Ritual Del Bautismo para Niños
Ritual Del Bautismo para Niños
Ritual Del Bautismo para Niños
INICIACIÓN CRISTIANA
1. Por los sacramentos de la iniciación cristiana, los hombres, liberados del poder de las
tinieblas, muertos, sepultados y resucitados con Cristo, reciben el espíritu de hijos de adopción
y celebran con todo el pueblo de Dios el memorial de la muerte y resurrección del Señor. 1
3. El Bautismo, puerta de la Vida y del reino, es el primer sacramento de la nueva ley, que
Cristo propuso a todos para obtener la Vida eterna9 y que luego, junto con el Evangelio, confió a
su Iglesia cuando mandó a sus apóstoles: “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis
discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. 10 Por esto, el
Bautismo es, en primer lugar, el sacramento de la fe por la que los hombres, iluminados por la
gracia del Espíritu Santo, responden al Evangelio de Cristo. Por tanto, ya desde sus orígenes, la
Iglesia ha considerado de máxima importancia que todos, tanto los catecúmenos como los
padres de los niños bautizados y los padrinos, aviven esa fe verdadera y activa por la cual,
adhiriéndose a Cristo, establezcan o confirmen el pacto de la Nueva Alianza. A esto se ordena
1
Cf. Conc. Vat. II , Decr. Ad gentes, n. 14.
2
Cf. Col. 1,13; Rm 8,15; Gal 4,5; cf Conc Trid., sesion VI, Decr. De iustificatione, cap. 4; Denz 796
(1524)
3
Cf. 1 Jn 3,1.
4
Cf. Conc. Vat. II, Decr. Ad gentes, n. 36.
5
Cf. Jn 5,55.
6
S. Augustinus, De Civitate Dei, X,6: PL 41,248; Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, n.11; Decr.
Presbyterorum ordinis. n.2.
7
Cf. Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, n.28.
8
Cf. ibid., n.31.
9
Cf. Jn 6,54.
10
Cf. Mt 28,19.
Ritual del Bautismo 2
5. El Bautismo, que es baño del agua en virtud de la palabra de la vida, 14 purifica a los
hombres de toda mancha de pecado, tanto original como personal, y los hace partícipes de la
naturaleza divina15 e hijos de adopción16. Pues el Bautismo, como lo proclaman las oraciones de
la bendición del agua, es el baño de la regeneración17 de los hijos de Dios y de su nacimiento de
lo alto. La invocación a la Santísima Trinidad sobre los bautizados hace que todos los que son
sellados en su nombre le sean consagrados y entren en la alianza con el Padre y el Hijo y el
Espíritu Santo. A esta cumbre preparan y conducen las lecturas bíblicas, la súplica de la
comunidad y la triple profesión de fe.
6. Muy superior a las purificaciones de la ley antigua, el Bautismo opera estos efectos en
virtud del misterio de la Pasión y Resurrección del Señor. Pues los que son bautizados son
injertados en él por una muerte semejante a la suya, son sepultados con él en su muerte 18 y son
también resucitados con él.19 El Bautismo no es otra cosa que el Misterio Pascual conmemorado
y actualizado, ya que en él los hombres pasan de la muerte del pecado a la vida. Por eso
conviene que en su celebración, principalmente cuando tiene lugar en la Vigilia Pascual o en
domingo, resplandezca la alegría de la resurrección.
8. Conforme a una costumbre muy antigua de la Iglesia, los adultos no son admitidos al
Bautismo sin padrino –que ha de ser miembro de la comunidad cristiana- el cual lo habrá
ayudado antes de recibir el sacramento, al menos en la preparación inmediata, y después del
Bautismo se ocupará de su perseverancia en la fe y en la vida cristiana. También en el Bautismo
de niños debe haber padrino que represente tanto a la familia espiritualmente ampliada del
11
Cf. Ef 32,22.
12
Cf. 1Pe 2,9.
13
Cf. Conc. Vat. II Decr. Unitatis redintegratio, n.22.
14
Cf. Ef 5, 26.
15
Cf. 2Pe 1,4
16
Cf. Rm 8,15; Gal 4,5.
17
Cf. Tt 3,5.
18
Cf. Rm 6,4-5
19
Cf. Ef 2,5-6
Ritual del Bautismo 3
bautizando como a los miembros de la Iglesia Madre y, según las circunstancias, ayude a los
padres a encaminar al niño a que confiese la fe y la manifieste con su vida.
