Índice
Presentación ...................................................................................................................................... 7
La medición de la esperanza de vida libre de limitaciones cognitivas
y la esperanza de vida con limitaciones cognitivas en América Latina .....................11
Nélida Redondo, Gilbert Brenes Camacho, Marcela Agudelo Botero,
Carolina Guidotti, Dalia Romero, Moisés H. Sandoval
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación
a nivel subnacional en América Latina ..................................................................................37
Gabriel Mendes Borges
Familias transnacionales de brasileños a principios del siglo XXI:
aportes para el análisis y la medición ................................................................................ 65
Marden Campos
La fecundidad de las migrantes del Estado Plurinacional de Bolivia,
el Paraguay y el Perú en el Área Metropolitana de Buenos Aires
en la primera década del siglo XXI ................................................................................................91
Javiera Fanta Garrido, Daniel Esteban Quiroga, Roberto Ariel Abeldaño
Niveles y tendencias de la fecundidad en niñas y adolescentes de 10 a 14 años
en México y características de las menores y de los padres de sus hijos e hijas,
a partir de las estadísticas vitales de nacimientos de 1990 a 2016 ..............................117
Eloina Meneses, Mitzi Ramírez
Una metodología para estimar los femicidios en la Argentina
a partir de las estadísticas vitales...........................................................................................153
Jimena Kohan
Migración de retorno en el Paraguay: características e inserción sociolaboral.......185
Edith Arrúa, Sebastián Bruno
Transiciones demográficas, nuevas formas residenciales y segregación social:
transformaciones recientes del espacio urbano de Bogotá .........................................217
Diva Marcela García García, Juan Antonio Módenes Cabrerizo
Segregación socioterritorial en la Región Metropolitana de Buenos Aires:
análisis espacial intraurbano, características
y evolución reciente, 2001-2010 ...............................................................................................251
Albano Blas Vergara Parra
Dividendo demográfico y migración en El Salvador:
¿cuánto se ha perdido? .............................................................................................................285
Werner Peña, María Elena Rivera
Presentación
El número 106 de Notas de Población está conformado por 10 artículos, en cuya elaboración
han participado 21 colaboradores, lo que denota el gran interés de las y los investigadores
por contribuir a esta edición de la revista. Los artículos abordan, como es habitual, diversos
temas de investigación, esta vez relacionados con la mortalidad, el transnacionalismo
migratorio y la fecundidad de las migrantes, así como la fecundidad adolescente, el femicidio,
la migración de retorno, la segregación en el espacio urbano y el dividendo demográfico. En
suma, temas relevantes para los estudios de población y las políticas públicas.
En primer lugar, los autores Nélida Redondo, Gilbert Brenes Camacho, Marcela
Agudelo Botero, Carolina A. Guidotti González, Dalia Romero y Moisés H. Sandoval, en su
artículo “La medición de la esperanza de vida libre de limitaciones cognitivas y la esperanza
de vida con limitaciones cognitivas en América Latina”, analizan la relación entre dichas
limitaciones y los años de vida en seis países (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México y
Uruguay) a partir de los 60 años de edad, aplicando el método de Sullivan. Posteriormente,
contrastan los resultados de las mediciones subjetivas con los de mediciones basadas en la
aplicación de pruebas de deterioro cognitivo en dos de los países estudiados. Concluyen que
existe una brecha entre las mediciones subjetivas y las objetivas, lo que podría indicar la
subestimación del fenómeno cuando se utilizan las primeras.
Gabriel Mendes Borges, en su trabajo “Teorías y medidas de convergencia demográfica: una
aplicación a nivel subnacional en América Latina”, explora un tema sobre el que los estudiosos
del ámbito de la demografía han debatido ampliamente, si bien no han llegado a conclusiones
inequívocas. El mismo término “convergencia” puede interpretarse de diversas maneras. En este
artículo, se analizan algunos indicadores de mortalidad y fecundidad y se propone una nueva
metodología para interpretar este fenómeno. El autor utiliza varias medidas de convergencia para
estudiar el caso de los estados del Brasil y señala, en su examen de los datos, que la combinación
de distintas medidas proporciona una descripción adecuada de los procesos analizados.
En el siguiente artículo, titulado “Familias transnacionales de brasileños a principios
del siglo XXI: aportes para el análisis y la medición”, Marden Campos aborda el
transnacionalismo desde un punto de vista tanto teórico como metodológico. El autor ofrece
un marco conceptual para caracterizar las unidades familiares transnacionales, así como un
análisis de las posibilidades y limitaciones de los datos del Censo de Población del Brasil
de 2010 para la identificación y el estudio de las familias transnacionales. Los resultados
del análisis revelan que, si bien la existencia de familias transnacionales es un fenómeno
significativo en términos cuantitativos en algunas regiones del país, debido a la manera en que
son recopilados, los datos no permiten caracterizar las relaciones familiares transnacionales
entre los migrantes y sus familias. Así, el autor resalta la importancia de incorporar un
enfoque familiar en el estudio de la migración internacional actual y la necesidad de realizar
ajustes teóricos y metodológicos para dar cuenta de este hecho sociocultural.
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Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
Javiera Fanta, Daniel Esteban Quiroga y Ariel Abeldaño abordan el tema de la fecundidad
de las migrantes en su trabajo titulado “La fecundidad de las migrantes del Estado Plurinacional
de Bolivia, el Paraguay y el Perú en el Área Metropolitana de Buenos Aires en la primera
década del siglo XXI”. Los autores se proponen determinar cuál ha sido la contribución de las
inmigrantes bolivianas, paraguayas y peruanas a la fecundidad total de la zona en el período
2001-2010. Para ello, comparan indicadores de fecundidad de cohorte y de período entre
mujeres inmigrantes y nativas, y observan que las mujeres inmigrantes presentan un mayor
nivel de fecundidad, hecho asociado a un calendario reproductivo más temprano que el de las
nativas. Con todo, el aporte de estas mujeres inmigrantes a la natalidad es más bien moderado,
por lo que su contribución a la fecundidad total es estadísticamente irrelevante.
Continuando con el tema de la fecundidad, el artículo de Eloina Meneses y Mitzi Ramírez,
“Niveles y tendencias de la fecundidad en niñas y adolescentes de 10 a 14 años en México y
características de las menores y de los padres de sus hijos e hijas, a partir de las estadísticas
vitales de nacimientos de 1990 a 2016”, tiene un doble propósito: realizar un diagnóstico del
embarazo en niñas y adolescentes menores de 15 años en México y caracterizar, desde una
perspectiva sociodemográfica, a las madres menores de 15 años y a los progenitores de sus
hijos e hijas, a partir de la reconstrucción de estadísticas vitales de nacimientos de 1990 a
2016. Entre los hallazgos más importantes que presentan las autoras, se observa un aumento
considerable de la fecundidad adolescente e infantil en el período de análisis, principalmente
en el área rural, así como el hecho de que una gran mayoría de estas niñas y adolescentes se
encuentran unidas o en matrimonio, muestran rezago escolar, se dedican a los quehaceres del
hogar y tienen pocas oportunidades de continuar sus estudios. Por último, los padres de sus
hijos e hijas suelen ser mayores que ellas y, en general, cuentan con un trabajo remunerado.
El siguiente artículo, elaborado por Jimena Kohan y titulado “Una metodología para
estimar los femicidios en la Argentina a partir de las estadísticas vitales”, constituye una
propuesta novedosa para cuantificar este preocupante fenómeno social puesto de relieve por los
movimientos de mujeres y por los defensores de los derechos humanos, entre otros actores. Si
bien parte definiendo el femicidio como un tipo de homicidio que tiene su origen en la dinámica
de las relaciones de poder y desigualdad entre hombres y mujeres, la autora identifica una serie
de dificultades para investigar este problema, como la ausencia de una definición unívoca, la
existencia de fuentes diversas, heterogéneas e incompatibles entre sí y la escasa rigurosidad
estadística de dichas fuentes, que dificulta, a su vez, la posibilidad de comparar los datos
obtenidos. Dichas carencias constituyen la motivación para llevar a cabo este estudio. La fuente
de datos original es el Informe Estadístico de Defunción, que contiene las causas de muerte
catalogadas según la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de
Salud Conexos (CIE-10). De esta manera, se construye una definición operacional de “femicidio”
que incluye las defunciones de mujeres por causas externas: agresiones (homicidas) y aquellas
donde se puede suponer una intencionalidad. Sobre la base de datos del período 2002-2010, se
encuentra que el número de femicidios en la Argentina no se incrementó en dicho período.
Si bien la migración internacional es un tema que se encuentra cada vez más presente
en la agenda de investigación, el tema del retorno no ha sido de los más estudiados. Edith
Arrúa y Sebastián Bruno abordan este tema en su trabajo “Migración de retorno en el
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
Paraguay: características e inserción sociolaboral”. Teniendo en cuenta los cambios en los
patrones migratorios relacionados con el retorno en el Paraguay, resulta pertinente estimar
su magnitud, sus características sociodemográficas, los diferenciales de inserción laboral
y los patrones generales de los itinerarios migratorios. A través de una encuesta ad hoc,
los autores estimaron que, en los últimos diez años, regresaron a su país de origen 67.541
paraguayos de 18 años y más. En este universo, destaca la preeminencia del retorno desde
la Argentina, relativamente invisibilizado por la mayor problematización social del retorno
desde España. En cuanto a la inserción laboral de los retornados, predominan el trabajo
por cuenta propia y el desarrollo de actividades laborales en unidades económicas de
micro y pequeña escala. Finalmente, la periodización de los itinerarios permite observar la
importancia de la emigración entre 2004 y 2008 y del retorno entre 2013 y 2016.
