Ansiolíticos
Ansiolíticos
Ansiolíticos
Facultad de Medicina
Escuela de Medicina
Departamento de Ciencias fisiológicas
Cátedra de Farmacología
Dra. Ana Graciela Siso de Serrano
Abril de 2009
Ansiolíticos
Teorías de la ansiedad
Aparentemente diversas estructuras del sistema límbico, principalmente el
complejo septo-hipocámpico (en gran parte de naturaleza colinérgica)
constituyen un sistema de alarma que es activado por percepciones evaluadas
(acertada o erróneamente) como amenazantes sobre la base de
condicionamientos cognitivos o por una alteración primaria en el funcionamiento
de dichas estructuras. Presuntamente su activación originaría ansiedad, mientras
que los fármacos ansiolíticos reducirían la actividad del sistema. Por otro lado la
activación del núcleo central de la amígdala originaría alteraciones
conductuales, somáticas y vegetativas propias de los estados de ansiedad y
miedo, dadas sus proyecciones al hipotálamo, sustancia gris central, locus
coeruleus, núcleos del rafe, núcleos vagales, etc.
La teoría cognitiva de Aarón Beck sugiere que la ansiedad es una respuesta a la
percepción errónea de peligro, debida a una permanente distorsión en el
procesamiento de la información
La teoría psicoanalítica propone que los síntomas de la ansiedad provienen de
conflictos inconscientes y no resueltos entre impulsos para obtener
gratificación libidinosa o agresiva y el reconocimiento del Ego del daño externo
que podría resultar de dicha gratificación
La teoría genética propone la existencia de un patrón familiar, de mayor
tendencia a presentar el trastorno.
Teoría biológica:
Las estructuras límbicas incluido el sistema septo-hipocámpico, son reguladas por
aferencias de naturaleza noradrenérgica, serotoninérgica y dopaminérgicas
procedentes de los núcleos del tronco encefálico:
El sistema noradrenérgico, proveniente del locus coeruleus, proyecta
ampliamente a la corteza cerebral y diversas zonas el sistema límbico. Se
presume que funciona como un sistema de alerta general y alarma cuya activación
promovería un incremento del estado de atención y vigilia. Datos experimentales
sugieren que en los estados de ansiedad y particularmente en los trastornos de
pánico, existe liberación excesiva y paroxística de Norepinefrina a
consecuencia de una disfunción de los receptores 2 adrenérgicos
inhibidores. Corroborando esta teoría observamos que drogas como Clonidina
2
(agonista 2) tiene acciones ansiolíticas, mientras que los antagonistas 2 como
Yohimbina tienen propiedades ansiógenas.
El sistema serotonérgico proviene de los núcleos del rafe del tronco encefálico,
de donde surgen proyecciones a diversas áreas neocorticales y estructuras
límbicas como el complejo septo-hipocámpico. Así observamos que la reducción
de la transmisión serotoninérgica por maniobras farmacológicas tales como
interacción con los receptores 5HT1A por Buspirona o inhibición de la
recaptación de serotonina por Fluoxetina, origina acciones ansiolíticas. La
utilidad de la buspirona en el manejo de la ansiedad y la eficacia de los inhibidores
de la recaptación de serotonina en los trastornos obsesivos-compulsivos y en el
pánico sugieren una disfunción del sistema serotonérgico como sustrato
neurobiológico de dichas patologías.
GABA es el principal neurotransmisor inhibidor del SNC y regula los sistemas
adrenérgico y serotonérgico, implicados en las bases biológicas de los trastornos
de ansiedad. El sistema GABAérgico parece tener un importante papel en la
bbgénesis de la ansiedad dada la eficacia ansiolítica de las benzodiacepinas,
moduladores alostéricos del receptor GABAA. Se ha propuesto que los trastornos
de ansiedad podrían ser consecuencia de anomalías estructurales del receptor
GABAA y/o la existencia de sustancias endógenas ansiógenas como el
péptido inhibidor de la unión del Diazepam y la Colecistoquinina.
Fármaco ansiolítico es aquel que alivia o suprime el síntoma ansiedad sin producir
sedación o sueño
a) Benzodiacepinas.
b) Agonistas parciales de los receptores 5HT1A: Buspirona, Ipsapirona,
Gepirona, Tiaspirona y Tandospirona.
c) Antidepresivos: Principalmente los inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina ISRS y Venlafaxina.
d) Antiepilépticos: Tiagabina y Pregabalin.
e) Otros: Antihistamínicos, neurolépticos, así como bloqueadores alfa dos y beta
adrenérgicos.
