9º Terapia Cognitiva
9º Terapia Cognitiva
9º Terapia Cognitiva
CURSO
TERAPIA COGNITIVA
INDICE
Generalidades
Panorama Histórico
Distorsiones cognitivas
Conceptualizaciòn básica
Creencias irracionales
Control encubierto
LA TERAPIA COGNITIVA
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Panorama histórico
En las dos décadas pasadas, la Terapia Cognitiva ha sido una de las modalidades de terapia de
mayor crecimiento y popularidad (Patterson, 1980: Ritter, 1985: Smith, 1982.) Efectivamente, 20
terapias has sido definidas como “cognitivas” o “cognitivo- conductuales” (Mahoney y Lyddon,
1988.) Por lo tanto, merece la pena definir qué se entiende por terapia cognitiva.
Se entiende por terapia cognitiva a la teoría, terapia y modelos conceptuales desarrollados por
Aarón T. Beck y sus colaboradores (Beck, 1976, 1988: Beck, Emery y Greenberg, 1985: Beck y
cols. 1990: Beck, Rush y cols. 1979.) Aunque la terapia se llama cognitiva, en realidad se enfatiza
la interacción entre cinco elementos: Ambiente (que incluye la historia evolutiva y la cultura),
biología, afecto, conducta y cognición (Padesky, 986.)
El término cognitivo se usó para describir este modelo de terapia en el que interactúan cinco
elementos porque, en los años sesenta y a principios de los setenta, la mayoría de las terapias
prestaban poca atención a los aspectos cognitivos de los problemas del cliente en comparación
con el afecto, biología, conducta o la historia evolutiva. Por ser la terapia de Beck una de las
primeras en conceder importancia al impacto del pensamiento sobre los afectos, la conducta, la
biología y la experiencia ambiental fue natural que se le denominara “cognitiva”. Sin embargo, el
término produjo diversos malentendidos.
El primero es que algunos escritores y terapeutas piensan que la terapia cognitiva defiende que
los pensamientos causan sentimientos o conductas. Esto es un mito. Ellis (1962), en su Terapia
Racional Emotiva (otra terapia “cognitiva” desarrollada en los años sesenta) escribió que los
pensamientos son causa de los afectos. Por el contrario, como modelo interactivo, la terapia
cognitiva afirma que los pensamientos, conductas, sentimientos, biología y ambiente pueden influir
sobre los demás.
En la terapia cognitiva se destacan los pensamientos porque la investigación de Beck mostró que
las distorsiones en el pensamiento a menudo sirven para mantener estados de ánimo
disfuncionales. Además, los cambios de creencias pueden producir cambios en los afectos o
conductas. Por ello, los pensamientos son puntos clave de intervención en la terapia cognitiva. Sin
embargo, esto no significa que el terapeuta cognitivo considere a los mismos como causa
necesaria de la alteración psicológica.
Otro concepto equivocado sobre la terapia cognitiva es que es justamente sólo cognitiva. En
realidad, los terapeutas cognitivos prestan especial atención al afecto y a la conducta. El segundo
capítulo del clásico Terapia Cognitiva De La Depresión (Beck, Rush y cols. 1979) se titula “El
papel de las emociones en la terapia cognitiva.” En el capítulo se discute la importancia, dentro de
la terapia cognitiva, de la emoción en la experiencia humana y la necesidad de que el terapeuta
empatice con los sentimientos de su cliente.
Hace poco Beck señaló que no se puede hacer terapia cognitiva sin la presencia del afecto. El
terapeuta debe de ser lo suficientemente hábil como para hacer surgir el afecto si el paciente no lo
exprese espontáneamente (Beck y Padesky, 1987.) Además, los terapeutas cognitivos necesitan
comprender las pautas de conducta y los métodos conductuales de cambio ya que éstos han sido
claves en la terapia cognitiva.
Como es una terapia breve, algunos críticos aducen que sólo produce cambios superficiales en los
síntomas.La terapia cognitiva opera a distintos niveles. Se enfatizan los problemas del aquí y
ahora de la vida del cliente. El objetivo del terapeuta cognitivo es enseñar a los clientes métodos
para que resuelvan sus problemas actuales y la fuente de sus problemas. Para eso, el terapeuta
aborda la clave del problema y no los temas superficiales.
En cuanto al cambio a nivel cognitivo, el terapeuta trabaja a tres niveles. El más accesible, los
pensamientos “superficiales” se denomina Pensamientos Automáticos”. Son pensamientos (ideas,
creencias, imágenes) que la gente tiene en situaciones específicas (por ejemplo: “Mi marido tarda.
No le importa lo que me pasa” y/o una fugaz imagen del marido riéndose con sus compañeros de
trabajo.) A un nivel más profundo existen reglas condicionantes y creencias situacionales
llamadas “Supuestos subyacentes.” Estas reglas ayudan a organizar nuestra percepción y son la
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base de los pensamientos automáticos (por ejemplo “No puedes esperar que los hombres te
defiendan”.) Y por último, a la base misma hay creencias básicas llamadas Esquemas que son
creencias incondicionales e inflexibles (por ejemplo “Siempre estaré solo”)
Los tres niveles de pensamiento están interconexionados; la terapia cognitiva pretende provocar
cambios en los tres. Como los pensamientos automáticos son más flexibles y fáciles de evaluar, el
terapeuta comienza con ello el inicio de la terapia. El cliente aprende a evaluarlos con los registros
de pensamientos automáticos. Cuando el cliente aprende a identificarlos y evaluarlos con facilidad,
el terapeuta ayuda al cliente a identificar los supuestos subyacentes, que a menudo originan los
pensamientos automáticos. Estos supuestos se evalúan sobre el papel o mejor aún, con
experimentos conductuales (Por ejemplo “Pida a su marido que la apoye y vea si lo hace cuando
sabe lo que UD. quiere”.) Finalmente, se pueden cambiar y evaluar los esquemas centrales en las
intervenciones con clientes que presentan trastornos de personalidad.
La Terapia Cognitiva comenzó a principios de los sesenta como resultado de los estudios de Beck
sobre la depresión (Beck, 1963, 1964, 1967, 1972.) Inició el trabajo intentando validar la teoría
freudiana de que la depresión es el resultado de la ira dirigida hacia el yo. Al intentar validar esa
teoría, Beck hizo observaciones clínicas de pacientes depresivos y examinó sus sueños y el
contenido de su pensamiento según los principios del psicoanálisis tradicional. En lugar de hallar,
irá reflejada en los pensamientos y sueños, observó un sesgo negativo en el proceso cognitivo de
los depresivos. Tras realizar una serie de estudios clínicos y de investigaciones, Beck desarrolló la
teoría cognitiva de los trastornos emocionales (Beck, 1976) y a continuación elaboró el modelo
cognitivo de la depresión (Beck, Rush y Cols. 1979.)
La Terapia Cognitiva se alimentó de los trabajos de un gran número de escritores. Uno de los de
mayor influencia fue George A. Kelly (1955) que desarrolló un modelo de constructos personales y
creencias asociado al cambio de conducta. Kelly definió un constructo como la forma en que el
individuo construye o interpreta el mundo. Su interés se centró en observar cómo la persona
estructura y da significado a esos constructos particulares. A continuación de Kelly, las terapias
cognitivas de la emoción, desarrolladas por Magda Arnold (1960) y Richard Lazarus (1966)
propusieron que el cambio en la cognición era primariamente un cambio emocional y de conducta.
El trabajo de Albert Ellis (1962) con la Terapia Racional Emotiva (TRE) ha apoyado los principios
de la Terapia Cognitiva y ha favorecido el desarrollo de lo que se conoce de la terapia Cognitiva-
Conductual. Ambas, la Terapia Racional- Emotiva y la cognitiva sostienen que los individuos
adoptan modelos de razonamiento y poseen control sobre pensamientos y acciones. Ambos
modelos ven los supuestos subyacentes que generan estos patrones de razonamientos como el
blanco de la intervención terapéutica. En ambas, el terapeuta busca conocer el contenido
específico de las cogniciones y creencias de sus clientes. Se enseña a los pacientes a identificar y
a informar sobre sus disfunciones cognitivas además de decir cuando ocurren y el impacto sobre
los sentimientos del paciente.
Según Ellis (1973, 1980), los terapeutas de la TRE trabajan para persuadir a las personas de que
sus creencias son irracionales y les ofrecen enseñarles una filosofía de vida más adaptativa. Beck,
en cambio, sugiere que el cliente puede aprender a evaluar sus propias cogniciones si el terapeuta
le ayuda a analizar la validez de sus creencias (Beck, Kovacs y Weisman, 1979.) Se destaca el
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aspecto colaborativo del modelo partiendo del supuesto de que la gente cambia su pensar más
rápidamente si la razón del cambio proviene de su propia introspección más que de la del
terapeuta.
