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Teología de La Mujer y Teología Feminista

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ALICE DERMIENCE

TEOLOGA DE LA MUJER Y TEOLOGA FEMINISTA




La teologa del siglo XX no puede ignorar el auge del feminismo, uno de los fenmenos
socio-culturales ms significativos de nuestra poca. Dicho evento ha provocado dos
corrientes teolgicas: la teologa de la Mujer, por una parte y, la teologa feminista,
por otra. Selecciones de Teologa ha publicado muy poco sobre el tema (cf. n 142 (1997)
95-102; n 151 (1999) 274-280; n 153 (2000) 71-80). El artculo que hoy presentamos
tiene la ventaja de ofrecer una panormica de los problemas implicados en este vasto
tema.

Thologie de la Femme et thologie feministe, Rvue thologique de Louvain, 31 (2000)
492-523.


I. LA TEOLOGA DE LA MUJER

La reflexin cristiana sobre la mujer no es algo nuevo. Sin embargo, la lucha a
favor del derecho de las mujeres a disfrutar de un status de igualdad en el mbito familiar
y social es un fenmeno de nuestros das.
La Iglesia catlica no puede permanecer indiferente ante tal revolucin: la
mayora de sus fieles son mujeres. El propio Magisterio que ha visto en ello un signo de
los tiempos ha emprendido la tarea progresiva de elaborar una teologa sistemtica de la
Mujer o, si se prefiere, una antropologa teolgica donde ella es el objeto especfico.
Como en el pasado, esta reflexin descendente, deductiva, se apoya sobre una exgesis
tradicional del Gn 1 y 2, aunque evitando las interpretaciones paulinas antifeministas,
inaceptables para nuestros contemporneos.
Sin embargo, si ellos se complacen en afirmar la igualdad fundamental de la mujer
y del hombre, los papas y, especialmente J uan Pablo II tienen cuidado en aadir en
dignidad y en insistir sobre la diferencia de su vocacin propia, de esposa y de madre.
Ahora bien, esta precisin es de hecho restrictiva: impone a la mujer una identidad
deducida de sus papeles tradicionales, sin prestar atencin a las aportaciones de las
ciencias humanas y sin considerar la situacin concreta de las mujeres en el mundo.

II. LA TEOLOGA FEMINISTA

1. Una corriente teolgica original

En la segunda mitad del siglo y paralelamente a la teologa clsica y a los documentos
del Magisterio, surge en el seno de la Iglesia catlica una nueva reflexin teolgica sobre
la cuestin femenina directamente en conexin con la realidad socio-cultural de nuestra
poca y fuertemente influenciada por el movimiento feminista. Las enciclopedias
teolgicas recientes describen este fenmeno como una corriente teolgica original a
semejanza de la teologa de la liberacin.
La literatura que surge sobre esta cuestin es de gran abundancia, imposible de
abarcar en su totalidad. Nos referiremos, por tanto, a ensayos sintticos ya publicados y a
ciertos autores entre los ms representativos de las diferentes tendencias de esta teologa,

tan nueva como plural, con el fin de poder tener una visin lo ms global y significativa
posible.

2. Una corriente reciente

Este tipo de reflexin aparece en Estados Unidos alrededor de los aos 60 entre
mujeres universitarias de raza blanca. En los 70 aparecen diferentes tendencias ms o
menos divergentes, que se caracterizan por un endurecimiento crtico. En los aos 80 y
gracias a la traduccin en francs que se hizo del libro de Elisabeth Schssler Fiorenza, In
Memory of Her, la teologa feminista se dio a conocer fuera del mbito cultural
anglosajn.
Sin embargo, en Europa su implantacin se hizo en varias fases. No fue posible contar
con una teologa propia feminista hasta 1986. Ao en el que se fund la Asociacin
Europea de las Mujeres para la Investigacin Teolgica. Tambin en los aos 80,
asistimos a la expansin de dicha teologa en los dems continentes, especialmente, en los
pases del tercer mundo.