Benzodiacepinas
Sitio de acción ansiolítica:
Las benzodiacepinas actúan primariamente a nivel del Sistema límbico y dentro
de este, el Hipocampo y la Amígdala más específicamente.
Estas drogas incrementan el efecto inhibitorio del GABA, originándose el efecto
ansiolítico por acción directa sobre estas estructuras límbicas, o indirectamente
inhibiendo la actividad serotonérgica de los Núcleos del Rafe que proyectan hacia
la Amígdala y el Hipocampo.
Efecto ansiolítico
Alivian la tensión subjetiva, pero más eficazmente los síntomas objetivos tales
como sudoración, taquicardia, molestias digestivas, etc. Por el contrario los
3
Características farmacocinéticas
Absorción: Todas las benzodiacepinas se absorben bien por vía oral,
dependiendo la rapidez de absorción de su grado de liposolubilidad.
Por vía oral las que se absorben más rápidamente son Triazolam, Diazepam y
Nordiazepam.
Puesto que todas las benzodiacepinas son suficientemente liposolubles,
atraviesan fácilmente la barrera hemato-encefálica, por lo que el comienzo del
efecto y el tiempo en alcanzar la concentración plasmática máxima (Tmax),
dependen de su velocidad de absorción.
El Clorazepato, que es una pro-droga, se descarboxila rápidamente en el jugo
gástrico, por hidrólisis ácida hasta N-desmetil-diazepam (Nordiazepam o
Nordazepam) el cual se absorbe por completo y rápidamente siendo el
responsable de las acciones farmacológicas del Clorazepato. Diazepam y
Clordiazepóxido en parte se transforman también en dicho metabolito activo, en el
estómago.
Algunas benzodiacepinas como Flurazepam sufren un extenso metabolito pre-
sistémico o primer paso hepático, por lo que sus acciones farmacológicas se
deben principalmente a sus metabolitos activos
Existen preparados comerciales para la administración parenteral de
Clordiazepóxido, Midazolam, Diazepam y Lorazepam.
A partir de su administración intramuscular, Diazepam y Clorazepato presentan
una absorción errática y lenta. Solamente Midazolam y Lorazepam se absorben
rápidamente al ser administradas por vía intramuscular, porque son mucho más
hidrosolubles.
Distribución: Una vez que llegan al torrente sanguíneo, se unen en elevada
proporción a las proteínas plasmáticas, entre un 70% para Alprazolam y un 99%
para Diazepam, siendo las concentraciones en líquido cefalorraquídeo
aproximadamente igual a la concentración de droga libre en plasma.
Las benzodiacepinas sufren un proceso de distribución desde el compartimiento
central hacia tejidos bien irrigados como el SNC y luego hacia compartimientos
periféricos (músculo o tejido graso) siguiendo un modelo bicompartimental, o de
tres compartimientos las de mayor solubilidad en lípidos, como Midazolam o
Diazepam, ocurriendo una rápida captación en el cerebro y órganos con gran
perfusión después de la administración EV ( oral, si es un compuesto de absorción
rápida) seguida de redistribución a los tejidos menos perfundidos, especialmente
músculo y tejido adiposo, acumulándose en el tejido adiposo de donde se liberan
más lentamente.
La eliminación de las benzodiacepinas ocurre mediante metabolismo hepático
que puede dividirse en dos fases:
Fase I: Incluye las reacciones de oxidación microsomal: N-desalquilación,
hidroxilación alifática y nitroreducción.
Muchos de los metabolitos que se originan son activos y tienen una vida media
de eliminación más prolongada que la droga original o droga madre, lo que
prolonga la duración de sus acciones farmacológicas. Tenemos como ejemplo el
Flurazepam, utilizado comúnmente como hipnótico, que teniendo una vida media
de 3 horas, es oxidado por enzimas hepáticas a tres metabolitos activos, cuyas
5
vidas medias de eliminación van de 30 a 100 horas, lo que puede dar lugar a
depresión residual (sedación) durante el día y posibilidad de acumulación con el
uso continuo.
Otro ejemplo es el Desmetildiazepam con una vida media de 40 horas, es un
metabolito activo de Clordiazepóxido, Diazepam y Clorazepato, siendo además
biotransformado a Oxazepam, el cual también es un metabolito activo.
Sin embargo otras benzodiacepinas como Triazolam, Alprazolam y Midazolam
de vida media corta y que son -hidroxiladas, sus metabolitos activos pasan
rápidamente a la fase II del metabolismo hepático, por lo que tienen una
duración de acción corta y no tienden a acumularse con el uso continuado ni
a dar lugar a depresión residual.
