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Bertolt Brecht-La Opera de Dos Centavos

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BERTOLT BRECHT

LA PERA DE DOS CENTAVOS



























Ediciones Losange. Buenos Aires
PUBLICACIN TEATRAL PERIDICA




DIRIGIDA POR
FERNANDO L. SABSAY



Ttulo del original en alemn:
DIE DREIGROSCHENOPER


Colaboradores:
E. HAUPTMANN
KURT WEILL


Traduccin:
ANNIE RENEY y ONOFRE LOVERO


Para los cantables en castellano se cont con la colaboracin del maestro Enrique Silberman













IMPRESO EN ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINE
Queda hecho el depsito que previene la ley 11.723. Copyright by Ediciones Losange. Bs. Aires,
1957.
LA PERA DE DOS CENTAVOS


LA PERA DE DOS CENTAVOS fue estrenada, en 1928, en el "Schiffbauerdamm-Theater",
de Berln, bajo la direccin del propio Brecht, con msica de Kurt Weill. Su primera
versin en castellano ser ofrecida en Buenos Aires en abril de 1957, y estar a cargo
del Teatro de los Independientes, que la pondr en escena bajo la direccin de Onofre
Lovero, con decorados de Gastn Breyer y vestuario de Eduardo Fasulo. Sern sus
intrpretes: Bernardo J obson, Walter Santa Ana, Sonia Silver, Hayde Padilla, Enrique
Herrera, J os C. Caruso, Emilio J ord, Miguel Serge, Daniel Roca, J oaqun Sokolowicz,
Germn O. Agosti, Mario Balagna, Ernesto Vega, Martn Romain, Mercedes Fussi,
Clotilde Achval, Ana Mara Caso, Anita Ojeda, Gracia Reina, Enriqueta Pallars,
Graciela Ensinck, Susana Payr, Daro Codar, Mario Storelli, Luis Mguez, Antonio
Gallardo, Emilio Lelez, Alfredo Pert, Maruja Mirza, J uan Gonzlez y A. J . Vispo
(ayudante de direccin).

PERSONAJ ES

UN CANTOR AMBULANTE

J ONATN J EREMAS PEACHUM, empresario de los mendigos de Londres
SEORA PEACHUM, SU esposa
POLLY PEACHUM, SU hija

CARLOS FILCH

MACHEATH, alias MACKIE NAVAJ A

Componentes de la banda de MACHEATH:
MATAS, alias MONEDA FALSA
J ACOBO, alias GANZA
ROBERTO, alias SERRUCHO
EDE
J IMMY
WALTER, alias SAUCE LLORN

REVERENDO KIMBALL

BROWN, alias BROWN, EL TIGRE, jefe supremo de la polica londinense
LUCY, su hija

Pupilas de un lupanar de Turnbridge
LA ZORRA
J ENNY, LA DE LOS BODEGONES
DOLLY
BETTY
OTRAS PROSTITUTAS

SMITH, polica
OTROS POLICAS Y MENDIGOS
La pera de dos centavos
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PRLOGO

LA VERDICA HISTORIA DE MACKIE NAVAJ A

Feria anual en el barrio de Soho. Los mendigos mendigan, los ladrones roban, las prostitutas circulan. Un
cantor ambulante canta una de sus canciones:
Los caimanes tienen dientes
que no tratan de esconder;
pero Mackie no nos muestra
su navaja, bien lo s.

Los caimanes cuando matan
rojos quedan por dems;
pero Mackie lleva guantes,
quin su crimen notar?

En la margen de los ros
gente muere por doquier
Es la peste? Quin lo sabe!
Si anda Mackie hay que ver!

En un da de verano
un cadver se encontr;
nadie supo de esa muerte,
slo Mackie se enter.

Samuel Maier y otros ricos
nadie sabe dnde estn;
Mackie tiene sus riquezas,
pero quin lo probar?

Peachum, con su esposa y su hija, atraviesa la escena de izquierda a derecha.
Jenny Towler fue encontrada
con herida de pual.
Quin su muerte produjera?
Slo Mackie lo sabr!
Y de Glite, carruajero,
sabe alguien qu decir?
"Hace tiempo no lo veo",
dice Mackie sin mentir.
Y el incendio donde un nio
hace das pereci,
sabe usted quin lo produjo?
No lo diga: Mackie no!

Bertolt Brecht
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Y la viuda jovencita,
cuyo nombre saben bien,
despertose ya violada;
Mackie, cmo pudo ser?
Estallido de risas entre las prostitutas; de su grupo se desprende un hombre y se aleja rpidamente,
atravesando toda la plaza.
J ENNY, LA DE LOS BODEGONES. Ese era Mackie Navaja!


ACTO PRIMERO
I

PARA CONTRARRESTAR EL ENDURECIMIENTO DE LOS CORAZONES
HUMANOS, EL COMERCIANTE PEACHUM HABA ABIERTO UN NEGOCIO,
EN EL CUAL LOS MS MISERABLES ENTRE LOS MISERABLES PODAN
PROCURARSE UN ASPECTO CAPAZ DE CONMOVER LOS CORAZONES MS
RECALCITRANTES
La ropera para mendigos de J onatn J eremas Peachum.
CORAL MATUTINO DE PEACHUM
Despierta, oh vil pecador!
Comienza tu diario vivir!
Demuestra tu picara accin,
que Dios sabr hacerte sufrir.

Entrega tu hija, rufin,
y vende tu hermano, tambin.
No existe un Dios para ti?
Vers en el juicio final!
PEACHUM (al pblico). Hay que encontrar algo nuevo. Mi negocio es demasiado
difcil, pues mi negocio consiste en excitar la compasin humana. Es verdad que hay
algunas cosas que estremecen al hombre unas pocas cosas; pero lo malo es que,
apenas aplicadas unas cuantas veces, ya no surten efecto. Porque el hombre tiene esa
tremenda capacidad de hacerse insensible en cuanto lo desea. Ocurre, por ejemplo, que
un hombre que ve a otro hombre en una esquina, exhibiendo el mun de su brazo, la
primera vez, por el susto, le da diez peniques; la segunda, solamente cinco, y la tercera
vez lo entrega sin contemplaciones a la polica. Lo mismo ocurre con los remedios
espirituales. (Desde lo alto del escenario baja un cartel que dice: "Dar es ms hermoso
que recibir".) Para qu sirven los ms hermosos, los ms inflamados proverbios
pintados sobre atractivos carteles, si se gastan con tanta rapidez? En la Biblia hay cuatro
o cinco proverbios capaces de conmover el corazn; pero en cuanto se acaba su eficacia,
uno se queda en la calle. Miren, por ejemplo, ste: "Dad, y os ser dado". Hace apenas
tres semanas que est colgado aqu, y ya est gastado. Hay que ofrecer siempre algo
nuevo. Hay que hurgar ms en la Biblia. Pero hasta cundo ser posible?
Llaman a la puerta. Peachum abre y entra un joven llamado Filch.
FILCH. Peachum & C?
PEACHUM. Peachum.
La pera de dos centavos
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FILCH. Es usted el propietario de la empresa "El protector del mendigo"? Me lo han
recomendado. Estos s que son proverbios! Esto s que es un capital! Dgame, tiene
una biblioteca entera de estas cosas? Esto es diferente! Uno como yo..., cmo quiere
que se me ocurra? Sin instruccin! Cmo quiere que progrese mi negocio?
PEACHUM. Su nombre?
FILCH. Vea usted, seor Peachum, desde pequeo me persigui la desgracia. Mi
madre era una borracha; mi padre, un jugador. Desamparado desde mis primeros aos,
careciendo hasta de la mano amorosa de una madre, me fui hundiendo cada vez ms en
el pantano de la gran ciudad, jams conoc cuidados paternales, ni los beneficios de un
hogar acogedor. Y aqu me ve usted...
PEACHUM. Aqu lo veo...
FILCH (confuso). ...exento de medios, presa fcil de mis bajos instintos...
PEACHUM. Como un casco a la deriva, etctera, etctera. Y ahora dgame, estimado
casco a la deriva, en qu distrito declama usted esa fbula de nios?
FILCH. Cmo, seor Peachum?
PEACHUM. Porque eso lo interpreta en pblico, verdad?
FILCH. Vea usted, seor Peachum, ayer se produjo un pequeo incidente en Highland
Street. Estaba tranquilamente parado en una esquina, abatido y desdichado, sombrero en
mano, sin pensar nada malo...
PEACHUM (consultando una libreta de notas). Highland Street? S, s, ya veo. T eres
el cochino a quien Honey y Sam sorprendieron ayer: tuviste el descaro de molestar a los
transentes en el 10 distrito. Esta vez nos hemos contentado con una paliza, porque
suponemos que t desconoces las reglas de la urbanidad. Pero si vuelves a mostrarte por
all, usaremos la guadaa. Entendido?
FILCH. S, s, seor Peachum. Pero dgame, por favor, qu debo hacer ahora? Esos
dos seores, despus de haberme dejado negro de moretones, me entregaron su tarjeta
comercial. Si me quitase el saco, le parecera estar viendo un bacalao.
PEACHUM. Hijo mo, mientras no tengas aspecto de picadillo, seguir pensando que
mi gente ha sido demasiado considerada contigo. Mire un poco Llega aqu un mocoso
y cree que con slo tender la mano tendr asegurado su bife, jugoso y bien servido.
Qu diras si de tu estanque te sacasen los mejores peces?
FILCH. Pero mire, seor Peachum, yo no tengo estanque.
PEACHUM. En resumen, la licencia slo se concede a los profesionales. (Seala,
afectando gravedad, un plano metropolitano.) Londres se divide en catorce distritos.
Quien tenga intencin de ejercer en alguno de ellos la profesin de mendigo, necesita
una licencia otorgada por J onatn J eremas Peachum & C. No faltaba ms! De otro
modo podran intentarlo todos, todos!, con la historia de ser presa fcil de sus bajos
instintos...
FILCH. Seor Peachum, slo pocos chelines me separan de la ruina absoluta. Tengo
que hacer algo, pues con dos chelines en el bolsillo...
PEACHUM. Veinte chelines!
FILCH. Seor Peachum! (Indica con gesto implorante un cartel en el que se lee: "No
cerris vuestros odos al lamento del msero". Peachum seala la cortina de un
armario, donde est escrito: "Dad, y os ser dado".) Diez chelines!
PEACHUM. Y el cincuenta por ciento, con rendimiento semanal de cuentas. Con
equipo, setenta por ciento.
FILCH. Y en qu consiste el equipo?
PEACHUM. Eso lo decide la empresa.
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FILCH. Y en qu distrito podra ser admitido?
PEACHUM. Baker Street 2-104. All hasta es ms barato: slo el cincuenta por ciento,
incluido el equipo.
FILCH. Srvase. (Paga.)
PEACHUM. Su nombre?
FILCH. Carlos Filch.
PEACHUM. Est bien. (Grita.) Seora Peachum. (Entra la seora Peachum.) Este es
Filch. Nmero trescientos catorce. Distrito Baker Street. Yo mismo har la inscripcin
en el registro. Naturalmente, querr empezar el trabajo en seguida, antes de los festejos
de la coronacin: la nica poca en que se puede ganar algo. Equipo C! (Descorre la
cortina de un armario, y aparecen cinco maniques de cera.) Estos son los cinco
prototipos de la miseria, que tienen la facultad de conmover el corazn humano. Su
vista provoca en el hombre ese estado de nimo antinatural en que se muestra dispuesto
a soltar dinero. Equipo A: Vctima del intenso trnsito. El alegre paraltico, siempre de
buen humor (lo imita), siempre despreocupado; el efecto se aumenta con un mun.
Equipo B: Vctima del arte blico. El insoportable hombre del tembleque, horroriza a
los transentes, trabaja mediante el asco (lo imita); el efecto se mitiga merced a las
condecoraciones al valor. Equipo C: Vctima del desarrollo industrial. El ciego digno de
compasin, o sea la alta escuela de la mendicidad. (Lo imita, caminando vacilante hacia
Filch. En el momento en que va a tropezar con el joven, ste lanza un grito angustioso.
Peachum se detiene, lo mira con asombro y, de inmediato, se pone a rugir.) Tiene
compasin! J ams llegars a ser un mendigo! Un hombre como t slo sirve para
transente. Bueno, veamos el equipo D! (A la .mujer.) Celia, otra vez has bebido, y
ahora ni puedes abrir los ojos. El nmero ciento treinta y seis ha protestado por su traje.
Cuntas veces tendr que decirte que un caballero no se pone cosas tan mugrientas? El
ciento treinta y seis pag por un equipo completamente nuevo, sin uso, Las manchas
indicadas para despertar compasin deban hacerse con cera de velas y una plancha
caliente. Claro, nadie piensa! Todo tiene que hacerlo uno mismo! (A Filch.) Desvstete
y ponte sto, pero cudalo bien.
FILCH. Y qu ser de mis cosas?
PEACHUM. Quedan en la empresa. Equipo E: J ovencito que ha visto tiempos mejores;
o, en otros trminos, al que no se le dijo en la cuna que caera tan bajo.
FILCH. De modo que usted vuelve a usar mis cosas! Y por qu, entonces, no puedo
hacer yo mismo de se que ha visto tiempos mejores?
PEACHUM. Porque, querido mo, si muestras tu verdadera miseria, nadie te creer. Si
te duele la barriga y lo dices, slo eres repugnante. Adems, pregunta menos y ponte
enseguida estas cosas.
FILCH. No le parece que estn algo sucias? (Despus de una penetrante mirada de
Peachum.) Perdneme, se lo ruego; perdneme.
SEORA PEACHUM. Muvete un poco, muchacho; no voy a estar aqu tenindote los
pantalones hasta Navidad.
FILCH (de pronto con violencia). Pero los zapatos no me los quito! De ningn
modo! Antes renuncio a todo. Son el nico regalo de mi pobre madre, y nunca, nunca
jams, por ms bajo que pueda caer...
SEORA PEACHUM. Djate de historias, s perfectamente que tienes los pies
mugrientos.
FILCH. Y cmo quiere que me lave los pies, en pleno invierno?
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La seora Peachum conduce a Filch detrs de un biombo, luego vuelve a primer plano izquierda y
plancha estearina sobre un traje.
PEACHUM. Dnde est tu hija?
SEORA PEACHUM. Polly? Est arriba.
PEACHUM. Dime, volvi ayer ese tipo? Ese que siempre viene cuando yo no estoy
en casa.
SEORA PEACHUM. No seas tan desconfiado, J onatn; es un "gentleman"
distinguidsimo el seor capitn, y siente mucha simpata por nuestra Polly.
PEACHUM. Ah!
SEORA PEACHUM. Y si an crees que tengo dos dedos de frente, descuenta que
tambin Polly le ha echado el ojo.
PEACHUM. Celia, ests despilfarrando nuestra hija como si yo fuera millonario.
Acaso quieres que se case? Te parece que este negocio ira adelante una sola semana
ms, si estos asquerosos clientes no viesen otras piernas que las nuestras? Un novio!
De inmediato nos tendra en sus garras! As nos tendra, as. Crees que tu hija, en la
cama, sabr tener la boca cerrada mejor que t?
SEORA PEACHUM. Buen concepto tienes de tu hija!
PEACHUM. El peor. El peor de los peores conceptos. No es ms que un montn de
sensualidad.
SEORA PEACHUM. De ti no lo habr heredado.
PEACHUM..Casarse! Mi hija debe ser para m, lo que el pan es para el hambriento...
(Hojea la Biblia.) Hasta la Biblia lo dice, pero no s muy bien dnde. Casarse!
Despus de todo, una de las peores porqueras. Ya le quitar yo de la cabeza eso de
casarse.
SEORA PEACHUM. J onatn, eres simplemente un ignorante.
PEACHUM. Ignorante! Cmo se llama ese capitn?
SEORA PEACHUM. Bueno, todos lo llaman "capitn".
PEACHUM. De modo que ni siquiera le han preguntado el nombre? Muy
interesante!
SEORA PEACHUM. No pretenderas que fusemos tan groseras como para pedirle
sus documentos, siendo l tan gentil al invitarnos a las dos a una reunin danzante en el
Hotel del Pulpo?
PEACHUM. Dnde?
SEORA PEACHUM. En el Hotel del Pulpo.
PEACHUM. Capitn? Hotel del Pulpo? A ver, a ver, a ver...
SEORA PEACHUM. Y en lo que respecta al trato, siempre nos ha tratado, a mi hija y a
m, con guantes.
PEACHUM. De modo que con guantes?
SEORA PEACHUM. S, y adems l siempre lleva guantes: guantes blancos de
cabritilla.
PEACHUM. Guantes blancos, y bastn con empuadura de marfil, y polainas, y
zapatos de charol, y aire de dominador, y una cicatriz...
SEORA PEACHUM. ... en el cuello. Cmo es que ya lo conoces?
FILCH (escurrindose por detrs del biombo). Seor Peachum, no podra darme
algunas indicaciones? Soy partidario de las cosas hechas con mtodo: no soporto las
improvisaciones.
SEORA PEACHUM. Quiere el mtodo, se!
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PEACHUM. Va a hacer de idiota. Vuelve esta tarde a las seis, y te ensearn todo lo
que necesites. Mrchate!
FILCH. Muchas gracias, seor Peachum; muchas gracias. (Se va.)
PEACHUM. Cincuenta por ciento! Y ahora te dir quin es ese caballero de los
guantes: es Mackie Navaja! (Corre escaleras arriba hacia la habitacin de Polly.)
SEORA PEACHUM. Por amor de Dios! Mackie Navaja! J ess! Ven, dulce J ess,
s nuestro husped!... Polly! Dnde est Polly?
PEACHUM (descendiendo lentamente las escaleras). Polly? Polly no ha vuelto a
casa. Su lecho est intacto.
SEORA PEACHUM. Entonces, seguro que se fue a cenar con el comerciante en lanas.
Seguro que s, J onatn.
PEACHUM. Quiera Dios que haya sido el comerciante en lanas!
Peachum y su esposa se ubican delante del teln y cantan. Luz dorada. Se ilumina un organito. Desde lo
alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
CANCIN DEL "EN VEZ DE..."
PEACHUM:
En vez de
en la cama de su casa dormir bien,
quieren juerga!,
como si debiesen todos sus caprichos imponer.
SEORA PEACHUM:
Eso es la luna sobre Soho,
eso es el maldito "Sientes latir mi corazn?",
eso es el "Adonde vas t, yo tambin voy; oh, Johnny".
Si la luna creci y el amor naci!
PEACHUM:
En vez de
hacer algo que posea una razn,
quieren juerga!,
y terminan en mitad del lodazal.
A do
SEORA PEACHUM:
Eso es la luna sobre Soho,
eso es el maldito "Sientes latir mi corazn?",
eso es el "Adonde vas t, yo tambin voy; oh, Johnny".
Si la luna creci y el amor naci!
PEACHUM:
Dnde est la luna sobre Soho?
Qu queda del maldito "Sientes latir mi corazn?"?
Dnde est el "Adonde vas t, yo tambin voy; oh, Johnny"?
Si la luna creci y el amor naci!