A continuación, se incluyen dos trabajos que comparten una aproximación territorial
a los problemas de población. El primero de ellos, “Transiciones demográficas, nuevas
formas residenciales y segregación social: transformaciones recientes del espacio urbano de
Bogotá”, elaborado por Diva García y Juan Módenes, se centra en Bogotá. En él se analizan
las transformaciones de la ciudad en las últimas décadas, buscando comprender la relación
entre la oferta residencial (tipos y cantidades de viviendas) y la demanda residencial,
influida por el perfil de los hogares, que se ha venido transformando en función de los
cambios de los patrones demográficos y las nuevas formas de entender la vida familiar.
La estrategia metodológica empleada fue el trabajo con microdatos censales de 1993
y 2005 (las ediciones más recientes en el caso de Colombia), relacionando las variables
exploradas mediante la técnica de clúster. Los autores concluyen que la convergencia de las
transformaciones urbanas (terrenos disponibles, infraestructura y procesos de expansión),
de la vivienda (tipologías y tamaños residenciales) y de las formas de ocupación (tamaño y
tipo de los hogares, densidad dentro de la vivienda), ha dado lugar a una forma específica
de poblamiento de Bogotá, que sugiere la existencia de un sistema residencial dual, muy
dependiente de las condiciones socioeconómicas de los hogares. A ello se suma la existencia
de patrones de segregación demográfica, apreciables en las diferencias de tamaño de los
hogares, lo que contribuye a reforzar la exclusión y la vulnerabilidad.
En el segundo artículo relacionado con esta línea de investigación, “Segregación
socioterritorial en la Región Metropolitana de Buenos Aires: análisis espacial intraurbano,
características y evolución reciente, 2001-2010”, Albano Vergara se propone medir
la segregación residencial en tres grupos sociales desfavorecidos (hogares de nivel
socioeconómico bajo, hogares con carencias habitacionales y hogares con jefes inmigrantes
del Estado Plurinacional de Bolivia, el Paraguay y el Perú) en la Región Metropolitana de
Buenos Aires, con el fin de detectar los principales cambios ocurridos entre 2001 y 2010.
Se busca averiguar si en el período tuvo lugar un proceso de mayor segregación de dichos
grupos —considerados los más desaventajados respecto al acceso a la ciudad— o si, por el
contrario, se redujo la segregación residencial tras una década de crecimiento económico
y mejoras distributivas. Los resultados apuntan al mantenimiento de la segregación en el
período analizado y, en concreto, a la intensificación de la segregación residencial en el caso
de los inmigrantes.
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10
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
Este número de Notas de Población se cierra con un trabajo sobre el bono demográfico,
tema que continúa siendo relevante en algunos países de la región. Se trata del artículo de
los autores Werner Peña y María Elena Rivera, titulado “Dividendo demográfico y migración
en El Salvador: ¿cuánto se ha perdido?”. Peña y Rivera comienzan destacando el particular
momento demográfico en que se encuentra la población de El Salvador, que supone que
la relación de dependencia continuará disminuyendo hasta 2032-2033, por lo que el país
seguirá disfrutando de una condición demográfica favorable durante los próximos 15 años.
Sin embargo, advierten que, para aprovechar los potenciales beneficios asociados, el país
debe implementar las medidas de política pública correspondientes. De acuerdo con los
datos, la baja inversión en capital humano y la productividad laboral también modesta
no estarían permitiendo a El Salvador obtener todos los beneficios que el dividendo
demográfico puede proporcionar. Los autores ponen de relieve que, si bien la contribución
del dividendo demográfico al crecimiento del producto ha sido positiva, la emigración de
salvadoreños en edades productivas estaría impidiendo al país extraer el máximo provecho
posible de este fenómeno.
Comité Editorial de Notas de Población
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 • págs. 217-250
217
Transiciones demográficas, nuevas
formas residenciales y segregación
social: transformaciones recientes
del espacio urbano de Bogotá1
Diva Marcela García García2
Juan Antonio Módenes Cabrerizo3
Recibido: 10/03/2018
Aceptado: 04/05/2018
Resumen
Los patrones demográficos y socioeconómicos de la población guardan relación con las
transformaciones territoriales de los entornos urbanos, siendo la vivienda uno de los enclaves
que articulan esta relación. A partir de esta premisa, se analizan las transformaciones de
Bogotá en las últimas décadas, buscando comprender cómo se ha gestado la relación
entre la oferta residencial (tipos y cantidades de viviendas) y la demanda, constituida por
hogares que se transforman en función de los cambios de los patrones demográficos y la
forma de entender la vida familiar. Se utilizaron los microdatos censales de 1993 y 2005
(las dos ediciones más recientes) y se analizaron en función del nivel socioeconómico
calculado, relacionando las variables exploradas a partir de la técnica de clúster. Como
resultado, se observó la consolidación de un patrón dual de segregación demográfica
a partir de los tamaños y tipologías del hogar, que se transforman de manera distinta en
función de las características socioeconómicas de la población.
Palabras clave: demografía residencial, transición demográfica, segregación,
hogares, clúster.
1
2
3
Documento elaborado en el marco de la tesis de doctorado en Demografía titulada “Análisis demográfico del
sistema residencial de Bogotá”.
Socióloga. Doctoranda en Demografía. Pontificia Universidad Javeriana (sede Bogotá) y Centro de Estudios
Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona. Correo electrónico: marcela.garcia033@gmail.com.
Geógrafo. Doctor en Demografía. Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Correo electrónico: jamodenes@ced.uab.es.
Gabriel Mendes Borges
218 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
Abstract
Demographic and socioeconomic population patterns relate to territorial changes in
urban environments, with housing being one of the factors articulating this relationship.
On this basis, this article analyses changes in Bogotá in recent decades, seeking
to understand the formation of the relationship between housing supply (types and
quantities of housing) and demand, consisting of households that are transformed
by changes in demographic patterns and ways of understanding family life. Census
microdata from 1993 and 2005 (the two most recent issues) are analysed on the basis of
socioeconomic level, linking the variables using the cluster technique. It was found that
a dual pattern of population segregation by household typology and size has become
established, and their evolution varies depending on the socioeconomic characteristics
of the population.
Keywords: residential demography, demographic transition, segregation, households, cluster.
Résumé
Les profils démographiques et socioéconomiques de la population sont associés aux
transformations territoriales des environnements urbains, le logement étant l’une des
enceintes où s’articule cette relation. Sur la base de cette prémisse, l’article se penche sur
les transformations survenues à Bogota au cours des dernières décennies, en cherchant
à comprendre comment s’est développée la relation entre l’offre résidentielle (types et
quantités de logements) et la demande, composée de ménages qui se transforment en
fonction de l’évolution démographique et de la conception de la vie familiale. L’auteur
a utilisé et analysé les microdonnées des recensements de 1993 et 2005 (les deux
éditions les plus récentes) en fonction du niveau socio-économique calculé, en mettant
en relation les variables explorées à partir de la technique des grappes. Cette approche
a permis d’observer la consolidation d’une double ségrégation démographique sur la
base de la taille et de la typologie des ménages, qui se transforment différemment selon
les caractéristiques socio-économiques de la population.
Mots clés: démographie résidentielle, transition démographique, ségrégation, ménages,
grappe.
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 219
Introducción
El presente trabajo parte de la premisa de que los patrones demográficos y socioeconómicos
de la población se constituyen, junto con otros elementos, en sustrato de la heterogeneidad
territorial de los entornos urbanos. Sus transformaciones desempeñan un papel capital en la
comprensión de los cambios y necesidades actuales y futuras que deben considerarse en la
planeación del territorio. En esta relación entre población y territorio, el análisis de la vivienda
resulta fundamental, dado el lugar que ocupan los hogares en la ciudad y en el sistema social.
Dicha premisa soporta el análisis que se hará sobre la ciudad de Bogotá. Se trata
de un contexto altamente segregado socioeconómicamente, que en las últimas décadas ha
experimentado profundas transformaciones tanto en sus características demográficas como
en su sistema residencial.
Con respecto a los comportamientos demográficos, el avance de la ciudad durante la
transición demográfica no es homogéneo. Se perciben tendencias territoriales diferenciadas,
que hacen que las localidades de las zonas céntricas se encuentren en una etapa más
avanzada de la transición que las del borde sur (Secretaría Distrital de Planeación, 2014)4.
De ahí que la primera pregunta que se plantea en este artículo versa sobre la evolución
de la distribución territorial de los patrones demográficos que más afectan la demanda
residencial en Bogotá. Es necesario saber si se entremezclan o yuxtaponen, de modo que
produzcan patrones de segregación demográfica.
Por otra parte, Bogotá viene experimentado un proceso de expansión urbana que
produce más unidades residenciales. Además, viene transformando ágilmente su parque
existente, condiciones que generan un proceso convergente de implantación del modelo de
viviendas multifamiliares (apartamentos). Por ello, una segunda pregunta que se abordará
será: ¿cómo se han dado las transformaciones en la concentración territorial de la oferta
residencial, específicamente en las tipologías de vivienda?
Al tener claridad sobre estas dos preguntas, podrá abordarse la forma en que se ha
gestado la relación entre la oferta y la demanda residencial en Bogotá en las últimas décadas,
en términos de lo acompasado o no de sus ritmos y de las implicaciones territoriales de estas
transformaciones. Con este análisis se pretende comprender las lógicas subyacentes de los
fenómenos de segregación existentes y obtener pistas sobre la dotación específica de bienes
y servicios urbanos en las distintas zonas de la ciudad, incluido el sector de la vivienda.
Como hipótesis general, el análisis partirá de la fuerte incidencia de la variable
socioeconómica de la población, tanto sobre sus comportamientos demográficos como sobre
sus posibilidades de acceder a oportunidades residenciales, que se localizan de manera
específica en el espacio urbano de la ciudad. Con base en lo anterior, pueden registrarse
patrones duales que definen geográficamente diferentes formas de ocupar la ciudad y
profundizan la pobreza en algunos grupos vulnerables.
4
División administrativa de la ciudad a partir de parámetros de proximidad geográfica. Bogotá se divide en
19 localidades urbanas y 1 rural, que funcionan sobre la base de un esquema de desconcentración administrativa.
Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo
220 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
La respuesta a esas tres preguntas respecto del último período intercensal (1993-2005),
en el nivel de análisis macro sobre la ciudad de Bogotá, comporta el objetivo del presente
artículo, que da estructura al capítulo de resultados en el que se realiza un análisis descriptivo
y territorializado de los microdatos censales.
A. Marco conceptual
La relación entre población y territorio se materializa, entre otras cosas, a través del hecho
residencial, que aborda la vivienda como parte de una estructura social (Cortés, 1995). La
población se organiza en hogares que ocupan viviendas producidas, adquiridas y ocupadas
de maneras específicas según un conjunto de condiciones propias del sistema residencial
al que corresponden5. Este último se entiende como la diversidad de relaciones mutuas
de los contextos demográfico, social, político y territorial, con los mercados y estructuras
residenciales (Boelhouwer y Heijden, 1993)(Bourne, 1981). A su vez, la actividad residencial
es una de las que definen principalmente las pautas de uso, construcción y consumo del
espacio urbano.
Autores como Mulder (2006) han desarrollado conceptualmente la relación de doble
vía entre población y vivienda. En la primera vía, se considera que el mercado de las
viviendas, aunque está muy condicionado por elementos legales e inmobiliarios, también
lo está por las características demográficas de la sociedad. De allí que tendencias como el
envejecimiento, el crecimiento de la fuerza potencial de trabajo, la reducción del tamaño y
la diversificación de las tipologías de hogares sean elementos que deben considerarse en
el estudio y la gestión del ámbito residencial (Hooimeijer, 1990). Lo anterior comporta las
características de la demanda residencial, marcada por las necesidades diferenciadas según
las características y preferencias de los hogares (Van Der Heijden, 2013).
Del otro lado de la relación, se analizan los condicionantes que ejerce la vivienda sobre
la población, por ejemplo, cómo la disponibilidad, tipo y tamaño de las viviendas pueden
afectar el calendario y la intensidad de las uniones y la fecundidad (Mulder, 2006). En este
sentido, se parte de que el parque de viviendas disponibles es una cantidad alterable por
procesos de construcción, demolición y conversión, que se expande en función del aumento
de la demanda o de procesos de expansión económica y que, una vez construida, puede
suministrar oportunidades residenciales para varios hogares a lo largo de su vida útil, a
través de los procesos de filtrado y cadenas de vacantes (Myers, 1990). En el marco de esta
relación, “el punto final sería ver cómo la oferta no solo se adapta a la demanda sino que los
agentes productores de vivienda condicionan tanto su evolución como los valores familiares
relacionados” (Módenes Cabrerizo, 1998, pág. 94).
5
Entendidas como la unidad doméstica que incluye una economía compartida, una domesticidad colectiva, el sustrato
cotidiano (Jelin, 1998). El concepto resulta más fácil de captar en censos y encuestas que el de familia, considerada
como institución social que regula, orienta y confiere significado social y cultural a la reproducción y a la sexualidad,
que implica relaciones de parentesco, pero no necesariamente de convivencia.
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 221
En los siguientes apartados conceptuales se abordará con más profundidad el problema
de los cambios en la demanda y la oferta residencial. De momento, cabe resaltar el hecho de
que esta relación y dinámica entre oferta y demanda no sucede en el vacío, sino que opera
en una fase específica del capitalismo. Dicha fase se caracteriza por la reestructuración
productiva y el auge de las economías globalizadas, que otorgan al mercado la función de la
regulación económica y al capital privado, un rol central en el ejercicio de la acumulación y
el crecimiento (Harvey, 1998).
Los efectos de esta fase económica sobre la configuración territorial se relacionan
con el fortalecimiento de la dualidad de las grandes ciudades, que, a partir de procesos
de especulación y presión inmobiliaria sobre zonas de alta importancia para la gestión y
alojamiento de actividades económicas de escala mundial, crean zonas de exclusión para
las poblaciones más pobres (Sassen, 1999). Como resultado de lo anterior y de los cambios
tecnológicos propios de la era de la globalización, se profundizan las relaciones productivas
y residenciales en un ámbito geográfico cada vez más extenso, lo que consolida las dinámicas
de expansión territorial (De Mattos, 2010).
En ese escenario que condiciona las posibilidades de los hogares según sus características
demográficas, estos definen sus preferencias residenciales en términos de su tipo, espacio,
tenencia y precios. Dichos factores se conjugan de distintas maneras en diferentes sitios de la
ciudad, según la capacidad de pago del hogar (que también se relaciona con su composición
y la existencia de uno o varios ingresos económicos) (Gober, 1990).
Ante situaciones de movilidad residencial forzada o voluntaria, de reajuste entre las
necesidades, expectativas y posibilidades de los hogares, se toman decisiones de localización
en función del nivel social y los costos de desplazamiento debido a la distancia hasta el centro
de la ciudad o hasta las zonas donde se concentran las principales actividades económicas y
de servicios. También entra en el cálculo la proximidad a los sistemas familiares de apoyo,
que suelen ser intergeneracionales (Gober, 1990) y disgregarse en el territorio con el avance
del proceso de nuclearización de los hogares y los cambios en las tipologías residenciales.
Lo anterior produce distintos tipos y niveles de segregación residencial, entendida
como la distribución desigual de grupos de población en el territorio, que se manifiesta tanto
por la proximidad entre los espacios residenciales de los diferentes grupos, como por la
homogeneidad social de las zonas en que se organiza la ciudad (Rodríguez y Arriagada, 2004).
Aunque suele medirse la segregación a partir de las características socioeconómicas
de la población, otros componentes del proceso segregativo traducen en el espacio urbano
diferencias sociales que son resultado de otros “registros de la distancia social” (Grafmeyes,
1994, pág. 195, citado en Dureau y otros, 2015), como es el caso de los comportamientos
demográficos, materializados en tipologías de hogar y formas de convivencia. Aparece
así la dimensión demográfica como un complemento para el análisis de las condiciones
estructurales que generan brechas socioeconómicas y pueden representar ventajas o
trampas de pobreza intergeneracionales.
Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo
222 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
Las características demográficas y socioeconómicas de los hogares que ocupan las
viviendas, así como sus formas de uso y ocupación, producen cambios físicos y simbólicos
en los vecindarios, que revelan las relaciones de poder y los significados del territorio. De
ahí que pueda identificarse una relación entre la demografía de los hogares y la producción
social de los patrones de transformación urbana (Myers, 1990).
Además, el impacto territorial de esa relación puede producir resultados específicos
en términos de densidad urbana, que es un indicador por excelencia de la intensidad de
ocupación del suelo y refleja los procesos de distribución de la población en las ciudades (Le
Roux, 2015). Para poder comprender a una escala más precisa los procesos de densificación,
resulta necesario estudiar las dinámicas en el seno de la vivienda, determinadas por los
cambios demográficos y sociales que afectan los arreglos residenciales (Le Roux, 2015).
1.
Cambios demográficos y conformación de la demanda
de vivienda en América Latina
Los cambios sociales producidos a ritmos e intensidades diferentes según cada contexto y
período, y que inciden en los comportamientos demográficos de los hogares, tienen como
consecuencia la conformación de una demanda específica de vivienda. Dichos cambios se
han recogido teóricamente en el paradigma de la transición demográfica6. (Arriagada, 2003)
En este marco existen modalidades y ritmos altamente diferenciados entre los países
desarrollados y los de desarrollo más reciente. Incluso entre estos últimos se puede apreciar
su diversidad (Zavala de Cosío, 1995).
Por ello, las etapas de la transición demográfica pueden asociarse con distintos niveles
de desarrollo relativo, de manera que las zonas más avanzadas en la transición reportan
mejores niveles de vida y una modernización más extendida (Arriagada, 2003).
En el caso de América Latina, se evidencia que en los sectores de mayor nivel
de educación e ingresos se están difundiendo patrones de conducta sexual, nupcial y
reproductiva muy extendidos en la actualidad en los países desarrollados. Estos se asocian
a un cambio de valores, estrechamente relacionados con la posmodernidad y que permiten
considerar que existe una segunda transición demográfica (Lesthaeghe, 2010).
A raíz del avance de la transición demográfica (la primera y también la que puede
identificarse como segunda), en América Latina vienen modificándose los tamaños y tipos
de hogares, lo que conforma una demanda particular de requisitos sectoriales en términos
de gestión urbana. La tendencia es a la reducción de los tamaños y la diversificación de los
tipos de hogar, con un aumento de la presencia de hogares unipersonales y una disminución
de los hogares extensos y compuestos (Ullmann, Maldonado Valera y Rico, 2014).
6
Según este paradigma, los componentes naturales de la dinámica de la población evolucionan, por etapas o fases, de
una alta fecundidad y mortalidad a un equilibrio en niveles bajos de ambas variables, lo que conlleva un alargamiento
de la expectativa de vida.
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 223
La reducción del tamaño del hogar es un fenómeno multicausal, que se explica por
cambios en la intensidad y calendario de la fecundidad. Su importancia radica en que,
en contextos de baja calidad de vida, el mayor tamaño del hogar se interpreta como un
indicador de vulnerabilidad demográfica que, concomitantemente con otras variables,
contribuye a producir situaciones de riesgo a nivel intra- e intergeneracional (CEPAL, 1999).
Además, el modelo de familia reducida plantea un cambio en cuanto a las necesidades de
espacio y las tipologías residenciales.
Este cambio también se debe a las transformaciones en la composición de los hogares
que, al avanzar en el proceso de nuclearización y reducirse la presencia intergeneracional,
produce una mayor demanda residencial (debido al mayor número de unidades de consumo
independientes) y formas específicas de vivienda. El ejemplo más claro es el incremento de
hogares unipersonales.
