Fisher, Helen - Porque Amamos
Fisher, Helen - Porque Amamos
Fisher, Helen - Porque Amamos
TAURUS
PENSAMIENTO
Título original: Why Wt l-ove, TIIt Naturt!and CMmUtry o/ Romantic Looe
© Helen Fisher, 2004
© De esta edición:
Santillana Ediciones Generales, S. L., 2004
Torrelaguna, 60. 28043 Madrid
Teléfono 91 7149060
Teletax 91 744 92 24
WWW.tauros.santillana.es
cultura Libre
ISBN: 84-.306-0552-5
Dep. Legal: M-18.887-2004
Printed in Spain - Impreso en España
Al lector . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 11
1. «ESE SALVAJE FRENESÍ». Estar enamorado 17
2. MAGNETISMO ANIMAL. El amor entre los animales 43
3. LA QUÍMICA DEL AMOR. Escamar el cerebro «enamorado» . . . .. 69
NOTAS 265
BIBLIOGRAFÍA . . . . . . • . . . . . . . . . • • . . . . . . • . • • • • . . . . . • . • 291
AGRADECIMIENTOS . . . . . . • • . . . . . . • . . . . . . . . . . • . . . . . . . . 329
11
POR QUÉ AMAMOS
12
HELEN FlSHU.
13
POR QUÉ AMAMOS
1
«ESE SALVAJE FRENESÍ»
Estarenamorado
17
Los védicos y otros textos de la India, de los cuales los más anti-
guos están datados entre 1000 y 700 a. de c., cuentan que Shiva, el
mítico Dios del Universo, estaba encaprichado de Sati, una joven
india: Se vio a él mismo con Sati sobre la cumbre de una montaña /
enlazados por el amor 3.
Para algunos, la felicidad no llegó nunca. Tal fue el caso de
Qais, el hijo del jefe de una tribu de la antigua Arabia. Según una
leyenda árabe que se remonta al siglo VII, Qais era un joven her-
moso e inteligente hasta que conoció a Laila, nombre que signifi-
ca «noche» y que respondía a su cabello negro azabache". Hasta
tal punto se sentía Qais obnubilado por ella, que un día en la es-
cuela se levantó de su silla y salió corriendo a gritar su nombre
por las calles, por 10 que en adelante se le conoció como Majnun,
o sea, loco. Al poco Majnun comenzó a vagar por las arenas del
desierto, viviendo en cuevas con los animales y recitando versos a
su amada, mientras que Laila, encerrada en la tienda de su pa-
dre, se escapaba por la noche para lanzar al viento sus mensajes
de amor. Los compasivos transeúntes que por allí pasaban lleva-
ban sus llamamientos al joven poeta de melena salvaje y cuerpo
casi desnudo. Su mutua pasión conduciría finalmente a una gue-
rra entre sus tribus y a la muerte de los amantes. Sólo queda esta
leyenda.
También Meilan vivía en plena agonía. Según la fábula china
del siglo XII titulada La diosa dejade, Meilan, de quince años, era la
hija mimada de un alto oficial de Kaifeng hasta que se enamoró de
Chang Po, un joven vivaz,de dedos largos yfinos y con un talento es-
pecial para tallar el jade. Una mañana, en el jardín familiar, Chang
Po se declaró a Meilan diciéndole: "Desde que se crearon el cielo y
la tierra, tú y yo fuimos hechos el uno para el otro y no te dejaré
marchar-P. Sin embargo, los amantes pertenecían a clases distintas
dentro del rigido yjerárquico orden social chino. Desesperados, se
fugaron, aunque pronto fueron descubiertos. Él escapó. A ella la
enterraron viva en el jardín de su padre. Pero la leyenda de Meilan
sigue presente en el corazón de muchos chinos.
Romeo yJulieta, Paris y Helena, Orfeo y Eurfdice, Abelardo y
Eloisa, Troilo y Crésida, Tristán e Isolda: miles de poemas, canciones
e historias románticas nos han llegado durante siglos desde la vieja
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UEl.EN FlSHER
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POR QUÉ AMAIolOl;
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HELEN FlSHEIl
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POR Qut AMAMOS
SIGNlF1CADO ESPECIAL
ATENCIÓN CONCENTRADA
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HEU:N FISH~R
ENGRANDER AL SERAMADO
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POR QUÉ AMAMOS
«PENSAMIENTO INTRUSrvO»
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HF.I..EN FlstlF.R
FuEGO EMOCIONAL
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POR QUF. AMAMOS
ENERGÍA INTENSA
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H~,u:N FISHER
- 27
POR Qut AMAMOS
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HELEN F1SHER
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POR QIJi AMAMOS
EN BUSCA DE PISTAS
- 30
HELEN F1SHER
sus sentimientos hacia ellos (Apéndice, n" 22). Ye162 por ciento de
los hombres y el51 por ciento de las mujeres decían que a menudo
trataban de encontrar significados alternativos en las palabras y
gestos de la persona amada (Apéndice, n'' 28).
CAMBIO DE PRIORIDADES
DEPENDENCIA EMOCIONAL
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POR QUÉ AMAMOS
EMPATÍA
*]ohn Keats, Obra completa en poesía, Ediciones 29, Barcelona, 1980. (N. de la T.)
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HEI.EN F1SHU
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POR Qut AMAMOS
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HEI.EN F1sHER
EsPERANZA
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POR QUÉ AMAMOS
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HEl..F.N FISHF..Il
EXCLUSMDAD SEXUAL
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POR QUÉ AMAMOS
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HUEN FlSHER
«He aquí a una deidad más fuerte que yo, quien, con su llegada,
regirá mi ser de ahora en adelante. El amor gobernaba mi alma»52.
Dante escribió estas palabras en el siglo XlII para describir el mo-
mento en que vio por primera vez a Beatriz. Él conocía la fuerza
dominadora del amor romántico. De hecho, en el núcleo de esta
obsesión radica su poder: el amor romántico a menudo es imprevi-
sible, involuntario y aparentemente incontrolable.
¿Cuántos amantes han sentido esta fuerza magnética? Probable-
mente, miles de millones.
La diosa deJade, el romance chino del siglo XlI, dice de Chang Po
y Meilan: «Cuánto más intentaban reprimir el amor que en ellos se
había despertado, más se sentían presos de su poder-P. Ven la Fran-
cia del siglo XII, Chrétien de Troyes se refería a Ginebra en Lancelot
diciendo: «Se vio obligada a amar a pesar de sí mísma-P''.
No obstante, la percepción de esta naturaleza irresistible de la
atracción romántica no se circunscribe sólo a la imaginación litera-
ria, Un ejecutivo estadounidense de unos cincuenta años escribió a
un colega de la oficina: «Estoy llegando a la conclusión de que esta
atracción por Emily es un tipo de atracción biológica, instintiva. No
está bajo un control voluntario o lógico, Me dirige. Yo intento de-
sesperadamente rebatirla, limitar su influencia, canalizarla, ne-
garla, disfrutarla, y sí, maldita sea, ¡hacer que ella responda! In-
cluso aunque sé que Emilyyyo no tenemos absolutamente ninguna
posibilidad de construir una vida juntos, pensar en ella es una oh-
sesíón-t".
Incluso el sobrio Padre de la Patria estadounidense, George
Washington, conoció la fuerza del amor romántico. En 1795 escri-
bió una carta a su nietastra aconsejándola que tuviera cuidado para
que el amor romántico no se convirtiera en «una pasión involun-
taria,,56,
Los hombres y las mujeres de hoy en día también sienten la im-
potencia que acompaña a esta experiencia. El 60 por ciento de los
hombres y el 70 por ciento de las mujeres de mi estudio manifesta-
ron estar de acuerdo con la afirmación «Enamorarme no fue en
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POR QUÉ AMAMOS
UN ESTADO TRANSITORIO
40
HELEN FlstlF.R
'"John Keats, Olffacompleta en poesía, Ediciones 29, Barcelona, 1980. (N. de la T.)
41
2
MAGNETISMO ANIMAL
El amorentrelos animales
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POR QUÉ AMAMOS
ATRACCIÓN ANIMAL
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HEI.EN R~HUl,
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PoR QUf: AMAMOS
vos. Las que están en su ciclo estral se comportan como las jovenci-
tas con las estrellas del rock. Como hace Tia. Durante los muchos
años que la naturista Cynthia Moss siguió al grupo matriarcal de
elefantes africanos de Tia a través del Parque Nacional de Ambose-
li, en Kenia, vio a muchas hembras elegir a sus machos de la misma
forma que lo hizo Tia.
Tia no mostraba interés por ninguno de losjóvenes machos que
comenzaron a rodearla cuando su ciclo estral se hizo evidente. Se
iba trotando mientras la perseguían por la hierba. Dado que el ta-
maño de las hembras de elefante es aproximadamente la mitad
que el de los machos, una hembra experimentada puede correr
más que ellos y esquivar a cualquier macho al que desee evitar. Tia
lo hacía así. Pero cuando vio a Bad Bull, un macho dominante y de
más edad, en pleno celo, su opinión de elefanta cambió.
Tia deseó a Bad Bull desde el mismo momento en que él empe-
zó a pavonearse ante ella, con ese líquido viscoso cayéndole a am-
bos lados de la cara, la orina goteando por sus piernas y una espe-
cie de espuma saliéndole de la funda del pene. El mero olor del
semental hizo que los machos más jóvenes se alejaran. Pero no así
Tia. Tia miró aBad Bull, con sus orejas en posición estral. Enton-
ces, ella también empezó a alejarse. Pero a diferencia de cómo se
comportaba con los pretendientes más jóvenes, Tia miró por enci-
ma de su hombro al marcharse, volviéndose repetidas veces para
ver si Bad Bullla seguía. Y así era. Entonces Tia empezó a correr
mientras era seguida por Bad Bull.
De esta manera empezó la eterna danza de la naturaleza. Cuan-
do Bad Bull alcanzó a Tia, su pene de algo más de un metro salió de
su funda larga y gris. Entonces él colocó delicadamente su tronco
sobre la espalda de ella, Ella se detuvo; se quedó quieta; luego se re-
costó hacia él, ofreciéndosele, inmóvil, con las patas separadas. Él
la montó enérgicamente y, utilizando los versátiles músculos de su
pene para dirigir la embestida, introdujo su órgano en la vulva de
Tia. Estuvieron así, juntos, durante unos cuarenta y cinco segun-
dos, antes de que Bad Bullla desmontara. Retirándose, vertió el se-
men restante sobre la tierra. Tia se volvió y siguió a su lado, emitien-
do varias veces largos ruidos sordos; luego frotó la cabeza contra el
hombro de Bad Bull.
