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Misas Arango, Gabriel - El Campo de La Economía y La Formación de Los Economistas (2004)

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EL CAMPO DE LA ECONOMA Y LA FORMACIN DE LOS ECONOMISTAS

Gabriel Misas Arango*

Resumen Misas Arango, Gabriel, El campo de la economa y la formacin de los economistas, Cuadernos de Economa, v. XXIII, n. 40, Bogot, 2004, pginas 205-229 En este artculo se analiza el campo de la economa, particularmente la influencia de la academia americana en la formacin de los economistas, y la consolidacin de la dominacin de la teora econmica estndar en el campo, lo que en conjunto ha contribuido a deslegitimar las corrientes cientficas diferentes a la teora neoclsica, en lo cual la excesiva formalizacin y el uso de las matemticas han jugado un papel determinante. Palabras clave: enseanza de la economa, epistemologa econmica. JEL: A22, A29.

Profesor Titular, Universidad Nacional de Colombia. Este trabajo hace parte del trabajo de investigacin realizado, durante el ao sabtico, sobre epistemologa econmica y la conformacin del campo de la economa. Enviar los comentarios al correo: gmisasa@unal.edu.co. Artculo recibido el 17 de mayo de 2004 y aprobado el 11 de junio del mismo ao.

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Abstract Misas Arango, Gabriel, The field of economics and educating economists, Cuadernos de Economa, v. XXIII, n. 40, Bogot, 2004, pages 205-229 This article analyses the field of economics (particularly the influence of north-american academic thinking on educating economists) and the consolidation of standard economic theorys domination of the field. Together these have contributed towards de-legitimising scientific currents different to neo-classical theory in which the excessive formalisation and use of mathematics has played a determinant role. Key words: teaching economics, economic epistemology. JEL: A22, A29.

Rsum Misas Arango, Gabriel, Le domaine de lconomie et la formation des conomistes, Cuadernos de Economa, v. XXIII, n. 40, Bogot, 2004, pages 205-229 Le champ de lconomie est analys dans cet article, et plus particulirement linfluence de lcole amricaine dans la formation des conomistes, et la consolidation de la domination de la thorie conomique standard dans ce domaine, ce qui dans lensemble a contribu a dlgitimer des courants scientifiques diffrents de la thorie noclassique, o lofficialisation excessive et lusage des mathmatiques a jou un rle essentiel. Mots cls: enseignement de lconomie, pistmologie conomique. JEL: A22, A29.

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A partir de la segunda posguerra (1945), el campo de la economa sufri una profunda mutacin [Coats 1996]. Entendemos por tal, el espacio de produccin simblica de conocimientos econmicos y las redes de distribucin (socializacin) de esos conocimientos. Comprende, en consecuencia, los agentes productores y las instituciones involucradas en este proceso y las relaciones que se establecen entre ellos. Se da un desarrollo relativamente rpido de internacionalizacin de la disciplina que toma la forma de una universalizacin de las prcticas y percepciones de la academia americana. Las tradiciones de las escuelas nacionales de pensamiento (austriaca, sueca, alemana, francesa, inglesa, japonesa, india o latinoamericana), que a partir de unos elementos generales de la economa clsica desarrollaron teoras completas para pensar e interpretar sus patrones de acumulacin o su evolucin econmica y que fueron muy fuertes a lo largo de casi cien aos (1850-1940), desaparecieron en beneficio de la universalizacin de la teora econmica estndar (TEE) teora neoclsica convertida por la academia americana en la ciencia econmica. Academia que logra el monopolio de la autoridad cientfica, inseparablemente definida como capacidad tcnica y como poder social [Bourdieu 1976, 12, subrayado del original]. Quin le otorg a la academia americana el monopolio de la competencia cientfica socialmente reconocida para determinar qu es la ciencia econmica? Este reconocimiento se tiende a reducir al conjunto de los sabios; ellos deciden e imponen la definicin de ciencia que ms convenga a sus intereses mediante la limitacin del campo de los problemas, las metodologas utilizadas y la clasificacin de las teoras que se pueden considerar cientficas1. Como seal Bourdieu [1976, 22]: la legitimacin de las instancias de legitima-

Ver Guerrien [1991] y Coats [1996].

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cin obtienen su legitimacin de la fuerza relativa de los grupos cuyos intereses expresan. Al iniciar la segunda posguerra, el sistema de enseanza universitaria y de investigacin en el campo de la economa en Europa continental estaba destruido, los profesores y sus equipos de investigacin se haban dispersado muchos de ellos migraron a Estados Unidos, mientras, por el contrario, el sistema de educacin superior en Estados Unidos se haba desarrollado considerablemente durante la guerra. Las tareas de la guerra haban llevado a los universitarios americanos y a los profesores extranjeros que haban migrado a las universidades americanas, a estudiar problemas hasta entonces no tratados por los economistas. Se desarrollaron as nuevos mtodos de anlisis: insumo-producto, investigacin de operaciones y teora de juegos. La academia americana sali de la guerra con una gran capacidad tcnica y con un enorme poder social, del cual careca la academia europea. Los economistas americanos emergieron de la guerra con un enorme poder simblico, pues los problemas de asignacin de recursos jugaron un papel central en el esfuerzo blico. Muchos de los grandes economistas trabajaron en los centros de investigacin militar creados para enfrentar estos problemas. Es as como una de las primeras aplicaciones de la programacin lineal fue la dieta de los soldados americanos. Al inicio de la posguerra, los economistas americanos se enfrentaban principalmente a problemas relacionados con:

La reconstruccin europea (Plan Marshall). La conversin de una economa de guerra a una economa civil (Estados Unidos). El problema de los pases del Tercer Mundo (economa del desarrollo). La consolidacin de un sistema internacional de pagos. La financiacin de la acumulacin de capital a nivel internacional. La reconstitucin de las redes de comercio internacional desarticuladas por la crisis de los aos treinta y la Segunda Guerra Mundial.

Retos que deberan enfrentar en primera instancia los economistas, particularmente, los economistas de la potencia vencedora2, lo que dio lugar a una

La Guerra Fra determin una divisin en el campo de los economistas entre Este y Oeste. Los primeros no participaron en los organismos encargados de las tareas antes sealadas, y en consecuencia, las percepciones y los hbitos generados por las prcticas de estas instituciones (FMI, BM, etc.) no los comprometieron.