II

EN EL MISMO CORAZN DE SOHO, EL BANDIDO MACKIE NAVAJ A
La pera de dos centavos
11
CELEBRA SU CASAMIENTO CON POLLY PEACHUM, LA HIJ A DEL
EMPRESARIO DE LOS MENDIGOS
Caballeriza vaca.
MATAS (ilumina la caballeriza, tiene una pistola en la mano). Arriba las manos si
hay alguien aqu adentro!
MACHEATH (entra y recorre el proscenio felinamente). Y, hay alguien?
MATAS. Ni un alma. Aqu podremos festejar el casamiento tranquilamente.
POLLY (entra vestida de novia). Pero esto es una caballeriza!
MACHEATH. Espera, Polly, sintate un momento en el pesebre. (Dirigindose al
pblico.) En esta caballeriza se celebrar hoy mi casamiento con la seorita Peachum,
que por amor me ha seguido hasta aqu, para compartir conmigo, de ahora en adelante,
los azares de mi vida.
MATAS. Muchos habitantes de Londres dirn que el haberle arrebatado su nica hija
al seor Peachum ha sido la ms grande de tus hazaas.
MACHEATH. Quin es el seor Peachum?
MATAS. El, por su cuenta, te dir que es el hombre ms pobre de Londres.
POLLY. Pero no querrs celebrar aqu nuestro casamiento, Mac? Esta es una vulgar
caballeriza. No puedes hacer venir aqu al seor pastor. Y ni siquiera es nuestra! De
veras, Mac, no deberamos comenzar nuestra nueva existencia con una violacin de
domicilio. J ustamente hoy, el da ms hermoso de nuestra vida!
MACHEATH. Querida nia, todo se har como t lo deseas. Tu pie no tropezar con
ninguna piedra. Ya van a traer todo lo necesario.
MATAS. Aqu llegan los muebles.
Se oyen llegar pesados carros; entra una media docena de personas, llevando alfombras, muebles, vajilla,
etc., con lo que convierten la caballeriza en un ambiente de exagerada elegancia
(1)
.
MACHEATH. Porqueras!
Los recin llegados dejan los regalos a la izquierda, felicitan a la esposa e informan al esposo
(2)
.
J ACOBO. Felicitaciones! En el 14 de Ginger Street haba gente en el primer piso.
Tuvimos que prender un fueguito para hacerlos salir.
ROBERTO (alias SERRUCHO). Felicitaciones! En el Strand revent un polica.
MACHEATH. Aficionados!
EDE. Se hizo lo que se pudo; pero fue imposible salvar a tres personas en el West
End. Felicitaciones!
MACHEATH. Aficionados. Chapuceros.
J IMMY. Un seor anciano recibi algo. Pero nada serio, supongo. Felicitaciones!
MACHEATH. Mi orden era terminante: evitar a toda costa derramamiento de sangre.
Me pongo de mal humor slo al pensarlo. J ams sern hombres de negocios!
Canbales s, pero no gente de negocios!
WALTER (alias SAUCE LLORN). Felicitaciones! Este clavicordio, seora ma, hace
apenas media hora perteneca a la duquesa de Somersetshire.
POLLY. Qu muebles son stos?
MACHEATH. Te gustan los muebles, Polly?
POLLY (llora).Toda esa pobre gente por estos pocos muebles!
MACHEATH. Y qu muebles! Porqueras! Tienes toda la razn del mundo de estar
enojada. Un clavicordio de palo de rosa y un sof renacimiento. Imperdonable! Y una
mesa? Ni siquiera hay una mesa?
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WALTER. Una mesa?
Ponen algunos tablones sobre los pesebres.
POLLY. Oh, Mac, qu desdichada soy! Que al menos no venga el seor pastor.
MATAS. S que vendr. Le hemos descrito el camino con gran precisin.
WALTER (trayendo hacia adelante la mesa). La mesa!
MACHEATH (viendo llorar a Polly). Mi esposa est fuera de s. Dnde estn las
sillas? Un clavicordio y nada de sillas! Son incapaces de pensar. Al menos la nica
vez que celebro mi casamiento! Cllate, Sauce Llorn! Cuntas veces ocurre, me
pregunto, que yo les haga un encargo? Desde el comienzo estn haciendo desdichada a
mi esposa.
EDE. Querida Polly...
MACHEATH (de un manotn le hace volar el sombrero de la cabeza
(3)
). "Querida
Polly"! Te empujar la cabeza hasta las tripas si vuelves a repetir eso de "Querida
Polly", salpicn de barro! Alguna vez se ha odo cosa semejante? "Querida Polly"!
Alguna vez te acostaste con ella?
POLLY. Pero, Mac...
EDE. Te juro...
WALTER. Estimada seora, si faltasen algunas piezas del ajuar, no dude que...
MACHEATH. Un clavicordio de palo de rosa y ninguna silla. (Re.) Qu dice de esto
mi mujercita?
POLLY. Si eso fuera lo peor.
MACHEATH (spero). Cortar las patas del clavicordio! Rpido! Rpido!
Cuatro hombres serruchan las patas del clavicordio y cantan:
Bill Lawgen y Mary Syer
son al fin marido y mujer.
Y hasta ayer, en que fueron al civil,
ella de l nada pudo conocer,
mientras Bill de su Mary el nombre pregunt.
Viva!
WALTER. Y as, gentil seora, el clavicordio se convierte en asiento.
MACHEATH. Y ahora podra pedirles a los caballeros que se quitasen esos trapos
mugrientos y se vistiesen decentemente? Al fin de cuentas, ste no es una matrimonio
cualquiera. Y t, Polly, podras hacerte cargo de las viandas que contienen esas cestas?
POLLY. Es la comida nupcial? Todo robado, Mac?
MACHEATH. Por supuesto, por supuesto.
POLLY. Y qu hars si llaman a la puerta y entra la polica?
MACHEATH. En tal caso, ya vers lo que hace tu marido.
MATAS. Hoy es absolutamente imposible que eso ocurra. Toda la polica a caballo
est en Daventry. El viernes escoltarn a la reina hasta Londres, para la coronacin.
POLLY. Dos cuchillos y catorce tenedores!
MACHEATH. Qu mal han trabajado! Esto es cosa de principiantes, no de gente
madura! No tienen idea de lo que es un estilo? Hay que saber distinguir el Chippendale
del Louis Quatorze.
Vuelve la banda, cuyos miembros visten ahora elegantes trajes de noche; pero, por desgracia, su
comportamiento no est de acuerdo con su vestimenta.
WALTER. Lo que queramos era traer los objetos de mayor precio. Mira un poco qu
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madera. Material de primer orden.
MATAS. Chist! Chist! Permtame, capitn...
MACHEATH, Polly, ven aqu.
La pareja asume la actitud propia de quienes van a recibir las felicitaciones de los circunstantes.
MATAS. Permtame, capitn, que en el da ms hermoso de su vida, en pleno
florecimiento de su carrera; quiero decir, en esta circunstancia decisiva, permtame que
nosotros le ofrezcamos los ms cordiales y los ms intensos deseos de felicidad, y todo
lo dems. Dios mo, qu asco este tono solemne. Bueno, en una palabra (estrecha la
mano de Mac), alta la frente, viejo!
MACHEATH. Gracias, Matas; es muy simptico de tu parte.
MATAS (estrechando la mano de Polly, despus de haber abrazado conmovido a Mac).
Es la voz del corazn! Bueno, entonces, siempre alta la frente, viejo; quiero decir
(guiando), alta la frente y... tambin alguna otra cosita.
Los invitados rugen de entusiasmo. De pronto, Mac, con un golpe fulminante, acuesta a Matas en el
suelo.
MACHEATH. Cierra el pico, estpido. Guarda tus porqueras para esa cochina de
Kitty.
POLLY. No seas ordinario, Mac.
MATAS. Bueno, protesto por llamar cochina a Kitty. (Se levanta con esfuerzo.)
MACHEATH. Conque protestas?
MATAS. Y para que lo sepas, ante ella jams digo porqueras: la estimo demasiado.
Pero eso no podrs entenderlo nunca, porque t s que eres incapaz de hablar sin decir
porqueras. Crees que Lucy no me ha contado lo que le dijiste a ella? Comparado con
eso, yo soy todo un caballero.
Mac mira a Matas fijamente.
J ACOBO.Vamos, vamos; no agemos la fiesta. (Se lleva consigo a Matas.)
MACHEATH. Lindo casamiento, verdad, Polly? Gente de esta catadura tienes que ver
a tu alrededor en el da de tu matrimonio. Dime la verdad, jams hubieses esperado que
tu marido fuese plantado as por sus amigos. Mira y aprende!
POLLY. A m me divierten mucho.
ROBERTO. Tonteras, no es cuestin de dejarte plantado. Una divergencia de
opiniones siempre debe admitirse. Su Kitty vale tanto como cualquier otra. Bueno, y
ahora, Moneda Falsa, venga tu regalo de bodas.
TODOS. S, pronto, pronto.
MATAS (ofendido). Aqu est.
POLLY. Oh, un regalo de bodas! Usted es muy gentil, querido seor Moneda Falsa.
Mira, Mac, qu hermoso camisn.
MATAS. Acaso tambin esto es una obscenidad; eh, capitn?
MACHEATH. Est bien, est bien; no tena intencin de ofenderte en este solemne da.
WALTER. Y qu me dicen de esto? Chippendale! (desenvuelve un gigantesco reloj
a pndulo, Chippendale.)
MACHEATH. Louis Quatorze!
POLLY. Maravilloso! Qu belleza! Me siento tan feliz que no encuentro palabras
para agradecerles. Son todos tan corteses. Qu pecado no tener una casa para todo esto,
verdad, Mac?
MACHEATH. Considralo un comienzo. Todos los comienzos son difciles. Te
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14
agradezco mucho, Walter. Y ahora saquen estas cosas de aqu. A comer!
J ACOBO (mientras los dems tienden la mesa). No pude traer nada... (A Polly, con
empeo.) Crame, joven seora, me resulta muy desagradable...
POLLY. . Querido seor Ganza, no tiene ninguna importancia.
J ACOBO. Todos los otros la colman de regalos, y yo con las manos vacas. Pngase
en mi lugar! As me pasa siempre. Podra contarle tantas cosas parecidas... Es para no
creerlo. El otro da, por ejemplo, me encuentro con J enny, la de los bodegones, y le
digo: "Bueno, vieja puerca...." (de pronto advierte que Mac est detrs de l, y
desaparece sin decir palabra.)
MACHEATH (conduce a Polly a su asiento). Esta es la mejor comida que podras
probar en un da como ste, Polly. Sintate. (Todos se sientan a la mesa
(4)
.)
EDE (indicando los platos). Lindos platos! Hotel Savoy!
J ACOBO. Los huevos a la mayonesa son de Selfridge. Haba tambin un tarro de pasta
de hgado de ganso; pero J immy se la comi por el camino, porque tena un agujero...
WALTER. Entre gente fina no se habla de agujeros.
J IMMY. No te tragues as los huevos, Ede, en una ocasin como sta!
MACHEATH. No hay nadie que cante algo? Algo divertido?
MATAS (estallando en una carcajada que lo hace atragantar). Divertido? Qu
palabra primorosa! (Ante la mirada aniquiladora de Mac, vuelve a sentarse cohibido.)
MACHEATH (de un manotn le hace caer el plato a uno). Hubiese querido que no se
empezase a comer en seguida. Cunto ms me hubiese gustado que, en lugar de asaltar
la mesa y meter de inmediato los hocicos en las fuentes, se hubiese preparado algo
solemne. En un da como ste, la gente siempre prepara algo solemne.
J ACOBO. Por ejemplo?
MACHEATH. Es que tengo que inventarlo todo? No les pido que me canten una
pera. Pero algo, algo que no fuese solamente llenarse las tripas y decir porqueras; algo
podran haber preparado. Bueno, en un da como ste uno se da cuenta qu puede
esperar de sus amigos.
POLLY. Este salmn es excelente, Mac.
EDE. S, estoy seguro que jams ha probado usted cosa semejante. En lo de Mackie
Navaja sta es comida de todos los das. Usted se ha acostado en un lecho de rosas,
estimada seora. Siempre lo he dicho: Mac es el marido ideal para una chica ambiciosa.
Ayer mismo se lo deca a Lucy.
POLLY. Lucy? Quin es Lucy, Mac?
J ACOBO (embarazado). Lucy? Ah... eso no tiene ninguna importancia.
Matas, ponindose de pie a espaldas de Polly, hace grandes gestos para hacer callar a J acobo.
POLLY (que advierte la maniobra de Matas). Qu le ocurre? Desea algo? Qu es
lo que usted quera decir, seor J acobo?
J ACOBO. Oh, nada, nada... En realidad, no quera decir nada. Slo iba a meter la pata,
ni ms ni menos.
MACHEATH. Qu tienes en la mano, J acobo?
J ACOBO. Un cuchillo, capitn.
MACHEATH. Y qu tienes en el plato?
J ACOBO. Una trucha, capitn.
MACHEATH. Ah, y comes la trucha con el cuchillo, verdad? J acobo, es inaudito!
Quien as se comporta no es otra cosa que un cerdo, entiendes, J acobo? Mira y
aprende! Querida Polly, te saldrn canas verdes antes de convertir en gente a este hato
La pera de dos centavos
15
de malandrines. Delicadeza, se dan cuenta, ustedes, qu significa eso?
WALTER. Significa mariconada.
POLLY. Qu vergenza, seor Walter!
MACHEATH. De modo que no quieren cantar ninguna cancin, algo que haga ms
hermoso este da? Ser un da como los de siempre! Tan triste, tan comn, tan
condenado y sucio como siempre! Por lo menos hay alguien en la puerta? O acaso en
un da como ste tambin debo ser yo quien haga de centinela, mientras ustedes se
llenan tranquilamente el estmago a mis expensas?
WALTER (malhumorado). Qu significa eso de "a mis expensas"?
J IMMY. Pero cllate, Waltercito! Voy yo a la puerta. Y adems, quin quieren que
venga! (Sale.)
J ACOBO. Qu broma sera si nos metiesen presos a todos!
J IMMY (entra corriendo). La polica, capitn!
WALTER. Brown, el Tigre!
MATAS. No digan estupideces, es el reverendo Kimball.
Entra Kimball.
TODOS (rugiendo en coro). Buenas noches, reverendo.
KIMBALL. Por fin os encuentro, hijos mos. Es un ambiente modesto, pero por lo
menos es suelo propio.
MACHEATH. S, del duque de Devonshire.
POLLY. Qu feliz me siento, reverendo, al ver que usted, en el da ms hermoso de
nuestra vida...
MACHEATH. Bueno, pero ahora exijo que se cante algo en honor del reverendo
Kimball.
MATAS. Qu te parece lo de Bill Lawgen y Mary Syer?
J ACOBO. S, creo que es lo indicado.
KIMBALL. Bueno, bueno; cantad, hijos mos.
MATAS. Empecemos, seores.
Tres hombres se levantan y cantan, vacilantes, desganados, inseguros:
Bill Lawgen y Mary Syer
son al fin marido y mujer.
Que sean felices!
Viva! Viva!
Y hasta ayer, en que fueron al civil,
ella de l nada pudo conocer;
mientras Bill de su Mary el nombre pregunt.
Viva!
Sabe usted lo que hace su mujer? No!
Deja usted su vida de rufin? No!
Que sean felices!
Viva! Viva!
Billy Lawgen dijo anteayer:
"De ella un trozo me conforma a m".
Bribn!
Viva!
MACHEATH. Y eso es todo? Qu mezquindad!
Bertolt Brecht
16
MATAS (atragantndose de nuevo). Mezquindad! Esa es la palabra justa, seores
mos. Mezquindad!
MACHEATH. T te callas!
MATAS. Es lo que yo digo: no hay entusiasmo, no hay fuego, no haya nada.
POLLY. Seores, si ninguno de ustedes quiere hacerse ver en algo, entonces ser yo
quien cante: imitar a una muchacha que vi una vez en una taberna de nfima categora,
en Soho. Trabajaba de lavacopas, y debo aclararles que todos los parroquianos se rean
de ella, y entonces ella les hablaba, dicindoles las cosas que yo les voy a cantar en
seguida. Hagamos, pues, que esto sea el pequeo mostrador detrs del cual ella se lo
pasaba de la maana a la noche (tienen que imaginrselo horriblemente sucio), que esto
sea el tacho y esto el trapo con que fregaba las copas. Donde ustedes estn sentados,
estaban sentados los clientes que se rean de ella. Tambin ustedes pueden rer, para que
la escena sea an ms fiel; pero si no quieren, da lo mismo. (Comienza a imitar las
actitudes de una lavacopas, al tiempo que murmura para s.) Y ahora uno de ustedes
(indicando a Walter), por ejemplo usted, dice: "Y cundo llegar tu barco, J enny?".
WALTER. Y cundo llegar tu barco, J enny?
POLLY. Y otro (a Matas), por ejemplo usted, dice: "Por qu sigues lavando copas,
J enny, si eres la novia del pirata?".
MATAS. Por qu sigues lavando copas, J enny, si eres la novia del pirata?
POLLY. Bueno, y ahora empiezo yo.
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel
que dice:
J ENNY, LA DE LOS PIRATAS
Soy sirvienta, seores mos,
no paro de lavar copas todo el da;
si me dan un penique,
yo muchas gracias doy.
Y mis sucios harapos vean ustedes,
y este srdido hotel.
Y no saben quin es esta muchacha!
Pero cierta noche en el puerto habr gritos,
y preguntarn:
"Sabes t qu pasar?".
Y en silencio sonreir junto a mis copas,
y dirn:
"De qu se sonreir?".
Y un navo velero
con cincuenta caones
en el puerto est.
2
"Vete a lavar, hija ma"
repiten sin cesar; "Y las camas tiende",
y el penique me dan.
Las camas se tendern,
pero yo pienso:
"Para qu tenderlas si ninguno dormir?".
Y no saben todava quin soy!
La pera de dos centavos
17
Pero cierta noche en el puerto habr ruidos,
y preguntarn:
"Sabes t qu pasar?".
Y vern cmo me acerco a mi ventana, y dirn:
"De qu se sonreir?".
Y un novio velero
con cincuenta caones
ataca sin piedad.
3
Centenares de hombres bien pronto han de bajar
furtivamente a la ciudad.
Entonces en las casas entrarn.
Llegarn aqu,
mirarn, me vern
y dirn:
"A cuntos quiere usted que matemos?".
Mientras pienso me sonreir,
contemplando sin cesar
miedo y terror.
Y sin lstima
dir muy alto: "Todos!".
Y cuando cada cabeza caiga, exclamar: "Hop!"
Y el novio velero
con cincuenta caones
me lleva de aqu,
MATAS. Qu cmico, verdad? Qu bien representa la seora!
MACHEATH. Cmico! Qu quiere decir cmico? Esto no es cmico, idiota, es
arte! Polly, lo has hecho magnfico. Pero esta piara de cerdos perdneme,
reverendo de ninguna manera mereca tanta molestia de tu parte. (Por lo bajo, a
Polly.) Y, adems, no me gusta nada que des semejantes espectculos. Otra vez evtalo,
te lo ruego. (En la mesa se oyen risas. La banda se mofa del pastor.)
MACHEATH. Qu tiene en la mano, reverendo?
J ACOBO. Dos cuchillos, capitn.
MACHEATH. Y qu tiene en el plato, reverendo?
KIMBALL. Creo que es salmn.
MACHEATH. Ah, y come el salmn con el cuchillo, verdad?
J ACOBO. Se ha visto alguna vez cosa semejante? Come el pescado con cuchillo...
Quien as se comporta no es otra cosa que un ...
MACHEATH. ...cerdo. Entiendes, J acobo? Mira y aprende!
J IMMY (entrando a la carrera). La polica, capitn, la polica. El mismo jefe en
persona!
WALTER. Brown! Brown, el Tigre!
MACHEATH. As es, Brown, el Tigre en persona. Brown, el Tigre, el jefe supremo de
la polica de Londres, el pilar de Old Bailey, es quien ahora entrar en la miserable
casucha del capitn Macheath. Miren y aprendan!
Los bandidos se esconden.
J ACOBO. Esto es la horca!
Bertolt Brecht
18
Entra Brown.
MACHEATH. Hola, J ackie!
BROWN. Hola, Mac! No dispongo de mucho tiempo, debo irme en seguida. Era
necesario una caballeriza ajena? Otra violacin de domicilio!
MACHEATH. Pero, J ackie, es tan cmoda.... Me alegro que hayas venido a festejar las
nupcias de tu viejo Mac. Quiero presentarte en seguida a mi esposa, de soltera seorita
Peachum. Polly, ste es Brown, el Tigre. Y, viejo, qu me dices? (le palmea la
espalda.) Y stos, J ackie, son mis amigos: a todos debes haberlos visto alguna vez.
BROWN (embarazado). Mac, la ma es una visita privada.
MACHEATH. La de ellos tambin. (Los llama. Ellos acuden, manteniendo sus manos
en alto.) Eh, J acobo!
BROWN. Este es Ganza, un verdadero granuja.
MACHEATH. Eh, J immy! Roberto, Walter!
BROWN. Bueno, por hoy cerremos los ojos.
MACHEATH. Y t, Ede! Y t, Matas!
BROWN. Sintense, seores, sintense!
TODOS. Muchas gracias, seor.
BROWN. Estoy encantado de conocer a la graciosa esposa de mi viejo amigo Mac.
POLLY. Es usted muy gentil, seor.
MACHEATH. Sintate, vieja corbeta, y navega en el whisky a todo trapo! Polly,
amigos mos: Entre ustedes se encuentra hoy un hombre a quien el inescrutable designio
del rey ha colocado muy por encima de sus semejantes y que, sin embargo, ha
permanecido amigo fiel a travs de todos los peligros y de todas las tempestades,
etctera, etctera. Ustedes saben a quin me refiero, y tambin lo sabes t, Brown.
Recuerdas, J ackie, los tiempos en que, t soldado y yo soldado, servimos en la armada
de la India? Ven, J ackie, cantemos la "Cancin de los caones"!
Macheath y Brown se sientan sobre la mesa. Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres
lmparas sostenidas por un varal, y un cartel que dice:
CANCIN DE LOS CAONES
1
John era nuestro y tambin lo era Jim,
sargento fue nombrado Georgie.
Pues nadie sabe all quin eres t!
Y te mandan al frente marchando!
Viajad soldados
en los caones
del Polo al Ecuador,
que all se tostarn
y all se encontrarn
con una nueva raza
de muy distinta traza,
y sin pensarlo se la comern al
gratn.
2
Johnny el whisky tibio encontr
y a Jimmy le faltaron las mantas.
La pera de dos centavos
19
Pero Georgie a los dos reuni
y les dijo que la Armada nunca muere.
Viajad soldados
en los caones
del Polo al Ecuador,
que all se tostarn
y all se encontrarn
con una nueva raza
de muy distinta traza,
y sin pensarlo se la comern al
gratn.
3
John se mat y Jimmy muri,
y Georgie nunca fue encontrado.
Pero la sangre an roja es!
Y los soldados an se recluan!
Los que estn sentados a la mesa marcan con sus pies el ritmo de marcha.
Viajad soldados
en los caones
del Polo al Ecuador,
que all se tostarn
y all se encontrarn
con una nueva raza
de muy distinta traza,
y sin pensarlo se la comern al
gratn.
MACHEATH. Aunque la vida con sus oleadas tempestuosas nos haya empujado a
nosotros, viejos amigos de juventud en direcciones totalmente opuestas; aunque
nuestros intereses profesionales sean del todo distintos, y hasta podra decirse que estn
perfectamente contrastados, nuestra amistad ha sobrevivido a todo. Miren y aprendan!
Castor y Plux, Hctor y Andrmaca, etctera, etctera. Muy rara vez ha sucedido que
yo, humilde bandido (ya saben lo que quiero decir), haya dado un golpecito sin hacerle
llegar a l, a mi amigo, una parte de las ganancias una parte considerable, Brown!
en calidad de ofrenda y testimonio de mi inmutable fidelidad. Y muy rara vez ha
sucedido scate el cuchillo de la boca, J acobo que l, el omnipotente jefe de
polica, haya dispuesto una batida sin antes hacerme llegar a m, a su amigo de
juventud, un disimulado aviso. Esto y cosas parecidas siempre han sido recprocas.
Miren y aprendan! (Toma a Brown del brazo.) Bueno, viejo J ackie, estoy encantado de
que hayas venido: ha sido una gran prueba de amistad.
Pausa. Brown observa con aire apenado un tapiz colgado en el fondo.
MACHEATH. Un Shira legtimo.
BROWN. De la Compaa Oriental de Tapices.
MACHEATH. S, all nos servimos siempre. Sabes, J ackie, tena verdadera necesidad
de que hoy vinieses; espero que no te haya resultado demasiado violento, considerando
tu situacin.
BROWN. Mac, sabes perfectamente que a ti nada puedo negarte... Pero ahora debo
Bertolt Brecht
20
irme, estoy preocupadsimo: si durante la coronacin de la reina ocurriese el ms
mnimo incidente...
MACHEATH. Escucha, J ackie: mi suegro es un viejo asqueroso. Si tratase de meterme
en los, hay algo contra m en Scotland Yard?
BROWN. En Scotland Yard no hay absolutamente nada contra ti.
MACHEATH. Naturalmente.
BROWN. Ya lo he arreglado todo. Buenas noches.
MACHEATH (dirigindose a los componentes de su banda). Quieren levantarse o no?
BROWN (a Polly). Muchas felicidades! (Sale acompaado por Mac.)
JACOBO (que, entretanto, junto con Matas y Walter, ha conversando con Polly).
Debo confesar que, cuando o que llegaba Brown, el Tigre, no pude reprimir ciertos
temores.
MATAS. Es una suerte, seora, que estemos en buenas relaciones con las altas
autoridades.
WALTER. S, Mac siempre tiene una carta en reserva que nosotros ni siquiera
suponemos que existe. Pero tambin nosotros tenemos algo en reserva. Seores, son las
nueve y media.
MATAS. Y ahora viene lo ms hermoso.
Todos se dirigen hacia el fondo, a la izquierda, y se ubican detrs del tapiz. Entra Mac.
MACHEATH.Bueno, qu hay?
MATAS. Una ltima sorpresa, capitn.
Detrs de la cortina los bandidos vuelven a cantar la cancin de Bill Lawgen, pero esta
vez en voz baja y con expresin sentimental. A las palabras de "el nombre pregunt",
Matas arranca el tapiz y todos prosiguen cantando, rugiendo y dando palmadas sobre
una cama que estaba all oculta.
MACHEATH. Gracias, camaradas; les agradezco de todo corazn.
WALTER. Y ahora nos esfumamos sin hacer ruido.
Todos los componentes de la banda hacen mutis.
MACHEATH. Y ahora los sentimientos deben tener su parte. De lo contrario, el
hombre se convierte en un esclavo de su profesin. Sintate, Polly! (Msica.) Ves la
luna sobre Soho?
POLLY. La veo, amor. Sientes latir mi corazn, querido?
MACHEATH. Lo siento, amada.
POLLY. Donde t vayas, tambin yo ir.
MACHEATH. Y donde t te quedes, tambin yo me quedar.
Polly y Macheath cantan a do.
Teniendo libreta o sin ella an,
con o sin flores sobre el altar,
y an sin saber de quin tu [mi] velo es,
y an cuando no lleves azahar;
el plato en que comes tu trozo de pan
pronto tralo, sin pensar.
Tu amor podr o no podr durar,
aqu o en cualquier lugar.
La pera de dos centavos
21
III