Fase II: Comprende reacciones de conjugación con ácido glucurónico o con
sulfato originando compuestos inactivos que se excretan por la orina. Se
metabolizan directamente por conjugación con ácido glucurónico:
Lorazepam, Oxazepam y Temazepam.
Las reacciones de oxidación (fase I) pueden ser alteradas por factores como la
edad, enfermedad hepática e inhibidores metabólicos tales como Cimetidina,
estrógenos, Omeprazol, etc., mientras que las reacciones de conjugación ( fase II )
son menos susceptibles de ser alteradas por dichos factores. Por lo tanto,
tenemos que en pacientes con alteraciones del funcionamiento hepático,
ancianos, o aquellos que reciben drogas inhibidoras del metabolismo
oxidativo hepático, es preferible indicar benzodiacepinas que se eliminan
por conjugación con ácido glucurónico o las que se eliminan rápidamente
como Triazolam y Midazolam
Clasificación
De acuerdo a la duración de su acción se clasifican en:
Benzodiacepinas de acción ultracorta y corta Menor de 6 horas
Benzodiacepinas de acción intermedia Entre 6 y 24 horas
Benzodiacepinas de acción prolongada Mayor de 24 horas
Clasificación química:
Compuestos 2-ceto: En su gran mayoría son oxidados a metabolitos activos y
tienen vidas medias prolongadas (>20 horas). Estos incluyen a Diazepam,
Clordiazepoxido, Clorazepato, Clonazepam y Prazepam.
Compuestos 3-hidroxy: Oxazepam y Lorazepam, son conjugados, excretados en
la orina y con medias vidas de 12 horas aproximadamente.
Triazolo-benzodiacepinas: Alprazolam y Triazolam son oxidados vía la enzima
citocromo P4503A4, con vidas medias de 11-16 horas y 1,5-5,5 horas
respectivamente.
Reacciones adversas:
-Depresión SNC: Sedación, somnolencia, incoordinación motora, incapacidad de
coordinar movimientos finos, incremento en el tiempo de reacción y alteración de
la capacidad para conducir vehículos, son las reacciones adversas más
frecuentes. Se deben generalmente a desajustes en la dosis, en relación con el
efecto que se desea obtener, principalmente con las benzodiacepinas de acción
prolongada, por acumulación de la droga o sus metabolitos activos.
-Amnesia anterógrada, especialmente de lo aprendido o vivido en las primeras 3
horas luego de la ingesta, por alteración de los procesos de consolidación y
almacenamiento. Esto ocurre especialmente con las benzodiacepinas más
potentes como Midazolam y Lorazepam.
-Reacciones paradójicas: Signos y síntomas de hiper-excitabilidad, ansiedad,
agitación, confusión, amnesia anterógrada, alteraciones afectivas (pánico o
depresión), problemas de conducta (agresión) y sonambulismo. Esto se
presenta más frecuentemente con las benzodiacepinas de acción corta, como
Triazolam.
-Posible deterioro de la capacidad de aprender nueva información de manera
significativa, sobre todo si implica esfuerzo en el proceso cognoscitivo.
-Estados de confusión en ancianos
-Reacciones de desinhibición o descontrol: Conducta agresiva u hostil, euforia,
inquietud, alucinaciones, conducta hipomaníaca, paranoia, depresión, ideación
suicida, etc.
-Fenómenos ansiosos de “rebote” al cesar el efecto del fármaco, especialmente
con las benzodiacepinas de acción corta como Triazolam.
-Hipotensión y depresión respiratoria al ser administradas rápidamente por vía
endovenosa. Sin embargo su capacidad de producir depresión letal del SNC es
pequeña si no se asocian a otros depresores del SNC como alcohol, opiodes, etc.
-Exacerbación de los problemas respiratorios en pacientes con enfermedad
pulmonar crónica o apnea y trastornos respiratorios asociados al sueño.
7
Tolerancia y dependencia:
Se desarrolla tolerancia a los efectos ansiolítico, sedante, hipnótico y
antiepiléptico, lo que parece relacionarse con una regulación en menos de los
receptores benzodiacepínicos.
El desarrollo de tolerancia se traduce en la necesidad de incrementar la dosis para
seguir obteniendo el mismo efecto, siendo esta tolerancia cruzada con la del
etanol y otros hipnóticos-sedantes.
Las benzodiacepinas son frecuentemente utilizadas compulsivamente, al igual que
otros hipnóticos-sedantes, por sus efectos considerados deseables, tales como
alivio de la ansiedad, euforia e inducción del sueño, lo que conduciría al desarrollo
de tolerancia y dependencia física.
