Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, AC
Año 1. Número 08.
Octubre 10 de 2021.
Monterrey, NL, Méx.
Editorial
Academia Semper
Es una revista de la
Sociedad Nuevoleonesa de
Historia, Geografía y Estadística, AC
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de 2021, es una revista bimestral editada por la
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este número: Comisión de Comunicación de la
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E
l No. 8 de la revista Academia Semper, editada por la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, AC lo dedicamos
a la etapa histórica denominada "Conquista".
Mucho se ha escrito sobre la etapa iniciada en 1519
con el arribo de Hernán Cortés a tierras continentales y para algunos concluida con la rendición o
caída de Tenochtitlan en agosto de 1521.
El denominado conquistador junto a Moctezuma
II son los personajes centrales de estos acontecimientos, sin embargo, los actos no los realizan dos
personas. Los tlaxcaltecas, rivales de los mexicas
fueron un factor fundamental de los resultados favorables hacia los españoles.
En Academia Semper publicamos los escritos
resultantes de lo que fue el ciclo de conferencias
denominado "Cinco siglos de presencia tlaxcalteca" organizado conjuntamente con 3 Museos del
gobierno de Nuevo León, la Sociedad de Historia,
Geografía, Estadística y Literatura de Tlaxcala, AC;
la Sociedad de Historia, Educación y Cultura de
Tlaxcala, AC y la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, AC.
El conjunto de los artículos presentados ofrece una
radiografía de la cultura tlaxcalteca y su presencia
en el centro y norte del país.
Contacto: historiadoresdenl@gmail.com
Academia Semper, el Consejo Editorial, su Comité Dictaminador y
quienes conforman el Directorio, desconocen cualquier responsabilidad
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firmados; sin violar leyes de Derechos de Autor o Propiedad Intelectual.
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Contenido
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Hernán Cortés, el hombre
Óscar González Azuela
La alianza hispano tlaxcalteca
Luis Manuel Vázquez Morales
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Actos lúdico-religiosos en el carnaval tlaxcalteca
de San Bernardino Contla
Abraham Cahuantzi Cuatecontzi
Entre cajetes, ollas y cazos: el mole prieto
de Santa Ana Chiautempan
31
Guadalupe González Sánchez
38
La Historia también se pinta... Falló la conquista
Félix Ledezma Bocanegra
Otomíes tlaxcaltecas en la conquista
Edilberto Mendieta García
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41
Contexto y análisis del censo de la emigración
tlaxcalteca-yümu de 1591
Rosalba Delgadillo Torres
La Literatura en la Historia
Ana María Herrera Arredondo
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Mujeres en la vida de Hernán Cortés
Óscar Tamez Rodríguez
3
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Imagen de Portada
Presencia tlaxcalteca en Nuevo León
L
a presencia de tlaxcaltecas en Nuevo León y otros lugares del norte y noreste del actual territorio mexicano responde a las características geográficas y culturales de los pobladores nativos quienes dificultaban la conquista a los españoles. Algunos de los tlaxcaltecas acompañaron la fundación de
poblaciones como los actuales municipios de Bustamante, Guadalupe, Higueras
y Hualahuises lo hicieron en condición de conquistadores, algo similar a socios
de los españoles.
La necesidad de su presencia responde al carácter bélico de los nativos y que
los tlaxcaltecas tenían cualidades similares para la guerra.
En 1688 los tlaxcaltecas del Saltillo reciben autorización del gobernador de
Nuevo León, para fundar el actual pueblo de Bustamante, al cual impusieron en
ese momento el nombre del marquesado del gobernante: San Miguel de Aguayo. Ellos descubrieron yacimientos mineros con lo que detonaron la fundación
del real de San Pedro de Boca de Leones (hoy Villaldama) en 1688 y el de Santiago de las Sabinas (hoy Sabinas Hidalgo) en 1692. En el mismo año de 1686
fue fundado el pueblo de Nuestra Señora de San Juan de Tlaxcala, en la ribera
del río Pesquería, en el actual municipio de Higueras. (http://bibliotecadigital.
ilce.edu.mx/sites/estados/libros/nleon/html/sec_33.html)
En Bustamante, Nuevo León, la presencia cultural tlaxcalteca se recuerda,
reconoce y reivindica gracias a la labor de su cronista, Carlos Gómez quien refuerza la identidad mestiza de la comunidad.
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Hernán Cortés,
el hombre
Por Óscar González Azuela
El Autor es licenciado en Historia. Maestro en Humanidades. Doctorando
actualmente en Derechos humanos y cultura por la paz en la Universidad
Autónoma de Zacatecas. Cronista honorario y Presidente del Colegio de la
Crónica Municipal de Lagos de Moreno, Jal. Conferencista de temas relativos
a la historia de México en varios estados de la república, en EUA y España.
oga_pydsa@yahoo.com
H
ernán Cortés es enigmático, provocador de pasiones encontra-
das. Menospreciado en su patria y rechazado en México, país en
el que finalmente ocupan un pequeño espacio sus restos, al lado
del altar de la iglesia anexa al Hospital de Jesús fundado por él en donde
según algunas fuentes se pudo haber dado su encuentro con Moctezuma. Fuera de filias y fobias, hagamos un acercamiento al personaje a
quinientos años del punto cenit de su vida: la Conquista de México de
la que es autor indiscutible con un antes y después de aquel momento.1
Nacido en Medellín, Extremadura, en 1485, muy joven fue enviado a
estudiar a Salamanca, en donde aprende algo de jurisprudencia y latín,
trabajando también como escribano. Agregó ahí a sus alforjas conocimiento y experiencia de los que echará mano para los hechos de vida a
la que nos asomamos.
Lector de novelas de caballería en las que aquellos personajes cruzaban grandes distancias prestos a desfacer entuertos, lanza en ristre,
emulando la peculiar visión del Señor Santiago al que se había bajado
de los altares para treparle en blanco corcel, trastocando bordón por
espada que le sirve para destazar a quien no piense como él, a fin de
abrir las puertas celestiales de una manera francamente criticable.
Su sombra cruzó el Atlántico en cuatro ocasiones; la primera en 1504
en pos de aventura con rumbo a Santo Domingo en donde se ejercitó
en supuestas acciones de pacificación que solían darse espada en mano
buscando el casus belli provocado por los aborígenes.
El artículo corresponde a la conferencia magistral dictada por el Autor a los miembros de la
Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, el 21 de agosto de 2021.
Imagen (p. 5). Retrato de Hernán Cortés. Fuente: www.libertaddigital.com. URL: https://
www.libertaddigital.com/cultura/historia/2019-04-06/ivan-velez-hechuras-de-hernan-cortes-87581/
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Siete años después viajó como secretario de Diego Velázquez a la conquista de Cuba, emprendiendo con pocos recursos la crianza de ganado
caballar, vacuno y ovino, al tiempo que trataba de extraer oro de donde
no lo había.
En aquellas islas excedidas en trabajo y fatiga, se multiplicó la muerte de la población natural; fue necesario ir a buscarlas a las islas vecinas. Timón en mano, Antón de Alaminos, antiguo grumete en el cuarto
y último viaje de Colón, ahora piloto mayor, su corazonada dirige a tierra continental las expediciones comandadas, la primera por Francisco
Hernández de Córdoba y la segunda por Juan de Grijalva; ambas aportaron más promesas que resultados, aunque ya se percibía en la atmósfera del Nuevo Mundo la deseada llegada de los metales preciosos.
Casado un poco a fuerzas, Cortés vio partir estas flotas que le hicieron
poner en juego todos sus recursos en pos de la buena imagen que debía
dar a Velázquez para llegar a comandar la tercera expedición, cargo que
logró con la creciente desconfianza de Velázquez quien entre asombro
e inocencia veía la cantidad de recursos con que se cargaban aquellas
naves, como para no volver -como sucedió-.
Partió la expedición que quedó estacionada en Cozumel, a la espera
de dar con un par de supuestos náufragos que podían servir de intérpretes, empezando a revelar Cortés sus dotes de estratega; consiguió
sumar a uno de aquéllos, Jerónimo de Aguilar, quien le iría develando
el misterio de los pueblos mayas a los que por fin se podían transmitir
mensajes con mayor claridad. En Centla, luego de derrotarles en combate, estos le entregaron a veinte mujeres a manera de alianza.
Al arribar a las siguientes playas, Moctezuma envió grandes tesoros
con la esperanza de mostrar su esplendor y poderío, en la espera de que
la avidez de aquellos teules fuera así satisfecha y se largaran; es cuando
el otrora traductor es rebasado por el náhuatl, idioma que desconoce,
entrando a escena una de aquellas veinte doncellas, bautizada como
doña Marina, quien con total desparpajo resolvía aquel nudo gordiano
de un solo tajo, al traducir los mensajes a Aguilar quien los desdoblaba
del maya al castellano; fue ésta la llave maestra de la conquista.
Cortés evitó el anzuelo dorado lanzado por Moctezuma, prefiriendo
reenviarlo al rey Carlos quien sí lo mordió, luego de recibirlo acompañado de su Primera carta de relación en la que se comunica ya directamente con el monarca como representante de aquel ayuntamiento en
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que trastocó el campamento militar, anticipando al soberano los pasos
que daría para someter aquel gentío; fascinado, el tierno monarca le
reconocerá autoridad y autonomía al tiempo que tasa los metales y empaca presentes culturales que hasta hoy se desempolvan y reclaman.
Ya reconocido, guardó la espada para convertirse en el hábil diplomático que a lo lejos atisbaba las debilidades de Moctezuma, iniciando
el ascenso del largo trecho que le separaba del corazón del imperio, a
través del cual iría venciendo retos y multiplicando alianzas con aquéllos que buscan liberarse de la asfixiante presión tributaria mexica, al
tiempo que derriba ídolos, manda oficiar misas y reparte sacramentos,
confundiendo en su peculiar visión a Jesús, al Señor Santiago, al Rey
Carlos o a la Virgen de los Remedios según sea necesario.
De agosto a noviembre duró su marcha llegando a aquella capital, en
donde habría de apersonarse con Moctezuma Xocoyotzin, quien sale a
recibirle, lejos de adivinar que bajo aquel bigote hay un largo colmillo
que permitirá al extremeño prenderle al menor pretexto, mismo que se
dio luego de un ataque a la guarnición dejada por Cortés en la Villa Rica
de la Veracruz.
Luego de castigar a los responsables, cuyas cabezas lucirá años después en su escudo de armas, salió Cortés personalmente a someter a los
que llegaron en su persecución al mando de Pánfilo de Narváez, enviados por un ofendido Velázquez; tentados con tejuelos del oro aquella
soldadesca se sumará a su expedición.
Con su ejército multiplicado por aquéllos, regresó Cortés para enterarse de la masacre perpetrada por Pedro de Alvarado en la Plaza del
Templo Mayor, cayendo entonces sitiados; en franca huida salieron
acompañados de sus aliados el 30 de junio por la noche, hasta poner
pies fuera de aquel islote, en su Noche Triste, llamada así por la gran
cantidad de gente y recursos perdidos en aquel escape.
Con rumbo a lo que hoy es Los Remedios, tomarán camino hasta el
dominio tlaxcalteca, llegando a Tepeaca, en donde fundaron Segura de
la Frontera; ahí escribió Cortés su Segunda Carta de Relación el 30 de
octubre de 1520, relatando acciones pasadas, derrota y la anticipación
de cómo habrá de vencer finalmente aquel formidable imperio por medio de un impensable sitio naval.
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Mandó entonces traer de sus barrenadas naves -nunca quemadas-,
anclas, clavazón, estopas, velas, cables y jarcias, calderos para la preparación de resina para las juntas y el calafateo.
La construcción de aquellas naves se dio de octubre de 1520 a marzo de 1521, siendo armadas, probadas y desarmadas nuevamente para
llevarlas hasta Texcoco, en donde se rearman para ser botadas en abril,
Retrato de Hernán Cortés. Fuente: Real Academia de Historia. URL: https://www.rah.
es/ciclo-de-conferencias-hernan-cortes/
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dando inicio el sitio de México Tenochtitlan el 30 de mayo, al tiempo
que se daba también el machacamiento de los pueblos alrededor de los
lagos. El sitio finalizó el 13 de agosto de 1521 con la caída de Cuauhtémoc, el águila que desciende, nuestro último Tlatoani.
Dada la devastación del lugar, Cortés parte a Coyoacán en donde vuelve a fundar ayuntamiento tomando la pluma para escribir su Tercera
Carta de Relación fechada el 15 de mayo de 1522, en la que le dio cuenta
de la caída de México-Tenochtitlan así como de las acciones emprendidas a partir de ello; llegó ahí su esposa doña Catalina Suárez Marcaida
junto con su familia.
Cortés, que estaba ya acostumbrado a manejarse a sus anchas como
amo y señor de vidas y pueblos, no está como para pleitos conyugales; luego de tormentosa fiesta, a la mañana siguiente aparecerá muerta
aquella dama; se darán toda clase de conjeturas luego de estos hechos
harto sospechosos, que apuntan hacia la culpa de don Hernán, es una de
las acusaciones principales en el que será su juicio de residencia.
Luego de la llegada de tres primeros evangelizadores en 1523, al año
siguiente, llegaron doce franciscanos más encabezados por fray Martín
de Valencia, al tiempo que las piedras de las pirámides se van desensamblando para dar paso a otro tipo de construcciones: palacios, casas
y templos; firmó este mismo año Cortés su Cuarta Carta de Relación,
esta vez ya desde Tenochtitlan, al tiempo que iniciaba confiado, marcha
fatal rumbo a Las Hibueras.
A pesar de que se le concede Escudo de Armas y es nombrado Adelantado de Nueva España, 1525 no le será bueno.
En 1526 escribió su Quinta Carta de Relación -la última- en la que
solicitaba al monarca autorización para viajar a España rubricando: Yo
me ofrezco a descubrir por aquí toda la especiería y otras islas… y que
los naturales de aquellas islas le reconozcan y sirvan como a su rey y
señor natural”.
Así como Cortés ordena a Alonso García Bravo la traza de la Ciudad
de México basándose en los cuadrantes de la Plaza del Templo Mayor,
no es su deseo la destrucción de aquel pasado remoto; citado por José
Luis Martínez. Rodrigo Castañeda, en el juicio de residencia de Cortés
declaró: Don Hernando Cortés decía que para qué los habían quemado,
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que mejor estuvieren por quemar, y mostró tener gran enojo porque
quería que estuviesen aquellas casas de ídolos por memoria.