PARA PEACHUM, QUE CONOCE LA CRUELDAD DEL MUNDO, LA PRDIDA
DE SU HIJA EQUIVALE A LA RUINA COMPLETA
La ropera de Peachum. A la derecha, Peachum y seora. En el vano de la puerta, Polly, con tapado y
sombrero, un bolso de viaje en la mano.
SEORA PEACHUM. Casada? Primero se la cubre de vestidos y sombreros y guantes
y sombrillas, se la emperifolla de pies a cabeza, y cuando una ha gastado lo suficiente
como para equipar una fragata, zas!, ella misma se tira a la basura como si fuese una
pera podrida. De modo que es verdad que te casaste?
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel
que dice:
CON UA CANCIONCITA POLLY ANUNCIA A SUS PADRES SU
CASAMIENTO CON EL BANDIDO MACHEATH
1
Del tiempo en que an mi candor era grande
pues tuve candor como t
recuerdo muy bien que pensaba:
"Un da un novio tendr y sabr qu hacer".
Y aunque rico,
y aunque guapo,
y aunque su camisa limpia est,
y aunque sepa tratar a una dama...
Pues.. . le dir que no!
La cabeza no habr que perder:
la distancia conservar!
Claro que la luna brillar
y que el barco de la costa zarpar;
pero ms no pasar.
No se debe fcilmente acceder:
el secreto es la frialdad;
mucho puede acontecemos,
mas se puede decir que no.
2
Y de Kent lleg quien seria primero,
y fue como deba ser.
El otro tena un barco velero,
y an otro enloqueci por m.
Y aunque ricos, y aunque guapos,
y aunque sus camisas limpias estaban,
y aunque saban tratar a una dama...
Pues... yo les dije "No!".
La cabeza no perd jams,
y distante me qued.
Y la luna nos ilumin
y el navo de la costa se alej;
Bertolt Brecht
22
pero nada ms pas.
No poda acceder tan pronto yo:
mi secreto ha sido la frialdad.
Mucho pudo acontecemos,
mas siempre les he dicho "No!".
3
Y cierta maana, maana azul
como pocas, un hombre lleg.
Colg su sombrero en mi cuarto,
sin nada decir, y qued prendada de l.
Y aunque no era rico,
y aunque no era guapo,
y aunque su camisa limpia no estaba,
y aunque no saba tratar a una dama...
Pues... no le dije "No!".
La cabeza yo perd:
distancia ya no pude conservar!
Y la luna nos ilumin
y el novio en la costa se qued,
pero as deba ser.
Pues ya no era cosa de no acceder,
y tampoco era cosa de frialdad.
Mucho ira a sucedemos,
mas nunca ya dira "No!".
PEACHUM. De modo que se ha hecho concubina de un pillo. Qu bueno! Pero qu
bueno!
SEORA PEACHUM. Ya que habas decidido cometer la inmoralidad de casarte, por
qu tuviste que hacerlo con un ladrn de caballos, con un salteador de caminos? Ya me
las pagars! Deb estar ciega para no darme cuenta. Desde chica tuvo siempre ms
pretensiones que la reina de Inglaterra.
PEACHUM. De modo que se cas de verdad?
SEORA PEACHUM. S, ayer a las cinco.
PEACHUM. Un delincuente notorio! Si lo pienso bien, ha dado prueba de gran valor
ese hombre. Pero si pierdo a mi hija, el ltimo recurso de mi vejez, mi casa se
derrumbar y ni siquiera un perro me permanecer fiel. Para m, regalar la mugre de una
ua equivale a desafiar la muerte por inanicin. Si pudisemos sobrellevar el invierno
con un nico tronco, quiz llegaramos a ver el ao prximo. Quiz, repito!
SEORA PEACHUM. Pero qu se ha credo sta! Mira cmo nos recompensa,
J onatn! Creo que me vuelvo loca! Me da vueltas la cabeza! No puedo sostenerme en
pie! Oh! (se desmaya) Un coac del bueno!
PEACHUM. Mira lo que le pasa a tu madre por tu culpa! Pronto! (Mutis de Polly.)
Concubina de un delincuente! Qu bueno! Pero qu bueno! Y qu interesante es ver
cmo mi pobre esposa se lo ha tomado a pecho! (Polly regresa con una botella de
coac.) Este es el nico consuelo que le queda a tu pobre madre!
POLLY. Puedes darle dos copas, sin miedo. Mi madre, sobre todo cuando se desmaya,
soporta perfectamente las dosis dobles. Volver en s de inmediato. (Polly, durante toda
esta escena, denota un aspecto radiante de felicidad.)
SEORA PEACHUM (volviendo en s). Oh, qu hipcrita es su aire de preocupacin!
La pera de dos centavos
23
Entran cinco mendigos
(5)
.
MENDIGO PRIMERO. Quiero dejar constancia de que esta empresa es una porquera, y
que se me ha dado un palo de escoba en lugar de un mun como la gente, y que no
estoy dispuesto a tirar mi dinero en semejante adefesio.
PEACHUM. Pero qu quieres? Es un mun tan bueno como cualquier otro, slo que
t no lo cuidas.
MENDIGO PRIMERO. Ah, s? Y entonces por qu no gano tanto como los otros?
Para tener una porquera como sa, prefiero cortarme mi propia pierna.
PEACHUM. Pero, en definitiva, qu quieren de m? Qu puedo hacer yo, si el
corazn de la gente es duro como una piedra? No les puedo dar cinco muones a cada
uno! En pocos minutos soy capaz de transformar un hombre cualquiera en una piltrafa
tan miserable que hasta un perro se pondra a llorar si lo viese. Pero qu puedo hacer
yo si los hombres no lloran? Aqu tienes este mun, si el otro no te agrada, pero
aprende a cuidar tus cosas!
MENDIGO PRIMERO. Tal vez ste sirva.
PEACHUM (revisando el miembro artificial de otro mendigo). El cuero no sirve, Celia;
la goma es ms repugnante. (Al tercero.) Esta llaga tambin se est curando, y es la
ltima! Habr que empezar de nuevo. (Examina al cuarto.) Los furnculos naturales no
son lo mismo que los artificiales, entindelo! (Al quinto.) Oh, tienes muy buen
aspecto! Has vuelto a comer demasiado, eh? Habr que escarmentarte.
MENDIGO QUINTO. Seor Peachum, le juro que apenas como lo imprescindible: es un
trastorno glandular. Yo no tengo la culpa!
PEACHUM. Y yo tampoco! Ests despedido. (Volvindose hacia el segundo
mendigo.) Entre "conmover" y "fastidiar", estimado muchacho, hay una gran diferencia.
Lo que yo necesito son artistas. En la actualidad, slo los artistas son capaces de
conmover a la gente. Si trabajasen como es debido, el pblico los aplaudira; pero a ti
jams se te ocurre nada. No puedo renovar tu contrato.
Los mendigos hacen mutis.
POLLY. No entiendo qu tienen contra l: Mac me asegura una existencia decorosa.
Es un timador de primer orden, adems de asaltante experto y con grandes perspectivas.
S exactamente a cunto ascienden sus ahorros: podra darles la cifra precisa. Algunas
felices empresas ms, y podremos retirarnos a una casa de campo, ni ms ni menos que
como el seor Shakespeare, a quien nuestro padre aprecia tanto.
PEACHUM. Pero si sta es la cosa ms sencilla del mundo. Te has casado! Y qu se
hace cuando uno se ha casado? Ah, cabeza hueca! Uno se separa, no? Es tan difcil
eso?
POLLY. No s qu quieres decir.
SEORA PEACHUM. . Divorcio.
POLLY. Pero si lo quiero! Cmo puedo pensar en divorciarme?
SEORA PEACHUM. Pero dime, ni siquiera te queda un poco de vergenza?
POLLY. Mam, t nunca estuviste enamorada...
SEORA PEACHUM. Enamorada! Esos condenados libros que has ledo te dieron
vuelta la cabeza. Pero, Polly, si todas lo hacen!
POLLY. Pues, entonces, yo ser la excepcin.
SEORA PEACHUM. Y yo te calentar las nalgas a palmadas.
POLLY. S, lo mismo hacen todas las madres; pero no sirve para nada. Porque el amor
es ms fuerte que las palmadas en las nalgas.
Bertolt Brecht
24
SEORA PEACHUM. Polly, no colmes la medida.
POLLY. No dejar que me arrebaten mi amor.
SEORA PEACHUM. Si dices una sola palabra ms, te doy una cachetada.
POLLY. El amor, sin embargo, seguir dominando el mundo.
SEORA PEACHUM. Adems, ese bribn tiene varias mujeres! Si lo ahorcasen, por lo
menos una docena de pelanduscas se presentaran como sus viudas, y quiz cada una
con un bastardo en brazos. Ay de m, J onatn!
PEACHUM. Ahorcarlo? Cmo diablos se te ocurri eso? Es una buena idea! Vete
un momento, Polly. (Polly sale.) Perfecto! Nos producir cuarenta libras.
SEORA PEACHUM. Ya entiendo: quieres denunciarlo a la polica.
PEACHUM. Por supuesto. Y de yapa, nos lo ahorcarn... Dos pjaros de un tiro Slo
hay que averiguar dnde se ha metido.
SEORA PEACHUM. Te lo dir exactamente, querido mo: est escondido entre sus
mujerzuelas.
PEACHUM. Pero ellas no van a denunciarlo.
SEORA PEACHUM. Djame a m. El dinero todo lo puede. Ir de inmediato a
Turnbridge y hablar con las muchachas. Basta con que nuestro amigo, dentro de las
dos prximas horas, se encuentre con alguna de ellas, y todo habr terminado.
POLLY (que ha escuchado detrs de la puerta). Querida mam, ahrrate el camino.
Antes de encontrarse con una de esas seoras, Mac preferira ir por su propia cuenta a la
crcel de Old Bailey. Pero aunque fuese a Old Bailey, el jefe de polica le ofrecera un
cctel, fumaran un cigarro juntos y hablaran de cierta empresa que est en esta calle,
donde no todo va segn la ley. Porque, querido pap, justamente el jefe de polica se ha
alegrado muchsimo por mi matrimonio.
PEACHUM. Cmo se llama el jefe de polica?
POLLY. Se llama Brown. Pero t debes conocerlo por Brown, el Tigre; porque
quienes tienen motivos para temerle lo llaman as. En cambio, mi marido fjate un
poco lo llama J ackie. Porque para l es simplemente su querido J ackie. Son amigos
de juventud.
PEACHUM. De modo que son amigos. El jefe de polica y el delincuente ms audaz,
quiz los nicos verdaderos amigos en toda la ciudad!
POLLY (potica). Cada vez que tomaban juntos un cctel, se acariciaban mutuamente
las mejillas, y decan: "Si t tomas un trago ms, yo tambin tomar otro". Y cada vez
que uno de los dos sala, al otro se le humedecan los ojos y deca: "Si t vas al fondo,
yo tambin quiero ir". No hay absolutamente nada contra Mac en Scotland Yard.
PEACHUM. Ah, no? Pues entre el martes y el jueves, el seor Macheath, hombre
seguramente casado varias veces, sac de la casa paterna a mi hija Polly Peachum,
mediante promesa de matrimonio. Antes que la semana haya terminado lo conducirn
por ese motivo al patbulo, que bien se merece. "Seor Macheath, en un tiempo usted
usaba guantes blancos de cabritilla, bastn con empuadura de marfil, tena una cicatriz
en el cuello y frecuentaba el Hotel del Pulpo. No le ha quedado ms que la cicatriz, que,
entre sus seas particulares, es sin duda lo de menor valor; no frecuenta otros lugares
que las prisiones, y probablemente dentro de poco ni siquiera sos".
SEORA PEACHUM. Ah, J onatn, no creo que puedas con l. Se trata de Mackie
Navaja: dicen que es el malhechor ms astuto de Londres. Siempre hace lo que quiere!
PEACHUM. Quin es Mackie Navaja? Arrglate, vamos a lo del jefe de polica de
Londres. Y t te vas a Turnbridge.
SEORA PEACHUM. A ver a las muchachas.
La pera de dos centavos
25
PEACHUM. Puesto que el mundo es tan canalla, que es necesario gastarse los zapatos
dando vueltas para que no te los quiten de los pies.
POLLY. Pap, me sentir tan feliz de volver a estrechar la mano del seor Brown.
Los tres avanzan hacia el proscenio, iluminado con luz dorada, y cantan el primer final de dos centavos.
En el cartel se lee:
DE LAS CONTRADICCIONES PROPIAS DE LA VIDA HUMANA
POLLY:
Lo que quiero tanto es?
En mi pobre y triste vida,
una vez enamorarme!
Es acaso tanto ajan?
PEACHUM:
El hombre debe hallar en este mundo
(la vida es breve) su felicidad.
Que goce los placeres de la tierra
y que en lugar de piedras pueda comer pan.
Son stos sus derechos primordiales,
mas quin ha visto nunca que eso pase?
No es justo pretender que se los den!
Ya s que todos tienen sus derechos...
Mas cada cosa va segn su ley!
SEORA PEACHUM:
T eres carne de mi ser,
todo, todo te dara;
porque an cuando porfas,
s que a m me quieres bien.
PEACHUM:
Ser bueno, quin no lo desea ser?
Limosnas a los pobres, por qu no?
Si somos buenos llegar Su luz
y el reino de los cielos llegar.
Ser bueno, quin no lo desea ser?
Mas la desgracia es que en esta tierra
la gente y los medios malos son.
Pues quin no aspira a vivir en calma?
Mas cada cosa va segn su ley!
POLLY Y SEORA PEACHUM:
Es triste: suya es la razn.
Y ofrzcanos Dios su perdn!
PEACHUM:
Es triste: tengo yo razn.
Y ofrzcanos Dios su perdn!
Quin no quisiera en un edn vivir?
Puede alguien recordar que ocurra as? No!
Siempre ocurre al revs.
Tu hermano, que te quiere bien,
no tiene un plato para ti?
Bertolt Brecht
26
Sin ms te pega un puntapi!
Y hay quin quiera ser infiel?
A ti te adora tu mujer,
pero eso no le basta ya?
Sin ms te pega un puntapi!
Qu bella es la gratitud!
Y tu hija, que te quiere bien,
fastidiase con tu chochez?
Sin ms te pega un puntapi!
Qu hermoso es piadoso ser!
POLLY Y SEORA PEACHUM:
Es sa la gran pena,
y eso es el gran asco.
Y ofrzcanos Dios su perdn!
Es triste: suya es la razn.
PEACHUM:
Es triste: tengo yo razn.
Y ofrzcanos Dios su perdn!
Ser bueno en lugar de cruel!
Mas cada cosa va segn su ley!
POLLY Y SEORA PEACHUM:
Ya nada nos podr salvar,
pues todo echse a rodar!
PEACHUM:
Y ofrzcanos Dios su perdn!
Es triste: tengo yo razn.
LOS TRES:
Es sa la gran pena
y eso es el gran asco.
Ya nada nos podr salvar,
pues todo echse a rodar!


