Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Desde $11.99 al mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Santiago: una fe en accion
Santiago: una fe en accion
Santiago: una fe en accion
Libro electrónico546 páginas8 horas

Santiago: una fe en accion

Calificación: 4 de 5 estrellas

4/5

()

Leer vista previa

Información de este libro electrónico

Un libro exegetico precedido de una parte sobre hermeneutica y seguido de otra sobre prediacion expositiva. [The most exhaustive and original commentary on the Epistle of James in Spanish. Includes sections on hermeneutics and expository preaching. ]
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 abr 2015
ISBN9780825479861
Santiago: una fe en accion
Autor

Evis Carballosa

Evis L. Carballosa (Doctor en Filosofía y Letras) es reconocido como un erudito bíblico con un extenso ministerio de enseñanza. Fue director y cofundador del Instituto Bíblico y Seminario Teológico de España así como rector del Seminario Teológico Centroamericano de Guatemala. Evis L. Carballosa (Ph.D.) is a well-known biblical scholar. He was the director and cofounder of the Instituto Bíblico y Seminario Teológico de España as well as the vice-chancellor of the Seminario Teológico Centroamericano de Guatemala.

Relacionado con Santiago

Libros electrónicos relacionados

Cristianismo para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Santiago

Calificación: 4.2 de 5 estrellas
4/5

5 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Santiago - Evis Carballosa

    Santiago: Una fe en acción, edición actualizada, de Evis L. Carballosa, © 1986, 2014 por Editorial Portavoz, filial de Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan 49505. Todos los derechos reservados.

    Ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación de datos, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrónico, mecánico, fotocopia, grabación o cualquier otro, sin el permiso escrito previo de los editores, con la excepción de citas breves o reseñas.

    A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960™ es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.

    EDITORIAL PORTAVOZ

    2450 Oak Industrial Dr. NE

    Grand Rapids, Michigan 49505 USA

    Visítenos en: www.portavoz.com

    ISBN 978-0-8254-1966-9 (rústica)

    ISBN 978-0-8254-0787-1 (Kindle)

    ISBN 978-0-8254-7986-1 (epub)

    Realización ePub: produccioneditorial.com

    Contenido

    Cubierta

    Portada

    Créditos

    Prólogo de José M. Martínez

    Palabras del autor

    Primera parte. LA HERMENÉUTICA Y LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO

    1. Introducción

    2. El lenguaje y los símbolos literarios

    DEFINICIÓN DE LENGUAJE

    IMPORTANCIA DEL LENGUAJE

    LENGUAJE DENOTATIVO Y CONNOTATIVO

    EL LENGUAJE Y LA REVELACIÓN DIVINA

    LAS FIGURAS DEL LENGUAJE Y LA COMUNICACIÓN

    DEFINICIÓN DEL LENGUAJE FIGURADO

    LA GÉNESIS DEL LENGUAJE FIGURADO

    FUNCIONES DE LAS FIGURAS DEL LENGUAJE

    CLASIFICACIÓN DE LAS PRINCIPALES FIGURAS DEL LENGUAJE

    LA INTERPRETACIÓN DE LAS FIGURAS DEL LENGUAJE

    RESUMEN

    3. Clasificación e interpretación de las figuras literarias en la Epístola de Santiago

    FIGURAS QUE IMPLICAN OMISIÓN O SUPRESIÓN

    Elipsis

    Asíndeton

    Preguntas retóricas

    FIGURAS QUE REQUIEREN ADICIÓN O AMPLIFICACIÓN

    Pleonasmo

    Polisíndeton

    Anáfora

    Epanadiplosis

    Poliptoton

    «Hipérbole» o exageración

    «Metonimia» o cambio de nombre

    «Sinécdoque» o transferencia

    «Antropomorfismo» o condescendencia

    FIGURAS QUE IMPLICAN COMPARACIÓN

    Locución

    Símil y metáfora

    Proverbio

    Símbolo

    RESUMEN Y CONCLUSIÓN

    4. Una síntesis del lenguaje figurado en la Epístola de Santiago

    Figuras derivadas de fenómenos naturales

    Figuras derivadas de la botánica

    Figuras derivadas de objetos inanimados

    Figuras derivadas de la anatomía

    Figuras derivadas de la zoología

    RESUMEN Y CONCLUSIÓN

    Segunda parte. EXÉGESIS DE LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO

    5. El fondo histórico de la Epístola de Santiago

    EL AUTOR DE LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO

    Evidencias externas respecto a la paternidad y la canonicidad de la Epístola de Santiago

    Evidencias internas

    Evidencias que favorecen la postura tradicional

    Objeciones al punto de vista tradicional

    La cuestión de si tuvo Jesús hermanos

    FECHA DE COMPOSICIÓN

    LOS DESTINATARIOS DE LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO

    EL PROPÓSITO DE LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO

    CARÁCTER Y ESTILO LITERARIO DE LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO

    EL ARGUMENTO DE LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO

    SUMARIO DEL ARGUMENTO

    6. El autor y los lectores de la Epístola de Santiago

    EL AUTOR

    La personalidad de Santiago

    Las credenciales del autor

    LOS PRIMEROS LECTORES DE LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO

    Saludo a los lectores

    7. La fe viva en relación con las pruebas, las tentaciones y la Palabra de Dios (1:2-27)

    LA FE VIVA EN RELACIÓN CON LAS PRUEBAS (1:2-12)

    La fe viva produce paciencia en medio de las pruebas (1:2-4)

    La fe viva apela a la sabiduría divina en medio de las pruebas por medio de la oración (1:5-8)

    La fe viva, tanto en el pobre como en el rico, produce una actitud correcta frente a las pruebas (1:9-11)

    La fe viva ayuda al creyente a resistir la prueba porque anticipa las bendiciones de Dios (1:12)

    LA FE VIVA EN RELACIÓN CON LAS TENTACIONES (1:13-18)

    Las tentaciones no se originan en Dios (1:13)

    Las tentaciones se originan en la naturaleza pecaminosa del hombre (1:14-15)

    Dios nuestro Padre es el dador de toda buena dádiva (1:16-18)

    LA FE VIVA EN RELACIÓN CON LA PALABRA DE DIOS (1:19-27)

    El hacedor de la Palabra evidencia madurez espiritual y es bienaventurado (1:22-25)

    El hacedor de la Palabra evidencia el fruto de la Palabra en la práctica de la religión (1:26-27)

    8. La fe viva produce imparcialidad y buenas obras (2:1-26)

    EL HOMBRE DE FE VIVA PRACTICA LA IMPARCIALIDAD (2:1-13)

    La imparcialidad es congruente con la fe viva porque da prioridad a las cualidades internas de la persona (2:1-4)

    La práctica de la imparcialidad es congruente con los propósitos electivos de Dios (2:5-7)

    La práctica de la imparcialidad es congruente con la revelación escrita (2:8-11)

    La práctica de la imparcialidad es congruente con el juicio venidero (2:12-13)

    LA PRÁCTICA DE LA FE VIVA PRODUCE BUENAS OBRAS (2:14-26)

    La práctica de la fe viva produce buenas obras en beneficio del prójimo (2:14-17)

    La práctica de la fe viva no se limita a un simple credo (2:18-19)

    La práctica de la fe viva se demuestra en actos de obediencia a Dios (2:20-25)

    9. La fe viva en relación con la comunicación verbal y la sabiduría (3:1-18)

    LA PRÁCTICA DE LA FE VIVA PRODUCE CONTROL Y MADUREZ ESPIRITUAL EN EL HABLAR DE TODO CRISTIANO Y PARTICULARMENTE DEL MAESTRO (3:1-12)

    La práctica de la fe viva produce control en el hablar del maestro cristiano (3:1)

    La práctica de la fe viva produce madurez en el hablar del maestro cristiano (3:2)

    La práctica de la fe viva enseña al creyente cómo controlar su hablar (3:3-8)

    La práctica de la fe viva advierte al creyente de los resultados de una lengua sin control (3:9-12)

    LA PRÁCTICA DE LA FE VIVA PRODUCE SABIDURÍA EN EL HOMBRE DE ENTENDIMIENTO (3:13-18)

    El hombre de fe viva rechaza la sabiduría terrenal (3:13-16)

    El hombre de fe viva practica sabiduría de lo alto (3:17-18)

    10. La fe viva en relación con los placeres del mundo (4:1-12)

    LA PRÁCTICA DE LA FE VIVA IDENTIFICA LA CAUSA DE LAS PRÁCTICAS MUNDANAS ENTRE LOS CREYENTES (4:1-3)

    LA PRÁCTICA DE LA FE VIVA DEBE REDUNDAR EN UN ALEJAMIENTO DE LAS INFLUENCIAS DEL MUNDO (4:4-6)

    LA PRÁCTICA DE LA FE VIVA PRODUCE SUJECIÓN A DIOS Y A SU PALABRA (4:7-12)

    La práctica de la fe viva produce sujeción a Dios (4:7-10)

    La práctica de la fe viva produce sujeción a la Palabra de Dios (4:11-12)

    11. La práctica de la fe viva produce sometimiento a la soberanía de Dios (4:13—5:6)

    LA PRÁCTICA DE LA FE VIVA PRODUCE SUMISIÓN A LA VOLUNTAD DE DIOS, y RENUNCIA A LA AUTOSUFICIENCIA (4:13-14)

    LA PRÁCTICA DE LA FE VIVA RECONOCE LA SOBERANÍA DE DIOS (4:15)

    LA PRÁCTICA DE LA FE VIVA TIENE EN CUENTA LA JUSTICIA HACIA EL PRÓJIMO (4:16-17)

