Microrrelatos Seleccion Dia Biblioteca 1
Microrrelatos Seleccion Dia Biblioteca 1
Microrrelatos Seleccion Dia Biblioteca 1
MNICA LAVN: Le escribi tantos versos, cuentos, canciones y hasta novelas que una noche, al
buscar con ardor su cuerpo tibio, no encontr ms que una hoja de papel entre las sbanas.
MARCO DENEVI:LA BELLA DURMIENTE DEL BOSQUE Y EL PRNCIPE. La Bella Durmiente cierra
los ojos pero no duerme. Est esperando al prncipe. Y cuando lo oye acercarse, simula un sueo
todava ms profundo. Nadie se lo ha dicho, pero ella lo sabe. Sabe que ningn prncipe pasa junto a
una mujer que tenga los ojos bien abiertos
ARMANDO JOS SEQUERA -Jrenos que si despierta, no se la va a llevar _peda de rodillas uno de los
enanitos al prncipe,mientras este contemplaba el hermoso cuerpo en el sarcfago de cristal-. Mire que, desde
que se durmi, no tenemos quien nos lave la ropa, nos la planche, nos limpie la casa y nos cocine.
ENRIQUE ANDERSON INBERT: TAB: El ngel de la guarda le susurr a Fabin, por detrs del hombro:Cuidado, Fabin! Est dispuesto que mueras en cuanto pronuncies la palabra zangolotino.-Zangolotino?
Pregunta Fabin azorado. Y muere
LA MUERTE EN SAMARRA - GABRIEL GARCA MRQUEZ (Adaptacin)
El escritor francs Jean Cocteau intercal en su novela Le Grand cart, (1923) un texto sin
ttulo, que es la versin de Difundida en nuestro tiempo. Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y
Adolfo Bioy Casares incluyeron en su Antologa de la literatura fantstica con el ttulo
comnmente aceptado de El gesto de la Muerte, una traduccin literal del texto de Jean
Cocteau.
El criado llega aterrorizado a casa de su amo.-Seor -dice- he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho
una seal de amenaza. El amo le da un caballo y dinero, y le dice:-Huye a Samarra.. El criado huye. Esa tarde,
temprano, el seor se encuentra la Muerte en el mercado.-Esta maana le hiciste a mi criado una seal de
amenaza -dice.-No era de amenaza -responde la Muerte- sino de sorpresa. Porque lo vea ah, tan lejos de
Samarra, y esta misma tarde tengo que recogerlo all.
GARCIA MARQUEZ:"
...el drama del desencantado que se arroj a la calle desde el dcimo piso, y a medida que
caa iba viendo a travs de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeas tragedias
domsticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no haban
llegado nunca hasta la escalera comn, de modo que en el instante de reventarse contra el
pavimento de la calle haba cambiado por completo su concepcin del mundo, y haba llegado
a la conclusin de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa vala la
pena de ser vivida".
LA AUTORIDAD. EDUARDO GALEANO:
En pocas remotas, las mujeres se sentaban en la proa de la canoa y los hombres en la popa. Eran las mujeres quienes
cazaban y pescaban. Ellas salan de las aldeas y volvan cuando podan o queran.
Los hombres montaban las chozas, preparaban la comida, mantenan encendidas las fogatas contra el fro, cuidaban a
los hijos y curtan las pieles de abrigo. As era la vida entre los indios onas y los yaganes, en la Tierra del Fuego, hasta que
un da los hombres mataron a todas las mujeres y se pusieron las mscaras que las mujeres haban inventado para
darles terror. Solamente las nias recin nacidas se salvaron del exterminio. Mientras ellas crecan, los asesinos les decan
y les repetan que servir a los hombres era su destino. Ellas lo creyeron. Tambin lo creyeron sus hijas y las hijas de sus
hijas.
