Casa de Muñecas - Ibsen
Casa de Muñecas - Ibsen
Casa de Muñecas - Ibsen
de Henrik Ibsen
dramaturgia:
Ignacio Apolo
En 1870 Ibsen conoci, primero por correspondencia y luego personalmente, a Laura Petersen,
una joven hermosa y vivaz a quien l llamaba su alondra. Cuatro aos ms tarde, Laura contrajo
matrimonio y se convirti en la Sra. Kieler.
Pero poco despus, su marido enferm gravemente. Los mdicos le aconsejaron tomar
vacaciones en un clima clido y Laura, para poder pagar el viaje sin preocupar a su esposo, pidi un
prstamo en secreto.
Con ese dinero, en 1876, el matrimonio pudo vivir en Suiza e Italia, y el Sr. Kieler se recuper.
De regreso, pasaron por Munich, donde Laura visit a Ibsen y le confi el secreto de su deuda. Ibsen le
aconsej contarle todo a su esposo y pedirle ayuda para pagarla, pero Laura, temerosa de lo que l
pudiera pensar, no lo hizo. Intent, en cambio, posponer el pago.
Su intento fracas. Finalmente, desesperada, falsific un pagar.
La falsificacin fue descubierta. El banco se rehus a pagar. Enterado de todo, el Sr. Kieler, en
ejercicio de sus prerrogativas como jefe de familia, encerr a su mujer en un asilo pblico, y reclam la
separacin y la quita de la custodia de los hijos.
No obstante, Laura ansiaba deseperadamente volver a su hogar. Su alta del asilo, tiempo
despus, slo fue admitida bajo la estricta vigilancia de su esposo.
La Sra. Kieler retorn, tal vez en vsperas de Navidad.
I. A.
Buenos Aires, diciembre de 2000
Casa de Muecas
Cristiania, Noruega.
Navidad de 1879.
Primera parte
1.
Nora, Helmer
(Nora abrazada sobre Helmer)
Nora: No me retes, Torvald; estaba todo regalado! Le compr un trajecito a Ivar, una trompeta a Bob, y
a Emmy una mueca con cunita Ah, y unos pauelos divinos a las empleadas
Helmer: Y qu quiere para ella, mi nena derrochona?
Nora: Nada.
Helmer: Vamos Pens algo que quieras mucho; pero que sea razonable.
Nora: Nada, en serio, aunque Torvi
Helmer: Mmh?
Nora: (Jugueteando) Si vos de-verdad-de-verdad quers regalarme algo pero en serio
Helmer: Dale, decime.
Nora: (Rpido) Dame plata. S, Torvi, s. Lo que creas que me pods dar; y yo me compro algo.
Helmer: Igualita a tu padre: necesito plata, plata, plata todo el tiempo, y apenas la consegus se te acaba.
Nada te alcanza.
Nora: Ojal hubiera heredado ms las cualidades de pap.
Helmer: Y as que mi chiquita piensa derrochar todo mi dinero?
Nora: Un poquito podemos, no? Un poquito.
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Helmer: A partir de ao nuevo, Nora. Y no me pagan hasta que termine el primer trimestre.
Nora: Bueno, Torvi; mientras tanto pedimos prestado.
Helmer: Pensamientos tpicos de mujer. Te dije mil veces lo que pienso de eso. (La mira un instante)
Mi pichoncito se puso triste? Qu es esto? Una trompita? (Saca plata)
Nora: Plata!
Helmer: Uuhh (Le da algunos billetes) Yo s cuntas cosas se necesitan en casa para Navidad
Nora: (Contando) Diez treinta cuarenta. Gracias, Torvi, gracias. Con esto tengo para rato.
Helmer: Eso espero. Ahora mirame a los ojos. (Amenazndola con su dedo) Esta nena no hizo ninguna
travesura?
Nora: Yo no hago nada que no te guste.
(Timbre: en la puesta, ser un sonido especial, diferente para cada personaje al entrar y/o salir)
Helmer: (Fastidiado) Visitas! No estoy en casa.
(Helmer entra a su despacho. Nora lo ve irse, saca un paquete de un bolsillo; se come una golosina y
esconde el paquete)
2.
Linde, Nora; a mitad de la escena, entra Rank a la casa por el pasillo interior.
Sra. Linde: (Nerviosa) Buenos das, Nora.
Nora: Buenos das
Sra. Linde: No me reconocs, verdad?
Nora: (De pronto) Cristina. Cristina! Pero, quin iba a decir...? Qu cambiada que ests!
Sra. Linde: Bueno, pasaron muchos aos
Nora: Claro. Te mudaste a la ciudad?
Sra. Linde: S, llegu esta maana en barco.
Nora: Justo en Navidad! Cmo nos vamos a divertir! Ven, sacate el abrigo. (La ayuda) Sentate. Ves?
Ya sos la de siempre, Cristina Pero ests ms delgada
Sra. Linde: Y ms vieja.
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Nora: No, no; ms madura, puede ser Ay, pero qu atolondrada! Perdoname, Cristina. Te quedaste
viuda, no?
Sra. Linde: S. Hace tres aos.
Nora: Ya saba; lo le en el diario. Cmo habrs sufrido! No te dej nada para vivir?
Sra. Linde: No.
Nora: Hijos?
Sra. Linde: No.
Nora: Nada?
Sra. Linde: Ni siquiera una pena Cosas que pasan, Nora.
Nora: Ay, quedarse sola! Debe de ser tan triste. Yo tengo tres hijos preciosos; pero ahora salieron con
la niera. Dale, contame todo de vos. Pero antes te cuento yo una cosa: ya te enteraste? A mi
marido lo nombraron gerente en el Banco de Acciones! No te imagins lo contentos que estamos.
Por fin vamos a vivir de otra manera Ay, Cristina, qu felicidad; tener plata y estar libres de
preocupaciones! No slo plata; mucha, mucha plata
Sra. Linde: (Sonriendo) Ay, Norita! Segus igual, eh? En el colegio ya te gustaba derrochar
Nora: (Sonriendo) S, Torvald todava me dice eso. (Amenazando con el dedo) Pero Norita no es tan
tonta como ustedes creen. Y adems no hubo mucho que derrochar. Tuvimos que trabajar los dos.
Sra. Linde: Vos tambin?
Nora: S, yo hice algunas cosas: bordar, tejer qu s yo! Tuvimos tantos gastos despus de
casarnos Torvald se llen de trabajo, de da y de noche, y no lo aguant. Se enferm estuvo
muy grave. Y los mdicos dijeron que lo nico que lo poda salvar era un viaje al sur.
Sra. Linde: S, me enter que estuvieron un ao en Italia.
Nora: Fue muy difcil. Con Ivar recin nacido Pero haba que ir. Ah, un viaje precioso, y adems le
salv la vida. Pero eso s, carsimo: cuatro mil ochocientas coronas.
Sra. Linde: Qu suerte que las tenan!
Nora: No; no las tenamos. Nos dio pap.
Sra. Linde: Ah, tu padre! Falleci en esa poca, no?
Nora: S, Cristina. Y no pude ir a cuidarlo! Estaba esperando a Ivar, y tena que ocuparme de Torvald.
Ah, Pap! No lo volv a ver. Es lo ms triste que me pas desde que me cas.
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Sra. Linde: Y tu marido se cur?
Nora: Totalmente. No se enferm ms. Los chicos tampoco; yo tampoco. (Se levanta) Ah, qu placer es
vivir y ser feliz! Pero, qu tonta! Hablando todo el tiempo de mis cosas. No te enojes Es cierto
que no queras a tu esposo? Por qu te casaste?
Sra. Linde: Mi madre estaba invlida, y enferma. Y adems, tena que mantener a mis hermanos.
Bueno no me pareci oportuno rechazar la oferta.
Nora: Mm por ah tenas razn. Era rico?
Sra. Linde: S, pero no tena negocios seguros. Cundo muri se vinieron abajo y no qued nada.
Nora: Ay, y qu hiciste?
Sra. Linde: Me las arregl, con una tiendita, un colegio Estos tres aos fueron como un enorme da de
trabajo, sin ningn descanso. Pero ya se acab. Mam muri; ya no me necesita. Y los chicos
tampoco; tienen trabajo y se mantienen solos.
Nora: Que alivio debs de sentir, no?
Sra. Linde: No, Nora; lo que siento es un vaco inmenso. No tengo a nadie por quien vivir No aguant
ms en aquel rincn. Ac es ms fcil encontrar trabajo y descansar la mente. Si tuviera la suerte
Mir: no lo tomes a mal, pero cuando me contaste lo de ustedes, me alegr ms por m que por vos.
Nora: Cmo? Ah, s, claro. Penss que por ah Torvald te puede conseguir algo. Bueno: dejalo en mis
manos. Solamente tengo que pensar alguna cosita para que acepte; algo que lo ponga contento
Ay, Cristina; me encanta poder ayudarte!
Sra. Linde:
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Nora: Vos me cres demasiado insignificante, Cristina, pero ests equivocada. Te sents tan orgullosa
de haber trabajado por tu madre
Sra. Linde: Yo no creo insignificante a nadie. Pero s estoy orgullosa, y feliz de haber conseguido que
viviera tranquila sus ltimos das.
Nora: Y tambin ests orgullosa de lo que hiciste por tus hermanos.
Sra. Linde: Creo que tengo derecho
Nora: S, claro. Pero te digo una cosa. Yo tambin tengo de qu sentirme orgullosa y feliz.
Sra. Linde: Nadie dice que no. Pero qu es?
Nora: Habl ms bajo; no se tiene que enterar Torvald, ni nadie ms que vos. Ven, acercate. Fui yo la
que le salv la vida a Torvald.
Sra. Linde: Le salvaste la vida? Cmo?
Nora: Con el viaje a Italia. Torvald no estara vivo si no hubiramos ido
Sra. Linde: S, ya s, pero tu pap te dio
Nora: Pap no nos dio nada. La plata la consegu yo.
Sra. Linde: Vos? Una suma tan grande?
Nora: Cuatro mil ochocientas coronas. Qu tal?
Sra. Linde: Te ganaste la lotera?
Nora: La lotera! Qu mrito tendra eso?
Sra. Linde: De dnde sacaste la plata entonces?
Nora: (Canturrea y sonre) Ah! Lalal lalal!
Sra. Linde: No creo que la hayas pedido prestada.
Nora: No? Y por qu no?
Sra. Linde: Porque una mujer casada no puede pedir prstamos sin el consentimiento de su marido.
Nora: (Orgullosa) Ah! Pero cuando una mujer casada tiene sentido de los negocios, y se sabe
manejar...
Sra. Linde: Nora, basta de jueguitos; cmo hiciste para que te prestaran?
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Nora: No hace falta que sepas todo. Y adems quin dijo que ped prestado? Hay muchas maneras
de conseguir dinero. Una nunca sabe; lo podra haber recibido de algn admirador. Pude haber usado
mis encantos Te ests muriendo de curiosidad.
Sra. Linde: Nora, escchame. No habrs hecho una tontera, verdad?
Nora: Es una tontera salvar la vida de tu marido?