Por ejemplo, un cliente puede tener esta creencia “Si Susana no da el visto bueno a todo lo que
hago, me dejará.” El método de Ellis al trabajar con este cliente sería cuestionar su creencia. El
terapeuta puede decir “¿Qué hace que Susana sea un juez supremo?” “Actúan como si fuera
horrible que Susana no quisiera todo lo tuyo. Son tonterías, nadie ama todo en el otro.” La Terapia
Cognitiva con este cliente consistiría en el que él evaluará su creencia. El terapeuta podría decir
“entiendo que esta creencia le asuste. Probemos y veamos cuan verdadera es” “¿Hubo alguna vez
en que a Susana no le gustase algo que UD. hizo? Cuando esto sucedió ¿Le abandonó? ¿Qué
hizo ella? ¿Fue una experiencia totalmente negativa o sacó algo útil de ella?” En la terapia
cognitiva, la relación de colaboración entre el terapeuta y el cliente ofrece un marco en el que el
cliente aprende los procesos de identificación y evaluación de los pensamientos disfuncionales. El
objetivo de la terapia no es sólo cambiar las creencias disfuncionales del momento sino también
enseñar al cliente cómo utilizar los métodos para evaluar otras creencias del futuro.
Entre los resultados del trabajo sobre la depresión destaca el desarrollo de conceptos para el
tratamiento de clientes suicidas (Beck, Schuyler y Herman, 1974; Freeman y White, 1989.) Un
hallazgo fundamental del trabajo de Beck y sus colegas fue que la desesperanza era un
componente clave de los intentos y actos suicidas. Desde aquí se generaron una serie de escalas
de evaluación de la depresión y la tendencia al suicidio, como el Inventario de Depresión de Beck (
Beck y Cols. 1961), la Escala de Ideación Suicida ( Beck, Kovacs y cols. 1979), la Escala de
Intentos Suicidas ( Beck, Schuyder y cols. 1974) y la Escala de Desesperanza ( Beck, Weisman y
cols. 1974.)
La Terapia Cognitiva señala que los individuos piensan y perciben sobre ellos, el mundo y el futuro
es relevante e importante y tiene un impacto directo sobre cómo sienten y se comportan. La visión
del yo, el mundo y el futuro se conoce como “Tríada Cognitiva” y se presentó por primera vez en el
modelo cognitivo de la depresión de Beck (Beck, 1976; Beck, Rush y Cols. 1979.)
Además de los factores biológicos y ambientales, la Terapia Cognitiva entiende que la
personalidad está formada por creencias centrales o esquemas superordinarios. Los esquemas se
desarrollan temprano como resultado de las experiencias personales e influencias de los padres y
la sociedad. Constituyen la base para codificar, categorizar y evaluar experiencias durante el curso
de la vida.
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Los problemas psicológicos se perciben como originados por procesos comunes tales
aprendizajes defectuosos, inferencias incorrectas fundamentadas en información inadecuada o
equivocada y no saber distinguir adecuadamente entre lo imaginario y lo real (Kovacs y Beck,
1979.)A menudo, los individuos plantean estándares que son demasiado absolutos y rígidos,
basados en presupuestos erróneos. Estos estándares se derivan de esquemas o complejos
patrones de pensamientos que determinan cómo se perciben y conceptualizan las experiencias.
Estos esquemas o patrones de pensamiento se usan aún cuando no existe información contextual.
Pueden servir como mecanismos de transformación que configuran los datos que se incorporan,
de tal forma que se ajusten a nociones preestablecidas (Beck y Emery, 1979.) Por ejemplo, un
hombre con un determinado esquema puede pensar “Estoy predestinado al fracaso” y siempre
considerará negativa una evaluación de su trabajo aunque en general sea positiva o neutral.
Un objetivo del proceso terapéutico cognitivo es ayudar a los clientes a analizar las distorsiones
cognitivas y a elaborar para desarrollar formas más equilibradas de evaluar sus experiencias. Hay
todo un listado de técnicas terapéuticas diseñadas para identificar tales errores de razonamiento y
cotejarlos con la realidad. Aprender estos métodos ayuda a corregir creencias disfuncionales
(esquemas) y las distorsiones que originaron tales cogniciones. En suma, el individuo aprende a
corregir sus pensamientos defectuosos que creía infalible. Esto se logra identificando las
predicciones basadas en creencias disfuncionales y evaluándolas mediante la identificación de
datos adicionales. El terapeuta ayuda al cliente a evaluar la validez de las creencias disfuncionales
mediante las explicaciones alternativas. Para que el individuo adopte estas respuestas alternativas
como parte de su estilo general de pensamiento, creando así una nueva manera de ver los
hechos de la vida, la terapia centrada en el apoyo mutuo.
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2. Contenido cognitivo: El contenido real que se almacena, por ejemplo, conocimiento
semántico, información generada internamente, creencias almacenadas.
4. Productos cognitivos: Los resultados de la manipulación del sistema cognitivo; por ejemplo
atribuciones, imágenes, creencias a las que se ha accedido, decisiones, pensamientos, etc.
Los esquemas imponen un túnel perceptivo, por así decirlo, sobre la experiencia y cuando la
información no encaja con el esquema, la persona puede buscar una nueva información,
distorsionar la que le llega o cambiar el esquema (que suele ser lo menos frecuente.) La conexión
entre los estímulos actuales y la propia y única historia psicosocial se basa en esos esquemas.
COMPORTAMIENTO HUMANO
Conducta: Toda acción que ejecuta una persona en su medio ambiente. Dicha acción puede
medirse y describirse. Ejemplo el estar sentado, correr, pensar, imaginar, etc.
A su vez, la conducta puede ser de dos tipos:
- Abiertas: Aquellos comportamientos que se ven y que están fuera del individuo. Ejemplo
saltar, fumar, etc.
- Encubiertas: Aquellos comportamientos que no se ven directamente. Ejemplo Recordar,
imaginar, pensar, sentir, etc.
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2. Fisiológicos: Relacionados a las respuestas autonómicas como: el funcionamiento de los
órganos internos (agitación, sudoración, respiración, circulación, etc.)
Dimensiones de la conducta:
Al tomar la decisión para seleccionar la conducta problemática para ser modificada (disminuirla y/o
eliminarla) pueden considerarse los siguientes aspectos:
1. La Frecuencia de la Conducta:
Algunas conductas ocurren muy pocas veces. Algunas conductas ocurren demasiado
frecuentemente de manera que es claro requieren un programa de cambio.
2. La duración de la Conducta:
Algunas conductas aunque pueden ser inaceptables, son moderadas o menores en grado
de la molestia que producen. Por lo general no perjudican el proceso de la clase o de
situaciones en el hogar. Seguro hay conductas que aunque no son frecuentes, son muy
duraderas y perturbadoras.
3. La intensidad de la Conducta:
Algunas conductas aunque pueden ser inaceptables, son moderadas o menores en grado
de la molestia que producen. Sin embargo, hay conductas que aunque no son frecuentes,
son muy duraderas, intensas y perturbadoras. No sólo afectan al individuo en su
funcionamiento sino que interfieren en su desarrollo.
4. Latencia de la conducta:
Es el tiempo que transcurre entre la presentación de un estimulo y la ocurrencia de una
respuesta determinada.
3. Flexibilidad: No sujetos a una metodología única que utilizan para todos los clientes ¿ Qué
técnica servirá mejor a este cliente particular con esta muestra de problemas?
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a. Competencia: Sus sentimientos de competencia profesional puede influir sobre su
conducta y encubierta en las interacciones terapéuticas. Los sentimientos de
incompetencia pueden describirse como temor al fracaso (siendo excesivamente positivo)
o temor al éxito (tendiendo a eliminar el feedback positivo, evitar situaciones de interacción
favorables.)
c. Intimidad: Las necesidades íntimas no resueltas del terapeuta también puede alterar
significativamente la dirección y el curso del consejo. Generalmente, un terapeuta que
tiene problemas en su intimidad puede temer al rechazo o puede sentirse amenazado por
la cercanía y el afecto.
1. VALORES: Son nuestros sentimientos o actitudes sobre algo y nuestras conductas o acciones
preferidas, las cuales están determinadas por sus acciones frecuentes y consistentes que
realiza una persona. En las interacciones con los clientes, es imposible “estar libre de valores”.
Los valores se intercalan en cualquier interacción.