10. Por eso, conviene que el padrino elegido por el catecúmeno o por la familia, a juicio del
pastor de almas, posea las cualidades necesarias para poder desempeñar los actos litúrgicos que
le son propios, según se indica en el n. 9:
1) que sea designado por el mismo bautizando o por sus padres o por el que ocupa su
lugar o, faltando éstos, por el párroco o el ministro; y que tenga aptitud e intención para
desempeñar esta función;
2) que sea bastante maduro para cumplir sus obligaciones de padrino, lo cual se supone
si ha cumplido los dieciséis años, a no ser que el Obispo diocesano determine otra edad, o que
el párroco o el ministro juzguen, por justa causa, que haya de admitirse una excepción;
3) que haya recibido los tres sacramentos de la iniciación cristiana: el Bautismo, la
Confirmación y la Eucaristía; y que lleve una vida de fe coherente con la función que ha de
cumplir;
4) que no sea el padre o la madre del bautizando;
5) que haya sólo un padrino o una madrina, o también un padrino y una madrina;
6) que pertenezca a la Iglesia católica y que no esté impedido por el derecho para
desempeñar esta función. El bautizado que no pertenece a la comunidad católica y con fe en
Cristo puede ser admitido juntamente con un padrino o una madrina católicos, como testigo
cristiano del Bautismo, si así los desearan los padres. 19 bis En cuanto a los orientales separados, si
así fuera el caso, téngase en cuenta la peculiar disciplina para las Iglesias Orientales.
11. Los ministros ordinarios del Bautismo son los Obispos, los presbíteros y los diáconos.
1) En cualquier celebración de este sacramento recuerden que actúan en la Iglesia en
nombre de Cristo y por virtud del Espíritu Santo. Por tanto sean diligentes en el ministerio de la
Palabra de Dios y en la celebración del misterio.
2) Eviten toda acción que con razón pueda ser considerada por los fieles como una
acepción de personas.20
3) Fuera del caso de necesidad, no administren el Bautismo en territorio ajeno sin la
debida licencia, aunque sean sus súbditos.
12. Los Obispos, que, como principales dispensadores de los misterios de Dios y como
moderadores21 de toda la vida litúrgica en la Iglesia que les ha sido confiada, ordenan la
administración del Bautismo, por el cual se concede la participación en el sacerdocio real de
Cristo,22 no dejen de celebrar también ellos el Bautismo, principalmente en la Vigilia pascual.
Les está encomendado de modo particular el Bautismo de adultos y su preparación.
13. Corresponde a los párrocos ayudar al Obispo, a menos que éste disponga otra cosa, en
la instrucción y Bautismo de los adultos que les han sido confiados. Además, les corresponde
preparar mediante una pastoral adecuada y ayudar con la colaboración de catequistas y otros
laicos idóneos a los padres y padrinos de los niños bautizados, como también conferir el
sacramento a los niños.
14. Los demás presbíteros y también los diáconos, por ser los colaboradores en el
ministerio del Obispo y de los párrocos, preparan para el Bautismo y, a pedido o con el
consentimiento del Obispo o párroco, lo administran.
19 bis
Cf. C.I.C., can 873 y 874 1 y 2
20
Cf. Conc. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, n.32; Const. Gaudium et spes, n 29.
21
Cf. Conc. Vat. II, Decr. Christus Dominus, n. 15.
22
Cf. Conc. Vat. II, Const. Lumen gentium, n.26.
Ritual del Bautismo 4
15. El celebrante puede ser ayudado, según se indica en las diversas partes del rito, por
otros presbíteros o diáconos y también por laicos en las partes que le corresponden,
especialmente si son muchos los bautizandos.
17. Todos los laicos, puesto que son miembros de un pueblo sacerdotal, especialmente los
padres de familia y, por razón de su oficio, los catequistas, las obstétricas, las mujeres que se
dedican a la asistencia familiar y social o al cuidado de los enfermos, y también los médicos y
cirujanos, pongan todo su empeño en conocer debidamente, según su capacidad, el modo
correcto de bautizar en caso de necesidad. Han de ser instruidos por los párrocos, diáconos y
catequistas; y en cada diócesis provean los Obispos los medios aptos para su instrucción.
18. El agua bautismal debe ser agua natural y limpia, tanto para manifestar la autenticidad
del signo como por razones de higiene.
20. Además, se proveerá para que, según las necesidades de las diversas regiones, el agua
pueda ser calentada oportunamente.