Sra. Linde: No; es una tontera hacerlo sin que l lo sepa.
Nora: Pero si lo importante era eso, no entends? No tena que enterarse de lo grave que estaba. Los
mdicos me dijeron a m que l se poda morir, y que tenamos que ir al sur. Y no te creas que no
fui diplomtica al principio! Lo cargose con que quera viajar, que sera hermoso, que tantas otras
mujeres ya haban viajado; le llorique para que me tuviera en cuenta Bueno; hasta que al final le
insinu que pidiera un prstamo. Ah, slo de or la palabra casi se vuelve loco. Me dijo que era un
disparate y que su deber de esposo era no someterse a mis caprichos Y yo pens: Est bien; de
todos modos hay que salvarte; y busqu otra salida
Sra. Linde: Pero tu padre no le dijo que la plata no era suya?
Nora: No. Pap muri en esos das. Le iba a pedir que no le cuente, pero por desgracia no hizo falta.
Sra. Linde: Y despus? Nunca se lo contaste a Helmer?
Nora: No, por Dios; qu idea!
Sra. Linde: No penss decrselo nunca?
Nora: (Pensativa, sonriente) Alguna vez... Dentro de muchos aos, cuando ya no sea tan linda. No te
ras! Cuando ya no le guste tanto, y no se divierta ms conmigo Entonces, bueno, no estara mal
tener una carta en la manga Pero qu importa! Ese da no va a llegar nunca. Y, Cristina, qu
opins de mi gran secreto? No penss ahora que yo tambin sirvo para algo? Porque te digo que no
es tan fcil cumplir con los pagos. Tuve que ahorrar mucho, un poco de ac y un poco de all
Sra. Linde:
Nora: No te creas: despus descubr otras maneras de ganar plata. La Navidad pasada me consegu un
montn de trabajo para copiar. Me encerraba todas las noches y me quedaba escribiendo hasta muy
tarde. Era cansador, claro, pero tambin era divertido trabajar y que me paguen. Era casi como ser un
hombre.
(Timbre)
3.
Krogstad, Nora, Linde
Krogstad: (En la puerta) Buenos das, Sra. Helmer.
(La Sra. Linde lo ve; intenta darse vuelta para no ser vista)
Nora: Qu hace ac? Quiere ver a mi marido? Por qu?
Krogstad: Cosas del banco. Tengo entendido que va a ser nuestro nuevo gerente.
Nora: Entonces usted
Krogstad: Vine por rutina de negocios, Sra. Helmer. Es todo.
Nora: Bueno; haga el favor de entrar por la otra puerta. (Krogstad sale)
Sra. Linde: Quin era?
Nora: Un abogado, un tal Krogstad.
Sra. Linde: Ah; era l
Nora: Lo conocs?
Sra. Linde: Lo conoc hace aos. Trabajaba en un despacho del pueblo. Est cambiado.
Nora: Tuvo un matrimonio infeliz.
Sra. Linde: Se qued viudo, no?
Nora: Y con un montn de cros.
4.
Nora, Rank, Linde, luego Helmer
(Sale el Dr. Rank del despacho)
Nora: Dr. Rank! Ella es la seora Linde
Rank: Ah, un nombre que he escuchado bastante en esta casa. Vino a pasar Navidad?
Sra. Linde: No, doctor. Vine a buscar trabajo
Rank: Mmh, claro
Sra. Linde: Bueno; hay que vivir.
Rank: Parece ser la opinin general.
Nora: Dr. Rank, si usted quiere vivir la vida tanto como cualquier otro.
Rank: Por supuesto, cuando peor me siento ms quiero que el dolor se alargue y se alargue. Igual que
mis pacientes. Y que los enfermos morales. Justamente uno de esos est hablando con Helmer.
Nora: Quin?
Rank: No creo que lo conozca; se llama Krogstad, abogado, y corrupto hasta la mdula. Pero incluso l
empez decir, como si hiciera una revelacin fundamental, que tena que vivir.
Nora: Y por qu quera verlo a Torvald?
Rank: Algo del banco. Ahora que Helmer va a ser gerente, l pasa a ser su subordinado.
Nora: Ah s? Qu bueno. (Re pcaramente) Doctor, quiere un dulce?
Rank: Dulces? Pens que eran ilegales en esta casa.
Nora: (Esconde el paquete) Shh! (Helmer sale del despacho con el sombrero en la mano y el abrigo
colgando del brazo. Nora va hacia l) Te lo sacaste de encima, Torvald?
Helmer: S, ya se fue.
Nora: Ella es Cristina, que recin lleg a la ciudad.
Helmer: Cristina? Eh
Nora: La Sra. Linde, mi amor Cristina Linde. Hizo todo el viaje para hablar con vos.
Helmer: Ah s?
Sra. Linde: Bueno, ese no es realmente
Nora: (a Helmer) Cristina es muy, muy eficiente en trabajos de oficina, y ahora quiere trabajar para
alguien destacado, as puede aprender ms.
Helmer: Muy razonable, Sra. Linde.
Nora: Y cuando se enter que te haban nombrado gerente Bueno, alguien le cont en un telegrama.
Vino lo antes que pudo y Podras hacer algo por ella? Y por m? Mm?
Helmer: Puede ser. Tiene experiencia, Sra. Linde?
Sra. Linde: S, bastante.
Helmer: Bien; supongo que le podr encontrar un puesto.
Nora: S. (Aplaudiendo) Viste?
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Sra. Linde: Oh, cmo podra agradecerle?
Helmer: Ni lo piense. (Se pone el sobretodo) Bueno, disclpenme ahora
Rank: Un minuto, me voy con vos.
Sra. Linde: Yo tambin me retiro. Chau, Nora, querida, y gracias por todo.
(Salen. Nora permanece, complacida)
5.
Krogstad, Nora
Krogstad: Disculpe, Sra. Helmer.
Nora: (Acallando un grito) Ah!
Krogstad: Perdn
Nora: A qu viene ahora?
Krogstad: A hablar dos palabras con usted.
Nora: Conmigo? (Tensa) Quiere hablar conmigo?
Krogstad: S.
Nora: Y por qu hoy? Todava no es primero de mes.
Krogstad: Ya s; es Nochebuena Y depende de usted que maana sea una Feliz Navidad.
Nora: Pero qu quiere? No puedo conseguirla para hoy.
Krogstad: Por ahora no nos preocupemos por eso. Es otra cosa. Tiene un minuto?
Nora: Eh, s; aunque en realidad
Krogstad: Bien. Mire; recin vi salir a su marido con una seora
Nora: Y qu?
Krogstad: Le pregunto: esa seora no se llama Linde?
Nora: S.
Krogstad: Y lleg recin a la ciudad?
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Nora: S; hoy.
Krogstad: Es amiga suya?
Nora: S, pero no veo qu relacin
Krogstad: Yo tambin la conoca.
Nora: Ya lo s.
Krogstad: Ah, ella le cont todo, no? Es lo que pens. Entonces le voy a hacer una pregunta directa, y
espero una respuesta directa: le dieron a la Sra. Linde un puesto en el banco?
Nora: No s cmo puede tener la caradurez de interrogarme as, Krogstad. Usted es un subordinado de
mi marido. Pero ya que pregunta, le contesto. S; consigui trabajo en el banco porque yo se lo ped
a Helmer. Ahora ya lo sabe.
Krogstad: Me lo imaginaba
Nora: (Caminando) Como ve, tengo cierta influencia. Que yo sea mujer no significa que Mire,
Krogstad. Cuando uno es un subordinado, tiene que andar con mucho cuidado para no ofender a
alguien con mm
Krogstad: Influencia.
Nora: Exacto.
Krogstad: (Cambia el tono) Sra. Helmer, sera usted tan amable de usar esa influencia en mi nombre?
Nora: Eh? Qu pretende?
Krogstad: Sera usted tan amable de asegurarse que yo mantenga mi posicin subordinada en el
banco?
Nora: Y eso a qu viene? Quin pens en quitarle su empleo?
Krogstad: Ah, no tiene por qu fingir. Entiendo perfectamente que a su amiga no le guste cruzarse
conmigo en el trabajo. Pero ahora veo a quin le tengo que agradecer mi despido.
Nora: Yo le aseguro que no
Krogstad: S, s; bueno. Todava est a tiempo de impedirlo, as que le aconsejo que use su influencia.
Nora: Pero, Sr. Krogstad, en realidad yo no tengo
Krogstad: Ah no? Si acaba de decir que s
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Nora: Ya s, ya s, pero esto es diferente. Cmo puede pensar que tango tanta influencia sobre mi
esposo?
Krogstad: Vamos, seora; a Helmer lo conozco muy bien. Estudiamos juntos. Y dudo mucho que
nuestro director sea un marido ms firme que los dems.
Nora: Si va a insultar a mi esposo, le pido que se vaya.
Krogstad: Una mujer con carcter.
Nora: Mire, Krogstad, ya no le tengo miedo. En Ao Nuevo voy a estar libre de usted y de todo.
Krogstad: (Controlndose) igame. Si hace falta, voy a pelear por mi trabajo como si fuera mi vida,
estamos?
Nora: No venga a presumir
Krogstad: Y no lo hago por el sueldo; es lo que menos me importa. El tema es otro. Aunque seguro
usted ya sabe, como todo el mundo, que hace unos aos comet un error
Nora: S, algo escuch.
Krogstad: La cosa no lleg a los tribunales, pero a partir de eso me cerraron todas las puertas. Y ya sabe
a qu negocios me dediqu despus. Algo tena que hacer, y no fui peor que tantos otros. Pero tengo
que dejar eso atrs. Mis hijos crecen y necesito recuperar mi reputacin. El trabajo en el banco era el
primer escaln; y ahora su marido me quiere hundir otra vez en el barro.
Nora: Pero por Dios. Realmente no est en mi poder ayudarlo.
Krogstad: Porque no quiere. Pero yo tengo cmo obligarla.
Nora: No le ir a decir a Helmer que le debo plata
Krogstad: Y si lo hiciera?
Nora: Sera una infamia de su parte. Ese secreto es mi orgullo, mi felicidad, y si l se enterara de una
manera tan indigna Ah, saberlo por usted! No, no; me pondra en una situacin terriblemente
desagradable.
Krogstad: Desagradable? Nada ms?
Nora: (Vehemente) Est bien, hgalo. Peor para usted; mi esposo va a ver realmente lo maldito que es y
entonces s va a perder su trabajo.
Krogstad: Le pregunt si es solamente un poco de desagrado domstico lo que le da miedo.
Nora: Oiga, si mi marido descubre todo, le va a pagar en el momento y listo; nos deshacemos de usted.
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Krogstad: (Acercndose) igame usted a m, seora. O le falla la memoria o no tiene la ms mnima
idea de los negocios. Le voy a dar un curso bsico.
Nora: Qu me quiere decir?
Krogstad: Usted me pidi cuatro mil ochocientas coronas y yo se las promet con ciertas condiciones.
Pero usted estaba tan ansiosa que no les prest atencin. Le recuerdo los detalles? Usted tena que
firmar un pagar.