3. Una teologa de mujeres para mujeres

La denominacin teologa feminista rene dos conceptos: teologa y
feminismo. Esta expresin evoca una reflexin cientfica sobre Dios y la vivencia
cristiana, confrontado al movimiento contemporneo de emancipacin de las mujeres.
La teologa feminista es una teologa de mujeres para mujeres: influenciada por el
feminismo, se funda en la experiencia de la opresin, de la discriminacin y de la
marginacin femeninas, con el objetivo de denunciar, criticar y combatir el patriarcado en
la sociedad, en la Iglesia y en las relaciones interpersonales. A la vez, que se esfuerza por
llevar a cabo una prctica liberadora de las mujeres y de hacer trabajar al cristianismo a
favor de la liberacin de stas.
Teologa de la liberacin de las mujeres, invita a todas las teologas de la liberacin
a ser coherentes y a integrar a las mujeres en el crculo de los oprimidos. No pretende,
pues, ser un reducto en el campo de la teologa, sino que se ve a ella misma como crtica y
reexpresin de la tradicin cristiana en su conjunto. Tiene como objetivo, por tanto,
reestructurar el lugar que corresponde a las mujeres en el cristianismo.

4. Los presupuestos epistemolgicos

Esta nueva manera de hacer teologa consiste en un discurso de tipo dialogal
abierto: los estudios de las mujeres permiten identificar una trayectoria epistemolgica, no
slo a nivel de los temas y de su acercamiento, sino tambin del mtodo discursivo. Con
ello, la teologa vuelve a encontrar su forma ms original en la teologa poitica, pasando
de la forma conceptual unvoca a la forma narrativa plurvoca.
En su reflexin, esta teologa se antoja holistica: rechaza el dualismo del que se ve
impregnado el cristianismo tradicional, sea de la oposicin cuerpo/alma, o de la distancia
que separa la trascendencia y la inmanencia, Dios, la humanidad y el cosmos.

5. Los Womens Studies

Si bien al principio, esta reflexin terica comprometida se sita al margen de las
disciplinas cientficas universitarias, tambin es verdad que pronto se esfuerza por

adquirir el estatuto que le pertenece a travs de los Womens Studies (Estudios de las
mujeres, traduccin, por cierto, nada acertada).
Uno de sus primeros objetivos es reconstituir la historia perdida de las mujeres, la
realidad vivida por las mujeres en los siglos pasados y, en particular, dentro de la Iglesia.
Lo que se busca al sustituir al habitual androcentrismo por una interpretacin ginecntrica
de los textos es obtener una nueva objetividad en la subjetividad.
A fin de evitar el androcentrismo y el asexualismo ambos derivados de la
antropologa teolgica tradicional-, los Womens Studies recurren a la categora de
Gnero, que a diferencia del sexo que remite a una serie de realidades biolgicas, hace
referencia a las significaciones sociales, culturales, filosficas o religiosas conferidas al
propio sexo. Esto es, la interaccin entre el sexo determinado biolgicamente y el
Gnero culturalmente construido vale tanto para hombres como para mujeres.

6. Una corriente plural

Pero a la teologa feminista no es en una corriente homognea. Pues, se halla
influenciada por la diversidad de tradiciones y de modos de expresin teolgicos, aunque
pretenda desmarcarse de todos ellos.
Su corriente plural est constituida por varias tendencias que si bien aparecen como
dominantes en los escritos, no existen en estado puro en la prctica, sino entremezcladas
en una u otra proporcin dependiendo de las evoluciones personales.