La dependencia física se traduce en la necesidad de continua administración del
fármaco para prevenir un síndrome de supresión o abstinencia a estas drogas, el
cual se caracteriza por ansiedad, insomnio, excitabilidad creciente del SNC, e
inclusive convulsiones, dependiendo la gravedad de los síntomas, de los fármacos
específicos, la magnitud de las dosis utilizadas y de lo prolongado del uso.
Aproximadamente el 35% de los pacientes tratados con benzodiacepinas durante
más de cuatro semanas, desarrollan cierto grado de dependencia física.
Las benzodiacepinas que presentan mayor potencial de fármacodependencia son
las de mayor potencia y vida media de eliminación más corta (Menor latencia y
mayor severidad del síndrome). La prescripción de dosis bajas en forma
intermitente, minimiza el problema. Se recomienda, de todas formas, no prolongar
más allá de cuatro semanas, el tratamiento en casos de insomnio.
Aunque se desarrolla más lentamente tolerancia al efecto ansiolítico, parece que
su eficacia como ansiolíticos, desaparece tras cuatro meses de tratamiento
continuo. Estudios clínicos sugieren además que el uso prolongado de estos
fármacos durante años, puede agravar el estado ansioso.
Interacciones
Sinergismo con otros depresores del SNC como alcohol, barbitúricos,
antidepresivos, antihistamínicos, opiodes, etc.
Cimetidina, Etanol, Disulfiram y anticonceptivos orales inhiben el metabolismo
oxidativo de las benzodiacepinas. Fenitoina, Rifampicina y Fenobarbital inducen
dicho metabolismo.
8
Tmax T1/2
(Horas) (Horas) Comentarios Usos clínicos
De acción corta
Midazolam 0,3 1,3-3,1 Muy liposoluble Premedicación
(Doricum) Rápida inactivación anestésica y trans-
Elevado Vd: 50,2 l/Kg operatoria
Triazolam 1,2 2,2 Rápido inicio de acción
(Somese) Rápida inactivación Insomnio
Fenómeno de rebote
De acción
intermedia
Síntomas de abstinencia Ansiedad asociada a
Alprazolam 1-2 6-20 severos depresión
(Tafil) Rápida absorción oral Estados de pánico
Bromazepam 1 10-20 Metabolitos activos
(Lexotanil) Insomnio
Flunitrazepam 1 15-30 Metabolitos activos Insomnio
(Rophinol)
Lorazepam 1-2 9-22 Metabolismo por conjugación Ansiedad
(Ativan) Estado epiléptico
Nitrazepam 1 18-31 Metabolitos activos Antiepiléptico
(Mogadon) Insomnio
Metabolismo por conjugación
Oxazepam 2-4 4-13 Combinado con Trastornos de ansiedad
(Vuscobras) anticolinérgico
Temazepam 2-3 8-12 Absorción oral lenta
(Levanxene) Metabolismo por conjugación Insomnio
De acción
prolongada
Clobasam 1-4 9-30 Metabolito activo principal Trastornos de ansiedad
(Frisium) responsable de sus acciones Antiepiléptico
Clonazepam 1-3 20-40 Metabolito inactivo Antiepiléptico
(Rivotril) Absorción vía rectal (pequeño mal)
Clorazepato 0,9 24-60 Prodroga Trastornos de ansiedad
(Tranxene) T1/2 de metabolito activo
Somnolencia diurna
Clordiazepóxido 1-4 6-28 Primera en salir al mercado Ansiedad
(Librium) Combinación con Abstinencia del alcohol
(Librax) anticolinérgico
Diazepam Benzodiazepina prototipo Ansiedad
(Valium) 1-2 20-100 T1/2 de metabolitos activos Estado epiléptico
(Talema) Absorción vía rectal Relajación muscular
Muy liposoluble M. preanestésica
Flurazepam 1 51-100 T1/2 de metabolitos activos
(Fluralema) Sedación diurna Insomnio
Tmax : Tiempo en alcanzar la concentración plasmática máxima en horas
T1/2 : Vida media de eliminación
9
Usos terapéuticos
-Alivio de la ansiedad. La inmediatez de la respuesta es la principal ventaja de
las benzodiacepinas en comparación con otros ansiolíticos como Buspirona o los
antidepresivos. Sin embargo, para algunos autores, su uso debe limitarse a cortos
períodos de tiempo, por el potencial desarrollo de fármacodependencia.
Con las benzodiacepinas de acción corta o intermedia hay menos riesgo de
sedación y acumulación, pero habría que administrarlas 2 o 3 veces al día, si se
quiere mantener el efecto ansiolítico y evitar el “rebote”.
