Taller de Duelo
Taller de Duelo
Taller de Duelo
Taller: Aprendiendo de la prdida. El proceso del duelo, estrategias de para su manejo. Poblacin objetivo: 20 funcionarios pertenecientes al Hospital de la Comuna de Mulchn. Duracin aproximada: 4 Horas. Profesional responsable: Ps. Paola Campos Barriga I. Ps. Cristian Moreno Madrigal.
OBJETIVO GENERAL: Capacitar a los participantes en tcnicas para el manejo del Duelo.
OBJETIVOS ESPECFICOS: Sensibilizar a los participantes con respecto a qu se entiende por Duelo y sus efectos. Instruir a los participantes respecto a diferentes tcnicas para el manejo del Duelo.
Contenidos del taller: Qu es el duelo, cunto tiempo dura y qu puede ocurrir. Cmo lo viven: los nios, jvenes, adultos, adultos mayores y otras personas con dificultades. Tcnicas para el manejo del duelo: Cosas que se deben y que no se deben hacer cuando se ayuda a una persona que ha sufrido una prdida. Principios y Procedimientos para manejo del duelo.
1. Bienvenida y Presentacin (Dinmica el fsforo, 20 minutos. Ver anexo). 2. Primera exposicin de temas (1 hora):
Qu es el duelo, cunto tiempo dura y qu puede ocurrir. Cmo lo viven: los nios, jvenes, adultos, adultos mayores y otras personas con dificultades.
3. Dilogo grupal acerca de los temas tratados (20 minutos). 4. Coff Break (20 minutos). 5. Exposicin final de temas (1 hora):
Tcnicas para el manejo del duelo: Cosas que se deben y que no se deben hacer
cuando se ayuda a una persona que ha sufrido una prdida. Principios y Procedimientos para manejo del duelo
6. Dilogo grupal acerca de los temas tratados (20 minutos). 7. Cierre del taller (30 minutos): Actividad de finalizacin: Anlisis de casos y posterior exposicin (ver anexo). Dilogo final (comentarios) y despedida.
CONTENIDOS Qu es el duelo? Me resulta imposible imaginar que ya nunca estar sentada contigo, ni oir tu risa, que todos los das por el resto de mi vida estars ausente CARRINGTON El duelo es el proceso de adaptacin que permite restablecer el equilibrio personal y familiar roto con la muerte del ser querido. Resulta especialmente relevante cuando se pierde a alguien muy importante y, pese a ser algo natural, puede suponer un gran dolor, desestructuracin o desorganizacin. El duelo se caracteriza por la aparicin de pensamientos, emociones y comportamientos causados por la muerte del ser querido. Cuando alguien importante muere, una parte de nosotros muere con l y esto, inevitablemente, provoca dolor. A pesar del sufrimiento que causa, el duelo es normal y ayuda a adaptarse a la prdida, prepara para vivir sin la presencia fsica de esa persona y mantienen el vnculo afectivo de forma que sea compatible con la realidad presente. No suele ser necesario el empleo de frmacos. Si el malestar excesivo, puede ser conveniente buscar orientacin y gua en los profesionales. Cunto tiempo dura? La esperanza y la paciencia son dos infalibles remedios, los ms seguros y suaves, para descansar mientras dura la adversidad BURTON No se puede decir que el duelo se mantiene un tiempo determinado porque su duracin es muy variable. An as, podemos considerar que los dos primeros aos suelen ser los ms duros, luego se experimenta un descenso progresivo del malestar emocional. De todos modos, cada persona tiene su propio ritmo y necesita un tiempo distinto para la adaptacin a su nueva situacin.
Qu puede ocurrir? Comprenders entonces merced a estos signos misteriosos que una vez ms el amor ha vencido a la muerte NERVO Durante el proceso del duelo se pueden producir una serie de pensamientos, sentimientos y conductas fruto de la prdida y que en principio, se pueden considerar normales. La mayora de los cientficos opinan que la reaccin a la muerte de un ser querido es algo muy humano por extraa que sea la forma de presentarse. Algunas de estas manifestaciones son: Manifestaciones normales del duelo segn W. Worden: Sentimientos Tristeza Enfado Culpa y auto-reproche Bloqueo Ansiedad Soledad Fatiga Impotencia Anhelo Emancipacin Alivio Insensibilidad Confusin Conductas Soar con el fallecido Evitar recordatorios del fallecido Suspirar Llorar Atesorar objetos que pertenecan a la persona fallecida Buscar y llamar en voz alta Sensaciones fsicas Opresin en el pecho Opresin en la garganta Hipersensibilidad al ruido Falta de aire Debilidad muscular Falta de energa Sequedad en la boca Vaco en el estomago Sensacin de despersonalizacin
En los primeros momentos, la persona se enfrenta al choque inicial producido por la prdida. Pueden aparecer manifestaciones tanto fsicas como psquicas tales como: vrtigos, nuseas, temblor o alguna irregularidad en el ritmo cardiaco, sensacin de irrealidad, confusin, rechazo, vaco, tristeza, ansiedad, incredulidad (no es posible, no es verdad), e incluso la negacin de la situacin (manifestada a travs de un comportamiento tranquilo e insensible o, por el contrario, exaltado). Otra reaccin frecuente es la de hacer reproches a quien acaba de morir (cmo puedes hacerme esto a m?). Algunas veces se siente un cierto alivio por el fallecido (gracias a Dios que ya no sufre ms) unido a un alivio personal (no creo que hubiera podido resistirlo durante mucho ms tiempo). El decaimiento o abatimiento producido por la pena hace que la persona viva replegada sobre s misma. Desestima todo aquello que pueda alejarle de su preocupacin. Nada le interesa ya, para l/ella el mundo est vaco y carece de atractivo. Por este motivo, hasta las acciones ms simples pueden significar un esfuerzo desproporcionado. Toda la atencin, toda la energa se concentra en la persona perdida. Cualquier otro asunto o inters parece, por el momento, relegado, dejado de lado. Se pueden