Rafael Carrera
Rafael Carrera
Rafael Carrera
TORRES-RIVAS, EDELBERTO
¿Cómo citar? Número completo Más información del artículo Página de la revista
www.redalyc.org
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
La Restauración Conservadora:
Rafael Carrera y el destino del
Estado nacional en Guatemala
The Conservative Restoration: Rafael Carrera
and the National State’s Destiny in Guatemala
* edelberto.torres@undp.org
Recepción: 16 de octubre de 2007. Aprobación: 17 de marzo de 2008.
anuario colombiano de historia social y de la cultur a * n.º 35 * 2008 * issn 0120-2456 * bogotá - colombia * pags. 337-372
e d e l b e r t o t o r r e s - r i va s
r e su m e n
El artículo, partiendo de una revisión crítica de la historiografía
liberal, analiza el periodo de la historia guatemalteca conocido como
la “Restauración Conservadora” (1840-1870), el papel desempeñado
en este proceso por el general Rafael Carrera y sus implicaciones en la
constitución del Estado nacional. En primer lugar se hace un repaso de
[338] los alcances de la noción de Estado nacional a la vez que se examinan
los intentos por imponer proyectos de Estado-nación en Guatemala
después de la independencia. A continuación, se estudia el fracaso de las
reformas liberales, la aparición de condiciones sociales para el ascenso de
los conservadores y el posicionamiento de Rafael Carrera como caudillo.
Posteriormente, se presenta un análisis de la significación política de la
restauración conservadora; y finalmente, se hace un balance en términos
teóricos e históricos de los logros y fracasos en la implantación del
Estado nacional en Guatemala en la segunda mitad del siglo xix.
a b s t r ac t
The article, based upon the critical study of liberal historiography,
analyses the Guatemalean historical period known as the Restauración
Conservadora (1840-1870), the role played in this process by General Rafael
Carrera, and its consequences for the constitution of the national State. In
the first place, the limits of the notion of national State and the attempts
to impose projects of State-nation in Guatemala after independence are
examined. Secondly, the failure of liberal reforms, the creation of social
conditions for the rise of conservatives into power, and the consolidation
of Rafael Carrera as caudillo are studied. Later, an analysis of the
political meaning of conservative restoration is presented; and finally, a
theoretical and historical balance of the achievements and failures of the
th
construction of Guatemala’s national State during the 19 century is done.
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
9
sostenido por ciudadanos animados por un ánimo republicanista, todo ello
ajeno a la idiosincrasia local.
El resultado de todo ello fue que este primer intento de reformismo
liberal disgustó a las masas campesinas de mestizos e indios, los movilizó
y los convirtió en enemigos de las reformas que sin duda desorganizaban
sus vidas. Crearon de esa manera las condiciones para una autoderrota que
[346] empedró el regreso de las fuerzas políticas más vinculadas a la metrópoli
hispana, los criollos conservadores, organizados en torno de la Iglesia, las
instituciones coloniales, las Leyes de Indias. La derrota de los liberales del
periodo postindependentista pareciera, en el nivel de las apariencias, como si
fuese una derrota militar: el general Carrera humilla al general Morazán en
ciudad de Guatemala y en La Arada huye derrotada la brillante élite de jefes
militares liberales centroamericanos a manos de un ayudante de Carrera.
El entrevero fue menos militar que social: las masas populares, movi-
lizadas por razones diversas, fueron más antiliberales que proconservado-
res, salvo en la medida que defendían sus tradiciones de vida, más que en
nombre de la religión, en defensa de su seguridad, de su inercia social. Para
una población religiosa y sumida en la tradición de su aislamiento defen-
sivo —un campesinado de subsistencia aplastado por la carga ominosa de
una pobreza casi medieval— los cambios liberales desorganizaron su vida
material y amenazaron su devota conciencia mística sin darles una sola
ventaja material.
La demasía del proyecto liberal se tradujo en rechazo y luego odio en-
tre los campesinos, especialmente entre los mestizos del oriente. El atraso
de estos sectores, ejemplo de su primitiva sencillez, ocurrió como remate
final cuando se tragaron el embuste de que el gobierno había contaminado
las aguas y que la peste del cólera morbus era un castigo para los díscolos.
