Ara Norenzayan

Comúnmente se asume que la descreencia en Dios es el resultado, inequívoco y exclusivo, del análisis lógico-racional, en contraposición a la creencia en Dios, que se asume como asociada a las emociones, el aprendizaje, la imitación sociocultural, y la intuición. Como muchas asunciones inmediatas, que no han sido contrastadas científicamente, esto es un error. En este artículo se exponen recientes investigaciones sobre la composición cognitiva de la descreencia en Dios, que convergen en mostrar que (de manera muy similar a la creencia en Dios), la irreligiosidad, el agnosticismo, y el ateísmo, también dependen de la imitación sociocultural y las emociones, que éstas pueden ser más relevantes que la iluminación lógico-racional, y que, incluso, la propia creencia en Dios y el pensamiento mágico, pueden esconderse inconscientemente en una persona que verbalmente se autodeclara atea.

Esta tercera parte pretende complementar las dos anteriores. En la segunda parte se sugirió una base neurobiológica del pensamiento mágico asociada a la respuesta de estrés, y aquí se propone la existencia de un módulo de vigilancia agentiva, como aspecto evolutivo y fundacional de la prosocialidad humana. Entre tanto, no se encontró que la religión sea la causa de su promoción, y, habiendo mostrado en las dos primeras partes de este extenso ensayo la ambigüedad de los aspectos genéticos aparentemente asociados a la religión, aquí ya es concluyente que la religión no es adaptativa biológicamente. Luego, la vigilancia agentiva se denomina vigilancia sobrenatural, por dos razones. Primero, el mecanismo neural subyacente forma parte del sistema de atribución de agencia y se considera que las caracterizaciones de ‘agentividad’, ‘mentalismo’, ‘mente inmaterial’ y ‘pensamiento mágico’ son intercambiables con ‘sobrenatural’. Segundo, porque en vista de ese mecanismo se aborda la propuesta de Dominic Johnson de que la vigilancia y el castigo sobrenatural, más efectivo que los de cualquier otro tipo, es la clave del éxito de los grandes dioses moralizadores y la cohesión social. Se encuentra que el crecimiento de los grupos sociales durante la evolución condicionó el surgimiento de tal módulo para mantener la cohesión social, y que esto hace que subproductos culturales como el dios moralizante y la propia prosocialidad religiosa o secular funcionen. Se discute que la atribución de agencia es un algoritmo computacional en una jerarquía dinámica neuro-cultural, que integra los vínculos del pensamiento mágico con el afrontamiento del estrés y de la vigilancia sobrenatural con la prosocialidad. Esta es la naturaleza humana: mágica.

In this MA thesis I outline a mapping of the so-called Cognitive Science of Religion (CSR), by focusing on the works of three scholars: Stewart Guthrie, Pascal Boyer, and Ara Norenzayan. Despite the differences and the divergences among them, these authors are linked by the aim of exploring the evolved cognitive kit that might explain the prevalence of certain religious ideas and practices the world over.
The humankind started to think about the existence of some sort of supernatural agent a long time ago – during the Upper Palaeolithic, following the archaeological reconstruction by Steven Mithen. Moreover, it has done so continuatively in history and in every corner of the globe. This fairly puzzling fact has been deepened by many different thinkers, each of whom has so far delved into his/her own field of research. From the 1980s, ahead of Edward Wilson’s attitude of consilience, more and more theorists have begun to realize the need to braid those perspectives in order to clarify such a complex phenomenon as religion.

This post-review discusses the reception of Ara Norenzayan’s Big Gods: How Religion Transformed Cooperation and Conflict (2013) by zooming in on two review symposia for the book — one in Religion (2014), the other in Religion, Brain and Behavior (2014). The symposia ran parallel to one another, and both have resulted in the publication of ten reviews plus one commentary. The post-review discusses a selection of topics raised, including some underlying key premises, similarities with the Supernatural Punishment Hypothesis, the evidence presented, its cultural evolution framework, its conceptualization of “religion,” prosociality versus obedience, and whether “Big Gods” are really just “Abrahamic gods” rewrapped.