46
HELEN FtsHER
Tia y Bad Bull no se separaron uno del otro durante los tres días
siguientes, dándose golpecitos y acariciándose constantemente en-
tre cópula y cópula. Pero cuando el ciclo estral de Tia desapareció,
Bad Bull se marchó en busca de otras hembras fértiles. Como escri-
bió Moss en su maravilloso libro Los ekfantes: «Personalmente, no
puedo imaginar por qué Tia quería aparearse con Bad Bull, pero
puede que ella viera en él algo que yo no veías".
¿Sería amor? ¿Un enamoramiento temporal? ¿Encaprichamien-
to? Tia y Bad Bull centraron su atención por completo el uno en el
otro. Ambos desplegaron una intensa energía. Ninguno comía ni
dormía como 10 suelen hacer los elefantes. Y se tocaban y «habla-
ban» en voz baja, emitiendo esos sonidos sordos y largos que caracte-
rizan la conversación de los elefantes. Tia parecía sentir una verda-
dera atracción, aunque fuera temporal, por este orgulloso, fuerte y
viril semental.
La vida amorosa de los castores es menos visible. Pero estas cria-
turas también muestran síntomas de intensa atracción durante el
cortejo y el apareamiento. Tomemos el ejemplo de Skípper; Skip-
per se crió en el Lago de los Lirios (Lily Pond) un estanque del Par-
que Natural de Harriman, en Nueva York, bajo la tutela de su pa-
dre, el «Inspector General.., yde su madre, «Lily».
Los castores viven en pequeños grupos familiares. Trabajan y re-
tozan por la noche. Ylas crías permanecen con sus padres duran-
te unos dos años, hasta que una noche de primavera se van, con
sus andares de pato, en busca de una pareja para construir su pro-
pio hogar. Así lo hizo Skipper. Se marchó con su hermana Laurel
una noche de luna del mes de abril. La endogamia es frecuente
entre los castores y aquella noche los dos hermanos se mudaron a
un valle cercano para construir una presa y un estanque. Pronto
empezó a brotar el agua. Comenzaron a nacer insectos, que atra-
jeron a las ranas, los ampelis y papamoscas. Los peces comenzaron
a desovar, despertando el apetito de los hambríerrtos sormrrgujos.
En las orillas florecían los sauces, alisos e ih's amarillos. Skipper y
Laurel se asentaron allí. Pero, por desgracia, una noche Laurel no
volvió de su habitual paseo en busca de comida entre los arces, ro-
bles y coníferas que poblaban el valle; yacía muerta en una carre-
tera cercana.
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POR QUÉ AMAMOS
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Skipper y su menuda pareja se acariciaban afectuosamente yjugue-
teaban con coquetería, de un modo tierno que yo me atrevería a
calificar de «amoroso».
«Loco DE PlACER»
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POR QllÉ liMAMOS
NERVIOSISMO
- 50
HELEN F1SHER
-51
POR Qut AMAMOS
PÉRDIDA DE APETITO
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HE!.ES FISHF.R
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PoR Qut AMAMOS
PERSISTENCIA
Artero
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HIeLEN F1SHEIl
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POR QUt AMAMOS
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HF.LEN F1SHER
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POR QUl AMAMOS
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HELEN FISHER
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POR QUÉ AMAMOS
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HEI.EN FrSHER
POSESIÓN
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POli. QUÉ MIAMOS
se vino a vivir a casa de los Marshall. Thomas dice sobre los celos de
Violeta: «Lo que más le molestaba a Violeta de Maria era que a Bin-
go le gustara tanto. Ignorando a Violeta, Bingo se dedicaba cada
día a intentar conquistar a María, paseándose a su lado con las ore-
jas gachas, una expresión dulce en su cara y moviendo la cola lige-
ramente. A menudo Violeta intentaba impedírselo». No hubo suer-
te. Al final Violeta «se retiró a una esquina lejana, se sentó allí,
resignada, y se deprimió-e".
Nuestros parientes cercanos, los chimpancés «comunes» y los
bonobos, también pueden ser muy posesivos, incluso aunque sean
promiscuos por naturaleza. En el punto álgido del celo, la hembra
visita a menudo a un macho y luego a otro, llegando en ocasiones a
copular con una docena de pretendientes en un solo día. La mayo-
ría de ellos esperan pacientemente su turno. Pero algunos chimpan-
cés machos se vuelven posesivos. Ya medida que aumenta su pasión,
van intentando establecer una relación exclusiva con una hembra
determinada.
Así ocurrió con Satán, un chimpancé que vivía en la reserva de
Combe, en Tanzania.jane Goodall describió la incipiente relación
entre Satán y Miff. Miff acababa de entrar en celo y todos los ma-
chos lo sabían. La mañana había comenzado movida y ella había
ido pasando de un macho a otro, ofreciéndoles sus nalgas y copu-
lando con cada uno. El día fue avanzando y, uno por uno, los ma-
chos fueron desapareciendo entre los arbustos para comer o des-
cansar. Satán esperó a que se marchara el último de los restantes
admiradores. Entonces, cuando Miff se disponía a seguirlos, Satán
dio un salto y se interpuso en su camino, comenzando a andar
como si nada en una dirección diferente a la que habían tomado el
resto de los machos. Continuamente iba mirando por encima del
hombro para ver si ella le seguía. Yasí era.
Media hora después, Miff oyó a los demás machos llamarla des-
de el follaje. Durante un momento miró en la dirección de donde
venían las voces y luego directamente a Satán, que estaba movien-
do las ramas impacientemente para distraerla. Ella se paró como si
estuviera sopesando las alternativas. Después siguió a Satán por la
cresta de la montaña hasta llegar a un valle cercano, lejos del resto
de los machos'",
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HF.LEN fuHER
LA VIGIlANCIA DE lA PAREJA
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POR QUE AMAMOS
mucho más que las mujeres ante la afirmación «Es bueno no tener
contacto con durante unos cuantos días para volver a ali-
mentar las expectativas» (Apéndice, n'' 4). El hecho podria deber-
se a que las mujeres tienen, por lo general, más amigos, más cone-
xiones, más lazos familiares y más responsabilidades fuera de su
relación amorosa. Pero probablemente los hombres se sienten
también obligados de forma inconsciente a conservar el recipiente
de su semilla.
y tienen buenas razones para ello. En una encuesta reciente rea-
lizada a hombres y mujeres estadounidenses, el 60 por ciento de los
hombres y el 53 por ciento de las mujeres admitieron haber practi-
cado la «caza furtiva»; es decir, habían intentado atraer al amante
de otra persona para comprometerse con él en una relación nue-
va40 • En efecto, un estudio de treinta culturas demostró lo común
que es la caza furtiva de parejas en todo el mundo'". Al igual que el
azulejo de montaña, los humanos son posesivos.
La tendencia humana a perseguir e incluso a asesinar a un aman-
te descarriado procede probablemente de esta tendencia animal a
vigilar a la pareja.
Todos estos datos me han llevado a creer que los animales gran~
des y pequeños se sienten impulsados biológicamente a preferir,
perseguir y poseer unas parejas determinadas; existe una química
de la atracción animal. Yesta química debe de haber sido la precur-
sora del amor romántico humano.
Pero, ¿qué sustancias químicas del cerebro están implicadas?
Existen dos estimulantes naturales del cerebro de los mamífe-
ros, estrechamente relacionados entre sí, que parecen desempe-
ñar un papel crucial: la dopamina y la norepinefrina. Todos los
pájaros y mamíferos están dotados de formas similares de dopa-
mina y norepinefrina, así como de estructuras cerebrales pareci-
das para producir y responder a estas «anfetaminas» naturales,
aunque las estructuras y circuitos cerebrales varíen de una espe-
cie a otra.
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HEI.f.N Fism;R
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POR QUÉ AMAMOS
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HE!.EN FlSHER
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3
LA QUÍMICA DEL AMOR
Escanear elcerebro «enamorado»
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POR QUÉ AMAMOS
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HELEN F!SHF.~
EL «COLOCÓN» DE LA NOREPlNEFRINA
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El aumento de los niveles de norepinefrina también podría con-
tribuir a explicar por qué el amante puede recordar los detalles
más nimios acerca del comportamiento de su ser amado y de los
preciados momentos que pasó junto a él, pues esta sustancia está
asociada con un aumento de la capacidad de recordar estímulos
nuevos'P.
Pero en este «irresistible» sentimiento mágico del que hablaba
Homero puede intervenir también una tercera sustancia química:
la serotonina.
LA SEROTONINA
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HEILN FISHElI.
73
POR Qut AMAMOS
Así pues, lo siguiente era encontrar las regiones del cerebro im-
plicadas en «la apremiante pulsión del Deseo» de Homero. Sabía
que la dopamina, la norepinefrina y la serotonina estaban mucho
más presentes en unas regiones cerebrales que en otras. Si pudiera
establecer qué regiones del cerebro se activan cuando alguien se
encuentra inmerso en el éxtasis romántico, esto podría confirmar
qué sustancias químicas principales están implicadas. Había llega-
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HELEN FlSllER
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POR QUÉ AMAMOS
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HEI.EN F1SHER
EL «AMORÓMETRO»
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POR QUÉ AMAMOS
los treinta grados. Girando este dial accionado por muelles, el suje-
to podía elevar el «mercurio» del termómetro. Cuando él o ella lo
soltaban, volvía a cero. A este aparato de respuesta por ordenador
10 llamábamos de broma «amorómetro».
El experimentó comenzó. En primer lugar mostrábamos al suje-
to la foto de su amado o amada y después una foto neutra de otra
persona del mismo sexo o de un paisaje de la naturaleza. A continua-
ción, cada participante leía una carta de amor de su amado y luego
un párrafo de un libro de estadística. En tercer lugar, cada uno de
los sujetos olía un perfume que le recordaba a la persona amada y
luego agua con alcohol de desinfectar; En cuarto lugar, se pedía al
sujeto que «recordara» algún momento maravilloso pasado en com-
pañía de la persona amada y luego que se acordara de algún hecho
intrascendente, como, por ejemplo, la última vez que se había lava-
do el pelo. En quinto lugar, cada uno escuchaba una canción asocie-
da con su amado o amada y luego otra cantada por los personajes
del programa de televisión Barrio Sésamo. Por último, se pedía a
cada participante que imaginara un hecho futuro maravilloso jun-
to a la persona amada y luego un hecho cotidiano como lavarse los
dientes. Yentre uno y otro cometido se intercalaba nuestra tarea de
distracción: contar hacia atrás de siete en siete, comenzando con al-
guno de los números de una secuencia de varias cifras.
La labor del sujeto experimental consistía en responder a cada
estímulo haciendo girar el dial del amorómetro para reflejar la in-
tensidad de sus sentimientos de pasión romántica. Los participantes
fueron once mujeres y tres hombres cuya media de edad se situaba
en torno a los dieciocho años y medio. Cuando se registraron sus
respuestas y se analizaron estadísticamente, los resultados fueron
reveladores: los sentimientos de intenso amor romántico se desen-
cadenaban casi por igual por medio de fotografías, canciones o re-
cuerdos del ser amado'".