- DERECHOS DE LOS CLIENTES: Implica ser flexible con los derechos y las
opciones de los clientes durante el curso de la terapia. Desde el inicio, el
terapeuta debe proporcionar al cliente suficiente información sobre la terapia
para que el cliente pueda hacer una elección consciente ( también llamado “
consentimiento informado”), normalmente implica tratar lo siguiente:
• Confidencialidad y sus limitaciones
• Procedimiento y propósito de la terapia y los posibles efectos
secundarios de cambio (ansiedad, dolor, etc.)
• Los conocimientos y la experiencia del terapeuta.
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• Otros recursos o fuentes de ayuda alternativa a la terapia clásica
(Ejemplo Grupos de autoayuda, etc.)
2. Tratar lo que es Importante para el Cliente: Sus preguntas y afirmaciones muestran que
usted conoce que es lo más importante para el cliente, respondiendo de modo que se refiere a
los problemas o dificultades básicos del mismo.
3. Uso de Respuestas Verbales referentes a los Sentimientos del Cliente: Una forma de
definir la empatía consiste en hacer afirmaciones verbales que reflejan los sentimientos del
cliente.
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4. Utilizar Respuestas que Trasmitan sus Conocimientos sobre los Sentimientos del
Cliente: Centrándose en los sentimientos del cliente y definiéndolos o etiquetándolos. En
ocasiones esto se denomina empatía “primaria.”
5. Utilizando respuestas verbales que conducen o siguen a los mensajes implícitos del
Cliente: La empatía también implica la comprensión de los pensamientos y perspectivas
internas del cliente incluso cuando éstos no han sido verbalizados. El terapeuta se dirige o
continúa los mensajes del cliente comunicando que entiende lo que éste quiere decir o infiere.
En algunas ocasiones esto se denomina “empatía aditiva” o “empatía avanzada.”
La empatía también se transmite mediante conductas no verbales como el contacto directo con
los ojos, una posición corporal directa, ofreciendo la cara al cliente y mostrándose con los brazos
abiertos hacia el cliente.
b. GENUINIDAD: Implica ser uno mismo sin llegar a ser magnetófono o actor. La genuinidad
contribuye a establecer una relación terapéutica efectiva reduciendo la distancia emocional
entre el terapeuta y el cliente y ayudando al cliente a identificarse con el terapeuta a percibirlo
como una persona similar a sí.
2. Rol de Conducta: Los terapeutas que no enfatizan su rol, autoridad o status tienden a ser
percibidos como más genuinos por los clientes.
3. Congruencia: Implica simplemente que las palabras, acciones y sentimientos del terapeuta
coincida, sean consistentes.
4. Espontaneidad: Es la capacidad para expresarse a sí mismo con naturalidad y sin conductas
artificiales.
5. Apertura y Autorrevelación: Genuinidad implica la capacidad de ser abierto, de compartir
con otros, de autorrevelación.
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- Autorrevelación Negativa: Proporciona información sobre las limitaciones propias, sobre
comportamientos y situaciones propias donde se fracasó y experiencias diferentes a las
del cliente. Ejemplo: “A mí también, me cuesta mucho tomar decisiones propias sin los
consejos de otras personas sobre las que pueda depender.”
1. Compromiso: Implica que usted desea trabajar con el cliente y está interesado en
hacerlo. se traduce en acciones como ser puntual para las citas, reservar tiempo para uso
exclusivo del cliente, asegurar la privacidad durante las sesiones, mantener la
confidencialidad y aplicar destrezas para ayudar al cliente.
2. Esfuerzo por Entender: El cliente se sentirá respetado cuando sienta que el terapeuta
trata de entenderle y tratar sus problemas con interés. El terapeuta puede demostrar sus
esfuerzos por entenderle siendo empático, haciendo preguntas diseñadas para elicitar
información importante sobre el cliente y manifestando mediante comentarios o acciones
su interés por comprender al cliente.
3. Actitud no Valorativa: Puede describirse como la aceptación del cliente sin condiciones o
reservas por parte del terapeuta, esto no quiere decir que el terapeuta apoye o esté de
acuerdo con todo lo que diga o haga el cliente. Se transmite una actitud no valorativa
mediante la aceptación de las expresiones y experiencias del cliente sin manifestarse
desacuerdos o crítica.
Un modo de expresar cercanía consiste en utilizar frases de elogio. Ejemplo: “Es estupendo ver
qué bien manejas ésta situación”.
Otro modo de expresar cercanía es la Inmediatez, la cual es una característica de la respuesta
verbal del terapeuta que describe algo según sucede en el transcurso de la sesión. Implica
autorrevelación pero se limita a la autorrevelación de los sentimientos corriente. Los que suceden
en el momento presente de la relación o durante la sesión.
Categorías de inmediatez:
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b. Inmediatez del Cliente: El terapeuta proporciona al cliente feedback sobre algunos
comportamientos o sentimientos que éste según surge en la entrevista. Ejemplo: “En
este momento pareces disgustado o incómodo.”
LA ENTREVISTA Y EVALUACIÓN
Desde el primer contacto que hay entre el Psicoterapeuta Cognitivo y el paciente (usuario), se
apreciarán algunas características que se mantendrán tanto en la Evaluación Inicial (Primera
entrevista y consiguiente elaboración de la Historia Clínica) como la Evaluación Clínica continua
del proceso psicoterapéutico.
Obtener información sobre el problema que plantea el cliente y sobre el resto de los problemas
relacionados con él.
Determinar las expectativas/ metas del cliente para los resultados de la terapia.
Obtener los datos de línea base con la que se compararán los resultados siguientes para
evaluar el progreso del cliente y los efectos de las estrategias de tratamiento. Esta evaluación
facilita al terapeuta la decisión de continuar o modificar el plan de tratamiento o la estrategia
de intervención.
Educar y motivar al cliente compartiendo con él sus puntos de vista sobre el problema
aumentando la receptividad del cliente al tratamiento y contribuyendo al cambio terapéutico
mediante la reactividad ( es decir, cuando cambia el comportamiento como consecuencia de la
entrevista o procedimiento de evaluación más que como resultado de una acción particular o
estrategia de cambio.)
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• ¿Con qué o quién?
A nivel Cognitivo:
A nivel motor:
A nivel fisiológico:
A nivel afectivo:
5. Se persigue que el paciente adopte un rol activo frente a sus trastornos: Le hace ver que
dichos trastornos son muy probablemente reversibles e intenta desarrollar en él un
comportamiento de autoafirmación y hacer decrecer las creencias irracionales, particularmente
la creencia todopoderosa del influjo del pasado sobre el presente y los monólogos interiores
derrotistas.
6. El Terapeuta se centra en el aquí y ahora en la relación con el paciente: El presente es la
cuestión pero el pasado no es descuidado. Se buscará episodio del condicionamiento inicial,
una situación repetidamente traumática, el funcionamiento inadecuado de modelos.
7. Registro de Datos.
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Estrategias iniciales y entrevista motivacional en la primera sesiones terapéuticas
PRIMERA ENTREVISTA:
Dentro de los objetivos iniciales uno se dedica más a:
Fuentes de información:
En la primera sesión de evaluación pueden darse diversas actitudes por parte de los
pacientes:
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• Utilizar los extremos: ¿Qué podría pasarle si UD. seguiría con las discrepancias con
sus familiares?
• Mirando hacia atrás: Promover el que recuerden el tiempo anterior antes de que
surgieran las preocupaciones familiares.
• Mirando hacia delante: Promover ideas acerca de lo que pasaría si no hubiesen las
discrepancias actuales.
• Analizando los objetivos: Evaluar que cosas considera las más importantes en su
vida.
• Escucha reflexiva.
• Luego plantear áreas de funcionalidad: social, familiar, emocional, laboral, etc.
• Proponer por cada área una medición subjetiva, cuyo puntaje sea de 1-10. Dicha
evaluación debe ser complementada, por la pregunta ¿porqué… y no un 8?
A fin de tener un abordaje estratégico para trabajar los problemas del cliente, el terapeuta debe
desarrollar una clara comprensión del cliente y de sus problemas. Por consiguiente, el primer paso
en la Terapia Cognitiva es una evaluación inicial que dé los fundamentos para las subsecuentes
intervenciones. Comenzando con una evaluación sistemática, el terapeuta puede desarrollar una
conceptualización inicial rápidamente en vez de esperar comprender al cliente en forma gradual en
los primeros meses de terapia; así estará en posición de intervenir efectivamente en los inicios de
la terapia. Esta conceptualización es el fundamento de un plan de tratamiento individualizado que
permite al terapeuta ser selectivo y eficiente en el empleo de un amplio rango de intervenciones y
técnicas disponibles.