¿Siempre hemos sido un país que cree, malévolamente, las “patrañas” co-
lectivas, las que ruedan como bolas de boca en boca?
Esta generación liberal, superior intelectualmente a sus enemigos, contó
con personalidades tan destacadas como José Francisco Barrundia, Pedro
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
10. Rafael Montufar, Caída de una tiranía; páginas de la historia de Centro América
(Guatemala: Sánchez & DeGuise, 1923).
11. Ralph Lee Woodward, Jr., Rafael Carrera y la creación de la República de
Guatemala, 1821-1871 (Woodstock, Vermont: cirma/ Plumsock Meso-American
Studies, 2002). Es este un extraordinario trabajo sobre el siglo xix de Guatemala
y Centroamérica que llena un “agujero” enorme, un faltante histórico. Algunas
interpretaciones del autor de este ensayo no coinciden con las del profesor
Woodward, —el más distinguido historiador sobre Guatemala—.
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
14. A. Batres Jáuregui, La América Central ante la Historia, tomo iii (Guatemala:
Organismo Judicial, 1993) 168 y ss.
La Restauración Conservadora
¿Cuál es la significación de la restauración conservadora de 1840 en la
óptica del desarrollo político? ¿Se avanza, se consolida o más bien se retrasa
la construcción nacional estatal? El momento girondino en nuestra historia
llegó como una restauración, que es como el rellano del proceso de cambio,
una parálisis con efectos negativos, la detención para nuevos emprendi-
mientos regresivos, un intermedio en un proceso que iba hacia delante y
se detiene. El punto es examinar sine ira et studio lo que la historiografía
nacional ha venido diciendo. Restaurar señala un regreso a lo que se había
rechazado; en política, entraña una sustitución de lo nuevo por lo viejo. Por
ello, una proposición sintética es que a partir de 1839, y a saltos, ocurre la
restauración del pasado colonial como respuesta a la radicalidad extrema
de la revolución liberal, un Termidor de una magnitud revulsiva que tuvo
los efectos de una contrarreforma clerical.
Se rompió la República Federal, legalmente, cuando una comisión
de alto nivel (sic) recomendó la medida de separación el 20 de marzo de
1847 y el fin de los lazos y de los compromisos de Guatemala con la Fede-
ración y la proclamación de la república independiente. Se satisfacía así
lo que era no solo del interés de las fuerzas conservadoras nacionales y
centroamericanas, sino de la Iglesia católica y sobre todo de los intereses
imperialistas de la política inglesa en esta región. La miserable conspiración
de Mr. Chatfield, cónsul británico, dio resultado. De paso, recordemos
que la oligarquía conservadora también fue eurocéntrica, pero no por la
Francia revolucionaria y republicana sino por la Inglaterra reformista e
imperial. Este país influyó poderosamente en el ánimo conservador, pues
fue el mercado importador/exportador más importante en todo ese siglo
y el acreedor histórico del país.
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
caron cinco de ellos: así, Juan José de Aycinena, tercer marqués, fue rector
de la Universidad de San Carlos por veinte años, miembro de la Cámara de
Representantes por veintitrés, consejero de Estado durante diez, obispo en
16
funciones durante seis y ministro de Estado por dos años.
La nominación tuvo efectos culturales e ideológicos imprevistos y rasgos
equívocos y picantes. Lo uno, porque surgió como un monarca campesino,
[352] mestizo, sin tradición dinástica, en una función ritual para la que no estaba
preparado; y lo otro, porque, a contrapelo de su acendrado racismo y sus
prejuicios, fue la aristocracia blanca/criolla la que, violentando los principios
republicanos (ya no digamos democráticos), satisfizo así sus anhelos de cul-
tivar la cultura de nobleza. Una restauración al revés, como una inversión
racista, el Marqués de Aycinena, criollo, ilustrado, distante, castigando su
autoestima, consagró al “indio” Carrera con una clara conciencia de las
jerarquías reales, como su superior, formales, como subordinado.