21. Excepto en caso de necesidad, el sacerdote o el diácono sólo bautizarán con agua
bendecida para este fin. Si se ha hecho la bendición del agua en la Vigilia pascual, dentro de lo
posible consérvese y úsese esa agua bendita durante todo el tiempo de Pascua, para afirmar
más estrechamente el nexo entre el sacramento y el Misterio Pascual. Pero se recomienda que,
fuera del tiempo pascual, se bendiga el agua en cada celebración, para que por las palabras de
bendición se manifieste claramente el misterio de la salvación que la Iglesia conmemora y
proclama. Si el bautisterio está construido de tal modo que de la fuente surge el agua, se
bendice la fuente.
22. Pueden usarse lícitamente sea el rito de inmersión, que significa de un modo más
apropiado la participación en la muerte y resurrección de Cristo, sea el rito de infusión.
23. Las palabras con las que se confiere el Bautismo en la Iglesia latina son éstas: YO TE
BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO.
25. El bautisterio, o lugar donde surge el agua de la fuente bautismal o donde ésta de halla
colocada, esté reservado para el sacramento del Bautismo y sea verdaderamente digno para que
allí renazcan los cristianos por el agua y el Espíritu Santo. Esté situado ya en alguna capilla
dentro o fuera de la iglesia, ya en otra parte de la iglesia a la vista de los fieles, y ha de estar
dispuesto con miras a una participación numerosa. Concluido el tiempo de Pascua se
recomienda conservar con el debido decoro, en el bautisterio, el cirio pascual y encenderlo
Ritual del Bautismo 5
durante la celebración del Bautismo, para que los cirios de los bautizandos puedan fácilmente
ser encendidos en su luz.
26. En la celebración del rito bautismal, las partes que se realizan fuera del bautisterio se
harán en otros lugares de la iglesia que respondan mejor tanto al número de los participantes
como a las diversas partes de la liturgia bautismal. Pero, para las partes que se realizan en el
bautisterio, se permite elegir también otros lugares más aptos en la iglesia, si la capilla del
bautisterio no puede contener a todos los catecúmenos o a todos los presentes.
27. La celebración del Bautismo, en cuanto sea posible, sea común, en el mismo día, para
todos los recién nacidos. No se celebre el sacramento dos veces en la misma iglesia y en el
mismo día, a no ser por justa causa.
28. En cuanto al tiempo del Bautismo de adultos y de niños se trata más detalladamente en
su lugar. Por otra parte, la celebración del sacramento siempre presenta un carácter pascual.
29. Los párrocos deben anotar con diligencia y sin demora, en el libro de los bautismos, el
nombre de los bautizandos, mencionando también al ministro, padres y padrinos, y el lugar y
día de la administración de Bautismo.
30. Compete a las Conferencias Episcopales a tenor del n.63b de la Constitución sobre la
Sagrada Liturgia, preparar en los Rituales particulares una sección que responda a este capítulo
del Ritual Romano, acomodada a las necesidades de cada región, de modo que, una vez
aceptado por la Sede Apostólica, se emplee en las correspondientes regiones.
Por lo tanto corresponderá a las Conferencias Episcopales:
32. Cuando el Ritual Romano del Bautismo presenta varias formas “ad libitum”, los
Rituales particulares pueden agregar otras fórmulas del mismo género.
33. Como quiera que la celebración del Bautismo el canto ayuda en gran manera a
fomentar en los presentes la unión de los espíritus, favorecer la oración común y manifestar la
alegría pascual que el rito debe irradiar, procuren las Conferencias Episcopales invitar y ayudar
Ritual del Bautismo 6
a músicos expertos a que adornen textos litúrgicos con melodías que sean dignas de ser
cantadas por los fieles.
34. El ministro, teniendo en cuenta las circunstancias y otras necesidades y también los
deseos de los fieles, use gustosamente de las varias facultades concedidas en el rito.
1. Por párvulos o niños se entiende a los que, por no haber alcanzado el uso de razón, no
pueden profesar la propia fe.
3. Pero, para que se cumpla en su plenitud la verdad del sacramento, es necesario que
posteriormente los niños sean instruidos en la fe en que han sido bautizados: el fundamento de
esta exigencia es el mismo sacramento ya recibido. La instrucción cristiana a la que los niños
tienen derecho tiende a conducirlos gradualmente al conocimiento del designo de Dios en
Cristo para que ellos mismos un día puedan ratificar la fe en que han sido bautizados.
4. El Pueblo de Dios, esto es, la Iglesia, representada por la comunidad local, tiene una
participación importante en el Bautismo de niños así como en el de adultos.