También es importante para el terapeuta usar las sesiones iniciales de terapia para establecer un
fundamento sólido para la terapia antes de entrar de lleno en las intervenciones. La efectividad de
cualquier psicoterapia depende de una relación de confianza, apertura y preocupación
establecidas entre el cliente y el terapeuta, y esto no es menos cierto para la Terapia Cognitiva. El
terapeuta cognitivo toma una parte activa, directiva en el tratamiento y así puede trabajar
activamente para desarrollar la relación terapéutica en vez de esperar a desarrollarla
gradualmente con el paso del tiempo. Con muchos clientes, sin embargo, es más fácil decirlo que
hacerlo.
A fin de obtener una colaboración efectiva, el terapeuta y cliente deben de estar de acuerdo en los
objetivos de la terapia. Por lo tanto, luego de la evaluación inicial, el terapeuta trabaja con el
cliente para especificar los objetivos de la terapia y priorizarlos. Estos objetivos incluyen los
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problemas que el cliente desea superar y los cambios positivos hacia los cuales él desea trabajar,
y deben ser operacionalizados clara y específicamente de forma tal que cliente y terapeuta puedan
decir si hay o no progreso.
Con objetivos más claros y concretos, es mucho más fácil para el terapeuta seleccionar
apropiadamente las intervenciones y poder ambos ver si se están alcanzando progresos hacia el
logro de estos objetivos.
Una vez que los objetivos estén claros, es necesario que el terapeuta decida en qué objetivo(s)
centrarse primero. Generalmente se requiere un pequeño esfuerzo adicional para priorizar los
objetivos del cliente al mismo tiempo que se clarifican los objetivos de la terapia. Esto implica
considerar las preferencias del cliente respecto a que aspecto trabajar primero, la
conceptualización del terapeuta, qué problemas podrían tener mejor respuesta a las primeras
intervenciones, y otras consideraciones prácticas relevantes. Hay una considerable ventaja en
trabajar inicialmente hacia un objetivo que parezca manejable incluso aunque no fuera el objetivo
más importante para el cliente. Si resulta posible hacer progresos demostrables hacia una meta
valorada, se podrá alentar al cliente, lo cual incrementará su motivación para al terapia. El proceso
de ponerse de acuerdo en conjunto en las metas y prioridades maximiza la probabilidad de que la
terapia lleve a cabo lo que el cliente está buscando. Al mismo tiempo, establece el precedente de
la preocupación y respeto del terapeuta por el cliente al ser abierto a sus puntos de vista. En esto
descansa el fundamento para que terapeuta y cliente trabajen juntos en colaboración, y queda
claro para el cliente que sus preocupaciones han sido comprendidas y respetadas. El tiempo y
esfuerzo usados en establecer objetivos y prioridades mutuamente acordados está más que
compensado por el compromiso cada vez mayor del cliente, descenso de su resistencia, y
disminución del tiempo y esfuerzo gastados en tópicos periféricos.
Cuando se necesita una explicación más didáctica, pueden ser muy útiles las explicaciones que se
basen en ejemplos concretos. Por ejemplo:
“Imagine que está caminando a través del bosque en una agradable mañana de primavera, llega a
un recodo del camino y ve parado frente a usted a un oso. Obviamente va a tener una reacción
emocional y hará algo. Lo que no es obvio para mucha gente es que sus emociones y sus
acciones se basan en la interpretación de la situación”
A medida que la gente vive diariamente sus vidas, constantemente están interpretando las
situaciones por las que pasan. Cuando las personas tienen problemas, a veces es porque están
interpretando mal los eventos o reaccionando de formas que no se ajustan a la situación, y a
veces es porque aprecian la situación claramente pero no encuentran la mejor manera de
manejarla. En la Terapia Cognitiva encontramos que puede ser realmente importante mirar los
pensamientos que pasan por las cabezas de las personas cuando sus problemas recrudecen y
descubrir si sus interpretaciones de lo que está pasando son útiles o no. Si la persona está
interpretando erróneamente los eventos, puede ser de utilidad ayudarla a aprender a reconocer
cuando las interpretaciones están lejos del blanco, y aprender a ver los eventos más claramente.
Si resulta que la persona está viendo las cosas claramente pero no tiene buenas maneras de
manejar los problemas que se presentan, entonces es útil ayudarles a encontrar mejores formas
de tratar con las dificultades. ¿Qué les parece esto a Ud.?
Una de las intervenciones principales de la Terapia Cognitiva es enseñar al cliente a identificar los
pensamientos automáticos específicos que ocurren en situaciones problema, reconocer los
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efectos que estos pensamientos tienen en sus emociones y su conducta, y responder
efectivamente a los pensamientos que causan dificultades. Los pensamientos automáticos
negativos, auto desaprobatorios o de otro tipo, son parte habitual típica de la vida del cliente y se
vuelven “rápidos y furiosos” sin que el cliente este necesariamente consciente de su presencia o
de la relación con el stress. Usando las técnicas d entrevista y de auto monitoreo, el cliente puede
aprender a reconocer su pensamiento disfuncional y el impacto que tiene en los sentimientos y
acciones como preliminar al aprendizaje de formas de desarrollar control sobre ellos.
Las tareas para la casa son usadas extensamente en la Terapia Cognitiva. Es obvio que un cliente
que hace parte del trabajo de terapia por su propia cuenta entre sesiones cumplirá más que
alguien que espera su hora semanal con el terapeuta además, un cliente, en el curso de su vida
diaria, está en condiciones de reunir datos y probar los efectos de los cambios cognitivos y
conductuales de una forma que seria difícil dentro de las sesiones de terapia.
En teoría, la modificación efectiva de las asunciones básicas del cliente y de cualquier patrón
disfuncional de interacción permitiría que éste tuviera solamente los problemas que cualquier otro
tendría. Sin embargo, aún cuando estas intervenciones fuesen completamente efectivas, no
volverían al cliente inmune a dificultades futuras. Por consiguiente, la Terapia Cognitiva trabaja
explícitamente en preparar al cliente a enfrentar futuros obstáculos. Este trabajo, basado en la
investigación de Marlatt y Gordon (1985) sobre la prevención de la recaída, consiste en ayudar al
cliente a tener conciencia de las situaciones de alto riesgo, identificar tempranamente los signos
de advertencia de una recaída inminente, y desarrollar planes explícitos para manejar situaciones
de alto riesgo y evitar las recaídas potenciales.
Es particularmente valioso explorar las expectativas del cliente respecto a los futuros problemas y
orientar cualquier expectativa irreal. A menudo los clientes que han superado problemas
significativos a través de la terapia son muy entusiastas y tienen la esperanza de que nunca
tengan problemas similares nuevamente. Si el cliente deja la terapia con esta idea, puede
interpretar erradamente las dificultades subsiguientes y pensar: “¡Oh, Dios mío, otra vez estoy
deprimido! La Terapia Cognitiva no funcionó, es realmente desesperante” es obvio que unas
expectativas basadas en un optimismo irreal sobre los efectos a largo plazo de la terapia, podrían
fácilmente predisponer al cliente a sobre reaccionar cuando se encuentra con problemas
posteriores. Es posible ayudar al cliente a adoptar un punto de vista más real: el de que todas las
personas encuentran problemas de cuando en cuando, pero que la terapia Cognitiva lo ha
equipado de las habilidades necesarias para enfrentar efectivamente los problemas, el riesgo de
su sobrerreacción a futuros obstáculos deberá disminuir y se pueden evitar recaídas potenciales.
Es preferible que cuando el cliente haya alcanzado sus objetivos en la terapia, se haya
completado el trabajo para la prevención de la recaída, y el progreso del cliente se haya
mantenido lo suficiente como para que tenga un razonable monto de confianza en que será capaz
de enfrentarse a sus problemas a medida que estos surjan, se tome la decisión de terminar la
terapia. Es típico que terapeuta y cliente acuerden en ir disminuyendo las sesiones, de una vez a
la semana a una vez cada dos semanas y, posiblemente, sesiones mensual cuando se acerque el
momento de la finalización. Esto no sólo hace este momento menos abrupto, sino que también
proporciona al terapeuta y al cliente una oportunidad de descubrir cuán bien maneja el cliente los
problemas sin la ayuda del terapeuta, y descubrir si hubieran algunos aspectos adicionales por
trabajar. En la esperanza de que una intervención temprana con problemas futuros pudiera
prevenir mayores dificultades, se le ofrece al cliente la oportunidad de retornar para sesiones de
apoyo, si surgiesen problemas.