ESTEFANA MORN
Se lanzar desde el trapecio. Correr a travs de la raz cuadrada, sintiendo cmo el aliento de la malvada hipotenusa se
le acerca hasta casi atraparlo para siempre. En un intento vano por despistarla llega al abismo de la derivada. Se siente
acorralado, pero no, encuentra una salida en la divisin y vuelve a escapar deslizndose por sta. El nmero Pi se salva y
llega hasta el infinito.
Pero...Andrs me escuchas?
S, maestra.
Muy bien, continuemos. Si un tren sale de Madrid a las ocho de la maana y otro
de Barcelona a las diez...
La malvada hipotenusa captur a Pi.
PROGRAMA DE ENTRETENIMIENTOS. ANA MARA SHUA
Es un programa de juegos por la tele. Los nios se ponen zapatillas de la marca que auspicia el programa. Cada madre
debe reconocer a su hijo mirando solamente las piernitas a travs de una ventana en el decorado. El pas es pobre, los
premios son importantes. Los participantes se ponen de acuerdo para ganar siempre. Si alguna madre se equivoca, no lo
dice. Despus,cada una se lleva al hijo que eligi, aunque no sea el mismo que traa al llegar. Es necesario mantener la
farsa largamente porque la empresa controla con visitadoras sociales los hogares de los concursantes. Hay hijos que
salen perdiendo, pero a otros el cambio les conviene. Tambin se dice que algunas madres hacen trampa, que se
equivocan adrede.
FRANCISCO JAVIER ROMERO:"ESTA VEZ NO ERRAR EL TIRO".
Esta vez no errar el tiro, escribes en la pizarra con letra pulcra, rematando con un gracioso circulito la
i final. La profesora asiente orgullosa y envalentonada se vuelve hacia m, sealndome con gesto
resignado, como el que por ensima vez prueba suerte a la lotera aunque sepa que nunca ganar. Yo
acudo presuroso al encerado y escribo de manera rpida y prcticamente ilegible: Ayer err la llegua.
La clase estalla en carcajadas y dedos acusadores. Tontos! Qu ran! Que t me sonres con tus
profundos ojos oscuros llenos de ternura y sabidura, prometindome con ellos que a la tarde me dars
otra clase particular.
EDUARDO A. SOTO PIMENTEL: DESPRENDIMIENTO:
No s cundo empez. Tendramos un ao juntos? Quiz fue cualquier da de esos que la dej sola.
Ya saben... el trabajo. Una botella. Dos. Estropicio! No supo parar, y ahora necesita un
trasplante. He-pa-ti-tis, repiti el doctor cuando me vio en shock. Y -fro, cruel- agreg las
palabras muerte y fulminante, mientras sealaba con el dedo el espantajo grotesco y varicoso en la
radiografa. Era su hgado. Enseguida lo decid. Ustedes entendern... la amo. Slo espero que se
cumpla el absurdo requisito de la compatibilidad, y que alguno de ustedes encuentre este papelito de
advertencia: si no, veinticuatro horas despus de haberme volado la cabeza no servir como donante.
GERMAN MICHOA PINILLA: RECUERDOS:
Lo mejor sera ir a por el destornillador susurr mi hermana para que nuestro padre,
que
dormitaba
como
un
viejo
dictador
olvidado,
no
nos
oyera.
Cuando abri aquel misterioso cajn, que nuestra madre siempre tuvo cerrado mientras
vivi, nos encontramos una fotografa de un soldado y varias cartas.
Es de la familia este soldado? pregunt porque me resultaban conocidas aquella
mirada
y
las
suaves
lneas
de
aquel
atractivo
rostro.
No. Que yo sepa no tuvimos a nadie en el bando republicano contest mi hermana
mientras lea las cartas. Parece que era un antiguo novio de mam.
Mi hermana me mir emocionada. Entonces reconoc la mirada de la fotografa.
ANDREA ALFARO:PROHIBICIN:
En la puerta haba una gorra negra. Cada vez que haba algo colgado, mi hermano y yo no podamos
entrar
en
casa.