Pues el niño, tanto antes como después de la celebración del sacramento, tiene derecho al
amor y a la ayuda de la comunidad. Dentro del rito, además de los que se dice en el n. 7 de las
notas preliminares generales acerca de la participación de la asamblea, la comunidad ejerce su
función proclamando su asentimiento junto con el sacerdote, después de la profesión de fe de
los padres y padrinos. De este modo se manifiesta que la fe en la que son bautizados los niños
no es únicamente patrimonio de la familia sino de toda da Iglesia de Cristo.
1
Jn 3,5
2
S. Augustinus, Epist 98, 5: PL 33,362.
Ritual del Bautismo 8
4) Si uno de ellos no puede emitir la profesión de fe, por ejemplo, por no ser católico,
puede permanecer callado: sólo se requerirá de él que, cuando pida el Bautismo del niño,
provea o por lo menos permita que éste sea instruido en la fe bautismal.
5) Después de conferido el Bautismo, los padres, en gratitud a Dios y fidelidad al don
recibido, están obligados a conducir al niño al conocimiento de Dios, de quien ha sido hecho
hijo de adopción, y también a prepararlo para recibir la Confirmación y participar en la
santísima Eucaristía. En esta función sean nuevamente ayudados por el párroco con medios
adecuados.
6. Cada niño puede tener un padrino y una madrina: en este Ritual ambos son designados
con el nombre de “padrinos”.
7. Además de lo que se dice del ministro ordinario en las notas preliminares generales
(nn.11-15), téngase en cuenta lo que sigue:
1) Corresponde a los pastores preparar a las familias al Bautismo de los niños y
ayudarlas a cumplir la función educadora que recibieron. Mas será de incumbencia de los
Obispos coordinar con la ayuda de los diáconos y laicos estas iniciativas pastorales en su
diócesis.
2) También corresponde a los pastores procurar que cada celebración del Bautismo se
realice con el debido decoro y, dentro de lo posible, de acuerdo con la situación y deseos de la
familia. El que bautiza realice el rito con exactitud y piedad; trate, además, de mostrarse
bondadoso y afable con todos.
9. Para ilustrar la índole pascual del Bautismo, se recomienda que el sacramento se celebre
en la Vigilia pascual o en el domingo, día en que la Iglesia conmemora la resurrección del Señor.
Los domingos, el Bautismo podrá celebrarse también dentro de la Misa para que toda la
comunidad pueda participar del rito y se manifieste con mayor claridad la relación entre el
Bautismo y la santísima Eucaristía. Sin embargo, que esto no se haga con demasiada frecuencia.
Las otras normas para la celebración de Bautismo en la Vigilia pascual o en la Misa dominical se
indican más abajo.
Ritual del Bautismo 9
10. Para que se haga más patente que el Bautismo es sacramento de la fe de la Iglesia y
también de la incorporación al pueblo de Dios, celébrese de ordinario en la iglesia parroquial,
en la que debe haber una fuente bautismal.
11. Corresponde al Ordinario del lugar, después de haber oído al párroco del lugar,
permitir o mandar que haya fuente bautismal también en otra iglesia u oratorio dentro de los
límites de su parroquia. Habitualmente corresponde al párroco celebrar el Bautismo también en
esos lugares.
Cuando, por la distancia y otras circunstancias, el bautizando no pueda acercarse o ser llevado
sin grave incomodidad, el Bautismo puede y debe ser administrado en otra iglesia u oratorio
más cercanos, o también en otro lugar decente, observando lo establecido sobre el tiempo y la
estructura de la celebración. (cf. nn. 8-9; 15-25).
13. En los sanatorios y hospitales, a menos que el Obispo establezca otra cosa (cf. n.11), no
se celebre el Bautismo sino en caso de necesidad o cuando lo exija otra razón pastoral. Cuídese,
sin embargo, de avisar siempre al párroco y de que preceda una oportuna preparación de los
padres.
14. Mientras se celebra la liturgia de la Palabra, conviene que los niños sean llevados a otro
lugar. Sin embargo, hay que procurar que las madres y madrinas asistan a la liturgia de la
Palabra; por lo cual, se encomendará a otras mujeres el cuidado de los niños.
16. La celebración comienza con el rito para recibir a los párvulos en el que se significa el
deseo de los padres y padrinos y el propósito de la Iglesia de celebrar el sacramento del
Bautismo, que se expresan mediante la señal de la cruz en la frente del niño por parte de los
padres y del celebrante.