    LA PRÁCTICA DE LA FE VIVA CONDENA LA INJUSTICIA HACIA EL PRÓJIMO (5:1-6)

    12. La práctica de la fe viva en relación con la Segunda Venida de Cristo (5:7-12)

    LA PRÁCTICA DE LA FE VIVA PRODUCE PACIENCIA ANTE LA REALIDAD DE LA SEGUNDA VENIDA DEL SEÑOR (5:7-8)

    LA PRÁCTICA DE LA FE VIVA DEMANDA UNA ÉTICA CONGRUENTE CON LA REALIDAD DE LA SEGUNDA VENIDA DEL SEÑOR (5:9-12)

    13. La fe viva en relación con las dificultades (5:13-20)

    LA PRÁCTICA DE LA FE VIVA APELA A LAS ARMAS ESPIRITUALES PARA HACER FRENTE A LAS DIFICULTADES (5:13-18)

    La práctica de la fe viva apela a la oración en medio de las dificultades (5:13-15)

    La práctica de la fe viva apela a la confesión mutua en medio de las dificultades (5:16a)

    La práctica de la fe viva apela a la intercesión en medio de las dificultades (5:16b-18)

    LA PRÁCTICA DE LA FE VIVA PROCURA LA RESTAURACIÓN DEL HERMANO QUE SE HA DESVIADO (5:19-20)

    14. Conclusión: La fe como tema controlante en la Epístola de Santiago

    Tercera parte. PREDICACIÓN EXPOSITIVA

    15. Introducción

    16. La importancia de la predicación

    17. La predicación expositiva

    DEFINICIÓN DE LA PREDICACIÓN EXPOSITIVA

    18. La preparación de un sermón expositivo

    EL IMPERATIVO DE LA FORMULACIÓN DE UNA IDEA CENTRAL

    LA EXPRESIÓN DE LA IDEA CENTRAL

    19. Etapas en la preparación de un sermón expositivo

    Primera etapa: Seleccione el pasaje bíblico que va a exponer

    Segunda etapa: Estudie el pasaje y reúna sus notas

    Tercera etapa: Relacione las partes entre sí para determinar la idea exegética y su desarrollo

    Cuarta etapa: Someta la idea exegética a las tres preguntas funcionales: la pregunta explicativa: «¿Qué significa esto?»; la pregunta de convalidación: «¿Es esto verdad?»; y la pregunta aplicativa: «¿Qué diferencia producirá esta verdad en la vida del auditorio?»

    Quinta etapa: Reflexione sobre la idea exegética y exprésela en una oración de la manera más precisa y memorable posible

    Sexta etapa: Determine el propósito del sermón

    Séptima etapa: Pregúntese cómo debe manejarse la idea central de modo que cumpla su propósito

    Octava etapa: Bosqueje el sermón

    Novena etapa: Complete el bosquejo usando el material de apoyo

    Décima etapa: Prepare la introducción y la conclusión del sermón

    20. Resumen y conclusión

    21. El imperativo de la imparcialidad (2:1-13)

    Bibliografía

    Índice de textos bíblicos

    Índice de palabras griegas y hebreas

    Índice de nombres

    Índice de temas

    Prólogo

    Toda aportación seria al acervo literario de la exposición bíblica es bendición inestimable. Una de las mayores necesidades del pueblo cristiano es ahondar en las enseñanzas de la Sagrada Escritura para no ser llevado de acá para allá por cualquier viento de doctrina y para robustecer su fe. Solo así puede librarse de la superficialidad y de los males que esta comporta. Pero esa profundización no puede conseguirse por ningún camino que no sea el del estudio concienzudo del texto bíblico. De ahí la conveniencia de buenos comentarios exegéticos que nos ayuden a comprender el significado de lo que los autores sagrados escribieron.

    Entre tales comentarios podemos incluir este que el lector tiene en sus manos. Por su extensión, por su claridad, por su análisis exhaustivo de cada pasaje, por el acierto con que sus diversas partes son bosquejadas y por sus aplicaciones prácticas, la obra del doctor Carballosa constituye una ayuda sumamente valiosa para quien desee conocer a fondo la Epístola de Santiago.

    Pero no es solamente un comentario de gran calidad lo que el autor nos ofrece, sino un tríptico del máximo interés, en el que el cuerpo exegético va precedido de una primera parte sobre hermenéutica y seguido de una tercera sobre predicación expositiva. Ambas son esenciales para que la exégesis sea, además de correcta, efectiva.

    La hermenéutica, ciencia o arte —o ambas cosas— de la interpretación ha sido siempre un factor decisivo en la formulación de la fe cristiana a partir de los textos bíblicos. Solo cuando la teología sistemática descansa sobre una sólida base escriturística, es digna de aceptación plena.

