LA AGONÍA DE POTEO
THE AGONY OF PROTEUS
Mario Alberto Escalante Villegas
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad Nacional Autónoma de México
Recibido: 27 de enero de 2014.
Aceptado: 3 de junio de 2014.
Resumen. En el presente texto, a partir de lo planteado por Eduardo
Nicol en su obra La agonía de Proteo, intentaremos hacer ver, en primer lugar, que el ser humano es un ente cuya forma de ser es proteica, es decir, multiforme; y, en segundo lugar, intentaremos hacer ver
en qué medida este ser proteico es también agónico: ¿Proteo agoniza porque su fin está cerca, o porque su ser es esencialmente una
constante lucha por ser más hombre, esto es, hombre de diferentes
maneras?
Palabras clave: ser humano, ambigüedad, posibilidad, uniformidad, diversidad.
Abstract. Building on Eduardo Nicol’s book, Proteus’s agony, the present paper will try to show that the human being has a multiform,
or protean, way of being. Furthermore, we will try to show how
this protean being is agonic. Is the agony of Proteus a result of the
fact that his end is near, or is it the struggle of his being trying to be
more human, i.e. a human in multifaceted ways?
Keywords: human being, ambiguity, possibility, uniformity, diversity.
LA AGONÍA
DE POTEO
Mario Alberto Escalante Villegas
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad Nacional Autónoma de México
“La agonía de Proteo anuncia su in.”
sentido, la forma es constancia de ser. Sin
Eduardo Nicol
embargo, nos dice el autor de La idea del
hombre, en el caso especíico del ser humano,
La agonía de Proteo1, de Eduardo Nicol,
nos encontramos con el hecho de que su
forma de ser es inconstante: “el hombre es
es la expresión consciente de un pensador
un ser inconstante: la suya es una forma que
preocupado por los acontecimientos de su
se transforma.”2 A diferencia de otros entes,
época. En dicha obra, que no está dirigida
cuya forma de cambiar es siempre constante
únicamente a los amantes de la sabiduría,
(p. e., la nuez siempre devendrá en un nogal),
pues el problema que quiere señalar no es
el ser humano nunca se presenta del mismo
exclusivo de la ilosofía, sino que atañe al
modo, e incluso un mismo individuo puede
hombre en tanto que lo que está en juego
presentarse de diversas formas (p. e., una
es su ser mismo, el ilósofo mexicano nos
bailarina de danza clásica puede interpretar,
advierte sobre un fenómeno que pone en
en una misma noche, tanto a un inocente y
entredicho la capacidad del hombre para
elegante cisne blanco, como a un sensual y
seguir siendo humano: el hombre, cuya
pasional cisne negro, con las consecuencias
forma de ser es proteica, agoniza, y esta
que ello podría implicar)3. Y todavía más, el
agonía predice su in. ¿En qué consiste esta
modo como se presenta es deinitorio (pero
agonía?, ¿es realmente indicio de su in, de
nunca deinitivo)4 de su ser mismo. Para el
su agotamiento?
hombre, su diversidad con-forma su ser: se
es hombre de diversos modos y cada uno de
ECCE HOMO: EL SER PROTEICO
La pregunta por la agonía de Proteo exige,
estos modos es formalmente humano.
en un primer momento, una deinición
Hay que insistir en esto último: el modo
del sujeto del cual ésta se predica. ¿Qué
como deviene el hombre no es cualquier
es lo que agoniza? El hombre. ¿Qué es el
modo. A diferencia de los demás entes que
hombre? Es un modo de ser, un existente.
cambian sin por ello transformarse, es decir,
¿Cómo es su modo de ser, cuál es la forma
sin cambiar de forma, para el ser humano
humana? Todas las cosas tienen una forma
su devenir es constante transformación
determinada y es por esta forma que las
podemos re-conocer y conocer. En ese
1 La agonía de Proteo (1981) se ubica entre La reforma de
la filosofía (1980) y la Crítica de la razón simbólica. La
revolución en la filosofía (1982).