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rpida expansin de las escuelas de economa (escuelas de graduados) y a una reformulacin de los pensa y de las metodologas de enseanza [Barber 1996]. Los cambios se generalizaron rpidamente a las escuelas de economa de Europa y, ms tarde, al resto del mundo. La internacionalizacin de la economa o su americanizacin3 no se logr por los mritos intrnsecos de las nuevas teoras, sino en virtud a las redes construidas y desarrolladas con ese propsito. Los cientos de becas otorgadas por el gobierno de Estados Unidos a estudiantes europeos, indios y japoneses, para llevar a cabo estudios de posgrado doctorados fue un primer paso, a lo cual sigui la estrategia de profesores visitantes, en la que profesores provenientes de universidades americanas se desplazaron a otros pases para reformar o crear departamentos de economa a la imagen y semejanza de los existentes en Estados Unidos. Vale la pena sealar dos casos: India y Chile. La formacin de los economistas indios hasta antes de la guerra se haba llevado a cabo bajo los patrones de formacin existentes en Oxfordbridge, dejando, sin embargo, un amplio margen al pensamiento econmico local, a los desarrollos autnomos para tratar problemas especficos de la India. Esta situacin se modific con la americanizacin de la economa. Dado el tamao del pas, la poltica de becas para estudiar en Estados Unidos se complement con profesores visitantes que, en asocio con los economistas indios que haban estudiado en Estados Unidos, realizaron cursos y seminarios para los profesores de las escuelas de economa y estudiantes graduados a travs de la India. Con fondos provenientes de la ayuda alimentaria (Public Law 480) se financiaron estos cursos, as como la impresin masiva de libros de texto, particularmente el de Paul Samuelson. El caso de Chile es igualmente paradigmtico. Para contrarrestar el pensamiento autnomo desarrollado por la CEPAL y los programas de investigacin, formacin avanzada y entrenamiento que esta institucin mantena desde sus inicios, y que permiti la formacin de cientos de economistas latinoamericanos en un paradigma diferente a la TEE, responsables tcnicos en diferentes instituciones gubernamentales los latincratas y de la educacin de las nuevas generaciones de economistas, el Departamento de Estado y las Fundaciones Rockfeller y Ford con la ayuda de la Universidad de Chicago, desarrollaron una completa estrategia a travs de becas a econo-

Como la designan la mayora de autores de los artculos del libro editado por Coats [1996] sobre la internacionalizacin de la economa a partir de 1945.

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mistas chilenos para llevar a cabo sus estudios de posgrado en Chicago [Harberger 1996], para posteriormente regresar a Chile a trabajar en la Escuela de Economa de la Universidad Catlica, con la cual se haba firmado un convenio en 1955, que fue ampliado en 1965 para conformar una escuela latinoamericana de estudios de posgrado4, con el propsito de contrarrestar la experiencia de Escolatina de la Universidad de Chile, que contaba con el apoyo de la CEPAL.
LA CONSOLIDACIN DEL CAMPO DE LA ECONOMA

Como bien lo ha sealado Bourdieu [1976, 20] los dominantes son aquellos que consiguen imponer la definicin de la ciencia segn la cual su realizacin ms acabada consiste en tener, ser y hacer lo que ellos tienen, son o hacen. La consolidacin, primero, y luego la dominacin de la academia americana en el mbito internacional de la economa a partir de la segunda posguerra, se asocian a tres eventos sucedidos en el campo: (i) la migracin masiva de grandes economistas europeos5 a las universidades americanas en los aos treinta, como consecuencia del ascenso de los totalitaristas al poder, (ii) los avances en el campo de la formalizacin, las tcnicas estadsticas y los desarrollos en las matemticas durante la guerra (programacin lineal, teora de juegos, etc.), seguidos con entusiasmo por los jvenes economistas, muchos de los cuales preparaban sus disertaciones doctorales en ese perodo6, y (iii) la consolidacin de la Cowles Commission, integrada por un grupo de jvenes investigadores provenientes de diferentes reas: fsica, matemticas, estadstica, economa, que le dio un gran impulso a la formalizacin en economa. Dos hechos poco sealados marcan el desarrollo de la economa matemtica de los aos cincuenta: por un lado, el macartismo, que indujo a muchos economistas a dedicarse a temas esotricos, altamente abstractos, para evitar

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En 1966 se dieron becas a ms de una docena de economistas colombianos para llevar a cabo estudios de maestra en esa Escuela. Entre ellos Koopmans, Leontief, Schumpeter, Marshack, Harbeler, Kuznets, Theil, Hotelling, Lerner, Hayek, Modigliani y Hirschman. Premios Nobel como Samuelson, Arrow, Klein y Friedman, cuentan cmo entre sus preocupaciones desde la escuela secundaria estaba el estudiar matemticas, estadstica y lgica, lo cual les permiti destacarse en sus estudios universitarios en reas nuevas como la economa matemtica y los recientes avances en econometra. Ver Breit y Spencer [1997].

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problemas con los grupos de extrema derecha. Como lo seal aos ms tarde H. Johnson, citado por Barber [1996, 21], prudente era confinar su atencin en los problemas cientficos y evitar a toda costa levantar sospechas acerca de su lealtad7. Por otro lado, en plena Guerra Fra era primordial consolidar la teora neoclsica fundamento de las polticas impulsadas por el gobierno americano y el FMI como nica corriente cientfica de la economa, deslegitimando, de paso, otros enfoques tericos, particularmente la economa poltica de origen clsico y marxista, muy fuertemente arraigada entre los economistas europeos, especialmente en Francia e Italia, las corrientes historicistas en Alemania y los keynesianos en Inglaterra, e igualmente las corrientes nacionalistas como el estructuralismo latinoamericano impulsado por la CEPAL. Se pensaba ingenuamente an se piensa que la formalizacin de ciertas proposiciones automticamente les otorga un carcter cientfico. Como lo seala Kolm [1998] acerca de la perversidad de la estructura de incentivos:
[...] se percibe que los incentivos de la academia americana abarcan todas las reas susceptibles de beneficio en la investigacin salarios, renombre, localizacin para producir rpidamente este sistema dentro de la estructura epistemolgica e ideolgica recibida. [] En verdad induce al trabajo, pero es conformista respecto al tpico, mtodo, objetivo e ideologa, etc.; esto representa un desincentivo para dedicar el tiempo y el esfuerzo necesario para analizar profundamente, con la cultura y multidimensionalidad requerida, las causas bsicas, la situacin y naturaleza de los interrogantes econmicos. [] El hecho que los ejercicios matemticos sean ms fciles de clasificar que los desarrollos filosficos o sociales, cuenta, probablemente, en la peligrosa omisin de estas herramientas [Kolm 1998, 210].

En otras palabras, la creciente inversin de los agentes y las instituciones en la adquisicin de un capital simblico representado en un amplio dominio de las matemticas y las tcnicas cuantitativas, no permite fcilmente que los agentes acepten plantearse problemas que requieran el uso de teoras y mtodos que demanden menores niveles de formalizacin. De presentarse esta situacin, dara lugar a cambios profundos en el interior del campo, (en la correlacin de fuerzas entre sus componentes), a una desvalorizacin del

En igual sentido, se han expresado varios premios Nobel, ver Breit y Spencer [1997]. L. Klein se refugi durante este perodo en Oxford. En sus palabras: dej Michigan por la paz y la libertad acadmica de Oxford [Breit y Spencer 1997, 28].