7. Las relecturas de la Biblia

Tomando como punto de partida la opresin de las mujeres, stas analizan sus
mecanismos, para enseguida referirse a la Escritura, leda bastante literalmente, como
Palabra de Dios: un Dios que toma siempre parte por los oprimidos e invita a colaborar en
su proyecto liberador. En tanto que teologa critica de la liberacin, la teologa feminista
opta en efecto por una interpretacin de la Biblia en el interior de una praxis de liberacin:
trabaja por la transformacin de los smbolos cristianos, de la tradicin y de la
comunidad, as como por la transformacin de las mujeres.
La relacin de las telogas feministas con la Escritura no es de manera alguna
homognea: sus opciones de exgesis vienen dadas por un rechazo de la Biblia a una
hermenutica de liberacin, pasando por su aceptacin revisionista o inculturada.

8. Una antropologa relacional

Las telogas feministas se sublevan contra aquello que ellas consideran como una
opresin primaria, contra aquello que se llama naturaleza que impide a las mujeres
determinar ellas mismas el sentido de su vida y que favorece directa o indirectamente, las
otras formas de dominio y de explotacin de las que ellas son las vctimas.
Rechazan el dualismo alma-cuerpo que ha hecho que el cristianismo tradicional
desprecie el propio cuerpo y la sexualidad y que incluso hoy da el cuerpo femenino sea
visto todava como instrumento para la procreacin, la explotacin laboral o el comercio
sexual.
Las feministas afirman que el cuerpo femenino no es slo un componente biolgico
de la persona: la mujer es su cuerpo, un cuerpo relacional, lugar de reencuentro de dos
identidades. Identidades, masculinas o femeninas, son plenamente humanas e iguales en
dignidad, deben despojar sus relaciones del dualismo dominacin/subordinacin
profundamente arraigado en la mayor parte de las sociedades y en la Iglesia.


9. De la teologa a la tealoga

Para la teologa femenina, la Cuestin de Dios es la cuestin de las cuestiones. sta se
formula a partir de la experiencia de alienacin de la que las feministas hacen responsable
al lenguaje utilizado tradicionalmente para designar a Dios. Segn ellas, las metforas que
se atribuyen normalmente a Dios (libertador, guerrero, rey y, sobre todo, el nombre
de Padre) imponen un dios masculino. Para ellas, la metfora del Padre evoca
inevitablemente un sistema patriarcal y una relacin jerrquica infantil, que al mismo
tiempo justifica el poder de los padres, a partir de su semejanza natural con Dios.
Su oposicin a Dios-Padre no se apoya tanto en la teologa o en la exgesis como en
las repercusiones que ha tenido este concepto dentro de la religiosidad y de las
mentalidades populares: la crtica feminista se concentra en la interpretacin literal de la
metfora del padre y de su utilizacin negativa a fin de justificar las relaciones de
dominacin masculinas.
As pues, la mayora de telogas feministas se hallan a la bsqueda de otro discurso
sobre Dios. La alternativa a Dios Padre, esto es, Dios Madre va ms all que la
puesta en evidencia de los aspectos maternales de Dios. Algunos piensan que dicha
imagen (Dios madre) se revela de las ms acertadas, en un segundo plano, a propsito
de la crisis ecolgica: sta permite reencontrar el valor y el sentido del don de la vida y de
la tierra.
Pero la bsqueda de un lenguaje femenino sobre Dios pasa tambin por la
neumatologa. El Espritu, la Ruah (femenino en hebreo) designa una relacin no parental:
es una fuerza dinmica y creadora... presenta un Dios relacional y ligado al mundo. Ms
all de los avatares que ha sufrido este concepto en la historia de la Iglesia, las telogas
feministas intentan darle sentido al asociarlo con la Sabidura (Hokmah), para hacer de
ella la designacin privilegiada de Dios.
Entre las telogas ms radicales, la crtica del lenguaje masculino sobre Dios tiende a
llevar o bien a una forma de pantesmo (en particular entre las (ecofeministas), o bien a
una tealoga, un culto de la diosa: estas derivaciones post-cristianas apuntan a promover
una forma de religin que suprimira la discontinuidad entre el mundo, Dios y las
mujeres.
Para evitar estos extremos, no se podra intentar una recuperacin feminista del
Dios-Trinidad? La imagen de la Sofa (Sabidura), que comporta una dimensin relacional
susceptible de ser expresada en trminos no masculinos, podra ser una salida: Dios-
Madre Sofa, Jess hijo de Sofa; Espritu-Sofa.


