Transicional
0 Followers
Recent papers in Transicional
Resumen Una de las tendencias más notables de las últimas décadas en el campo de la justicia transicional –el ajuste de cuentas colectivo con los legados de violación de los derechos humanos después de dictaduras o conflictos violentos–... more
Resumen
Una de las tendencias más notables de las últimas décadas en el campo de la justicia
transicional –el ajuste de cuentas colectivo con los legados de violación de los derechos
humanos después de dictaduras o conflictos violentos– es, sin duda, el auge de las llamadas
“comisiones de la verdad”. Con la creciente inversión política en comisiones de la
verdad, y con la celebración de la verdad histórica a nivel mundial, la historia se ha trasladado
al centro de la escena de la gestión ético-política del pasado colectivo. Sin embargo,
este enfoque en la historia está lejos de ser una virtud obvia y plantea una pregunta
simple pero importante: ¿por qué Estados que emergen de un periodo de violencia en los
últimos tiempos han recurrido a la historia con el fin de alcanzar la unidad nacional y la
reconciliación? La respuesta a esta pregunta, propondré, debe buscarse en la relación de
la historia con una determinada “política del tiempo”. En lugar de interpretar la política de
transición en términos de una oposición entre el recuerdo y el olvido, como es costumbre,
mostraré que el campo actual de la justicia transicional representa un espacio de disputa
para dos maneras contrastantes de recordar que se fundamentan en características
temporales opuestas. Las comisiones de la verdad no se apropian de cualquier clase de
recuerdo al azar, sino que apelan específicamente a la historia o, más exactamente, a cierto
discurso de la historia. Una vez introducido en el campo de la justicia transicional, este
discurso de la historia tiende a entrar en conflicto con la memoria o, más exactamente,
con cierto tipo de memoria. La historia, sostengo, se introduce en el campo de la justicia
transicional no a pesar de una memoria ya superabundante, sino a causa de ella; y el conflicto
entre ambas se centra en diferentes concepciones del tiempo y de la relación entre
el pasado y el presente. Utilizaré ejemplos de la Comisión Sudafricana para la Verdad y
Reconciliación y de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Sierra Leona.
}
Abstract
One of the most remarkable trends of the past decades in the field of transitional justice is
undoubtedly the rise of the so-called ‘truth commissions’. With the increasing political investment
in truth commissions, and with a worldwide celebration of historical truth, history
has moved to centre stage in the ethico-political management of the past. However this
focus on history is far from a self-evident virtue and raises a simple but important question:
why recently have states which have come out of a period of violence turned to history
in order to attain national unity and reconciliation? The answer to this question, I argue,
must be sought in history’s relation to a specific ‘politics of time’. Instead of interpreting
transitional politics in terms of an opposition between remembering and forgetting, as is
often done, I will show that the current field of transitional justice is an arena for two conflicting
ways of remembering which are driven by contrary temporal features. Truth commissions
do not appropriate any kind of remembrance, at random, but specifically turn to
history, or, more accurately, to a certain discourse of history. Once introduced into the field
of transitional justice, this discourse of history tends to conflict with memory, or, more accurately,
with a certain kind of memory. History, I claim, is introduced into the field of transitional
justice not despite an already overabundant memory but because of it; and the conflict
between the two is centred on different conceptions of time and different conceptions of
the relation between past and present. Throughout this paper we will use illustrations from
the South African and Sierra Leonean Truth and Reconciliation Commissions.