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capital simblico mencionado y, en consecuencia, modificara la capacidad para convertir este capital simblico en otras formas de capital, como capital econmico, capital poltico o de autoridad cientfica. A finales de los aos cuarenta y principios de los cincuenta la discusin con los economistas matemticos los nuevos entrantes al campo8 llega a su nivel ms lgido. La American Economic Association (AEA) encarg en 1951 a H. Bowen, del William College, un estudio acerca de la direccin que deba seguir la educacin de posgrado en economa [Bowen 1953], en el que se concluy, de una parte, que no era conveniente sealar un nico sistema de formacin y que se debera propugnar por la flexibilidad, y de otra parte, que el currculo en economa deba mantener un ncleo bsico en teora econmica que incluyera:
[...] valor, distribucin, moneda, empleo y al menos uno de los nuevos tpicos esotricos como dinmica, teora de juegos y economa matemtica. Otra parte importante del ncleo sera historia econmica, historia del pensamiento econmico, estadstica y mtodos de investigacin. No es posible un Ph.D. en economa sin una rigurosa iniciacin en estos campos [Barber 1996, 16].

Como seal Bowen [1953, 105], hay una considerable diferencia de opinin en torno al tipo de teora econmica que pueda ser incluida. Esta visin ideal de un programa de posgrado en economa no tuvo mayor acogida, pues iba en contrava de los desarrollos que se estaban presentando en los departamentos ms avanzados, donde la economa matemtica y la revolucin economtrica haban irrumpido con fuerza. Por el contrario, el Panel convocado por la AEA9 con el mismo propsito a finales de los sesenta, recomendaba acelerar las tendencias que se venan presentando:
[...] se recomienda a los departamentos de economa reorientar el entrenamiento de los graduados con el propsito de proveerlos de ms competencias en mtodos de investigacin y experiencia investigativa. Se requiere mayor nfasis en las herramientas matemticas, estadstica, econometra, programas de computacin requeridas para la investigacin, y la participacin en proyectos de investigacin debe ocupar la mayor parte del tiempo en el programa de los graduados [Barber 1996, 23].

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Aunque se puede hablar de economistas matemticos desde finales del siglo XVIII. Hacan parte del Panel, entre otros: Solow, Tobin, Jorgensen, Theil, Kley, Caves, Ruttan, Chenery y Harberger.

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Las propuestas del Panel eran la anttesis de las hechas por Bowen casi dos dcadas atrs. Una racionalidad profundamente instrumentalista marca la propuesta del Panel, lo cual era un adecuado reflejo del camino seguido en la formacin de los economistas americanos, que rpidamente se hizo extensiva a la formacin de los economistas del resto del mundo. La formacin dispensada en los programas doctorales de economa americanos a lo largo de las tres ltimas dcadas, se ha centrado en los aspectos operativos ms que en los propiamente conceptuales de la teora econmica. La reflexin sobre los fundamentos de las teoras y la indagacin sobre la naturaleza de las cuestiones econmicas no es una preocupacin mayor en la formacin de los doctores. Igualmente, estos programas se caracterizan por la ausencia del estudio de la historia de las ideas econmicas, la evolucin de las teoras, el anlisis de los puntos de ruptura y reencuentro entre las diferentes teoras econmicas y los cambios que tal evolucin ha significado para la prctica de los economistas. El uso generalizado de libros de texto10 en los estudios de posgrado ha hecho ms dramtica la ausencia del estudio de la historia de las ideas econmicas, pues su utilizacin masiva no permite aprehender las discontinuidades, los problemas divergentes, los puntos de ruptura y la diversidad de enfoques existentes. Los libros de texto son la clara expresin de la racionalidad instrumental que se ha dado a la formacin doctoral en el campo de la economa.

CUADRO 1 DOCTORES EN ECONOMA GRADUADOS POR AO EN ESTADOS UNIDOS


Ao acadmico Nmero de doctores 1950-1959 200-250 1967-1968 800 1970-1971 889 1990-1991 912

Fuente: Barber [1996], clculos del autor.

El alto prestigio de que gozaba la profesin de economista al terminar la Segunda Guerra Mundial, y la demanda creciente de economistas, tanto por el sector pblico como por el privado, y por parte de la misma academia, dio

10 Hasta mediados de los aos setenta no haban libros de texto para estudios de posgrado. Los doctorandos tenan que recurrir a las fuentes primarias. Hoy, por el contrario, existen manuales para cada curso de los doctorados.

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lugar a una rpida expansin del nmero de egresados de los estudios doctorales. Entre principios de los aos cincuenta y finales de los sesenta, el nmero anual de personas que obtenan el ttulo de doctor en economa se cuadruplic, lo que dio pie para llevar a cabo proyecciones optimistas acerca del futuro de la profesin. Es as como la AEA calculaba que para 1977 el nmero de doctores graduados ascendera a 1700, casi el doble de la cifra que efectivamente se present, siendo de aproximadamente 900 doctores. Como seala Barber [1996, 25]: aun en los aos pico, el nmero total de doctores nunca fue ms all de la mitad de la meta prevista de 1700 que los optimistas se haba proyectado a finales de los sesenta para 1977. El crecimiento permanente y autosostenido y los altos niveles de empleo que present la economa americana desde el inicio de la posguerra hasta mediados de los aos setenta (los treinta gloriosos), le dio, de una parte, un gran prestigio a la profesin de economista y, de otra, le otorg al cuerpo de practicantes (a la profesin) un elevado poder simblico. Uno y otro se han deteriorado en la medida en que el crecimiento autosostenido se ha transformado en el retorno a los prolongados ciclos recesivos y en perodos prolongados con elevados niveles de desempleo y de precariedad. Todo lo cual ha originado dramticos cambios en el interior de las escuelas de doctorado desde el inicio de los noventa: el nmero de personas que obtienen su ttulo se ha estancado11. En el ao 2000 ms de la mitad de los graduandos (60%) eran extranjeros, particularmente de los pases del Tercer Mundo y de los que conformaban el bloque sovitico12. El nmero de ciudadanos norteamericanos que obtuvieron su doctorado pas de 560 en 1977 a 475 en 1987 y a 422 en 1989. A finales de los aos ochenta el presidente de la AEA, profesor R. Eisner, convoc una comisin para estudiar la formacin dispensada en las escuelas de graduados de economa. Dicha comisin, compuesta por un grupo desta-

11 Unas 900 personas por ao [Hansen 1991a]. 12 Gran parte de los estudiantes presenta un bajo dominio del ingls, por lo cual han preferido la formalizacin y las tcnicas cuantitativas a las discusiones conceptuales o anlisis que requieran conocimientos histricos, como se seala en el informe preparado por la Comisin de Estudios Doctorales. De otro lado, para calcular la participacin de los estudiantes extranjeros, al inicio del ao 2000, en el total de los estudiantes de economa se aplic el coeficiente decenal de variacin del perodo 1980-1990 al perodo 1990-2000. Como se desconocen las nacionalidades de los estudiantes extranjeros, se aplic una encuesta a 20 economistas colombianos que hicieron el doctorado en universidades americanas en los aos noventa.

