Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Mis Recuerdos Privados de La Epidemia Estigmatica de Hoffer

Descargar como doc, pdf o txt
Descargar como doc, pdf o txt
Está en la página 1de 18

MIS RECUERDOS PRIVADOS DE LA EPIDEMIA ESTIGMTICA DE HOFFER Por Dan Simmons

Mi queridsimo hijo: No importa que nunca leas esto. Peter, hijo mo, creo que es hora de explicarte los hechos sucedidos hace treinta aos. Siento una gran urgencia por hacerlo, aunque hay mucho que no comprendo (mucho que nadie comprende) y la poca anterior al Cambio hace mucho que se ha convertido en algo vago y ensoador para la mayora de nosotros. Creo todo, creo que tu madre y yo te debemos una explicacin, y har todo lo posible por proporcionrtela. Estaba viendo la televisin cuando lleg el Cambio. Supongo que la mayora de los americanos estaban sentados delante de sus televisores aquella noche. Da la casualidad de que estaba viendo las noticias nocturnas con Dan Rather en la CBS, y como vivamos en la zona este entonces, las noticias eran en directo. Algunos piensan que como el Cambio se produjo primero en nuestro hemisferio, fue el resultado de que la Tierra atravesara una especie de cinturn de radiacin csmica. Otros expertos sugieren que fue un microvirus que se filtr a travs de la atmsfera ese da y se extendi como algas en un estanque contaminado. Los religionistas (cuando haba religionistas) solan decir que el juicio de Dios empez en Amrica porque era la Sodoma y Gomorra de nuestro tiempo. Pero la verdad es que nadie saba entonces de dnde demonios

vino el Cambio, ni qu lo causa, ni por qu empez primero en el hemisferio occidental, y la verdad es que nadie lo sabe ahora. Y para ser sinceros, Peter, a nadie le importa un pimiento. Sucedi; y yo estaba viendo las noticias nocturnas con Dan Rather en la CBS cuando sucedi. Tu madre estaba preparando la cena. T estabas en la cuna que tenamos en el comedor. Dan Rather estaba hablando de los palestinos cuando de repente puso expresin de asombro, como cuando unos aos antes uno manifestantes se colaron en el estudio y empezaron a destrozar todo mientras l estaba en el aire, slo que esta vez se encontraba solo. Lo que suceda es que la cara de Dan se estaba fundiendo. Bueno, no se funda exactamente, pero flua, corra hacia abajo como si se hubiera convertido en cera y la hubieran metido en un horno caliente. Durante un momento pens que era la televisin o la maldita compaa de cable otra vez, e iba camino al telfono para darles un rapapolvo cuando vi que Dan Rather haba dejado de hablar y se agarraba la cara mientras flua y cambiaba y se reformaba como gelatina, as que colgu el telfono y volv a sentarme en el silln y grit: -Myra, ven aqu! Tuve que gritar otra vez, pero tu madre vino por fin, secndose las manos en un pao y quejndose de que nunca terminara la cena si no dejaba de gritarle y... se detuvo a media frase. -Qu le est pasando a Dan?- dijo entonces. -No lo s. Una especie de broma, tal vez. No pareca una broma. Era horrible. El rostro maduro pero todava atractivo de Dan haba dejado de moverse como cera derretida pero se retorca y reformaba en otra cosa. Los msculos y los huesos bajo la piel del rostro se movan como ratas bajo una lona. El ojo izquierdo pareca estar... bueno,