    Los excesos de la especulación metafísica aplicada a la teología, en los que a veces han caído los pensadores cristianos, únicamente pueden corregirse mediante la percepción global de la revelación que se alcanza a través de una interpretación esmerada de los libros de la Biblia. Y también de los errores de sectas o movimientos religiosos extraños es correctivo la aplicación de los principios y reglas de la hermenéutica.

    Pero es indispensable que el enfoque hermenéutico sea correcto. No han faltado a lo largo de la historia de la Iglesia métodos de interpretación que han alterado gravemente el sentido de determinados pasajes de la Escritura. El alegorismo, el literalismo excesivo, el dogmatismo, el método histórico-crítico y ciertos elementos de la llamada «nueva hermenéutica» han conducido en muchos casos a interpretaciones erróneas, fantásticas o absurdas unas veces; excesivamente filosóficas otras, con total indiferencia respecto a lo que el escritor sagrado quiso decir y dijo. No es este el caso en la orientación hermenéutica dada en la primera parte de esta obra en la que el autor sigue la sana línea de la interpretación gramático-histórica.

    Por eso la parte central, correspondiente a la exégesis de la carta de Santiago, presenta una gran solidez. Después de una amplia y documentada introducción, en la que se ofrece la visión necesaria de escritor, destinatarios de la carta y demás circunstancias del fondo histórico, se hace una exégesis minuciosa del texto. Evis L. Carballosa desgrana prácticamente todas y cada una de las palabras, agota su significado haciendo notar los matices que se derivan de la etimología o de la composición de los vocablos griegos, de los tiempos de los verbos, de las preposiciones, etc., sin perder de vista el usus loquendi de algunas expresiones, es decir, el sentido particular que en cada caso podían tener según el uso de las mismas en los días y circunstancias en que la carta fue escrita. En esta tarea de análisis, el autor no regatea esfuerzos, ni los de su propio estudio ni los de una amplia consulta de otros acreditados comentaristas.

    Con todo, el comentario no resulta en ningún momento árido, pues no se limita a tecnicismos lingüísticos. Más allá de las palabras, el autor se sumerge en el fondo del pensamiento de Santiago y de él extrae, debidamente iluminadas, las grandes enseñanzas del «hermano del Señor». El conjunto aparece como un todo coherente y eminentemente práctico, sin que falten, cuando conviene, las oportunas notas doctrinales. En algunas de estas, el autor hace patente su posición teológica y su enfoque hermenéutico. Posiblemente no todas serán compartidas por la totalidad de los lectores —esto sucede con cualquier obra importante—; pero en todas se hace evidente la gran fuerza con que el texto bíblico gravita sobre él.

    Con toda seguridad, el lector, a través de este comentario, descubrirá nuevas facetas de la Epístola de Santiago y la tendrá en mayor estima. Es, sin duda, uno de los grandes escritos del Nuevo Testamento, pese al juicio poco favorable que le pareciera a Lutero. Y es uno de los más saludables para el pueblo de Dios en nuestros días, cuando la sociedad pone en tela de juicio todos los valores morales y cuando muchos creyentes dan mayor importancia a sus experiencias de tipo emocional o extático que a sus responsabilidades éticas. Hace muy bien el autor en subrayar que la verdadera fe cristiana es una fe que funciona y que su funcionamiento debe estar regido por los principios morales y las pautas de conducta que nos traza la Palabra de Dios.

    La obra concluye con una síntesis homilética sobre la predicación expositiva. Y ello también responde a una perenne necesidad. No basta una exégesis exhaustiva y sana de los textos de la Escritura. Es necesario exponer su contenido de modo que satisfaga las necesidades espirituales del hombre de hoy. A menudo, entre el texto y el lector —u oyente—, hay una sima de separación. Se necesita un puente que los comunique. Y ninguno mejor que la predicación expositiva. Por eso, la instrucción impartida en la tercera parte del libro es utilísima, en especial para estudiantes de la Biblia y predicadores.

    Preveo una difusión fructífera de la presente publicación. A mi sentimiento de gratitud por ella se une el deseo de que otras semejantes sigan para enriquecimiento espiritual de muchos creyentes de habla hispana.

    Barcelona, España

    JOSÉ M. MARTÍNEZ

    Palabras del autor

    Durante las últimas décadas ha habido un incrementó considerable en la producción de literatura bíblico-teológica en el idioma castellano. Esto en sí debe ser motivo de gran satisfacción para todo cristiano. Muchos tienen ahora la oportunidad de profundizar más en el estudio de la Palabra de Dios y de crecer espiritualmente.

    Sin embargo, aún existe en nuestro idioma una carencia de obras exegéticas que sirvan de alguna ayuda al estudiante serio de las Escrituras. Algunas de las publicaciones que han aparecido últimamente son traducciones de obras que han existido por muchos años en sus idiomas originales. Esto no significa de manera alguna que esas obras no hagan falta en castellano. Gracias a Dios por ellas, pero el pueblo cristiano de habla castellana necesita leer obras escritas originalmente en su idioma.

