RECENSIONES
Revista Atlántica-Mediterránea 23, pp. 195-222
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Alejandro MUÑOZ MUÑOZ. Doctorando. Grupo PAI. HUM. -440. Universidad de Cádiz.
Correo electrónico: alejandromuozmuoz@gmail.com
MARTÍNEZ-NAVARRO, B. 2020: El sapiens asesino y el ocaso de los neandertales. Almuzara,
Córdoba. 253 páginas. ISBN: 978-84-1795453-3.
La extinción de los Homo neanderthalensis es
un tema que aún genera grandes y acalorados debates donde se exponen las diferentes hipótesis de
este suceso que ocurrió hace aproximadamente
40 mil años. Desde los primeros hallazgos de restos neandertales se ha creado una imagen tosca y
bruta de estos grupos humanos, desligándolos de
cualquier signo de inteligencia, humanidad, o a lo
Dz
modernos”. Con esta percepción no sería raro que
los neandertales, por esa selección natural que exÀDz
Especies” a mediados del siglo XIX, se extinguiesen tras la llegada de un nuevo grupo de humanos
más desarrollados en todos los aspectos, exterminándolos en su paso por Europa hasta reducirlos
por completo en el extremo sur de la Península
Ibérica, Gibraltar, considerado como el hogar de
los últimos neandertales. Sin embargo, en los últi-
mos años, y gracias al desarrollo de las ciencias y
la aplicación de técnicas en las investigaciones arqueológicas, se ha conseguido cambiar la imagen
de los neandertales y conocer mejor sus modos
de vida, llegando a considerar que también ellos
practicaban un comportamiento moderno con
habilidades similares a los Homo sapiens sapiens
¿Por qué entonces se extinguieron y no se encuenǫ×aparición neandertal es sobre lo que va a girar la
obra de Bienvenido Martínez Navarro.
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ǡ×ǡͺ À
el H. sapiens sapiens, los neandertales y la extinción de estos últimos, y 2 apéndices donde expone
ϐÀ
obra. Cada capítulo, además, se compone de unas
ϐ
los que tratará de dar respuesta. El autor, Martínez
Navarro, es doctor en Ciencias Geológicas y pertenece al IPHES donde práctica su especialidad en
paleontología de mamíferos cuaternarios.
En el prólogo se sincera con su lector dejando
claro que su especialidad no es lo abordado en esta
Ǥϐ
a la hora de elaborar este libro, aunque por otro
lado, asegura que le ayudó a librarse de cualquier
tipo de prejuicios sobre la imagen de los neandertales y las teorías de su extinción. Su especialidad
abarca periodos del Pleistoceno inferior y Plioceno, centrándose en los estudios de fauna fósil. El
mayor acercamiento al estudio de restos de homínidos que ha experimentado Martínez Navarro son
los del yacimiento de Guadix-Baza. Sin embargo, en
ʹͲͲͺ×± ×
la megafauna del nuevo mundo y las posibles causas que lo provocaron. Esto le llevo a trabajar con
un grupo de investigadores y a colaborar en publicaciones de artículos sobre neandertales. Además,
agradece el apoyo de Cecilio Barroso y Manuel
Pimentel ya que son culpables de que Martínez
Navarro trabajase un tema tan complejo como la
extinción neandertal. El libro es el resultado de 3
años de trabajos y de intenso estudio por parte del
autor, donde tratará aspectos como el comportamiento de las especies, dispersiones, colonización
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y extinciones. Todo esto, sin no antes dejar claro,
que todo lo recogido en el libro lo plantea como
una hipótesis de lo que pudo haber ocurrido para
que tuviese lugar una fase en la que los neandertales terminasen su andadura en la Tierra.
