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Cafetín - Rodolfo Kusch

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CAFETN (Homenaje a Discpolo)

PERSONAJES:
JOS
MARCIAL
ABEL
PAYASO
JULIO
MARA
GENARO FRANCISCO
MUJER
OBRERO
HOMBRE DE LA
FRANCISCO
LEONOR
CHICO

BIBLIA

BUENOS AIRES 1966

ACTO PRIMERO
(El escenario a oscuras. Se escucha un tango cantado por Gardel. Al
fondo se proyectan diapositivas con titulares de diarios referentes a la
situacin de 1919, por ejemplo: la semana trgica", la situacin europea, Bue-

nos Aires, los barrios, los conventillos. Luego, desaparecen. Se escucha a


Gardel por un rato ms. Se hace lentamente la luz. Es una especie de caf
concert. Mesas y sillas y un mostrador. Al fondo una puerta ancha y un
ventanal. A la izquierda, los tres muchachos sentados alrededor de una mesa.
En otra mesa un payaso, de espaldas y dormido, caracterizado como tal.
Delante de l una botella de vino y un vaso. Cuando se hace la luz permanecen
todos ensimismados. Silencio.)
Jos. (Soador.) Me gustara hacer algo grande, muy grande.
Marcial. Cmo qu?
Jos. No s. Algo, qu se yo. Cantar, ah est. Cantar as ves?
Marcial. (Se limpia las uas con un cortaplumas.) Pero si cants como una
gallina clueca.
Jos. (Enojado, a Abel.) Pero no ves cmo es este tipo?
Marcial. (Impasible.) Mir, lo que pasa es que estamos sonados y para salir
hay que pegarla, pero en
grande.
Jos. (Agresivo.) Y de qu te estoy hablando?
Marcial. Pero hay que saber.
Jos. Saber qu?
Abel. (Custico.) Hay que yugarla. Eso es todo.
Marcial. (A Abel.) Yugar? Para qu? Mir, con venderle un buzn a uno de
esos tanos que vienen
del campo basta.
Abel. (Cargador.) Y vos sabs cmo se hace?
Marcial. (Sin hacer caso a Abel.) El otro da conoc a un punto que se trag
tres meses de gayola. Era un
piola. Estaf a un tano, guard la guita, lo chaparon y cuando sali vivi a
lo grande. No le pudieron probar nada.
Jos. No, seor. Se hace as. Pronto hay elecciones no? Te buscs el partido
que va a ganar, te metes
en el comit, cebs mate por unos meses hasta que llegan las elecciones.
Los tipos ganan, y te ligs un puestito de esos en los que no se labura.
Abel. Pero vos te cres que la vida es un partido de truco?
Marcial. Y, ms o menos, un partido que hay que saberlo jugar. Lo primero
de todo es empilchar
bien. As puede ser que la gans. No como ste (por Jos) que conoci a
una mina y ya se casa.
Jos. Y qu? (Custico.) Y vos con esa cara de cafiolo, claro...
Marcial. (Mientras se limpia las uas, sin hacerle caso.) Avis.
Abel. (Un poco para si confirma lo que dijo Jos.) Este tiene razn. Lo nico
que vale es la cara. El otro da