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2 E. Nicol, La agonía de Proteo, §1, p. 9.
3 Nos referimos a la cinta de suspense psicológico de
Darren Aronofsky Black Swan.
4 Es deinitorio en tanto que lo ubica en un contexto,
un “aquí y ahora” determinados. No es deinitivo
porque el contexto no agota sus posibilidades.
que, sin embargo, no niega su mismidad,
hombre se ve afectado de manera radical por
sino que, como dice el efesio, cambiando
su devenir mismo: es proteico no “porque
permanece.5
Para el hombre “Mudarse es
cambie de disraz, porque oculte su verdadero
mudar el ser. Cada mutación deja huella, y
ser mediante sucesivas mutaciones pasajeras.
altera la conformación anterior.”6 ¿Cómo
[…] No disimula las formas, sino que las crea
es este cambio que no disuelve aquello que
y exhibe.”9 Esta es una característica esencial
transforma? Es un devenir proteico: “El
de la forma humana de suma importancia:
hombre es
proteico.”7
Nicol se vale de esta
igura mitológica para dar cuenta del modo
como el hombre se transforma.
Proteo
es
una
deidad
griega
A Proteo, porque es divino, le basta la decisión
de cambiar, cuando la ocasión se orece. La
decisión es más compleja en el hombre. Las
cuyas
principales habilidades son mudar de
forma técnicamente (es decir, con arte,
con discernimiento) según su conveniencia
y el conocimiento del tiempo. Estas dos
habilidades, que van necesariamente de la
mano pues una transformación deliberada
implica una sabiduría del tiempo: “anticipar
formas que éste puede adoptar no le son
dadas como un repertorio completo. La
mutación requiere una elección, en ambos
casos; pero, en el hombre, la forma elegida no
estaba dispuesta previamente, sino que debe
raguarse. El ser proteico es más y es menos que
9 Ibid, §1, p. 11.
el futuro, desde el presente, sobre la base del
pasado”8, las comparte el ser humano con
el vate de los mares, claro está, guardando
las debidas distancias. El dios cambia
ocasionalmente y no por necesidad, además
de que sus transformaciones son siempre
supericiales, pues no alteran de forma
radical su ser: su esencia divina se mantiene
intacta. Por otro lado, el repertorio de
formas que este Proteus ambiguus puede
adoptar, están dadas de antemano: puede
convertirse en un león, un dragón, una
pantera o un puerco gigantesco, en agua
corriente o un árbol rondoso, pero su arte
está limitada a las formas dadas en la physis.
El Viejo divino es incapaz de improvisar o
crear una forma nueva y se limita a copiar
las formas existentes. Por el contrario, el
hombre cambia necesariamente, pues su
ser literalmente con-siste en este devenir
continuo; por ello, a diferencia de Proteo, el
5 B84a: Cambiando, reposa.
6 Ibid, §1, p. 11.
7 Idem
8 Ibid, §2, p. 35.
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Proteo, porque debe crear formas para existir.10
¡Ecce homo! ¡He aquí el hombre!: el ser
La acción humana es siempre poética (en
proteico. Pero hace falta señalar un aspecto
el sentido griego de la palabra: como acción
de suma importancia con respecto al ser del
creadora), su devenir es siempre novedoso,
hombre. Hasta ahora hemos señalado al homo,
novedad que, sin embargo, no rompe
y aunque está supuesto en cada explicación
completamente con la herencia a la que se
que hemos retomado del planteamiento
debe, sino que la retiene para transformarla,
nicoliano, es necesario hacer explícito el
para darle nueva forma; en esa medida, es
demostrativo ecce. Así, nos dice Nicol que
también siempre histórica. La temporalidad
el hombre, además de ser inconstante, es un
proteica es esencialmente histórica, es decir,
ser supericial: “es un ente cuya forma de ser
es una trans-formación que implica una
está a lor de piel. La piel no es sólo metáfora:
relación de constante tensión entre el pasado,
ella es expresiva, y por tanto no meramente
el presente y el porvenir de aquello que se
material.