La mayor crueldad por parte de Cortés la conocemos en la imagen
atormentando a Cuauhtémoc, sin embargo, según Bernal Díaz del Castillo y López de Gómara, fueron el tesorero Julián de Alderete y sus auxiliares, quienes decidieron dar tormento tanto a Cuauhtémoc como al
señor de Tacuba, quemándoles los pies con aceite, para que revelaran
dónde habían escondido o tirado el tesoro, por lo que el papel de Cortés
es más bien el de un Pilatos a quien sólo se puede acusar por no haberlo
evitado, lo que acarrearía también suspicacia sobre su conducta.
Luego de la conquista, surge en Cortés el espíritu emprendedor; según el inventario de sus bienes, los cultivos agrícolas que promovió
para sí y para otros conquistadores y pobladores serían: el cultivo de
caña de azúcar en Tuxtla, en la costa veracruzana, y en sus propiedades
de Cuernavaca y Cuautla, sobre todo en el ingenio de Tlaltenango. En estas tierras cultivaba, además, trigo, frutales, moreras y viñedos, y tenía
criaderos de caballos, vacas, ovejas, puercos y gallinas. Él fue, también,
uno de los iniciadores de la complicada industria de la seda.
Según cita José Luis Martínez: se puso a buscar en México los metales
que le faltaban para fabricar armas.
Por problemas menores entre subalternos de Cortés y de las autoridades, éste fue desterrado de la Ciudad de México en 1527, por lo que
decidió partir a Coyoacán.
En un doble juego, el rey Carlos autoriza a Cortés a viajar a España
en 1528, al tiempo que pide sea sometido a juicio de residencia por
sus enemigos de la Primera Audiencia. Confiado se embarcó Cortés
para cruzar por segunda ocasión el Atlántico, ahora en pos de honores; según López de Gómara: Lleva todo lo raro, maravilloso y valioso
con que podía halagar y ganar voluntades: aves raras y hermosas, dos
tigres, un tlacuache y un armadillo, barriles de liquidámbar, de bálsamo y de otros aceites, mantas de pluma y de pelo, rodelas, plumajes,
espejos de obsidiana…
Llegó al Puerto de Palos en mayo de ese año para tomar dirección
con rumbo a Sevilla, Medellín y Cáceres, en donde afloró el místico que
depositó un escorpión enjaezado en oro -mismo que le picara en Yaute11
pec- a manera de exvoto, a los pies de la virgen de Guadalupe de Cáceres, en Extremadura, de la cual era gran devoto, llegando finalmente a
Toledo para entrevistarse con el Emperador, a quien entrega un memorial de peticiones.
Luego de viajar con el emperador a Zaragoza, se casa en Béjar con
doña Juana de Zúñiga, noble española, al tiempo que enviaba regalos al
papa Clemente VII de quien obtuvo bulas para legitimar a varios de sus
hijos naturales, obteniendo también el patronato del Hospital de Jesús,
así como el diezmo de sus tierras.
Se manda a elaborar el único retrato para el que posó, mismo que
incluye ya su escudo de armas; recibe mercedes, honores, el título de
Marqués del Valle de Oaxaca así como de capitán general ganando una
capitulación en su favor para el descubrimiento de la Mar del Sur. Partió
así para cruzar por tercera ocasión el Atlántico, en esta ocasión con la finalidad de convertirse en gran empresario, embarcando junto con 400
personas a manera de comitiva, entre quienes se encontraban su madre
y su esposa; es advertido de que no podía pisar la Ciudad de México
hasta llegada la Segunda Audiencia al tiempo en que recibe una carta
por parte de su mayordomo quien le advierte de daños y afrentas que
ha recibido en su nombre debido a su larga ausencia.
Con este presagio se da su regreso a la América. Luego de varias escalas llegará a Texcoco en espera del arribo de la anunciada Segunda
Audiencia. Escribe José Luis Martínez:
A Tezcoco venían a verlo los españoles que le eran adictos para quejarse de los
atropellos que sufrían, y los indios para quejarse también, ofrecerle obsequios y
proveerlo de alimentos. A los oidores no les gustó aquella corte y enviaron alguaciles que apresaron a los indígenas que allí se encontraban y les impidieron que
dieran o vendieran alimentos a Cortés y a su gente.
Sin manera de conseguir alimentos, morirá de hambre entonces la
mitad de sus acompañantes, entre ellos su propia madre, doña Catalina
Pizarro, quien quedó ahí sepultada hasta estos días.
Para enero de 1531, se le permitió ya entrar a la Ciudad de México, tomando luego posesión de sus dominios en Cuernavaca, Tehuantepec y
Tuxtla. Sin embargo, el acoso sobre el personaje crece de tal manera que
escribe en 1532 en clave desde Cuernavaca, a su primo Francisco Núñez,
una carta que contiene sus instrucciones, misma que consta de varios
pasajes cifrados, desencriptada hasta 1925 por Francisco Monterde.
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Para desempeñar las mercedes con que había capitulado en pos del
descubrimiento del Mar del Sur, montó astillero en Zacatula, justo en la
desembocadura del Balsas. Luego de dos expediciones frustradas trepa
a sus tropas en Chametla cruzando el golfo que lleva su nombre. Fundó
la Bahía de Santa Cruz -la tercera, luego de Vera Cruz y Salina Cruz- en
lo que hoy es La Paz; por carecer de alimentos suficientes, aquellos primeros colonos debieron regresar; en son de burla, se llamó California a
aquel lugar, de manera despectiva hacia Cortés, en referencia a la novela
de caballería Las sergas de Esplandián del Amadís de Gaula, en la que se
hacía referencia a una isla fantástica que sólo existía en la cabeza de un
loco. Esto sucedía al tiempo de la llegada del primer virrey de la Nueva
España, Antonio de Mendoza.
Cortés envió en 1536 naves y presentes a Francisco Pizarro a fin de
establecer ligas comerciales por aquellos rumbos, mismas que iniciaron
ese mismo año con Panamá y Perú. Sin embargo, en 1539 el virrey Mendoza le incautó astillero y naves; escribió José Luis Martínez: Apresuradamente, reunió el oro posible, y aun sin tiempo para dejar instrucciones escritas a sus procuradores y mayordomos, emprendió el viaje…
Con esa gota que derramaba el vaso, embarcó enfurecido, en el que sería su cuarto y último cruce del Atlántico, ya no en pos de aventura, reconocimiento o empresa, sino de reclamos, ignorando que el virrey había
recibido instrucciones precisas para limitarle de manera discrecional.
Escribió un memorial de agravios en contra de Antonio de Mendoza
para enterarse luego de que no podría volver a pisar la Nueva España,
hasta no quedar resuelto su juicio de residencia.
Tratando de recuperar el favor real participa en 1541 en la Jornada de
Argel junto con sus hijos mayores, siendo nuevamente agraviado al no
permitírsele tomar parte del consejo de guerra. En medio de una huída
desastrosa, se menosprecian sus opiniones cuando sólo solicitaba cuatrocientos hombres para tomar la plaza.
De 1542 a 1544 dirigió al monarca tres cartas de Agravios -una por
año-, solicitando también al Consejo de Indias el desistimiento de su
juicio de residencia “en vista de sus notorios servicios”, lo que no tuvo
mayores consecuencias. Escribía Cortés según cita de José Luis Martínez:
Véome viejo y pobre y empeñado en este reino en más de veinte mil ducados, sin
más de ciento otros que he gastado de los que traje…
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He sesenta años y anda en cinco que salí de mi casa, y no tengo más de un hijo
varón que me suceda, y aunque tengo la mujer moza para poder tener más, mi
edad no sufre esperar mucho…
No tengo ya edad para andar por mesones, sino para recogerme a aclarar mi
cuenta con Dios, pues la tengo larga, y poca vida para dar los descargos, y será
mejor dejar perder la hacienda que el ánima…
Escribió José Luis Martínez, su mejor biógrafo al día de hoy:
La noche del 2 de diciembre de 1547, murió Hernán Cortés, a la edad de 62 años.
Acaso su ánima haya vencido el resentimiento y el despecho y la confortara en su
agonía, más que el recuerdo de sus horas de sangrienta gloria, las de humildad y
de piedad, que también las tuvo.
Para Hernán Cortés, la seguridad en sí mismo fue la espada que le permitió vencer cuando no tuvo mando superior que le contrariara.
En torno al Cortés curiosamente piadoso escribió Fray Toribio Motolinía:
Dios le visitó con grandes aflicciones, trabajos y enfermedades para purgar sus
culpas y alimpiar su ánima. Y creo que es hijo de salvación y que tiene mayor
corona que otros que le menosprecian.
Del empresario que quiso ser Cortés, recuerdo el certero comentario de Juan de
Zamudio, quien escribió: No nació su señoría para mercader.
Traidor en amores, nunca traicionado por la mujer; más bien víctima del celo de
algunos compañeros de armas, de oidores, cortesanos, del Consejo de Indias y
del mismo monarca que debió temer alzara en vuelo con todo y botín; en México
se le nombra en secreto, como referencia: en el Golfo de Cortés, la Ex hacienda de
Cortés, el Paso de Cortés, el Palacio de Cortés, la estación metro Villa de Cortés…
temerosos quizá de su regreso en forma de Quetzalcóatl redivivo, a medio milenio de aquella conquista…
Desaparecido Cortés, se concretó ya el surgimiento y fulgor definitivo
del Reino de la Nueva España, mismo que condensó en esta estampa de
espacio y tiempos de mando, nuestro consocio Antonio García Cubas en
1885, 52 años después del nacimiento de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; …al final de los tiempos, todo se encuentra.
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La alianza
hispano tlaxcalteca
Por Luis Manuel Vázquez Morales
El Autor es Presidente de la Sociedad de Historia, Educación y Cultura de
Tlaxcala A.C. y Coordinador de Historia de la Sociedad de Geografía, Historia, Estadística y Literatura del Estado de Tlaxcala, AC
luis_clio@hotmail.com
E
xisten diferentes posturas sobre la alianza hispano-tlaxcalteca. En
la conciencia de Tlaxcala se acepta y festeja el 23 de septiembre
como la fecha de la alianza y el inicio de un largo proceso histórico que ha marcado a los tlaxcaltecas con el estigma de la traición. Esta
situación plantea la necesidad de conocer las implicaciones históricas
de los actores involucrados, así como la futura representación de este
hecho en la tradición histórica de Tlaxcala, con la finalidad de explicar
las circunstancias en la que se dio y proponer que la alianza se pudo
lograr hasta 1520 después de la llamada Noche Triste.
Durante medio milenio la realidad tlaxcalteca se ha transformado,
por lo que es necesario explicar cuáles fueron las causas que llevaron a
los tlaxcaltecas a ser partícipes de la conquista de México, para mostrar
que, si en realidad se llevó a cabo una alianza, ésta se pudo dar cuando ambos grupos ya se conocían y sabían que podían obtener de cada
uno. El momento indicado será durante la segunda estancia de Cortés
en Tlaxcala.
Hernán Cortés en Tlaxcala
Al no tener noticia de los mensajeros que envió a Tlaxcala, Hernán
Cortés decide emprender el camino con la incertidumbre de si tomar
o no las recomendaciones sobre los tlaxcaltecas. Aún frente a la gran
muralla que demarcaba el territorio tlaxcalteca, titubeaba sobre continuar, ya que había tenido noticias sobre el valor y fiereza de los ejércitos
pertenecientes a la provincia.
Imagen (p. 15). Fragmento del lienzo: Encuentro de Cortés y Xicohténcatl "El viejo". Detalle
escena 2, Lienzo de Tlaxcala. Fragmentos de Texas. Fuente: Luis Manuel Vázquez Morales.
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Los enfrentamientos que sostuvieron con el ejército de Xicohténcatl
“el joven” en Tecoac y Tzompantepec permiten reconocer las fortalezas
de ambos grupos, así como las ideas que sobre la guerra tenían. Los
conquistadores exaltan la superioridad de su ejército frente a miles de
tlaxcaltecas, que, aunque los superan en cantidad, considerando a los
grupos indígenas que ya se habían integrado a sus filas, se valen del temor que infunden las armas y los caballos. Por otra parte, hablan sobre
las incursiones que emprenden sobre los pueblos cercanos en busca
de alimentos, además de hacer sentir su presencia. Hacen notar que, a
pesar de obtener la victoria, sienten los estragos de los combates y además expresan que durante estos días reciben de los tlaxcaltecas muchos
presentes, entre ellos comida, con el argumento de que son alimentados para no tener desventajas en las batallas.
Pasados algunos días, por fin se da el encuentro entre Cortés y Xicohténcatl. En la segunda carta refiere que Sicutengal, el capitán general
de la provincia llega con más de cincuenta personas principales, de su
parte y la de Maxizcatzin. Afirma que en el discurso tlaxcalteca le solicitan ser admitidos al servicio del rey, como sus amigos y que les perdone
los agravios pasados. Después de un largo diálogo lo invita a pasar a la
ciudad de Tlaxcala.
Hernán Cortés regresa a Tlaxcala
Tras la victoria en Otumba, el ejército hispano indígena, derrotado
y maltrecho, continuó su marcha hacía territorio tlaxcalteca. Con la incertidumbre de cómo serían recibidos en Tlaxcala, llegaron a Hueyotlipan, lugar donde fueron objeto de una recepción cordial y amigable; se
les proveyó de alimentos y de un lugar para descansar y recuperar las
fuer-zas. Después de las condolencias presentadas al capitán, los señores
tlaxcaltecas, así como le ratifican su amistad, le ofrecen sus vidas con la
intención de lavar la afrenta recibida en tierras mexicanas, además de cobrar por las vidas de los tlaxcaltecas muertos en la pelea (Cortés, 1993).
Maxixcatzin y Xicohténcatl invitaron al capitán y sus hombres a pasar a la ciudad para recuperarse de las heridas; fueron aposentados en
Ocotelulco ante el asombro tlaxcalteca por el regreso de los hombres
blancos a la provincia.
Fueron pocos los españoles que llegaron a Tlaxcala. Durante la convalecencia de Cortés en tierras tlaxcaltecas, Cuitláhuac, señor de Iztapa17
lapa, fue elegido nuevo gobernante de los mexicanos. Se encargó inmediatamente de reparar los daños que había sufrido la ciudad, así como
de mejorar sus defensas, las armas y la disciplina de sus ejércitos. También hizo un llamado a los pueblos mexica de los alrededores a estar
prestos a marchar a la capital en su auxilio si era necesario.