me para un botn por la calle, le pregunto por qu me paraba y saben lo


que me dice? Era por la cara. Miren si yo tengo cara de chorro.
Marcial. (Custico.) Ser por las entradas que tuviste...
Abel. Pero de qu entradas me ests hablando? Miren que pararlo a uno
por la cara. Si nunca hice
nada. O uno sirve slo por la cara?
Marcial. (Siempre limpindose las uas dice a Abel.) Si yo tuviera esa cara,
ya sera chorro. (Silencio. Los
muchachos ya no tienen nada que decir. Uno tamborilea sobre la mesa,
otro silba.)
Jos. (Melanclico.) La verdad es que estamos sonados.
Marcial. (Casi con indiferencia.) No tanto...
Abel. Los que pasa es que no hay derecho que por la cara... (Y los otros
muchachos no lo dejan terminar.)
Marcial. Acabala, che.
(En ese momento se escucha la banda de un circo. Se supone que est
funcionando frente al caf. Jos, en ese momento, se da vuelta hacia el payaso,
que est de espaldas, y le grita:)
Jos. Francisco, apurte que va a empezar la funcin.
(El payaso se despierta y se da vuelta. Tiene la cara pintada. Enseguida
se para y pelea. Se dira que est imitando al Juan Moreira de los circos. Todos
ren.)
Marcial. (Le grita.) No te hags el Juan Moreira. (El payaso entonces lo
ataca a l Ms risas.) Ya ests
mamao?
Payaso. (Se para.) Y qu? Me mamo cuando me da la gana.
Abel. Hay que laburar.
Payaso. Por qu no te vas a laburar con tu abuela?
Abel. Si pudiera.
Payaso. (Grita.) Don Julio, otro vino.
Julio. (El patrn, espaol de origen, llega con la botella, va diciendo.) Es la
ltima copa eh? (Payaso hace un gesto
grosero, los muchachos se ren. En ese momento entra Mara. Sorpresa
de todos, los muchachos la miran
provocativamente. Julio, que la contempla sor prendido y con cierto aire
de amargura, se olvida que deba servir el vino al payaso. Ella se acerca
a l menendose. Es llamativa. Quedan apartados, en primer plano.)
Qu quers ac? Habamos quedado en no vernos ms.
Mara. S. (Se sienta.) Pero necesito tu ayuda.
Julio. Te acords de mi cuando necesits plata. Te previne que si te ibas, no
te arreglabas.

Mara. (Lo contempla en silencio, luego sonre orgulloso.) No creas... (Se


contiene y agrega:) Ando de mala racha.
Julio. Vos siempre anduviste con el paso cambiado.
Mara. Puede ser. Hay vidas que nacen mal y les va mal siempre.
Julio. No ser que te falta vergenza?
Mara. Me ests humillando. (Se contemplan.)
Julio. (Se arrepiente.) Perdonme, pero me hiciste mucho mal. Cuando te
fuiste ni poda trabajar.
Mara. Est bien. Entonces me voy.
Julio. (Apresurado.) No, quedte. (En ese momento el Payaso grita:)
Payaso. Don Julio y el vino? (Julio, preocupado por la presencia de Mara,
va mecnicamente con la botella hasta
donde est el payaso y le sirve.)
Marcial. (Al payaso.) No chupes tanto, Juan Moreira. Mir que tens que ir a
laburar.
Abel. (Compadecido.) Callte. Si lo echaron.
Marcial. Qu importa.
Payaso. (Piensa un poco y luego dice:) No me voy nada. Me quedo. Y sabs
por qu? Porque aqu
tambin hay un circo. (Contempla cada uno de los presentes.) Se vieron
las caras? (Se sonre y comienza a imitarlas. Riendo dice:) Son mejores
payasos que yo. No se pintan las caras, pero son payasos. (Se re.) Les
falta la msica. (Canturrea la msica de circo y vuelve a imitarlos.)
Marcial. (Molesto.) Sos un payaso fracasado.
Payaso. (Se pone serio, los mira y dice:) No te pego porque ya pas el tiempo
de Juan Moreira. (Con tono
insultante agrega:) Vos no sos Juan Moreira. Vos sos una rata. Todos
somos ratas. (Pausa.) Por eso no puede hacer ms el Juan Moreira. Eso
pas. (Con amargura. como para s, recuerda:) Pero yo, por lo menos, lo
hice. Y fui el mejor Juan Moreira del mundo.
Marcial. (Agresivo.) Quin te conoce?
Payaso. (Lo mira extraado y dice:) Nadie. Y a vos? Nadie nos conoce.
Estamos solitos sabs?
(Silencio.) Preguntle a tu vieja para qu naciste. (Silencio. Todos estn
serios.) Por eso pens que haciendo rer a la gente poda ganarme un
lugarcito. Pero no hay caso. (Luego, con un llanto casi cmico agrega:) Y
cuando pienso en eso me dan muchas ganas de llorar. (Saca un pauelo
grotesco para sonarse la nariz, mientras se va a sentar y dice, siempre
lloriqueando:) Antes era otra cosa, ahora somos ratas, eso somos, ratas.

