Raatzsch Richard - Filosofia de La Filosofia PDF
Raatzsch Richard - Filosofia de La Filosofia PDF
Raatzsch Richard - Filosofia de La Filosofia PDF
Richard Raatzsch
Biblioteca
Universidad Veracruzana
UNIVERSIDAD VERACRUZANA
Ral
Arias
Lovillo
Rector
Ricardo
Corzo
Ramrez
Secretario Acadmico
Vctor
Aguilar
Pizarro
del Palacio
Montiel
Richard Raatzsch
FILOSOFA DE LA FILOSOFA
UNIVERSIDAD ViRAtRflANA
Biblioteca
Xalapa, Ver., Mxico
2008
pintada en
1925.
Clasificacin LC:
B23R327
Clasif. Dewey:
193
Autor personal: Raatzsch, Richard.
Ttulo: Filosofa de la filosofa / Richard Raatzsch ; tr.
de Witold Jacorzynski y Jos Mara Ariso.
Edicin: la ed.
Pie de imprenta: Xalapa, Ver., Mxico : Universidad
Veracruzana, 2008.
Descripcin fsica: 114 p . ; 21 cm.
Serie: (Biblioteca)
ISBN: 9789688348536
Materia:
Autor corporativo:
Filosofa.
Unversidad Veracruzana.
DGBUV 2007/59
Ttulo original:
Philosophiephilosophie
2000 Philipp Reclam jun. Gmbh & Co., Stuttgart
ISBN: 3-15-018051-1
Primera edicin, enero de 2008
Universidad Veracruzana
Direccin Editorial
Apartado postal 97
Xalapa, Ver., 91000, Mxico
www.uv.mx/editorial
diredi t@uv.mx
Tel/fax (228) 818 59 80; 818 13 88
ISBN: 978-968-834-853-6
Impreso en Mxico
Printed in Mxico
PRLOGO A L A T R A D U C C I N EN C A S T E L L A N O
una
meditado
und Schriften,
llamados
f a l s a . Y a q u el
10
11
que
12
B. Williams, Der Begriffder Mora!. Eine E'mfithnmg n die Ethik, Stuttgart: Rcclam
1978; trad. E. Bubscr (Original: Momlity. An Intrudm lion lo Eihics, N e w York: Harpcr
& Row, 1972), la traduccin sigue la nueva edicin de Cambridge Umvcrsity Press:
London, 1976, p. 5.
13
14
Raatzsch
INTRODUCCIN
1
Bertrand Russell dijo una vez que la genuina investigacin filosfica tiene la siguiente forma: se gesta a partir de algo cotidiano y
familiar para concluir con algo totalmente increble e indito. 4
Este Apergu contiene mucho. Se puede incluso decir cunto:
exactamente la mitad de lo que debera contener. Toda la verdad
se reduce a: una investigacin filosfica genuina empieza a
partir de algo sumamente cotidiano y familiar, desemboca en
algo totalmente increble e indito y, finalmente, concluye
en algo cotidiano y familiar.
Si uno afronta toda la verdad, esto que Russell reconoci como
la expresin lingstica de algo totalmente increble e indito
pasa a ser neblinas
de las proposiciones
filosficas.
Slo el
cotidiano.
Papers,
15
I. LA DIVERSIDAD DE LA ACTIVIDAD
FILOSFICA COMO ORIGEN Y OBJETO
DE LA METAFILOSOFA
Esbozo de su tarea. Esquema del problema
del consenso en cuestiones filosficas permitido
y ofrecido por la verdad
2
Si se nos pregunta qu tipo de observacin es la de Russell, desde
un principio nos inclinamos a decir que se trata de un comentario
filosfico sobre la filosofa. El comentario pertenecera entonces,
por decirlo de algn modo, a la filosofa de la filosofa. Pero, qu
es esta filosofa de la filosofa? Una respuesta a la pregunta es
obvia: la filosofa de la filosofa es una disciplina filosfica cuyo
objeto es la filosofa misma, es decir, una disciplina filosfica que
investiga filosficamente la filosofa misma.
Adems de la filosofa de la filosofa existen otras disciplinas
filosficas como son la filosofa del espritu o de la esttica. Y
qu es la filosofa del espritu? Una respuesta lgica sera: se
trata de una disciplina filosfica cuyo objeto es el espritu; es
decir, se trata de una disciplina que investiga filosficamente
el espritu mismo. Teniendo en cuenta lo dicho, parece que el
posible xito de la investigacin filosfica del espritu depende
del cumplimiento de dos condiciones:
1. Hay que cerciorarse de que se investiga filosficamente el
espritu.
17
sino
18
18
Naturalmente, ahora nos encontramos ante la siguiente pregunta:
qu hace que uno se preocupe? He aqu una respuesta obvia:
la educacin del filosofo. En este punto surge inmediatamente
otra pregunta: quin educ al educador del educador del
educador...? Es decir, quin educ al ltimo de esta serie que,
a su vez, sera el primer educador cronolgicamente hablando?
De esto se sigue per definitionem
Ms concretamente: la
filosofa-de-la-filosofa.
La filosofa-de-la-filosofa tiene que ser una disciplina muy
importante por lo menos para los filsofos. As que cuando
sta hace justicia a su propio ser, nos otorga un medio para
evaluar, por un lado, si una investigacin dada es filosfica o no
y, por otro, si se acerca a la filosofa y qu tanto. Acaso no se
podra decir sobre tal disciplina que ella, y slo ella, nos transmite
19
qu es lo que representan en
G. W . F. Hegel, Lecciones
sobre la historia
de la filosofa,
traduccin
Wenceslao Roces, vol. III, FCE, Mxico, 1995, p. 252. Ryle hace esta observacin
en su artculo clsico "John Locke", G. Ryle, Collected Papers, vol. I: Critical
Essays, Londres, 1971, p. 147.