La incertidumbre se hizo presente en los pueblos del Anáhuac, ya que
mientras los más fieles se manifestaron abiertamente a favor de su gobernante, otros, también súbditos de los mexicanos y que a su vez se
encontraban más alejados del escenario de la guerra, bien se mantuvieron neutrales o se negaron a participar y aprovechar el momento para
sacudir-se el yugo mexica. El llamado también incluía a los pueblos adversarios, por lo que se mandó una embajada a Tlaxcala.
Los mexicanos invitaban a los tlaxcaltecas a olvidar los agravios pasados y a celebrar un tratado, como lo señala (Prescott, 1970) “que
todas las naciones del Anáhuac debían hacer una causa común para
defender a su país de la invasión de los hombres blancos.” Les instaban
a no permitir que los españoles, heridos como estaban, escaparan de
ellos para sacrificarlos a los dioses, cuyos templos habían profanado. A
cambio de esto ofrecían la alianza de los mexicanos y el gozo de la sal,
mantas, oro, plata y demás productos que abundan en la capital y que
no estaban a su alcance.
Las propuestas de Cuitláhuac causaron revuelo y diferencias entre
los señores tlaxcaltecas. Mientras Maxixcatzin llamaba a no dejarse
engañar por las “melosas y blandas pala-bras de los mexicanos, pues
no pretenden ser ahora nuestros amigos por nuestro provecho, sino
por el suyo y aún por dañarnos más, piden paz como si fueran pocos
e siempre hobie-ran llevado lo peor.” (Cervantes, 1985). Después de
argumentar las razones por las cuales no aceptaría la propuesta mexica, entre las que se incluye, que, una vez derrotados los españoles, los
mexicanos romperían las promesas de paz e irían contra ellos, concluyendo lo siguiente:
“los cristianos convalecen ya e presto estarán recios y no son tan pocos, que con
menos podremos asolar y destruir a México y gozar a su pesar de los bienes y
prosperidades suyas. Este es mi parecer y no creo que habrá nadie entre vosotros que sea del contrario, si no es enemigo de los dioses y de su patria.” (Cervantes, 1985)
18
Xicohténcatl Axayacatzin, hijo de Xicohténcatl el viejo, se manifestó
de acuerdo con acabar con los españoles para no tener amistad con los
mexicanos, argumentando que los españoles eran malos. Siendo contrario a Maxixcatzin, fue objeto del enojo y la ira de éste, quien además
de llamarlo cobarde, mujeril y afeminado, le imputó de ser traidor y
alevoso, le corrió a empujones rodando por unas gradas abajo (Muñoz,
1998). Con este desenlace los embajadores mexicanos fueron despedidos de Tlaxcala sin cumplir el cometido de formar alianza con los tlaxcaltecas para enfrentarse a los españoles.
Con el paso de los días la salud de Cortés y de sus hombres mejoraba,
de manera que, una vez recuperadas sus fuerzas, quería emprender la
guerra contra los pueblos vecinos de Tlaxcala que eran súbditos de los
mexicanos, pues tenía noticias de que en Tepeaca habían muerto algunos españoles (Cortés, 1993).
Hernán Cortés asistió a los aposentos de Maxixcatzin para agradecerle
el no haber aceptado la alianza en su contra propuesta por los mexicanos
y la defensa que realizó a su favor frente a Xicohténcatl Axayacatzin; le
informó el deseo de emprender la campaña contra México-Tenochtitlan.
Al mismo tiempo Maxixcatzin le advirtió sobre las intenciones de Xicohténcatl de ponerse a sus órdenes para emprender la guerra contra los
de Tepeaca, donde algunos de sus hombres habían sido muertos y otros
maltratados (Cervantes, 1985).
A poco tiempo el Capitán recibió la visita de Xicohténcatl, quien además de llenarle de halagos le pide su gracia y amistad, quien para dar
validez a sus intenciones argumenta, como había advertido Maxixcatzin
“y porque lo puedas ver presto, ya sabes que la provincia de Tepeaca,
comarcana a la nuestra, sigue el bando y parcialidad de Culhúa y que
en ella han sido muertos y maltratados algunos de los tuyos.” Le ofrece
sus servicios para poder tomar venganza y conquistar esta provincia, “y
paréceme que primero que vuelvas sobre México, allanemos y aseguremos estas provincias amigas y devotas del imperio y nombre mexicano,
así para que nos queden las espaldas seguras, como para ir con más
gente, con mayor nombre y más temidos.”
Para tener un panorama más amplio sobre este pasaje, es necesario
recurrir a Diego Muñoz Camargo, quien en su obra enfatiza la influencia
tlaxcalteca para la decisión de Cortés de llevar a cabo un ataque a los
señoríos súbditos de los mexicanos y comarcanos a Tlaxcala.
19
Pasada la visita de la embajada mexicana y la reprimenda a Xicohténcatl, Hernán Cortés deseoso por continuar con su empresa de conquista, visitó a los cuatro señores de Tlaxcala para informarles sobre
cómo quería conquistar la capital mexicana, que para ello requería de
su ayuda y favor para tomar venganza de gente tan falsa y traidora,
(Muñoz, 1998). Pedía ir a Cempoala por hombres, municiones y otros
pertrechos de guerra, pues quería castigar a los mexicanos y hacerles
la guerra como a sus enemigos capitales; por lo tanto, así como ruega
se le ayude en todo lo que necesite, ofrece parte de todo lo que se conquis-tase, así como oro y otras riquezas de las provincias y reinos que se
conquistasen, particularmente de la ciudad de Cholula y las provincias
de Huexotzinco y Tepeyacac.
Por tanto, Cortés dice a los señores de Tlaxcala, que él quiere comenzar la guerra con su parecer e ir con la mayor templanza que se pudiese y Dios inspirase. Ante estas palabras la respuesta de los señores
tlaxcaltecas fue que la guerra se comenzase como mejor le pareciese y
ordenase. Agregando que ante todo se conquistase primero la provincia
de Tepeyacac, y toda su comarca y las demás provincias sujetas a los
mexicanos, e que haciendo esto sería desmembrar y cortar las raíces
del árbol, ya que, al ganar a los sujetos menos fuertes, quedaría la ciudad de México sola, sin que le pudiese entrar socorro de parte ninguna.
Otra de las razones por las cuales se decidió a atacar Tepeaca, fue porque, cuando los españoles aún se encontraban convalecientes en Tlaxcala, una fuerte guarnición mexicana se estacionó en aquel señorío, por
lo que Maxixcatzin y Xicohténcatl el viejo, temiendo un ataque mexicano, invitan a Hernán Cortés a participar en la campaña de Tepeaca, pues
de esta forma atacan al enemigo y al mismo tiempo se defienden de él.
Esto apoyaba las intenciones de Cortés de apoderarse de Tepeaca, pues
era la población principal de aquella zona.
Acordada la estrategia, Cortés emprende la conquista del Valle de
Puebla-Tlaxcala con el apoyo de sus aliados los tlaxcaltecas. A su regreso
da inició la campaña para la toma de México-Tenochtitlan. Por su parte,
Tlaxcala con las espaldas seguras brinda todo su apoyo al capitán para
hacer valer la alianza y disfrutar los beneficios de la conquista.
La versión que presentan los conquistadores es que los tlaxcaltecas
desde un principio se dieron por sus amigos y principalmente, vasa20
llos del rey. Es decir, que en un primer momento no se está considerando a los tlaxcaltecas como aliados, sino como vasallos. Será oportuno
presentar cómo se están asumiendo los tlaxcaltecas ante los españoles,
como amigos, vasallos o aliados.
Bibliografía
Cervantes de Salazar, Francisco. Crónica de la Nueva España. Prólogo de Juan Millares Ostos.
México: Porrúa, 1985. XXXIX + 860 p. (Biblioteca Porrúa de Historia, 84)
Cortés, Hernán. Cartas de relación. Nota preliminar de Manuel Alcalá. 17ª ed. México:
Porrúa, 1993. XXIII + 330 p. mapas. (Sepan cuantos, 7)
Muñoz Camargo, Diego. Historia de Tlaxcala. Manuscrito 210 de la Biblioteca Nacional de
Paris. Paleografía, introducción, notas, apéndices e índices analíticos de Luis Reyes
García y Javier Lira Toledo. México: Gobierno de Estado de Tlaxcala, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Universidad Autónoma de
Tlaxca-la, 1998. 435 p. (Historia / Historia de Tlaxcala, 5)
Prescott, William H. Historia de la conquista de México. Con un bosquejo preliminar de la
civilización de los antiguos mexicanos y la vida del conquistador Hernando Cortés.
Traducción de José María González de la Vega, anotada por Lucas Alamán, con notas
crí-ticas y esclarecimientos de José Fernando Ramírez. Prólogo, notas y apéndices
de Juan A. Ortega y Medina. México: Porrúa, 1970. CLIV + 770 p. Ilus., mapas (Sepan
cuantos, 150)
Vázquez Morales, Luis Manuel. El encuentro de Cortés y Xicohténcatl. Noticonquista, IIHUNAM, 2020
Vázquez Morales, Luis Manuel. La alianza hispano tlaxcalteca. Noticonquista, IIH-UNAM,
2020
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Actos lúdico-religiosos
en el carnaval
tlaxcalteca de
San Bernardino Contla
Por Abraham Cahuantzi Cuatecontzi
El Autor es licenciado en Historia y maestro en Ciencias sociales con especialidad
en sociología-jurídica política, docente de bachillerato con certificación federal CERTIDEMS. Actualmente se desempeña como profesor en el CBTIS 03 Tlaxcala.
abrahamcahuantzi@hotmail.com
E
l municipio de Contla de Juan Cuamatzi se localiza en la zona centro del estado de Tlaxcala, y prácticamente la totalidad de su territorio se delimita en las faldas de un volcán nombrado bajo distintos nombres: Malinche, Malintzin, Matlalcueye, Santa Bernardina, o
como se le denomina en dicho municipio y alrededores, Santa Clara. El
municipio tiene una altura promedio de 2,320 metros sobre el nivel del
mar. A pesar de la denominación formal del municipio, la población en
general no se autodenomina como oriunda de Contla de Juan Cuamatzi,
sino de San Bernardino Contla, por lo que se usará la denominación popular o vernácula al referirse a dicho lugar. El municipio tiene a pesar
de la “secularización” del orden cotidiano propiciado por la industrialización de la región y el embate de ideas consumistas proveniente de
los grandes núcleos urbanos del país y de Estados Unidos, ya que en
el municipio hay una fuerte migración a dicho país, posee una fuerte
raigambre en prácticamente todos los ámbitos de la vida cotidiana en
la religiosidad popular católica, algo que se manifiesta en el análisis del
carnaval como se describirá a continuación. La población es de carácter
nahua, y aún se mantiene vivo el uso del idioma náhuatl o mexicano
como lo refiere la gente mayor y para no entrar en debate, se enunciará
que el municipio es indomestizo.
Durante al menos cuatro décadas los distintos gobiernos de Tlaxcala ha manejado desde el enfoque principalmente del sector turístico
que los distintos carnavales de la entidad surgen por la burla o mofa a
Imagen (p. 22). Danzante de carnaval denominado como el fiscal. Fuente: Abraham
Cahuantzi Cuatecontzi
23
los europeos asentados durante el periodo porfirista, sobre todo en las
zonas industriales o hacendarias, por lo que los indígenas del siglo XIX
usaban las fiestas del carnaval para burlarse de sus patrones imitando
su vestimenta, sus rostros mediante la elaboración de máscaras hechas
de madera con rasgos europeos y sus danzas, que son las cuadrillas. Sin
embargo, al hacer el estudio por prácticamente diez años, se ha descubierto que no todas las danzas de los distintos carnavales en Tlaxcala
son cuadrillas, la vestimenta en los carnavales son de una gran variedad
a veces con poca o nada de relación respecto a vestimentas elegantes
europeas del siglo XIX, y las máscaras de carnaval de talla en madera
con rostros europeos muy usuales en el presente, son una “innovación”
de los 40´del siglo XX de un artesano de nombre Carlos Reyes Acoltzi
oriundo de Tlatempan en Apetatitlan. Antaño las máscaras eran de piel
denominadas como máscaras de baqueta. Así, el argumento de la mofa
se explica como una salida rápida desde la parte oficial para explicar
una tradición bastante compleja de analizar.
En el caso de San Bernardino Contla, el carnaval es una tradición en el
presente de mucha raigambre, que se ha ido transformando en función
de las coyunturas, sobre todo histórico y económico a partir de la década
de los 80´del siglo pasado, el hecho que la infraestructura, la llegada de la
industria y el aumento gradual del nivel educativo de los pobladores y la
explosión demográfica, ha hecho que en general el PIB percapita aumente
paulatinamente, lo que ha incidido que en los trajes sean de mejor confección en comparación de los que se usaban en los 70’ hacia atrás en el tiempo (la vestimenta del danzante es una levita con paraguas), e igualmente
la música para danzar las cuadrillas en el presente es interpretada mediante complejas orquestas musicales, cuando hasta hace cincuenta años
la música era interpretada esencialmente por un grupo compuesto de un
contrabajo, un violín, una guitarra, careciendo de toda percusión, las máscaras ya no son de cartón o de baqueta, actualmente se usan mascaras
labradas en madera. Pero esa mejora igual ha repercutido en la esencia
de dicha tradición, al respecto de las tradiciones frente a la percepción
material en Tlaxcala. Hugo Nutini menciona:
La gente ya no estructura su percepción social en términos de la pantalla sociorreligiosa de la ideología tradicional; hasta el punto que la nueva ideología tiñe al
comportamiento social, religioso, económico y cualquier otro tipo de comportamiento, podemos afirmar que se está imponiendo y la ideología tradicional está
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en retroceso. La nueva ideología se ha infiltrado enteramente, y de cierta forma
reemplazando casi totalmente a la ideología tradicional, en los ámbitos económico,
demográfico y aun político. Pero la batalla se está librando en los ámbitos social y
religioso, donde la ideología tradicional es todavía fuerte por haber constituido el
corazón de la vida comunal desde tiempos inmemoriales (Nutini, 1989, p. 442).