17. La celebración sagrada de la Palabra de Dios tiene por objeto, antes de la actualización
del misterio, excitar la fe de los padres, padrinos y de todos los presentes e impetrar el fruto del
sacramento mediante la oración común. Esta celebración de la Palabra consta de la lectura de
uno o varios pasajes de la Sagrada Escritura, de la homilía seguida de una pausa de silencio, de
la oración de los fieles que debe concluir con una oración a modo de exorcismo que, a su vez,
introduce a la unción con el óleo de los catecúmenos e imposición de las manos.
de la vestidura blanca y la entrega del cirio encendido y del “Efeta” (que se propone en último
lugar, “ad libitum”).
20. En el rito más breve del Bautismo para uso de los catequistas, 3 tienen lugar los ritos de
la recepción de los párvulos, la celebración de la Palabra de Dios o la monición del ministro, y la
oración de los fieles. Ante la fuente, el ministro pronuncia la oración en la que invoca a Dios y
recuerda la historia de la salvación en su relación con el Bautismo.
Una vez realizada la ablución bautismal y omitida la crismación, se dice la fórmula
correspondiente y todo el rito se termina con la conclusión ordinaria. Por tanto se omiten el
exorcismo y la unción con el óleo de los catecúmenos, la crismación y el “Efeta”.
21. El rito más breve para bautizar a un niño en peligro de muerte, en ausencia del ministro
ordinario, presenta una doble estructura:
1) En peligro de muerte inminente, cuando el tiempo urge, el ministro, 4 omitiendo todo
lo demás, derrama sobre la cabeza del niño agua, aunque no esté bendecida –pero que sea
natural- diciendo la fórmula de costumbre.5
2) Si a juicio prudente hay tiempo suficiente, se reunirán algunos fieles y, si entre ellos
hay alguno capaz de disponer una breve celebración, se usará el siguiente rito: monición del
ministro y breve oración universal, profesión de la fe de los padres o de un padrino, infusión
del agua con las palabras de costumbre. Pero si los asistentes son menos instruidos, el ministro
–luego de haber recitado en voz alta el símbolo de la fe- bautizará según el rito que se usa en
peligro de muerte inminente.
22. También el sacerdote y el diácono pueden usar, en urgente peligro de muerte, según la
necesidad, el rito más breve. El párroco u otro sacerdote que goce de la misma facultad, si tiene
a mano el santo crisma y hay tiempo suficiente, no omita conferir la Confirmación después del
Bautismo, en cuyo caso omitirá la crismación postbautismal.
23. Además de las adaptaciones previstas en las notas preliminares generales (nn 30-33), el
rito del Bautismo de niños admite otras adaptaciones que serán establecidas por las
Conferencias Episcopales.
24. Según se indica en el Ritual Romano, se podrá establecer lo siguiente si así lo deciden
dichas Conferencias:
1) De acuerdo con las costumbres del lugar, la pregunta sobre el nombre del niño
bautizando puede ordenarse de diversos modos, según se trate del nombre ya impuesto o del
que se impondrá en el acto del Bautismo.
2) La unción de los catecúmenos puede omitirse (nn. 47,78 bis).
3) La fórmula de la renuncia puede hacerse más concisa y más rica (nn. 54,83).
4) Si son muchos los que se bautizan, pueden omitirse la unción del crisma (n.59).
5) El rito del “Efeta” se puede conservar. (n.62)
3
Cf. Conc. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium.
4
Cf. Notas preliminares generales, n 16.
5
Cf. Ibid, n. 23.
Ritual del Bautismo 11
25. Como, en muchas regiones, los padres a veces no están aún preparados para la
celebración del Bautismo, o también piden el Bautismo para sus hijos que después no serán
educados cristianamente y, aún más, perderán la fe, y como no es suficiente que en el rito los
padres sean exhortados e interrogados acerca de su fe, las Conferencias Episcopales para
ayudar a los párrocos podrán dictar normas pastorales por las cuales se fije un intervalo más
largo antes de la celebración del sacramento.
26. Al Obispo corresponde, además, para su diócesis, juzgar si los catequistas pueden hacer
la homilía espontáneamente o leyendo un texto.
27. Es muy importante que, en las reuniones de los padres para prepararse al Bautismo de
sus hijos, las instrucciones estén reforzadas por oraciones y ritos. Para esto ayudará servirse de
los varios elementos que en el Ritual de Bautismo se prevén para la celebración de la Palabra de
Dios.