    Este autor ha deseado contribuir de ese modo a la bibliografía evangélica en castellano con la publicación de este tomo titulado: Santiago: Una fe en acción. Las fuentes de investigación usadas por el autor evidencian el hecho de la ausencia casi total en nuestro idioma de comentarios sobre la mencionada Epístola. De ahí que ha sido necesario acudir a obras escritas en otros idiomas.

    El autor ha deseado, además, contribuir con algo a la investigación bíblica en tres áreas de suma importancia para todo pastor y estudiante de las Escrituras. La primera parte de este libro consiste en un estudio sobre cuestiones de interpretación. Se ha dado el mayor énfasis al hecho de que el uso del lenguaje figurado en la Biblia no milita en contra de una interpretación normal o gramático-cultural. Las figuras de dicción forman parte importante de todos los idiomas. Su uso es el de aclarar lo que se desea comunicar.

    La segunda parte constituye el grueso de este trabajo. El autor ha procurado establecer algunos principios fundamentales para la exégesis. También ha procurado aplicar los principios hermenéuticos enunciados en la primera parte de la obra. Mediante la exégesis se determina lo que el texto dice. Mediante la hermenéutica se determina el significado del texto.

    Finalmente, reconociendo la importancia de la comunicación del mensaje cristiano, se ha añadido una tercera parte que trata primordialmente de la predicación expositiva. El objeto de esa sección es estimular a todo predicador o maestro de la Biblia a exponer con claridad el mensaje de las Escrituras y aplicarlo con eficacia a las necesidades de los oyentes hoy.

    Muchos han sido los amigos y colegas que han estimulado al autor a seguir adelante en este empeño. También muchos han ayudado con valiosas sugerencias. Los doctores Francisco Lacueva y Gerardo Laursen han aportado ideas valiosas para el autor. El licenciado Guillermo Méndez hizo algunas correcciones en la forma del manuscrito. La licenciada Rosa Bolaños de Arce, bibliotecaria del Seminario Teológico Centroamericano, demostró mucha gentileza en la búsqueda de material bibliográfico. A todos ellos les manifiesto mi sincero agradecimiento.

    El autor agradece profundamente a las casas editoriales que concedieron el debido permiso por escrito por el uso de algunas de sus publicaciones. La casa Eerdmans permitió el uso de The Epistle of James, por James Adamson, y The Epistle of James, por C. Leslie Mitton. La editorial Zondervan consintió en el uso de la obra James: A Study Guide Commentary, por Curtis Vaughan. La casa Moody permitió gentilmente el uso de la gran obra The Epistle of James: Test of a Living Faith, por D. Edmond Hiebert. También se agradece profundamente a la editorial Baker por permitir el uso de la obra Biblical Preaching, por Haddon W. Robinson. El autor expresa su profundo agradecimiento a D. José M. Martínez por su generoso prólogo. El Sr. Martínez es uno de los mejores predicadores de habla castellana que España ha tenido en el siglo XX. El autor de esta obra ha aprendido mucho por medio de la predicación de D. José M. Martínez, el cual ha sido un maestro de pastores y un eficaz expositor de la Palabra de Dios.

    Una palabra final de agradecimiento a don Harold J. Kregel, fundador de Publicaciones Portavoz Evangélico, por el gran estímulo que siempre dio al autor de esta obra. Humanamente hablando, la publicación de este trabajo no hubiera sido posible sin la ayuda y el ánimo dados por el señor Kregel. Quiera Dios que esta obra sirva de ayuda a pastores y estudiantes de la Palabra y que Jesucristo sea glorificado mediante este esfuerzo.

    EVIS L. CARBALLOSA, PH. D.

    Vigo, Galicia,

    España

    Primera parte

    LA HERMENÉUTICA Y LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO

    La hermenéutica y la Epístola de Santiago

    La hermenéutica es la ciencia y el arte de la interpretación. Es una ciencia porque se basa sobre ciertas normas o leyes específicas y es un arte porque requiere la destreza habilidad que solo se adquiere con la práctica. La interpretación aplicado al lenguaje significa encontrar y explicar el significado original ya sea de una composición literaria, una expresión verbal o cualquier otro medio de comunicación que se emplee. La responsabilidad del intérprete es captar y expresar con exactitud el significado de lo que el autor original quiso decir. El intérprete tiene la responsabilidad de expresar con claridad la intención del autor original.

    Es de vital importancia, por lo tanto, que el intérprete utilice el principio o principios que con mayor seguridad le conducirán a expresar con claridad el significado original de lo que está interpretando.