20
Nada dir de la filosofa sino que al ver que ha sido cultivada por
los ms excelentes ingenios que han vivido desde hace siglos, y,
sin embargo, nada hay en ella que no sea objeto de disputa, y, por
consiguiente, dudoso, no tena yo la presuncin de esperar acertar
mejor que los dems; y considerando cun diversas pueden ser las
opiniones tocantes a una misma materia sostenidas todas por
gentes doctas, aun cuando no puede ser verdadera ms que una
sola, reputaba casi por falso todo lo que no fuera ms que verosmil...6
R. Descartes, Discurso
del Mtodo,
Madrid, 1978 B X V .
21
deficiencia.
Aufsatze,
Neutre
Tbingen,
1.992, p. 14.
9
Implications
22
of Philosophical
Diversity,
Pittsburgh, 1985.
and
18
Quien habla del "caos de los sistemas", al menos admite que en
filosofa puede haber una cierta especie de orden, es decir, un
orden que permite hablar sobre los sistemas. Aunque tal vez no
se deba hablar sin restricciones sobre un nico sistema de
filosofa cuando Descartes se apoya en la imagen de una ciudad
que crece sin un plan claro y uniforme, y cuando Kant tan slo
necesita cinco pginas para echar "una breve revista a la
totalidad de las elaboraciones producidas hasta ahora (de
la Razn pura- R. R), totalidad que, evidentemente, se presenta
ante mis ojos como un edificio, pero slo en ruinas", 10 se puede
al menos insistir en que un edificio arruinado y una ciudad
creciente no son escombros.
Wittgenstein tambin utiliza una imagen parecida cuando
habla sobre la orientacin crtica ante la filosofa de sus propias
investigaciones:
De dnde saca nuestro examen su importancia puesto que slo
parece destruir todo lo interesante, es decir, todo lo grande e
importante? (Todo edificio en cierto modo; dejando slo pedazos de
piedra y escombros.)11
10
Comprese Descartes (s. A n m . 3), p. 19, ff. (II, 1); Kant, Crtica de la
filosficas,
L.
23
12
24
13
14
25
26
justificado.
ln
16
filosofa", en B. P., Gedanken (Penses), traducido e introducido por B. v. HerbertRohow, con la introduccin de R. Eucken, vol. 1, Jena/Leipzig, 1905, pp. 2-11.
27
entre el
10
Hasta ahora hemos recorrido el siguiente camino: la falta del
acuerdo de los filsofos acerca de sus juicios nos pareci una
deficiencia. La sinceridad y la sabidura de algunos filsofos no
nos bastaban. La falta del acuerdo despert la sospecha de que
no disponemos de un mtodo verdadero. Buscamos, pues, uno
28
29
finalidad
11
Cmo hemos llegado a esto? Ya que seguimos consecuentemente
nuestro camino, que en ltimo trmino nos llev a un callejn
sin salida, el primer paso que dimos para tomar dicho camino
fue uno equivocado. Regresemos otra vez al principio y miremos
las condiciones que, por lo visto, tienen que satisfacerse para
hablar sobre la investigacin filosfica del Espritu. Si lo que vale
en el marco de una disciplina filosfica tambin se aplica a otra,
entonces, para el caso de la investigacin metafilosfica, valen
las dos condiciones siguientes:
1. Hay que tener claro qu quiere decir investigar la filosofa
de manera
filosfica.
31
filosfica,
Debemos
17
32
Filosofamos
se renuncia
describir)
lo que no ha pasado
brevemente:
(de
manera
18
33
34
conceptual.
14
La confusin entre lo fctico y lo conceptual encuentra su forma
ms palpable en la eleccin de la imagen de la meta-filosofa
como el fundamento
19
methodologische
aparente.
philosophische
und
1997, (Dialektik, 1997, 3), pp. 51-68. Quine utiliz esta imagen a menudo
para ilustrar su visin naturalista de la filosofa, como se puede comprobar
en uno de los dos mottos de Word and Object, Cambridge (Mass.), 1960.
35
fundamentalista
metafilosfico.
36
pasajera.
E n c a m b i o , u n a m o d i f i c a c i n fundamental,
la q u e t o c a al m i s m o concepto
es decir,
de f i l o s o f a , se v i s l u m b r a e n las
s i g u i e n t e s p a l a b r a s de K a n t :
Dejad, pues, que el adversario hable slo por la razn y combatidlo
nicamente con armas de razn. Perded cuidado, por lo dems, en
lo que se refiere a la buena causa (al inters prctico), pues nunca
se pone en juego en los conflictos puramente especulativos. La
disputa no revela, por tanto, ms que cierta antinomia de la razn,
una antinomia que, por basarse en la naturaleza de esa misma
razn, estamos necesariamente obligados a escuchar y a examinar.
El litigio favorece a la razn debido a que el objeto es considerado
desde dos perspectivas, al tiempo que corrige su juicio limitndolo.
Lo que en este caso se halla en disputa no es la cosa, sino el tono.