Julio. (Enojado.) Si no te calls, te saco. (El payaso se queda sentado y Julio


vuelve junto a Mara. Contina el
dilogo de los dos.) Cunto quers?
Mara. Mir, lo pens mejor. Quiz me arreglo igual.
(Se va levantando para irse.)
Julio. (Saca unos pesos de la billetera y se los alcanza, pero antes pregunta:)
Ests viviendo con alguien? (Ella se
da vuelta furiosa, lo mira con desprecio.) Porque no sera raro no?
Mara. No cambiaste nada.
Julio. Acaso no te vi con otro?
Mara. Y todava me lo echs en cara?
Julio. Pero si te vi con estos ojos.
Mara. (Silencio.) No te culpo. Una ya trae la pinta asi. No hay vuelta que
darle, le tiran cualquier cosa
encima. Y vos sos como todos sabs? Tens un miedo brbaro. Lo que no
s es por qu tens miedo. Alguna vez me preguntaste lo que me
pasaba? Nunca. Ni sabs de dnde vena. Ahora que todo termin te lo
digo bien claro.
Julio. Callte.
Mara. No. Te lo voy a decir para que no digs que soy una cualquiera me
entends? Pero qu sabs
vos de m? Me lo pasaba en el conventillo ayudando a mi vieja. No haba
tipo que no me faltara. Estaba harta, entonces te encontr a vos, me
dijiste unas cosas lindas, te cre y me fui con vos. Por eso, mi vida sigue,
pero me la aguanto sabs? Y yo s que voy a subir otra vez, pero no ser
con vos. Esta vez, voy a tener ms cuidado. Y entendlo de una vez, a m
no me regalaron la vida como a vos.
Julio. (Mientras la toma del brazo con cierta comprensin.) Sentte. (Ella se
deja llevar a la mesa. Se vuelve a
escuchar un tango cantado por Gardel. Todos quedan ensimismados.
Podran atenuarse las luces. Al terminar. Marcial grita:)
Marcial. No aguanto ms. Vamos al cabaret.
Abel. No hay guita. (Sacan las monedas, las ponen sobre la mesa y cuentan.)
Viste?
Marcial. Pucha, que nunca hay plata. Es posible que todo haya que
pagarlo?
Abel. Qu te pasa?
Marcial. Pero no ves que no alcanza ni para el caf?
Abel. Y qu?
Marcial. Y te parece bien?
Abel. Si tu viejo hubiera tenido plata.

Marcial. (Lo interrumpe violentamente.) No me habls de mi viejo.


