Cárceles de invención
Por Fernando de León
5/5
()
Información de este libro electrónico
Fernando de León
Fernando de León (1971), escritor mexicano natural de Guadalajara, Jalisco, ciudad donde realizó sus estudios universitarios en la Facultad de Letras. Este narrador y ensayista, cuyos trabajos han sido públicamente reconocidos con numerosos premios, es autor de títulos como: La estatua sensible, La obscuridad terrenal (Viento Norte, 2001), La sana teoría (Editorial Estruendomudo, Lima, Perú. 2006), Apuntes para una novísima arquitectura (Berenice, España, 2007). La novela Historia de lo fijo y lo volátil (conaculta, El Guardagujas, 2010), y el libro de cuentos Mudo espío (Libros Magenta, Narradores de la Ciudad, 2011), son sus más recientes libros. Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. También fue fundador y subdirector de la revista El Zahir (1992-2001). Editor de la revista Luvina (2004-2008). Jefe de Redacción del periódico cultural La Manzana Arte & Psique (2005-2009). Y coordinador de diversos talleres de escritura autobiográfica o de cuentos.
Relacionado con Cárceles de invención
Libros electrónicos relacionados
La ciudad muerta: Por qué no me casé con Francinette Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesQuién te escribía, Cervantes, dime quién era Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl don de Vorace: Novela psicológica Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La aventura: Antología poética Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl cisne de Vilamorta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLibro Albedrío Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Dios de los Jilgueros Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl jardín de las vestales Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El final de Norma Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl viaje Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cartas a Poseidón Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Tú, el supremo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAntes que los labios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAntología previa al Big Bang Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRécord de permanencia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesProsas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDel otro lado, mi vida Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMelilla sin alambradas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAlas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMalgenio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMi vida en la penumbra Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObras Maestras de H.P. Lovecraft: Recopilación exclusiva Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Transa poética Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPoemas en prosa: El spleen de Paris Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesConteo regresivo. Antología poética de jóvenes tuneros Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObelisco del Hereje Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSolo de voz en La Habana Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa Invención De Morel Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Historia. Historias Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Obras escogidas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Clásicos para niños para usted
Mujercitas: Edición Juvenil Ilustrada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos infantiles: Cuentos para niños en español (Ilustrado) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Principito: Edicion Completa (ilustrado) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El mago de Oz Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos clásicos infantiles Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Ana, la de la Isla Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Principito: Traducción original (ilustrado) Edición completa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Ana, la de Tejas Verdes Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El maravilloso mago de Oz: Clásicos de la literatura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las aventuras de Tom Sawyer Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Corazón: Edición Juvenil Ilustrada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Niño Explosivo: Un Nuevo Modelo Para Comprender Y Criar Al Niño Fácil De Frustrar Y Crónicamente Inflexible Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los tres cerditos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCaperucita Roja Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Mago de Oz Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Ana y la Casa de sus Sueños Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El viejo y el mar. El invicto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAna, la de Avonlea Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Rimas y Leyendas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Reina de la Nieves: La Reina de la Nieves Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Don Quijote de la Mancha: Adaptado para niños Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Lazarillo de Tormes Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Querido Senor Henshaw: Dear Mr. Henshaw (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Ruiseñor y la rosa y otros cuentos Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Robin Hood Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCenicienta Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El libro de la selva Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos chicos del ferrocarril Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Veinte mil leguas de viaje submarino Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Azabache Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Comentarios para Cárceles de invención
1 clasificación0 comentarios
Vista previa del libro
Cárceles de invención - Fernando de León
CÁRCELES DE INVENCIÓN
FERNANDO DE LEÓN
IF
_______
Pero en algún recodo de tu encierro
Puede haber una luz, una hendidura.
El camino es fatal como la flecha.
Pero en las grietas está Dios, que acecha.
Jorge Luis Borges
CALABOZO 34
Entonces una luz fulgurante atravesó el cerebro del preso;
todo lo que había permanecido obscuro hasta aquel instante,
se le apareció con la mayor claridad.
Alejandro Dumas. El conde de Montecristo. Capítulo XVII
En la húmeda obscuridad de esta celda alcanzo a escuchar los trabajos de un hombre que busca la fuga. Escarba con la insistencia de quien tiene una cita con la fortuna y teme quedar atrapado por el tiempo.