En efecto, aunque hayis tenido que abandonar el lenguaje del
saber, os quedan recursos suficientes para hablar, ante la razn
ms rigurosa, el legtimo lenguaje de una creencia firme.2"
P o r fin H e g e l e x p r e s a e s t a i m a g e n c o n p e r f e c t a c l a r i d a d . E l da
3 0 d e d i c i e m b r e de 1 8 0 1 e s c r i b e a H u f n a g e l :
En la actualidad echa a andar algo nuevo, es decir, el primer cuaderno
de una revista filosfica crtica, que yo mismo en la Asociacin de
Schelling [...] edito y que por una parte contribuye a multiplicar el
nmero de las revistas, y por la otra a mostrar el sentido de la medida
a los excesos no filosficos; las armas que usar la revista son mltiples;
se puede llamarlas fustes, ltigos y catres; -todo esto sucede por la
buena causa y por la gloria de Dios...21
A h o r a , s e g n el a n u n c i o oficial, se d e b e " c r e a r f i n a l m e n t e el
c a m i n o c o r r e c t o , p a r a q u e s i g u i e n d o la c r t i c a , l o s s l i d o s
20
21
Hegel, Briefe,
37
22
Kritisches
Tanto sta como la prxima cita de: G. W . F. Hegel (Unter Mitw. Von F.
Enzyklopadie,
38
Pfullingen, 1956.
16a
Hegel tambin ve el dilema. Su esfuerzo de disolucin es tan
simple como grandioso. Lo expresa as: el ideal que utilizamos
en la critica es "sacado de la eterna e insustituible preimagen
de la cosa misma (la filosofa)..." 24 Una tal preimagen no puede
ser algo existente antes de la filosofa misma, ya que esta se da
al mismo tiempo. La filosofa no tiene que aparecer siempre
bajo la forma completa, la de un sistema. Ahora la preimagen
tiene que existir porque no existe diferencia fundamental alguna
entre un juicio de verdad y la comprensin
de los contenidos
de
24
einer Form
der Philosophie
berhaupt,
trad.
39
16b
Las mismas ideas se pueden encontrar, de forma detallada
incluso, en Frege. En Los fundamentos de la aritmtica menciona
el "saber que no se sabe nada" como "primera condicin del
aprendizaje". En un fragmento de su obra postuma Lgica de la
matemtica dice, criticando a Weierstrass, en qu consiste este
saber-nada: consiste en la falta del ideal de un nico sistema de
la matemtica. Lo que necesitamos es la conciencia de que debe
existir tal ideal de la matemtica. Qu quiere decir ahora que
somos conscientes de que, en primer lugar, sabemos cmo debe
ser un ideal, y en segundo lugar, que constatamos que ste no
existe? Sin embargo, en tanto que los ideales, a diferencia de su
reconocimiento universal como tales, existen de tal manera que
alguien los conoce, la primera condicin no puede satisfacerse
sin que al mismo tiempo se satisfaga automticamente la
segunda: la existencia de tal ideal. Esto recuerda mucho a Hegel:
el ideal antes de un sistema, las reflexiones introductorias sobre
los axiomas como grmenes, las reflexiones que siguen sobre el
aspecto pedaggico
2B
fundamentos
40
de la aritmtica.
Los
Si
de la aritmtica,
ataca Frege la
41
subestimacin
de
los
jucios
analticos
en Kant.
s u b e s t i m a c i n sera la c o n s e c u e n c i a de " u n a
Dicha
delimitacin
c o n c e p t u a l d e m a s i a d o e s t r e c h a " , "si b i e n p a r e c e q u e t a m b i n
b a r r u n t el c o n c e p t o m s a m p l i o a q u u t i l i z a d o ( e n
fundamentos
de la aritmtica)."
Los
L a d e l i m i t a c i n c o n c e p t u a l de
K a n t es p a r a F r e g e d e m a s i a d o e s t r e c h a , e n c u a n t o esta se a p l i c a
a los juicios afirmativos generales. Aqu;
puede hablarse de un concepto de sujeto y preguntarse si el concepto
de predicado est contenido en l - a consecuencia de su misma
definicin-, Pero, qu ocurre cuando el sujeto es un objeto nico?
Y qu cuando se trata de un juicio de existencia? En este sentido
no se puede hablar entonces de un concepto de sujeto en absoluto.
L a c a u s a de e s t a d i f i c u l t a d , r a d i c a , s e g n F r e g e , en el c o n c e p t o
kantiano de concepto.
Parece que Kant cree que el concepto viene definido por las
caractersticas que se le asocian; pero este es uno de los modos
menos fructferos de formar conceptos. Lo mismo vale tambin para
las definiciones realmente fructferas en la matemtica, por
ejemplo, la de continuidad de una funcin. No tenemos en tal caso
una serie de caractersticas asociadas, sino una conexin ms ntima,
me atrevera a decir ms orgnica, de las determinaciones. Podemos
hacer intuitiva esta diferencia mediante una imagen geomtrica.