Jos. Y los viejos qu culpa tienen?
Marcial. (Como para s.) A veces mucha.
Jos. Avis. Mi vieja se rompi el alma toda su vida trabajando. Cosa. Y qu
le voy a decir?
Marcial. Pero no siempre es as.
Abel. (Con irona.) La cosa es ms fcil. En lugar de nacer en la casa de uno
habra que haber nacido en la casa de enfrente, en la casa del rico.
Jos. (En broma.) Ahora tendras tres apellidos.
Marcial. (Nervioso.) Acabenl.
Abel. (Insiste.) No hay que quejarse tanto. No est mal haber nacido en el
barrio. (A Jos.) Decme,
vos la cambiaras a tu vieja?
Jos. Pero, mir las cosas que pregunts. Se trata de no tener plata, no se
trata de la vieja.
(Silencio. Se escucha un bandonen melanclico. Diapositiva de una casa
de barrio con su fondo, su verja e higuera. Sucesivamente escenas de una
madre tpica que se aproxima a primer plano hasta que se ve slo su cara. Ella
mira a Jos. En el escenario la luz se atena y se concentra una de ellas sobre
ste. La voz de Jos grabada en primer plano, la de la madre en forma natural,
chillona, tpica de mujer de barrio.)
Jos. (Molesto.) Qu quers? Ahora no se puede estar tranquilo ni en un
caf.
Madre. (En son de reproche.) qu hacs ah, hijo? Te abrigaste? No ves
que a la noche refresca?
Jos. Acabla.
Madre. No andars en malos pasos?
Jos. Si estoy escuchando, no ms.
Madre. Pero perds el tiempo. Vos siempre perdiste el tiempo, desde chico.
Pero ya vas a ver, cuando
est muerta ya te vas a acordar de m.
Jos. No la viste a Leonor?
Madre. S. Se pelearon, verdad? Aunque sea caste. Por los das que una va
a durar. (Sigue la voz de la
madre, pero en lugar de la imagen de ella, aparece la imagen de una
pareja de enamorados.)
Jos. (Balbucea.) Leonor...
Madre. S. Contme, no se van a casar? (De pronto, resentida.) Nunca me
decs nada. Para eso tiene
hijos una? Para que nunca le hablen de nada? (Desaparece la imagen.
Se restituyen las luces y Jos querra decir todava:)

Jos. jVieja!
Marcial. (Lo escucha.) Qu te pasa? Sos loco, vos sos? (Dijo esto con
extraa violencia.)
Jos. (Para s.) No me hags caso.
Abel. (Pachorriento.) Desde que ste se pele con la novia anda medio fulo.
Marcial. Mir, no conviene que te cass. A las mujeres hay que tenerlas a
raya.
Jos. (Nervioso.) Acabla. Cada uno se las rebusca como puede.
(En ese instante entran Genaro, un italiano tosco, con su mujer y sta
con un nio en brazos. Traen grandes bultos y valijas. Se ve que vienen de una
estacin. Recin bajan del tren y descansan en el caf. Se sientan, todos los
presentes los contemplan, molestan a todos con sus bultos. Al fin se calman y
el italiano mira a su mujer.)
Genaro. Le diste la comida al chico?
Mujer. Pero si ya comi.
Genaro. Pasa que sos muy bruta vos.
Mujer. Ser mejor que busques a tu hermano.
Genaro. Y dnde lo encuentro?
Mujer. Y si no lo buscs. Dnde vamos a dormir esta noche?
Genaro. Vamos al hotel.
Mujer. Cmo a un hotel? Te vas a gastar en un hotel los cuatro pesos con
que vendiste la chacra?
Todava que te estafaron. Mir, vamos a abrir cuanto antes ese boliche
que dijimos ac en Buenos Aires, si no me vuelvo a Italia.
Genaro. Est bien.
Mujer. Yo quiero que mi hija sea maestra como la de enfrente. (Luego se
pone a mirar el caf y dice:) No s
para qu entramos ac. Para gastar la plata, para eso.
Genaro. Est bene. (Recuerda quejoso.) Pero no quera vender la chacra, no
quera. (Pausa. Piensa. De
pronto se enoja.) Seguro que ese sinvergenza cambi el galpn. Yo le
dije que no lo cambiara.
Mujer. Y qu te importa, si ya lo vendiste?
Genaro. Pero me da rabia sabs? E' mo igual, como si me hubiera quedado
all, con los aos que
me cost construirlo. (Enojado.) Y para que sepas, no quise venderlo, no
quise venir ac. Lo vend por vos. Sempre la plata, sempre la plata, nada
ms que plata se necesita ac. Lindo paese.
(La accin pasa otra vez a los muchachos.)
Marcial. No hay otra cosa que el rebusque y hay que arremeter. Si ves un
tapado en el restaurante y
nadie te ve, te lo llevs. Cuando ves una mina arremets y se acab.

Abel. Ests seguro?