transforma, es decir, el hombre. Además, es
función de una envoltura protectora de
importante agregar que dicha tensión, en
ciertas interioridades somáticas que son
tanto constante, es literalmente in-deinible.
vulnerables. Ontológicamente, la piel no
Si, como hemos insistido, la forma del ser
encubre nada.”12
proteico reside en su cambio mismo, es
menester señalar que su ser es indeinible,
pero determinado. Es determinado porque
se ubica siempre en un “aquí y ahora”; es
indeinible porque ninguna determinación
agota las posibilidades de su ser: cada época
se deine a partir de una cierta idea de lo que
“ser hombre” signiica, y si bien cada una
de estas ideas del hombre son, en sentido
estricto, formas de ser humano, ninguna
agota la posibilidad de que el hombre pueda
ser, de otro modo, el mismo. Por eso señala Nicol:
Tal vez el hombre no sea deinible, porque
nunca es deinitivo; y entonces deba
comprenderse empleando unos recursos
lógicos diferentes de los que tan bien nos
sirven para deinir los seres no proteicos; los
que no tienen forma cambiante; los que ya
contienen su deinición completa desde que
vienen a ser.11
10 Ibid, §3, p. 41. Las primeras cursivas son nuestras.
11 Ibid, §1, p. 14. No podemos evitar notar la cercanía
de esta airmación con la formulación de la diferencia
ontológica heideggeriana de El ser y el tiempo, §2: “El
ser del ente no “es”, él mismo, un ente. […] El ser, en
cuanto constituye lo puesto en cuestión, exige, pues,
un modo particular de ser mostrado, que se distingue
esencialmente del descubrimiento del ente. Por lo
tanto, también lo preguntado, esto es, el sentido del
ser, reclamará conceptos propios, que, una vez más,
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Fisiológicamente
cumple
la
Para el ilósofo mexicano, el hombre lleva
su propio ser, su forma de ser, a lor de piel.
Si, como hemos dicho, la forma del hombre
cosiste en su devenir histórico y constante, es
necesario airmar también que dicha forma
no está detrás, subsistente o más allá de la
manifestación del hombre mismo. No hay
accidentes en el hombre, todo lo con-forma,
todo constituye su forma. Por eso es pura
apariencia. El hombre es un ser que se dona
con su sola presencia y, en esa medida, su
ser es expresión; mas no la expresión de una
interioridad, que estaría oculta o más allá de
lo expresado mismo, sino la expresión que
está a lor de piel, manifestándose con su sola
presencia corpórea: “El ser entero se hace
maniiesto en la presencia corpórea. Mejor
aún: en la variación de esta presencia corpórea.
[…] El ser del hombre es manifestación: existe
manifestándose a sí mismo.”13
Aun cuando el hombre se evada, guarde
secretos, silencios, calle, se oculte o
contrastan esencialmente con los conceptos en los que
el ente cobra su determinación signiicativa.”
12 Ibid, §1, p. 15.
13 Ibid, §1, p. 20.
enmascare para pasar desapercibido, sigue
expresando: el silencio es tan expresivo
como la palabra, la mentira lo es tanto como
la verdad; en ninguna de estas expresiones
el hombre orece su ser en menor o mayor
medida que en la otra, la diferencia está en el
modo, la forma determinada de ser hombre.
Por ello nos dice Nicol: “Por más interior y
recóndita que sea la localidad de alma, ella
consigue manifestarse en la carne: alora en
ese δέμας envolvente (pero a la vez revelador)
[…] podría decirse que la fenomenología del
hombre es una dermatología. En la piel está
el secreto de Proteo.”14
maniiesta como ser evasivo.15
Esta evasión no debe entenderse como
falta o carencia, como si una parte del ser
del hombre permaneciera oculta, velada
o que estuviese en otro lado. Insistimos, la
evasión es también expresiva. ¿Qué es lo
que expresa? Apertura. Lo que esta evasión
señala es que el ser del hombre no está
deinido nunca por completo, que por el
contrario es siempre posible, alternativo,
ambiguo. ¿En qué consiste esta ambigüedad?