2. Cambios en el parque de vivienda
El parque de vivienda se reparte en el territorio a partir de tipologías, edades de las
estructuras y precios similares. Así se conforma una oferta particular en las diferentes
zonas de la ciudad. La configuración de este fenómeno está asociada a los mecanismos
de producción residencial, que en el contexto actual se enmarcan en la transferencia de
la responsabilidad de provisión de vivienda hacia el mercado (Fix, 2009) y la consecuente
“financierización” del espacio urbano (Rolnik, 2017). A partir de la operación de estos
negocios inmobiliarios, se implementan modas urbanísticas y decisiones de política que
producen un resultado particular. Estos cambios no suceden repentinamente, ya que
la vivienda se caracteriza por ser inmóvil físicamente y sus modificaciones estructurales
suponen altos costos y procedimientos legales.
Este complejo proceso de transformación genera un mercado residencial específico
que funciona a nivel local y ofrece al consumidor una serie de posibilidades de decisión
ante la necesidad o voluntad de proceder a un cambio residencial. Ante este escenario
de condicionamientos, al definir un nuevo domicilio, el hogar despliega un conjunto de
estrategias residenciales (Bonvalet y Dureau, 2002) que lo llevan a establecer la calidad,
el tipo y el tamaño de la vivienda, su forma de tenencia y ubicación, que a su vez implica
un vecindario, unos vecinos y una condición de acceso a bienes y servicios urbanos. Otro
aspecto estratégico se refiere a los arreglos residenciales, es decir, cómo se va a conformar el
hogar: quiénes y cuántos van a compartir la vivienda7. Por supuesto, los hogares de menores
ingresos tienen menor poder de decisión, pues su abanico de posibilidades no incluye las
viviendas localizadas en buena parte de la ciudad(Sabatini & Brain, 2008).
7
El concepto explora cómo se organizan las personas para vivir y los motivos que hay detrás de dichas decisiones.
Estas reflejan un balance entre costos y beneficios de la corresidencia para la totalidad de los miembros, y pueden
estar influenciadas por normas culturales y condiciones socioeconómicas, por lo que pueden cambiar en el tiempo
(Naciones Unidas, 2005).
Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo
224 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
En cuanto a las tipologías residenciales, es preciso señalar que el predominio o cambio
de una sobre otra tiene grandes implicaciones territoriales en términos de la concentración
de densidades y, en consecuencia, de la demanda de servicios urbanos. Además, cada
tipología se asocia con unas condiciones de espacio que resultan funcionales para cierto
tipo de hogar.
Si bien la tipología “casa” ha marcado la forma clásica de desarrollo de la ciudad
latinoamericana, con un conjunto de espacios aptos para los hogares numerosos, el
reemplazo de estas edificaciones por bloques de apartamentos se justifica por la necesidad
de optimizar el uso del suelo en contextos de alto crecimiento urbano con escasez de tierra
y por la adopción de modelos de planeación basados en el paradigma de la ciudad compacta
(Ballén Zamora, 2009). Esta tipología toma gran relevancia en la lógica de urbanización
capitalista, basada en la maximización de los rendimientos del suelo y en la intensificación
del aprovechamiento de las localizaciones más centrales (Nakano, 2015).
El impulso a la construcción de apartamentos proviene de las escuelas de arquitectura
moderna desde la primera mitad del siglo XX. El discurso tuvo impacto en los proyectos
urbanísticos de América Latina, al representar un sentido de modernidad y progreso, y
una solución novedosa al déficit habitacional producido por la transición urbana (Ballén
Zamora, 2009, pág. 80). Entre sus ventajas se mencionaba la disminución de la dispersión
residencial, que permitía la extensión de las superficies disponibles para equipamientos
colectivos. Como riesgo se reconocía el incremento de la densidad, lo que suponía un
ejercicio de planeación urbana constante que estableciera topes para lograr un equilibrio
entre los espacios públicos y privados (Ballén Zamora, 2009).
En Colombia este modelo se implantó tímidamente (De Toledo, 2011). Su avance ha
estado asociado a cambios normativos y a la diversidad de los mecanismos y agentes de
producción de vivienda en los distintos niveles socioeconómicos (Ballén Zamora, 2009).
Dentro de esta diversidad, es preciso resaltar la importancia de la producción informal
de vivienda, que se da como consecuencia del aumento de la demanda residencial y de
su desajuste con los sistemas de acceso a la vivienda, altamente excluyentes con las
poblaciones de menores ingresos. Su definición básica se limita a la producción de vivienda
al margen de los requisitos estatales establecidos para dicho fin(Grupo de Investigación
Procesos Urbanos en Hábitat, 2007) (Lulle y otros, 2015). Sus lógicas no se circunscriben a
las del mercado formal de la vivienda, donde opera una relación entre oferta y demanda,
bajo una regulación estatal cada vez más estrecha. La vivienda informal sigue la lógica del
mercado desregularizado, que se caracteriza por la flexibilidad en el acceso y uso de los
bienes inmobiliarios, así como por procesos distintos para su comercialización y desarrollo
(Jaramillo, 2012; Camargo Sierra y Hurtado Tarazona, 2013).
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 225
B. Antecedentes sobre la relación entre cambios
demográficos y cambios de oferta residencial
en Bogotá
1.
Pautas de la evolución sociodemográfica en Bogotá
Los estudios sobre concentración de características poblacionales en Bogotá se han centrado
más en las diferencias socioeconómicas en el territorio que en las características demográficas.
Varios estudios (Dureau y otros, 2007; Salas Vanegas, 2008; Aliaga-Linares y Álvarez-Rivadulla,
2010) muestran la alta segregación residencial existente en la ciudad, que se ha profundizado
ligeramente a lo largo del tiempo y va haciéndose presente en escalas cada vez más pequeñas.
Otros estudios confirman que “la dispersión espacial de la población dentro del espacio
metropolitano varía netamente según la categoría social considerada” (Dureau, Le Roux y
Piron, 2012). En otras palabras, la concentración espacial aumenta con el nivel de ingresos.
La segregación se plantea con un patrón norte-sur, en el que un índice de calidad de
vida calculado a nivel de sector urbano para Bogotá con los datos censales de 2005 (Mayorga,
García y Hernández, 2017) muestra que los sectores de baja calidad de vida conforman el
46,4% de la ciudad y se dispersan en distintas intensidades hacia las zonas periféricas del sur
y el occidente. Hay además un marcado patrón de concentración de condiciones favorables
hacia el área norte-centro de la ciudad, que conforma el 18,9% de esa área, y un sector
occidental habitado por las clases medias.
En el caso bogotano, así como en el resto de las ciudades colombianas, el fenómeno
de la segregación residencial tiene un ingrediente particular, a saber, la política pública de
estratificación socioeconómica, implementada desde los años ochenta y formalizada en 1994.
Consiste en clasificar las viviendas en categorías definidas por la calidad de vida del entorno y
los materiales de construcción, con el objetivo de asignar subsidios a la población más pobre.
Surge en un contexto de transformación del estado de bienestar, que sustituye sus esfuerzos de
universalización por los de focalización de bienes y servicios (Uribe-Mallarino, 2008).
Sin embargo, su incidencia ha superado su funcionalidad inicial. Ha dado lugar a
un sistema simbólico que relaciona las posiciones ocupadas por los hogares en la ciudad
con un lugar dentro de la jerarquía social. Incluso se ha demostrado que su existencia
desincentiva la movilidad social y fortalece la segregación socioespacial (Uribe-Mallarino,
2008; Secretaría Distrital de Planeación/Universidad Nacional de Colombia, 2007).
En términos demográficos, frente a los indicadores específicos que interesan en este
trabajo, se ha mencionado que Bogotá sigue la tendencia latinoamericana a la disminución
del tamaño del hogar, al presentar cambios en la distribución de los hogares según el número
de integrantes. Se observa el aumento sostenido de los hogares de una y dos personas, que
han pasado de un 23,8% en 1993 a un 41,7% en 2014 y la disminución sistemática de los hogares
de más de cuatro integrantes, que han pasado de conformar el 32,5% en 1993 a aportar solo
el 15,1% en 2014. Mientras tanto, la variación de los hogares de entre tres y cuatro integrantes
en el período observado es mínima (Secretaría Distrital de Planeación, 2014).
Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo
226 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
Con respecto a la tipología de los hogares, estudios como el de Dureau y otros (2015)
muestran cómo en el último período intercensal (1993-2005) se ha incrementado de manera
sustantiva la proporción de hogares unipersonales en el centro de Bogotá, donde también se
registra un proceso de envejecimiento poblacional y de bajo crecimiento demográfico. Lo anterior
se corresponde con una dinámica observada en buena parte de las ciudades latinoamericanas.
2. Distribución heterogénea de los tipos de oferta residencial
En Bogotá, la localización de los diferentes tipos de oferta residencial antes de 2005 se
enmarca en un proceso de expansión y densificación experimentado a escala metropolitana,
propio de las ciudades latinoamericanas en la fase actual del capitalismo. Sus resultados
están asociados a las transformaciones en los agentes productores de vivienda y a los grupos
socioeconómicos a los que se dirige cada tipología en función de sus características.
Es así que, en las décadas de 1960 y 1970, el Estado, principal productor de vivienda
bajo un sistema de subsidio a la oferta, prefería la construcción de proyectos unifamiliares.
Hasta entonces, esta tipología representaba el 67% de la producción estatal (Ballén Zamora,
2007). Los apartamentos, hasta el momento, eran entendidos como una tipología apta para
los niveles socioeconómicos medios y superiores, por ser una forma residencial moderna
que producía sobrecostos por pago de servicios comunes, lo que restringía el acceso en los
grupos más pobres (Dureau, 2002).
De ahí que la vivienda multifamiliar inicial en la ciudad fuera producida por el sector
privado. Este tipo de vivienda se localizaba en las zonas más céntricas, que atraían a los estratos
altos (Le Roux, 2015). Luego comenzó el desarrollo vertical de la oferta residencial estatal dirigida
a las clases medias, lo que favoreció la expansión hacia el oeste y el suroeste de la ciudad8. Este
patrón continuó durante la década de 1980, cuando la iniciativa pública y la privada también
produjeron viviendas en edificaciones altas en las zonas noroccidentales de la ciudad.