Cada elemento de la estructura de las sesiones de Terapia Cognitiva está diseñado para
maximizar la colaboración entre terapeuta y cliente mientras se trabaja con eficiencia hacia los
objetivos del cliente. Es muy valiosa la práctica de invertir algunos minutos al principio de cada
sesión para establecer una agenda, que se sigue a menos que se modifique explícitamente. Con
ello se hace un mejor uso del tiempo disponible, mientras se permanece dispuesto a los deseos y
preferencias del cliente. Haber acordado una agenda para la sesión no impide que el cliente
divague en otros tópicos. Sin embargo, con la agenda el terapeuta tiene la posibilidad de limitar,
gentil pero firmemente, las digresiones y volver a la discusión a tópicos más productivos sin
parecer autoritario o controlador. Si el cliente se resiste a los esfuerzos del terapeuta a utilizar la
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sesión productivamente, el terapeuta puede aclararle que, trabajando para centrar la sesión
productivamente, él está trabajando con el cliente hacia metas compartidas en ves de tratar
arbitrariamente de hacerse cargo de la sesión. El uso de una agenda mutuamente acordada
también minimiza la ocurrencia del fenómeno de “la mano en la manija de la puerta”, es decir,
cuando en los segundos previos a la finalización de la sesión, el cliente dice: “Ah, a propósito, creo
que soy homosexual” o de algún otro modo menciona tópico importante cuando ya queda muy
poco tiempo para trabajarlo. Con muchos clientes, una discusión explícita de “lo que con seguridad
queremos conseguir en este día” identificará los aspectos más importantes, de modo que
terapeuta y cliente pueden decidir cómo distribuir mejor el tema. Si el cliente introduce un tópico
importante al final de la sesión, de todas maneras, el terapeuta puede responder a tópicos que no
sean de emergencia con afirmaciones como: “Caramba, esto parece realmente importante para
usted. Es una lástima que ya no tengamos tiempo. Asegurémonos de anotarlo para la agenda de
la siguiente sesión”. El cliente se habituará rápidamente a pensar por adelantado sobre cómo
quiere utilizar la sesión.
No todos los pensamientos que tiene una persona son negativos, algunos la ayudan a sentirse
bien, a solucionar problemas, a ser eficaz en su trabajo, etc. aquí vamos a hablar solamente de un
cierto tipo de pensamientos con características propias y un denominador común: Son negativos e
irracionales. Nos referimos a lo que Aarón Beck denominó Pensamientos Automáticos, en
referencia a un diálogo interno, no observable desde fuera, mediante el cual “el sujeto experimenta
los pensamientos como si fueran un reflejo, sin reflexión o razonamiento previo y se graban como
plausibles y válidos.” (Beck, 1976)
Veamos un ejemplo. Una alumna está dando una charla al resto de sus compañeros, en presencia
del profesor de la asignatura. De repente se queda callada, empieza a sollozar y sale
precipitadamente de la habitación. Su mejor amiga, que la estaba escuchando atentamente,
contrae la cara en un rictus de tristeza, el profesor levanta las gestas con gesto asombrado, y un
chico al fondo de la sala con quien la alumna tiene una relación sentimental pone una expresión
de rabia y enfado. Todos ellos están mostrando emociones más o menos intensas como
consecuencia del acontecimiento que acaban de vivir estas emociones es el reflejo externo de una
cadena de pensamientos que se están produciendo de forma automática dentro de la cabeza de
cada uno de ellos:
Amiga: “No es justo que le ocurra esto, se lo había preparado a conciencia, pero es muy
insegura, demasiado, este tipo de situaciones la superan. Nunca podrá enfrentarse a ellas.”
Profesor: “No entiendo lo que pasa, el tema era muy fácil y se ofreció voluntariamente para
hacerlo. Esta chica es muy rara, seguro que tiene problemas personales.”
Novio: “No quise decírselo pero siempre pensé que no debiera de haber dado esta
conferencia. Se arriesgó y ahora está pagando las consecuencias. Ha hecho el ridículo.”
Todos los pensamientos automáticos tienen unas características comunes que los hacen más
fácilmente identificables.
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1. Son inconscientes. Es decir, están situados en un plano mental del que muchas veces el
individuo no tiene conciencia a simple vista, de ahí que con frecuencia concluya que no estaba
pensando nada, previamente a una reacción emocional intensa.
5. Son desadaptativos. Interponen una barrera mental entre nosotros mismos y los objetivos
que a menudo queremos conseguir, alejándonos de ellos o en el mejor de los casos,
poniéndonoslo más difícil. Un comercial al que le habían propuesto un ascenso como jefe de
equipo, se decía a sí mismo: “Es mejor que no lo acepte, no tengo experiencia en este puesto,
seguramente no seré capaz de afrontar las nuevas responsabilidades.”
6. Son reflejos. Se disparan sin que haya una orden intermedia o un proceso de búsqueda.
Actúan normalmente con un efecto de cadena, en la cual un pensamiento automático va
seguido de otro, y así sucesivamente, sin que el sujeto pueda controlar su aparición. Muchas
manifiestan este efecto así: “Cuando he querido darme cuenta estaba invadida, tenía la
cabeza llena de negras elucubraciones.”
8. Son aprendidos. Los pensamientos automáticos son aprendidos por imitación, introyección,
etc.; mecanismos todos ellos utilizados durante nuestro proceso de formación y en cual
intervienen padres, amigos y en general cualquier fuente o canal cercano al individuo con
poder o credibilidad.
10. Socavan poderosamente nuestra autoestima. Son como una especie de goteo intermitente
que va minando nuestra seguridad y confianza, de ahí que estén especialmente activos en
personas con problemas de asertividad. Los pensamientos automáticos están, además
íntimamente ligados a lo que podríamos denominar “conductas automáticas” o actuaciones
personales de las cuales muchas veces tampoco somos realmente conscientes y que se
disparan sistemáticamente ante la presencia de determinados estímulos.
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- María se toca varias veces el cinturón de seguridad y mira el cuenta kilómetros cuando se
cruza con un policía de tráfico.
- Carlos baja la cabeza y mira los papeles que tiene delante cuando el jefe pasa a su lado.
- Jesús sale “disparado” de su asiento cuando el supervisor le llama al despacho para
hablar con él, dejando todo lo que está haciendo en ese momento.
- Elena se viste siempre de forma “especial” cuando sale con chicos: Faldas cortas,
tacones altos, maquillaje abundante. En su vida cotidiana su estilo es bastante diferente,
mucho más discreto.
Cuando se les pide que analicen estos comportamientos, es decir, que intentes hacerlos
conscientes, sus respuestas son las siguientes:
- Luis “Creo que lo hago cuando me siento inseguro ante una persona. Pienso que el otro
sabe más que yo o simplemente lo que estoy contando no le interesa.”
- María”La autoridad siempre me hace dudar. Necesito saber que no estoy haciendo nada
incorrecto porque si no pueden castigarme.”
- Carlos” Si el jefe me va mirando a cualquier pensará que estoy vagueando o que no
trabajo lo suficiente.”
- Jesús “Me imagino que intento complacer a mi superviso, hacerle esperar le pondría
furioso. Además, su tiempo vale más que el mío.”
- Elena “No me considero intelectualmente muy brillante así que intento compensarlo
resultando atractiva físicamente; además, a los chicos lo que más les interesa es la
“fachada.”
Conocer la existencia y características de los pensamientos negativos es el primer paso que debe
Mostrar si queremos detectarlos, así es que, si has sido capaz de llegar hasta aquí, ya has subido un
peldaño importante. Ahora vamos a dar el siguiente. Se trata de identificar tus propios pensamientos
negativos. El indicador más fiable son las emociones. Como ya hemos comentado, normalmente los
pensamientos automáticos negativos desencadenan emociones negativas de mayor o menor
intensidad. Vamos entonces a utilizarlos como señales de aviso para “pensar.”
Pensamientos Emoción
Situación Credibilidad (%)
Automáticos
Deberías hacerlo en el momento en que aparezca la emoción y eso sería lo más fiable, pero si no
es posible, elige un momento del día en el que puedas relajarte y pensar tranquilamente sobre
ello. Describe brevemente la situación en la que se desencadenaron y las emociones que te
suscitaron. Finalmente, piensa hasta qué punto te lo crees y dales un porcentaje de credibilidad.
Intenta escribir los pensamientos de forma literal, en primera persona y sin añadir ni quitar nada.
Veamos un ejemplo concreto:
Pensamientos
Emoción Situación Credibilidad (%)
Automáticos
Al entrar en el metro no
encuentro el abono de “Soy un desastre, por
Nerviosismo físico y
transporte. Me apresuro mucho que se diga no es
aceleración del ritmo 90%
a comprar uno sin normal cometer tantos
cardiaco
reparar que lo llevo en la errores.”
cartera.
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Voy a natación y cuando
ya he recorrido dos “Esto es la confirmación.
estaciones de metro, me Por mucho que se diga,
Ansiedad y fuerte
sorprendo de ir tan ligero no cabe duda que soy
sensación física de nudo 100%
y entonces me doy excesivamente torpe.
en el estómago
cuenta de que me he Ésta es una prueba
olvidado la bolsa de objetiva.”
deportes
2. GENERALIZACION EXCESIVA: ser derrotista. Por un solo hecho negativo que ocurre,
considerar que siempre saldrá todo igual de mal, desesperanzarse. Se suelen utilizar palabras
como “siempre”, “nunca”… Por ejemplo: Me despiden del trabajo y pienso “nunca voy a
encontrar otro empleo”.