La esencia del carnaval como acto lúdico-religioso se ha inclinado en
el presente más hacia lo lúdico, pero no solamente la mejora de la percepción material ha trastocado la tradición, mucho ha tenido que ver el
argumento de la burla o mofa en el carnaval, ya que ello legitima una
pérdida del derecho consuetudinario de la población articulado en valores universales por justificarse en un “como es carnaval se vale todo”, llegando con ello a una transgresión del orden establecido, pero cuando se
analiza los rituales contenidos en dicha manifestación, se entiende que
hay una alteración de la tradición derivado por un golpe combinado de la
secularización, el consumismo y la falta de investigación científica social.
En el estudio de campo realizado por el que redacta esto se encontró con
un argumento que manifiesta la esencia del carnaval en Contla como manifestación de una unidad colectiva y consolidación de la identidad nahua. A continuación se hace un pequeño extracto de la primera entrevista
obtenida, la cual se logró gracias al señor Bartolomé Bautista Xicoténcatl
oriundo de Guadalupe Tlachco en 2011, comunidad que antaño perteneció a Contla pero que se cambió al municipio de Santa Cruz.
“Es el contracarnaval de viernes del Señor que anduvieron buscando y lo agarraron preso […] el Señor lo perseguían y lo persiguieron, unos se vestían de rojos, de
blanco y de todos [los colores] […] lo perseguían al señor, ese es la herencia que
se hizo del señor Jesucristo que anduvo en la madre tierra, y luego ya se terminó y
agarraron al Señor y lo crucificaron […] Se vestían de pantalón negro […] y faldas
[de] rojo, puro rojo, y su careta también su careta [hecha] de puro cartón […] y
Dios que me perdone, que anduve vestido de carnaval […] llegábamos llorando,
nos acordábamos de Dios nuestro Señor de cómo lo iban persiguiendo, y lo agarraron, y lo rete maltrataron, llorábamos, llorábamos de tristeza”.
A lo largo de diez años se han recopilado testimonios similares. El argumento “de la persecución del Niño Dios” como origen del carnaval se
ha podido localizar en San Bernardino Contla, también en el municipio
vecino de Santa Cruz Tlaxcala, en Santa Anita Huiloac en Apizaco, se tiene noticias que en el municipio de Yahuquemecan la gente mayor aún
recuerda un argumento similar como origen del carnaval. El investigador del carnaval de la zona sur de Tlaxcala Fernando Serrano igual ha
25
encontrado el argumento de la persecución entre gente mayor en los
municipios de Tepeyanco y Papalotla. Lo que resalta es que el argumento esencialmente se localiza entre gente mayor de sesenta años, el que
redacta esto solo ha encontrado a una joven que para el 2018 tenía 18
años en Jesús Huiznahuac, Santa Cruz Tlaxcala que conocía el argumento de la persecución del Niño Dios.
Es altamente posible que una serie de factores combinados de mediana a corta duración histórica como lo es la secularización, la industrialización, el embate del imperialismo cultural anglosajón (consumismo), la herencia dejada por la ideología de la escuela socialista dentro
del proyecto cardenista que pretendía desde el aula echar abajo la relación entre creencias religiosas y la cotidianidad mediante el Instituto
de orientación socialista1 que, “fundamentaban la razón por la cual la
enseñanza socialista debía ser antirreligiosa y porqué debía lucharse
contra el fanatismo y los prejuicios que las religiones, y en particular
el catolicismo, habían generado, y que frenaban el progreso del país”
(Tapia, 2004), la falta de investigaciones sociales que desde los círculos académicos tomaran en serio manifestaciones culturales como es el
carnaval, y la necesidad de explicar al turista que significan los carnavales de Tlaxcala de manera ágil y fácil, quizás hizo que se recurrieran
a argumentos de otros carnavales del país, pero en contra todo eso, aun
así es posible en estudio de campo localizar el argumento de la persecución del Niño Dios.
El carnaval de San Bernardino Contla posee una gran variedad de rituales, muchos de ellos son poco visibles ante los ojos de los espectadores más allá de las danzas ejecutadas los días de carnaval, rituales que
van a manifestar un simbolismo que develan de manera estructural un
lenguaje que determina el fin de la realización del carnaval, un fin que
prácticamente ya no es reconocido por los mismos ejecutantes, tal y
como ocurre con una gran cantidad de danzas originarias de México y
Centroamérica, ya que con el tiempo se han ido perdiendo la interpretación de los símbolos, al grado de recrear los rituales en el presente sin
saber por qué los hacen. Al respecto Fernando Serrano explica que “el
espectáculo del carnaval es, para muchos tlaxcaltecas razón suficiente para integrarse a las camadas. El carácter festivo de las danzas y su
música, así como su vistosidad de los disfraces no necesitan para ellos
ninguna explicación, aunque la tenga o alguna vez lo haya tenido; que26
Ritual de agradecimiento a Jesús del convento por parte de los huehues o danzantes de
carnaval. Fuente: Abraham Cahuantzi Cuatecontzi.
dando como meras expresiones estéticas de una celebración de vida”
(Serrano, 2009, p. 15). Al perderse el carácter original del ritual y seguir
recreándolo conlleva a dos situaciones, desaparecer por no entender el
por qué hacerlo, o bien, reinterpretarlo y con ello surgir un nuevo significado, que puede relacionarse con el simbolismo original, o desconectarse totalmente del simbolismo original.
El carnaval de Contla es un ciclo festivo que se renueva año con año,
este ciclo inicia con algo denominado nombramiento del capitán que se
realiza inmediato a la conclusión del mismo carnaval, y que se va a formalizar con un ritual llamado tecentlallil, dicho concepto nahuatl alude
a un significado más no traducción al español, por lo que en palabras de
los pobladores expresan que se entiende como “organizar una fiesta del
santo o algo sagrado”, es un ritual donde los organizadores del grupo
de carnavaleros denominado como camada y liderado por el segundo y
tercer capitán al mando, visitan a los miembros de camada previamente
27
al tecentlallil para pedir una cooperación monetaria y adquirir regalos,
los cuales consisten esencialmente en una cera que será ofrendada a
las imágenes sacras católicas que cuidan el hogar del primer capitán o
encargado de la camada, un chiquigüite con pan grande, servilletas bordadas, una botella y cigarros que serán entregados al capitán primero
y sus familiares. Una vez realizada la ofrenda a las imágenes se procede
a realizar la junta donde se establecerán los acuerdos y el monto económico de la cooperación, a ese acto se le dice nechicalli y al término se
procede a una comida, que concluye con el acto del Tlamasehual, que
es un concepto que se traduce como “te entrego” y consiste en una olla
de mole colorado acompañado de tamales denominados como largos,
de sal o de agua. Cuando el componente toma la olla de mole colorado
queda sellado el pacto de cooperación. Para el caso de los componentes
que no asistieron al tecentlallil los capitanes primero, segundo y tercero acuden al hogar del componente a entregar la olla de mole colorado
y los tamales para sellar el pacto de cooperación.
Otro ritual es el agradecimiento a Jesús del convento el martes de carnaval también llamado como martes de remate. La imagen de Jesús del
convento es una imagen sacra que se venera en interior de la parroquia
de San Bernardino de Siena, y es una escultura que representa a Cristo
en posición de ecce homo, es decir, cuando Pilatos condena a Cristo a la
muerte. La imagen se le tiene por muy milagrosa ya que las mujeres o
parejas que no pueden tener hijos se dice que si le van a rezar a su altar
con gran fe, les concede el milagro de tener un hijo. La imagen tiene ese
nombre porque según se relata que en la época virreinal habitantes de
Contla andaban en Puebla y vieron una imagen en un convento abandonado, por lo que le pidieron al fraile encargado de lugar que se la
obsequiara, este accedió pero con el requisito que la festejaran, y según
se narra que la fecha que llegó a Contla fue un 17 de junio, en esa fecha
la imagen se lleva a un pequeño cerro del municipio denominado cocolitzingo que significa cerro enfermo para realizar la misa de rogación
de lluvias, se narra a su vez que el cocolitzingo se convierte de vez en
cuando en persona y visita a los tiemperos para advertirles del clima.
La imagen de Jesús del convento tiene cuatro fiestas a los largo del año,
la primera es el lunes de carnaval, la segunda es el viernes Santo, ya que
la imagen es la que preside la procesión de las tres caídas por la mañana, previo a la crucifixión, la tercera es el 17 de junio, y la ultima es el
28
17 de julio día del Santísimo redentor. La imagen de Jesús del convento
es la preside la fiesta del martes de carnaval, por lo que los danzantes
llamados huehues suben a la parroquia a dejarle su ofrenda consistente
en un arreglo floral y una cera con el cual le dan gracias por permitirles
haberles dejado realizar el carnaval sin contratiempos que lamentar.
Otro ritual es el del lamento que ya no se hace en el presente, y que
consistía que una vez terminado de ejecutar las cuadrillas los huehues
subían a las escalinatas de la parroquia de San Bernardino a llorar por
el fin de carnaval, pero también para ponerse de acuerdo para los viernes de cuaresma, ya que los huehues después de danzar pasaban a revestirse de alabarderos (soldados romanos). Esto sigue realizándose ya
que hay danzantes que después de carnaval se incorporan a las fiestas
de la cuaresma y Semana Santa. Los viernes de cuaresma por las noches
los alabarderos hacen los llamados recorridos por las calles tocando
unas cajas de banda de guerra, el motivo es que andan buscando a Jesús
para matarlo, pero ya adulto, situación que se interpreta en el jueves y
viernes Santo. Durante esos días esencialmente se representa la pasión
y muerte de Jesús con la imagen de Jesús del convento que generalmente solo tocan los alabarderos.
Otro ritual más a describir es el nepuallis que era realizado por un
personaje llamado el fiscal, dicho personaje desapareció del carnaval
de Contla por prácticamente medio siglo, reapareciendo más o menos
en 2014 pero ya sin toda su enorme carga simbólica. Este personaje
esencialmente lo representaba un danzante viejo que conocía prácticamente toda la tradición del carnaval, era una figura de autoridad, su
símbolo es una vara de fiscal adornada de papel china de diversos colores y rematada con una cruz, hecho esencialmente de una planta llamada acatl o carrizo. Otro elemento del fiscal es un morral donde lleva
una libreta y un lapicero, relatan los mayores que antaño era para pedir
una cooperación y con ello ayudar en la fiesta del pueblo el 20 de mayo
a pagar los gastos del ritual conocido como siete misas, en el cual siete sacerdotes celebraban siete misas al mismo tiempo en el interior de
la parroquia. Otro elemento más del fiscal es que mientras los huehues
danzan en la calle, el personaje busca mujeres jóvenes y solteras para a
modo de broma buscarles maridos para que se casen y tengan hijos. Hay
más rituales, pero los descritos anteriormente dan una idea del simbolismo sincrético que se integra en el carnaval de San Bernardino Contla.2
29
Notas
1. Se ha encontrado en el estudio de campo evidencias de gente muy mayor que relata
que cuando eran niños los profesores los obligaban a no hablar el idioma náhuatl o
mexicano y abandonarlo ya que argumentaban que esa lengua era de gente atrasada e
ignorante.
2. Para conocer más sobre el tema consultar la ponencia en Ciclo: Cinco siglos de presencia tlaxcalteca/ Miscelánea tlaxcalteca. https://www.youtube.com/watch?v=8v8PbAdYCj8&t=11s
Referencias
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CONACULTA/ INAI.
Serrano Pérez, F. (2009). La danza de la culebra. Permanencia y cambio en el imaginario de
un carnaval mexicano. CONACULTA/ ITC.
Tapia González, C. (2004). La antirreligiosidad de la educación socialista. Maestros y católicos ante la campaña de desfanatización. La colmena, 42, 97. http://web.uaemex.mx/
plin/colmena/Colmena%2042/Colmenario/Claudia.html
30
Entre cajetes, ollas
y cazos: el mole
prieto en Santa Ana
Chiautempan
Por Guadalupe González Sánchez
La Autora es licenciada en Antropología por la Universidad Autónoma de
Tlaxcala. Cursa la especialidad en Pedagogía en el Centro Educativo IMEI
Tlaxcala.
lupisglez89@gmail.com
E
l mole prieto o “tlillmolli” es un platillo de origen prehispánico que
se elabora en los municipios de Santa Ana Chiautempan y Contla,
variando los ingredientes. En Chiautempan, el mole prieto es un
guiso a base de maíz, chipotle meco y carne de cerdo, acompañado con
tamales largos de sal y se sirve en cajetes de barro. Su degustación se realiza dentro de las festividades religiosas que se celebran en la comunidad.
La fiesta se asocia a “manifestaciones de regocijo social o también a
la suspensión de las actividades normales del trabajo”. Se define como
“un intervalo especial de tiempo durante el cual los trabajos habituales
quedan al margen mientras el hombre celebra algún acontecimiento,
afirma la bondad de lo que es o conserva la memoria de un dios o de un
héroe” (Harvey Cox citado en Giménez 1993).
Según Harvey Cox la fiesta es un fragmento de tiempo, el cual está
representado por símbolos que hacen la diferencia del “tiempo normal”,
a estos signos los denomina como solemnidad; quien distingue a los
tiempos normales de los tiempos ceremoniales. Bajo este tenor Durkheim menciona que las fiestas religiosas se desarrollan en determinados períodos, los cuales quedan excluídas ciertas actividades de la vida
cotidiana, para dar paso a aquellas profanas y religiosas. De estas rupturas de tiempos cotidianos u ordinarios encontramos ciertos símbolos
en las festividades como la comida ritual que se elabora en abundancia
y con la finalidad de ofrendar; los adornos, arreglos florales que delimitan el espacio festivo, así como la música, la pirotecnia y demás.
Imagen (p. 31). Sirviendo el mole prieto, platillo tradicional prehispánico en algunos municipios del estado de Tlaxcala, México. Fuente: Guadalupe González Sánchez.
32
Las comidas festivas manifiestan la historia de la comunidad; así, en
México se puede encontrar la identidad nacional ligada a los alimentos
que se consumen en fechas especiales (Sánchez, 2006).
Catherine Good plantea la siguiente pregunta ¿por qué estos usos
de la comida agilizan la reproducción cultural y cuáles son las implicaciones de este uso?, analizar la cocina, comida e insumos, nos permite
reflexionar la importancia que tienen los platillos dentro de la comunidad, por qué se consume, cómo y cuándo.