ACTO SEGUNDO
IV

J UEVES POR LA TARDE: MACKIE NAVAJ A SE DESPIDE DE SU ESPOSA,
PUES SUPONE QUE AVENTAR LA AMENAZA DE SU SUEGRO HUYENDO
AL PANTANO DE HIGHGATE
La caballeriza.
POLLY (entrando). Mac! Mac, no te asustes!
MACHEATH (echado en la cama)__Qu te pasa? Por qu tienes esa cara, Polly?
POLLY. Estuve con Brown, y tambin fue mi padre, y se han puesto de acuerdo para
prenderte: mi padre lo amenaz con algo terrible, y Brown primero estuvo de tu parte,
pero luego flaque, y ahora tambin l opina que debieras desaparecer por algn
tiempo. Mac, prepara inmediatamente las valijas.
MACHEATH. Pero qu valijas ni valijas. Ven aqu, Polly. Tengo muchas ganas de
La pera de dos centavos
27
hacer contigo otra cosa, y no valijas.
POLLY. No, no es momento para eso. Estoy tan asustada. Todo el tiempo se habl de
la horca.
MACHEATH___Polly, no me gustas cuando te pones caprichosa. Bien sabes que en
Scotland Yard no hay nada contra m.
POLLY. Puede ser que hasta ayer no hubiese nada; pero hoy, de pronto, ha surgido un
montn de cosas. Mira, traje la orden de captura: no s si lo recuerdo todo, es una lista
que no termina nunca. Dicen que mataste a dos comerciantes, que hiciste treinta robos
con fractura, veintitrs asaltos a mano armada, incendios, asesinatos alevosos,
falsificaciones, perjurios: y todo en un ao y medio! Eres un hombre terrible, Mac. Y
en Winchester sedujiste a dos hermanas menores de edad.
MACHEATH. Pues me haban asegurado que eran mayores. Y qu dijo Brown? (Se
levanta lentamente de la cama y recorre el proscenio, silbando pensativo.)
POLLY. Me alcanz en el corredor cuando yo sala, y me dijo que ahora ya nada
poda hacer por ti. Oh, Mac! (Se le cuelga al cuello.)
MACHEATH. Bueno, si tengo que esconderme, t debers hacerte cargo del negocio.
POLLY. No hables ahora de negocios, Mac, no puedo orte. Mejor es que le des un
ltimo beso a tu pobre Polly, y que le jures que nunca, nunca...
Mac la interrumpe bruscamente y la lleva junto a la mesa, obligndola a que se siente en una silla.
MACHEATH. Este es el libro mayor. Escucha bien lo que voy a decirte. Esta es la lista
del personal. (Lee.) Aqu tenemos a J acobo, por otro nombre Ganza; hace un ao y
medio que lo empleamos. Veamos qu ha producido: uno, dos, tres, cuatro, cinco
relojes de oro. No es mucho, pero es trabajo limpio. No te sientes sobre mis rodillas,
Polly, no estoy para eso. Aqu est Walter Sauce Llorn, un tipo sospechoso: vende el
botn por su cuenta. Tres semanas de plazo y... afuera! Lo denuncias a Brown.
POLLY (sollozando). Lo denuncio a Brown.
MACHEATH. J immy II, un granuja sinvergenza; rendidor, pero sinvergenza. Les
quita la sbana debajo del cuerpo a las damas de la mejor sociedad. A ste le das un
adelanto.
POLLY. Le doy un adelanto.
MACHEATH. Roberto Serrucho. Se ocupa de menudencias. No tiene ni una pizca de
talento: no ir a la horca, pero no dejar ninguna herencia.
POLLY. No dejar ninguna herencia.
MACHEATH. En cuanto a lo dems, seguirs viviendo exactamente como hasta ahora:
te levantas a las siete, te lavas, cada tanto te das un bao, etctera.
POLLY. Tienes razn, hay que hacer un esfuerzo y ocuparse del negocio. Lo que es
tuyo, tambin es mo, verdad, Mackie? Y qu hacemos con tus habitaciones, Mac?
No sera mejor entregarlas? Es una pena continuar pagando el alquiler!
MACHEATH. No, an las necesito.
POLLY. Pero para qu? Es un gasto intil!
MACHEATH. J urara que crees que no regresar nunca.
POLLY. Qu dices? Luego podrs alquilar otras!
(6)
Mac... Mac, no puedo ms.
Estoy mirando tu boca mientras hablas, y no comprendo lo que dices. Me sers
siempre fiel, Mac?
MACHEATH. Claro que te ser fiel: te pagar con la misma moneda. Crees acaso que
no te amo? Slo que veo ms lejos que t.
POLLY. . Te estoy tan agradecida, Mac. T te preocupas tanto por m, mientras los
Bertolt Brecht
28
otros te persiguen como perros de presa...
Al or las palabras "perros de presa", Mac se estremece; despus, se levanta, va hacia la derecha, se
despoja del saco y lo tira lejos, se lava las manos.
MACHEATH (presuroso). Las utilidades netas las envas, de ahora en adelante, al
Banco J ack Poole, en Manchester. Dicho sea entre nosotros: es slo cuestin de
semanas, y despus transfiero todo al ramo bancario. Es ms seguro y, adems, ms
rendidor. Dentro de dos semanas como mximo, todo nuestro dinero debe ser retirado
del negocio; luego vas a ver a Brown, y le entregas la lista del personal. Dentro de
cuatro semanas como mximo, toda esta escoria de la humanidad habr desaparecido en
las celdas de Old Bailey.
POLLY. Pero, Mac, cmo puedes mirarlos a los ojos despus de haberlos traicionado
y, casi podra decirse, ahorcados? Todava les puedes estrechar la mano?
MACHEATH. A quin? A Roberto Serrucho, a Moneda Falsa, al Ganza? A esos
pjaros de patbulo? (Entra la banda.) Seores, me alegra verlos.
POLLY. Buen da, seores.
MATAS. Capitn, he conseguido la lista de los festejos de la coronacin. Les aseguro
que nos esperan das de trabajo intenssimo. Dentro de media hora llegar el arzobispo
de Canterbury.
MACHEATH. Cundo?
MATAS. A las cinco y media. Tenemos que salir en seguida, capitn.
MACHEATH. S, deben salir en seguida.
ROBERTO. Qu quiere decir "deben"?
MACHEATH. S, ustedes; porque en lo que a m respecta, me veo obligado a
emprender un viajecito.
ROBERTO. Dios santo! Es que acaso quieren encerrarlo?
MATAS. J ustamente ahora! La coronacin, sin usted, es como una sopa sin
cuchara.
MACHEATH. Cierra el pico! Precisamente por eso delego por corto tiempo en mi
esposa la direccin de la empresa. Polly! (La ubica en su lugar, y se retira hacia el
fondo, observndola desde all.)
POLLY. Muchachos, estoy segura que nuestro capitn puede partir tranquilo.
Nosotros tiraremos del carro. Y en buena forma, verdad, muchachos?
MATAS. No soy yo el ms indicado para hablar; pero no s si una mujer, en un
momento como ste... Naturalmente, eso no va por usted, estimada seora.
MACHEATH (desde el fondo). Qu le contestas, Polly?
POLLY. Pedazo de cochino, bien empiezas! (Grita.) Claro que eso no va por m!
De lo contrario, estos seores te hubiesen bajado los pantalones y te hubiesen molido el
trasero a patadas. No es cierto, seores?
Breve pausa Luego, todos aplauden como endemoniados.
J ACOBO. S, tiene condiciones, pueden creerme.
WALTER. Bravo! La seora capitana sabe hallar la palabra justa. Viva Polly!
MACHEATH. Es un contratiempo que yo no pueda asistir a la coronacin. Un negocio
cien por ciento. Durante el da, todas las casas desiertas; y por la noche, toda la alta
sociedad borracha. A propsito, t bebes demasiado, Matas. La semana pasada has
dado a entender nuevamente que el incendio del hospital de nios de Greenwich era
obra tuya. Si vuelve a suceder algo parecido, quedas despedido. Quin prendi fuego
La pera de dos centavos
29
al hospital de nios?
MATAS. Pero si fui yo!
MACHEATH. Quin lo incendi?
LOS OTROS. Usted, seor Macheath.
MACHEATH. Quin, entonces?
MATAS (malhumorado). Usted, seor Macheath. As ninguno de nosotros podr
llegar alto.
MACHEATH (con un gesto significativo). Oh, no te aflijas, llegars bien alto si se te
mete en la cabeza hacerme la competencia. Acaso se ha odo alguna vez que un
profesor de Oxford permita a sus ayudantes hacerse cargo de sus errores? Se hace cargo
l mismo.
ROBERTO. Gentil seora, disponga usted de nosotros mientras el capitn est ausente.
Rendicin de cuentas todos los J ueves, gentil seora.
POLLY. Todos los jueves, muchachos.
La banda hace mutis.
MACHEATH. Y ahora adis, corazn mo. Cidate mucho y no olvides pintarte todos
los das, tal como si yo estuviese. Eso es muy importante, Polly!
POLLY. Y t, Mac, promteme que no vers a ninguna mujer y que partirs en
seguida. Crelo, tu pequea Polly no te lo dice por celos, sino porque eso tiene mucha
importancia.
MACHEATH. Pero, Polly, por qu debera ocuparme de los trastos viejos? Sabes muy
bien que slo a ti te amo. Apenas el crepsculo se haga ms denso, sacar mi alazn de
cualquier caballeriza, y antes que t veas desde la ventana la luna en el cielo, estar ms
all del pantano de Highgate.
POLLY. Oh, Mac, no me desgarres el corazn! Qudate conmigo, y seamos felices
juntos!
MACHEATH. Soy yo quien se desgarra el corazn, pues debo partir y nadie sabe
cundo podr regresar.
POLLY. Ha sido tan breve, Mac!
MACHEATH. Pero es que ha terminado, acaso?
POLLY. Sabes, anoche tuve un sueo muy triste. So que miraba a travs de la
ventana, y desde la calle llegaba una risa, y mientras me dispona a mirar vi nuestra
luna, y la luna era delgada, delgada, como una moneda muy gastada. No me olvides,
Mac, en las ciudades lejanas.
MACHEATH. Claro que no te olvidar, Polly. Bsame, Polly!
POLLY. Adis, Mac.
MACHEATH. Adis, Polly. (Mutis.)
Msica. Se escucha a lo lejos la voz de Mac:
Tu amor podr o no podr durar,
aqu o en cualquier lugar.
POLLY (sola). Y no volver ms!
Comienzan a sonar las campanas, y Polly dice:
Y ahora la reina en Londres entrar.
Qu ser de nosotros? Qu nos suceder?


Bertolt Brecht
30
INTERMEDIO
Las campanas continan sonando. La seora Peachum y J enny de los bodegones aparecen delante del
teln corrido.
SEORA PEACHUM. Asunto arreglado. Si alguna de ustedes ve a Mackie Navaja en
estos das, que corra al guardia ms prximo y lo denuncie: recibir diez chelines de
premio.
J ENNY. Pero cmo vamos a verlo, si la polica le pisa los talones? Si lo persiguen,
no va a perder tiempo con nosotras.
SEORA PEACHUM. Creme, J enny, aunque lo persiguiese todo Londres, Macheath
no es tipo de cambiar sus costumbres por eso.
El sonido de las campanas se hace cada vez ms intenso.


V

NO SE HABA APAGADO AN EL ECO DE LAS CAMPANAS DE LA
CORONACIN, Y YA MACHEATH SE HALLABA EN EL PROSTBULO DE
TURNBRIDGE. LAS PROSTITUTAS LO TRAICIONAN. ES J UEVES POR LA
NOCHE
Lupanar en Turnbridge. El trajn acostumbrado de la siesta; las chicas, casi todas en camisa, se planchan
la ropa, juegan a las damas, se lavan: idilio burgus
(7)
. J acobo Ganza est sentado leyendo un diario, sin
que nadie le haga caso: da la impresin de que estorbase.
J ACOBO. Hoy no viene.
UNA PROSTITUTA. De veras?
J ACOBO. Creo que ya no vendr nunca ms.
UNA PROSTITUTA. Sera una lstima.
J ACOBO. De veras? Me equivoco mucho si no est ya fuera de la ciudad. Esta vez
las cosas estn que arden.
Entra Macheath, cuelga su sombrero en la pared y se sienta en el sof, junto a la mesa.
MACHEATH. El caf!
LA ZORRA (repite con admiracin). El caf!
J ACOBO (aterrorizado). Pero cmo, no ests en Highgate?
MACHEATH.Hoy es jueves, mi da. Semejantes bagatelas jams alterarn mis
costumbres. (Tira al suelo la orden de captura.) Adems, llueve.
J ENNY (recoge y lee). En nombre del rey, se acusa al capitn Macheath por el delito
de...
J ACOBO (quitndole el papel). Me nombran tambin a m?
MACHEATH. Por supuesto, a todo el personal.
J ENNY (a otra prostituta). Mira, sa es la orden de captura. (Pausa.) Mac, dame tu
mano.
Mac le tiende la mano.
DOLLY. S, J enny, dile la buenaventura: t lo sabes hacer muy bien. (Alumbra con
una lmpara a petrleo.)
MACHEATH. Alguna herencia?
J ENNY. No, ninguna herencia.
La pera de dos centavos
31
BETTY. Por qu pones esa cara, J enny? Das miedo!
MACHEATH. Acaso un viaje?
J ENNY. No, tampoco un viaje.
LA ZORRA. Qu es lo que ves?
MACHEATH.Te recomiendo, di slo lo bueno; lo malo, no!
J ENNY. Oh, veo un lugar estrecho y srdido, y poca luz. Y despus veo una gran T,
que quiere decir traicin por parte de una mujer. Despus veo...
MACHEATH. Alto, alto. Me gustara saber algo ms con respecto a ese lugar estrecho
y srdido, y a la traicin; por ejemplo, el nombre de la mujer que me traiciona.
J ENNY. Veo solamente que empieza con J .
MACHEATH. Entonces te equivocas. Empieza con P.
J ENNY. Mac, cuando en Westminster suenen las campanas de la coronacin, pasars
momentos muy amargos.
MACHEATH. Explcate mejor! (Jacobo re exageradamente.) Qu te pasa? (Corre
junto a Jacobo, y lee con l.) Falso! Fueron solamente tres!
J ACOBO (re).Es lo que yo digo!
MACHEATH (a una prostituta). Linda ropa la que llevas.
UNA PROSTITUTA. Desde la cuna al atad, lo ms importante es siempre la ropa
interior.
VIEJ A PROSTITUTA. Yo nunca uso seda. Los clientes suponen de inmediato que una
est enferma.
J enny se acerca furtivamente a la puerta.
UNA PROSTITUTA (a Jenny). Dnde vas, J enny?
J ENNY. Ya lo vers. (Sale.)
DOLLY. Pero las prendas de hilo no son atractivas.
VIEJ A PROSTITUTA. Yo con el hilo obtengo muy buenos resultados.
LA ZORRA. S, los clientes en seguida se sienten como en su casa.
MACHEATH (a Betty). Siempre prefieres e] encaje negro?
BETTY. S, siempre.
MACHEATH. Y qu ropa usas t?
UNA PROSTITUTA. Yo? Ni caso le hago. A mi cuarto no puedo llevar a nadie, pues
vivo con una ta que se vuelve loca por los hombres... Y se imaginan que en los
zaguanes la ropa interior tiene muy poca importancia.
J acobo re.
MACHEATH. Terminaste?
J ACOBO. No, estoy en el captulo de los estupros.
MACHEATH (sentado nuevamente en el sof). Pero dnde se meti J enny? Mis
queridas seoras, ya mucho antes que mi estrella se elevase sobre esta ciudad...
LA ZORRA. Ya mucho antes que mi estrella se elevase sobre esta ciudad...
MACHEATH. ...viva en condiciones miserables con una de ustedes, hermosas seoras.
Y aunque hoy sea el famoso Mackie Navaja, jams en mi esplendor podr olvidar a las
compaeras de los das oscuros, y menos que a ninguna a J enny, quien entre todas las
muchachas fue la preferida. Atencin!
Mientras Mac canta, se ve a travs de la ventana de la derecha como J enny, con un gesto, llama al polica
Smith. Luego, se acerca a ella la seora Peachum Los tres permanecen debajo de un farol, mirando hacia
el interior del prostbulo.
Bertolt Brecht
32
BALADA DEL RUFIN MAC:
Hermoso fue el tiempo que pas,
en que vivimos juntos ella y yo.
Y cada cual lo suyo utiliz:
el cuerpo ella, la cabeza yo.
La quise mucho, pues ella me nutri!
Y si llegaba un cliente me iba al bodegn,
tomaba all una copa y volva yo,
dicindole al buen hombre: "Mi seor,
sta es su casa; soy su servidor".
Y el tiempo as alegre transcurri,
pues todo en el prostbulo pas!
J ENNY:
Hermoso fue el tiempo que pas,
pues del amor los goces me ense.
Al no llevarle plata, me grit:
"No te descuides: Vender tu camisn!"
(Qu gracia, sin l ocurre todo igual!)
Y entonces me pesqu tal desmedido enojo
que lo trat de imbcil y de andrajoso.
Y entonces l me dio paliza tal
que me mand derecho al hospital.
LOS DOS:
Y el tiempo as alegre transcurri,
pues todo en el prostbulo pas!
Baile. Mac toma el bastn, J enny le alcanza el sombrero Mac sigue bailando hasta que Smith le pone una
mano sobre el hombro.
SMITH. Bueno, es hora de irnos.
MACHEATH. No hay ms que una sola salida en esta maldita cueva?
Smith intenta ponerle las esposas, pero Mac le da un golpe en el pecho. Smith retrocede tambaleante Mac
da un brinco hacia la ventana, pero all lo ataja la seora Pechum con otros policas.
MACHEATH (resignado, muy corts). Seora, mis respetos.
SEORA PEACHUM. Querido seor Macheath! Mi marido siempre dice que los ms
grandes hroes de la historia han tropezado en los umbrales de casas como sta.
MACHEATH. Puedo preguntarle cmo se encuentra su seor esposo?
SEORA PEACHUM. Est mejor, gracias. Siento infinitamente que usted deba
despedirse de estas encantadoras seoritas. Agentes, acompaen al seor a su nueva
residencia. (Mac sale con los policas y la seora Peachum; sta se asoma por la
ventana, desde el exterior.) Hermosas seoras, si desean visitarlo, lo hallarn siempre
en casa: de ahora en adelante el seor se aloja en Od Bailey. Bien saba yo que iba a
encontrarlo entre sus mujerzuelas. Yo me hago cargo de la cuenta. Que les vaya bien,
encantadoras seoras. (Se retira.)
J ENNY. En, J acobo, ha sucedido algo!
J ACOBO (que ha continuado leyendo, sin advertir nada). Dnde est Mac?
J ENNY. Vino la polica!
J ACOBO. Por amor de Dios, y yo leyendo, y leyendo, y leyendo... Qu distrado, qu
La pera de dos centavos
33
distrado! (Mutis.)