producir alteraciones en el sueo (insomnio, agitacin...) que pueden durar algn tiempo. Si usted se encuentra en esta situacin es recomendable que no se automedique, sino que consulte con su mdico para que ste le prescriba el medicamento ms ajustado a sus necesidades. En estos momentos puede soar con la persona desaparecida. Esto puede ocasionar sentimientos de diversa ndole, como satisfaccin, preocupacin, alegra, tristeza, desasosiego... No es extrao tener la sensacin de ver a la persona fallecida, notar su presencia u or su voz. Estas percepciones pueden ser consecuencia de un sentimiento de anhelo, o de la necesidad de recuperar a la persona perdida. Un fenmeno muy frecuente es el miedo a contraer la misma enfermedad que acab con la vida del enfermo. No se extrae si en algn momento usted siente algunos de los sntomas que tena su ser querido antes de morir. Esta es una reaccin frecuente que expresa los lazos afectivos existentes entre enfermo y familiares. Si la situacin persiste, no dude en visitar a su mdico quien, si lo cree necesario, le har unos anlisis... para que todos puedan recuperar la tranquilidad. Pueden surgir dudas relativas a la posibilidad de haber mostrado hostilidad, falta de amabilidad o negligencia que hayan contribuido a la muerte de la persona. A ello se
suman remordimientos por todo aquello que no se hizo cuando el ser amado an se hallaba con vida. Todo esto puede generar sentimientos de culpa casi siempre infundados. En el perodo del duelo, algunos familiares pueden tener dudas sobre los tratamientos o sobre las decisiones que se tomaron durante la enfermedad de su ser querido, lo que puede generar sentimientos de culpa, rabia, impotencia... Si ste es su caso, no dude en ponerse en contacto con el mdico, este le aclarar todas las dudas que usted le quiera formular. Los sentimientos de culpa pueden deberse al deseo, ms o menos consciente, de que el enfermo muriese. Esta idea suele aparecer a causa del agotamiento que supone el cuidado prolongado a estos enfermos. Si usted ha tenido alguna vez un pensamiento de este tipo debe saber que es legtimo y normal. Es absolutamente lgico desear que todo termine cuando ya no hay ninguna esperanza y que, de una vez, todos, enfermo y familiares, puedan descansar. Y, por supuesto, nunca olvide que la muerte de su ser querido no ha tenido nada que ver con su deseo. En los casos en los que el doliente pueda sentirse culpable por seguir vivo habiendo muerto el ser querido, debe recordar que usted no ha sido el causante o responsable de que las cosas hayan sucedido de esa forma y en ese orden. Por otro lado, cuando una persona viuda establece una relacin afectiva con otra persona y piensa en normalizarla y hacerla oficial, tambin puede aparecer en l/ella un importante sentimiento de culpa. En ocasiones, esta persona vive este nuevo acontecimiento con una gran culpabilidad y sensacin de deslealtad e infidelidad. Los hijos tambin pueden tener dificultades para aceptar esta situacin, especialmente si prevn que puede haber una sustitucin del padre o la madre desaparecidos. Recuerde que est vivo, que tiene derecho a vivir y a sentirse bien con ello. El duelo a lo largo del tiempo Al principio, la imagen del desaparecido ocupa por completo la mente del doliente. Se le recuerda constantemente y se echan de menos pequeos detalles de la vida cotidiana que se compartan con l o con ella. Con el paso del tiempo, se alternan estos momentos de recuerdo doloroso con la paulatina reorganizacin de la vida externa e interna. Progresivamente, van espacindose los recuerdos ms amargos para dar paso a los que resultan ms apreciados. Puede haber y habr perodos de recrudecimiento en fechas sealadas (navidades, cumpleaos, aniversarios, etc.) sin que esto suponga una ruptura de la normalidad. Se dar tambin una separacin de los objetos personales del fallecido, guardando solamente los que considera como particularmente evocadores y significativos.
Confinado al principio- en su casa y soportando las visitas, ahora acepta salir y ver progresivamente a parientes y amigos y establecer nuevas relaciones. El dolor y la pena van disminuyendo y la persona experimenta alivio (hace aos se deca estar de alivio cuando una persona dejaba de estar de luto y cambiaba progresivamente las ropas negras por ropas grises, blancas y malvas). Llega, por fin, un momento en el que la persona en duelo retoma las ganas de vivir, mira hacia el futuro, se interesa por situaciones nuevas y es capaz de ilusionarse de nuevo y expresarlo. El poeta Trossero describe esta fase de esta forma: Cuando hayas terminado de aceptar que tus muertos se murieron, dejars de llorarlos Y los recuperars en el recuerdo para que te sigan acompaando con la alegra de todo lo vivido...
Cmo lo viven los nios, los adolescentes, adultos, adultos mayores y las personas con dificultades? ahora no es momento de pensar en lo que no tienes. Piensa en lo que puedes hacer con lo que hay HEMINGWAY El concepto de muerte es abstracto y complejo, de ah que la forma de abordarlo y comprenderlo dependa de aspectos tales como la edad, el nivel de desarrollo, la educacin, la religin, etc. A continuacin se presentan las caractersticas particulares de los miembros de familia que pueden ser ms vulnerables a la prdida de un ser querido. Los nios: En los nios las manifestaciones de duelo normales pueden presentarse inmediatamente despus de la prdida o pasado un tiempo de la misma. Las ms frecuentes son las siguientes: Conmocin y confusin ante la prdida de un ser querido. Ira, manifestada en juegos violentos, pesadillas e irritabilidad. Enojo hacia los otros miembros de la familia.