Nora: Y lo firm.
Krogstad: S, pero haba una clusula que pona a su padre como garante. Y esa clusula tena que
firmarla l mismo.
Nora: Tena? La firm.
Krogstad: Dej la fecha en blanco para que su padre la completara; se acuerda?
Nora: Creo que s, s
Krogstad: Y le di el contrato a usted para que se lo enviara por correo, o no?
Nora: S.
Krogstad: Bueno, usted se lo habr enviado enseguida, porque cinco o seis das despus me lo trajo
firmado y yo le di el prstamo.
Nora: Pero yo pagu siempre a tiempo, o no?
Krogstad: Ms o menos. De todas maneras, volviendo al punto me imagino que habrn sido das
difciles, Sra. Helmer.
Nora: S, muy difciles.
Krogstad: Su padre tambin estaba enfermo.
Nora: Se estaba muriendo.
Krogstad: Y muri poco despus?
Nora: S.
Krogstad: Y dgame, seora, se acuerda por casualidad qu da falleci? La fecha
Nora: Pap muri el 29 de septiembre.
Krogstad: Exacto. Estuve averiguando. Y ac es donde aparece lo raro del caso (Saca un documento)
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Nora: Lo raro? No s qu
Krogstad: Lo raro, Sra. Helmer, es que su padre firm el contrato tres das despus de morir. (Nora
guarda silencio) Muri el 29 de septiembre; pero mire qu curioso: fech la firma el 2 de octubre. Es
lo que yo llamara raro, o no, seora? (Nora se mantiene en silencio) Casi sobrenatural. (Nora
an no responde) Tambin me llam la atencin que la fecha no estuviera escrita con la letra de su
padre. Est escrita con una letra que me perece conocida. En fin, puede haber una explicacin: su
padre se olvid de fecharlo y otra persona le puso una fecha cualquiera, sin enterarse de su muerte.
No tiene nada de malo. Pero lo que realmente importa es la firma. Porque supongo que es autntica,
verdad? Su padre realmente firm esto, o no?
Nora: (Pausa) No, no firm l. Firm yo.
Krogstad: Ah s? Ahora esccheme. Se da cuenta lo grave que es esa confesin?
Nora: Por qu? Usted va a recibir todo lo que le debo muy pronto.
Krogstad: Le pregunto otra cosa. Por qu no le envi este contrato a su padre?
Nora: Porque no pude. Si le peda la firma, le tena que explicar para qu la necesitaba. Y estando tan
grave, no le iba a decir que Helmer tambin se poda morir. De ninguna manera.
Krogstad: Entonces, lo mejor que podra haber hecho era cancelar el viaje.
Nora: Pero qu dice! No entiende que ese viaje lo salv a mi esposo? Cmo lo iba a cancelar?
Krogstad: Pero usted me estaba estafando; nunca se le ocurri eso?
Nora: No poda pensar en eso. Por qu me iba a preocupar por usted? Lo odi por imponerme esas
condiciones, con lo grave que estaba Helmer.
Krogstad: Obviamente usted no tiene idea del grado de culpabilidad que implica lo que hizo. Slo le
puedo decir que lo que yo hice, lo que destruy mi posicin en la sociedad, no fue ni mejor ni peor
que eso.
Nora: Qu fue lo que hizo usted? Me va a decir que tambin se arriesg para salvarle la vida a su
esposa?
Krogstad: A la ley no le interesan los motivos.
Nora: Entonces la ley no sirve.
Krogstad: Sirva o no sirva, si yo presento este contrato en una corte, la ley la condena.
Nora: No le creo. Qu me quiere decir? Que una hija no est autorizada a ahorrarle disgustos a su
padre moribundo? Qu una mujer no tiene derecho a salvarle la vida a su marido? No s mucho de
leyes, pero tiene que haber algn recurso especial para estos casos. Y si usted, Krogstad, no lo
conoce, entonces debe ser un abogado bastante malo.
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Krogstad: Puede ser. Pero en tema de negocios, y sobre todo de esta clase de negocios que tenemos
usted y yo, s perfectamente de qu hablo. As que haga lo que quiera. Pero le digo una cosa: si yo
me hundo otra vez, usted se hunde conmigo.
(Sale)
6.
Helmer, Nora
(Helmer entra cargado con papeles de trabajo)
Helmer: Vino alguien?
Nora: Ac? No.
Helmer: Vi a Krogstad saliendo de casa.
Nora: En serio? Ah, s; estuvo aqu un minuto
Helmer: Nora. Vino a pedirte que hablaras por l, no? Mirme a los ojos: lo recibiste y te pidi que no
me contaras. Ay, Nora, Nora, cmo pods hablar con un tipo como se y prometerle cosas? Y
encima mentirme
Nora: No te ment!
Helmer: Me dijiste que no haba venido nadie. Pero mi pichoncito no va a hacer eso nunca ms. Va a
tener el piquito siempre limpio, estamos? S? (La abraza) Mhm? (La deja ir) Fin del tema.
(Revisa papeles. Corto silencio)
Nora: Torvald. Si no estuvieras tan ocupado, me gustara pedirte un favor enorme.
Helmer: Qu cosa?
Nora: (Pausa) Para la fiesta de disfraces qu me pongo?
Helmer: No te preocupes, Norita. Ya se me va a ocurrir algo.
Nora: Sos tan bueno conmigo! (Se acerca al rbol) Mir qu lindos adornos! Qu bonito Decime
una cosa, fue tan terrible lo que hizo Krogstad?
Helmer: Eh? S, claro. Falsific firmas. Tens idea de lo grave que es?
Nora: Mm, pero no pudo haberse visto obligado, por alguna necesidad?
Helmer: S. O tambin pudo hacerlo sin pensar, como tantos otros. Yo no soy tan desalmado como para
condenarlo por un caso aislado.
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Segunda parte
1.
Nora; entra Linde
Nora: Ah me asustaste!
Sra. Linde: Perdn. Queras verme; pasa algo?
Nora: S eh Quera que me ayudaras. Va a haber una fiesta arriba, en el consulado, y Torvald
quiere que me disfrace de pescadora napolitana y que baile lo que aprend en Capri (Saca el traje)
Yo no s, te parece que este disfraz se podr arreglar?
Sra. Linde: Veamos S, creo que s. Tens ah el costurero?
Nora: Lo vas a hacer ahora? Ay, qu buena que sos conmigo, Cristina! Qu hara sin vos?
(Linde se sienta a coser)
Sra. Linde: No digas pavadas, Nora Ah, te debe quedar precioso. Dejame pasar a verte cuando ests
arreglada para la fiesta.
Nora: S, claro, me encantara. (Tomando otra parte del disfraz) Dame que yo hago esta parte. (Pausa)
En serio me encanta que vengas, sabs? Tener una amiga que me visite
Sra. Linde: Habls como si yo fuera la nica
Nora: Bueno Torvald es muy celoso. Cuando nos casamos, me trajo a vivir ac, y se pona mal hasta
si yo mencionaba a algn amigo de all, de casa.
Sra. Linde: Ah, entiendo, s. Incluso me pareci que tu marido no tena idea de quin era yo cuando me
presentaste. Pero el Dr. Rank s; dijo que haba odo varias veces de m
Nora: Con l s hablo bastante.
Sra. Linde: Viene todos los das?
Nora: S. Lo conoce a Torvald desde chico. Es como de la familia.
Sra. Linde: Ah. (Pausa) Y decime; est siempre tan deprimido como anoche?
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Nora: No, anoche estaba terrible. Pero bueno, pobre, tiene una enfermedad gravsima. En realidad, su
padre era un vicioso, con una cantidad de amantes y esas cosas Al final, cuando tuvo un hijo, le
sali enfermo desde chiquito.
Sra. Linde: De dnde sacs todo eso, Nora?
Nora: Ay, Cristina, cuando pariste tres hijos te atienden esas seoras son casi mdicos, y te enters de
todo lo tens que saber, y un poco ms.
Sra. Linde: Ay, Nora, Nora Deberas cortar esa relacin con Rank.
Nora: Qu decs!
Sra. Linde: Tiene plata?
Nora: S.
Sra. Linde: Y familia?
Nora: No no.
Sra. Linde: Y viene todos los das
Nora: Y qu?
Sra. Linde: Vos cres que no s quin te prest la plata?
Nora: Pero, ests loca? Cmo se te ocurre? Un amigo de Torvald! Jams se me hubiera ocurrido
Aunque si yo le pidiera...
Sra. Linde: Pero no se lo pediras.
Nora: Claro que no. Aunque un hombre podra manejar mejor todo esto (Pausa) Decime, vos sabs
si cuando termins de pagar todo te devuelven el pagar?
Sra. Linde: Nora, vos me ests ocultando algo. Qu pasa?
Nora: Ay, Cristina (Se detiene) Sh; es Torvald. Entr un momento. No le gusta ver a alguien cosiendo,
y Por favor, and con los chicos a ver cmo estn, porque yo Bueno. No pude estar con ellos
y no s si se pueda
Sra. Linde: (Juntando sus cosas) No? Est bien; yo me ocupo. Pero despus me vas a decir qu est
pasando.
2.
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Nora, Helmer
(Entra Torvald)
Nora: (Acercndose) Torvald
Helmer: Era la costurera?
Nora: No, era Cristina. Me est ayudando a arreglar el disfraz. Ya vas a ver qu bien me queda.
Helmer: Ah. No fue una idea genial la que tuve?
Nora: Perfecta! Pero yo tengo el mrito de complacerte.
Helmer: (Acaricindole el mentn) Mrito? Por complacer a tu marido? Bueno, bueno, picarona.
Ya s que no era lo que queras decir. (Pausa) Bien, no te molesto ms; supongo que te lo tendrs
que probar.
Nora: Tens que trabajar?
Helmer: S. (Le muestra una pila de papeles) Estuve en el banco. (Se va para el despacho)
Nora: Torvald.
Helmer: (Detenindose) Mmh?
Nora: Si tu ardillita te pidiera mucho, mucho, una cosa
Helmer: Qu cosa?
Nora: La haras?
Helmer: Depende de lo que sea, por supuesto.
Nora: Tu ardillita saltara, y te hara piruetas. Sera muy pero muy juguetona si vos fueras muy bueno
Helmer: Vamos. Qu es?
Nora: Tu alondra cantara por toda la casa
Helmer: Las alondras siempre cantan, de todas maneras.
Nora: Entonces voy a ser un duendecito que va a bailar para vos a la luz de la luna
Helmer: Nora, no vas a insistir en lo de esta maana
Nora: (Sobre l) S, Torvi, por favor, por favor...
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Helmer: Y te atrevs a pedrmelo de nuevo?
Nora: S, s. Dej que Krogstad se quede en el banco.
Helmer: Nora, mi amor, ya le di ese puesto a tu amiga.
Nora: S, y fuiste tan bueno; pero por qu no despeds a otro en lugar de Krogstad?
Helmer: Qu cabeza dura! Te cres que lo tengo que hacer solamente porque vos se lo prometiste?
