Medianoche de amor de Michel Tournier:

Tras varios aos de felicidad, Yves y Nadge forman una pareja que ha dejado de entenderse. Decididos a separarse, invitan a sus amigos a una velada en su casa con el fin de comunicarles la triste noticia. Durante una noche entera, delante de una mesa repleta de exquisitos manjares, los invitados a esta Medianoche de amor -al igual que los comensales de El Decamern de Bocaccio- rivalizarn en ingenio y debern contar cada uno de ellos un cuento o una historia que supere a la anterior en fuerza y belleza. Estos relatos cambiarn las relaciones de pareja. Al amanecer, cuando ya se han marchado los invitados, Yves y Nadge saben que no se separarn jams. En Medianoche de amor Michel Tournier nos ofrece un espectculo de primera magnitud, basado en la recreacin de mitos y su transformacin en un conjunto de relatos legendarios, satricos y llenos de magia encaminados a mostrar al lector la salvacin a travs de las palabras. Glasserman: Acontecimiento y repeticin En Medianoche de amor, Michel Tournier, narra los avatares de una pareja que deja de entenderse despus de varios aos de matrimonio. En el primer captulo aparece con fuerza, una de las problemticas habituales con la que nos encontramos los terapeutas de parejas. Ella dice Aqu estamos separados por una inmensa playa de silencio Y ms adelante agrega.el domingo vamos a almorzar a un restaurantA veces siento tanta vergenza de nuestro mutismo que muevo en silencio los labios para hacer creer a los otros clientes que estoy hablando Ms adelante Ella dice: .una pareja se construye lentamente en el curso de los aos, y las palabras que intercambia adquieren con el tiempo una importancia creciente. Al principio bastan los gestos. Despus el dilogo gana en extensin. Es necesario que gane tambin en profundidad. Las parejas mueren por no saber ya qu decirse. Mis relaciones con un hombre terminan el da en que al encontrarme con l tras una jornada transcurrida en otra parte, ya no tengo ganas de contarle lo que he hecho, ni de escuchar de sus labios cmo ha ocupado por su parte aquellas horas sin m El aduce que aunque no se caracterice por ser parlanchn, ella frecuentemente le interrumpe sus historias, cuando manifiesta el cansancio por haberlas escuchado cien veces. l dice: En ese sentido me hiciste un da una proposicin diablica, y an me pregunto si hablabas en serio. Me propusiste que numerara mis historias. En adelante, en lugar de contarte una de principio a fin con todos los refinamientos de un buen narrador, tena que limitarme a enunciar el nmero, y t comprenderas en el acto. Yo dira 27 y t encontraras en tu memoria la historia del perro de mi abuela, etc, historia 71, la fidelidad de dos gaviotas14, la odisea de mi abuelo en su nica visita a Pars Pero entonces no me reproches mi silencio! Ella: Es que me conozco todas tus historias, y hasta las cuento mejor que t. Un buen narrador tiene que saber renovarse. La respuesta de l, me parece que introduce un elemento muy importante de destacar que retomaremos ms adelante. l: No necesariamente. La repeticin es parte del juego. Hay un ritual del relato que, por ejemplo, respetan los nios. Sin preocuparse de la novedad, exigen que se les cuente la misma historia en los mismos trminos De la misma manera, hay un ritual de la vida cotidiana, de las semanas, las estaciones, las fiestas, los aos