C) En la Vigilia Pascual
28. Cuando el Bautismo de niños se celebra dentro de la Vigilia pascual, el rito se ordena
así:
1) Antes de la celebración pascual, en el tiempo y lugar oportuno, se hará el rito de la
recepción de los niños, después del cual, omitida –según las circunstancias- la liturgia de la
Palabra, se hará la oración del exorcismo y la unción con el óleo de los catecúmenos.
2) La celebración del sacramento (nn. 53-55, 55-60) tiene lugar después de la bendición
del agua, cómo se indica en el rito de la Vigilia pascual.
3) Se omite el asentimiento del celebrante y de la comunidad (n.56), la entrega del cirio
encendido (n.61) y el rito del “Efeta” (n.62).
4) Se omite la conclusión del rito (nn. 64-68).
D) Dentro de la Misa
A) Ubicados los padres y padrinos con los bautizandos en el lugar conveniente (p. ej. en los
primeros bancos del templo) y revestido el sacerdote con los ornamentos requeridos para la
celebración de la Misa, se procede al rito de recepción de los niños (nn.32-38) hasta la signación
de la cruz en la frente de los niños.
B) Se omite el saludo y el acto penitencial.
C) Se proclaman las lecturas del domingo, pero en los domingos de Navidad y del tiempo
“durante el año”, pueden proclamarse algunas de las lecturas propuestas en el Leccionario para
la celebración del Bautismo de niños. Cuando no se permite celebrar la Misa ritual, una de las
lecturas puede, sin embargo, tomarse de dicho Leccionario.
La homilía ha de poner de relieve los aspectos fundamentales del Bautismo, recordando a los
padres y padrinos las obligaciones que asumen y buscando que los ya bautizados renueven los
compromisos bautismales. No se recita el Credo.
Se elige la oración de los fieles entre las propuestas en el n. 44. Pero al final de ella, antes de la
invocación de los santos, se añade una súplica por la Iglesia universal y las necesidades del
mundo.
La celebración del Bautismo prosigue con la oración del exorcismo y la unción, y los otros
ritos descritos en el Ritual (nn.46-63), hasta la entrega del cirio encendido (o el rito del “Efeta”,
si se realiza)
Continúa la Misa con la presentación de las ofrendas, que pueden ser llevadas al altar por los
padres y padrinos en forma procesional.
Todo el rito de la liturgia de la Eucaristía se realiza de la manera habitual teniendo en cuenta
las variaciones señaladas en las Plegarias eucarísticas, y que figuran en el lugar correspondiente
en el Misal.
Llegado el rito de conclusión, luego del saludo del sacerdote: El Señor esté con ustedes, y su
respuesta, se imparte la bendición especial que para los padres y padrinos figura en el rito del
Bautismo (n.67).
30. Entre semana, si el Bautismo se celebra dentro de la Misa, se sigue el mismo orden que
el domingo. Sin embargo, en la liturgia de la Palabra se permite tomar las lecturas de entre las
que se proponen para el rito del Bautismo (ver Leccionario, pp. 121-137).
35. Mientras los fieles, según las circunstancias, cantan un salmo o himno
apropiado para este momento, el sacerdote o diácono, revestido con alba o
sobrepelliz y estola, o incluso con capa pluvial de color festivo, se dirige con los
ministros al lugar donde están reunidos los padres y padrinos con los
bautizandos.
37. El celebrante saluda a los presentes con estas palabras, u otras semejantes:
Hermanos:
Bienvenidos a la casa de Dios
para celebrar estos bautismos.
Que este encuentro con el Señor reavive la fe de ustedes
y que su paz y alegría
estén ahora y siempre con ustedes.
R: Y con tu espíritu.
Queridos padres:
-¿Qué nombre le han puesto a este(os) niño(s)?
(si son varios niños alternativamente, según indicación del sacerdote, dicen el
nombre del niño o de la niña).
Padres:
-El Bautismo.
Padres:
-Sí, lo sabemos.
Ritual del Bautismo 14
40. El celebrante, dirigiéndose a los padrinos, los interroga con estas palabras u
otras semejantes:
-Y los padrinos,
¿están dispuestos a ayudar a los padres en esta tarea?
Liturgia de la Palabra
En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por
Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el
Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma; y una voz desde el cielo
dijo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección».
Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, que era uno de los
notables entre los judíos. Fue de noche a ver a Jesús y le dijo:
«Maestro, sabemos que tú has venido de parte de Dios para enseñar, porque
nadie puede realizar los signos que tú haces, si Dios no está con él».
