La consideración convencional de las finanzas públicas supone un comportamiento similar entre las variables de una economía doméstica o individual y las de la macroeconomía. En cambio, la visión de las finanzas de acuerdo a su... more
La consideración convencional de las finanzas públicas supone un comportamiento similar entre las variables de una economía doméstica o individual y las de la macroeconomía. En cambio, la visión de las finanzas de acuerdo a su funcionalidad respecto de la macro muestra que los déficits o superávits son instrumentos para obtener otros objetivos macroeconómicos y nunca un objetivo en sí mismo. En términos de moneda doméstica, las deudas del Estado nunca representan una situación de quiebre, como sí sucede con la deuda en divisas, y por lo tanto el endeudamiento del Estado en moneda doméstica no representa un problema aún creciendo en déficit fiscal. La única traba al crecimiento es la restricción externa, la falta de divisas, y no la de moneda doméstica donde el propio Estado es su emisor (cartalismo). Las finanzas funcionales –entendidas como la actividad del gasto público para obtener pleno empleo de recursos y al mismo tiempo inflación baja– se encuentran limitadas en su formulación original por la restricción externa. En otras palabras, el enfoque de finanzas funcionales –originalmente pensado por Abba Lerner para obtener, con un manejo expansivo de la demanda y de la política fiscal, objetivos de un alto crecimiento y del “pleno empleo” en países de centro– se ve modificado para las condiciones particulares de una economía pequeña y abierta, porque antes se requiere generar las condiciones de alivio de la restricción externa para ese “manejo expansivo de la demanda”. Por lo tanto, eso implica que se deben reorientar los objetivos de la política fiscal con tal de desplazar la restricción externa al crecimiento.