VI

TRAICIONADO POR LAS PROSTITUTAS, MACHEATH ES LIBERADO DE LA
CRCEL GRACIAS AL AMOR DE OTRA MUJ ER
Prisin de Old Bailey. Una gran jaula en el centro de la escena. Entra Brown.
BROWN. Quiera Dios que mi gente no lo capture. Dara lo que no tengo porque ahora
galopase ms all del pantano de Highgate y pensase en su J ackie. Pero es tan
irreflexivo... como todos los hombres de talento, por otra parte. Si ahora lo traen aqu y
me mira con sus fieles ojos de amigo, cmo podr soportarlo? Gracias a Dios, hay luna
llena; si en este momento est atravesando el pantano, por lo menos no perder el
sendero. (Ruido afuera.) Qu es eso? Oh, Dios mo, aqu lo traen!
MACHEATH (maniatado con fuertes sogas y escoltado por seis policas, entra con porte
orgulloso). Salud, ilustres guardianes del orden! Gracias a Dios, aqu estamos de
nuevo en nuestro viejo chalet. (Advierte a Brown, que huye al ngulo ms retirado del
lugar.)
BROWN (despus de una larga pausa, vacilante ante la terrible mirada del viejo amigo).
Oh, Mac, no he sido yo... Hice todo lo que pude... Mac, no me mires as... no lo
soporto... Tu silencio es una tortura. (A un polica, rugiendo.) No tires de la cuerda,
estpido... Dime algo, Mac. Dile algo a tu viejo J ackie... Concdele una palabra en su
triste... (No puede continuar: apoya la cabeza en la pared y llora.) Ni siquiera me ha
considerado digno de una palabra. (Mutis.)
MACHEATH. Pobre Brown. Es el remordimiento en persona. Y un tipo as pretende
ser jefe de polica. Hice bien en no gritarle. Primero me lo propuse, pero luego pens
que una mirada profunda y despreciativa le hara correr fro por los huesos. Di en el
clavo. Lo mir, y se puso a llorar amargamente. Es un truco que aprend en la Biblia.
(Entra Smith con las esposas.) Oiga, seor carcelero, me trae las ms pesadas? Con su
permiso, quisiera pedirle unas ms cmodas. (Saca su libreta de cheques.)
SMITH.Pero, mi capitn, las hay de todo precio. Slo depende de lo que usted quiera
invertir. De una a diez libras.
MACHEATH. Y cunto cuesta no ponerme ninguna?
SMITH. Cincuenta.
MACHEATH (mientras extiende un cheque). Lo peor de todo esto es que ahora saltar
el asunto de Lucy. Si Brown se entera de lo que he hecho con su hija, a sus espaldas de
amigo, entonces s que se convertir en un tigre.
SMITH. Y, ya se sabe, el que las hace las paga.
MACHEATH. Seguro que esa pegajosa muchacha ya est esperando afuera. Lindos
das me esperan hasta la ejecucin!
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel
que dice:
BALADA DE LA VIDA AGRADABLE
Diga un poco, seor, es esto vida?
Ningn sabor le puedo ya encontrar.
Desde pequeo tuve por divisa
Bertolt Brecht
34
"Debemos defender el bienestar".
1
Nos hablan de filsofos famosos,
los que devoran libros no comida
en medio de la mugre y los ratones.
Al diablo con tal gnero de vida!
La vida austera djale al simpln,
que a m me dejen ir viviendo en paz,
yo vivo en haragn, en comiln,
y los ideales dejo a los dems.
Lograr ser libre mucho ha de costar!
Debemos defender el bienestar.
2
El valeroso hroe que se arriesga
y goza en el peligro cotidiano,
diciendo de a puados las verdades
que luego leeremos en los diarios.
Al verlo diariamente enflaquecer
y con su esposa siempre pernoctar,
sin otro anhelo que llegar a ver
un mundo nuevo que no llegar,
le preguntamos: "Hroe, para qu?".
Debemos defender el bienestar.
3
A m me hubiera sido muy posible
llegar a ser un verdadero sabio,
mas viendo qu terrible es esa vida
opt por el camino ms amable.
Pobreza siempre implica el gran saber,
y el pobre slo sabe de dolor.
Has sido hroe, sabio, pobre, t?
Entonces ya sabrs lo que es sufrir! Y la divisa debes recordar:
"Debemos defender el bienestar".
Entra Lucy.
LUCY. Eres el ltimo de los canallas! Cmo te atreves a mirarme en la cara,
despus de todo lo que ha pasado entre nosotros?
MACHEATH. Lucy, pero no tienes corazn? No ves en qu situacin se encuentra tu
marido?
LUCY. Mi marido! Eres un monstruo! Crees que no s nada del asunto con la
seorita Peachum! Te sacar los ojos con las uas!
MACHEATH. Lucy, hablando seriamente, no sers tan tonta como para tener celos de
Polly?
LUCY. Acaso no te casaste con ella, bruta bestia?
MACHEATH. Casarme! Esto s que es lindo! Frecuento su casa, le hablo, de vez en
cuando le doy algo as como un beso, y ahora esa tonta cuenta por ah que estamos
casados. Querida Lucy, estoy dispuesto a hacer lo que quieras para tranquilizarte. Y si
crees que te tranquilizaras casndote conmigo, ni una palabra ms. Qu ms puede
La pera de dos centavos
35
decir un caballero? No puede decir nada ms.
LUCY. Oh, Mac, yo slo quiero ser una mujer decente!
MACHEATH. Si crees que lo conseguirs casndote conmigo, ni una palabra ms.
Qu ms puede decir un caballero? No puede decir nada ms.
Entra Polly.
POLLY. Dnde est mi marido? Oh, Mac, ests aqu! No escondas la cara, no tienes
por qu avergonzarte. Soy tu esposa!
LUCY. Oh, pedazo de canalla!
POLLY. Mi Mackie entre rejas! Por qu no huiste a travs del pantano? Me dijiste
que no iras a lo de tus mujeres. Saba muy bien lo que iban a hacerte; pero no te dije
nada, porque tena fe en ti. Mac, te ser fiel hasta la muerte... Ni una palabra, Mac? Ni
una mirada? Oh, Mac, piensa en lo que sufre tu Polly al verte as!
LUCY. Qu mujerzuela barata!
POLLY. Qu significa esto, Mac? Quin es sta? Dile, al menos, quin soy yo. Por
favor, dile que soy tu esposa. Acaso no soy tu esposa? Mrame, acaso no soy tu
esposa?
LUCY. Canalla, falso, hipcrita, de modo que tienes dos mujeres? Monstruo!
POLLY. Pero dime, Mac, acaso no soy tu esposa? No lo he dejado todo por ti?
Llegu inocente y pura al tlamo nupcial, t bien lo sabes. Adems, me delegaste el
mando de la banda, e hice todo como me lo indicaste, y debo decirte de parte de J acobo
que...
MACHEATH. Si pudiesen cerrar el pico slo por dos minutos, todo quedara aclarado.
LUCY. No, no quiero cerrar el pico, no lo soporto. Un ser de carne y hueso no puede
soportar semejante cosa.
POLLY. Querida ma, es natural que la esposa...
LUCY. La esposa!
POLLY. ...que la esposa tenga en este caso una cierta natural precedencia. Por lo
menos, querida ma, en lo que respecta a las formas. Pobrecito, se volver loco con
tantos disgustos.
LUCY. Disgustos! Esto s que es bueno! Cmo pudiste elegir a una tipa como
sta, a esta mocosa mugrienta? Esta es tu gran conquista? Esta es la famosa belleza de
Soho?
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel
que dice:
DO DE LOS CELOS
LUCY:
Ven aqu, belleza de Soho,
mustrame tu cara tan hermosa,
me han repetido ya muchas veces
que en tu barrio eres muy famosa!
Y gran impresin le has causado a mi marido!
POLLY:
Es as! Es as!
LUCY:
Pues te juro que eso me da risa!
POLLY:
Bertolt Brecht
36
Risa, s? Risa, s?
LUCY:
Pero qu ridiculez!
POLLY:
Cmo qu ridiculez?
LUCY:
Que de ti se enamor?
POLLY:
S, de m se enamor!
LUCY:
Ja, ja, ja. Pues no querrs que crea
que hay quien se fije en ti?
POLLY:
Pues tal cosa se ver!
LUCY:
Claro que eso se ver!
Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja...
LAS DOS:
Mackie y yo seremos siempre tortolitos,
y nadie me lo quitar ya.
Jams dej de amarme,
su amor no ha de pasar
por haber llegado sta.
Ridculo!
MACHEATH. Querida Lucy, tranquilzate. Esto no es ni ms ni menos que una
artimaa de Polly. Lo que ella pretende es separarnos; y una vez que me ahorcasen, ira
por ah proclamndose mi viuda. En verdad, Polly, no es ste el momento indicado.
POLLY. Tienes el descaro de repudiarme?
MACHEATH. Y t tienes el descaro de seguir insinuando que estamos casados?
Polly, por qu quieres aumentar mis desgracias? (Sacude la cabeza con aire de
reproche). Polly, Polly!
LUCY. En realidad, seorita Peachum, l se est comprometiendo por su culpa. Y,
adems, es monstruoso de su parte poner nervioso a un hombre que se encuentra en esta
situacin.
POLLY. Me parece que es usted, querida seorita, quien debiera aprender las ms
elementales reglas de decencia, que prescriben que un hombre debe ser tratado con ms
recato delante de su esposa.
MACHEATH. En serio, Polly, t llevas la broma demasiado lejos.
LUCY. Y si lo que usted pretende, querida ma, es hacer un escndalo aqu, me ver
obligada a llamar a un guardia para que le ensee dnde est la puerta. Lo sentira
mucho, querida seorita.
POLLY. Seora! Seora! Seora! Y permtame que todava le diga una cosa:
Querida seorita, esos aires que usted se da le quedan muy mal. Mi deber me obliga a
permanecer junto a mi esposo.
LUCY. Y t qu dices? Qu dices? No quiere irse! La echamos, y no quiere irse!
Debo hablar ms claro, an?
POLLY. Oye, pedazo de porquera, cllate la boca si no quieres que te haga callar yo
de un puetazo, seorita!
La pera de dos centavos
37
LUCY. Te vas o no, chinche pegajosa? Contigo hace falta hablar claro. T no
entiendes lo que es delicadeza.
POLLY. Delicadeza! Si slo por el hecho de hablarte me estoy rebajando.
Comprometo mi dignidad... (Se echa a llorar.)
LUCY. Pero mira un poco mi vientre, estpida. Crees que es humo lo que tengo
adentro? No es suficiente para que te des cuenta?
POLLY. As que ests embarazada? Y todava tienes la desfachatez de hacerte la
seora! Y quin dej que l entrara en tu cuarto, se puede saber?
MACHEATH. Polly!
POLLY (llorando). Esto es demasiado, Mac. No tendra que haber sucedido. Ya no s
ms qu hacer.
Entra la seora Peachum.
SEORA PEACHUM. Lo saba. Estaba con su amante. Ven aqu en seguida,
sinvergenza, perdida. Cuando lo manden a la horca, culgate a su lado, sabes?
Obligar a una honrada mujer como es tu madre a venir a buscarte en la crcel. Y no le
basta una, tiene dos mujeres a su lado este Nern!
POLLY. Djame, mam; t no sabes...
SEORA PEACHUM.A casa ahora mismo.
LUCY. Lo oye? Su mam le ensea cmo debe comportarse.
SEORA PEACHUM. March!
POLLY. Voy, mam. Slo debo... decirle algo, todava... De veras... Es muy
importante, sabes?
SEORA PEACHUM (dndole un bofetn). Tambin esto es importante! Vamos!
POLLY Oh, Mac! (La seora Peachum la arrastra afuera.)
MACHEATH. Lucy, te has portado magnficamente. A m me daba lstima, por eso no
la trat como se mereca. Verdad que primero pensaste que haba algo de cierto en lo
que ella deca? Tengo razn?
LUCY. S, lo pens, amor mo,
MACHEATH. Si hubiese pasado algo, su madre no me habra arrastrado a esta
situacin. Oste cmo se expres de m? Una madre puede tratar as a un seductor, pero
jams al propio yerno.
LUCY. Soy tan feliz al orte hablar con ese acento de verdad. Te quiero tanto, que
casi preferira verte suspendido de una cuerda que en brazos de otra mujer. No es
extrao?
MACHEATH. Lucy, a ti quisiera deberte la vida.
LUCY. Es maravilloso ortelo decir: reptelo otra vez.
MACHEATH. Lucy, a t quisiera deberte la vida.
LUCY. Debo huir contigo, tesoro?
MACHEATH - Sabes, si huimos juntos ser ms fcil que nos descubran; en cambio,
apenas dejen de buscarme te mandar llamar, y sin prdida de tiempo, puedes
imaginrtelo !
LUCY. Cmo puedo ayudarte?
MACHEATH. Alcnzame el sombrero y el bastn! (Lucy regresa con el sombrero y el
bastn, que entrega a Mac a travs de las rejas.) Lucy, el fruto de nuestro amor, que t
llevas en el vientre, nos unir eternamenente.
Lucy se va y aparece Smith.
Bertolt Brecht
38
SMITH (entrando en la jaula). Venga ese bastn.
Despus de una breve caza, que Smith lleva adelante con una silla y su propio bastn de polica, y durante
la cual Mac se desplaza al estilo de las fieras acosadas por el domador, el bandido salta fuera de la jaula y
huye perseguido por otros guardias.
BROWN (fuera de escena). Mac! Mac! Mac!... Por favor, Mac, respndeme, es
J ackie que te llama. Mac, por favor, respndeme, no lo puedo resistir ms. (Entra)
Mackie! Qu ha pasado? Oh, logr escapar! Dios sea loado! (Se sienta en el banco.)
Entra Peachum.
PEACHUM (a Smith). Me llamo Peachum. Vengo a cobrar las cuarenta libras de
premio por la captura del bandido Macheath. (Frente a la jaula.) Hola, est el seor
Macheath, aqu? (Brown calla.) Ah, pero muy bien! El otro caballero se ha ido de
juerga? Espero encontrar a un bandolero, y a quien veo? Al seor Brown! Brown, el
Tigre est en la jaula, y su amigo Macheath se ha ido.
BROWN (gimiendo). Oh, seor Peachum, no es culpa ma.
PEACHUM. Por supuesto que no! Cmo va a ser culpa de usted? No se iba a meter
usted mismo en una... situacin como sta! Imposible, Brown!
BROWN. Seor Peachum, estoy fuera de m.
PEACHUM. Le creo. Su situacin es terrible.
BROWN. S, es esta sensacin de impotencia lo que me paraliza. Estos sinvergenzas
hacen lo que quieren! Es tremendo, tremendo.
PEACHUM. No quiere recostarse un poco? Cierre los ojos aunque ms no sea, y haga
como si nada hubiese ocurrido. Imagnese estar en un hermoso prado, bajo un cielo azul
de nubes blancas, y sobre todo qutese de la cabeza todas estas cosas desagradables. Las
que han sucedido, y las que estn por llegar.
BROWN (inquieto). Qu quiere decir?
PEACHUM. Usted tiene mucha entereza. Yo, en su lugar, estara por el suelo, me
metera en la cama y tomara un t caliente. Y slo me preocupara de que alguien me
pusiese una mano tranquilizadora sobre la frente.
BROWN. Pero, demonios, qu culpa tengo yo si ese granuja se ha hecho humo. La
polica no puede hacer nada.
PEACHUM. As que la polica no puede hacer nada? Usted no cree que volveremos
a ver por aqu al seor Macheath? (Brown hace un gesto de duda.) Entonces, tendr que
soportar una terrible injusticia. Por supuesto, se dir de nuevo que la polica no debi
dejarlo escapar. Y, adems, tengo mis dudas acerca de si el brillante desfile de la
coronacin se realizar como es debido.
BROWN. Qu significa eso?
PEACHUM: Me permito recordarle un precedente histrico, que si bien en su poca
mil cuatrocientos aos antes de Cristo hizo mucho ruido, hoy es casi totalmente
desconocido. Cuando muri el rey Ramss II de Egipto, el jefe de polica de Nnive,
hoy Cairo, incurri en una pequea falta contra las capas inferiores de la poblacin
local. Ya en aquel entonces las consecuencias fueron terribles. Segn puede leerse en
los libros de historia, el cortejo de la coronacin de Semramis, heredera del trono, se
convirti a causa de la vivsima participacin de las capas inferiores de la poblacin, en
una cadena de catstrofes. Los historiadores se muestran horrorizados por el terrible
castigo reservado por Semramis al jefe de polica. Slo tengo un vago recuerdo, pero s
que se trataba de serpientes a las que ella alimentaba con su propio seno.
La pera de dos centavos
39
BROWN. De veras?
PEACHUM. Que Dios lo ampare, Brown. (Sale.)
BROWN. Ahora ya no nos queda otro recurso que el puo de hierro. Atencin,
sargentos! Alarma!
Macheath y J enny de los bodegones aparecen delante del teln y cantan el
FINAL DEL SEGUNDO ACTO
MAC:
Seores que pretenden reformarnos,
venciendo nuestro instinto criminal;
primero traten de alimentarnos:
comer primero, luego la moral!
Ustedes que no olvidan nuestro honor cuidar,
sin que por ello dejen de engordar,
escuchen esto: Por ms vueltas que le den,
comer primero, luego la moral!
Posible debe ser que hasta el ms pobre
del pan del mundo corte su pedazo!
VOCES DESDE ADENTRO:
De qu vive el hombre?
MAC:
S, de qu vive, pues?
De lo que a diario
engaa, muerde, mata y consigue robar.
Y as podr vivir: si bien del todo
logra olvidar que an un hombre es.
CORO:
Seores, no se hagan ilusin,
el hombre slo vive haciendo el mal.
2
J ENNY:
Seores que pretenden ensearnos
en qu momento debe darse el s,
primero traten de alimentarnos:
comer primero, luego la moral!
Ustedes que decencia nos exigen hoy,
aunque maana vengan a gozar,
escuchen esto: Por ms vueltas que le den,
comer primero, luego la moral!
Posible debe ser que hasta el ms pobre
del pan del mundo corte su pedazo!
VOCES DESDE ADENTRO:
De qu vive el hombre?
J ENNY:
S, de qu vive, pues?
De lo que a diario
engaa, muerde, mata y consigue robar.
Y as podr vivir: si bien del todo
Bertolt Brecht
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logra olvidar que an un hombre es.
CORO:
Seores, no se hagan ilusin,
el hombre slo vive haciendo el mal.