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cado de economistas13 , rindi su informe a finales de 1990 y fue publicado en el Journal of Economic Literature de septiembre de 1991. La convocatoria de la comisin surgi del simposio sobre el estado de la economa, organizado en 1986 por la National Science Foundation (NSF), en el cual un gran nmero de participantes expresaron que la enseanza de la economa en las escuelas de graduados estaba divorciada del mundo real de la economa [Krueger et al. 1991, 1035]. La Comisin de Estudios de Posgrado en Economa (COGEE) 14 El informe de la Comisin y los documentos preparatorios elaborados por su Secretara Ejecutiva15, permiten llegar a las siguientes conclusiones: 1. Se hace demasiado nfasis en las herramientas y la teora, y se da menos importancia a la creatividad y la resolucin de problemas. Hay una gran debilidad en las escuelas de graduados en las relaciones que se establecen entre herramientas, teora y econometra y el mundo real de los problemas [Krueger 1991, 1039]. 2. Cada vez es mayor el nmero de estudiantes que acceden a las escuelas de graduados, provenientes de campos diferentes a la economa. Los requisitos para ser admitidos en las escuelas de graduados, en trminos de matemticas y estadstica, son estrictos, pero no se presenta igual nfasis en requisitos en trminos de teora econmica y de anlisis econmico. [...] los departamentos tpicos de economa asumen que esos estudiantes graduados han aprendido acerca de los problemas del mundo real y las instituciones en su recorrido por el pregrado [Krueger 1991, 1045]. 3. Se hace nfasis en la sintaxis, pero no en la semntica del discurso econmico, razn por la cual nicamente en un 36% de las tesis doctorales se muestran, claramente, las implicaciones econmicas de los modelos matemticos [Krueger 1991, 1080]. Enseamos el lenguaje de las ma-

13 Comisin conformada por Krueger quien la presidi, Arrow, Blanchard, Blinder, Golden, Leamer, Lucas, Panzar, Penner, Schultz, Stiglitz y Summers. 14 COGEE corresponde a la sigla en ingls de Commission on Graduate Education in Economics. 15 Una sntesis de los mismos fue publicada por el profesor W. Lee Hansen, secretario de la Comisin, con el ttulo The Education and Training of Economic Doctorates en el mismo nmero del Journal of Economic Literature en el que se public el informe de la Comisin [Hansen 1991a, Krueger 1991].

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temticas pero no la lgica de la economa, y evaluamos la gramtica de la disciplina, mas no la sustancia [Krueger 1991, 1041]. 4. A los comisionados les llam la atencin la coincidencia en el incremento del nmero de estudiantes cuya lengua materna no es el ingls, y el gran nfasis en el uso de las matemticas en los cursos de economa [Krueger 1991, 1043]. 5. Pareciera que el dominio de las tcnicas ha suplantado la maestra en las intuiciones econmicas, lo que en su tiempo se llam el sentido micro de Chicago. [...] Se tiene el temor que los programas de graduados puedan volver una generacin en una multitud de sabios idiotas, habilitndolos en la tcnica pero que son inocentes en los aspectos de la economa real [Krueger 1991, 1044]. 6. Tanto estudiantes como profesores expresaron que la ausencia de hechos, la informacin institucional, los datos, las alternativas acerca del mundo real, las aplicaciones y los problemas de poltica; hacan que no pudiera existir una conexin con el mundo real a partir del ncleo de los cursos tericos enseados en los campos o reas temticas [Krueger 1991, 1046]. 7. Tal y como estn estructurados los programas, los estudiantes son llamados a posponer su creatividad en los dos primeros aos, mientras acumulan conocimientos y habilidades tcnicas. Slo posteriormente en la fase de la elaboracin de la tesis su creatividad potencial es llamada a desarrollarse [Krueger 1991, 1046]. Muchos miembros de la Comisin reconocen que esta dicotoma es funesta para desarrollar la creatividad de los estudiantes. 8. Gran parte del tiempo de los estudiantes durante el programa doctoral, se gasta en resolver ejercicios, problemas bien estructurados, tanto en los cursos como en la preparacin de los exmenes, y muy poco se dedica a problematizar lo aprendido. Se da poco tiempo y espacio para desarrollar un pensamiento autnomo. 9. Slo la mitad de los estudiantes considera que el ncleo de los cursos tericos los preparaba bien o muy bien para enfrentar la elaboracin de la tesis. La gran mayora de ellos entran a la fase de disertacin sin estar preparados para ello, es decir, sin capacidad de emprender una investigacin autnoma [Hansen 1991a, 1077]. De ah el alto ndice de abandono en la realizacin de la disertacin y el lapso cada vez mayor que toma la realizacin de la tesis. La duracin del programa doctoral pas de tres aos en la dcada de los cincuenta, a seis aos y medio en los ochenta.

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10. Los profesores expresaron que los recin graduados presentaban baja creatividad y poca habilidad comunicativa. A su turno, los estudiantes graduados sealaron: [el] insuficiente nfasis dado a los problemas del mundo real, a las aplicaciones empricas y a las opciones de poltica, el excesivo nfasis dado a las tcnicas matemticas por las matemticas mismas, la estrechez de contenido, la falta de atencin a la historia econmica, y la necesidad de ms historia del pensamiento econmico y conocimiento interdisciplinario [Hansen 1991a, 1067]. 11. Los nfasis dados en las escuelas de doctorado no corresponden a los que requieren en la prctica los economistas profesionales, incluidos los que han seguido una carrera acadmica. As los Ph.D. graduados en 19771978 expresaban, diez aos ms tarde, la existencia de considerables disparidades entre el conocimiento que fue enfatizado en su entrenamiento como estudiantes graduados y el que utilizan en sus trabajos actuales [Hansen 1991a, 1069]. [...] los niveles de matemticas usados en el ncleo de los cursos tericos y la econometra exceden los niveles de matemticas que los estudiantes tenan al entrar a la escuela de graduados. [Sin embargo] el promedio de las matemticas usadas por los estudiantes graduados en sus propias investigaciones y en su disertacin, presenta aproximadamente el mismo nivel que posean los estudiantes cuando entraron a la escuela de graduados. [Hay un acuerdo amplio entre profesores, estudiantes y egresados, en torno a que] las herramientas matemticas y estadsticas estn sobreenfatizadas en los programas [Hansen 1991a, 1074-1075]. 12. Las deficiencias en la formacin recibida por los estudiantes en su entrenamiento doctoral condujo, paradjicamente, a que los profesores encargados de su formacin sealaran grandes dudas sobre la capacidad de los graduados para desempearse profesionalmente como economistas. Slo el 33% de los profesores encuestados consider que los estudiantes estaban en capacidad de derivar las implicaciones econmicas de los modelos matemticos; el 24% consider a los estudiantes en capacidad de aplicar la teora a desarrollos empricos; el 14% que podran aplicar la teora al mundo real, y un escaso 13% que, en ese nivel16 , los estudiantes fueran capaces de hacer una buena investigacin independiente [Hansen 1991a, 1077]. Los resultados obtenidos [en la encuesta efectuada] muestran la ausencia de nexos sustanciales en la estructura de los