10. Por una cristologa no sexista

En contraposicin al Cristo patriarcal de la cristologa tradicional, encarnacin de
Dios y nico salvador de la humanidad, muchas feministas prefieren al J ess de los
evangelios que, por su comportamiento y su praxis, se revela un libertador para las
mujeres. Plenamente humano, hombre de relacin no jerrquica, es el smbolo de una
humanidad nueva, el paradigma del amor de Dios.
Para algunas, en cambio, ms que la persona de J ess es Cristo el smbolo del
restablecimiento de la justicia. Hay otro grupo que promueven una cristologa sofiolgica,
cuyos orgenes se remontaran al comienzo del cristianismo: segn ellas, J ess es la
encarnacin o el hijo de Sofa (vase el apartado anterior). Esto neutralizara la
masculinidad de Cristo.

En cualquier caso, se tiende a relativizar la persona y el papel de J ess. Reconocido
como profeta mesinico, ya no es considerado como el Mesas definitivo ni la nica
encarnacin.
Tanto el rechazo de la identificacin de J ess con Cristo, como la oposicin dualista
entre Dios, el hombre y el mundo, ha favorecido la denominacin Crista. En efecto,
dicha denominacin evoca, segn ellas, no ya un individuo singular, sino una comunidad
mesinica, en la cual se encarna el poder vital del Amor: por el que se lleva a cabo la
redencin.

11. Eclesiologa o eclesia-loga

Las feministas cristianas son unnimes al denunciar la autoridad de las Iglesias y los
modelos comunitarios: sus reivindicaciones ms importantes se refieren a la utilizacin
del lenguaje inclusivo, a las estructuras igualitarias y al abandono de estereotipos de los
papeles masculinos y femeninos. Sin embargo, difieren en cuanto a la manera de realizar
concretamente dichas exigencias.
Entre las catlicas algunas desean una reforma de la institucin que evitara la ruptura.
Sacramento de la encarnacin de Cristo para toda la humanidad, la Iglesia debera, segn
ellas, permitir la expresin de la reciprocidad entre los sexos. Su naturaleza escatolgica,
que avanza en la historia hacia el Reino de Dios, se ver as ms claramente revelada en la
sociedad contempornea.
Otro modelo alternativo rene un mayor consenso feminista: la imagen de una Iglesia
casa de libertad y mesa redonda. El poder sera transferido a una autoridad
comunitaria, que restituira su importancia a la base y a los marginados. Una tal Iglesia se
convertira en una comunidad del compartir, de acogida a los oprimidos y a los
marginados, a quienes invita a reunir alrededor de la mesa hospitalaria de Dios.

12. Ambigedad de la mariologa

A primera vista, puede pensarse que la glorificacin de Mara en la tradicin catlica
juega a favor de la promocin de las mujeres. Virgen y madre, aparece adornada de todas
las virtudes llamadas femeninas (sobre todo, pasivas: humildad, docilidad...), es propuesta
por la teologa de la Mujer como su modelo perfecto.
Sin embargo, las feministas ven en la figura de Mara un ideal, imposible de alcanzar
para las mujeres reales, y un obstculo a sus reinvindicaciones igualitarias, en particular,
dentro de la Iglesia.
Algunas feministas, por tanto, estn interesadas en la figura de Mara en tanto que
smbolo religioso tradicional y se pregunta si ello es susceptible de una reinterpretacin
feminista. Al final de su anlisis, parece que dicha imagen, objetivada por tantas
proyecciones ideolgicas, ha dejado de ser referente actualmente, en tanto que la
importancia concedida a Mara en la religiosidad y piedad popular corresponde a una
concepcin de Dios que la teologa contempornea ha reequilibrado afortunadamente.
Pese a las reinterpretaciones teolgicas actuales, la mayora de las telogas feministas
no hallan en Mara estmulo alguno para las mujeres actuales, pues todava es utilizada
para legitimar la orientacin androcentrica, la visin patriarcal del cristianismo y para
fundar la vocacin, pretendidamente especfica, de la Mujer.