emigrando, movindose por la cara como un pedazo de pollo blanco flotando en un cuenco de sopa color carne. Hubo gritos fuera de cmara, la imagen se nubl y rebot, luego pasaron al logotipo, pero unos segundos despus volvieron a ofrecer la imagen de Dan ante la mesa, como si alguien en la sala de control o como quiera que se llame el sitio donde trabaja el director hubiera decidido que esto era noticia y al demonio con todo. Dan se haba puesto de pie y se tambaleaba, con las manos en la cara, obviamente mirndose en los monitores como si fueran espejos. Pasara lo que pasase, pude ver que la parte gelatinosa haba acabado. Nada se mova bajo aquellos dedos extendidos. Dan emita sonidos entrecortados, aunque el micrfono se haba soltado y los sonidos eran distantes. Entonces Dan baj las manos. -Jesucristo- dijo tu madre. Nunca maldeca, nunca tomaba el nombre de Dios en vano-. Jesucristo- dijo una segunda vez. La cara de Dan Rather se haba convertido en algo salido de uno de esos episodios de Historias de Ultratumba que solamos editar en HBO. Pero no era as en realidad, porque por muy bueno que sea el maquillaje, siempre sabes que es maquillaje. Pero aqu se notaba que esto era real. La cara de Dan Rather haba Cambiado. Su frente se haba desplomado, de forma que su flequillo gris (advertimos entonces que acababa de cortarse el pelo esa semana) se encontraba donde se hallaba el puente de la nariz dos minutos antes. Ya no tena nariz, slo un agujero abierto en el morro, una especie de probscide de oso hormiguero que se extenda por debajo de la barbilla y terminaba en una latiente membrana rosa que pareca lo que t imaginas que es tu odo si estuviera infectado. Y cada vez que lata podas ver en la cara de Dan (no me refiero a sus ojos ni nada, me refiero al interior de su

cara) todas las cosas verdes y mucosas que all haba, y huesos y carne interior y otras cosas brillantes. El ojo izquierdo de Dan haba dejado de emigrar hacia el lugar donde sola estar su pmulo izquierdo. Ese ojo pareca mucho ms grande ahora y era amarillo brillante. Su otro ojo estaba bien y pareca familiar, pero por encima y por debajo empezaban a crecer verrugas rojas. Las verrugas colgaban de donde estaba la mejilla y lo que antes era su entrecejo y parecan congregarse a lo largo de aquel promontorio huesudo y escamoso que haba crecido en la mejilla derecha como las escamas de la espalda de un estegosaurio. Y los dientes de Dan. Bueno, pronto supimos lo que significaba todo, la probscide hipcrita, las escalas de abuso de poder en la mejilla, los diente de Ambicin retorcindose en la piel alrededor de la boca saturada de carne... pero tienes que comprender que era la primera vez que veamos el Cambio y no tenamos ni idea de que los estigmas tenan que ver con el IQ de una persona, su temperamento o su carcter. Dan Rather trat de gritar entonces, los dientes de Ambicin atravesaron el msculo de la mejilla, y tu madre y yo gritamos por l. Entonces el director s cort (para pasar a publicidad), y tu madre dijo: -Y en los otros canales? -No consegu decir-. Estoy seguro de que slo es Dan. Pero cambie a la ABC y all estaba Peter Jennings tirando de lo que pareca un pulpo rosa medio destripado que se haba agarrado a la cara. Tardamos casi un minuto, boquiabiertos, en advertir que aqulla era su cara. Tom Brokaw era el menos afectado, pero se coloc las manos sobre las escamas de abuso de poder que brotaban en su mejilla, mandbula y cuello y sali corriendo del plat. Lo vimos ms tarde grabado. Pero en ese momento

todo lo que vimos fue el plat vaco de NBC y omos un sonido como un coyote haciendo grgaras. Descubrimos despus que era John Chancellor gritando cuando las mucosidades empezaron a brotar de sus poros. Finalmente apagu la tele, demasiado aturdido para seguir mirando. Adems, entonces ya haba anuncios en todas partes. Me volv hacia tu madre para decir algo, pero el Cambio haba empezado ya en ella. Seal y trat de decir algo, pero tena la boca seca, como si la tuviera llena de patatas fritas o algo as. Tu madre me seal y grit. El sonido pareca filtrado al atravesar las filas de dientes de ballena que haban sustituido sus dientes y hacan que su cara pareciera la parrilla de un Buick del 48. El resto de su cara estaba todava fluyendo y goteando y desmoronndose. Sent mi propia cara retorcerse. Me llev las manos a las mejillas. Haba otra cosa: algo que pareca un puado de uvas carnosas y latientes. Algo me haba crecido en la frente y bloqueaba la visin del ojo izquierdo. Tu madre y yo nos miramos mutuamente, volvimos a sealar, gritamos al unsono, y corrimos hacia el espejo del cuarto de bao. Tengo que decirte, Peter, que t estabas bien. Cuando finalmente pudimos volver a pensar, fuimos al comedor y nos asomamos a la cuna con cierto nerviosismo, pero t eras el mismo beb de diez meses sano y guapo que media hora antes. Cuando nos miraste, empezaste a llorar. No buscar ninguna excusa, querido hijo. Tena los carnosos cuernos sangrientos que slo desarrollaban los adlteros. No supimos lo que significaba durante unas cuantas semanas. Tardamos algn tiempo en averiguar las cosas. Pero tuvimos tiempo de sobra. El cambio era permanente. No necesariamente completo, aprendimos pronto, pero permanente. No haba vuelta atrs.