Si representamos los conceptos (o sus extensiones) por medio de
reas de una superficie, al concepto definido por caractersticas
asociadas le corresponde el rea que es comn a todas las reas de
las caractersticas; aqulla est delimitada por segmentos de las
lneas fronterizas de stas. En una definicin semejante se trata,
pues, para hablar figuradamente-, de utilizar las lneas ya dadas
de una manera distinta para la delimitacin de un rea. Pero en
tal caso no surge nada esencialmente nuevo. Las definiciones
conceptuales ms tiles son las que marcan lneas fronterizas que
an no haban sido trazadas en absoluto. Lo que pueda inferirse a
42
17
Pero volvamos a Hegel. En sus palabras se aprecia una distincin
precisa entre la verdad y el sentido de los juicios filosficos, entre
saber acerca de ellos y la comprensin de los mismos. La
perspectiva desde la que miramos el origen de nuestro problema
cambia de forma radical. Ya que hacemos nuestra la idea de una
preimagen inmutable de la filosofa que es el fundamento de toda
la crtica, tenemos en la historia de la filosofa no filosofas
diferentes, sino sobre todo diferentes formas de manifestacin
de
43
Eso quiere decir que para Hegel la falta del acuerdo entre los
filsofos acerca de sus propios juicios, o bien no es una
deficiencia en absoluto, o bien no es una deficiencia esencial:
pues segn Hegel no existe un caos del sistema real, sino uno
aparente. Y en cuanto consideramos la esencia de la apariencia
misma - c a d a apariencia est determinada como apariencia,
es decir, es la apariencia de algo determinado y no de cualquier
cosa, y en cuanto lo determinado es la esencia de la apariencia,
en tanto esta ltima es por s esencial-, y en cuanto, entonces,
la apariencia es esencial, se nos presenta un conflicto. Y esto
bajo la condicin de que tratamos el conflicto nicamente como
tal, si es que no lo conceptualizamos en
absoluto.
27
G. W . F. Hegel, Diferencia
de filosofa
de Fichte
Schelling, trad. M a . del Carmen Paredes Martn, Tecnos, Madrid, 1990, p. 52.
28
44
del
y tambin
espritu.
18
A Hegel, como a todo verdadero filsofo, le gusta usar las palabras
"esencialmente" y sus primas, las palabras "realmente",
"verdaderamente", 'Tcticamente", etctera. Conjuros que nos
permiten decir que algo es esto o lo otro y, al mismo tiempo, que
no lo es. Esta expresin funciona as en el lenguaje cotidiano.
Un ejemplo: "Pero en realidad l la ama". Cundo dice alguien
semejante cosa? Lo dice, por ejemplo, cuando le pega. "Pero en
realidad l la ama" exige un complemento: "la ama incluso si a
veces le pega". En el lenguaje cotidiano esta manera de hablar
no resulta nociva. En filosofa es un instrumento insustituible
-y, al mismo tiempo, un virus espantoso.
A Hegel le gusta la palabreja "esencialmente", la cual lo
convierte en un filsofo verdadero. El no desconfa de ella, y
eso infecta su filosofa. Al obispo Butler no le gusta la palabreja
y por eso no es un filsofo verdadero. Pero Butler desconfa de
la palabreja y por eso la filosofa, de la cual carece, tampoco
est contaminada. Tiene la cura sin que por eso tenga el virus.
Su medicamento se puede expresar en la siguiente frase: cada cosa
es lo que es y no otra cosa.29 Expresada de manera verdaderamente
filosfica tena que significar esencialmente lo siguiente:
esencialmente
29
45
resultado".
P e r o c m o se s a b e q u e a l g o t e n d r r e s u l t a d o ? L o q u e d i c e
Kant recuerda aquel chiste en que un i n d i v i d u o dice a otro:
H e g a n a d o m u c h o d i n e r o e n los j u e g o s de a z a r . El o t r o r e s p o n d e :
30
46
20
Antes de tratar este tema ms a fondo, queremos resumir
los ltimos prrafos. Segn Hegel, la metafilosofa, entendida
como la disciplina que se encuentra por encima de la filosofa
(o como el fundamento
filosfica
filosfica
Podran poseerlo
31
47
question-begging.
de la
48
filosficamente
49
50
22
"Se trata del contenido de la botella", dijo el conde Otto Lambsdorf,
"no de la etiqueta". 32 No obstante, el conde fue lo bastante sabio
c o m o para no e x p o n e r esta v e r d a d en el c o n g r e s o para
profesionales de grficos publicitarios. Ahora bien, lo que dijimos
en los prrafos anteriores concerna slo a una cara de la moneda.
La otra cara de la moneda es que el lugar en que se encuentran
las observaciones metafilosficas es el mismo en el que uno logra
entender por qu alguien debe esforzarse para escribir un libro
(y tambin para ejercer la filosofa); comprender por qu la
filosofa es importante y por qu no se debe desestimar; cmo es
posible que, a pesar de innumerables puntos de vista que en ella
encuentran cabida, no se le debe perder toda la esperanza; de
qu manera hay que comprender los comentarios actuales,
etctera. Gustaw Bergmann lleva la reflexin a un punto
importante cuando escribe al respecto del positivismo lgico:
32
51
33
Turn,
52
"Diferencia..."
p e l i g r o s a c u a n d o se t o m a c o m o u n i n s t r u m e n t o p a r a a c e r c a r s e a
H e g e l ; p u e s , q u e s e n r e a l i d a d e s t o q u e v i e n e primero,
una
i n t r o d u c c i n a la i n t r o d u c c i n , u n p r i n c i p i o del p r i n c i p i o , o qu?):
Con respecto a las reflexiones generales con las cuales comienza este
escrito, sobre la necesidad, el presupuesto, los principios, etctera, de
la filosofa, tienen el defecto de ser reflexiones generales, y estn
motivadas en el hecho de que con tales formas como presupuesto,
principios, etc., se enreda y se encubre siempre el acceso a la filosofa;
de aqu que sea necesario en cierta medida ocuparse de ello hasta el
momento en que se trate exclusivamente de la filosofa misma.
Y, posteriormente, algunas pginas despus, nos encontramos
estas palabras:
En la medida en que la reflexin se toma a s misma por objeto, su
aniquilacin es su ley suprema, que le es dada por la razn y
mediante la cual deviene razn; ella subsiste, como todo, solamente
en lo absoluto, pues, en cuanto reflexin es opuesta a l; por tanto,
para subsistir tiene que darse la ley a su autodestruccin. 51
U n a " l e y m x i m a " e n u n prefacio
carcter
filosfico!