Gobernó, en lenguaje plebeyo, como el Tata Rafa hasta su muerte en
1865. Se convirtió en instrumento de los intereses de las grandes familias
y entonces su régimen y la corte criolla y conservadora completaron con
voluntad congruente un regreso político al pasado españolista, un verdadero
restablecimiento de época basado elocuentemente en el poder colonial.
Era aquel un aparato estatal muy elemental por lo simple: la Cámara de
Representantes, la Corte de Justicia, el Ministerio de Gobernación, Guerra y
Justicia y el Ministerio de Relaciones, Enseñanza y Culto; el ejército que solo
se institucionaliza después de 1845. La Iglesia, el Consulado de Comercio y
la Sociedad de Amigos del País eran entes privados con jurisdicción pública
en manos de las mismas familias.
16. Julio César Pinto, Nación, caudillismo y conflicto étnico en Guatemala (1821-
1854) (Guatemala: usac, 1996) 35. Importante contribución a los temas que
enuncia el título del libro.
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
19. Ver: J. Stephens, Incident of Travel, vol. ii, 111, Citado por Woodward 351.
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
actores que ejercían el poder (criollos conservadores) y las bases sociales que
les daban sustento (pequeños y medianos productores, ladinos/mestizos).
La verdad concluyente de ese nudo contradictorio fue la extraordinaria,
aunque breve, estabilidad nunca habida hasta entonces. Lo dicho, la aris-
tocracia criolla no se ocupó de la producción sino de la circulación de los
bienes destinados al comercio internacional. Se lucraron parasitaria pero
elegantemente del control del intercambio comercial y del control del crédito [355]
por intermedio del Consulado de Comercio.
La producción del añil, la sólida mercancía de la era colonial, tuvo una
demanda internacional declinante hacia 1840, ya que pudo ser sustituido
casi paralelamente por otro colorante, la grana o cochinilla. Este producto
impulsó rápidamente la producción pequeña o mediana campesina en las
zonas de la Antigua, Amatitlán, Palín y Santa Rosa. La grana tuvo altos
precios en el exterior y pocos gastos en el cultivo, demandando además poca
tierra y mano de obra. Hacia 1854, cuando Carrera ascendía al trono plebeyo
de la silla presidencial vitalicia, el país obtuvo la cosecha más grande en su
20
historia, 2.2 millones de libras con un valor de 1.2 millón de pesos. Así, el
21
régimen conservador tuvo también estabilidad por el lado económico. La
economía de los colorantes, por su estructura productiva apoyada en pro-
ductores medios, dispersos, no tuvo efectos integradores física y socialmente
y, por el contrario, tendía a crear pequeños espacios, mercados aislados.
La producción fue en aumento pues pasó de 45.000 libras en 1830 a 1.0
millones en 1845, manteniendo una demanda constante, se suplía el 75% de
las importaciones inglesas de tinte. A partir de 1871 la demanda disminuyó
aceleradamente, al punto que en 1877 solo se vendieron 363 mil libras. Pero
el país producía y exportaba en la década de 1860 añil, algodón y café en
medio de una gran prosperidad. La crisis de la cochinilla estimuló la pro-
ducción de café al punto que en 1871, fecha del triunfo liberal, se exportó
por 1.3 millones de pesos, lo que significó el 49% de las exportaciones totales.
Este dato ilustra una rectificación a la historia liberal, pues no es cierto que
fue la segunda revolución liberal la que introdujo la explotación cafetalera
en el país.
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
con una clara separación entre las decisiones adoptadas en la cúspide, que
dirige la ejecución de las mismas en los niveles inferiores del gobierno, donde
se obedece. En las colonias españolas la autoridad real daba simbólicamente
la conciencia de un poder centralizado. Pero el orden colonial fue disperso
y lleno de particularismos; el poder político era local y personalizado y
23
configuraba un “mundo social de pretensiones y poderes superpuestos”.