Esta ambigüedad es lo que Nicol intentará
señalar, en tanto constitutivo ontológico del
ser humano, como la agonía de Proteo. Sin
Ahora bien, que el ser del hombre se done
embargo, antes de abordar el planteamiento
con su sola presencia no quiere decir que lo
nicoliano al respecto, es necesario apuntar lo
haga por completo y de una sola vez. Como
siguiente: Ecce homo: “…el hombre es el ser de
señalábamos anteriormente, su ser no se
la expresión y […] todo en él es expresivo.”16
agota en una determinación particular, sino
que permanece abierto a otras posibilidades.
LA AGONÍA DE PROTEO
De este modo, el ser humano, en tanto
Proteo es denominado por Ovidio en la
expresivo, está siempre a la vista y no hay
Metamorfosis como Proteus ambiguus17, por
más que mirar para percibir su forma, que
su poder de mudar de forma. Nicol retoma
es siempre diversa. Sin embargo, en tanto
esta característica de la igura proteica para
que su expresividad es diversa, es necesario
adjudicársela al hombre. Al igual que Proteo,
airmar que, al mismo tiempo que el ser del
el hombre es un ser ambiguo. ¿En qué consiste
hombre se dona, se evade, pero no porque
su ambigüedad?, ¿en qué sentido la potencia
deje de estar presente, sino porque no lo está
humana de transformarse es ambigua?
a cabalidad:
El demostrativo ecce es digno de atención.
Esa fórmula latina sería trivial si no
envolviera una sorpresa. Qué duda cabe
de que el hombre está ahí, exhibiendo su
forma de ser […] Este exhibicionismo es
lo problemático. El hombre se da, pero es
lo buscado porque nunca se da entero: su
entereza actual no es deinitiva. El ecce homo,
más que una indicación, es una revelación.
Quiere decirse que el ser-hombre de cada
cual es una evidencia inmediata, y al mismo
tiempo es una incógnita. Ahí está el ser
que se evade justo cuando se exhibe: que se
14Ibid, §1, p. 18. Las cursivas son nuestras.
Para dar razón de esta ambigüedad, el autor
de Los principios de la ciencia comienza
señalando que lo ambiguo implica siempre
“un doble sentido: es lo que tiene dos caras,
o apunta hacia dos direcciones. La falta de
univocidad es la clave.”18 Lo ambiguo puede
apuntar tanto a lo multívoco como a lo
equívoco, pero nunca, esto es lo importante,
hacia lo unívoco. ¿Cuál es el sentido en que
hay que comprenderlo para que nos permita
entender la forma humana? Nicol nos
15 Ibid, §1, p. 22.
16 Ibid, §1, p. 18.
17 Metamorfosis II, 9; VIII, 730.
18 E. Nicol, La agonía de Proteo, §3, p. 43.
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«…dejará de haber forma, forma
humana, cuando nadie sea capaz
de transformarla…»
EDUARDO NICOL
remite a la etimología de esta palabra para
recuperar su signiicado radical, que es el
que se quiere señalar cuando se airma que el
ser del hombre es ambiguo:
ambigua y transformadora.”22
Pero hay que aclarar bien lo siguiente:
la ambigüedad no se reiere a una cierta
posibilidad determinada, no es probabilidad;
Esta palabra ambigum, y todos sus derivados,
son compuestos que se forman con la raíz
del verbo agere, que signiica empujar hacia
delante, o sea promover, guiar, conducir;
así como el griego ἂγω, del cual proviene.