Resumo
Uma das tendenciais mais notáveis das últimas décadas no campo da justiça transicional
–o ajuste de contas coletivo com os legados de violação dos direitos humanos depois das
ditaduras ou conflitos violentos– é, sim duvida, o crescimento das chamadas “comissões
da verdade”. Com a crescente inversão políticas em comissões da verdade, e com a celebração
da verdade histórica ao nível mundial, a história se tem transferida ao centro da cena
da gestão ético-política do passado coletivo. Porém, este enfoque na história está longe de
ser uma virtude óbvia e coloca uma questão simples, mas importante: Por quê os Estados
que emergem dum período de violência nos últimos tempos têm recorrido á história com
o fim de conseguir a unidade nacional e a reconciliação? A resposta a esta pergunta, eu
proponho, tem que procurar-se na relação da história com certa “política do tempo”. Em
lugar de interpretar a política de transição em termos duma oposição entre a lembrança e o
esquecimento, como é costume, eu vou mostrar que o campo atual da justiça transicional
representa um espaço de controvérsia para duas maneiras contrastantes de lembrar que
se fundamentam em características temporais opostas. As comissões da verdade não se
apropriam de qualquer de lembrança, mas são referidas mais exatamente á historia ou á
certo discurso da história. Uma vez introduzido no campo da justiça transicional, este discurso
da história tende á entrar em conflito com a memória ou, mais exatamente, com certo
tipo de memória. A história, eu prendo, se introduze no campo da justiça transicional não
apesar duma memória já superabundante, mas por causa dela; e o conflito entre as duas
concentrando-se em diferentes concepções do tempo e da relação entre o passado e o
presente. Eu vou usar exemplos da Comissão Sul africana para a Verdade e Reconciliação
e da Comissão da Verdade e Reconciliação do Serra Leoa.
Una de las tendencias más notables de las últimas décadas en el campo de la justicia
transicional –el ajuste de cuentas colectivo con los legados de violación de los derechos
humanos después de dictaduras o conflictos violentos– es, sin duda, el auge de las llamadas
“comisiones de la verdad”. Con la creciente inversión política en comisiones de la
verdad, y con la celebración de la verdad histórica a nivel mundial, la historia se ha trasladado
al centro de la escena de la gestión ético-política del pasado colectivo. Sin embargo,
este enfoque en la historia está lejos de ser una virtud obvia y plantea una pregunta
simple pero importante: ¿por qué Estados que emergen de un periodo de violencia en los
últimos tiempos han recurrido a la historia con el fin de alcanzar la unidad nacional y la
reconciliación? La respuesta a esta pregunta, propondré, debe buscarse en la relación de
la historia con una determinada “política del tiempo”. En lugar de interpretar la política de
transición en términos de una oposición entre el recuerdo y el olvido, como es costumbre,
mostraré que el campo actual de la justicia transicional representa un espacio de disputa
para dos maneras contrastantes de recordar que se fundamentan en características
temporales opuestas. Las comisiones de la verdad no se apropian de cualquier clase de
recuerdo al azar, sino que apelan específicamente a la historia o, más exactamente, a cierto
discurso de la historia. Una vez introducido en el campo de la justicia transicional, este
discurso de la historia tiende a entrar en conflicto con la memoria o, más exactamente,
con cierto tipo de memoria. La historia, sostengo, se introduce en el campo de la justicia
transicional no a pesar de una memoria ya superabundante, sino a causa de ella; y el conflicto
entre ambas se centra en diferentes concepciones del tiempo y de la relación entre
el pasado y el presente. Utilizaré ejemplos de la Comisión Sudafricana para la Verdad y
Reconciliación y de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Sierra Leona.
}
Abstract
One of the most remarkable trends of the past decades in the field of transitional justice is
undoubtedly the rise of the so-called ‘truth commissions’. With the increasing political investment
in truth commissions, and with a worldwide celebration of historical truth, history
has moved to centre stage in the ethico-political management of the past. However this
focus on history is far from a self-evident virtue and raises a simple but important question:
why recently have states which have come out of a period of violence turned to history
in order to attain national unity and reconciliation? The answer to this question, I argue,
must be sought in history’s relation to a specific ‘politics of time’. Instead of interpreting
transitional politics in terms of an opposition between remembering and forgetting, as is
often done, I will show that the current field of transitional justice is an arena for two conflicting
ways of remembering which are driven by contrary temporal features. Truth commissions
do not appropriate any kind of remembrance, at random, but specifically turn to
history, or, more accurately, to a certain discourse of history. Once introduced into the field
of transitional justice, this discourse of history tends to conflict with memory, or, more accurately,
with a certain kind of memory. History, I claim, is introduced into the field of transitional
justice not despite an already overabundant memory but because of it; and the conflict
between the two is centred on different conceptions of time and different conceptions of
the relation between past and present. Throughout this paper we will use illustrations from
the South African and Sierra Leonean Truth and Reconciliation Commissions.