Gran miedo o temor a perder al padre o la madre que an sigue vivo. Vuelta a etapas anteriores del desarrollo. Esto hace que acte de manera ms infantil, por ejemplo, exigiendo ms comida, ms atencin, ms cario, hablando como un beb, etc. En algunas ocasiones pueden creer que son los culpables de la muerte de su familiar por cosas que han dicho, hecho o deseado, (como por ejemplo: no quiero volverte a ver). Tristeza que puede manifestarse con insomnio, prdida de apetito, miedo prolongado a estar solo, falta de inters por las cosas que antes le motivaban, disminucin acentuada en rendimiento escolar y deseo de irse con la persona fallecida.
Algunas sugerencias para ayudar al nio: Ser completamente honesto: Acompaar a un nio en duelo significa ante todo NO apartarle de la realidad que est viviendo, los nios son sensibles a la reaccin y el llanto de los adultos, se dan cuenta de que algo pasa y les afecta. Cundo y cmo dar la noticia?: Aunque resulte muy doloroso y difcil, es mejor informarles de lo sucedido lo antes posible, buscaremos un momento y un lugar adecuado, le explicaremos lo ocurrido con palabras sencillas y sinceras (Ha ocurrido algo muy triste. El abuelo ha muerto, ya no estar ms con nosotros porque ha dejado de vivir). Explicar cmo ocurri la muerte: Procuraremos hacerlo con pocas palabras. Por ejemplo, Ya sabes que ha estado muy, muy enfermo durante mucho tiempo, la enfermedad que tena le ha causado la muerte. Las personas slo se mueren cuando estn muy, muy enfermos. En caso de accidente podemos decirle que qued muy, muy malherido. Sea como fuere la muerte, de nada sirve ocultarlo porque tarde o temprano acabarn enterndose por alguien ajeno a la familia. Es mejor explicar cmo fue y responder a sus preguntas. Qu podemos decirles si nos preguntan el por qu?. Es bueno que sepan que todos los seres tienen que morir algn da y que le ocurre a todo el mundo. Los nios en su fantasa pueden creer que algo que pensaron o dijeron caus la muerte. Hay que decirle con calma pero con firmeza que no ha sido culpa suya. Para los nios menores de cinco aos la muerte es algo provisional (creen que la persona que ha fallecido puede volver en cualquier otro momento). Tambin pueden considerar que la persona muerta sigue comiendo, respirando, existiendo y que se despertar algn da.
Para que el nio entienda qu es la muerte, suele ser til hacer referencia a los muchos momentos de la vida cotidiana donde la muerte est presente (como por ejemplo sucede con los animales, las plantas). Permitir que participe en los ritos funerarios: Darle la oportunidad al nio de asistir y participar, si as lo desea, en el velatorio, el funeral, el entierro... Tomar parte en estos actos puede ayudarle a comprender qu es la muerte y a iniciar mejor el proceso de duelo. Es aconsejable explicarle con antelacin qu ver, qu escuchar y el por qu de estos ritos. Permitirle ver el cadver si l quiere, pero siempre acompaado de un familiar o persona cercana. Muchos nios tienen ideas falsas respecto al cuerpo. Insistir en que la muerte no es una especie de sueo y que el cuerpo no volver ya a despertarse. Antes de que vea el cadver, explicarle dnde estar, que aspecto tendr. Lo ideal es que pueda pasar un rato de tranquilidad e intimidad con el cadver. Si el nio no quiere verlo o participar en algn acto, no obligarle ni hacer que se sienta culpable por no haber participado. Animarle a expresar lo que siente: Los nios viven emociones intensas tras la prdida de una persona amada. Si la familia acepta estos sentimientos, los expresarn ms fcilmente y sto les ayudar a vivir de manera ms adecuada la separacin. Frases como no llores, no ests triste, tienes que ser valiente, no est bien enfadarse as, pueden cortar la libre expresin de las emociones e impedir que se desahogue. En los nios la expresin del sufrimiento por la prdida no suele ser un estado de tristeza y abatimiento como el de los adultos. Es ms frecuente apreciar cambios en el carcter, cambios frecuentes de humor, disminucin del rendimiento escolar y alteraciones en la alimentacin y el sueo. Mantenerse fsica y emocionalmente cerca del nio. Permitirle estar cerca, sentarse a su lado, sostenerlo en brazos, abrazarlo, escucharle, llorar con l e incluso dejarle que duerma cerca, aunque es mejor que sea en distinta cama. Buscar momentos para estar separados, dejarle solo en su habitacin, dejarle salir a jugar con un amigo Es bueno decirle que aunque estamos muy tristes por lo ocurrido vamos a seguir ocupndonos de l lo mejor posible. Lo que ms ayuda a los nios frente a las prdidas es recuperar el ritmo cotidiano de sus actividades: el colegio, sus amigos, sus juegos familiares, las personas que quiere. Tambin es bueno garantizarle el mximo de estabilidad
posible. No es buen momento para cambiarle de colegio. En cambio es positivo asegurarles que vamos a seguir queriendo a la persona fallecida y que nunca la olvidaremos. Estar atentos a la aparicin de algunos signos de alerta como: o o o o o o o o o o Exceso de llanto durante periodos prolongados. Rabietas frecuentes y prolongadas. Apata e insensibilidad. Un periodo prolongado en el que el nio pierde inters por los amigos y actividades que solan gustarle. Frecuentes pesadillas y problemas de sueo. Miedo a quedarse solo. Comportamiento infantil durante un tiempo prolongado (por ejemplo, hacerse pis, hablar como un beb, pedir comida a menudo...). Frecuentes dolores de cabeza solos o acompaados de otras dolencias fsicas. Imitacin excesiva de la persona fallecida y expresiones repetidas de la voluntad de reencontrarse con l/ella. Importantes cambios en el rendimiento escolar o no querer a ir a la escuela.