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HF.LEN FISHER
EL EXPERIMENTO
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POR QUÉ AMAMOS
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HEllN FJ5HER
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POli. Qut AMAMOS
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HELEN F1sH.ER
FEuZMENTE ENAMORADO
'" Los nombres de todos los participantes en el experimento han sido cambiados.
(Nota de la autora.)
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POR QUÉ AMAMOS
84
prensión muy rápida, muy listo, amigable, deseoso de participar,
que mostraba curiosidad por la máquina y parecía interesado en
mis teorías sobre el amor romántico. Hablamos mucho antes del
experimento. Echaba terriblemente de menos a su novia, que se
había ido a vivir a Oregón. Y aunque estaban muy enamorados y
tenían contacto con frecuencia, él sufría mucho por su ausencia.
Esto era una buena señal; yo sospechaba que esta adversidad ha-
bría aumentado su pasión. Pero lo que más me impresionó fue
algo que dijo William durante la entrevista posterior al escáner.
Cuando salió de la máquina, le pregunté cómo se encontraba. Su
respuesta fue: «incompleto».
Incompleto. Para mí no hay otra palabra que describa mejor a
los hombres y mujeres enamorados. Aunque Aristófanes lo decía
en tono de broma, él ya dio en el clavo de esta verdad fundamental
hace unos dos mil quinientos años. En El banquete de Platón, el dra-
maturgo ateniense sostenía que originariamente todos los seres
humanos eran seres hermafroditas de forma redonda, con cuatro
manos y cuatro piernas, una cabeza con dos caras, cuatro orejas y
dos aparatos genitales. Estos seres humanos primigenios «eran te-
rribles por su vigor y fuerza-U. Un día uno de estos monstruos in-
tentó superar a los dioses. Así que Zeus dividió a cada humano en
dos partes, el hombre y la mujer. «Desde tan remota época, pues, el
amor de los unos alas otros es connatural a los hombres », explica-
ba Aristófanes. «De ahí que busque siempre cada uno a su propia
contraseña-V, Al igual que William, la mayoría de los amantes se
sienten incompletos hasta que alcanzan la unión emocional con
otra persona.
Bjorn, Bárbara, William y el resto de los participantes me conta-
ron muchas cosas de su vida personal; a todos les estoy muy agrade-
cida. Pero sus cerebros nos contaron muchas más cosas sobre esta
pasión primordial, el amor romántico.
EL CEREBRO ENAMORADO
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POR Qut AMAMOS
-86
HllEN FisHER
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Poli QUÉ AMAMOS
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septum
DIAGRAMA 1
corteza
prefrontal
corteza
cingulada
anterior
conductos de
ladopamina
DIAGRAMA 2
núcleo caudacto
.'
DIAGRAMA 3
corteza Insular
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POR QU~. AMAMOS
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HELEN FtSHER
91
POR Qut AMAMOS
EL IMPUlSO DE AMAR
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HF.T.~N Fl~H"!:R
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POll Qut AMAMOS
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HEI.EN F1SKER
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4
LATE~ADELAMOR
Deseo, romance y apego
El amor es esquivo
Nadie es 10 bastante sabio
Para descubrir todo lo que guarda
Porque estaría pensando en el amor
Hasta que las estrellas desaparecieran
y las sombras se comieran a la luna.
Ah, penique, penique marrón, penique marrón,
Nunca es demasiado pronto para empezar.
Wn.L1AM BUTLER YEATS
«Brown Penny-
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POR QUÉ AMAMOS
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HF,I.<:N FlSHEIl
SOBRE EL DESEO
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POIl QUÉ AMAMOS
.. Conserva agridulce a base de frutas o vegetales que se come con Cantes, queso etcé-
tera. (N. de la T.)
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HELF.N FIsHER
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PUR QU~ AMAMOS
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HEl.EN F1sHER
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POll. QUE AMAMOS
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HELEN F[SH~1l
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POR QUÉ AMAMOS
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HEu;N FISHER
SOBRE EL APEGO
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POR Qui AMAMOS
-
1 08
H<:LENFISHER
« ... así crecimos juntos / como una doble guinda que parece se-
parada, / pero que guarda unidad en su división: / dos hermosos fru-
tos moldeados sobre un tallo,,53"'. Son pocos los poetas que escri-
ben sobre el sentimiento perdurable del apego, quizás porque este
impulso rara vez nos obliga a componer apasionados versos a altas
horas de la noche. Estos versos de Shakespeare son una excepción.
Sin embargo, el sentimiento del apego debe de ser una sensación
común a todas las aves y mamíferos, porque está asociado no sólo a
la vasopresina, sino también a la oxitocina, una hormona emparen-
tada y omnipresente en la naturaleza-t.
Al igual que la vasopresina, la oxitocina se fabrica en el hipotála-
mo, así como en los ovarios y en los testículos. A diferencia de la va-
sopresina, la oxitocina se libera en todas las hembras de los mamí-
feros (incluidas las mujeres) durante el proceso del parto55 , dando
lugar a las contracciones del útero y estimulando las glándulas ma-
marias para producir leche. Pero en la actualidad, los científicos
han determinado que la oxitocina estimula también la unión entre
la madre y su hijo.
'" William Shakespeare, El sueño de una noche eh WfflfW, Espasa-Calpe, Madrid, 2000.
(N. de la T.)
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PoR Qut AMAMOS
[10
HELEN FISHER,
111
POR QUÉ AMANO~
¿AMOR Y APEGO?
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H[LEN FI.'lHER
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POR QUÉ AMAMOS
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HU.E" FlSHER
TIPOs DE AMOR
115
POR QtlF AMAMOS
esto es lo mejor para el ser amado; de ahí que se rindan de buen gra-
do ante un rival.
La última categoría es frragma, el amor basado en la compatibili-
dad y el sentido común: el amor pragmático. Es el amor de la «lista
de la compra». Los amantes pragmáticos llevan la cuenta: tienen
muy presentes tanto las ventajas como los inconvenientes de la re-
lación. Estos hombres y mujeres no son dados al sacrificio o a la
emoción excesiva. Para ellos la amistad es la esencia de la relación.
Yo no considero que este pragma sea amor en absoluto.
Existe una gran cantidad de literatura de carácter psicológico
sobre los tipos de amor, así como sobre los diversos componentes
del amor y los estilos de amar'". Una conceptualización del amor
que es bastante popular entre los científicos sociales de la actuali-
dad es la del psicólogo Robert Sternberg.
Sternberg divide el amor en tres ingredientes básicos: la pasión,
que incluye el amor, la atracción física y el deseo sexual; la intimi-
dad, todos los sentimientos de calidez, cercanía, conexión yunión;
y la decisión/compromiso, esto es, la decisión de amar a alguien y
el compromiso de mantener dicho amor74• Para él, el encaprichamien-
to se compone sólo de pasión. El amor romántico es la pasión más la
intimidad. El amor consumado es pasión, intimidad y compromiso.
El amor compañero incluye la intimidad y el compromiso, pero care-
ce de pasión. El amor vado es sólo compromiso; adopta las actitudes
del amor pero sólo alberga sentimientos de compromiso para man-
tener la relación. El afecto se basa en la intimidad; no se siente pa-
sión ni compromiso. Vel amorfatuoa menudo está lleno de pasión y
compromiso pero carece de intimidad.
116
HEl.EN FlsHEJl.
117
PoR QUÉ AMAMOS
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5
«ESE PRIMER EMBELESO
DESPREOCUPADO Y MARAVILLOSO»
A quién ekgimos
-
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POR QUÉ AMAMOS
OPORTUNIDAD
PROXIMIDAD
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HE1.EN FJSHFJl
MISTERIO
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POR QUF. AMAMOS
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HELEN FtSHER
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PoRQUÉ~OS
son extraños entre sí. Si ambos comparten una base química simi-
lar, a la madre le será más fácil gestarlo en su vientre. En efecto, las
parejas que son genéticamente similares experimentan menos abor-
tos espontáneos y dan a luz más bebés y más sanos!'.
Sin embargo, ser demasiado parecidos no es una ventaja. Ylos
hwnanos parecen haber desarrollado como mínimo un mecanismo
mental para asegurarse de que eligen a un compañero ligeramente
distinto, al menos desde el punto de vista químico. Este descubri-
miento se deriva de lo que se ha dado en llamar el experimento de
la «camiseta sudada». Cuando se pidió a varias mujeres que olieran
las camisetas sudadas de un grupo de hombres y dijeran qué olor
les parecía el más «sexy», eligieron las camisetas de los hombres cu-
yos sistemas inmunitarios eran diferentes al suyo pero compatibles
con é1 12• Inconscientemente, estas mujeres se sentían atraídas por in-
dividuos que potencialmente les podían ayudar a producir una
descendencia genéticamente más variada.
Por tanto, los opuestos se atraen, dentro de los límites de la pro-
pia esfera étnica, social e intelectual.
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HE1.EN FIsHEIl
mas una aldea de Nueva Guinea y sentados alrededor del fuego del
campamento señalamos al hombre o la mujer que nos parecen más
guapos, los nativos estarán de acuerdo con nosotros'". y cuando los
investigadores utilizaron ordenadores para fundir muchas caras en
una cara «promedio» compuesta de todas ellas, tanto a los hombres
como a las mujeres les gustó más la cara «promedio» que cualquie-
ra de las caras individuales de las que estaba formada'v. Era más
equilibrada. Incluso los bebés de dos meses fijan más tiempo su mi-
rada en las caras que son más símétrícas'v.
«La belleza es verdad, la verdad belleza», escribió Keats en su Oda
a una urna griega. Estas palabras de Keats pueden haber sorprendido
a muchos. Pero, al final, la belleza de la simetría en realidad transmi-
te una verdad básica. Las criaturas con orejas, ojos, dientes y mandí-
bulas equilibradas y bien proporcionadas, con codos, rodillas y pe-
chos simétricos, han sido capaces de repeler las bacterias, virus y
otros diminutos depredadores que pueden causar irregularidades
corporales. Con su simetría, los animales anuncian una capacidad
genética superior para combatir las enfermedades'".
Por tanto, la atracción humana hacia los pretendientes simétri-
cos es un primitivo mecanismo animal diseñado para orientarnos a
seleccionar unos compañeros de apareamiento genéticamente ro-
bustos'".
Yla naturaleza no corre riesgos; el cerebro responde de forma na-
tural a una cara bonita. Cuando los científicos registraron la actividad
cerebral de un grupo de hombres heterosexuales de edades com-
prendidas en tre los veintiuno y los treintay cinco años mientras mira-
ban a mujeres con caras bonitas, el área ventral tegmental (Avr) «se
iluminaba-l''. En nuestro estudio con el escáner ocurrió algo pareci-
do: los sujetos que miraban fotos de parejas más atractivas mostraban
más actividad en el AVT. Yen el AVT abunda la dopamina, el neuro-
transmisor que proporciona la energía, la euforia, la atención con-
centrada y la motivación necesarias para conseguir una recompensa.