Con las de acción prolongada es suficiente una sola dosis diaria, necesitándose
de 6-10 días para alcanzar el estado estacionario.
-Inducción del sueño o hipnosis. Generalmente a dosis algo mas elevadas que
las necesarias para obtener un efecto ansiolítico, se utilizan para inducir el sueño
-Tratamiento de la epilepsia y estados convulsivos
En el tratamiento de las convulsiones de diversa etiología incluyendo el estado
epiléptico, una de las mas utilizadas es el Diazepam por vía endovenosa, ya que
dada su alta liposolubilidad, alcanza rápidamente altas concentraciones en el
SNC; pero por la misma razón, descienden con rapidez, siendo necesario repetir
las dosis (con la consiguiente acumulación del Diazepam y/o sus metabolitos
activos) o administrar otros fármacos como Fenobarbital o Fenitoína.
Lorazepam administrado por vía endovenosa, es en la opinión de algunos autores,
más eficaz que Diazepam y además con una duración de acción más prolongada.
En el tratamiento del pequeño mal se utilizan Clonazepam, Clobazam, Nitrazepam
y otras, limitando el desarrollo de tolerancia al efecto antiepiléptico, su utilidad
clínica.
-Relajación muscular. El Diazepam es la benzodiacepina con efectiva acción
relajante muscular. Es de utilidad en pacientes con espasmo muscular de casi
cualquier etiología, inclusive por traumatismo muscular local.
Invariablemente ocurre sedación como efecto colateral, en las dosis requeridas
para reducir el tono muscular de manera significativa. El sitio de acción del
Diazepam, en la reducción de la espasticidad, es la médula espinal.
El Diazepam es de utilidad también en las distonías y discinecias tanto idiopáticas
como iatrogénicas.
-Supresión o abstinencia del Etanol y otros sedantes-hipnóticos. En estos
casos se prefieren benzodiacepinas de acción prolongada, en dosis
progresivamente decrecientes para atenuar y suprimir el síndrome de abstinencia
a dichas drogas.
-Terapia coadyuvante Dado que la ansiedad es causa de alteraciones
autonómicas y endocrinas (con repercusiones cardiovasculares, digestivas,
endocrinas y ginecológicas) y viceversa, hay la tendencia a recurrir en forma
exagerada al uso de los ansiolíticos. La adición sistemática de ansiolíticos en el
tratamiento de la hipertensión, úlcera gástrica y cardiopatía isquémica, no se
justifica y mucho menos la asociación de psicofármacos en un mismo preparado
comercial con el antiácido, antianginoso o antihipertensivo.
10
Azapironas:
Buspirona, Ipsapirona, Gepirona, Tiaspirona y Tandospirona.
Farmacocinética
La Buspirona se absorbe rápidamente cuando se administra por vía oral
(Tmax: 30-60 minutos) con un importante metabolismo de primer paso que reduce
su biodisponibilidad (5%). Tiene una alta unión a proteínas plasmáticas (95%). La
vida media de eliminación es de 2-4 horas.
Reacciones adversas e interacciones
Mareos, vértigo, cefalea, sudoración, taquicardia, etc.
Miosis dependiente de la dosis.
Por encima de 20 mg diarios pueden aparecer síntomas disfóricos que pueden
llevar a abandono del tratamiento.
Reacciones hipertensivas cuando se asocia a inhibidores de la MAO.
Pueden agravar el síndrome de abstinencia a benzodiacepinas, probablemente
por las acciones facilitadoras adrenérgicas.
Incrementa los niveles plasmáticos de haloperidol.
Indicaciones terapéuticas
Ansiedad generalizada de gravedad limitada.
Buspirona debe indicarse en pacientes con historia de fármacodependencia, o en
quienes los antidepresivos no son efectivos o están contraindicados.
Carece de eficacia en casos de ansiedad graves con ataques de pánico.
Algunos autores sostienen que a dosis menores de 30mg/día, buspirona no es
más efectiva que un placebo.
Antidepresivos
Actualmente se consideran de elección en el tratamiento de los trastornos de
ansiedad tanto cuando el paciente presenta, depresión como comorbilidad, como
cuando no la presentan, siendo las benzodiacepinas de ayuda durante la fase
aguda, al inicio del tratamiento con estos fármacos. Se consideran drogas de
primera línea en el tratamiento del desorden de ansiedad generalizada,
trastornos de pánico, desorden de ansiedad social o fobias sociales,
trastornos obsesivos-compulsivos, trastornos de estrés post-traumático,
bulimia nerviosa, anorexia nerviosa y trastornos del control de los impulsos
(cleptomanía, ludopatía, tricotilomanía)