ACTO TERCERO

VII

ESA MISMA NOCHE, PEACHUM SE PREPARA PARA LIBRAR COMBATE. CON
UNA MANIFESTACIN DE LOS MISERABLES PROYECTA PERTURBAR EL
CORTEJ O DE LA CORONACIN
La ropera de Peachum. Los mendigos pintan carteles con leyendas como "He dado mis ojos al rey",
"Vctima de la violencia militar", etctera.
PEACHUM. Seores, en nuestras once sucursales desde Drury Lae hasta
Turnbridge mil cuatrocientas treinta y dos personas trabajan, como ustedes lo estn
haciendo aqu, en la preparacin de carteles que nos servirn para asistir a la coronacin
de nuestra reina.
SEORA PEACHUM. Vamos! Vamos! Si no tienen ganas de trabajar, no pretendan
ser mendigos. Quieres ser ciego y no eres capaz de hacer una "O" como la gente? Este
cartel hay que escribirlo con letra infantil, es un viejo quien lo lleva.
Redoble de tambor.
MENDIGO. En este momento se forma la guardia de la coronacin. El da ms
hermoso de su vida militar! Y ni siquiera se imaginan que justamente hoy tendrn que
vrselas con nosotros.
FILCH (entra y anuncia con tono oficial). Seor Peachum, aqu llega una docena de
pollitas trasnochadas. Dicen que vienen por su dinero.
Entran las prostitutas.
J ENNY. Seora ma...
SEORA PEACHUM. Supongo que quieren el dinero por lo de Macheath, no? Pues no
recibirn ni un penique, entienden? Ni un penique!
J ENNY. Qu quiere decir con eso?
SEORA PEACHUM: Irrumpir en mi casa en mitad de la noche! En una casa decente
a las tres de la maana! Hubieran hecho mejor en irse a descansar del trajn de tan
agitada profesin. Tienen cara de leche vomitada!
J ENNY. De modo, seora, que no recibiremos el honorario estipulado por entregar al
seor Macheath a la justicia?
SEORA PEACHUM. Precisamente. Y les dar un palo en la cabeza en vez del premio
a la traicin!
J ENNY. Y por qu, estimada seora?
SEORA PEACHUM. Porque ese distinguidsimo seor Macheath se ha escapado de
nuevo. Por eso. Y ahora fuera de esta casa honorable, queridas seoritas.
J ENNY.Esto es el colmo! Con nosotras no se juega. Se lo advierto: no se juega!
SEORA PEACHUM. Filch, estas damas desearan que se las acompaase hasta la
puerta.
La pera de dos centavos
41
Filch se dirige hacia las mujeres, J enny lo aparta de un empujn.
J ENNY. Le ruego que sujete su maldita lengua, de otro modo pudiera suceder que...
Entra Peachum.
PEACHUM. Qu ha pasado? Espero que no le habrs dado ni un solo penique. Y
bien, seoritas, cmo estn ustedes? Est preso' el seor Macheath, o no?
J ENNY. Por qu no la termina con el seor Macheath. Usted ni siquiera es digno de
besarle los pies. Anoche mismo no pude atender a un cliente de tanto que moj mi
almohada, con lgrimas de arrepentimiento, por haber vendido as a ese caballero. S,
queridas mas, y saben qu sucedi esta madrugada? Hace apenas una hora me haba
dormido a fuerza de llorar, cuando oigo un silbido, y quin estaba en la calle?
J ustamente el hombre por el cual lloraba, y me pide que le tire la llave. En mis brazos
quiso olvidar la traicin que yo haba cometido. Es el caballero ms distinguido de
Londres, queridas mas. Y si nuestra colega Suky Tawdry no est ahora junto a
nosotras, es porque l, despus de haberme consolado, fue a consolarla tambin a ella.
PEACHUM (meditabundo). Suky Tawdry...
J ENNY. Exacto. Y ahora dgame si no es verdad que usted ni siquiera es digno de
besarle los pies. Vil delator!
PEACHUM. Filch, vete corriendo a la comisara ms prxima y diles que el seor
Macheath est con la seorita Suky Tawdry. (Filch sale.) Pero, queridas seoras, por
qu peleamos? Ustedes recibirn su dinero, qu duda cabe. Querida Celia, haras mejor
yendo a preparar caf para estas seoritas, en lugar de estar ah insolentndote.
SEORA PEACHUM (saliendo). Suky Tawdry!
PEACHUM (a los mendigos). Vamos! Vamos! Todos ustedes hubiesen reventados
en las cloacas de Turnbridge, si en mis noches de insomnio yo no hubiese descubierto el
mtodo para hacer nacer peniques de vuestra pobreza. Pues me he dado cuenta que los
poderosos pueden, s, provocar la miseria; pero no pueden contemplarla. Porque son
unos dbiles y unos imbciles como ustedes. Y aunque se llenen las tripas hasta el fin de
sus das, y aunque puedan untar el piso con manteca, para que queden engrasadas hasta
las migas que caen de sus mesas, todava no son capaces de soportar con indiferencia a
un hombre que desfallece de hambre; pero es imprescindible, eso s, que el hombre se
desmaye delante mismo de sus ventanas.
Entra la seora Peachum con una bandeja llena de tazas de caf.
SEORA PEACHUM. Maana pueden pasar por aqu a retirar el dinero; pero despus
de la coronacin, eh?
J ENNY. Seora Peachum, no tengo palabras...
PEACHUM. Atencin! Dentro de una hora nos reuniremos frente al palacio de
Buckingham. March!
Los mendigos forman fila.
FILCH (entra corriendo).La polica! Ni siquiera pude llegar hasta la comisara. Ya
estn aqu!
PEACHUM. A esconderse! (A la Seora Peachum.) Avisa a los msicos, rpido. Y
cuando me oigas decir "inofensivo", entiendes?, i-no-fen-si-vo...
SEORA PEACHUM. Inofensivo? No entiendo nada.
PEACHUM. Ya s que no entiendes nada. De modo que cuando diga "inofensivo"...
(Llaman a la puerta.) Gracias a Dios tenemos la solucin... "inofensivo", atacan una
Bertolt Brecht
42
msica cualquiera. Vete!
La seora Peachum sale con los mendigos. Estos, menos la muchacha del cartel "Vctima de la violencia
militar", se esconden con todos sus tiles de trabajo detrs del ropero de la derecha. Entra Brown y sus
guardias.
BROWN. Bueno, comportmonos ahora como gente seria, seor protector del
mendigo. Esposarlo en seguida, Smith! Oh, aqu tenemos algunos encantadores
carteles! (A la muchacha) "Vctima de la violencia militar". Eso es usted acaso?
PEACHUM. Buen da, Brown, buen da, ha descansado bien?
BROWN. Cmo?
PEACHUM. Buenas, Brown.
BROWN. Me lo dice a m? Acaso los conoce a ustedes? No creo tener el placer de
conocerlo.
PEACHUM. De veras que no? Buenas, Brown.
BROWN. Qutenle el sombrero de la cabeza.
Smith lo hace.
PEACHUM. Vea, Brown, aprovechando la oportunidad de que usted est de paso por
aqu digo "de paso", Brown , voy a pedirle que de una vez por todas ponga a buen
recaudo a un tal Macheath.
BROWN. Este hombre est loco. No se ra, Smith. Dgame, Smith, cmo es posible
que ese notorio delincuente circule libremente por Londres?
PEACHUM. Porque es amigo suyo, Brown.
BROWN. Quin?
PEACHUM. Mackie Navaja. Yo no, por supuesto. Yo no soy un delincuente, soy un
pobre diablo. Pero usted no puede hacerme dao. Brown, usted est por pasar el peor
momento de su existencia. Quiere un caf? (A las prostitutas) Muchachas, den un poco
de caf al seor jefe de polica, acaso no saben comportarse? Pongmonos de acuerdo.
Atengmonos todos a la ley! La ley se ha hecho pura y exclusivamente para explotar a
aquellos que no la entienden, o a quienes la miseria impide respetarla. Y quien quiera
obtener su mendrugo de esa explotacin, debe atenerse estrictamente a la ley.
BROWN. De modo que usted considera que nuestros jueces son corruptibles?
PEACHUM. Al contrario, seor mo, al contrario! Nuestros jueces son absolutamente
incorruptibles: ninguna suma puede inducirlos a hacer justicia. (Segundo redoble de
tambor.) Las tropas destinadas a guardar el orden se ponen en marcha. Los ms
miserables entre los miserables se pondrn en marcha media hora ms tarde.
BROWN. S, seor Peachum, perfectamente. Dentro de media hora los ms miserables
entre los miserables se pondrn en marcha hacia Old Bailey, para la prisin, a cuarteles
de invierno. (A los guardias.) Adelante, muchachos, llvense a todos los que estn aqu.
Llvense a todos los patriotas que encuentren aqu adentro. (A los mendigos.) Haban
odo hablar alguna vez de Brown, el Tigre? Esta misma noche, Peachum, encontr la
solucin y, lo digo verdaderamente satisfecho, he salvado a un amigo del peligro de
muerte. Simplsimo, no hago ms que fumigar el hormiguero. Y los encierro a todos...
por qu supone usted? ...los encierro a todos por mendicidad. Si no me equivoco,
usted insinu que nos echara encima, a m y a la reina, justamente hoy, todos los
mendigos de Londres. Y yo arresto a esos mendigos. Mira y aprende!
PEACHUM. Muy bien, pero qu mendigos?
BROWN. Todos estos estropeados.
La pera de dos centavos
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PEACHUM. Brown, permtame que lo ponga en guardia contra su precipitacin: por
fortuna, Brown, usted ha llegado hasta m. Vea, Brown, usted puede arrestar a estos dos
o tres pobrecitos; por supuesto que puede hacerlo; son inofensivos, i-no-fen-si-vos...
La msica ataca. A manera de preludio, se escuchan los primeros compases de la "Cancin de la
inutilidad de los esfuerzos humanos".
BROWN. Qu es eso?
PEACHUM. Msica. Tocan como pueden, por supuesto. La "Cancin de la inutilidad
de los esfuerzos humanos". No la conoce? Escuche y aprenda!
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel
que dice:
CANCIN DE LA INUTILIDAD DE LOS ESFUERZOS HUMANOS
1
Cabeza hay que tener,
mas no te bastar;
pues hoy de tu cabeza
slo el piojo vivir.
Para aqu poder vivir
astucia has de tener;
pues si t no la tienes
te vas a chasquear.
2
Planeas todo bien,
pues sabio eres t,
y haces nuevos planes;
pero todo sale mal.
Para aqu poder vivir
malvado debes ser;
pues los que tienen honradez,
mueren sin ms.
3
Correr! Correr! Correr!
La dicha escapar,
pues todos corren tras de ella
y ella queda atrs.
Para aqu poder vivir
los miramientos dejars;
si cuidas el honor,
t nunca has de llegar!
PEACHUM. Su plan, Brown, era genial, pero irrealizable. Aqu podr arrestar como
mximo un par de muchachos, quienes para poner de manifiesto su alegra por la
coronacin de su reina preparaban un baile de mscaras. Si llegasen los autnticos
miserables (aqu ni siquiera hay uno solo), vendran por millares. Esa es la cuestin:
usted se olvid de la inmensa cantidad de pobres que hay en Londres. Si se ubican
delante de la iglesia, no ser ciertamente un hermoso espectculo. Sabe usted lo que es
una eczema en flor? Y si fuesen ciento veinte eczemas florecidas? Nuestra graciosa
majestad tiene debilidad por las flores, pero no por las eczemas florecidas. Y una fila
Bertolt Brecht
44
de mutilados en el atrio de la iglesia? Mejor evitarlo, Brown. Claro que usted puede
decir que la polica los disolver fcilmente. Pero qu impresin causara si, en medio
de la coronacin, seiscientos pobres estropeados fuesen tomados a golpes? Oh, muy
mala impresin! Dara asco! Sera para descomponerse! Oh, Brown, me desmayo al
slo pensarlo. Una sillita, por favor.
BROWN (a Smith). Esto es una amenaza. Smith, esto es un chantaje. Nada podemos
hacer contra este hombre si pretendemos mantener el orden pblico. Absolutamente
nada! Algo nunca visto.
PEACHUM. Pues ahora se ve. Quiero decirle una cosa: en lo que respecta a la reina de
Inglaterra, usted puede comportarse como le plazca; pero en cuanto le pise un pie al ms
miserable de los habitantes de Londres, mi querido seor Brown, el Tigre, habr
terminado de rugir para siempre.
BROWN. De modo, entonces, que debo arrestar a Mackie Navaja. Arrestarlo? Se
dice muy pronto. Pero para arrestar a un hombre, primero en necesario tenerlo.
PEACHUM. En eso estoy de acuerdo con usted. Pero yo le conseguir el hombre; y
veremos, entonces, si hay moral todava. J enny, dnde se encuentra el seor
Macheath?
J ENNY. Oxford Street, 21; en lo de Suky Tawdry.
BROWN. Smith, vaya en seguida a lo de Suky Tawdry, nmero 21 de Oxford Street.
Arreste a Macheath y llvelo a Old Bailey. Entretanto ir a ponerme el uniforme de
gala. J ustamente hoy tengo que ponerme el uniforme de gala.
PEACHUM. Brown, si a las seis no est ahorcado...
BROWN. Oh, Mac, no hay caso! (Sale con los guardias.)
PEACHUM (mientras sale Brown le grita). Aprendi algo, Brown? (Tercer redoble de
tambor.) Tercer redoble de tambor. Se cambia el plan de marcha. Nuevo rumbo: prisin
de Old Bailey. March!
Los mendigos salen Peachum canta
Al hombre y su maldad
se deben castigar,
y nunca unos golpes
en la nuca le hacen mal.
Para aqu poder vivir
el hombre ha de saber
que una paliza cada tanto...
cae muy bien!


VIII

LUCHA POR LA PROPIEDAD
(8)


Habitacin de doncella en Old Bailey
SMITH. Seorita, la seora Polly Macheath quisiera hablarle.
LUCY. La seora Macheth? Dile que entre.
Entra Polly.
La pera de dos centavos
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POLLY. Buen da, seora. Mis respetos, seora.
LUCY. En qu puedo servirla?
POLLY. Me reconoce?
LUCY. Naturalmente.
POLLY. Vengo a pedirle perdn por mi comportamiento de ayer.
LUCY. Muy interesante.
POLLY. . En verdad, mi comportamiento de ayer no puede justificarse... si no se tiene
en cuenta mi propia desgracia.
LUCY. Claro, claro.
POLLY. Estimada seora, debe perdonarme. Ayer estaba enormemente irritada por la
conducta del seor Macheath. Realmente, l no debiera habernos llevado a una
situacin como sta, verdad? Puede tambin decrselo, si lo ve.
LUCY. Yo... yo... no lo veo.
POLLY. S que lo ve.
LUCY. No, no lo veo.
POLLY. Perdneme.
LUCY. A usted la quiere mucho.
POLLY . Oh, no; slo la quiere a usted. Ahora estoy segura.
LUCY. Muy gentil.
POLLY. Pero un hombre, seora, siempre teme a la mujer que lo ama demasiado. Y
por eso sucede que luego descuida y evita a tal mujer. Me di cuenta en seguida que l
tena con usted ciertas obligaciones, que yo realmente no poda prever.
LUCY. Lo dice sinceramente?
POLLY. Por supuesto, sincersimamente, gentil seora. Le ruego...
LUCY. Querida seorita Polly, las dos lo hemos querido demasiado.
POLLY. Quiz sea eso. (Pausa.) Y ahora, seora, quiero contarle cmo sucedi todo.
Hace diez das vi por primera vez al seor Macheath en el Hotel del Pulpo. Tambin
estaba mi madre. Cinco das ms tarde es decir, ms o menos anteayer nos
casamos. Ayer supe que la polica lo buscaba por varios delitos. Y hoy no s qu
suceder. De donde surge, seora, que hace solamente doce das ni siquiera hubiese
soado que llegara a depender tanto de un hombre.
Pausa.
LUCY. La entiendo, seorita Peachum.
POLLY. Seora Macheath.
LUCY. Seora Macheath.
POLLY. Adems, en las ltimas horas he pensado mucho en ese hombre. No es fcil,
por supuesto. Vea, seorita, por el comportamiento que l tuvo ayer con usted, debo
envidiarla sinceramente. Cuando, obligada por mi madre, tuve que abandonarlo, ni
siquiera una sombra de pesar atraves su rostro. Acaso no tenga corazn, y en su lugar
haya una piedra. Qu opina usted, Lucy?
LUCY. S, querida seorita; pero no s si toda la culpa debe atribursele al seor
Macheath. Usted tendra que haber permanecido en su ambiente, querida seorita.
POLLY. Seora Macheath.
LUCY. Seora Macheath.
POLLY. S, es verdad. O por lo menos hubiese tenido que escuchar a pap, y basar
todas nuestras relaciones en un acuerdo comercial.
LUCY. Por supuesto.
Bertolt Brecht
46
POLLY (llora). Pero si l es todo lo que tengo.
LUCY. Querida ma, es una desgracia que puede sucederle hasta a la ms inteligente
de las mujeres. Pero dado que usted es oficialmente su esposa, eso debera
tranquilizarla. Pobrecita, no puedo soportar su abatimiento. Quiere alguna cosita?
POLLY. Cmo?
LUCY. Comer algo!
POLLY. Oh, s, gracias; comer algo.
Lucy sale.
POLLY (para s)Qu canalla!
LUCY (vuelve con caf y masas). Bueno, esto le har bien.
POLLY. Cunta molestia, seora. (Pausa. Comen.) Qu lindo retrato tiene usted de
l! Cundo se lo trajo?
LUCY. Cmo "trajo"?
POLLY (inocente). Quiero decir, cundo se lo trajo l aqu.
LUCY. Pero si no me lo trajo.
POLLY. Ah, se lo dio personalmente en esta habitacin.
LUCY. J ams estuvo en esta habitacin.
POLLY. Ah, comprendo. Pero qu importancia hubiese tenido? Las sendas del
destino son tan intrincadas!
LUCY. Djese de tantos desatinos! Ha venido aqu slo por curiosear?
POLLY. Usted sabe dnde est, no es cierto?
LUCY. Yo? Cmo, no lo sabe usted?
POLLY. Dgame en seguida dnde est.
LUCY. No tengo la menor idea.
POLLY. Entonces, no sabe dnde est? Palabra de honor?
LUCY. No, no lo s. Y usted tampoco lo sabe?
POLLY. No, eso es lo increble. (Polly re. Lucy llora.) Tiene los con dos mujeres, y
levanta vuelo.
LUCY. No lo soporto ms. Ah, Polly, es terrible.
POLLY (alegremente). Estoy tan contenta de haber encontrado, en medio de toda esta
tragedia, una amiga como t. Algo es algo. Quieres comer un poco de esta torta?
LUCY. Esta torta! Oh, Polly, no seas tan buena conmigo. De veras, no me lo
merezco. Oh, Polly, los hombres no son dignos de las penas que nos causan.
POLLY. De acuerdo, los hombres no son dignos, pero qu le vamos a hacer?
LUCY (deteniendo a Polly, que intenta arreglar algunas cosas). No, deja, luego
acomodo yo. Polly, no te lo tomars a mal?
POLLY. Qu cosa?
LUCY. Esto! (Se seala el propio vientre.) Y todo lo hice por ese delincuente.
POLLY (riendo). Ah, esto s que es grandioso! De modo que era postizo! Oh, qu
canalla eres! Pues bien... quieres a tu Mackie? Te lo regalo. Si lo encuentras, te lo
guardas! (Se oyen voces y pasos en el corredor.) Qu pasa?
LUCY (mirando por la ventana). Mackie! Lo han prendido de nuevo!
POLLY (desplomndose en tierra). Ahora todo ha terminado.
Entra la seora Peachum.
SEORA PEACHUM. Oh, Polly, por fin te encuentro. Cmbiate, estn por ajusticiar a
tu marido. Te traje un vestido de luto. (Polly se pone el vestido negro.) Lucirs muy
La pera de dos centavos
47
linda como viuda. Bueno. .. pero no pongas esa cara tan triste!


