Aposento Alto
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2Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llen toda la casa donde estaban sentados; 3y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentndose sobre cada uno de ellos. 4Y fueron todos llenos del Espritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, segn el Espritu les daba que hablasen. Cuntos de los presentes recibieron el bautismo con el Espritu Santo y comenzaron hablar en otras lenguas? Todos Qu haba pasado durante los diez das previos a esta experiencia gloriosa con el Espritu Santo? 1.- Haban humillado su rostro e inclinando su corazn. 1.1 Los 120 reconocieron que -en s mismos- eran dbiles, incapaces, inconstantes, olvidadizos, negligentes, temerosos e indignos. Excepto Juan y las mujeres Juan.19.25-27. Todos haban huido dejando al Maestro solo frente a la cruz. Recordaron su competencia insana sobre quin de ellos deba ser el mayor, o quin de ellos no le negara. Hubo ocasin para perdonar y pedir perdn. 1.2. Los 120 reconocieron tambin su necesidad de Dios. La presencia, sabidura, poder y gracia de Dios haba estado con ellos durante tres aos y medio. Pero el Maestro haba ascendido, y el desafo de este puado de hombres y mujeres era grande. Ante la gran tarea haba una gran promesa: "Dios el Espritu los capacitara para ser testigos con poder" Hechos.1.8
1.3 Los 120 haban credo al Seor, y oraron para que se cumpliese su Palabra. Durante diez das permanecieron en el mismo lugar, esperando, creyendo, anticipando el momento del cumplimiento. Con una actitud de humildad, unidos en un mismo sentir, el Espritu Santo irrumpi y lleno a todos como si se tratara de uno solo. Trasladando esta verdad a nuestro tiempo podemos ver como durante estos das hemos: 1.- Humillado nuestro rostro a Dios, confesando nuestros pecados y faltas. Despojndonos de todo peso y pecado que nos asediaba. Renunciando a toda atadura espiritual en el cuerpo, alma o espritu en el nombre de Jess. Reconociendo que -por nosotros mismos- somos incapaces, dbiles, inconstantes, olvidadizos, negligentes, temerosos e indignos 2.- Reconocido nuestra necesidad de Dios. Por muchos aos que llevemos como creyentes o por muchas experiencias que hayamos vivido. A stas -o a cualquier- altura de nuestra vida cristiana, reconocemos nuestra necesidad y dependencia de Dios 2 Corintios.3.5 3.- Credo que la promesa del Padre, el bautismo del Espritu Santo, es para nosotros hoy. Declaramos la Palabra de Dios que dice que la promesa del Espritu Santo es para nosotros, para nuestros hijos y para todos los que el Seor llamare Hechos.2.39 Conclusin: Sellamos esta experiencia abriendo nuestro corazn a Cristo y orando para que la uncin del Espritu Santo nos capacite para la tarea que Dios nos ha encomendado. Pastor Flix G