La presencia prolongada de alguno o varios de estos signos puede indicar la existencia de una depresin o de un sentimiento de dolor sin resolver. Pida ayuda a un profesional para que valore la situacin, facilite la aceptacin de la muerte y asesore a la familia en el proceso de duelo.
Los Adolescentes: La adversidad tiene el don de despertar talentos que en la prosperidad hubiesen permanecido durmiendo HORACIO Con buena intencin, los padres intentan evitar el sufrimiento a los adolescentes y adoptan conductas sobreprotectoras que dificultan la resolucin adecuada del duelo. Contrariamente a lo que los adultos creen, los adolescentes son conscientes de la muerte y de los cambios que se producen. La forma de reducir su sufrimiento es hacerles partcipes de la vida familiar. Las manifestaciones del duelo en los adolescentes son similares a las de los adultos. En los ms jvenes predomina el malestar fisiolgico (por ejemplo, los dolores de cabeza o estmago) y en los mayores el psicolgico (por ejemplo, la baja autoestima).
Los efectos del duelo en este grupo de edad pueden ser muy importantes. Si no se resuelve adecuadamente puede producir problemas graves y duraderos como la baja autoestima, el abuso de drogas, la delincuencia, la confusin, los problemas de rendimiento escolar o laboral, la promiscuidad sexual, el embarazo precoz o el suicidio. ALGUNAS SUGERENCIAS PARA AYUDAR AL ADOLESCENTE EN DUELO: Proporcionar informacin clara y adecuada sobre lo sucedido. Permitir y respetar la expresin o no de sentimientos y emociones. Puede ocurrir que el adolescente reprima sus sentimientos para no parecer infantil. En tal caso, los adultos pueden servir de modelos de la expresin adecuada del duelo. Es importante reconocer su persona, su forma de ser y de llevar el duelo. Potenciar su participacin, siempre que l quiera, en diferentes ritos funerarios, como una de las formas de facilitar la aceptacin de la realidad de la prdida. Ejemplos de ello son ir al cementerio, visitar el lugar donde se esparcieron las cenizas, recordar el aniversario de la muerte y participar en distintas celebraciones religiosas. La sobreproteccin entendida como una manera de evitar el sufrimiento puede ser interpretada por el adolescente como una forma de no tenerle en cuenta. Mostrarse cercanos y disponibles para el momento en que nos necesiten. El apoyo de los familiares, amigos y personas importantes es fundamental para evitar que el adolescente canalice su afliccin de forma destructiva o auto-destructiva. En caso de llegar a este punto, es necesario recurrir a la ayuda de un especialista. Mantener las rutinas y las normas. Siempre que resulte posible, es muy importante conservar los hbitos, las costumbres, los horarios y las normas establecidas de forma que no sienta que el mundo entero se desestabiliza y se desorganiza ante l. Esta manera de actuar ayuda a conservar cierto orden dentro de la confusin que supone la muerte de un ser querido y contribuye a la estabilidad del adolescente. Garantizar la atencin y el afecto. Si los padres estn muy afectados y no pueden asumir sus responsabilidades es importante buscar una figura significativa que garantice las atenciones necesarias mientras los padres se recuperan emocionalmente. Recordar que es adolescente. No es recomendable asignarle un papel que no es el suyo (funciones de padre, de esposa). En ningn momento debe asumir las tareas de la persona fallecida. Reafirmar su personalidad. Es peligroso identificar al adolescente con el fallecido puesto que no va a poder sustituirle o igualarle por ms que se esfuerce. sto puede complicar enormemente la bsqueda de su identidad.
Otros miembros como el Adulto joven e intermedio y Adultos Mayores: El que muere no puede llevarse nada de lo que consigui pero se lleva, con seguridad, todo lo que dio MENAPACE
El adulto joven tiene mayor probabilidad de sentir la muerte con mayor intensidad emocional que en otra etapa de la vida. Suelen sentirse frustrados frente a la muerte de un ser querido, ya que no le permite proyectarse con el futuro. Su frustracin se transforma en rabia, lo cual dificulta el proceso de ayuda. En la edad Adulta Intermedia se tiene ms conciencia de la muerte, con el fallecimiento de sus padres constituyen la generacin mayor. La percepcin del tiempo es diferente y es posible que generen cambios positivos en su proyecto de vida, producto de la resolucin exitosa de la crisis de la mitad de la vida. Los procesos de duelo tienen una serie de factores comunes independientes de la edad y, por tanto, tampoco se debe ignorar el duelo de una persona anciana. En el caso de personas de edad avanzada que han perdido a su pareja, probablemente, lleven una serie de duelos vividos que les faciliten entender cul ser su proceso. Por otra parte, pueden percibir un mayor sentimiento de soledad debido a la prdida paulatina de familiares y/o amistades, las alteraciones en las relaciones sociales producidas por el tiempo dedicado a la persona enferma o por las propias limitaciones fsicas, el cambio de domicilio, etc. Debemos recordar que el sentirse acompaado favorecer el proceso de recuperacin. Cuando una persona mayor sufre la prdida de un familiar cercano bien sea un hijo, nieto, yerno, sobrino, etc. se tiende a considerar que el duelo es menor y sin embargo no es as. Cuando muere una persona joven, el anciano puede pensar que la persona fallecida tena ms derecho que l a seguir viviendo. Es necesario entender su situacin y demostrarle nuestro cario.
