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LIND2 DESTELLOS
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Libro electrónico93 páginas1 hora

LIND2 DESTELLOS

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Información de este libro electrónico

Harás bellas mis letras con tus destellos, perornantes de adentrarte en mi historia debes saber que nunca se irá de ti.
Linda, a sus veintitrés años, busca sanar las heridas de un pasado marcado por el maltrato que recibió de su pareja. En Marruecos dejó atrás a su bebé, Ismael; fue la condición que tuvo que aceptar para regresar a España y reconstruir su vida junto a su pequeña hija, Zendaya. Trabaja como camarera y se forma como quiromasajista, soñando con un futuro mejor. Los momentos de complicidad con Zendaya y la esperanza de crear una familia amorosa, algo que ella nunca tuvo, la sostienen en una cotidianidad difícil, siempre sombreada por el recuerdo de Ismael.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 sept 2024
ISBN9788410265578
LIND2 DESTELLOS
Autor

Linda Destellos

Hola, encantada de saludarles y presentarme. Soy una chica española nacida en una familia completamente desestructurada. Hija de padres con patologías mentales. No sé muy bien cómo fue mi historia y sinceramente no tiene importancia para mí. Ocupo toda mi energía en el crecimiento de mi hija y en el mío propio tan necesario, pues fuí mamá a los 16 años. No puedo hablaros mucho de donde vengo pero si de quién soy, afortunadamente todo lo contrario a lo que me hicieron creer personas que «me amaban». Bienvenidos a mi historia, gracias por estar aquí.

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    LIND2 DESTELLOS - Linda Destellos

    LIND2 DESTELLOS

    Linda Destellos

    LIND2 DESTELLOS

    Linda Destellos

    No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del autor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal).

    © Linda Destellos, 2024

    Diseño de la cubierta: Equipo de diseño de Universo de Letras

    Imagen de cubierta: ©Shutterstock.com

    Obra publicada por el sello Universo de Letras

    www.universodeletras.com

    Primera edición: 2024

    ISBN: 9788410265035

    ISBN eBook: 9788410265578

    A mi amada familia,

    mi regalo de Dios.

    Agradecimientos

    A Dios por tantas cosas inefables.

    A mi familia, por elegir compartir vuestra vida conmigo, cuidarme en mis peores momentos, ser mi alegría y mi razón de vivir. Por quererme y hacerme sentir tan importante, como vosotros lo sois para mí.

    A Marimar, por ser luz en tantas ocasiones que nunca te dije. Por tanta conexión, por dedicar tiempo en leer esta obra, ayudarme a mejorarla y confiar en mí.

    A Lauderene, por tu amistad, por la alegría, por ser alivio y apoyo cuando nadie más estuvo para mi pequeña. Por quererme tanto como yo a tí.

    A Yahaira y Roger por vuestros buenos deseos y confianza. Por empujarme hacia el progreso, abriendo una puerta de oportunidades con tanta bondad.

    Introducción

    Hola, mi nombre es Linda y entre el resurgir y resurgir de mis cenizas, hoy estoy aquí de la mano de mis destellos, presentando mi historia y mi alma. Una tragicomedia verídica.

    En mi camino del aprendizaje, prematuro y doloroso, sobre cómo reconocer el amor puro que nunca recibí, un amor saludable, mi pequeña y yo llevamos nuestras tiritas de humor y dejamos huellas de arte sobre nuestros pedazos. Escribo con todo mi corazón para curar mis heridas, con ilusión por conocer mis letras, mi creación, que son el reflejo de mi luz propia, mi esencia. ¿Alguna vez te ha dolido el amor y también te ha salvado? A mí me quisieron muchísimo, pero mal, dejando cicatrices horribles en mi ser, pero hoy, gracias a mis personas favoritas, que son mi familia, mi regalo de Dios (y a mí misma también, que me descubrí y me quise hace poquito), puedo decir que he ganado un día más la batalla contra mi pasado. Gracias a ellos un paisaje luce dentro de mí, compartiendo espacio junto a mis tinieblas. Acepto el dolor y lo amo, porque me salvó e intenta constantemente hacerlo. Está ahí, como cuando tocas sin querer la vitro encendida de la cocina y el dolor intenso te aparta, haciendo que no dejes tu mano ahí ni por un instante más.