Nora: No es por m, Torvald; es por vos. Vos me dijiste que ese tipo escribe en los peores diarios. Puede
hacerte dao, Torvi, tengo miedo...
Helmer: Ah, es eso. Te hace acordar a lo que pas antes, no?
Nora: Qu?
Helmer: Lo que le pas a tu padre.
Nora: S, eso; s. Esas monstruosidades que escribieron; esos pervertidos. Si no te enviaba el Ministerio
para investigar; si no hubieras sido tan bueno con l
Helmer: Nora, querida, hay una gran diferencia entre tu padre y yo. Tu padre no era lo que se dice un
funcionario intachable. Yo s; y espero seguir as mientras conserve mi puesto.
Nora: Ay!, pero quin sabe lo que son capaces de inventar las malas lenguas. Y ahora que podramos
vivir tranquilos y felices vos, yo; los chicos Por eso te lo pido as, te lo suplico
Helmer: Y justamente, porque sos vos la que lo pide, no voy a aceptar. En el banco ya saben que lo
despido; si llegara a saberse que el nuevo gerente se dej influir por su mujer
Nora: Y qu con eso?
Helmer: Ohhh, nada, por supuesto; no importa nada mientras una testaruda que conozco consiga lo que
se le antoje Slo me tengo que poner en ridculo delante del personal Dejar que la gente piense
que me dejo influir por cualquiera De ninguna manera. Y adems hay algo que hace imposible
que Krogstad se quede mientras yo sea el gerente.
Nora: Qu cosa?
Helmer: Mir, hasta cierto punto yo podra pasar por alto sus limitaciones morales.
Nora: S, no, Torvald?
Helmer: Y adems es bastante eficiente. Pero no; la cuestin es que fuimos compaeros de escuela. Y l
fue una de esas amistades hechas porque s, de las despus te arrepents. Mir, te lo digo sin
vueltas: Krogstad me tutea. Es totalmente desubicado de su parte, pero me tutea siempre, incluso
delante de los dems. Por Dios! Cree que tiene derecho a tratarme como se le antoje. Torvald, qu
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te parece tal cosa; hey, Torvald, tal otra. Te lo cuento as, pero me molesta terriblemente. No lo
soporto en el banco.
Nora: Torvald. No pods hablar en serio
Helmer: No? Por qu no?
Nora: Porque es algo tan insignificante.
Helmer: Qu quers decir? Insignificante? Me cres insignificante?
Nora: No, a vos no; justamente por eso
Helmer: Bueno, si decs que lo me pasa es insignificante, quiere decir que yo tambin soy insignificante.
Ja! Ya veo adnde llegaron las cosas. Es hora de terminar con todo esto. (Camina hacia la puerta y
llama.) Elena!
Nora: Qu hacs?
Helmer: (Extrae un papel) Tomo una decisin. (Lo lleva hasta la puerta) Ya vas a ver, testaruda. (Entra
por la puerta un instante. Nora a solas, paralizada. Helmer vuelve) Hecho.
Nora: Qu hiciste?
Helmer: Qu te importa? Asuntos de trabajo. (Arreglando sus papeles. Pausa). Slo envi una carta.
Nora: (Sin aliento) Ah Qu haba en la carta?
Helmer: El despido de Krogstad, qu mas iba a haber?
Nora: Recuperala, Torvald; todava hay tiempo! Ah, Torvald, por favor, recuperala. Hacelo por m, y
por vos Y por los chicos.
Helmer: Basta, Nora.
Nora: Por favor, Torvald, escuch. Vos no sabs lo que esto puede traer.
Helmer: Ya es tarde, Nora.
Nora: Ah, s Demasiado tarde.
Helmer: Nora. Mi Norita: te perdono toda esta ansiedad, aunque sabs que en el fondo es un insulto para
m. Claro que s! O no es un insulto pensar que yo tendra que tenerle miedo a un abogaducho sin
moral? Pero te perdono; a pesar de todo te perdono, porque tu miedo me demuestra cunto me ams.
(La toma entre sus brazos) No te asustes, Nora, mi amor. Creeme que, si alguna vez de verdad hace
falta, yo tengo el coraje para enfrentar los problemas. Conf en m. Ya te va a quedar claro que soy
lo bastante hombre como para cargar todo sobre mis hombros.
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Nora: (Horrorizada) Qu quers decir con cargar todo?
Helmer: Lo que digo.
Nora: (Firmemente) No puedo permitir que cargues con todo.
Helmer: Bueno, est bien. Compartimos la carga, como marido y mujer. Como debe ser. (La acaricia)
Y? Ests contenta? Vamos, no pongas esos ojitos de paloma asustada. Le tens miedo a cosas sin
fundamento. Lo que en realidad tens que hacer es buscar tu pandereta y practicar la tarantela para la
fiesta. Yo me voy al despacho y cierro la puerta, as no escucho nada y vos pods hacer todo el ruido
que quieras. (Se da vuelta en la puerta) Decle a Rank que venga a verme cuando llegue.
(Sale y cierra la puerta. Nora permanece clavada al piso, aterrorizada)
3.
Nora, Rank
(Timbre. Entra Rank)
Nora: Buenas tardes, Dr. Rank. Saba que era usted por la forma de tocar el timbre. Todava no entre a
ver a Torvald creo que est ocupado.
Rank: Y usted?
Nora: Ya sabe que yo siempre tengo un momento para usted.
Rank: Gracias. Me pienso aprovechar de eso todo el tiempo que nos quede.
Nora: Qu quiere decir? Cmo el tiempo que nos quede?
Rank: Exactamente eso. La asusta?
Nora: Bueno, es una manera muy particular de expresarse. Est esperando que pase algo?
Rank: Vengo esperando que ese algo pase desde hace mucho, pero no cre que iba a llegar tan rpido.
Nora: (Tomndolo del brazo) Qu descubri? No me lo puede ocultar, doctor.
Rank: (Se sienta) Mi estado va de mal en peor. Ya no hay nada que pueda hacer.
Nora: (Con alivio) Ah, se refiere a usted.
Rank: S, claro, a quin ms? Es intil que me engae. Soy el ms desgraciado de mis pacientes. En
estos das cerr un balance general de mi estado y declar la bancarrota. As que en un mes,
probablemente, ya voy a estar pudrindome en el cementerio.
Nora: Pero mire lo que dice!
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Rank: No es para menos. Pero no es lo peor; lo peor son los horrores que tengo de pasar antes que
termine. Me queda un solo anlisis que hacer, y cuando est, voy a saber cundo empieza la
aniquilacin. As que hay algo que quiero pedirle. Yo s lo sensible que es Helmer; la aversin que
le tiene a todo lo repugnante. Por eso no quiero que venga a verme.
Nora: Pero Dr. Rank
Rank: No quiero que venga; le voy a cerrar la puerta. Cuando est seguro de lo peor, le voy a enviar a
usted mi tarjeta, marcada con una cruz negra; as va a saber que comenz el desastre.
Nora: Usted est demasiado mrbido hoy. Y yo que necesitaba tanto verlo alegre!
Rank: Bueno, despus de todo me estoy muriendo Ah, tener que pagar as por los pecados de otro.
Es justo acaso? Y aunque no lo sea, casi todas las familias parecen sufrir este tipo de
Nora: (Se tapa los odos) Est diciendo tonteras. Vamos, anmese!
Rank: Bueno, supongo que lo nico que puedo hacer es rerme. Mi pobre columna igual va a seguir
purgando las alegras que disfrut mi padre cuando era teniente.
Nora: S, claro; l tena mucha debilidad por los esprragos, y el pat de foie, verdad?
Rank: S. Y por las trufas.
Nora: Claro, las trufas. Infaltables. Y tambin las ostras
Rank: Las ostras, indudablemente.
Nora: Y el oporto, y el champagne. Qu lstima que las cosas que dan ms placer perjudiquen la espina
dorsal.
Rank: Especialmente cuando la espina que atacan nunca pudo disfrutar ejem, de esos placeres.
Nora: Ay, s, eso debe ser lo ms triste.
Rank: (Mirndola fijamente) Hm
Nora: Qu es esa sonrisita?
Rank: No, usted estaba sonriendo.
Nora: Yo no; fue usted, doctor.
Rank: (Levantndose) Creo que usted es ms pcara de lo que pensaba.
Nora: No, es que hoy tengo ganas de hacer locuras.
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Rank: Ya veo.
Nora: (Ponindole las manos sobre los hombros) Doctor, no me conformo con eso de que usted nos
abandone, a m, y a Torvald.
Rank: Se van a recuperar pronto. La gente hace nuevas amistades
Nora: Qu nuevas amistades, doctor?
Rank: Usted y Helmer las van a hacer cuando yo no est. Es ms; creo que usted ya empez. Qu
estaba haciendo esa Sra. Linde ac?
Nora: Ay, no me diga que est celoso de la pobre Cristina.
Rank: Por supuesto que estoy celoso. Va a ser mi sucesora en esta casa. Cuando yo est muerto y
enterrado
Nora: Shh! No hable tan fuerte que est ah dentro.
Rank: Hoy tambin! No ve lo que quiero decir?
Nora: Pas a arreglarme el traje. Dios mo, qu quisquilloso se me pone, doctor! (Sentndose en el
sof) Ahora prtese bien. Mire, va a ver lo bien que voy a bailar maana. Tiene que imaginar que
bailo para usted y para Torvald, obviamente. (Saca objetos de la caja) Venga, sintese, doctor,
que le voy a mostrar una cosita.
Rank: (Sentndose) Qu cosita?
Nora: Mire.
Rank: Medias de seda.
Nora: Color piel. No son preciosas? Ahora est demasiado oscuro, pero maana No, no; no le dejo
ver ms que el pie; aunque, no s tambin podra mostrarle el resto.
Rank: Hm
Nora: Por qu pone esa cara? Cree que no me van a quedar bien?
Rank: El problema es que no tengo fundamentos completos para opinar sobre el tema.
Nora: (Mirndolo un momento) Pero no le da vergenza? (Le golpea una oreja la media) Tome, por
malo. (Envuelve las medias de nuevo)
Rank: Y qu otras delicias tiene para mostrarme?
Nora: No le voy a mostrar nada ms, por atrevido. (Tararea un poco, revolviendo en la caja.)
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Rank: Estando ac, sentado con usted, no puedo entender Digo, simplemente no me puedo imaginar
qu habra sido de m de no haberlos tenido
Nora: (Sonriendo) Parece que la pasa muy bien con nosotros.
Rank: (Susurro) Y tener que abandonarlo todo!
Nora: Qu pavada! Usted no va a abandonar nada!
Rank: S; sin dejar ni siquiera un seal de gratitud! Bueno, a lo sumo un vaco pasajero...
Nora: Y si ahora yo le pidiera algo?
Rank: Qu?
Nora: Una gran prueba de amistad.
Rank: Una?
Nora: Quiero decir, si yo le pidiera un favor inmenso.
Rank: Me va a dar por fin esa alegra?
Nora: Pero si no sabe qu es.
Rank: Bueno; dgamelo.
Nora: No puedo, doctor; es demasiado, entiende? Un consejo, una ayuda un servicio.