LAS PERSONAS CON DIFICULTADES Cada cambio que sigue al remplazo de un elemento del sistema simboliza la muerte del sistema mismo, siendo el objetivo primordial establecer un nuevo sistema nacido del viejo GRAVES Existe otro grupo de personas vulnerables a las que generalmente no se tiene en consideracin y, a menudo, se infravalora su capacidad para implicarse en el proceso. Es el caso de las personas con problemas mentales. ALGUNOS ASPECTOS A TENER EN CUENTA Y ALGUNAS SUGERENCIAS: Las personas con disminucin o trastorno mental generalmente suelen tener un papel secundario. Probablemente hayan podido participar poco en los cuidados de la persona enferma y se suele tener la impresin de que no son conscientes de la realidad. Nada ms errneo, estas personas disponen de mucho tiempo para observar el comportamiento de los dems y hacerse una idea de lo que est ocurriendo. Aunque parece que estn ausentes o no participan en exceso, tambin sufren y necesitan de los que les rodean. Estas personas a veces pueden sentirse responsables de algunas crisis familiares. Por esta razn, podra darse en ellos el sentimiento de que son los culpables de la enfermedad y consecuentemente del fallecimiento de su familiar. Al igual que con los nios, es conveniente mantener con ellos dilogos informales efectuando comentarios indirectos que sean esclarecedores. Como por ejemplo, hablar de la enfermedad, de las causas que la provocan, comunicar los propios sentimientos, favorecer su participacin en los rituales y recordar todos aquellos vnculos de relacin positiva entre l y la persona fallecida. En situaciones de un elevado trastorno, o modificacin severa de los hbitos, es conveniente consultar con un especialista.
Cosas que se deben y que no se deben hacer cuando se ayuda a una persona que ha sufrido una prdida
Principios y Procedimientos para manejo del duelo Principio uno: ayudar al superviviente a hacer real la prdida Cuando alguien pierde a un ser importante, aunque la muerte sea esperada, siempre hay una cierta sensacin de irrealidad, de que no ocurri realmente. Adems, la primera tarea es llegar a tener una conciencia ms clara de que la prdida ha ocurrido de verdad: la persona est muerta y no volver. Los supervivientes deben aceptar esta realidad para poder afrontar el impacto emocional de la prdida. El asesor puede fomentar en los supervivientes el hablar de la prdida mediante preguntas: dnde se produjo la muerte? Cmo ocurri? Quin te lo dijo a ti? Dnde estabas cuando te enteraste? Cmo fue el funeral? Qu se dijo en el servicio religioso? todas estas preguntas se enlazan para ayudar a la persona a que hable, especficamente, de las circunstancias que rodearon a la muerte. Mucha gente necesita repasarlo una y otra vez en su mente, revisar los acontecimientos de que ha ocurrido. Para esto se puede necesitar algn tiempo. Shakespeare en Macbeth aconsej: transmite palabras de dolor; el dolor que no habla cierra el corazn sobreexcitado y le hace romperse. Visitar el cementerio o el lugar en el que reposan o estn esparcidos los restos, tambin puede hacer que se d cuenta de la realidad de la prdida. Explorar con los clientes si visitan alguna vez la tumba y qu supone eso para ellos. Si no la visitan, preguntar cul es su fantasa respecto a ir. Las visitas al cementerio tienen sus races en las expectativas y prcticas culturales y pueden dar tambin alguna pista respecto a cmo est elaborando la persona la tarea I. A algunas personas hay que animarlas a visitar la tumba como parte del trabajo del duelo. Esto se puede hacer con amabilidad, de una manera sensible, y teniendo cuidado con el momento en que se hace la sugerencia. El asesor puede escuchar con paciencia y puede continuar animando a la persona a hablar. Puede incluir hablar de recuerdos del fallecido, tanto actuales como pasados. Principio dos: ayudar al superviviente a identificar y expresar sentimientos Debido a su dolor y su disgusto, puede que el superviviente no reconozca muchos de sus sentimientos, o puede que no los sienta en el grado necesario. Algunos de los sentimientos ms problemticos son el enfado, la culpa, la ansiedad y la impotencia. Enfado: cuando alguien a quien se quiere muere es muy normal sentirse enfadado. Probablemente el enfado proviene de dos fuentes. Una la frustracin, y una sensacin de impotencia regresiva. Es cierto que muchas personas lo experimentan pero no siempre lo asocian con el fallecido. Este enfado es real y debe ir a algn lugar, de manera que si no se dirige hacia el fallecido, que es el objetivo real, se puede desviar a otras personas como el mdico, el personal hospitalario, el director de la funeraria, el clero o un miembro de la
familia. Si el enfado no se dirige hacia el fallecido ni se desplaza hacia alguna persona, se puede volver hacia uno mismo (dirigirse hacia dentro y experimentarse como depresin, culpa, o disminucin de autoestima). En casos extremos una conducta suicida, ya sea en pensamiento o en accin. El asesor psicolgico que trabaje en situaciones de duelo y sea competente, investigar siempre la ideacin suicida. Una pregunta simple como has sido tan malo que has pensado en autolesionarte? es ms probable que tenga resultados positivos que mueva a alguien a emprender una accin autodestructiva. Los pensamientos suicidas no siempre representan un enfado dirigido hacia uno mismo, tambin pueden provenir del deseo de reunirse con el fallecido. Alguno de los sentimientos de enfado son consecuencia del dolor tan intenso que se experimenta en esos momentos, y el asesor puede ayudar al cliente a contactar con ellos. Sin embargo, la mayora de las veces no es til tratar el tema del enfado directamente. Una tcnica indirecta que a m me ha resultado beneficiosa es la expresin moderada echar de menos. A