En la década de 1990, se sustituye el subsidio a la oferta por el subsidio a la demanda
y se suprime la función del Estado como productor de vivienda (García García, 2008). El
aumento de la producción residencial privada supuso un incremento de los índices de
vivienda multifamiliar tanto en edificios como en conjuntos cerrados9. Este tipo de vivienda
estaba destinado a los diferentes estratos socioeconómicos y fue surgiendo en buena parte
de la ciudad, hacia zonas en las que se ampliaron los servicios de transporte urbano.
Sin embargo, la tipología “casa” mantuvo un cierto protagonismo en la producción de
vivienda social. Ahora su construcción estaba a cargo de agentes privados y, bajo la lógica
de mercado, se localizaba en las zonas más distantes del centro (periferia sur, suroccidental
y noroccidental). De hecho, los altos costos de la tierra urbanizada y urbanizable, así como
las normas de área mínima establecidas y los topes de precio de las viviendas sociales,
entrañaron la construcción de viviendas unifamiliares en densidades muy altas (225 viviendas
8
9
Es el caso de los proyectos de Ciudad Kennedy (1961) y Ciudad Tunal (1972).
Agrupaciones de dos viviendas o más, protegidas con barreras perimetrales al conjunto que los separa del espacio
público. Pueden estar constituidos por viviendas unifamiliares aisladas, pareadas o en manzanas o por edificios
multifamiliares en propiedad horizontal, con áreas destinadas al uso colectivo de los residentes (Ballén Zamora, 2009).
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 227
por hectárea), en lotes muy reducidos (30 m2 de área como promedio) (Ballén Zamora,
2009). Las implicaciones de esta reducción del espacio en las viviendas destinadas a los
hogares más pobres contrastan con los correspondientes comportamientos demográficos. A
pesar de la constante reducción del área de las casas (de vivienda social o no), incluso para
2012 se estimaba que el tamaño medio de los apartamentos de Bogotá era de 69 m2, mientras
que el de las casas era de 73 m2 (Secretaría Distrital de Planeación, 2012), por lo que puede
seguir asociándose esta última tipología con áreas mayores.
Hasta ahora se ha hablado de la dinámica del mercado inmobiliario formal, que aportó
solo un 30% del crecimiento de la vivienda en Bogotá en el período 1993-2005. El 70% restante
se desarrolló a través de la informalidad, de importancia capital en el proceso de urbanización
latinoamericano. Su epicentro principal fue en las localidades del sur (Ciudad Bolívar, Usme,
Tunjuelito, Rafael Uribe y San Cristóbal), seguidas por las del borde occidental (Bosa,
Kennedy, Engativá, Fontibón y Suba) y, con menor intensidad, en localidades orientales
(Usaquén, Chapinero, Santa Fe) (Camargo Sierra y Hurtado Tarazona, 2013).
En este tipo de urbanización, las lógicas de mercado del suelo permiten el uso de áreas
superiores a las utilizadas en el mercado formal (Camargo Sierra y Hurtado Tarazona, 2013).
Se presenta, además, una preferencia por la casa. A partir del desarrollo progresivo, las casas
ofrecen la opción de crecer y desarrollarse de manera paulatina, con lo que se acomodan a la
situación de la familia en términos del deseo de espacio y la capacidad económica. La casa
también puede convertirse en fuente de ingresos para el hogar, mediante la construcción de
habitaciones o pisos adicionales que pueden ser arrendados a otros inquilinos u ocupados
por los nuevos hogares que se van creando dentro de la propia familia.
3. ¿Cómo se relacionan en el territorio los cambios demográficos
de la demanda residencial y los cambios en la oferta?
De las preguntas analizadas en el presente trabajo, esta es la que menos se aborda en la
literatura. Sin embargo, estudios como el de Le Roux (2015) examinan las transformaciones de
las densidades urbanas, por su capacidad para informar sobre los procesos de consolidación
de la ciudad, así como los cambios en los patrones de producción de la vivienda y las
transformaciones de las formas de convivencia. Este último elemento responde de manera
importante a los cambios ocurridos en los comportamientos demográficos.
En Bogotá, como en muchas ciudades, la expansión espacial del siglo XX aparejó un
proceso de despoblamiento de los distritos centrales (Dupont y Pumain, 2000). Ya desde
la década de 1970, se registra un aumento de las densidades en función de la distancia al
centro, dinámica que se explica teóricamente a partir de modelos concéntricos que muestran
la competencia por el acceso a los bienes y servicios allí localizados (Abramo, 2010). Sin
embargo, durante el período comprendido entre 1973 y 1993, en Bogotá esta lógica operaba
en función de las divisiones sociales del espacio: las densidades más altas se ubican en la
zona sur de la ciudad, donde se asientan las clases populares; las densidades intermedias se
localizan en el oeste, donde están las clases medias, y las densidades más bajas se registran
en el norte, zona tradicional de las clases acomodadas (Rincón Avellaneda, 2006).
Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo
228 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
Según muestra Le Roux (2015), desde 1973 la disminución del número de individuos
en las viviendas ha desacelerado la densificación poblacional en las zonas ya consolidadas.
En el caso de las zonas en desarrollo, en cambio, la disminución del tamaño del hogar ha
implicado la construcción de viviendas de menor tamaño y la subdivisión de unidades ya
existentes, con lo que se ha producido un aumento del parque residencial.
Entre 1993 y 2005, el patrón de densificación cambia, presentándose en todo el
continuo urbano, aunque en distintas intensidades y formas, según la dinámica particular
de cada sector de segregación. En primer lugar, el centro dejó de perder población (aunque
presentó un crecimiento bajo y un peso demográfico mínimo en el conjunto del Distrito) y
se especializó en la recepción de hogares unipersonales. De otra parte, el eje centro-norte
permanece estable frente al período anterior, mientras que se identifican claramente dos
ejes pericentrales, uno en el sur y otro en el oeste, donde las densidades disminuyen. El resto
de la ciudad se densifica aceleradamente, sobre todo en la zona sur, donde se concentra la
producción informal de vivienda (Le Roux, 2015)10.
C. Materiales y métodos
Las preguntas que guían este artículo privilegian el análisis macro, a nivel de ciudad. Se
intenta definir tendencias de tipo general en el territorio urbano, como primer paso para
la búsqueda de explicaciones particulares en los niveles meso y micro, lo cual supera el
alcance del presente trabajo.
Para ello, se utilizó la totalidad de los microdatos censales de 1993 y 2005 (las dos
ediciones más recientes). A partir de los datos del fichero de personas, se caracterizaron
los hogares en términos de tamaño (contabilización de los integrantes) y tipo. Con ese fin
se utilizó la tipología de estructura familiar que clasifica las unidades según relaciones de
parentesco, en tipos de hogar nuclear11, extenso12, compuesto13 y no nuclear. Como ejemplo
de este último cabe mencionar los unipersonales y aquellos sin relación familiar entre sus
miembros (Ullmann, Maldonado Valera y Rico, 2014).
Desde el punto de vista del tipo de vivienda, si bien en las dos ediciones censales las
categorías de respuesta son la casa, el apartamento y el cuarto, esta última no se incluye
dentro del análisis debido a los problemas de fiabilidad que presenta la información14.
El nivel de agregación de la información es el sector censal, una unidad geográfica
intermedia que tiene como ventaja permitir la exploración de fenómenos de alta especificidad
territorial. El sector censal no corresponde a unidades político-administrativas, por lo que permite
la definición de tendencias al margen de dichas estructuras. Bogotá se divide en 645 sectores.
10
11
12
13
14
El peso demográfico de las localidades de la periferia del Distrito aumenta del 64% en 1993 al 70% en 2005.
Hogares conformados por un núcleo conyugal con o sin hijos, o un núcleo conyugal incompleto (monoparental) con hijos.
Hogares nucleares con presencia de otros familiares.
Hogares nucleares con presencia de otros no familiares.
La categoría de “cuarto”, que se refiere a las viviendas situadas en pensiones o inquilinatos, fue medida de manera
diferente en las dos versiones censales, por lo que se considera que en 1993 hubo un subregistro de este fenómeno
(Le Roux, 2015).
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 229
Para analizar el nivel socioeconómico, fue necesario construir un nuevo indicador de
calidad de vida, puesto que los disponibles adolecen de problemas de representatividad,
por encontrarse a nivel de localidad. En el caso del indicador de estratificación social, su
uso para analizar condiciones socioeconómicas puede implicar un error metodológico, al
tratarse de un parámetro que no se elabora en función de las características de los hogares,
sino de las viviendas, elemento que comporta solo uno de los factores que han de evaluarse
en la calidad de vida (Mayorga, García García y Hernández, 2017).
A fin de conformar el indicador utilizado, se desarrolló un análisis de componentes
principales, construido con información censal de 2005 correspondiente al nivel de sector,
que se encuentra publicado en otro trabajo (Mayorga, García García y Hernández, 2017)15.
Se obtuvieron tres factores, referidos a: i) la situación de servicios públicos de la vivienda;
ii) la composición demográfica del hogar, y iii) la situación socioeconómica. Promediando
con el mismo peso las puntuaciones de cada factor, se obtuvo un índice mediante el que se
calificó cada sector como de nivel socioeconómico alto (con más de 90 puntos), medio (entre
84 y 90 puntos) o bajo (menos de 84 puntos).
Para el análisis de la relación entre las variables, se utilizó la técnica de clúster,
orientada a la agrupación de objetos que forman conglomerados de un alto grado de
homogeneidad interna y heterogeneidad externa (Hair y otros, 1999). Para definir el número
de agrupaciones, se utilizó primero el clúster jerárquico y luego el clúster bietápico. Las
variables incluidas en el modelo fueron el cambio de tamaño del hogar, el cambio en la
proporción de apartamentos, el nivel socioeconómico (en escala cuantitativa) y el cambio
en la cantidad de viviendas por sector censal. Las demás variables utilizadas en el artículo
resultaron eliminadas tras la aplicación de pruebas de multicolinealidad16.