Las masas pulposas de uvas de carne que crecan en mis mejillas y mi cuello fueron llamadas despus papilomas Barrabs por quien quiera que pusiera nombre a todas esas cosas. El Cirujano General, tal vez. En todo caso, los papilomas Barrabs slo aparecan si jugabas un poco rpido con el dinero de los dems y lo perdas. Conmigo fue slo por unos cuantos miles de pavos pasados por alto en algn impreso de Hacienda. Pero Cristo, tendras que haber visto las fotos de Donald Trump en The National Enquirer el mes siguiente al Cambio. Tena papilomas tan gruesos que pareca una parra ambulante, slo que no era tan bonita, ya que podas ver a travs de la piel las venas y el lquido amarillo y todo eso. La boca de ballena de tu madre, descubrimos ms tarde, estaba conectada a chismorreos maliciosos. Si ella pareca un Buick del 48, tendras que haber visto a Barbara Walters, Liz Smith y todas sas. Cuando aparecieron sus fotos, pensamos que estbamos viendo una flota de Buicks. El ojo Quasimodo de tu madre y el maxilar mantis eran los resultados de pequeas crueldades, prejuicios raciales ocultos y estupideces autoimpuestas. Yo tena los mismos sntomas. Casi todo el mundo los tena. En cosa de un mes me sent feliz de tener slo los cuernos de sangre adlteros, un puado moderado de papilomas Barrabs, maxilar mantis, un rastro de Rathermorro, algunos huesos apticos que convertan mi frente en bordes Neanderthalenses y el caso habitual de lepra de mentiroso que me ocupaba la oreja izquierda y la mayor parte de lo que quedaba de la aleta izquierda de la nariz antes de que aprendiera a controlarlo. Tengo que decir de nuevo que t estabas intacto. Peter. La mayora de nios de menos de doce aos lo estaban. Veamos tu cara cuando nos mirabas desde la cuna y t estabas perfecto. Perfecto.

Aquellas primeras horas y das fueron terribles. Algunas personas se suicidaron, otras se volvieron locas, pero la mayora nos quedamos en casa y vimos la televisin. En realidad, se pareca ms a la radio, ya que nadie quera aparecer delate de las cmaras. Durante algn tiempo intentaron mostrar una fotografa pre-Cambio del periodista o presentador o de quienquiera que oyeras la voz al fondo, ms o menos igual que cuando daban informe por telfono desde Bagdad durante la guerra hace algunos aos, pero eso enfureca a la gente, y despus de unos cuantos miles de llamadas telefnicas olvidaron las fotos y slo mostraron el logotipo de la cadena mientras alguien lea las noticias. Anunciaron que el presidente se dirigira a la nacin a las diez de la noche hora del este, pero pronto lo cancelaron. No explicaron por qu, pero todos lo sabamos. Dio un discurso por radio la noche siguiente. Ninguno de nosotros se sorprendi cuando las fotos del presidente se filtraron por fin, aunque los cuernos de sangre y los tumores traicioneros fueron un pequeo shock. Fue su esposa quien sorprendi a todo el mundo. Tena tan buena prensa que medio esperbamos ver que no haba Cambiado. Durante varios meses no omos ni supimos de ella, pero cuando por fin apareci en pblico pudimos ver a travs de su velo de Hombre Elefante que no slo tena mltiples cuernos, sino la cara vuelta dentro afuera del Sndrome de Arrogancia Definitiva. Con todo, le fue mejor a Nancy Reagan. Se rumoreaba que la antigua Primera Dama no era ni siquiera reconociblemente humana durante los primeros minutos del Cambio y que fue acribillada por sus propios guardias del Servicio Secreto. La noticia oficial fue que la seora Reagan muri por el shock producido por la visin de su esposo despus del Cambio. Es cierto que el caso de Ron de lepra de Mentiroso, apata sea y sarcoma de estupidez era