"Ni
se
os
ocurra"
haba
dicho
mi
madre.
Algunos das colgaban boinas, otros, gorros de trabajo o sombreros elegantes de colores oscuros, a
veces, con una pluma... Mi hermano y yo los cogamos y jugbamos simulando ser distintos
personajes. Si oamos pasos, los volvamos a colgar en su sitio, porque despus siempre sala un
hombre que se pona nuestro disfraz y nos revolva el pelo con cara de contento.
JUAN REINA OBRER:A QU JUGAMOS?:
En la puerta haba una gorra negra y verde para despus de la operacin. Marcos tena once aos y
un tumor en el cerebro; Javier nueve y apendicitis. Se conocieron en la habitacin del hospital la tarde
antes.
Vaya potra! dijo Javier. Te harn fotos del cerebro como hacen en la tele. Ya no te podrn decir
cabeza hueca.
Y t qu! replic Marcos. Te van a dejar un palmo de cicatriz; luego irs diciendo que fue un
navajazo.
Por la maana se despertaron temprano. Para no aburrirse intercambiaron de todo: cuchicheos, risas,
cromos de Pokemon y, un instante antes de entrar en el quirfano, las camas.
CARMEN HITA: LA CLASE DE DIBUJO:
La serpiente me qued ms gorda de lo previsto y esto pareci preocupar a mi profesora. Un rato
ms tarde me pidi que pintara un rbol y yo pint uno pequeo de ramas delgadas, con sus hojas
cadas al suelo. A continuacin la profesora me dijo que pintara una casa y yo la pint sin tejado y con
sus ventanas rotas. Finalmente me pidi que dibujara a mi familia y yo dibuj al beb llorando y a
mam. Pap? S que tengo profesora, pero mi serpiente tena hambre y se lo ha comido. Cerr el
cuaderno, sonre a la maestra y sal a jugar al patio.
GABRIEL DE BIURRUN BAQUEDANO: Cerr la puerta despacio, sin hacer ruido, sorprendido por el
hecho de que mi llave todava funcionara.
La moqueta era distinta, pero la lmpara era la misma. Pas al saln y reconoc la mesa, pero vi ms
libros, menos discos, y otro televisor diferente. Ya no ola a tabaco, sino a incienso. Y ola a perro
tambin.
Entr en la cocina y la encontr sentada en la silla roja. Me mir lentamente, abri la boca despacio,
parpade a cmara lenta. Pero no sonri.
Que no me mor le dije.
Ya me cas contest mientras el hombre del bigote asomaba tras el frigorfico. Tambin el
frigorfico era nuevo.
NAGASAKI, DE ALFONSO SASTRE( LAS NOCHES LGUBRES).
"Me llamo Yanajido. Trabajo en Nagasaki y haba venido a ver a mis padres en Hiroshima. Ahora, ellos
han muerto. Yo sufro mucho por esta prdida y tambin por mis horribles quemaduras. Ya slo deseo
volver a Nagasaki con mi mujer y con mis hijos.
Dada la confusin de estos momentos, no creo que pueda llegar a Nagasaki enseguida, como sera mi
deseo; pero, sea como Sea, yo camino hacia all.
No quisiera morir en el camino. Ojal llegue a tiempo de abrazarlos!"
JULIO RICARDO ESTEFAN: UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD
El prncipe era flaco, desgarbado, con una palidez cadavrica, acentuada por sus negras ojeras. Era,
adems, bastante torpe.
Sin embargo, estaba all, frente a la Bella Durmiente, sin atreverse a besarla. Cuando finalmente lo hizo
y ella entreabri sus ojos, l estaba distrado siguiendo una mariposa con la vista. Esto le permiti a la
Bella Durmiente echarle una ojeada y fingir que continuaba dormida. Haba decidido aguardar una
segunda oportunidad.