13. Teologas feministas del tercer mundo


La reflexin teolgica feminista se ve en la obligacin de diversificarse en funcin de
los contextos en que pretende inculturizarse. De hecho, los contextos del tercer o cuarto
mundo en los que se sitan tienen un parmetro en comn: el subdesarrollo y la pobreza
de las masas populares, en los que la miseria recae generalmente en las mujeres.
La cultura es un pretexto a menudo muy utilizado para violar sus derechos humanos y
para justificar su subordinacin, en tanto que los ritos sirven para asegurar la permanencia
de una tradicin que funda dicha subordinacin. Tal es el caso, ms particularmente, de
Asia y frica.

a) El contexto asitico

Telogas de diferentes confesiones y religiones, denuncian la explotacin
neocolonialista y los efectos perversos de la globalizacin que, bajo mltiples formas,
repercuten gravemente en las mujeres.
Algunas de ellas, bajo la influencia de la sabidura budista, manifiestan un inters
particular por la ecologa, por la integridad de la Creacin, a la vez que desarrollan una
espiritualidad de compasin.
A diferencia de la mayora de las occidentales, las telogas asiticas se acercan de
forma positiva a la cristologa y a la mariologa: antes que su masculinidad, ellas ven en
Cristo al libertador de todos los seres humanos, mientras que, apoyndose en el
Magnificat, consideran a Mara como una hermana en la fe y una aliada en su lucha por la
justicia.

b) El contexto africano

Como sus hermanas asiticas, creen que se impone pasar por el tamiz de la crtica las
tradiciones culturales y librar a las mujeres de los elementos perjudiciales como las
mutilaciones sexuales, las prohibiciones alimenticias, las costumbres referentes a las
viudas,... Asimismo, protestan enrgicamente por las interpretaciones androcntricas de la
Biblia, evocadas para justificar la inferioridad de las mujeres o su esclavitud a dichas
costumbres. En cuanto a la inculturacin del Evangelio, se centra sobre todo, en la lucha
cotidiana contra la pobreza. Se afanan por llevar a cabo esa inculturacin, a fin de que el
propio Evangelio sea realmente Buena Noticia para todos, incluidas las mujeres.

c) El contexto latino americano

En este continente, sometido a la vez a la influencia poltica y cultura de USA y lugar
natal de la teologa de la liberacin, la reflexin de las telogas se ha desarrollado, por una
parte, en referencia a esta corriente teolgica orientada hacia la pobreza y, por otra, a la
teologa feminista norteamericana centrada en el sexismo.
A partir de ello, las telogas latinoamericanas recurren a su crtica del patriarcado y de
la teologa clsica. Pero tambin reprochan el no haberse cuidado de otras causas mayores
de opresin que tiranizan a las mujeres de sus continentes: el racismo y el clasismo, de
los que las mujeres blancas acomodadas son testigos pasivos, incluso, cmplices.

d) El contexto de las minoras tnicas de los EE.UU.