16 Se refiere al momento en el cual los estudiantes realizan sus exmenes comprensivos.

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programas de graduados. Los cursos de primer ao no estn claramente conectados con los del segundo ao o con la fase de la disertacin, y los cursos del segundo ao estn pobremente articulados a la fase de la disertacin [Hansen 1991a, 1077]. L. Hansen termina su artculo sealando que los nuevos Ph.D. estn bien preparados tcnicamente, pero limitados en sus habilidades para funcionar efectivamente como economistas profesionales, particularmente en el sector no acadmico17. La razn es obvia, los programas de graduados consagran su esfuerzo casi exclusivamente para preparar los Ph.D. para la academia, para trabajos orientados a la investigacin [Hansen 1991a, 1085]. En sntesis, el divorcio creciente entre la teora, las herramientas y el mundo real de la economa ha sido el resultado de la concepcin instrumental que se le ha dado a la formacin de los economistas en la academia americana generalizada al conjunto de la formacin de los economistas en el mundo; de ah que en el reclutamiento de los estudiantes en las escuelas de graduados se haya privilegiado a quienes presentan un dominio de la sintaxis del lenguaje matemtico, por lo regular provenientes de estudios de pregrado diferentes a la economa, as carezcan de cualquier dominio de la semntica del lenguaje de la economa. Por eso no es de extraar que nicamente una minora de los estudiantes de doctorado logre aprehender las implicaciones econmicas de los modelos matemticos utilizados por ellos, lo cual ha conducido sin lugar a dudas a convertir una generacin de brillantes estudiantes en un conjunto de sabios idiotas, como lo tema la COGEE, hbiles en el manejo de los instrumentos, pero incapaces de pensar la economa real, sin mayor creatividad, sin capacidad de problematizar lo aprendido, de darle sentido a los saberes adquiridos para interrogar la economa real. La afirmacin de L. Hansen sobre el entrenamiento en las escuelas de graduados es doblemente preocupante. De una parte, reconoce que este tipo de formacin no prepara para desempearse como economistas profesionales en el mundo no acadmico, aunque la mayora de los estudiantes que obtienen el doctorado van, precisamente, a desempearse en esta rea18 y, por

17 A finales de los aos ochenta un poco ms del 40% de los puestos para Ph.D. eran ofrecidos por el sector no acadmico. Hoy esta proporcin es sustancialmente mayor, en Estados Unidos ms del 60% de los puestos ofrecidos son en el mundo no acadmico. 18 Dado que ms del 60% de los estudiantes son extranjeros, particularmente de pases en desarrollo o pases de ex economas centralmente planificadas, y que la mayora de los que

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otra, las capacidades de la gran mayora de los doctorandos para llevar a cabo tanto investigacin independiente como para transmitir conocimientos son puestos en duda en la medida en que la mayora de los profesores sealan que los estudiantes, en su gran mayora, no pueden aplicar la teora al mundo real y no son capaces de hacer una buena investigacin independiente. Entonces, despus de lo afirmado en el informe de la Comisin y en el artculo del Secretario, difcilmente se puede concluir que los nuevos Ph.D. estn bien preparados para desempearse en el mundo de la academia, como concluye Hansen [1991a]. Todo lo expuesto por ellos da pie para pensar lo contrario. La franqueza de la Comisin al revelar las grandes falencias en el campo de la formacin doctoral de los economistas y la calidad del trabajo preparatorio efectuado por el secretariado que apoy sus deliberaciones, contrasta con la debilidad tanto de sus recomendaciones como de las conclusiones que presentan. Lo cual no es de extraar, pues es una consecuencia lgica de los mecanismos de funcionamiento del campo. La Comisin surge por decisin de las cimas del poder del campo (la Presidencia de la AEA), quien lo convoca despus de un amplio consenso entre sus agentes ms destacados acerca de la necesidad de evaluar como se haba hecho en el pasado la formacin de los economistas. La Comisin estaba conformada por doce destacados representantes de la academia, con niveles elevados de acumulacin de capital simblico, autoridad cientfica, reconocimiento y prestigio internacional19, competentes tanto en su calidad de economistas de gran prestigio como en su calidad de repre-

retornan a sus pases lo hacen para desempearse como economistas profesionales, particularmente en el campo gubernamental, la situacin es especialmente preocupante. Gran parte de los problemas surgidos en la aplicacin de los programas de ajuste estructural en diversos pases, por imposicin del FMI y el Banco Mundial, se ha originado por la ausencia de conocimientos de los diseadores de poltica acerca de las condiciones reales de las economas y sociedades en las cuales tratan de implantar sus polticas. De ah la importancia que el FMI le ha otorgado, desde mediados de los noventa, a los problemas de gobernabilidad en los pases a los cuales le recomienda polticas de ajuste estructural. 19 De los doce miembros tres han sido galardonados con el premio Nobel de Economa (Arrow, Lucas y Stiglitz) y la Presidenta de la Comisin, profesora Anne Krueger, es actualmente Vicepresidenta del FMI. En el momento de funcionamiento de la Comisin ocho de sus miembros pertenecan a las seis escuelas de economa de primer nivel de calidad (Chicago, Harvard, MIT, Princeton, Stanford y Yale), dos a escuelas de segundo nivel (North Western y UCLA) y dos a escuelas del tercer nivel de calidad (Duke y Urban Institute).

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sentantes de las escuelas ms prestigiosas de formacin de economistas. Bajo esas circunstancias, era casi imposible que la COGEE cuestionara los fundamentos de la formacin de los economistas la reproduccin de los agentes del campo, pues ello implicara, entre otras cosas, cuestionar la estructura de ste, poner en duda el volumen de capital simblico acumulado en el campo durante dcadas, desvalorizarlo y, de paso, comprometer su propia posicin dentro de l. Implicara, igualmente, cuestionar los hbitos cientficos adquiridos en el proceso de formacin en las escuelas de doctorado. Esto es, las estructuras objetivadas de percepcin y apreciacin, y las habilidades desarrolladas en el proceso de aprendizaje. Tales hbitos son:
[...] un principio de diferenciacin y de seleccin que tiende a conservar aquello que lo confirma, afirmndose as como una potencialidad que tiende a asegurar las condiciones de su propia realizacin [Bourdieu 2000, 264].