3. FILTRO MENTAL (también llamado abstracción selectiva): un detalle negativo nubla los
demás aspectos de la realidad. Es como una gota de tinta que tiñe toda la jarra de agua. Por
ejemplo: He llegado tarde a una reunión y pienso “ya lo he estropeado todo”.
b) ANTICIPACION NEGATIVA (también llamada error del adivino): esperar que las
cosas salgan mal sin tener pruebas suficientes para ello. Transformar una
posibilidad en un hecho cierto y actuar en consecuencia. Por ejemplo: “no voy a
organizar la fiesta porque todos se aburrirán”.
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6. MAGNIFICACION (CATASTROFE) O MINIMIZACION: exagerar la importancia de las
situaciones o los hechos, o por el contrario reducir hasta que parecen diminutas. Por ejemplo:
minimizar mis cualidades y exagerar mis imperfecciones.
9. ETIQUETACION: hacer una evaluación global del ser humano basado en algunos aspectos
negativos. Es una generalización excesiva aplicada al comportamiento humano. No describe
comportamientos concretos, sino que hace evaluaciones globales. Por ejemplo: “soy torpe”,
“eres un desastre”.
Las creencias
- Reglas/ expectativas: “Debo trabajar lo más duro que pueda todo el tiempo.”
- Presunción: “Si el trabajo muy duro, podré hacer algunas cosas que otras personas
puedan hacer fácilmente.”
Estas creencias influyen en la forma de ver una situación y esa visión a su vez influye en
el modo como piensa, siente y se comporta.
Creencias Centrales
Creencias Intermedias
(Reglas, Actitudes y Presunciones)
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Pensamientos Automáticos
Las creencias centrales y las intermedias se aprenden desde las primeras etapas del desarrollo al
tratar de comprender su entorno, organizar sus experiencias. Trabajar las creencias centrales
previene la recaída.
Creencias Centrales
Creencias Intermedias
(Reglas, Actitudes y Presunciones)
Creencias Centrales
“Soy Incompetente”
Creencias Intermedias
“Si no comprendo algo a la perfección, soy tonto”
----- Comportamiento
(Cerrar el libro)
------ Fisiológica
(Pesadez en el abdomen)
Preguntas Básicas:
1. Formular esta pregunta en los momentos en que se observe un cambio(o una intensificación)
en los afectos durante la sesión.
2. Hacer que el paciente describa una situación problemática o un momento en el que
experimenta un cambio en los afectos y formular entonces la pregunta básica.
3. En caso necesario, hacer que el paciente utilice imágenes mentales para describir la situación
específica o el momento con la mayor cantidad de detalles posibles y formular entonces la
pregunta básica.
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4. Si es necesario o si se prefiere, hacer que el paciente dramatice una interacción determinada
con el terapeuta y luego formular la pregunta básica.
1. Ocuparse del pensamiento automático (¿Cuánto crees en ese pensamiento? ¿Cómo te hizo
sentir emocionalmente? ¿qué hiciste después de ese pensamiento?)
3. Explorar si es típico ese pensamiento automático (¿ Con qué frecuencia tienes ese tipo de
pensamiento’ ¿En qué situaciones’ ¿ Cuánto te perturba esta clase de pensamientos?)
4. Identificar otros pensamientos e imágenes automáticas que suelen producirse en esa situación
(¿Pasó por tu mente algunas otras cosas en ese momento?)
6. Explorar la creencia que subyace en el pensamiento automático (¿Si esto fuera verdad? ¿Qué
significaría para ti?)
7. Pasar otro tema (“Está bien. Creo que he comprendido eso ¿Cuéntame qué otra cosa ha
ocurrido esta semana?)
¿Cómo hace el terapeuta para elegir entre estas opciones? Para decidir, debe preguntarse:
1. ¿Qué estoy tratando de conseguir en esta sesión? Trabajar en eso ¿Nos ayudará a alcanzar
los objetivos terapéuticos que he fijado para esta sesión?
3. ¿Se trata de un pensamiento importante, del cual debemos ocuparnos? ¿Es suficientemente
disfuncional o distorsionado? ¿Es muy habitual? ¿Ocuparnos de esto ayudará al paciente en
más de una situación?
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b. ¿Hay una explicación alternativa?
c. ¿Cuál es la peor cosa que podría ocurrir? ¿Podría sobrellevarlo? ¿Qué es lo mejor que podría
ocurrir? ¿Cuál es la posibilidad más realista?
Para utilizar la técnica de la flecha vertical o descendente vamos a efectuar los siguientes pasos:
Pensamiento negativo
¡¡No sé si le he dado la dosis adecuada a este paciente!! (Grado de creencia 100)
(Pensamiento acompañado de una emoción de alta intensidad: ansiedad 90)
¿Qué significa esto para mí? ¿Por qué es importante para mí?
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Significa que no estoy siendo lo suficientemente cuidadosa.
¿Qué significa esto para mí? ¿Por qué es importante para mí?
Si no soy cuidadosa puedo cometer errores
¿Qué significa esto para mí? ¿Por qué es importante para mí?
Es tremendo cometer errores
¿Qué significa esto para mí? ¿Por qué es importante para mí?
Si cometo errores es que no soy capaz de hacer este trabajo. Pero creo que me va a
pasar con muchas otras cosas. No sé si podré mejorar en mi trabajo, ni si conseguiré
superar este problema de ansiedad.
Hemos visto que los pensamientos son hipótesis o interpretaciones de las experiencias que, en
ocasiones, no son razonables y beneficiosas y nos producen malestar emocional.
Para cuestionarlos y buscar otros alternativos más saludables existen diversas técnicas
psicológicas. La que vamos a aprender, en primer lugar, por su gran eficacia y su uso
generalizado en las consultas de los/as psicólogos/as cognitivo-conductuales, es el debate de
pensamiento o reestructuración cognitiva.
Técnica:
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• A continuación nos plateamos la validez del pensamiento, si es realista y razonable o no,
buscando hechos o datos de nuestra experiencia a favor del mismo y hechos o datos de
nuestra experiencia en contra. A este proceso se le llama contraste empírico.
• Después, nos cuestionamos la utilidad del pensamiento, qué ventajas o consecuencias
positivas nos ofrece y qué inconvenientes o consecuencias negativas nos ocasiona. Hay
que diferenciar, las ventajas inmediatas, a medio plazo, y a largo plazo, y de igual modo
con los inconvenientes. A esto le llamamos contraste adaptativo.
3. A la vista de los hechos a favor y en contra y de las ventajas e inconvenientes, elaboramos un
pensamiento alternativo más realista y más beneficioso o adaptativo. Anotamos cuánto nos
lo creemos. El grado de creencia de este nuevo pensamiento irá aumentando poco a poco.
4. Análisis de las consecuencias:
• Al terminar el debate observamos si ha disminuido el grado de creencias del pensamiento
negativo inicial y lo escribimos.
• Revisamos qué efecto produce el nuevo pensamiento en nuestras emociones y en nuestra
conducta. ¿Nos sentimos un poco mejor? ¿Nos anima a actuar de otra manera?
PENSAMIENTO:
Qué horror, se están dando cuenta de lo nerviosa que estoy
(Cuando entro en una sala con gente desconocida y con ansiedad 80, de 0-100)
PROCESO DE DEBATE
DISTORSIONES COGNITIVAS: Etiquetación (soy rara, soy ansiosa), lectura del pensamiento
(la gente pensará que soy rara), error del adivino (me rechazarán), magnificación (es horrible
ser tan ansiosa y sudar), debería (yo no debería ser así)
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Ventajas de pensar así
• Me hace intentar actuar bien y eficazmente.
Inconvenientes
No veo ninguno.
1. Los Hombres son más felices cuando establecen metas y propósitos en sus vidas y se
esfuercen por alcanzarlos. Lo “Racional” en la TREC es lo que ayuda a la gente a alcanzar
sus metas y propósitos básicos, por lo contrario lo Irracional es lo que les frena.
La TREC parte de la Hipótesis de que si las metas principales de las personas son
permanecer vivos, evitar el dolor innecesario y actualizarse a si mismos, en general sería
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mejor que se esforzasen en conseguir un grupo de sub metas importantes que les ayude a
conseguir estos aspectos.
Las principales sub metas de la TREC consiste en ayudar a las personas a pensar más
Racionalmente (científica, clara y flexiblemente), sentir de forma más apropiada y actuar
funcionalmente.