    Si en los tiempos de don Quijote parecía «no haber fin de los libros de caballería», en nuestros días parece no haber fin de los sistemas de interpretaciones. El hombre de Dios, sin embargo, que desea estudiar, aplicar a su propia vida y proclamar a otros el contenido de la Palabra de Dios, debe afianzarse en un método o principio de interpretación que le ayude a alcanzar sus objetivos, es decir, desentrañar lo que el escritor sagrado quiso decir a sus lectores cuando escribió, y aplicar ese significado a la vida del creyente hoy.

    A lo largo de la historia se han usado métodos como el alegórico que desestima la historicidad de los hechos que se interpretan, procurando encontrar un significado más recóndito que el normal; y el método figurado que, sin descartar la historicidad de los hechos, tampoco les da su significado natural. Otros métodos usados son el metafórico y el espiritualizante. Ambos métodos se apartan del significado pretendido por el autor original.

    En nuestros días se habla de la nueva hermenéutica, un método muy arraigado en el existencialismo. La nueva hermenéutica sostiene que todo lenguaje es interpretación. Así que el escritor sagrado estaba interpretando al escribir y el intérprete actual interpreta la interpretación del escritor bíblico. Esta hermenéutica, por demás está decir, es eminentemente subjetiva. La nueva hermenéutica no tiene como meta encontrar el significado objetivo y original del texto. La meta es que el «intérprete» tenga una experiencia existencial en el transcurso de su estudio del texto.

    Una bifurcación de la nueva hermenéutica es la llamada hermenéutica política. Este acercamiento pretende interpretar la Escritura a la luz de las situaciones socio-políticas existentes. Más que una interpretación, la hermenéutica política produce una reinterpretación de las cuestiones socio-políticas que confronta la sociedad contemporánea. Si bien es cierto que el intérprete debe estar compenetrado con los problemas de su mundo, también es cierto que no son las situaciones socio-políticas las que deben de controlar la interpretación de la Biblia. La Biblia no debe interpretarse a la luz de las condiciones sociales, sino que las condiciones sociales deben interpretarse a la luz de la Biblia.

    Otra teoría o hipótesis de hermenéutica que se ha dado a conocer recientemente es el estructuralismo. Este concepto, difícil de definir en sí mismo, pone su énfasis sobre las estructuras literarias con el supuesto fin de entender mejor el pasaje bíblico. Los seguidores de este método rehúsan aceptar que el significado de un pasaje guarda una estrecha relación con el propósito o verdad que el autor original deseaba comunicar. El estructuralismo tiende a negar el carácter sobrenatural de las Escrituras y pretende buscar, mediante el uso del análisis estructural, un significado supuestamente más profundo del texto.

    Por supuesto que debe haber cabida en todo sistema de hermenéutica para el estudio de la estructura literaria empleada por el autor bíblico. Sin embargo, el estudio de la estructura constituye solo un aspecto a considerar y no el todo sobre el cual basar las conclusiones. Los que se adhieren a la hermenéutica estructural se han concentrado tanto en el estudio de la estructura del texto que con frecuencia han soslayado el estudio del texto en sí. Total que, aunque podrían encontrarse ciertos aspectos positivos en la hipótesis estructuralista, hay muchas facetas de la misma que dejan mucho que desear.

    Ante todo esto, ¿cuál debe ser la actitud de la persona que seria y sobriamente desea estudiar, entender y proclamar las Escrituras? En primer lugar, debe tomar el Texto Sagrado como base primordial de su estudio, y aceptar firmemente su autoridad e inerrancia. El texto debe ser estudiado en su contexto bíblico, cultural e histórico. Eso significa que el intérprete tiene que transportarse al escenario histórico, cultural y teológico en que el pasaje o el libro fue escrito para descubrir el argumento o mensaje que el autor original desea comunicar. Es necesario subrayar que el intérprete tiene la responsabilidad insoslayable de descubrir primeramente y con toda claridad el significado del texto en su contexto original, antes de poder hacer cualquier aplicación a la situación contemporánea. Por supuesto que el intérprete no debe quedar satisfecho solo con descubrir el significado original del texto. Pesa sobre él, además, hacer que ese texto sea aplicado a la situación presente. Hacer que la verdad bíblica sea relevante al hombre moderno, jamás debe pasarse por alto. Esa es la responsabilidad del expositor de la Palabra. El expositor debe hacer que el texto bíblico hable a la vida del hombre moderno y le ayude a nutrir su vida de la Palabra de Dios.

    El intérprete debe dar atención también a la gramática del pasaje. Esto incluye el estudio de las palabras en su uso contextual, la relación que dichas palabras guardan entre sí y, por supuesto, la sintaxis. Esto ayuda al intérprete a comprender el énfasis que el escritor original quiso dar a lo que escribió. Es necesario, además, que el intérprete se familiarice con los géneros literarios empleados en la Biblia. Las Escrituras contienen literatura narrativa, histórica, poética, doctrinal y apocalíptica. Es necesario conocer la naturaleza y características de esos estilos para efectuar una buena interpretación de los mismos.