El primer capítulo gira en torno al poblamiento
humano de Europa, para lo cual existen diversas
teorías e hipótesis que intentan explicar cómo fue
este poblamiento. Por tanto, nos presenta una re × ϐ
europeo y las primeras teorías que se plantearon
ϐ short chronology y long cronology, que se asentarían con las
nuevas investigaciones que se han llevado a cabo
en yacimientos tan importantes como Orce o Atapuerca entre otros. Sin embargo, a día de hoy el debate sobre cuándo, cómo y quienes poblaron Europa por primera vez parece no haber acabado, en
ǡϐ
a cerrar este asunto. El autor propone que en Orce
existiría una derivación entre los humanos del
ǡ ϐmarse en el futuro con nuevos hallazgos. Si bien es
cierto que por cronologías Dmanisi y Orce presentan lo que podría ser los primeros indicios del poblamiento de Europa, siendo Dmanisi la puerta de
entrada, pero es arriesgado asegurarlo a causa de
la falta de más investigaciones. Para poner sobre la
mesa una hipótesis como esta, Martínez Navarro
se basa en ciertos comportamientos sociales que
se darían de forma similar en ambos yacimientos:
el tipo de materia prima que usaban, la fauna que
consumían asociadas a un tipo de industria lítica,
etc. En el yacimiento de Orce se encontró un diente
de leche que dataron en 1,4 millones de años, pero
no tiene una adscripción taxonómica. Agarrándose a la similitud con Dmanisi, se cree que podrían
ser los mismos grupos pero algo más evolucionado. Por otro lado, no existe apenas presencia que
registre una posible ruta de acceso y poblamiento
de Europa para recrearlo. Los restos antropológicos en yacimientos europeos son prácticamente
nulos, siendo el yacimiento de Atapuerca, en el
ǡ
asociados a Homo antecessor, aunque Martínez
Navarro plantea que seguramente estos grupos no
fueron los primeros homínidos en poblar el continente europeo y en llegar a la península ibérica.
No solo existe solo un debate sobre estos primeros
pobladores de Europa, sino también sobre la entrada de grupos asociados a industria Achelense,
202
la cual surgió en África hace 1,7 millones de años y
llega a Europa un millón de años después, según el
autor, en base al registro que plantea Orce junto a
otro grupo de homínidos, los Homo heidelberguensis, que cohabitaron Europa junto al Homo Erectus.
Esta hipótesis fue aceptada en el mundo académico por personalidades como Stringer, quien asegura que fue el H. heidelberguensis quien ocupó
Europa en el Pleistoceno medio y del cual deriva
el H. neanderthalensis. La llegada de este taxón a
Europa coincidió con la aparición de otros taxones
de fauna de origen africano como el Palaeoxodon
antiquus, Crocuta crocuta, Hyaena hyaena, Panthera leo o el Bos primigenius. Otro homínido que
pobló el territorio, según nos sugieren los restos
hallados en Atapuerca, fue el Homo Rhodesiensis,
registrándose en otros lugares como Gipuzkoa y
Portugal. De este primer capítulo podemos extraer,
por un lado, la presencia de diferentes homínidos
en el territorio europeo, y por otro, la existencia
de un proceso evolutivo que tuvo lugar hace unos
400-350 mil años, que produjo la aparición del H.
neanderthalensis, unido además a una serie de innovaciones tecnológicas a las que le precedieron.
Una vez presentado ese proceso evolutivo y el
nacimiento de los neandertales, el segundo capí Àϐ ǡ
descubrimiento y la evolución en cuanto a la interpretación de estos humanos por parte del colectivo académico e investigador de su momento.