En este contexto, nos hallamos ante dos tipos de reflexin teolgica que podemos
calificar como disidentes. La teologa Womanista se ha desarrollado sobre el trasfondo de

la Black Theology y de la teologa feminista blanca y burguesa con las que las afro-
americanas estn en contacto.
A la primera reprochan la reivindicacin de la liberacin del pueblo negro sin tener en
cuenta las mltiples formas de opresin y de violencia sufridas por las mujeres por el
simple hecho de ser mujeres y practicadas dentro de sus mismas comunidades. A la
segunda, estas descendientes de las esclavas la acusan de haber ignorado por demasiado
tiempo el racismo y el clasismo que sufren las mujeres negras y, de ser, a menudo, las
beneficiarias de su explotacin.

e) ltimo continente a abrirse a la teologa feminista: Australia

La reflexin teolgica feminista se implant tardamente en 1987, con una coloracin
claramente norteamericana, pero esta dependencia ser pronto contrarrestada por una
crtica womanista aborigen de la Iglesia australiana.

5. Una pluralidad de teologas feministas

La teologa feminista est llamada a poner el acento sobre los enormes contraste que
caracterizan las vivencias de las mujeres en el mundo (en particular aqullas de clases
modestas y de color, dedicadas a las tareas domsticas), y tambin a introducir nuevos
parmetros en sus anlisis.
Visto el estado actual de su desarrollo diversificado, no se puede hablar ya de una
teologa feminista en singular, sino de teologas feministas: es desde las
conceptualizaciones en plural que se conseguir que las tensiones tericas y los
conflictos de la prctica se conviertan en posibilidades creativas de solidaridad y de
dilogo.
No obstante, si en el curso de nuestro artculo utilizamos la expresin en singular, es
tan slo por comodidad y teniendo muy presente el sentido englobante de la pluralidad
diversa y fecunda de las teologas feministas.


III. LA TEOLOGA FEMINISTA Y LA TEOLOGA

1 Teologa de la Mujer y teologa feminista

Lejos de representar simplemente dos tendencias ms o menos divergentes, estos dos
tipos de teologa se distinguen, incluso se oponen por mltiples diferencias, unas
fundamentales, otras secundarias.
Una, la teologa de la Mujer, con una larga historia en su haber, se ha hallado con
muchas dificultades para romper con los esquemas de pensamiento ya obsoletos para
nuestros contemporneos. La otra, la teologa feminista, mucho ms reciente, se
caracteriza, al contrario que la primera, por una aproximacin crtica de la tradicin y
de la institucin, cuyo sexismo y androcentrismo estigmatiza.
Una emana de la institucin: surge de lo alto, de la Escritura, de los Padres de la
Iglesia, del Magisterio, de los telogos, de las telogas reconocidos. La otra, por el
contrario, surge de abajo: elaborada por telogas laicas, en general universitarias,
sin cargo jerrquico alguno.
Una es sobre todo catlica romana, pero tambin ortodoxa. La otra pretende ser
ecumnica en el sentido que trasciende fronteras confesionales y religiosas.

Una trata a la Mujer como objeto abstracto de un pensamiento deductivo. Para la
otra, las mujeres son los sujetos activos de una reflexin inductiva, suscitada por su
experiencia de la discriminacin sexista, de la opresin, de la alienacin.
Una se nutre de argumentos sacados de algunos textos bblicos, interpretados de
manera tradicional. La otra relee la Escritura combinando los mtodos cientficos
actuales con una hermenutica de la sospecha androcntrica.
Una desarrolla un discurso antropolgico sobre la Mujer, sin incidencias en otros
mbitos de la teologa, sino que justifica el statu quo en la vida eclesial y social. La
otra es una nueva manera de hacer teologa, un paso de deconstruccin-reconstruccin
que afecta a la exgesis bblica, a la dogmtica, a la cristologa, a la moral, a la
liturgia, sin olvidar la simbologa y el lenguaje...
Una est bastante centrada en algunos documentos del Magisterio y en algunos
telogos y telogas clsicos. La otra, por el contrario, prolifera en incesantes
publicaciones que abarcan cada vez ms los cinco continentes.
Una es una reflexin terica, primero ocasional, ms tarde sistemtica, que pretende
ser normativa para las mujeres. La otra, a semejanza de la teologa de la liberacin,
participa a la vez de la intelectualidad y del movimiento de liberacin de las mujeres.
Una de tipo metafsico, aspira a la universalidad intemporal, sin tener en cuenta la
multiplicidad de situaciones concretas vividas por las mujeres ni los medios socio-
culturales. La otra pretende contextualizarse: se diversifica en funcin de las
situaciones culturales y sociales en las que se enraza.
Una es homognea, constante, incluso repetitiva, con pocas variaciones. La otra,
consciente de profundas divergencias internas, se halla en constante evolucin que le
proporciona una rica diversidad.