No es sorprendente que los hombres y mujeres simétricos tengan
a menudo más pretendientes entre los que elegir. A consecuencia de
ello, las mujeres de una exquisita belleza tienden a casarse con hom-
bres de un estatue más alto 20 , siendojacqueline Kennedy Onassis un
espléndido ejemplo de este proceso de emparejamiento.
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POR QUÉ AMAMo~
LA PROPORCiÓN «CINTURA-cADERA»
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HELEN FLSflER
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PoR QUÉ AMAMOS
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HU.EN FISflER
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POli. QUÉ AMAMOS
«¿Por qué es más importante que la mujer sea bella a que sea in-
teligente?»
«Porque los hombres ven mejor que piensan.»
Es un chiste muy viejo; conozco a muchos hombres que piensan
muy bien. Pero esta ácida observación contiene un ápice de ver-
dad. Digo esto porque el estudio que realizamos aplicando la ima-
gen por resonancia magnética funcional a los circuitos cerebrales
de personas enamoradas produjo resultados inesperados: encontra-
mos ciertas diferencias de género'". Estos hallazgos fueron comple-
jos y variados. No es que los hombres encajaran claramente en una
categoría y las mujeres en otra: al igual que ocurre con todas las di-
ferencias de género, ambos sexos presentaban una amplia gama de
respuestas a las fotos de sus enamorados; algunas incluso se super~
ponían. Por otra parte, estas variaciones pueden no ser comunes a
todos los hombres o mujeres. Pero sí se produjeron diferencias es-
tadísticamente significativas entre ambos sexos. Nadie sabe exacta-
mente qué significan estas diferencias. Pero por el momento espe-
cularé sobre los hombres y más tarde elaboraré mi teoría sobre el
caso de las mujeres.
En nuestra muestra, los hombres tendían a mostrar más activi-
dad que las mujeres en regiones cerebrales asociadas con el proce-
samiento visual, especialmente en la cara.
¿Puede que esto haya evolucionado en los hombres para mejo-
rar su capacidad de enamorarse cuando veían a una mujer joven,
simétrica y una buena apuesta reproductiva? Puede ser. Esta activi-
dad cerebral también podría ayudar a explicar por qué los hombres
generalmente se enamoran más rápido que las mujeresv'. Cuando,
llegado el momento, un hombre ve a una mujer atractiva, está ana-
tómicamente equipado para asociar rápidamente los rasgos visua-
les con los sentimientos de pasión romántica. Un mecanismo su-
mamente efectivo para el cortejo.
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HELEN FrSHER
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POIl. QUÉ AMAMOS
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HELEN FISIlF.R
de todo el mundo son más hábiles con los matices del lenguaje,
una capacidad ligada a la hormona femenina, el estrógeno'". Pero
las mujeres de mi estudio mostraron también una mayor tendencia
a guardar las tarjetas y las cartas enviadas por sus amantes. Con ello,
las mujeres no sólo saboreaban las palabras expresadas por su ena-
morado; inconscientemente también estaban guardando un regis-
tro del esfuerzo realizado por él para el emparejamiento.
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POR QuF. AMAMOS
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POR QUÉ AMAMOS
PASIÓN PASAJERA
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POR QUÉ AMAMOS
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HE.LEN FISHER
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POR Qut AMAMOS
zón por la que resulta tan dificil presentar a dos amigos que están
solteros y por lo que los servicios de citas de Internet fallan a menu-
do: los que emparejan no conocen los entresijos de los patrones
amorosos de sus clientes. Con frecuencia hombres y mujeres tam-
poco conocen su propio mapa del amor.
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POR QUÉ AMAMOS
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POR QUÉ AMMlOS
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POR QUÉ AMAMOS
La evolución del amorromántico
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POR Q¡;É AMAMOS
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HH..,:N FiSHF.R
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POR QlJÉ AMAMOS
LA ZANCADA HUMANA
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POR QUÉ AMAMOS
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Hf-l.EN FiSHER
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POR QUÉ AMAMOS
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HELEN FlsHF.R
EL MUCHACHO DE TURKANA
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POR QUE AMAMOS
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POR Qut AMAMOS
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EL DILEMA oBSTÉTRICO
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PoR Qut AMAMOS
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HELEN FlSHER
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POR QUÉ AMAMOS
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HELEN F'IsHEll.
Antes creía que Skipper, María, Tia y el resto de los animales que
se habían enamorado de sus parejas experimentaban las mismas sen-
saciones que nosotros cuando nos enamoramos. Llegué a la con-
clusión de que conforme nuestros ancestros fueron creciendo en
inteligencia, la humanidad simplemente adornó este magnetismo
animal con una serie de tradiciones y creencias culturales. Sin em-
bargo he cambiado de opinión. Lo que me convenció de que la ex-
periencia humana del amor romántico es mucho más compleja, y
más intensa, es la impresionante arquitectura cerebral que sustenta
nuestro intelecto y nuestros sentimientos.
«El cerebro es mi segundo órgano favorito», se dice que en al-
guna ocasión ha bromeado Woody AlIen. Si Woody hubiera pen-
sado detenidamente en las capacidades del cerebro humano, lo
habría colocado en primer lugar. Hasta tal punto somos mucho
más listos, divertidos, hábiles mecánicamente, artísticos, espiri-
tuales, creativos, altruistas y sexualmente atractivos que cualquier
otro animal, que aunque pudieran combinarse de alguna forma
todas las capacidades mentales de todas las criaturas no humanas,
no igualarían la capacidad de un niño de siete años.
Creo que el equipamiento mental que proporcionan estas apti-
tudes a los seres humanos es también el que posibilita una mayorca-
pacidad de éstos para el amor romántico.
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POR Qut AMAMOS
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HELEN FfsHER
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POR Qut AMAMOS
AMOR CAPRICHOSO
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HEI.EN FlSHER
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PoR Qut AMAMOS
10 por ciento de los niños sometidos a las pruebas no eran los vásta-
gos de sus padres legales'v,
Estas personas adúlteras no constituyen casos excepcionales. La
infidelidad es común a todas las sociedades humanas conocídas'",
El «engaño» es frecuente incluso entre otras criaturas «socialmen-
te monógamas-P. En un estudio realizado con ciento ochenta es-
pecies de aves cantoras, aproximadamente un 90 por ciento de las
hembras parlan varias crías que no tenían ninguna relación genéti-
ca con el «padre» que las alimentaoa'". De hecho, se ha dicho que
la única criatura verdaderamente monógama del estado de Callfor-
nía es una determinada clase de roedor.
Hemos sido hechos para amar y volver a amar. Qué alegría nos
produce esta pasión cuando estamos solteros y empezando nuestra
vida, cuando estamos divorciados en nuestros años de madurez o
cuando nos quedamos solos al ir envejeciendo. Qué confusión, qué
pena puede generar esta química cuando estamos casados con al-
guien a quien admiramos y nos enamoramos de otra persona.
La independencia de estos sistemas emocionales (el deseo se-
xual, la atracción romántica y el apego) evolucionó en nuestros an-
cestros para permitir que hombres y mujeres mantuvieran varias
relaciones a la vez. Pero estos circuitos cerebrales han creado hoy
en día una tremenda confusión, contribuyendo a los patrones mun-
dialmente extendidos del adulterio y del divorcio, a la alta inciden-
cia de los celos, el acoso, el maltrato conyugal y a la generalización
de los homicidios, suicidios y depresiones clínicas asociadas con la
pasión desdeñada.
El amor perdido. Casi todo el mundo conoce la angustia del re-
chazo. ¿Por qué nos hundimos en la desesperación cuando perde-
mos a la persona que adoramos?
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EL AMOR PERDIDO
Rechazo, desesperación y furia
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POR QUÉ AMAMOS
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H~LEN Fi.sHER
AMOR-oDIO
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POR Qut AMAM05
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HEl..EN FlsHI'Jl.
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POR QUE AMAMOS
Mi día con Karen resultó muy raro. Parecía muy abatida cuando
me reuní con ella en la estación Grand Central, en Nueva York, la
mañana del escáner. Pero se mostró sociable, incluso simpática, du-
rante las dos horas del trayecto en tren hasta Stony Brook. Sin em-
bargo, cuando llegamos al laboratorio de Psicología, pasó de la
locuacidad al desánimo. Cuando íbamos a comer, tenía los ojos llo-
rosos. No pudo probar ni un trozo de su pizza ni su refresco, no
comió ni bebió nada. Ycaminaba rezagada mientras íbamos hacia
el laboratorio. Empezó a pensar que no debía haberse presentado
voluntaria, que odiaba a Tim, que no quena acordarse de él. «Todo
esto es un gran error», se decía.
Sin embargo, Karen no me comentó nada de esto antes de la se-
sión de escáner. Escaneamos su cerebro sin que se produjera nin-
gún incidente. Pero cuando salió de la máquina estaba muy nervio-
sa. Yahí empezó todo: se volvió hacia el sorprendido radiólogo y le
acusó de haber programado el nombre de «Tim» en los sonidos de
la máquina. «Tim: Tim; Tim; Tim.» Nos dijo que había escuchado
repetidamente el nombre de Tim mientras miraba su foto. Yo le
aseguré una y otra vez que no la habíamos engañado; que ni a pro-
pósito hubiéramos podido manipular aquella compleja máquina
que valía varios millones de dólares, y que ni por asomo habría tra-
tado nunca de atormentarla introduciendo el nombre de Tim en
los sonidos del escáner.
No pareció creerme hasta que volvimos al tren, después de dos
horas y varias cervezas. Al final, cuando pensé que había recupe-
rado su confianza, le pregunté con cautela si alguien de su familia
era paranoico. «Sí», contestó. «Mi madre». No alargué más la con-
versación.
Entrevisté a cada participante inmediatamente después de que
salieran de la máquina de IMR. Quería saber cómo se sentían cuan-
do miraban la fotografía de la persona amada, qué pasaba por su
mente cuando miraban la fotografia neutra y sus sensaciones mien-
tras realizaban la tarea de la cuenta atrás. Aparentemente, mientras
Karen miraba la fotografía de Tim, su melancolía y su decepción se
habían convertido en furia. Este enojo debió de provocar la para-
noia, porque, según me dijo más tarde, fue después de sentir esa furia
cuando creyó oír que se repetía constantemente el nombre de Tim.
ISO
HEUN FlSHER
AMOR-DESESPERACIÓN
181
POR Qut AMAMOS
nios que «podrían haber sído-!". Yen India, varios hombres y mu-
jeres con el corazón destrozado han formado un club: la Sociedad
para el Estudio de los Corazones Rotos. El tres de mayo de cada
año celebran el Día Nacional de los Corazones Rotos, intercam-
biando sus historias y consolándose mutuamentel''.