veces pregunto al superviviente qu echas de menos en l? y la persona responde con una lista que muchas veces le produce tristeza y lgrimas. Un poco despus le pregunto: qu es lo que no echas de menos de l?. Normalmente hay una pausa y una mirada de espanto y la persona dice algo como bien, nunca lo haba pensado de esta manera, pero ahora que lo menciona no echo de menos que dejara la ropa en el suelo, que no viniera a cenar a la hora y muchas otras. Entonces empieza a reconocer algunos de los sentimientos ms negativos. Es importante no dejar a los clientes con dichos sentimientos sino que hay que ayudarlos a equilibrar los sentimientos positivos y los negativos. Es importante no dejar a los clientes con dichos sentimientos positivos y los negativos, para que vean que los unos no excluyen a los otros y viceversa. Aqu el terapeuta juega un papel activo. En algunos casos todo lo que la persona tiene son sentimientos negativos y es importante ayudarla a entrar en contacto con los positivos que seguro existen, aunque sean pocos en nmero. Recordar slo lo negativo puede ser una manera de evitar la tristeza que se experimenta cuando se admite que una prdida es significativa. Admitir los sentimientos positivos es una parte adecuada y sana. Aqu el problema no es la represin de un sentimiento disfrico como el enfado, sino la represin de los sentimientos de afecto. Culpa: Existen varias cosas que pueden producir sentimientos de culpa despus de una prdida. Por ejemplo, por no haber ofrecido al fallecido una atencin mdica mejor, porque no deberan haber permitido que le operaran, por no haber consultado al mdico antes o por no haber elegido el hospital correcto. Los padres cuyo hijo muere son muy vulnerables a estos sentimientos, que se centran en el hecho de que no pudieron evitar que el hijo dejara de sufrir o que muriera. Algunos se sienten culpables por no experimentar la cantidad de tristeza que consideran apropiada. Este sentimiento es, en su mayor parte, irracional y se centra en las circunstancias de la muerte. El asesor puede ayudar aqu porque la culpa irracional se rinde ante la confrontacin con la realidad. Si alguien dice: no hice suficiente, yo pregunto: qu hiciste? y ellos responden hice tal entonces digo qu mas hiciste?. bueno, hice esto, qu ms? bueno hice aquello. Entonces se le ocurren ms cosas y dicen hice esto y esto y esto. Despus de un tiempo llegan a la conclusin: quiz hice todo lo que pude en esas circunstancias. Sin embargo, existe una culpabilidad real y sta es ms difcil de trabajar. En algunas ocasiones he usado
tcnicas de psicodrama en terapia de grupo para ayudar a la persona a superar este tipo de culpa. Ansiedad e impotencia. Las personas que sobreviven a una muerte se sienten muy ansiosas y con miedo. Gran parte de esta ansiedad proviene de la impotencia de pensar que no pueden continuar y sobrevivir solos. sta es una experiencia regresiva que mejora con el tiempo, cuando se dan cuenta de que, aunque es difcil, se las pueden arreglar solos. El papel del asesor es ayudarles a reconocer, mediante la reestructuracin cognitiva, las estrategias que usaban para funcionar solo antes de la prdida, y esto les ayuda a dar a estos sentimientos algn tipo de perspectiva. Una segunda fuente de ansiedad proviene de la conciencia cada vez mayor de la muerte personal. Esto es algo que todos tenemos y que permanece en el fondo de nuestra conciencia. De vez en cuando se vuelve ms real. Para la mayora de nosotros, la conciencia de nuestra propia muerte existe a un nivel muy bajo. Sin embargo, con la prdida de un ser significativo, ya sea un amigo ntimo o un miembro de la familia, esta conciencia aumenta y produce una ansiedad existencial. El asesor puede tomar varias direcciones, dependiendo del cliente. Para algunos es mejor no tratar esta cuestin directamente sino dejarla pasar y suponer que se mitigar y se desvanecer con el paso del tiempo. Con otros es til tratar esta cuestin directamente y conseguir que hablen de sus miedos y aprensiones. Hablar de esto con el asesor puede ayudar a los clientes a sentir alivio al desahogarse de sus preocupaciones y explorar otras opciones. En cualquier caso, el asesor debera usar su mejor juicio para decidir qu eleccin es la ms apropiada. Tristeza. Existen algunas ocasiones en las que el asesor debera estimular la tristeza y el llanto. Es frecuente que la personas se nieguen a llorar delante de los amigos por miedo a abusar de su amistad o a perderla y sufrir as otra prdida. Llorar en una situacin social se puede suprimir para evitar la crtica de los otros. Algunas personas temen que llorar abiertamente no parezca digno o que incomode a los dems. Llorar slo puede ser til, pero no suele ser tan eficaz como llorar con alguien y recibir su apoyo. Sin embargo, simplemente llorar no es, suficiente. Se necesita ayuda para identificar el significado de las lgrimas y este significado cambiar... a medida que se avanza en la elaboracin del duelo. Es importante que el asesor no est satisfecho con la simple expresin de emociones. Es esencial centrarse, la tristeza debe ir acompaada de la conciencia de loque se ha perdido; el enfado se ha de dirigir de manera apropiada y eficaz; se ha de evaluar y resolver la culpa; se ha de identificar y manejar la ansiedad. Si el asesor no tiene estos objetivos no es eficaz, a pesar de la cantidad de sentimientos que se estn evocando. Las personas en duelo han de alcanzar cierto equilibrio que les permita experimentar dolor, sensacin de prdida, soledad miedo, enfado, culpa y tristeza; dejar entrar la angustia y dejar salir las expresiones de dicha angustia; saber y sentir en el fondo de su alma lo que les ha ocurrido; y sin embargo, hacerlo en dosis, para que dichos sentimientos no les desborden.