IX

VIERNES POR LA MAANA, A LAS 5: MACKIE NAVAJ A, QUE OTRA VEZ HA
IDO AL PROSTBULO, HA VUELTO A SER TRAICIONADO POR LAS
PROSTITUTAS. SU MUERTE AHORA YA ES SEGURA
Celda mortuoria Se oyen sonar las campanas de Westminster. Los guardias traen a Macheath encadenado
SMITH. Pngalo aqu. Las campanas de Westminster estn tocando por primera vez.
Qudese derecho, como se debe; no quiero saber por qu tiene ese aire fnebre.
Supongo que ser de vergenza. (A los guardias.) Cuando las campanas toquen por
tercera vez, y eso ocurrir a las seis, tendr que estar ahorcado. Preparen todo.
GUARDIA. Hace ya un cuarto de hora que todas las calles de Newgate estn atestadas
de gente de toda clase, al punto de no poder pasar.
SMITH. Qu raro! Cmo lo supieron?
GUARDIA. Si sigue as, dentro de un cuarto de hora lo sabr todo Londres. Y todos
los que se aprestaban a formar parte del cortejo de la coronacin, vendrn aqu. Y la
carroza de la reina pasar por calles desiertas.
SMITH. Debemos actuar a todo vapor. Si a las seis hemos terminado, la gente tendr
tiempo de estar en el cortejo para las siete. En marcha, pues.
MACHEATH. Oiga, Smith, qu hora es?
SMITH. No tiene ojos? Las cinco y cuatro minutos.
MACHEATH. Las cinco y cuatro minutos.
Cuando Smith cierra la puerta exterior de la celda, llega Brown.
BROWN (a Smith, de espaldas a la celda). Est adentro?
SMITH. Quiere verlo?
BROWN. No, no, no; por amor de Dios, arrglese usted solo. (Mutis.)
MACHEATH (de pronto, en un rapidsimo susurro). Bueno, Smith, no le dir nada;
ninguna tentativa de soborno, no tenga miedo. Lo s todo. Si usted aceptase algo,
debera, por lo menos, abandonar el pas. Por supuesto, no podra hacer otra cosa. Para
eso necesitara tanto dinero como para atender a sus necesidades por vida. Mil libras,
verdad? No diga nada. Dentro de veinte minutos le dir si podr tener esas mil libras
hoy a medioda. Nada de sentimentalismos. Salga y pinselo seriamente. La vida es
corta y el dinero escaso. Ni siquiera estoy seguro de poder conseguirlas. Pero deje entrar
aqu a todos los que quieran verme.
SMITH (lentamente). Tonteras, seor Macheath. (Mutis.)
MACHEATH (en voz baja, rapidsimo):
Escuchen cmo claman por piedad!
Macheath no est tendido en el verdor:
en una horrible fosa quedar,
adonde el cruel destino lo llev.
Dios quiera que se escuche tal clamor,
pues altos muros hay en derredor!
Amigos, no preguntan dnde est?
A la salud de un muerto brindarn
Bertolt Brecht
48
si pronto no lo ayudan a escapar.
Harn que eterno sea su sufrir?
(9)

Matas y J acobo aparecen en el corredor: quieren ver a Macheath. Smith los interpela.
SMITH. Qu te pasa, muchacho? Pareces un arenque lavado.
MATAS. Desde que el capitn se fue, tengo que embarazar a todas nuestras mujeres
para que lo puedan esgrimir como atenuante. Necesitara ser un padrillo para cumplir
bien con esa obligacin! Tengo que hablar con el capitn.
Entran los dos en lo de Macheath.
MACHEATH. Las cinco y veinticinco. Han tardado bastante.
J ACOBO. Al fin y el cabo...
(10)

MACHEATH. Al fin y al cabo, al fin y al cabo, sabes que estoy por ser ahorcado?
Pero ni tiempo me queda para enojarme con ustedes. Las cinco y veintiocho. Pronto,
cunto pueden sacar en seguida de sus depsitos personales?
MATAS. De nuestros...? A las cinco de la maana?
J ACOBO. Pero en serio hemos llegado a eso?
MACHEATH. Cuatrocientas libras, sera posible?
J ACOBO. Ah, y nosotros? Eso es todo lo que hay.
MACHEATH. Son ustedes los que van a ser ahorcados, o yo?
MATAS (asperamente). Y quin se qued con Suky Tawdry, en vez de esfumarse
de una vez por todas? Nosotros o t?
MACHEATH. Cierra tu condenado pico. Pronto me encontrar en un lecho muy
distinto al de esa pelandusca. Las cinco y media.
J ACOBO. Bueno, debemos hacerlo, Matas.
SMITH. El seor Brown me manda preguntar qu quiere para la l... qu quiere de
comer.
MACHEATH. Djenme en paz. (A Matas.) En definitiva, ests de acuerdo o no? (A
Smith.) Esprragos.
MATAS. No te permito que me grites.
MACHEATH. Pero si no te grito. Slo que... Bueno, Matas, dejars que me
ahorquen?
MATAS. Por supuesto que no dejar que te ahorquen. Quin dice eso? Pero es todo
lo que tenemos. Cuatrocientas libras es todo lo que hay. Al menos puedo decirlo, no?
MACHEATH. Las cinco y treinta y ocho...
J ACOBO. Bueno, Matas, ahora apurmonos. Si no, ya no harn falta.
MATAS. Siempre que podamos pasar: hay tanta gente. Qu chusma!
MACHEATH. Si no estn aqu dentro de cinco o seis minutos, ya no me volvern a
ver. (Grita.) No me volvern a ver...
SMITH. Ya se han ido. Bueno, cmo va la cosa? (Hace como si contase dinero.)
MACHEATH. Cuatrocientas. (Smith se va haciendo un gesto de desprecio. Mac grita.)
Tengo que hablar con Brown.
SMITH (vuelve con los guardias). Tienen el jabn?
GUARDIA. S, pero no es del bueno.
SMITH. Espero que en diez minutos hayan armado aquello...
GUARDIA. S, pero la trampa no funciona bien.
SMITH. Es necesario que todo est en orden. Las campanas han tocado ya por
segunda vez.
La pera de dos centavos
49
GUARDIA. Qu asco!
MACHEATH (canta):
Qu mal lo est pasando hoy Macheath!
Ahora s que todo se acab!
Ustedes, cuyo nico ideal
la asquerosa plata siempre fue,
eviten que en la fosa quede l.
Existe un remedio eficaz:
ver a la reina y pedir perdn.
Si todos corren a peticionar,
lo que se pide no podr negar.
Harn que eterno sea su sufrir?
SMITH. No puedo dejarla entrar. Usted tiene el nmero diecisis. No le ha llegado el
turno, todava.
POLLY. Pero qu nmero diecisis, ni nmero diecisis. No haga el burcrata. Soy su
esposa y tengo que hablarle.
SMITH. Pero nada ms que cinco minutos, eh?
POLLY. Pero qu cinco minutos, ni cinco minutos. Estupideces! Cinco minutos! Lo
que tenemos que decirnos no se puede decir as noms. Tenemos que despedirnos para
siempre. Y eso siempre exige largos discursos entre marido y mujer... Pero dnde est?
SMITH. Cmo, no lo ve?
POLLY. Pero claro, naturalmente. Gracias.
MACHEATH. Polly!
POLLY. S, Mackie, soy yo.
MACHEATH. Pero claro, naturalmente.
POLLY Cmo ests? Ests muy abatido? No es para menos, claro.
MACHEATH. Claro, y t qu hars ahora? Qu ser de ti?
POLLY. Sabes, los negocios van muy bien. Eso sera lo de menos. Mackie, dime,
ests muy nervioso?... Puedo saber de qu se ocupaba tu padre? Nunca me has
contado nada de ti. Es incomprensible. Pero tu salud siempre ha sido buena.
MACHEATH. Dime, Polly, puedes ayudarme a salir de aqu?
POLLY. Claro, naturalmente.
MACHEATH. Se necesita dinero, entiendes? Le dije al carcelero...
POLLY (lentamente). El dinero ha partido para Southampton.
MACHEATH. Y aqu no tienes nada?
POLLY. No, no tengo nada. Pero sabes, Mackie, quiz pudiera hablar con alguien...
tal vez dirigirme a la reina en persona... (Se desploma en tierra.) Oh, Mackie!
SMITH (llevndose a Polly). Y... reuni ya sus mil libras?
POLLY. Muchas felicidades, Mackie; que te vaya bien... y no me olvides! (Sale.)
Smith y los guardias entran con una mesa servida con esprragos.
SMITH. Son tiernos los esprragos?
GUARDIA. S, seor. (Sale.)
BROWN (entra y se dirige a Smith). Smith, qu quiere l de m? Ha hecho bien en
esperarme aqu con la mesa. Ahora, cuando entremos, se la llevaremos all; as se dar
cuenta que somos sus amigos. (Entran con la mesa en la celda. Smith se retira. Pausa.)
Hola, Mac. Aqu tienes los esprragos. No quieres comer un poquito?
MACHEATH. No se moleste, seor Brown: otros me rendirn los ltimos honores
(11)
.
Bertolt Brecht
50
BROWN. Oh, Mackie!
MACHEATH. Las cuentas, por favor! Y entretanto permtame alimentarme un poco:
es mi ltima comida.
BROWN. Buen provecho. Oh, Mac, me lastimas como un hierro caliente.
MACHEATH. Las cuentas, seor; por favor, las cuentas. Nada de sentimentalismos.
BROWN (suspirando, saca del bolsillo una libreta). Las he trado conmigo, Mac; stas
son las cuentas del ltimo semestre.
MACHEATH (cortante). Ah, de modo que slo ha venido a buscar su dinero.
BROWN. Bien sabes que no es as...
MACHEATH. Por favor, no quiero que usted se perjudique en nada. Cunto le debo?
Slo le pido que me rinda cuentas detalladas. La vida me ha enseado a ser cauteloso.
Nadie mejor que usted puede comprenderlo.
BROWN. Mac, si hablas as, ni siquiera puedo pensar.
Fuertes martillazos J uera de escena.
SMITH (desde afuera). S, ahora est firme.
MACHEATH. Las cuentas, Brown.
BROWN. Pues bien, si insistes tanto... Primero estn las recompensas por las capturas
facilitadas por ti o por tus socios. El gobierno te pag en total...
MACHEATH. Por tres capturas, a cuarenta libras cada una, total ciento veinte libras,
de las cuales a usted le corresponde el veinticinco por ciento, o sea treinta libras. Suma
de la cual le somos deudores.
BROWN. S... s... pero, Mac, en verdad no s si justamente en los ltimos minutos...
MACHEATH. Djese de tonteras, quiere? Treinta libras. Y por el asunto de Dover,
ocho libras.
BROWN. Cmo, solamente ocho? Pero si eran...
MACHEATH. Me cree o no me cree? Al cierre de las cuentas del ltimo semestre, a
usted le corresponden treinta y ocho libras.
BROWN (estallando en lgrimas). Toda la vida... fuimos ...
MACHEATH Y BROWN (a la vez). ... amigos inseparables!
MACHEATH. Tres aos en la India J ohn era nuestro y tambin lo era J im, cinco
aos en Londres, y ste es el agradecimiento. (Imita su aspecto despus de ahorcado.)
Aqu yace Macheath, reo sin culpa: un falso amigo le tendi un ardid. Ahora pende su
cuerpo de un rgida cuerda, y siente en el pescuezo lo que el trasero pesa.
BROWN. Mac, si lo tomas as... quien atenta contra mi honor, atenta contra m
mismo. (Enfurecido, sale corriendo de la celda.)
MACHEATH. Tu honor...
BROWN. S, mi honor. Smith, empecemos! Que entre el pblico! (A Mac.) Con tu
permiso.
SMITH (rpidamente, a Macheath). Todava ahora puedo dejarlo huir, dentro de un
minuto sera demasiado tarde. Ha reunido el dinero?
MACHEATH. Lo tendr cuando vuelva mi gente.
SMITH. Pues no han aparecido. De modo que... terminado !
Entra el pblico: Peachum, Seora Peachum, Polly, Lucy, las prostitutas, el pastor,
Matas y J acobo.
J ENNY. No queran dejarnos entrar. Pero yo les dije: "O sacan del camino esos tachos
de basura que son sus sucios cuerpos, o tendrn que vrselas con J enny de los
bodegones".
La pera de dos centavos
51
PEACHUM. Soy el suegro. Alguno de los presentes tendra la gentileza de indicarme
quin es el seor Macheath?
MACHEATH (presentndose). Macheath.
Peachum pasa delante de la celda y se ubica a la derecha, como todos los que siguen.
PEACHUM. El destino ha querido, seor Macheath, que usted fuese mi yerno sin que
yo lo conociese. Las circunstancias en que lo veo por primera vez son muy dolorosas.
Seor Macheath, en un tiempo usted usaba guantes blancos de cabritilla, bastn con
empuadura de marfil, tena una cicatriz en el cuello y frecuentaba el Hotel del Pulpo.
No le ha quedado ms que la cicatriz, que, entre sus seas particulares, es sin duda lo de
menor valor; no frecuenta otros lugares que las prisiones, y probablemente dentro de
poco ni siquiera sos.
Polly pasa llorando delante de la celda, y se ubica a la derecha.
MACHEATH. Qu hermoso vestido llevas!
Matas y J acobo pasan delante de la celda y se ubican a la derecha.
MATAS. No fue posible pasar por entre la muchedumbre. Corrimos tanto que tuve
miedo de que a J acobo le diese un ataque. Si no nos crees...
MACHEATH. Qu dice mi gente? Estn bien ubicados?
MATAS. Vea, capitn, hemos pensado, sabe... Vea, una coronacin no es cosa de
todos los das. Los muchachos tienen que ganar algo, cuando pueden. Mandan muchos
saludos.
J ACOBO. De todo corazn!
SEORA PEACHUM. Seor Macheath, quin lo hubiera dicho, una semana atrs,
cuando fuimos al baile en el Hotel del Pulpo?
MACHEATH. Y qu baile!
SEORA PEACHUM. Pero aqu abajo el destino es demasiado cruel.
BROWN (en el fondo, al pastor). Y pensar que he compartido con este hombre los
peligros de la campaa de la India.
J ENNY (acercndose a la celda). En Drury Lane todas las chicas estn fuera de s. Ni
siquiera una ha ido a la coronacin. Todas quieren verte a ti. (Va a ubicarse a la
derecha.)
MACHEATH. Verme a m.
SMITH. Bueno, vamos. Son las seis. (Hace salir a Mac de la celda.)
MACHEATH. No debemos hacer esperar a este magnfico pblico. Seoras y seores,
ante ustedes ven, en vsperas de desaparecer, al representante de una clase que tambin
va desapareciendo. Nosotros, pequeos artesanos burgueses, nosotros que abrimos con
nuestras honradas ganzas las niqueladas cajas registradoras de los pequeos negocios,
nosotros somos devorados por los grandes empresarios, detrs de los cuales estn las
grandes instituciones bancarias. Qu es una llave maestra comparada con un ttulo
accionario? Qu es el asalto a un banco comparado con la fundacin de un banco?
Qu es el asesinato comparado con el trabajo de oficina? Conciudadanos, me despido
para siempre. Les agradezco que viniesen. Algunos de ustedes me han sido muy
queridos. Que J enny me haya traicionado es una cosa que me sorprende mucho. Prueba
evidente de que el mundo no cambia nunca. El concurso de algunas desgraciadas
circunstancias hacen que yo sucumba. Pues bien, sucumbir.
Luz dorada. Se ilumina el organito. Desde lo alto bajan tres lmparas sostenidas por un varal, y un cartel
que dice:
Bertolt Brecht
52
BALADA EN LA QUE MACHEATH PIDE PERDN A TODOS
Hermanos que nos sobreviviris,
tratadnos con debida compasin,
y cuando nos ahorquen no riis,
pues nadie sabe cul ser su fin.
Y no nos insultis por el fracaso,
y no seis tan crueles como el juez.
Ninguno de nosotros santo es,
que cada uno piense en sus pecados.
Sirvamos a vosotros de leccin,
y quiera Dios brindarnos su perdn!

La lluvia nuestra carne lavar,
y con la carne todo lo carnal;
los ojos, siempre llenos de avidez,
los cuervos de sus cuencas sacarn.
Es la soberbia que nos puso en lo alto,
y as colgados todos nos vern.
Bandadas de aves nos picotearn,
igual que picotean el estircol.
Sirvamos a vosotros de leccin,
y quiera Dios brindarnos su perdn!

A las muchachas que conquistan
varones con sus lindos senos,
a los muchachos que hacen guios
a chicas que han de mantenerlos,
a las rameras y bribones,
sin los matones olvidar,
a los ladrones y asesinos,
a todos les pido perdn.

A los malditos policas,
que cada da y cada noche
me daban slo pan y agua
y tanto me han fastidiado,
podra ahora maldecirlos;
mas ni siquiera eso har,
pues no deseo ms cuestiones:
a todos les pido perdn.

Las caras hay que aplastarles
a martillazos, sin piedad.
Ningn rencor de todos modos:
a todos les pido perdn.
SMITH. Le ruego, seor Macheath.
SEORA PEACHUM. Polly y Lucy, asistid a vuestro marido en su ltima hora.
MACHEATH. Seoras mas, a pesar de todo lo ocurrido...
La pera de dos centavos
53
SMITH (lo saca afuera). Vamos!
MARCHA AL PATBULO
Todos salen por la puerta de la izquierda. Estas puertas estn en el plano de proyeccin. Luego, todos
vuelven a entrar por el otro lado del escenario, con teas encendidas. Cuando Macheath est ya en el
patbulo, habla Peachum:
Estimadsimo pblico, el momento ha llegado
en que el seor Macheath deber ser ahorcado:
y nadie tan barato pudo haber sacado
el pago de sus crmenes aqu.

Pero para que no nos atribuyan el pecado
de hacer odos sordos a su mal,
el seor Macheath no ser ahorcado
y hemos imaginado un distinto final.

Y aunque slo sea en este mbito estrecho
la piedad ocupa el lugar del derecho.
Y para que todo quede bien probado,
se aproxima a nosotros del rey ecuestre enviado.
Tercer final de dos centavos. Un cartel que dice:
APARICIN DEL MENSAJ ERO REAL A CABALLO CORO:
Od! Quin va?
Del rey ecuestre enviado!
Od! Quin va?
El mensajero ya viene ac!
Caballero en un corcel, aparece Brown como mensajero real.
BROWN. La reina ha ordenado, en su coronacin, dejar libre en seguida al capitn
Macheath (jbilo general). Tambin se le confiere, desde ahora, un grado nobiliario
(jbilo), y un castillo tendr, y diez mil libras de renta, adems, hasta el fin de sus das
alcanzar. A los nuevos esposos la reina les enva, por mi intermedio, felicidades.
MACHEATH. Salvado! Salvado! Yo lo present! Dios aprieta mucho, pero nunca
ahorca.
POLLY. Salvado! Salvado! Querido Mackie, te has salvado! Estoy contenta!
SEORA PEACHUM. Y as se alcanza un final feliz. Qu grata y fcil puede ser la
vida si el real mensajero a tiempo siempre llega!
PEACHUM. Por eso, qudense donde se encuentran y canten el coral de los
miserables, cuya vida difcil aqu se ha mostrado hoy. En la realidad no siempre ocurre
as, pues los mensajeros reales raro es que lleguen, y el humillado clamar venganza.
Y no hay que hacer escarnio de los pecadores!
Todos cantan, acompaados en rgano, mientras desfilan por el proscenio:
No os encarnicis con el pecado,
pues en su propio hielo morir.
Pensad en las tinieblas y el invierno
de este valle de desolacin.

Bertolt Brecht
54

OBSERVACIONES SOBRE "LA PERA DE DOS CENTAVOS"

LA LECTURA DE LOS DRAMAS
No hay ninguna razn en modificar para La pera de dos centavos el epgrafe utilizado
por J ohn Gay en su Beggar's Opera: "Nos haec novimus esse nihil". En cuanto a su
edicin, en substancia no es otra cosa que la copia para el apuntador de una obra
exclusivamente consignada al teatro, y se dirige ms bien al tcnico que al aficionado.
A propsito de lo cual puede observarse que una transformacin lo ms amplia posible
de los espectadores y de los lectores en tcnicos, es un objetivo que debe perseguirse
activamente, y ya ha comenzado a hacerse.
La pera de dos centavos plantea la discusin de los conceptos burgueses no slo por su
contenido, en cuanto los representa, sino tambin por la forma en que los representa. Es
una especie de referndum acerca de lo que el espectador desea que el teatro le muestre
de la vida. Pero como el espectador tambin ve, al mismo tiempo, algunas cosas que no
desea ver, ya que ve sus deseos no solamente realizados sino tambin criticados (se ve a
s mismo no como sujeto sino como objeto), se halla en condiciones para asignar al
teatro una nueva funcin. Puesto que el teatro mismo opone resistencia a un cambio de
sus funciones, es importante que los espectadores puedan leer esas obras que no slo
persiguen el fin de ser representadas, sino tambin el de transformar el teatro, y es
bueno que las lean por desconfianza hacia el teatro. Existe en la actualidad una
preeminencia absoluta del teatro sobre la literatura dramtica. Esta preeminencia del
aparato teatral es la preeminencia de los medios de produccin. El aparato teatral se
opone a su renovacin para otras finalidades, transformando de inmediato el drama con
que se enfrenta, de tal modo que de ninguna manera constituya un cuerpo extrao
respecto a dicho aparato, salvo en los puntos en que el drama pierde su fuerza propia.
La necesidad de interpretar correctamente el nuevo arte dramtico ms importante
para el teatro y menos para el arte dramtico se debilita por el hecho de que el teatro
puede representarlo todo: lo "teatraliza" todo. Naturalmente, tal preeminencia tiene sus
bases en la economa.


TTULOS Y CARTELES
Los carteles en que se proyectan los ttulos de las escenas constituyen un primer
comienzo para la "literarizacin del teatro": a esta literarizacin, como a todas las cosas
de inters pblico, hay que darle el mximo impulso.
Literarizacin significa sustituir lo "figurado" por lo "formulado": esto da al teatro la
posibilidad de servir de punto de partida hacia otras instituciones dedicadas a la
actividad espiritual; pero queda como un hecho unilateral hasta que el pblico no
participe tambin de ella y, a travs de ella, se temple para problemas ms arduos.
El uso de ttulos puede ser criticado por la dramtica tradicional, diciendo que el autor
teatral debe concentrar en la accin todo lo que tiene que decir, y que la poesa debe
expresarlo todo por s misma. Estos argumentos corresponden a la actitud del
espectador de no ser l quien piense en la cosa, sino que la cosa lo haga pensar a l.
Pero esta tendencia a subordinar todo a una idea, la mana de empujar al espectador
hacia una dinmica de sentido obligatorio, en la que no le est permitido mirar a
derecha o a izquierda, arriba o abajo, debe ser rechazada desde el punto de vista de la
nueva dramtica.
La pera de dos centavos
55
Tambin en el arte dramtico es necesario introducir el uso de la nota al pie y de la
referencia comparativa. Se debe acostumbrar al espectador a una visin de conjunto, y,
en verdad, casi ms importante que pensar en la corriente es pensar por encima de la
corriente. Adems, los carteles exigen y hacen posible un nuevo estilo del actor: el
estilo pico. Una vez ledos los ttulos proyectados en los carteles, el espectador asume
la actitud del observador que fuma un cigarrillo. Con esta actitud, l obtiene,
forzosamente, una interpretacin mejor, ms eficiente. Querer "tener a distancia" a un
hombre que fuma, y que precisamente por eso est bastante ocupado consigo mismo, es
empresa desesperada. Muy pronto se obtendran, de este modo, teatros llenos de
tcnicos, de igual manera que estn llenos de tcnicos los campos deportivos, y los
actores no podran de ninguna manera seguir proporcionando esos dos centavos de
mmica que hoy entregan chapuceramente, despus de pocos ensayos realizados sin
ningn criterio. Ya no saldran a despachar una mercadera de tan grosera factura, tan
mal trabajada! Pues el actor debera buscar otros caminos para dar relieve a esos
incidentes ya preanunciados en los ttulos, y que tienen por eso descontado desde el
comienzo toda burda eficiencia sensacionalista.
Pero, desgraciadamente, subsiste el temor de que ttulos y permiso para fumar no sean
suficientes para llevar al pblico a un ms fecundo comercio con el teatro.