El rechazo de la persona amada hunde al amante no correspon-
dido en uno de los sufrimientos emocionales más profundos y per·
turbadores que puede soportar un ser humano. La pena, la furia y
muchos otros sentimientos pueden invadir el cerebro con tal vigor
que la persona apenas consiga comer o dormir. Los grados y mati-
ces de este intenso malestar varían en la misma medida que lo ha-
cen las personas entre sí. Sin embargo, los psiquiatras y neurocien-
tíficos dividen el rechazo romántico en dos fases principales: la
«protesta» y la «resignación/desesperación»16.
Durante la fase de la protesta, los amantes abandonados inten-
tan obsesivamente recuperar a su ser amado. Cuando la resigna-
ción se asienta en ellos, se rinden por completo y desembocan en la
desesperación.
FASE 1: PROTESTA
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HELEN FiSHER
LA ATRACCIÓN DE LA FRUSTRACIÓN
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POli. QUÉ AMAMOS
LA ANSIEDAD DE lA SEPARACIÓN
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HEUN fuHEIl
incluso sollozan. Los pollitos pían. Los bebés del macaco rhesus
ululan tristemente. Cuando las crías de rata son separadas de sus
madres, emiten gemidos ultrasónicos incesantementeé". El neu-
rólogo Jaak Panksepp cree que la ansiedad de separación la gene-
ra en el cerebro el sistema del pánico, una compleja red cerebral
que hace que nos sintamos débiles, asustados y nos falte la respira-
ción 25 •
También entra en acción otro sistema cerebral relacionado con
el del pánico: el sistema del estrés. El estrés comienza en el hipotá-
lamo, donde se produce la hormona que libera la corticotrofina
(CRH) , siendo enviada hacia la pituitaria, próxima a él; aquí se ini-
cia la emisión de ACTH, la hormona de la adrenocorticotrofina.
Ésta a su vez viaja por el flujo sanguíneo hasta la glándula suprarre-
nal (situada encima del riñón) y ordena a la corteza adrenal que
sintetice y libere cortisol, «la hormona del estrés». Entonces el cor-
tisol activa una miríada de sistemas cerebrales y corporales para
contrarrestar el estrés. Entre ellos, el sistema inmunitario, que se
acelera para luchar contra la eníermedad'". A pesar de esta buena
predisposición del cuerpo, los amantes decepcionados tienden a
sufrir dolor de garganta y resfriados. El estrés pasajero también ac-
tiva la producción de dopamina y norepinefrína, y suprime la acti-
vidad de la serotoninat", la combinación de elixires asociados al
amor romántico.
Resulta irónico: cuando el ser adorado se nos escapa, las mismas
sustancias químicas que contribuyen al sentimiento del amor co-
bran todavía más fuerza, intensificando el ardor de la pasión, el
miedo y la ansiedad, e impulsándonos a protestar y procurar con to-
das nuestras fuerzas retener nuestra recompensa: el ser amado que
nos abandona.
185
POli QUÉ AMAMOS
riosas? Incluso cuando el amante que nos abandona asume sus res-
ponsabilidades como amigo (ya menudo coprogenitor) y pone fin
a la relación de forma compasiva y sincera, muchas personas recha-
zadas pasan bruscamente de sentir pena a sentir una ira inconteni-
ble. El poeta inglésJohn Lylycomentó muy atínadamente este fenó-
meno en 1579: «Así como el mejor vino se convierte en el vinagre
más agrio, el amor más profundo se torna en el odio más mortal».
¿Porqué?
Porque el amor y el odio están estrechamente ligados en el cere-
bro humano. Los circuitos primarios del odio/furia atraviesan las
regiones de la amígdala y llegan hasta el hipotálamo, prolongándo-
se hacia otras áreas del cerebro como la materia gris del periacue-
dueto, una región situada en el mesencétalov'. Otras áreas cere-
brales intervienen también en la furia que sentimos, entre ellas la
ínsula, una parte de la corteza que recoge datos procedentes de
la fisiología corporal interna y de los sentídosé'. Pero aqui está la
clave: la red cerebral básica para la furia está estrechamente conec-
tada con los centros de la corteza prefrontal donde se procesa la
evaluación y la esperanza de la recompensa'", y cuando las personas
u otros animales comienzan a darse cuenta de que una recompen-
sa esperada está en peligro o es incluso inaccesible, estos centros de
la corteza prefrontal envían señales a la amígdala y desencade-
nan la furia!'.
Conocida entre los psicólogos como la «hipótesis de la frustra-
ción-agresión», esta respuesta airada ante las expectativas no cum-
plidas, es bien conocida en los animales. Por ejemplo, cuando los
circuitos cerebrales de recompensa de un gato se estimulan artifi-
cialmente, éste siente un intenso placer. Si el estímulo se retira, el
gato se enfada. Del mismo modo, los amantes desdeñados se po-
nen más y más furiosos. «Todo nuestro raciocinio termina por ren-
dirse ante los sentimientos», escribió Blaise Pascal. Pascal sabía per·
fectamente hasta qué punto podemos convertirnos en víctimas de
nuestras emociones.
Sin embargo, la furia no tiene por qué dirigirse siempre hacia la
recompensa perdida'<. Un mono enfurecido desahogará su ira so-
bre uno de sus subordinados en lugar de atacar a un superior. De la
misma manera, un amante rechazado puede dar una patada a una
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HF.LEN FISHER
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POR Qut AMAMOS
chos de muchas otras especies deben luchar unos con otros para
ganarse el derecho al cortejo. Así que supuse que quizás la atrac-
ción y el odio/furia estaban estrechamente conectadas en el cere-
bro de los mamíferos con el fin de permitir que los pretendientes
pasaran fácilmente de sentirse atraídos por una posible pareja a en-
furecerse ante un rival y viceversa. Pero esta teoría no se sostuvo tras
un estudio más detallado.
Los combativos pretendientes masculinos se pavonean, posan
y se atacan como si fueran gladiadores enfrentándose a un duelo
por su amor y su honor. Ycuando el combate ha terminado, el ga-
nador suele manifestar sentimientos de triunfo mientras que el
perdedor se escabulle cubierto de ignominia. Pero ninguno de los
dos parece estar furioso. Existen sólidas pruebas biológicas de que
el sistema neurológico de la competición entre machos durante el
cortejo es independiente del sistema cerebral de la furia. Esta rivali-
dad en cambio está asociada con altos niveles de testosterona y va-
sopresína'", Por tanto, el amor humano no se desarrolló a partir de
los sistemas de emoción/motivación que los mamíferos utilizan para
combatir con sus rivales.
Entonces, ¿por qué el cerebro humano ha capacitado al amante
abandonado para odiar tan fácilmente a la persona que adora?
El psiquiatraJohn Bowlby defendía en la década de 1960 que la
ira que acompaña la pérdida de un ser amado es parte del diseño
biológico de la naturaleza para recuperar el objeto de apego per-
dido 36. Pero esta furia no es una característica agradable; no puedo
creer que sirva con frecuencia para persuadir al amante de que
vuelva a una relación en proceso de desintegración.
Por tanto, mi opinión actual es que la furia del abandono se de-
sarrolló con otro propósito: el de impulsar a los amantes decepcio-
nados a desprenderse de uniones sin futuro, a curar sus heridas y a
reanudar su búsqueda en pos del amor en otros pastos más verdes.
Por otra parte, si la persona rechazada ha tenido hijos durante
la existencia de esta sociedad ahora en quiebra, la furia del abando-
no puede proporcionarle energía para luchar por el bienestar de
ellos. Ciertamente, podemos observar esta conducta en los trámi-
tes de divorcio actuales. Hombres y mujeres equilibrados se vuel-
ven despiadados con el fin de conseguir recursos para sus hijos aban-
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POR QUÉ AMAMOS
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los obstáculos. Ellas muestran una tendencia mayor que los hom-
bres a pasar por alto «una cana al aire» o una aventura pasajera con
una rival. Pero si la mujer piensa que su compañero está estable-
ciendo una relación emocional seria con otra mujer o derrochando
un tiempo y un dinero valiosos con ella, puede ponerse extremada-
mente celosa.
Semejante conducta también tiene sentido desde el punto de
vista darwiniano. Durante millones de años, las mujeres de nuestros
ancestros necesitaron a sus parejas para ayudarles a criar a sus hijos.
De ahí que las mujeres hayan desarrollado mecanismos cerebrales
para hacerlas extremadamente posesivas cuando su pareja amena-
za con privarla de recursos económicos o apoyo emocional, o con
abandonar su relación por otra mujer.
«El amor es como una antorcha, y, si se protege de las ráfagas
de viento, / arderá más débilmente pero durará más./ Si en cambio
se expone a las tormentas de los celos y las dudas, / su llama alcanza
mayor tamaño, pero se apaga antes». Así se expresaba el poeta Wi-
lliam Walsh 71. A primera vista, los celos parecen representar una
sentencia de muerte para la relación amorosa. Pero los psicólogos
creen que pueden servir de estímulo a la pareja con el fin de tran-
quilizar al compañero desconfiado con declaraciones de fidelidad
y afecto. Efectivamente, estas palabras tranquilizadoras pueden
contribuir a la durabilidad de la relación72.
Sin embargo, los celos pueden socavar una relación amorosa, y
esta respuesta puede ser también adaptativa. Los hombres y las mu-
jeres celosos a menudo captan señales genuinas de que la relación
está fallando. Ycada día que permanecen ligados a parejas no com-
prometidas pierden la oportunidad de encontrar otras más ade-
cuadas, además de arriesgarse a contraer enfermedades de trans-
misión sexual.
Así que los celos tienen ventajas reproductivas. Pueden fortale-
cer la relación o destruirla. De cualquier manera, los celos son útiles.
En consecuencia, este rasgo desagradable ha llegado a estar estre-
chamente enredado en la madeja del amor romántico humano,
formando parte de un conjunto de sentimientos poderosos que
fueron necesarios para que nuestros antepasados del África primi-
tiva salieran victoriosos deljuego del cortejo.
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POR QUF AMAMOS
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POR QUÉ AMAMOS
VENGANZA FEMENINA
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'" Eurípides, Alcestis, Medm, Hipófito, Alianza. Madrid, 1999. (N. de la T.)
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POR QUÉ AMAMOS
Los seres humanos son las únicas criaturas de la tierra que co-
meten un elevado número de suicidios.