A mí me adormece oír su respiración agitada, el goteo de su sudor al caer sobre la tierra, sus movimientos de desesperanza y coraje... Entonces, siempre sueño lo mismo: un hombre inculto, casi ingenuo, queda atrapado en la fortaleza de If. Tres hombres ambiciosos quedan presos en lo que resta del mundo. Para ellos tres, el mundo es demasiado pequeño. Para el inculto, la fortaleza de If es aproximadamente el universo. Después aparece en su cautiverio un hombre que lo cambia todo, pues le dice: Tú eres el preso. Los tres hombres están libres. Por ellos estás aquí. Debes escapar y vengarte
Pero el inculto responde: No. Ellos no son traidores, sino que yo he sido el traicionable idóneo
.
Súbitamente, un fugitivo abre en el muro un hoyo, interrumpiendo mi sueño y me dice: Un hombre me ha dado conocimientos para que yo te los transmita y haga de ti un ser refinado. Me ha dado un tesoro oculto en la isla de Montecristo para que tú seas conde. Me ha dado el deseo de escapar de If, sólo para encontrarte en mi plan de fuga. Me ha dado la vida para que tú escapes de aquí cuando yo la pierda. ¿Cuántas insignificantes tragedias, cuántos insomnios, cuántas decepciones vale la felicidad de un hombre que aún no existe? Mírame, Edmond Dantés: soy Faria, sólo una línea de tu cara. Y ese hombre del que te hablo...
—Es Dumas —le interrumpo—, que aún no termina de escribir esta novela.
CALABOZO 28
—No es eso —respondió Don Quijote—,
sino que al sabio a cuyo cargo debe estar el escribir la historia de mis hazañas,
le habrá parecido que será bien que yo tome algún nombre apelativo...
Cervantes. Don Quijote de la Mancha. Parte I, capítulo XIX
Cervantes escribe, un poco intentando olvidar su actual cautiverio en esta prisión de Sevilla, y no se percata de que uno de los muros laterales de su celda ha comenzado a agrietarse. Cervantes vuelve a impregnar su gastada pluma en el improvisado tintero y mira en torno suyo justo cuando la grieta ha vuelto a soldarse, desapareciendo.
Al otro lado del muro, el abate Faria ha detenido la excavación de su túnel por un repentino pesar: teme un nuevo ataque cataléptico. Poco antes de caer preso sufrió uno y sabe que el próximo puede ser mortal. Respira el enrarecido aire que la estrechez del conducto permite. Al momento que Cervantes reemprende su escritura. Faria continúa su labor y el muro nuevamente se agrieta.
Cervantes escribe un fragmento de lo que será el Quijote, en el cual Sancho le dice a su señor que bien podrían llamarle El Caballero de la Triste Figura
, y éste, asombrado ante tal metáfora, le pregunta cómo ha podido ocurrírsele algo tan sublime... Entonces es cuando, en una nube de polvo y escombro, rueda Faria salido del muro. El abate se queda en el piso ofuscado, triste porque su plan de huida ha errado nuevamente. Mira a Cervantes y le pregunta su nombre. Cervantes no contesta y el abate le comenta que si tuviera que llamarlo de alguna manera lo llamaría El Caballero de la Triste Figura. Cervantes, asustado, pregunta el por qué de aquel apelativo y Faria responde que basta mirarlo de reojo para pensarlo.
—No es eso —responde Cervantes—, sino que el sabio a cuyo cargo debe estar el escribir la historia de mi cautiverio, también debe estar cautivo y alguien, al verle le habrá llamado El Caballero de la Triste Figura y le habrá parecido que será bien que yo tome ese apelativo...
—Y en qué infinita prisión —advierte el abate— estará Dios escribiendo la historia del cautiverio de ese sabio.
CALABOZO 29
Se arrastran por estrechos túneles que Faria ha cavado con anterioridad, siguiendo un plano imaginario. Repentinamente se detiene Faria para comenzar a escarbar en una nueva dirección, bifurcando el túnel original. Cervantes ya no lo sigue. Sabe que la fuga de Faria no es la suya, que debe escapar solo. Así, mientras Faria abre otro conducto, Cervantes comienza