Marcial. Y si no lo hacs asi, qu hacs? Qu hacemos si no? Acaso
llegaste a algo vos? Mirte la
pinta. En este mundo necesits guita me entends? No basta con vivir,
hay que formar, si no, te ganan de mano. Lstima que uno tuvo unos
viejos...
Abel. Che otra vez? Qu culpa tienen ellos?
Marcial. Me dan bronca.
Abel. Qu ests diciendo?
Marcial. (Queda ensimismado. Vuelve a limpiarse las uas, mientras
murmura:) Nada.
(Vuelven a cortarse las luces, se escucha un bandonen. Se enciende la
luz sobre Marcial Un paisaje rido de barrio en diapositivas y ah se destaca un
hombre inmvil. Tiene la cara tapada. Voz de Marcial en primer plano, grabada:)
Marcial. Vos nunca pusiste la cara. Ni siquiera supe cmo eras. Sabs lo
que pienso? Que nunca
quisieron tener un hijo. Contest. Por eso te fuiste cuando nac?
(Desaparece el hombre y aparece la madre.)
Madre. No te enojs.
Marcial. (Para s) Yo siempre jugaba solo. No tenamos un fondo te acords?
Y me la pasaba en la
calle, junto a la zanja. (Pausa.) Vos, siempre que pasabas para el almacn,
me acariciabas...
Madre. S. Pero, por qu ests nervioso?
Marcial. No s. Debo estar junto a la zanja. (Se arrodilla como si jugara.
Silencio.) Hoy no pasas?
Madre. Tengo que salir.
Marcial. (Violento.) Adonde vas?
Madre. Soy joven todava. (Marcial se toma la cara. Se restituyen las luces.
Desaparece el diapositivo. La mujer
del italiano dice con fastidio a Genaro:)
Mujer. Bueno, alcanzme la azucarera que le voy a dar de comer al chico.
(Genaro se levanta rpidamente, ve en la mesa de los muchachos la
azucarera, la toma sin ms. Marcial que haba quedado ensimismado, ve
este gesto y le pega en la mano a Genaro. Este retira la mano.)
Marcial. Qu hacs gringo sucio?
Genaro. Quiero la azucarera.
Marcial. (Toma la azucarera en la mano y dice con agresividad.) Mir, gringo
rooso, tens que aprender

modales. No se trata as a la gente. Cuando se necesita una azucarera,


vos tens que decir: Mercier, me se hace el favor de alcanzar la
azucarera, se me hace? y yo digo, cmo no", y te la entrego. (Le pega
con la azucarera en la mano, el italiano grita de dolor.) Esta gringada
nunca va a aprender los buenos modales.
Genaro. (Mientras se frota la mano.) Compadrito. Lo que pasa es que o
laboro, non sono un
compadrito como vos. Yo consegu con mi trabajo una hectrea y vos
qu hiciste?
Marcial. Todava contests.
Julio. (Se acerca al advertir el escndalo y le dice a Marcial:) l tiene
derecho a usar la azucarera.
Genaro. (Protesta.) Yo pago mi cuenta. Puedo usar la azucarera cuando me
venga la gana.
Julio. Claro que s.
Marcial. Y bueno, la estoy usando. (La tiene en la mano.) A que si usted la
estuviera usando, no la dara.
Julio. Puse la azucarera para todos.
Marcial. Para m tambin?
Julio. S.
Marcial. (Se da vuelta. Histrico, a los muchachos:) Oyeron? Al fin tengo
algo para m.
Abel. (Escandalizado ante la reaccin de Marcial.) Pero, che.
Marcial. (Sigue histrico.) Este me acaba de regalar una azucarera. Ahora
soy rico.
Julio. (Enojado.) Hay cosas que se regalan, y otras que no se regalan y es la
vergenza.
Genaro. Muy bien.
Marcial. Y hay muchas cosas ms que no se regalan, que es la platita que
nos afanas en cada caf.
Julio. Compadrito (Se quiere abalanzar sobre l pero Mara se interpone e
impide que la cosa llegue a mayores.)
Mara. No, Julio. Dejlo.
Julio. Entregue la azucarera.
Marcial. No entrego nada.
(Genaro y Julio avanzan sobre l para pegarle, entonces el payaso se
levanta.)
Payaso. (Grita:) Alto. (Toma un objeto a modo de facn, envuelve en un brazo
una manta o algn gnero, y cubre con
su cuerpo a Marcial y hace frente a los otros, mientras grita:) Atrs,
atrs. (Se escuchan risas. Se hace un ambiente de broma. Sigue diciendo