La idea de acción está envuelta en estos
términos. La misma palabra es un acto
derivada de agere. En castellano, la agitación es una acción excitada; agir es actuar
en rancés; accionar es gestire en italiano. La
sapiencia del lenguaje revela esa inclusión
de la dualidad en la actividad. Actuar es
elegir entre alternativas. 19
no se trata de una serie de alternativas dadas
La forma de ser del hombre lleva implícita
tiene que decidirse constantemente, que tiene
la ambigüedad en tanto que consiste en un
que retenerse para poder persistir, es decir,
actuar como elección entre alternativas.
ser sí misma, como una auténtica forma de
Es, pues, ambigua porque es posible. Esta es
ser humano. Es, en última instancia, lucha,
la clave del modo de ser humano: en el ser
constante agonía. Es aquí donde Nicol recupera
humano, “la ambigüedad es
forma.”20
de antemano entre las cuales el hombre
tuviera la posibilidad de decidir. Esta no
es la posibilidad ni la decisión a las que se
reiere Nicol. La posibilidad es apertura que,
no obstante que el hombre debe decidirla en
un sentido determinado, no se cierra ni se
agota, sino que se mantiene abierta. Por ello la
decisión es radical y afecta al ser del hombre,
literalmente lo trans-forma, pero no lo
termina nunca de deinir por completo, nunca
a cabalidad. La decisión radical es aquella que
Pero
este vocablo, que etimológicamente tiene la
es forma, no como una entidad o estructura,
misma raíz que ambigüedad: “Es sintomático
trans-formación,21
que los griegos eligieran esa raíz del verbo ἂγω
sino en tanto acto de
es el modo como deviene el hombre para
para formar el sustantivo άγὠν, que designará
ser hombre. Por ello puede decir Nicol que
“la ambigüedad, radicada en la condición
proteica del hombre, es como una moción
que se bifurca: una índole de pro-moción
esforzada que implica dualidad, o sea
la competencia deportiva, y en general toda
posibilidad de lo uno y de lo otro. […] Sin
suerte de lucha o esfuerzo. Nuestro lenguaje
recibe por herencia, sin alterarla, la palabra
agonía.”23
Esta es la auténtica agonía de Proteo, que
ambigüedad no hay decisión; la decisión es
es constitutiva del ser proteico. En sentido
19 Ibid, §3, pp. 43-44.
20 Ibid, §3, p. 45.
21 “No hay entidades metafísicas. Lo metafísico es
el acto de la transformación”, E. Nicol, La agonía de
Proteo, §1, p. 20.
cabo el hombre tiene un carácter agónico,
12
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estricto, cada transformación que lleva a
22 Ibid, §3, p. 44.
23 Idem
pues es constante lucha por decidirse
de cierta forma ante la ambigüedad que
conlleva su ser, aun a sabiendas de que esta
lucha no cancela la ambigüedad, sino que
la mantiene. Sólo porque el hombre pugna
por ser hombre es que puede ser siempre
más hombre, es decir, hombre de diferentes
modos o formas. El ser proteico es, entonces,
esencialmente agónico: su forma es la
agonía, la ambigüedad.
que tal vez tuviera la vida un in en plena
vida: que pudiera morir Proteo mientras la
humanidad subsistía. El porvenir cerrado
es la agonía de Proteo, su muerte vendrá
cuando todos seamos iguales, y no ocurra
nada nuevo. Sabemos, por lo menos (pero
esto es triste ganancia), que dejará de haber
forma, forma humana, cuando nadie sea
capaz de transformarla.26
Proteo agoniza porque, según el diagnóstico
del autor de la Metafísica de la expresión,
Sin embargo, este sentido de agonía que
actualmente (1981) la capacidad proteica del
Nicol recupera no es el que hoy prevalece.
hombre ha disminuido considerablemente. El
Hoy la agonía tiene otro sentido para
hombre no es ya capaz de transformarse, ni
nosotros, y si bien la intención de Nicol es,
para bien ni para mal, ni para ser más ni para
por un lado, señalar esta ambigüedad como
ser menos hombre. Ha quedado suspendido
constitutiva del ser humano, también quiere
en la indiferencia que se maniiesta en la uni-
advertirnos, aludiendo al sentido que este
formidad a la que tiende la humanidad:27
vocablo tiene actualmente para nosotros,
“Indicio de esta agonía de Proteo es el hecho
que el ser proteico está agonizando y que
de que ya no hay vida nueva; […] todos los
pudiera morir en vida. ¿En qué sentido
hombres parecen iguales, cualquiera que sea
agoniza hoy Proteo?24
su ailiación y el régimen de su comunidad.