Principio tres: ayudar a vivir sin el fallecido Este principio implica ayudar a las personas a adaptarse a una prdida y facilitar su capacidad para vivir sin el fallecido y para tomar decisiones de manera independiente. Para lograrlo, el asesor puede usar un enfoque de solucin de problemas, es decir, cules son los problemas que ha de afrontar el superviviente y cmo se pueden resolver. El fallecido desempeaba diversos roles. Un rol importante en las familias es el de toma de decisiones, y a veces esto causa problemas despus de la muerte de un cnyuge. El asesor le puede ayudar a que aprenda habilidades de afrontamiento y de toma de decisiones para poder asumir el papel que antes desempeaba su marido y reducir as su malestar emocional. Otro aspecto importante a tratar cuando se trabaja con la prdida de un cnyuge es la prdida de la pareja sexual. Es importante ser capaz de comentar los sentimientos sexuales que surgen, incluida la necesidad de ser tocado/a y abrazado/a. El asesor puede sugerir diferentes maneras de tratar estas necesidades segn la personalidad y sistema de valores del cliente. Como principio general, a la persona que ha sufrido una prdida reciente se le debera recomendar que no tomara decisiones que produzcan cambios importantes en su vida, como vender propiedades, cambiar de trabajo o de carrera o adoptar hijos, inmediatamente despus de la muerte. Es difcil tener un buen juicio en la fase aguda del duelo, en la que existe un riesgo elevado de reaccionar de manera desadaptada. Es mejor elaborar el duelo donde las cosas sean familiares. Al disuadir a las personas en duelo de que tomen decisiones que produzcan cambios importantes en su vida de que tomen decisiones que produzcan cambios importantes en su vida de manera precipitada hay que tener cuidado de no provocar una sensacin de impotencia. Por el contrario, hay que decirles que sern capaces de tomar decisiones y de llevar a cabo acciones cuando estn preparados pero que no lo hagan simplemente para reducir el dolor. Principio cuatro: facilitar la recolocacin emocional del fallecido Al facilitar la recolocacin emocional, el asesor puede ayudar a los supervivientes a encontrar un lugar nuevo en su vida para el ser querido que han perdido, lo cual les permitir seguir adelante con su vida y establecer nuevas relaciones. Recordar es una manera de despojarse de la energa emocional relacionada con el fallecido. A algunas personas no hay que animarlas pero a otras s, sobre todo a los que han perdido al cnyuge. Algunos vacilan a la hora de establecer relaciones nuevas porque creen que esto deshonrar la memoria del difunto. Otros dudan porque sienten que nadie podr ocupar el lugar de la persona que han perdido. Hasta cierto punto esto es cierto, pero el asesor puede ayudarles a darse cuenta de que, aunque nunca podrn reemplazarla, no hay nada de malo en intentar llenar el vaco con una nueva relacin.
Tambin existen aquellos que, en vez de vacilar, se lanzan rpidamente a nuevas relaciones, y el asesor les puede ayudar a interpretar hasta qu punto es esto apropiado. Si uno se precipita en reemplazar rpidamente al fallecido, se puede sentir bien durante un tiempo, pero esto le impide experimentar la intensidad y la profundidad de la prdida. Esta intensidad se ha de experimentar antes de acabar el duelo. Adems, para que la relacin funcione a la nueva persona se le ha de reconocer y apreciar por si misma. Principio cinco: dar tiempo para elaborar el duelo La elaboracin del duelo requiere tiempo. Algunos miembros de la familia pueden impacientarse por superar la prdida y el dolor, y por volver a una rutina normal y eso puede suponer un obstculo. Se necesita tiempo para acomodarse a la prdida y a todas sus ramificaciones. El asesor puede ayudar a la familia a entender esto, algo que puede parecer obvio pero que sorprendentemente no siempre lo es para los miembros de la familia. Ciertos momentos son particularmente difciles. Los asesores deben tener claros estos perodos crticos y contactar con la persona si no hay contacto regular. Entre los perodos crticos estn el tercer mes y el primer aniversario de la muerte. Para muchos, las vacaciones son lo ms duro. Una intervencin eficaz es ayudar al cliente a anticiparlas y prepararse por adelantado. La frecuencia con que se contacta con el superviviente depende de la relacin que se tiene con l y del contrato del asesoramiento, ya sea ste formal o informal. La elaboracin del duelo lleva tiempo y el asesor ha de tener en cuenta que la intervencin se puede alargar durante algn tiempo en caso de necesidad, aunque los contactos reales puede que no sean frecuentes. Principio seis: interpretar la conducta normal La comprensin e interpretacin de las conductas normales en un duelo. Despus de una prdida significativa muchas personas tienen la sensacin de que se estn volviendo locas. Esto se puede intensificar cuando se distraen y experimentan cosas que normalmente no forman parte de su vida. Si el asesor tiene una idea clara de lo que es una conducta normal, puede tranquilizar a la persona y decirle que estas experiencias nuevas son normales. Es raro que alguien se descompense y se convierta en psicticos previos o cuando hay un diagnstico de trastorno de personalidad borderline. Sin embargo, es bastante normal sentir que uno se est volviendo loco, sobre todo en las personas que han sufrido una prdida importante anterior. Y sin un asesor sabe que, por ejemplo, las alucinaciones, la sensacin intensa de aturdimiento, o la preocupacin por el fallecido son conductas normales, puede tranquilizar bastante a la persona.