D. Resultados
1.
¿Cómo ha sido la distribución territorial de los cambios
demográficos que más influyen en la demanda
residencial en Bogotá?
a)
El tamaño de los hogares
La reducción del tamaño del hogar sucede en todos los grupos socioeconómicos y en cada
uno se observa una reducción media de cerca de una persona durante el período analizado.
Mientras que las clases medias y bajas mantienen valores muy cercanos entre sí, la distancia
de estos grupos con los sectores altos muestra una diferencia media de una persona en 2005
(véase el gráfico 1).
15
16
El índice incluye siete dimensiones que tradicionalmente se asocian con la calidad de vida urbana. Aunque no son
exhaustivas, han sido abordadas en diversas metodologías de medición de la calidad de vida y están disponibles en
la información censal. Estas dimensiones son: hacinamiento no mitigable, tamaño del hogar, cobertura de servicios
públicos, tipología de vivienda, actividad desarrollada por los integrantes del hogar, grado educativo alcanzado por
los integrantes del hogar y no consumo de alimentos en la última semana.
Entre las eliminadas cabe mencionar el cambio del número de hogares, colineal con el cambio del número de
viviendas. Se toma el número de hogares debido a su mejor comportamiento en las pruebas estadísticas.
Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo
230 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
Gráfico 1
Tamaño medio del hogar en sectores de calidad de vida de Bogotá, 1993-2005
(En número de personas)
Número promedio integrantes del hogar
4,5
4,03
4,0
3,6
3,5
3,4
3,0
2,6
2,5
2,0
1993
Bajo
2005
Medio
Alto
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
Con el fin de comprender la distribución territorial del fenómeno, los sectores
censales se clasificaron en terciles según el tamaño del hogar en cada período. Al analizar
la composición de cada tercil en términos de grupos socioeconómicos, se observó una
alta congruencia con la tendencia señalada anteriormente: en los dos períodos, el tercil
de tamaños más bajos estuvo conformado en más de un 80% por sectores acomodados,
mientras que cerca de un 50% de los sectores medios conformaron el segundo tercil y una
proporción similar de sectores pobres constituyó el tercer tercil.
Al georreferenciar el fenómeno, se muestra una tendencia clara que se consolida en
el tiempo (véase el mapa 1). Mientras que, en 1993, el tercil de los tamaños más pequeños
se concentraba en la zona de mayor calidad de vida de la ciudad, alrededor de la cual se
distribuyen los otros dos terciles sin un orden evidente, en el período siguiente, se tiende
a la concentración de grandes zonas de la ciudad con tamaños relativos similares. Esta
segregación territorial del indicador pone de relieve que el comportamiento no ha sido
unívoco dentro de los sectores pobres de la ciudad y que predomina un patrón territorial
que concentra los mayores tamaños en las áreas más distantes del centro, lo que produce
una situación de doble vulnerabilidad para la población que allí reside.
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 231
Mapa 1
Tamaño medio del hogar por terciles en los sectores urbanos de Bogotá, 1993 y 2005
A. Tamaño por terciles en los sectores
urbanos, 1993
Tamaño del hogar 1993
2,4-3,8
3,9-4,1
4,2-7,5
Sectores
sin población
B. Proporción de hogares extensos, 2005
Tamaño del hogar 2005
1,9-3,3
3,4-3,6
3,7-5,1
Sectores
sin población
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
b)
Estabilidad de la tipología nuclear
El fenómeno observado anteriormente está asociado de manera directa, aunque no
exclusiva, con los cambios en la conformación del hogar, propios de la transición demográfica.
Como se aprecia en el gráfico 2, durante el período analizado, Bogotá ha seguido la tendencia
latinoamericana de incremento de los hogares unipersonales y disminución de los hogares
extensos y complejos.
Por su parte, los nucleares permanecen prácticamente estables en el tiempo y se
presentan con una intensidad similar en los diferentes grupos sociales. También es similar la
reducción de sus tamaños medios (que han disminuido en 0,2 personas aproximadamente)
(véase el cuadro 1).
Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo
232 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
Gráfico 2
Hogares en Bogotá según su tipo, 1993 y 2005
(En porcentajes)
70
59,2 59,5
60
50
40
30
20,8 17,2
20
13,5
10
8,6
4,7 4,2
6,2 5,6
Complejos
Sin núcleo
0
Unipersonales
Nucleares
Extensos
1993
2005
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
Cuadro 1
Intensidad y tamaño medio de los hogares nucleares en Bogotá, 1993 y 2005
(En porcentajes y número de personas)
Nivel social
Alto
Medio
Bajo
1993
Intensidad
Tamaño medio
(en porcentajes) (en número de personas)
57,2
3,4
57,7
3,6
61,1
3,8
Intensidad
(en porcentajes)
54,3
58,2
61,0
2005
Tamaño medio
(en número de personas)
3,1
3,4
3,6
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
Puede decirse entonces que una pequeña parte de la reducción del tamaño de los
hogares de la ciudad se produjo debido a la contracción de los hogares nucleares, fenómeno
que se asocia directamente con cambios en los patrones de fecundidad y nupcialidad.
c)
Crecimiento localizado de los hogares unipersonales
El incremento porcentual observado en las cifras de hogares unipersonales en la ciudad
no se distribuyó de manera aleatoria en los grupos sociales ni en el territorio. Aunque hay
un aumento en todos los grupos, la mayor participación se registra en las clases altas. Ello
es coherente con los mayores costos que implica residir sin otros aportantes al presupuesto
del hogar (véase el gráfico 3).
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 233
Gráfico 3
Hogares unipersonales en Bogotá según nivel socioeconómico, 1993 y 2005
(En porcentajes)
30
25
20
15
10
5
0
1993
2005
Alto
Medio
Bajo
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
En el territorio, el fenómeno muestra una tendencia a la concentración espacial.
En 1993, la alta presencia de hogares unipersonales (proporciones superiores al 20%) se
localizaba en un área reducida de la zona más rica de la ciudad, que estaba rodeada de los
sectores con proporciones entre el 10% y 20%, con una mayor extensión hacia la zona norte.
En 2005, la mancha de las mayores proporciones se extiende considerablemente sobre el
mismo eje hacia el norte, pero las proporciones medias se extienden prácticamente hacia
toda la ciudad, salvo en las zonas más periféricas del sur y el occidente, que conservan
proporciones muy bajas (véase el mapa 2).
La masificación de esta forma de vida en los sectores medios y altos de la población
genera una concentración territorial de comportamientos demográficos particulares,
que se asocian a contracciones del tamaño de la vivienda. Su localización se vincula con
las dinámicas del mercado inmobiliario en la zona que se ha denominado el “centro
ampliado” de la ciudad. En ella se concentran los principales intereses del capital, que
tienen implicaciones en términos del surgimiento de lógicas de gentrificación, así como
necesidades de optimización del suelo como recurso.
Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo
234 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
Mapa 2
Proporciones de hogares unipersonales en los sectores urbanos de Bogotá, 1993 y 2005
A. Proporción de hogares unipersonales, 1993
B. Proporción de hogares unipersonales, 2005
Proporción hogares
unipersonales 1993
Proporción hogares
unipersonales 1993
0-0,10
0,11-0,20
0,21-0,33
Sectores
sin población
0,04-0,10
0,11-0,50
0,21-0,50
Sectores
sin población
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
d)
Disminución generalizada de los hogares extensos
El comportamiento de los hogares extensos contrasta con el de los hogares
unipersonales en todo sentido. Mientras estos últimos representan la reducción máxima del
hogar, los extensos en todos los grupos socioeconómicos están conformados por alrededor
de cinco personas (aunque se evidencia una tendencia generalizada a la contracción). Se
concentran en los niveles socioeconómicos bajos y medios, en los que en 2005 representaban
alrededor del 18% de los hogares (véase el cuadro 2).
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 235
Cuadro 2
Intensidad y tamaño medio de los hogares extensos en Bogotá, 1993 y 2005
(En porcentajes y número de personas)
Nivel social
1993
2005
Intensidad
Tamaño medio
(en porcentajes) (en número de personas)
Intensidad
Tamaño medio
(en porcentajes) (en número de personas)
Alto
14,1%
4,9
9,2%
4,5
Medio
22,2%
5,4
17,6%
4,9
Bajo
21,5%
5,5
18,6%
5,2
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
Puede concluirse entonces que los tamaños de hogar todavía elevados en los sectores
bajos y medios guardan una clara relación con los arreglos residenciales implícitos en
la tipología de hogares extensos, que incluye miembros del hogar no nuclear, y pueden
asociarse a formas de solidaridad necesarias ante situaciones de vulnerabilidad económica.
Como se observa en el mapa 3, la distribución territorial de los hogares extensos
confirma lo anterior. Mientras que, en 1993, las altas proporciones se encontraban
concentradas en todo el eje suroccidental de la ciudad, en 2005, la reducción es significativa
en buena parte del territorio, al quedar concentrada esta forma de vida en algunos sectores
de la zona más sur de la ciudad. Como complemento de lo observado en los unipersonales,
el eje centro-norte consolida en el tiempo las bajas proporciones de hogares extensos.
Como respuesta a la pregunta planteada en este apartado, puede afirmarse que
se ha consolidado un patrón dual de segregación demográfica a partir de los tamaños
y tipos de hogar, que han cambiado de manera distinta en función de las características
socioeconómicas de la población y de su localización espacial.
Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo
236 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
Mapa 3
Proporciones de hogares extensos en los sectores urbanos de Bogotá, 1993 y 2005
A. Proporción de hogares extensos, 1993
B. Proporción de hogares extensos, 2005
Proporción hogares
extensos 1993
Proporción hogares
extensos 2005
0-0,10
0,11-0,20
0,21-0,60
Sectores
sin población
0,03-0,10
0,11-0,20
0,21-0,31
Sectores
sin población
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
2. ¿Existe concentración territorial en los cambios
de la oferta residencial?