Understatement
q u e , e n r e a l i d a d , n o es d e
e n i n g l s ! A l t r a d u c i r al
34
53
18
Acaso no podemos tener ninguna filosofa-de-la-filosofa que
o b i e n no acabe en u n a c o n c a t e n a c i n i n t e r m i n a b l e de
argumentos, o bien se convierta tan solo en pura propaganda
(es decir, el "arma" mencionada en el prrafo 20)? Despus de
lo que hemos visto hasta ahora, no podemos. Pero en este
contexto debemos preguntar: qu quiere decir "tan solo"
propaganda pura? La propaganda, considerada en s misma,
no es, al igual que la multitud, nada bueno ni malo, nada
deseable ni indeseable. Naturalmente, uno puede decir que
all donde se procede more geomtrico
m e d i d a , la h i s t o r i a de la f i l o s o f a es u n c h o q u e e n t r e
t e m p e r a m e n t o s h u m a n o s " . Dentro de la filosofa, J a m e s
distingue dos de estos temperamentos. Los llama "espritus
selectos" y "espritus rudos". As denomina a los que otros llaman
respectivamente "racionalistas" y "empiristas". Los argumentos
filosficos reciben su peso del temperamento:
36
W . James,, Pragmatismo.
54
25
El temperamento como argumento no tiene un peso
reconocido,
37
Ibid., pp. 5 7 - 5 8 ; all tambin la cita. E n otro lugar James utiliza los
Universum.
Hibbert-Vorlesungen
traduccin
55
26
Sea como sea, James se siente atrado por igual hacia ambos
- l o s espritus rudos y los selectos-, mas al mismo tiempo est
desencantado tanto de unos como de otros. Lo que le atrae es
un tercer tipo: el pragmatista, el que rene las ventajas de
ambas posiciones sin compartir sus defectos.
No cabe duda de que el punto de partida de James es, de
alguna manera, ingenuo. Pero esta ingenuidad no es la de un
nio, sino la de un genio. Ya la pregunta que inquiere, con relacin a cmo es posible que el temperamento pueda ser el
argumento ms fuerte, si es que todos los argumentos desde
38
56
y lgica y otros
ensayos,
siendo
a n a l t i c o d e s p u s del d e b a t e c o n
un
57
filosofar.
filosficas
como problema
27
Woody Alien puede sernos de ayuda en la tarea de disipar la
niebla. Suyo es un texto titulado "Mi filosofa", en cuyo captulo
"La crtica del puro espanto" encontramos la siguiente cita:
Realmente podemos "conocer" el universo? Ay, por Dios, ya es
bastante difcil orientarse en Chinatown. El meollo del asunto es,
pues: existe algo ms all? Y por qu? Por qu se necesita hacer
tanto ruido sobre esta cuestin? Al fin y al cabo, no cabe duda de
que lo nico que caracteriza la realidad es que escasea la sustancia
en ella. Eso no debe sugerir que no posee ninguna sustancia, sino
que hay una escasez. (La realidad para m significa lo mismo que
para Hobbes, slo que la realidad de la que hablo es un poco ms
pequea.)39
39
W. Alien, Wie du dir, so ich mir. Ohne Leit kein Freund, Nebenwirkungen,
Hamburgo, 1995, p. 37 f.
59
60
es ms originario
40
G. Ch., Schriften
61
41
Metaphysik,
traducido y editado por H. Herring, Stuttgart, 1966 (u. .), pp. 19-ss.
62
42
Wittgenstein, Investigaciones
filosficas,
63
43
G. W. Leibniz, "Projct ct Essais pour arriver quclque ccrtitude pour finir une
bonne partic des disputes et pour avancer l'art d'inventer", cit. segn la reimpresin en
K. Berka/ L. Kreiser (comp.), Logik-Texte. Kommentierte Auswahl zur Geschiche der
modernen Logik, Berln, 1986, p. 17.
64
41
G. Frege, Grundgesetze
der Arithmetik,
65
"Go for it, Sidneyi You've got it! You've got it!
G o o d hands! Don't c h o k e f
45
Proceedings
66
4B
de la Aritmtica,
Studies,
3, (1997), nm. 2.
67
Gelsenkirchen".
4'
Vorlesungen,
der
Objektivitt.
Worldmaking,
Stze. Aufsatze
68
el ejercicio
filosofar,
dado que las peleas de los filsofos no tienen fin? Cmo puede
uno quejarse de algo que pertenece a lo esencial de la cosa? Si
69
48
65,
1976, pp. 3 3 6 - 3 5 6 y "Der Vorrang der Demokratie vor der Philosophie", en: R.
R., Solidaritt oder Objektivitt? Drei philosophische Essays, Stuttgart, 1988,
pp. 82-125. Como James, tambin Rorty se da mucho a la tarea de argumentar
sobre las limitaciones del alcance de la argumentacin filosfica. V a s e
tambin Hilary Putnam, Cmo renovar la filosofa, Madrid, 1994.