Es dificil obtener información exacta de por qué gente que goza
de buena salud se suicida; carecemos de una estadísticas sólidas. La
pérdida de dinero, poder, estatus o respeto, o el hecho de darse
cuenta de que nunca alcanzaremos un objetivo largamente preten-
dido, pueden llevar a una persona a quitarse la vida. Pero la mayoría
de hombres y mujeres no tienen mucho dinero, poder, prestigio, ni
tampoco pueden alcanzar las metas que se proponen. Sin embargo,
sí se enamoran perdidamente. Yel amor romántico, como sabemos,
está asociado con altos niveles de dopamina y probablemente de no-
repinefrina, unas sustancias cerebrales que con frecuencia reducen
los niveles de serotonina. No creo que sea una coincidencia que los
niveles bajos de serotonina estén asociados con el suícídío'",
En resumen, cuando una relación amorosa se malogra, el cere-
bro humano está preparado químicamente para la depresión, yuna
posible aniquilación. Sospecho que muchos de los hombres y mu-
jeres de todo el mundo que se suicidan lo hacen por haber perdido
un amor. Durante siglos, los japoneses incluso han ensalzado este
acto, considerando el «suicidio por amor», como ellos lo llaman,
una declaración honrosa de arecto'".
El intento de suicidio por amor puede haber tenido incluso un
origen adaptativo en épocas ancestrales'". Muchos suicidas, espe-
cialmente las mujeres, en realidad no consiguen acabar con su vida.
y los psiquiatras creen en la actualidad que estos casos son estrate-
gias extremas que utilizan las mujeres rechazadas para manipular a
un amante con el fin de que se reanude la relación. Por desgracia,
muchas no calculan bien sus tácticas y se matan por error. El suici-
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HEUN FlSHER
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CONTROLAR lA PASIÓN
Cómo conseguir que el amordure
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POR Qui: AMAMOS
ADICTOS AL AMOR
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HELEN FtsHER
sita cada vez más dosis de «droga». Con el tiempo se encuentra di-
ciendo «tengo ansia de ti», «nunca me canso de ti» e incluso «no
puedo vivir sin ti». Cuando el amante no puede hablar con la perso-
na amada, aunque sólo sea durante unas horas, anhela volver a ha-
cerlo. Cada llamada telefónica que no es de su amado supone un
motivo de desilusión.
y si la persona amada rompe la relación, el amante muestra ID-
dos los síntomas característicos de la abstinencia de las drogas, in-
cluyendo la depresión, accesos de llanto, ansiedad, insomnio, pér-
dida de apetito (o atracones de comida), irritabilidad y aislamiento
crónico. Al igual que todos los adictos, el amante está dispuesto a
pasar por todo tipo de experiencias nada saludables, humillantes e
incluso físicamente peligrosas para conseguir su narcótico.
Los amantes también reinciden, como los drogadictos. Mucho
después de haber terminado la relación, hechos tan simples como
escuchar una determinada canción o volver a visitar alguno de los
lugares que solían frecuentar juntos, pueden provocar el ansia del
amante y desencadenar de nuevo la necesidad de llamarle o escribir-
le compulsivamente para conseguir otro «colocón»: un momento
romántico con el ser amado. Racine tenía razón cuando calificó al
amante de «esclavo de la pasión".
¿Cómo podemos emprender el camino de vuelta a la cordura y
la liberación cuando nuestro amor ha sido rechazado? ¿Cómo ha-
cer saltar la chispa de un nuevo romance en otra persona o en no-
sotros mismos? ¿Ycómo hacer que esta pasión dure?
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POR QUÉ AMAMOS
208
HEI.EN F!SHER
nos las vacaciones que siempre hemos soñado, escribir nuestros pla-
nes para el futuro, utilizar técnicas de respiración profunda u otros
métodos de relajación; en definitiva, hacer cualquier cosa para con-
centrar nuestra atención, especialmente cosas que se nos den bien.
¿Por qué? Porque la desesperación del amor no correspondido
está casi siempre asociada con una caída en picado de los niveles de
dopamina, y cuando concentramos nuestra atención y hacemos co-
sas nuevas, elevarnos los niveles de esta sustancia que nos hace sen-
tirnos bien, estimulando nuestra energía y nuestra esperanza.
El ejercicio es especialmente recomendable para los amantes re-
chazados. Cada vez que nos derrumbamos sobre una silla, nos sen-
tarnos aliado del teléfono o nos quedamos mirando por la ventana,
estamos dando ocasión al amante que nos ha dejado para que avive
las ascuas en nuestro corazón dolorido. El ejercicio puede sofocar
este fuego. Cualquier clase de esfuerzo físico elevará nuestro áni-
mo 12 . Es sabido que correr, montar en bicicleta y otras formas de ac-
tividad física intensa elevan los niveles de dopamina en el núcleo
accumbens del cerebro, generando sentimientos de euforia'". El
ejercicio también eleva los niveles de serotonina y de algunas en-
dorfinas, sustancias todas ellas tranquilizantes. Además, aumenta
el BDNF (brain-derioed neurotropic¡acún; o factor neurotrópico deri-
vado del cerebro) en el hipocampo, el centro de la memoria que
protege y fabrica nuevas células nerviosas. En efecto, algunos psi-
quiatras creen que este ejercicio (sea aeróbico o anaeróbico) pue-
de ser tan eficaz para el tratamiento de la depresión como la psico-
terapia o los fármacos antidepresivos!".
La luz del sol es otro tónico para los amantes deprimidos-f. Esti-
mula la glándula pineal del cerebro, que regula los ritmos corpora-
les para que a menudo eleven el estado de ánimo. Así que es conve-
niente elegir una actividad diaria que pueda practicarse bajo la luz
del sol, preferiblemente al aire libre.
A riesgo de parecer Benjamin Franklin en su AlmanaquedelBuen •
Ricardo', añadiré estas reflexiones dirigidas al amante deprimido:
209
POR QUÉ AMAMUS
evitar los dulces o las sustancias que puedan estresar nuestro cuer-
po o nuestra mente; fijarnos en las cosas buenas que tenemos, dado
que el optimismo es curativo; caminar, ejecutar esa ancestral zanca-
da humana (como se comentó en el capítulo sexto), tan elegante y
fácil de realizar para nuestros músculos y probablemente para
nuestro cerebro; y sonreír, poner buena cara aunque estemos llo-
rando por dentro. Los nervios de estos músculos faciales activan los
circuitos nerviosos del cerebro que nos pueden proporcionar sen-
timientos de placer'". El solo hecho de imaginar que somos felices
puede estimular la actividad cerebral del placer.
«Consoladme con pasteles de uvas, / reanimadme con manza-
nas, / porque de amor languidezco», se lamentaba la esposa en el
Cantar de los Cantares. Sospecho que los amantes desolados ya bus-
caban las distracciones y la luz del sol, inventaban máximas que les
confortaran, tomaban remedios medicinales, hacían ejercicio y
sonreían para aliviar el mal de amores hace un millón de años.
210
H'U.N FI8HER
211
POR Qut AMAMOS
TOMAR ANTIDEPRESIVOS
212
primidas tienen dificultades para comer, dormir o practicar el
sexo. Ymuchas de ellas contemplan la posibilidad del suicidio.
Los hombres y mujeres rechazados a menudo presentan todos
estos síntomas de la depresión grave. Al ser incapaces de superar-
los, muchos recurren a los antidepresivos para aliviar su angustia.
Los más populares son las píldoras que de una forma u otra au-
mentan los niveles de serotonina en el cerebro: los inhibidores se-
lectivos de la recaptación de serotonina, o ISRS. En la actualidad,
la industria de los fármacos destinados a mejorar la serotonina re-
cauda unos ingresos de doce mil millones de dólares sólo en Esta-
dos Unidos. Unos 7,1 millones de estadounidenses toman algún
tipo de estimulador de la serotonina para combatir la depresión,
el estrés, el sentimiento de pérdida o la desesperación del amor
trágico'".
Cuando la medicación surte efecto, el sufrimiento fisico y psí-
quico producido por esta absoluta tristeza comienza a disiparse. Se
empieza a pasar menos tiempo mirando a la pared en lo que los psi-
quiatras denominan un «estado vegetativo». Se empieza a poder
dormir por la noche, a desayunar, comer y cenar, y a llevar el traba-
jo de forma más adecuada y eficaz. Finalmente, la reflexión ince-
sante disminuye. El impulso de contactar con la persona amada ya
no es tan fuerte. Y los sentimientos de furia, desesperación y nos-
talgia irrumpen cada vez menos en nuestro pensamiento. Estos fár-
macos mejoran incluso los daños físicos ocurridos. Estimulan el
crecimiento de las células nerviosas del hipocampo, el núcleo de la
memoria cerebral, combatiendo de esta manera el daño que con
frecuencia produce el estrés prolongado-S.
Pero estos fármacos estimuladores de la serotonina a menudo
tienen efectos secundarios. Algunas personas ganan peso. Alrededor
de un 70 por ciento de los pacientes que toman esta medicación
padece una disminución de la libido, una demora en la excitación se-
xual y/o una incapacidad para alcanzar la erección, la eyaculación
o el orgasmo-e, Y; frecuentemente, estos medicamentos pueden in-
ducir a la apatía, o lo que los psiquiatras denominan «embotamien-
to afectivo».
Por supuesto, merece la pena sobrellevar todos estos efectos se-
cundarios si el paciente tiene deseos de suicidarse o de matar a otra
2[3
POR QUÉ A.\lAMO~
214
H~lLN FlSHF.R
lA TERAPIA DE HABlAR
215
POR QUÉ AMAMUS
EL TIEMPO CURA
-2 16
HELEN FlsHER
-
2 17
POR QUÉ AMAMOS
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HULN Fl8HER
INTIMIDAD SEXUAL
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POR QUF. AMAMOS
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HELEN Fl~HER
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POIl. QlrF. AMAMOS
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HEUN F1SHER
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PoR QU~ AMAMOO
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HELEN FlsHEIl
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POR QUE AMAMOS
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HELEN FlsHER
GANAR TIEMPO
227
POIl QUÉ AMAMOS
ble amante, deberían dar lugar, con astucia, a cierto misterio, obs-
táculos e incertidumbre en la relación.
Sé que todo esto parece un juego. Pero es que el amor lo es; es el
único juego de la naturaleza. Casi todas las criaturas de este planeta
lo practican, con la intención inconsciente de transmitir su ADN
hacia el futuro. Los puntos se cuentan por el número de hijos.
228
HELEN FlSHER
-2 29
POR QUÉ AMAMOS
230
HFJ.F.N FrSf-lER
231
POR QUt AMi\MOS
PASIÓN YRAZÓN
- 2 32
HELEN F1SflER
233
POli QlIF. AMAMOS
234
9
«LA LOCURA DE LOS DIOSES»
El triunfo del amor
AJnor--eresprofundo--
yo no puedo atravesarte-
si fuéramos dos en vez de uno--
remero y lancha --en un soberano verano--
quién sabe-¿llegaríamos al sol?
EMILY DICKINSON
«Amor eres alto»
235
POR Qut AMAMOS
-236
HEu:N F1SHER
237
POR QllÉ AMAt.lOS
238
HELEN F1SHER
239
POR QlJt AMAMOS
do, en gran parte, a que el 40 por ciento de los hombresy las muje-
res de esta edad se encuentran perfecramenre'v. La humanidad
está ganando tiempo para amar.