En otras palabras, comprometera su capacidad de nominacin, esto es, de determinar, conforme a lo que hacen los agentes posicionados en la cima del campo, cul es la buena economa. De ah que la Comisin despus de haber realizado un trabajo riguroso de encuesta se hubiera limitado a sealar algunas falencias en el proceso de formacin. El debate adelantado en la academia americana se limit a un debate pedaggico, aunque el trabajo preparatorio elaborado por la Secretara de la Comisin y el mismo informe de la Comisin, presentaban informacin y anlisis valiosos que hubieran podido servir de base para realizar un debate terico-epistemolgico, as como tambin un debate ideolgico-poltico. El haber realizado un debate exclusivamente pedaggico por lo dems muy parcial impidi que se enfrentaran los grandes problemas que abocan tanto la profesin como la formacin de los economistas. Como lo seal el Secretario de la Comisin:
[...] las presiones para mantener el status quo son siempre muy fuertes, particularmente si la estructura de los incentivos no se modifica. Dado que la estructura de los incentivos no se ha modificado, mucho depende del camino que tomen los economistas eminentes y los departamentos de mayor reputacin. Si estos grupos estn convencidos de la necesidad de los cambios y llevan a cabo acciones en este sentido, otros departamentos los seguirn. Las recomendaciones de la Comisin indican claramente la necesidad de cambios [Hansen 1991a, 1086].

Luego de una dcada de la publicacin del informe de la Comisin, pareciera ser que sus recomendaciones de por s vagas y generales no produjeron

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mayores resultados sobre la formacin de los economistas, diluyndose sin mayores efectos20. El resultado del informe de la COGEE fue, en cierta medida, similar a lo acontecido con el informe de Bowen [1953], en el cual se sealaba, ya desde esa poca, que los estudiantes estaban ms preocupados por los aspectos tcnicos de la disciplina, y carecan de tiempo para estudiar las dimensiones histricas, filosficas e institucionales de la economa, y se preocupaba, al igual que la Comisin, por la formacin de una generacin de:
[...] economistas limitados, ignorantes de todo lo que ha pasado antes de 1929 [] e incapaces de distinguir entre los postulados de la teora y los hechos del mundo real. [...] Muchos cursos de teora econmica son altamente abstractos y de otro mundo, y un gran nmero de profesores hacen pocos esfuerzos para explicar cmo es utilizada esta teora para resolver problemas prcticos e intelectuales [Bowen 1953, 42-43].

El divorcio entre el mundo real y la enseanza de la economa se mantuvo a lo largo de las siguientes cuatro dcadas, y motiv a la AEA a convocar la Comisin para estudiar la formacin dispensada en las escuelas de graduados.
INQUIETUDES EUROPEAS SOBRE LA FORMACIN DE LOS ECONOMISTAS

Al inicio del ao 2000 un grupo de estudiantes de economa de universidades francesas public una carta abierta en la cual sealaban su descontento con la enseanza recibida. Carta que rpidamente fue acogida por sus colegas en universidades inglesas, alemanas, espaolas e italianas. Sus crticas se centraban en tres puntos: (i) el divorcio entre el contenido de la enseanza y el mundo real, (ii) un uso incontrolado de las matemticas, y (iii) una falta de pluralismo en las explicaciones dadas. El debate europeo, aunque parte de elementos comunes con el realizado en Estados Unidos los dos primeros puntos sealados por los estudiantes, tiene diferencias sustanciales. Mientras el debate americano lo inicia la Presidencia de la AEA al convocar la Comisin, en Europa es iniciado por los estudiantes. Mientras que en Estados Unidos los profesores, en cierta medi-

20 Un examen de los currculos de los departamentos del 1 Quality Tiers, de los libros de texto recientes y de la literatura publicada en las principales revistas, no permite evidenciar cambios sustanciales en el sentido de lo expresado por la Comisin.

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da, son ajenos al debate21, en Francia el cuerpo profesoral se compromete con l: una parte a favor de las peticiones de los estudiantes y otra en contra. En Francia, el gobierno a travs del Ministro de Educacin solicita a un destacado economista (J. P. Fitoussi) realizar un informe sobre el estado de la enseanza de la economa en Francia y un inventario sobre las principales orientaciones puestas en marcha en los sistemas educativos de otros pases. En Estados Unidos, como ya se seal, la realizacin de un estudio sobre la formacin dispensada en las escuelas de doctorado fue una iniciativa de la presidencia de la AEA. Mientras en Estados Unidos el debate es organizado por las cimas del poder del campo, en Francia el debate se realiza por convocatoria de potenciales entrantes en ste (los estudiantes, futuros agentes del campo); en Francia el Estado solicita un informe sobre la situacin de la enseanza de la economa en tanto que en Estados Unidos es una iniciativa que surge al interior mismo de la academia. En sntesis, mientras en Estados Unidos el debate se circunscribe a las cimas del poder del campo, en Francia lo atraviesa, compromete al conjunto de la profesin: acadmicos (profesores), investigadores y profesionales. La participacin activa del conjunto de los economistas y del cuerpo docente en particular, permiti ampliar el debate del orden estrictamente pedaggico, como se dio en Estados Unidos, a los rdenes terico-epistemolgico e ideolgico-poltico. La carta de apoyo a las inquietudes manifestadas por los estudiantes, suscrita por un amplo conjunto de profesores de las escuelas de economa francesas, depositarios de un volumen apreciable de capital simblico, muchos de ellos con reconocimiento y prestigio en la academia internacional, haca explcitas las tensiones existentes en el campo de la economa. Tensiones fciles de expresar y aprehender porque surgen en una academia la francesa en la cual el dominio de la corriente principal (la TEE) sobre el campo es menor que la existente, por ejemplo, en Estados Unidos, donde el poder de esta ltima no da lugar, prcticamente, a la existencia orgnica de otras corrientes de pensamiento en la formacin de los economistas. Los profesores que suscribieron la carta de apoyo a los estudiantes planteaban, entre otras, las siguientes preocupaciones22:

21 Algunos de ellos son convocados a participar en una encuesta. 22 Ac se sigue a Fitoussi [2001, 187-192]. De otro lado, las cartas traducidas al espaol se pueden consultar en Cuadernos de Economa, XIX(35), 287-296.