70
71
49
50
Epicuro,
72
en Demcrito y en
Pero esto no es, como Marx admite, la expresin de fe, sino una
expresin de fe, y no de la filosofa, sino de una filosofa. Quien
escoge otra cosa no comete ningn error lgico o
argumentativo,
Cmo decidirlo?
original griego. Vase el texto de Pascal citado arriba como una expresin de
fe diferente. Hume, autor al que Marx sigue aqu, escribe: "Cuando se le obliga
a ello, esto constituye una especie de insulto para la filosofa, cuya
soberana
reputacin
defenderse contra sus propios resultados, justificarse ante toda arte y ciencia,
que se escandaliza por ella. Esto se le ocurre al Rey, que est acusado
traicin ante sus propios
sbditos"
de
Versuchen
dieses
nebst
Dedicatoria a su Orgelbchlein.
tiempo como lema para su segundo libro, as como tambin la frase de Butler
citada en la pgina 46.
73
74
18
Si lo que se ha dicho hasta ahora es correcto, lo que entra en
juego en la filosofa de la filosofa sera una lucha de las
expresiones
James
75
18
James es en algn sentido, como ya hemos dicho, ingenuo, es decir:
se sita en parte dentro y en parte fuera del oficio del filsofo. Se
podra decir tambin que James an no depende por completo de la
palabra "esencialmente". (O ya no depende de ella?) Si dependiera
de ella, no tendra ningn problema sustancial con lo que observaba.
Lo observado apenas le hubiera causado un problema tcnico: lo
hubiera ubicado en esta u otra teora. Pero en cuanto a que l es el
observador, su problema consiste en que percibe demasiadas cosas.
Hablamos sobre la pluridad de las percepciones no en el sentido en
el que alguien vuelve a percibir cada da que ha salido el Sol. Que el
observador percibe demasiado significa aqu que lo hace desde
el punto de vista de un terico. El terico no tiene ningn problema
con la pluridad en s. Como puede incorporar los fenmenos en un
sistema terico, stos no le molestan, sino que confirman lo fructfero
del punto de vista correspondiente. El observador percibe demasiado
en el sentido de que la pluridad de aquello que percibe est
tericamente desordenada.
En otras palabras: para James los fenmenos son importantes
en tanto que l puede sacrificarlos a una u otra teora. Pero es
precisamante el chiste filosfico de la palabreja "esencialmente" lo
que nos permite decir: aunque esto se ve as y as, como se puede
confirmar; claro que s!, eso slo se ve as y as - e n lo esencial, es
muy diferente de lo que se ve, slo parece as, pero no es as-. O
bien: esto no es lo que parece, sino otra cosa. O tambin: esto y
aquello se ve de forma muy diferente (se ven como si fueran
diferentes), en lo esencial son iguales (lo mismo); mientras que esto
y aquello se ve igual, en la realidad son bsicamente cosas distintas.
Pero acaso es todo esto algo ms que la expresin de su
temperamento filosfico? La solucin no puede satisfacernos
porque tambin ella aparece como tal desde un cierto punto de
vista que la acoge.
76
18
Las dos aproximaciones mencionadas arriba no se fundamentan
en la pluridad de las filosofas, pero s pueden tomarla en
consideracin. Se conectan con ella de manera natural. Luego
p o d e m o s decir t a m b i n que a l a s d i f e r e n t e s i m g e n e s
metafilosficas, en cuanto son correctas, les corresponde, o por
lo menos se puede aproximar a ellas, este u otro tipo, este u
otro aspecto del filosofar. El punto dbil de cada una de estas
imgenes consiste en que ninguna toma en consideracin todo
lo que se llama filosofar, sino que ms bien tienen que declarar
algunos tipos de filosofar como aparentes.
De esta manera se
diferentes
segn qu elemento de
general.
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filosofa.
79
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81
82
acerca de las
de l, desconfiar
una
83
84
una actitud con la otra. Incluso, podra ser que desconfiar del
gobierno se asemejara ms a confiar en el gobierno que a
desconfiar del jefe. Pero de esta manera, acaso no se vuelve
todo nuestro lenguaje de adscripcin algo arbitrario, lo que nos
impide, simplemente por ser arbitrario, aprender algo acerca
de la esencia de las cosas? - N o necesariamente! El hecho de
que una cierta imagen de cmo debe ser la investigacin acerca
de lo que es desconfiar se muestra poco prctica, no excluye la
posibilidad de la investigacin en general. As, pues, se podra
dar un giro de tuerca a nuestra posible investigacin: no
partimos de lo que significa la palabra "desconfiar", considerada
en s en cierto sentido, para poder decir posteriormente con
qu otras palabras (significados) puede formar una frase
con sentido, sino que partimos de las frases y dejamos que stas
nos enseen la esencia de la palabra desconfiar, y de tal modo
que despus buscamos con la vista dnde se halla la frontera
entre las frases en las cuales se habla de desconfianzas que se
entienden literalmente, normal y cotidianamente, y las que hay
que comprender como anormales, no-cotidianas, creadoras de
imgenes o chistes.
45
Y qu pasa con el tiempo actual? Se desconfa de l? A lo mejor
s, en el sentido de que no se quiere ignorar que el tiempo puede
cambiar bruscamente, y el tiempo actual, en el mejor de los
casos, puede indicar el tiempo que vendr. Lo que vale para
este tipo de desconfianza es que despus de los momentos
relevantes para la desconfianza, sta desaparece: ya sea porque
se ha confirmado o porque no result justificada. En todo caso,
no tiene sentido decir que si alguien desconfiaba que las nubes
de ayer se mantendran hoy, como ayer efectivamente se
prometa, hoy seguir siendo desconfiado aunque el da sea
85
86
alguno?
ni temor,
hace
87
aprendemos a no confiar en l,
88
aislada
Tampoco
conocimientos
siempre
en
89
que las actitudes tienen que ver con la forma de vivir propia de
esta gente, sus actitudes les corresponden. Sin embargo, esto
tambin significa que la desconfianza frente al tiempo no es
natural en nuestra forma de vida, mientras que la desconfianza
que tiene que ver con el gobierno, por lo menos, no tiene que
ser ajena a lo natural. Se podra decir que diferimos tan
radicalmente de estas personas que ni siquiera tenemos los
mismos conceptos del tiempo y del gobierno. Pues, como ha
o b s e r v a d o W i t t g e n s t e i n : "Los c o n c e p t o s nos c o n d u c e n a
investigaciones. Son la expresin de nuestro inters, y guan
nuestro inters". 52
49
Dijimos: adquirimos
conocimientos
siempre
en conexin
con
62
90
Wittgenstein, Investigaciones
filosficas,
prrafo 570.
desconfianza?