    Debe recordarse que en el acto y proceso de comunicar la verdad divina, los escritores del Texto Sagrado usaron el lenguaje de los hombres. Esto incluye el uso de figuras literarias, ya que dichas figuras ayudan a la mejor comprensión de conceptos abstractos. Un ejemplo clásico lo tenemos en las palabras del salmista, usadas para explicar el cuidado especial que Dios tiene para sus hijos: «Con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro…» (Sal. 91:4). Por supuesto que Dios no tiene ni plumas ni alas, pero la figura literaria usada expresa elocuentemente que Dios tiene un cuidado especial para con sus hijos. En el mismo versículo aparece la expresión «escudo y adarga es su verdad». Los soldados usaban el escudo y la adarga para defenderse de los ataques enemigos. Aquí el salmista usa esos dos sustantivos metafóricamente para ilustrar la función que «la verdad divina» (la Palabra de Dios) tiene para con el creyente.

    Finalmente, el intérprete debe recordar siempre que la Biblia es una unidad, aunque consta de dos testamentos con un total de sesenta y seis libros. Eso significa que el intérprete tiene la responsabilidad de integrar armoniosamente las enseñanzas de la Palabra de Dios. El intérprete tiene que saber pensar teológicamente. Si la Biblia es un todo y tiene un solo Autor Divino (el Espíritu Santo), eso significa que no puede haber contradicciones reales en su contenido. El intérprete tiene la responsabilidad ineludible de armonizar las enseñanzas del Antiguo Testamento con las del Nuevo Testamento, sin ignorar ninguno de los libros del Canon Sagrado.

    En resumen, tanto el estudiante como el maestro, el predicador como el teólogo que se acerque al texto bíblico para interpretarlo, debe de hacerlo de manera natural o normal, dando a las palabras, frases e ideas el mismo sentido que tuvieron cuando fueron escritas originalmente. El intérprete moderno no debe buscar un significado recóndito, alegórico o figurado del texto bíblico, sino el normal, llano, primario, es decir, el que el escritor quiso darle cuando escribió.

    La Biblia no es un libro plagado de mitos como algunos pretenden enseñar. Toda la Biblia trata de situaciones reales. El uso de lenguaje figurado tiene la finalidad de aclarar, no de oscurecer, el contenido de las Escrituras. De ahí que sea importante que el estudiante de las Escrituras se familiarice con el uso y el significado de las figuras de dicción y que las interprete a la luz de su equivalente gramatical y literario. La Biblia usa metáforas, pero no debe interpretarse metafóricamente. La Biblia usa símbolos, pero no debe interpretarse simbólicamente. El método que hace justicia al texto bíblico es el histórico-gramatical-contextual, es decir, el método literal.

    1

    Introducción

    Cualquiera que lee la Biblia se enfrenta de inmediato con el problema de su lenguaje e interpretación. El lenguaje de la Escritura refleja el hecho de que «fue escrita en el oriente por escritores orientales,[1] y primeramente, y en su mayor parte, durante largos siglos, para lectores orientales». El lector tiene que transportarse a través de las barreras del tiempo, la cultura, la literatura y el idioma si ha de descubrir con precisión el significado del mensaje sagrado. Para efectuar dicha tarea, hay que adentrarse en el estudio de la hermenéutica, la ciencia y el arte de la interpretación.

    En relación con el estudio de las Sagradas Escrituras, la hermenéutica ha sido una de las áreas de estudios teológicos más debatidas a través de los siglos. En tiempos más recientes, el debate se ha centrado en la siguiente pregunta: ¿cuánto de la Biblia debe interpretarse literalmente y cuánto no? Esta pregunta surge del hecho de que el Canon Sagrado está repleto de imágenes literarias y expresiones que, en la opinión de algunos, no se prestan a una interpretación natural o literal.

    Ya que el lenguaje figurado es un modo de expresión usualmente reconocido, se requiere el uso de un método correcto de interpretación para que mucho del mensaje de la Biblia sea debidamente comprendido, de modo que el exégeta serio de las Escrituras no ignorará el estudio del lenguaje figurado y su uso en la Biblia por varias razones importantes. Primeramente, la Palabra de Dios fue escrita en su mayor parte en el lenguaje del hombre común, usando las expresiones familiares del hablar cotidiano. En segundo lugar, la ignorancia del uso de las figuras del lenguaje en la Biblia ha dado como resultado muchas aberraciones teológicas. En tercer lugar, el uso del lenguaje figurado armoniza con la hermenéutica normal o literal y abre nuevas avenidas para el entendimiento de la revelación divina.[2]

    PROPÓSITO DE ESTE ESTUDIO

    El propósito de este estudio es clasificar e interpretar las figuras del lenguaje que aparecen en la Epístola de Santiago y demostrar que una aplicación consecuente de los principios de la hermenéutica normal o natural resultará en un mejor entendimiento del mensaje de dicha Epístola. La Epístola de Santiago será usada para demostrar la validez de este método, porque está adornada con una gran cantidad y variedad de modos de expresiones figuradas. Si el significado y la importancia de las imágenes literarias usadas por Santiago son interpretadas correctamente, el mensaje del libro brotará con incontenible vitalidad y frescura espiritual. Pero si se interpretan mal, el mensaje del libro será tergiversado y será alejado del propósito de su autor original.