impresionante, pero el viejo caballero se lo tom con calma y probablemente no habra interrumpido siquiera su calendario de apariciones pblicas pagadas si no se hubiera producido la muerte de Nancy. En cuanto al actual vicepresidente...; bueno, se deca que haba que verlo para creerlo. La prensa y los medios de comunicacin haban sido desagradables con l los aos anteriores, pero descubrimos que sus desagradables observaciones sobre la limitada inteligencia el vicepresidente se haban quedado dramticamente cortas. El joven que se haba quedado a las puertas de la presidencia se derriti como cartn mojado por la lluvia. Dicen que el sarcoma de estupidez era tan extendido que no qued ms que un traje, camisa y corbata a franjas rojas y azules tendidas en medio de un montn de morros retorcidos. La esposa del vicepresidente se convirti en un caso de libro de texto de dentitus Ambicin. No es cierto que no quedaran de ella ms que los dientes de quince centmetros, pero sa es la impresin que tuvimos en el momento. Antes de que te formes una idea equivocada, Peter, tienes que comprender que no me estoy cenando a los republicanos. Tampoco lo hicieron los estigmas. Ambos lados de la cmara sufrieron por igual. Nuestros oficiales electos fueron golpeados con tanta fuerza por el Cambio que el verbo senadorear pronto se us para describir a alguien que hubiera perdido casi toda su humanidad bajo los estigmas. Hubo un puado de resistentes, y algunos (como Ted Kennedy, segn dicen) se pusieron a cazar nuevas conquistas sexuales antes de que los papilomas, sarcomas, masas fibroides, distorsiones supraorbitales y surcos longitudinales dejaran de latir y manar. Durante una temporada la televisin no dej de pasar reposiciones y viejos anuncios (obviamente ninguno de los actores o presentadores se salvaron del Cambio), pero con el tiempo empezaron a filmar cosas nuevas.

Tardamos un ao antes de poder ir al cine y ver a los actores del post-Cambio, y para entonces ya estbamos preparados. Entonces no me molest ver el rostro vuelto hacia fuera del sndrome de AD de Dustin Hoffman, ni las marcas de viruela-albina racista de Eddie Murphy o el amasijo de cara con tentculos de obseso sexual y el goteo de ego absoluto que la personalidad de Warren le haba dado, pero ya no poda soportar mirar las imgenes de la gente del pre-Cambio. Me parecan tan extraos como aliengenas. La mayora de la gente senta exactamente lo mismo. Pero me estoy adelantando. Lo siento, Peter.

Esas primeras semanas fueron una locura, por expresarlo con suavidad. Casi nadie fue a trabajar. Se rompieron espejos. Suicidios y homicidios y ataques sin provocacin alcanzaron un nivel tan alto que todo el pas empez a tener cifras de muertes tan altas como las de Nueva York. No estoy exagerando. Hoy, por supuesto, la violencia de Nueva York casi ha desaparecido ahora que las diferencias raciales pasan casi inadvertidas y las bandas han desaparecido despus de que se demostrara que las lesiones de pus en los labios y cejas eran el resultado inevitable de pertenecer a una banda (aunque algunos todava llevan las lesiones con orgullo..., pero esos idiotas son fciles de evitar). Adems, los papilomas Barrabs desanimaron a un montn de ladrones y... Lo siento, me estoy adelantando otra vez. Aquellos primeros das y semanas fueron una locura. Nos quedamos en casa, escuchamos la tele, esperamos las conferencias de prensa del Centro de Control de Enfermedades daba dos veces al da, rompimos nuestros espejos,

evitamos a nuestras esposas y luego pasamos un montn de tiempo buscando nuestros reflejos en cualquier superficie brillante que no hubiramos destruido: tostadoras, platos de plata, cuchillos de mantequilla... Fue una locura, Peter. Un montn de parejas se separaron entonces, Peter, pero tu madre y yo nunca lo pensamos siquiera. Tard algn tiempo en explicar los cuernos de sangre, pero pasaban tantas cosas que entonces no parecan demasiado importantes. Con el tiempo la gente empez a regresar al trabajo. Algunos nunca dejaron de hacerlo: periodistas (los periodistas de prensa escrita permanecieron en sus trabajos con ms frecuencia que los de televisin), bomberos, un montn de personal mdico de bajo nivel (los doctores ricos estaban muy ocupados tratando sus malformaciones glteas de Usura), ladrones (que rpidamente se pusieron capuchas para ocultar su peculiar cadena de papilomas de Barrabs) y policas. La de la polica fue tal vez la menos afectada de todas las profesiones. Como individuos, conocan desde haca aos la basura y el pus y las almas malformadas que se ocultaban tras la blandura de la carne y el hueso preCambio. Ahora tendan a mirar sus propias distorsiones, se encogan de hombros y continuaban con su trabajo que, si acaso, haba sido facilitado por la gente que llevaba su interior en la cara. Fuimos los dems (las multitudes que habamos pretendido que la naturaleza humana era esencialmente benigna) los que tuvimos problemas para adaptarnos. Pero finalmente nos adaptamos. Primero nos aventuramos a salir a la calle con capuchas y pasamontaas y sombreros viejos sacados del armario, encontramos a otras personas en los supermercados y licoreras encapuchados