91
18
Es la imagen de la filosofa que surge de este modelo algo
adicional a las otras imgenes ya presentadas, y en este sentido,
se encuentra en el mismo nivel que aquellas? Si es as, por qu
debe ser mejor, ms correcta o ms adecuada que las dems? Si
no es as, tiene algo en comn con las dems?
Ahora slo necesitamos aplicar lo que hemos dicho sobre la
filosofa en general al filosofar sobre el filosofar. William James
elige como ttulo para su primera conferencia de la serie Hibbert,
Das Pluralistische
Universum,
M. Heidegger, El ser y el tiempo, trad. Jos Gaos, FCE, Mxico, 1996, pp.
111-112.
92
VIL EL CONOCIMIENTO DE LA
NATURALEZA HUMANA Y LA CONSONANCIA
Calcular versas conocimiento d e la naturaleza
humana: dos modelos del filosofar
que no son totalmente alternativos. Armona entre
metafilosofa y filosofa. La diversidad del filosofar
como algo que no constituye defecto alguno
52
Como sucediera con las palabras de Hegel, tambin en las de
Heidegger resuena la conviccin de que la filosofa de la filosofa
no se da ni antes ni independientemente
justificada.
93
94
ber Philosophie,
Leipzig, 1999, p.
Enquiry
de 1757.
95
54
A h o r a p o d e m o s leer la observacin de H e i d e g g e r sobre la
ontologa de Descartes c o m o u n a indicacin de que esta se
p u e d e e n t e n d e r c o m o algo que nos o t o r g a la d e s c r i p c i n del
todo del ser tal y como
vista de los registros
este se presenta
matemticos.
desde
el punto
de
N a t u r a l m e n t e , se p u e d e
h a c e r con las p a l a b r a s de H e i d e g g e r lo m i s m o
que
56
desde
el punto
de vista de la comprensin
Wittgenstein, Investigaciones
filosficas,
del
ser
96
humanoSi
57
Una presentacin muy flexible de lo que uno puede alcanzar con las dos
perspectivas y lo que cada una "cierra" la ofrece Thomas Nagel. Vase al lado
de su trabajo citado en la nota nmero 44 tambin sus artculos "Physicalism"
y " W h a t is it like to be a bat?" (ambos en: The Philosophical
Review,
74, 1965,
B:
97
56
Si se puede filosofar correctamente de tantas maneras diferentes
y estas se excluyen entre s, se filosofa de pura
casualidad?
98
Acaso lo
consonancia.
99
18
El concepto de consonancia en nuestro contexto se refiere a lo
que ya contena el concepto de temperamento de James: este
concepto no es ninguna novedad en filosofa. Sin embargo,
tampoco es de mucha ayuda si, en vez de la palabra "consonancia",
se utilizan algunas otras, como hace Friedrich Waismann: '"Qu
es filosofa' es ya en s una pregunta filosfica. Y las respuestas a
esta pregunta asumen ya, la mayora de las veces, un esquema
de una cierta creencia filosfica". 59
Se asume ya, en filosofa-de-la-filosofa, la filosofa que es su
objeto? Esto suena casi como: si se ha visto el esquema, tambin
puede imaginarse ya, aunque sea de manera aproximada, a qu
se parecer la casa. Aunque esto es as hasta cierto punto, n es
sin embargo la relacin que nos parece apropiada.
Si tampoco nos gusta la palabra "ya" y adems no sabemos
qu significa que algo asuma un esquema de algo, entonces
podemos decir con la misma razn que dos cosan estn en
consonancia. Pero nos queda un recurso de urgencia. Necesitamos
ayuda, puesto que por un lado no queremos decir que una metafilosofa se encuentra, respecto a una filosofa a la que pertenece,
en una relacin de fundamentar (dirigida en una u otra direccin);
y por otro lado, tambin cobra importancia la distincin entre
los que no slo son empiristas en la teora del conocimiento sino
que adems abogan por el empirismo, y los que en un asunto son
empiristas y en otro racionalistas. A lo mejor no lo decimos
59
con la introduccin
100
parecer una
101
diferentes
102
uno
duda, uno cree ya en alguna otra cosa. (Mientras uno toma algo
como probable, toma ya otra cosa por cierta.) Si insertamos aqu
la clusula "se podra decir", entonces ya no queda muy claro en
qu sentido la usamos cuando decimos de alguien que no puede
dudar que cree algo con certeza. Si alguien dijera que l en cierto
sentido simplemente
nuestra
filosfico,
60
103
104
p u e d e andar m s d e s p a c i o o m s rpido, ms o m e n o s
reflexivamente, estn dentro o fuera, pero nunca llevan desde
afuera hacia adentro. Las razones s llegan al juego desde afuera
o desde adentro, y con ellas el intento de convencer a los dems.