Los neandertales son una especie endémica propia de latitudes meridionales de Europa, Asia y el
Corredor Levantino, lugares que ocuparon durante medio millón de años. El registro arqueológico
de esta especie es muy completo, especialmente
en la península ibérica, donde encontramos los
yacimientos más representativos. El H. neanderthalensis ͳͺʹͻ
ͳͺͶͺ ǡ
embargo, estos descubrimientos pasaron de largo
y no recibieron la atención de los arqueólogos. En
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Neander (Alemania), teniendo más repercusión
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Dz dz
ͳͺͷͻǡ
Àϐ ϐ×ϐ pocentrismo religioso, provocando una primera
imagen de los neandertales como unos simios similares a nosotros anatómicamente pero a la vez
totalmente diferentes, sin inteligencia ni cultura,
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unos brutos. Estos homínidos han sido registrados
ϐ ǡ
× ϐ Ǥϐ
eran tan distintos a los H. sapiens sapiens y que hoy
día podrían pasar desapercibidos entre nosotros a
pesar de las claras diferencias anatómicas. Esa visión primitiva del neandertal ha cambiado mucho
desde entonces, y Martínez Navarro nos recuerda
un encuentro que tuvo en Alemania en 1995 donde se debatía sobre los neandertales y sus comportamientos de carroñeo. Esto lo compara con la
actualidad, casi tres décadas después, en la que ya
apenas se debate, considerándose una especie cercana a nosotros y potenciada esta hipótesis por el
descubrimiento del genoma neandertal en 2010.
Hoy se ha conseguido que la imagen de los neandertales haya cambiado para toda la sociedad. Si
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y académica consideran a los neandertales como
unos seres con pensamientos y sentimientos humanos y con una capacidad intelectual similar a
la nuestra, además de ser sociedades organizadas
y estructuradas. Tenían un conocimiento sobre el
medio natural que les rodeaba, llegándose a adaptar al territorio en diversas circunstancias y esto
sería fruto de observar y tener consciencia de los
ϐ
ϐǤ ǡ À
acuerdo con el autor, aún falta mucho por investigar, pero este hecho no debe frenarnos a la hora de
considerar la posibilidad de ciertas capacidades
y habilidades por parte de los neandertales. Los
datos están ahí, y los últimos estudios están revelando información auténticamente impresionante,
como las cronologías basadas en dataciones U-th
en las cavidades de Ardales, la Pasiega y Maltravieso, donde la calcita que recubre el arte rupestre ha
ͷǤǡ ǡ
ha generado un fuerte debate ya que cambia todo
el paradigma sobre los orígenes del arte rupestre
por H. sapiens sapiens hace unos 20 mil años. Estos datos, como bien comenta el autor, no deben
rechazarse a la ligera. Por muy sorprendente que
parezca, e inconcebible para algunos investigadores negacionistas, la única forma de desmentir
estos datos es a través de un criterio y unos datos
Àϐ ǡÀϐǤ
Los neandertales renacen con una nueva visión
de sociedades organizadas, con simbolismo, com-
portamientos modernos, y estrategias de caza. Sin
embargo, se extinguieron después de dominar el
Europa durante cientos de miles de años. De manera que el siguiente y tercer capítulo será una
ϐ× × ×
una especie que llegó a ser el mayor depredador
del continente. Como dijimos anteriormente, la
extinción de los neandertales es un tema muy estudiado y debatido a nivel mundial. Según el autor no existe una respuesta correcta a día de hoy,
por lo que este capítulo se compone de una serie
de cuestiones a resolver para intentar descifrar
el enigma. ¿Se extinguen realmente los neandertales o perduraron de otra manera hasta la actuaǫ
hallazgo de la melanocortina MC1R en el que se
demostró ciertos rasgos que hemos heredado de
los neandertales como el pelo rojo. Martinez Navaϐ ×
especies humanas a diferentes situaciones. La respuesta a esta primera pregunta, a raíz de su análisis, es que, evidentemente, los neandertales se
extinguieron, pero surge una nueva cuestión: ¿deǫ
el genoma neandertal el cual está presente en los
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ͷΨǤ
a causa de, parece ser, unas condiciones y latitu Àϐ Ǥ ǡ
se trata de algo realmente interesante que arroja
información sobre las relaciones entre dos especies diferentes, evidenciando que existió una hibridación puntual. Esta hibridación parece no ser
la primera vez que se dio en Europa, ya que apunta
a una mezcla entre el Homo ergaster y el H. erectus con descendencia fértil, una hipótesis bastan Àϐ ten. Otra cuestión que se plantea en este capítulo
es qué ocurrió cuando los homínidos portadores
de industria achelense se dispersaron por Eurasia. A esta pregunta responde explicando que los
portadores de industria achelense se encontraron
con los descendientes de los primeros H. erectus
quienes aún usaban industria Olduwayense. Este
evento parece que podría estar registrado genéticamente, asegurando que hubo un cruce entre
poblaciones y no un reemplazamiento. A lo largo
del capítulo, el autor vuelve a reiterar cuestiones
ϐ ǡ
en esta ocasión va precedida de una nueva cues×ǣǬ ǫ-
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curre a los estudios que delatan la presencia del H.