3. La TREC afirma que existen dos tendencias básicas en los seres humanos. La primera, La
tendencia natural de las personas a pensar de forma irracional, lo cual influye notablemente en
la aparición de alteraciones psicológicas. Este pensamiento irracional está muy determinado
por factores biológicos los que interactúan siempre con las condiciones ambientales.
La TREC sostiene también que los seres humanos tienen una segunda tendencia biológica
básica, destinada a ejercitar la capacidad de elección y a trabajar contra el pensamiento
irracional.
6. La TREC sostiene que antes de que las personas puedan cambiar sus conductas y
sentimientos inapropiados, generalmente requieren tres tipos de insight. El primer tipo tiene
que ver con el reconocimiento de que no son los sucesos los que causan las perturbaciones
emocionales, sino las creencias irracionales que se tienen sobre estos sucesos. El segundo
tipo de insight es la comprensión que independientemente de cómo se llego a adquirir las
creencias irracionales, la perturbación se mantiene porque las personas siguen
adoctrinándose con este tipo de creencias. El tercer tipo de insigth es la comprensión de que
los sentimientos y conductas perturbadoras cambiarán solamente si trabajamos y practicamos
constantemente en el presente en pensar, sentir y actuar contra lo que son nuestras creencias
irracionales.
Objetivos del tratamiento con TREC
• Aumentar y/o lograr el autocontrol emocional por parte del paciente, cambiando
profundamente los esquemas cognitivos disfuncionales y reemplazarlos por esquemas
cognitivos funcionales
• Desterrar el miedo al miedo, a la incomodidad y al dolor
• Aumentar la tolerancia a la frustración, la aceptación de la incertidumbre
• Estimular la auto dirección; metas propias y razonables y medios de largo aliento
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• Estimular la flexibilización desterrando la rigidez y el dogma
• Estimular el pensamiento lógico y científico, desterrando las expectativas fantasiosas, las
creencias ilusas y el pensamiento mágico
• Aumentar la autoestima. La aceptación incondicional de si mismo
Ellis sugiere que para discriminar las creencias irracionales podríamos buscar los “debería” y
los “tendría que”, “debo”, “tengo que”. Aunque estas palabras claves pueden ser realmente
indicios de una filosofía absolutista y exigente, a menudo se utilizan de forma inocua. Un error
frecuente cometido por los terapeutas de la TREC recién entrenados es suponer que todas las
expresiones de palabras como “debería”, “tendría que”, “debo”, “tengo que”, representan una
exigencia. Estas palabras tienen distintos significados en la forma de predicciones, consejos,
frases condicionales, etc. La definición problemática se da cuando representa un imperativo-
como si fuera un dogma moral- implicando que “tiene que” ocurrir necesariamente un
acontecimiento. El terapeuta deberá hacer la discriminación de si la expresión conlleva un
significado absolutista, atendiendo al contexto del paciente y su estado emocional.
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5. Es un/a imbécil No es perfecto/a
6. Esto no debería ocurrir Esto ocurre porque es parte de la vida
7. No tiene derecho Tiene derecho a hacer lo que le parezca
aunque preferiría que no hubiese sido así
8. Debo ser condenado Fue mi culpa y merece sanción, pero no tengo
que ser condenado
9. Necesito que él/ella haga Quiero/deseo/preferiría que él/ella haga eso,
eso pero no necesariamente debo conseguirlo
13. Esto es toda mi vida Desearía que fuese más fácil pero, a menudo,
lo que me conviene es difícil de lograr
14. Esto debería ser más
fácil Preferiría haberlo hecho mejor, pero hice lo que
pude en ese momento
Soy una persona que a veces fracasa
15. Debería de haberlo
hecho mejor
Creencias intermedias más frecuentes recogidas y llamadas por A. Ellis ideas irracionales (1980).
2. Para considerarme valioso/a tengo que ser muy competente y conseguir mis objetivos en
todos los aspectos posibles.
3. Hay personas que son inmorales y perversas y deben ser acusadas y castigadas por sus
defectos y malas acciones.
5. La desgracia humana se origina por causas externas y no tenemos capacidad para controlar
los trastornos que nos produce.
7. Es más fácil rehuir las dificultades y responsabilidades de la vida que afrontarlas. La vida tiene
que ser fácil.
8. Dependemos de los demás, por tanto necesito tener a alguien más fuerte que yo en quien
poder confiar y de quien depender.
9. El pasado determina. Algo que me ocurrió una vez y me conmocionó debe seguir afectándome
indefinidamente.
11. Existe una solución perfecta para los problemas humanos y es catastrófico si no se encuentra.
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Técnica preferenciales de la TREC
La TREC sostiene que la base del pensamiento irracional son los “debo” o exigencias de tipo
absolutista y rígido en relación al propio ego, a las otras personas y/o a las condiciones de vida en
general. Además, probablemente causados por estos “debo”, las personas tienden a presentar las
conclusiones condena, tremendismo y baja tolerancia a la frustración, descritas por Ellis, y crear
otros tipos de distorsiones cognitivas como la personalización, razonamiento emocional,
sobregeneralización, etc., descritas por otros psicólogos como Beck y Burns.
El debate
La técnica el debate o cuestionamiento tiene como propósito enseñar al paciente a utilizar el
método científico para el análisis de sus pensamientos irracionales. Una vez que se han
diferenciado las ideas racionales de las irracionales, lo esencial del debate es cuestionar las
irracionales. Por medio del debate del sistema de creencias irracionales del paciente y pueden ser
de naturaleza cognitiva, conductual o por medio de la imaginación.
Estilos de debate
1. Estilo socrático
Tiene como meta principal el cuestionamiento d las ideas irracionales del paciente a través de
preguntas enfocadas hacia su carencia de funcionalidad, falta de lógica e inconsistencia
empírica. Su propósito es el de incitar y animar al paciente a pensar por sí mismo, en lugar de
aceptar automáticamente el punto de vista del terapeuta.
2. Estilo didáctico
Aunque la TREC favorece el estilo socrático, hacer preguntas no es necesariamente
productivo en todas las ocasiones. En distintas etapas del proceso terapéutico, pueden ser
necesarias explicaciones de tipo didáctico. Por ejemplo, explicar por qué una idea irracional,
en particular, es autodestructiva, por qué su alternativa racional podría ser más productiva,
particularmente a largo plazo, etc.
Sin embargo, es muy importante asegurarse que, al utilizar explicaciones didácticas, el
paciente comprende en su totalidad el significado de lo que se está diciendo. Una buena
sugerencia para corroborar este punto es la de pedir al paciente que, usando sus propias
palabras, explique lo que se está discutiendo. El terapeuta puede decir, por ejemplo: “No estoy
seguro/a de estarme explicando de forma clara ¿Podría decirme qué cree que estoy tratando
de decir?”. No es una buena idea aceptar simplemente el comportamiento no verbal del
paciente, como señales de asentimiento con la cabeza, como prueba de que lo ha
comprendido.
3. Estilo chistoso/juguetón
El uso del humor puede ser una técnica terapéutica muy eficaz. La exageración de una idea
irracional en forma jocosa, por ejemplo, puede funcionar de forma paradójica y ayudar al
paciente a ver lo poco empírico y, por consiguiente, irracional, de lo que se está diciendo a sí
mismo. Por ejemplo:
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Paciente: “Durante al fiesta dije una tontería ante una persona que me gusta muchísimo. ¿Fue
horrible!”.
Terapeuta:” ¡Tiene razón! No es solamente algo horrible, sino que no veo como va a ser
posible que sobreviva a semejante experiencia. ¡Es la peor noticia que he oído en mi vida! De
hecho, es tan espantosa que no me creo capaz de poder hablar de ella. Por favor,
¿cambiemos de tema inmediatamente!”
Aunque muy eficaz, la utilización de este estilo sólo debe hacerse si se cumplen ciertos
requisitos:
Este estilo ayuda a disminuir el énfasis en las diferencias entre terapeuta y paciente, y a
facilitar al segundo la utilización del terapeuta como modelo. Sin embargo, cabe resaltar que,
antes de utilizarse, es necesario establecer de antemano, en cada caso en particular, su
beneficio potencial para el paciente.
Aprender a pensar racionalmente consiste en aplicar las principales reglas del método científico a
la forma de verse a sí mismo, a los otros y a la vida en general. Una hipótesis no es un hecho,
sólo una suposición que debe examinarse para determinar si es correcta o no. El aspecto más
importante de la ciencia consiste en la revisión y cambio constante de hipótesis y teorías, y en los
intentos de reemplazarlas por ideas más válidas y conjeturas más útiles y flexibles en lugar de
rígidas, abiertas en lugar de dogmáticas.