Rank: Mejor todava. No me imagino qu es pero, hable, por Dios...! No merezco su confianza?
Nora: S; ms que nadie. Usted es mi mejor amigo, doctor. Tiene que ayudarme a evitar una cosa.
Usted sabe cmo me quiere Torvald, y sabe que no dudara ni un segundo en dar la vida por m
Rank: (Inclinndose hacia ella) Nora, acaso usted cree que l es el nico?
Nora: (Ligeramente agitada) Perdn?
Rank: ...el nico que dara la vida por usted?
Nora: (Triste) Pero, doctor
Rank: Me jur a m mismo decirle lo que siento antes de morir. Y nunca voy a tener una oportunidad
mejor. Se lo confieso; Nora, ahora lo sabe. Y tambin sabe que puede confiar en m ms que en
nadie.
Nora: (Levantndose) Djeme pasar.
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Rank: (Dejndola pasar) Nora
Nora: (Acercndose a la estufa) Ay, doctor, doctor, eso estuvo muy mal de su parte!
Rank: (Se levanta.) Estuvo mal haberla amado ms que a nadie?
Nora: No, estuvo mal habrmelo dicho. No haba ninguna necesidad.
Rank: Qu me est insinuando? Ya lo saba? (Nora se da vuelta y enciende una lmpara) Nora
Permtame preguntarle si lo saba.
Nora: No s si lo saba o no No le puedo decir Cmo pudo ser tan torpe, doctor? Con lo bien que
iba todo!
Rank: Bueno, al menos le di la seguridad de que estoy a su disposicin en cuerpo y alma. Me quiere
hablar sin vueltas de ese favor que necesita?
Nora: (Mirndolo) Despus de lo que acaba de pasar? (Busca la lmpara)
Rank: Se lo ruego; dgamelo.
Nora: Ahora no le puedo decir nada.
Rank: S que puede; no me castigue as. Djeme hacer todo lo que pueda por usted.
Nora: Usted ya no puede hacer nada, absolutamente nada por m (Pausa) Igual, siento que no va a
hacer falta. Al fin y al cabo, habrn sido fantasas mas. (Se sienta) Pero qu caballero que result
usted, doctor! No le da una vergenza espantosa ahora, con la luz encendida?
Rank: No; sinceramente, no. Pero ser cuestin de que me vaya para siempre?
Nora: De ninguna manera. Usted tiene que seguir viniendo como antes. Sabe muy bien que Torvald no
puede estar sin verlo.
Rank: Y usted?
Nora: Yo? A m me resulta todo tan agradable cuando est usted.
Rank: Justamente. Es lo que me llev a equivocarme. Porque usted es un misterio para m. Muchas
veces me pareci que le gustaba estar conmigo tanto como con Helmer.
Nora: Bueno; a algunas personas les tenemos ms cario, pero preferimos la compaa de otras.
Rank: S; supongo
Nora: Yo, cuando viva en casa, al que ms quera era a pap, obviamente. Pero lo que ms me gustaba
era hacerme una escapadita al cuarto de las sirvientas; no me retaban nunca y hablaban entre ellas
de cosas muy divertidas.
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Nora: No se lo voy a permitir.
Krogstad: Si usted no puede
Nora: Ahora s tengo el coraje.
Krogstad: Me quiere asustar? Una damita sensible y malcriada como usted?
Nora: Ya va a ver.
Krogstad: Y adnde lo va a hacer; debajo del hielo? En el fondo oscuro del agua? La prxima
primavera va a salir su cadver flotando, pero todo desfigurado, podrido, sin pelo; ni siquiera la van
a reconocer
Nora: No me asusta.
Krogstad: Usted tampoco. La gente no hace cosas as por una razn tan tonta, seora. Adems, de qu
le servira? Ya tengo a su esposo exactamente donde quera tenerlo.
Nora: Pero y si yo?
Krogstad: Yo ya tengo su reputacin en mis manos, seora. Viva o muerta. As que no haga ninguna
estupidez. Y cuando Helmer lea mi carta, espero una contestacin. l me oblig a esto. Nunca se lo
voy a perdonar. Adis.
(Sale. Una carta cae dentro del buzn.
Los pasos de Krogstad se alejan. Nora se queda mirando el buzn)
5.
Linde, Nora, luego Helmer desde adentro
(La Sra. Linde entra desde la izquierda con el disfraz)
Sra. Linde: No se puede arreglar ms. Te lo quers probar?
Nora: (Con voz ronca) Cristina, ven.
Sra. Linde: (Tirando el vestido sobre el sof) Qu te pasa? Ests como trastornada.
Nora: Ves esa carta? Ah, por el vidrio del buzn.
Sra. Linde: S, ya la veo.
Nora: Es de Krogstad.
Sra. Linde: Nora! Fue Krogstad el que te prest el dinero?
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Nora: S. Y ahora Torvald va a descubrir todo.
Sra. Linde: Bueno, Nora, creeme. Es lo mejor para ustedes dos.
Nora: No, es peor de lo que penss. Falsifiqu una firma.
Sra. Linde: Por Dios, Nora!
Nora: Hay una sola cosa en la que me pods ayudar Te la pido ahora, Cristina. Quiero que seas mi
testigo.
Sra. Linde: Testigo de qu?
Nora: Si a m me pasara algo algo que no me permitiera estar presente
Sra. Linde: Nora, te volviste loca?
Nora: Si yo no estuviera y alguien quisiera cargar con toda la culpa Me entends? Vas a ser mi
testigo y vas a decir que no es cierto, Cristina. No estoy loca: s perfectamente lo que digo, y te juro
que nadie ms que yo saba algo de la firma y el dinero. Lo hice todo yo sola, todo. Acordate.
Sra. Linde: S, s, me voy a acordar. Pero no entiendo
Nora: Y cmo podras entender? Va a ocurrir un milagro.
Sra. Linde: Eh? Un milagro?
Nora: S, un milagro. Pero es tan terrible No tengo dejar que pase por nada del mundo.
Sra. Linde: Voy a hablar con Krogstad ya mismo.
Nora: No, por favor, ese animal es capaz de hacerte dao a vos tambin.
Sra. Linde: Hubo un tiempo en que l habra hecho cualquier cosa por m.
Nora: Cmo?
Sra. Linde: Dnde vive?
Nora: Y yo qu s Ah, esper un poco (Revisa desesperadamente sus cosas) Ac tengo su tarjeta.
Pero la carta la carta!
Helmer: (En el despacho, golpeando la puerta) Nora!
Nora: (Aterrorizada.) Ah! Qu pasa? Qu quers?
Helmer: No te asustes que no vamos a entrar. Me cerraste con llave. Te ests probando el vestido?
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Nora: S Me estoy probando. Ya vas a ver qu bien me queda, Torvi.
Sra. Linde: (Con la tarjeta) Vive a la vuelta.
Nora: Es intil. La carta est en el buzn.
Sra. Linde: Tu marido tiene la llave?
Nora: S.
Sra. Linde: Entonces Krogstad tiene que inventar un pretexto para que se la devuelva sin leerla.
Nora: Pero es que justo a esta hora Torvald viene a ver
Sra. Linde: Entretenelo un rato mientras voy. Vuelvo lo ms pronto que pueda.
(Sale)
6.
Helmer, Nora, Rank; al final, aparece Linde
Nora: (Va hacia la puerta de Helmer, la abre y se asoma.) Torvald.
Helmer: (Entrando con Rank) Bueno, por fin me dan permiso para entrar en mi propia sala. Pero, qu
pasa?
Nora: Por qu, Torvald?
Helmer: Rank me anunci una exhibicin del disfraz
Rank: Debo haber entendido mal.
Nora: S; tienen que esperar hasta maana para verme toda toda
Helmer: Pero Nora, qu te pasa? Ests agotada, ensayaste demasiado el baile?
Nora: No, no ensay nada todava.
Helmer: Lo vas a tener que hacer.
Nora: S, s. Ya s. Pero no puedo si no me ayuds. Me olvid todo. Todo.
Helmer: Bueno, ya te vamos a hacer recordar.
Nora: S, ocupate de m, Torvald. Prometeme. Estoy tan nerviosa. La fiesta es tan importante. Tens que
dedicarme toda esta noche a m; sin negocios, sin distracciones. No pods ni siquiera levantar una
lapicera. Prometmelo, Torvald.
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Nora: S, ves que te necesito? Tens que ayudarme hasta el ltimo momento, me lo promets?
Helmer: Por supuesto. No pods hacer esto as; lo tengo que mejorar.
Nora: Entonces ni hoy ni maana vas a pensar nada ms que en m. No quiero que abras ni siquiera una
carta ni el buzn, ni nada.
Helmer: Pero vamos! Todava le tens miedo a ese tipo
Nora: S, bueno, eso tambin.
Rank: (En voz baja a Helmer) No la contradigas
Helmer: (Abrazando a Nora por la cintura) Se va a hacer lo que quiere mi chiquita Pero maana a la
noche, cuando ya hayas bailado...
Nora: Queds en libertad. (Lo besa, se desprende y corre hasta una puerta. Grita) Elena, llev
champagne a la mesa.
Helmer: Y ahora tenemos fiesta?
Nora: S, fiesta y champagne hasta que amanezca. Y unos dulces, (a la puerta, gritando) Elena mejor
dicho, muchos dulces, por una vez! (Va a gritar de nuevo; Helmer la toma del brazo)
Helmer: Basta de locuras! Dnde qued mi pajarito de siempre el que no se porta as?
Nora: Ac, Torvald; bueno, me porto bien. Pero ahora sal un minuto, y usted tambin, doctor. Cristina,
me ayuds a arreglarme el pelo?
Rank: (Por lo bajo, mientras salen) Decime, ella no estar, ejem, embarazada?
Helmer: No; para nada. Es ese miedo infantil que te contaba; se porta como una nena cuando se pone
nerviosa.
(Salen por la derecha al interior de la casa)
Nora: (a Cristina) Y?
Sra. Linde: Se fue al campo y vuelve maana a la noche. Le dej un mensaje.
Nora: Mejor no lo hubieras hecho. No tendramos que evitar nada. En el fondo, es una alegra tan grande
estar esperando un milagro
Sra. Linde: Me decs de una vez qu es ese milagro que espers?
Nora: Oh, vos no lo pods entender. And con ellos; la cena est servida. Yo ya voy.
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(La Sra. Linde pasa al comedor.
Nora hace un esfuerzo para dominarse y mira su reloj. Queda en silencio, tensa.
Helmer aparece en la puerta a la derecha.)
Helmer: No viene mi pajarito?
Nora: (Corriendo hacia l) Ac lo tens!
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Tercera Parte
1.
Linde, Krogstad
Sra. Linde: Bueno, Krogstad; hablemos.
Krogstad: Tenemos algo de qu hablar nosotros?
Sra. Linde: Mucho.
Krogstad: Quin lo hubiera dicho
Sra. Linde: Nunca me entendiste.
Krogstad: Y qu tena que entender? Es la historia ms vieja del mundo. Una mujer se saca de encima
un hombre cuando aparece otro con ms plata.