el payaso:) Ah, hijo del pas. As me gusta un tirano". (Los traspis y los
tambaleos del payaso son ridculos. Msica de circo acompaa la accin.
Al fin, el payaso rueda por el suelo. Todos ren y se mofan de l. Luego el
payaso hace un gesto. Se produce un silencio. En tono suplicante le dice
a Julio:) Dejsela la azucarera. Mir, Julio, nunca tenemos nada. Es tan
lindo tener algo. Aunque slo sea la azucarera. Vos sos rico, nosotros no.
A vos te sobra plata .para comprarte otra.
Julio. (Terminante) La compr y es ma.
Payaso. Y eso qu tiene que ver?
Julio. Es una cuestin de derecho y, adems, un cliente la necesita Y un
cliente es un cliente.
Genaro. Claro que s.
Payaso. (Decidido, se da vuelta a Marcial y le dice:) No se la devuelvas.
(Luego, se dirige a Julio y a Genaro:) No
ven que no se trata slo de la azucarera? Es ms. Y si fuera la vida? Mi
vida qued all en el circo y se la llevaron noms... Vos sabs lo que es
eso?
Mujer. Genaro, el azcar para el chico!
(Entonces Genaro se abalanza sobre Marcial, le arranca el azcar, vuelve
a la mesa y se la entrega a su mujer, mientras se coloca ah como para hacer
frente a cualquiera. Todos se ren del gesto, pero Julio, enojado, lo toma al
payaso de un brazo y lo pone en la puerta.)
Julio. Afuera, yo no quiero borrachos aqu. (Pasa gente corriendo. Se
escuchan tiros.) Otra vez revolucin?
(Apresuradamente apaga las luces. Todos se refugian detrs de sus
mesas. La puerta se recorta sobre un fondo luminoso que es la calle. Pasan
algunos corriendo, se escuchan tiros nuevamente. Luego, silencio. Al fin,
aparece la silueta de un hombre, est en camisa, desgreado y entra como
escondindose. Julio cierra la puerta, enciende la luz y todos miran
sorprendidos al recin venido. Es el obrero. Este contempla a todos con
miedo.)
Obrero. (Casi llorando.) Casi me matan. Me pararon en la esquina, me
preguntaron si era ruso. Estn
locos. Despus me pusieron un revlver en las costillas. Qu iba a
hacer? Sal corriendo. Ruso... Yo trabajo. Hace un ao vine de la
provincia. Ahora me encuentro con que andan armados por las calles y
paran a cualquiera, y le pegan un tiro si no contesta. Imagnense.