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La meta principal es ayudar al paciente a observar y comprobar la evidencia empírica, la veracidad
de los hechos, la objetividad de los datos que está utilizando, para comprobar sus hipótesis. En
general, los “debo” absolutistas son casi siempre inconsistentes con la realidad empírica. El
terapeuta puede hacer preguntas como:
- “¿Qué prueban los datos?
- ¿Es cierto que siempre ha sido así o, aunque elevado, esto ocurre sólo un porcentaje de
las veces?
- ¿Cuál es su probabilidad de ocurrencia?”.
En este grupo de preguntas se evalúa si los eventos futuros ocurrirán y si es así, estos serán tan
desagradables como la persona considera o cree.
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- ¿Qué es lo peor que podría suceder?
- ¿Y si eso sucede?
- ¿En que forma eso seria tan terrible?
- ¿En que forma es eso una desventaja tan terrible?
- ¿Qué cosas buenas pueden suceder si eso ocurre?
- ¿Puedes tu feliz ser feliz aun si no obtienes lo que quieres?
- ¿Qué podría suceder?
- ¿Cuan terrible podría ser eso?
- ¿Explícate porque tendrías que estar acabado con eso?
- ¿Cuál es la probabilidades una mala consecuencia?
- ¿Cómo será destruido si eso sucede?
Este grupo de preguntas no desafían la lógica del pensamiento sino que sirven como un
mecanismo persuasivo para ayudar a las personas a ponderar el valor hedónico (placer-displacer)
de su sistema de creencias o pensamientos.
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Ideas irracional (ABC), pensamientos deformantes, déficit, etc.
De acuerdo a Wolpe, (1992), fue Bain quien introdujo en 1968 la técnica de detención del
pensamiento, aunque Taylor (en una comunicación personal hecha a Wolpe en 1963) es el
aparentemente responsable de su adopción para los terapeutas de la conducta de hoy en día. La
técnica es notablemente directa. Se pide al paciente que se concentre en pensamientos que
inducen a la ansiedad y de manera repentina, después de un breve periodo, el terapeuta dice en
forma enfática “ALTO”. El ejecutar esto varias veces ocasiona la interrupción de los pensamientos.
Fases:
P: “Imagínese que está por empezar una exposición y que se comienzan a desencadenar
pensamientos negativos”
C: “Bien, en este momento estoy en el salón de clases y mencionan mi nombre para exponer en
unos cinco minutos, en ese momento pienso que a lo mejor.....”
P: “ALTO” (con voz enérgica y dando una palmada fuerte), respire profundamente, ¿Qué paso con
su pensamiento al escuchar la palabra alto?
P: “Es esta ocasión imagine la misma escena y piense para sí misma todos esos pensamientos
como sí estuviera en la situación real. Pero en el momento exacto que percibe emergen los
pensamientos negativos señálelo levantando su dedo.
C: Muy bien (larga pausa y luego levanta el dedo).
C: Sí, si funcionó.
P: Intentémoslo de nuevo.
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FASE III: Interrupción abierta por parte del paciente de pensamientos encubiertos.
P: Ahora, vamos a tratar de que controle usted misma su propio pensamiento. Imagine una vez
más la situación lo más claro posible. En esta ocasión en cuanto empiece a tener esos
pensamientos, diga “alto” en voz alta, con una palmada fuerte, lo más intenso que usted
pueda.
T: ¿Funcionó?
C: Puede ser.
FASE IV: Interrupción cubierta por parte del cliente de sus pensamientos disfuncionales
P: Dado que no sería conveniente para usted decir “alto” cada vez que percibe pensamientos
negativos.....me gustaría que esta vez hiciera exactamente lo anterior pero sólo diciéndose
“alto” para sí misma, no en voz alta, y a la vez apretando las manos en forma de puños.
Vamos.”
C: (larga pausa)
C: Fue bien...
Finalizada la sesión se sugiere al paciente que haga ensayos en función a la fase IV y que si
desee se imagine otras situaciones en la que surgen pensamientos negativos.
CONTROL ENCUBIERTO
Autocontrol:
La importancia del autocontrol se ve reconocida por autores tan representativos como Skinner
(1953)
En la década de los 60 y 70, dado por el interés de los procesos cognitivos los procesos de
autocontrol empiezan a atraer la atención de clínicos e investigadores.
El autocontrol es una estrategia que permite manejar su propio comportamiento a través de la:
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Una de las estrategias del autocontrol es el CONTROL ENCUBIERTO sustentado en el Principio
de Premack: “En cualquier par de respuestas o actividades en que se ocupe el individuo, la más
frecuente reforzará a la menos frecuente.” Dicho de otra forma, una conducta con mayor
probabilidad puede emplearse para reforzar una conducta con menor probabilidad.
Pasos:
Evolución de la técnica (inoculación de estrés, IE) como marco para la organización de programas
de entrenamiento variados (entrenamientos en inoculación de estrés, EIE).
Concepto y definición. Los EIE pretenden ayudar a las personas a adquirir conocimientos
suficientes sobre los procesos implicados en el estrés, a mejorar la comprensión de sí mismos y a
practicar las habilidades de afrontamiento que les faciliten mejores maneras de abordar
situaciones difíciles tanto esperadas como inesperadas en su vida.
El entrenamiento en inoculación del estrés incluye aprender a relajarse utilizando la respiración
profunda y la relajación progresiva, de modo que cada vez que se experimente estrés, donde y
cuando sea, se puede relajar la tensión.
Se organizan en tres fases interrelacionadas:
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- Hacer diferenciar al cliente los aspectos modificables e inmodificables de las situaciones
de estrés.
- Hacer que el cliente establezca metas conductuales específicas a corto, medio y largo
plazo.
- Entrenar al cliente en autoobservación y autorregistro. Explicar el modelo transnacional del
estrés adaptándolo a la población y al problema y como se puede contribuir sin querer a
mantenerlo. Entrenar al cliente analizar problemas de forma independiente.
- Asegurarse de hasta que punto las dificultades de afrontamiento dependen de déficit de
habilidades o son resultados de fallos en la ejecución (creencias desadaptivas,
sentimientos de baja autoeficacia, ideas negativas, ganancias secundarias).
- En colaboración con el cliente y personas significativas para el, formular una
reconceptualizacion del problema de estrés que distinga los componentes y fases de la
respuestas.
- Educar socráticamente al cliente y otras personas significativas sobre la naturaleza de
estrés. La reconceptualizacion debe tener apariencia de realidad, facilitar el
descubrimiento de sentido de la situación, fortalecer la esperanza y subrayar los puntos
fuertes del cliente y sentimientos de poder hacer frente a la situación.
A. Entrenamiento de habilidades:
- Debe elegirse el estilo de afrontamiento que, siendo adaptativo, sea preferido por el
cliente. Explorar con el como emplear el esfuerzo de afrontamiento en la presente
situación. Examinar los factores que podrías llegar a bloquear dicho esfuerzo.
- Los EIE deben incluir el entretenimiento en habilidades de afrontamiento centradas en
el problema concreto a abordar. Seleccionar las técnicas de acuerdo con las
necesidades de cada cliente o grupo. Ayudar a descomponer los problemas en
elementos o subproblemas que puedan resolver de uno en uno más fácilmente.
- Ayudar al cliente a poner en marcha la actividad de solución de problemas entrenada
en la consulta. Pedir al paciente que ponga en práctica las actividades conductuales
en la clínica y en vivo.
- Especialmente cuando el cliente tenga habilidades de afrontamiento paliativas
centradas en la emociona.
- Entrenar a los clientes a reconocer y utilizar el apoyo social de forma efectiva.
- Ayudar al cliente a desarrollar un repertorio de respuestas de afrontamiento extenso
que facilite la flexibilidad de la respuesta. Llevar a cabo un perfeccionamiento gradual
B. Ensayo de habilidades :
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En la que se da la oportunidad de poner en práctica, en situaciones reales de estrés, las
habilidades entrenadas en la fase anterior. Las exposiciones graduadas se realizan utilizando toda
una gama de posibilidades, desde la aplicación imaginada a la práctica en situaciones reales de la
vida de la persona, pasando por exposiciones simuladas en la consulta.
B. Mantenimiento y generalización:
• Terminar gradualmente el entrenamiento e incluir sesiones de apoyo y seguimiento.
• Implicar a los otros significativos en el entrenamiento.
• Pedir al cliente que ayude a entrenar a otra persona con problemas similares.
• Ayuda al cliente a reestructurar estresores ambientales y desarrollar rutas de escape
adecuadas. Asegurase de que ve la evitacion no como un fracaso, sino como una
opción de control personal.
• Ayudar al cliente a desarrollar estrategias de afrontamiento para superar los fracasos.
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