Principio siete: permitir las diferencias individuales Existe un amplio rango de respuestas conductuales en el duelo. De la misma manera que es importante no esperar que todas las personas que estn muriendo lo hagan de manera similar, tambin es importante no esperar que todas elaboren el duelo de la misma manera. Sin embargo, esto es difcil de entender para las familias. Se sienten incmodos cuando un miembro se desva de la conducta del resto, o el mismo miembro que experimenta algo diferente est intranquilo respecto a su propia conducta. Principio ocho: dar apoyo continuado A diferencia de la terapia, que se centra ms en un perodo de tiempo especfico, en el asesoramiento los profesionales han de estar disponibles para el superviviente y la familia a lo largo de los perodos ms crticos, al menos durante el primer ao. El papel del asesor aqu es dar esperanza y una perspectiva amplia. Una buena manera de ofrecer apoyo continuado es a travs de la participacin en grupos. Principio nueve: examinar defensas y estilos de afrontamiento Implica ayudar a los clientes a examinar sus defensas y sus estilos de afrontamiento porque se intensificarn despus de una prdida significativa. Cuando se ha establecido un vnculo de confianza entre el cliente y el asesor, es ms fcil que los clientes acepten comentar aspectos de su comportamiento presagian una conducta competente y otros no. Por ejemplo, una persona que afronta las situaciones usando un exceso de alcohol o drogas es probable que no se est ajustando de manera eficaz a la prdida. El asesor ha de estar alerta e investigar sobre el uso y/o abuso de drogas o alcohol. El abuso de estas sustancias puede intensificar la experiencia de dolor y depresin y perjudicar el proceso de duelo. Si existe o se sospecha que hay un problema, el asesor hara bien en seguir un tratamiento activo que incluyera recurrir a grupos como Alcohlicos Annimos o Narcticos Annimos. Alguien que evita ver fotos del fallecido o tener algo a la vista que se lo recuerde puede tener un estilo de afrontamiento poco sano. El asesor puede subrayar estos estilos de afrontamiento y ayudar al cliente a valorar su eficacia. Luego pueden explorar juntos otras avenidas de afrontamiento posibles, ms eficaces para reducir el malestar y resolver problemas.
Principio diez: identificar patologas y derivar Un asesor que trabaja en situaciones de duelo es capaz de identificar la existencia de patologas desencadenadas por la prdida y el duelo posterior y, en tal caso, de hacer una derivacin profesional. Algunos tpicos que todava dispensan los amigos bienintencionados y de vez en cuando algn asesor no son tiles. Muchas de las mujeres en los estudios dicen cuando alguien se me acerca y me dice: s cmo te sientes, siento ganas de chillar y gritarles: t no sabes cmo me siento, no es posible que lo sepas, t nunca has perdido a un marido. Comentarios como s muchacho valiente, la vida es para los vivos, esto acabar pronto, resistirs bien, estar superado en un ao, estars bien, al mal tiempo buena cara generalmente no son nada tiles. Incluso lo siento puede ser un comentario que cierre cualquier comentario posterior. Y existen aquellos que intentando que alguien se sienta mejor, empiezan a soltar informacin sobre las prdidas y tragedias que han tenido en su propia vida, quiz sin darse cuenta de que comparar tragedias no es un procedimiento til. Las personas con dolor nos hacen sentir impotentes. Esta impotencia se puede reconocer con una simple afirmacin como no s qu decirte.
ANEXOS 1. Dinmica de presentacin: el fsforo. Duracin: 20 minutos. Desarrollo: Cada persona que se presente tendr que encender un fsforo y hablar mientras este se mantenga encendido.
2. Actividad de finalizacin: anlisis de caso. Duracin: 30 minutos. Objetivo: aplicar de manera prctica los contenidos aprendidos en el taller presentado. Desarrollo: se dividir a los participantes en 4 grupos, los cuales debern analizar un caso ligado a la problemtica de duelo, para posteriormente exponer sus ideas con respecto a cmo abordar dicha situacin desde su posicin como tcnicos o profesionales del rea de salud. CASO 1 Dolientes: hombre de 65 aos. Testimonio: "El da 16 de abril del 2002, sufr la prdida ms grande; mi esposa (Poly), falleci a consecuencia de un accidente automovilstico. Todos nos encontramos confundidos por los sentimientos que estamos pasando: tristeza, dolor, rabia, culpa, etc.
Con mucha alegra y ansias espere a mi hermana y a sus hijos despus de 5 aos que no la vea, pero no me imaginaba que esa alegra se transformara en tristeza. Mi hijo Gabriel, en compaa de sus hijos disfrutaban de un da de piscina, en una cabaa que mi hermana haba alquilado y nadie sabe en s lo que pas, cuando se dieron cuenta l se estaba asfixiando, muri 5 das despus del accidente. Caso 3 Doliente: nio de 14 aos. Testimonio: "En realidad no s cmo empezar porque ese da fue el ms frustrante para m, porque hace 2 aos un 4 de Febrero como a las 5 de la maana son el telfono de mi casa y me asust mucho ya que en una ocasin hace muchos aos tuve una llamada parecida donde me daban una mala noticia, haba muerto una ta muy querida para m y desde ese entonces las llamadas tan temprano me asustaban y esa llamada no fue la excepcin ya que me llamaban del hospital para decirme que a mi pap Julio, le haban metido 6 tiros y estaba muy grave, no lo poda creer, a los 4 das despus de tanto luchar por su vida, muere a las 5 de la maana del 9 de Febrero.
Caso 4 Doliente: adolescente de 16 aos. "Mi madre se enferma de repente y empiezo como se dice, un corre y corre, de aqu para all, venidas e idas al doctor de urgencias, se pensaba que era un fuerte resfriado, pero no, muere de un ataque fulminante de "miastenia gravis". No se pudo luchar contra lo imposible. Tena 40 aos.