Sra. Linde: Cres que te dej sin pensar lo que haca?
Krogstad: Por qu me escribiste esa carta?
Sra. Linde: No tena alternativa; tena que dejarte. As que la escrib para que pudieras olvidar mejor tus
sentimientos.
Krogstad: (Apretando los puos) Qu considerada Y todo por la plata.
Sra. Linde: Y por una madre invlida y dos hermanos que cuidar. No podamos esperarte, Krogstad, con
esos proyectos tuyos tan lejanos
Krogstad: Mis proyectos? Puede ser. Pero no tenas derecho a dejarme por otro.
Sra. Linde: No s. Me pregunt muchas veces si tena derecho o no.
Krogstad: Cuando me dejaste, fue como si desapareciera la tierra bajo mis pies.
Sra. Linde: A lo mejor la salvacin est cerca.
Krogstad: Estaba cerca, pero viniste y te metiste en el medio.
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Sra. Linde: Yo no saba nada, Krogstad. Recin hoy me enter que eras vos al que reemplazaba. Yo
dejara ese puesto en el banco, pero no creo que te convenga ahora.
Krogstad: Que me convenga? Yo lo dejara de todos modos.
Sra. Linde: La vida me ense a ser cautelosa, y sensata.
Krogstad: Y a m me ense a no creer en frases huecas.
Sra. Linde: Entonces te ense bien. Pero todava cres en los hechos, no?
Krogstad: Qu quers decir?
Sra. Linde: Yo tambin me qued sin tierra bajo los pies. No tengo a nadie por quien sufrir; a nadie a
quien dedicarme. En fin. Creo que todo indica que deberamos juntarnos.
Krogstad: Cmo?
Sra. Linde: Tendramos ms posibilidades.
Krogstad: Cristina
Sra. Linde: Por qu penss que vine a la ciudad?
Krogstad: No pods haber pensado en m.
Sra. Linde: Yo tengo que trabajar para soportar la vida. Desde que tengo uso de razn, trabaj siempre,
y el trabajo fue mi nica alegra. Pero ahora estoy sola en el mundo, abandonada. Trabajar para una
misma no da satisfaccin, Krogstad. Y vos podras darme alguien por quien trabajar.
Krogstad: No te creo. Este es uno de esos arrebatos romnticos, femeninos; sacrificarse y esas cosas
Sra. Linde: Te parezco arrebatada y romntica?
Krogstad: Pero no puede ser, Cristina Conocs mi pasado?
Sra. Linde: S.
Krogstad: Mi reputacin
Sra. Linde: Pens que insinuabas que conmigo habras sido diferente.
Krogstad: Claro que s.
Sra. Linde: Bueno; todava hay tiempo.
Krogstad: Cristina... Tens todo muy pensado, no? S, se te nota. Pero ests segura de tener valor
para?
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Sra. Linde: Yo slo necesito alguien para cuidar, y tus hijos necesitan una madre. (Pausa) Vos y yo nos
necesitamos, uno al otro. Y adems creo en vos, Krogstad. S. Me pienso arriesgar y afrontar lo que
pase.
Krogstad: (Tomndole las manos) Gracias, Cristina, gracias. Ahora s puedo encontrar la forma de
recuperarme. Ah, me olvidaba de...
Sra. Linde: (Escuchando) Sh. Es la tarantela. Tens que irte.
Krogstad: Por qu? Qu pasa?
Sra. Linde: Os la msica? Cuando termine, regresan.
Krogstad: Bueno, me voy; igual ya es intil. Vos no sabs, claro, el paso que di contra los Helmer.
Sra. Linde: S, Krogstad, estoy al tanto.
Krogstad: Y an as tens valor pa?
Sra. Linde: Comprendo perfectamente hasta dnde puede llevar la desesperacin a un hombre como
vos.
Krogstad: Si pudiera deshacer lo que lo hice
Sra. Linde: Pods; tu carta todava est en el buzn.
Krogstad: Ests segura?
Sra. Linde: Completamente; pero
Krogstad: Ah, de eso se trata, entonces. Quers rescatar a tu amiga a cualquier precio. Decmelo
directamente, es eso?
Sra. Linde: Krogstad, una persona que se vendi una vez para salvar a alguien no comete el mismo error
de nuevo.
Krogstad: Le voy a pedir a Helmer que me devuelva la carta.
Sra. Linde: No! No.
Krogstad: Por qu no? Lo espero ac hasta que baje y le pido que me la devuelva. Le digo que es
acerca de mi despido, y que es mejor que no la lea.
Sra. Linde: Krogstad; no pidas esa carta.
Krogstad: Vamos, Cristina. No fue por eso que me citaste en realidad?
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Sra. Linde: S, en un primer momento. Pero ya pas un da entero, y vi cosas increbles en esta casa.
Helmer tiene que enterarse de todo.
Krogstad: Bueno, si vos quers cargar con esa responsabilidad Pero hay algo que s puedo hacer por
ellos; y lo voy a hacer ya mismo.
Sra. Linde: (Escuchando) Apurate; tens que irte! Termin el baile.
Krogstad: Te espero afuera.
Sra. Linde: S. Me gustara que me acompaaras a casa.
2.
Helmer, Linde, Nora
(Llegan del baile; se oye msica del piso de arriba)
Helmer: (pasando al interior de la casa) Sra. Linde
Linde: Disculpe. Pas un momento a ver cmo le qued el traje a Nora
Helmer: Bien, bien. (Sale)
Nora: (Sofocada cuchicheando) Qu hay?
Sra. Linde: Ya habl con l.
Nora: Y?
Sra. Linde: Nora, te insisto: tens que contarle todo a tu marido.
Nora: (Sin fuerzas) Lo saba.
Sra. Linde: Nora, Nora; ya no tens nada que temer de Krogstad. Pero igual tens que hablarlo todo.
Nora: No voy a hablar.
Sra. Linde: En ese caso, la carta va a hablar por vos.
Nora: Gracias, Cristina. Ahora s lo que tengo que hacer. Sh.
Helmer: (De vuelta) Y, seora, la admir como quera?
Sra. Linde: S, y ya me despido.
3.
39
Helmer, Nora, al final entra Rank
Helmer: Ah, por fin! Qu mujer ms fastidiosa! (algo vacilante, va hacia ella) Pero qu buen
champagne que haba en la fiesta!
Nora: (alejndose) No ests muy cansado, Torvald?
Helmer: No, para nada.
Nora: No tens sueo?
Helmer: No, al contrario. Estoy muy animado. Y vos? Vos s tens cara de sueo.
Nora: S, estoy cansadsima. Me voy a dormir enseguida.
Helmer: Ves que tena razn en no quedarnos ms tiempo en el baile?
Nora: Vos siempre tens razn.
Helmer: sa es mi alondrita. Y no viste lo alegre que estaba Rank?
Nora: S? No hable con l.
Helmer: Hace mucho que no lo vea tan contento. (La mira un rato y se acerca) Ah, qu maravilla estar
en casa solos. Mi cosita hermosa!
Nora: No me mires as, Torvald.
Helmer: Por qu? No puedo mirar mi tesoro? Y pensar que toda esta belleza es ma, solamente ma,
completamente ma.
Nora: (Corrindose hacia otro lado) No me digas cosas as esta noche.
Helmer: (Siguindola) Ja, todava tens la tarantela en la sangre, mi amor; y eso me atrae mucho ms.
Escuch; los invitados se estn yendo. (En voz baja) Pronto va a quedar toda la casa en silencio.
Nora: Eso espero.
Helmer: S, claro que espers eso. Nora, sabs? Cuando voy con vos a una fiesta Sabs por qu
no te hablo, por qu me quedo lejos y te miro de vez en cuando, as, disimulado? Porque me imagino
que somos amantes secretos, que estamos comprometidos pero que nadie sabe lo que pasa entre
nosotros.
Nora: S, ya s que ests pensando en m todo el tiempo.
Helmer: Y cuando llega la hora de irnos, y te pongo el chal en estos hombros tan delicados, y te
envuelvo esta nuca perfecta, me imagino que estamos recin casados, que llegamos de la boda a
casa, y que nos quedamos solos, por primera vez con vos, muy jovencita y temblorosa y hermosa.
40
Tuve ese nico deseo, toda la noche. Cuando te vi seducir y provocar con la tarantela, no aguant
ms y te traje rpido.
Nora: Dejame, Torvald. No seas as.
Helmer: Qu te pasa? Ests jugando, no? As que no quers. Acaso no soy tu marido?
Rank: Puedo entrar un momento?
4.
Helmer, Rank, Nora
Helmer: (Molesto) Rank, adelante. Es una especie de halago esto de que no pases por nuestra puerta sin
entrar.
Rank: Los escuch y me dieron ganas. Ah! Realmente disfruto estando con ustedes.
Helmer: Parecas disfrutar arriba tambin.
Rank: Muchsimo. Y por qu no? Por qu la gente no tendra que tomar todo lo que el mundo le
ofrece? Todo lo que se pueda, todo el tiempo que se pueda. El vino era excelente. Es increble todo
lo que tom.
Nora: Torvald tambin tom mucho hoy.
Rank: Lo bien que hizo. Hoy me dije: voy a pasar una velada agradable despus de un muy buen da de
trabajo. Ya les cont?
Nora: Alguna investigacin cientfica?
Rank: Exactamente.
Helmer: Pero mir vos; Norita hablando de investigaciones cientficas!
Nora: Buenos resultados?
Rank: El mejor posible: la verdad.
Nora: (Rpidamente) La verdad?
Rank: Absoluta. As que, despus de todo, por qu no iba a permitirme una noche alegre?
Nora: Hizo muy bien, doctor.
Helmer: Lo mismo digo, siempre que no pagues las consecuencias maana.
Rank: En esta vida todo se paga.
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5.
Nora, Helmer
Nora: (Ausente. Helmer saca sus llaves del bolsillo y se dirige al buzn) Torvald... qu vas a hacer?
Helmer: A vaciar el buzn. No queda lugar para los diarios de maana.
Nora: Vas a trabajar esta noche?
Helmer: Sabs que no pero qu es esto? Alguien forz la cerradura?
Nora: La cerradura?
Helmer: Alguien lo intent. No puedo creer que las sirvientas ac hay una hebilla, Nora. Es tuya
Nora: (Precipitadamente) Habrn sido los chicos
Helmer: Tens que ponerle lmite a estas cosas. Bueno, ya lo abr. (Saca las cartas) Mir cmo se
amonton correspondencia. (Examinando los sobres) Qu es esto?
Nora: (Junto a la ventana, ahogada.) La carta!
Helmer: Dos tarjetas de Rank.
Nora: Del Dr. Rank?
Helmer: S. Estaban arriba de todo. Las debe haber metido cuando se fue.
Nora: Escribi algo?
Helmer: Una cruz negra encima del nombre. Qu siniestro Es casi como si anunciara su muerte.
Nora: Es lo que hace.
Helmer: Qu? Te dijo algo?
Nora: S. Esas tarjetas son su manera de despedirse. Quiere encerrarse a morir.