Malinowsky nos habla del principio de la reciprocidad como una donación de servicios que lleva una implicación social y que por medio de
ella obtienes prestigio o sanciones, esta asimetría les proporciona un
valor a las donaciones. Mauss subraya la importancia de la sanción social en la obligación de dar y da a entender que la sanción del prestigio
es tan institucionalizada. Nos dice que la donación es una extensión de
la persona del donante y que la obligación de dar esta ligada a la noción
de la propia persona, sus relaciones sociales y papel social. Cuando se
da una negativa automáticamente se acaban las alianzas.
La donación puede asumirse por tres categorías:
1. Reciprocidad. Una forma de agradecer los favores recibidos.
2. Prestigio. Conservar su posición dentro de la sociedad.
3. Obligación moral.
La donación y la reciprocidad se encuentran muy presentes en la vida
religiosa y social del pueblo chiautempense, entorno al sistema de cargos religiosos o mayordomías.
Elaboración del Mole Prieto
Chiautempan se caracteriza por ser una comunidad que aun preserva
sus tradiciones y costumbres ambas ligadas a la religiosidad popular.
Partiendo de la memoria oral que hay en la comunidad, se tiene que
este platillo surge en la época prehispánica, este era consumido en las
festividades dedicadas a la diosa Toci, quien era la deidad tutelar de la
población, los cronistas de la ciudad refieren que se elaboraba con carne de xoloixcuintle, la cual fue sustituida por carne de cerdo.
Como mencioné anteriormente, este guiso se elabora dentro de las
festividades religiosas de la comunidad, principalmente aquellas liga33
Momento de preparación del mole. Fuente: Guadalupe González Sánchez.
das con la festividad de la imagen del Padre Jesús del Convento, quien
es la deidad que se le rinde mayor culto en el municipio.
A partir del domingo de resurrección se inician oficialmente “las pascuas”, festividad que cada barrio del municipio realiza en su honor; los
lunes se realiza la tradicional mole prieto o “Tlilmolli”.
En cada barrio se elige un mayordomo para realizar el mole, se eligen
durante el mismo evento. Una vez aceptado el cargo tiene un año para
recaudar los fondos para realizarlo.
Aceptar el cargo implica realizar el mole prieto para el pueblo, comprar todo lo que se requiere para su elaboración (maíz, chipotle meco,
sal) pagar los servicios de la molera (experta en la elaboración de la
mole), conseguir los puercos que se utilizaran, los cajetes y ollas de barro, buscar a los carniceros para matar y destazar los cerdos, así como
también a las personas que van ayudar.
Una vez cubiertas estas necesidades básicas comienzan los preparativos para elaborar la tradicional mole prieto. Su preparación inicia desde una semana antes con la llamada “tostada” de chiles, en la casa del
mayordomo se reúne la molera y empiezan a desvenar y tostar los chipotles mecos en un comal de barro, que se van a ocupar para elaborarlo.
34
Para el día sábado se reúnen en casa del mayordomo las personas que
van ayudar a rascar los hoyos para cocer el mole, por lo regular los que
ayudan son habitantes del barrios, amigos y familiares del mayordomo.
Se rascan los hoyos y posteriormente adentro del hoyo se hace la “enterrada” (Consiste en enterrar una botella de tequila), y se coloca una
cruz de chipotle meco, según en palabras de la propia molera, “sirve
para que el mole no se corte ya que es muy celoso y si alguien se enoja
la botella recibe el coraje, si no se le llega a poner la botella y la cruz y alguien se enoja, el mole puede brotar y quemar a las personas”. Después
de realizar este ritual se suben los cazos de cobre en donde se cocinará
el mole.
El día domingo las mujeres que son coordinadas por la molera empiezan a coser el nixtamal que se ocupará para hacer los tamales, así
como lavar las hojas de tamal. Los hombres que están ayudando al carnicero matan los puercos y empiezan a destazarlo, posteriormente se
pone a hervir la carne en los cazos. Se comienza a moler la masa y el
picante para el mole, las mujeres elaboran los tamales, para después
subir a cocerlos.
Sirviendo el mole en jarro de barro. Fuente: Guadalupe González Sánchez.
35
El lunes desde muy temprano los hombres llegan y comienzan a
mover los cazos que contienen el caldo de la carne, posteriormente se
le agrega el chipotle molido y la masa con carne molida, se tiene que
estar moviendo cada cazo para que no se pegue. La carne que fue hervida se empieza a cortar en pedazos, esta acción la realizan también
los hombres.
Se instalan las mesas donde se colocarán las ollas para agradecer a
los “cooperadores” (Personas que participan en una comisión aportando una cooperación anual para la realización de la festividad de pascua)
por haberlos apoyado económicamente. Cada comisión se encarga de
colocar su mesa y poner sus ollas, cajetes y tamales.
La logística del evento corre a cargo del mayordomo y familiares,
ellos designan a la persona quien se encargará de cobrar el mole que
se vende a la población, así como el encargado de recoger los cajetes y
después mandarlos a lavar.
El mole prieto de las “pascuas” se caracteriza por iniciar entre 9:00 y
10:00 de la mañana, la gente se comienza a congregar en el sitio con sus
“ollitas”, en el altar que se ha levantado con la imagen de Padre Jesús,
con los nichos de las comisiones, en cuanto la molera avisa al mayordomo que el mole está listo para servir, se lanza un cohetón avisando que
ya se ha iniciado la fiesta.
La tradición marca que el primero que llega se lleva su mole “gratis”,
antes de servirlo a la olla de la persona, el mayordomo y su esposa en
compañía de la molera bendicen el cazo y lo sirven, a partir de este momento se empieza a distribuir entre los asistentes.
Conclusiones
El mole prieto al ser un platillo difícil de encontrar en los comercios
de venta de comida, dota de un vínculo especial de identificación para
sus habitantes, tal vez traducible en un aspecto que traza una diferencia
frente al turista o quien va de paso. No solo es un alimento ritual que
dota de identidad al chiautempense, sino que también a través de este
se observa el principio de reciprocidad entre los participantes.
El mayordomo acepta el cargo, se da un intercambio simbólico, es
decir, él hará una donación en la cual, adquiere una obligación, la de
realizar el mole, y esta va ligada al prestigio, si realiza bien su evento
36
socialmente será reconocido, en cambio que no llegará a cumplir habrá
una sanción social en la cual pierde el respeto ante la comunidad.
La circulación de bienes es el intercambio de objetos materiales que
te ayudan a mantener o acrecentar el prestigio de quien los entrega. Durante el mole vemos que los familiares apoyan al mayordomo donando
ya sea un puerco, un costal de maíz o una caja de bebida.
En el caso de las personas que se acercan ayudar de manera voluntaria están reforzando sus lazos sociales, es decir, no cobran por su servicio, pero el mayordomo tiene una deuda moral con ellos y se los retribuye “atendiéndolos”, dándoles de comer, beber.
A través de la comida se generan relaciones sociales y forja conexiones históricas que garantizan la prosperidad y bienestar individual y
colectivo.
Referencias
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mesoamericana”, en: Comida, cultura y modernidad en México. Perspectivas antropológicas e históricas. CDMX, INAH.
37
La Historia también se pinta
Por Félix Ledezma Bocanegra
El Autor es artista plástico y autor de diversas obras pictóricas y escultóricas
donde destaca la efigie "Clío" para la Gran Logia de Nuevo León.
felix_ldz@hotmail.com
Falló la conquista
Q
uinientos años han pasado desde que los ejércitos integrados por
las tropas del reino de castilla y algunos pueblos mesoamericanos,
todos bajo el mando de Hernán Cortés dominaron al imperio
mexica, a esos hechos, erróneamente se le conoce como la conquista de
México.
A cinco siglos de distancia, existe un gran debate y discrepancias
entre historiadores y cronistas sobre lo que ocurrió por aquellos años,
«que si fuimos conquistados» o «si fue una expedición» y un sinfín más
de calificativos según las simpatías de los entendidos.
No importa como le llamen, lo cierto es que la conquista falló, en
su lugar tuvimos el nacimiento de una gran nación a la que llamamos
México.
Nuestra cultura y tradiciones de las que tanto nos enorgullecemos
nacieron con el mestizaje de diversos pueblos e imperios. Es gracias a
ello que los artistas novohispanos nos dejaron un acervo riquísimo en
obras de arte y arquitectura; cuatrocientos años después, inspirados
en la llamada «conquista» llegaron los muralistas mexicanos y en
esos edificios Coloniales pintaron su interpretación de los hechos,
convirtiéndolos en una muestra más de mestizaje, la arquitectura
colonial conviviendo junto a la pintura moderna.
Imagen (p. 38). "Conquista fallida", óleo sobre tela de 40 x 60 cms. en donde se proyecta la
fusión de las culturas prehispánicas con la española para dar nacimiento a un mestizaje
llamado México. Fuente: Obra de Félix Ledezma Bocanegra.
39
Así es México, una mezcla de arte y culturas que nos da identidad,
llena de colores y figuras donde conviven los restos de una pirámide
azteca quien nos recuerda esa cultura ancestral de nuestro país, junto a
una gran catedral edificada con piedra de las mismas pirámides. ¡Falló
la conquista! En su lugar se gestó una nueva nación, una gestación tan
violenta como puede ser el nacimiento mismo de un ser humano, así fue
el nacimiento de nuestro México.
En “Conquista fallida”, como he llamado a esta obra, pretendo
recrear ese nacimiento de una nueva cultura a partir de la fusión de
las prehispánicas y la española, la cual ya venía impregnada de otras
culturas como la árabe.
Frente a frente los restos mortales de Moctezuma II y Hernán Cortés,
no como duelo o rivalidad, sino como patriarcas de la herencia que
identifica a la nación y los mexicanos. Una nación que lo mismo reza a
la Virgen de Guadalupe que le baila danzas prehispánicas, es esa mezcla
cultural la que nos identifica sobre otras naciones
40
Otomíes tlaxcaltecas
en la conquista
Por Edilberto Mendieta García
El Autor es licenciado en Historia por la UNAM. Maestrante en Desarrollo
Pedagógico. Miembro de la Sociedad de Historia, Educación y Cultura de
Tlaxcala. Investigador sobre temas del periodo prehispánico y de la conquista,
así como los relativos a educación infantil en comunidades rurales.
edilbertomendieta@gmail.com
Los otomíes, una historia poco conocida en Tlaxcala
S
i bien existen investigaciones publicadas desde hace años sobre la
cultura otomí, como las publicadas en la revista Estudios de Cultura Otopame, la cual expone importantes avances en la materia,
e investigadores como Pedro Carrasco o Carmen Aguilera quienes han
vertido esfuerzos por indagar el pasado de este grupo étnico, la tarea no
ha sido algo sencillo.
Las fuentes que el historiador generalmente se fascina leyendo: códices, crónicas y archivos, son muy pocas, escasas, y para el tema de los
otomíes de Tlaxcala, mucho más. El Códice de Huamantla quizá sea el
mayor testimonio de la cultura otomiana en la entidad, al narrar la migración de un grupo hasta asentarse en el valle de Huamantla y describir
algunos aspectos de una vida dura dedicada a la caza, la agricultura y
la guerra. A éste se suma otro códice colonial reportado por Luis Reyes,
depositado en el Departamento de Artes de la Universidad de Texas en
Austin, denominado Genealogía de Quauhtliztactzin, el cual expone datos
importantes sobre Xalasco y la región de Atltzayanca y que espera un mayor análisis, pero que permite comenzar a esbozar la idea de un señorío
otomí en Atltzayanca. Después de esto, las fragmentarias referencias en
crónicas como las de Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo o Andrés de
Tapia, sumadas a las monumentales obras de fray Bernardino de Sahagún o fray Juan de Torquemada, y en relatos de extracción indígena como
Diego Muñoz Camargo y Fernando de Alva Ixtlilxóchitl. Ahora bien la arImagen (p. 41). Yliyocan, lámina 3 del "Lienzo de Tlaxcala". Se observa a Cortés recibiendo
presentes y la presencia de Marina a su lado, destacada como importante. Fuente: Edilberto Mendieta García.
42
queología ha dado algunos pasos con los trabajos de Ángel García Cook,
Beatriz Leonor Merino Carrión o Ramón Santacruz, pero sus trabajos no
siempre son accesibles a todo el público. En resumen, hay bastantes tareas pendientes para escribir la historia de los otomíes, y mis sencillos
esfuerzos se unen a esta ardua labor.
Por el momento, es difícil determinar su filiación étnica, sin embargo
las fuentes suelen decir que los habitantes más antiguos de esta tierra
eran los pueblos otomianos (Chimalpáhin, 1998:315), por lo que, partiendo de esta referencia, se puede suponer que en algún momento del
Preclásico estaban ya asentados en Tlaxcala (Odena Güemes, 1994:4).
Sin embargo no se puede considerar que hayan sido los únicos, y la posibilidad de otros grupos étnicos es significativa. Pero estos pobladores lograron erigir sitios como Xochitécatl, La Laguna o Los Teteles de Ocotitla.
Para el período clásico recibieron gente de Teotihuacan y del Golfo de
México, pero tras la decadencia de la gran urbe, estos grupos poblacionales gozaron de una autonomía para llevar sus asuntos sin injerencias
externas.
Durante el Posclásico, la zona de Puebla-Tlaxcala recibió oleadas de
migrantes como olmecas-xicalancas, nahuas teochichimecas, pinomes y
otomíes venidos de la Cuenca de México o de la Huaxteca (huyendo de
las expansiones tepanecas y mexicas). Fuentes como el Códice de Huamantla, los Anales de Cuauhtitlan (2011:99), Fernando de Alva Ixtlilxóchitl (2001:266) y Diego Muñoz Camargo (1986:140) describieron la
llegada de otomíes, chalcas y xaltomecas a Tlaxcala. Francisco López de
Gómara (2001:151) (Gibson, 1991:17) habló de pinomes (gente llegada
desde Oaxaca). Los nahuas llegaron a Tlaxcala desde el siglo XIII fundando una serie de poblaciones como Ocotelulco, Tizatlán, Tepeticpac o
Quiahuiztlan. Por tanto, a mediados del siglo XIV, los otomíes comenzaron a constituir señoríos: Atlancatepec, Hueyotlipan, Tecoac, Xalasco y
Tliliuhquitepec. En algún momento el de Tliliuhquitepec tuvo un mayor
desarrollo socioeconómico y por una brevísima referencia de Cristóbal
de Castillo (2001:135), Tecoac fue un tiempo súbdito de este último.
Independientemente de la consolidación de los señoríos de Tlaxcallan,
quienes han recibido una mayor atención en la historiografía, los señoríos otomíes ubicados en el lado oriental de la Sierra Nevada aún esperan de parte de la arqueología y de la historia profundas investigaciones.
