Cafetín - Rodolfo Kusch
Cafetín - Rodolfo Kusch
Cafetín - Rodolfo Kusch
PERSONAJES:
JOS
MARCIAL
ABEL
PAYASO
JULIO
MARA
GENARO FRANCISCO
MUJER
OBRERO
HOMBRE DE LA
FRANCISCO
LEONOR
CHICO
BIBLIA
ACTO PRIMERO
(El escenario a oscuras. Se escucha un tango cantado por Gardel. Al
fondo se proyectan diapositivas con titulares de diarios referentes a la
situacin de 1919, por ejemplo: la semana trgica", la situacin europea, Bue-
Jos. jVieja!
Marcial. (Lo escucha.) Qu te pasa? Sos loco, vos sos? (Dijo esto con
extraa violencia.)
Jos. (Para s.) No me hags caso.
Abel. (Pachorriento.) Desde que ste se pele con la novia anda medio fulo.
Marcial. Mir, no conviene que te cass. A las mujeres hay que tenerlas a
raya.
Jos. (Nervioso.) Acabla. Cada uno se las rebusca como puede.
(En ese instante entran Genaro, un italiano tosco, con su mujer y sta
con un nio en brazos. Traen grandes bultos y valijas. Se ve que vienen de una
estacin. Recin bajan del tren y descansan en el caf. Se sientan, todos los
presentes los contemplan, molestan a todos con sus bultos. Al fin se calman y
el italiano mira a su mujer.)
Genaro. Le diste la comida al chico?
Mujer. Pero si ya comi.
Genaro. Pasa que sos muy bruta vos.
Mujer. Ser mejor que busques a tu hermano.
Genaro. Y dnde lo encuentro?
Mujer. Y si no lo buscs. Dnde vamos a dormir esta noche?
Genaro. Vamos al hotel.
Mujer. Cmo a un hotel? Te vas a gastar en un hotel los cuatro pesos con
que vendiste la chacra?
Todava que te estafaron. Mir, vamos a abrir cuanto antes ese boliche
que dijimos ac en Buenos Aires, si no me vuelvo a Italia.
Genaro. Est bien.
Mujer. Yo quiero que mi hija sea maestra como la de enfrente. (Luego se
pone a mirar el caf y dice:) No s
para qu entramos ac. Para gastar la plata, para eso.
Genaro. Est bene. (Recuerda quejoso.) Pero no quera vender la chacra, no
quera. (Pausa. Piensa. De
pronto se enoja.) Seguro que ese sinvergenza cambi el galpn. Yo le
dije que no lo cambiara.
Mujer. Y qu te importa, si ya lo vendiste?
Genaro. Pero me da rabia sabs? E' mo igual, como si me hubiera quedado
all, con los aos que
me cost construirlo. (Enojado.) Y para que sepas, no quise venderlo, no
quise venir ac. Lo vend por vos. Sempre la plata, sempre la plata, nada
ms que plata se necesita ac. Lindo paese.
(La accin pasa otra vez a los muchachos.)
Marcial. No hay otra cosa que el rebusque y hay que arremeter. Si ves un
tapado en el restaurante y
nadie te ve, te lo llevs. Cuando ves una mina arremets y se acab.
el payaso:) Ah, hijo del pas. As me gusta un tirano". (Los traspis y los
tambaleos del payaso son ridculos. Msica de circo acompaa la accin.
Al fin, el payaso rueda por el suelo. Todos ren y se mofan de l. Luego el
payaso hace un gesto. Se produce un silencio. En tono suplicante le dice
a Julio:) Dejsela la azucarera. Mir, Julio, nunca tenemos nada. Es tan
lindo tener algo. Aunque slo sea la azucarera. Vos sos rico, nosotros no.
A vos te sobra plata .para comprarte otra.
Julio. (Terminante) La compr y es ma.
Payaso. Y eso qu tiene que ver?
Julio. Es una cuestin de derecho y, adems, un cliente la necesita Y un
cliente es un cliente.
Genaro. Claro que s.
Payaso. (Decidido, se da vuelta a Marcial y le dice:) No se la devuelvas.
