SIN LÍMITES
VOLUNTAD DE HIERRO
¿Por qué alguien en su sano juicio decide participar en un Ironman? Me evitaré los improperios, pero te confesaré que eso es precisamente lo que me estoy preguntando 24 horas antes de embarcarme en mi primer Ironman.
Son las 7 de la mañana y estoy tumbado en una cama de un hotel de Copenhague mirando abrumado mi bicicleta Specialized Tarmac SL7. Mi cabeza está dispersa y mi cuerpo acusa cansancio. Llevo descansando desde que reduje mi entreno, pero, aun así, estoy agobiado y no consigo dar tregua a mi subconsciente, que no deja de bombardearme con “y si…”. Mis dudas van desde el entendible “¿y si no ingiero las calorías suficientes antes de la carrera?” hasta el “¿y si pincho?”, ante lo que no puedo hacer nada. Y, por supuesto, también me angustio con el “¿y si tomo demasiados líquidos y acabo descalificado por orinar donde no debo?”.
“NO HE ESTADO TAN NERVIOSO NI CUANDO NACIÓ MI PRIMER HIJO”
No he estado tan nervioso ni cuando nació mi primer
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