Resumo
Uma das tendenciais mais notáveis das últimas décadas no campo da justiça transicional
–o ajuste de contas coletivo com os legados de violação dos direitos humanos depois das
ditaduras ou conflitos violentos– é, sim duvida, o crescimento das chamadas “comissões
da verdade”. Com a crescente inversão políticas em comissões da verdade, e com a celebração
da verdade histórica ao nível mundial, a história se tem transferida ao centro da cena
da gestão ético-política do passado coletivo. Porém, este enfoque na história está longe de
ser uma virtude óbvia e coloca uma questão simples, mas importante: Por quê os Estados
que emergem dum período de violência nos últimos tempos têm recorrido á história com
o fim de conseguir a unidade nacional e a reconciliação? A resposta a esta pergunta, eu
proponho, tem que procurar-se na relação da história com certa “política do tempo”. Em
lugar de interpretar a política de transição em termos duma oposição entre a lembrança e o
esquecimento, como é costume, eu vou mostrar que o campo atual da justiça transicional
representa um espaço de controvérsia para duas maneiras contrastantes de lembrar que
se fundamentam em características temporais opostas. As comissões da verdade não se
apropriam de qualquer de lembrança, mas são referidas mais exatamente á historia ou á
certo discurso da história. Uma vez introduzido no campo da justiça transicional, este discurso
da história tende á entrar em conflito com a memória ou, mais exatamente, com certo
tipo de memória. A história, eu prendo, se introduze no campo da justiça transicional não
apesar duma memória já superabundante, mas por causa dela; e o conflito entre as duas
concentrando-se em diferentes concepções do tempo e da relação entre o passado e o
presente. Eu vou usar exemplos da Comissão Sul africana para a Verdade e Reconciliação
e da Comissão da Verdade e Reconciliação do Serra Leoa.
Resumen Una de las tendencias más notables de las últimas décadas en el campo de la justicia transicional -el ajuste de cuentas colectivo con los legados de violación de los derechos humanos después de dictaduras o conflictos violentos-... more
Resumen
Una de las tendencias más notables de las últimas décadas en el campo de la justicia transicional -el ajuste de cuentas colectivo con los legados de violación de los derechos humanos después de dictaduras o conflictos violentos- es, sin duda, el auge de las llamadas "comisiones de la verdad". Con la creciente inversión política en comisiones de la verdad, y con la celebración de la verdad histórica a nivel mundial, la historia se ha trasladado al centro de la escena de la gestión ético-política del pasado colectivo. Sin embargo, este enfoque en la historia está lejos de ser una virtud obvia y plantea una pregunta simple pero importante: ¿por qué Estados que emergen de un periodo de violencia en los últimos tiempos han recurrido a la historia con el fin de alcanzar la unidad nacional y la reconciliación? La respuesta a esta pregunta, propondré, debe buscarse en la relación de la historia con una determinada "política del tiempo". En lugar de interpretar la política de transición en términos de una oposición entre el recuerdo y el olvido, como es costumbre, mostraré que el campo actual de la justicia transicional representa un espacio de disputa para dos maneras contrastantes de recordar que se fundamentan en características temporales opuestas. Las comisiones de la verdad no se apropian de cualquier clase de recuerdo al azar, sino que apelan específicamente a la historia o, más exactamente, a cierto discurso de la historia. Una vez introducido en el campo de la justicia transicional, este discurso de la historia tiende a entrar en conflicto con la memoria o, más exactamente, con cierto tipo de memoria. La historia, sostengo, se introduce en el campo de la justicia transicional no a pesar de una memoria ya superabundante, sino a causa de ella; y el conflicto entre ambas se centra en diferentes concepciones del tiempo y de la relación entre el pasado y el presente. Utilizaré ejemplos de la Comisión Sudafricana para la Verdad y Reconciliación y de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Sierra Leona.