El agónico ya no es aquél cuya acción es lucha;
éste va hacia delante, aunque su esfuerzo es
ambiguo porque el resultado de su lucha es
incierto. La lucha lo transforma por esta
misma incertidumbre. Para nosotros, quien
agoniza está empeñado en una lucha cuyo
resultado no es ambiguo, sino infaliblemente
adverso. Pero, incluso entonces, hay una
posibilidad de transformación…25
Esta es la advertencia que nos hace Nicol:
agoniza el hombre porque su porvenir es
“infaliblemente adverso”, la posibilidad del
por-venir se cierra, la ambigüedad deviene
univocidad, uni-formidad.
PROTEO AGÓNICO
Nos dice Nicol:
Del porvenir sabía el hombre que tenía un
in infalible, que es la muerte. No podía saber
24 Entiéndase, a partir de aquí, Proteo como sinónimo
del ser proteico, el hombre.
25 Idem. Las cursivas son nuestras.
[…] lo que sobresale ahora es la uniformidad:
el ocaso de lo sobresaliente.”28
No es que Proteo haya dejado de cambiar,
es evidente que hay cambios en la vida
del ser humano: el desarrollo, cada vez
más acelerado, de nuevas tecnologías de
comunicación, biotecnología, avances en
el campo de la medicina, etc. Pero estos
cambios, este desarrollo que es a todas luces
humano, no versa sobre lo humano: no es el
hombre su inalidad principal, sino una serie
de necesidades hacia las cuales el hombre ha
volcado por completo su ser. La inalidad del ser
humano no responde ya a sí mismo, sino a una
“razón de fuerza mayor”, razón pragmática,
que responde a la pura necesidad.29 Cuando
26 Ibid, §9, p. 124.
27 Ésta es una idea que ronda constantemente el
pensamiento de varios contemporáneos de Nicol,
como Heidegger, T. Adorno, W. Benjamin y M.
Horkheimer, por mencionar algunos.
28 Ibid, §8, p. 118.
29 El concepto de “razón de fuerza mayor” lo desarrolla
Nicol in extenso en La reforma de la filosofía.
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sucede esto, el porvenir del hombre se cierra,
trastocaría la capacidad proteica del hombre,
no porque ya no tenga un futuro, sino porque
es decir, transformaría de manera radical la
su futuro tiene una sola dirección, y la forma
base de todo fenómeno expresivo, por ende
de alcanzarlo es idéntica en cada caso: el ser
histórico, para cerrar por completo cualquier
que era esencialmente proteico, multiforme,
otra posibilidad: desde la historia negaría
“deviene” un ser uni-forme: “Proteo ya no se
su base misma, la anularía y la extinguiría.
evadiría: se desvanecería. El hombre amorfo
Si lo segundo, entonces, tanto la idea de un
representa la agonía de Proteo.”30
“hombre uniforme” como la de una “razón
Esto es lo sorprendente del planteamiento
nicoliano y es lo que nos interesa traer a
discusión. Resulta así que Proteo es causa
de su propia muerte en vida al atenerse
a esta “razón de fuerza mayor”, que en
tanto razón sigue siéndole propia, pero en
tanto que responde a una “fuerza mayor”,
a una necesidad, le es ajena. ¿Cómo es esto
posible?, ¿cómo puede el ser proteico llevar a
cabo una acción que sea de-initiva, en tanto
que lo lleva a su in, a su muerte en vida?