Yla tecnología colabora. En la actualidad, las cremas y los parches
de testosterona mantienen activo el impulso sexual. La viagra y otros
medicamentos permiten a las personas mayores. principalmente a
los varones, cumplir en la cama. La terapia sustitutiva del estrógeno
mantiene en funcionamiento el mecanismo de excitación de las mu-
jeres. Ygracias a otras numerosas innovaciones. que van desde la ciru-
gía plástica y los cosméticos hasta las ropas de todos los tejidos. for-
mas y estilos imaginables. hombres y mujeres pueden expresar su
sexualidad y enamorarse prácticamente hasta que mueren.
También empezamos antes. En las sociedades cazadoras/recolec-
toras, los niños a menudo empiezan a jugar con el sexo y el amor a
edades tan tempranas como los cinco o seis años. Pero dado que las
niñas son delgadas y hacen mucho ejercicio. generalmente alcanzan
la pubertad en torno a los dieciséis o diecisiete años. y tienen su pri-
mer hijo alrededor de los veinte. Los niños del mundo de hoy tam-
biénjuegan a «las casitas» y a «los médicos» a una edad temprana. La
diferencia radica en que, debido a nuestro estilo de vida sedentario y
a una dieta rica en grasas, las niñas de las sociedades industrializadas
actualmente alcanzan la pubertad en torno a los doce años y medio.
Cada vez son más las que se quedan embarazadas poco después. ini-
ciando el ciclo del amor adulto mucho antes de lo previsto.
-
2 40
HELEN FlSHER
tos que habían pasadojuntos. Yse ponía eufórico cuando ella le ha-
biaba en el colegio.
Los hombres y mujeres de setenta, ochenta e incluso noventa
años también viven la magia del amor22. Un amigo mío se enamoró
con noventa y dos años. Su esposa había muerto diez años antes de
que él se sintiera cautivado por una vieja amiga de la familia. Su
única preocupación consistía en que ella era más joven que él: te-
nía setenta y seis años. Es interesante señalar que en un estudio rea-
lizado con doscientos cincuenta y cinco adolescentes, adultosjóve-
nes, hombres y mujeres de mediana edad y personas de la tercera
edad, los científicos no encontraron diferencias de conjunto en la
intensidad de la pasión romántica; hombres y mujeres amaban con
la misma fuerza a los dieciséis años que a los sesenta23• Las personas
mayores hacen cosas más variadas e imaginativas cuando están jun-
tas 24 . Pero la edad no representa ninguna diferencia en los senti-
mientos del amor.
-
2 41
PoR Qui AMAMOS
242
HELEN FJSHER
dólares en un hijo antes de que cumpla los dieciocho años; una fa-
milia de clase media gasta más, antes de tener que pagarle la uni-
versidadé". Por eso los hombres mayores empiezan a recelar de las
mujeres que quieren darles descendencía'".
Los gays y las lesbianas de todas las culturas también sienten la
pasión romántica. Como observábamos en el capítulo primero, mi
cuestionario demostraba que los homosexuales experimentan más
«el síndrome de las manos sudorosas» que otros encuestados. Estoy
segura de que la mente de estos hombres y mujeres tiene exacta-
mente el mismo cableado humano y la misma química del amor
romántico que el resto de las personas. Sin embargo, durante su
desarrollo en el vientre materno o durante su infancia, su pasión
adquirió un enfoque diferente.
EL IMPULSO DE AMAR
-
2 43
POR QUÉ AMAMOS
244
HEUN FIsHER
245
POR QUÉ AMAMOS
246
APÉNDICE
Introducción
Fecha de nacimiento: _
247
POR QUÉ AMAMOS
Sí 1 No 2
Enamoramiento actual 1
Enamoramiento pasado 2
_ _ por ciento
84. Cuando está enamorado/a, ¿le parece que a veces sus senti-
mientos escapan a su control?
Sí 1
No 2
Sí, me lo ha dicho 1
Sí, aunque de un modo indirecto 2
No 3
-2 48
H¡¡UN FisHER
Más pasión 1
La misma pasión 2
Menos pasión 3
No conozco sus sentimientos 4
Sí 1
No 2
~do/a 1
Vive con una pareja 2
Ninguna de las anteriores 3
S12. Si «vive con» una pareja, ¿hace cuánto que vive con dicha per-
sona?
Su pareja 1
Otra persona 2
249
POR ooe AMAMOS
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
250
HEI.I:N F1SHER
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
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Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
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Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
251
PoR QUÉ AMAMOS
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
13. Cuando hablo con _ _•a menudo tengo miedo de decir algo
incorrecto.
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
252
HELEN FlsHER
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
253
PoR QUÉ AMAMOS
I 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
I 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
22. A veces mis sentimientos hacia __ son eclipsados por los senti-
mientos románticos hacia otra persona.
I 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
I 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
I 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
254
HELEN F1SHER
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
26. Nunca dejo de amar a __' incluso aunque las cosas no vayan
bien.
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
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Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
255
PoR QUE AMAMOS
30. Espero con toda mi alma que __ se sienta tan atraído/a por
mí como yo por él! ella.
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
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Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
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Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
256
HEI.EN FlSflER
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
38. Mis relaciones con mis mejores amigos/as son más importantes
para mí que la relación con __ o
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
257
PoR Qut AMAMOS
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
43. Cuando a __ le van bien las cosas me siento feliz por él/ella.
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacúerdo de acuerdo
-
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HELEN FIsHEIl
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desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
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desacuerdo deaeuerdo
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desacuerdo de acuerdo
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Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
-2 59
POR Qut AMAMOS
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Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
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Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 5 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
1 2 3 4 6 7
Muy en Muy
desacuerdo de acuerdo
260
HEU:N F\SIlER
Estudiante.: _
Otros: _
S15. Si es estudiante:
Menos de 15.000 $ 1
Entre 15.000 $y 34.000 $ 2
Entre 35.000 $y 54.000 $ 3
Entre 55.000$y 74.000 $ 4
75.000 $ o más 5
S16. Si no es estudiante:
Menos de 15.000 $ 1
Entre 15.000 $ Y34.000 $ 2
Entre 35.000 $ Y54.000 $ 3
Entre 55.000 $ Y74.000 $ 4
75.000$ o más 5
261
POR QUÉ AWJ,fOS
Sí 1 No 2
Madre Padre _
S22. Religión:
Protestante 1
Católica 2
Judía 3
Musulmana 4
Otras _
S23. Raza/Etnia:
Blanca 1
Negra 2
Oriental 3
Latino/Hispano 4
Multirracial 5
Otras _
262
HELEN f'lsHER
1 2 3 4 5 6 7 8 9
100% 100%
homosexual heterosexual
Fecha: / / ,
(día) (mes) (año)
263
NOTAS
1
«ESE SALVAJE FRENESÍ»
1 Hamill 1996.
2Wolkstein 1991, p. 51.
"wolksteín 1991, p. 84.
"wolksteín 1991, p. 150.
5 YUtang 1954, p. 73.
6 Jankowiak y Fischer"1992.
7 Los neurocirujanos hacen una distinción técnica entre la «emoción»
y el «sentimiento», Consideran las emociones como sistemas neuronales
específicos que producen conductas que contribuyen a la superviven-
cia. Los sentimientos, en su opinión, son la percepción consciente de di-
chas emociones (Damasio 1999; LeDoux 1996, p. 125). No obstante, yo
utilizaré ambos términos indistintamente.
II Tennov 1979, Hatfie1d y Sprecher 1986b; Harrís 1995; H. E. Físher
H Hamill1996, p. 51.
265
POR Quí. AMi\MOS
266
H~LEN F'JsHER
52 Canclan 1987.
5~ Yutang 1954, p. 73.
!H Hopkins 1994, p.18.
5"Tennov 1979.
56 Flexnor 1965.
62 Darwin 1872/1965.
2
MAGNETISMO ANIMAL
4 Ryden 1989,p.147.
'IGng1990,p.127.
6 Penny 1988, p. 28.
7 Harrington y Paquet, 1982, p. v.
8 Mech 1970,p.112.
9 Darwin 1871/ sin fecha, p. 674.
12 DaggyFosterl976, p. 129.
13 Schaller 1973, p. 78.
14 Moss 1988, p. 115.
267
POR Qut AMAMOS
268
HELEN FISHER
3
LA QUÍMICA DEL AMOR
7 Wise 1998; Colle y Wise 1988; Post, Weiss y Pert 1998; Kruk y Pycock
1991; Volkow et al. 1997.
"Abbot 2002; Schultz et al. 1997; Wise 1989, 1996, 1998; Robbins y
Everitt 1996.
9 Schultz 2000; Martin-Soelch et al. 2001
rs Whittier 1988.
16 Mashek, Aran y Físher 2000.
17 Hatfield y Sprecher 1986a; Berscheid y Reís 1998; Walster et al.
1966.
18 'Whittier 1998, -The Sun Rísing», p. 25.
269
POR QUÉ AMAMOS
270
HELEN F1SHEIl
.39 El neurólogo Donald Pfaff sostiene (Pfaff 1999) que todos los im-
pulsos tienen dos componentes: (a) Un sistema de excitación general
en el cerebro que produce la energía y la motivación para cubrir todas
las necesidades biológicas. (b) Una constelación específica de sistemas ce-
rebrales que produce los sentimientos, pensamientos y conductas aso-
ciadas a cada necesidad biológica concreta. Pfaff afirma que el compo-
nente de la excitación general de todos los impulsos está asociado con la
acción de la dopamína, la norepínefrína, la serctonína, la acetilcolina,
las histamínas, la orexina, la prostaglandina D sintasa y puede que otras
sustancias químicas cerebrales. La constelación específica de regiones
cerebrales y sistemas asociados con cada impulso determinado varía con-
siderablemente. Nuestro estudio mediante IMRf parece dejar al descu-
bierto el componente de excitación general del amor romántico, asocia-
do al área ventral tegmental y a la distribución de la dopamina central.
Sin embargo, también encontramos activación en el cuerpo y la cola del
caudado, el septum, la materia blanca del cingulado posterior y otras
áreas, así como desactivaciones en varias regiones cerebrales (H. Fisher
et al. 2003; Aron et al., en preparación). Todo ello puede constituir par-
te del sistema específico de la primera e intensa fase del amor románti-
co. Probablemente sea necesario un protocolo diferente y/o una tecno-
logía más sofisticada para establecer la .totalidad de correlaciones
neurales asociadas al impulso de amar. No obstante, los sentimientos,
pensamientos, motivaciones y conductas asociadas con la pasión román-
tica pueden ser tan variados según los individuos que quizá sea imposi-
ble registrar mediante el análisis de grupos la totalidad de los sistemas
básicos implicados.