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1. Muy a menudo, la investigacin y la enseanza de la economa se reducen a un juego de variables en el seno de modelos ms o menos sofisticados, en detrimento de la calidad de las respuestas a las preguntas planteadas por las mutaciones contemporneas. 2. La tecnicidad y la aparente cientificidad del razonamiento reducido al uso de las matemticas disimulan, a menudo, la vacuidad de las proposiciones y la ausencia de toda preocupacin por respuestas operacionales. 3. La validez y la pertinencia de una teora no se puede apreciar in fine, sino por una necesaria confrontacin con los hechos. Razn por la cual no podemos, con los estudiantes, ms que deplorar el desarrollo de una pedagoga de la economa que privilegia la exposicin de teoras, la construccin de modelos, la capacidad de escritura y la derivacin de propiedades de un modelo cuya pertinencia emprica ha sido muy poco discutida. 4. Los paradigmas deben ser confrontados y discutidos. Lo cual no se puede realizar, so pena de caer en el empirismo, sobre la base de una representacin inmediata o natural. No se puede escapar al uso de herramientas proporcionadas por la estadstica y la econometra. Pero la apreciacin crtica de un modelo no debe ser abordado nicamente sobre una base cuantitativa. [...] Se deben tener en cuenta las instituciones, la historia, las estrategias de los actores o de los grupos, las dimensiones sociolgicas, as como tambin consideraciones ms epistemolgicas. Sin embargo, esas dimensiones de la economa son escasas en la formacin de los estudiantes. 5. La existencia de teoras diferentes se explica por la naturaleza de las hiptesis consideradas, las preguntas planteadas, la eleccin de un horizonte de tiempo ms o menos largo en el cual se inscriben y se llevan a cabo las regulaciones, o incluso por el contexto institucional e histrico. El pluralismo deber ser parte de la cultura de base del economista. 6. Ponemos en cuestin la teora neoclsica. El lugar preponderante que ella ocupa es ciertamente criticable a nombre del pluralismo, no obstante, las afirmaciones de principio son ms importante. La ficcin de un agente representativo racional, la importancia dada a la nocin de equilibrio, la idea que por lo esencial el mercado regulado por los precios constituye la instancia principal, sino la nica, del ajuste de los comportamientos: principios de anlisis que fundan una estrategia de investigacin en la cual la eficacia y la pertinencia no son de por s evidentes, y no son reconocidos como verdaderos. Nuestra concepcin de la economa, ms poltica, reposa sobre principios de comportamiento de otra naturaleza (principio de racionalidad limita-

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do, por ejemplo). Reconoce la importancia de la historia y las instituciones, integra la existencia de interacciones directas entre agentes, y reconoce que su heterogeneidad es en s un factor importante de la dinmica del sistema. Reserva un lugar importante a los ajustes de comportamiento que van ms all del mercado y no se reducen a equilibrios entre precios y cantidades. Las organizaciones juegan un doble papel en tanto agentes y sistemas de agentes. Los fenmenos de poder no pueden ser a priori excluidos o puestos de lado. El estudio de las dinmicas de largo plazo, de rupturas y crisis, permite relativizar y aprehender las evoluciones actuales. 7. El hecho de que en la mayor parte de los casos la enseanza dispensada reserva un lugar central a la tesis neoclsica, es desafortunada tambin por otras razones. Los estudiantes son conducidos a creer no solamente que la teora neoclsica es la nica corriente cientfica, sino tambin que su cientificidad se explica por su carcter axiomtico o el uso sistemtico e incluso exclusivo de la modelizacin formalizada bajo todos sus aspectos. En otras palabras, la teora neoclsica no es ms cientfica que otras aproximaciones tericas. Lo cual no significa, naturalmente, que lo sea menos. A su turno, un grupo de importantes economistas de la corriente principal suscribi una carta contra las propuestas contenidas en la llamada carta de apoyo, que denominaron Un llamado para preservar la cientificidad de la economa, en la cual sealan dos puntos principales:
Los peticionarios abordan el problema de la cientificidad de la economa de una manera reduccionista, al contestar el uso instrumental de las matemticas y concluir con un ataque partidario contra uno de los corpus centrales de nuestra disciplina, a saber, las teoras llamadas neoclsicas. Esta puesta en entredicho nos parece, por lo menos, discutible en la medida que contribuye a hacer desaparecer su carcter cientfico [Fitoussi 2001, 193]. Los signatarios del presente texto llaman a la razn y a la justa medida para proponer recentrar el debate sobre el terreno de la complementariedad de los instrumentos que fundan el conjunto de la aproximacin cientfica y, ms an, el de la pedagoga. Terreno sobre el que naci la propuesta de los estudiantes [Fitoussi 2001, 194].

Las tensiones en el interior del campo entre los economistas franceses son evidentes. En ltimas, la discusin gira en torno al monopolio de la competencia cientfica. A diferencia de la polmica acaecida en la academia americana, en la cual la discusin se limit al orden pedaggico, los profesores franceses plantearon el problema en los rdenes ideolgicopoltico y terico-epistemolgico. El punto central de su planteamiento radica en poner en

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cuestin la influencia de la teora neoclsica, poniendo en duda sus fundamentos tericos (agente representativo, nocin de equilibrio, etc.), al mismo tiempo que reivindican otra concepcin acerca de la teora econmica. Mientras que para la ortodoxia:
[...] la ciencia econmica reposa sobre una ilustracin originaria, que consiste en divorciar una categora particular de prcticas, o una dimensin particular de toda prctica, del orden social en el cual toda prctica est inmersa [Bourdieu 2000, 11].

Las teoras heterodoxas, por el contrario, intentan movilizar un conjunto de saberes disponibles (historia, sociologa, antropologa, etc.), que les permita aprehender lo econmico como un hecho social total en el sentido dado al trmino por Marcel Mauss [Bourdieu 2000, 11].
LA DIFERENCIA ENTRE ORTODOXIA Y HETERODOXIA

Como bien lo seal J. P. Fitoussi, la diferencia entre ortodoxia y heterodoxia, no es muy precisa. Los planteamientos que en un momento determinado fueron considerados heterodoxos, aos ms tarde hicieron parte del dispositivo central de las corrientes tericas ortodoxas, y viceversa. As, por ejemplo, las teoras de la competencia imperfecta y los rendimientos crecientes (J. Robinson, Chamberlain, Claham) profundamente heterodoxas en los aos treinta, ignoradas durante dcadas, se convirtieron en el dispositivo central de las corrientes ortodoxas de crecimiento endgeno en los aos noventa (Barro, Sala-i-Martin). Las corrientes heterodoxas siempre defendieron la oferta monetaria como endgena mientras la ortodoxia luch, hasta los aos noventa, sosteniendo su carcter exgeno. Hoy los monetaristas ms ortodoxos han incorporado el concepto de oferta monetaria endgena en sus teoras. Igualmente, la nocin de teora neoclsica no es muy precisa. Es un conjunto amplio de diferentes corrientes tericas in fine que es compatible con una variedad de posturas tanto tericas como ideolgicas. As, por ejemplo, bajo la bandera de neoclsicos pueden ser catalogados Arrow, Friedman, Becker o Krugman y, sin embargo, presentan entre s grandes diferencias tericas, de prctica ideolgica y econmica23. En palabras de Fitoussi:

23 Prestigiosos economistas americanos de ascendencia juda, los tres primeros han obtenido el premio Nobel de Economa y el cuarto es considerado entre los posibles candidatos a obtenerlo en los prximos aos.