y ocultos de la misma forma y descubrimos que la vergenza no es tan mala cuando todo el mundo est en la misma situacin. Volv al trabajo despus de una semana. Llev la gorra de baseball con el velo de mosquitera durante los primeros das en la oficina, pero tena problemas para ver el monitor y pronto empec a quitrmela cuando estaba trabajando. MacGregor de contabilidad todava lleva su mscara de Repblica Bananera hoy da, pero sabemos que los papilomas de Barrabs estn all..., se pueden oler. Nuestro jefe no apareci durante casi un mes, pero cuando lo hizo no tena nada en la cabeza. Hizo falta valor porque su sarcoma de estupidez era tan acusado que nuevas pstulas fibroides le aparecieron entre el almuerzo y la hora de marcharnos. Todo el mundo explotaba y haca gotear y reventaba y apretaba sus papilomas y pstulas en los lavabos, y muy pronto la compaa adopt la poltica de que lo hiciramos en la intimidad de los retretes, donde se instalaron espejos y toallas. El nico tipo que conozco que se hizo rico durante aquellos primeros meses post-Cambio fue Tommy Pechota de Mezclas y Adquisiciones, que invirti en acciones de Kleenex. Pero volvamos a aquellos primeros das. Los rusos tuvieron unas diez horas para partirse de risa y hablar de la decadente Enfermedad Occidental antes de que el Cambio los alcanzara. Los golpe con fuerza. Haba incluso un estigma peculiar para los tipos de la KGB, antiguos y actuales, que converta sus rostros en el equivalente de un bicho aplastado en la carretera que no puedes identificar del todo y al que no quieres acercarte. Gorvachov y Yeltsin recibieron su racin de lo que un analista moscovita llam el Acn Comunista, pero Gorbie tena ms problemas que unas cuantas dificultades cosmticas. El Cambio hizo que la Revolucin de Marzo se acelerara y antes de que empezara el verano los

nuevos lderes estaban en el poder. Tampoco tenan mucho mejor aspecto (algunos tenan dientes de Ambicin), pero al menos ninguno rezumaba viruela comunista. Los japoneses se lo tomaron muy a pecho y empezaron a ver cmo afectara el Cambio al mercado internacional. Los europeos se volvieron un poquito salvajes; los franceses lanzaron un misil nuclear a la luna por ningn motivo en particular (pero pareci calmarlos un poco) y el Parlamento Britnico aprob una ley que converta en ofensa criminal comentar el aspecto de los dems y luego se disolvi para siempre, y los alemanes permanecieron tranquilos durante tres meses y luego, casi como acto reflejo porque la atencin mundial estaba distrada, invadieron Polonia. Nadie haba anticipado la malformacin Agresora-simple. Vers, pensbamos que el cambio era ms o menos completo. No sabamos en ese momento que incluso la participacin pasiva en un acto maligno nacional poda aadir nuevas y dramticas arrugas a la fisonoma. Ahora lo sabemos. Sabemos que el rostro humano puede retorcerse, doblarse y plegarse tan dramticamente durante los dolores de la dinmica Agresora-simple que un ser humano puede caminar con la cara que es casi indistinguible de un ano con ojos. Es muy fcil hoy da distinguir a un alemn que apoy la incursin polaca, o a un israel o un palestino, ya que la mayora de ellos sufrieron la Agresin-simple durante el Cambio en s, o a alguien (y aqu hablamos de varios millones de personas) demasiado activo complejo industrial-militar americano. Personalmente, Peter, aquello me hizo alegrarme de tener los estigmas que tena. en el