La indiferencia lleva a la indiferenciación.
Ésta es existencial y a la vez social. La autodestrucción de la mediocridad, que es la
caída fatal del hombre en la insensibilidad,
se produce insensiblemente, como una
lenta, callada iconoclasia que corroe los
paradigmas y que no puede imputarse a
nadie porque justamente no es activa.31
La
pregunta
radical
acerca
de
de fuerza mayor”, son una posibilidad más
del ser proteico y no anulan ni modiican
su base. La uniformidad, la indiferencia,
es también una forma de ser hombre que,
ciertamente, es una forma muy pobre, pues
más que aumentar el ser del hombre, en
vez de ser más, lo convierte en un ser impotente al reducir su acción a una necesidad
que le es ajena. Literalmente lo abstrae de sí
mismo, lo vuelve ajeno a su ser y le impone
(pues no es un decisión consciente) una
inalidad externa. Cabría incluso decir, en
ese sentido, que el hombre uniforme es el
menos hombre que hay, pues renuncia a su
apetencia constitutiva de ser más hombre, de
ser posible. Pero, insistamos en esto último,
sigue siendo una posibilidad de ser humano:
la uniformidad y la indiferencia serían
también, de alguna manera, expresivas.
este
El
planteamiento
es
paradójico
desde
planteamiento nicoliano es la siguiente:
cualquiera de las dos perspectivas. Sin
¿esta, podría decirse, última transformación
embargo, preferimos considerarlo desde
que lleva a cabo Proteo, es irreversible?,
la segunda, contrariamente a Nicol. Ahora
es decir, ¿es de carácter ontológico o
bien, no negamos la posibilidad de que un
es simplemente existencial y, por ende,
día Proteo deje de existir: la muerte es una
deinitoria de una época pero no deinitiva?
necesidad intrínseca de aquello que por
Si lo primero, entonces resulta que tenemos
“deinición” es inito, así como también lo
un fenómeno históricamente producido, una
es la vida. Pero esta muerte inal, en sentido
forma humana que consistiría en una “idea
estricto, le es totalmente indiferente a Proteo:
del hombre uni-forme” y que tendría su más
acabada “expresión” en la “razón de fuerza
mayor”, pero que en su misma manifestación
30 Ibid, §1, p. 25.
31 Ibid, §9, p. 131. Las cursivas son nuestras.
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no puede hacer nada para remediarla ni tiene
remedio alguno. Lo que no estamos dispuestos
a aceptar es que Proteo pueda morir en vida.
Si Proteo es agónico, lo es por la constitución
misma de su ser, la cual posibilita incluso
las actitudes más cercanas a lo inhumano,
pero esta agonía nunca puede ser indicio de
una muerte deinitiva. Incluso cabría decir
que Proteo es in-mortal: en sentido estricto
no puede morir, la muerte concebida como
ausencia total de vida no es una posibilidad
proteica, es algo que trasciende de manera
total lo humano. Es además inmortal porque,
mientras su ser dura, dura in-deinidamente.
El ser proteico, pues, no agoniza porque su in
esté cerca, agoniza porque en ello le va el ser y la
vida misma: en decidirse ante la ambigüedad
que lo constituye ontológicamente, es decir,
en mantener siempre abierta la posibilidad
de ser más (o menos) hombre.
REFERENCIAS
Los filósofos presocráticos I, trad. y notas de C. Eggers Lan y Victoria E., J. Gredos,
Madrid 2008.
Heidegger, M., El ser y el tiempo. trad. Gaos, José, FCE, México 2008.
Nicol, E., La agonía de Proteo, Herder, México 2007.
, Crítica de la razón simbólica, FCE, México, 1974.
, La reforma de la filosofía, FCE, México, 1980.
Ovidio, Metamorfosis, Cátedra, 10a. ed., trad., Consuelo Álvarez y Rosa Ma.
Iglesias, Madrid, 2011.
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