43
Los otomíes a finales del posclásico
Independientemente de la hegemonía de los nahuas teochichimecas en
el centro y sur del actual Estado de Tlaxcala, éstos fueron incluyendo en
su esfera de dominio diversos pueblos que seguramente eran descendientes de la culturas de las fases Teneyecac o Texcalac, cuyas lenguas pudieron ser otomí o nahua, así fue como centros como Huexoyucan, Zitlaltepec, Atlihuetzayan o Tzompantzinco vieron su vida política depender de
las cuatro cabeceras. Probablemente la pujante expansión de los mexicas
promovió que en algún momento del siglo XV la inclusión de Hueyotlipan,
Atlancatepec y Xalasco se consolidara, aunque las referencias no permiten saber si fue violenta o pacífica, pero estos señoríos quedaron subordinados bajo el esquema de “Provincias Estratégicas”. Con excepción de
Tliliuhquitepec, el cual parece, se mantuvo independiente.
En palabras de Isabel Bueno Bravo, explicando la expansión mexica en
Mesoamérica, detectó dos formas de sometimiento, provincias estratégicas y provincias tributarias “Aunque ambas pagaban tributo, la naturaleza del mismo era distinto. En las primeras cobraba mayor importancia la
aportación militar, tanto auxiliando como entregando material bélico y
soldados enemigos, regalos en lugar de bienes concretos, y el calendario
de entregas variaba, pues era más flexible al estar sujeto a las necesidades que las campañas bélicas establecían” (2006:260). Este esquema
bien puede aplicarse en Tlaxcallan. Esto permite pensar que Hueyotlipan, Xalasco y Atlancatepec se integraron como provincias estratégicas.
Tecoac, primero pudo tener una relación estratégica con Tliliuhquitepec,
hasta la desastrosa xochiyáotl promovida por Axayácatl, que le debilitó
y que Tlaxcallan aprovechó para atraer bajo su égida a los tecoacas. Esto
explicaría la aportación de Tecoac durante la llegada de Cortés, dotando
combatientes, y la arqueología ha descubierto un observatorio y una villa
fortificada en San Pedro (García Cook y Merino Carrión, 1997:269-270).
Esta “guarnición”, pudo ser montada con efectivos militares otomíes. En
suma, fue una alianza conveniente para tecoacas y tliliuhquitepecas primero, y luego entre tecoacas y tlaxcaltecas.
En resumen ésta sería la situación sociopolítica de los otomíes en Tlaxcallan cuando Hernán Cortés y sus huestes llegaron en septiembre de
1519. Y aunque Diego Muñoz Camargo se encargó de denostar la participación otomiana para ensalzar a los cuatro señoríos, leyendo con cuida-
44
do y entre líneas, se pueden conocer algunas participaciones cruciales.
a) Defensores de las fronteras
Ligeramente esbozado líneas atrás, los señoríos de Tlaxcallan recibieron a cientos de migrantes otomíes y los acomodaron en las fronteras, seguramente negociando o imponiendo con sus provincias estratégicas a los
recién llegados, que preferían servir y defender a los tlaxcaltecas a cambio
de tierras y gozar de cierta autonomía (Muñoz Camargo, 1986:140). Cuando Cortés envió mensajeros a Tlaxcallan para que le concedieran permiso
para entrar en su territorio, en visto que no recibió pronta respuesta, bordeó el famoso muro y se adentró a un nuevo país. La confederación tlaxcalteca por tanto ordenó a los otomíes tecoacas oponer resistencia a Cortés
en septiembre de 1519, pues eran “los indios otomís de Tecohuactzinco
guardarraya y fronteros, que guardaban aquella frontera” (2000:239). La
Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala, establece que en los escarpados montes cercanos a Iliyocan los otomíes y los españoles entablaron combate. El primer encuentro no sólo tuvo como fin poner resistencia,
sino también de manera estratégica conocer sus habilidades de combate
de los invasores con una emboscada, pero con la salvedad de que si los
otomíes tecoacas caían derrotados, los nahuas de Tlaxcallan pretextarían
que fue una acción orquestada por éstos, pero si triunfaban el mérito sería
para los cuatro señoríos (Cervantes de Salazar, 1985:198-199).
Y la lealtad
otomí tecoaca no estuvo a
discusión, su
tecutli Tocpaxochiuh, al ser
subordinado
Tecoactzinco
Lámina 4_Yllanes. Cortés recibe
ofrendas. Destaca
la presencia de
Marina y su vestimenta como persona importante.
Fuente: Edilberto
Mendieta García.
45
de Tlaxcallan enfrentó fuertes presiones. De esta última recibió la orden para que enfrente a los hispanos; a la par Motecuzoma II le pidió
que recibiera bien a los extranjeros. Los colosos de siempre (Tlaxcallan
y Tenochtitlan) moviendo sus piezas en el complicado campo de la política, sin embargo para el noble otomí su lealtad era clara y pudo responder de la siguiente forma: “¿Somos aquí vasallos de los dioses que
vienen? ni de Motecuhzoma, ni es mi voluntad de recibirlos en mi ciudad, ni darles cosa ninguna” (Durán: 1984:528). El Tlatoani mexica no
logró desarticular la estructura política estratégica tecoaca-tlaxcalteca,
ni siquiera en estos momentos tan críticos.
Caso similar se puede decir con los otomíes hueyotlipanecas, quienes
resguardaban el lado poniente de Tlaxcala. Afirmó Diego Muñoz Camargo está poblado de gente otomítica, "tenida por muy feroz y valiente,
porque era frontera contra los mexicanos colhuaques. Y ansi, a tres leguas deste pueblo, hay grandes edificios, aunque están caídos y arruinados, donde asistían de guarnición gran número de gente de guerra de
los tlaxcaltecas” (Muñoz Camargo, 2000:94) en el cerro de Cuauhtepec,
escenario de las guerras floridas entre la Triple Alianza y Tlaxcallan
(Alva Ixtlilxóchitl, 2001:162 y 169). Los otomíes hueyotlipanecas tuvieron como vecinos a otros otomíes que vivían en Calpulalpan, Mazapan
y Yahualihucan, pero que estaban a servicio de Texcoco, y que habían
migrado en el siglo XIV a ese lugar, procedentes de Cuahuacan (Alva
Ixtlilxóchitl, 2001:91). Hueyotlipan fue el señorío que recibió a los diezmados españoles después de la Noche Triste y de la batalla de Otumba.
Funciones similares son presumiblemente imputadas a Xalasco, factible señorío ubicado en el municipio de Atltzayanca, para resguardar
la frontera oriental.
b) Combatientes para la guerra
Los otomíes, pese a ser denostados y vilipendiados por los orgullosos
nahuas (Sahagún, 1999:603) o por Diego Muñoz Camargo (1986:85),
los tlaxcaltecas tuvieron que reconocer que eran buenos combatientes;
y a quienes integraron en sus filas ante las batallas contra los huexotzincas a inicios del siglo XVI y en las que participó Tlahuicole (Muñoz
Camargo, 2000:184-190) (Mendieta García, 2021). ¡Y el valor otomí siguió mostrando su valía! los tecoacas apoyaron a los combatientes nahuas-tlaxcaltecas y huexotzincas, guiados por Chichimecatecutli y Xico46
hténcatl Axayacatzin, en la batalla campal y sitio de Tecoactzinco, hasta
el cese al fuego y la concertación de la alianza entre indígenas e hispanos. Los testimonios de Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Andrés
de Tapia o del Códice de Huamantla corroboran esta participación.
Tliliuhquitepec, pese a no ser una provincia estratégica de Tlaxcallan, parece ser que se integró a la gran alianza entre este último señorío y las huestes cortesianas. En una mención de la fragmentaria obra
de Cristóbal del Castillo, se sabe que Tliliuhquitepec mandó guerreros
para apoyar a Cortés en la expedición a Tenochtitlan, y los vemos junto
a los tlaxcaltecas participando activamente en la Noche Triste: “Entonces salieron los españoles. Nadie alzaba la voz, sólo iban llamándose
disimuladamente. Todos los tlaxcaltecas y tliliuhquitepecas iban a la
delantera, llevaban la tarima para cruzar todos los canales que cortan
el camino que pasa derecho por Mazatzintamalco” (2001:143). Por lo
tanto, la participación de este señorío sería de aliado, palmo a palmo
junto a tlaxcaltecas y huexotzincas.
Estos ejemplos permiten suponer que el contingente comúnmente
denominado como “tlaxcalteca” puso ser engrosado con combatientes
otomíes tliliuhquitepecas, hueyotlipanecas, atlancatepecas, tecoacas y
xalascas; los cuales pese a que fueron invisibilizados a propósito o confundidos por los españoles, participaron en ese gran ejército que combatió a los orgullosos mexicas y sus aliados, es válido suponer su participación en Cholula, en la toma de Tepeaca, en la Noche Triste, la batalla
de Otumba y en el sitio a Tenochtitlan, junto a otros grupos como los
texcocanos.
c) Alimentos y cargadores
Quizá el punto menos mencionado, pero seguramente crucial, radica
en que los nahuas de Tlaxcallan no sólo tomaron de sus provincias estratégicas hombres para el combate, tuvieron que exigir el ya tradicional tributo no sólo para su beneficio, ahora debían apoyar la empresa
cortesiana, por lo que seguramente se les requirió apoyo en alimentos y
cargadores (tameme) para abastecer el ejército cortesiano que fue engrosando. Este apoyo fue vital para la entrada hispana en Tenochtitlan,
las campañas de Tepeaca y para soportar el sitio a la urbe mexica; aunque las fuentes denoten esto como mero apoyo tlaxcalteca.
47
Al final, una vez sometida la capital tenochca, si bien los laureles fueron
para los nahuas de Tlaxcallan que no se cansaron de exaltar su participación, y entendiendo esa subordinación de casi todos los señoríos
otomíes por ser provincias estratégicas. Seguramente los hispanos
comprendieron como “tlaxcaltecas” a ese conjunto de pueblos al oriente de la Sierra Nevada, y no importaba mucho si eran nahuas, otomíes o
pinomes. No obstante, fueron considerados como grupos importantes
a quienes debían no solo integrar al incipiente gobierno novohispano y
la tributación, sino que debían recibir instrucción religiosa de parte de
los frailes franciscanos, a esto se debe la fundación de varios conventos,
como el de Hueyotlipan, el de Atlangatepec, o el de Huamantla al sur de
las tierras tecoacas.
En resumen, la participación de los otomíes tlaxcaltecas, tras un análisis
de las fuentes escritas y pictográficas, fue relevante, pese a ser opacada
por las versiones de los conquistadores. De cierta forma, la organización y las relaciones de subordinación entre nahuas y otomíes en los
últimos años del Posclásico provocó esta visión, y así se explican las
breves menciones de su colaboración en esta parte de la historia de México y Tlaxcala.
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49
Contexto y análisis del
censo de la emigración
tlaxcalteca-yümu de 1591
Por Rosalba Delgadillo Torres
La Autora es arqueóloga egresada de Escuela Nacional de Antropología e
Historia. Investigadora del INAH desde 1977 y actualmente labora en Puebla.
rosalbadelgadillotorres@gmail.com
Introducción
E
ntre los días 6 y 9 de junio del año 1591 , un grupo de naturales
procedentes de los pueblos y barrios que formaban las parcialidades tlaxcaltecas, partieron de la Provincia Indígena de Tlaxcala
hacia el norte de la Nueva España, bajo un acuerdo concertado entre el
Virreinato y las autoridades tlaxcaltecas, tanto civiles como religiosas.
El día 6 de julio de ese mismo año, en el río San Juan Totollan, hoy estado de Querétaro, fueron contados y sus nombres registrados. Este censo se transcribió en 1711, a partir de un original depositado en el Arca
del Cabildo de Tlaxcala (actualmente desaparecido), por Juan Bautista
de Salazar, Secretario del Cabildo de San Sebastián Agua del Venado,
hoy estado de San Luis Potosí. En dicho documento se mencionan, separados por cada una de las cuatro parcialidades (Quiahuiztlan, Tizatlan,
Ocotelulco y Tepeticpac), los nombres y el estado civil de los adultos, así
como los nombres y edades de los menores, lo cual nos permitió realizar las conclusiones a las que llegamos en este análisis.
Antecedentes
En 1590, Miguel Caldera, propuso movilizar cuatrocientas familias
de la Provincia de Tlaxcala, para dar seguridad al naciente “Camino de
la Plata” y posteriormente “Camino de Tierra Adentro”, además, enseñarían a los chichimecas el “... poblar, trabajar, y cultivar la tierra…” ;
se determinó que fueran naturales de esa provincia ya que se les tenía
Imagen (p. 51). “Cabeza Creek Crossing”. (El paso del Arroyo Cabeza). Óleo sobre Tela.
Autora: Marilyn Key. Fuente: Delgadillo Torres R. y E. Herrera II. Inédito. Los Jóvenes Emigrantes de la Provincia de Tlaxcala: Análisis del Censo de 1591. Tlaxcala, Tlax.
51
por “…fuertes y valerosos guerreros, se caracterizaban por su amor al
orden y a la paz, por su elevada moral y respeto a las leyes, tenían un
alto grado de cultura y eran amantes de las ciencias y a las artes, eran
además fieles cumplidores a los preceptos cristianos”.
El 14 de marzo de 1591, el virrey Don Juan de Velasco II, firma la Cédula Real donde se conceden las llamadas “Capitulaciones” a favor de
los emigrantes tlaxcaltecas.
Para que se pudiera efectuar esta gran movilización de personas se
tuvieron que conjuntar las voluntades de varios niveles de autoridad.
Grupos de movilización
Los Civiles
• Felipe II de Austria (Casa de Habsburgo). Rey de España, Portugal,
Nápoles, Sicilia, Cerdeña, Inglaterra e Irlanda. Duque de Milán, Soberano de los Países Bajos y Conde de Borgoña.
• Luis de Velasco II (Luis de Velasco y Castilla y Mendoza), Virrey de
la Nueva España y Marqués de Salinas del Río Pisuerga.
• Rodrigo del Río y Loza. Gobernador y Capitán General de Nueva
Vizcaya, encargado de los tlaxcaltecas en Nueva Galicia. Recibió
a los tlaxcaltecas en el Cuisillo, hoy en el estado de Zacatecas, y
participó en su repartición en los nuevos asentamientos.