En concordancia con la literatura, se encontró que hubo un cambio radical en el tipo de vivienda
imperante en la ciudad. Mientras que, en 1993, cerca del 60% de las viviendas eran casas, esta
cifra disminuyó en un 33% para 2005, cuando estas solo representaban el 40% del parque
residencial. Sin embargo, cabe señalar que alguna parte de esta variación está asociada con el
cambio en la forma de clasificar las viviendas tipo cuarto, que tal vez en 1993 se consideraron
casas debido a la pregunta del formulario censal. Mientras tanto, la tipología “apartamento”
aumentó del 34,5% en 1993 al 50,7% en 2005. Los datos se presentan en el gráfico 4.
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 237
Gráfico 4
Distribución de las tipologías de vivienda en Bogotá, 1993 y 2005
(En porcentajes)
70
60
59,7
50,7
50
40
40,1
34,5
30
20
9,0
10
4,9
0
Casa
Apartamento
1993
Cuarto
2005
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
Este fenómeno se dio en la totalidad de los niveles socioeconómicos de la ciudad,
aunque con diversas intensidades, siendo mayor el cambio en los sectores bajos, donde
las casas se redujeron en cerca de 26 puntos porcentuales. En el gráfico 5 sobresale la alta
proporción de apartamentos que había en las clases acomodadas al comienzo del período,
que contrasta con la gran cantidad de casas de las clases bajas.
Al profundizar en el análisis de estas tendencias y localizarlas en el territorio, es
posible llegar por lo menos a tres conclusiones que se abordan a continuación.
Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo
238 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
Gráfico 5
Distribución de las tipologías de vivienda según nivel socioeconómico en Bogotá, 1993 y 2005
(En porcentajes)
90
80,4
80
71,5
67,2
70
56,5
60
56,4
50
30
20
44,8
45,0
39,9
40
34,8
30,4
17,3
20,0
10
0
Casa
Apartamento
Alto
Casa
Apartamento
Medio
1993
Casa
Apartamento
Bajo
2005
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
a)
Diferentes intensidades de las dinámicas constructoras según el grupo social
La pregunta respecto de la forma en que suceden estas nuevas concentraciones y los
pesos relativos y absolutos de los tipos de vivienda es fundamental para comprender el
proceso de cambio de la oferta residencial. Este cambio no solo se debe al reemplazo de una
tipología por otra, sino también a la dinámica constructiva densificadora que ha aumentado
el parque de viviendas disponibles.
Como se muestra en el cuadro 3, el ritmo de construcción en las zonas bajas y
medias fue significativamente superior. En las primeras, para 2005 prácticamente se había
duplicado la cantidad de viviendas existentes en 1993. Lo anterior se explica porque el
proceso de expansión y densificación ha tenido lugar especialmente en zonas periféricas de
la ciudad, donde se concentran grupos socioeconómicos medios y bajos. Allí han confluido
los masivos procesos de urbanización informal y la acción de agentes inmobiliarios privados,
con la consecuente producción de viviendas de interés social, así como otras destinadas a las
clases medias y bajas.
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 239
Cuadro 3
Cambio porcentual de cantidad de viviendas en Bogotá
según el nivel socioeconómico, entre 1993 y 2005
(En porcentajes)
Grupo social
Alto
Medio
Bajo
Cambio porcentual de cantidad de viviendas, 1993-2005
29
40,8
49,3
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
Este fenómeno se corrobora al observar el comportamiento de los sectores censales
por nivel socioeconómico, en lo que se refiere a la intensidad del cambio del porcentaje de
cada tipología entre 1993 y 2005. Con respecto a las casas, por ejemplo, mientras que en la
mayor parte de los sectores altos y medios se presentó una disminución moderada, el mayor
porcentaje de sectores pobres presentó los cambios más notorios (el 45% disminuye entre
6 y 8,5 puntos porcentuales).
Este alto dinamismo también se observa al comparar los porcentajes de sectores en
que aumentó la proporción de casas en cada nivel socioeconómico. Como se observa en el
cuadro 4, es en el nivel bajo donde cerca del 10% de los sectores presenta este patrón.
Cuadro 4
Distribución de sectores según la intensidad del cambio porcentual de cantidad
de casas por nivel socioeconómico en Bogotá, entre 1993 y 2005
(En porcentajes)
Nivel alto
Nivel medio
Nivel bajo
Disminuye entre 6 y 8,5 puntos porcentuales
10,2
30
45
Disminuye entre 3 y 5,9 puntos porcentuales
86,8
62,8
45,2
2,8
7,2
9,8
Aumenta
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
La aparente contradicción de estas dos cifras pone en evidencia que el ágil proceso de
cambio y aumento de viviendas en los grupos de bajo nivel socioeconómico produjo los dos
tipos residenciales, aunque los distribuyó en sectores diferentes.
b)
Cambio en la distribución territorial de los tipos de vivienda
Dado que la casa y el apartamento son categorías prácticamente exhaustivas en cuanto
a tipos de vivienda (a excepción de la categoría “cuarto”, que resulta marginal) el avance de
una implicó el retroceso de la otra en términos relativos.
Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo
240 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
En 1993, la tipología “casa” se concentraba en el borde suroccidental y se dispersaba
por toda la ciudad, con la excepción de un eje dentro de la zona de mayor concentración de
riqueza, donde el apartamento tenía una importante presencia. Es presumible que también en
este eje se concentraran los mayores precios del suelo para la época. Para 2005, el panorama
cambia de manera radical, al extenderse las altas proporciones de apartamentos hacia la
mayor parte de la ciudad, con excepción de las zonas de la periferia sur y suroccidental.
En estas zonas, la ya demostrada agilidad de la actividad constructora hace que la tipología
“casa” siga imperante. Se obtiene entonces un centro expandido, desarrollado en altura,
y un borde urbano donde conviven las dos tipologías, pero donde se conserva la vivienda
unifamiliar como en ninguna otra zona de la ciudad (véanse los mapas 4 y 5).
Mapa 4
Proporciones de viviendas tipo casa en los sectores urbanos de Bogotá, 1993 y 2005
A. Proporción de casas, 1993
B. Proporción de casas, 2005
Proporción de
casas 1993
0,01-0,35
0,36-0,70
0,71-1
Sectores
sin población
Proporción de
casas 2005
0-0,35
0,36-0,70
0,71-0,97
Sectores
sin población
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 241
Mapa 5
Mapas de proporciones de viviendas tipo apartamento en los sectores urbanos
de Bogotá, 1993 y 2005
B. Proporción de apartamentos, 2005
A. Proporción de apartamentos, 1993
Proporción de
aptos 1993
0-0,37
0,38-0,66
0,67-0,98
Sectores sin
población
Proporción de
aptos 2005
0,01-0,37
0,38-0,66
0,67-1,00
Sectores sin
población
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
En respuesta a la pregunta del presente apartado, se puede decir que, en efecto, hay
diferentes formas de concentración del tipo y la cantidad de viviendas disponibles. Esas
formas se diferencian según el origen formal o informal de la urbanización y el grupo
socioeconómico al que se dirige la oferta residencial.
Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo
242 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
3. ¿Cómo se relacionan en el territorio los cambios demográficos
de la demanda residencial y los cambios en la oferta?
Para relacionar territorialmente las diferentes tendencias analizadas hasta el momento, se
clasificó a los sectores en clústeres según el comportamiento de las variables: i) cambio
de tamaño del hogar; ii) cambio en la tipología residencial; iii) cambio en la cantidad de
viviendas, y iv) nivel socioeconómico. Se obtuvieron cuatro grupos de sectores que permiten
resumir la relación de estos fenómenos y su expresión en el desarrollo urbano del período
comprendido entre 1993 y 2005. Sus resultados georreferenciados se presentan en el mapa 6.
Mapa 6
Sectores urbanos de Bogotá según resultados del clúster
Clústeres
Manzanas no residenciales
1
2
3
4
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
Como se muestra en el cuadro 5, se obtuvieron cuatro agrupaciones, claramente
diferenciadas según el nivel socioeconómico: dos clústeres que agrupan a los sectores más
pobres, uno que aglutina a las clases medias y uno que abarca los sectores acomodados.
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 243
Cuadro 5
Resultados del clúster
Clúster
1 (20,1% de
los sectores)
2 (26,6% de
los sectores)
3 (32,5% de
los sectores
4 (20,8% de
los sectores)
Puntuación media de
la calidad de vida
82,26
Nivel bajo
83,29
Nivel bajo (2)
86,73
Nivel medio
91,46
Nivel alto
Media del cambio de
tamaño del hogar
Media del cambio en
las proporciones de los
apartamentos
Media del cambio
del número de
viviendas
-0,25
0,06
1,888
-0,36
0,32
1,412
-0,42
0,21
1,356
-0,59
0,12
529
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos censales procedentes del Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE).
a)
Los niveles socioeconómicos bajos: lenta transformación demográfica
con diversidad en el proceso residencial
El modelo permitió diferenciar dos situaciones en los niveles socioeconómicos más
bajos de la ciudad, que se localizan también de manera diferenciada. Por un lado, están
los sectores más pobres, ubicados en las zonas más periféricas de la ciudad. Se concentran
especialmente en el sur, donde ocurrió una expansión urbana acelerada en el período de
estudio, protagonizada por la producción informal de vivienda, que se caracteriza por
la baja calidad residencial y del entorno urbano. Allí ocurren los menores cambios en el
tamaño del hogar (media de -0,25 personas) y, a su vez, el más importante aumento de
parque residencial correspondiente a un proceso de ocupación de terrenos disponibles.