Comparndolas nos topamos con dos teologas paralelas, cuyo nico punto de
convergencia parece ser su relacin con la cuestin femenina.


2. Teologa feminista y teologa acadmica

Contrariamente a lo que podra pensarse en un principio, la teologa feminista ha
tenido un impacto positivo en la reflexin teolgica contempranea. Veamos algunos
testimonios.
David Tracy, especializado en teologa fundamental, declara que el pensamiento
feminista ha sido el mayor estmulo para las diversas disciplinas, tanto para la filosofa
como para la teologa... Ya no es posible emprender un trabajo histrico serio, desde las
Escrituras hasta hoy, e ignorar los problemas de gnero, a la vez que redescubrir las
voces olvidadas, reducidas al silencio y marginadas de las mujeres... Las teologas
feministas y womanistas han hecho cambiar toda la reflexin teolgica seria.
Norbert Mette, laico y profesor de teologa prctica en el contexto alemn, subraya
que con su paradigma post-idealista, que no concibe una formacin de la teora sin el
contexto prctico del momento, muestra una gran afinidad con la seccin prctica de la
teologa.
Marciano Vidal, moralista espaol, reconoce la influencia positiva de la teologa
feminista en las investigaciones de la teologa moral: concretamente seala la
introduccin en la antropologa del concepto gnero (en vez de diferencia sexual), y
denuncia el trato negativo, pre-cientfico e ideolgico del que la mujer ha sido el
objeto en la reflexin de la teologa moral, desde la Patrstica hasta hace poco.


A guisa de conclusin

No puede ponerse en duda, pues, que camino de la teologa feminista invita a la
investigacin teolgica a una renovacin de perspectivas y mtodo.
La teologa feminista ganar en seguidores y en credibilidad si recurre ms a las
ciencias humanas para afinar sus anlisis y matizar algunas de sus certezas,
insuficientemente criticadas: la iluminacin de la filosofa, de la sociologa, de la historia,
de la psicologa, le llevaran sin duda a operar cambios de blancos y de acentos. Por
ejemplo, la nominacin Dios-Padre, segn ellas, responsable de la opresin sufrida por
las mujeres durante siglos. Un acercamiento interdisciplinario revelara su relatividad.
Probablemente, el recurso de la filosofa y la psicologa, equilibrando el deseo de
identificacin con la dinmica de la alteridad, conducira a una recuperacin hermenutica
ms que a una reforma radical del lenguaje.
Por otro lado, y a partir de su propia experiencia, las telogas del tercer y cuarto
mundo son menos sensibles a las cuestiones formales de conceptos y lenguaje y, se
muestran ms preocupadas por el cambio de mentalidad y de las estructuras opresivas.
Tal vez sea a partir del acento que ponen en la justicia social con respecto a las
mujeres que estas telogas pudieran ofrecer una posibilidad de reencuentro entre las
telogas feministas y la teologa de la Mujer.
Finalmente, es una utopa esperar que participando, cada uno a su manera, en el
movimiento teolgico contemporneo, estas dos corrientes, paralelas hasta el momento,
se reencuentren en un futuro no lejano y entablen un dilogo fecundo para las Iglesias, el
acercamiento ecumnico y... la causa de las mujeres?

Tradujo y condens: ANNA RUBIO

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