Helmer: Pobre! Pens que iba a faltarme dentro de poco. Pero tan pronto Y va a esconderse, como un
animal herido.
Nora: Cuando tiene que suceder, mejor que suceda sin palabras, no?
Helmer: (Caminando) Estaba tan apegado a nosotros! No me puedo imaginar que lo vayamos a perder.
Su sufrimiento, su soledad eran el fondo negro que resaltaba nuestra felicidad. Y bueno, por ah es
mejor para l. Y para nosotros tambin; ahora nos tenemos solamente el uno al otro. (La abraza) Ah,
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mi mujercita adorada. Sabs? Muchas veces deseara que te amenazara un peligro terrible para
arriesgar mi vida, mi sangre y todo vos.
Nora: (Desasindose, firme y decidida.) Le las cartas ahora, Torvald.
Helmer: No, esta noche no. Esta noche quiero que estemos juntos, mi amor.
Nora: Tu amigo se est muriendo. Cmo pods pensar en otra cosa?
Helmer: Cierto; nos afect a los dos. Esa cosa horrible: la muerte, la disolucin. Tenemos que sacarnos
eso de adentro, primero.
Nora: (Abrazndose) Buenas noches, Torvald!
Helmer: Buenas noches, pajarito. Que descanses.
(Pasa a su despacho con la correspondencia, cerrando la puerta.)
6.
Nora, luego Helmer
Nora: (Ojos desorbitados, tantea, toma el saco de Helmer) Adis, Torvald! No te voy a ver nunca ms.
(Se pone el chal) Y a los chicos tampoco Ah!, el agua helada negra horrible Que pase, que
pase pronto. (Se detiene) Torvald, ests abriendo la carta? La ests leyendo? Entonces adis, mi
amor; hijitos mos (avanza hacia la puerta)
(Se detiene. Espera un tiempo largo hasta que escucha un ruido;
recin entonces corre hacia el vestbulo.
No sale.
Espera, inmvil, como en una secuencia detenida,
hasta que Helmer abre con violencia la puerta de su despacho y aparece con la carta en la mano)
Helmer: Nora!
Nora: (Grita) Ah...!
Helmer: Qu es esto? Sabs lo que dice esta carta?
Nora: S, s. Dejame ir!
Helmer: (la retiene) Adnde?
Nora: (Intenta desprenderse) No tens que salvarme, Torvald!
Helmer: (Retrocede tambalendose) Entonces es verdad lo que dice! Dios mo! No puede ser; es
imposible.
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Nora: S, es verdad. Te am ms que a nada en el mundo.
Helmer: No quiero tus excusas idiotas.
Nora: (Dando un paso hacia l) Torvald
Helmer: Desgraciada. Mujer estpida. Tens la ms remota idea de lo que hiciste?
Nora: Dejame ir. No tens que cargar con el peso de mi falta; no tens que hacerte responsable de una
culpa ma.
Helmer: Basta de melodrama! (La sujeta con violencia) Te vas a quedar ac a rendirme cuentas de esto.
Entends lo que hiciste? Contestame! Lo entends?
Nora: (Mirndolo fijamente, con una expresin creciente de rigidez) S; ahora empiezo a darme cuenta
de qu es realmente lo que hice
Helmer: (Pasendose) Que despertar horrible! Ocho aos ella, mi alegra, mi orgullo... una
hipcrita... una impostora; peor todava: una criminal! Qu abismo monstruoso! Qu bajeza moral!
(Nora contina mirndolo sin hablar. l se detiene ante ella.) Tena que haber previsto lo que iba a
pasar, con esa falta de principios de tu padre No me interrumpas! Al final, heredaste todas sus
bajezas. Falta de religin, falta de moral, falta de sentido del deber As que ste es mi castigo por
hacer la vista gorda a lo que l hizo? Lo hice por vos, y me lo devolvs as?
Nora: S, as.
Helmer: Destruiste mi felicidad. Arruinaste mi futuro. Qu espanto! Ahora estoy en manos de un
inmoral, de un tipo sin remordimientos de conciencia, completamente en su poder! Y ese miserable
me puede pedir lo que se le antoje, exigirme cualquier cosa sin que yo me atreva a protestar. Ay,
tener que hundirme como un perro por culpa de una mujer indigna!
Nora: Cuando yo desaparezca del mundo, vas a quedar libre.
Helmer: Dejate de frases huecas. Tu padre tambin tena una coleccin de frasecitas a mano. De qu
me servira que te mataras? De nada. En todo caso, se hara pblico el asunto y sospecharan que yo
estaba al tanto. Hasta podran creer que te apoy, que te induje a cometer el delito. Y te lo tengo que
agradecer a vos! A vos, a la que proteg y consent hasta la exageracin durante todo nuestro
matrimonio! Te alcanza el cerebro para entender lo que me hiciste?
Nora: (Con fra tranquilidad.) S.
Helmer: Porque es tan increble que a m no me cabe en la cabeza. Pero tenemos que tomar una
decisin. Sacate eso. Que te lo saques, te dije! Tengo que ver cmo satisfacer a este rooso. Y
ahogar el asunto, como sea En cuanto a nosotros dos, vamos a hacer como si nada hubiera
cambiado. Slo para mantener las apariencias, por supuesto. Te vas a quedar en la casa, obviamente,
pero no te voy a permitir ver a los chicos. No te voy a permitir educarlos: no me atrevo ni siquiera a
confirtelos Ay, tener que decirle esto a alguien que am tanto, que todava No; se termin.
Desde hoy no se trata ms de nuestra felicidad; se trata solamente de salvar los despojos, las
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apariencias. (Suena el timbre. Helmer se estremece) Quin puede ser? Tan tarde? Lo nico que me
falta Puede ser l? Escondete, me escuchs? Escondete! Voy a decir que ests enferma.
(Nora no se mueve, Helmer se dirige a la puerta.
No hay nadie. Descubre una carta en el buzn y la retira)
Helmer: Es para vos. S, de 1. Pero no te la pienso dar. La leo yo.
Nora: Leela.
Helmer: (Cerca de la lmpara) Casi no tengo valor. Tal vez ya estamos perdidos. Pero no; tengo que
saber. (Rompe el sobre, lee algunas lneas, examina un papel adjunto y lanza un grito de alegra)
Nora! Esper un minuto, la tengo que leer otra vez S, es verdad, s. Estoy salvado! Nora,
estoy salvado!
Nora: Y yo?
Helmer: Y vos tambin, por supuesto. Estamos salvados, vos y yo. Mir: te devuelve el pagar. Se
disculpa, se arrepiente de haber hecho lo que hizo; dice que por un feliz cambio en su vida Bah;
qu importa lo que dice! Estamos salvados! Y no quedan pruebas en tu contra. Oh, Nora No,
primero hay que deshacerse de todo este espanto. Veamos... (Mira el documento) No, no quiero ni
verlo; voy a pensar que fue una pesadilla. (Rompe el documento y la carta, los tira en la estufa y
mira cmo se queman) S, s, se acab! Ah, deca que vos sabas todo desde Nochebuena Qu
das ms horribles habrs pasado, Nora!
Nora: Fueron una lucha atroz, s.
Helmer: Lo que habrs sufrido, pobrecita, sin ver otra salida que! Pero no; olvidmonos ya mismo de
todos los horrores. Alegrmonos y digamos a cada rato: ya pas, ya pas. Nora, me escuchs?
Parece que todava no te diste cuenta. Por qu esa cara de afligida? Ah, s, pobre Norita, te
entiendo Todava no pods creer que te haya perdonado. Pero te perdono, Nora, te lo juro. Te
perdono todo, todo lo que hiciste. S que lo hiciste por amor a m.
Nora: Eso es verdad.
Helmer: Por supuesto. Me amaste como una mujer debe amar a su marido. Slo te falt entendimiento
para elegir los medios. Pero cres que te quiero menos por eso; porque no sabs guiarte a vos
misma? En absoluto; todo lo que tens que hacer es apoyarte en m y dejarme que te gue yo. No
sera un hombre si tu incapacidad de mujer no te hiciera el doble de atractiva para m. As que no
tomes en cuenta las cosas duras que te dije; fueron un arrebato, cuando cre que se me iba a
derrumbar todo encima. Pero te perdono, Nora; en serio, te perdono.
Nora: Gracias por perdonarme. (Se va a un costado a cambiarse el disfraz)
Helmer: Nora, ven ac conmigo Qu hacs?
Nora: Me quito el disfraz.
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Helmer: S, est bien. Pobre pajarito, tan asustado. Tomate tu tiempo para calmarte, que yo tengo las
alas grandes como para cobijarte. (Pasendose, mirndola como si no advirtiera su actitud) Qu
hermoso hogar tenemos por fin! Ac vas a estar segura. Te voy a guardar adentro como una paloma
perseguida que salv de las garras de un gaviln. Te voy a calmar ese corazoncito asustado. De a
poco lo voy a conseguir, Nora; creeme. Mir, maana ya todo va a parecer diferente. Y ya las cosas
van a ser como antes, y no voy a tener que seguir recordndote que ests perdonada, porque te vas a
dar cuenta sola. Cmo pods pensar que se me iba a pasar por la imaginacin repudiarte, o
recriminarte algo? Ah, Nora, no conocs la bondad de un hombre de verdad. Uno siente un placer
sublime al perdonar a su mujer, cuando lo hace con todo el corazn. Es como si ella se volviera
doblemente su posesin, como si l le hubiera permitido volver a nacer, y se convierte no slo en su
mujer sino tambin en su hija. Eso vas a ser de ahora en ms, mi criaturita desvalida. No tens que
preocuparte por nada. Solamente tens que ser franca conmigo; yo voy a ser tu voluntad y tu
conciencia. (La mira sorprendido) Eh qu pasa? No vens a la cama? Te cambiaste.
Nora: (Vestida de diario) S, Torvald, me cambi.
Helmer: Pero por qu, si es tan tarde?
Nora: No pienso dormir esta noche.
Helmer: Pero, Nora, mi amor
Nora: (Mirando su reloj) No es tan tarde, Torvald. (Le acomoda una silla) Sentate. Tenemos que hablar.
(Ella se sienta al borde de la cama)
7.
Helmer, Nora
Helmer: Nora, qu pasa? Ests tan seria.
Nora: Sentate. Tengo mucho que decirte.
Helmer: (Se sienta en la silla, frente a ella) Me preocups, Nora. No te entiendo.
Nora: No, eso es exactamente lo que pasa. No me entends. Y yo nunca te entend a vos tampoco
hasta esta noche. No, no me interrumpas. Vas a escuchar todo lo que tengo para decirte. Este es un
ajuste de cuentas, Torvald.
Helmer: Qu quers decir?
Nora: (breve silencio) Hay algo que te llame la atencin de la forma en que estamos ahora, sentados as,
uno frente al otro?
Helmer: No, qu?
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Nora: Llevamos casados ocho aos, Torvald. No te das cuenta de que sta es la primera vez que vos y
yo, marido y mujer, nos sentamos a tener una conversacin seria?
Helmer: Qu quers decir ahora con seria?
Nora: En ocho aos enteros no, ms; desde que nos conocemos, nunca hablamos ni una palabra seria
sobre un tema serio.
