ARQUIMEDES
ARQUIMEDES
ARQUIMEDES
La obra de Arquímedes nos llena de admiración cuando reparamos que creó sus
teoremas con los escasos recursos de la tradición griega, y que no contó (o cuando
menos no utilizó), el símbolo del cero en sus cálculos. Arquímedes, acentuó las nueve
primeras letras del alfabeto griego y les adjudicó un valor numérico, que era el
correspondiente a los actuales valores del uno al nueve. A las siguientes nueve letras
acentuadas les fueron adjudicadas las decenas; o sea, del diez al noventa. A las últimas
nueve letras acentuadas les correspondió el valor de las centenas; del cien al
novecientos. No conocía los decimales y, obviamente desconocía los principios de la
multiplicación y de la división. Trabajando dentro de las limitaciones que acabamos de
ver, es que Arquímedes logró crear la base de la geometría actual, a la vez que, por
méritos propios, inscribía su nombre en la aún pequeña relación de sabios. Su genio, su
talla de profundo innovador, se encargarían de ir revaluando continuamente la figura de
Arquímedes, hasta que se le reconociera como uno de los más brillantes sabios que se
haya visto en nuestro mundo.
Pese a que toda su vida trabajó, creó e investigó y que los trabajos suyos que
lograron sobrevivir al implacable paso del tiempo aún llenan de asombro a quienes los
estudian, es su intervención en la guerra contra Roma la que ha acaparado la atención de
la mayoría de sus biógrafos. Su vida, al igual que la de otros sabios, fue embellecida o
deformada por la imaginación popular, vistiéndola con anécdotas más o menos
verosímiles y exaltándola con elogios tales que la impregnaron en muchas
oportunidades de una atmósfera sobrenatural. Sin embargo, nosotros consideramos que
1
Siracusa, ciudad y puerto de la costa sudeste de Sicilia, junto al mar Jónico, fundada hacia el año 734 a.
de C. por colonos corintios.
2
Euclides, geómetra griego, el primero que ofreció demostraciones rigurosas de los teoremas
geométricos. Residió en Alejandría llamado por Ptolomeo I para abrir una escuela de matemáticas. Se le
supone natural de Tiro y vivió entre los siglos IV y III a. de C.
3
Conon de Samos, astrónomo y matemático griego del siglo III a. de C. de quien no nos ha quedado obra
alguna escrita y solo sabemos de ella por referencias de otros autores posteriores.
4
Eratóstenes, astrónomo, geólogo, matemático y filósofo griego (h. 284-192 a. de C.), natural de Cirene.
Dirigió la biblioteca de Alejandría y calculó con gran exactitud la circunferencia de la Tierra. Se dejó
morir de hambre a la edad de 80 años.
la intervención de Arquímedes en la guerra contra Roma fue tan sólo, reflejo de lo que
las circunstancias requerían de su intelecto.
Arquímedes nunca cesaba de estudiar, crear y elaborar teoremas nuevos; para huir
de la lógica fatiga mental que le causaba sus prolongados estudios, solía emprender
nuevos y diferentes trabajos. A él se le atribuye el primer planetario de que se tenga
conocimiento en la historia de la humanidad. En dicho planetario no sólo estaba
reproducido el espacio sideral, sino que figuraban (aparte del satélite de la tierra), los
planetas hasta ese entonces conocidos: El Sol, Saturno, Marte, Júpiter, Venus y
Mercurio. La disposición de las esferas representativas de aquellos planetas no era
arbitraria, ni en cuanto al volumen propio se refiere o en cuanto a la distancia que los
separaba, pues todo estaba en relación a la escala que había elaborado Arquímedes,
quien igualmente logró un movimiento armonioso de todo este conjunto de esferas
mediante un control de rotación, en el que se regulaba las diferentes velocidades con
que giraban los cuerpos celestes allí representados.
Al estudiar las leyes del movimiento sideral desde su planetario, Arquímedes pudo
elaborar el principio científico que conmovió al mundo de aquel entonces:
El rey, que sólo recurría a Arquímedes en casos extremos, requirió, una vez más,
del genio de su amigo. Hierón no sólo le entregó la corona ya terminada sino un
problema de difícil solución: determinar si en la confección de la misma había sido
empleada la totalidad del oro destinado a tal fin.
Uno de los secretos y una de las mejores definiciones que respecto a los sabios se
haya escrito es aquella que uno de ellos acotó:
9
Apolunio de Perga o de Pérgamo, matemático y astrónomo griego alejandrino (262-180 a. de C.).
Discípulo de Arquímedes. Autor de un tratado sobre las cónicas.
2. De los conoides y de los esferoides: Este trabajo, cuyo título contiene nombres
actualmente inusitados, es en cierta forma una continuación del anterior, pues estudia
las propiedades y comparaciones de otros sólidos que trascienden la geometría
elemental.
7. Del equilibrio de los planos: Este trabajo, cuyo título en griego tendría más de
una acepción, es el primer tratado científico de estática que se haya conocido. Aunque
difiere mucho con los principios de estática que figuran en los actuales libros de
mecánica, pues Arquímedes construyó su estática a la manera euclideana, con
definiciones y postulados.
10
Aristarco de Samos, astrónomo griego (310-230 a. de C.), quien formuló por primera vez la teoría
heliocéntrica (la Tierra girando sobre sí misma y alrededor del Sol). Calculó las distancias y el tamaño de
al Tierra, el Sol y la Luna.
mayores proezas desde el punto de vista matemático.
Aparte de los trabajos reseñados, existe una serie de escritos perdidos y otros
falsos que le son atribuidos; de los primeros se tiene noticia bien por el mismo
Arquímedes o bien a través de fuentes griegas o árabes.