Las iglesias se llenaron durante las primeras semanas y meses, aunque una mirada a la mayora de los ministros, pastores y sacerdotes hizo bastante para vaciar los bancos. En justicia, un alto porcentaje de los hombres y las mujeres que vestan hbitos no eran ni mejor ni peor que el resto de nosotros durante el Cambio. Es que resulta demasiado difcil concentrarse en un sermn cuando una lepra de Mentiroso se est comiendo los prpados de alguien mientras escuchas. Eso no demostraba que la religin fuera una mentira, slo que la mayora de aquellos que predicaban la religin pensaban que estaban mintiendo. Los ministros televisivos fueron los peores, por supuesto. Peor que los senadores, peor que los vendedores de seguros (todos recordamos esos estigmas) e incluso peores que los estigmas de tentculos en lugar de lengua, y plipos en vez de labios de los vendedores de coches. Tu madre y yo lo vimos por cable aquella primera noche, Peter, cuando los ministros televisivos se autodestruan frente a las cmaras, uno tras otro. Los pailomas de Barrabs fueron los primeros, desde luego, pero esos papilomas eran infinitamente perores que los simples tumores que picoteaban mi mejilla y mi cuello. La mayora de los teleevangelistas no eran ms que papilomas, tentculos y plipos. Incluso sus ojos tenan bultos y verrugas. Luego la lepra de Mentiroso empez a comerlos, sus papilomas supuraron y explotaron, los centros de sus caras empezaron a crecer hacia adentro en un estilo similar al modo de Agresin-simple slo para pustular de nuevo en algo que pareca mucho a un hemorroide inflamado... y luego el proceso empezaba otra vez. Vimos a Jimmy Swaggart atravesar este ciclo tres veces antes de poder cambiar de canal y acudir a vomitar al cuarto de bao. Ahora no quedan en antena muchos de esos telepredicadores.

Supongo que me he salido del tema, Peter. Te promet una explicacin... o lo ms cercano a una que pudiera darte. Bueno, no es una explicacin, pero ir a los hechos y puede que sea suficiente. Lo ms difcil de todo era mirar a los nios. Normalmente empezaban su propio Cambio a los once o doce aos, a veces en la pubertad pero no siempre, aunque algunos nios Cambiaron mucho ms jvenes y unos cuantos duraron hasta los diecisiete o dieciocho aos. Todos Cambiaron. Y pudimos ver el motivo. ramos nosotros. Los padres. Los adultos. Los que impartamos cultura y compartamos sabidura. Slo que la cultura produca la viruela albina racista en los nios, y la sabidura compartida tenda a aumentar su sistema de estupidez y una docena de otros estigmas. Era doloroso mirarlos, no slo por los efectos del Cambio, sino por lo que aqullos decan de nosotros. Entonces nacieron los primeros bebs postCambio y los estigmas eran menores, innatos, pero ya en su sitio y creciendo. Nuestros genes llevaban ahora la informacin de los estigmas y nuestras personalidades se haban marcado en los fetos durante el Cambio. Pero t eras perfecto, Peter. En junio tenas ya un ao, y eras sano, feliz y perfecto. Recuerdo que era una noche agradable en la ciudad cuando tu madre y yo te vestimos con tus mejores ropitas azules, te pusimos una gorra porque las noches eran todava frescas y te llevamos al parque de la ciudad. De hecho, tu madre te llevaba en brazos mientras yo cargaba una gran caja con todas nuestras fotografas del pre-Cambio, lbumes de fotos, pelculas caseras y