Sin embargo, registra la menor aparición de apartamentos, por lo que la casa sigue siendo
la tipología imperante. Esta resulta funcional a los arreglos residenciales observados en la
zona, consistentes en hogares de tamaños más grandes que en el resto de la ciudad y con
alta presencia de hogares extensos y complejos.
El segundo grupo identificado concentra a los “menos pobres”, localizados en las
áreas pericentrales de la ciudad, donde se produjo el segundo mayor aumento de parque
residencial, con el principal incremento proporcional de apartamentos. Lo anterior coincide
con los datos ya expuestos, en que se caracterizan áreas en consolidación de pasado
informal. En esas zonas, tanto la iniciativa pública como, principalmente, la privada, han
implementado la tipología “apartamento”, bien sea mediante la construcción de proyectos
nuevos o mediante la transformación del parque existente.
En estas zonas cabe preguntarse por la suficiencia de tamaño de las viviendas, dado
que hubo un cambio urbano hacia la tipología “apartamento”, con un ritmo más rápido
que el de la transformación demográfica referida al tamaño del hogar. La permanencia de
hogares grandes, tanto hogares nucleares numerosos como hogares extensos, que usan
la corresidencia como estrategia solidaria de supervivencia puede crear condiciones de
hacinamiento y consolidar así enclaves territoriales de pobreza intergeneracional. A estas
características se suman factores demográficos y de calidad residencial.
Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo
244 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
b)
Las clases medias: concentración de la aparición de los apartamentos
y transformación demográfica intermedia
Este clúster se caracterizó por un importante aumento del parque residencial, que
tuvo lugar principalmente a través de la tipología multifamiliar. También se caracterizó por
una disminución intermedia del tamaño del hogar, más cercana a la reportada por las clases
bajas que a la de las clases acomodadas.
c)
Los niveles socioeconómicos altos: reducción del tamaño del hogar
y estabilidad en las tipologías residenciales
Los niveles socioeconómicos altos se caracterizan por presentar las mayores
reducciones del tamaño del hogar (con una media de 0,6 personas, asociada también a la
alta presencia de hogares unipersonales), así como los menores incrementos del parque
residencial y de las proporciones de la tipología “apartamento”. Es decir, en el período
observado el cambio demográfico fue más acelerado que el cambio urbano. Esto puede
relacionarse con los costosos y complejos procesos necesarios para la modificación de las
infraestructuras y con el alto nivel de consolidación de las zonas en que se ubican estos
grupos sociales que, en 1993, ya ocupaban las modernas tipologías multifamiliares.
Esta población se ha concentrado cada vez con más fuerza en el cono de renta alta,
de desarrollo urbano consolidado, próximo al centro, que incluye zonas de poco peso
poblacional en la ciudad. Esto se ha debido tanto a lógicas inmobiliarias y de reemplazo de
actividades residenciales como al cambio de los perfiles de los hogares residentes.
En respuesta a la pregunta planteada, la relación entre las variables en el territorio
consolida las diferencias socioeconómicas anticipadas y muestra diversidad dentro de
los grupos más pobres. Ello pone de relieve las tensiones entre las formas de producción
urbana existentes.
E. Conclusiones
En suma, puede decirse que la convergencia de las transformaciones urbanas (terrenos
disponibles, infraestructura y procesos de expansión), de vivienda (tipologías y tamaños
residenciales) y de las formas de ocupación (tamaño y tipo de los hogares, densidad dentro
de la vivienda) han dado lugar a una forma específica de poblamiento de Bogotá. Lo anterior
puede sugerir la existencia de un sistema residencial dual, altamente dependiente de las
condiciones socioeconómicas de sus habitantes.
En este sentido, se evidenció que, en la ciudad, durante el período de estudio, además
de las ya demostradas condiciones de segregación socioeconómica, existían patrones de
segregación demográfica. Dichos patrones se aprecian en los tamaños y tipos de hogar
imperantes en cada zona de la ciudad. Las diferencias se deben, entre otros motivos, a la
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 245
existencia de unas condiciones de producción y acceso al suelo y la vivienda altamente
relacionadas con la capacidad adquisitiva del hogar. A su vez, esas condiciones refuerzan
la exclusión, por lo que podrían interpretarse como uno de los factores que configuran la
segregación medida en términos socioeconómicos.
Además de las consecuencias propias de la segregación, en este caso, la confluencia
de condiciones residenciales y demográficas en el territorio implica el refuerzo de la
vulnerabilidad de los sectores pobres, en dos formas distintas. Por una parte, hay un grupo
poblacional que puede experimentar la modernidad residencial sin modernidad demográfica.
Es decir, conforma hogares numerosos que residen en pequeños apartamentos, lo que puede
implicar condiciones de hacinamiento. Esta situación, sin embargo, podría cuantificarse
mejor mediante el estudio de la variable de tamaño de la vivienda, de difícil consecución y
manejo, que no se encuentra en el formulario censal ni en las encuestas disponibles.
Por otra parte, como fenómeno más generalizado, tal vez se esté poniendo en crisis
el sistema de bienestar basado en el apoyo familiar, debido a la evidente nuclearización y
diversificación de arreglos residenciales en detrimento de los hogares extensos y complejos.
También contribuye a esta situación la proliferación de la tipología residencial unifamiliar
formal (en referencia a proyectos nuevos y no al resultado de la transformación de casa a
apartamento). Es observable entre los más pobres que dicho sistema depende en alto grado
de la convivencia. Al desaparecer esta, se pone acento sobre la necesidad de proximidad,
no siempre realizable dadas las restricciones en el acceso al suelo urbano. A raíz de este
fenómeno, resaltan por lo menos dos necesidades de distintos órdenes, En el ámbito de
la política pública, localizar territorialmente las necesidades de apoyo y cuidado familiar,
que deben suplirse ahora desde el ámbito estatal. En el ámbito académico, profundizar
en la relación existente entre las categorías analíticas y prácticas de hogar, los arreglos
residenciales y de familia, y las implicaciones de su ubicación territorial.
Otro punto importante sobre el que se puede debatir se refiere a la pregunta relativa
a la forma en que se da el proceso de adaptación entre la demanda y la oferta a partir de
los cambios estructurales y demográficos de la ciudad. Para entender esta relación y el
grado de diversidad que alcanza el fenómeno, es indispensable tener en cuenta tanto los
niveles socioeconómicos de la población como los procesos de desarrollo urbano en que
se encuentran las diferentes zonas de la ciudad. Es decir, hay que considerar el lugar que
ocupan en las lógicas del mercado inmobiliario, así como su nivel de consolidación y la
facilidad para generar procesos de transformación.
En el caso de Bogotá, puede observarse que, a pesar de la diversidad de las características
de la producción y transformación de la vivienda, tanto desde el sector formal como desde
el informal, hay una tendencia homogénea hacia el apartamento como tipo dominante.
Ello condiciona doblemente la evolución demográfica: provoca transformaciones entre los
pobres y se ajusta a las aspiraciones residenciales de los más ricos.
Así, en las zonas residenciales de los niveles socioeconómicos altos, han coincidido
transformaciones en el uso del suelo debido a las lógicas de presión inmobiliaria,
Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo
246 Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018
conducentes a la unificación de las tipologías residenciales y a transformaciones en los
arreglos residenciales (proliferación de hogares unipersonales y de tamaño reducido).
Para conocer con mayor profundidad la relación entre estos elementos en el nivel micro,
será necesario documentar de manera más detallada las transformaciones de sus patrones
demográficos (estructura por edades o momento del ciclo vital familiar, entre otros), que
pueden interpretarse de manera particular en función de los procesos urbanos acaecidos
en dichas zonas. Un ejemplo de ello es la caracterización de los hogares unipersonales: sus
perfiles etarios, de género y estado civil, así como el seguimiento de su localización, sobre
todo en zonas de potencial gentrificación.
Con respecto a los hogares unipersonales, es de resaltar que, aunque se concentran en
las zonas acomodadas, han proliferado en sectores de nivel socioeconómico bajo y medio,
donde resulta fundamental la pregunta relativa a los sistemas de apoyo. En el caso de los
grupos más pobres, se evidencia una dualidad, como ya es costumbre. Por una parte, en las
zonas más marginales, principales protagonistas de la expansión urbana y desarrolladas
sobre todo a partir de la urbanización informal, la vivienda es tan flexible como el hogar,
con baja regulación y menor costo del suelo. Allí se pone de relieve la concomitancia del
aumento de apartamentos y el mantenimiento de la tipología “casa”, ajustada también a
la diversidad de los cambios demográficos. De cara al futuro, en estas zonas se requiere
hacer un seguimiento de los procesos de recambio de las tipologías residenciales. Al
mismo tiempo, se debería analizar la dotación de servicios y amenidades urbanas y hacer
una caracterización de los hogares extensos, muy comunes como arreglo residencial
funcional. Por consiguiente, es necesario centrar la atención en las dinámicas residenciales
y demográficas de la informalidad.
Por otra parte, entre los estratos que se consideran “menos pobres” y las clases
medias, el proceso ha sido contrario: la imposición de la tipología “apartamento” ha sido
generalizada y en numerosos sectores no ha estado antecedida por la disminución de los
miembros del hogar. En este caso, puede examinarse hasta qué punto los cambios del
parque residencial modifican los valores familiares y las formas de convivencia, así como
sus implicaciones en términos de bienestar.
El seguimiento de la dinámica de estas tendencias podría hacerse desde dos perspectivas:
por un lado, la explotación de datos disponibles sobre movilidad residencial, de manera
que se logre conocer los cambios en las localizaciones geográficas y socioeconómicas (por
estratos, por ejemplo) de los grupos según sus características demográficas. Por otro, se
espera que, a la luz de los resultados del nuevo censo, se pueda complementar el análisis
evolutivo, incluido el análisis del fenómeno a escala metropolitana.
Teorías y medidas de convergencia demográfica: una aplicación...
Notas de Población N° 106 • enero-junio de 2018 247
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Diva Marcela García García • Juan Antonio Módenes Cabrerizo