LOS PERSONAJ ES PRINCIPALES
El personaje de Jonatn Peachum no puede ser clasificado en la designacin genrica
de "usurero". l no tiene para nada en cuenta el dinero. A l, que duda de todo aquello
que pueda despertar una esperanza, tambin el dinero le parece un medio de defensa
absolutamente inadecuado. Es, sin duda, un pillo, y un pillo en el sentido del viejo
teatro. Su delito consiste en la idea que se hace del mundo. Esta idea, en su
monstruosidad, es digna de ser ubicada junto a los crmenes de cualquier otro
delincuente; sin embargo, l, al considerar la miseria como una mercadera, no hace ms
que seguir "la accidentada marcha de los tiempos". He aqu un ejemplo prctico:
Cuando Peachum, en la primera escena, se hace dar dinero por Filch, no lo guarda en la
caja, se lo pone simplemente en el bolsillo del pantaln: ni ste ni otro dinero podra
salvarlo. Es indicio de escrupulosidad, demostracin de una total ausencia de esperanza,
el hecho de no tirarlo abiertamente. Peachum no puede tirar absolutamente nada. No
pensara distinto frente a un milln de chelines. Segn su concepto, todo es insuficiente,
sea su dinero (y todo el dinero del mundo) como su cabeza (y todas las cabezas del
mundo). Esa es tambin la razn por la cual no trabaja; pero va de un lado al otro de su
negocio, con el sombrero en la cabeza y las manos en los bolsillos, slo atento a
controlar que nada se pierda. Ningn ser que est realmente angustiado puede trabajar.
No es mezquindad de su parte atar la Biblia al atril con una cadena, por temor a que se
la roben. No toma jams en consideracin a su yerno, sino cuando lo lleva a la horca:
ningn valor personal de ninguna especie podra determinarlo jams a una actitud
distinta frente al hombre que le ha sustrado su hija. Los restantes delitos de Mackie
Navaja slo tienen inters para l en cuanto le dan pretexto para despacharlo. En lo que
se refiere a su hija, ella es para l como la Biblia: nada ms que un medio. El efecto de
todo esto no es tanto repelente cuanto desconcertante, sobre todo si se piensa a qu
grado de desesperacin se necesita haber llegado para retener, de todas las cosas del
mundo, slo aquella pequesima porcin que est en condiciones de salvar a un
hombre de la ruina.
Bertolt Brecht
56
La actriz que interprete el papel de Polly Peachum har bien en estudiar lo que se
expone ms arriba acerca de las caractersticas del seor Peachum: es su hija.
El bandido Macheath debe ser presentado por el actor que lo interprete como un
fenmeno burgus. La predileccin de la burguesa por los bandidos tiene su origen en
el errneo prejuicio de que un bandido no puede ser un burgus. Este juicio desciende
en lnea directa de este otro: un burgus no puede ser un bandido. No existe, entonces,
ninguna diferencia? S, un bandido a veces no es un vil. El concepto de "pacfico",
inseparable del burgus que va al teatro, es ratificado por la aversin del hombre de
negocios Macheath por el derramamiento de sangre, siempre que la buena marcha de
los negocios no lo haga indispensable. La limitacin al mnimo, la racionalizacin del
derramamiento de sangre, es un principio comercial: en caso de extrema necesidad,
Macheath da prueba de excelentes condiciones de esgrimista. El bien sabe qu es lo que
le debe a su celebridad: cierto romanticismo, cuando uno se preocupa de difundirlo,
resulta beneficioso para aquella racionalizacin. Macheath pone la ms estrecha
atencin en que todas las acciones audaces o, por lo menos, aptas para despertar
temor de sus satlites, se le atribuyan a s mismo, y, como un profesor universitario,
no tolera que sus ayudantes firmen ningn trabajo. Con las mujeres, su xito no es tanto
el del buen mozo, sino el del hombre que tiene una buena posicin. Dibujos originales
ingleses referentes a la Beggar's Opera lo presentan como un hombre de unos cuarenta
aos, rechoncho pero vigoroso, con una cabeza parecida a un rabanito, un poco calvo,
pero no sin dignidad. Es un hombre reposado, enteramente privado de humour; su
solidez se manifiesta en el hecho de que l endereza sus miras comerciales ms que
hacia los salteamientos a mano armada, hacia la explotacin de sus subordinados. Con
las autoridades se halla en buenas relaciones, aunque esto le cueste bastante, y eso no
solamente por motivos de seguridad personal: su sentido prctico le hace comprender la
estrecha unin que existe entre su propia seguridad y la seguridad de aquella sociedad.
Una iniciativa contra el orden pblico, similar a la que Peachum amenaza llevar a efecto
contra la polica, horrorizara a Macheath. Sus relaciones con las seoras de Turnbridge
requieren, sin duda desde su propio punto de vista , un justificacin; pero para
excusarlas es suficiente el carcter especial de sus actividades. De estas relaciones
puramente comerciales l se ha valido ocasionalmente con intencin recreativa, a la que
lo autorizaba, en cierta medida, su calidad de soltero; pero, en lo que corresponde a este
aspecto ntimo, l aprecia las visitas que, metdicamente y con pedantesca puntualidad,
cumple en un lupanar de Turnbridge, sobre todo porque constituyen hbitos, y
justamente el cultivar y multiplicar los hbitos representa poco menos que el principal
ideal de su existencia burguesa.
Con todo, en ningn caso el intrprete de Macheath deber basarse en las visitas a una
casa de tolerancia para la caracterizacin de su personaje. Se trata de uno de los no
raros, pero siempre inexplicables casos de satanismo burgus.
Para satisfacer sus exigencias sexuales, Macheath prefiere, naturalmente, las ocasiones
que le permiten conseguir al mismo tiempo ciertas ventajas de carcter domstico; elije,
para eso, mujeres que no estn del todo desprovistas de medios. En el matrimonio, l
advierte una garanta para su actividad. Por menos que se quiera, su profesin le obliga,
inevitablemente, a algunas temporarias ausencias de la capital, y sus subalternos son
muy poco dignos de confianza. Cuando mira hacia el futuro, nunca se ve colgado de una
horca; sino pescando junto a un tranquilo estanque de su propiedad.
Brown, el jefe de polica, es una figura muy moderna. Oculta en s una doble
personalidad: el hombre es muy distinto al funcionario. Y l vive no a pesar de esa
La pera de dos centavos
57
incongruencia, sino gracias a ella. Como hombre no se prestara jams a lo que, como
funcionario, entiende es su deber. Como hombre no podra (ni debiera) matar una
mosca... Su cario por Macheath es, pues, absolutamente puro; los beneficios
econmicos que le reporta no pueden hacerlo sospechoso: la vida, se sabe, todo lo
ensucia.


INDICACIONES PARA LOS ACTORES
Para ser puesto en contacto con la materia del drama, el espectador no debe ser
conducido por el camino de la "sensiblera"; entre l y el actor debe, por el contrario,
verificarse un intercambio: cuanto ms pueda mantenerse el actor en una lnea de
objetividad y de alejamiento, mejor podr entenderse con el espectador. Con este fin, el
actor debe relatar al espectador, en lo que se refiere al personaje a su cargo, ms de lo
que est en su "parte". Sin duda, deber observar un comportamiento que haga ms
accesible el desarrollo; pero tambin tendr que poner de manifiesto las posibles
relaciones con otros hechos que escapan a la trama misma, y no deber, por eso mismo,
limitarse a servir a esta ltima. Polly, por ejemplo, en una escena de amor con
Macheath, no es solamente la mujer amada por ste, sino tambin la hija de Peachum, y
no slo la hija, sino siempre, tambin, la empleada de su padre. En sus relaciones con el
espectador, debe poner en evidencia su crtica a los vulgares conceptos que l se forma
acerca de las esposas de los bandidos, las hijas de los comerciantes, etctera.
1) Los actores debern evitar representar a estos bandidos como una banda de malvados
con pauelos rojos al cuello, que frecuentan los bajos fondos y con quienes ningn
hombre de bien consentira en beber un vaso de vino. Estos son, entindase bien,
hombres reposados, algunos con tendencia a la gordura y todos, sin excepcin,
perfectamente sociables fuera de su actividad profesional. (Pg. 13.)
2) Los actores pueden dar a entender aqu la utilidad de las virtudes burguesas, y la
ntima relacin existente entre suavidad de nimo y canallada. (Pg. 13.)
3) Se deber mostrar aqu la brutal energa de la que un hombre debe hacer uso para
crear una situacin en la cual sea posible mantener un porte viril (el que corresponde a
un esposo. (Pg. 14.)
4) Es preciso dar relieve a la esposa, a su carnalidad, precisamente cuando ella se
muestra definitivamente reservada. En realidad, justamente en el momento en que la
oferta termina, la demanda debe ser empujada, todava una vez ms, hasta su
culminacin. La esposa es objeto de general apetito, y el esposo "gana la carrera". Se
trata, pues, de un hecho puramente teatral. Dar relieve tambin al hecho de que la
esposa come muy poco. Es muy frecuente ver a las ms dulces criaturas atracarse de
pollos y pescados enteros, pero jams a las desposadas. (Pg. 16.)
5) Al retratar cosas de este estilo, por ejemplo, de la empresa Peachum, los actores no
deben preocuparse del usual desarrollo de la accin. En otras palabras, no deben
reproducir un ambiente sino constatar un hecho. El intrprete de uno de estos mendigos,
al elegir una pierna de madera, conveniente y rica de efecto (se prueba una as, la
descarta; se prueba otra, y vuelve a decidirse por la primera), debe dar a entender su
intencin de que justamente por esta escenita el pblico se proponga volver otra vez al
teatro, precisamente en el momento en que la misma se desarrolla, y nada impide que el
teatro la incluya en los carteles donde se proyectan los ttulos. (Pg. 28.)
6) Es absolutamente deseable que el espectador se forme de la seorita Peachum un
concepto de virtuosa y gentil doncella. Si en la segunda escena ella ha demostrado el
Bertolt Brecht
58
carcter completamente desinteresado de su amor, ahora es necesario que d prueba de
ese talento prctico sin el cual dicho amor no sera ms que una mediocre ligereza.
7) Estas seoras gozan de la plena posesin de sus medios de produccin. Exactamente
por eso no deben dar la impresin de ser libres. A ellas la democracia no les concede
esa libertad, que en cambio reconoce a todos aquellos que pueden ser despojados de sus
medios de produccin. (Pg. 37.)
8) Esta escena es un inciso para aquellas intrpretes de Polly que posean el don de la
comicidad. (Pg. 55.)
9) Al girar alrededor de la jaula, el actor que personifica a Macheath podr repetir todas
las actitudes que asumiera hasta este momento ante el pblico. El descarado paso del
seductor, la depresin del hombre perseguido, el arrogante, el experimentado, etctera.
En este breve paseo, podr resumir una vez ms todos los aspectos del carcter de
Macheath puestos en evidencia durante los pocos das transcurridos. (Pg. 59.)
10) El actor del teatro pico no deber, por ejemplo en este momento, permitir que una
exagerada preocupacin por destacar el miedo de morir de Macheath lo induzca a
debilitar la subsiguiente representacin de la sincera amistad. (La sincera amistad es tal,
en realidad, slo cuando es limitada. La victoria moral de los dos ms sinceros amigos
de Macheath no disminuye por la cronolgicamente sucesiva derrota moral de los dos
seores; puesto que en el momento en que es necesario entregar sus medios de
subsistencia para la salvacin del amigo, no se apresuran demasiado. (Pg. 60.)
11) Quiz el actor hallar el modo de poner en evidencia cuanto sigue; Macheath tiene
la sensacin, perfectamente fundada, de que su cada es consecuencia de un espantoso
error judicial. En realidad, si los bandidos cayesen vctimas de la justicia en nmero
mayor de lo que en realidad ocurre, la justicia perdera completamente su carcter. (Pg.
62.)


A PROPSITO DE LAS CANCIONES
El actor, cuando canta, lleva a efecto un cambio de funcin. Nada hay ms fastidioso
que un actor que simule no darse cuenta de haber abandonado ya el terreno de la
conversacin corriente y de haber comenzado a cantar. Los tres planos conversacin
corriente, discurso elevado y canto deben siempre ser distintos uno del otro: en
ningn caso el discurso elevado puede significar una elevacin con respecto a la
conversacin corriente, y el canto una elevacin con respecto al discurso elevado. En
ningn caso, entonces, debe recurrirse al canto cuando la plenitud del sentimiento haga
que las palabras falten. El actor no debe solamente cantar, debe tambin mostrar que
canta. No debe esforzarse demasiado por hacer resaltar el contenido sentimental de la
cancin (se puede acaso ofrecer a los otros un alimento que ya hemos comido?), pero
s sealar actitudes que corresponden, por as decir, a los usos y costumbres del cuerpo.
Para lograr esto, en el estudio de las canciones deber valerse preferentemente no de las
palabras del texto, sino de locuciones profanas de uso comn que signifiquen ms o
menos lo mismo, pera en el impertinente lenguaje cotidiano. En lo que respecta a la
meloda, no deber seguirla ciegamente: existe un modo de "hablar contra la msica"
que puede dar grandes resultados, y a los que puede llegarse merced a una obstinada
sobriedad, independiente e incorruptible de la msica y del ritmo. Si despus se
desemboca en la meloda, ser un acontecimiento: para acentuarlo, el actor podr
manifestar claramente el goce que la meloda le produce. Es bueno para el actor que,
durante su actuacin, los componentes de la orquesta sean visibles; es bueno, tambin,
La pera de dos centavos
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que le est permitido cumplir a la vista los preparativos (como, por ejemplo, poner una
silla junto a la pared, maquillarse, etctera) . Especialmente en las canciones es
importante que "quien seale sea sealado".


POR QU MACHEATH ES ARRESTADO DOS VECES EN LUGAR DE UNA
SOLA?
Considerada desde el punto de vista de la escuela pseudoclsica alemana, la primera
escena de la crcel es un intil alargamiento; segn nosotros es, en cambio, un ejemplo
de forma pica primitiva. Es un alargamiento si, siguiendo el concepto dramtico
puramente dinmico que asigna preeminencia a la idea, se hace desear al espectador una
meta siempre ms precisa (en nuestro caso, la muerte del hroe), se crea, por as decir,
una siempre ms fuerte demanda por la oferta y, para hacer posible una intensa
participacin sentimental del espectador los sentimientos se arriesgan slo en un
terreno absolutamente seguro, no admiten posibles desilusiones , se aplica un "va
sans dire" en lnea recta. La dramtica pica, de planteo materialista, escasamente
interesada en inversiones espirituales del espectador, no conoce meta alguna, sino
solamente un fin, y conoce otro "va sans dire" que puede correr no slo en lnea recta,
sino tambin haciendo curvas, y hasta dando saltos. La dramtica dinmica, de
orientacin idealista, que maneja al individuo, al comenzar su camino (es decir, en los
isabelinos) fue ms radical en todos los puntos decisivos de cuanto lo es, doscientos
aos ms tarde, en la escuela pseudoclsica alemana, que ha cambiado la dinmica del
hecho que tiene que ser representado, y de ese hecho ha "clasificado" al individuo (los
actuales descendientes de los descendientes ya ni siquiera pueden individualizarse: la
dinmica de la representacin se ha transformado desde entonces en un empirismo de
efectos acumulados y sabiamente ordenados, y el individuo, concebido en plena
descomposicin, se construye siempre desde el interior, pero ahora ya slo "en
fragmentos caracterizados"; mientras que la novela tardoburguesa por lo menos ha o
cree haber elaborado la psicologa que le permite analizar al individuo: como si esto no
se hubiese simplemente cado en pedazos desde hace ya tiempo). Aquella gran
dramtica era, sin embargo, no menos radical en descartar la materia. En sus
construcciones dejaba de lado las desviaciones del individuo de su curso rectilneo, que
derivaban su origen de la "vida" (en ella juegan an las ms variadas referencias del
exterior al interior, a las otras oportunidades "que no se han hecho realidad": la cantidad
de materia extrada es mucho mayor), pero se serva de esas desviaciones como de una
fuerza motriz de la dinmica. Desde el interior mismo de la individualidad llega esa
excitacin, y all es superada. Todo el peso de esa dramtica proviene del reunir
contradicciones. Ni la aspiracin a un fcil esquema ideal basta para determinar un
preordenamiento de la materia. All dentro vive algo del materialismo baconiano: el
individuo mismo es de carne y hueso, y se resiste al esquema. Pero dondequiera est el
materialismo, surgen formas picas de arte dramtico, y especialmente y con mayor
frecuencia en el gnero cmico, que de por s es siempre ms materialista, ms "al
alcance de todos". Hoy que la existencia humana debe ser concebida como "el conjunto
de todas las relaciones sociales", la forma pica es la nica que puede explicar esos
procesos que sirven al arte dramtico como substancia de una compresiva visin del
mundo. Tambin el hombre, y justamente el hombre carnal, puede ser entendido slo a
travs de los procesos en que se encuentra y que condicionan su existencia. La nueva
forma dramtica debe proponerse como mtodo el acoger dentro de s el "ensayo". Debe
Bertolt Brecht
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poder utilizar cada nexo en cada direccin; necesita, por lo tanto, la esttica, y tiene en
s misma una tensin que gobierna cada una de sus partes y las "carga" recprocamente.
(Tal forma es, entonces, justamente lo opuesto de una sucesin de escenas tipo revista.)


POR QU EL MENSAJ ERO REAL DEBE LLEGAR A CABALLO?
La pera de dos centavos ofrece un cuadro de la sociedad burguesa (y no slo de los
"elementos del hampa"). Esa sociedad burguesa ha producido, por su cuenta, un orden
burgus del mundo, o sea una bien precisa Weltanschauung, de la que no puede de
ninguna manera prescindir. La aparicin del mensajero real a caballo all donde la
burguesa ve retratado su propio mundo, es absolutamente indispensable.
Cuando el seor Peachum explota financieramente la conciencia sucia de la sociedad,
alimenta preocupaciones del mismo orden. A los expertos en teatro les rogamos
reflexionar acerca de que nada sera ms tonto que suprimir el caballo del mensajero
como lo han hecho casi todos los directores de vanguardia en La pera de dos
centavos. En la representacin de un homicidio legal, por ejemplo, el periodista que
revela la inocencia del asesinado debera sin duda hacer su entrada en la sala del
tribunal conducido por un cisne, para que pudiera considerarse cumplida la funcin del
teatro en la sociedad burguesa. No advierten que sera una gran falta de delicadeza
inducir al pblico a rer de s mismo, en caso de que se expusiese la aparicin del
mensajero a caballo al riesgo de la hilaridad? Sin la aparicin de un mensajero de uno u
otro modo a caballo, la literatura burguesa se rebajara a meras exposiciones de
situaciones de hecho. El mensajero a caballo garantiza un goce realmente sin mcula,
an en situaciones que no se sostienen, y es por lo tanto conditio sine qua non para una
literatura que tiene como conditio sine qua non no dejar rastro de s.
No es necesario decir que el final del tercer acto debe ser llevado a efecto con la
mxima seriedad y con absoluta dignidad.

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