Son muchas las obras atribuidas a Arquímedes, pero hay pocas posibilidades que
todo lo atribuido sea de él; Teón de Alejandría11 le atribuye un escrito sobre óptica; Papo
de Alejandría12 asevera la autoría de Arquímedes sobre una obra respecto a los poliedros
regulares. Finalmente Hiparco de Nicea13 afirma que Arquímedes habría escrito sobre el
Calendario, o la longitud del año. Igualmente hay numerosas referencias árabes al
respecto, pero que merecen menos credibilidad que las anteriormente mencionadas.
11
Teón de Alejandría, matemático y astrónomo griego del final del siglo IV de nuestra era.
12
Papo de Alejandría, matemático griego de fines del siglo IV, autor de unas Colecciones matemáticas.
13
Hiparlo de Nicea, astrónomo griego (160-124 a. de C.), creador de la astronomía matemática.
Descubrió la precesión de equinoccios y elaboró el primer catálogo estelar.
comunes de Alejandría sentidas palabras:
Cuando el turno de la infalible muerte le llegó al rey Hierón, juzgó que apenas sí
debía llorar la muerte de su amigo. Poco tiempo después percibiría que con Hierón, la
paz siciliana desaparecía también y que todos llorarían lágrimas más amargas. Sicilia
era un débil reino en medio de la secular contienda entre las poderosas Roma y Cartago;
el primero al Norte y el segundo al sudoeste se preparaban para la guerra de la
sobrevivencia. El rey Hierón fue lo bastante hábil como para mantener al pueblo
siciliano al margen de la disputa; aunque no dejaba de mostrar una ligera predilección
hacia el Imperio Romano. Su sucesor, Hieronides, sin pensar en las consecuencias lleva
a Sicilia y Siracusa al bando de Cartago.
Por su parte, Tito Livio17, nos ofrece una descripción bastante completa de las
murallas que circundaban a Siracusa, y nuevamente veremos cómo las máquinas que
creara Arquímedes causan pánico entre los romanos; cómo el genio, intelecto de este
admirable hombre retarda una y otra vez los planes de Marcelo:
17
Tito Livio, historiador romano (h. 60 a.C – 17 d.C.), natural de Padua. Es autor de una trascendental
historia romana, titulada Décadas, desde sus orígenes hasta el año 9 a. de C. y redactada en 142 tomos, de
los que solo se conservan 35. fue un ferviente admirador del pasado y celebró la grandeza de Roma.
18
Quinquerremes, antiguos barcos de guerra, cada uno de los cuales constaba de cinco filas superpuestas
de remeros, que los hacían más veloces.
19
Acradina, ciudad exterior de Siracusa, la parte que fue formada cuando los siracusanos comenzaron a
extenderse desde la isla de Ortigia hasta tierra firme.
20
Vélite, soldado de la infantería ligera romana.
dos anteriores; aunque sirve para aclarar algunos conceptos:
Como hemos visto a través de los historiadores a quienes recurrimos, todos los
intentos de Marcelo fracasaban; la formidable maquinaria inventada por Arquímedes
logró parar en seco la aflatada y no menos formidable maquinaria romana. El sitio
terrestre y marítimo a Siracusa fue el único recurso que le restó a Marcelo, pues el genio
de Arquímedes le obligaba a mantenerse a muy prudente distancia de las defendidas
murallas de Siracusa. Los espejos ustorios que Arquímedes empleó para incendiar desde
considerable distancia la altiva flota romana, es uno de los inventos que le han conferido
aquella aureola de mago sobrenatural con que se le conocía en la antigüedad. Es fácil
imaginamos el pavor que causarían aquellos misteriosos incendios en aquel lejano
despertar de la civilización. Nos remitimos al testimonio de Zonaras21, en el ya
relativamente cercano siglo XII:
21
Juan Zonaras, cronista bizantino del siglo XII, autor de un Manual de Historia que llega hasta el año
1118.
“Arquímedes incendió toda la flota de los romanos de una
manera extraordinaria, pues habiendo dirigido un espejo hacia
el sol, recogió sus rayos, y habiendo calentado el aire gracias a
su espesor y al pulido de ese espejo, provocó una llama enorme
que dirigió hacia todos los buques que estaban en la trayectoria
del fuego y los incendié totalmente”.
Tzetzes22, otro historiador del siglo XII, nos ofrece este relato:
La historia nos ha legado más de una de las arengas que Marcelo dirigía a sus
oficiales intentando terminar con el largo y costoso sitio que le había impuesto a
Siracusa:
22
Juan Tzetzes, escritor griego del siglo XII que dejó numerosas obras, muchas de ellas aún inéditas. De
las publicadas las que más destacan son: Las chiliadas, que es una recopilación de anécdotas antiguas en
verso, e Interpretación de Homero.
23
Centimanos, gigantes mitológicos que tenían cien manos.
muchas versiones respecto a su muerte, nosotros vamos a referirnos a la de Valerio
Máximo24, que es la que consideramos más ajustada a la realidad:
Marcelo supo respetar los deseos de su noble rival e hizo que grabaran en su
tumba el diseño que éste había solicitado: la figura de una esfera y un cilindro.
Su cuerpo, como el de la cultura de la cual fue fruto refinado, cayó bajo los golpes
de un poder más vigoroso y lozano; pero su espíritu, y el espíritu de la ciencia griega,
perduran y se funden con tal intensidad que nos parece, como en otros casos excelsos,
ver la identificación del hombre con la propia ciencia: Herodoto o la historia; Sócrates o
la filosofía; Arquímedes o la matemática.
24
Valerio Máximo, historiador romano del siglo I, autor de una serie de nueve tratados, que intituló
Dichos y hechos célebres.