos imperios tepaneca y mexica, la presencia de los estilos de decoración de la
cerámica teopanzolca en toda la región evidencia
un dominio, tal vez como resultado del control del
intercambio, o bien debido a un proceso más lento de vinculación, en donde el establecimiento de
alianzas matrimoniales creo una red de subordinación y fidelidad a Teopanzolco.
Es a este escenario al que llegaron los
tlahuicas alrededor de 1220. Cuauhnáhuac fue
fundado en la loma enfrente de los teopanzolcas,
pero los tlahuicas se dividieron y fundaron los siguientes señoríos, con base en Fray Diego Durán,
cronista del siglo XVI, de Yauhtepec, Oaxtepec y
Yecapichtlan en la región oriente de Morelos y
Tlaquiltenango, hacia el sureste del poniente (figura 4). Al menos para Cuauhnáhuac sabemos,
con base en varias excavaciones llevadas a cabo
en la actual ciudad, que siguió los estilos de decoración cerámica de Teopanzolco, una manera de
identificarse con el gran señorío, aunque comenzaron a elaborar su propio discurso identitario, de
tal manera, aparecen vasijas cuya decoración es
el antecedente del posterior Polícromo Tlahuica.
LOS VAIVENES DEL POSCLÁSICO MEDIO EN MORELOS
7
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color negro y/o rojo, o bien alternando ambos colores (figura 5). Este estilo decorativo lo vamos a
tener en los sitios ubicados hacia el sur de Huaxtepec y llega hasta Anenecuilco y Olintepec hacia
el sur, y Cuautla hacia el este, lo que establece el
territorio vinculado de alguna manera con el señorío de Oaxtepec.
Figura 6. Blanco y anaranjado y negro sobre rojo.
La historia del oriente de Morelos es diferente a la del poniente; desde la caída de Teotihuacán
y con ello de su sistema de intercambio panmesoamericano, en el que varios sitios importantes de
esta región funcionaron como nodos en esa red, no
se volvió a dar un proceso de centralización hasta
el Posclásico Tardío. Así que esta región a la que
llegaron los migrantes provenientes del sur de la
cuenca de México y del poniente de Morelos tenía asentamientos de menor tamaño y población
dispersa, atomizados políticamente. Sin embargo,
desconocemos el papel que jugó Huaxtepec para
el Posclásico Medio. Primeramente, aunque Durán
lo menciona como tlahuica, la “Relación de Huaxtepeque con sus estancias” menciona que su lengua
es más refinada o más tosca que la de los mexicanos, es decir, que pudieron hablar cualquiera de
las lenguas que se utilizaron en la región antes del
arribo de los nahuas: mixteco o popoloca, lo que
corroboraría la antigüedad del asentamientos y su
contemporaneidad cuando menos con Teopanzolco, sino es que con la propia Tula, como en la
cita ya mencionada. Asimismo, si bien no contamos con cerámica del Posclásico Medio, el estilo
decorativo de Huaxtepec del Posclásico Tardío no
tiene semejanzas con el Polícromo Tlahuica, siendo su decoración muy sencilla: sobre una banda
de color blanco pintaron con color negro una línea
continua de forma ondulada y entre las curvas terminaron el motivo pintando tres líneas cortas, en
8
Desafortunadamente, el Huaxtepec prehispánico ha desaparecido casi en su totalidad
por el avance urbano en dos momentos de su
historia: el periodo virreinal, con la construcción
del gran convento dominico, el convento de los
Hospitalarios de San Hipólito y varias haciendas
que extrajeron para su construcción gran cantidad de piedra de los antiguos templos y palacios;
así como en la actualidad ya que en los últimos
60 años se tiene una fuerte actividad constructiva moderna en el sitio.
Por lo que respecta a los xochimilcas, tras
cruzar la sierra de Chichinautzin, fundaron varios
señoríos en la región norte de Morelos, entre 1200
y 1220. Durán menciona a los siguientes pueblos
de Morelos como xochimilcas: Ocuituco, Tetela
del Volcán, Huayapan, Tlamimilolpan, Jumiltepec, Tlacotepec, Zacualpan, Temoac, Tlayacapan,
Totolapan y Tepoztlán; llegando los xochimilcas
hasta Tochimilco en lo que hoy es el estado de
Puebla. De tal manera, estos grupos de filiación
xochimilca se distribuyeron en Morelos en la zona
serrana, las laderas del Popocatépetl y el área de
escorrentía del volcán.
Es importante resaltar que todos los sitios
que las fuentes mencionan como xochimilcas,
compartieron el estilo decorativo característico
de Culhuacán, el Negro sobre anaranjado Azteca I,
creando una versión local del mismo denominado
actualmente como el tipo Negro sobre anaranjado
Morelos - Puebla que se encuentra en los sitios ya
mencionados; de tal suerte, son xochimilcas, pero
con la fuerte influencia del señorío de Culhuacán.