    METODOLOGÍA USADA EN ESTE ESTUDIO

    Para cumplir con el cometido de esta investigación, se empleará el siguiente procedimiento: el tema se limitará solamente a la Epístola de Santiago, debido a que el campo de la literatura del Nuevo Testamento es demasiado vasto para ser abarcado en un breve espacio; además, el libro de Santiago en sí provee amplias ilustraciones y material adecuado para la realización de un estudio en el que puede investigarse la validez de los distintos métodos hermenéuticos aplicados al lenguaje figurado.

    Para comenzar, es necesario distinguir entre el uso figurado y el uso literal de un idioma. Seguidamente debe hacerse una investigación del marco histórico y del argumento de la Epístola de Santiago para poder situar en su perspectiva correcta el vehículo literario en el que se centra este estudio. Luego, seguirá una clasificación e interpretación del lenguaje figurado que se usa en la Epístola de Santiago, con el propósito de aplicar los dispositivos literarios a la obra bajo estudio. Esto será seguido por una síntesis de los resultados obtenidos, de donde se derivará el asunto, el mensaje y la doctrina de la epístola misma. Finalmente, se presentará un resumen de las evidencias y una conclusión práctica tocante a los méritos relativos de las distintas escuelas de interpretación al aplicar sus métodos a la Epístola de Santiago.

    La primera parte de la presente obra pretende estimular a los estudiantes de las Escrituras a mantener un sistema congruente de interpretación bíblica que toma en consideración el uso y el entendimiento del lenguaje figurado de la Biblia.

    La segunda parte está dedicada a la exégesis de la Epístola de Santiago. Es mediante la exégesis que el estudiante logra desentrañar lo que el escritor original escribió en su composición. El vocablo exégesis significa literalmente «sacar fuera» o «poner a la vista». La exégesis, por lo tanto, tiene que ver con la investigación y el análisis del texto en sí, con el fin de llegar a conocer con la mayor precisión posible lo que escribió el autor original.

    La tercera parte de este libro trata el tema de la predicación expositiva. Hoy día se escuchan muchos sermones y discursos cristianos. Lo que no se escucha con suficiente frecuencia es la exposición seria de la Palabra de Dios. La exposición seria de la Biblia es la presentación de un sermón basado en una exégesis clara del texto bíblico que conduce a la declaración de lo que el autor original quiso decir con lo que escribió. Esa exégesis va acompañada de una interpretación hecha dentro del marco histórico del pasaje que se desea exponer, sin desconectar dicho pasaje de su contexto. Además, la interpretación debe observar rigurosamente las reglas de la gramática, incluyendo la función que cada palabra realiza dentro del pasaje, la sintaxis y el uso de las figuras de dicción.

    La predicación expositiva exige claridad. Esa claridad es el resultado de la declaración de un sujeto, es decir, cuál es el tema central del pasaje y de uno o más complementos, o sea, qué se dice acerca del sujeto. La predicación expositiva tiene como fin que el oyente moderno comprenda la importancia práctica del mensaje de las Escrituras para su vida hoy, y ha de tener como objeto la edificación del creyente y su crecimiento espiritual.

    [1] James NEIL, Figurative Language of the Bible, p. 2.

    [2] Merrill F. UNGER, Principles of Expository Preaching, pp. 175-177.

    2

    El lenguaje y los símbolos literarios

    DEFINICIÓN DE LENGUAJE

    El lenguaje ha sido definido como «el medio por el cual procuramos transmitir a otras mentes las ideas que tienen su origen en la nuestra».[1] Es básicamente por medio de la comunicación verbal que los miembros de una sociedad se relacionan entre sí. Además, «el lenguaje se relaciona con todos los otros aspectos de la vida humana en una sociedad y solamente puede ser comprendido si se le considera en relación con la sociedad».[2]

    IMPORTANCIA DEL LENGUAJE

    La importancia del lenguaje en la sociedad humana no puede medirse plenamente, pero nadie dudaría de su seriedad en las relaciones humanas. Generalmente, el lenguaje ha sido reconocido como el medio de comunicación más importante entre los hombres. Podríamos remontarnos en las alas del tiempo y viajar hasta lo más recóndito en los anales de la historia de la humanidad y encontraríamos allí que el lenguaje se usa para comunicar la cultura en sus aspectos más amplios. No ha

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1