    Querido dolor, no quieras protegerme tanto, te recuerdo muchas veces y al hacerlo te siento intensamente, pero sé que estás cada vez más lejos de mí, más en el pasado, y es lo mejor para que sigas vivo en mí y no acabes destruyéndome. Yo te quiero y por eso evitaré que trabajes tanto. Ya sabes que ahora soy más prudente y estoy rodeada de personas que me quieren, que me cuidan, pero tú, por favor, mantente tranquilo, descansando y confiando en mí. Quiero recordarte, pero sin sentirte.

    Capítulo 1

    Probando el mindfulness

    Hola, soy Linda, tengo veintitrés años y, como hace cinco minutos, aquí sigo, intentando relajarme. Estoy lo más tranquila que puedo, con los ojos cerrados, imaginando que el tiempo no avanza. Mi gata Sora sube encima de mis piernas, me araña unos segundos, pero no me muevo, sonrío y respiro. Gracias a ella siento más tranquilidad, me regala su tembloroso y cálido ronroneo.

    Imagino que unos destellos dentro de mi cabeza van encajando, como si hubieran estado en movimiento por mucho tiempo, buscando algo continuamente que no llegan a encontrar. Los veo claramente, casi puedo sentirlos volviendo a su sitio; son de colores, pero no sé qué son. Por el momento no siento nada bueno ni malo, solo orden y paz. Escucho una obra que hay enfrente de la ventana de mi salón, es un ruido muy intenso, pero ya nada me molesta, mis pensamientos siguen fluyendo y empiezo a sentir que estoy dentro de algo.

    Es un hermoso prado verde, junto a un lago de agua cristalina donde me siento muy cómoda. No tengo frío ni calor y el sol deslumbra, sin que sus rayos me hagan daño en los ojos. Me veo andando de espaldas, pero sé que tengo la sonrisa bien marcada, me recuerda a la sonrisa de mi hija Zendaya. Me alegra ver que ella viene hacia mí corriendo y feliz. Salta y me abraza gritando «¡mami!». Lleva su bolsito dorado, su mecha fucsia en el pelo, un collar negro ajustadito y la chaqueta atada a la cintura.

    Las dos vemos algo de lejos que parece ser la sombra de un niño pequeño, que se mueve. Esta dentro de un espacio en blanco y negro, una habitación. No para de moverse repetitivamente y muy deprisa. El cielo comienza a nublarse, aparece un viento frío y mi pequeña y yo nos asustamos. Le digo que se ponga la chaqueta, saco de mi bolsillo derecho una bolsa, la abro y se asoman unas bolitas de colores muy brillantes, parecen suaves. Voy a coger una, pero me sorprendo al ver que no toca directamente mi piel, flota en mi mano y yo la paso a la mano de mi hija mientras veo cómo ahí sí que logra posarse correctamente. Zendaya cerró el puño y las dos vimos una luz azul saliendo entre sus dedos. Sonreímos.

    —¿Estás bien, mi amor?

    —Sí, mamá.

    Mientras cerraba la bolsa, ella me preguntó si también quería tomar una, a lo que respondí mintiendo.

    —Ya la usé antes, cariño, vamos, sigamos paseando.

    Se crea una masa suave azul y cálida alrededor de mi hija, quedando envuelta por ella y ya sin miedo, cogida de mi mano izquierda, me cuenta alegremente cómo le fue el día en el cole mientras paseamos. Sin darnos cuenta llegamos a aquella habitación ensombrecida y olvido guardar la bolsita que llevo en la mano derecha. Cuanto más nos acercamos, la sombra del niño pequeño se mueve menos y la habitación va teniendo color, está flotando en el aire. Hay en ella una lámpara, una mesita de estudio, una silla, cuadernos de colegio, una mochila y una cama cubierta por una manta marrón, que se ve un poco vieja y no parece muy suave. El pequeño está montado en un triciclo y va de lado a lado de la plataforma. ¡Ahora lo veo bien! Me sorprendo perdiendo la fuerza. Suelto a mi pequeña, se me cae la bolsa de la mano y me quedo un rato paralizada.

    —¡Hijo...! —digo temblando y agarrotada, mientras mis rodillas se doblan cayendo al suelo. Algo de mi garganta quiere salir, me ahogo y me duele el pecho. Mi cabeza está mirando hacia el suelo, que se moja con mis lágrimas rápidamente. Intento bajar la intensidad de mis latidos mientras pierdo la noción del tiempo

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