Yecapixtla es otro de los señoríos que Durán
menciona como tlahuica, sin embargo, la información arqueológica dice lo contrario. En Yecapixtla
SUPLEMENTO CULTURAL EL TLACUACHE / NÚMERO 980
CENTRO INAH MORELOS
Señorío de
Culhuacan
Totolapan
Tepoztlán
Teopanzolco
Tlayacapan
Yauhtepec
Huaxtepec
Yacapichtlán
Tlamiminolpa
Tetelan
Hueyapan
Ocuituco
Tlacoltepec
Capilco
Mazatepec
Anenecuilco
Señorío de
Teopanzolco
Zacualpan
Temoac
Olintepec
Señorío de
Oaxtepec
Las Pilas
Tetla
Ixtlán
Tlaquiltenango
Tehuixtla
Figura 7. Morelos.
se han encontrado los tipos xochimilcas ya mencionados (comunicación personal Raúl González
Quezada), por lo tanto, inferimos que Yecapixtla es
de filiación xochimilca; además corroborado con el
texto de la “Relación de la villa de Acapichtla y sus
estancias” que indica: “…dicen que los que poblaron
a esta villa eran, como está d[ic]ho, de Suchimilco,
y que, a los que hallaron aquí, por fuerza de armas
los echaron della, los cuales no supieron de dónde
habían venido.”
En el caso de Yauhtepec no tenemos duda
alguna de que es un señorío de filiación tlahuica,
pues su tipo Polícromo Tlahuica presenta una alta
calidad de manufactura. En este caso, no se ha
terminado el análisis de los materiales asociados
al posclásico Medio, de ahí que sólo podemos in-
ferir que la situación que presenta el señorío durante el Posclásico Tardío, fue la misma para el
Posclásico Medio. Y lo que se supone es que el
señorío de Yautepec mantuvo cercanas relaciones tanto con Cuauhnáhuac como Huaxtepec, y si
bien presenta una clara filiación tlahuica, también
demuestra una furiosa independendencia de ambos señoríos.
En cuanto a los señoríos de Tlacotepec y
Hueyapan que se ubican en el extremo noreste del
estado de Morelos, sobre la ladera del volcán Popocatépetl, la cerámica encontrada en Tlacotepec
nos indica una fuerte relación con el señorío poblano de Atlixco. El tipo característico es el blanco y
anaranjado y negro sobre rojo que se encuentra en
toda esta región como el tipo dominante (figura 6),
LOS VAIVENES DEL POSCLÁSICO MEDIO EN MORELOS
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INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA
si bien aparece esporádicamente en otras regiones
del estado como posible intercambio.
De tal manera, tanto con datos de fuentes
como con el análisis de los materiales cerámicos,
los cuales han permitido llenar muchos de los
huecos que las fuentes han dejado en referencia
a Morelos, podemos concluir que el territorio de
Morelos presenta la misma complejidad que la
cuenca de México para el Posclásico Medio. Se
tuvo la presencia de por lo menos tres grandes señoríos que influenciaron todo el territorio. El señorío de Tepoanzolco, el de Culhuacán-Xochimilco y
el de Huaxtepec; pero también se debe considerar
a Yauhtepec, un señorío de menor tamaño, pero
estratégicamente ubicado, lo que le permitió mantener una fiera independencia frente a los otros
tres (figura 7).
10
Referencias:
Acuña, René, “Relación de las cuatro villas, Relación
de la villa de Acapichtlan y sus estancias, con
la pintura”, Relaciones geográficas del siglo
XVI México Tomo I, Primera edición electrónica, 2017 http://ru.iia.unam.mx:8080/xmlui/
handle/10684/97. (Revisada el 7 de mayo del
2021)
-------Relación de las cuatro villas, La villa de Huaxtepeque con sus estancias, con la pintura” Relaciones geográficas del siglo XVI México Tomo
I, Primera edición electrónica, 2017 http://
ru.iia.unam.mx:8080/xmlui/handle/10684/97.
(Revisada el 7 de mayo del 2021)
Konieczna, Bárbara y Georgia Y. Bravo López, “Al interior de la pirámide de Teopanzolco”, Tlacuache
no. 863, Suplemento cultural del Centro INAH
Morelos, 2018.
Smith, Michael E., Postclassic Culture Change in Western Morelos, Mexico: The Development and
Correlation of Archaeological and Ethnohistorical Chronologies, Ph. D. disertación, Departamento de Antropología, University of Illinois,
Illinois, 1983.
------“La época posclásica en Morelos: surgimiento
de los tlahuicas y xochimilcas”, Sandra López
Varela (ed.), La arqueología en Morelos: Dinámicas sociales sobre las construcciones de la
cultura material, Historia de Morelos: Tierra,
gente, tiempos del Sur, Poder ejecutivo del
estado de Morelos / UAEM / Ayuntamiento
de Cuernavaca / Cuernavaca, Tomo 2, 2010:
131–156.
SUPLEMENTO CULTURAL EL TLACUACHE / NÚMERO 980
CENTRO INAH MORELOS
Editor de este número:
Giselle Canto Aguilar
Órgano de difusión de la
comunidad del INAH Morelos
Consejo Editorial
Erick Alvarado Tenorio
Giselle Canto Aguilar
Eduardo Corona Martínez
Raúl González Quezada
Luis Miguel Morayta Mendoza
Tania Alejandra Ramírez Rocha
El contenido es responsabilidad
de sus autores.
Karina Morales Loza
Coordinación de difusión
Adriana Paola Ascencio Zepeda
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Apoyo operativo y tecnológico
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y Documentación (CID)
Sugerencias y comentarios:
difusion.mor@inah.gob.mx
Crédito foto portada:
Figura blanco y anaranjado
y negro sobre rojo
Centro INAH Morelos
Matamoros 14, Acapantzingo,
Cuernavaca, Morelos.
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