Abstract
One of the most remarkable trends of the past decades in the field of transitional justice is undoubtedly the rise of the so-called 'truth commissions'. With the increasing political investment in truth commissions, and with a worldwide celebration of historical truth, history has moved to centre stage in the ethico-political management of the past. However this focus on history is far from a self-evident virtue and raises a simple but important question: why recently have states which have come out of a period of violence turned to history in order to attain national unity and reconciliation? The answer to this question, I argue, must be sought in history's relation to a specific 'politics of time'. Instead of interpreting transitional politics in terms of an opposition between remembering and forgetting, as is often done, I will show that the current field of transitional justice is an arena for two conflicting ways of remembering which are driven by contrary temporal features. Truth commissions do not appropriate any kind of remembrance, at random, but specifically turn to history, or, more accurately, to a certain discourse of history. Once introduced into the field of transitional justice, this discourse of history tends to conflict with memory, or, more accurately, with a certain kind of memory. History, I claim, is introduced into the field of transitional justice not despite an already overabundant memory but because of it; and the conflict between the two is centred on different conceptions of time and different conceptions of the relation between past and present. Throughout this paper we will use illustrations from the South African and Sierra Leonean Truth and Reconciliation Commissions.
Resumo
Uma das tendenciais mais notáveis das últimas décadas no campo da justiça transicional -o ajuste de contas coletivo com os legados de violação dos direitos humanos depois das ditaduras ou conflitos violentos- é, sim duvida, o crescimento das chamadas "comissões da verdade". Com a crescente inversão políticas em comissões da verdade, e com a celebração da verdade histórica ao nível mundial, a história se tem transferida ao centro da cena da gestão ético-política do passado coletivo. Porém, este enfoque na história está longe de ser uma virtude óbvia e coloca uma questão simples, mas importante: Por quê os Estados que emergem dum período de violência nos últimos tempos têm recorrido á história com o fim de conseguir a unidade nacional e a reconciliação? A resposta a esta pergunta, eu proponho, tem que procurar-se na relação da história com certa "política do tempo". Em lugar de interpretar a política de transição em termos duma oposição entre a lembrança e o esquecimento, como é costume, eu vou mostrar que o campo atual da justiça transicional representa um espaço de controvérsia para duas maneiras contrastantes de lembra se fundamentam em características temporais opostas. As comissões da verdade não se apropriam de qualquer de lembrança, mas são referidas mais exatamente á historia ou á certo discurso da história. Uma vez introduzido no campo da justiça transicional, este discurso da história tende á entrar em conflito com a memória ou, mais exatamente, com certo tipo de memória. A história, eu prendo, se introduze no campo da justiça transicional não apesar duma memória já superabundante, mas por causa dela; e o conflito entre as duas concentrando-se em diferentes concepções do tempo e da relação entre o passado e presente. Eu vou usar exemplos da Comissão Sul africana para a Verdade e Reconciliação e da Comissão da Verdade e Reconciliação do Serra Leona.