cintas de video. No haba ningn anuncio oficial sobre aquella primera Reunin de Catarsis en el parque, pero la noticia deba de haber corrido de boca en boca desde das antes, si no semanas. Recuerdo que no hubo ningn orador oficial y nadie de entre la multitud habl tampoco. Simplemente nos reunimos alrededor del montn de madera y muebles rotos impregnados en keroseno cerca de la piscina municipal. Haba silencio a excepcin del ladrido nervioso de unos cuantos perros: silencio a excepcin de los ladridos y los llantos y los gritos rpidamente silenciados de unos cuantos de los cientos de nios que haban sido llevados. Entonces alguien (no tengo idea de quin) se adelant y encendi la hoguera. Una mujer mayor con toda una vida de estigmas avanz entonces y empez a vaciar su caja de fotografas. Durante un momento fue una silueta solitaria contra las llamas y entonces algunas personas ms empezaron a avanzar, normalmente hombres, mientras las mujeres se quedaban con los nios, y sin dilogo ni sentido de la ceremonia, empezamos a deshacernos de nuestras cajas de fotos. Recuerdo cmo las cintas de video se fundieron y arrugaron y restallaron... igual que nuestras caras durante el Cambio. Entonces todos vaciamos nuestras cajas y mochilas y retrocedimos, una mano alzada para proteger nuestros rostros del terrible calor de la enorme hoguera. No podamos ver la ciudad tras nosotros ahora, slo las llamas y las chispas elevndose a la noche sin estrellas sobre nosotros y las caras estigmatizadas y enrojecidas por el calor de nuestros vecinos y amigos y conciudadanos. Recuerdo lo excitados que estaban tus ojos azules. Peter. Tus mejillas eran rojas a la luz reflejada de la hoguera y tus ojos eran luminosos e intentabas sonrer, pero un aroma de locura en el aire hizo que tu sonrisa de un ao se volviera un poco trmula.

Recuerdo lo tranquilo que yo estaba. Tu madre y yo no lo habamos discutido y no lo discutimos ahora. La mir con mi ojo bueno y ella me mir y ya nuestras nuevas caras parecan normales y necesarias. Entonces te puso en mis brazos. La mayora de los que se acercaban ahora a la hoguera eran los padres, aunque haba algunas mujeres (madres solteras posiblemente) e incluso un puado de abuelos. Algunos de los nios empezaron a llorar mientras nos acercbamos al crculo de calor. T no lloraste, Peter. Volviste la cara hacia uno de mis hombros y cerraste los ojos y los puos como si pudieras espantar un mal sueo slo con no mirar. No hubo vacilacin. El hombre que tena al lado arroj en el mismo segundo, con el mismo movimiento que yo. Su hijo chill mientras volaba hacia la hoguera. No o nada por tu parte mientras te alzabas sobre la periferia exterior de las llamas, pareciste gravitar un segundo como considerando volar hacia arriba con las chispas y entonces caste al corazn de la rugiente hoguera. Todo dur menos de diez minutos. Tu madre y yo regresamos a casa y cuando mir atrs, todo el mundo se haba marchado excepto los miembros del departamento de bomberos, que esperaban con un camin para asegurarse de que la hoguera se consumiera sola. Recuerdo que tu madre y yo no hablamos durante el camino de regreso a casa. Recuerdo lo frescos y maravillosos que olan aquella noche los cspedes recin segados y los jardines regados.

No fue aquella noche, sino tal vez una semana ms tarde, cuando vi por primera vez la pintada en una pared cerca de la estacin de tren: Las monstruosidades que caminaban por las calles era las caras de algunas personas tan inacabadas como sus mentes. Eric Hoffer No saba entonces quin era Eric Hoffer y admito que no he tenido tiempo de averiguarlo. No s si estar an vivo, pero espero que s. Espero que estuviera presente durante el Cambio. Vi ese eslogan escrito en varias partes despus, aunque han pasado aos desde que lo vi y tal vez he escrito mal las palabras. S que algunas personas del CDC se refieren al cambio como una epidemia estigmtica de Hoffer, pero creo que se refieren al neurlogo alemn que fue el primero en presentar la teora de la plasticidad ampliada del ARN-activo o como se llame ese retrovirus. Magnfico. Ya no importa nada porque incluso los expertos admiten que el Cambio es definitivo y no hay vuelta atrs. No queremos volver atrs. El Cambio fue doloroso; un nuevo Cambio sera horrible de soportar. Adems, sera casi imposible vivir en un mundo donde hubiera que imaginar qu papilomas y surcos y lesiones acechaban ocultos bajo las sonrientes y rosadas pieles de nuestras parejas, amigos y colaboradores. Eso es todo, Peter. Ya es casi la hora de las noticias de la CBS, as que tengo que marcharme.

Me siento bien despus de haberte escrito. Pondr la carta en la caja del desvn con las ropas de beb que tu madre dobl tan cuidadosamente hace tantos aos. Slo quera explicar lo que pas. Explicar y decir que sigo siendo...

Tu padre, que te quiere

También podría gustarte