sapiens sapiens hace 200 mil años en las puertas
de Eurasia y explica los casos de los restos antropológicos hallados en la Cueva de Apidimia (Grecia), donde parece encontrarse el primer sapiens
fuera de África hace 170 mil años. Los restos de
Jebel Irhoud no pasan de largo en esta cuestión.
El famoso yacimiento estudiado por Hublin muestra una dispersión del H. sapiens sapiens por toda
África durante el Pleistoceno medio y superior. La
pregunta que se planteó líneas atrás no termina
de responderse, desviando el tema a las causas
que provocan dispersiones de homínidos por zonas abiertas o semiabiertas. Esta desviación de la
pregunta le lleva a formular otra diferente: ¿cómo
ǫÀ
es dejar clara la diferencia entre los conceptos de
colonización y dispersión, y asegura que los homínidos del pleistoceno medio pudieron haberse
desplazado con rapidez en poco tiempo siempre
×ǤϐÀ
llegar a calcular cuanto se movieron durante uno o
miles de años, pero sin duda la dispersión fue rápida, aunque no tanto como la del H. sapiens sapiens,
el cual se expandió en diferentes fases, primero
por África y posteriormente en la salida conocida
como Out of Africa hace 200 mil años. Sin embargo, esta especie se paró en el corredor levantino
porque allí se encontrarían con los neandertales,
originando la necesidad de competir por el terriÀ ×ϐÀ
Àϐ Ǥ
El cuarto capítulo trata sobre el cambio climático, se analiza como posible causa en la extinción
de los neandertales. Para ello Martínez Navarro
comienza explicando todo el periodo que abarca
el Cuaternario y la división del Pleistoceno, expresando que los cambios climáticos han existido
desde siempre, acentuándose especialmente durante la era cuaternaria. Este capítulo sirve para
ϐ ×
el cambio climático a lo largo del cuaternario, desde que el famoso investigador Milankovitch descubriese eso de los cambios climáticos y cómo sus
À ϐÀ
y los seres que la habitaban. Estos periodos cíclicos son los que conocemos como momentos de
glaciación e interglaciación, siendo en las dataciones climáticas OIS-MIS los números pares momentos de glaciación y los impares de interglaciación.
ϐ ǡ
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autor explica como un grado de temperatura pue ϐ×ǡ
provocando el congelamiento del agua y extinguiendo la diversidad de plantas de un territorio.
Esto desencadenaría una problemática aún mayor,
ya que los ungulados dependerían de las plantas
por ejemplo. No toda la fauna plio-cuaternaria de
Europa es autóctona del continente, ya que algunas especies algunas provienen de África en algún
momento en el que el Estrecho de Gibraltar estaba
cerrado. Para explicar mejor este punto, recurre al
artículo que publicó el autor junto a Lorenzo Rook
en 2010 en el Quaternary International sobre el villafranquiense donde revela la diversidad faunística durante el Plioceno superior y el Pleistoceno
inferior. Así, explica todos los periodos del villafranquiense, el clima que lo caracterizaba, la fauna
asociada -entre ellas considera al neandertal- y su
evolución. Para concluir este cuarto capítulo el autor intenta dejar claro que durante todo el Cuaternario hubo cambios climáticos sucesivos que afectaron a la fauna villafranquiense, extinguiéndose
y siendo sustituidas por fauna galeriense al sur de
Europa y cromerienses al norte, los cuales duran
ϐ Ǥ H.
sapiens sapiens a Europa se extinguiría gran cantidad de megafauna sin ser restituidas por otra.