Una de las tendencias más notables de las últimas décadas en el campo de la justicia transicional -el ajuste de cuentas colectivo con los legados de violación de los derechos humanos después de dictaduras o conflictos violentos- es, sin duda, el auge de las llamadas "comisiones de la verdad". Con la creciente inversión política en comisiones de la verdad, y con la celebración de la verdad histórica a nivel mundial, la historia se ha trasladado al centro de la escena de la gestión ético-política del pasado colectivo. Sin embargo, este enfoque en la historia está lejos de ser una virtud obvia y plantea una pregunta simple pero importante: ¿por qué Estados que emergen de un periodo de violencia en los últimos tiempos han recurrido a la historia con el fin de alcanzar la unidad nacional y la reconciliación? La respuesta a esta pregunta, propondré, debe buscarse en la relación de la historia con una determinada "política del tiempo". En lugar de interpretar la política de transición en términos de una oposición entre el recuerdo y el olvido, como es costumbre, mostraré que el campo actual de la justicia transicional representa un espacio de disputa para dos maneras contrastantes de recordar que se fundamentan en características temporales opuestas. Las comisiones de la verdad no se apropian de cualquier clase de recuerdo al azar, sino que apelan específicamente a la historia o, más exactamente, a cierto discurso de la historia. Una vez introducido en el campo de la justicia transicional, este discurso de la historia tiende a entrar en conflicto con la memoria o, más exactamente, con cierto tipo de memoria. La historia, sostengo, se introduce en el campo de la justicia transicional no a pesar de una memoria ya superabundante, sino a causa de ella; y el conflicto entre ambas se centra en diferentes concepciones del tiempo y de la relación entre el pasado y el presente. Utilizaré ejemplos de la Comisión Sudafricana para la Verdad y Reconciliación y de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Sierra Leona.
Abstract
One of the most remarkable trends of the past decades in the field of transitional justice is undoubtedly the rise of the so-called 'truth commissions'. With the increasing political investment in truth commissions, and with a worldwide celebration of historical truth, history has moved to centre stage in the ethico-political management of the past. However this focus on history is far from a self-evident virtue and raises a simple but important question: why recently have states which have come out of a period of violence turned to history in order to attain national unity and reconciliation? The answer to this question, I argue, must be sought in history's relation to a specific 'politics of time'. Instead of interpreting transitional politics in terms of an opposition between remembering and forgetting, as is often done, I will show that the current field of transitional justice is an arena for two conflicting ways of remembering which are driven by contrary temporal features. Truth commissions do not appropriate any kind of remembrance, at random, but specifically turn to history, or, more accurately, to a certain discourse of history. Once introduced into the field of transitional justice, this discourse of history tends to conflict with memory, or, more accurately, with a certain kind of memory. History, I claim, is introduced into the field of transitional justice not despite an already overabundant memory but because of it; and the conflict between the two is centred on different conceptions of time and different conceptions of the relation between past and present. Throughout this paper we will use illustrations from the South African and Sierra Leonean Truth and Reconciliation Commissions.
Resumo
Uma das tendenciais mais notáveis das últimas décadas no campo da justiça transicional -o ajuste de contas coletivo com os legados de violação dos direitos humanos depois das ditaduras ou conflitos violentos- é, sim duvida, o crescimento das chamadas "comissões da verdade". Com a crescente inversão políticas em comissões da verdade, e com a celebração da verdade histórica ao nível mundial, a história se tem transferida ao centro da cena da gestão ético-política do passado coletivo. Porém, este enfoque na história está longe de ser uma virtude óbvia e coloca uma questão simples, mas importante: Por quê os Estados que emergem dum período de violência nos últimos tempos têm recorrido á história com o fim de conseguir a unidade nacional e a reconciliação? A resposta a esta pergunta, eu proponho, tem que procurar-se na relação da história com certa "política do tempo". Em lugar de interpretar a política de transição em termos duma oposição entre a lembrança e o esquecimento, como é costume, eu vou mostrar que o campo atual da justiça transicional representa um espaço de controvérsia para duas maneiras contrastantes de lembra se fundamentam em características temporais opostas. As comissões da verdade não se apropriam de qualquer de lembrança, mas são referidas mais exatamente á historia ou á certo discurso da história. Uma vez introduzido no campo da justiça transicional, este discurso da história tende á entrar em conflito com a memória ou, mais exatamente, com certo tipo de memória. A história, eu prendo, se introduze no campo da justiça transicional não apesar duma memória já superabundante, mas por causa dela; e o conflito entre as duas concentrando-se em diferentes concepções do tempo e da relação entre o passado e presente. Eu vou usar exemplos da Comissão Sul africana para a Verdade e Reconciliação e da Comissão da Verdade e Reconciliação do Serra Leona.