La proclamación de la República de Guatemala, el 31 marzo 1847, expresa [357]
una voluntad de crear un poder soberano; fue como un segundo momento
independentista, una victoria de los conservadores criollos, aceptada por
los liberales. Esta decisión trascendental fue una oportunidad histórica para
apresurar el proceso de construcción del Estado nacional.
La contrapartida de lo anterior es el fin del Estado federal, que fracasó
justamente por el peso descentralizado de sus orígenes coloniales —en la
administración española eran cinco provincias sueltas en su manejo admi-
nistrativo con un poder unificador, la Corona, a millares de kilómetros—.
La ausencia de políticas centralistas hizo imposible la república federal,
que se quebró en cinco provincias que tampoco tenían autoridad interna
unificadora. Durante un tiempo fueron ciudades o regiones las que expre-
saban la nación: Quezaltenango separatista (1838/40) y una región oriental
alzada (la década de los cuarenta). En las otras provincias, León contra
Granada, Cartago contra San José, Tegucigalpa frente Comayagua, San
Vicente frente a San Salvador. El imperialismo inglés actuó con una lógica
descentralizadora, pues imponía su propia jurisdicción legal y política en
la costa del Caribe.
La centralización nacional con los conservadores rebajó esta dimensión
al impulso del sabor colonial de recrear el régimen de intendencias y resta-
blecer la república de indios, una medida inspirada en la visión racista de
que los indios no podían ser ciudadanos plenos. Apartados en una “minoría
de edad”, dirigían sus propias cosas pero siempre obligados al trabajo servil,
en las reducciones y otros sitios de trabajo. En el interior de la comunidad, el
poder central se difumina al crearse las cofradías, los principales (ancianos),
el cabildo, en una mezcla religiosa, administrativa y jerárquica de un poder
parcialmente separado.
Así, el imperativo centralizador del Estado se rebaja y pierde sustancia
con el funcionamiento particularístico del Consulado de Comercio, el fun-
23. Perry Anderson, Passajes from Antiguity to Feudalism (Londres: New Left
Books, 1974) 149.
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
26. David Held, La Democracia y el orden global, del Estado moderno al gobierno
cosmopolita (Barcelona: Paidós, 1997) 60-63.
27. La Paz de Westfalia en 1648 puso fin a las guerras alemanas y estableció el
principio de la soberanía territorial en los asuntos interestatales.
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
28. José Ramón González Ponciano, “De la patria del criollo a la patria del
Shumo: Whiteness and the Criminalization of the Dark Plebeian in Modern
Guatemala”, tesis de doctorado, Universidad de Texas, 2005, 40 y ss.
todo lo que no es indígena con el nombre de ladino; allí están los extranjeros
blancos, los restos del criollo (blanco o percudido), la extraordinaria varie-
dad de mestizos, negros, orientales y otros de pelaje diverso. ¿Sabe alguien
lo que significa ser ladino?
Un triple movimiento se fue produciendo: la diferenciación económica
en el grupo criollo cuando aparecen los cafetaleros; fracturas políticas entre
[370] liberales y conservadores en un proceso de homogenización de los grupos
dominantes, perdiendo sentido la distinción criollo y mestiza; y la doble
conciencia criolla desapareció: una, la que de cara a España, tenía contenidos
de una identidad geopolítica, la madre ibérica, y la otra identidad hacia el
interior de la nación, frente a las masas indígenas que reforzaban la concien-
cia antiétnica, apoyada en las raíces coloniales poderosas, “colonialidad del
poder”. La aristocracia criolla tuvo horror por las reformas; en el interior de
un inmovilismo casi teocrático los conservadores no tenían sino un proyec-
to colonial de Estado nacional. Debilitaron las instituciones públicas con
políticas de patronazgo, nepotismo extremo, clientelismo familiar.