Llegados a este punto en el que se ha hablado
de la extinción de la megafauna Martínez Navaǡ ϐ
este gran grupo, considera el quinto capítulo para
pensar en una nueva cuestión. ¿Forman parte los
×ϐ
×ǫ
mucho tiempo se han ido extinguiendo diferentes
À ϐǡ
pérdida para la biodiversidad. Este suceso ocurrido desde el Pleistoceno tardío y el Holoceno
Dz ×dzǡ ±
de biodiversidad se sucedieron desde antes en la
fauna marina, fauna de aguas cálidas, especies teǡ ϐ ǡ ǡ Ǥ ǡ ϐ
estos pueden llegar a producir, como la erupción
ͳͺͺ͵ǡ mente en la isla de La Palma sin ir más lejos, como
episodios que afectan directamente a gran parte
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hace 40 mil años entró en erupción un volcán en
Nápoles llamado Ignimbrita Campana y éste pudo
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haber sido el causante de la extinción, no solo de
ϐǡ±
los neandertales, ya que provocaría una crisis climática mundial originando extinciones masivas.
Otras causas que pueden provocar una extinción
masiva son la caída de meteoritos, como ocurrió
con los dinosaurios, siendo para el autor una posible causa para la extinción de la fauna villafranquiense por la asiduidad de impactos de meteoritos sobre la tierra durante el Pleistoceno inferior.
Lo que parece claro es que todas las extinciones
Ȁ ǡ
producido por actividades geológicas (terremotos
y volcanes) o por meteoritos. Sin embargo, aunque
el autor plantee estas posibilidades, no existen indicios de alguna de estas causas ocurriesen hace
40 mil años, causando la extinción de los neandertales.
Una vez que conocemos diferentes causas de
extinción de una especie por factores naturales el
sexto capítulo plantea al H. sapiens sapiens como
causa de extinción directa de los neandertales. El
H. sapiens sapiens ha supuesto siempre un problema para subsistencia de otras especies durante
su dispersión y colonización por Eurasia, aunque
atrasarían su expansión por el continente por la
competencia con los neandertales y, según dicen
también otros investigadores, por esa erupción
del Ignimbrita Campana que tuvo lugar en su viaje
hace 40 mil años y que se hizo notar en otros lugares del mundo. El H. sapiens sapiens requiere de
unos requisitos para su dispersión, y si dispone de
todos ellos la dispersión será rápida y favorable.
Esto debería de darse también en otras especies,
aunque como es sabido existe un desfase temporal entre Dmanisi y Orce de 400 mil años que
aún no tiene una explicación clara. Además, estar
Dz dz ×
dispersión rápida, siendo un ejemplo de ello los
humanos portadores de industria Olduwayense
que se dispersaron por Eurasia más rápido que los
humanos portadores de industria Achelense. Martínez Navarro plantea que los primero en llegar a
Eurasia estaban solos, y los segundos tuvieron que
exterminar a los que habitaban allí a su llegada, retrasando su expansión. ¿Pero esto ocurrió también
con la llegada del H. sapiens sapiens ǫ
sapiens parece que al dispersarse va colonizando
por su paso y en su camino se encontrarían primero con los denisovanos, y los erectus para posteriormente encontrarse con los neandertales.