• Agustín Hinojosa Villavicencio. Teniente de Capitán General para
las nuevas poblaciones de los chichimecas. Recibió a los emigrantes en el río San Juan Totollan.
• Miguel Caldera. Capitán, Justicia Mayor de la Villa de Jerez y Corregidor de Tlaltenango; protector de los poblados de San Miguel
Mezquitic, San Andrés del Teúl y San Luís Colotlan.
• Juan de la Hija. Capitán y protector de Charcas y San Sebastián
Agua del Venado.
• Francisco de Urdiñola. Capitán General de la Nueva Vizcaya y protector de San Esteban de la Nueva Tlaxcala.
• Alonso de Nava. Gobernador español en la Provincia de Indios de
Tlaxcala.
• Cabildo de Tlaxcala. Formado por representantes de las cuatro
52
cabeceras Tizatlan, Ocotelulco, Tepeticpac y Quiahuiztlan., el Gobernador indígena, el Alguacil Mayor y los Alcaldes.
Autoridades Religiosas
• Domingo de Alzola. Obispo de Guadalajara. Propuso un plan de
paz y algunas de las capitulaciones.
• Fray Gerónimo de Zárate. Entregó las “Capitulaciones” al gobernador español de Tlaxcala.
• Fray Jerónimo de Mendieta. Fraile Guardián del Convento Franciscano de Nuestra Señora de la Asunción de la Provincia Indígena
de Tlaxcala. Se negaba a que los indígenas partieran.
Los Disidentes
Entre los principales de la Provincia de Tlaxcala hubo inconformidades para que se llevara a cabo la emigración de tan numeroso contingente; el virrey se enfureció tanto por esta conducta que los condenó a
prisión y al exilio de Tlaxcala por 20 años . Los nombres que aparecen
en las fuentes son:
• De San Esteban Tizatlan: Bartolomé de Osorio, Rodrigo de Molina
y Leonardo Xicohtencatl.
• De San Francisco Ocotelulco: Esteban de San Miguel (Zacamaquiztl) e Hipólito de San Nicolás (Amantecatl).
Los capitanes
Dos capitanes irían al mando de cada grupo y fueron:
• Los Reyes Quiahuiztlan: Lucas Téllez y Diego Ramírez; a este segundo capitán no se le mencionó en el documento de 1711.
• San Esteban Tizatlan: Buenaventura de Paz y Joaquín de Velasco.
• San Francisco Ocotelulco: Lucas de Monte Alegre y Miguel de las
Casas Ehcapitzactzin.
• Santiago Tepeticpac: Francisco Vásquez Coronado y Joaquín Paredes.
Los Frailes
Los tlaxcaltecas eran muy queridos por los frailes franciscanos quienes se negaban a que los indígenas de la Provincia de Tlaxcala emi53
graran a la Chichimecatlalpan, por los riesgos que esto implicaba ,
esto retrasaba la salida del grupo, por lo que partieron ya entrada
la temporada de lluvias. Para verificar el buen trato y la seguridad
hacia los emigrantes, así como para celebrar la Santa Misa dominical
y proporcionar los sacramentos que fueran necesarios, algunos religiosos los acompañaron; encontrando los siguientes datos:
• Fray Juan Terrones y Fray Cristóbal Espinosa, con los de San Esteban Tizatlan .
• Fray Ignacio de Cárdenas, con los de Santiago Tepeticpac .
• Fray Gerónimo de Zárate, se desconoce a qué contingente se unió .
Los Medios de Transporte
Para poder viajar y cargar la gran cantidad de objetos se menciona
que utilizaron carros, según la versión transcrita del censo de 1711.
• Los de los Reyes Quiahuiztlan salieron en 23.
• Santiago Tepeticpac salieron en 28 carros
• Para los de San Esteban Tizatlan y San Francisco Ocotelulco no se
proporcionaron datos.
Por otra parte, los trabajos consultados mencionan a los carros y las
carretas como los vehículos utilizados para el traslado de personas y
objetos, indistintamente.
Los carros consistían en vehículos de dos ejes (Powell; op. cit.: 29)
nos dice que eran “…tirados por varias parejas de mulas. Estos carros
eran lo bastante grandes para transportar una tonelada y media...”.
Sin embargo, consideramos que también los bueyes debieron ser utilizados para el arrastre de los carros dada su fuerza.
El punto de partida
Hoy en día no se ha logrado definir con veracidad la forma y el lugar
de donde partió esta enorme caravana, mencionándose hasta el momento tres posibilidades:
• Ex-Convento Franciscano de Nuestra Señora de la Asunción, en la
ciudad de Tlaxcala.
• Capilla del siglo XVI en Santiago Tepeticpac.
54
• De cada una de las cuatro parcialidades.
• Por la cantidad de personas y carros que partirían, por cuestiones
prácticas es probable que cada contingente haya partido de cada
una de las cabeceras de la provincia.
• Los objetos que llevaron consigo, necesariamente fueron productos de la región para su futura sobrevivencia, como semillas de diferentes especies de maíz, chile, frijol, calabaza, aguacate, tomate,
maguey, entre muchas más.
• Animales para establecer granjas para ganados caprino, lanar, vacuno, caballar y pequeños animales como gallinas y guajolotes.
Conclusiones
Después de analizar los datos que nos proporcionó la copia realizada
en 1771, del censo levantado el 26 de junio de 1591, por el escribano de
Venado, podemos comentar que:
• Emigraron 933 indígenas tlaxcaltecas y yümu, cuantificados de la
siguiente manera:
345 matrimonios, es decir:
▪ 690 personas casadas,
▪ 2 viudos con sus hijos,
▪ 1 separado,
▪ 52 solteros, entre ellos…
▪ 2 padres solteros con sus hijos y,
▪ 1 madre soltera con su hija.
▪ 746 adultos,
▪ 1 adolescente,
▪ 3 púberes y,
▪ 183 niños.
• En su gran mayoría, los emigrantes debieron ser individuos muy
jóvenes.
• Las parejas debieron estar formadas por matrimonios recientes,
razón por la que aún no procreaban.
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• Entre las parejas que ya tenían hijos, la gran mayoría tenían hijos
menores de tres años.
• Pocos matrimonios contaban con más de un hijo.
• Entre las niñas, el rango de edades fue desde pequeñas de brazos
hasta una púber de trece años.
• El rango de edades entre los niños varones fue desde pequeños de
brazos hasta un adolescente de 16 años.
• Es probable que haya habido una pareja de mellizas púberes de
12 años.
• Es probable que la pareja más longeva haya sido la de los padres
del joven de dieciséis años.
• No se registraron huérfanos que hayan partido solos.
• Una mujer huyó durante la caminata.
• Murieron tres mujeres por causas desconocidas.
• Se desconoce el lugar en donde fueron inhumadas las tres mujeres.
• Con la defunción de una de estas mujeres otra pequeña quedó
huérfana.
• Con las tres defunciones y la huida de una mujer, cuatro parejas
más quedaron incompletas.
• Carecemos de datos de si se registraron más decesos.
• Quizás la marcha fue difícil y por eso se dieron las muertes de las
tres mujeres.
• No se registraron defunciones de menores.
• Se desconoce si se dieron defunciones de niños en el resto del camino.
• Es probable que la inconformidad y el temor haya acompañado a
los caminantes durante la emigración haya provocado la huida de
una mujer de la parcialidad de Santiago Tepeticpac.
• Se desconoce si se llegaron a dar más deserciones.
• Se reportó un hombre enfermo de la parcialidad de Santiago Tepeticpac, se desconoce si recobró la salud.
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• No se menciona en el censo a alguna mujer embarazada, pero no
es difícil pensar que hayan partido algunas en estado de gravidez
y que también se embarazaran durante la caminata.
• Sólo se mencionan como procedencias de los emigrantes las cuatro cabeceras, sin registrar las comunidades específicas, excepción hecha en el caso de una mujer del barrio de Atlihuetzia, perteneciente a San Esteban Tizatlan.
• No se registraron en el censo otros parentescos entre los emigrantes que no sean él de los matrimonios y sus hijos.
Finalmente, proponemos lo siguiente
• Que se les designe “401 jefes de familia”.
• Debido a que en el territorio tlaxcalteca había población yümu
(así se autonombra el grupo otomí de Tlaxcala), se mencione este
hecho histórico como “La Gran Emigración Tlaxcalteca-Yümu del
siglo XVI”.
• Se eliminen los conceptos “diáspora” y “éxodo”, ya que no corresponden sus definiciones a esta movilización debidamente planificada y organizada.
Las primeras fundaciones
• Antes del 15 de agosto de 1591, llegan a San Miguel Mezquitic de
la Nueva Tlaxcala
• Tepeticpac del Nuevo Reino de Galicia, San Luis Potosí.
• -15 de agosto de 1591, colonos de San Miguel Mezquitic fundan
la población de Nuestra Señora de la Asunción de Tlaxcalilla, hoy
ciudad capital de San Luis Potosí.
• -Antes del 18 de agosto de 1591, llegan a Charcas, San Luis Potosí.
• -18 de agosto de 1591, llegan a San Sebastián de Agua del Venado,
San Luis Potosí.
• -21 de agosto de 1591, llegan a la Villa de San Luís Colotlan de la
Nueva Tlaxcala de Quiahuiztlan, estado de Jalisco.
• -1591 (No se precisa ni día ni mes), llegan a San Andrés del Teúl,
hoy estado de Zacatecas.
57
• -13 de septiembre 1591, fundación de San Esteban Tizatlan de la
Nueva Tlaxcala, hoy en la cuidad de Saltillo, estado de Coahuila.
• -17 Abril de 1592, ataque de los chichimeca-tepecanos a la población de San Andrés del Teúl, dejando cerca de 60 tlaxcaltecas
muertos procedentes de la parcialidad de San Francisco Ocotelulco; a los sobrevivientes los mueven a San Francisco de Chalchihuites, ambas en el estado de Zacatecas.
Epílogo
Con el presente trabajo esperamos que sea más fácil reconstruir en
el imaginario individual y social lo que significó esta gran marcha de
poco menos de mil seres humanos, integrada por hombres, mujeres y
niños, algunos de éstos aún amamantados por sus madres y otros muchos cargados por sus padres debido a su corta edad.
Esta caminata transcurrió por senderos difíciles debido a lo accidentado del territorio que tenían que atravesar y a la llegada de la temporada de lluvias, fundando o refundando cinco asentamientos en una
primera intención: la población del cerro San Pedro, hoy en San Luis
Potosí, la ciudad de Zacatecas, la población de Colotlan, hoy en Jalisco,
San Esteban Tizatlan de la Nueva Tlaxcala y El Teúl, en Zacatecas.
Conocer las características de los emigrantes nos ha permitido tener un acercamiento a las personas (tlaxcaltecas-yümus) que formaron
parte de una de las movilizaciones más ambiciosas y exitosas que se
llevaron a cabo durante los tres siglos de dominación española, para
mayor gloria y riqueza de la corona de España.
58
Tablas de apoyo
59
60
Bibliografía
"Census of Tlaxcalan Colonists 1591". (2010). Colección de documentos para la Historia de
San Luis Potosí. The 1591 Migration of the 400 Tlaxcalan Families.
Delgadillo Torres, R. (2007). Conferencia “The Great Indian Migration: Transferring
Culture, Religion and Technology in New Spain”. American Indian/Alaskan Native
Employees Association for NRCS. Corpus Christi, Tex USA. 27–31 agosto 2007.
Delgadillo Torres R. y E. Herrera II. Inédito. Los Jóvenes Emigrantes de la Provincia de
Tlaxcala: Análisis del Censo de 1591. Tlaxcala, Tlax.
Gibson, Ch. (1991). Tlaxcala en el siglo XVI. Gobierno del Estado de Tlaxcala/Fondo de
Cultura Económica. México.
Martínez Baracs, A. (2008). Un gobierno de indios: Tlaxcala, 1519-1750. Fondo de Cultura
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Powell, P. W. (1977). Mexico´s Miguel Caldera. The Taming of America´s First Frontier 15471597. The University of Arizona Press. Tucson, Arizona.
______________(1980). Capitán mestizo: Miguel Caldera y la frontera norteña. La pacificación
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______________(1996). La Guerra Chichimeca. Fondo de Cultura económica.19ª reimpresión.
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Zapata y Mendoza, J. B. (1995). Historia cronológica de la Noble Ciudad de Tlaxcala. Luis
Reyes García y Andrea Martínez Baracs (paleografía, traducción, presentación y
notas de. Universidad Autónoma de Tlaxcala/CIESAS. México.
61
La Literatura
en la Historia
Por Ana María Herrera Arredondo
La Autora es profesora recibió el título por la Normal Miguel F. Mtz; licenciada en Letras por la FFyL de la UANL; maestría en Educación por la
Universidad de Austín, Tx., socia número de la Sociedad Nuevoleonesa de
Historia Geografía y Estadística, AC; Medalla al Mérito Histórico "Capitán
Alonso de León".
ana.herrera1451@gmail.com
Vanidad dE la Gloria Humana (Canto dE nEtzaHualCóyotl)
D
e Manuel Carpio. Nació en Cosamaloapan Veracruz (1791-1860)
Fue un notable escritor de prosa y poesía. Su formación educativa la llevó a cabo en el Seminario Conciliar de Puebla. Fue un lector asiduo de la Biblia y de otros libros de Historia, de Cultura General
y en español y en latín. Versificó con facilidad por su talento para hacer
poesía.
Aquí se escriben unos fragmentos significativos del poema Vanidad
de la Gloria Humana (Un Canto de Netzahualcóyotl).
Son del mundo las glorias y la fama
como los verdes sauces de los ríos,
A quienes quema repentina llama
O los despojan los inviernos fríos:
El hacha del leñador los precipita
O la vejez caduca los marchita. …
…
NO llegar a su fin, nadie lo espere;
la más alegre y dilatada vida
en yerto polvo convertida muere.
¿Ves la tierra tan ancha y extendida?
Pues no es más que sepulcro dilatado
Que oculta cuanto fue y cuanto ha pasado.
Imagen (p. 62). Manuel Carpio. Fuente: Enciclopedia Universal de México (www.wikipwediafotosdepoetas.com). Proporciona Ana María Herrera Arredondo.