Jesús le respondió:
«Te aseguro que el que no renace de lo alto no puede ver el Reino de Dios».
Nicodemo le preguntó: «¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo?
¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a
nacer?». Jesús le respondió:
«Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu
no puede entrar en el Reino de Dios.
Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu.»
45. El celebrante hace una breve homilía para ilustrar a los fieles sobre lo que
han oído, llevándolos a una comprensión más profunda del misterio del
Bautismo e invitándolos a abrazar con entusiasmo la misión que les es propia.
47. A continuación se hace la oración de los fieles con una de las fórmulas
siguientes o con otras semejantes:
Ritual del Bautismo 16
- Para que los conduzcas a la felicidad de tu Reino, por medio de una vida
santa. Oremos...
- Para que ayudes a sus padres y padrinos a iluminar la vida de estos niños con
el ejemplo de su fe. Oremos.
Guía:
La Iglesia es una gran familia y hay en ella quienes son modelo para todos sus
miembros. Invoquemos a la virgen y a los Santos, que reinan con Cristo en el
Cielo (recordando especialmente a aquellos cuyo nombre tomarán estos niños
para vivir bajo su protección).
Celebrante:
- Santa María Madre de Dios. Ruega por nosotros.
- San Juan Bautista. Ruega por nosotros.
- San José. Ruega por nosotros.
- San Pedro y San Pablo. Rueguen por nosotros.
Conviene añadir los nombres de otros santos especialmente los patronos de los
niños, de la Iglesia o del lugar. Si los bautizandos son numerosos estas
invocaciones pueden omitirse.
Guía:
Quienes han sido llamados por Cristo a la fe, deben estar dispuestos para
sostener una lucha tenaz contra el pecado y su instigador.
Recordémoslo ahora y en todo momento para que el maligno no nos sorprenda.
I
49. Celebrante:
Dios todopoderoso y eterno,
Tú enviaste a Jesucristo al mundo
para que nos liberara del espíritu del mal
y nos hiciera pasar de las tinieblas
al reino admirable de tu luz;
te pedimos, humildemente,
que libres a estos niños de la mancha original
y los conviertas en templo de tu gloria
a fin de que habite en ellos el Espíritu Santo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R: Amén.
Guía:
A fin de que posean la fuerza espiritual necesaria para la lucha contra el mal, el
celebrante unge el pecho o la espalda de los niños con el óleo de los cate-
cúmenos.
50. Celebrante:
Que esta unción con aceite consagrado,
los defienda y fortalezca,
por el poder de Cristo Salvador,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
R: Amén.
Cada niño es ungido en el pecho con el óleo de los catecúmenos. Si los niños
son numerosos pueden ayudar otros ministros.
Guía:
Con nuestra oración silenciosa (o respondiendo: te bendecimos, Señor)
acompañamos al celebrante que invoca la bendición de Dios sobre esta agua por
la que el Espíritu Santo dará nueva Vida a estos niños.
I
Celebrante:
Queridos hermanos:
Oremos a Dios todopoderoso
para que, por medio del agua y del Espíritu Santo,
conceda la Vida nueva a estos niños.
II
- Te bendecimos, Padre todopoderoso,
que hiciste el agua
para purificarnos y darnos la vida.
R: Te bendecimos, Señor.
R: Te bendecimos, Señor.
R: Te bendecimos, Señor.
- Escúchanos, Señor,
y santifica esta agua creada por ti,
para que los bautizados en ella sean purificados del pecado
y renazcan a la Vida de hijos adoptivos de Dios.
R: Escúchanos, Señor.
R: Escúchanos, Señor.
Ritual del Bautismo 19
R: Amén.
Renuncia y profesión de fe
Guía:
Ser de Cristo lleva consigo morir al pecado, vivir para Dios. En nombre de los
niños, el sacerdote nos invita a renunciar a todo lo que no sea de Dios.
57. Luego, el celebrante interroga a los padres y padrinos con una de las fór-
mulas siguientes:
1ª fórmula
- ¿Renuncian al Demonio?
R: Si, renunciamos.
R: Si, renunciamos.
R: Si, renunciamos.
2ª fórmula
-¿Renuncian al pecado
para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
R: Si, renunciamos.
R: Si, renunciamos.
R: Si, renunciamos.
Guía:
Estos niños van a ser bautizados en la fe de la Iglesia que se encargará en su
momento de educarlos cristianamente. Renovemos nuestra fe en los grandes
misterios que creemos y que debemos transmitir a estos niños.