Según el autor, esto desembocaría en una guerra
que acabarían ganando los sapiens, quienes exterminaron a los neandertales. La necesidad de
esta guerra sería por la competencia sobre la adquisición de recursos como carne y vegetales. La
explicación que da a la victoria por parte del H. sapiens sapiens es que eran más rápidos, ligeros, con
tecnología más avanzada, más estrategia de caza,
frente a los neandertales que no tendrían esas habilidades y su industria no habría evolucionado en
300 mil años. Sin embargo, los últimos estudios
proponen que los neandertales dominaban estrategias de caza mayor y rápida, y que conocían bien
el territorio que dominaban. Además, el hecho de
no avanzar tecnológicamente no implica necesariamente inferioridad, deberíamos de preguntarnos: ¿no desarrollaron su industria por falta de
habilidades cognitivas, o no la desarrollaron sim Àǫtales, y como bien indica el autor, desarrollan la industria lítica en sus últimos años tras los primeros
contactos con los sapiens. La llegada de esta nueva
especie que ponía en peligro su existencia si pudo
× ϐ diesen innovar para no perder los recursos. Si por
algo nos caracterizamos también como especie es
que creamos y desarrollamos nuevos recursos sin
necesitarlos realmente, al igual que podemos beber sin tener sed. Los neandertales tal vez tuvieron una postura más económica que nosotros, de
hecho, ellos no fueron los culpables de extinguir
a la mayor parte de la megafauna. Sin embargo, el
ϐ
por la superioridad total y absoluta del H. sapiens
sapiens sobre los el H. neanderthalensis. Otras consideraciones que se nos podrían venir a la mente, como decía el autor al principio de su obra, los
neandertales podrían pasar hoy desapercibidos
entre nosotros. Si eso ocurriese así hoy, ¿Por qué
ǫǬ
conscientes de que tenían ante sí una especie difeǫǬ × ǫ
neandertales fueron interpretados en un primer
momento como individuos anatómicamente modernos pero con deformidades por causas desconocidas atribuidas a alguna enfermedad. Podemos
ϐ ±
agresivo. Los neandertales convivieron con otras
especies antes de la llegada del H. sapiens sapiens,
Ǭ ± ϐ
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con estas otras especies en algún encuentro fortuiǫǡ
suceso, pero tampoco existen registros arqueológicos que registren violencia entre bandas sapiens
Ǥ ϐ×
capítulo en el que, además de estos temas debatidos hasta ahora, se plantea que la longevidad del
H. sapiens sapiens, superior a la del neandertal,
también pudo haber sido un punto a favor para su
superioridad. Sobre esto, explica la necesidad de
que los animales más grandes viven más años, en
ǡ ϐ±
vienen desde nuestros parientes primates. Además, medita sobre el canibalismo, documentado
en diferentes yacimientos y especies, y en si los
neandertales pudieron haber sido presas cinegéticamente rentables para los sapiens. Dando una
explicación sobre el funcionamiento del metabolismo en diferentes especies concluye en lo que,
por lógica, ya hubiese alcanzado el lector, y es un
rotundo no. La historia que quiere transmitir el
autor en este capítulo es que el H. sapiens sapiens
iba colonizando por donde pasaba, asesinando a
los grupos neandertales que se encontraban su
camino. La hibridación que hubo entre ambas especies, que se comentó en el cuarto capítulo, parece que tiene su explicación en esta guerra entre
grupos para el autor. Así, propone una arriesgada
hipótesis en la que el H. sapiens sapiens, tras derrotar a los neandertales en una encarnizada, obtenían como botín a las mujeres, y ahí se produce
el cruce del genoma neandertal con los sapiens.
Volveríamos atrás nuevamente para incluir en este
capítulo el suceso de la Ignimbrita Campana, ese
volcán que entró en erupción hace 40 mil años.
Durante periodo de actividad, el volcán esparciría
gases y cenizas por todo el Mediterráneo oriental,
provocando la desaparición de muchas especies y
problemas respiratorios en los grupos humanos
que se encontrasen próximos al territorio afectaǤϐÀ±ǡ
retrocediendo hacia la zona occidental, muriendo
muchos grupos de esta especie y dejando vía libre
al sapiens en su conquista por Europa tras el suceso. Sin embargo, el autor no termina de aceptar
ϐte en la desaparición de los neandertales.
El último capítulo, antes de las conclusiones
ϐǡ ǣǬ±
±ǫ H.
sapiens sapiens À ϐ
206
multiplicaría además de aumentar el arte mueble
e inmueble y las manifestaciones de arte parietal.
Este momento se caracteriza por un clima frío, en
el que estos humanos anatómicamente modernos
tuvieron que enfrentarse al último gran glaciar.