Julio. Qu pas. Otra vez con revolucin. No. usted tiene que irse.
Obrero. (Asombrado.) Pero, si no puedo salir ahora.
Julio. Pero me puede traer los con la polica. Qu hago si me allanan el caf
y me lo cierran?
Obrero. Yo tengo mujer, hijos. Si muero quin les da de comer? Y un perro,
el Chicho. (Se re, es
un poco opa.) El capataz se re del nombre que le puse. Dice que no me
da. (Seala la cabeza.) Que de pen no paso. Y por eso tengo que morir?
porque mi vida no vale nada? No quiero morir, no quiero. Vale la pena
vivir, aunque le llame Chicho al perro.
Julio. (No sabe qu decir.) Y para eso junt plata toda mi vida? Para perder
todo ahora?
Payaso. Y no habra que juntar tanto. Mir, yo no trabajo ms y no tengo un
peso, ni siquiera te voy a
pagar el vino.
Julio. (Irritado.) Y por tipos as me tengo que joder yo? Qu clase de madre
los pari?
Payaso. Un momento. La madre no se ofende. Yo no tuve madre, pero tuve a
Filomena, me atenda
cuando era chico. Era una chica de la calle, esas que hacen unos pesos.
Un da me haba lastimado y ella me cur y tena dos panes y me dio uno.
Era como una madre para m. Claro, de noche nunca estaba. Y eso es
bravo, porque nadie me sonrea. Por eso me hice payaso. Puede ser que
alguno tambin tenga una Filomena que se va todas las noches y yo le
hago bien si le sonro. (Lo contempla detenidamente a Julio y dice:) Mir,
Julio, vos tambin sos un payaso, pero no hacs rer. Vos no tens una
Filomena. Nadie te dara un pan como me dieron a m.
Julio. (Muy enojado ya, dice:) Basta. Afuera! (Va hasta la puerta, la abre de
par en par y se planta ah. El payaso
hace gestos cmicos, mientras demuestra un sbito orgullo. Toma luego
al obrero pomposamente de los hombros y le dice:)
Payaso. No te aflijas. Salgamos. No los necesitamos a stos. Nos cruzamos
hasta el circo y si te dicen
algo, vos trabajs ah, entends? (Ante el asombro de todos. salen. Al
rato de salir, se escuchan voces que dicen:)
Voces. Rusos! (Luego disparos. Se escuchan tambin las voces del payaso y
del obrero que grita.)
Voces Payaso y Obrero. Argentinos, argentinos!
(Mara mira. Se escuchan disparos. Ella se toma la cara.)

Mara. Cayeron. (Se da vuelta horrorizada. Marcial la toma de los hombros


como para consolarla. Est muy
emocionada. Abel ayuda a entrar al payaso que est herido. Lo sienta.
Mara lo atiende solcita y saca un pauelo para curarle la herida.
Marcial ante la actitud de Mara se resiente y se queda apartado.)
(Se cortan las luces. Se enciende el dispositivo con la madre de Marcial.
Una luz da sobre ste.)
Madre. No vengas nunca ms hijo. Sos un mal hijo entends? Un mal hijo.
Siempre me has hecho
mucho mal. Vos tambin me dejaste siempre sola. Al fin y al cabo, yo
tambin tena derecho de hacer lo que me daba la gana. (Pausa.) Cuando
estabas en la zanja te acariciaba slo por ver si te volvas un poco ms
bueno entends? (Desaparece. Se restituyen las luces. Marcial se toma
la cara.)
(Los presentes contemplan a Julio con rabia. Lo consideran culpable de la
situacin.)
Julio. Qu miran? Acaso tuve la culpa? Ustedes saben lo que es quedar en
la calle despus de tantos
aos de trabajo? O no saben lo que hace la polica?
Genaro. (Mientras contempla al payaso) Lindo paese. Sempre la plata,
sempre la plata. (Mira a Julio, ste se
siente aludido y reacciona.)
Julio. Qu habla? Vendi una chacra de una hectrea y se queja.
Genaro. Pero no mato a la gente.
Julio. Y acaso lo mat yo?
Marcial. (Recin sale de su ensimismamiento y defiende a Julio con
agresividad.) Tiene razn. Para qu serva el
coso se?
Abel. (Violento, a Marcial.) Vas a ir muy lejos as.
Marcial. Si nos balearan a todos, nadie se acordara de nosotros.
Jos. (Furioso contra Marcial.) Pero miren lo que est diciendo. Y por eso
hay que balear a la gente?
Mir... Vos seras capaz de cualquier cosa?
Marcial. Por lo menos no me molestara por un payaso. (Todos lo
contemplan. Silencio prolongado. Mara se
acerca a l.)
Marcial. (Con dulzura.) Qu mal se siente usted... (Marcial le toma
violentamente la mano con la cual ella sos

tiene el pauelo. Todos estn a la expectativa. Ella lo mira intensamente.