Helmer: Y qu pretendas? Que yo te contara mis problemas? Si vos no me podas ayudar a
resolverlos
Nora: No estoy hablando de tus problemas. Estoy diciendo que nunca nos sentamos a hablar para llegar
al fondo de algo juntos.
Helmer: Pero, querida, te habra interesado, acaso?
Nora: Esto es exactamente de lo que hablo. Nunca me comprendiste. Y fui tratada muy injustamente,
Torvald. Primero por mi padre, y luego por vos.
Helmer: Cmo? Nosotros dos, que te amamos ms que nadie en el mundo?
Nora: (Moviendo la cabeza) Nunca me amaron. Disfrutaban conmigo, y les resultaba entretenido
quererme; es todo.
Helmer: Nora, qu es esto?
Nora: La pura verdad, Torvald. Cuando viva en casa de pap, l dictaba las ideas y yo solamente las
segua. Y si no estaba de acuerdo, me callaba la boca, porque no le hubiera gustado. A l le
encantaba llamarme su muequita y jugar conmigo, como yo jugaba con mis muecas. Y cuando
me mud a tu casa
Helmer: Esa no es manera de hablar de nuestro matrimonio.
Nora: (Imperturbable) Est bien, cuando pap me entreg en tus manos vos arreglaste todo a tu gusto,
y yo adapt el mo al tuyo O a lo mejor lo fing, no s. Probablemente una mezcla de las dos
cosas. Ahora miro para atrs y siento que tuve una vida de mendigo: viv al da, de hacer piruetas
para vos, Torvald. Pero eso es lo que vos queras. Vos y pap me hicieron un dao muy grande. Los
dos son culpables de que yo nunca haya llegado a ser nada.
Helmer: Pero cmo pods ser tan injusta; tan desagradecida? Fuiste feliz ac, o no?
Nora: No, jams. Pens que s; pero nunca fui feliz.
Helmer: No...?! Que no fuiste?
Nora: No; estaba alegre. Es todo. Vos siempre fuiste muy bueno conmigo. Pero nuestra casa nunca fue
ms que una casa de juguete. Yo fui la mueca-esposa de esta casa, como fui la mueca-nia de la
casa de pap. Y mis hijos, a su vez, fueron muecos mos. A m me diverta que jugaras conmigo,
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como a los chicos les divierte que yo juegue con ellos. Eso es todo lo que fue nuestro matrimonio,
Torvald.
Helmer: No (concede) Bueno, s, algo de eso puede ser, aunque vos lo hagas sonar tan tremendo, tan
exagerado. Pero te garantizo que de ahora en ms todo va a cambiar. Ya termin el tiempo del juego
y lleg el tiempo de la educacin.
Nora: La educacin de quin? Ma o de los chicos?
Helmer: La tuya y la de los chicos.
Nora: No, Torvald. Vos no sos capaz de ensearme a ser la esposa que necesits.
Helmer: Y cmo pods decirme eso vos?
Nora: Yo? Tens razn. Qu preparacin, me pregunto, tengo yo para educar a los chicos?
Helmer: Nora, no digas eso!
Nora: Si vos mismo lo dijiste recin, cuando no te atrevas a confirmelos.
Helmer: Fue en un estado de furia. Cmo pods pensar as?
Nora: Es que tenas razn. Yo no estoy capacitada. Hay otra cosa de la que tengo que ocuparme antes de
educar chicos: tengo que educarme a m misma. Y vos no sos alguien capaz de ayudarme en eso. Lo
tengo que hacer por mi cuenta, y necesito estar sola. As que te dejo, Torvald.
Helmer: (Se levanta de un brinco) Qu dijiste?
Nora: Dije que necesito estar sola para entenderme a m misma y entender lo que me rodea, por mi
cuenta. Te dejo; me voy de tu casa.
Helmer: Nora, Nora.
Nora: Y me voy ya mismo. Cristina me va a dejar pasar la noche en su casa.
Helmer: Te volviste loca? No vas a hacer eso. Te lo prohibo.
Nora: Es intil que me prohibas algo. Me llevo mis cosas solamente. De vos no quiero nada, ni ahora ni
nunca.
Helmer: Qu delirio es este?
Nora: Regreso a mi casa maana, quiero decir: a mi vieja casa; a mi pueblo. Va a ser ms fcil para m
encontrar trabajo all.
Helmer: Es la falta de experiencia lo que te hace tan ciega.
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Nora: Experiencia es lo que tengo que conseguir, Torvald.
Helmer: No pods abandonar tu casa, tu marido, y tus hijos! Qu cres que va a decir la gente?
Nora: No puedo pensar en esos detalles. Slo s que es indispensable para m.
Helmer: Pero qu infame! Cmo vas a traicionar as los deberes ms sagrados?
Nora: A qu llams vos los deberes ms sagrados?
Helmer: No tens acaso deberes para con tu marido y tus hijos?
Nora: Tengo otros deberes igual de sagrados.
Helmer: No, no tens. Qu otros deberes pods tener?
Nora: Mis deberes conmigo misma.
Helmer: Ante todo sos esposa y madre.
Nora: Ya no creo en eso. Ante todo soy un ser humano, igual que vos O, al menos, debo intentar serlo.
S que la mayora de los hombres te van a dar la razn, y que algo as est escrito en los libros. Pero
ahora no me puedo conformar con lo que dicen los hombres y los libros. Tengo que pensar por mi
cuenta en todo esto y tratar de entenderlo.
Helmer: Pero cmo no te das cuenta de cul es tu puesto en el hogar? No tens una gua infalible para
estas cosas? No tens la religin?
Nora: Ah, Torvald. No s qu es la religin.
Helmer: Cmo que no?
Nora: Slo s lo que me dijo el pastor Hansen cuando me prepar para la confirmacin. Que la religin
era esto, aquello y lo de ms all. Cuando est sola y libre, voy a pensar tambin ese asunto. Y voy a
ver si era cierto lo que deca el pastor, o si puede ser cierto para m.
Helmer: Pero es increble en una mujer tan joven! A ver, si la religin no te puede guiar, dejame
explorar tu conciencia. Porque supongo que todava te queda algn sentido moral. O tampoco lo
tens? Contestame!
Nora: No s qu responder, Torvald. No tengo idea. Estoy completamente desorientada en estas
cuestiones. Lo nico que s es que tengo una opinin totalmente distinta a la tuya. Y adems, me di
cuenta de que las leyes no son como yo pensaba, aunque no puedo entender que esas leyes sean
justas. Cmo no va a tener una mujer derecho a evitarle un sufrimiento a su padre moribundo, y a
salvarle la vida a su esposo! No lo puedo creer!
Helmer: Habls como una nena. No entends nada de la sociedad en la que vivs.
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Nora: No, seguro que no. Pero ahora quiero tratar de entender y averiguar quin tiene razn, la sociedad
o yo.
Helmer: Ests enferma, Nora. Tens fiebre y no te funciona bien la cabeza.
Nora: Nunca me sent tan despejada y segura como esta noche.
Helmer: Y con esa seguridad, con esa lucidez abandons a tu marido y a tus hijos?
Nora: S.
Helmer: Entonces hay una sola explicacin posible.
Nora: Cul?
Helmer: Que ya no me ams.
Nora: No, por supuesto.
Helmer: Nora! Y me lo decs as?
Nora: Lo lamento, Torvald. Porque siempre fuiste bueno conmigo Pero no lo puedo remediar. Ya no
te amo.
Helmer: (Haciendo esfuerzos por dominarse) Por lo que veo tambin de eso ests perfectamente
convencida.
Nora: S, perfectamente, y por eso no quiero quedarme ni un instante ms ac.
Helmer: Me pods decir cmo perd tu amor?
Nora: S, claramente. Fue esta noche, cuando vi que no se produca el milagro que estaba esperando. Ah
me di cuenta de que vos no eras el hombre que yo haba imaginado.
Helmer: Con eso no me alcanza.
Nora: Torvald: esper ocho aos, ocho aos Saba que los milagros no se realizan tan seguido. Y por
fin lleg el momento de la angustia y me dije con toda seguridad: ac llega el milagro. Cuando la
carta estaba todava en el buzn, no me pude ni imaginar que fueras capaz de doblegarte a sus
exigencias. Estaba absolutamente convencida de que le ibas a decir vaya usted a contrselo a todo
el mundo. Y cuando hubieras hecho eso
Helmer: Cmo! Cundo hubiera entregado a mi propia esposa a la deshonra?
Nora: Cuando hubieras hecho eso, tena la absoluta seguridad de que te ibas a presentar para hacerte
responsable de todo, que ibas a decir que eras vos el culpable.
Helmer: Nora!
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Nora: Me vas a decir que yo nunca iba a aceptar semejante sacrificio? Claro que no. Pero de qu
valdra mi palabra frente a la tuya? se era el milagro que esperaba con tanta angustia. Y para
evitarlo, me quera matar.
Helmer: Nora, por vos habra trabajado con alegra da y noche, habra soportado todas las penas y
privaciones. Pero no hay nadie en el mundo que sacrifique su honor por la persona que ama.
Nora: Lo hicieron miles de mujeres.
Helmer: Ah! Ves? Penss y habls como una chiquilina.
Nora: Puede ser. Pero vos no penss ni habls como el hombre al que yo pueda unirme. Cuando te
repusiste del primer susto, y no por el peligro que corra yo sino por el que corras vos, cuando pas
todo, para vos era como si no hubiera ocurrido nada. Yo volv a ser tu mueca, y ahora tenas que
manipularla con ms cuidado todava, porque demostr ser tan frgil... (Levantndose) Torvald, en
ese momento me di cuenta de que viv ocho aos con un extrao. Y que tuve tres hijos con 1
Oh, no puedo pensar en eso ni siquiera! Me dan ganas de destrozarme.
Helmer: (Sordamente) Ya veo, ya veo Parece que se abri un abismo entre vos y yo Pero no cres
que lo podemos llenar?
Nora: As como soy ahora, no puedo ser una esposa para vos.
Helmer: Pero puedo transformarme yo.
Nora: Puede ser si te quitan tu mueca.
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Desenlace
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Nora: Nunca. Te lo prohibo.
Helmer: Por lo menos enviarte
Nora: Nada.
Helmer: Ayudarte, en caso de que necesites
Nora: Dije que no. No aceptara nada de un extrao.
Helmer: Nora no voy a ser ms que un extrao para vos?
Nora: (Recogiendo su maletn) Ah, Torvald! Qu quers? Para eso tendra que realizarse un milagro
imposible, el ms grande de todos.
Helmer: Cul es?
Nora: No s, Torvald. Tendramos que transformarnos los dos hasta tal punto que Bah! Quin quiere
creer en milagros, de todas formas?
Helmer: Yo quiero creer. Decime: transformarnos hasta tal punto que?
Nora: (Resopla) Hasta tal punto que esta unin pudiera convertirse en un matrimonio de verdad. (Se
encoge de hombros) Adis. (Sale)
(Helmer permanece en escena.
Se oye la puerta al cerrarse)