58. Luego el celebrante pide a los padres y padrinos que hagan la triple
profesión de fe, diciendo:
- ¿Creen en Dios todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra?
R: Si, creemos.
- ¿Creen en Jesucristo
su único Hijo, Nuestro Señor,
que nació de la Virgen María,
Ritual del Bautismo 21
R: Si, creemos.
R: Si, creemos.
R: Amén.
Ritual del Bautismo 22
Guía:
Hermanos: Ha llegado el momento culminante de este Sacramento. Estos niños
serán bautizados invocando a la Santísima Trinidad.
R: Si, queremos.
Y DEL HIJO
derrama agua o lo sumerge por segunda vez
RITOS ILUSTRATIVOS
Unción postbautismal
Guía:
Estos niños ya son Hombres Nuevos. Este Hombre Nuevo es ungido con el
Crisma de la Salvación: Sacerdote, Profeta y Rey. Todo bautizado es un príncipe
y un soldado del Reino de Dios. El Santo Crisma es una mezcla de aceite y
bálsamo. Con él son ungidos estos niños, significando que ellos son ahora otros
Cristos.
- Dios todopoderoso,
Padre de Nuestro Señor Jesucristo,
que te (los) liberó del pecado
y te (los) incorporó a su Pueblo
haciéndote (los) renacer por medio del agua y del Espíritu Santo,
te (los) unge ahora con el crisma de la Salvación
para que, permaneciendo unido(s) a Cristo,
seas (sean) para siempre con Él,
Sacerdote, Profeta y Rey.
R: Amén.
Guía:
La vestidura blanca con que se cubre el cuerpo de estos niños, nos recuerda la
inocencia que el Bautismo nos ha devuelto. Esforcémonos por vivir en esa
pureza y por preservarla en estos niños.
Guía:
El Cirio Pascual es el símbolo de Jesús Resucitado, quien se proclamó a sí
mismo Luz del mundo. Estos niños deben permanecer unidos a Jesús por la fe
en él y hacerlo resplandecer por medio de las buenas obras. Propongámonos
servirles de ejemplo de fidelidad.
Efeta
Guía:
El hombre nace como sordo y mudo ante Dios. Por la gracia del Bautismo,
Cristo nos abre los sentidos del alma para que escuchemos las enseñanzas de su
Evangelio y las proclamemos con nuestra vida.
65. El celebrante toca con el pulgar los oídos y la boca de cada bautizado
diciendo:
- El Señor Jesús,
que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos
te permita, muy pronto,
escuchar su palabra y profesar la fe
para la gloria y alabanza de Dios Padre.
R: Amén.
68. El celebrante se dirige a los fieles con estas u otras palabras semejantes:
- Hermanos, esto niños, que han renacido
por medio del Bautismo,
se llaman y son hijos de Dios.
Él (ellos) recibirá (n) la plenitud
del Espíritu Santo por medio de la confirmación.
Invocándolo como Padre,
en la comunidad de los fieles,
se acercará(n) al altar del Señor.
Ahora en nombre de él (ellos),
animados por el espíritu filial
que todo hemos recibido,
oremos como el Señor nos enseñó:
Bendición y despedida
70. A continuación, el celebrante bendice a las madres, que tienen en sus brazos
a sus hijos, y también a sus padres y a todos los presentes, con una de las
siguientes fórmulas:
1ª fórmula
- Dios todopoderoso,
que por medio de tu Hijo,
nacido de la Virgen María,
alegras a las madres cristianas
con la esperanza de la vida eterna para sus hijos,
bendice a esta(s) madre(s) para que,
junto con su(s) hijo(s) vivan siempre en acción de gracias.
R: Amén.
Ritual del Bautismo 26
- Dios todopoderoso,
que das la vida humana y la vida divina,
bendice al (los) padre(s) de este(os) niño(s),
para que, con su ejemplo,
lo(s) conduzca(n) a la plenitud de la vida cristiana.
R: Amén.
R: Amén.
4ª fórmula
Hermanos:
Los encomiendo a la gracia misericordiosa
de Dios Padre Todopoderoso,
de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo.
Que él los proteja para que,
iluminados por la fe, ustedes y yo también
alcancemos la herencia eterna.
R: Amén.
R: Amén.
LECCIONARIO
En ti creemos, Cristo:
Infunde tu luz en nuestros corazones,
para que seamos hechos hijos de la luz.
Alégrense, bautizados,
vasos elegidos del Reino,
consepultados en la muerte,
renacidos por la fe en Cristo.