Al cabo de un rato l se siente vencido. Ella agrega serenamente.) Venga,
vamos a curarlo los dos... (Ella lo conduce hacia el payaso.)
Payaso. (Con la voz entrecortada.) Lo que pasa es que nadie tiene la culpa.
Se olvidaron all afuera que la
vida vale mucho... Que no la paga ni Dios...
Genaro. Ecco, ecco.
Jos. (Con profunda amargura.) Cmo la va a pagar Dios, si no labura como
nosotros. Y nosotros la
pagamos siempre. Pagamos todo. Pero s habra que balear a todos ah
afuera!
Abel. Y qu gans con eso?
Jos. Nada. Pero qu importa? Acaso te vas a quedar as?
Abel. Y qu vas a hacer?
Marcial. (Lacnico mientras ayuda a Mara.) La vida hay que pagarla
tambin.
Abel. Acabla de una vez. Hay cosas que no se pagan. Si tens un hijo Te lo
paga alguien? Si tens
una mujer y te recibe un da de lluvia en casa con las tortas fritas, te lo
paga alguien? Se te cura un pibe o la vieja, se paga eso? Hacemos
muchas cosas que no se pagan.
Payaso. (Haciendo una mueca de burla.) Tampoco se paga un payaso.
Vieron algo ms intil que yo?
Hace cunto tiempo que me visto de payaso y me vengo al caf para
sentir siquiera la banda del circo? Ahora se acab. Ya no me tengo que
pintar ms. Y no me quejo. (Pausa.) No es cierto que Dios no labura.
Labura, pero hace cosas que no sirven para nada. Porque nadie las puede
pagar... Hizo la vida. Y vale la pena vivir no? (Se retuerce por un sbito
dolor. Luego se repone. Todos lo contemplan. El tambin mira a todos.)
No me miren as... Dentro de un rato voy a hacer el Juan Moreira. (Siente
otro dolor.) Me palpito que ya no podr... Eso tampoco nadie me lo
pagar ya... ni Dios... (Muere.)
(Se produce un largo silencio. Mara solloza. Todos estn consternados.
Jos sbitamente patea una mesa con rabia.)
Jos. Perra vida! (Cayeron algunas cosas. Abel recoge una cuchara y la
contempla. Al cabo de un rato dice, mientras
se sonren con amargura.)
Abel. Ven esta cuchara? La hizo un tipo que tena un hijo. Como ese que
mataron. Seguro. Nosotros

no tenemos nada y nos pasamos todo el da en el caf sin hacer nada.


(Por Marcial.) Vos trabajas con la pinta. (Por Jos.) Vos nunca consegus
nada. (Por Julio.) Vos amarrocs el vento. Los de afuera balean, porque
ninguno tiene nada. Tena razn. Somos payasos. Esto es un circo. Un
circo. (Pausa.) Saben lo que habra que hacer? (Se re con amarga
irona.) El sindicato de la cuchara. Eso. Y saben para qu? (Pausa. Hacia
afuera.) Ir a buscar al tipo que la hizo. Mirarlo bien. Te felicito por la
cuchara y por tu hijo. Ahora nos podramos entender. Ahora nadie balea a
nadie.
Marcial. Pero si ya es tarde.
Abel. Tarde por qu?
Marcial. Mir lo que le pas a ste. (Por el payaso.)
Abel. (Contempla al payaso.) Nuestra vida no la paga ni Dios, pero la vida de
ste qued paga. (Marcial se
larga a rer.)
Marcial. Y con qu?
Abel. l no quera que te sacaran la azucarera. Acordte. (Pausa.) Pero le
sacaron la vida. (Marcial se
pone serio. Pausa.) Y quiz Dios no le debe haber dado mucho.
(Acongojado. Para s.) Quiz slo otro pan, como Filomena. Eso slo
basta... Nada ms que un pan...
FIN

DEL

ACTO PRIMERO

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