Contradictoriamente, el predominio criollo, aristocrático como estilo
de poder y reducido en tamaño, no pudo impedir la fuerza de la tempes-
tad mestiza convertida en huracán. Ya venían de atrás, pero en estos años
fueron mestizos/ladinos los generales y los curas, los añileros y los licen-
ciados, muchos enriquecidos y con experiencia de poder. Fueron ellos, los
mestizos, los que derrotaron para siempre el ethos conservador. Fueron
ellos, los fundadores del Estado nacional. El Estado nacional mantuvo en
su constitución una élite mestiza blanca o morena pero racista, consciente
de su superioridad; para completar el proyecto no pudieron incorporar sino
marginalmente al indígena.
Un ciudadano criollo, José Azmitia, descendiente del Capitán General
y Presidente Vitalicio don Rafael Carrera, se tomó la molestia, medio siglo
después, de trazar el árbol genealógico del indio miteco: detectó en él un 72%
de sangre española, un 7,5% de negra y un 10,5% de indígena. Finalicemos con
un acto de fe: todos somos mestizos, porque ladino es el que como Carrera
es mestizo, pero se avergüenzan de tener sangre indígena.
ob ras citadas
Anderson, Benedict. Comunidades imaginadas: reflexiones sobre el origen y la
difusión del nacionalismo. México: fce, 1993.
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a
l a r e s t a u r a c i ó n c o n s e r va d o r a : r a fa e l c a r r e r a y e l d e s t i n o . . .
Anderson, Perry. Passajes from Antiguity to Feudalism. Londres: New Left Books,
1974.
Batres Jáuregui, A. La América Central ante la Historia. Tomo iii. Guatemala:
Organismo Judicial, 1993.
Bendix, R. Estado nacional y Ciudadanía. Buenos Aires: Amorrortu, 1970.
González Ponciano, José Ramón. “De la patria del criollo a la patria del Shumo:
Whiteness and the Criminalization of the Dark Plebeian in Modern Guate- [371]
mala”. Tesis de doctorado, Universidad de Texas, 2005.
Gudmundson, Lowell y Héctor Lindo-Fuentes. Central America, 1821-1871: Libe-
ralism before Liberal Reform. Tuscaloosa: The University of Alabama Press,
1995.
Held, David. La Democracia y el orden global, del Estado moderno al gobierno
cosmopolita. Barcelona: Paidós, 1997.
Martínez Peláez, Severo. La patria del criollo: ensayo de la interpretación de la
realidad colonial guatemalteca. San José, Costa Rica: Universitaria Centro-
americana educa, 1985.
McCreery, David. Rural Guatemala. Stanford: Stanford University Press, 1994.
Montufar, Rafael. Caída de una tiranía; páginas de la historia de Centro América.
Guatemala: Sánchez & DeGuise, 1923.
Muñoz Cruz, R. Guatemaya: su revolución y primavera. Guatemala: Ed. Piedra
Santa, 2005.
Pérez Brignoli, Héctor, Ed. Historia General de Centroamérica. Tomo 3: De la Ilus-
tración al Liberalismo (1750-1870). Madrid: Comunidades Europeas/ Sociedad
Estatal Quinto Centenario/ flacso, 1993.
Pinto Soria, Julio. “Acerca del surgimiento del estado en Centroamérica”. Meso-
america 1.1 (1980): 79-103.
Pinto, Julio César. Nación, caudillismo y conflicto étnico en Guatemala (1821-1854).
Guatemala: usac, 1996.
Pompejano, Daniele. La crisi dell’ancient regime in America Centrale: Guatemala
1839-1871. Milano: Franco Angeli, 1993.
Quijano, Aníbal. “Colonialidad y modernidad/racionalidad”. Perú Indígena 13.29
(1992): 11-20.
Rodríguez, Mario. “The Livingston Codes in the Guatemalan Crisis of 1837-1838”.
Applied Enlightenment: Nineteenth Century Liberalism. Mario Rodríguez et
al. New Orleans: Tulane University, 1972.
Solórzano Fernández, Valentín. Evolución económica de Guatemala. Guatemala:
José de Pineda Ibarra, 1963.
d e p a r t a m e n t o d e h i s t o r i a * f a c u l t a d d e c i e n c i a s h u m a n a s * u n i v e r s i d a d n a c i o n a l d e c o l o m b i a