 Hay una determinada idea bastante temible para matar el dilogo de una pareja, y es la del odo virgen. Si un hombre cambia de mujer es para encontrar en la nueva un odo virgen para sus historias. Don Juan no era ms que un incorregible hablador Ellos continan conversando hasta decidir que lo mejor es separarse, que lo harn en una cena con sus amigos a la orilla del mar en la noche ms corta del ao para que dure hasta el amanecer. Ella: Les hablaremos, nos hablarn, ser la gran charla sobre la pareja y el amor Cuando todo el mundo haya dicho lo que tiene que decir, t golpears el vaso con el cuchillo y les enunciars solemnemente la triste noticia Llega la noche de la cena. Los amigos narran historias muy interesantes. Especialmente haremos alusin a una llamada: Los dos banquetes o la conmemoracin. Esta historia hace referencia a un califa quien deba elegir un cocinero para su palacio. Impaciente, le exige a su intendente que lo encuentre lo antes posible. Este le explica que ya tiene dos candidatos y que le resulta imposible elegir. El califa luego de pensarlo mucho, decide darles la oportunidad a ambos en dos banquetes sucesivos del palacio. As se hace. El domingo siguiente se realiza el primer banquete. Era tan inimaginable superar las exquisiteces presentadas que los comensales instaban al califa a nombrarlo cocinero de la corte sin esperar al otro. Sin embargo, el califa mantuvo la idea de darle la oportunidad de competir al otro candidato. Al domingo siguiente se ofreci el otro banquete. Fue grande la sorpresa cuando lleg el primer plato a la mesa, ya que era el mismo del banquete anterior. Exquisito, sutil, rico, pero idntico al anterior. Todos se iban poniendo nerviosos a medida que la comida avanzaba, ya que con los otros platos, ocurri lo mismo. Pensaban que el califa enfurecera, por sentirse burlado. Por el contrario, al finalizar la comida l hizo venir a los dos cocineros y dijo: .todos habis podido apreciar en estos dos banquetes el arte y la inventiva de los dos cocineros aqu presentes creo que estaris todos de acuerdo conmigo en reconocer y proclamar la inmensa superioridad del segundo cocinero sobre el primero. Pues si la comida que degustamos el pasado domingo era tan sutil, original, rica y suculenta como la que nos ha servido hoy, no era sino una comida principesca. Pero la segunda, en la medida en que era la exacta repeticin de la primera, se elevaba a una dimensin superior. El primer banquete era un acontecimiento, el segundo, una conmemoracin, y si el primero era memorable, fue el segundo el que le confiri retroactivamente tal memorabilidad. As, si aprecio en casa de mis amigos y de viaje que me sirvan comidas principescas, aqu en palacio, slo quiero comidas sacras. Sacras, s, pues lo sacro no existe sino por la repeticin, gana en eminencia con cada repeticin A partir de ah, el califa contrata a ambos cocineros, al primero para que en los viajes se abra a los productos nuevos, a los descubrimientos gastronmicos y al segundo lo reserva para el cuidado de la disposicin inmutable de mi ordinario. Ser el sumo sacerdote de mis cocinas y el conservador de los ritos culinarios y manducatorios que le confieren a la comida su dimensin espiritual Al final de la cena despus que ya todos los amigos se retiraran, la mujer de esta pareja le dice a su marido: No te levantaste no les anunciaste a nuestros amigos la triste noticia de nuestra separacin l le contesta: Es que la fatalidad de tal separacin ya no pareci tan evidente al entrarme en la pareja todas esas historias Ella: Si, tal vez lo que nos faltaba era una casa de palabras en la que habitar juntos La literatura como panacea de las parejas perdidas. Tu cena nocturna marina

estaba exquisita Te nombro cocinero jefe de mi casa: Sers el sumo sacerdote de mis cocinas y el conservador de los ritos culinarios que le confieren a la comida su dimensin espiritual. Lo que deseo destacar a travs de esta historia es que as como el encuentro amoroso, situacin de origen de la mayor parte de las parejas, es ledo como acontecimiento, la repeticin que es constituyente de la trama cotidiana (que no necesariamente implica aburrimiento), puede ser pensado como conmemoracin. Al respecto dice Bataille, lo ms grave es que el hbito en el matrimonio se sola entender como lo que apaga la intensidad implicando costumbre. Y como consecuencia, al erotismo repetido se le atribua ausencia de valor en lo referente al placer. Sin embargo sin una secreta comprensin de los cuerpos, que slo a la larga se establece, la unin es furtiva y superficial. El hbito tiene el poder de profundizar lo que la impaciencia no reconoce