(Luego, se dirige a Julio y a Genaro:) No
ven que no se trata slo de la azucarera? Es ms. Y si fuera la vida? Mi
vida qued all en el circo y se la llevaron noms... Vos sabs lo que es
eso?
Mujer. Genaro, el azcar para el chico!
(Entonces Genaro se abalanza sobre Marcial, le arranca el azcar, vuelve
a la mesa y se la entrega a su mujer, mientras se coloca ah como para hacer
frente a cualquiera. Todos se ren del gesto, pero Julio, enojado, lo toma al
payaso de un brazo y lo pone en la puerta.)
Julio. Afuera, yo no quiero borrachos aqu. (Pasa gente corriendo. Se
escuchan tiros.) Otra vez revolucin?
(Apresuradamente apaga las luces. Todos se refugian detrs de sus
mesas. La puerta se recorta sobre un fondo luminoso que es la calle. Pasan
algunos corriendo, se escuchan tiros nuevamente. Luego, silencio. Al fin,
aparece la silueta de un hombre, est en camisa, desgreado y entra como
escondindose. Julio cierra la puerta, enciende la luz y todos miran
sorprendidos al recin venido. Es el obrero. Este contempla a todos con
miedo.)
Obrero. (Casi llorando.) Casi me matan. Me pararon en la esquina, me
preguntaron si era ruso. Estn
locos. Despus me pusieron un revlver en las costillas. Qu iba a
hacer? Sal corriendo. Ruso... Yo trabajo. Hace un ao vine de la
provincia. Ahora me encuentro con que andan armados por las calles y
paran a cualquiera, y le pegan un tiro si no contesta. Imagnense.
Julio. Qu pas. Otra vez con revolucin. No. usted tiene que irse.
Obrero. (Asombrado.) Pero, si no puedo salir ahora.
Julio. Pero me puede traer los con la polica. Qu hago si me allanan el caf
y me lo cierran?
Obrero. Yo tengo mujer, hijos. Si muero quin les da de comer? Y un perro,
el Chicho. (Se re, es
un poco opa.) El capataz se re del nombre que le puse. Dice que no me
da. (Seala la cabeza.) Que de pen no paso. Y por eso tengo que morir?
porque mi vida no vale nada? No quiero morir, no quiero. Vale la pena
vivir, aunque le llame Chicho al perro.
Julio. (No sabe qu decir.) Y para eso junt plata toda mi vida? Para perder
todo ahora?
Payaso. Y no habra que juntar tanto. Mir, yo no trabajo ms y no tengo un
peso, ni siquiera te voy a
pagar el vino.
Julio. (Irritado.) Y por tipos as me tengo que joder yo? Qu clase de madre
los pari?
Payaso. Un momento. La madre no se ofende. Yo no tuve madre, pero tuve a
Filomena, me atenda
cuando era chico. Era una chica de la calle, esas que hacen unos pesos.
Un da me haba lastimado y ella me cur y tena dos panes y me dio uno.
Era como una madre para m. Claro, de noche nunca estaba. Y eso es
bravo, porque nadie me sonrea. Por eso me hice payaso. Puede ser que
alguno tambin tenga una Filomena que se va todas las noches y yo le
hago bien si le sonro. (Lo contempla detenidamente a Julio y dice:) Mir,
Julio, vos tambin sos un payaso, pero no hacs rer. Vos no tens una
Filomena. Nadie te dara un pan como me dieron a m.
Julio. (Muy enojado ya, dice:) Basta. Afuera! (Va hasta la puerta, la abre de
par en par y se planta ah. El payaso
hace gestos cmicos, mientras demuestra un sbito orgullo. Toma luego
al obrero pomposamente de los hombros y le dice:)
Payaso. No te aflijas. Salgamos. No los necesitamos a stos. Nos cruzamos
hasta el circo y si te dicen
algo, vos trabajs ah, entends? (Ante el asombro de todos. salen. Al
rato de salir, se escuchan voces que dicen:)
Voces. Rusos! (Luego disparos. Se escuchan tambin las voces del payaso y
del obrero que grita.)
Voces Payaso y Obrero. Argentinos, argentinos!
(Mara mira. Se escuchan disparos. Ella se toma la cara.)
DEL
ACTO PRIMERO