Se trata de la verdad, en tanto se puede tratar de la verdad en
filosofa. Aqu se toman en cuenta las decisiones justificadas.
60
La confusin entre las preguntas desde dentro y desde fuera
provoca que no nos entendamos cuando hablamos. Por una parte,
si se quiere convencer a alguien, lo nico que cabe hacer es hablar
slo con aquellos que pertenecen a nuestro crculo; por otra parte,
se puede ver como una forma de ceguera ante el aspecto. O
siguiendo nuestra imagen de la consonancia: algunas personas no
entienden la pera y evalan cualquier tipo de msica segn se
pueda marchar con ella o no. Pero qu diramos sobre una persona que comenta la obertura de Don Giovanni con las palabras:
"vaya marcha ms mala!"? Debe uno decir "falso!", para que
todos piensen ahora que tomamos esta msica que, en palabras
de Goethe, fue dictada a Mozart por Dios, como una buena y no
una mala marcha? O debemos decir: "Una marcha es una cosa y
una obertura es otra cosa; y nicamente de vez en cuando la
obertura consiste en una marcha!" si es que sabemos que nuestro
interlocutor dir: "Habla usted sobre lo que parecen estos tonos, o
bien, de cmo se llaman o, quizs, de cmo son en realidad"?
105
18
"Filosofa" quiere decir: "amor a la sabidura". Toda la sabidura
(conocimiento, verdad) segn la imagen de la filosofa que aqu
se ha ofrecido, se presenta no como este u otro tipo de filosofa,
sino en la totalidad de sus formas. Comprendida como unidad
de conocimiento y actitud, se muestra en la multitud de maneras de filosofar como una multitud de los aspectos bajo los
cuales se puede contemplar el mundo - p o r ejemplo, bajo el
a s p e c t o del h o m b r e , de los n m e r o s , del e s p r i t u , del
comportamiento, de los cuerpos, de los tonos, de las formas,
etctera-. De las perspectivas presentadas hasta el momento,
las ms interesantes son aquellas que ponen de manifiesto las
dificultades que muestran hasta dnde puede alguien mantener
con soltura su punto de vista, y en qu momento tal vez deba
a b a n d o n a r l o , si es q u e q u i e r e b a s a r s e en r a z o n e s y
conocimientos: es decir, las perspectivas desde las cuales lo que
debe armonizar de repente no encaja. De acuerdo con la imagen
de la filosofa presentada con anterioridad, la filosofa tambin
es esencialmente crtica. En este sentido se dice algo importante
cuando se afirma que la pregunta acerca de qu es la filosofa,
es la pregunta ms importante de la filosofa aunque si lo
puede explicar bien, ser nica y exclusivamente cuando tenga
una cierta actitud hacia la filosofa.
106
CONCLUSIN
62
Al considerar la filosofa a nuestro modo, nos encontramos otra
vez all donde empezamos: con lo cotidiano y conocido. Pero si
cumplimos nuestra labor, al final de nuestro camino no queda
algo totalmente increble y fuera de lo comn, sino que ms bien
hemos trado un cierto orden a lo cotidiano y conocido. Este orden
permite que nos orientemos mejor. Cmo lo alcanzamos? En
primer lugar, se podra decir que lo logramos cuando confiamos
en lo cotidiano. Eso quiere decir que no aceptamos detrs de l lo
que le concede su verdadero rostro. Este paso, sin embargo, parece
como una prueba para evitar las dificultades de la filosofa en vez
de hacerles frente. As que la confianza ha de ser acompaada
por el valor. Me parece que este se puede aprender de William
James. Entonces se puede ver no slo lo que resulta necesario si
venimos con nuevas visiones, sino tambin lo lejos que se puede
llegar a veces con ellas, si es que sirven para algo. Pero cmo se
sabe si la visin sirve para algo? Naturalmente, no existe ninguna
receta elaborada a partir de una u otra teora de la filosofa que
pueda determinar este punto. Mas tal cosa no significa que nada
pueda determinarlo. Quizs puede aparecer el instinto, un tipo de
"olfato filosfico" que informa que esto o aquello huele fishy, y
tambin cundo no podemos decir de manera exacta en qu consiste
esto. Es cierto que acostumbrarse a una escuela filosfica se parece
a un proceso de domesticacin y, por lo tanto, significa que el
instinto natural o bien est adormecido o, si no, se ha adquirido
107
01
J. W. Goethe, Maximen
und Reflexionen,
108
de
trad.
109
Filosficas,
110
(Kln/
111
traduccin del mtodo elaborado por Goethe a lo que es, para usar
la expresin de Wittgenstein, la representacin conspicua de los
fenmenos en el mundo de las plantas y los animales es,
naturalmente, la opinin que se tiene acerca del papel de la
argumentacin en filosofa. Mas si uno reconoce la relacin entre
las creencias y las actitudes y, de alguna manera, acepta la
arbitrariedad de las actitudes como un hecho, de repente construye
de un sinnmero de las filosofas una serie conspicua sin que por
este motivo le quite importancia alguna a la argumentacin.
Como ya se ha dicho, no slo hay muchos autores que no se
han mencionado, sino tambin muchas ideas y problemas
relativos a la
filosofa-de-la-filosofa
que no he tocado, o si lo
112
- o , incluso, fueron
y no en los artculos.
El
la expresin de mi propia
113
produjo este
114
financieras.
NDICE
Prlogo a la traduccin en castellano
Introduccin
15
I.
17
II.
31
III.
51
IV.
59
V.
71
79
93
107
g
J
IS1N %8834853-X