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[...] la existencia de posiciones divergentes resulta poco del marco de anlisis utilizado, y ms de lo implcito terico del investigador, de su opinin sobre el mundo que se nutre, a su turno, de la interpretacin que hace de la historia, de las instituciones, de los fenmenos sociales, de los datos empricos, etc. [Fitoussi 2001, 44].

Mientras los primeros (signatarios de la carta de apoyo) tratan de romper el monopolio sobre la competencia cientfica que detentan los miembros de la corriente principal (muchos de los cuales firmaron el contramanifiesto), de una parte, mostrando la existencia de otras aproximaciones tericas igualmente vlidas, que permiten aprehender las dinmicas econmicas e interpretar los hechos econmicos de manera adecuada y, de otra, demoliendo la presuncin de cientificidad de la economa sustentada en el grado de su formalizacin. Los partidarios de la corriente principal, amparados en su posicin dominante, en el carcter de ciencia oficial que ha alcanzado la TEE, se limitan a descalificar a aquellos que osan criticar el corpus terico que conforma la TEE, a poner en duda sus fundamentos epistemolgicos, denegndole toda competencia cientfica24, acusndolos, adems, de querer eliminar el carcter cientfico de la economa y de querer juzgar el valor de las teoras segn el origen social o las intenciones polticas asignadas a quienes las enuncian [Fitoussi 2001, 194]25. La idea central del bloque dominante (Communis doctorum opinio) es desacreditar a sus opositores, minarles su credibilidad, poner en duda su competencia cientfica, e incluso sugerir como lo hace la carta intenciones perversas en la conducta de los oponentes. Aceptar la discusin serena de los puntos de vistas diferentes, reestudiar los fundamentos epistemolgicos de las teoras dominantes, en las condiciones de la lgica de exclusin que caracterizan el campo de la economa en la actualidad es comprometer el monopolio de la competencia cientfica, su capacidad de imponer la definicin de ciencia, esto es, la delimitacin del campo de los problemas, la seleccin de las metodologas utilizadas y la consideracin de qu teoras se pueden considerar cientficas, segn lo que ms convenga a sus intereses. Por el contrario, el creciente divorcio entre los hechos econmicos el mundo real de la economa y la descripcin que de ellos hace la TEE, exige reforzar la Communis doctorum opinio, como muy bien lo seal W. Leontief [1982, 107].

24 Sobre cmo una teora se convierte en doctrina ver E. Morin [1991]. 25 Ninguno de los pronunciamientos, ni de los estudiantes ni de los profesores que manifestaron su apoyo a las peticiones de los estudiantes, permite colegir la menor alusin a esta afirmacin.

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Aceptar, por ejemplo, ampliar la delimitacin del campo de manera tal que se pueda aprehender lo econmico como un hecho social total, es decir, en toda su multidimensionalidad, implicara: (i) movilizar un conjunto de saberes (historia, sociologa, antropologa, ciencias jurdicas, etc.) como lo pretenden, entre otras, las teoras regulacionistas, de las convenciones y otras variantes institucionalistas, y (ii) redefinir las metodologas utilizadas. Lo primero implicara valorizar unos saberes poco presentes entre los agentes comprometidos con la corriente principal, pero que s son manejados, en diversos grados, por los agentes comprometidos con otras corrientes de pensamiento. Esto modificara profundamente la distribucin de capital simblico en el campo, su estructura, sus vectores de fuerza y las posturas de los agentes dentro de l. Introducir nuevos mtodos de anlisis implicara, ipsofacto, desvalorizar el capital simblico acumulado en aquellos mtodos que perderan pertinencia. Todo lo cual dara lugar a una prdida de visibilidad, reconocimiento y autoridad de todos aquellos que hubieran visto desvalorizado el capital simblico acumulado a lo largo de su carrera profesional y, por el contrario, sufriran una mejora apreciable aquellos a quienes las nuevas condiciones les permitiran valorizar su capital simblico a tasas mucho mayores de lo que lo pudieron hacer en el pasado. Como cualquier especie de capital puede ser transformado en otras especies de capital (poltico, econmico), la desvalorizacin del capital simblico, que conllevara la ampliacin del espacio de la delimitacin de los problemas, se vera reflejada, igualmente, en una desvalorizacin de su capacidad para convertirse en capital econmico o en capital poltico. Sin embargo, es claro que las estrategias individuales de los agentes en la defensa de sus intereses tericos se sustentan en motivos diferentes a los meros clculos interesados en modificar sus posiciones en el campo, se cimentan en sistemas de percepcin y apreciacin generados y en acciones formadas mediante la accin pedaggica. En hbitos construidos a travs de la formacin y desarrollados mediante el trabajo de investigacin.
A MODO DE CONCLUSIN

El divorcio creciente entre el contenido de la enseanza de la economa y el mundo real, constatado por la academia americana y por sus pares europeos, no ha logrado, sin embargo, generar dinmicas suficientemente fuertes para modificar la situacin. Las presiones para mantener el status quo son demasiado fuertes. De una parte, como lo seal W. Leontieff en su carta a Science, en este campo se funda la autoridad cientfica sobre una organiza-

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cin colectiva autoritaria cuyo objetivo es mantener la creencia colectiva y la disciplina de los miembros ms jvenes de los departamentos (Younger Faculty Members), y el alineamiento de los pares mediante los Review Peers de las revistas cientficas. Todos aquellos que presenten posturas divergentes son sancionados con la no publicacin de sus trabajos en las revistas de mayor prestigio, perdiendo visibilidad y, en consecuencia, reconocimiento, poniendo en duda su posicin dentro del campo. De otra parte, en campos profundamente heternomos como la economa, inmersos en las relaciones sociales, las grandes revoluciones paradigmticas se pueden convertir tambin en revoluciones polticas [Bourdieu 2001, 169], razn por la cual son combatidas tanto desde el mbito propiamente terico como desde el poltico-ideolgico. De ah por qu todos aquellos que propugnan por cambios en la orientacin del campo y cuestionan el corpus terico dominante o los hbitos cientficos desarrollados en los procesos de formacin son tratados de ignorantes y no cientficos, cuestionndoles su reputacin, su autoridad cientfica desde el campo terico, y al mismo tiempo, en el registro ideolgico-poltico se les designa como peligrosos, movidos por intenciones perversas.
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