63
Y su centro de horror también encierra
Sabios en el consejo, ya olvidados
Héroes famosos, hijos de la guerra,
Grandes conquistadores esforzados
Que dictando su ley a las naciones
Se hicieron tributar adoraciones. …
…
Volvamos ya la vista a los panteones,
Morada de pavor, lugar sombrío,
¿Dónde están los clarísimos varones
Que extendieron su inmenso señorío
Por la vasta extensión de este hemisferio,
Con leyes justas y sagrado imperio?
¿Dónde yace el guerrero poderoso
Que los toltecas gobernó el primero?
¿Dónde Necax, adorador piadoso
De las deidades con amor sincero?
¿Dónde la reina Xiul, bella y amada?
Do el postrer rey de Tula desdichada?
Nada bajo los cielos hay estable,
¿En que sitio los restos se reservan
de Xólotl, tronco nuestro venerable?
¿Do los de tantos reyes se conservan?
De mi padre la vívida ceniza
¿qué lugar la distingue y eterniza?
En vano busco yo, caros amigos,
los restos de mis claros ascendientes;
de mi inútil afán me sois testigos,
a mis preguntas tristes y dolientes
sólo me respondéis: nada sabemos
más que en polvo también nos tornaremos…
(Pacheco, 1995 , pp. 145,6,7)
Referencias
Pacheco José Emilio, La Poesía Mexicana del Siglo XIX, (Antología). Empresas Editoriales,
S.A. México, 1995
64
Mujeres en la vida
de Hernán Cortés
Por Óscar Tamez Rodríguez
El Autor es historiador; presidente de la Sociedad Nuevoleonesa de Historia, Geografía y Estadística, AC; primer Cronista e Historiador de la Gran
Logia de Nuevo León; Medalla "Israel Cavazos Garza" por la investigación
histórica; miembro del Consejo de Historia y Cultura de Santiago, NL.
estudiospoliticos.mx@gmail.com
H
ernán Cortés fue un joven soñador, ambicioso, mujeriego y afortunado, características que sin duda definieron su vida y su paso
por la historia como «gran conquistador».
No hay duda que las acciones de Cortés entre 1504 y 1521 transformaron la conformación política, económica, militar y de desarrollo en
el mundo. Sus cartas de relación, traducidas a diversos idiomas, entre
ellos el alemán y el italiano, sirvieron de aliciente para las naciones
europeas quienes vieron en las tierras descubiertas un botín para sus
sueños de expansión.
Sin embargo, nada de lo que logró hubiera sido posible sin una alta
dosis de su interacción con las mujeres, su ambición de riqueza, poder y
por supuesto, el ingrediente suerte.
Las mujeres en la vida de Cortés fueron cruciales en momentos cuyos
hechos definieron el futuro, lo mismo que la suerte jugó a su favor en
repetidas ocasiones durante la construcción de su espacio de poder y
riqueza, claro, hasta que ésta lo abandonó y cae de la gracia del monarca español.
Datos biográficos sobre Cortés
Entre biógrafos y estudiosos del personaje nacido en Medellín, provincia de Extremadura, el año de 1485, señalan que es hijo de Martín
Cortés de Monroy y Catalina Pizarro Altamirano, matrimonio de poca
hacienda, lo que significa en el mejor de los casos eran de economía
Imagen (p. 62). Ilustración sobre el momento donde caciques tabasqueños entregan a
Marina y otras 19 mujeres a Hernán Cortés. Fuente: www.memoriapoliticademexico.
org. URL: https://www.memoriapoliticademexico.org/Biografias/MAL05.html
66
media a baja (Sánchez Barba, 1987). Estos nombres estarán presentes
en la vida del de Medellín pues veremos cómo nombra a sus hijos como
a sus padres, incluso repitiéndolos en sus hijos españoles y mestizos.
Fue un joven enfermizo, López de Gómara (2006) afirma que estuvo
a riesgo de muerte en diversas ocasiones derivado de su precaria salud,
motivo, el cual lo lleva a ser en extremo devoto de Jesucristo, San Pedro
y por supuesto un creyente consumado1.
Con 14 años de vida en 1499, sus padres lo envían a Salamanca para
estudiar en la universidad de esa ciudad. Los autores no se ponen de
acuerdo sobre si realmente se inscribió en la universidad o aprendió,
digamos en forma de oyente, pero de aquello en lo cual no hay duda
y existe certeza, es que los dos años de permanencia en esa ciudad le
sirvieron para aprender derecho y sobre todo gramática con “Francisco
Núñez de Valera, casado con Inés de Paz, hermana de su padre” (Sánchez Barba, pág. 25), donde además perfeccionó su latín, herramientas
las cuales serán indispensables en la construcción de la Nueva España.
Regresa de Salamanca a Medellín donde inicia la historia donde se
transforma en el conquistador de nuestra historia. A su arribo tiene la
opción de partir a la guerra, actividad que le atraía mucho más que el
derecho y las letras. Tenía dos opciones, ir a Italia a pelear o partir a las
Indias con Nicolás de Ovando, eligió las Indias (López de Gómara).
Sus encuentros y desencuentros con las mujeres
Cortés debió partir en 1502 con Ovando a buscar fortuna en las Indias, venía recomendado además de acompañarse de «la palomilla de
su pueblo», esto porque, muchos de quienes parten con Ovando, estarán presentes en la vida del conquistador tiempo después.
A sus 17 años (creo que como sucede a muchos en esa edad), las mujeres eran un gran distractor o principal centro de atención en él. “En
su vida fueron muchas las que intervinieron, aunque de los modos más
distintos según su condición y dignidad” (Sánchez Barba, pág. 29). Esto
significa que algunas, por ser españolas tuvieron la categoría de esposas, las indígenas aunque reconocidos sus hijos, nunca lograron el papel
de compañera de vida formal en el extremeño.
Debiendo partir en 1502 a La Española, pospuso su viaje porque fue
descubierto en comprometida situación con una mujer de su pueblo ca67
sada, lo cual motivó que debiera saltar techos para huir del ofendido
marido, cayendo de uno de ellos y fracturando su pierna.
Finalmente, arriba a La Española en el Nuevo Mundo en 1504 con 19
años de edad. Es en 1509, cinco años después de la llegada de Hernán
Cortés, cuando desembarca y asume Diego de Colón como gobernador;
se acompaña con Diego de Velázquez a quien designa la tarea de someter a Cuba, sitio desde donde partirá Cortés a territorio continental
años más tarde, pues en 1515 es nombrado oficial del rey y secretario
del gobernador en ese territorio.
Los datos cronológicos previos son importantes para establecer que
Cortés estaba en Cuba en 1516 cuando Juan Juárez se traslada de La
Española a Cuba acompañado de sus tres o cuatro hermanas (hay discrepancia en las fuentes), bonitas ellas, dice López de Gómara. Por supuesto que las bellas jóvenes serían personajes claves en los sucesos
posteriores. Una de ellas será cortejada por Diego de Velázquez, gobernador de Cuba y la otra, Catalina, por el enamoradizo Hernán.
A Catalina “le hizo promesa de matrimonio, retirándose prudentemente cuando se dio cuenta de lo excesivo de su promesa” (Sánchez
Barba, pág. 38). Así que luego de la prueba de amor, Cortés perdió interés en doña Catalina Juárez, a lo cual debió ser perseguido por su casi
concuño Velázquez, terminando este drama amoroso en matrimonio
entre Hernán y Catalina.
Años más tarde, en noviembre de 1522, doña Catalina morirá de «extrañas causas» a unos meses de haber llegado a la Nueva España. Dicen
los historiadores que mantenía tensa relación con su esposo y que una
noche o madrugada, luego de una fiesta, ella aparece muerta. Sobre el
arribo de Catalina Juárez a Tenochtitlan escribe Díaz del Castillo:
En todos los pueblos les hacían mucha honra hasta que llegaron a Méjico (sic);
y en aquella ciudad hubo regocijos y jugos de cañas, y dende (sic) a obra de tres
meses que hubo llegado oímos decir que la hallaron muerta de asma una noche,
e que había tenido un banquete el día antes en la noche, y muy gran fiesta… (Díaz
del Castillo, 1992, págs. 488, 489)
La muerte de Catalina Juárez sucedió en condiciones extrañas, otros
historiadores de época señalan que la noche de la muerte tuvo fuerte
discusión con Cortés y que luego de retirarse ambos a sus habitaciones,
él sale con ella en brazos gritando que había muerto y ella presentaba
marcas en su cuello.
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Años más tarde Juan Juárez interpondría un juicio contra el conquistador por la extraña muerte de su hermana. Así narra (Martínez, 2019):
La muerte de Catalina Xuárez ocurrió en Coyoacán el 1° de noviembre de 1522.
Al parecer desde el principio comenzaron las habladurías de que Cortés la había
asesinado. Años más tarde en enero de 1529, cuando ya gobernaba la primera
Audiencia que presidía Nuño de Guzmán, enemigo de Cortés, y cuando éste se
encontraba en España, se inició formalmente el juicio de residencia contra el
conquistador…”.
Otra mujer que será determinante en la vida de Cortés es Marina, mal
llamada Malinche quien será entregada a los españoles como muestra
de buena fe por parte de caciques tabasqueños luego de perder los combates que presentaron con los conquistadores. Así lo escribe Díaz del
Castillo (p. 82):
Otro día de mañana, que fueron a quince días del mes de marzo de mil e quinientos y diez y nueve años, vinieron muchos caciques y prinicipales de aquel pueblo
de Tabasco y de otros comarcanos haciendo mucho acato a todos nosotros, y
trujeron un presente de oro… y trujeron mantas de las que ellos hacían, que son
muy bastas… y no fue nada todo este presente en comparación de veinte mujeres, y entre ellas una muy excelente mujer que se dijo doña Marina, que así se
llamó después de vuelta cristiana.
Marina será determinante a partir de ese momento, su habilidad
como políglota será de gran utilidad pues junto al religioso Jerónimo de
Aguilar servirá en la primera etapa de la conquista como traductora y
luego, a la muerte de Aguilar, será la principal interlocución entre Cortés y los pueblos mesoamericanos.
Con ella habrá de procrear al primero de los hijos de nombre Martín
Cortés «el nombre de su padre». En total se tienen documentados once
hijos. Uno con la hija de Moctezuma II, bautizada como Isabel Moctezuma, con quien procrea a Leonor Cortés Moctezuma. Una hija Catalina
«nombre de su mamá» Pizarro con Leonor Pizarro. Siendo su matrimonio con Juana de Zúñiga donde procreó más hijos «seis»: Luis, Catalina,
Martín, María, Catalina y Juana.
El matrimonio con Juana de Zúñiga se realiza en 1529, contando con
44 años pero con un problema, ningún hijo legítimo a quién heredar.
Este “era un matrimonio de conveniencia social y económica” (Martínez, pág. 354).
69
La relación con las mujeres en su vida fueron determinantes en la
biografía de Cortés, primero su efímero romance que le impide viajar
en 1502, luego su matrimonio con Catalina Juárez el cual se convierte
en una relación provechosa en su etapa de vida en Cuba, pero luego un
conflicto cuyo desenlace culmina en la extraña muerte de ella y con la
acusación hacia él por su homicidio mediante ahorcamiento. Las mujeres prehispánicas, concretamente Isabel y Marina serán cruciales en su
vida entre los años de 1519 y 1526.
Marina, desde su llegada al grupo de conquistadores se convierte en
factor para establecer relaciones públicas con los caciques y líderes de
los pueblos por donde pasaba el grupo; primero en una doble traducción: Aguilar del español al maya, ella del maya al nauátl y visceversa.
Fue ella quien alerta de una emboscada y los salva previo a la entrada
de Tenochtitlan, es ella quien aparece en muchas imágenes al lado de
«Malinche» como se le denominaba a Cortés por parte de los prehispánicos.
Poco se ha profundizado en la forma en la cual las mujeres en la vida
de Hernán Cortés influyeron en el desenlace de los hechos durante la
etapa de conquistador del de Medellín quien su triunfo y desplome son
influenciados por su relación con ellas en la búsqueda de riqueza y poder.
Notas
1. Se debe reconsiderar o evaluar su extrema devoción católica pues hay actos que pu
den contradecir este hecho.
Referencias
Díaz del Castillo, B. (1992). Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España (segunda ed.). México, México: Editores Unidos Mexicanos.
López de Gómara, F. (2006). Historia de la conquista de México (primera ed.). (C. ". cuántos...", Ed.) México, México: Porrúa.
Martínez, J. L. (2019). Hernán Cortés (séptima reimpresión de la primera versión abreviada de 1992 ed.). México, México: FCE.
Sánchez Barba, M. H. (1987). Hernán Cortés (primera ed.). Madrid, España: Quorum.
70
Fray Servando Teresa de Mier
Historiador de la Independencia
Por Óscar Tamez Rodríguez
F
ray Servando Teresa
de Mier fue un político,
ideólogo, activista, legislador y sobre todo, un escritor e historiador nuevoleonés
quien desde su pluma aportó
a la historiografía de la época
y a la construcción del Estado
liberal mexicano.
La Sociedad Nuevoleonesa
de Historia, Geografía y Estadística, AC; en el año de 2014,
presidida por el historiador
José Reséndiz Balderas solicitó al Congreso de Nuevo León
se decretara el 18 de octubre,
aniversario del natalicio de
Servando Teresa de Mier, como "Día del Historiador Nuevoleonés" en memoria
al insigne regiomontano universal.
El 2021, segundo año de la pandemia, se celebra el séptimo aniversario de
la declaración por parte del Congreso a manera de reconocimiento a los historiadores nuevoleoneses quienes con su labor, investigan, estudian, registran y
difunden la historia pasada y presente de nuestra sociedad.
Fray Servando padeció lo que muchos historiadores, la falta de presupuestos
para imprimir sus obras. Como él señala en el prólogo de "Historia de la Revolución de Nueva España" (1813, reimpresión facsimilar del Archivo General del
Estado de NL, Tomo I, p. xii): "Escribiendo asi, é imprimiendo al mismo tiempo
segun podia pagar y mi impresor tenia lugar, llegué hasta el libro X, en el año
pasado 1812... [la falta de acentos es de origen]". Sin duda Teresa de Mier representa en mucho, el espíritu de los historiadores nuevoleoneses del siglo xxi.
Fray Servando Teresa de Mier. Óleo sobre tela del artista Félix Ledezma Bocanegra. La obra refleja al
escritor, historiador y pensador; cualidades de los historiadores nuevoleoneses. Esta imagen se instituye en el 2021 para los reconocimientos a historiadores por su producción editorial en el marco del
Día del Historiador Nuevoleonés.
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