Dominaron el territorio sin competidores, pudiendo rentabilizar la gran biodiversidad biológica que
había, explotando la megafauna hasta la extinción
de muchas especies. Este periodo es básicamente el momento en el que el sapiens, como si de un
virus se tratase, fue extinguiendo muchas de las
especies que habitaban en la Tierra como el rinoceronte y el mamut, además de otras especies carnívoras. Esto no solo ocurriría en Europa, sino que
se expandirían por Australia y América siguiendo
posiblemente a sus presas. Al caso de la extinción
de la megafauna en América le dedica más líneas
ya que estudió acerca de este suceso durante su
etapa como director de tesis de Karina Vanessa Chichkoyán, quién investigó la extinción de la
fauna sudamericana. Por otro lado, este fenómeno de extinción no ocurrió en África, y esto parece
que pudo deberse a los diferentes espacios en los
que habitaban los grupos humanos con respecto a
muchas de las especies que se encontraban en el
interior de la selva. Además, parece que existen
ϐ
permanencia de muchas especies en África y los
fondos marinos, manteniendo a raya de alguna
Ǥ Àϐza con una serie de observaciones sobre el cambio
climático actual y el deterioro de los ecosistemas
marinos y terrestres debido a la acción antrópica
del hombre en esos ecosistemas, y sobre aspectos
más actuales, haciendo especial valoración en la
actual crisis sanitaria que vive todo el mundo por
el Covid-19 a relación de la aparición de enfermedades por la sedentarización de los grupos humanos.
Martínez Navarro cierra su obra con un capítuϐϐtados que ha obtenido. El H. sapiens sapiens ha ido
extinguiendo la vida de muchas especies faunísticas a su paso, entre ellas, la del H. neanderthalensis, en un proceso de conquista de todo el territorio
que pudieron abarcar para abastecer a un grupo
que cada vez era más grande y requería más recursos. La velocidad de reproducción de las especies
que cazaban era inferior a la velocidad y necesidad con la que consumían los sapiens a sus presas.
Concluye, además, con que fue necesario que el H.
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sapiens sapiens extinguiese a los neandertales y al
resto de los homínidos que habitaban el planeta
ya que no podían permitirse tener competidores
directos, obteniendo, como comentó anteriormente, mujeres neandertales como botín de guerra y
provocando así la aparición del gen neandertal en
nuestro ADN. Parece que la extinción de la megafauna fue necesaria para asegurar la supervivencia
de un grupo al tratarse de la fuente de energía imprescindible para el H. sapiens sapiens. La caza indiscriminada aumentaría en momentos de climas
fríos en los que las plantas no podían crecer y, por
lógica, rentaba más aunar esfuerzo en cazar una
presa grande antes que dos o tres presas de menor tamaño. Una vez ocupado el territorio y tras
haber acabado con los recursos que ofrecía la megafauna se abriría el camino hacia la agricultura y
la domesticación de las especies, iniciando asi el
periodo Neolítico.
En general, hemos podido ver muchas ideas e
hipótesis que el autor nos plantea en cada una de
ϐ go del libro. La obra ha resultado ser una buena
recopilación de las diferentes hipótesis y teorías
que existen sobre la extinción de los neandertales, aportándose planteamientos tan nuevos como
arriesgados. Por otro lado, hay algunas preguntas
que realiza a lo largo del libro que quedan sin resolver, dejando claro que el tema no está resuelto y
aún es necesario realizar más estudios. Queda evidente, y Bienvenido Martínez lo comenta al principio de la obra, que el debate sobre la extinción
neandertal es un tema muy complejo que además
posee pocos datos. La idea de una guerra entre el H.
neanderthalensis y el H. sapiens sapiens bien pudo
ǡÀϐ
× Dz
salida fácil al problema”. No creo que podamos negar nunca que el encuentro entre ambas especies
Àϐ res, pero tampoco creo que podamos asegurar que
fuese un hecho generalizado.
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