40 Pfaif 1999.
271
PoR QUF. AMAMOS
al. 2001; Rolls 2000). Con la cercana corteza prefrontal medial experi-
mentamos las emociones, dotamos de significado a nuestras percepcío-
nes (Carter 1998; Teasdale et al. 1999), dirigimos las conductas relacio-
nadas con las recompensas (Óngur y Price 2000), generamos nuestro
estado de ánimo (Óngur y Price 2000, p. 216) Ynuestras preferencias
(Óngur y Price 2000, p. 215). El núcleo caudado tiene largos cables ner-
viosos que se proyectan directamente desde y hacia las cortezas orbito-
frontal y prefrontal medial (Óngur y Price 2000). Estas regiones cere-
brales se activaron en algunos de nuestros sujetos, pero no en todos.
Esta variación puede deberse a las dificultades de la tecnología IMRf o a
que los sujetos estaban experimentando estados de ánimo ligeramente
distintos, que a su vez activaban regiones cerebrales ligeramente distin-
tas. Los análisis de grupo que nevamos a cabo no revelaron estas sutiles
variaciones individuales.
44 Dickinson 1995, ns 632.
4
LA. TElARAÑA DEL AMOR
l Shakespeare 1936, Love's Labors Lost, acto IV,escena Ill, línea 341.
2 H. Fisher 1998; H. Fisher et al. 2002a; H. Fisher et al. 2002b.
3 H. Fisher 1989, 1992, 1998, 1999.
4 Hamill1996, p. 32.
-2 72
HEUN ftSHEJI
12 Farb 1983.
19 Nyborg 1994.
20 Hoagland 1998.
-
273
POR QUÉ AMAMOS
25 Laumann et al., 1994; Ellis y Symons 1990. Dado que esta diferencia
de género también existe en Japón y en Gran Bretaña (Barash y Lipton
1997, Wilson y Land 1981), algunos científicos opinan que estas variacio-
nes pueden ser heredadas. Esto sería lógico. Las hembras de las aves y de
los mamíferos deben permanecer quietas y en actitud cooperativa para
que se produzca el coito. Ylos machos deben mostrar cierta seguridad en
sí mismos para aparearse con éxito. Por tanto, las muestras de rendición
por parte de la hembra en conjunción con las actitudes de dominación
por parte del macho constituyen señales importantes para el apareamien-
to (Eibl-Eibesfeldt 1989). De hecho, el etólogo Ireneus Eibl-Eibesfeldt
propone que estas constantes de la sexualidad humana, la dominación
del macho y la rendición de la hembra, evolucionaron a partir de regio-
nes primitivas del cerebro con el fin de garantizar el éxito del aparea-
miento en todos los reptiles, aves y mamíferos.
26 Laumann et al., 1994.
27ElIis y Symons 1990; Barash y Lipton 1997.
2M Hull et al., 1995; Hull et al.. 1997; Kawashima y Takagi 1994.
29 Liu et al., 1998; Herbert 1996.
30 Ferrari y Giuliani 1995.
31 Hull et al., 1995; Wenkstern et al., 1993; West etal., 1992.
32 Hull et al., 1995.
33 Clayton er al., 2000; Walker et al., 1993; Heaton 2000.
34 Walker etal., 1993; Coleman et al., 1999; Ascheretal., 1995.
35 Mayerhofer et al., 1992; Fernández et al., 1975; Cardinali et al.•
1975.
36 Fabre-Nys 1998.
274
HF.LEN FlSHER
275
POR Qut AMAMOS
77 Evans 2001.
78 Damasio 1994,p.152.
5
«EsE PRIMER EMBELESO DESPREOCUPADO YMARAVILLOSO»
5 Shepher 1971.
18 Gangestad y Thornhilll997.
21 Gangestad y Thornhill1997.
26 Singh 1993.
27 Singh 2002.
276
Hum FISHER
61 Buss 2003.
62 Kenrick et al. 1990
-
2 77
POR Qut AMAMOS
63 Buss 1994.
64 Shakespeare, El mercaderde Venecia, acto 1II, escena 11, línea 63.
241-242.
67 Hatlield y Rapson 1996.
68Pines 1999.
69 Hendrix 1992, 1988.
70 Bowen 1978.
72 Bowlby 1969.
73 Ainsworth et al. 1978.
74 Aronson 1998.
75 Roethke, «The Motion».
76 Reik 1964.
278
HELEN F1SHEIl
6
POR QUE AMAMOS
279
POR Qut AMAMOS
con 1988.
22S tephan , Frahmy Baron 1981.
23 Wade 2001.
280
HaEN FIsHER
mano (Goleman 1995). Yo creo que el «sentido del humor-es una for-
ma de inteligencia. Yhe acuñado el término «inteligencia sexual.. para
describir la capacidad de ser sensible a las necesidades de la pareja. ex-
presar los propios deseos con habilidad y actuar adecuadamente al ha-
cerel amor.
29 Stephan, Frahm y Baron 1981.
se lbíd.
31Ibíd.
32 Semendeferi et al. 1997; Finlayy Darlington 1995.
33 Whittier 1998.
7
EL AMOR PERDIDO
8 ¡bid., p. 275.
9 Alarcón 1992. p. 110.
ro Stallworthy 1973. p. 260.
11 Millay 1988. p. 86.
"Jankowiak 1995, p.179.
13 Harris 1995, p. 113.
J4 Harrison 1986.
15Jankowiak 1995.
281
POR QUF. AMAMOS
19 Panksepp 1998.
21 Panksepp 1998.
25 El pánico afecta a una región del mesencéfalo, la materia gris del pe-
ríacueducto. una región situada cerca de las que generan el dolor físico.
La materia gris del períacueducto envía señales a muchas otras partes del
sistema del pánico. Nadie sabe exactamente qué sustancias químicas del
cerebro producen los sentimientos de la ansiedad de separación y el páni-
co (Panksepp 1998). El glutamato, el neurotransmisor con mayor poder
de excitación, es probablemente uno de ellos; interviene en todo lo que
hacemos. Cuando este neurotransmisor aumenta, los animales empiezan
a emitir llamadas de angustia relacionadas específicamente con el aban-
dono. Los científicos saben mucho más sobre lo que mitiga la ansiedad y
el pánico que de dichos estados en sí mismos. Los opiáceos como la mor-
fina reducen rápidamente las llamadas de angustia de los animales aban-
donados. La oxítocína, la hormona asociada con el apego y los vínculos
sociales, también disminuye la angustia provocada por la separación. Esta
es probablemente la razón por la que los animales tienden a dejar de llo-
rar cuando se les acaricia; el masaje activa la oxitocina y los receptores de
los opiáceos.
26 Smith y Hoklund 1998; Campbell, Sedikides y Bossom 1994.
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1991; Panksepp 1998; McGuirey Troisi 1998.
58 Troisi y McGuire 2002; McGuire y Troisi 1998.
59 Hagen, Watson y Thomson, en preparación.
60 Watson y Andrews 2002.
61 Nesse 1991; Hagen, Watson y Thomson, en preparación.
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68Voracek 200 I.
69 Buss 2000.
70 Ibíd.
71 Stallworthy 1973, p. 282.
72 Sheets et al. 1997; Mathes 1986.
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74 Fremouw et al. 1997.
75 Gugliotta 1997; Meloy 1998.
77 Meloy, en imprenta.
78 Dozíer 2002.
79 Ibíd.
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yDaly 1992.
81 E. Goode 2000.
82 Ibíd.
8~ Wilson y Daly 1992; United Nations Development Programme
1995a.
84 Shakespeare, Oteto, acto I1I, escenaIlI, líneas 304-307.
90 Gugliotta 1997.
91 E. Goode 2000.
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Schaef 1989; Findling 1999. Dado que los científicos informan de que
muchos aspectos de la personalidad tienen una base genética, sospecho
que los sentimientos del amor romántico también tienen una impronta
genética; dicho brevemente: diferentes personas sienten esta pasión en
diferentes grados, con diferente intensidad y duración. En apoyo de esta
hipótesis, existen siete formas de trastorno amoroso. Algunas personas
son incapaces de enamorarse (Tennov 1979). Se casan y construyen una
relación feliz y duradera pero dicen que nunca han sentido la pasión del
amor romántico. Otros son «yonquís del amor». Son tan adictos a esta ex-
citación que no pueden mantener una relación a largo plazo; cuando la
pasión va desapareciendo, van en busca del siguiente «colocón» románti-
co (Liebowírz 1983). De hecho el psiquiatra Donald KIein identificó una
forma de depresión recurrente que sufren algunos de estos yonquis: la
disforia histeroide. Cuando esta desastrosa relación amorosa empieza a
desarrollarse, el amante sufre unos acusados cambios de humor (Liebo-
witz 1983). Otros padecen lo que los psicólogos llaman el síndrome Cíe-
rambault-Kandinsky (CKS) o erotomanía. En este caso, el amante obsesio-
nado ni siquiera conoce al amado (a menudo se trata de alguna persona
famosa) y sin embargo delira pensando que dicha persona está enamora-
dade él (Zona et al. 1993; Rosenthal2002).
7 Leshner 1997; Rosenthal 2002.
R Bartels y Zeki 2000.
9RegiS 1995.
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13 Kolata 2002.
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14 Rosenthal 2002. Existen nuevos datos que indican que cuando a los
ratones no se les permite practicar su rutina diaria de correr, se activan las
regiones cerebrales asociadas con el ansia de alimento, sexo o drogas nar-
cóticas.
15 Rosenthal2002.
16 Carter 1998.
17 Stallworthy 1973, p. 279.
18 Baumeíster, Wotman y Stillwelll993.
19 Baumeister y Dhavale 2001.
2Q Stallworthy 1973, p. 253.
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45 Ibíd.
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60 Físher 1999.
61 Buss 1988.
65 Schultz 2000.
67 Epstein 2002.
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1983.
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70 Tucker y Aron 1993; Mathes yWise 1983; Schnarch 1997.
71 Tucker y Aron 1993.
72 Knox 1970.
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13 H. Fisher 1999.
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POR QUt. AMAMOS
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HELEN FISHEIl
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AGRADECIMIENTOS
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ÍNDICE ANALÍTICO
331
POR QUÉ A.MAl>tOS
-
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HELEN FIsHER
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POR Qut AMAMOS
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HEL.EN FlSHEIl
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POR QUÉ AMAMOS
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HELEN F1SHER
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POR QUÉ AMAMOS
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HELt:N F1S1-lER
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POR QUÉ AMAMOS
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HELEN fuHER
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POR QUÉ AMAMOS
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HFUN FtsHER
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POR QUt. AMAMOS
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HEI.EN f'IsHER
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POI! Qm. AMAMOS
rivalidad: 106
de los pretendientes. 187. 188. 195, tcsrosrerona y, 102
196 excitación sexual, 64, 65, 131
Roerhke, Theodore, 141 exclusividad sexual. 37, 38, 241,
romance. 97~118: 245;
hacer que dure. 205-234 en animales, 63
sinfonía de sentimientos. 116-119 fantasías sexuales, 101~103
-
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H~LEN F1SHER
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POR QUÉ A,MA,MOS
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